Responsables de la organización, integrada en la Federación Sindical Unitaria (FSU), aseguraron que cuatro de cada diez escuelas permanecerán cerradas el próximo jueves 5 de diciembre, un 70 por ciento de los maestros secundarán el paro, y este porcentaje podría subir hasta el 80 por ciento en la región de París.
La secretaria general del mayor sindicato de docentes, Francette Popineau, consideró que de cumplirse esos objetivos ‘sería una cifra sin precedentes’ desde 1995, y dejaría claro que los maestros somos ‘los grandes perdedores’ de esta reforma prevista por el gobierno.
Según Popineau, de aprobarse la ley los profesores ‘perderían entre 600 y 900 euros al mes’, lo cual obligaría a ‘revalorizar los salarios para evitar tal pérdida’, sin embargo se mostró escéptica ante una eventual revalorización de los salarios.
El sindicato prometió un ‘jueves negro’, con ‘movilización masiva y una gran mayoría en las escuelas’ y también en las universidades, donde la mitad de los profesores secundarán la huelga.