Por Celia Rosado Romero
Por lo pronto hoy ya saldremos de uno de ellos al conocerse oficialmente quienes serán los próximos a gobernarnos, si es que no sigue el show con algunos inconformes que pretendan retar la voz de la ciudadanía. Sin embargo persiste algo en el tintero, el problema magisterial.
Reflexionemos sobre la llevada y traída Reforma Educativa propuesta por el actual periodo presidencial de Peña Nieto. Envuelta en toma y quema de palacios municipales, secuestros de funcionarios, una ira incontrolable y preocupante para la sociedad de varios estados del país.
Al extremo de cometer atropellos en nombre de la lucha por grupos anexados por su misma condición de inconformidad por la situación socioeconómica imperante en todo el territorio mexicano. La muestra fue la actitud asumida de vejación para maestros, declarando ser parte del sindicato, sumidos en el miedo ante la horda que los rapo y amenazo de muerte.
En tanto, los docentes tienen como argumento a la Reforma Educativa, en su inconformidad. Si prestamos atención el Secretario de Educación, Aurelio Nuño, sólo se refiere a evaluación de docentes, cambios de horarios, restricciones salariales, nunca de mejoramiento en los planes de estudios, enriquecimiento de conocimientos, estrategias didácticas, áreas en las que se funda la educación, podría decirse que hay un juicio de raciocinio pobre ante el problema.
¿Dónde quedaron las políticas educativas? Para saber dónde estamos y para dónde vamos. La educación debe dejar fuera los vaivenes políticos. ¿Cuál modelo educativo queremos para este Siglo?
Esgrimir el garrote y la amenaza por el dialoga con los docentes en relación a la enseñanza que hasta ahora se ha impartido, donde los creadores de ella son los encargados de la Secretaría que Nuño, no ha dado frutos.
Se sabe que las reformas las imponen las autoridades educativas inmersas en la burocracia de las oficinas de su ministerio.
El núcleo del problema magisterial que se ha desbordado en actos vandálicos provocando el descontento de la sociedad, requiere de personajes con el sentido autocrítico para sentarse a dialogar, reconocer errores y aciertos de ambas partes.
El actual sexenio, va por el segundo Secretario de Educación. El primero Emilio Chuayffet Chemor, impulsor de la Reforma Educativa, por órdenes del Presidente de la República, con el objetivo de elevar la calidad educativa en el país a través de la modificación del artículo 3ero y 73 de la Constitución, no llevo a ningún lado, sólo removió la ira contenida por años, de la comunidad magisterial.
Hoy lo constatamos con su remoción, teniendo Aurelio Nuño enfrentar el rechazo de los maestros.
Nuño culpa a los profesores del fracaso educativo, olvidando que soy ellos los que enfrentan a diario las carencias en materiales didácticos, padeciendo de calor o frío a consecuencia de infraestructura del siglo pasado en sus espacios laborales. Su población escolar son infantes de las zonas serranas sin haber probado bocado o haber recorrido kilómetros para llegar. Estudiantes de zonas urbanas y suburbanas que día con día, los padres de familia se queja de irregularidades en sus plantes.
Es de reflexionar la necesidad de ver todo el bosque y no sólo el árbol de todo el panorama que abarca la problemática educativa en el país. Se pretende darles a los alumnos una proyección internacional utilizando el ciberespacio.
Primero, para ello, se requiere que todas las escuelas de zonas urbanas, suburbanas y rurales, cuenten con internet, es más necesitan tener energía eléctrica para acceso a las redes.
Fue lastimoso lo acontecido durante el periodo de Vicente Fox. Una anécdota difícil de olvidar.
En su muy personal óptica de ignorancia envió equipos a infinidad de planteles educativos, pero, la sorpresa fue que algunos no sólo no tenían acceso a Internet, sino que ni siquiera instalación eléctrica para conectar los equipos.
No es rara la inconformidad, no sólo de los maestros, sino de los padres de familia que se lanzan a las calles, interrumpiendo el tráfico, pidiendo ventiladores, arreglo a sus aulas, bardas que contenga a los ladrones que vacían sus salones, limpieza de sus campos, etc.etc una serie de molestias que día a día padecen sus hijos.
La interrogantes es ¿también son culpables del fracaso educativo?
La demanda de las autoridades es: por qué la sociedad de padres de familia, no resuelven las carencias que se tienen. Por qué no hacer eco a la Reforma Educativa que dice dar cuota en las escuelas para el mantenimiento de limpieza. Pagar luz y agua que consumen. Cooperar para el arreglo de los laboratorios, mobiliario, baños, compra de pizarrones, etc.etc.
Para la Reforma Educativa, tanto padres de familia como maestros, no responden a las necesidades que se plantean a diario, no son solidarios con los funcionarios. De ahí que se hable de política participativa, olvidando la condición socioeconómica que se vive, con un salario que no alcanza para la canasta básica, una cruda realidad que no alcanza a los vividores del presupuesto.
A las autoridades, el que un maestro apruebe la evaluación es la respuesta a las demandas de los progenitores, así como al mejoramiento de la calidad educativa.
Lo demás no cuenta.
¿Esto es, el paradigma educativo?
¿Dónde queda el compromiso del aparato burocrático atrás de todas las demandas?
Creen que cada quién debe asumir sus responsabilidades. Habrá de escuchar a Fernando Savater “la educación no es un gasto, es una inversión, la inversión que permite regenerar la sociedad”
Cuidado con la sublevación de profesores, padres, como la sociedad en general. Ya el 5 de junio dio una muestra de lo que la sociedad piensa.