Asia/Líbano/29-09-2019/Autor: Armando Reyes Calderín/Fuente: Prensa Latina
Bajo calor o frío, Beirut presenta una imagen deprimente con niños agolpados en las esquinas que venden servilletas, caramelos o mendigan para conseguir el sustento diario.
La situación económica libanesa cada vez más cercana a la bancarrota, según cálculos de los especialistas, arrojó los menores a las calles, en la mayoría de casos, y a negocios, en los menos.
Otras modalidades del trabajo infantil consisten en ser recaderos de comercios, recoger basura o ser conserjes de edificios que disfrutan de una mejor cobertura de los que día a día soportan los rigores del clima, sea verano o invierno, con la esperanza de obtener una migaja alimentaria.
‘No aceptaremos ninguna industria a menos que esté libre de trabajo infantil’, declaró Abu Faour.
La presidenta de la organización no gubernamental Lucha por los humanos (Nidal Li Ajel al-Ensan, en árabe), Rima Saliba, precisó que siete por ciento de los niños libaneses forman parte de la fuerza laboral.
Se trata de un fenómeno peligroso, añadió, pues hace siete años el porcentaje era de 1.9.
Un informe de la ONU emitido en noviembre último da cuenta que seis por ciento de los menores libaneses y 6.7 de los sirios en edades de cinco a 17 años, integraban la fuerza laboral del país.
Esa cifra supera el porcentaje regional, estimado en 2.9 puntos porcentuales por la Organización Internacional del Trabajo, aunque está por debajo del promedio mundial de 9.6.
El reporte del organismo mundial refiere que el trabajo infantil en El Líbano, aumentó en los últimos 10 años ante el impacto de la crisis siria que influye en la economía nacional.
Entre los sirios, según la ONU, la imposibilidad de alcanzar residencia legal exacerbó la situación, a causa del temor de los adultos a ser detenidos y buscar alternativas en el trabajo de sus hijos.
La ley libanesa prohíbe el empleo de niños menores de 14 años, y el ministro del Trabajo pretende aumentarla hasta 15 y ser más estricto al aplicar lo estipulado en la legislación.
Para prohibir el trabajo infantil, necesitamos crear mejores circunstancias sociales y económicas para la familia, porque nadie quiere que su hijo o hija trabaje a menos que se encuentre en una situación miserable, apuntó el titular de Asuntos Sociales.
La directiva de la ong Lucha por los humanos consideró que el gobierno podría organizar capacitación para dueños de negocios, reuniones con niños trabajadores, divulgar servicios disponibles y crear escuelas para menores en situación económica crítica.
‘Quizás los ministerios por sí solos no pudieran hacer nada y tampoco nosotros, como ong, pero un plan con todos juntos, podría marcar la diferencia’, subrayó Rima Saliba.