Autor: Carlos A. Ventura Callejas, José A. Vazquéz/
Fuente: Red Voltaire
El 31 de mayo pasado, en medio de un contexto de criminalización y estigmatización, pero también de lucha incansable, maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se reunieron en la Ciudad de México con estudiantes, activistas, jóvenes, ciudadanos y ciudadanas para informar sobre la situación por la que atraviesan las y los maestros de diversos estados del país, en esta ocasión, en los últimos meses en contra de la Reforma Educativa, impulsada por el Ejecutivo Federal desde el año 2012. Dicho espacio fue convocado por el colectivo Desencanto y Revuelta con la intención de abrir un espacio de solidaridad para las y los docentes movilizados en defensa de sus derechos laborales y contra los métodos de evaluación impuestos por la Secretaría de Educación Pública.
En medio de un ambiente de expectativa, escuchamos a los profesores invitados. Las reflexiones que abrieron el espacio de diálogo hicieron hincapié en la esperanza, surgida en la solidaridad mostrada por padres y madres de familia, estudiantes, organizaciones sociales y pueblos de todo el país, que es enorme, y se ha unido a las movilizaciones en apoyo al movimiento de la CNTE alrededor de México. “La huelga y la movilización ha cobrado relevancia… ha roto con las expectativas que nosotros mismos nos habíamos planteado”, declaró uno de los profesores.
También aludió el contexto de criminalización, estigmatización y violencia que han vivido las maestras y los maestros desde el inicio de las jornadas de lucha nacional de parte del magisterio. Recordó que las y los manifestantes de la CNTE han sido desalojados ya tres veces de los plantones instalados en la Ciudad de México, siendo el más emblemático el desalojo de la Plaza de Santo Domingo, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México, el pasado 21 de mayo. “Nos tienen arrinconados.
La pretensión del Estado es que no salgamos, que callemos”, mencionó uno de los profesores presentes en el diálogo. Aunado a esto, los maestros relataron cómo el Estado mexicano ha ejercido amenazas, detenciones, desapariciones e incluso asesinatos contra las y los trabajadores de la educación que conforman el movimiento disidente magisterial; además, lo que sucede con los despidos masivos y las campañas de criminalización ejercida a través de los medios masivos de comunicación. Otro de los maestros presentes recordó que “desde el 2013 tenemos compañeros encarcelados, asesinados, perseguidos y exiliados por alzar la voz”. De acuerdo con lo que compartimos con las y los maestros presentes en este encuentro, el Estado ha vuelto a usar las prácticas “tradicionales” de represión en su contra y, con ello, sin duda se configuran graves violaciones a derechos humanos de las y los integrantes de la CNTE.
A pesar de esta violencia dirigida en su contra por parte del Estado, las maestras y los maestros seguirán en pie de lucha por medio de diversas acciones enmarcadas en su derecho a la protesta social, al tiempo que, como ellas y ellos mismos han señalado, intentan abrir el diálogo con la sociedad y el gobierno, pues están en la protesta y la propuesta, mientras que el gobierno federal en la cerrazón total. Los maestros presentes en este conversatorio reiteraron las demandas que se manifestarán a lo largo de sus acciones políticas: la no implementación de las reformas estructurales, haciendo hincapié en la reforma educativa; la estabilidad laboral de las maestras y los maestros; la aparición con vida de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa; la reinstalación inmediata de las y los profesores que están en proceso de despido; la no retención de los salarios de las y los miembros de la CNTE que se han movilizado y negado a presentar la evaluación impuesta por la Secretaría de Educación Pública; el alto a la persecución de las y los luchadores sociales; y la libertad de todos los presos políticos del país, especialmente de aquellos que han sido detenidos a raíz del movimiento magisterial: en total, son 11 los maestros que fueron detenidos a lo largo de las movilizaciones.
A la par de esto, mencionaron que es urgente, con la solidaridad de todas y todos, revertir el efecto que ha tenido el “operativo mediático” para desprestigiar y criminalizar a las y los profesores de la CNTE; es necesario reconocer y promover que el magisterio disidente hacen ejercicio y uso de su derecho a la libertad de expresión y su derecho a la protesta social. El control de los medios masivos de comunicación ha invisibilizado también el movimiento que se ha dado en otros estados del país contra la Reforma Educativa.
Cabe señalar que diversas organizaciones de derechos humanos se pronunciaron ante la criminalización de la que han sido objeto y demandaron al gobierno tanto de la Ciudad de México como el federal, cesar todo intento de represión o impedimento a la exigencia de derechos que los docentes realicen. Estamos frente a un autoritarismo que a rajatabla violenta derechos sin costo alguno, y el caso de la CNTE ahora es todavía más emblemático en esta lamentable situación de crisis de derechos humanos.
De lo recogido en este diálogo con profesores, recalcamos que la CNTE ha estado al lado de muchos otros movimientos sociales, por ello es de reconocerse la trascendencia que tiene el movimiento magisterial en México, pues también representa una de las tantas luchas que convergen a nivel internacional contra los modelos neoliberales de desarrollo y, en este caso, de modelos educación basados en una lógica de control y calidad empresarial. Uno de los maestros afirmó que se enmarcan dentro de “la primera revolución social del siglo XXI”.
A lo largo del diálogo, los maestros reafirmaron la posición de la CNTE: “Queremos una evaluación de dignidad, no de calidad”; reiteraron que la calidad a la que aluden en los pasillos de la SEP responde a las exigencias de una lógica empresarial y no al principal objetivo de la educación, que son las personas, su contexto y su historia. De viva voz, escuchamos que, si ha de haber un mecanismo de evaluación de la educación, éste no debe ser el impuesto por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), sino uno que sea continuo, formativo y sumativo, y que no castigue a las y los docentes sino que les acompañe y forme; les dé herramientas para ejercer su labor dentro de los contextos en los que ellas y ellos se encuentran inmersos, y conocen bien. ¿Quiénes más saben lo que significa educar en la diversidad de territorios en nuestros país, sino ellas y ellos? En este sentido, los maestros afirmaron que existen experiencias elaboradas por ellas y ellos mismos y que han dado aportes enormes para mejorar la educación en nuestro país.
Al finalizar este encuentro, queda la fuerte y firme convicción de solidarizarse con la CNTE; cada persona, colectivo y organización nos toca ver las formas de cómo apoyar, sumarse y hacer frente juntas y juntos a un régimen que lo único que hace es violentar la dignidad de personas y pueblos, desechar los derechos humanos y encumbrar el autoritarismo. Las reivindicaciones de la CNTE son ahora causas nuestras, debieran serlo, pues lo que está en juego es la educación, derecho al que todas las personas que habitamos o transitamos por este país debemos tener acceso, así como la estabilidad y respeto a los derechos laborales que han sido ganados a lo largo de la historia por los trabajadores. Lo que nos jugamos es nuevamente, perder o no, lo que le pertenece a las comunidades, los pueblos y las personas: sus derechos y su dignidad.
Fuente: http://www.voltairenet.org/article192294.html
Imagen tomada de: http://k38.kn3.net/taringa/7/2/5/7/6/6/4/demi_ivan/F08.jpg?4425
Editor: Carlos A. Ventura Callejas, José A. Vazquéz