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México – Necesaria reforma a pensiones para subsanar crisis financiera de la UMSNH: DGESUI

Necesaria reforma a pensiones para subsanar crisis financiera de la UMSNH: DGESUI

La directora de Educación Superior Universitaria resaltó que, pese a que hay avances, la Michoacana recibe cada final de año un recurso extraordinario de 100 millones de pesos

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Carmen Enedina Rodríguez Armenta, directora general de Educación Superior Universitaria e Intercultural (DGESUI) de la Secretaría de Educación Pública (SEP), aseguró que a la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) tiene que reformar el sistema de pensiones de sus trabajadores administrativos para salir de la crisis financiera que por varios años ha atravesado.

En el marco de su visita a la capital del estado para la conmemoración del 106 aniversario de la Casa de Hidalgo, Rodríguez Armenta recordó que en 2018 eran 11 las universidades a nivel nacional que atravesaban una crisis de las cuales, al día de hoy permanecen en la misma situación, 5, entre ellas, la Universidad Michoacana.

En ese sentido, mencionó que los trabajadores académicos ya hicieron su proceso de reforma, sin embargo, aún está pendiente la reforma para los trabajadores administrativos, la cual, dijo, es natural, ante el aumento de la esperanza de vida, toda vez que los trabajadores se jubilan a los 25 años de servicio, con 50 a 60 años de edad, mientras que la esperanza de vida es de más de 80 años.

“Es nada más volver a revisar el estudio actuarial, ponerse de acuerdo, creo que la rectora ha hecho una excelente gestión en el sentido del acercamiento que tiene con los sindicatos, eso nos da mucho gusto y mientras sigan cumpliendo, mientras siga estando la universidad estable podrá contar con el apoyo”, sentenció.

Por otro lado, la funcionaria federal resaltó el trabajo de la actual administración nicolaíta en la optimización de recursos, lo que ha permitido que este año no tengan preocupación por cumplir con sus obligaciones financieras como en otros años.

Adelantó que cada final de año, la federación y el estado entregan a la Máxima Casa de Estudios en la entidad cerca de 100 millones de pesos extraordinarios para que puedan cerrar sus compromisos, por lo que este año no será la excepción, siempre y cuando, dijo, la universidad cumpla con lo que se le solicite.

La titular de la DGESUI dejó en claro que la federación apoyará y acompañará a la universidad siempre que se necesite dinero para ampliar la cobertura, toda vez que en ese tema sí hay una clara justificación de un ejercicio presupuestal mayor y no para mantener el régimen actual de pensiones.

“Es un dinero para ampliar la cobertura y Michoacán se lo merece. Estoy segura que muchos jóvenes que no pueden alcanzar el dictamen de admisión porque no alcanzaron cupo y lo que necesitamos es que cada vez más jóvenes puedan acceder a las aulas universitarias».

La educación te da movilidad social, te permite una mejor condición de vida, entonces sí se requiere dinero para eso, no va a ser específicamente de esta parte y vamos a acompañar a la universidad en estos proyectos de expansión que tiene”.

Finalmente, la funcionaria federal detalló que además de la Michoacana, las universidades que también atraviesan por una crisis son la de Morelos, la de Nayarit, la de Durango y la de Zacatecas, algunas tienen que ver por cuestiones de las prestaciones, el incremento de profesores o, como en el caso de la Universidad Michoacana, por el tema de las jubilaciones.

Fuente de la Información: https://mimorelia.com/noticias/educacion/necesaria-reforma-a-pensiones-para-subsanar-crisis-financiera-de-la-umsnh-dgesui

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Prohíben el manga en una escuela de Estados Unidos: Estas son las razones

Prohíben el manga en una escuela de Estados Unidos. Últimamente nuestro objetivo pasa por teneros informados de cuánta más variedad de contenido mejor. Ojalá poder informaros de algo más bonito dentro del mundo del anime y el manga, pero la actualidad manga y en esta ocasión el papel principal de antagonista lo tiene una escuela americana.

¿El motivo? Prohibir la lectura, exhibición y uso del manga en los espacios del centro. La cultura japonesa aún cuenta con ciertos estigmas que la sociedad más conservadora de muchos países rechaza de lleno. Esta polémica ha trascendido las redes sociales durante estos días, y el escándalo ha sido tal que ha conmocionado en parte a la comunidad de anime y manga internacional.

El manga ha sido considerado como inapropiado en una escuela americana, en la localidad de Delaware. Una madre fue la que se quejó, ya que parece que la escuela ha eliminado la opción de “talleres” y espacios reservados a aquellas personas que quieran pasar su tiempo de ocio leyendo manga. La escuela secundaria de Magnolia ha sido la que ha puesto en marcha este polémico veto.

El taller en cuestión contaba con un total de 80 alumnos. Hasta que el centro decidió eliminarlo por considerarlo “poco apropiado”. Algunos alumnos y padres han puesto en marcha una iniciativa de recogida de firmas para pedir al centro que restaure este lugar en el que los jóvenes se reunían para conversar sobre anime y leer manga. Un entretenimiento que para muchos ha supuesto un “alivio” del día a día y una puesta a punto en la creatividad artística personal.

Fuente: https://www.nintenderos.com/2023/09/prohiben-el-manga-en-una-escuela-de-estados-unidos-estas-son-las-razones/

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México: Audelia Pastrana, la cuentacuentos que revitaliza su lengua zapoteca

Por: Diana Manzo

 

Unión Hidalgo, Oaxaca. Es de noche y en la galería Gubidxa, un espacio cultural e independiente de esta comunidad zapoteca, una mujer con voz grave, fuerte y hablando en zapoteco comienza a narrar su niñez. Su nombre es Audelia Pastrana Vera, tiene 48 años de edad y es una cuentacuentos zapoteca que revitaliza su lengua como resistencia.

Rodeada de asistentes y vestida con su enagua y huipil, Audelia habla de sus experiencias de cuando era niña en la séptima sección de Juchitán, Oaxaca, de donde es originaria y lo hace hablando su lengua materna. Posteriormente habla de los árboles, del valor de este ser natural y su relación con los seres humanos y la vida. Con esta temática, habla de Damián y su padre, y envuelve a los espectadores y los lleva a pensar sobre los diversos árboles con los que se han relacionado a lo largo de su vida.

A esta charla, a la que fue invitada por el maestro jubilado Víctor Fuentes, quien además es activista ambiental y defensor cultural, Audelia habla para todo tipo de público, desde menores de edad hasta adultos mayores, así como hombres, mujeres y personas de la diversidad sexual.

Tras recibir aplausos por su cuento, Audelia escucha con atención cada una de las narraciones orales- en español y zapoteco- de los asistentes y reitera que narrar cuentos es una de sus pasiones.

Entrevistada para Desinformémonos al término de su narración, explica cómo fue su contacto con el mundo literario, en el cual se ha destacado como una cuentista tradicional que donde quiera que va, lleva su lengua.

“Fomento la lectura, porque pienso que los libros son un recurso maravilloso, que es un lugar seguro, incluso salvavidas, y lo hago en mi lengua zapoteca porque es una forma de enseñarles lo maravilloso que es leer”, dijo.

Para ella, dialogar en zapoteco es una forma de preservar una lengua y que siga viva. Audelia lleva 12 años de narrar historias. Su primera vez fue cuando la maestra de preescolar de su hijo la invitó, y ahí pudo darse cuenta de que podía, que hubo conexión con las niñas y niños, que le ponían atención, y eso la motivó.

Confesó que sus primeros cuentos fueron en español, y así recorrió muchas escuelas. Finalmente cuando llegó con escuelas que sólo hablan el zapoteco, lo pensó muy bien, pues durante 18 años migró a la Ciudad de México y su memoria “estuvo dormida”. Sin embargo, al regresar se integró a la comunidad y sintió la necesidad de hacerlo en su lengua.

“Quiero que el despertar de todos los que me escuchan sea a tiempo, porque considero que soy útil para mi comunidad, que es un complemento en este transitar de vida”, señaló durante la entrevista.

Contenta y feliz de compartir lo que sabe hacer, Audelia es madre de tres hijos, y lo mejor para ella en estos momentos es que los niños y jóvenes aprendan su lengua materna, porque es parte de su identidad.

“Cuento cuentos porque me gustaba contar las historias desde siempre, escucharlas y leerlas, siento que me transporto y que he viajado mucho con los libros”, reiteró.

Audelia tiene una larga trayectoria que comenzó desde el 2011, ha participado en diversas ferias de libro llevando la lengua de sus ancestras y asegura que seguirá haciéndolo porque representan lo suyo, lo que de la raíz recibe, como una forma de resistir ante el mundo globalizado.

“El zapoteco es identidad, y tengo la fortuna de que más niños lo aprendan, entonces con los cuentos muchos se han identificado, y eso es más que satisfactorio, porque de eso se trata, de revitalizar, de darle vida a lo nuestro, a lo que somos todas y todos”, concluyó.

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org
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Opinión | ¿El poder de las palabras o las palabras del poder?

Por: Andrés García Barrios

No aprendemos a escribir para emprender un viaje de descubrimiento. Nos enseñaron la letra escrita para que aprendiéramos a leer: a leer lo que otros escriben, y a escribir lo que otros nos dictan.

Desde que empecé a publicar en este Observatorio, me dio por agrupar mis escritos en series, bajo distintos títulos: El ritual escolarLa educación que queremos, Los expertos como discípulos… Ahora se me ha ocurrido una nueva categoría, inspirado por el comentario de una amiga, quien para referirse a mis textos dijo que éstos la motivan a “hacer comunidad”. Tal halago me gustó muchísimo, y me dio ganas de concentrarme en ese tema: hacer comunidad es, en efecto, uno de los esfuerzos que me parecen más importantes en el contexto actual y por supuesto en la pedagogía de todos los tiempos.

Sin embargo, como siempre en mi caso, apenas me surge una idea, aparece detrás de ella su estela de duda. En este caso, la siguiente: ¿se puede hacer comunidad a través de la escritura? Es decir, ¿es posible comunicarse por este medio? Comunicarse realmente, en el sentido de un ir y venir; no solo de emitir un mensaje sino de tener una réplica a éste (sin esa replica, la comunicación se convierte más bien en pura emisión de información; tal es la crítica que se ha hecho a los medios de comunicación, diciendo que en realidad son sólo canales informativos).

Pero, bueno, ¿escribir no es también una actividad unilateral? Esta pregunta no es banal en un espacio como el del Observatorio, donde entre otras cosas se escribe sobre educación; ni lo es para quienes al parecer no sabemos hacer otra cosa que escribir (éstos, si de verdad queremos hacer comunidad, tenemos que recurrir a ello, o de lo contrario conformarnos con que nuestra comunidad se limite a aquellos con los que convivimos a diario).

Saber si uno puede hacer comunidad por escrito es pues una preocupación en la que vale la pena detenerse. San Pablo ─que solía comunicarse con su comunidad por carta─ afirmaba que “la letra mata”, refiriéndose a que lo escrito estrangula ese espíritu que la palabra hablada ─la voz, el aliento─ sí puede transmitir. ¿Será verdad? Para responder habrá que dar un rodeo y empezar por aclarar si de verdad las letras no existen en el lenguaje hablado y son solo materiales para la escritura.

Una importante hipótesis lingüística dice que nuestro discurso hablado constituye un continuo sin divisiones, de tal suerte que en él es irrelevante el que las cosas se llamen o deban decirse de una forma o de otra; tales separaciones solo aparecen cuando nos detenemos a analizar lo dicho. Así, las abstracciones que conocemos como letraspalabras y oraciones son resultado de un proceso paulatino que empieza ─inventemos un poco de historia─ cuando a un ser humano se le ocurre que así como un palo clavado a la mitad del camino puede significar “pasé por aquí”, un garabato puede representar un fragmento de habla. Acto seguido (es decir, siglos después), mientras afina su garabateo (su escritura), ese ser humano se da cuenta de que las cosas que enuncia, por diferentes que sean (palopasoslejos), tienen elementos comunes (aaaaa… ppppp… sssss…) y que también éstos se pueden representar con garabatos distintos.

Son las letras.

Sí, las letras, unidades mínimas a las que llega la ciencia de la enunciación, elementos formales de incalculable meticulosidad y rigor, tanto que en un lejano futuro, un genial compositor musical descubrirá su básica y poderosa marcialidad y las pondrá a desfilar como un ejército (estoy hablando por supuesto de Cri-Cri, el Grillito Cantor mexicano, que en su maravillosa Marcha de las Letras, dirá):

Primero verán
que pasa la A…

Parece que estoy jugando, pero los pequeños que empiezan la primaria saben muy bien la seriedad con la que hablo. El poder de la letra es tal que en cuanto dejamos de escribir, la palabra recobra el aliento y retorna a ese fluir suyo en que no se distinguen vocales de consonantes, ni palabras de frases,ni frases de oraciones (¿recuerdan esos textos antiguos en que no existían todavía los signos de puntuación? Sí, se parecen a los de muchos de nuestros alumnos).

Hablar y escribir son funciones del lenguaje completamente distintas, casi opuestas.

Y es que, fíjense: en el hablar, la continuidad no existe sólo dentro de lo que uno dice sino también en lo que el otro responde. Por eso es posible comparar una mesa de discusión con una de ping pong, en la que la contestación se espera como un eco, como algo que es natural que vuelva (cada vez que no hay respuesta, el encuentro se acerca tristemente a su fin).

Yuval N. Harari, el historiador israelí, nos dice que ese ir y venir del habla, ese fluir de aquí para allá y de una persona a otra, es el factor que permitió sobrevivir a nuestra especie: según él, las comunidades humanas prosperaron gracias al chismorreo, mediante el cual los incipientes humanos hablaban entre sí acerca de sus semejantes y gracias a ello pudieron constituir colectivos más grandes que sus antepasados simios, quienes para conocerse entre sí (y cuidarse unos de otros o formar alianzas) sólo contaban con la experiencia directa. El lenguaje permitió a los humanos justamente comunicar ya no sólo hechos presentes (“¡Ahí viene el león!”) sino también experiencias pasadas y expectativas a futuro:

─ ¿Por qué vienes herido?
─ ¡Porque ese hombre me golpeó!
─ ¿Y por qué te golpeó?
─ Para quitarme mi comida.
─ Tendré cuidado con él.

Pues bien, en la escritura el flujo natural del habla parece en riesgo.

En una aseveración perfectamente iconoclasta, Paul Valery, el gran poeta francés, decía que leer poesía es un acto solipsista (o sea, individual hasta el hermetismo) disfrazado de comunicación, de convivencia. O sea, quien lee poesía cree que se está comunicando con alguien pero en realidad sólo está en contacto consigo mismo; igual le pasa al poeta, que cree que habla en presencia de otro y está solo, solo y su alma.

─ ¿Eso decía Paul Válery?
─ Sí.
─ Tendré cuidado con él.

Sí, tendré cuidado con él, y es que al menos yo, mientras escribo esto, no puedo quitarme de encima la radical certidumbre de que estoy en contacto con alguien, específicamente con usted, estimada lectora, estimado lector (suelo decir “querido lector”, pero ahora reduzco el término a “estimada(o)” para que ─si Valery tiene razón y usted no existe─ no me duela tanto; es decir ─fuera de bromas─, no estoy seguro de que usted exista, pero al mismo tiempo tengo una radical certidumbre de que sí está ahí).

Ahora veamos cómo este optimismo mío casi de inmediato se topa de frente con otra de las formas en que la letra mata.

En estos tiempos en que el Observatorio me publica de forma regular, se me han abierto también las puertas a esa casta que desde los anales de la historia forman quienes gozan de un público que los lea. A esta casta ─a la que algún día se le llamó de escribas─ ahora le llamamos de intelectuales. Durante siglos, sus miembros formaron un grupo pequeño, aunque muy poderoso (quizás la escritura misma surgió como un arma de poder), que fue extendiendo su influencia hasta que un día se apropió de la enseñanza entera (y con ello de las escuelas) y finalmente ─con la llegada de la modernidad y la democracia─ se impuso al mundo entero.

Su arma principal se llama alfabetización.

La alfabetización ─ese bien tan preciado que incluso se le ha considerado condición para la libertad─ sólo en muy pocos casos ha tenido la intención de que todos aprendamos a hacer comunidad por escrito. No nos engañemos, la verdad es que no busca que expandamos nuestro espíritu, como quería San Pablo, ni quiere darnos la oportunidad de entendernos a nosotros mismos y a los demás a través de la expresión escrita de nuestras ideas y emociones. No aprendemos a escribir para saber qué hemos estado pensando, ni para emprender un viaje de descubrimiento ni para poner en práctica todas esas hermosas y profundas máximas que se pueden encontrar si se googlea: “Frases sobre escribir”.

Si nos enseñaron la letra escrita fue para que aprendiéramos a leer: a leer lo que otros escriben, y a escribir lo que otros nos dictan. Enfocados en lo escolar, ¿no es cierto que tomar apuntes y repetir lo apuntado en un examen, sigue siendo en la mayoría de los casos el punto culminante de la experiencia de aprendizaje, el hecho por el que más vale la pena estudiar? Claro que algunos audaces se atreven de vez en cuando a escribir cartas personales y que hay quien, osado, llega a redactar alguna experiencia propia (redactar, es decir, reducir a unas cuantas palabras el turbulento flujo de impresiones, vivencias y conocimientos que compone su vida). Pero escribir para comunicarnos de verdad, para hacer comunidad, para expresarnos públicamente y compartir algo… ¡Aaahhh, no, eso les está reservado a unos cuantos! No dudo de que si se pudiera enseñar a leer sin que se aprendiera a escribir, así se haría. A nadie o a muy pocos les interesa lo que escriban los no intelectuales: es triste pero la palabra escrita de esa mayoría está destinada a morir sin trascender o, en el mejor de los casos, a bogar como un mensaje en una botella en busca de un muy poco probable destinatario (baja probabilidad a la que por fortuna aún valoramos y a la que llamamos esperanza).

Y así entramos a la tercera forma en que la letra mata, es decir, al hecho de que la única manera que hay de aprender a expresarse por escrito, es haciéndolo. Como con todas las herramientas, sólo el ejercicio constante redunda en un cierto dominio. Esto es verdad tanto para el lenguaje hablado como para el escrito: si nadie te escucha, pierdes motivación para hablar; si nadie te lee, lo mismo. Los privilegiados por los medios nos vamos haciendo de más y más recursos, mientras que los que no son leídos, se quedan rezagados.

¿Es esto hacer comunidad? ¿Comunidad es que unos tengan recursos y otros no? La pregunta me recuerda algo que leí hace poco en un artículo del periódico El País, donde se mencionaba que la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) nunca ha tenido una rectora mujer, y se hacía la pregunta: “¿Se puede hablar de autonomía sin que exista igualdad de oportunidades?” Así también, ¿puede existir una comunidad ahí dónde unos escriben y otros tienen que conformarse con leer, o a lo sumo con correr el rumor?

A pesar de todas las críticas que se pueden hacer contra las redes sociales, muchos vemos en ellas un sitio en el que la población general empieza a ejercer su derecho a la expresión escrita. A los intelectuales y académicos nos causa escozor que los demás cuenten con ese recurso y que escriban en ellas con la misma asiduidad, concentración y autoridad con que lo hacemos nosotros en nuestros medios. Aunque considero legítima la preocupación por el aislamiento y la obsesión que pueden provocar, puedo decir que el empeño que los intelectuales ponemos en criticar las redes sociales más bien hace parecer que no soportamos perder el dominio de lo escrito. ¿Por qué creemos que nosotros podemos estar horas escribiendo, leyendo y contestando textos importantes, pero el resto de los mortales no? Según nosotros, los que no saben escribir y no tienen hábitos claros de creación y pensamiento, deberían dejar esas particularidades que tanto los ocupan y voltear a vernos, escucharnos y leernos (¡sin embargo, en vez de hacerlo, hasta se atreven a inventar su propia ortografía y gramática!).

Devolver a otros los recursos que hemos acaparado, no es fácil. Sin embargo, hay que tener claro que en el mundo actual no hay manera de pensar en una verdadera democracia sin crear una comunidad por escrito. La comunicación no está en los medios de comunicación sino en los fines de la comunicación (que somos las personas); no está en los intelectuales que saben y conocen, sino en los sentimentales ─los inteligentes emocionales─ que somos mayoría.

Abajo ─en este mismo espacio─ hay una sección de comentarios. Siempre voy a ella con la esperanza de escuchar lo que tengas que decirme, querida lectora o lector sí existente.  Estoy seguro de que lo mismo les pasa a todos mis colegas del Observatorio. Quiero creer que los recursos están dados para empezar a hacer de este espacioun lugar de encuentro.

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx

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Disonancias y discordancias de la NEM

Por: Lev M. Velázquez Barriga*

 

La nueva escuela mexicana (NEM) no es una pieza musical uniforme, en la que todos tocan un solo tono, en los mismos tiempos y con un único instrumento. Los arraigados procesos operacionales y burocráticos del currículo prescriptivo desafinan con la orquesta de la autonomía profesional y curricular, que busca reconstruir la armonía de aprender, desde la libertad y la diversidad de expresiones culturales.

 

Cuando las obsoletas estructuras disciplinarias de la Secretaría de Educación Pública y de los estados no le encuentran la cuadratura al círculo, se afanan en cuadrar cualquier intento creativo de educar; lo hacen a través de infinidad de formatos de planeación, programación, diagnóstico y evaluación. Habituados al control organizacional de la escuela empresa para lograr la calidad, invierten la direccionalidad de la enseñanza que tenía como punto de partida los planes y programas de estudio prestablecidos; ahora prescriben los proyectos, sus tiempos, metas, objetivos y contenidos, estrechando al máximo los márgenes para la autonomía.

Anclados en la tecnificación de los procesos y los tiempos de los proyectos, se están banalizando y, a la vez, cerrando las posibilidades dinámicas del aprendizaje situado y problematizador, impulsando otras formas de estandarización, control y vigilancia de las trayectorias escolares. No se estandariza el currículo, pero sí las habilidades desarrolladas y las secuencias metodológicas.

Los casi 140 proyectos educativos por ciclo escolar, en promedio cuatro por semana, que se esperan y en muchos de los casos se exigen para educación secundaria, son la muestra de que la racionalidad instrumental del currículo no se abandona, sino que se adecua a la reingeniería productivista de la empresa, donde se promueven ambientes laborales en ciertos climas de libertad y creatividad, siempre que se alcancen las metas de producción y ventas.

Otras disonancias se escuchan desde los docentes de educación media básica, cuyas academias aglutinan disciplinas del conocimiento que no corresponden a las convergentes en los campos formativos de la NEM; tampoco hay un trabajo previo de reorganización de lo pedagógico para comunicar y comprender los nuevos sentidos de lo común. En este eco, se expresan quienes tienen cargas laborales, en jornadas pedagógicas fragmentadas por horarios interrumpidos, que no se han adecuado a una nueva temporalidad necesaria para el aprendizaje integrador, porque las clases siguen teniendo una lógica horaria disciplinaria del currículo.

La fragmentación de las cargas horarias de los docentes, que no tienen una plaza compacta o de tiempo completo, no es un asunto menor en el impulso a la autonomía profesional y los aprendizajes inter/ transdisciplinarios; éstos se dividen en el desplazamiento entre turnos y distintas escuelas; los separa la sobrecarga laboral y los salarios incompletos para solventar su vida con dignidad. El potencial creativo que demanda una pedagogía para la autonomía no corresponde con la precarización en la que se encuentran los maestros de secundaria.

Un mes después de iniciado el ciclo escolar, no han llegado los nuevos libros de texto hasta los alumnos de las modalidades de educación secundaria, o bien, ha sido de manera parcial la entrega en las entidades federativas e incompletos en otros casos. Lo que se resolvió para Chihuahua en la Suprema Corte no aplica para destrabar los impedimentos legales en Coahuila.

Pese a estas disonancias, cacofonías y adversidades en la territorialización de la NEM –burocratización y control vertical de las trayectorias escolares; nuevas formas de estandarización educativa; organización horaria basada en el trabajo disciplinar; profundización de la precariedad laboral frente a cargas laborales más intensas; falta de libros de texto–, los maestros hacen lo posible para construir la rítmica democratizadora de la nueva escuela.

Un caso ejemplar es la alianza de maestros democráticos de Chihuahua y Coahuila que, al margen del SNTE, exhibieron las graves precariedades pedagógicas y didácticas de los cuadernillos que pretendieron sustituir a los nuevos libros; la ausencia de propuestas curriculares de la derecha para una educación propia; las desviaciones al erario, entregando cantidades millonarias a las editoriales privadas, y el pernicioso uso electoral de recursos legales, como el amparo con que negaron a los estudiantes los materiales educativos.

La autonomía profesional, académica, sindical y partidista de este movimiento no es espontánea, sino resultado de años de lucha, donde maestros como José Luis Anzures y Claudio Escobedo, de Coahuila, y Rigoberto Martínez y Andrés Varela, de Chihuahua, comparten una raíz ideológica en la pedagogía crítica, con gran claridad sobre los retos del magisterio, ante las adversidades para avanzar en la democratización de la educación pública. Lo expuesto por Rigoberto en el cabildo de Ciudad Juárez, exhortando a la entrega de los textos, tiene sentido también para quienes pretenden ver a la NEM como servidor del pasado en copa nueva.

“Los estudiantes hoy no tienen comprensión lectora, no saben discutir, no saben pensar, no saben ser; pero, eso no es producto de la propuesta curricular actual, es producto de la propuesta curricular que ha prevalecido en México durante siglos y décadas. De lo que estamos hablando es de un cambio de paradigma pedagógico, donde la pedagogía está centrada en el diálogo, la discusión, la reflexión colectiva; donde la pedagogía deja de ser imposición, autoritarismo […] se trata de una pedagogía basada en lo dialógico.”

*Doctor en pedagogía crítica

Fuente de la información e imagen: https://www.jornada.com.mx

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México: Diputada Daniela de los Santos comparte experiencia Legislativa con estudiantes de UNID Ocolusen

Diputada Daniela de los Santos comparte experiencia Legislativa con estudiantes de UNID Ocolusen

Morelia, Michoacán, (MiMorelia.com).- La mañana de este sábado, la Diputada Daniela De Los Santos Torres se reunió con estudiantes de Derecho y Administración de la Universidad Interamericana para el Desarrollo «UNID», Campus Ocolusen. Durante el encuentro, la legisladora compartió sus experiencias como política, ademas su trabajo como Legisladora Estatal y Federal, así como su experiencia como funcionaria municipal.

La Diputada destacó la importancia de escuchar a los futuros profesionistas y conectar con las voces jóvenes, así como sus inquietudes y proyectos. En sus palabras les reiteró que «Siempre cuentan conmigo para cualquier apoyo que necesiten en su camino».

En un ambiente de diálogo abierto, la legisladora respondió a las preguntas planteadas por los alumnos en relación a temas legislativos. Les compartió los alcánces y logros del programa «El Congreso Te Escucha», donde tanto estudiantes como profesores se comprometieron a presentar al menos dos iniciativas ante el Congreso del Estado.

Uno de los puntos centrales del encuentro fue proporcionar a los estudiantes una visión detallada del trabajo legislativo de Daniela De Los Santos. Se destacó la importancia del diálogo, para construir mayorías en el Congreso e impulsar iniciativas importantes, como el Centro de Justicia para Niñas, Niños y Adolescentes, que actualmente se encuentra en proceso de aprobación. La Diputada subrayó que su aprobación requería habilidades extraordinarias para convencer e incluir a diversos actores de los tres niveles de gobierno y del propio Legislativo.

Finalmente, la Diputada De Los Santos expresó su agradecimiento a los presentes, especialmente a la Rectora Paulina Adalid Fernández por la invitación a este enriquecedor encuentro, que considero fundamental en la formación de futuras generaciones y la promoción del diálogo abierto como base de la democracia.

Fuente de la Información: https://mimorelia.com/noticias/educacion/diputada-daniela-de-los-santos-comparte-experiencia-legislativa-con-estudiantes-de-unid-ocolusen

 

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Rafael Ramírez y la Escuela Rural Mexicana

Por: Betzy Bravo

Rafael Ramírez Castañeda fue un maestro veracruzano que trabajó incansablemente para hacer realidad la educación rural. No solo demandó la construcción de escuelas, sino también se dedicó a organizarlas y dirigirlas. Entre todos los educadores de la época, se destacó por su extensa producción escrita, especialmente dirigida a maestros y maestras.

Su principal preocupación era proporcionar una educación técnica a la población campesina para, de alguna manera, contribuir a que ésta mejorase su situación económica. Los desafíos que afectaban las escuelas rurales en aquella época eran similares a muchos que hoy continúan afectándonos: la pobreza, las malas condiciones de higiene y la desintegración social. También era preocupante el alto índice de analfabetismo en el sector campesino, así como la desintegración social. Por último, destacaba la falta de preparación técnica en el ámbito rural.

Esos eran los desafíos y problemas que Rafael Ramírez se planteó contrarrestar. De acuerdo con su pensamiento, era fundamental satisfacer las necesidades básicas de la gente y liberar sus mentes de las preocupaciones abrumadoras sobre cómo satisfacerlas, pues con ello, las familias podrían ser fácilmente encaminadas hacia su mejoramiento educativo y, en última instancia, cultural.

Fue en 1923 cuando Rafael Ramírez participó en una de las primeras misiones culturales llevadas a cabo en Zacualtipán, Hidalgo. El proyecto estaba enmarcado en la iniciativa de elevar el nivel educativo del país. El objetivo principal de estas misiones era brindar educación en las comunidades rurales e indígenas de difícil acceso en todo el país, incluyendo las zonas montañosas y costeras. Esta experiencia permitió a Rafael Ramírez profundizar el análisis sobre los desafíos significativos que enfrentaban las comunidades rurales. En respuesta, decidió dedicar todos sus esfuerzos para resolverlos a través de la educación escolarizada.

Durante la expedición, Rafael Ramírez trabajó en colaboración con Narciso Bassols y Moisés Sáenz. Desde entonces establecieron los principios y normas que guiarían la educación rural. Con el tiempo, se desarrolló un completo sistema educativo conocido como  Escuela Rural Mexicana. El proyecto no sólo se centraba en brindar a niños y niñas una educación básica, sino que también se concebía como una “Casa del Pueblo”. En este sentido, personas adultas de todas las edades y géneros acudían a la escuela para aprender habilidades y mejorar sus aptitudes.

Gracias a la visión y dedicación de Rafael Ramírez, la Escuela Rural Mexicana se convirtió en un símbolo de progreso y desarrollo en las comunidades rurales, brindando oportunidades educativas y fomentando el crecimiento integral de las personas, sin importar su edad o género. Uno de los objetivos primordiales de la Escuela Rural era la educación para las personas adultas.

Para Rafael Ramírez, dicho sector era el más importante al que debe dirigirse cualquier empresa educativa, pues un proyecto educativo que no atiende a los elementos maduros de la sociedad se incapacita a sí misma para moldear a la niñez, ya que ésta es moldeada por la comunidad en su conjunto. Para Castañeda era necesario abordar la educación desde una perspectiva integral, que considerara a toda la comunidad y no solo a una parte mínima, ya sea niños, niñas o jóvenes.

Así, la educación, que ha sido concebida principalmente para las generaciones jóvenes, en el caso de la población rural, que se encuentra notablemente rezagada, debe proyectarse también hacia el sector adulto y extenderse a toda la comunidad. De lo contrario, la educación dirigida únicamente al sector no maduro de la sociedad sería una tarea insignificante y sin impacto duradero.

La labor incansable de Rafael Ramírez Castañeda y su enfoque en la educación rural dejaron una huella significativa en la promoción del conocimiento y el desarrollo en las zonas rurales de México. Hoy, el proyecto no está concluido, y hay movimientos sociales que hacen honor al ejemplo del pedagogo veracruzano, como la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez”.


Betzy Bravo es licenciada en filosofía por la UNAM e investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales.

Fuentes

Rafael Ramírez en La Casa Del Pueblo y el Maestro Rural Mexicano: Antología, Universidad de Texas, Secretaría de Educación Pública, 1985.

Villanueva, Salinas, R. “La educación rural, coincidencia de dos pedagogos latinoamericanos: Jesualdo Sosa y Rafael Ramírez Castañeda”.

 

Fuente de la información e imagen:  https://cemees.org

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