Situación educativa argentina en el filo de una crisis impredecible

Ctera
La negociación paritaria docente, en la que se definen los salarios de los maestros en todo el país, entró en una situación de gran confusión que la hace peligrar y pone a todos los gremios docentes de Argentina en el umbral de un paro con consecuencias impredecibles.
Un diálogo que comenzó en diciembre de 2015 y había llegado a las puertas de una solución muy importante que garantizaba el comienzo de las clases a partir de garantizar un piso salarial razonable, fue ahora complicado con una intervención del mismo presidente Macri, que exige que los aumentos de salarios no superen el 25% de lo cobrado el año anterior.
La inflación en los primeros meses del año se ha descontrolado en Argentina y los principales sindicatos exigen que los salarios no pierdan el poder adquisitivo logrado durante el gobierno kirchnerista. Esta situación está provocando miles de despidos en la administración pública y ya comienzan a observarse los primeros despidos y suspensiones en la actividad privada, lo que complica aún más el horizonte de las negociaciones.
Mientras tanto, los principales dirigentes de los sindicatos de maestros se sienten desconcertados por esta situación insólita en la cual, quienes rechazan la oferta salarial del ministro de educación son los miembros del mismo gobierno que él integra.
El viernes pasado todos los gremios docentes, en conferencia de prensa, han hecho responsable al gobierno nacional de lo que suceda a partir de ahora.
Pero este lunes será un día clave para el proceso. El Ministro de Educación, Esteban Bullrich, ha dicho que los maestros lo «entendieron mal», pero sus declaraciones están grabadas y todo el país ha podido escucharlas.
Se está jugando más que el aumento del salario docente: está en juego la política salarial del gobierno de «Cambiemos» que estrena así su acción concreta derivada de su ideología neoliberal, desnudando qué hay detrás de los «globos amarillos» y del anuncio de que se estrena la «revolución de la alegría».
Alberto Croce
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