Enseñanza Especial en Cuba: noble labor de derecho y conquista

Fuente: Prensa-Latina

La Enseñanza Especial en Cuba celebra seis décadas de noble trabajo en la atención a niños y adolescentes con necesidades educativas de ese tipo en un programa concebido desde el inicio de la Revolución.

El primer ministro cubano, Manuel Marrero, calificó la iniciativa del líder histórico Fidel Castro (1926-2016) como uno de los grandes logros sociales, al tiempo que reconoció las conquistas del programa.

“Muchas felicidades a quienes dedican su vida a esta noble labor”, escribió el jefe de Gobierno en su cuenta en la red social Twitter.

Antes del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959, apenas ocho centros con una veintena de docentes atendían a 100 niños con necesidades especiales.

Sin embargo, en la actualidad más de 32 mil escolares reciben los beneficios de la concepción de esa enseñanza dentro del Ministerio de Educación (Mined).

De acuerdo con la directora nacional de esa área en este país, Beatriz Roque, 334 escuelas con 14 mil profesionales pertenecen al programa.

Como parte de la iniciativa, el Mined implementa investigaciones para perfeccionar el modelo educativo con los más avanzados enfoques internacionales.

El universo de esa enseñanza en Cuba se concibe como un sistema de instituciones educativas, modalidades de atención, recursos, servicios especiales, soportes profesionales y vías de extensión en función de los niños, adolescentes y jóvenes con necesidades especiales, sus familias, educadores y otros agentes.

La cartera cuenta con 608 maestros ambulantes para la atención a mil 651 niños con esas necesidades, en tanto otros 12 mil alumnos de primaria, secundaria, preuniversitario, técnico profesional y educación de jóvenes y adultos reciben atención en centros regulares. Entre los principales rasgos de la Educación Especial en Cuba sobresalen la cobertura de atención a la totalidad de la población escolar incluida y su proyección hacia el Sistema Nacional de Educación, según el portal web del Mined.

El proceso educativo se desarrolla en una relación alumno–profesor que no rebasa los 12 educandos por grupo, o inferior en algunos casos, e incluye un trabajo sostenido con la familia y la comunidad y las asociaciones de personas con discapacidad existentes en este país.

La enseñanza especial cuenta con el asesoramiento de maestros de apoyo y otros especialistas para la preparación correspondiente en técnicas, procedimientos, sistemas de comunicación aumentativos y alternativos y materiales educativos para estudiantes con discapacidad.

Se trata de un programa con mucho más que escuelas, concebido como una obra de infinito amor, enriquecida por el empleo de recursos necesarios y novedosos, así como el apoyo y creatividad que requiera cada caso.

Comparte este contenido: