Page 12 of 70
1 10 11 12 13 14 70

Cancelación de la estrategia pedagógica itinerante por el Gobierno de la 4T en escuelas comunitarias de zonas rurales en condiciones de vulnerabilidad

Por: Filoteo Flores Pablo
Red Temática de Investigación de Educación Rural

 

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el Campo Estratégico en Modelos y Políticas Educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

Las escuelas comunitarias corresponden a la educación inicial y básica. Se basan en un modelo pedagógico pertinente, que corresponde a las necesidades y características de la población de los grupos sociales en situación de vulnerabilidad ubicados en altos y muy altos niveles de marginación o rezago social (Conafe, 2019). Dichas escuelas son atendidas por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), la única instancia que lleva educación a las zonas marginadas del país a través de los Líderes para la Educación Comunitaria (LEC), figura egresada de secundaria y bachillerato. En su mayoría, son escuelas multigrado, es decir escuelas donde convergen diversos alumnos con grados diferentes en una misma aula de clases. Estas escuelas pueden ser unidocente, bidocente y tridocente (Torres, 2016).

Cabe resaltar que la mayor parte de las escuelas multigrado se ubican en zonas rurales: 92.8%; y sólo la mínima parte: 7.7 %, en zonas urbanas (INEE, 2018).

Durante el Gobierno de la Cuarta Transformación se han realizado diversos ajustes en las escuelas multigrado de zonas rurales, en este caso, la cancelación de la estrategia de Asesoría Pedagógico Itinerante (API) en la educación comunitaria del Conafe, la cual fue implementada hasta el ciclo escolar 2019-2020 y el Consejo no ha dado las justificaciones o estudios técnicos necesarios al respecto.

Estas reflexiones surgen a partir del estudio realizado sobre logros y retos de la estrategia API con exfiguras educativas: Líder para la Educación Comunitaria (LEC), Asesor Pedagógico Itinerante (API) y Coordinador Operativo de Seguimiento a Asesores (COSA); la investigación destaca la importancia que tenía el programa para atender en dos comunidades de manera itinerante a alumnos de tercer grado de primaria con dificultades de aprendizaje en pensamiento matemático, lenguaje y comunicación, lectura y escritura.

Dicho estudio hace resaltar la relevancia de un programa itinerante para las escuelas rurales, ya que la estrategia API contribuyó al mejoramiento de las condiciones de aprendizaje de los alumnos focalizados. Estos logros se obtenían a través del asesoramiento y la atención de manera personalizada que efectuaba el Asesor con sus alumnos.

Otra de las fortalezas de la estrategia era la realización de trabajos colegiados con el LEC para la planeación de actividades de los alumnos y la planeación de actividades para los padres de familia; en ese sentido, el asesor realizaba recomendaciones al docente, con estrategias para mejorar las intervenciones pedagógicas en aulas multigrado, y la figura API jugaba un papel importante en la integración de los padres de familia a la educación de sus hijos. Este trabajo colectivo funcionó de manera favorable con LEC de primer año de servicio en el Consejo, ya que éstos carecían de una formación profesional y de suficientes experiencias frente a grupo. En ese marco, para fortalecer los colegiados pedagógicos y la formación continua se hace énfasis en: “Organizar en microrregiones a los servicios educativos y promover trabajo colaborativo presencial y en línea de todas las figuras educativas involucradas del Conafe” (Cano y Espino, 2020, p.166).

Uno de los retos enfrentados por los Asesores fue la limitada actualización en temas pedagógicos para atender a los LEC y alumnos por parte de los Asistentes y Coordinadores del Consejo. Este caso es un problema que debe ser atendido en las zonas rurales, tal como se hace mención en las propuestas para una Política educativa integral en la educación rural en México, fortalecer: “Cursos de capacitación en inclusión educativa dirigidos a figuras de supervisión y acompañamiento pedagógico” (Arteaga, Tapia, Ríos, Luna, López, Martínez, 2020, p. 152). De igual forma, en las propuestas del Proyecto Nacional de Evaluación y Mejora Educativa de Escuelas Multigrado (Pronaeme), para el mejoramiento del acompañamiento pedagógico se menciona la importancia de ofrecer visitas a los asesores y docentes en las comunidades para una adecuada intervención, así como ofrecer materiales de apoyo para el acompañante y así facilitar el trabajo con los docentes y alumnos. Finalmente, los resultados del estudio con figuras que participaron durante la implementación de la estrategia API hacen resaltar la relevancia del programa itinerante en escuelas multigrado de zonas rurales.

Por todo lo anterior, se sostiene que fue una mala decisión que, durante el Gobierno de la Cuarta Transformación, desapareciera la estrategia. Es necesario que se busquen diversos programas que contribuyan al mejoramiento de los alumnos que asisten en aulas multigrado de zonas rurales en condiciones de vulnerabilidad.

La estrategia API contribuía a la solución de problemas derivados de que un docente egresado de bachillerato no tiene los conocimientos profesionales necesarios para atender las necesidades de los alumnos y padres de familia en las comunidades marginadas y vulnerables del país.

Por lo tanto, es urgente retomar la estrategia API e incluir programas itinerantes con especialistas que puedan atender a los alumnos con Necesidades Educativas Especiales, incluyendo áreas como psicología, educación física y educación artística en zonas rurales.

 

Referencias

Arteaga, P., Tapia, M. E., Ríos, E., Luna, G., López, Y. A., y Martínez, S. (2019). Gestión escolar, supervisión y acompañamiento pedagógico. En P. Arteaga, C. Popoca y D. Juárez (coord.). La educación rural en México Propuestas para una política educativa integral (pp.63-75). México: Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Cano, A., y Espino, H. M. (2020). Formación continua de docentes. En P. Arteaga, C. Popoca y D. Juárez (coord.). La educación rural en México Propuestas para una política educativa integral (pp.86-100). México: Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

Conafe (2019). Lineamientos normativos y operativos de la estrategia Asesoría Pedagógica Itinerante en servicios comunitarios y Escuelas Compensadas del México: Consejo Nacional de Fomento Educativo.

INEE (2018). Evaluación de las Intervenciones públicas y programas de escuelas multigrado. México: Unidad de Normatividad y Política Educativa, Dirección General de Directrices para la Mejora de la Educación, Dirección de Evaluación de Políticas y Programas Educativos.

Torres, R. M. (27 de julio 2016). Escuelas multigrado ¿Escuelas de segunda? Otras Voces. http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/125833

Fuente de la información:  https://www.educacionfutura.org

Comparte este contenido:

México: La felicidad a la distancia de un abrazo

La felicidad a la distancia de un abrazo

Susana Cortés Camino

Las relaciones con los demás son una de las principales fuentes de dolor. Lo constatamos a diario en la discusión con la pareja, los malentendidos con un amigo, los berrinches del hijo, las trabas de un colega. Las relaciones pueden pesar como sacos de arena cuando no logramos conectar, cuando prevalecen las miradas egocéntricas sobre una situación o cuando no cuidamos al otro. ¿Por qué es tan complicado? ¿Por qué no podemos tener relaciones armónicas con todos, todo el tiempo? Cada uno de nosotros es un mundo de pensamientos, emociones, hábitos, creencias que irremediablemente colisiona con los otros cuando no hemos cultivado las habilidades que nos permiten conectarnos con los demás de una manera profunda.

En muchas ocasiones, nuestros pensamientos nos engañan. Nos susurran al oído ideas que hemos construido a lo largo del tiempo con base en nuestras experiencias, pero que no necesariamente corresponden con la realidad o nos boicotean como un enemigo feroz: «Estoy tan gordo, ¿quién me va a querer así?», «soy la peor madre del mundo», «siempre han querido más a mi hermano», «seguro quiere quedar bien con el jefe». Los pensamientos inconscientes nos traicionan y nos hacen creer «verdades» que no pasan la prueba de la objetividad. Y cuando actuamos con ellos como base, la frágil relación con los demás se desmorona.

También podemos ser un cúmulo de emociones que controla nuestra vida y eso tiene repercusiones devastadoras en nuestras relaciones. ¿Has sentido tantos celos que dijiste cosas hirientes que lastimaron al otro de forma irreversible? ¿El enojo te inunda y te descubres fuera de ti cuando vuelve la conciencia? ¿La envidia te nubla y no alcanzas a ver el amor que recibes? ¿El egoísmo te impide trabajar en equipo? Las emociones desbordadas son como un bombardeo para las relaciones positivas. Qué difícil lidiar con una emoción tan grande que deja al cerebro «cerrado por derribo».

Nos acostumbramos a los hábitos que nos imponen esos pensamientos y esas emociones. En nuestro cerebro, los senderos cada vez más marcados por la repetición de nuestras conductas generadas por emociones descontroladas y pensamientos disfuncionales, forman maneras cada vez más rígidas de reaccionar ante el mundo y los otros. Entonces nos vemos atrapados en nosotros mismos porque no podemos conectar con los demás.

Sin embargo, las relaciones también pueden ser una de las mayores fuentes de placer y de bienestar. Las hemos experimentado; abundantemente si somos afortunados o hemos trabajado arduo para hacerlo, o de forma precaria si no nos hemos dado cuenta de que está en nuestras manos.

Las relaciones nos sostienen cuando los retos de la vida están a punto de derrumbarnos, nos empujan cuando las tristezas se presentan como pendientes empinadas, nos acompañan cuando llegamos a la línea de meta de un objetivo logrado, nos cuidan cuando no podemos hacerlo nosotros mismos, nos llenan el corazón cuando sentimos una conexión honda. De acuerdo con Robert Waldinger, director del Harvard Study of Adult Development, –uno de los estudios más largos realizados en el mundo sobre la vida adulta, la felicidad y la salud–, el aprendizaje más importante obtenido durante los más de 80 años de investigación es que las relaciones interpersonales positivas nos mantienen más felices y saludables, y nos hacen vivir más tiempo.

También plantea que la calidad de estas relaciones protege, es decir, que las relaciones cercanas cálidas son un predictor de una vida más longeva y saludable. En pocas palabras: construir relaciones amorosas en el amplio sentido de la palabra, es el factor esencial de nuestra felicidad. No es el dinero, ni la fama, ni los éxitos profesionales, la felicidad está muy cerca, a la distancia de un abrazo. Y también esto lo podemos constatar con nuestra experiencia: si pensamos en alguno de los episodios más felices de nuestra vida seguramente el elemento principal es una o varias personas amadas.

Entonces, ¿qué podemos hacer para que nuestras relaciones sean fuente de bienestar y felicidad? Primero saber que gozar de bienestar es una habilidad que se desarrolla, entre otras cosas, si cultivamos la empatía, la compasión, el amor, la gratitud; todas capacidades que son base para formar relaciones significativas y constructivas.

Para eso es necesario trabajar con nosotros mismos: con nuestros pensamientos y emociones para que se conviertan en un aliado y no en nuestro peor detractor. ¿Qué me motiva?, ¿cuáles son mis prioridades?, ¿qué situaciones disparan mis emociones? Después incorporar a nuestra vida la calma y la claridad para responder de manera más eficaz y amorosa a los estímulos del mundo. Entonces podremos aprender a cuidar al otro, al cultivar nuestra capacidad para entender lo que piensa y sentir lo que está sintiendo, para alegrarnos con su felicidad, para desearle todo el bien que anhela o ayudarlo si está sufriendo.

Nunca, como en tiempos pandémicos, había sido tan evidente que las relaciones nos ayudan a sobrevivir. En el aislamiento y ahora, que debemos seguir cuidándonos, la falta de contacto y cercanía han hecho estragos en muchas personas y, en la mayoría, han dejado claro que los otros conforman el ingrediente base en nuestra dieta para la felicidad. Sí, los otros nos ayudan a sobrevivir en el sentido más básico, en el que implica adquirir los bienes que nos permiten alimentarnos y protegernos; esto es así desde que existieron los primeros seres humanos hasta nuestros días. Pero en un sentido más profundo, nos ayudan a sobrevivir porque los otros nos cobijan para enfrentar la adversidad y superarla. Por supuesto, a todos nos queda claro que nuestros seres amados son esenciales para vivir una vida plena, sin embargo, “el otro” es también esa persona desconocida y lejana a la cual puedo ayudar a sobrevivir, en ese sentido más profundo.

Fuente de la Información:  https://www.educacionfutura.org/la-felicidad-a-la-distancia-de-un-abrazo/

Comparte este contenido:

España: Sobre la batalla por el tiempo

Sobre la batalla por el tiempo

Sarah Babiker

Lo naturalizado no es consenso, aunque a veces se confunda. Que las cosas se den por normales e intransformables no deriva de que estemos de acuerdo; suele ser más bien una imposición vestida de inevitabilidad por quienes tienen el poder de imponer. Muchas veces son esas cosas tan naturalizadas como poco consensuadas las que generan más sufrimiento y dolor, más resistencia sin canalizar que acaba siendo dirimida con psicólogos y pastillas en lugar de en el sindicato, la calle o el parlamento. Tomemos un caso práctico: el hecho de no tener nunca tiempo.

Tema de conversación por excelencia, motivo de angustia y dolores de cabeza, la falta de tiempo parece ser una maldición bíblica de la que no podemos aspirar a escapar. Abordada desde la retórica coach de la organización personal, vivenciada como intersección entre la culpa y la logística en el ámbito familiar, expuesta a veces como una deriva cultural de sociedades individualistas y aceleradas, la problemática del tiempo parece inmunizada ante la posibilidad de un cuestionamiento serio y con efectos reales en nuestras vidas.

Politizar la redistribución del tiempo, reivindicar el derecho al tiempo libre, aspirar a una proporción menos matemáticamente ofensiva entre las horas de trabajo y las demás, los días laborables y los de librar, los meses de trabajo y las vacaciones, se presenta como algo superfluo, se desprioriza en favor de otros debates, como si no estuvieran relacionados. Como si las dificultades de conciliación no tuvieran que ver con el derecho al trabajo, ni la devaluación de nuestro tiempo con las condiciones laborales que afrontamos.

La España que madruga

A las 7.30 de la mañana las rueditas de las mochilas escolares empiezan a percutir sobre las aceras. La España que madruga tiene protagonistas invisibles, niños y niñas a quienes sus padres (y sobre todo sus madres) despiertan cuando aún es de noche, con el fin de poder dejarlos en el cole a una hora que les permita fichar a tiempo en sus trabajos. A veces la infancia que llaman “madrugadora” en los programas de apoyo a la conciliación es la misma que se queda a disfrutar “las tardes del cole”, en una sociedad en la que el conflicto entre capital y vida, entre el mundo del trabajo remunerado y el mundo de los cuidados tiende a saldarse ayudando a los cuidados a acoplarse al mundo del trabajo, nunca al revés. Pasar 10 horas de tu vida en una institución a temprana edad quizás sea la puerta de entrada más eficaz para asumir que apenas salgas de la escuela entregarás con naturalidad y sin reparo otras 10 horas al mundo del empleo remunerado.

Tal y como se plantea el debate en medios de comunicación, redes sociales o reuniones de trabajadores, pareciera que la conciliación entre el tiempo del trabajo y el tiempo personal es un problema que se circunscribe a la gente que tiene que cuidar a niñas, mayores o personas dependientes. Asunción que lleva a malentendidos y sobre todo a generar bandos idiotas entre quienes tienen gente a su cuidado y quienes no: asumir que quienes no han de cuidar a nadie han de poner más tiempo a disposición de la empresa, o entender como un privilegio las míseras medidas que puedan facilitar la conciliación para quienes cuidan, son caminos demasiado transitados que nos alejan de poder reivindicar el tiempo como lo que es: un derecho.

El derecho al tiempo no es una batalla solo de quienes cuidan, pero tener que cuidar te da una perspectiva, ahora sí, privilegiada, de las consecuencias de no tener derecho al tiempo. No hay mejor mirador sobre lo antilógico que es este régimen de las cosas que el hecho de que tu horario laboral desborde siempre el horario de la escuela, tus vacaciones sean más pequeñas que los recesos escolares, o el tiempo que ese familiar dependiente precisa de ti sea siempre mayor que el que la jornada laboral te deja libre. La vida y la energía de mucha gente se va en el intento de parchear tanto desajuste.

Madrugadores, trabajadoras de los cuidados ínfimamente remuneradas, extraescolares, carreras o estrés son consecuencias de tener que resolver la ecuación de conciliar trabajo y cuidados, pero llegar ahí ya es una victoria. Hay muchas —y digo muchas porque la gran mayoría son mujeres— que se quedan fuera desde el minuto cero: familias monomarentales, gente sin red de sostén en el país, que simplemente no encuentran un trabajo compatible con los cuidados, que se quedan en los márgenes de la empleabilidad durante años y solo pueden navegar en sus precarias aguas a bordo de cayucos ocupacionales, soluciones laborales que filtran todo el tiempo agua y que las tienen al borde del ahogo constante.

Radicalizar el derecho a descansar

Corría el inicio de 2021 y Más País intentaba pujar en el ámbito de lo debatible —privilegio de ser oposición y tener cierto margen para abrir nuevos melones— con una campaña por las 32 horas semanales o los cuatro días laborables, consiguiendo abrirse un espacio en la discusión —aunque temporal y chiquitito— entre la lucha contra el abismo de la crisis económica, el colapso pandémico y el precipicio del fascismo. No eran pocos quienes ante la propuesta respondían ofendidos: “Qué pijada es esta de los cuatro días a la semana, si yo trabajo seis”.

Sí, hay gente que libra un solo día a la semana, también autónomos de app, subcontratadas de empresas rapiñadoras, gente con horario comercial, personal de hostelería, empleadas internas, para quienes el fin de semana es un privilegio de los otros. Es invisible hasta qué punto el tiempo de la gente está devaluado. Y es comprensible que ante debates por la reducción de la jornada, muchas exijan partir de ahí, de poner sobre la mesa que tanto las 40 horas laborables en cinco días no es una conquista añosa e insuficiente sino un horizonte al que ni se acercan. Pero también es demoledor que luchar por trabajar menos horas sea percibido como una demanda burguesa o desconectada de la realidad, algo a poner en agenda después de la lucha por el empleo o por una subida en el salario, como si todo ello no estuviera relacionado, como si la devaluación de nuestro tiempo no tuviera que ver con las cifras del paro, o las irrisorias nóminas.

Después de todo, los mismos que te dicen que no se puede subir el salario mínimo son quienes no ven factible trabajar menos. Que no podamos vivir mejor no es algo natural ni fruto de consenso. Hablar de tiempo, de derecho al tiempo, no es hablar de un intangible, sino encarar desde otra perspectiva la redistribución de la riqueza, plantarse ante este extractivismo continuo de nuestras vidas, revalorizar las horas que entregamos al trabajo para poder entregar menos. Nos han demarcado a qué podemos aspirar, por qué podemos luchar, desplazando batallas cruciales, de gran potencialidad política, emocional: el derecho a la felicidad y la serenidad, a no vivir corriendo, a que la soberanía sobre nuestro tiempo no se reduzca al microfeudo de unas pocas horas antes de dormir, o a un par de días a la semana. Naturalizando que la España que madruga no pueda ni soñar con madrugar un poco menos, como si este no fuera por sí mismo un respetable objetivo político.

Fuente de la Información: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/sobre-la-batalla-por-el-tiempo/

Comparte este contenido:

México: Pobreza y educación, ¿cuál es el compromiso del Estado?

Pobreza y educación, ¿cuál es el compromiso del Estado?

Claudia Santizo – Profesora-investigadora en la UAM, Unidad Cuajimalpa 

 

“El dinero sí es la vida y no sólo es vanidad”

La relación entre la educación y la pobreza es muy conocida. Sabemos que el nivel y el logro escolar están condicionados tanto por la situación de la escuela como por las condiciones culturales, sociales y económicas de las familias.

En la educación de los niños importa tanto un buen docente como vivir en un ambiente con adecuadas condiciones culturales y materiales. Un buen docente puede motivar a los estudiantes con mayores capacidades, mejorar en promedio el desempeño de un grupo escolar, pero el docente está nadando a contracorriente con las situaciones sociales y culturales que viven la generalidad de los niños.

El nivel económico de la familia es un indicador de las posibilidades materiales para afrontar de manera integral las necesidades de alimentación, educación y salud; por ello, hagamos el ejercicio de dimensionar esas posibilidades considerando los ingresos calculados por Coneval que marcan la frontera de la línea de pobreza. En 2020 para las zonas rurales esa frontera es de $2,510 pesos mensuales por persona y para zonas urbanas el ingreso es de $3,550 pesos por persona. Estos son ingresos mensuales de la familia divididos por el número de integrantes, incluyendo a los niños. La pobreza es extrema cuando las familias no tienen posibilidad para cubrir su alimentación.

Situación de pobreza de niños de 6 a 12 años 

En México los niños en edad escolar de primaria, 6 a 12 años, en situación de pobreza suman 10.65 millones de acuerdo con datos del Coneval. Para los niños en situación de pobreza extrema (27.9%) les corresponde un ingreso corriente de $991 pesos mensuales y a los niños en pobreza moderada (72.1%) el ingreso que les corresponde es de $2,169 pesos al mes.

Veamos el caso del estado de Guerrero donde 449 mil niños en edad de asistir a la primaria  (77.5% del total de niños en el estado) están en situación de pobreza. De éstos 41% se encuentran en situación de pobreza extrema con un ingreso de $934 pesos mensuales y a los niños en el grupo de pobreza moderada les corresponde un ingreso per cápita de $2,089 pesos mensuales. Esos ingresos están por debajo de la línea de pobreza rural del país y, además, son 6 y 3 veces menores, respectivamente, del ingreso por persona de las familias de mayor ingreso en el estado ($6,116).

Recursos en educación necesarios para superar condiciones de pobreza

El ingreso per cápita, como se anotó, es un indicador de las posibilidades materiales que las familias tienen para apoyar de manera integral la educación de los niños; integral porqué incluye salud, alimentación, vestido y podemos incluir disponibilidad de recursos para solventar actividades extraescolares. Esta es una de las ventajas de las familias con mayor ingreso; en el caso de Guerrero los niños en edad escolar cuyas familias se ubican en mejores condiciones tienen ingresos que superan 1.7 veces el ingreso de la línea de pobreza urbana.

Si consideramos la diferencia entre el ingreso que marca la frontera para la línea de pobreza, urbana y rural, y los ingresos por persona de los niños, de 6 a 12 años, en situación de pobreza; esa diferencia aproximaría el monto de recursos que se pueden destinar a programas que permitan nivelar la cancha de juego para todos los niños en edad escolar de 6 a 12 años de primaria. Haciendo este cálculo con los datos del estado de Guerrero se obtiene un monto de recursos de $8,678 millones de pesos en un año. Esto implica un recurso promedio por persona de $936 pesos por niño en edad escolar de primaria en situación de pobreza moderada y de $2,205 por niño ubicado en pobreza extrema. Esta es la magnitud de los recursos que requiere una política para atender la pobreza de los niños en edad escolar de 6 a 12 años sólo en el estado de Guerrero.

 

Estado de Guerrero Recursos por persona para alcanzar la línea de pobreza Recurso total para alcanzar la línea de pobreza.
Niños en edad escolar en: Mensual, pesos, promedio Anual, millones pesos
pobreza moderada 936 $2,378
pobreza extrema 2,205 $6,300
Total $8,678

 

Política de estado: invertir en la mente de los niños y superar efectos de la pobreza 

La política de educación ha establecido diversos objetivos en diferentes momentos. Después de finalizar la Revolución, en la década de 1920, se planteó la necesidad de alfabetizar a la población y se estableció un objetivo de cobertura para dar acceso a la educación pública. Resuelto el problema de cobertura surge el tema de la calidad, o la pertinencia, de lo que se enseña y se aprende. En este contexto se hicieron preguntas sobre las capacidades del docente. Sin embargo, en estas políticas el problema de las condiciones socioeconómicas de las familias se atiende por separado con programas de carácter compensatorio, mediante la entrega de incentivos para que los niños acudan a la escuela, pero sin considerar de manera conjunta otros factores como son: el ambiente cultural y social de las familias.

Las capacidades culturales de las familias se desarrollan y construyen en el tiempo. Estas capacidades no se sustituyen con la entrega de recursos, o transferencias monetarias, a las familias. En este sentido, se puede establecer que el Estado necesita asumir una responsabilidad tutelar no sólo para compensar la desigualdad económica sino la carencia de ambientes culturales y sociales que no son propicios para el desarrollo educativo de los niños.

Una política de Estado para superar efectos de la pobreza en la educación necesita tener dos condiciones. Por un lado, ser integral para cubrir todos los aspectos relacionados con la educación como la salud, alimentación, actividades extraescolares y los ambientes culturales que propicien la formación de los niños. Por otro lado, ser sostenida para mantener los objetivos de la educación para varias generaciones de niños. Por ejemplo, para dar seguimiento a la generación de niños que cursa primaria en 2020, en edades de 6 a 12 años, y así sucesivamente para las siguientes generaciones.

Podemos considerar un esfuerzo sostenido de al menos 6 años. En el caso de Guerrero ese esfuerzo sostenido implica en términos monetarios un monto total de $52 mil millones de pesos. Al tipo de cambio actual significan 2,422 millones de dólares.

 

Estado de Guerrero Recurso total para alcanzar la línea de pobreza de manera sostenida por 6 años
Niños en edad escolar, 6 a 12 años, en: millones pesos millones dólares
pobreza moderada $14,267 664
pobreza extrema $37,803 1,758
Total $52,070 2,422

 

El concepto de inversión no es muy apropiado para tratar el tema de la educación de los niños, pero permite comparar y equiparar el monto de los recursos públicos usados en diversas actividades. En este caso, los recursos destinados a la formación, preparación y desarrollo de la mente de los niños se pueden considerar tanto, o más importante, que las actividades de inversión del Estado en actividades productivas. Los recursos necesarios para realizar un esfuerzo sostenido para atender la pobreza de la generación de niños en edad de cursar la primaria, entre los 6 y los 12 años, sólo en Guerrero equivalen a una cuarta parte de la inversión prevista para la refinería de Dos Bocas.

Han pasado 100 años desde que se fundó la SEP. Se puede decir que en un siglo se alcanzaron, en cierto grado, los objetivos de alfabetización y cobertura en la educación; también, se logró la modernización económica del país. Estos logros, sin embargo, son opacados por las deficiencias en los aprendizajes de los estudiantes y los niveles de pobreza de los niños y sus familias. Por razones éticas se necesita superar la pobreza, pero además diversas situaciones señalan la importancia que tiene para la evolución de la sociedad la formación y desarrollo de la mente de los niños.

En México el Estado desempeñó un papel crucial durante el siglo XX como motor de crecimiento y desarrollo. Para los siguientes 100 años, el Estado necesita hacerse responsable del tutelaje de la educación de generaciones de niños, no sólo mediante un enfoque compensatorio sino con una política tutelar que considere de manera integral todos los factores sociales, económicos, y culturales que inciden en la educación de los niños y que no pueden ofrecer las familias en condiciones de pobreza.

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/pobreza-y-educacion-cual-es-el-compromiso-del-estado/

 

Comparte este contenido:

Salud mental o crisis existencial de la sociedad

Por: Hugo Ghiara

Con el suicidio de una persona tan mediática como Veronica Forqué, saltó nuevamente a primer plano el tema de la salud mental de la población española.

La noticia de la muerte de Veronica Forqué impactó en la sociedad de una forma inesperada; una persona cercana y peculiar, que ocupaba un lugar de privilegio en el corazón de los españoles. Su muerte golpeó en un tema aparentemente encubierto como es el del suicidio, cada vez más frecuente en nuestro país.

Rápidamente inundó las pantallas de televisión, telediarios, programas del corazón y de actualidad, recordando la figura de la actriz y su obra. Se preguntaban … ¿por qué? ¿Por qué así…? ¿Qué le pasaba? …y apareció nuevamente el tema de «la salud mental de nuestra sociedad».

Salud mental o crisis existencial de la sociedad

Durante estos días, ha sido frecuente que en los medios de comunicación aparecieran sicólogos y siquiatras explicándonos sobre la situación de nuestra salud mental colectiva, con datos bastante escalofriantes.

Ellos, los especialistas de la salud mental, reclamaban la falta de medios y de previsión, tanto en la salud pública como en la privada, pero ninguno alertaba sobre este mal creciente como un problema de la sociedad en sí.

¿Cómo se piensan que los especialistas vayan a cubrir tanta demanda? Eso es prácticamente imposible. Si para la vacunación colectiva contra la Covid-19 (un pinchacito de nada y en un minuto) llegamos justos ¿se imaginan pasar a la población por los sicólogos y siquiatras para reparar lo que no pueden reparar? ¿O creen que todo se arregla con ansiolíticos o antidepresivos?

La raíz del problema es otro, no solo se trata de un tema personal, aunque la persona concreta sea la que lo padece. Claro que son necesarios especialistas en estos temas, pero el problema radica en otro lugar, un momento histórico, acelerado, violento y sin referencias adecuadas.

Las personas debemos detenernos al menos un momento para preguntarnos…

Adónde vamos, quiénes somos, qué queremos, qué es lo verdaderamente importante… Pero ¿cómo hacer esto, que es tan sencillo si nadie tiene ni tiempo para si mismo? Cantidad de cosas a hacer, o cantidad de cosas sin hacer, la cabeza llena de «grillos» y poca confianza en los demás… en fin, no parece que así se pueda detener uno un momento para pensar sobre lo importante de su vida.

Hay quienes dicen que cuando alguien recibe un gran golpe en su vida, necesariamente se coloca en una buena situación para replantearse todo, pero ¿esto es así realmente…? Tengo mis dudas, por el mismo argumento anterior, en este contexto social, lo evidente resulta extravagante.

Algunas ideas a tener en cuenta

No sacaremos aquí una bola de cristal, pero sí quiero compartir algunas reflexiones que quizás puedan servir… Posiblemente compartamos el diagnóstico social. Si es así, nos colocamos en situación de hacer algo positivo para nosotros mismos y para nuestra sociedad, abrir este tema como algo importante para todos e intercambiar sobre nuestras experiencias, en nuestro ámbito personal o a través de internet, tal como lo estoy haciendo ahora mismo.

Ocuparnos de otros de una manera diferente a como lo hacemos habitualmente, tratar de ponernos en su lugar, desde sus expectativas, sus frustraciones, sus virtudes… una forma diferente de mirar al otro será también una forma diferente de mirarnos a nosotros mismos.

¿Crees que es tan fácil meterte en un consumismo estúpido cuando te estás ocupando de cosas importantes…? No, no es fácil. Cuando las personas estamos más despiertas, cuando estamos con las ideas claras, no caemos en la estupidez. Las personas ¡somos fuertes!

Ocuparnos de nuestro entorno de una forma renovada es saludable para nuestra sociedad y muy saludable para nosotros mismos. Y ojalá se abra un debate en nuestro entorno, con nuestras familias, con nuestros vecinos y escuchemos qué piensan los otros, qué creen realmente y qué proponen para algo que ningún especialista puede resolver: nuestra propia existencia.

Fuente de la información e imagen:  https://www.pressenza.com

Comparte este contenido:

México: Rezago educativo en tiempos de Covid

Rezago educativo en tiempos de Covid

Cecilia Sabag Montesinos

Universidad Iberoamericana Torreón

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el Campo Estratégico en Modelos y Políticas Educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

En México, durante el ciclo escolar 2019-2020, más de 36 millones de estudiantes y poco más de dos millones de docentes se vieron en la necesidad de abandonar las aulas físicas y de trasladarse a sus hogares con el fin de resguardarse del virus de Covid-19. Esto no sólo significó un traslado físico, también representó el gran reto de replantear todo el proceso educativo.

En millones de hogares, estudiantes y docentes tuvieron que adaptarse a la nueva modalidad de enseñanza-aprendizaje; para 28.6% de las familias de estudiantes de entre 3 a 29 años, fue necesario realizar un gasto para la adquisición de teléfonos inteligentes, 26.4% contrataron servicio de internet fijo y casi 30% de las familias adquirieron mobiliario para adecuar espacios para el estudio. A pesar de las acciones realizadas, es apremiante preguntarnos ¿será esto suficiente para continuar con una educación de calidad?

Antes de responder a esta pregunta, es necesario situarnos en el contexto particular del Sistema Educativo Mexicano; en el ciclo escolar antes mencionado, se puede encontrar que había un total de 36,518,712 alumnos activos y únicamente 2,074,171 profesores (en promedio, sería un profesor por cada 17 alumnos); para la educación a nivel básico el promedio era de un profesor por cada 20 alumnos, mientras que para nivel superior la cifra es de un profesor por cada 10 alumnos.

Ante este panorama, no es de extrañarse que alumnos y docentes se vieran ante serios problemas al intentar continuar con los procesos de enseñanza-aprendizaje. Aunque las cifras antes mencionadas pudieran parecer un buen panorama, la realidad es que muchas instituciones educativas cuentan con grupos de 40 o más alumnos y es el docente quien se encarga de atender a cada uno de ellos; si contrastamos la gran demanda por parte de los estudiantes contra los recursos disponibles para acceder al conocimiento, podremos darnos cuenta que los medios con los que contaba gran parte de la población no eran suficientes para una educación integral y de calidad.

Aunque la educación a distancia ha avanzado a pasos agigantados y ahora se pueden a acceder a miles de herramientas digitales que permiten crear verdaderos entornos virtuales de aprendizaje, la realidad es que la mayoría de los docentes y estudiantes no estaban capacitados para sacar el máximo provecho de ellos; este tipo de modalidad representa el uso de recursos digitales y pedagógicos de forma muy distinta a una educación presencial. Se requiere no sólo adaptar los materiales de clase, también encontrar distintas estrategias didácticas para facilitar el aprendizaje.

Ahora, en el ciclo escolar 2021-2022, millones de estudiantes y docentes dejaron de lado la modalidad a distancia para regresar a las aulas de clase; miles de instituciones educativas implementaron medidas sanitarias para un regreso seguro y eso fue todo. Después de un año y medio de retos y aprendizaje, lo único que cambió fueron las estrategias para la no propagación del virus; sin embargo, los procesos educativos pareciera que sólo retomaron el curso que se tenía en 2019, pareciera que todo ha quedado atrás y nada hubiera pasado.

Sin embargo, aunque por fuera todo parece igual, hay miles de estudiantes que no lograron los objetivos de aprendizaje esperados en sus grados académicos, de hecho, en un estudio realizado por el INEGI se menciona que 53% de las viviendas con estudiantes, consideran que éstos no aprendieron o aprendieron menos que de manera presencial. Miles de niños y niñas de preescolar llegaron a primaria sin saber leer o escribir, estudiantes de secundaria sin los conocimientos básicos para un nivel medio superior, etcétera.

Este panorama no es nada favorable si consideramos que la SEP implementó medidas que podrían afectar el desarrollo educativo adecuado de los estudiantes, como la eliminación de calificaciones no aprobatorias en la educación básica, lo que garantiza su aprobación, aunque no se cumplan con los criterios necesarios para continuar al siguiente nivel educativo.

¿Es derecho de todos y todas acceder a la educación? Sí, sin embargo, el acceso a la educación no garantiza que estamos preparando a nuevas generaciones para el futuro ¿Hasta dónde se terminará este rezago educativo producto de la pandemia? ¿Qué acciones se deberían de implementar para adecuar el proceso educativo a las nuevas modalidades? ¿Qué aprendizajes nos ha dejado esta pandemia que no podemos dejar de lado?

Bibliografía

INEE. (2019). ¿Qué es la Calidad Educativa? Directices para mejoras. México: INEE. https://historico.mejoredu.gob.mx/directrices-para-mejorar/que-es-la-calidad-educativa/

INEGI. (13 de mayo de 2020). Estadísticas a propósito del día del maestro. Comunicado de prensa núm. 215/20. México: INEGI.

INEGI. (23 de marzo de 2021). Encuesta para la medición del impacto Covid-19 en la educación 2020. Comunicado de prensa núm 185/21. México: INEGI.

Secretaría de Educación Pública. (2020). Principales Cifras del Sistema Educativo Nacional 2019-2020. México: Dirección General de Planeación, Programación y Estadística Educativa, SEP.

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/rezago-educativo-en-tiempos-de-covid/

 

Comparte este contenido:

Reflexión. La salud mental, un derecho laboral que debe defender el magisterio

Por: Rosa García *

El magisterio mexicano vive momentos de alta presión laboral, producto de la precarización en aumento y la degradación de sus vidas con la pandemia y la crisis económica, pero principalmente las mujeres.

Hace pocos días, algunos medios de comunicación informaron que una maestra de primaria intentó arrojarse del balcón de la escuela donde laboraba en la colonia Escandón, en la alcaldía Miguel Hidalgo, producto de una crisis nerviosa. Y aunque la noticia se viralizó explicando que la maestra fue atendida rápidamente por servicios médicos, a ciencia cierta se desconocen los motivos que provocaron tal crisis.

No obstante, y sin intentar hacer conjeturas sobre la vida personal y laboral de una docente, ni utilizarlo de forma oportunista como muchos medios amarillistas, como maestra que ejerzo la docencia en una escuela primaria, no quiero dejar de comentar a nuestros lectores lo que vivimos en nuestro sector, particularmente las mujeres, y cómo se fueron recrudeciendo las condiciones y los padecimientos desde el inicio de la pandemia.

Por muchxs es bien conocido que la docencia se ha vuelto un trabajo cada vez más esclavizante y estresante para los y las maestras desde que empezó la pandemia, la carga de trabajo ha aumentado terriblemente y ahora, en la presencialidad, se siguen duplicando las jornadas laborales, pues debes de atender a tus alumnos tanto en lo presencial como a distancia, atender a padres y madres de familia, planificar clases, elaborar el material didáctico, rúbricas de evaluación, múltiples e innecesarios documentos que piden las autoridades educativas, mejoras en las escuelas como pintura, arreglos de muebles y limpieza, además de los cursos de la SEP; aunque seguramente olvido algunas otras tareas.

Pero, la gran mayoría de estas actividades solemos hacerlas después de la jornada laboral, ocupando muchas horas que, obviamente, no nos son pagadas pues no se reconocen como parte de nuestra jornada de trabajo ni como horas extraordinarias, y lo peor es que si no cumplimos con estas labores se nos sanciona con actas administrativas, extrañamientos, etc.

Además se le suman las labores del hogar, que como sabemos son interminables, la atención de los hijos para aquellas que son mamás, e incluso, con los salarios tan paupérrimos y la inflación que no cesa, no alcanza para llegar a fin de quincena y muchxs profesorxs tenemos otro trabajo a contraturno, ya sea fuera del hogar o en él, en ventas, encuestas, corrección de estilo y los malabares múltiples que cada unx de nosotrxs solo sabe.

Las cifras de la OCDE, tan solo en 2017, pueden evidenciar la precarización laboral descrita más arriba, ya que los y las maestras mexicanas ocupan entre el segundo y tercer lugar en el ranking de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos con más horas trabajadas por año, con récord de entre 500 y más de mil 100 horas trabajadas en ese período. Pero lo sorprendente de este dato es que, estas cifras, solo toman en cuenta las horas frente a grupo. Y, en materia de ingresos, estamos entre los ocho que menos dinero obtenemos a nivel de preprimaria y primaria, mientras que en secundaria, directamente no superan el promedio de la organización.

Ansiedad, estrés y suicidio al alza

Para las y los trabajadores ya es un hecho que las condiciones de vida cada vez son peores, derivadas de la crisis sanitaria y la crisis económica. De acuerdo con datos publicados en una nota de Forbes (revista especializada en el mundo de los negocios y las finanzas), el aumento de los casos de ansiedad en la población a partir de la pandemia llegó a cifras de hasta el 14%”, mientas que en años anteriores solía aumentar del 5 al 7%.

Además, otras cifras alarmantes en México son las relacionadas a los suicidios, que arrojan que en 2019 hubo 7,223, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). En este tema, es de especial importancia el efecto del suicidio en las y los jóvenes, ya que se proyecta que a causa de la pandemia por COVID-19 se incrementaron las tasas de suicidio con énfasis en este sector de la población, más que en adultos mayores. Al respecto, el mismo organismo indica que, en el primer semestre del 2020, el suicidio fue la tercera causa de muerte en los grupos etarios de 10 a 24 años de edad.

La salud mental debe ser considerada como un derecho laboral

En una nota del diario El Sol de México de este año, se afirma que entre 2020 y 2021 el Gobierno federal redujo 81.6 por ciento los recursos destinados a los estados para atender la salud mental de la población. En el extremo, hay 12 entidades que este año no cuentan con recursos de la Federación para hacer frente a trastornos como depresión, ansiedad y esquizofrenia, entre otros.

Aunque el regreso a clases, según Delfina Gómez y AMLO, lo impusieron por la salud mental de los alumnos y de las mujeres, bien sabemos que las escuelas no cuentan con este servicio ni muchos otros, y esta falta de asistencia y contención resalta mucho más en momentos donde las familias trabajadoras han sufrido pérdidas irreparables por el Covid-19, pero también considerando que durante el aislamiento la violencia machista y sexual, para estos dos sectores en particular, se elevó como jamás antes.

Ante esta realidad que ya no puede ocultarse con discursos, los maestros y las maestras junto con las madres de familia debemos empezar a organizarnos para mejorar nuestras condiciones laborales y de vida, entre ellas nuestra salud mental y emocional; para que cada escuela cuente con profesionales en el tema, como psicólogos y psiquiatras que ayuden en este fundamental aspecto. Pero también para exigir juntos un aumento en el presupuesto educativo, así como para el sector salud y salarios que alcancen para cubrir todas las necesidades de una familia trabajadora.

Fuente de la información e imagen:  https://www.laizquierdadiario.mx

Comparte este contenido:
Page 12 of 70
1 10 11 12 13 14 70