México/25 de mayo de 2016/ Francisco Baez Rodriguez / Fuente: Cronica.
En reunión de trabajo con directivos de Crónica, el Rector señala que “debe mezclarse la investigación con la enseñanza, sin arriesgar la estabilidad de la institución”. Entre sus planes está incorporar las tecnologías de la información y evaluar de una manera más integral en bachillerato
El rector de la UNAM, Luis Enrique Graue Wiechers, piensa en una Universidad de vanguardia y vinculada a los problemas de la nación. Sus objetivos principales: transformar los métodos de enseñanza-aprendizaje, incorporar las tecnologías de la información, crecer en posgrados y evaluar de una manera más integral en bachillerato. Al mismo tiempo, sostiene los valores esenciales de la Universidad Nacional: su carácter gratuito, público, laico, libre y crítico.
A invitación del Consejo Editorial de Crónica, formado por directivos y colaboradores de este diario, se llevó a cabo una conversación colectiva con el Rector, una animada plática que tocó muchos de los temas que interesan a la comunidad universitaria y al país; de los planes de estudios a asuntos como la toma eterna del Auditorio Justo Sierra, ninguno quedó sin comentar. La charla fue tan amplia que la dividimos en dos entregas. En la primera, se ve lo estrictamente académico.
Éstos son los puntos centrales de la primera parte de la interesante conversación.
El rector Graue, médico oftalmólogo, hace una presentación inicial, en la que se ve que tiene ojo clínico para analizar la gran institución educativa que encabeza.
Inicia con una frase, acompañada de una sonrisa: “me saqué la rifa del puma”. La sonrisa se debe a que “es una rifa preciosa, porque la Universidad tiene actividades de todo tipo y es muy noble”.
De inmediato plantea, tras un breve diagnóstico, lo que piensa hacer en su rectorado:
Explica que la UNAM ha crecido mucho; su presupuesto, de 39 mil millones de pesos, es más del doble que hace 15 años. En los últimos años han aumentado la oferta educativa, los recursos para investigación y los campus. La tarea, entonces, es “consolidar los avances y mejorar la educación”. “¿En qué sentido?”, se pregunta el Rector: modernizar los métodos de enseñanza, mezclar las tecnologías de la información, crecer en posgrados y mejorar en bachillerato. Se dice fácil, pero no es sencillo”.
Además, señala, “es necesaria una mayor vinculación con los problemas de la nación y combinar la investigación en ciencias sociales y humanidades con la investigación científica”. Termina diciendo que en promoción cultural, se ha hecho un trabajo muy bueno con los adultos, pero es necesario acercarse más a los jóvenes.
A continuación, Graue enfatiza algunos puntos de principio: “la educación pública debe ser obligación del Estado; el Estado debe asumir ese compromiso con la sociedad”. Afirma que “no es fácil seguir cumpliendo todas las tareas con el presupuesto que tenemos” y advierte que el 60 por ciento de los estudiantes de la UNAM vive en familias con ingresos inferiores a seis salarios mínimos. En ese sentido subraya, como para que no se olvide, que “la Universidad ayuda a la permeabilidad y movilidad social”.
Más allá, recuerda que, por la evolución de la pirámide poblacional, existe un bono demográfico y sería un error no aprovecharlo.”Nuestra cobertura nacional en educación superior no llega a 34%. Debería ser mayor si de verdad vamos a usar ese bono”.
Para terminar su intervención inicial, el rector de la UNAM refrenda su compromiso por “, pública, laica, libre y crítica”.
Preguntamos si con esas necesidades nacionales, no sería obviamente conveniente que la UNAM siguiera creciendo. Señalamos como problema —entiendo a la Universidad como espacio plural— que antes había muchos estudiantes de provincia en las licenciaturas y que ahora la mayoría proviene de las preparatoria y CCH de la propia Universidad, a través del pase reglamentado.
El rector precisa que aproximadamente el 52 o 53% de los estudiantes de carreras viene del pase reglamentado. “Eso varía mucho según las escuelas. Hay carreras como medicina o comunicación en las que esa proporción es muchísimo más grande”.
“La UNAM crecerá, pero no en Ciudad Universitaria. También están saturadas las unidades multidisciplinarias en distintas partes de la Zona Metropolitana”, dice. Ha crecido en León y Morelia. Adelanta que se crearán unidades en Yucatán y Querétaro, “con una oferta académica distinta a la que ofrecen las universidades autónomas de esos estados”.
La oferta de educación en el país debe crecer, insiste, pero no todo el peso lo puede llevar la Universidad Nacional.
También se le preguntó sobre la relación entre la enseñanza universitaria y el empleo, en un entorno cada vez más demandante, que es algo que suele preocupar a los estudiantes. La respuesta del Rector es analítica y, al mismo tiempo, dibuja sus inquietudes y proyectos.
“Es importante aprender en ambientes contextualizados; estudiar desde el principio problemas concretos en situaciones concretas”, inicia en lo que será una crítica a la situación actual.
Comenta que “tenemos una buena combinación de profesores de tiempo completo y profesores de hora-clase. Estos últimos suelen vivir más de cerca los asuntos de la vida profesional”. Eso, nos dice, ayuda para que los alumnos tengan, simultáneamente, una formación sólida y ligada al ámbito en el que se desarrollarán.
Sin embargo, “la universidad tradicional enseña en modo fragmentado, y luego pide una tesis para que el alumno haga la demostración de que es capaz de integrar los fragmentos. Hay que pensar en una nueva forma de enseñanza y también en conectarse con el mercado laboral”. No que necesariamente uno venga con lo otro, pero que estudiantes preparados con nuevos métodos tendrán mejores empleos.
Advierte que “el principal problema para llevar a cabo esta transformación es la resistencia de los profesores, acostumbrados a un método de trabajo”.
Preguntamos al respecto acerca de las edades de los académicos de la UNAM, que han ido aumentando rápidamente. ¿Ha envejecido la planta de profesores?
Graue responde que el promedio de edad del personal académico es de 57 años. “Se ha logrado estabilizar, porque iba al alza”.
Explica que su antecesor, el doctor Narro, llevó a cabo un exitoso programa de incorporación de jóvenes académicos, y también un mecanismo de jubilación que añade, a los 17 mil pesos mensuales de jubilación del ISSSTE, 24 mil pesos que se cubren como honorarios y un seguro médico de gastos mayores. 600 maestros mayores de 70 años, que deseaban jubilarse pero no lo hacían por lo escaso de la pensión, se han incorporado a este programa.
Comenta que de los profesores de esa edad que siguen activos en la UNAM, aproximadamente una tercera parte son muy productivos, importantes investigadores, a menudo de vanguardia, que con su experiencia y capacidad son un importante patrimonio de la Universidad; otro tercio trabaja bien, cumpliendo sus obligaciones y el tercio restante está allí porque no quiere retirarse.
Aunque las había esbozado al principio, pedimos al Rector que no diga cuáles son sus tres prioridades académicas.
Lo primero que dice Graue es que se requiere mayor conectividad a la red en las instalaciones universitarias, “que es la base de cualquier otra cosa que se pueda hacer”. Gran parte de la educación actual necesita los servicios de internet, explica, y éste debe ser fácilmente accesible en cualquier lugar de los diferentes campus.
Otro reto es subir gran cantidad de materiales educativos en la red, más allá de los que actualmente ofrece el Sistema de Universidad Abierta. Son cada vez más las lecturas y consultas que se deben hacer por ese método.
Adelanta que se trata de un proceso en marcha, que no terminará en cuatro años, pero que es fundamental para una transformación de los métodos de aprendizaje.
Un punto nodal, nos comenta, es “transformar la evaluación en la Escuela Nacional Preparatoria y CCH para que los egresados tengan un nivel uniforme y bueno”. Explica que en la actualidad hay parámetros distintos para evaluar a los jóvenes estudiantes de educación media superior, lo que quita objetividad a la evaluación. Eso debe servir para elevar el nivel académico de estas escuelas.
El tercer propósito está en los posgrados. El proyecto es multiplicar programas y ser más eficientes. Que la UNAM tenga más maestrías y doctorados y que haya más estudiantes que se reciban a tiempo.
Finalmente, dice el Rector, “la Universidad debe ser innovadora”. Tiene que ser capaz de promover carreras con otro corte, más integrales y ligadas a las nuevas necesidades que surgen en la sociedad. Piensa en dos recientes, la de Ciencias de la Tierra, aprobada en 2010, que analiza el impacto de la sociedad humana en el ambiente y la de Archivos y Gestión Documental, que se imparte en Morelia, que tiene un amplio campo de trabajo en tiempos de transparencia y redes, pero que —admite— no ha sido bien promocionada.
La innovación, concluye Graue, implica ser más capaces de realizar un aprendizaje multidisciplinario, y también mezclar más la investigación con la enseñanza, sin arriesgar la estabilidad de la institución.
Fuente: http://www.cronica.com.mx/notas/2016/962923.html
Imagen: http://www.cronica.com.mx/fotonotas/962923/87.jpg