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Siete razones por las que se te pueden quitar las ganas de enseñar

Por: Melissa Bowers

Ya ha pasado más de un año desde que dejé la enseñanza, una decisión que tomé porque íbamos a mudarnos a la otra punta del país. Para conmemorar la ocasión, compartiré la frase que -con diferencia- más introduce la gente en los buscadores para llegar hasta mi página web.

«No quiero enseñar más».

En mis doce años de experiencia como profesora de Inglés, he visto a gente dejar la profesión en estampida. El clima es diferente. La cultura es diferente. El sistema se desmorona y los profesionales de la educación se dispersan para evitar ser aplastados por los escombros cuando todo se venga abajo.

No entraré en detalles sobre los recortes de presupuesto, la cantidad masiva de alumnos que hay por clase o el sueldo medio; de todo eso ya se ha hablado hasta la saciedad. No voy a hablar sobre el agotamiento profundo que implica estar todo el día sobre la tarima ni sobre la sensación de ahogo que te embarga esas noches y fines de semana en los que tienes cientos de trabajos que corregir.

Hay mucho más: cosas que solo comprenderás si tienes una llave de la sala de profesores.

1. Eres una figura de autoridad pero no tienes autoridad real.

Una amiga me dijo en una ocasión: «No sabes lo que es tener un trabajo de verdad, con entregas y adultos vigilándote constantemente. Tú puedes ser tu propia jefa». La ignorancia pura de su comentario lleva años conmigo, y sigue afectándome, en gran parte porque ese pensamiento erróneo es muy común.

Cuando cerramos la puerta cada día y nos dirigimos hacia la parte delantera de la clase, es fácil ser presa del espejismo de que estamos al mando. Después de todo, es tu nombre el que está escrito en la puerta, así que debes de ser quien manda.

Dosis de realidad: tú no eres quien manda.

Los padres mandan sobre ti. La administración manda sobre ti. Los alumnos lo notan. Es cierto. Y, como es cierto, comprometer tu integridad implica una presión inmensa: aprobar a un niño que no ha demostrado maestría, permitir la entrega tardía de un trabajo que mandaste hace dos meses, ser menos estricta al poner menos deberes, proyectos diferentes o notas; porque a veces se espera que no eches más leña al fuego.

2. Tu día no se parece en nada a la jornada del típico trabajador de oficina.

A pesar de la ignorancia de la amiga de la que he hablado antes, tengo que concederle esto: a veces somos dolorosamente conscientes de que nuestro «trabajo de verdad» se diferencia sospechosamente de otros «trabajos de verdad» que requieren tener un título universitario.

Tus amigos pueden hacer cosas como estas en el trabajo:

1. Hacer pis
2. Tomar café
3. Hablar un rato con un compañero sin prisa
4. Salir a comer
5. Hacer papeleo y otras tareas relacionadas con el trabajo mientras están en el trabajo
6. Sentarse de vez en cuando

Estoy segura de que las vacaciones de verano existen porque los Dioses del Colegio cuentan todos los segundos que no tenemos para ir al baño y nos los devuelven todos juntos de golpe. Los 25 minutos para comer no propician comidas relajantes fuera de los muros del colegio o del instituto, y solo puedes aliviarte un poco durante el cambio de clase que, por desgracia, es la única oportunidad que tienen todos los demás profesores para ir al baño.

Porque ¿sabes quién más manda sobre ti? La campana.

3. Todo el mundo se cree que sabe cómo hacer tu trabajo. TODO EL MUNDO.

Además del hecho de que no tienes autoridad, hay muchas personas que sí la tienen y que, literalmente, no han pasado ni un día de su vida enseñando; y aun así muchos están seguros de que saben hacer tu trabajo mejor que tú.

Mucha gente tiene luz en casa, pero eso no los convierte en electricistas. Mi marido no sabe cómo llevar un restaurante solo porque hayamos salido a cenar fuera. ¿Puedo declararme experta en derecho por ver Ley y orden: Unidad de víctimas especialesuna vez a la semana?

Pero, por supuesto, la enseñanza es diferente, ¿verdad? En algún punto de nuestras vidas, todos nos hemos sentado en una clase. Todos hemos sido alumnos, después de todo. Durante seis, siete u ocho horas al día, desde preescolar, todo el mundo lo ve, así que todo el mundo puede opinar.

Pero incluso los que llevan poco tiempo enseñando pueden confirmarlo: todo se ve de una forma diferente desde detrás de la mesa del profesor. Así que cuando tus superiores son comités de personas que solo saben cómo es el asunto desde la perspectiva del estudiante, es como pedir a un equipo de contables que cableen un edificio.

¿Sabes lo que probablemente acabará pasando? Que saldrá ardiendo.

4. Querías fomentar la imaginación, no machacarla.

Los profesores llevan mucho tiempo luchando contra la presión cada vez mayor de «enseñar para aprobar un examen». A pesar de nuestros gritos de advertencia, la situación no mejora. Los cursos o asignaturas con valor para la vida real (como, por ejemplo, la economía doméstica o las clases de compra) van muriendo, y no de una forma gradual, precisamente; y no hay ninguna parte de «Alimentación y Nutrición» en el examen de selectividad. Los programas de arte y música corren un grave peligro y en algunos lugares prácticamente han desaparecido.

Una profesora de primaria a la que conozco -que trabaja en uno de los distritos más ricos y respetables de su estado- asistió hace poco a una reunión en la que se pedía a los miembros del personal que «limitaran o eliminaran por completo» la lectura de cuentos. «No está lo suficientemente diferenciada», les dijeron, «y, además, supone un desperdicio de las valiosas horas de clase».

Sus alumnos son de tercero de primaria. Se merecen que les lean un cuento, que alimenten su imaginación. Merecen la magia de una historia cautivadora. Merecen aprender que se puede leer por placer en vez de estrictamente para buscar información.

Y las asignaturas «más importantes» de secundaria tampoco son inmunes. Los profesores de Lengua contemplan con impotencia cómo van desapareciendo del programa las obras de ficción y cómo se van reemplazando por obras basadas en hechos reales. Aunque a veces se nos invita a asistir a comités curriculares (a los que he ido) para darnos la falsa impresión de que tenemos voz y voto, no son más que una trampa: tenemos la libertad que nos permiten los estándares nacionales y estatales. Ahora mismo, se apuesta de manera implacable por los HECHOS. LOS DATOS. LAS ESTADÍSTICAS.

Y eso no deja mucho espacio para la fantasía.

Pero la cuestión es la siguiente: los debates sobre ficción llevan a debates enriquecedores sobre la vida, que conducen a algo mucho más importante que el crecimiento de un estudiante: guían el crecimiento de un ser humano.

5. La obsesión por la tecnología está acabando con tu cordura.

Las cifras y los hechos no son los únicos que están dando de lado a nuestras queridas obras de ficción. El demoledor ritmo de la tecnología también las está aplastando. «¡Los niños deben aprenderlo TODO SOBRE LA TECNOLOGÍA!», afirma todo el mundo mientras agita los brazos y se dirige hacia la tienda Apple más cercana. «¡Es el futuro!»

Entonces, ¿por qué los directores generales de las empresas de tecnología más importantes envían a sus hijos a los Centros Educativos Waldorf, en los que no hay ordenadores? Tiene que haber una aplicación… No, perdón, quería decir «explicación».

Es un asunto peliagudo. POR SUPUESTO, como profesores que somos, nuestro trabajo es adaptarnos a los tiempos que corren. Pero me atrevería a decir que nuestro trabajo también es retar a nuestros alumnos con cosas novedosas; y, para esta generación, la tecnología no lo es. De hecho, es lo único de lo que saben. Los niños no necesitan saber más sobre ella -la mayoría lleva viendo una pantalla y haciendo clic desde que eran bebés- y seguirán haciéndolo en mitad de tu explicación (probablemente basada en hechos reales) sobre un libro (que probablemente no será de ficción), por cierto. Resulta increíblemente frustrante que todas estas gloriosas innovaciones sirvan más como una distracción que como una herramienta de aprendizaje.

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P.D.: Podrías detectar a alumnos escribiendo mensajes con el móvil aunque estuvieras ciega, ¡se te da demasiado bien!

Aunque los profesores tendemos a juntarnos, yo tengo amigos y familiares con vidas profesionales muy variadas: desde empresarios de éxito hasta ingenieros mecánicos pasando por directores de recursos humanos. Todos ellos llevan entrevistando a candidatos durante más de una década, y todos se quejan de algo similar: les resulta casi imposible encontrar a un aspirante al que realmente quieran contratar.

Hay tres ces que parece que faltan hoy en día: curiosidad, creatividad y comunicación.

La tecnología es maravillosa -en realidad no, pero es necesaria- para un montón de cosas, pero está acabando con estas tres preciosas ces. Y, como profesores que somos, no solo somos testigos de su muerte, sino que se espera que asistamos a su asesinato. Por culpa de las expectativas estandarizadas, tenemos que incorporar cada vez más tecnología, aunque lo único que queramos sea pegarle un martillazo a todo lo que tenga pantalla.

6. Los privilegios, los trofeos, la apatía… y todo eso.

Probablemente, dentro de las cuatro paredes de clase el aire esté algo cargado de un tufo a «no es culpa mía, es tu culpa», y ese hedor proviene de los alumnos.

Por irónico que parezca, no es su culpa.

Como el olor a tabaco, lo traen de casa, sale de sus mochilas, va adherido al tejido de su ropa y a las fibras de su educación. Durante toda su vida, estas generaciones de «niños únicos y diferentes» han recibido premios y conmemoraciones por participar -y no por ganar- así que queda bastante claro por qué los niños han llegado a esperar un sobresaliente «por haberlo intentado». Pero a veces un insuficiente no es más que un insuficiente, que no significa que Johnny tenga un profesor nefasto. Significa que posiblemente Johnny se lo haya ganado esta vez. Significa que a lo mejor no ha entregado un trabajo perfecto. Significa que a lo mejor no tiene que empezar a hacer un trabajo que le llevará unas tres semanas el día antes de la entrega.

Pero Johnny no sabe que un insuficiente significa todo eso, porque lo que oye en su casa es que sus padres están increíblemente enfadados porque su profesor haya tenido las narices de suspender a su niñito. (Prepárate para la llamada encolerizada a la mañana siguiente).

Evidentemente, igual que hay padres de este tipo, los hay que son devastadoramente ausentes, igual que los hay tan comprensivos que hacen que te preguntes si son reales. Que son generosos, amables y responsables y en las reuniones de padres y profesores les dices que lo están haciendo muy bien porque lo piensas de verdad.

Espero ser como ese último tipo de padres.

Me convertí en madre hace unos años y debo admitir, no sin vergüenza, que ahora lo entiendo. Mis hijos SON especiales. Mis hijos LO INTENTAN. No quiero que tengan que sentirse NUNCA como si no fueran las personas más importantes del mundo. Cuando la profesora de preescolar de mi hija le puso una nota en la que decía que no había estado muy receptiva en clase, me sentí frustrada e impotente y estaba prácticamente segura de que la profesora estaba siendo demasiado exigente. Cuando corrió su primera carrera de Acción de Gracias el pasado mes de noviembre, los organizadores me preguntaron si quería comprarle una medalla. «Sí, claro», contesté. «Pues claro que tendría una medalla». Sin dudar, aflojé el dinero para contribuir.

Como madre que soy, lo entiendo.

Pero, como profesora, lo que me gustaría es decir: dejad de ponerles excusas a los niños. BASTA YA. Hay que enseñarles a ganarse las cosas, no a pedirlas. A tener ambiciones. Hay que plantearles desafíos. De esa manera, cuando yo intente retarlos, sabrán que eso es lo que ambos esperamos.

Sabrán que estamos en el mismo equipo.

Abandonados a sus propios medios, los niños son los primeros que te dirán: Sí, se me había olvidado por completo que habías mandado ese trabajo. No me esforcé al máximo. No me apetecía terminar la lectura. ¡Ups! Lo siento, profe. Y se encogerán de hombros, levantando las cejas y haciendo gala de una adorable conciencia de sí mismos.

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Querida señorita Bowers:
Creo que eres una profesora genial e incluso mejor persona. Sé que no soy muy buen estudiante. Esta era una de mis clases favoritas, aunque la suspendiera, pero eso es culpa mía. Y me siento mal por no haberme esforzado al máximo aunque tú lo hayas hecho.

Lo saben. En el fondo, a pesar de esos aires de privilegio que les rodean, saben exactamente lo que está pasando. Son mucho más listos y capaces de fracasar -y, por consiguiente, de tener éxito- mucho más de lo que el mundo les deja experimentar.

7. No hay ninguna manera fiable de evaluar quién lo está haciendo bien de verdad.

Cualquier profesor que se precie sabe que probablemente esto sea lo más inquietante.

Para que la gente sepa lo bien que estás haciendo tu trabajo, necesitan verte trabajar. Pero, si solo hay un director por cada treinta y tantos profesores, la supervisión adecuada se convierte en algo físicamente imposible. Incluso aunque el único deber de un director fuera tragarse una clase tras otra, seguirían faltándole horas al día, así que los legisladores y los superiores del distrito luchan por encontrar una forma de tapar agujeros.

Una idea que está cobrando fuerza consiste en analizar las calificaciones de los exámenes de los alumnos. En teoría, esto debería funcionar; pero, en la práctica, no pueden ir en serio. Los alumnos no son productos de una cadena de montaje. Sonseres humanos, y en cada clase hay unos 30, y reciben influencias más allá de la lección de vocabulario de ayer. Un profesor no es responsable de cuánto han dormido sus alumnos, de si la semana pasada rompieron con su pareja o de si en casa no desayunan porque su familia no está bien de dinero; pero todas esas cosas influyen en los resultados de los exámenes.

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Querida señorita Bowers:
Me lo he pasado genial en tus clases y creo que he aprendido un montón al tenerte como profesora. Aunque mi gramática y mi ortografía siguen sin ser las mejores, sí que he mejorado. Has trabajado conmigo, con mi déficit de atención y con mi dislexia. He aprendido a expresarme mejor con la poesía y la escritura y eso significa mucho para mí. Gracias. Te voy a echar de menos.

A medida que cada vez más distritos vayan aplicando estas prácticas sin sentido, ¿quién enseñará a los niños que tengan dificultades? ¿Qué educadores van a sacrificar potencialmente sus propias carreras para guiar a los alumnos que se esfuerzan mucho por un aprobado raspado? Algunos de los mejores profesores ya actúan así, y lo único que los retiene es la motivación intrínseca.

Otro método consiste en cargar con el peso de la prueba al profesor. En vez de pasar el domingo por la noche preparando una brillante clase para el próximo día o calificando las decenas de trabajos que recogiste el viernes, tienes que pasar ese tiempo pensando en cómo cumplir con objetivos arbitrarios que se quedarán obsoletos y serán irrelevantes para el próximo curso. Después de eso, debes malgastar emplear más tiempo de clase aplicando dichos objetivos e iniciativas, y después debes emplearmás tiempo los domingos por la noche redactando informes para demostrar lo bien que los has implementado. Eso, junto con las puntuaciones que obtengan tus alumnos en los exámenes, determinará si eres un educador eficaz o no.

¿En vez de eso, podemos limitarnos a hablar de De ratones y hombres? ¿Podemos emplear el tiempo en aprender por qué algunas palabras impresas en una página nos hacen llorar? Esas son las cosas importantes. Eso es lo que importa de verdad. Esas son las cosas que nos enseñan quiénes somos.

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Querida señorita Bowers:
A lo largo de este año, en su clase, he descubierto partes de mí que no habría encontrado si no hubiera estado en esta clase. Me ha encantado poder ser yo mismo a través de todos los proyectos creativos que hemos hecho. Especialmente poder ser yo mismo y estar a gusto con todo el mundo en clase. Tengo que decir que es el profesor el que hace la clase. Tú, como profesora, has hecho de esta clase una de las más divertidas para mí. Sinceramente, he aprendido mucho más que gramática o redacción, esta clase me ha permitido aprender cosas nuevas sobre mí mismo también. Gracias por compartir esta experiencia de aprendizaje conmigo, ¡es todo un honor! También quiero darte las gracias por enseñar la materia de formas comprensibles.
¡Que tengas un verano fantástico!

Estas son las cosas verdaderamente importantes: ayudar a un grupo de alumnos a lidiar de forma cívica con los desacuerdos, conseguir que todo el mundo mantenga la calma cuando alguien vomita dentro del aula o ver cómo el alumno más tímido de la clase -ese que en septiembre nunca abría la boca- se presenta voluntario para leer en voz alta una parte de Las brujas de Salem, pone acentos y hace dos nuevos amigos porque por fin se permite ser vulnerable.

Tu trabajo es mucho más que puntuaciones de exámenes, objetivos irrelevantes e iniciativas cínicas. Es atar cordones y poner tiritas. Es consolar a un padre que te cuenta que su matrimonio se derrumba. Es enseñar a los adolescentes a debatir, a pensar de forma crítica, a mostrar su desacuerdo respetuosamente. Es ver que, cuando se gradúan, los antiguos alumnos te dicen que tus clases de Francés son las que les han hecho querer estudiar en el extranjero, que tus clases de Biología les han hecho matricularse en Bioquímica, que tus ánimos durante sus etapas más oscuras les convencieron para seguir yendo a clase cada día.

¿En qué categoría cabe todo eso? ¿Cómo se puede documentar ese tipo de impacto de efecto retardado? No puede medirse en sobresalientes ni en suficientes, ni con controles semanales. Normal que los profesores se frustren.

Normal que se te quiten las ganas de seguir enseñando.

Esas son las razones que pueden hacer que se te quiten las ganas de enseñar, pero hay una razón por la que merece la pena seguir haciéndolo: los niños. Después de un año sin ellos, quizá eches de menos su desenfrenado espíritu durante la última semana de curso, su contagioso sentido del humor, la forma que tienen de saludarte por los pasillos y de regalarte dibujos. Quizá eches de menos su capacidad para hacerte olvidar lo mal que has empezado la mañana, o las miradas de asombro que se les quedan cuando aprenden algo verdaderamente importante.

Si no fuera por ellos, en vez de buscar en Google «no quiero enseñar más», ya lo habríais dejado.

Este post fue publicado originalmente en Michifornia Girl.

El texto se publicó con anterioridad en la edición estadounidense de ‘The Huffington Post’ y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.

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La música tiende puentes entre los dos hemisferios del cerebro infantil

Por: Revista Educativa Mundial

Practicar más de dos horas a la semana aumenta un 25% el cuerpo calloso.

Una nueva investigación sobre la relación entre la música y el cerebro ha podido establecer que los niños que tocan un instrumento una media de dos horas y media a la semana desarrollan un 25% más el cuerpo calloso, la zona que conecta los dos hemisferios cerebrales y que ayuda a la coordinación de ambas manos. Los investigadores descubrieron también que el incremento en el cuerpo calloso es directamente proporcional al rendimiento en una prueba no musical en la que los niños presionaban secuencias en un teclado de ordenador. Ahora se trata de averiguar si la práctica musical conllevaría otros beneficios, como la mejora de la memoria o las cualidades de razonamiento.

Tocar un instrumento musical fortalece las conexiones entre los dos hemisferios del cerebro en niños, pero sólo si éstos practican de manera persistente, señala la revista Sience.

Según un estudio hecho público en el encuentro anual de la Cognitive Neuroscience Society de Estados Unidos, dedicada al desarrollo de la investigación de la mente y el cerebro, la práctica musical reforzaría las conexiones neuronales, aumentando en un 25% el llamado cuerpo calloso, que es la parte del cerebro (formada por un conjunto de axones que conecta los dos hemisferios cerebrales.

Aumento del cuerpo calloso en niños

Ya en 1995, el mismo autor del presente estudio, el neurólogo y neurocientífico Gottfried Schlaug descubrió que los músicos profesionales que habían empezado a tocar antes de los 7 años de edad presentaban un cuerpo calloso más grueso de lo normal.

No faltaron escépticos que, entonces, señalaron que este tamaño inusual del cuerpo calloso podría estar en el origen de la capacidad musical y no a la inversa, es decir, que los músicos podrían haber tenido desde el principio un cuerpo calloso más desarrollado.

Ahora, Schalug, que trabaja en la Harvard Medical School de Boston, y sus colegas Marie Forgeard y Ellen Winner, del Boston College, han estudiado a un total de 31 niños utilizando imágenes de resonancia magnética. Con esta tecnología, analizaron los cerebros de los niños, primero cuando éstos tenían seis años y, posteriormente, cuando tenían nueve años de edad.

Del grupo inicial, seis niños siguieron practicando con sus instrumentos durante esos años al menos dos horas y media a la semana. El cuerpo calloso de estos estudiantes de música creció entre los seis y nueve años un 25% en relación con el tamaño global del cerebro.

Mejora de la coordinación

En cambio, en el caso de los niños que también siguieron tocando, pero sólo entre una y dos horas a la semana o que, directamente, abandonaron la práctica, no se detectó este crecimiento del cuerpo calloso.

Todos los participantes en el experimento tocaban el piano o el violín, instrumentos que precisan el uso de ambas manos.

Por otro lado, en cada participante, los investigadores descubrieron que el incremento en el cuerpo calloso era directamente proporcional al rendimiento en una prueba no musical en la que los niños presionaban secuencias en un teclado de ordenador.

Es decir, que la práctica musical mejora las conexiones neuronales relacionadas con la coordinación de los movimientos de las dos manos.

Schlaug y su equipo seguirán investigando a estos mismos niños para saber si la práctica musical conllevaría otros beneficios, como la mejora de la memoria o las cualidades de razonamiento.

Cerebros cambiantes

Esta investigación no es la primera que señala el efecto del aprendizaje y la práctica musical en el cerebro infantil. En otro estudio anterior, realizado por psicólogos de la Universidad McMaster de Canadá, se compararon los efectos del aprendizaje de la música sobre la sensibilidad de los niños y sobre su capacidad de memorización.

Con un seguimiento de dos años de duración a dos grupos de niños de edades comprendidas entre los cuatro y los seis años, se pudo demostrar que los participantes de uno de estos grupos, al que se le enseñó música, habían sufrido una maduración acelerada del córtex cerebral.

Otra interesante investigación realizada hace unos años demostró por otro lado que los músicos profesionales tienen el cerebro más desarrollado en las áreas de éste relacionadas con el oído, la vista y la agilidad física.

Todo parece indicar, por tanto, que la práctica musical es beneficiosa para el cerebro, ya se trate del cuerpo calloso, del córtex o de las regiones cerebrales relacionadas con los sentidos del oído y la vista, así como con la agilidad física.

Investigaciones anteriores han podido determinar que no existe en el cerebro una región específica para la sensibilidad musical, sino que la música abarca diversas áreas cerebrales, incluso algunas que normalmente están implicadas en otro tipo de actividad. También hemos descubierto que las áreas cerebrales activas varían según la experiencia individual y el entrenamiento musical.

Se sabe asimismo que la música está estrechamente relacionada con la cultura humana desde sus orígenes y que la práctica musical ayuda a los estudiantes a desarrollar el cerebro y a mejorar sus aptitudes académicas.

  • Articulo tomado de: http://www.redem.org/la-musica-tiende-puentes-entre-los-dos-hemisferios-del-cerebro-infantil/
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Educación positiva: una formación de vanguardia para los retos de las nuevas generaciones

www.radiosantafe.com/03-08-2016/

Dos preocupaciones que ocupan la agenda de la mayoría de países, en materia de educación, son la epidemia global de depresión en niños y jóvenes, y la crisis de valores en las nuevas generaciones.
Alrededor del 20% de todos los niños del mundo experimentan hoy un episodio clínico de depresión antes de terminar el bachillerato. De hecho, este fenómeno es hoy diez veces más común que hace 50 años.

Al tiempo, para Robert Sternberg, psicólogo y profesor de la Universidad de Yale, hay una crisis de los valores que contribuyen a la evolución de la especie humana, es decir, de esos valores que hacen que los niños y jóvenes se conviertan en miembros capaces de contribuir positivamente al desarrollo de sus comunidades.

En Asia, América, Europa o África, tanto el número de jóvenes involucrados en atentados terroristas como la cantidad de muchachos adeptos a ideologías extremas está en aumento. La situación es crítica y la pregunta inevitables: ¿Qué hacer ante este panorama? Los investigadores de una disciplina llamada Educación positiva nos hemos dado a la tarea de encontrar algunas respuestas.

Sin duda, gran parte del problema está en que el modelo tradicional de estudio incluye solo las habilidades relacionadas con la ciencia y el conocimiento, dejando de lado la enseñanza y puesta en práctica de las competencias que mayor impacto tendrán en la vida de los niños y en la sociedad. Así lo ha señalado la Dra. Margaret Kern, una de las más destacadas investigadoras de esta problemática.

Profesora titular del Centro de Psicología Positiva de la Universidad de Melbourne, Australia, la Dra. Kern tiene más de 50 publicaciones que han sido citadas, académicamente, unas 2000 veces.
Kern sostiene que la clave para prevenir y mitigar la aparición de estos problemas juveniles está en la Educación Positiva, una disciplina que combina los novedosos conocimientos científicos de la psicología positiva y la psicología cognitiva, con las mejores prácticas de aprendizaje, todo con el fin de facilitar el desarrollo de las capacidades necesarias para que las futuras generaciones obtengan éxito personal y profesional.

Por todo lo anterior, consideré un verdadero privilegio conocer a la Dra. Kern hace un año, y no dudé en invitarla a que realizáramos estudios de la más alta rigurosidad en nuestro país.

A raíz de ese encuentro, ella es hoy la líder científica, en la Universidad del Sinú, del primer proyecto de investigación con un enfoque whole school, que incluye a todos los miembros de una institución de educación superior, desde los encargados de las porterías hasta el rector general. Este proyecto nos llevó al Primer Festival de Educación positiva del mundo, llevado a cabo en Dallas, Estados Unidos, a finales de este mes.

Uno de los objetivos de este estudio, por supuesto, es prevenir la depresión en jóvenes, aumentar su felicidad y facilitar el desarrollo de las competencias que les permitan vivir en paz y armonía consigo mismos y con los demás. Este proyecto nos permitirá validar la metodología extranjera en Colombia y adaptarla a nuestra cultura.

La investigación local será el complemento ideal de otros numerosos estudios realizados en todo el mundo. Estos muestran que la enseñanza de las habilidades para el bienestar y la felicidad protege a los niños y jóvenes contra la depresión.

Pero, ¡ojo!: la educación positiva no consiste en educar solamente para la felicidad en el sentido convencional y popular del término: busca forjar el cultivo de hábitos que facilitarán el desarrollo de las virtudes del carácter que permiten a los niños y jóvenes convertirse en miembros que contribuyen, positivamente, al desarrollo de sus comunidades.

Es entonces el más poderoso antídoto contra la depresión, pero también la herramienta más eficaz para sentar bases sólidas para la ética y los valores, elementos que tanta falta le hacen al mundo y que resultan cruciales para la paz.

A diferencia de otros enfoques a la educación que buscan el desarrollo de habilidades socio-emocionales, la educación positiva cuenta con una metodología, basada en la evidencia, que se sirve de los últimos avances tecnológicos en materia de medición y evaluación.

Su enfoque permite a los estudiantes y profesores tener mejores relaciones con los demás, experimentar más emociones positivas, desarrollar resiliencia, encontrar significado y propósito en la vida, aumentar su nivel de conciencia (mindfulness), motivar para llevar una vida saludable y facilitar la identificación y desarrollo de sus fortalezas.

Es por ello que los países más desarrollados del mundo en materia de educación, como Canadá, Australia, el Reino Unido y China, se la han tomado muy en serio y están haciendo de ella parte neurálgica de sus políticas públicas.

Existe una tercera y muy poderosa razón por la cual la educación positiva merece ser tomada muy en serio: ayuda a que los niños tengan mejor desempeño académico. Así lo muestran las investigaciones de Martin Seligman, Jane Guillham y Carol Dweck, entre otros. Esto quiere decir que incluso la meta tradicional del sistema educativo –el alto desempeño en los exámenes- se maximiza con el enfoque positivo a la educación.

Sin duda, los estudios muestran que los niños felices aprenden más y mejor, son más creativos, tienen mayor capacidad de concentración, y piensan de manera más holística que aquellos que no son felices. Así las cosas, la educación positiva ofrece un camino confiable y basado en la ciencia para la formación de niños y jóvenes que puedan responder a las necesidades de nuestro tiempo: previene y protege contra la depresión, facilita el desarrollo de las competencias para la felicidad y sienta las bases para una sociedad en paz, al tiempo que maximiza la capacidad de aprendizaje y el buen desempeño académico.

Una excelente herramienta que debería estar al alcance de todos. Sin embargo, para que todos los niños del país puedan gozar de los beneficios de esta ciencia, será necesario que las autoridades políticas en materia de educación tomen cartas en el asunto.

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¿Es oro todo lo que reluce en el arroz dorado?

Por: Jorge Riechmann
La complejidad de la alimentación humana en un mundo rasgado por la fractura Norte-Sur, dominado por megacorporaciones y enfrentado a una crisis socioecológica global se pone de manifiesto en el caso del “arroz dorado”, una variedad de arroz transgénico creado por investigadores suizos que contiene cierta dosis de betacaroteno (sustancia precursora de la vitamina A). De entrada, hay que reconocer que con esta planta estamos en un terreno de discusión distinto al de otras variedades transgénicas resistentes a herbicidas o productoras de toxinas insecticidas: aquí cabe debatir sobre un auténtico beneficio potencial para gentes desfavorecidas. En efecto, muchos millones de personas en todo el mundo no ingieren suficiente vitamina A (en un contexto general en el que el 40% de la población mundial, al menos, padece deficiencia en micronutrientes); según la OMS, para 2’8 millones de niños menores de cinco años la falta de vitamina A es tan grave que produce ceguera.

¿Podría este arroz enriquecido ser una solución? La industria biotecnológica emprendió ya hace lustros una intensa campaña de public relations para convencer al mundo de que sí, y de que por fin llegan los cultivos transgénicos “buenos”. Es cierto que desde el año 2000 “ el arroz dorado ha funcionado como pararrayos en la batalla en torno a los cultivos transgénicos”. Para la industria se trataba sobre todo de una escaramuza de contención de daños que se jugaba en el plano de la aceptabilidad política. No es la primera vez que llaman “asesinos” a los colectivos ciudadanos y ecologistas que se oponen a los cultivos y alimentos transgénicos, pero en esta ocasión el grito ha resultado especialmente estridente: una carta firmada por más de cien premios Nobel que ha sido ampliamente publicitada en el mundo entero.

Sin embargo, e incluso dejando de lado los posibles riesgos ecológicos (aún no investigados), y las incertidumbres sobre si el betacaroteno del “arroz dorado” podrá ser asimilado fácilmente por las personas (especialmente por los niños desnutridos a quienes se supone va dirigido), y si podrán ser transferidos los nuevos e inestables constructos genéticos a las variedades de arroz empleadas en los países pobres, y si las más de setenta patentes sobre pasos del proceso propiedad de multinacionales no supondrán en algún momento obstáculos insalvables para que las semillas estén a disposición de los más pobres, incluso dejando de lado todo eso –que ya es dejar de lado-, las cosas están lejos de ser sencillas. ¿Por qué padece la gente en muchos países malnutrición, con carencias de vitamina A, C, D, hierro, yodo, zinc, selenio, calcio, riboflavina y otros micronutrientes? A causa de las dietas empobrecidas típicas de la agricultura de la “revolución verde”, que ha llevado a que hoy más de dos mil millones de personas tengan una alimentación menos diversificada que hace cuarenta años.

Por ejemplo, una investigación en granjas de Corea del Sur mostró que sólo en el período 1985-1993 se perdió el 25% de las variedades cultivadas en ellas, con el consiguiente empobrecimiento de la dieta. En Filipinas, Bangladesh y otros países se ha observado una mengua constante del consumo por persona de frutas y verduras. La pauta que aparece con la “revolución verde” es pérdida de calidad nutricional a cambio del aumento de cantidad y el incremento de desigualdad con las consiguientes carencias de micronutrientes. Por eso, apostar por una “nueva revolución verde” basada en plantas transgénicas no parece una buena solución al problema:

· la erosión genética y la pérdida de biodiversidad que conduce a la malnutrición continuarán;

· “enriquecer” las variedades transgénicas con uno o dos micronutrientes no resolverá por lo general el problema, ya que las carencias habitualmente son múltiples y cruzadas;

· las fuentes naturales de vitamina A abundan incluso en los países más castigados con esta carencia, lo que remite a soluciones más “culturales” que a cambios tecnológicos;

· sin abordar directamente el problema de la pobreza, lo poco ganado en un terreno se manifestará previsiblemente como nuevo problema en otro.

Se diría que un enfoque racional del problema lleva a aumentar la biodiversidad en los cultivos y la variedad en las dietas, más que a fiar en las seductoras promesas del “arroz dorado”. De hecho, un importante programa internacional se orienta a introducir entre los campesinos del África subsahariana –donde cientos de miles de niños menores de 5 años padecen ceguera por deficiencia en vitamina A— variedades de boniatos adaptadas al clima y los gustos culinarios africanos. Los boniatos son ricos en betacaroteno, y sólo con incorporar pequeñas porciones de estas nuevas variedades a la dieta africana habitual se eliminan las deficiencias en vitamina A. A menudo las soluciones más sencillas son preferibles a la agricultura high-tech: en esto, una noción clave es la de resiliencia.

Indicaba con sensatez Pedro Prieto en alguna ocasión que “si en algún momento nuestra orgullosa civilización colapsase (debería decir con más seguridad: cuando nuestra civilización actual inevitablemente colapse) los productos transgénicos que ahora se hacen prevalecer frente a las variedades tradicionales, sin el apoyo de la agroindustria, terminarán perdiendo la batalla de la supervivencia frente a éstas. Las vacas cuyos vientres llegan al suelo para optimizar la producción de carne caerán, frente a las reses bravas si quedan o las de alta montaña. Lo mismo para todas o prácticamente todas las especies vegetales amañadas por aprendices de brujo de universidades, laboratorios y centros de investigación de grandes corporaciones, que no podrán ganar la batalla a campo abierto de las especies cuyo experto manipulador ha sido la naturaleza durante milenios”. Un sistema agroalimentario demencialmente dependiente de los combustibles fósiles ¿puede ser considerado viable en la era del peak oil? ¿Una elemental sensatez no aconseja más bien orientarse hacia la agroecología, la producción local, la soberanía alimentaria –en definitiva, la resiliencia en el terreno de los productos del campo?

En las turbulencias del Siglo de la Gran Prueba, poner nuestra alimentación bajo el control oligopólico de megaempresas es todo menos una buena idea. En el mundo de calentamiento global, descenso energético y conflicto humano acrecentado que es nuestro mundo real del siglo XXI –no el fantaseado en ensoñaciones tecnolátricas-, nada más disfuncional que el capitalismo. Cuanto más tardemos en entenderlo y en poner fuera de juego a las elites nihilistas que están al mando, peor será el desastre.

  • Articulo tomado de: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214431
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En todo el mundo, 77 millones de recién nacidos no reciben leche materna en su primera hora de vida

Unicef/unicef.org / 3 de Agosto de 2016.

Retrasar la lactancia materna incrementa el riesgo de mortalidad de los recién nacidos hasta un 80%

 

NUEVA YORK, 29 de julio de 2016 – Alrededor de 77 millones de recién nacidos –o 1 de cada 2– no reciben leche materna en la primera hora que transcurre después de su nacimiento, y esto les priva de los nutrientes, los anticuerpos y el contacto con la piel de sus madres que son esenciales para protegerlos de las enfermedades y de la muerte, dijo UNICEF.

“Hacer que los bebés esperen demasiado tiempo para tener el primer contacto fundamental con su madre fuera del útero disminuye las posibilidades del recién nacido de sobrevivir, limita la producción de leche y reduce las posibilidades de la lactancia materna exclusiva”, dijo Francia Bégin, asesora superior de nutrición de UNICEF. “Si se alimentara a todos los bebés solo con leche materna desde el momento en que nacen hasta los seis meses de edad, se salvarían más de 800.000 vidas cada año”.

Los progresos para lograr un aumento en el número de recién nacidos alimentados con leche materna en la primera hora de vida han sido lentos en los últimos 15 años, según indican los datos de UNICEF. En África subsahariana, por ejemplo, donde las tasas de mortalidad de menores de cinco años son las más altas de todo el mundo, las tasas de lactancia materna temprana aumentaron solamente 10 puntos porcentuales desde 2000 en África oriental y meridional, y han permanecido sin cambios en África occidental y central.

Incluso en Asia meridional, donde las tasas de iniciación temprana de la lactancia materna se triplicaron en 15 años –del 16% en 2000 al 45% en 2015– el aumento dista de ser suficiente: 21 millones de recién nacidos todavía tienen que esperar demasiado tiempo antes recibir la leche materna.

Cuanto más se retrasa la lactancia, mayor es el riesgo de morir en el primer mes de vida. Retrasar la lactancia materna de 2 a 23 horas después del nacimiento aumenta el riesgo de morir en los primeros 28 días de vida en un 40%. Retrasarla por 24 horas o más incrementa este riesgo hasta un 80%.

“La leche materna es la primera vacuna del bebé, la primera y mejor protección que tiene contra la enfermedad y los trastornos”, dijo Francia Bégin. “Debido a que casi la mitad de las muertes de niños menores de cinco años son de recién nacidos, la lactancia temprana puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte”.

Los análisis de UNICEF muestran que las mujeres no están recibiendo la ayuda que necesitan para iniciar la lactancia inmediatamente después del nacimiento incluso en aquellos casos en que un médico, una enfermera o una partera presta asistencia durante el parto. En Oriente Medio, África septentrional y Asia meridional, por ejemplo, las mujeres que dan a luz con una partera cualificada presente tienen menos posibilidades de iniciar la lactancia materna en la primera hora de vida en comparación con las mujeres que dan a luz con parteras no cualificadas o con familiares.

La alimentación de los bebés con otros líquidos o alimentos es otro motivo por el que se retrasa la lactancia temprana. En muchos países es costumbre alimentar al bebé con fórmula para lactantes, leche de vaca o agua con azúcar en los tres primeros días de vida. Casi la mitad de todos los recién nacidos son alimentados con estos líquidos. Cuando los bebés reciben alternativas menos nutritivas que la leche materna, amamantan con menos frecuencia, haciendo que sea más difícil para las madres iniciar y continuar la lactancia materna.

A nivel mundial, sólo el 43% de los bebés menores de seis meses son amamantados de manera exclusiva. Los bebés que no reciben leche materna en absoluto tienen 14 veces más probabilidades de morir que aquellos que se alimentan sólo con leche materna.

Cualquier cantidad de leche materna reduce el riesgo de morir del niño. Los bebés que no reciben nada de leche materna tienen siete veces más posibilidades de morir a causa de infecciones que aquellos que recibieron por lo menos algo de leche materna durante sus seis primeros meses de vida.

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Nota a los editores

 La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra anualmente del 1 al 7 de agosto en más de 170 países para fomentar la lactancia materna y mejorar la nutrición infantil en el mundo.

Fuente: http://www.unicef.org/venezuela/spanish/media_33753.htm

 

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Senegal: Estrechar los lazos entre las comunidades para proteger los derechos de las mujeres con discapacidad.

www.amnesty.org/03-08-2016/Por:  Camille Roch, Tale Longva

Las sesiones de diálogo sobre derechos humanos con las comunidades locales están encontrando soluciones para poner fin a la doble discriminación que sufren las mujeres que viven con discapacidad física en Senegal.

Una decena de mujeres están sentadas frente a la Asociación Nacional de Personas con Discapacidad Motora de Senegal (ANHMS) en Thies, Senegal, después de una sesión de diálogo sobre la discriminación.

“Cada día encontramos dificultades”, dice Absa Seye, una joven que ha participado en la sesión. “Las mujeres embarazadas que viven con una discapacidad hacen frente al estigma, y muchas dudan antes de salir de casa durante el embarazo.”

En Senegal, las mujeres que viven con discapacidad se enfrentan a menudo a una doble discriminación, por ser mujer y por su discapacidad. Debido a los prejuicios negativos, corren un riesgo especial de ser estigmatizadas y hacen frente a desventajas desproporcionadas en comparación con el resto de la población.

Las dificultades que comporta su condición física hacen que sean especialmente vulnerables a todas las formas de violencia sexual y de género. En 2014, un estudio de HELITE y Handicap International reveló que el 9,3 por ciento de las mujeres senegalesas que viven con discapacidad denunciaron sexo bajo coacción durante su primera experiencia sexual.

Casi nunca se habla de los derechos sexuales y reproductivos de estas mujeres, como sus necesidades específicas durante el embarazo. El acceso a los servicios de atención de la salud es a menudo complicado, y la falta de personal médico cualificado impide que reciban la atención adaptada que por su condición necesitan.

Las mujeres embarazadas que viven con una discapacidad hacen frente al estigma, y muchas dudan antes de salir de casa durante el embarazo.
Absa Seye, que participó en la sesión de diálogo sobre derechos humanos

Para responder a estos desafíos, la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal están reuniendo a mujeres con discapacidad física para celebrar sesiones de diálogo con el fin de identificar la discriminación y desarrollar soluciones para abordarla.

Basado en debates participativos en los que intervienen miembros de la comunidad local, este enfoque basado en derechos contribuye a reforzar su conocimiento de los derechos sexuales y reproductivos y a impulsar la participación de las autoridades y los centros de salud en la prevención del trato discriminatorio.

“Estas sesiones ayudan a abordar cuestiones relativas a la accesibilidad a la atención de la salud para las mujeres embarazadas, las dificultades que encuentran en su papel de madres, y cuestiones relacionadas con la sexualidad, que para muchas es algo de lo que nunca hablan”, explica Aminata Dieye, coordinadora de educación en derechos humanos de Amnistía Internacional Senegal.

“He aprendido mucho sobre los derechos sexuales y reproductivos. Gracias a la formación, comprendemos la importancia de asistir a los controles de salud, ya que las mujeres con discapacidad tienen necesidades especiales que deben ser vigiladas durante el embarazo. La formación también fue reveladora en el sentido de que ahora puedo imaginar una vida de mujer casada como cualquier otra mujer”, dice Absa.

Doscientas mujeres han participado en las sesiones de diálogo y actúan como defensoras para informar a otras mujeres en el seno de su comunidad.

“Durante la formación sobre los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres con discapacidad aprendimos algunas cosas que no me gustaría explicar aquí delante de hombres”, dice Absa Seye (en primer plano), haciendo reír a la audiencia. Thies, Senegal, marzo de 2015. © Amnesty International

Llegar a comunidades de todo el país

Partiendo de este enfoque para poner en marcha un cambio de actitud, el proyecto se combina con programas de radio interactivos para llegar a una audiencia más amplia más allá de la región de Thies.

En los programas de radio de una hora de duración en Sud FM y Best FM han intervenido expertos médicos y especialistas de organizaciones internacionales para concienciar sobre los derechos de las mujeres que viven con discapacidad.

Las entrevistas con expertos jurídicos sobre la ratificación por Senegal en 2010 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se centró también en el marco jurídico que rodea su derecho a denunciar el clima de discriminación que aún prevalece.

“Este proyecto ha fomentado los conocimientos sobre la situación de las personas que viven con discapacidad, desde la sensibilización que hemos llevado a cabo en el seno de nuestras familias hasta la comunidad en general, a la que se ha llegado a través de los programas de radio. Incluso ha habido personas que me han parado en la calle para decirme que han escuchado el programa de radio y que no eran conscientes de todas las dificultades a las que se enfrentan las personas que viven con discapacidad”, dice Diobe Ndiaye, una joven que participó en la sesión de diálogo.

Los mismos derechos para todas las mujeres

Los esfuerzos sostenidos para proteger los derechos de las mujeres con discapacidad han dado lugar a mejoras. Las reuniones con miembros de la comunidad local y la formación del personal médico han resultado eficientes para difundir información, mejorar la accesibilidad a las instalaciones de atención de la salud y abordar las barreras específicas para la discapacidad.

En el centro maternal de Thies, por ejemplo, pequeñas modificaciones están cambiando las cosas, observa Aby Cisse, que trabaja en la ANHMS. Se ha instalado una nueva rampa para mejorar el acceso, y se ha trasladado la sala de obstetricia a la planta baja para que a las mujeres les resulte más fácil la consulta con el personal.

La mayor visibilidad generada por los programas de radio también ha dado lugar a la distribución de muletas por el socio principal de la asociación, a disposición de las personas de la asociación.

El proyecto liderado por la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal se hace eco de la implementación de nuevas medidas sociales en todo el país para apoyar a las personas con discapacidad, como la distribución de la tarjeta de igualdad de oportunidades (carte d’égalité des chances), que da derecho a su titular a ventajas económicas, como la contribución total o parcial al costo de la atención médica que necesite.

Pero todavía queda un largo camino por recorrer para que las mujeres con discapacidad disfruten de los mismos derechos que las demás mujeres.

“Se necesitan nuevas medidas como la carte d’égalité des chances para las personas que viven en la pobreza extrema ya que les permite acceder a atención y servicios médicos. Pero aún queda mucho por hacer en todos los ámbitos para que estas medidas sean plenamente efectivas. Por ejemplo, sensibilizar a los centros de salud para que garanticen que las personas titulares de la tarjeta se benefician realmente de las ventajas a las que tienen derecho.”

“Este proyecto también está creciendo, y es importante hacer participar a personas jóvenes y organizar sesiones de diálogo con asociaciones juveniles, para prevenir la discriminación y cambiar las mentalidades”,dice Aminata Dieye.

En Senegal, la formación de mujeres que viven con discapacidad forma parte del programa Educación – Empoderamiento – Justicia (EEJ), que tiene como objetivo reforzar los derechos humanos y contribuir a una mayor justicia a través de la educación en derechos humanos e iniciativas de empoderamiento, con especial atención a la igualdad de género y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas.

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Uganda: Cierre de escuelas ocasiona serio revés a cadena de educación de pago.

www.ei-ie.org/06-08-2016/

Bridge International Academies parece estar perdiendo influencia en Uganda, después de que el Gobierno decidiera cerrar 87 escuelas primarias de pago, incluidas las pertenecientes a Bridge, por no cumplir con las normas y regulaciones mínimas.

Por debajo de los estándares

El informe indica que las escuelas no cumplían con los “requisitos mínimos establecidos por el Ministerio de Educación y Deporte”. Continuaba diciendo que no habían contratado docentes cualificados, no disponían de las licencias necesarias ni contaban con la infraestructura apropiada, incluyendo aulas, salas de profesores o baños adecuados. Los campus escolares de Bridge International Academies (BIA) en cuatro áreas resultaron afectados por el cierre.

Cuestión de importancia nacional

El día que se anunciaron los cierres, Margaret Rwabushaija, presidenta nacional del sindicato de docentes Uganda National Teachers Union (UNATU) y miembro del Parlamento, planteó esas mismas preocupaciones durante una sesión parlamentaria. Mencionó que se trata de una cuestión de importancia nacional, instando al Ministro de Educación a asegurarse de que las escuelas de BIA fuesen sometidas a una completa inspección en relación con la calidad de la educación aportada. “Si no estuvieran conformes con los estándares educativos del país, debería revocarse de inmediato su licencia; de lo contrario estamos poniendo en peligro el futuro de nuestros niños”, dijo.

Rwabushaija señaló que Bridge, que había obtenido la aprobación hace dos años únicamente para abrir una escuela en Uganda, y hacía poco estaba ya gestionando hasta 62 establecimientos. Rwabushaija continuó indicando que Bridge emplea personal académico que carece de cualificaciones y la formación necesarias, que se limitan a seguir su propio programa pre-establecido.

IE: los gobiernos deben implementar un marco legislativo

El discurso de la presidenta de UNATU ante el Parlamento se hace eco de la demanda de la Internacional de la Educación (IE) de que todos los gobiernos establezcan y garanticen la aplicación de un marco legislativo para dar efecto a la aportación de una educación de calidad en conformidad con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.

El Objetivo 4 de la Agenda 2030, que obliga a los gobiernos “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” se ve reforzado por la Meta 1 que requiere “velar por que todas las niñas y todos los niños terminen los ciclos de la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad”. Por otro lado, el marco legislativo ha de garantizar que ahí donde existan agentes no estatales, éstos deberán cumplir las normas mínimas para poder obtener su registro. Dichas normas incluyen el empleo de docentes cualificados, impartir un programa escolar acorde con los requisitos nacionales, contando con locales y facilidades adecuadas para los cursos impartidos.

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