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Los CAED y PRONI: la precariedad laboral en tiempos de la 4T

Por: Abelardo Carro Nava

«Vaya precarización laboral y docente en un gobierno que se dice humanista…»

Vivimos en un país donde, por un lado, los políticos de todos los partidos que llegan a ocupar un lugar en Palacio Nacional o en distintas Secretarías de Estado, específicamente en la Secretaría de Educación Pública (SEP), buscan de cualquier forma satisfacer las demandas y exigencias de los organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) o el Banco Mundial, en materia de inclusión educativa o de incorporación a eso que se le conoce como globalización con la enseñanza de una lengua extranjera, pero, por otro lado, en un país donde esos mismos políticos, diseñan programas que no acaban de concretarse para beneficio de la población a los que están dirigidos: niños, niñas y adolescentes (NNA) en edad escolar, ya sea en educación básica o media superior. NNA que, indudablemente, sufren las consecuencias de una serie de decisiones mal tomadas por quienes tendrían que procurar el derecho irrestricto, en este marco, a una educación de calidad.

En este sentido, el tema del Programa Nacional de Inglés (PRONI) o el del Programa Nacional de Fortalecimiento de la Educación Especial y de Integración Educativa (hoy Programa de Fortalecimiento de los Servicios de Educación Especial, FFSEE), impulsado hace unos años por gobiernos emanados de otros partidos políticos muy diferentes al que hoy dirige los destinos del país, nada más no acaban de tomar forma para hacerse una realidad. Es más, con la mal llamada “austeridad republicana”, sufren los embates de una serie de recortes o ajustes presupuestales pues, como se sabe, para el actual régimen hay de prioridades a prioridades que no se visualizan en el ámbito educativo, pero sí en lo clientelar o corporativo.

Por ejemplo, el pasado 17 de noviembre, profesores del PRONI de los estados de Zacatecas y Puebla, denunciaron en distintos medios de comunicación y/o redes sociales, el adeudo de varias quincenas y falta de prestaciones de ley y servicio médico en plena pandemia, pero también el que, en Guerrero, el 15 de noviembre, terminaría el servicio que éstos prestaban en cada una de las escuelas de esa entidad federativa (Noticias en la mira, 2021). Un asunto que no es nuevo, de hecho, en enero de este año, publiqué un artículo que titulé “El PRONI, entre la corrupción y el limbo” (Carro, 2021). Así ha sido y, tal parece, que así seguirá este programa: entre la corrupción y el limbo.

Ahora bien, por lo que toca al tema de la inclusión educativa, durante el sexenio de Felipe Calderón, se impulsaron los Centros de Atención para Estudiantes con Discapacidad (CAED), como parte de las políticas de equidad e inclusión impuestas por los organismos internacionales referidos y, cuyo propósito, fue el de brindar atención especializada de calidad y pertinente a los estudiantes con discapacidad, así como también, integrarlos a la comunidad escolar. De hecho, en 2016, según la SEP, se tenían en operación 275 CAED, teniendo previsto, abrir 225 más en el periodo 2016-2018, y por el cual se aseguraba que, al término del sexenio, se tendrían 500 en todo el país (Boletín 131, SEP, 2016). No obstante, con la llegada del actual régimen, y bajo el pretexto de esa mal llamada “austeridad republicana”, desde hace un par de años, alumnos, padres de familia y maestros que laboran en los CAED, han denunciado por diversos medios de comunicación y redes sociales, la presunta eliminación de estos CAED, así como también, una serie de irregularidades en sus pagos, pero, lo más preocupante, el que los alumnos que cursan sus estudios en estos Centros, tenían serias dificultades para obtener los documentos que avalan la culminación (certificación) de sus estudios (Discapacidad, 2019). Un asunto que, hay que decirlo, así se ha mantenido hasta nuestros días. ¡Vaya forma de implementar las políticas educativas de carácter incluyente en nuestro país! En fin.

En este sentido es importante señalar que, en ambos programas, la figura del docente que estaría a cargo de los procesos de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes, tanto para los que cursan el nivel básico para la adquisición de una lengua extranjera o, en media superior, para la atención de alumnos con alguna discapacidad, no reciben esta denominación, la de docentes, sino aquella que, por más que se diga lo contrario, es totalmente incomprensible y hasta denigrante: “asesores externos”. ¿Acaso estos “asesores externos” no planean, desarrollan una clase y evalúan los aprendizajes? Cierto, en ambos casos, no ha habido una completa formalización del servicio educativo que prestan estos profesores; ello explica el por qué no tienen una base definitiva o el que se les pague irregularmente por honorarios (previo contrato), pero ¿ello justifica esa irregularidad a la que han estado sujetos desde hace varios años?, ¿no un gobierno, que se dice del pueblo y para el pueblo, tendría que velar por brindar una atención integral a todos los sectores de la población que así lo requiera con personal calificado y especializado en diferentes rubros?

Y es que, como se sabe, con la suscripción del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) en la década de los noventa, la implementación de políticas internacionales emanadas de los señalados organismos, y la tan anhelada y mal lograda “calidad” educativa en nuestro país, se ha precarizado y desvalorizado el quehacer docente en diversos rubros afectando, como parece obvio, a los trabajadores que prestan sus servicios bajo estas modalidades, pero, desde mi perspectiva, lo más importante y preocupante, el que los alumnos de todos los sectores sociales, y con diferentes capacidades, no reciban lo que propio derecho les corresponde: una educación que les permita afrontar los retos que la vida misma y la sociedad impone, pero también, ser incluidos en esa sociedad altamente demandante derivado de ese mundo globalizado.

Cierto, habrá quien me diga que se ha avanzado en materia de inclusión educativa en nuestro país, no obstante, en mi defensa, diré que el que un alumno con alguna discapacidad intelectual, visual, auditiva o motriz asista a cualquier escuela de México no es un signo de un avance mayúsculo pues, como se sabe, desde hace varias décadas, las maestras y maestros de nuestro país no han recibido la formación especializada para tratar a estudiantes con autismo, hipoacusia, etcétera, que se incorporan a sus aulas escolares.

Curiosamente, si el actual régimen tiene la intención de desaparecer programas “neoliberales”, hasta el momento no hemos conocido (y con seguridad no conoceremos) qué programas substituirían a éstos. Vaya, el que la Secretaria de Educación, PROFESORA Delfina Gómez, haya anunciado el pasado 3 de diciembre (día internacional de personas con discapacidad) que, para 2022, se tendría un aumento superior a los 650 millones de pesos en el PFSEE (Profelandia.com, 2021), no asegura que los CAED seguirán subsistiendo. Creo, la profesora, tendría que tener claro que los Centros de Atención Múltiple (CAM), no son los CAED, y punto.

¿Por qué no brindar una certeza laboral y profesional a estos profesores que no son asesores externos para que, de alguna forma, se avance en una adecuada implementación de las políticas en comento?

Con negritas:

Vaya precarización laboral y docente en un gobierno que se dice humanista.

Al tiempo.

Referencias:

Fuente de la información:    https://profelandia.com

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Pedagogía de la muerte, un abordaje desde las aulas

Por: Iván Cabrera

Una de las características más difundidas sobre la cultura mexicana es su relación con la muerte. A la muerte en México se le hace fiesta, se le festeja, se le dibuja y colorea. Se le hacen canciones y poemas. Se dice que al mexicano no le da miedo la muerte, que la busca y juguetea, se le nombra sin temor de que aparezca y como fiel amiga se le espera.

Este hecho, sin embargo, se ha circunscrito a las celebraciones de noviembre donde más allá de hablar sobre el hecho, se festeja el ‘regreso’ de quienes murieron. En este sentido, en algunos países se ha buscado abordar la muerte como parte del currículo escolar, como una medida para que podamos ver el mundo no sólo desde la perspectiva de la vida.

La búsqueda de que, tanto estudiantes como educadores(as), aborden este tema ha llevado a la construcción de una pedagogía de la muerte y una didáctica de la muerte, bajo la lógica de que perecer no puede ser un tema tabú, sino que sirve para formar a personas con una visión más amplia y ayuda a entender que la vida y la ausencia de ella van de la mano.

En El labertinto de la Soledad, Octavio Paz afirma: “El culto a la vida, si de verdad es profundo y total, es también culto a la muerte. Ambas son inseparables. Una civilización que niega a la muerte, acaba por negar a la vida”. Para varias tradiciones y culturas, la vida está vinculada a la muerte, no son opuestos, son parte de un mismo camino.

Xavier Villaurrutia, en Nostalgia de la muerte, pone de relieve que la muerte nos ronda durante la vida. Nos llega de repente, nos acompaña y como un fiel testigo mira lo que hacemos o dejamos de hacer. Cuando vivimos, al mismo tiempo la muerte está atenta a nosotros y es por ella que seguimos existiendo:

¡Qué prueba de la existencia
habrá mayor que la suerte
de estar viviendo sin verte
y muriendo en tu presencia!
Esta lúcida conciencia
de amar a lo nunca visto
y de esperar lo imprevisto;
este caer sin llegar
es la angustia de pensar
que puesto que muero existo.

Para el Mtro. Alberto Segrera Tapia, académico del Departamento de Reflexión Interdisciplinaria de la IBERO, “no hay vida sin muerte ni muerte sin vida. Si nos priváramos de la formación en torno a la muerte estaríamos abordando la formación de la vida abrupta y contraproducentemente incompleta, lo cual repercutiría en vivir de forma desarmónica y, muy probablemente, equivocada”.

Y agrega que la “manera en la que decidimos vivir está fuertemente impulsada por la forma en la que concebimos a la muerte. El proceso de concientización sobre la muerte nos lleva a valorar aún más nuestra vida y a sentirnos invitados, aún más, a elegir un significado existencial y a entregarnos a él mediante la concreción de un proyecto acorde con el sentido elegido”.

Pedagogía de la muerte, un tema incomprendido

De acuerdo con el texto Algunas bases de la Pedagogía de la muerte, de Agustín de la Herrán Gascón y Pablo Rodríguez Herrero, ambos del Departamento de Pedagogía de la Universidad Autónoma de Madrid, se debe educar no sólo desde la óptica de la vida, sino también desde la conciencia de muerte y de finitud. “Los hechos humanos se construirían de mejor manera, si se observan los fenómenos con los dos ojos (vida y muerte)”.

Los investigadores refieren que la pedagogía de la muerte es la disciplina aplicada al estudio de la inclusión de la muerte en la educación y la enseñanza, así como de la educación y la enseñanza que incluyen a la muerte, y todo lo relacionado con ellas; mientras que la didáctica de la muerte tiene como objeto de estudio la enseñanza para la formación que incluye la muerte.

Sin embargo, al explorar el desarrollo de la pedagogía de la muerte, sólo en algunos países como España se han puesto en marcha algunas propuestas para incluirla en escuelas, aunque hay resistencias por la falta de una tradición pedagógica, el concepto de muerte enfocado a lo ‘negativo’, un contexto social que apuesta por la vida y la acumulación, a nivel educativo se atiende siempre lo urgente y no aquellos temas que impliquen tiempo, entre otras.

Y ponen énfasis en un factor central: la muerte es un tema radical. “Los temas radicales, como la muerte, tienen una serie de características. Por ejemplo, no se incluyen en el discurso de los organismos internacionales de educación, de las reformas educativas, de las leyes orgánicas, ni tampoco forman parte de la ciencia normal. Por eso no se ven”.

Ambos autores señalan que las razones por las que la muerte no se ha incluido en la educación se sintetiza en que “su educatividad no se ha comprendido”. En este sentido, algunos pilares didácticos de la conciencia de muerte son: la mortalidad, el sentido de la vida y de la muerte, la omnipresencia de la muerte, la necesidad de la muerte y la presencia de quienes murieron.

La educación, dicen los pedagogos españoles, consiste en transitar eficazmente del egocentrismo —personal o colectivo— a la conciencia. “Sólo podrá decirse que lo habrán logrado, si viven más conscientemente”. Al incluir la muerte en la educación, concluyen, podría educarse mejor para la vida.

El proyecto Pedagogía de la muerte, auspiciado en su momento por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad de España, agrega que “la muerte cruza contenidos disciplinares y transversales del currículo, y su presencia natural enriquece la educación porque añade conciencia a los aprendizajes”.

Por ello, las y los docentes, que son quienes mayor relación tienen con el estudiantado, “deben saber cómo poder acompañar educativamente a un alumno o grupo de alumnos que ha experimentado un fallecimiento significativo”. Es decir, la pedagogía de la muerte no sólo aborda desde lo teórico, sino también da soporte cuando llegan los decesos.

Uno de los primeros documentos que podríamos señalar como pedagógicos sobre la muerte son los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús, orden a la que está confiada la Universidad Iberoamericana y otras siete instituciones de educación superior en el país, integradas todas en el Sistema Universitario Jesuita. De acuerdo con la Dra. Sara Gabriela Baz, académica del Departamento de Arte, el añejo texto facilitó el entendimiento sobre las preparaciones para el bien morir y poner en práctica el desapego, además de entender que el “sepulcro es una escuela”.

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La muerte como eje formativo

En Pedagogía de la muerte mediante aprendizaje servicio, texto en el que además de los autores antes mencionados también participa Mar Cortina Selva, enfatiza que la pedagogía “puede y debe liderar la normalización educativa y social de la muerte» como posible constructo desde el cual se promueve una sociedad más humana, solidaria, culta y madura.

Bajo esta óptica, la Dra. Luz María Moreno Medrano, directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, afirma que el tema de la muerte es fundamental para lograr la formación humanista que nuestra institución ofrece a sus estudiantes.

“Es la oportunidad de cuestionar el rol que ha jugado el ser humano en el planeta y el antropocentrismo en el que hemos estado instalados en la historia de la humanidad. Hablar de la muerte nos invita a cuestionar nuestros límites y a actuar de manera más humilde, responsable y colaborativa al saber que estamos de paso por un tiempo corto, en el mundo”.

La Dra. Hilda Patiño Domínguez, directora del Departamento de Educación de la IBERO CDMX, expresa que a partir de la muerte, puede tener sentido nuestra propia vida, ya que si fuéramos inmortales, si no hubiera un final, se frenarían las expectativas, la búsqueda de progresar y desarrollarnos, es decir, no existiría de fondo un para qué.

“En la formación educativa, el tema de la muerte es relevante para hacernos más conscientes de nuestra propia contingencia, finitud y vulnerabilidad. Esto nos hace más sensibles al sufrimiento ajeno, más empáticos con el dolor. Y nos invita a darle un significado a nuestra vida. El tema de la muerte es relevante en la medida en que nos invita a vivir una vida más plena y más auténtica, una vida que deje huella favorable en los demás”.

Cuestionadas sobre lo paradójico que resulta vivir en un país donde se ‘convive con la muerte’ y no se aborde abiertamente en la formación educativa, las especialistas en educación apuntan que la muerte llega a los centros educativos a partir de actos socioculturales como los días de Todos los Santos y de Fieles Difuntos o cuando ocurren procesos de duelo generalizados.

“La muerte se vive en las escuelas en las ofrendas y altares dedicados a nuestros muertos, como reminiscencia de una tradición prehispánica. En esos días de flores de cempasúchil, papel picado, pan de muerto, calaveritas, pensamos en la muerte casi como un juego, y la muerte se aborda como una tradición cultural, pero no como un motivo de reflexión filosófica. Hay que hacernos conscientes del valor de la vida a través de la reflexión sobre la muerte”, señala la Dra. Patiño Domínguez.

Mientras que, desde la perspectiva de la Dra. Moreno Medrano, la experiencia de la muerte llega de manera inevitable a los procesos educativos de nuestro estudiantado, aunque no esté explícito en la currícula. “Lo que tenemos que aprender a hacer como colectivos docentes es acompañar los procesos de duelo de manera solidaria y abierta para que no se conviertan en procesos solitarios que pueden derivar en sentimientos de desolación: hay que darnos el tiempo y el espacio para acompañarnos, para dolernos y condolernos”.

En ese sentido, el Mtro. Alberto Segrera recomienda que la forma de abordar la muerte en los centros educativos debe ser natural y fluida; además de respetuosa, incluyente y neutral, es decir, reconocer que cada persona concibe su propia “vivencia de la muerte”, a partir de su propia existencia, experiencia y convicciones.

Conviene invitar al o la estudiante a identificar qué tanto estamos viviendo, de tal manera que cuando la muerte nos alcance podamos voltear e identificar qué de lo que ya vivimos nos produce satisfacciones más profundas. Debemos hacernos preguntas sobre nuestra existencia, lo que queremos trascender y si estamos satisfechos y orgullosos de lo que hemos hecho. “La respuesta que nos proporcionemos a estas preguntas nos sirven de orientación para seguir entregándonos a ello con pasión y convicción en esta vida”, dice.

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Muerte, un fenómeno que nos hermana

En Las intermitencias de la muerte, José Saramago explora cómo sería un mundo sin fallecimientos. En su libro, el escritor portugués pone en ‘huelga’ a la muerte, pero no detiene el proceso natural de la vida. La falta de muertos genera un caos social y entonces se vuelve evidente que la muerte es necesaria y permite a la vida continuar.

A decir de la Dra. Luz María Moreno, especialista en el desarrollo de habilidades de liderazgo pedagógico, al abordar la muerte ponemos en perspectiva la vida, sobre todo la parte colaborativa para construir la Casa Común. “Sin embargo, en un país como el nuestro en que las muertes son causadas por un sistema de violencia y deshumanización, hablar de la muerte también implica hacer análisis profundos de los sistemas de injusticia y opresión en los que vivimos”.

De esta forma, al revisar el concepto de muerte dentro de las escuelas, se ganaría en sensibilidad, empatía y compasión, comenta la Dra. Hilda Patiño, especialista en formación humanista integral. “La muerte es un fenómeno que nos hermana a todos, y que nos invita a aprovechar mejor el tiempo que nos toque vivir”.

Agrega que la pandemia hizo más presente a la muerte, en medio de una sociedad industrializada y consumista que no está preparada para aceptar la finitud de la vida, lo que complica los procesos de duelo cuando ocurre una pérdida importante, lo que es normal, pues somos seres en relación con los demás, construimos lazos afectivos y de apego.

“Eso está bien, pero también hay que reflexionar sobre el sentido de lo efímero, la conciencia de la temporalidad para trabajar nuestros apegos y plantearnos de qué manera nos gustaría trascender en los otros y para los otros. Después de todo, educar es dejar un legado”.

Abunda que debemos aprovechar las tradiciones alrededor del Día de Muertos para tocar el tema de la muerte desde lo filosófico y lo existencial, particularmente a partir de la secundaria y durante la educación media superior, pues prepararnos para llegar al final de nuestros días, implica revalorar lo que hoy hacemos.

“Prepararnos para la muerte de nuestros seres queridos y la propia muerte permitiría darle a la vida un sentido y un significado más profundo. El tema de la muerte podría abordarse especialmente en las materias de lenguaje y comunicación y de ciencias sociales, y en la educación socioemocional, sin duda”.

Respecto a cómo integrar el tema de la muerte a los planes de estudio o la posibilidad de abordarlos en alguna materia, la doctora Moreno Medrano señala que debe ser parte de las actitudes de apertura, y relaciones abiertas y sensibles que se pueden construir con el estudiantado, “para cuando nos cruce la experiencia del duelo, podamos estar acompañados en una comunidad segura y de cuidados”.

Recuerda que en la IBERO el aprendizaje sobre los procesos de muerte, desde una mirada disciplinar, está presente de distintas formas en varios planes de estudio en la Universidad: desde el estudio de las fosas clandestinas (Derechos humanos) hasta los procesos de tanatología (Psicología) y el acompañamiento a través de la Clínica del Bienestar, ante las pérdidas que hemos experimentado como comunidad en el último año.

Alberto Segrera Tapia, maestro en Desarrollo Humano, agrega que en la IBERO, por ejemplo, la muerte se aborda como parte sustantiva de la vida universitaria, ya que se invita a las y los estudiantes a “reflexionar en torno a lo que nos constituye como seres humanos, así como a lo que deseamos hacer con nuestra vida por nosotros mismos y con y para los demás”.

Aunque la pedagogía de la muerte tiene varias décadas siendo motivo de atención, su aplicación pasa primero por desmitificar el concepto, quitarle lo negativo y atrevernos a hablar de él como se habla de la vida. La vida y la muerte van de la mano, mirar con las dos ópticas da apertura al entendimiento. Al final, como dice la canción de Lila Downs:

Viene la muerte echando rasero,

Se lleva al joven, también al viejo,

La muerte viene echando parejo

No se le escapa ni un pasajero.

Fuente de la información e imagen: https://desinformemonos.org

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México – Contar verdades: esencia de las democracias

Contar verdades: esencia de las democracias

Recientemente, Mario Palma, ex vicepresidente del INEGI (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática), publicó la historia de esta institución en el libro Contar Verdades: la Saga del INEGI. Más allá de lo valioso que resulta cada uno de sus capítulos para entender la historia, naturaleza, programas, métodos y logros de esta institución –encargada de generar información estratégica de los distintos ámbitos de un país–, resulta de especial relevancia el capítulo 11 que describe la vulnerabilidad de este tipo de instituciones técnicas y los intentos de ciertos gobiernos de manipular la información estadística generada con el objetivo de beneficiar su imagen pública con fines políticos.

Escuchando que el presidente siempre tiene “otros datos” cuando se le cuestiona, me propongo resaltar lo que a mi parecer debe ser la esencia de este tipo de instituciones: generar información válida, pertinente y oportuna que sirva para la toma de decisiones gubernamentales y la rendición de cuentas a la sociedad.

Para empezar, es esencial que se aprecie la importancia del INEGI, que aporta información básica al Estado mexicano, sin la cual es imposible que cumpla con sus funciones. Dos grandes ámbitos de esta institución son la geografía y la estadística. Si bien, la cartografía se empezó a desarrollar dos mil años antes de Cristo, con mapas rudimentarios para poder navegar, colonizar y trazar rutas comerciales, es hasta el siglo XV que se desarrollan los primeros mapas modernos y con ellos el descubrimiento de América. Sin embargo, es hasta la Segunda Guerra Mundial que esta disciplina adopta estándares técnicos de alta calidad e incorpora la fotografía aérea y después la fotografía satelital. Por su parte, la estadística inicia desde la antigüedad cuando los pueblos requerían organizarse como sociedad, para lo cual era indispensable conocer, además de su territorio, sus recursos humanos y materiales. Desde épocas muy remotas se tienen registros poblacionales rudimentarios, aunque la estadística moderna se desarrolla a mitad del milenio pasado, convirtiéndose en una herramienta indispensable para la generación de información y tratamiento de datos de las naciones.

Se dice que la información es poder, lo que es esencialmente cierto en el contexto de la política, cuya racionalidad se centra en la sobrevivencia de los partidos y de sus agremiados en puestos claves del gobierno. Por ello, en la historia de cada nación los gobernantes han querido ocultar, controlar y, hasta, distorsionar la información que les incomoda. Así, no es de extrañar que al INEGI se le otorgue su autonomía constitucional hasta 2006, siendo que sus inicios se ubican en 1833, con el Instituto Nacional de Geografía e Historia, y se crea con su nombre actual, por decreto presidencial, en 1983.

El control y manipulación de la información es un fenómeno mundial. Mario Palma describe varios casos, entre los que destacan: 1) el segundo censo poblacional de la Unión Soviética (1937) en el que los resultados no fueron los esperados por Stalin (la población era menor a la que él suponía y las personas seguían con sus prácticas religiosas), declarándolos inválidos y acusando de traidores a los técnicos encargados del estudio, por lo que se les ejecutó; 2) los datos de inflación de Argentina en el gobierno de Kirchner (2006) que le eran desfavorables, por lo que destituyó a los responsables del instituto de estadística y los sustituyó por personas afines al gobierno, quienes redujeron las cifras de inflación con “estadísticas militantes” (por considerarlos falsos, The Economist dejó de publicar temporalmente los datos de inflación de Argentina); 3) la información sobre el grado de desforestación en el Amazonas, generado por el instituto de investigación espacial del país (2019), que le disgustó al presidente Bolsonaro por considerar que era un invento del director de este instituto, razón por la cual lo despidió, 4) el reporte de la Comisión Europea sobre las estadísticas del déficit y la deuda de Grecia (2005-2009), en la que identificó errores deliberados de las cifras y, después, el Parlamento Europeo encontró un fraude estadístico del programa Troika. También se reportan los casos de China, Canadá, Estados Unidos, Puerto Rico y Ruritania, con distintos matices. En el caso de México, se describen las diferencias de las estadísticas de algunos estados con las del INEGI.

El libro cierra con una serie de reflexiones sobre la importancia de la integridad de los datos, llagando a la conclusión de que los villanos son casi siempre las autoridades que, a veces, cuentan con aliados en las instituciones encargadas de generar información. Es decir, es el Estado el transgresor del derecho que tienen los ciudadanos a conocer su realidad con veracidad y oportunidad pues, cuando la información la considera contraria a sus expectativas incurre en el engaño, ya sea ocultando o reservando la información o, bien, manipulándola.

Contar verdades es la misión del INEGI, así como de otros organismos autónomos, como es el caso del CONEVAL (y como lo fue del extinto INEE). La verdad junto con la transparencia son componentes sine qua non de las democracias. Por el contrario, las mentiras y la opacidad son propias de las demagogias y de las dictaduras. El nuevo decreto del presidente de reservar la información de sus obras prioritarias, por considerarlas de seguridad nacional, habla mucho de qué lado se inclina.


Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa A. C.
@Eduardo
Backhoff 
Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/contar-verdades-esencia-de-las-democracias/
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Un siglo de acoso a mujeres oficinistas

Por: Leonardo Frías

Hace un siglo que las mujeres en México llegaron a las oficinas. Era 1920, un entorno laboral dominado por los hombres, y una profesión relativamente nueva para ellas, en ese contexto inequitativo se sentaron las bases para las condiciones del empleo femenino.

Así lo expuso en la UNAM Sussie S. Porter de la Universidad de UTAH, al dictar la conferencia La Respuesta de las Mujeres al Acoso Laboral 1920-1950, presentado en el Instituto de Investigaciones Históricas (IIH), como parte de la jornada del 25N.

Inició el acoso laboral como parte de la desigualdad de género, los factores que sentaron las bases ocurrieron entre 1920 y 1940, cuando se dio la expansión en la burocracia estatal, y el boom de las mujeres oficinistas.

“Las desigualdades empezaron desde la preparación de las mujeres, ellas iban a la entonces primera Escuela Comercial para Señoritas, Miguel Lerdo de Tejada, abierta en 1905, que preparaba oficinistas, mientras ellos acudían a la universidad.”

Identidad laboral

Al presentar los avances de su investigación, Porter, quien forma parte de los departamentos de Historia, Género y de Estudios Latinoamericanos, de la mencionada universidad estadunidense, agregó que la cultura del trabajo enfatizaba la femineidad de las mujeres, desde su ropa, hasta como se referían a ellas.

“A todas las mujeres las llamaron ‘señoritas’ desde 1920, y se refiere de una manera estrecha como una identidad laboral, que significaba soltera, dispuesta y disponible”, mencionó.

Había desde entonces, dijo, una segregación ocupacional, un techo de cristal, donde las señoritas tomaban dictado a sus jefes y ganaban salarios menores; todo ello reforzó su vulnerabilidad y se crearon condiciones que sentaron las bases para ejercer el acoso sexual.

“Había una cosificación de las mujeres y su continua sexualización, incluso en las convocatorias de vacantes se pedía que las señoritas fueran elegantes, ya que para la elegibilidad de su puesto de trabajo se solicitaba buena apariencia”.

Según las fuentes consultadas por Sussie Porter, a aquellas quienes se quedaban con el empleo se les pedía rapidez en la taquigrafía, incluso había un concurso femenino para ello.

“Además de tales habilidades, se les solicitaba disposición psicológica hacia el hombre. La periodista María Aurelia Reyes escribió en ese entonces que, por ejemplo, la secretaria siempre debía ir un paso adelante de su jefe, para que él pudiera realizar otras actividades, como acudir al cine.”

Asimismo, debían ser discretas, y prever cuándo o en qué momento debían ausentarse de la oficina. Además, las secretarias nunca deberían de llorar, sino esperar a ser felicitadas por ser tan productivas “como una máquina de escribir”.

Primeras denuncias

Acompañada de Elisa Speckman Guerra, y Claudia Amalia Agostoni Urencio, directora e investigadora respectivamente del IIH, Porter relató que algunos periódicos de la época ayudaron a delinear la imagen y el acoso a la mujer en México.

En las vacantes publicadas en algunos diarios se solicitaban requisitos como guapas, agradables y de buena conversación, o incluso hubo episodios y caricaturas referentes a una campaña de sexualización de las telefonistas.

“Las primeras denuncias en aquellos años fueron hechas por mujeres en defensa de otras, por ejemplo, en la denominada Revista Mujer, María Elena de García Sánchez denunció sobre lo que había ocurrido a otras mujeres: ‘lo que hace falta es moralidad en los jefes, en vez de trajes de última moda’”, decía.

Al referirse a los años 30 del siglo pasado, Sussie Porter citó a Otilia Zambrano, quien como empleada de la SEP dijo que siempre serían una tentación, por lo que los hombres deberían de comportarse de forma adecuada, y acostumbrarse a la belleza femenina y a su autonomía, porque podían vestirse como ellas quisieran.

Años más tarde, Sarah Batiza Berkowitz, justamente egresada de esa escuela comercial, y quien trabajó en la Secretaría de Hacienda, escribió un libro de ficción basado en todas las vivencias de sus compañeras, el cual fue base de la película Nosotras las taquígrafas (Emilio Gómez Muriel, 1950).

“Habla sobre la subordinación de la mujer en el trabajo, que se replica en la sociedad, con salarios inferiores y menor preparación que las hace vulnerables, porque mientras ellos conducen autos, ellas van en transporte público”, indicó.

Actualmente, finalizó Porter, muchas mujeres no reportan el acoso sexual en su trabajo por temer a no encontrar justicia, y porque no ha existido el espacio para reclamar tales actos, “¡es muy importante que lo entendamos!”

Fuente de la información e imagen:  Gaceta UNAM

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[Manifiesto] ¡Por una Universidad de Guadalajara democrática! Una profunda crisis académica y política. México

Por: Silverio Quintero Gutiérrez

1. Nunca, en tan poco tiempo, la Universidad de Guadalajara (UdeG) es objeto de un gran escándalo local y nacional. Nos referimos al conflicto existente entre las autoridades universitarias y el Gobierno estatal, y de las reiteradas acusaciones del presidente López Obrador caracterizando de cacique al exrector Raúl Padilla López. La Feria Internacional del Libro (FIL) en estos momentos es un escándalo mayúsculo en medio de protestas contra el exrector y porque nuevamente la nomenclatura burocrática la utiliza como tribuna para atacar al presidente del país.

Pero no es la institución misma la del escándalo público, sino sus propias autoridades universitarias, especialmente quien ha detentado el poder caciquil desde hace más de tres décadas: el ya mencionado exrector. Desde entonces, esta institución es la Universidad de los escándalos. No es la comunidad universitaria –estudiantes, académicos y administrativos– la responsable de la profunda corrupción imperante de la crisis académica y de gobierno, sino los altos funcionarios, en particular los del grupo de poder del exrector. Dicho grupo de poder carece de legitimidad democrática, tanto al interior de la universidad como al exterior, donde la sociedad civil no se ve reconocida.

2. ¿Cuál es la situación actual de la UdeG? Un balance general muestra una crisis generalizada, tanto en los procesos de enseñanza–aprendizaje como en las labores de investigación y, no menos importante, en su forma de gobierno. Es una profunda crisis universitaria, es decir, las tareas sustantivas –docencia, investigación y difusión cultural– hace largo tiempo se encuentran en creciente deterioro. Pero esta degradación universitaria obedece principalmente a las consecuencias políticas de las estructuras de poder centralizado burocrático, autoritario y antidemocrático, regido unipersonalmente. Es una estructura corporativa–clientelar con base al control absoluto del Consejo General Universitario (CGU), la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) y los dos sindicatos blancos (patronales): Sindicato Único de Trabajadores Universitarios de la Universidad de Guadalajara (SUTUdeG) y el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Guadalajara (STAUdeG).

3. Los grandes problemas universitarios son tanto de naturaleza académica como laboral y de opacidad en el manejo del presupuesto financiero. La mayoría de estos problemas se han agudizado desde que las autoridades universitarias vienen compartiendo complacientemente las políticas neoliberales desde finales de los años ochenta. Es la mercantilización de la educación, y con ella un proceso gradual e indirecto de privatización, por ejemplo, con el cobro de colegiaturas y de pagos por los exámenes de admisión para los estudiantes aspirantes (College Board), cuya finalidad perversa es la exclusión de decenas de miles jóvenes estudiantes y al tiempo el negocio de los exámenes.

Una situación que contribuye a la baja calidad académica es la precariedad laboral de la mayoría del personal académico que percibe bajos salarios, especialmente los profesores de asignatura casi impedidos de acceder a una plaza fija con titularidad del contrato personal. A tal situación contribuye el actual sindicalismo corporativo–patronal. A esto debe sumarse la enorme brecha salarial entre la alta burocracia universitaria con sueldos estratosféricos (y en la mayoría de los casos dobles sueldos), y la mayoría del personal académico y administrativo con míseros ingresos. Los privilegios o canonjías de una élite burocrática representan un gasto considerable del presupuesto universitario.

La prevalencia de los criterios políticos sobre los asuntos académicos da por resultado un deterioro de la docencia y de la investigación, pues la designación de muchos de los responsables inmediatos de atender los procesos de enseñanza–aprendizaje carecen de la formación académica adecuada y de una reconocida trayectoria en su campo de estudio. Los cargos, por ejemplo, de las jefaturas departamentales se designan al margen de las decisiones del personal académico, pues se consideran primero los intereses políticos de subordinación irrestricta, de sumisión incondicional a la jerarquía burocrática con base al clientelismo, al compadrazgo o al amiguismo; es una burocracia académica–administrativa enquistada, que se reproduce según los intereses políticos predominantes sin prioridades académicas, ocasionando, entre otras cosas, que los planes de estudios sean obsoletos y no respondan a las necesidades sociales sino a las necesidades mercantiles.

La difusión cultural se proyecta como disfraz del mercantilismo empresarial: El grupo de poder a manos del exrector fomenta el negocio del espectáculo (Auditorio Telmex, Teatro Diana, entre otros) del showbusiness de alfombra roja, dejando la difusión cultural universitaria como mero ropaje de apariencia. La mayoría de los estudiantes no pueden pagar los precios de los boletos de acceso a los espectáculos de estos recintos “culturales”. Los programas televisivos de Canal 44 de análisis político a manos de periodistas a quienes se les paga sueldos elevados son de dudosa calidad, habiendo profesores e investigadores bastante capaces en estos temas. Por supuesto, existen buenos programas televisivos y radiofónicos informativos.

Los problemas relativos al hostigamiento sexual por maestros y funcionarios son escándalos cotidianos debido a la impunidad política prevaleciente. La Defensoría de los Derechos Universitarios o el Protocolo institucional para la Prevención del Acoso, Hostigamiento y la Violencia de Género casi son figuras decorativas en la solución de estos problemas.

Pero uno de los problemas más importantes es la opacidad en el manejo de las finanzas universitarias, porque desde hace largas décadas el círculo cercano al exrector, empezando por éste mismo, ha hecho una considerable fortuna que no puede explicarse por sueldos percibidos. En ello tiene que ver las 16 empresas parauniversitarias que funcionan como verdaderos negocios en propiedad del exrector. Hoy día, en estas circunstancias de profunda crisis, la UdeG se encuentra sumida en una crisis académica y de gobierno muy honda, pues se carece de valores éticos universitarios, hay ausencia de un ethos humanista político, filosófico, cultural, educativo, pues más que administrarse como institución educativa pública para beneficio de la sociedad entera, se maneja como empresa promotora de espectáculos y entretenimiento para fines privados.

Los miembros de la élite universitaria se han perdido en la frivolidad empresarial, y enfocaron sus intereses a preparar los espacios para los grandes negocios. Por ello, la institución quedó en manos de administraciones gerenciales de rectoría sin rumbo. La universidad no ha cumplido con su función para el desarrollo de proyectos que contribuyan a impulsar la economía y el empleo en las distintas regiones de la entidad. La Red Universitaria está en función de intereses clientelares y políticos partidistas como Hagamos. La autocrítica y los diagnósticos objetivos sobre la realidad jalisciense casi no existen en la UdeG, empezando porque muchos de sus maestros e investigadores no cuestionan públicamente su propio entorno; de hecho, no existe pensamiento crítico en las aulas y espacios escolares porque nuestra cultura política universitaria es resultado de una cultura corporativa que adormece las ideas y pensamientos de los estudiantes y maestros. Eso ha permitido la manipulación estudiantil, particularmente del preparatoriano, para fines políticos del grupo caciquil en tanto grupo de presión. Si es que existe pensamiento único es en la UdeG porque la megalomanía del autócrata reina absoluta en sus dominios universitarios.

El concepto de autonomía universitaria es muy flexible y las autoridades de la UdeG la manejan a su antojo para beneficio propio. Es muy cierto que se requiere mayor presupuesto para esta institución, pero este presupuesto debería destinarse a las tareas sustantivas de docencia, investigación y difusión, y no principalmente para aquellas actividades de relumbrón y oropel como la FIL o los festivales de cine (FICG).

4. El modelo político vigente en la Universidad de Guadalajara está incontrovertiblemente agotado, pues contribuye al deterioro institucional. Son múltiples y diversas las debilidades y fortalezas de la institución, como plurales los temas a abordar, discutir y diagnosticar, pero es innegable su profunda crisis generalizada. Por todo ello es necesario replantearse la función social de esta universidad y poner a debate abierto y democrático las posibles alternativas de su desarrollo inmediato.

¿Cuál es la misión social de la universidad? ¿Cómo superar esta crisis universitaria? Proponemos una Reforma Universitaria profundamente democrática para, a su vez, realizar una reforma académica sustancial. Una reforma universitaria integral contemplaría necesariamente la modificación de la Ley Orgánica, que incorpore las figuras de plebiscito y/o referéndum para la remoción del rector o de cualquier funcionario universitario.

De igual manera es necesaria la creación de la figura democrática para defender los derechos legítimos de los sectores de la comunidad universitaria. Es imprescindible una auténtica auditoría para empezar a resolver los graves problemas de manejo discrecional y el desvío de fondos financieros para fines aviesos y totalmente ajenos a las tareas sustantivas universitarias y sus prioridades académicas.

Es urgente la intervención de la Auditoría Superior de la Federación para resolver este problema; es necesario desmantelar los sindicatos “blancos” patronales y crear sindicatos autónomos, democráticos y combativos; crear un movimiento estudiantil representativo e independiente, y hacer del Consejo General Universitario una verdadera asamblea representativa democrática, sin tutelajes corporativos internos ni externos; además, un incremento importante del presupuesto debería ir directamente a la mejora salarial del personal académico y administrativo para elevar la calidad académica institucional.

La universidad debe someterse a debate abierto y democrático. Nuestra universidad puede y debe contribuir a los necesarios procesos democráticos estatales y nacionales, a condición de su propia democratización. Una transformación de fondo para tener una universidad democrática es deseable y posible a condición de que sea realizada por un esfuerzo colectivo, unitario, de la propia comunidad universitaria para beneficio de la sociedad jalisciense.

Silverio Quintero Gutiérrez: Profesor

Una profunda crisis académica y política

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Pueblos originarios de México contra el poder de las transnacionales

Organizaciones europeas –más de 500- apoyan el recorrido por el viejo continente de las delegaciones del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el Congreso Nacional Indígena (CNI) de México, del que forma parte el movimiento zapatista.

En el contexto de la Gira, la delegada otomí del CNI, Marisela Mejía Pérez; y el delegado rarámuri del Congreso, Francisco Palma Aguirre, visitaron el País Valenciano –entre el 22 y el 25 de noviembre- e impartieron una conferencia sobre La lucha contra los megaproyectos de muerte en México en el Centre Octubre de Valencia.

El CNI se constituyó el 12 de octubre de 1996, con el fin de ser la casa de los pueblos originarios, tribus y naciones de México. Denuncian 500 años de exterminio y que el capitalismo “se nació de la sangre de nuestros pueblos y continúa alimentándose de ella”. Se caracteriza, en su página Web, como espacio de solidaridad y reflexión para fortalecer las luchas de resistencia y rebeldía. La de los pueblos –añaden- que llevan en la sangre, en la carne y en la piel, toda la historia, sabiduría, cultura, lengua e identidad.

Entre sus siete principios, figuran “servir y no servirse”; “convencer y no vencer”; “obedecer y no mandar”; “bajar y no subir” o “proponer y no imponer”. En 2001, el CNI se sumó a la Marcha Nacional Indígena –del color de la tierra– encabezada por el Ejército Zapatista, y que llegó a la Plaza del Zócalo de Ciudad de México con la consigna “Nunca más un México sin nosotros”.

El pasado 21 de noviembre el CNI reproducía un comunicado solidario de la Unificación de Pueblos contra la Minería en el estado de Morelos; se denunciaba la “cobarde represión” y las agresiones (“golpeadores con la complicidad policial”) contra seis miembros del colectivo Pueblos Unidos en la comunidad de Santa María de Zacatepec, en el estado de Puebla (dos comunicadores populares y defensores ambientales –Alejandro Torres Cocolatl y Michel Torres- fueron detenidos por la policía municipal).

El mismo día se informaba del ataque a la población zoque del Ejido Esquipulas Guayabal (municipio de Chapultenango, Chiapas) por parte de un grupo armado, con el resultado de pobladores heridos, desaparecidos y casas quemadas; el comunicado hacía responsable al Estado y su “negligencia para resolver el conflicto agrario” en México.

Asimismo, el 21 de noviembre el CNI convocaba al Foro Nacional de las Resistencias y alternativas de los pueblos ante el capital trasnacional y la Militarización, que se celebrará los días 4 y 5 de diciembre en el Istmo de Tehuantepec (Oaxaca).

Durante su estancia en Valencia, Marisela Mejía y Francisco Palma participaron en la tertulia que siguió a la proyección del documental Remedio México, de Cucho Ramírez, en los cines Babel; la película se incluye en la programación de la XII Mostra Itinerant de Cinema i Vídeo Indígena del País Valencià, organizada por la ONG Perifèries, la Assemblea de Solidaritat amb Mèxic y la Xarxa Solidària Gira per la Vida del País Valencià. Los dos activistas fueron entrevistados en Radio Klara y La Radio i Televisió del Poble. La CGT se sumó a las acciones de apoyo.

Los dos miembros del CNI recordaron, en el Centre cultural Octubre, que se cumplen 25 años de la fundación del Congreso. Por este motivo el CNI-Concejo Indígena de Gobierno (CIG) emitió el 21 de octubre un pronunciamiento -dirigido a los pueblos del mundo- en el que se denuncian los “megaproyectos de muerte”. Así, “No queremos el Tren Maya (1.550 kilómetros por las principales regiones de la Península del Yucatán) que convierta todo el sur-sureste de nuestro país en un eslabón del capital trasnacional; en la extracción, contaminación, destrucción y despojo, en las vías y sus alrededores y en toda la región”.

Por otra parte, añade el pronunciamiento, “no queremos el Corredor Transístmico, que convierta en una fábrica de energía eólica, maquilas y explotación de minerales zonas enteras desde el Océano Pacífico hasta el Golfo de México”.

Otra de los macroactuaciones denunciadas por el CNI-CIG es “el Proyecto Integral Morelos (promovido por el Gobierno de México para la generación de energía eléctrica), que atenta contra el territorio de las comunidades de Tlaxcala, Puebla y Morelos en los pueblos del volcán Popocatépetl y que reprime con la muerte a quienes cuestionan o se oponen, como el compañero Samir Flores Soberanes”.

Una de las empresas citadas en el acto de Valencia fue Acciona. En febrero esta multinacional española anunció que emprendería la construcción -en consorcio con la minera y constructora Grupo México- del Tramo 5 del Tren Maya, entre Playa del Carmen y Tulum (Riviera Maya, en el estado de Quintana Roo).

Adjudicada y valorada en 713 millones de euros, la iniciativa implica la construcción de 60 kilómetros de doble vía electrificada, e incluye un viaducto ferroviario de siete kilómetros en Playa del Carmen. En una nota informativa, Acciona relaciona la infraestructura del Tren Maya con “los más de tres millones de turistas que cada año visitan la zona”. La compañía da cuenta de otras inversiones que realiza en México: 1.300 megavatios operativos en energía eólica y fotovoltaica.

Asimismo el ejecutivo español informó, en diciembre de 2020, de que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) del Gobierno de  México había adjudicado un contrato para el Tren Maya –de tres años por valor de 13,5 millones de euros- a un consorcio formado por Renfe; la ingeniera y consultora pública española Ineco y la alemana DB Engineering & Consulting; las adjudicatarias “prestarán apoyo durante el periodo de construcción y supervisarán la fabricación, entrega y puesta en marcha del material rodante”.

En el mismo comunicado del Consejo de Ministros español, se afirma que el Tren Maya es un “proyecto prioritario del Gobierno de México (presidido por Andrés Manuel López Obrador) para el transporte de viajeros y mercancías”.

“¡Exigimos a Iberdrola la cancelación de los parques eólicos y fotovoltaicos en México y Latinoamérica!” Es uno de los lemas utilizados por la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio; y la Coordinadora de Pueblos y Organizaciones del Estado de México en Defensa de la Tierra, el Agua y su Cultura, durante una protesta el 4 de noviembre ante las oficinas de multinacional española en Ciudad de México.

Se trataba de una acción de solidaridad con los pueblos del Istmo de Tehuantepec, contra los megaproyectos y el lavado verde, en la que los activistas denunciaron –en un escrito dirigido a los directivos de Iberdrola- “el engaño, el despojo, la destrucción y la contaminación ocasionados por sus energías mal llamadas ‘limpias’”.

En el escrito, los movimientos populares rechazaban macroiniciativas de supuesto “progreso y modernidad”, como el Corredor Interoceánico, “los Aeropuertos militarizados de Santa Lucía-Estado de México y Tulum-Quintana Roo; el Parque Urbano mal llamado ecológico en el Lago de Texcoco, por cuya ribera avanza dividiendo comunidades y ejidos la autopista Tuxpan-México, vinculada al puerto marítimo de Tuxpan-Veracruz en el Golfo de México; o la Refinería de Dos Bocas en Tabasco”.

Marisela Mejía y Francisco Palma han alertado, asimismo, sobre la situación de los defensores en México; el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) señala que 18 defensores del medio ambiente fueron asesinados durante 2020 (estos homicidios se incluyen en las agresiones -90- llevadas a término en 65 ataques diferentes). Con una perspectiva más amplia, la ONG cifra en 460 las agresiones contra personas defensoras del territorio entre enero de 2012 y diciembre de 2018.

En cuanto a la violencia perpetrada por sectores, el CEMDA destaca el forestal –principalmente respecto a las talas clandestinas- y las vías de comunicación; de hecho, la organización ha identificado ocho ataques en 2020 en relación con el Tren Maya; tres con el proyecto de la carretera en San Francisco Xochicuautla (Estado de México); y otros tres con la construcción del Puente Vehicular Xochimilco (Ciudad de México).

Tras ocho años de trabajo documental y de registro, el CEMDA constata una “violencia estructural y generalizada contra quienes defienden el patrimonio natural, la tierra y el territorio”.

Fuente: https://rebelion.org/pueblos-originarios-de-mexico-contra-el-poder-de-las-transnacionales/

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México: Docentes de Michoacán exigen pago de bonos y mejor presupuesto

América del Norte/México/03-12-2021/Autor: Ernesto Martínez Elorriaga/Fuente: www.jornada.com.mx

Morelia, Mich. Al menos 250 profesores de la expresión Poder de Base se plantaron esta mañana frente a las oficinas del Ejecutivo estatal para exigir el pago de cuatro bonos que aún están pendientes, y se les garantice puntualmente el pago de salarios y prestaciones.

En tanto, integrantes de la sección 18 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la educación (CNTE) reclamaron al gobierno estatal que la iniciativa presupuestal presentada ante el Congreso local para el próximo año, no se haya contemplado un incremento para el sector educativo, a sabiendas de que un déficit de miles de millones de pesos.

Luego de marchar al centro histórico de Morelia, miembros de Poder de Base exigieron también la contratación de egresados de las ocho normales del estado, así como la garantía de que en 2022 se pagará puntualmente salarios y prestaciones.

En un comunicado de prensa, la CNTE de Michoacán manifestó que para el pago a maestros de agosto a diciembre de este año —que incluye salarios, prestaciones y bonos— “el gobierno del estado recibió un adelanto de tres mil 800 millones de pesos que serán descontados en el transcurso de 2022, lo que significa que habrá nuevamente un déficit que impedirá el pago de salarios a maestros después de junio, por lo que pedimos que los ingresos de los trabajadores de la educación queden plasmado en el presupuesto para 2022 que habrá de aprobar el Congreso de Michoacán”.

En tanto, el secretario de gobierno, Carlos Torres Piña, sostuvo que el pago de quincenas y aguinaldos para lo que resta del año está garantizado.

Agregó que se debían cuatro bonos, dos de ellos ya fueron pagados a mediados de noviembre y dos se pagarán en los próximos días, y que están haciendo lo necesario para que el próximo año no haya problemas con retraso de salarios.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/12/01/estados/docentes-de-michoacan-exigen-pago-de-bonos-y-mejor-presupuesto/

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