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La escuela secundaria en transformación

Por Alberto Croce.

Cada vez es más evidente que la secundaria comenzó, por fin, una etapa de transformaciones y cambios que ojalá sean realmente profundos y respondan a lo que el conjunto de la sociedad le demanda.

Cuando hace tres años comenzábamos a escuchar a los distintos actores y sectores que conforman e interactúan en el ecosistema de la escuela secundaria, sobre qué pensaban al respecto, comprobábamos una alta sensibilidad alrededor del tema. No era sorpresa. Hace muchos años que infinidad de voces se elevaban diciendo que era necesaria una transformación de la secundaria. Sin embargo, en aquellos momentos, parecía que esas voces resonaban en el vacío y que, finalmente, quedaban ahogadas en el silencio de una frustración que, una vez y otra vez, se renovaba para acallar las mismas.

Pero la historia tiene sus tiempos y también los pueblos y varios factores se conjugaron para que hoy nos encontremos en otra situación bien diferente. Entre pujas, discusiones y diferencias, a fines de 2017, todos los ministros de educación del país acordaron que 2018 sería el  año en que cada jurisdicción provincial presentaría un plan informando al resto cómo sería su propio proceso de transformación, siguiendo algunas pautas generales comunes.

En realidad, ya varias provincias habían comenzado a implementar cambios y programas de transformación. Otras lo han comenzado a hacer este año. Nos alegramos de ello. Y queremos reflexionar sobre este proceso tan importante para este nivel educativo que estamos comenzando a transitar.

¿Cuál es el horizonte?

Los motivos por los cuales la sociedad demanda una secundaria diferente son variados -no siempre compatibles entre sí- y exigentes. Con el potente clamor que supone casi una mitad de adolescentes que no la terminan, una generalizada sensación de que para muchos lo que allí sucede es poco útil para la vida, y una decidida afirmación de que la educación secundaria es un derecho que debe garantizarse para todos y todas, la presión sobre el sistema es inmensa.

Queremos afirmar algo básico que, por ello mismo, algunos pueden sentirse con razones para cuestionar: Necesitamos una secundaria en donde los estudiantes y los profesores estén contentos y se sientan bien enseñando y aprendiendo. Mientras hacemos los grandes cambios pedagógicos, didácticos, metodológicos, curriculares… necesitamos que la escuela sea un lugar en donde los que lo habitan estén felices. En una sociedad con tantas tendencias hedonistas y facilistas, algunos pueden pensar que esto es equivalente a que allí no haya exigencias y que todos puedan hacer lo que quisieran evadiendo al esfuerzo. Nada más alejado de lo que pensamos.

La escuela es un lugar para enseñar y aprender. Enseñan y aprenden estudiantes y docentes (porque aprender es también una de las mejores maneras de enseñar que tienen los docentes). Y tiene que ser un lugar en donde lo que se enseña y lo que se aprende sea importante, consistente, significativo. Por supuesto, no sólo nos referimos a los conocimientos sino también a las distintas habilidades y valores que hoy necesitamos para vivir en este segmento de la historia que nos recibe y que construimos.

Buena parte de la sociedad está convencida de que si se quiere aprender algo, hay que hacerlo con dolor y disgusto. Y piensa que, si no es así, en realidad no hay aprendizaje. Desde el “la letra con sangre entra” en adelante… muchos creen que si no hay caras enojadas, gestos adustos, sensaciones de fracasos y meritocracia “al palo”… no hay educación de calidad.

Para este colectivo “exigentista”, cualquier medida que lleve a que a los estudiantes se le simplifiquen sus trayectorias escolares y se los acompañe en ellas, es vista como un facilismo que atenta contra el aprendizaje. Es un sector poderoso, porque, cada vez que una autoridad educativa anuncia alguna medida que facilite los procesos educativos, recurre a la prensa para denostar los cambios propuestos. Y, al contrario, cuando se anuncia que para aprobar una asignatura se pasa de “4 a 7”, felicita a las mismas autoridades por ir por el camino correcto.  De esta manera, quienes están pensando los cambios se sienten siempre “amenazados” por los medios de comunicación que son implacables cuando estas situaciones se producen. Y cuando sucede, son los mismos gobernadores quienes llaman a los ministros de educación para preguntarles qué está pasando con la educación en su provincia que le genera ruidos en la sociedad.. Son muy difíciles así los cambios y hay que reconocer que los funcionarios que se los proponen aún en estos contextos, son muy valientes.

En esta línea, en no pocas escuelas secundarias se considera bueno a un profesor que reprueba a buena parte de sus estudiantes y se duda de aquel que hace posible que todos certifiquen sus aprendizajes. Nuevamente aquí se puede confirmar que la meritocracia ha calado muy a fondo en nuestros patrones culturales.

Sin embargo, la escuela secundaria que necesitamos necesita desarrollarse en un clima de solidaridad, alegría, compañerismo, dinamismo, creatividad… que haga que quienes allí comparten buena parte de sus vidas, lo pasen bien. Hoy es imposible imaginarse una escuela que sea realmente exitosa sin abrazar cálidamente a sus estudiantes y docentes. Por eso -y sobre todo por eso- la secundaria necesita realmente transformarse profundamente y acompañamos ese proceso con expectativa y compromiso.

Los caminos de la transformación

Desde “Transformar la Secundaria”, luego de tantas horas de reuniones, jornadas y consultas, llegamos a identificar las “8 banderas para la transformación” que muchos de los que leen estas líneas ya conocen. Suponen un conjunto de líneas de trabajo que van en línea con los cambios que buscamos. Las banderas marcan un camino e intentan dar contenido y direccionalidad a los cambios que deseamos.

Al analizar los procesos reales que se están llevando a cabo en las diferentes jurisdicciones provinciales, es posible identificar tres grandes “núcleos” en donde se están concentrando los procesos de transformación. Con sus especificidades, podemos decir que los cambios están dándose respecto del régimen académico, de los contenidos y maneras de enseñar y de las condiciones institucionales que posibilitan o favorecen estos cambios.

Nos proponemos en los párrafos que siguen prestar atención a estos procesos e identificar algunas tendencias acerca de los mismos.

Modificaciones en el régimen académico de la secundaria

Hay acuerdo generalizado en la necesidad de realizar cambios en el régimen académico. Desde hace años, distintos grupos de investigadores han venido trabajando el tema y muchas escuelas han realizado experiencias muy interesantes alrededor de estas modificaciones. En muchos casos, de manera experimental. El común denominador es tratar de que las normativas no terminen siendo un obstáculo para que las trayectorias de aprendizaje fluyan con mayor razonabilidad. A favor de esta mirada está el convencimiento de que repetir el año de cursada no tiene ninguna utilidad en los procesos de aprendizaje de los estudiantes. Por tanto, una de las metas es evitar por todos los medios que los estudiantes repitan, ya que esta es una de las principales causas del abandono.

Claro que evitar la repetición no tiene nada que ver con falsas certificaciones de aprendizajes que no se hicieron. Promover sin aprender es una estafa. Pero no es necesario detener o repetir todos los procesos de aprendizaje por falta de promoción educativa de ciertos segmentos de contenidos específicos. La concepción de aulas heterogéneas y trayectorias escolares desarrollada por algunos autores, permite imaginar otros formatos de tránsito por el nivel secundario, bastante diferentes a los que conocimos en el pasado. Además, ya hay experiencias suficientes que muestran lo valioso de estos caminos nuevos para posibilitar los aprendizajes y lograr disminuir significativamente el abandono escolar.

Tenemos que alejarnos de la idea de que grupos numerosos llegan al mismo tiempo y por los mismos caminos a las mismas metas. Este tipo de uniformidad nos impide pensar otras soluciones para los problemas con que nos enfrentamos. Tenemos que ser inteligentes y creativos para encontrar nuevas respuestas. Y muchas escuelas ya lo están haciendo y lo están logrando. Hay que aprender de estas experiencias y animarse a empezar a caminar sin pretender, de inicio, tener ni todo claro ni todo seguro.

A propósito, hemos observado que en las provincias en que se están empezando a implementar reformas al régimen académico, al aplicarlas, aparecen problemas que no se habían detectado previamente .Esto no implica necesariamente que haya habido improvisación. Sencillamente tenemos que admitir que no todo puede visualizarse claramente antes de comenzar con los cambios. El sistema educativo es muy complejo y contiene situaciones de mucha diversidad y especificidad.  Si no asumimos posturas caprichosas y negadoras de la realidad, estas situaciones y dificultades no son un problema: son oportunidades de mejora en el proceso de cambio. Pero, además, esto debe hacernos buscar conocer y compartir experiencias con otras jurisdicciones y entre diferentes escuelas, para aprender del camino que otros van realizando.

Modificaciones en los contenidos y maneras de enseñar

La escuela secundaria requiere cambiar sustantivamente sus formatos de enseñanza. Afortunadamente son cambios que vienen dándose ya en muchas aulas, sin embargo deben expandirse aún mucho más.

En el imaginario social, el aula es un lugar en donde un docente habla a un grupo de estudiantes que mientras escuchan, escriben en sus carpetas lo que enseña el profesor. Luego estudian en sus casas y certifican estos aprendizajes mediante una prueba oral o escrita. Si aprueban “pasan”, si no, repiten.

Esa caricatura ya no representa lo que sucede en las escuelas. Hoy el aula real es mucho más activa y las actividades variadas. En muchas asignaturas se trabaja en equipo, los estudiantes investigan y exponen, discuten, buscan más información. Si bien el acceso a las tecnologías es muy dispar como podamos imaginar, los estudiantes googlean y acceden a mejor información.

Sin embargo, la secundaria que queremos debe ir mucho más allá. Los procesos de aprendizaje son hoy más activos y la enseñanza tiene que posibilitar una calidad y cantidad de contenidos que superan en mucho los que se trabajaban apenas años atrás. En este sentido, se vuelve cada vez más importante el lugar que deben ocupar los profesores, como especialistas de sus asignaturas pero también como dinamizadores, motivadores e impulsores de los procesos de aprendizaje de los estudiantes.

No es suficiente con conocer la propia especialidad disciplinar. El docente de este tiempo debe conocer sobre las dinámicas grupales, los procesos personales de construcción del conocimiento y contar con recursos necesarios para planificar y llevar adelante un proceso de trabajo colectivo.

Cada vez más, se requiere de un profesional más capacitado y mejor dotado para poder enseñar y acompañar la construcción del conocimiento de un grupo de estudiantes. El docente debe ser, por sobre todo, un profesional de la enseñanza. En eso es irremplazable en la educación.

La profesión docente de la escuela que queremos requiere de buenos profesionales, comprometidos con su tarea y reconocidos socialmente como tales, tanto desde sus remuneraciones salariales como desde su valoración y prestigio social. No alcanzará entonces con buenos expertos en sus respectivas ciencias pero sin la indispensable capacitación para ser buenos educadores.

En algunas provincias se ha trabajado en la identificación de diferentes maneras de enseñar, identificando distintas prácticas pedagógicas que pueden ser puestas en juego a la hora de desarrollar procesos de enseñanza aprendizaje. Es un esfuerzo valioso y que va en una buena dirección.

Desde nuestras “banderas” hemos señalados algunos elementos que van también en esta dirección. Por una parte, la implementación de la metodología de la Enseñanza Aprendizaje Basados en Proyectos (EABP), que es una de las que hoy suscita mayor atención. Pero también llamamos a incorporar las expresiones artísticas en todos los procesos de enseñanza aprendizaje, llamando a revalorizar el aprendizaje emocional con sus características específicas. De la misma manera, buscamos impulsar el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), yendo mucho más allá de la enseñanza en el uso de software o de la “pantallerización” de las escuelas. Debemos indagar en las nuevas maneras de pensar y de aprender a las que estas TIC nos están desafiando día a día.

Por el momento, los cambios que observamos, apenas se animan a entrarle a la cuestión curricular. Se están haciendo algunos esfuerzos por lograr una mayor coordinación interdisciplinar. Se busca que dos o tres docentes trabajen en forma coordinada o incluso simultánea. Sobre todo, en lo que se denomina la secundaria baja o el ciclo no orientado (los tres primeros años) se trabaja promoviendo el trabajo en equipo de los docentes. Se constata que no hubo o hubo poca formación para poderlo hacer.

Además, persiste una crítica fuerte a la gran cantidad de disciplinas que hay en los diseños curriculares pero no es algo sencillo de resolver. Entre otras cosas, nos enfrentamos con  la problemática docente que un cambio de este tipo provocaría. No es un tema que sólo esté presente en la realidad de nuestro país. A nivel mundial, la situación no es muy diferente al respecto. Todos piensan que la asignatura que les toca enseñar es fundamental para los estudiantes y no puede ni debe resignarse nada en pos de una integración de conocimientos. Obviamente son cuestiones que deben revisarse. Se debe trabajar mucho más para avanzar en estos cambios para que sean posibles y positivos para los estudiantes  y docentes.

Condiciones institucionales de trabajo

El tercer núcleo sobre el que están trabajando las jurisdicciones respecto de la escuela secundaria es modificar (mejorar) las condiciones institucionales de trabajo. Hay conciencia generalizada de que, para llevar adelante los cambios propuestos, se requiere mejorar sustancialmente las condiciones de trabajo tanto de las instituciones como de los docentes que actúan en las mismas.

Si bien se están pensando e implementando diferentes soluciones, hay dos grandes propuestas que concentran estos esfuerzos: Por una parte, las llamadas “horas institucionales” (que son horas de trabajo adicionales que se reconocen a los docentes para planificar y coordinar su trabajo con otros colegas) y por otra, la concentración horaria o el “docente por cargo”, que busca que una buena parte de profesores de secundario estén todo un turno completo en una institución educativa, buscando un mayor compromiso con la misma y un mejor acompañamiento a las trayectorias de sus estudiantes. En ambos casos, para poderlo lograr, se requiere de una mayor inversión educativa y una reorganización de los recursos. Por ello estamos convencidos de que no es viable proponer una transformación de la secundaria que no comprenda que es necesario contar con un sólido presupuesto educativo que acompañe estas políticas.

Pero, aunque la mirada de la cuestión docente es central y prioritaria a la hora de hablar de la mejora de las condiciones institucionales, tampoco se agota aquí la cuestión. Hay otras condiciones a las que también hay que atender para lograr la mejora institucional requerida. Por una parte, está la cuestión edilicia -básica- que no siempre acompaña las intenciones de una educación de calidad. A lo edilicio se lo debe acompañar con un adecuado equipamiento, que debe incluir el equipamiento tecnológico necesario. Y, por supuesto, garantizar las condiciones elementales para que los estudiantes puedan concurrir a la escuela en condiciones dignas.Ya el querido y recordado Juan Carlos Tedesco se explayaba sobre estos temas cuando introducía los debates sobre las “condiciones de educabilidad”.

 El gran desafío

Sabemos que si se trabaja y se avanza en esta dirección de manera decidida y sostenida, en algunos años podremos tener una secundaria bastante diferente a la que hoy conocemos.

Sin embargo, también necesitamos advertir sobre dos grandes riesgos que tenemos que superar. Por una parte, el de la neutralización de las normativas y, por otra, la de la fragmentación de la secundaria a nivel nacional..

El primer riesgo hace referencias al de cierta tendencia de las endo-burocracias de hacer modificaciones normativas que en realidad, terminan no cambiando nada en la práctica. La resistencia a los cambios puede permitir dar un barniz burocrático de transformación que no llega ni transforma lo que pasa en las aulas y que termina posibilitando que cada docente mantenga sus mismos formatos sin proponerse ningún cambio real de sus prácticas. Sería una gran frustración y perderíamos una gran oportunidad. Si los cambios sólo aparecen en las normativas que van de arriba hacia abajo y no hay participación de los docentes y compromiso con los mismos, si se proponen en simultáneo con una campaña de desprestigio de su tarea y de un desconocimiento de sus esfuerzos cotidianos… no habrá cambios reales y estaremos ante una cáscara hueca que no va a convencer a nadie.

El segundo riesgo es que los procesos provinciales comiencen a tomar distancia unos de otros y, bajo una deseable perspectiva federal, se produzca una gran fragmentación del nivel que luego dificulte los procesos de movilidad para los estudiantes al interior del sistema. Lo peligroso es que este riesgo es tan grande que puede servir a su vez de pretexto para no animarse a cambiar nada, habida cuenta de la traumática experiencia vivida en los años que sufrimos la Ley Federal de Educación.

Pero la advertencia de los riesgos debe servirnos para avanzar con inteligencia, nunca para detenernos y -menos- para retroceder. Si logramos entre todos encontrar respuestas válidas a estos desafíos, vamos a poder encontrar escuelas -¡y sobre todo escuelas públicas!- muy diferentes a las que hoy conocemos.

Imaginamos escuelas bulliciosas como colmenas. Activas. Vitales. En donde los adolescentes van y vienen hacia las aulas de talleres en donde los esperan grupos de docentes que los conocen uno por uno. Que los reciben, que los abrazan, que los llaman por su nombre. Que los acompañan y les enseñan a buscar en sus celulares contenidos que están disponibles. Que conectan algunos de esos celulares a pantallas más grandes para debatir, discutir y encontrar con otros, soluciones a problemas que les interesan. Que se agrupan y reagrupan según sus trayectorias e intereses. Que cuentan con estudiantes mayores que también les ayudan a aprender. Que junto con sus docentes van a las distintas organizaciones de su barrio para conocer los problemas y pensar soluciones. Que aprenden a exigir a sus autoridades participando de los “parlamentos juveniles” y “modelos participativos”. Que saben que cuentan con tutores para despejar dudas y para orientarlos en momentos críticos de su adolescencia. Que pueden participar de su Centro de Estudiantes para proponer ideas que mejoran a toda la escuela. Que van mucho más allá de lo que imaginaron sus profesores cuando pensaban en los contenidos curriculares. Que sienten que son tenidas en cuenta sus características y potencialidades personales. Que saben evaluarse para conocer cómo están en el camino del secundario y que tienen las oportunidades necesarias para recuperar aquello que no pudieron alcanzar en su momento. Que encuentran formas diferentes de expresar lo que aprenden y lo que sienten y que van bastante más allá de un “multiple choice”. Que aprenden a amar a su país y a comprometerse con su suerte. Que no quieren ni dejan que nadie se quede afuera, sin importar sus orígenes, sus capacidades, sus opciones de fe, sus preferencias sexuales, sus compromisos políticos. Que defienden su derecho a una educación de calidad, como señal de que están preparados para asumir auténticamente su ciudadanía plena.

Por esa escuela secundaria vamos. Y no vamos a parar hasta que lo logremos

Fuente:

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Argentina: «En cada beca hay una persona con un futuro”

América del Sur/ Argentina/ 09.04.2018/ Fuente: diariolaopinion.com.ar.

El Fondo Becario Municipal es regulado por la ordenanza Nº 4551 que estipula que el presupuesto municipal debe asignar anualmente una partida específica para ser distribuida en becas de fortalecimiento a la educación. Constituye una acción sostenida y fundamental de las políticas educativas del Municipio, que entiende a la educación como el único camino posible para el desarrollo.
Hay 6 líneas de becas: inicial, primarias y secundarias, universitarias, terciarias y de escuelas agrotécnicas, que tienen como objetivo apostar al estudio de carreras estratégicas para el desarrollo de la ciudad, y también de aquellas que el Ministerio de Educación de la Nación ha considerado prioritarias. Además, existe la línea becas para situaciones extraordinarias, que contempla todas las solicitudes que no se enmarquen en el resto de las líneas y requieran una consideración especial.
El crecimiento en la demanda de becas para este 2018 reflejó un aumento del 40%. Por este motivo, se tomó la decisión de aumentar el monto mensual estipulado y la cantidad de beneficiarios y beneficiarias, teniendo en cuenta el contexto y el aumento de las necesidades. El objetivo es ayudar a la mayor cantidad de estudiantes para que continúen con sus estudios.
Las becas para escuelas primarias llegan este año a 643 estudiantes y cada una tiene un valor de 550 pesos, mientras que los aportes para las secundarias tendrán como destino 555 estudiantes, también con un valor de 550 pesos cada una. En total son 704.380 pesos que se distribuyen entre estudiantes de escuelas primarias y secundarias de la ciudad. El resto se divide entre jardines, escuelas especiales y el Centro de Formación Profesional Nº 5.
Si se toma en cuenta el aporte total que se realizará a través de esta línea de becas en el transcurso del año, la cifra se ubica por encima de 1.400.000 pesos. Un importe que representará un incremento superior al 20% en relación a lo otorgado el año anterior.
Respecto al resto de las líneas, la Comisión determinó la entrega de 189 becas para educación terciaria y universitaria, así como de situaciones extraordinarias. De estos 189 estudiantes, 69 corresponden a renovaciones, 103 son nuevos becarios y 17 pertenecen a escuelas agrotécnicas.
Mensualmente, se distribuirán cerca de 180.000 pesos mensuales, con una inversión anual superior a 1.600.000 pesos. Sumando los aportes mensuales de becas para nivel inicial, primario y secundario, la inversión total de la Municipalidad se ubicará en torno a los 3.000.000 de pesos.
Como expresa Mariana Andereggen, secretaria de Educación, “detrás de cada uno de estos números hay una historia de esfuerzos, hay una persona a la que se acompaña a construir su futuro y a cumplir sus sueños: hay adolescentes que pueden sentirse incluidos y desarrollar una vocación, como en el caso de quienes asisten a escuelas agrotécnicas; hay jóvenes que pueden transitar su educación terciaria y universitaria; y hay adultos que deciden dar un volantazo y tomar el timón de su actividad laboral, potenciando su capacitación para acceder a más y mejores puestos de trabajo. Tal es el caso de las enfermeras que desarrollan los acompañamientos terapéuticos, o de las mamás que una vez criados sus hijos deciden tomar una carrera docente, una tecnicatura o licenciatura”.
“Nuestras becas son más abarcativas, más que otros programas nacionales, como el caso de progresar que se entrega hasta los 24 años. Y eso nos enorgullece, porque detrás de cada ayuda económica hay personas apostando por el futuro y por los sueños. Y a través de ellos, nosotros estamos apostando a la ciudad”, concluyó la funcionaria.

Fuente de la noticia: https://diariolaopinion.com.ar/noticia/215197/en-cada-beca-hay-una-persona-con-un-futuro

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Reseña «Por una educación garante de derechos: demandas de estudiantes secundaristas para América latina y el Caribe»

El documento en cuestión se llama «Por una educación garante de derechos: demandas de estudiantes secundaristas para América latina y el Caribe»

Estudiantes secundarios de nueve países de la región ponen su voz de alerta sobre el avance de la privatización de y en la educación. El dato surge de un relevamiento realizado por la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (Clade) y Unicef. También figuran entre los temas de preocupación la creciente ponderación de las pruebas estandarizadas; el retroceso en el tratamiento de cuestiones de género y el recorte a la participación estudiantil en la vida de las instituciones.

El documento en cuestión se llama «Por una educación garante de derechos: demandas de estudiantes secundaristas para América latina y el Caribe» y ofrece un panorama regional de las expectativas de colectivos, movimientos y organizaciones estudiantiles de la educación secundaria. Reúne demandas de movimientos estudiantiles de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Honduras, México, Paraguay y Uruguay.

En los temas relevados aparecen en primer término las diferentes formas de retirar el carácter público de la educación, que se caracterizan por el subsidio y la transferencia de recursos públicos al sector privado, o por la adopción de una lógica de mercado en el sistema público. Se advierte cómo el sector público de educación viene convirtiéndose en fuente de lucro privado, en la medida en que los gobiernos empiezan a comprarle a grupos empresariales privados los materiales didácticos, la elaboración de currículos y de pruebas estandarizadas y las iniciativas de formación docente, entre otros recursos.

El documento de Clade remarca que las lógicas del mercado y empresarial en la educación pública se manifiestan también por la evaluación por resultados de los y las docentes. «Cada vez es más corriente que se fijen los sueldos y gratificaciones del personal docente en base a los resultados obtenidos por estudiantes en pruebas estandarizadas, aunque estos resultados estén determinados por factores sociales y políticos que impactan en la enseñanza. Se nota también, en América latina y el Caribe, un incremento de la gobernanza corporativa en el campo educativo, es decir, de la participación de empresas y agentes privados con fines de lucro en la toma de decisiones sobre la política educativa».

También se llama la atención sobre el vínculo de las pruebas estandarizadas con la privatización de la educación: «Hay una tendencia global a la estandarización de los contenidos impartidos en la escuela». Un tema sobre el cual los colectivos y movimientos estudiantiles de diferentes países del continente se oponen. Se entiende que esta tendencia promueve una visión limitada de la educación que, en la práctica, se traduce en la eliminación o reducción de contenidos que podrían contribuir a una formación ciudadana de los y las estudiantes.

Menos democracia

Otro aspecto señalado es la militarización y la falta de gestión democrática en las escuelas. Además de poner en tela de juicio el carácter público de la educación, las diferentes formas de privatización introducidas en los sistemas y políticas educativos cuestionan los preceptos democráticos y participativos que deberían guiarlos. Esto porque en la medida en que el Estado transfiere al sector privado elementos esenciales de la práctica educativa (como el desarrollo de contenidos, materiales educativos, evaluaciones, formación docente y gestión de las escuelas y de las políticas educativas), estas iniciativas suelen estar acompañadas de mayor opacidad y aisladas del debate público y la participación social.

Además se mencionan las resistencias al abordar las cuestiones de género y las discriminaciones. El documento resalta que en varios países de la región, se notan ensayos para retirar de las políticas educativas la perspectiva de género y reducir o eliminar acciones específicas para afrontar las desigualdades basadas en el género y en las identidades sexuales. Y otro punto clave del estudio observa sobre la creciente criminalización de las protestas y los movimientos estudiantiles.

Fuente de la reseña: http://www.lacapital.com.ar/educacion/la-educacion-tratada-como-comercio-n1372098.html

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Entrevista a Galli y Brenner: “El Ministerio de Educación eliminó palabras como derecho e inclusión”

Gustavo Galli y Gabriel Brener, dos educadores contra el paradigma de la mercantilización. Juntos compilaron un libro que busca desnaturalizar los lugares comunes del discurso neoliberal imperante. Que una educación de calidad es para pocos, que la meritocracia nada tiene que ver con la desigualdad, que las responsabilidades son de los sujetos y no de las políticas. El trabajo da cuenta de que “no se está construyendo sobre lo construido como es el discurso que este gobierno manifiesta, sino que se están vaciando las políticas”.

Hoy estamos frente a un paradigma de mercantilización de la educación. Lo que se busca es hacer negocios con la educación. Esto viene a llevarse por delante un trabajo muy fuerte que se hizo, de pensar que la inclusión y la calidad son políticas que van juntas y deben ser políticas de estado y ninguna política educativa puede estar librada al mercado”. Así presenta Gustavo Galli el libro que compiló junto a Gabriel Brener: Inclusión y calidad como políticas educativas de Estado o el mérito como opción única de mercado, trabajo conjunto entre Editorial La Crujía, Stella y la Fundación La Salle Argentina. Mucho antes de que el país se convulsionara con la marcha docente más importante de los últimos tiempos y los debates sobre educación pública vs. educación privada o la calidad del sistema educativo poblaran las calles y los medios de comunicación, estos expertos en la materia reunieron a investigadores, académicos, políticos, mujeres y varones, en un libro que busca “poner en valor lo construido” y “manifestar lo que faltaba”. “Dar cuenta de que no se está construyendo sobre lo construido como es el discurso que este gobierno manifiesta. Sino que se están vaciando las políticas. Se está vaciando un ministerio, que sí es responsable de la educación de todo el país”, dicen los compiladores.

–¿Pueden definir inclusión y calidad, dos conceptos que, en el sentido común instalado en la sociedad, parecen contrapuestos? En el libro, ustedes plantean que aceptar ese divorcio es resignarnos a lo que puede hacer el mercado.

Galli: –Yo creo que hay evidencias de algunos síntomas de esta resignación. Simplemente habiendo pasado un año y medio de un gobierno que ha cambiado de signo. Pero me parece que sería descolgado o inoportuno, o por lo menos irresponsable, pensar que esta resignación es momentánea y no que es la consecuencia de más de un siglo y medio de resignación. Por lo tanto nosotros pensamos que, más que aceptar legitimar la separación entre inclusión y calidad, es la “natural”, entre comillas, pero la previsible construcción que ha hecho un sistema para mostrarse naturalmente como justo, cuando es rigurosamente injusto. Por lo tanto, que la gente en general acepte que lo que es de calidad es para pocos es una evidencia de que la mercantilización no es solamente de las situaciones concretas y materiales de la sociedad, sino también un proceso profundamente subjetivo. Por lo tanto, lo que es de calidad es para pocos, y lo que es para muchos, tiene que ser, digamos, edulcorado o de baja calidad. Es interesante esto para comprender por qué la derecha a veces plantea que la educación es una educación gratuita, igualando gratuito con público, cosa que en nuestra propia historia, en la Argentina, donde el sistema público es tan importante de reivindicar por muchos motivos, lo público no es un sinónimo de lo gratuito. Porque lo gratuito es el modo que la derecha, que los dueños tienen para, de alguna manera, apaciguar y beneficiar a la pobreza disciplinada. Lo público tiene que ver con la construcción de lo común y con la justicia.

– Está la idea de que como es gratuito, puede ser malo.

Brener: –Me parece que separar inclusión de calidad no es solamente naturalizar al mercado como único árbitro, sino también es naturalizar los privilegios y reivindicar una meritocracia, ocultando u omitiendo de diferentes puntos de partida. Entonces la meritocracia, desconociendo puntos de partida desiguales, no es otra cosa que la justificación de la diferencia por la ideología y no por las condiciones sociales.

–Ahora, pensando desde el sentido común, que no piensa desde el Estado o desde la política pública, alguien que tiene un hijo adolescente, dice: “cómo le transmito la idea de que se tiene que esforzar para que le vaya bien en la escuela, en la vida, etc.”. ¿Cómo sostenemos esto y al mismo tiempo cuestionamos la meritocracia?

Galli: –Nosotros decimos todo lo contrario: la educación, el aprendizaje y la enseñanza requieren esfuerzo. No es que nada es sin esfuerzo. Ahora, muy distinto es reconocer y poner en valor el esfuerzo, y otra cosa es pensar que las reglas de la educación solo son el premio y el castigo. O pensar que casi como condición unívoca para que haya aprendizaje lo único que vale es la cuestión del esfuerzo. Hace un tiempo, cuando en Buenos Aires retornaron los aplazos en la primaria, el discurso de los funcionarios, fue: “hay que valorar el esfuerzo y hay que premiar a los que hacen bien las cosas”. Estamos todos de acuerdo en que hay que valorar el esfuerzo. Ahora, lo que hay que tener en cuenta son los puntos de partida. Porque la meritocracia se sostiene pensando en la igualdad de los puntos de partida. Y en nuestros alumnos los puntos de partida son desiguales. Entonces yo no puedo establecer premios y castigos para dos chicos que corren una carrera. Uno puede decir: “la corren en la misma pista, en la misma calle, en la misma vereda, tiene la misma edad”. Sí, todo eso es cierto; ahora uno corre en zapatillas con cámara de aire y otro corre descalzo, entonces yo no puedo pensar que ahí lo que interviene para resolver esa carrera es el esfuerzo de uno y el no esfuerzo del otro. Entonces es seguir poniendo las responsabilidades en los sujetos y no en las políticas, no en la educación, no en la enseñanza. Todos sabemos, los que trabajamos en escuelas, en aulas, los que trabajamos en universidades, que confluyen un motón de factores –políticos, sociológicos, psicológicos, institucionales– para hacer que un aprendizaje suceda o no suceda.

–¿Y desde el punto de vista de los padres?

Galli: –Si todos entendemos que inclusión no necesariamente es facilismo, yo le tengo que pedir el máximo esfuerzo a cada uno, según su punto de partida. Que a lo mejor no es llegar a la misma meta todos. En las escuelas, muchas veces, los pibes dicen: “Ehhh, no es justo, por qué él está haciendo otra cosa”. Por ahí sí es justo. Porque es lo que él necesita y vos necesitás otra cosa. Eso hay que trabajarlo. Hablarlo. Si uno cree que los chicos no pueden entender eso, se los está subestimando. Y si nosotros subestimamos a los chicos no los podemos educar.

Brener: –Porque nosotros pensamos justamente que la exigencia tiene que ver con la inclusión. Y que, en realidad, yo le voy a exigir más que nada al otro, en la medida en que lo quiera y que demuestre que lo quiera y no que solamente diga que lo quiere. Porque también está bueno poder ver nuestras propias trampas. Muchas veces nosotros les decimos a los chicos lo que tienen que hacer, pero ellos aprenden mucho más de lo que ven que hacemos y no de lo que les decimos que tienen que hacer. Los discursos que ensalzan la exigencia contra la inclusión confunden la idea de límite con idea de punición.

–¿Cómo es eso? 

–Los adultos somos herederos de un sistema educativo que se ha legitimado en un modelo de autoridad de la imposición, en donde predominaba una lógica del “porque te lo digo yo”. Y también tenemos que reconocer que en estos tiempos, nos guste o no nos guste, la lógica “prohibido-permitido”, como única posible, queda chica. Es una horma que le queda chica al pie. Por lo tanto está bueno pensar que no hay enseñanza y aprendizaje en la escuela si no existe la asimetría. El tema es que los adultos venimos de un sistema en el que la asimetría ya venía dada. Y esta época lo que reclama es dotar de sentido a esa asimetría. La asimetría tiene que ver, en el caso de los padres, pero fundamentalmente de la escuela, con enseñar y cuidar al otro. Por lo tanto, lejos de la inclusión ser sinónimo de facilismo, es la inclusión del “dificilismo”, que la practican un montón de docentes todos los días. Tiene que ver con, justamente, animarse al territorio de la incomodidad, que supone ser docente de un pibe y no ser dueño del conocimiento a impartir, sino en todo caso, poder transmitirles medios de orientación para acceder al conocimiento. Ser docente de un pibe significa renunciar a los dos mil kilómetros de distancia que separaban a los adultos de los niños de un modelo de escuela adulto-céntrica y pensar en sostener una asimetría que se valide regularmente, una asimetría con fecha de vencimiento que hay que validar y fundamentalmente construir una autoridad democrática que se sostenga en el valor de la enseñanza. Pero también del cuidado de los otros. Por eso es que, para cerrar con esta idea que planteaba Gustavo, acá también hay un problema con el límite y la punición. Ponerles los puntos a los pibes y ponerles límites a los pibes es el acto de mayor democracia y de mayor inclusión y exigencia. El tema es que el límite nosotros lo entendemos y naturalizamos como el castigo y entendemos esto en la lógica de la punición. Y el límite no siempre clausura. El límite también es un modo de mostrarle a un pibe que hay otra manera de estar en el mundo. Que hay otro modo de vincularse con los otros y fundamentalmente que el error siempre tiene que ser una fuente de construcción y no de sanción para liquidar al otro.

–Eso requiere profesores y profesoras muy formados,  concientizados.

Galli: –Requiere dar mucha discusión.

–Claro.

Galli: –Una escuela exigente era la que los pibes repetían mucho, o un profesor exigente era el que tenía 29 chicos en marzo y era respetado porque era duro y exigente. O una escuela que, ante la mínima situación, expulsaba a los chicos. La educación obligatoria, el derecho a la educación, hace temblar los cimientos de esa matriz escolar, porque es justamente lo que se intenta retirar es esa idea de que todo lo que tenés que hacer en la escuela está condicionado por la idea de exclusión. De que te podés ir. De que podés repetir. De que podés perder tus amigos. La realidad es que yo creo mucho más en una escuela con todos adentro que en una escuela que lo que hacía era sacar a los chicos y quedarse con los supuestamente mejores. Señalar con el dedo a los que estaban en la esquina que ella misma había expulsado. Y luego levantar la mano para pedir la baja e imputabilidad para esos chicos. Entonces: para poder trabajar fuertemente, seguro que hay que dar discusiones. La primera discusión es poder discutir la calidad de una buena escuela, una buena escuela es una escuela que tiene todos los días el desafío… ¿de qué? de hacer que todos aprendan. De hacer que aprendan los que no quieren aprender, que entre otras cosas es nuestro trabajo de profesor, o de maestro, o de maestra. Nuestro trabajo no es que aprendan los diez que se sacan 10. Nuestro desafío más grande es que aprenda el que no quiere. Entonces, lejos de encontrar en eso un escollo de nuestra profesión es encontrar el sentido último de nuestra profesión. Esa es la escuela que queremos construir.

Brener: –¿Qué pasa con los docentes y con los padres? Estos tiempos son el desafío de la incomodidad. Porque presupone adultos que nos reconozcamos con límites, que no es lo mismo que “limitados”. Lo que supone también, de alguna manera, que seamos autocríticos con la omnipotencia. La omnipotencia del docente la explica tan bien Philippe Meirieu en su libro Frankenstein Educador. De hecho, lo que discute es al creador de Frankestein, del monstruo, criticando y diciendo que los adultos modernos y los docentes, y la pedagogía moderna, lo que pretende del otro, del alumno, de la alumna, es que sea, a lo sumo, una réplica de uno mismo en miniatura. Y eso es una metáfora de la omnipotencia.

–¿Cómo evalúan los paros, las movilizaciones? 

Brener: –El reclamo, la protesta, el paro están fundados en razones superválidas e importantes. Quizás muchas veces la discusión termina mediatizándose a través de los salarios, que no es una cuestión menor, como docentes somos todos trabajadores y la realidad es que necesitamos el salario. Pero además de eso hay otros tipos de consecuencias que tienen que ver con no convocar, con incumplir la ley de paritarias nacionales; eso vuelve a desarticular un sistema educativo que costó mucho tiempo, por lo menos toda la última década, volver a construir con la idea de una nación educativa. Lo que se está haciendo, al incumplir la ley de paritaria nacional, es volver a fragmentar nuevamente todo el sistema educativo y que las provincias pobres tengan una educación pobre y que las provincias ricas tengan una mejor educación.

–Hay provincias que ya cerraron acuerdos con más o menos aumentos.

Galli: –Sí, algunas provincias ya han cerrado con algunos aumentos que su propia administración y economía les permite cerrar.

Brener: El actual modelo de este gobierno es de una derecha cool, a diferencia de la derecha neoliberal de los 90… Lo que ellos denominan sinceramiento incluye la obsesión por la evaluación, como la única manera de resolver los problemas de la educación. Y por eso es que hay incluso hasta una secretaría que se ocupa de eso, pero no hay que confundir, no se trata de evaluación, que es un proceso necesario en lo educativo, sino es una reducción a control y estandarización para enaltecer la competencia y la medición. A veces creyendo que la evaluación hace que aprendamos más o que se enseñe mejor. Y a ese modelo de obsesión por la evaluación se corresponde el modelo voluntario.

–Los “voluntarios” que se ofrecieron a dar clases…

Brener: –El voluntario no es otra cosa que la negación del derecho de un docente como trabajador, a que se respete la ley, pero fundamentalmente también se combina con la posibilidad de contraponer la figura del estudiante con la figura del emprendedor. Un emprendedor suelto, despojado de las condiciones que lo hacen posible. Y eso combinado con buena dosis de discursos de autoayuda y neurociencias, mal usados, lo que también permite es legitimar un proceso de ajuste en lo económico, en lo cultural, y en lo educativo. Veamos la paradoja: ¿cómo se hace para demostrar que se está preocupado por lo que aprendan y brindan los alumnos si se despoja a quienes tienen que enseñarles de las condiciones básicas para que enseñen mejor? Si se desmantela un programa nacional de formación permanente, que era universal, gratuito, de enorme calidad académica, pero además, consensuado con los cinco gremios de (representación) nacional; los coros y orquestas que demostraban que es mejor pensar en la portación de oboe para un pibe que nunca se lo imaginó, que volver a la típica portación de rostro, bien vale recordar que no solamente está vigente el deseo de la baja de imputabilidad, sino que por primera vez, después de treinta y pico años de democracia se vuelve a pedir DNI para que circule la gente en la calle. Y se lo piden especialmente a los pibes gorrita. Y el pibe gorrita es el sujeto central que irrumpe en la nueva escuela secundaria que Gustavo explicaba,  a partir de la obligatoriedad del 2006. Por eso nosotros nos sorprendimos en los primeros tiempos de la gestión educativa: la idea era sacar de circulación palabras como “derecho”,  palabras como “inclusión”. Digamos, las palabras tienen que ver con los modos de nominar y de nombrar el mundo, tienen que ver con los modos de pensarlo.

–¿Desde el Ministerio?

Galli: –Claramente. Lo conocemos. Sabemos que se revisaban clases virtuales y se sacaban esas palabras.

–¡Increíble!… Por otro lado, estos días aparece un discurso  de que si están reclamando en realidad no tienen vocación. Me llama la atención cómo se le exige vocación a un gremio que es muy femenino.  ¿Cómo piensan esto?

Galli: –Me parece que es una discusión pasada de moda. Estamos en el año 2017, necesitamos que la educación tenga docentes bien pagos y seguramente eso hará que surjan muchas más vocaciones.

–A los bancarios, por ejemplo, no se les pregunta por su vocación cuando paran.

Brener: –No, claro. A veces hay un modo de entender la vocación que no es otra cosa que limitar o comprender limitantemente la función docente y reforzar los prejuicios de género. Porque lo que sucede a veces, pensando en la vocación en una profesión eminentemente feminizada, es que muchos creen que la docencia es la continuidad de la maternidad por otros medios. Y entonces se muestra la subestimación de una sociedad patriarcal, creyendo que, si la docencia es la continuidad de la mantenida por otros medios, no es otra cosa que un mejoramiento de la crianza. Y lo que se demuestra es el fuerte sesgo discriminatorio de género, en una sociedad patriarcal que seguimos siendo. Pero fundamentalmente también se despoja a la escuela como ámbito clave de formación de ciudadanía. Se despoja a la escuela como ámbito clave de formación política de la ciudadanía. Porque se la reduce al plano íntimo y privado de lo familiar. La escuela es el primer ámbito por fuera de las familias, para que los chicos y las chicas se constituyan como ciudadanos. Y la maestra no es la segunda mamá: otro condicionamiento de género. La maestra puede ser el maestro. En todo caso es el/la representante del Estado: el primero por fuera de las familias, ante quien los chicos pueden preguntarse, que no haya sido solamente ante sus padres. Entonces, me parece que ahí también hay para pensar una discusión de la idea de vocación. Yo creo que habría que reemplazarla por la idea de pasión. Eso sí me parece que es algo que hay que mantener, hay que inyectar, hay que recuperar.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/29490-el-ministerio-de-educacion-elimino-palabras-como-derecho-e-i

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La educación en movimiento: aprender para redescubrir los orígenes

Argentina / 8 de abril de 2018 / Autor: Adolfo C. Martínez / Fuente: La Nación

Nuestra opinión: buena

La provincia de Santiago del Estero, junto con Brasil, Bolivia y Ecuador son los escenarios en los que los directores Malena Noguer y Martín Ferrari hacen desfilar a docentes y estudiantes indígenas que revindican su historia y recuperan su lengua. Jóvenes y adultos buscan finalizar sus estudios, pero también organizarse para defender sus derechos. Los realizadores lograron así un film cálido y siempre listo para mostrar, a través de una cámara que recorrió miles de kilómetros, a esos hombres y mujeres que buscan con pasión la necesidad de construir escuelas, de organizarse para vivir con dignidad y de abrir el debate acerca de qué educación desean para sus hijos.

Fuente de la Reseña:

https://www.lanacion.com.ar/2122610-la-educacion-en-movimiento-aprender-para-redescubrir-los-origenes

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Los 2 libros más representativos de Paulo Freire para descargar

Argentina / 8 de abril de 2018 / Autor: Alba Jiménez / Fuente: Maestros y Maestras Eficientes

En este articulo queremos compartir 2 libros emblemáticos de Paulo Freire, para los docentes en ejercicio es siempre importante leerlo y para los docentes en formación es fundamental.
Paulo Reglus Neves Freire fue un educador y experto en temas de educación, de origen brasileño. Uno de los más influyentes teóricos de la educación del siglo XX.
La pedagogía de la esperanza es uno de los textos más celebres del pedagogo y filósofo brasileño Paulo Freire, conocido por ser el teórico impulsador de la educación popular. En el libro Freire vuelve a retomar sus tesis, ideas y propuestas expuestas en el libro La pedagogía del oprimido
Pedagogía de la Esperanza / Paulo Freire: 
La Pedagogía del oprimido es uno de los trabajos más conocidos del educador, pedagogo y filósofo brasileño Paulo Freire. El libro, de orientación marxista, propone una pedagogía con una nueva forma de relación entre educador/ educando y entre sujetos sociales.
El libro está dedicado a «los oprimidos», y está basado en su propia experiencia como profesor para adultos analfabetos. En él Freire incluye un detallado análisis de clases marxista en su exploración de lo que él llama la relación entre «colonizador» y «colonizado.» El libro sigue siendo popular entre los educadores del mundo entero y es uno de los fundamentos de la pedagogía crítica.
Pedagogía del Oprimido / Paulo Freire:
Fuente de la Reseña:
http://licenciadajimenez.blogspot.com/2018/04/los-2-libros-mas-representativos-de.html
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Argentina: Entrevista con Soledad Roldan sobre Congreso Internacional de Investigación Educativa ( Audio)

Argentina / 8 de abril de 2018 / Autor: soleroldan / Fuente: Radio Cut

Entrevista sobre Foro «Pedagogía de las Competencias y Sociedad del Aprendizaje: Efectos en la escuela hoy» en el marco del Congreso Internacional de Investigación Educativa que se realizará el 18, 19 y 20 de abril de 2018 (FACE – UNComahue)

Link para escuchar el audio:

https://radiocut.fm/audiocut/entrevista-con-soledad-roldan-sobre-congreso-internacional-de-investigacion-educativa/

Fuente:

https://radiocut.fm/audiocut/entrevista-con-soledad-roldan-sobre-congreso-internacional-de-investigacion-educativa/

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