Pero las imágenes de jóvenes africanos arriesgando sus vidas en el Mediterráneo, empujados por la pobreza o los conflictos en sus hogares y atraídos por la esperanza de tener futuros dignos en el extranjero, alimentan una narrativa recalcitrante sobre este sector poblacional.
Los analistas coinciden en que las nuevas generaciones podrían ser la clave no solo para el avance, también para el sistema de bienestar de los países ricos.
En el último Foro Económico Africano, celebrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Yibuti el pasado julio, se hizo hincapié en la idea de que esta fracción social es el eje indiscutible para el desarrollo.
Sin embargo, uno de los mayores desafíos que enfrentan los Gobiernos y los formuladores de políticas en la actualidad es cómo proporcionar oportunidades para que los más de 200 millones de jóvenes puedan tener vidas dignas y contribuir al crecimiento económico en sus naciones, comentó a Prensa Latina el investigador del Centro de Estudios Estratégicos, Alemayehu Kassa.
‘El punto de partida para transformarles es proporcionarles espacios seguros’, explicó.
‘Los espacios digitales permiten conectarse virtualmente en red e interactuar; los espacios económicos, adquirir conocimientos, habilidades vocacionales y empresariales; los sociales brindan oportunidades para participar en servicios deportivos, civiles y comunitarios’, señaló Kassa.
A su vez, puntualizó que los espacios físicos promueven la acogida de grupos vulnerables y marginados; y los políticos fortalecen las voces, la participación y la representación en las decisiones públicas.
En su opinión, la combinación de todos ellos crea resultados incluyentes y sostenibles que se refuerzan mutuamente.
La energía, el entusiasmo, la innovación y el dinamismo de la juventud son activos que pueden ser aprovechados para el crecimiento con políticas apropiadas que se ocupen adecuadamente de los problemas que enfrentan, a consideración de los observadores.
Un informe reciente de Africa Growths Initiative subrayó que es crucial afrontar sus principales desafíos para garantizar un despegue sostenible y abarcador.
El comentarista Bilal Derso consideró que invertir en la empleabilidad de los jóvenes de África y promover el espíritu empresarial es clave para ello.
Segú Derso, sigue habiendo una gran brecha en la capacidad de investigación en comparación con el resto del mundo en todas las disciplinas científicas.
‘Se debe dejar de exportar productos primarios (agricultura, petróleo, gas y metales) que son sinónimos de la exportación de empleos africanos. Desarrollar cadenas de valor locales, nacionales y regionales es la clave para crear puestos de trabajo’, argumentó.
Asimismo, indicó que la promoción de políticas e instituciones que fomenten el crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas, elemento clave para proporcionar a los jóvenes empleos decentes.
‘Invertir en zonas económicas especiales como agrupaciones industriales, como Etiopía; polos agrícolas, como Marruecos, Ghana y Nigeria, y corredores agrícolas como Maputo, podría liberar potencial’, concluyó.