Por: Emilio Vargas Santiago
Educación en línea o clases online. Tiene todas las ventajas de la modalidad virtual pero con una característica extra, es sincrónica, es decir, profesores y alumnos coinciden en el horario.
La pandemia provocada por la COVID-19 tomó por sorpresa al sector educativo en todo el mundo y las instituciones no sabían cómo actuar ante la crisis. Para evitar el contagio masivo fue necesaria la suspensión de la docencia en escuelas, universidades y otras instituciones por tiempo indeterminado. La educación tuvo que apelar a otras estrategias en un plazo muy corto de tiempo para reiniciar la docencia.
El proceso enseñanza-aprendizaje tradicional por años permaneció invariable, sin embargo, las condiciones exigieron nuevos medios para facilitar la transmisión masiva de conocimientos a los estudiantes. El uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC), facilitaron el reinicio de la docencia online donde llegara la Internet y la educación a distancia (EAD) en las posibilidades que presenta hoy a la población estudiantil restante.
Se considera que al continuar los aprendizajes utilizando la EAD, la crisis se convirtió en una oportunidad para romper algunos prejuicios y mostrar que esta modalidad de educación puede ser tan efectiva en el aprendizaje de los estudiantes como la enseñanza presencial, si se aplica correctamente. Además, si bien ha sido un momento propicio para la expansión de las técnicas de EAD, las clases remotas ofrecidas para reemplazar la presencial, en general, no deben verse como aprendizaje a distancia, porque se estaría trasladando el aula presencial para un entorno virtual y afirma Rodrigo Capelatoque la «EAD no es simplemente salir a dar la clase presencial a través de una plataforma. El ritmo es otro».
Algunos autores afirman que no hay ninguna evidencia para sostener que la instrucción cara a cara es el método perfecto de enseñar. La instrucción a distancia puede ser tan eficaz en el aprendizaje o más aún, como la instrucción en el aula. De ahí que Lana Paula Crivelaro, señala: «Vivimos hoy en un modelo de educación muy tradicional. Ahora es el momento de comprobar el potencial de la educación a distancia». Pero, la EAD no es enseñanza por correspondencia, como creen muchos, así fue su inicio. Hoy es solo uno de los múltiples medios que se utilizan, y es muy diferente debido al desarrollo y auge de la globalización y la Internet.
Ante las posibilidades, impartir docencia no presencial para continuar los aprendizajes, evidentemente que serían educación a distancia, educación virtual y educación en línea. Estos conceptos aunque suelen utilizarse como sinónimos, cada uno tiene características particulares, como se verá a continuación.
Educación a distancia. Es un sistema de enseñanza-aprendizaje que se desarrolla parcial o totalmente a través de las TIC, bajo un esquema bidireccional entre profesores y alumnos. Sustituye el modelo de interacción personal en el aula por uno de tutoría que responsabiliza al estudiante de su propia formación. Es una modalidad que permite el acto educativo mediante diferentes métodos, técnicas, estrategias y medios, en una situación en que estudiantes y profesores se encuentran separados físicamente, aunque podrían relacionarse de manera presencial ocasionalmente.
En esta modalidad los alumnos tienen control sobre el tiempo, espacio y ritmo del aprendizaje. Los materiales a utilizar pueden ser físicos como cuadernillos y libros, o multimedia mediante memorias USB o CD, material que puede ser entregado de manera presencial, por correspondencia o correo electrónico. El acompañamiento y la retroalimentación entre profesores y alumnos se llevan a cabo por teléfono, o mensajes de texto. En algunos sistemas educativos, esta modalidad se apoya en la radio y la televisión para llegar a contextos en los que no es posible la conexión telefónica.
Para que el aprendizaje a distancia funcione, la planificación debe anteponerse a la tecnología, es decir, seleccionar una metodología, organizar paso a paso el proceso educativo y pensar en cómo los estudiantes administrarán su autonomía. Por eso, en lugar de utilizar extensos videos expositivos, se recomienda dividir la clase en partes o módulos de corta duración e intercambiar las actividades.
En cuanto a la separación física entre alumnos y profesores en el momento del desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje, si bien las interacciones cara a cara desaparecen, debe decirse que en todos los sistemas de EAD no se produce realmente una separación absoluta entre ellos, porque siempre existirá, de manera obligada y necesaria, la realización de tutorías y reuniones de interacción biunívoca, mediadas tecnológicamente. Así, se establece una comunicación bidireccional controlada para el proceso de retroalimentación.
Educación virtual. Esta modalidad del proceso enseñanza-aprendizaje y el e-learning o aprendizaje por medios electrónicos, es una forma de la EAD que emplea internet, plataformas virtuales, teléfono, entre otros, para su desarrollo. Lara (2002) la define como la modalidad educativa que eleva la calidad del proceso enseñanza-aprendizaje, debido a que respeta su flexibilidad o disponibilidad, es decir, se puede canalizar para tiempos y espacios variables. Logra su mayor reconocimiento con la tecnología, a través de los métodos asincrónico, sincrónico y autoformación. En ese sentido, los sistemas virtuales pueden brindar oportunidades diferentes para que múltiples participantes puedan actuar en el mismo ambiente audiovisual, así la interacción puede darse en tiempo real simultáneamente (síncrona) o en forma diferida (asíncrona).
Algunos autores señalan que a partir del año 2000 se desarrollan cursos a distancia y ambientes de aprendizajes virtuales relativamente abiertos, que permiten la interacción de los participantes y proveen acceso a un amplio rango de recursos. Asimismo, distinguen entre el ambiente de aprendizaje tradicional, definido por las dimensiones lugar, tiempo y espacio y el aprendizaje virtual, que amplía estas tres dimensiones a tres más: la interactividad, la tecnología y el control. En cuanto a la dimensión tiempo, la educación virtual depende del participante, quien logrará sus objetivos de aprendizaje en el tiempo que disponga. En cuanto al lugar y al espacio, el alumno es quien los fija para estudiar.
En esta modalidad el contacto con el profesor es mediante una plataforma multimedia en la que los alumnos revisan y descargan materiales como documentos, presentaciones en diapositivas o videos. No es necesario que los docentes y los estudiantes coincidan en el horario, es asincrónica. Sus plataformas cuentan con un foro para que los alumnos expresen dudas o inquietudes, y el profesor al asignar las actividades establece una fecha de entrega. Al evaluarlas incluye una retroalimentación para que cada uno verifique sus avances.
En conclusión, todo indica que una vez pasada esta pandemia, la EAD será apoyo y complemento de la educación presencial, dando lugar a una metodología de enseñanza híbrida, pues junta ambas modalidades educativas.
Fuente: https://acento.com.do/opinion/educacion-a-distancia-ayer-y-hoy-8903180.html