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Entrevista: «Una experiencia de Educación Popular en la universidad»

Entrevista/23 de agosto de 2016/Fuente: debatebuenaeducacion

Los comentarios son de Alfredo Manuel Ghiso Cotos, educador popular, docente, investigador universitario y miembro del Laboratorio Universitario de Estudios Sociales

Foto: libresdelsurlaplata.blogspot.pe

Desde hace tres décadas he venido planteando la formación en investigación social de estudiantes de pre y postgrado desde la opción ética, política y pedagógica de la educación popular. La voz de los y las estudiantes, participantes en la experiencia formativa, permitirá describirla y descubrir los componentes fundantes.

Una charla en Facebook, mayo del 2015:

22 de mayo a las 20:38· –Sí niña, sí… la palabra no se regala… la palabra se conquista… Investigación social I… ¿te acordás?
22 de mayo a las 20:42· –Me acuerdo perfectamente… Fue mi propia conquista… Y gracias a esos encuentros hoy puedo expresarme y saber que mi palabra tiene un gran valor… Igual que la de cada persona a mi alrededor… Ahí el valor de la escucha…
22 de mayo a las 20:46· Me alegra y emociona saber eso…
22 de mayo a las 20:48· Gracias profe… A veces necesitamos quien nos recuerde que más allá de ser y estar para el mundo y un sistema de producción… Hay un encuentro con el otro que nos «hace» y nos construye como sujetos políticos y sociales… Un encuentro de diálogo, de reconocernos y reconocer al otro…Y a partir de allí posibilitar nuevos conocimientos y experiencias en torno a la realidad que vivimos… Gracias por posibilitarlo… Y seguiré compartiendo con otros esa misma experiencia.

La educación popular como opción pedagógica se podría caracterizar desde la voz de las y los estudiantes universitarios:

  • “Un espacio en el que uno se cuestiona su proceso de formación, su manera de relacionarse con los otros, de construir conocimiento frente a la realidad que vivimos y los problemas sociales que nos aquejan…”.
  • Me parece curioso que en la mayoría de cursos «comparto» con compañeros, a los cuales ni siquiera me les sé el nombre y, en cursos como estos, es que nos preguntamos por el otro y construimos en conjunto…”.
  • “En cada encuentro construía peldaños académicos y de vínculos, donde nunca se sintió competencia, al contrario eran escenarios de construcción con el otro, de apoyo mutuo, de escucha…”.
  • “Es el momento mismo de encontrarse con las diferentes miradas de quienes nos rodean, de los sentires, de las experiencias, de los relatos”.
  • “Una experiencia, donde se le dio el sentido real a todo y donde partimos de mirarnos a nosotros mismos, para luego mirarnos con los demás y en relación a la diversidad que nos caracteriza…”.
  • “Una forma de aprendizaje con el Profe, con los compañeros de curso”.
  • “Donde la palabra y el valor de la misma permitía un tejido de cada uno y cada una….” “Este curso, ha sido de vital importancia para mi vida profesional y personal, más porque he comprendido la importancia que tiene cada momento de la vida, en interacción con el otro…”.
  • “Lo que más me ha gustado ha sido que la clase se tome en forma de círculo, de manera que todos nos miremos y nos reconozcamos. Me gusta porque rompe el esquema de sentarse, mirar y escuchar al profesor dando una cátedra que pocas veces te da la oportunidad de cuestionar. Aquí tenemos la oportunidad de conocernos a nosotros mismos y a los demás, de reflexionarnos y enfrentarnos a una realidad.
  • “Más que un curso, es un espacio de aprendizajes, que permite el intercambio y la retroalimentación de saberes, a partir del encuentro con las y los otros. Ningún conocimiento es verdad absoluta, simplemente se pone en discusión lo que cada uno y cada una ha aprendido a lo largo de su formación, aportando al grupo diferentes percepciones sobre la realidad social. Valoro mucho el hecho de que personas pertenecientes a diferentes programas de la facultad puedan reunirse en un mismo espacio, ojalá pudiera extenderse a toda la universidad porque es necesario rescatar el sentido de lo humano en la formación profesional”.
  • “La verdad, es que tenía muchas expectativas del curso, que me hacían sentir atemorizada, sin embargo se han ido dando las cosas y creo que contigo no es tan terrible como decían. He aprendido mucho y los temas que trabajamos en clase han sintonizado con mi experiencia de vida, en el ejercicio de algunas actividades que realizo en el orden de lo social. Siento que realmente he aprendido mucho y que he podido entablar relaciones con lo que vivo cotidianamente”1.

El dispositivo pedagógico creado desde la opción de la educación popular, para la formación de estudiantes universitarios en el área de la investigación y de la pedagogía social se caracterizó por constituirse como un acontecimiento humano que los participantes denominaron “encuentro” y el encontrarse fue una experiencia de la que pueden dar cuenta, porque no solo se encuentran con otros diversos, diferentes, sino que también lo hacen con el conocimiento y consigo mismos.

El encuentro es la mediación pedagógica, allí se reconquista, recupera o se conquista la palabra: palabra/pensamiento, palabra/participación/democracia, palabra/confianza/solidaridad, palabra/libertad/autonomía/apropiación. El encuentro es condición de circularidad del poder, el saber, la palabra –círculo como otra espacialidad–, que rompe con la unidireccionalidad propia del autoritarismo. El encuentro es, también “conversación” – dar vueltas en torno a un tema con otros–.

Es en el encuentro donde circula la palabra, donde surge la cotidianidad, el contexto, la realidad en la que vivimos que pone en duda las verdades absolutas, que problematiza y cuestiona los argumentos reguladores del pensamiento, los dogmatismos naturalizados por los medios de comunicación. El encuentro, la palabra recuperada permite nombrar e interrogar las prácticas y discursos, con los que operamos y comprendemos la realidad. La pregunta mueve al diálogo que recupera, deconstruye, contrasta, acuerda aquello que operará como planteamiento, argumento o hipótesis de investigación.

El diálogo visto desde el autoritarismo como pérdida de tiempo, como proceso educativo poco eficiente, es la clave de la apropiación del conocimiento solidario–emancipador. En el diálogo se afinan comprensiones, se precisan términos, se cuestionan seguridades, se ajustan planteamientos. En el diálogo se configura la experiencia de la construcción colectiva del conocimiento.

Los contenidos en un curso universitario son pasajeros, transitorios, reciclables, lo que distingue una práctica de educación popular en la universidad de otra que no lo es: se visualiza y reconoce en el dispositivo pedagógico que busca emancipar al sujeto en el encuentro con los otros, con la realidad, con el conocimiento y consigo mismo. En el dispositivo formativo construido desde la opción de la educación popular operan mediaciones que se entrelazan: la palabra, el diálogo, la circularidad, la pregunta que problematiza y la construcción colectiva de descripciones, explicaciones, comprensiones y de estrategias de acción.

Un educador popular en la universidad

Desde la experiencia reflexionada como docente en educación superior, en las áreas de la pedagogía y la investigación social, pensamos que un educador popular en la universidad latinoamericana hoy requiere tener opciones ético/políticas, compromiso, rigor metodológico, amorosidad, creatividad y la convicción de que el cambio es posible para formar profesionales de las ciencias sociales y humanas, como sujetos pertinentes de estudio, discurso y acción.

También hace falta conocer y tener un vínculo crítico y desnaturalizador con la vida cotidiana que permita además de describir y explicar, desarrollar acciones transformadoras, soportadas en capacidades de compromiso, imaginación y coraje, que unidos a la construcción de un conocimiento y de una ciencia solidaria, socialmente legítima, holística y crítica, sea capaz de sortear las amenazas contra la vida y el buen vivir de las personas. La docencia universitaria, desde la educación popular, es docencia para la vida digna, por ello se propone dinamizar múltiples y diversas conversaciones, además de abrirse a diferentes espacios y momentos que faciliten el superar aquellos obstáculos, frustraciones y tristezas que nos afectan a todos. En estos espacios y momentos la palabra que teje el encuentro entre personas aporta a la sanación y liberación, de opresiones y las desesperanzas con las que el sistema sociopolítico y económico hegemónico, hoy pretende someternos.

Necesitamos coraje e imaginación para convertirnos en seres humanos, profesionales pertinentes de estudio y acción, constructores y defensores de un modelo de sociedad justa que nos dignifique. Constructores y defensores de una propuesta económico/político/ambiental que nos reconcilie con el territorio, con las víctimas de la guerra, con los excluidos en la historia y con la naturaleza. La educación popular en la universidad ha venido respondiendo, en este caso, a la formación de investigadores e investigadoras sociales críticas que con otros, esperamos, sean capaces de abrir espacios para intervenir solidariamente, en la definición del futuro.

______________________
* Este texto forma parte de un artículo titulado: FORMAR SUJETOS PERTINENTES DE ACCION Y DE ESTUDIO
La educación popular en la formación de profesionales. Revista Piragua N. 41 CEAAL.

Alfredo Manuel Ghiso Cotos es Educador popular argentino, residente en Colombia, Docente, investigador Universitario emérito, Miembro del Laboratorio Universitario de Estudios Sociales. Docente de los seminarios de Pedagogía Social Contemporánea y Perspectiva pedagógica de lo psicosocial, Investigación social cualitativa (Escuela de Postgrados de la Fundación Universitaria Luís Amigó). Docente a cargo del seminario de Autor e IAP, en varios postgrados. Docente emérito en los cursos de Investigación social y Pedagogía social, Universidad de Antioquia, Medellín. Fue coordinador latinoamericano de la red de alfabetización del CEAAL. Colaborador emérito del Programa de Sistematización CEAAL y autor de artículos, capítulos y compilador de libros. Correo electrónico: amghiso@gmail.com

1 -Algunos testimonios fueron presentados en el artículo “La fugaz verdad de la experiencia” en: Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 9, Nº 25, 2010, pp. 137–163.

Fuente: http://www.debatebuenaeducacion.org/index.php/entrevistas/48-entrevista-una-experiencia-de-educacion-popular-en-la-universidad

Imagen: www.debatebuenaeducacion.org/images/art-ghiso.jpg

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Entrevista: Aikido. El arte marcial donde la mujer es tan fuerte como el hombre

Por: Mariana y Punto

fotos: Eleonora

Cuando decidimos entrevistar al Sensei Ricardo Toro sólo pensábamos que el Aikido era un deporte desconocido que nos interesaba explorar, pero nos encontramos con algo mucho mejor; el Aikido es un arte marcial (o un lenguaje deportivo y educativo) donde las mujeres somos tanto o hasta más poderosas que los hombres.

“En Chile ha aumentado el número de practicantes femeninos, y a nivel internacional el Aikido es un arte muy conocido entre las mujeres porque la técnica del aikido no ocupa fuerza sino que trata de armonizar con la fuerza del otro, no cae en aspectos violentos, entonces para la contextura y capacidades de la mujer es ideal; los hombres generalmente confiamos mucho en la fuerza, que va en contra de lo que tratamos de desarrollar con el Aikido, cosa que para las mujeres es mucho más natural”, explica Ricardo.

En una clase normal de Aikido no hay diferenciaciones de género, peso o de edad. “Los más chicos tienen su propia clase pero no impide que un niño pueda practicar una clase de adulto, podría integrarse fácilmente, porque la clase está hecha para el desarrollo técnico no competitivo, y el profesor también orienta la clase para que haya un crecimiento de todos: el más antiguo tiene que ayudar al más nuevo, no hay una rivalidad”.

¿Qué distingue al Aikido de otras artes marciales?
Es un arte marcial japonés, se origina de una síntesis de las antiguas artes japonesas, de los samurai, pero las fundidas con la idea espiritual de su creador, entonces el prisma o el énfasis que le dio al Aikido es con un fin social: se busca la paz a través del arte. De manera práctica, lo que se hace es tratar de armonizar con la fuerza o energía que trae el otro para resolverlo de manera controlada, sin dañarlo en lo posible. Entonces a mi entender es una manera mucho más inteligente de enfrentar un conflicto, no solamente de defenderme y atacar sino tratar de armonizar, y ese concepto requiere de una actitud y de un desarrollo interno para no caer en violencia. O sea tú a través de la calma y del control de situación puedes llegar a la armonización. La otra parte es la parte filosófica del Aikido que a mi gusto es muy coherente el discurso con la práctica. En otras artes ves un discurso parecido pero en la práctica ves agresión siempre o que están orientadas a la competencia. El Aikido permite educarte de forma amplia, no solo en un tema marcial sino de desarrollo interno.

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¿Quiénes son los que más hacen Aikido?
El espectro es amplio, desde niños, mujeres, adultos, ancianos, hay personas que a los 60 años han llegado a practicar sin experiencia, o niños de 4 ó 3 años que se adaptan. La práctica no es excluyente sino que cada persona se va adecuando de acuerdo a sus potencialidades y a lo que va planteando el profesor. No hay diferencias de peso o de categoría, no hay competencia, en ese sentido es mucho más amigable.

¿Por qué crees que el Aikido es menos conocido que otras artes marciales?
Yo pienso que por una situación práctica que es la competencia, la competencia ha hecho que otras artes hayan sido más conocidas o hayan tenido un desarrollo más explosivo. De hecho el taekwondo o el judo están en los juegos olímpicos entonces eso hace que aumente su popularidad.

¿Qué relación puede tener el Aikido con la defensa personal?
El Aikido tiene todo ese desarrollo interno, pero es una técnica muy práctica: busca optimizar tu fuerza, tus capacidades, y es muy eficiente en ese sentido. Sin perder el tema de desarrollo interno trabaja a través de técnica ese aspecto. A veces se compara el Aikido con el yoga, pero la diferencia es que el Aikido es un arte marcial. Eso es fácilmente aplicado a una situación de conflicto; hay puntos donde se da énfasis a eso, en cursos de defensa temporal donde se toman elementos de una clase tradicional de Aikido para desarrollar el tema de la defensa.

¿En cuánto tiempo se podría desarrollar?
Depende; generalmente esos cursos son cortos, a veces un fin de semana, a veces un día completo… Ahora se puede alargar un poco más, un par de meses. El Aikido es un arte eficiente, pero te lleva un tiempo desarrollarlo. He visto el progreso de las mujeres dentro del Aikido; yo tengo actualmente dos cinturones negros que son mujeres, y ellas perfectamente se podrían desenvolver en una situación de defensa o de conflicto.

¿Cómo se puede enfrentar alguien que hace Aikido con alguien que no maneja la técnica?
La técnica de Aikido debe funcionar biomecánicamente independiente de que tú sepas Aikido o no; hay un tema de aprovechamiento de fuerza, pero en la práctica eso se traduce en reducciones, en inmovilizaciones, el trabajo de las articulaciones, los desequilibrios, entonces eso es aplicable a cualquier persona. Ahora, dentro del contexto de la clase se busca que la persona que reciba la técnica no reciba daño, hay todo un sistema de caída asociadas a eso. Hay una aspecto de la clemencia que se desarrolla a través de la práctica, porque tú siempre tienes la potencialidad de provocar daño en la otra persona, pero tú eliges el control de situación.

¿Entonces la condición física ni del hombre ni de la mujer es más favorable a la práctica del Aikido?
No, pero hombres y mujeres tienen sus potencialidades y sus limitantes; en el caso de la mujer tiene un aspecto de flexibilidad y de no violencia que es superior al del hombre; en general la mujer está acostumbrada a que el hombre la aplaste un poco por el machismo, siempre hay una lucha constante. Tienes que entender al otro, cuál es su intención y hacia adónde va su fuerza para poder redirigirlo, y la mujer lo puede hacer mucho mejor que el hombre. Y la flexibilidad debe ser tanto física como mental, para una persona rígida es muy difícil que pueda ejecutar movimientos de Aikido porque son circulares, amplios, y porque el concepto de armonización requiere una apertura mental.

¿Qué debilidades tiene la mujer para la práctica del Aikido?
Muchas menos que el hombre; a veces pienso que la debilidad de la mujer no pasa por un aspecto físico, pasa por desprejuicios, a veces la mujer cae en cierta competencia con el hombre.

Como cualquier disciplina, se recomienda practicar Aikido mínimo unas 3 veces por semana “para desarrollar la memoria corporal para seguir con la práctica. Hay un trabajo cardiovascular importante, un tema de tonicidad muscular; no se busca una exacerbación del aspecto físico, pero sí te mantiene una salud”. Cada sesión dura una hora y media: media hora de preparación psico-física y después viene la parte técnica de una hora donde se desarrollan los movimientos de aikido. Al final se vuelve a respirar, se hacen ejercicios de vuelta al centro y se acaba la clase.

Fuente: http://www.zancada.com/2015/08/aikido-el-arte-marcial-donde-la-mujer-es-tan-fuerte-como-el-hombre/

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Entrevista a Pablo González : «Que los niños puedan brillar con la alegría del yo puedo»

21 Agosto 2016/Fuente: La Vanguardia/Autora: Ima Sanchís

El proyecto Vozes (crear orquestas en barrios con niños desfavorecidos a los que se facilitan instrumentos y formación), así como la Orquesta Sinfónica Internacional de Vozes, nació y es como una cadena de favores. Un hombre genial, el maestro Abreu, creó el concepto: formación musical simultáneamente que el niño forma parte de una orquesta, lo que educa en compañerismo, valores, compromiso y autoestima, que revierte cuando alguno de esos niños consigue ser un excelente músico o un director de una nueva orquesta. El resultado de esa cadena de favores es la propia vida de Pablo González. Y también la música devuelve el favor a quien es capaz de entregarse. Actuarán en la plaza Catalunya el día de la Mercè.

Un hecho fundamental en su vida…

Conocer el violonchelo a los 14 años. Yo ya tocaba la guitarra, pero aquel sonido…

¿Amor a primera vista?

Estaba en una fiesta, había muchos músicos y entre ellos un joven de 20 años con su violonchelo; su sonido me fascinó. Pero yo no podía soñar con tener uno ni con pagarme las clases.

¿Familia sin recursos?

Me quedé huérfano de padre a los cuatro años. Mi madre era modista y nos sacó adelante a los cuatro como pudo.

¿Y cómo se convirtió en violonchelista?

Fue mágicamente fácil. “Necesito estudiar este instrumento”, le dije a aquel chico. “De acuerdo –me dijo–. Quedamos mañana en mi casa y nos vamos a la Orquesta Juvenil de Maracay”.

¿Así de fácil?

Así de fácil. Me prestaron un chelo y comencé mis clases para integrarme en la orquesta, pero yo quería mi propio violonchelo. Había una señora a la que mi mamá le hacía los vestidos que era gerente de un banco, y le pedí un préstamo.

Se lo concedió…

Sí. Al mes me llevaron a Caracas a un gran encuentro de orquestas juveniles con 500 músicos. Todos tocando a la vez. Quedé impactado.

¿Dirigía el maestro Abreu?

Sí, ¡qué energía! A los dos años decidí, tras terminar el bachillerato, irme a Caracas a sumarme a la fundación de la Orquesta Simón Bolívar y durante 20 años fui violonchelista en ella.

¿Ganándose la vida?

Becado cuatro años gracias al maestro Abreu hasta que la orquesta se profesionalizó. Entre tanto iba a hacer cursos de verano a Inglaterra, donde el maestro de dirección me invitó a formar parte de su cátedra.

Debe de ser un genio del violonchelo.

¡Qué va! Fue una suerte conocer las orquestas juveniles y que entrar fuera una bienvenida.

No sea modesto.

Es cierto que mi carrera como violonchelista fue rápida, tengo facilidad con el instrumento, y eso fue un plus. Y posteriormente, cuando vieron mis actitudes como director de orquesta entré en el Royal College of Music de Londres a través de concurso.

¿Alguna vez había fantaseado con ser director de orquesta?

Mi madre cuenta que de muy pequeño siempre me subía a una silla a dirigir el Aleluya de Händel. Pero el maestro Abreu otorgaba a quienes veía con aptitudes la responsabilidad y el honor de crear orquesta en otras partes de Venezuela e incluso de Latinoamérica.

Era un visionario.

Decidió crear orquesta en las zonas marginales de Venezuela sin ninguna pretensión, pero en todos los barrios halló talento y creó el esquema de una nueva y revolucionaria formación musical. Largos ensayos y grandes mensajes.

¿Cuál le impactó?

La posibilidad de dar la oportunidad a una persona que no la tiene de que su espíritu crezca a través de la música, y que así aflore algo lo suficientemente poderoso como para conseguir que esa persona salga de la pobreza. Ese legado es un valor que no tiene precio.

¿Cuántas orquestas ha fundado?

Más de cincuenta en las que se atiende a más de 900.000 niños. Yo quería estar ahí, en el campo de batalla formando orquestas. Nosotros abrimos esa brecha y para ello nos formamos en los mejores lugares.

¿Se vino aquí sin trabajo?

Sí, pero en Londres trabajé en el Departamento de Informática Musical de la Royal College para ayudar a pagar mi beca. Allí aprendí a reparar ordenadores, cambiar discos duros…

Su humildad le abre puertas.

En Barcelona la Seat hizo un curso de manejo de software para la línea de producción de coches, fui y me contrataron.Un trabajo duro, pero me permitió tener la estabilidad económica para crear el proyecto Vozes y la Asociación de Músicos por la Paz.

Paciente y tenaz.

Empezamos creando un coro de quince niños en el oratorio Sant Felip Neri gracias a la generosidad del cura, y desde el primer día les dije a los niños que iban a ser los fundadores de un gran proyecto musical: una gran orquesta.

¡Qué ilusionante!

De quince quedan siete que han aprendido a tocar un instrumento y hoy son primeras partes de la Orquesta Internacional de Vozes. Comenzamos conjugando los ensayos con conciertos inmediatos en las plazas, iglesias, asilos…

Bonito proceso.

Cuando comenzó Vozes el proceso migratorio en España estaba descontrolado. Fuimos una herramienta de integración. Once años después aquellos 15 niños se han convertido en 480 atendidos en diferentes espacios y barrios.

¿Qué ha aprendido durante estos años?

Se está cerrando un círculo que une a aquel niño pobre que fui, enamorado de un violonchelo, al que se le dio la posibilidad de soñar, y el hombre que hoy puede devolver esa posibilidad a tantos niños a través de Vozes.

Entiendo.

Que puedan brillar con la alegría de “yo puedo seguir adelante con la vida”.

Fuente de la entrevista: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20160816/403952733121/que-los-ninos-puedan-brillar-con-la-alegria-del-yo-puedo.html

Fuente de la imagen: http://www.lavanguardia.com/ra/lowres/GODO/LV/p3/WebSite/2016/08/16/Recortada/img_lguerrero_20160712-192407_imagenes_lv_colaboradores_lguerrero__dsc3480-kAHG-XS9RBCH8DUOTHZI7-992×558@LaVanguardia-Web.jpg

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Entrevista a Mercedes Mayol Lasalle : «Es un error omitir el factor educativo en las políticas para la infancia»

21 Agosto 2016/Fuente: Unosantafe /Autor: Victoria Rodríguez
La vicepresidencia regional para América latina de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (Omep), Mercedes Mayol Lasalle, estuvo en la ciudad para firmar un convenio con la Municipalidad con el objetivo de elaborar un marco curricular para los jardines de infantes.En su paso por la capital provincial dialogó con Diario UNO y alertó sobre el impacto de la crisis económica en las políticas para la primera infancia y la necesidad de jerarquizar el derecho a la educación de las niñas y niños desde que son bebés.
«Hay una gran embestida para ofrecer formatos que solo contengan cuidado. Esas políticas que apuntan solo al cuidado, sin tener en cuenta los derechos educativos de los niños pequeños, son un riesgo importante para la construcción de la ciudadanía del niño y para la justicia, porque a esos circuitos de solo cuidado van los niños pobres», analizó.
Y continuó: «Entonces, de esa manera, se va marcando una fractura en la atención y la educación de la primera infancia en todo el mundo. Así los pobres van a circuitos pobres en lo educativo y los niños de sectores medios y altos gozan del privilegio de educarse. Y la educación no es un privilegio, es un derecho universal. Entonces para que pueda estar garantizado tiene que haber una gran fortaleza en la política».
—También en los sectores con ingresos económicos medios y altos existe una tendencia que apunta a buscar espacios no institucionalizados para niñas y niños en su primera infancia. ¿Por qué hay tanto miedo a la institucionalización?
—Porque en los 80 y los 90 se promovió, con distintas leyes, una crítica muy fuerte al sistema educativo y que se empezara a enseñar con el modelo de la primaria en el jardín de infantes. Entonces la educación inicial perdió una parte de su identidad que la hacía diferente e importante y, por lo tanto, generaba que los padres quisieran ofrecérsela a sus hijos. Y eso tiene que ver con el valor del juego, con los lenguajes artísticos, la centralidad del niño, su protagonismo, el movimiento y hasta con la magia que tiene el poder estar con otros, el descubrirse, el asombrarse y enamorarse del mundo que es propio de los niños pequeños.
«De todas maneras –agregó–, desde la Omep nosotros pensamos que la educación no es solo la que se da a través de los sistemas escolares formales, sino que el Estado debe garantizar y acompañar la educación que realizan las familias a través de la crianza. Por eso hay muchos países que tienen experiencia muy interesante apoyando la crianza que realizan los padres educándolos para que puedan garantizar que los niños gocen del derecho a la educación».
—¿Qué tiene que tener en cuenta una familia al momento de buscar un jardín de infantes?
—Hay criterios de calidad, como cuidar la cantidad de niños por adulto, que el jardín se abra a la comunidad y que la comunidad se abra al jardín, y que haya un balance y una integralidad en el enfoque. No porque a la maestra le guste música y no plástica se puede excluir esa formación. Tiene que haber un balance en lo que se ofrece a los niños. Los maestros y las instituciones estamos para enriquecer el derecho. O sea, el niño tiene derecho a jugar pero la escuela debe enriquecer ese juego.
Lo mismo ocurre con la música. Todos los niños escuchan algo de música en sus casas, aunque sea por la radio. Pero, si por ejemplo, en un barrio se escucha solo cumbia, que está muy bien, en la escuela hay que mostrarle que hay otros géneros para que el niño pueda elegir en el futuro y en el presente. Así va a poder comparar, valorar, rescatar y apreciar.
Las prioridades
La especialista se refirió también a los desafíos que surgen en el nivel inicial en la Argentina en un contexto de crisis como el que se atraviesa.
«Estamos en un momento difícil porque, desde el punto de vista de la Omep, creemos que hay algunas confusiones vinculadas con la atención de la primera infancia y sus derechos. Se ha vuelto a poner en tensión algo que no debe estarlo: el cuidado y la educación», indicó.
Y detalló: «Hace poco salió un proyecto nacional vinculado a la atención de la primera infancia. Nos parece perfecto pero nunca hay que olvidarse que un derecho no es más importante que otro. Los derechos son interdependientes y cuando no se cumple con uno se anulan todos los demás. Y el derecho a la educación no es cualquiera porque es también una herramienta que habilita para el desarrollo de los demás derechos. Entonces es un error político omitir el componente educativo en los programas y las políticas dirigidas a la primera infancia».
Respecto a las razones por las cuales se hace ese cambio de perspectiva y se omite la educación, marcó: «La verdad es que los proyectos que están ligados solo al cuidado requieren menos gasto público. En cambio los que tienen el componente educativo necesitan personal más especializado y otras cuestiones. De todas maneras, no creo que el problema es que haya una crisis y no haya fondos, sino que es un problema de prioridades. Si realmente queremos un futuro distinto para América latina, la prioridad tiene que estar en lo humano, en hacerse cargo del futuro de los que hemos traído al mundo».
Una carta de derechos para niñas y niños
El jueves Mercedes Mayol Lasalle –vicepresidenta regional para América latina de la Organización Mundial de Educación Preescolar– firmó un convenio con el intendenteJosé Corral para la elaboración, de manera colaborativa, de un marco curricular para los jardines de infantes. Una de las principales características es que, para ello, se consultará a todos los actores sociales involucrados.
Al respecto, Mayol Lasalle remarcó: «Este acuerdo implica tres cosas. La primera es que un currículum es una carta de derechos de los niños, ahí se plasma todo aquello valioso que una comunidad considera que un niño debe aprender y de los que debe apropiarse porque son parte de su cultura. Entonces el currículum debe tener definiciones, respecto a los saberes, que sean ética y epistemológicamente buenos».
Y siguió: «En segundo lugar, los maestros siempre necesitan una herramienta para poder organizar su planificación y su tarea. Hay que tener en cuenta que, en los primeros años de vida, es muy complicada esa planificación porque hay muchas cosas que están naturalizadas y que deben ser repensadas».
Además, como tercer punto, la especialista subrayó el hecho de que esta construcción sea participativa. «Ahí está la enorme riqueza que va a tener este proceso. Porque vamos a trabajar a partir de los saberes de todos los actores involucrados en la educación de los niños de la comunidad santafesina, y eso quiere decir que todos van a tener algo para decir sobre el currículum», manifestó.
Por último marcó que ese proceso «genera un debate sobre la primera infancia, la hace visible y la pone en un lugar de importancia porque involucra a sujetos activos que tienen derecho a la educación desde el momento en que nacen, y aun antes. Ese proceso es muy interesante».
La referente regional de Omep reconoció, en ese sentido, la importancia que tiene el apoyo político del intendente José Corral y su equipo de trabajo; y detalló que el proceso va a llevar un año y medio. «Seguramente va a dar como producto un documento que no será el acabado sino que el currículum va a tener que tener la cualidad de irse transformando en el tiempo», concluyó Mayol Lasalle.
Fuente de la noticia: http://www.unosantafe.com.ar/es-un-error-omitir-el-factor-educativo-las-politicas-la-infancia-n1212243
Fuente de la imagen: http://static.unosantafe.com.ar/adjuntos/204/imagenes/017/829/0017829937.jpg
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Entrevista a Martin Seligman: «La felicidad se puede medir y se puede enseñar»

21 Agosto 2016/Fuente:lavanguardia.com/Autor:lacontra 

Martin Seligman , Pasó de estudiar la depresión a investigar las bases, tanto psicológicas como neurológicas, del bienestar y la felicidad y cómo conquistarlas estimulando las fortalezas y virtudes humanas. Tiene varios libros publicados y un interesante test que está colgado en la red: Cuestionario VIA de Fortalezas Personales. Dirige el Centro de Psicología Positiva Penn (Universidad de Pensilvania) e imparte el máster Penn del programa de Psicología Positiva Aplicada. Me sorprende cuando al final de la entrevista, al explicarme que somos los humanos los que crearemos a Dios y que todo se resume a luz, estalla en llanto. Ha venido a Barcelona a dar un talleral equipo directivo de Bioibérica sobre cómo conquistar el bienestar.

¿Qué le llevó a estudiar las fortalezas humanas?

Cuando me nombraron presidente de la Asociación Americana de Psicología me propuse hacer bien mi trabajo y me dediqué a preguntar por el mundo qué hacíamos bien y qué hacíamos mal los psicólogos.

Eso es curioso, humilde e inteligente.

Descubrí que investigar y tratar los aspectos negativos y patológicos del ser humano (la ansiedad, el estrés, la depresión, el suicidio, las adicciones…) sabemos hacerlo muy bien; pero nadie se ocupaba de los aspectos positivos, de manera que la psicología no explicaba a la gente cómo llevar una buena vida.

De eso se encargaron algunos filósofos.

…Y no se trata de mostrar a la gente cómo no estar deprimido, no enfadarse o no tener ansiedad, sino de enseñarle a ser feliz. Me propuse estudiar las bases del bienestar psicológico y de la felicidad; y las fortalezas y virtudes humanas, todo dentro del marco de la ciencia.

¿A qué conclusiones ha llegado?

Que las emociones positivas, la calidad de las relaciones, en definitiva, la felicidad, se pueden medir y se pueden enseñar.

Pero uno tiene su carácter.

Se puede cambiar. Yo era un pesimista depresivo y he aprendido a ser optimista y alegre.

Pues cuénteme cómo.

Si analizamos las estadísticas de violencia, riqueza real, sanidad, educación, no hemos hecho más que progresar. La queja sobre el mundo en el que vivimos hay que repensarla, y en la vida personal hay que cambiar de actitud.

Sin señalar lo negativo, ¿cómo lo mejoras?

Supongamos que identificando los aspectos negativos de un paciente la psicoterapia consigue sacarlo de su pozo (lo que sólo ocurre en el 65% de los casos), es decir, que pase de menos diez a cero; pero así no se consigue que sea feliz.

Eso es mucho pedir.

Las habilidades (optimismo, templanza, coraje, humanidad, autoestima, gratitud…) están por encima de cero. Potenciar nuestras fortalezas es una forma de potenciar el bienestar.

¿Cómo lo hizo usted?

Durante veinte años investigué el pesimismo. Pero personalmente, cuando me sorprendía pensando de manera negativa, reconocía esos pensamientos pesimistas y buscaba argumentos realistas que los desmontaran.

¿Hay que discutir con uno mismo?

Sí, hasta desmontar la negatividad. Luego, para alcanzar el bienestar, hay que centrarse en cómo potenciar y desarrollar aquellas áreas en las que eres bueno en lugar de dedicarte a la prevención de lo problemático.

Aplíquelo, por ejemplo, a la depresión.

Las investigaciones demuestran excelentes resultados con la estimulación de emociones positivas como la alegría, la esperanza o la ilusión.

¿Hay pruebas científicas?

Muchísimas. Hemos demostrado que esas fortalezas humanas que se pueden aprender son eficaces barreras del trastorno mental. Y los estudios muestran que el optimismo tiene un efecto directo sobre nuestra respuesta inmune.

Deme un ejemplo.

En EE.UU. hemos medido condado a condado el pesimismo, la infelicidad y el aburrimiento; y resultan ser predictores mucho más eficaces de los infartos que la etnia, los ingresos, la educación, el sedentarismo o la obesidad.

Increíble.

Preocupados por la alta tasa de estrés postraumático en el ejército norteamericano (5%), me encargaron un estudio y un plan de choque. Y de nuevo el principal predictor no resultó ser la intensidad o crudeza del combate, es decir, el trauma en sí, sino el hecho de ser una persona catastrofista, que aumenta un 30% el riesgo de tener estrés postraumático.

Deme una pequeña herramienta.

Hay 24 virtudes que trabajar, pero, por ejemplo, en las relaciones es fundamental pasar de una actitud constructiva pasiva (“¡Felicidades por tu discurso!”) a la constructiva activa (“¿En qué momento te aplaudieron?”, ¿Qué dijiste?”, “¿Qué fue lo más emocionante?”…).

Eso sí es empatía.

La psicología siempre ha considerado que los motivos de la tristeza, la depresión o la ansiedad venían de fuera, pero hoy sabemos que dependen de lo que tú piensas sobre lo que te ha acontecido, eso es lo que genera el sentimiento.

Una cosa es lo que pasa fuera y te afecta, y otra, la falta de autoestima.

Es el mismo proceso, por eso en muchas escuelas de Estados Unidos enseñamos a los niños las habilidades del optimismo y hacemos un seguimiento en la pubertad, así hemos conseguido reducir a la mitad la tasa de depresiones.

¿Todo pasa por el raciocinio?

Yo trabajo sobre las estructuras cerebrales, ¡y estamos haciendo avances increíbles en neurociencias! Dentro de un mes se publicará un avance importantísimo sobre la indefensión aprendida (la sensación subjetiva de que no podemos hacer nada ante una situación). Steve Miller ha encontrado los circuitos cerebrales que la activan y desactivan. Yo los llamo los circuitos de la esperanza, podremos desactivar la depresión.

¿Cuáles son los elementos esenciales que pueden elevar el grado de felicidad?

Aumentar las relaciones y las emociones positivas, el compromiso (poner en práctica las fortalezas personales), el sentido y el logro (establecer metas que nos motiven a conseguirlas).

Fuente de la entrevista: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20160627/402783364322/la-felicidad-se-puede-medir-y-se-puede-ensenar.html

Fuente de la imagen: http://www.lavanguardia.com/ra/lowres/GODO/LV/p3/WebSite/2016/06/27/Recortada/img_jroviralta_20160511-165329_imagenes_lv_colaboradores_jroviralta__r0h7421-k6LF-KNSWRBDSABVV78NI-992×558@LaVanguardia-Web.jpg

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Entrevista a Steve Hughes: “La buena educación logra que el niño se rete a sí mismo”

21 Agosto 2016/Fuente: lavanguardia/ Autor:La Contra

Steve Hughes está obsesionado por el aprendizaje, por la educación de nuestros niños. Sus estudios sobre la neurología pediátrica le llevan a conclusiones que aquí expone: entiendo que la excelencia pedagógica no consistiría en saber lo que pueda testarse en un examen convencional, sino en saber estar en un mundo variopinto y cambiante, en ser dúctil y adaptativo, en ser curioso y en tener muchas habilidades sociales. Justamente lo que los actuales exámenes no miden. Invitado por el centro CCE Montessori-Palau de Girona, eso les ha explicado a sus profesores, a los que anuncia que serán buenos si son muy empáticos, observadores de sus alumnos y siempre humildes.

Qué es un niño?

Vaya preguntita…

Su objeto de estudio, ¿no?

Sí, pero también de amor. Quiero lo mejor para los niños, que es quererlo para la humanidad.

¿Un niño es la humanidad?

Un niño es un creador. El creador del hombre que será.

¿Y cómo lo hace?

Hubo un niño de cinco años que no sabía que crearía a un periodista: tú.

Me gustaba Tintín.

El entorno de aquel niño posibilitó las circunstancias para crear al periodista, oportunidades de ofrecerle experiencias gratas…

Ajá.

Cada experiencia grata anima a seguir adelante, a seguir explorando una siguiente versión de ti mismo, y después la siguiente…

¿Las primeras experiencias deciden?

Por eso es tan importante la guardería, el parvulario, la escuela…para estimular todas las habilidades del niño.

¿Cómo debería ser esa escuela?

Esta cuestión me obsesionaba. Y un día entré en una escuela que aplicaba el método Montessori…y me emocionó: ¡eso era!

Explíquemelo.

El cerebro, en fases primerizas, se desarrolla mediante el uso de la mano. Las manualidades son fundamentales, y los materiales escolares están diseñados en función de la estructura mental de cada edad. La precisión de movimientos, el control del cuerpo…maduran la mente.

Póngame un ejemplo.

Limpiar una mesa con un paño, agua y jabón aburre a un adulto, ¡pero excita a un niño de dos años y medio! Es un reto. Haciéndolo, aprende a secuenciar actos, y hacerlo mejor cada día le proporciona autoestima.

Y un suelo hecho un asco…

Mojado, sí: ¡ideal! Porque eso le da ocasión a otro niño, ¡uno muy, muy mayor!, uno de tres años y medio, de secarlo con el mocho.

¿Y así vamos creciendo?

Imagine al niño que aprende a anudarse él solo los cordones de los zapatos, a abrocharse los botones del abrigo… Se lo pone y sale afuera a jugar: se siente autónomo, realizado: ¡está aprendiendo a vivir en el mundo!

¿Y aprender a leer, qué?

Es importante, pero ya le llegará el momento. ¡Todo a su tiempo! Los niños seguros de sí mismos aprenderán todo más rápido.

Cuénteme el caso de algún niño que haya tratado.

Recuerdo ahora a un adolescente…sano, apuesto, guapo, deportista, con todas las capacidades…, pero muy inquieto y a la vez lento en aprender materias intelectuales.

Ay…

Su padre, con una idea encorsetada de la perfección, le tenía martirizado por eso… “¿Qué haremos de ti?”, le decía. ¡No es justo, no es justo…!

Se emociona…

Me apeno, sí, porque ese joven puede acabar siendo muy desgraciado. Y es una lástima. Podría tener una vida feliz, era carismático y agradable, pero la presión podría desgraciarlo, humillarlo, abocarle al sentimiento de fracaso. ¡Y lo prioritario no es ser un gran intelectual, lo prioritario es la felicidad!

¿Qué ha sido de él?

No lo sé, le perdí la pista… El mensaje es: no montemos un drama, ayudemos a los niños a desplegar sus talentos.

¿Mejor no forzarles en lo que fallan?

Loarles sus fortalezas y animarles y estimularles en sus debilidades, mediante prácticas. Y no somos igual de brillantes en todos los campos, ¡tengámoslo claro!

¿En qué podríamos todos ser buenos?

En el autocontrol y en la cooperación, el trabajo en equipo: es lo básico para la vida, porque vivimos en sociedad. Y eso debería fomentar la escuela, en eso se cifra un buen método educativo.

¿La familia influye?

La familia y la sociedad, el país en el que vives. Trabajemos para que el país ofrezca todas las oportunidades a todos los niños.

Educación es castración, se ha dicho…

La mala educación, sí. Si acude pasivamente a la escuela, desmotivado, ¡mal! Pero la buena educación logra que el propio niño se rete a sí mismo a acometer lo que le cuesta.Y hay que saber esto: sólo un tercio de los niños reúnen las habilidades idóneas para un entorno escolar convencional…

Y no debemos desahuciar a los restantes dos tercios…

¡No podemos prescindir de dos tercios de la humanidad! Otro tercio se defenderá y saldrá adelante, y el otro tercio lo tendrá más complicado: ¡no les derrotemos!

Llega el niño y te dice: “El profesor me tiene manía”.

Escúchale y analiza si eso tiene o no algún sentido.

¿Conviene criar a los niños en tribu?

¿Cómo ha llegado la humanidad hasta aquí? Aprendiendo a aprender. Y eso no sale de un libro de texto, sino de la curiosidad y de la relación con los otros. El universo no está hecho de exámenes, sino de comunicación. En cada aula debería haber todo tipo de niños, para que cada uno aprenda algo de los otros: ¡eso es educar para el mundo real!

Fuente de la entrevista: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20160809/403787187725/la-buena-educacion-logra-que-el-nino-se-rete-a-si-mismo.html

Fuente de la imagen:  http://www.lavanguardia.com/ra/lowres/GODO/LV/p3/WebSite/2016/08/09/Recortada/img_jplay_20160512-171742_imagenes_lv_colaboradores_jplay_stevehughes-1_copia-kezE-V982OLT35K4ODA7D-992×558@LaVanguardia-Web.jpg

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Ser indio en tiempos neoliberales. Entrevistas a Mardonio Carballo y Francisco López Bárcenas.

www.desinformemonos.org.mx/ Por: Eliana Gilet/

¿Qué es ser indio en México? ¿Quiénes lo son y quiénes pretenden decidirlo? ¿Cuándo la reivindicación de la identidad indígena sirve para la defensa jurídica del territorio? Mardonio Carballo, escritor, actor y poeta náhuatl, y el abogado mixteco Francisco López Bárcenas, reflexionan sobre algunos aspectos culturales y jurídicos de la identidad de más de 60 pueblos, naciones y tribus indígenas en México, quienes protagonizan una lucha cotidiana frente a diversos megaproyectos que se pretenden imponerse sobre sus tierras.

La auto-adscripción y el amor a la tierra pesan más que la lengua. Los símbolos y la fiesta brindan el hilo que permite llegar al origen. ¿Qué hace que un pueblo sea indígena?, fue la pregunta que se le trasladó al multifacético artista Mardonio Carballo, de la que resultó esta entrevista.

¿Cuál es el elemento central que distingue a un pueblo indígena?

Son varias cosas. Una es la auto-adscripción. En este país esa discusión está zanjada: un pueblo que se auto-adscribe como pueblo indígena, lo es automáticamente. La segunda sería estar presente siempre en la discusión de los postulados zapatistas, de Emilio Zapata. La tercera es el amor a la tierra y su territorio. Su defensa está estrechamente ligada a este amor que tienen los pueblos indígenas y campesinos por la tierra.

El cultivo del maíz no se nos tendría que olvidar, que es la base alimenticia de este país y que tiene que ver con la domesticación del grano desde Centroamérica. Eso le da base a un pueblo y ya lo dirá López Bárcenas, pero también le da sustento jurídico.

Otra cosa más brutal es el color de piel y el denuesto que provocan. Vayamos a Atenco. Los macheteros de Atenco, ¿quiénes lo usan? ¿por qué los usan? Ese símbolo que han usado a lo largo de su lucha contra el aeropuerto, quienes lo usan para la subsistencia, el trabajo, incluso utilizarlo como símbolo en una lucha reivindicativa por el derecho en su tierra

¿Por qué no has nombrado a la lengua?

El asunto con Atenco es que no hablan la lengua, pero en este caso con la auto-adscripción nos es suficiente. Atenco quiere decir “a la orilla del agua” o “a la ribera del río”, desde la toponimia estamos sabiendo a qué lengua y pueblo pertenece. Pero tampoco se puede censurar la pérdida de la lengua porque en un país como el nuestro se ha impulsado desde el Estado; desde el racismo y el clasismo. Aprender a leer también los motivos por los cuales hay una comunidad o un grupo de ellas que han perdido su lengua.

Con respecto a las formas de organización de las comunidades, ¿hay elementos particulares en eso?

El asunto de la asamblea y la colectividad tienen que ver con la identidad de los pueblos indígenas. No hay que olvidar que no todos los pueblos campesinos son indígenas pero sí todos los pueblos indígenas son campesinos. Eso da otras formas de organización, que también se repite a lo largo del país. Que no hables la lengua no significa algo tajante, puedes tener formas organizativas que delaten tu raigambre.

La fiesta es otro elemento. Cuáles son, donde están colocadas las imágenes católicas, a que pertenecían cuando antes que este país se llamara como se llama en la intervención española en México; son elementos que también hacen a la cultura. Para no caer en el romance triste de un pueblo oprimido, hay que acudir a la fiesta para poder nombrarle y jalar el hilo para saber de dónde viene.

¿Hay una forma de relacionamiento interpersonal particular de los pueblos indígenas?

Por supuesto. Si hablamos de una gran población olvidada, oprimida, no incluida, a la que se le reparte dádivas como políticas públicas es claro que una de las formas para sobrevivir es el asunto colectivo. La colectividad también deviene de un asunto de sobreviviencia ante el embate económica, neoliberal, de la conformación de un país sin consulta a los que antes estaban aquí, deviene en la necesidad de tomarnos de los brazos y buscar la lucha juntos. En el caso de Atenco cabe ese ejemplo. En un país en que las cosas parece que nos pasan por arriba una y otra vez, ¿por qué ellos sí pudieron?

¿Por qué ellos sí pudieron?

Alguien a quien ya le quitaron su lengua, a quien le quieren quitar el sustento de su vida que es el maíz, a quien le quieren quitar sus panteones, es decir, su memoria donde están enterrados sus huesos, sus muertos, hace que brote la indignación y te lleva a organizarte.

¿Te resulta paradójico que la apelación al “ser indígena” sea una de las herramientas fundamentales de la defensa del territorio?

Tiene que ver con el desplazamiento, porque no es sólo en México, sino en el mundo. Una sola idea de vida, economía e ideología está siendo ponderada en detrimento de los que no son como los otros. Atenco: fueron por ellos cuando se necesitó un nuevo aeropuerto. El desplazamiento tiene que ver con los recursos naturales, la tierra, el aire. Hasta que no necesitan lo que los pueblos indígenas conservamos con ahínco, van a por nosotros. Esa es la situación que se repite a lo largo de la historia, del territoriomexicano y del mundo. Eso tiene que ver con que quienes cuidan la tierra, el agua y los bosques se han vuelto imprescindibles para la vida y para el negocio.

Y también estar en el territorio

Es el asunto del agua con los yaquis, la madera en Cherán, de Ostula con la tierra, todo está vinculado al binomio pueblos indígenas – conservación de los recursos naturales porque hay otra lógica de relacionarse con la naturaleza, con el otro, que hace que esa preservación sea un asunto codiciable. A partir de eso se desatan campañas en contra, o dinero entre las personas para crear una división entre las personas para generar división.

Has dicho anteriormente que México es un lugar súper diverso pero que siempre ha estado de espaldas a esa diversidad, ¿la resistencia ha sido el camino por el que los pueblos han tomado la primera plana tras haber sido ignorados?

Esta patraña que es México se creó a sus espaldas, los integrantes de los pueblos siempre han sido carne de cañón. La metáfora es que empiezas viviendo a las faldas del Cerro, quieren lo que hay ahí te subes otro poquito y otro y cuando llegas a la punta, está el vacío. Entonces tienes que decidir si te avientas al vacío, lo que sería un suicidio o empiezas a bajar. A pelear por lo que es tuyo. No en balde tenemos en el Zapatismo y en el Sup Marcos el símbolo del Anti neoliberalismo; y no hablo románticamente a nivel local, sino mundial. La reivindicación de ciertos preceptos ante la vida y los otros, que la mayoría de la gente había olvidado.

¿Adelantó las resistencias 20 años?

No sé si las adelantó o las puso en la palestra pública. Si hablemos de una cronología de la resistencia, este es un pináculo, pero fue porque ya no se podía más. El “ya basta”, “nunca más un México sin nosotros”, “por un mundo en que quepan todos los mundos” terminó aglutinando el pensamiento de mucha gente. Después de los zapatistas habemos mucho más indígenas en México. Y a muchos otros les indicó la ruta.

¿El arte es un ámbito que permite identificar lo indígena?

Hay tres niveles: la primera tarea del artista es hacer su trabajo bien, la segunda es pronunciarse por los más desprotegidos y la tercera, es el activismo. El artista tiene que hacerse responsable de la sociedad que lo consume, que lo hace artista. El artista no es el que se encierra en su cuarto a escribir y no le importa más nada. Tiene que hacerse responsable de la ciudadanización de la sociedad que lo encumbra.

¿Existe un arte indígena?

Existen artistas indígenas, los reconocidos a nivel público y los reconocidos desde la comunidad que tienen otro tipo de encargos: los contadores de historias, los músicos, los que acompañan la danza, el rito, los pedidos de lluvia. Existen indígenas, no muchos, metidos en el mainstream: Francisco Toledo, Demian Flores, Lyla Downs, y otros varios que han asumido una identidad a partir de la que generan conciencia hacia los pueblos originarios.

Que no hay lucha jurídica que no sea política es lo primero que este abogado, uno de los principales intelectuales indígenas mexicanos quiere dejar en claro. Y como en toda lucha, se precisa una estrategia: quién es el sujeto que la lleva adelante, contra quién pelea y qué estrategia va a emplear, son elementos previos al derecho. De cómo las luchas por el territorio están cambiando al ámbito jurídico también se habla en esta entrevista.

¿Qué papel juega el derecho en la defensa del territorio?

Veo al derecho como un instrumento como puede haber muchos, no único. No lo veo como la institucionalidad que nos enseñan en la escuela. No lo centro en la ley descarnada, ni en las instituciones encargadas de operarla: hay que ver que esto es una lucha de pueblos contra grupos que los quieren despojar. Como en toda lucha, hay que ver quién mueve ese instrumento. No tiene sentido que un pueblo desorganizado vaya a un tribunal porque puede ser que gane el juicio pero no lo pueda ejecutar. La presa de El Zapotillo (en Jalisco) es un caso típico de cómo han ganado cerca de diez juicios pero la presa sigue.

¿Qué fallo en ese caso?

Que no hay un sujeto político que mueva ese instrumento jurídico.

¿Qué necesita ese quién? ¿Cómo es?

Las luchas jurídicas en tribunales necesitan de una estrategia política. No hay juicios que no sean políticos. No centro la importancia o la estrategia en qué prueba voy a ofrecer, sino en cómo voy a llevar el juicio político: entonces la prueba pasa a ser accesoria. Es el caso cuando detuvieron a Nacho del Valle – dirigente de Atenco – y lo recluyeron. Si uno lee la sentencia, es política. No tiene ningún argumento jurídico en ella que diga por qué lo detuvieron y por qué lo soltaron, y la hizo la Suprema Corte, el máximo órgano jurídico. La estrategia es política aunque la forma sea jurídica.

¿Crees que han sido las amenazas las que han hecho que los pueblos echen mano al reconocimiento indígena como estrategia? ¿Por qué?

Hay una falta de entendimiento de cómo lo indígena se ve desde fuera y cómo se ve desde dentro de una comunidad. Yo soy mixteco, pero soy de un pueblo indígena visto desde fuera. Si voy a la mixteca y le pregunto a la gente si son indígenas me van a decir que no, que son mixtecos. Lo indígena está construido en relación con el otro. Internamente, lo indígena no existe como algo material, sino como un concepto que engloba muchas diferencias culturales. No se consideran indígenas porque no están frente al otro. Cuando éste viene a molestarlos, se asumen, porque los elementos jurídicos están construidos a partir del otro y por el otro. ¿Cuándo comenzó Atenco a reivindicar lo indígena? Después de lo del aeropuerto. ¿Por qué? Porque ven que esos son los instrumentos.

Hay pueblos que mueven el derecho de manera tradicional, por ejemplo: Tila. Como su juicio viene de hace décadas, ellos no usaron el argumento indígena, sino el agrario, el comunal. Ganaron. Y ahora la Corte discute si la comunidad agraria Tila tiene derecho a que la restituyan o a que los indemnicen. Sí importa cómo argumentas. No basta tener el machete y saber usarlo, hay que afilarlo también, diría mi padre.

Entonces, el primer paso es el sujeto, el quien; a continuación reconocer contra quién se está peleando, ¿y luego?

Los abogados necesitamos tener mucha inventiva de cómo hacerlo, de qué interpretaciones podemos darle a la ley de manera que acorrale al juez, que no le quede otra que decir: ¿ahora por donde me salgo? Finalmente, la estrategia tiene que plantearse así: ¿está uno peleando contra el que tiene en frente, la empresa constructora o minera, o está uno peleando contra el Estado que apoyó esa obra? La diferencia es grande.

¿Qué hace esa diferencia?

Si le pegas al que tienes en frente, puede que lo derrotes pero que el Estado busque a otro y lo ponga a terminar el proyecto. Atenco: en la primera etapa de la lucha vencieron la idea de construir el aeropuerto pero no acabó ahí. Históricamente el caso que ilustra esto es el del Movimiento 26 de Julio. Cuando descubren en Cuba el Asalto al Cuartel Moncada y los apresan, está claro que son guerrilleros. Una defensa tradicional se hubiera enfocado a quitar lo político y atenuar la pena que les tocaba. ¿Qué hizo Fidel Castro? Asumir la responsabilidad y dar sus razones políticas. ¿Qué hizo eso? Le creó un problema político al Estado, al que no le quedó otra alternativa que sacarlo de ahí. Eso es estrategia. O le pegas al que tienes en frente o le pegas al Estado. Si lo vences, ya no puede volver.

¿Qué estrategias jurídicas te han sorprendido por lo novedosas?

Por el 2005, la relación de la Policía Comunitaria con el gobierno se puso muy difícil. Nos pidieron que los ayudáramos a armar un argumento de que eran legales, pero en aquel tiempo no había ley indígena en Guerrero. Tuvimos que forzar las disposiciones generales de la Constitución, el artículo 2, en dónde dice que como parte de la autonomía tienen derecho a regirse por sus propias normas e instituciones. Entonces, la CRAC es una institución aunque no haya una disposición específica, como ahora hay. Fue una interpretación novedosa.

Es sencillo, primero el sujeto, luego el enemigo, en un tercer paso la estrategia y después como la vas a instrumentar. Ahí recién entra el derecho. Si tienes el sujeto ves qué capacidad tiene, de acuerdo a sus características, su tamaño, su nivel de organización, su historia, su trayectoria de resistencia, sus símbolos, sus apoyos. De la capacidad que tenga cada pueblo, va a surgir la estrategia y en base a sus características, va a medir la respuesta obtenida.

Así como el “ser indígena” es una construcción, ¿se está construyendo una forma indígena del derecho?

Creo que sí. Hubo en la Corte un ministro, Juventino Castro y Castro, a quien le preguntaron porque la corte no se ocupaba de asuntos indígenas, por 1995 o 1996. Dijo una cosa que jurídicamente era correcta, pero políticamente no: que no se ocupaba de esos casos porque los indígenas no los presentaban. En los últimos diez años, los indígenas han ido mucho a los tribunales: a los agrarios, civiles, a los federales, de amparo. Tiene que ver con que hay profesionistas que les interesan sus derechos y han hecho una promoción interesante. ¿En qué sentido se ha ido creando esta idea de derechos indígenas? En la interpretación novedosa de instrumentos. Cuando comencé a hablar de derechos indígenas, en el 95, en los tribunales se sorprendían que invocara tratados internacionales aunque fuera jurídicamente correcto. Con el paso del tiempo los tribunales y abogados se han visto en la necesidad de prepararse.

Los principales cambios en el derecho ante la presentación de casos indígenas se ha visto en lo siguiente:

– en la legitimidad de los pueblos para reclamar sus derechos por ellos mismos, a través de sus propias autoridades, que hace diez años era inconcebible. ¿Cómo que el gobernador tradicional de los Rarámuris va a venir acá? Ahora eso está claro.

– sobre los tipos específicos de derechos que reclaman: ya no están reclamando derechos individuales ni como comunidades agrarias, sino reclamando derechos específicos como comunidades indígenas. El derecho a ser autónomos, a tener territorio, su propio gobierno, a su propio desarrollo y todos los que puedan entender como derechos colectivos de pueblos.

Foto: Heriberto Rodríguez

Desinformémonos

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