Por Vienna Herrera
Norma Rodríguez, mamá de Keyla Martínez, una estudiante de enfermería asesinada en una posta policial en febrero de 2021, atiende una videollamada desde España. Detrás de ella se ven varias fotografías y carteles que piden justicia por su hija Keyla. Norma sonríe, algo que no se le había visto hacer públicamente desde que su rostro salió en los medios, dice sentirse feliz de que Xiomara Castro haya ganado la presidencia del país, que eso es lo que le dará justicia a su hija.
«Doña Xiomara ha presentado dentro de sus primeras 30 acciones que se meterá de lleno en el tema de los feminicidios y yo estoy completamente segura de que a Keyla se le va a hacer justicia y que los involucrados pagarán por el delito que cometieron», dice doña Norma.
El caso de Keyla despertó protestas que duraron varios días, pero también abrió un debate público sobre los femicidios y la violencia ejercida desde las fuerzas de seguridad. La misma Castro condenó el asesinato y pidió investigación profunda: «Que se lleve a la justicia a los culpables. La dictadura del Estado policial-militar no los debe encubrir», decía en Twitter.
Honduras es un país muy violento para las mujeres, aunque oficialmente las cifras de los homicidios han bajado desde hace unos 5 años, las muertes violentas de mujeres solo han aumentado. Hasta noviembre de 2021 el Centro de Derechos de la Mujer registró 314 muertes violentas de mujeres en contraste con el 2020, que cerró con 278 casos.
Muchos casos de violencia contra las mujeres son atendidos primero por la Policía Nacional, por eso para doña Norma es necesaria una depuración real de la institución: «Me imagino que es lo primero que van a hacer, sacar a todos los delincuentes de ahí y dejar a las personas que realmente sirvan y protejan a los ciudadanos. Ya le llegará el turno a los del grupo que estaba ese día cuando detuvieron a mi hija», agrega.
En agosto de 2021, mucho antes de que se formaran las alianzas, Xiomara Castro compartió en un conversatorio con organizaciones feministas y de mujeres en Honduras. Al finalizar, firmó comprometiéndose a gobernar según la agenda política de mujeres y feministas que incluye 7 ejes para priorizar los derechos de las mujeres: atacar la violencia contra las mujeres y femicidios, incluir temas de salud sexual y reproductiva, de la participación política de las mujeres, la feminización de la pobreza, los derechos indígenas y garífunas, educación integral laica y no sexista y el fortalecimiento de la institucionalidad y presupuesto con perspectiva de género.
En esa reunión estuvo Felicita López, lideresa indígena campesina y feminista del departamento de la Paz, que al conocer la noticia se alegró por la victoria de Xiomara, «porque se pudo a pesar de las dificultades, del asistencialismo y de todo lo que hay en el país». Felicita espera que este nuevo
Gobierno pueda combatir la discriminación y la exclusión que las mujeres de los pueblos indígenas han sufrido históricamente.
Felicita explica que entre las demandas que tienen para Xiomara está la derogación de los decretos legislativos que atentan contra los pueblos originarios, las reformas al nuevo Código penal. «Que las mujeres tengamos derechos donde nunca los habíamos tenido y que haya mujeres desde los movimientos sociales representando en la institucionalidad. Queremos que Xiomara tome en cuenta apoyar a las mujeres en iniciativas económicas y en el tema de la violencia, ya que por parte del Gobierno actual no ha habido esa oportunidad», agrega.
Para Felicita, que es también campesina, es importante la integración del acceso a créditos agrícolas para mujeres, pero también la erradicación de la violencia que disminuye la calidad de vida. Felicita es promotora legal en su comunidad, dice que para lograr mejorar la situación de violencia son necesarios «presupuestos justos y etiquetados para atención y prevención de la violencia hacia las mujeres que sufren violencia y que se apruebe la Ley de Casas Refugio y se implementen más casas así, como también fiscales y jueces especializados».