Redacción: El País
Agencias gubernamentales y organismos comunitarios inciden sobre un posible incremento de las intoxicaciones de menores tras la legalización del cannabis
La legalización del cannabis recreativo en Canadá, que entró en vigor el pasado 17 de octubre, ha encendido las alarmas entre instituciones públicas y asociaciones civiles por un posible incremento de intoxicaciones en niños que consuman accidentalmente la hierba o sus derivados. Es por ello por lo que recomiendan, entre otras medidas, almacenar estos productos en lugares seguros en los hogares. La nueva reglamentación permite la posesión de un máximo de 30 gramos. Las personas mayores de 18 o 19 años (según la disposición de cada provincia) pueden adquirir hierba seca, cigarrillos liados, aceites y atomizadores en sitios autorizados. Sin embargo, la venta de comestibles a base de cannabis aún no está permitida. El Gobierno federal estudia abrir este mercado el próximo año.
“Aún es muy temprano para publicar datos sobre intoxicaciones en niños tras la legalización. Creemos que estarán disponibles en unos tres meses. Hay que precisar que se dieron numerosos casos cuando la marihuana era ilegal. Es un tema que merece especial atención”, comenta a este diario un portavoz de la Oficina de salud pública de Montreal. Desde hace algunos años, medios canadienses han informado sobre el consumo accidental entre infantes en diversas ciudades, principalmente por golosinas y galletas elaboradas a base de cannabis, aunque también algunos niños a edad muy temprana se llevaron a la boca la hierba seca. Cabe destacar que estos casos se duplicaron en Colorado a raíz de la legalización en 2014.
En julio, un niño de cuatro años fue hospitalizado en Halifax (Nueva Escocia) tras haber ingerido trozos de una barra de chocolate que contenía cannabis. De igual forma, una menor recibió asistencia médica a principios de octubre en Vancouver (Columbia Británica) luego de comer varios ositos de gominolas –con fuertes concentraciones de THC- que halló en el asiento trasero de un vehículo. Según cifras oficiales, 24 niños menores de cinco años visitaron las salas de urgencias en 2017 en las provincias de Alberta y Ontario por esta situación. Los menores presentaban somnolencia, náuseas, palidez, convulsiones y alteraciones motrices, entre otros efectos.
Un punto del nuevo marco legal criticado por diversos expertos en salud pública ha sido justamente no haber autorizado la venta legal de los comestibles a base de cannabis desde el 17 de octubre, dejando aparcado el tema para el próximo año. La razón es que se podrían establecer mecanismos para evitar su consumo accidental. Por ejemplo, exigir a la industria empaques de difícil apertura y sin elementos llamativos. Actualmente –y como sucede desde hace varios años- estos productos se adquieren en el mercado negro.
El Ministerio de Salud de Canadá estableció que la hierba seca y demás presentaciones cannábicas que ya se pueden adquirir legalmente deben estar empaquetadas y contener la inscripción “No se deje al alcance de los niños” en inglés y francés, las dos lenguas oficiales del país. Asimismo, no se permite el uso de materiales metálicos o brillantes en sus envolturas. El ministerio recomienda a las personas no consumir la hierba en presencia de un menor. También pide que los productos se guarden en lugares de difícil acceso para los niños (como debería ocurrir normalmente con los medicamentos y el alcohol) y, de preferencia, bajo llave. Otros organismos piden de igual forma que los padres tengan cuidado si deciden preparar comestibles a base de cannabis en el hogar, ya que no se pueden notar las diferencias a simple vista respecto a los que se cocinan con otros ingredientes.
“La ingesta accidental de cannabis por parte de los niños es un problema muy serio de salud pública, tema largamente documentado en numerosos estudios”, declaró Steve Podborsiki, presidente de Parachute, una semana antes de la entrada en vigor de la legalización. Parachute, organización canadiense dedicada a la prevención de accidentes, también recomienda almacenar la marihuana y sus productos derivados en sitios seguros, además de eliminar cualquier resto en los hogares, informar a amigos y familiares sobre esta problemática y tener al alcance los números telefónicos para servicios de urgencia.
La Sociedad Canadiense de Pediatría y la Agencia de Salud Pública de Canadá comenzaron hace unas semanas un estudio, que cubrirá los primeros dos años de la legalización, para documentar los casos de intervención médica por intoxicaciones severas de cannabis entre menores. Este ejercicio incluye tanto el uso recreativo entre los adolescentes como la ingesta accidental en niños.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/11/28/mamas_papas/1543394218_436203.html