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La institución también busca uniformizar criterios para facilitar la inscripción de estudiantes extranjeros.
La llegada a la presidencia de Brasil del anticomunista Jair Bolsonaro ha generado que muchos académicos de izquierda estén buscando emigrar; en muchos casos, ponen la mira en Uruguay y, concretamente, en la Universidad de la República (Udelar). A fines de 2018 se trató el tema en el Consejo Directivo Central (CDC) del organismo, donde se planteó la posibilidad de generar un programa de acogida para docentes, que también incluya a estudiantes y egresados universitarios. El CDC hizo suya una declaración que había adoptado previamente la Facultad de Ciencias Sociales (FCS), luego de enfocar el tema más allá de la situación de Brasil, ya que también se hizo referencia a otros países de Latinoamérica, como Venezuela.
Concretamente, el orden docente planteó que si bien originalmente el tema surgió a propuesta de los estudiantes en el Consejo de la FCS a raíz de la situación de Brasil, sería bueno que la Udelar tenga un programa de acogida de universitarios de otras partes de la región y el mundo. Al respecto, Gregory Randall, integrante de la delegación docente en el CDC, mencionó un antecedente de los años 60, cuando la Udelar recibió a “un grupo muy numeroso de docentes perseguidos de la Universidad de Buenos Aires” durante la dictadura antiperonista que comenzó en 1966. “Como siempre pasa con estas cosas, fue un acto solidario que nos dejó mucho más que lo que nosotros les dejamos a ellos. Por ejemplo, el profesor [Manuel] Sadosky, que es uno de los fundadores de la computación en el país, vino en esa ocasión y estuvo con nosotros un tiempo. Otro ejemplo que me parece que es relevante mencionar fue la presencia en Uruguay de Darcy Ribeiro, que también vino huyendo de la dictadura militar brasileña en los años 60, que la Udelar supo recibir”, señaló el consejero.
Además, Randall se refirió a los universitarios uruguayos exiliados durante la última dictadura en países como Venezuela, Cuba o México, y a los “esfuerzos más allá de lo normal” para, por ejemplo, “darles un lugar a las personas para que pudieran trabajar durante un tiempo”. Para el consejero docente, la Udelar debería pensar “en un plazo un poquito más largo” y dialogar con el gobierno nacional para encontrar mecanismos efectivos –jurídicos y monetarios– para, cuando sea necesario, recibir a docentes que por distintos motivos se vean expulsados de sus países. En concreto, contó que el Consejo Federal de la Asociación de Docentes de la Udelar planteó la idea de generar un “fondo de acogida” que permita atender este tipo de casos. Consideró que el tema debe ser atendido desde una perspectiva país y no sólo de la Udelar, que, además, en las condiciones presupuestales actuales no puede generar un plan de estas características.
Planteo
Consultado al respecto, el rector Rodrigo Arim dijo a la diaria que, en función de lo hablado en el CDC, le planteó al ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, que en la Udelar se están recibiendo varias consultas informales de docentes provenientes de Brasil sobre la posibilidad de radicarse en Uruguay. Además, mencionó que muchos actores de la institución han sido consultados por docentes de otros países, como Venezuela. En el mismo sentido que Randall, el rector opinó que “es una política nacional por la que la Udelar puede ocupar un rol importante, pero sería bueno que el país tuviera una política de atracción de científicos y académicos provenientes del exterior”. Según el rector, “la Udelar puede colaborar y tiene que tener una participación activa” en una política de esas características, “pero no puede tener la exclusiva, entre otras cosas, porque no cuenta con los recursos para hacerlo y no es su rol específico”. “Sería oportuno que el país tenga instrumentos que hagan más fluidos a estos procesos, que además no solamente son un acto de solidaridad hacia otros académicos de la región, sino que también puede contribuir al desarrollo de la vida académica en Uruguay”, señaló.
Rosita Angelo, directora de Educación del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), dijo a la diaria que desde la Universidad Tecnológica también han planteado una inquietud similar y que esa institución cuenta en su plantilla con varios docentes brasileños que concursaron y accedieron a los cargos. De la misma forma, señaló que docentes de ese país se están presentando a concursos para cargos en la Udelar en carreras que se ofrecen en el interior, principalmente en zonas limítrofes con Brasil. La jerarca contó que la inquietud llegó a la comisión que trabaja sobre el vínculo entre personas migrantes y el sistema educativo convocada desde el MEC y señaló que deberá trabajarse de cara a la propuesta presupuestal para presentar en el próximo período de gobierno, ya que, según valoró, “armar una propuesta de acogida es un ejercicio presupuestal importante”.
Programa con limitaciones
Más allá de la posibilidad de que los extranjeros se presenten a los llamados docentes a los que puede aspirar cualquier persona, la Udelar cuenta con un programa que apunta a que científicos del exterior se instalen en el país mediante el trabajo docente en la Universidad. Al programa, gestionado desde la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de la Udelar, se han postulado varios extranjeros en los últimos años, aunque la demanda no es muy alta. Según dijo a la diaria la prorrectora de Investigación de la institución, Cecilia Fernández, entre 2015 y 2018 por medio de este programa la Udelar contrató a 24 académicos del exterior, diez de ellos extranjeros: cuatro brasileños, una argentina, un colombiano, un venezolano, una mexicana, un español y un japonés. Según detalló, el programa prevé la contratación del académico durante dos años como docente grado 3, 4 o 5, con un contrato asimilado al de uno de dedicación total (DT). “Presupuestalmente, la CSIC asume el costo del cargo de base (grado 3, 4 o 5, por 35 horas semanales) durante el primer año, y también durante el segundo año, pero a medias con el servicio de la Udelar solicitante; en tanto, el complemento de la DT es financiado por el fondo central de DT de la Udelar”, explicó. Justamente, el programa requiere que algún servicio universitario afín al área académica del científico presente la solicitud.
La prorrectora sostuvo que “el programa tiene dos características que limitan su utilización”. Una de ellas es que la contratación del académico requiere que el servicio de la Udelar que la solicita “se comprometa a crear un cargo de iguales características (grado 3, 4 o 5, por 35 horas semanales) al finalizar el primer año, al que el académico pueda postularse, de manera de hacer posible su incorporación a la Universidad”, a través de un llamado abierto al que puede presentarse cualquier otra persona. Por ejemplo, para el caso de los grado 3, Fernández señaló que “el problema ‘se mezcla’ con las dificultades que existen para crear oportunidades para los jóvenes egresados de los programas de posgrados académicos nacionales”. Por lo tanto, además de que hay servicios de la Udelar que pueden no contar con los recursos para asegurar la creación de estos cargos, en caso de que sí los tengan, la contratación del científico tampoco es segura, ya que se hace una convocatoria abierta.
En segundo lugar, como la contratación es asimilada a la de un docente con DT, la desfinanciación del fondo con el que se pagan las DT en la institución, “que ha sido un problema recurrente en los últimos años, ha retrasado el inicio de algunos contratos, luego de su aprobación académica”, contó la prorrectora. Por ejemplo, ello llevó a que algunos contratos de 2015 y 2018 se iniciaran sin DT –en algún caso, con compensaciones a cargo del servicio solicitante–, y las retribuciones se asimilaron a la de docentes con DT cuando hubo fondos.
En otro orden
Los flujos migratorios que ha recibido Uruguay en los últimos años también han planteado desafíos a la Udelar a nivel de sus estudiantes. Además de la creciente demanda de reconocimiento de títulos, una vieja normativa universitaria establece que los estudiantes extranjeros deben contar con al menos tres años de ciudadanía para inscribirse en algunas de las ofertas de la institución. Al respecto, Arim entendió que la institución debe “mejorar” su marco normativo e “incorporar cambios que permitan flexibilizar los mecanismos de ingreso a la institución”, de forma de garantizar el acceso a la educación. Respecto de las restricciones de la normativa actual, el rector explicó que recientemente la Udelar aprobó un mecanismo de excepcionalidad que es utilizado por varios servicios universitarios para permitir el ingreso de personas migrantes que están desde hace poco tiempo en Uruguay.
El rector admitió que no todos los servicios de la Udelar utilizan dicho mecanismo y que, por lo tanto, existe cierta “heterogeneidad” de criterios. Para atender esa situación, Arim señaló que desde el rectorado están pensando en “construir, por lo menos en forma transitoria, algún dispositivo para recibir al estudiante a nivel central y orientarlo en su proceso de ingreso a la Udelar, quizá desde el Servicio Central de Bienestar Universitario”. Según Arim, la heterogeneidad de criterios es explicable por la forma en que está organizado el ingreso a la Udelar, ya que los estudiantes se anotan directamente en los servicios universitarios y no hay una inscripción a nivel central. “Ello hace que el funcionario que inscribe al estudiante tenga un conjunto de normas vigentes y se atiene a ellas. Hay servicios que han tenido un criterio de flexibilizar, pero no hay un criterio central. Tenemos que redefinir el marco normativo, hacerlo más flexible y más amigable para el inmigrante y, a la misma vez, generar algún dispositivo que permita que el ingreso de extranjeros migrantes sea más sencillo en la institución”, dijo.
En cuanto al reconocimiento de títulos y acreditación de reválidas, el rector señaló que la institución ha mejorado, ya que recientemente aprobó un proceso en el que el análisis de cada caso se hace más rápido. De todas formas, sostuvo que en relación con este trámite también existen heterogeneidades, ya que “hay servicios que han respondido rápidamente y otros que no”, por lo que están “buscando la forma de homogeneizar estos criterios”. No obstante, el rector valoró que ya existen “resultados tangibles” de la nueva normativa, ya que el año pasado la Udelar reconoció 500 títulos de migrantes que pidieron reválidas, cuando el año anterior habían sido poco más de 300. Además, si la comparación se hace respecto de cuatro años atrás, la institución duplicó la cantidad de títulos que se reconocieron. “Hay que mejorar y mucho, hay trámites que son complejos, el análisis de títulos no es rutinario, implica analizar las capacidades profesionales adquiridas, no siempre con toda la documentación adecuada, pero hemos tomado medidas para acelerar ese proceso. Tenemos que lograr que todos los servicios universitarios las internalicen, porque todavía tenemos algunos en los que los trámites se extienden debido a plazos que no son prudenciales”, señaló Arim.