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Argentina: Estudiantes reclaman que se retome la obra de la sede de la UNSJ en Jáchal

América del Sur/Argentina/23-07-2021/Autora: Fabiana Juarez/Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

El edificio se terminó de construir en el 2018, pero no se le instalaron los servicios básicos ni se habilitó.

El proyecto nació hace 9 años y creó muchas expectativas, especialmente en los jóvenes. Hasta hoy no se concretó. Se trata de la construcción de la sede de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) en Jáchal, para que los chicos de este departamento y de los aledaños tuvieran un lugar físico donde cursar las carreras que se dictan allí. El edificio se terminó hace 3 años, pero nunca se le instalaron los servicios básicos ni se habilitó. Es por este motivo que ayer, estudiantes y vecinos realizaron una caminata y un abrazo simbólico, reclamando que se retome la obra y se habilite la sede de una vez por todas.

«Estoy a punto de graduarme igual que otros 50 compañeros y seguimos padeciendo la falta de un espacio propio para tener clases. En el 2018 nos prometieron que el edificio de la sede ya iba a estar habilitado, pero fue una de las tantas promesas sobre el tema que hicieron y no cumplieron. Por eso decidimos organizar esta protesta, pensando en los estudiantes que seguirán con este mismo pesar», dijo Florencia Cortez, estudiante que cursa la Licenciatura en Enfermería.

La joven contó que los casi 100 estudiantes que cursan las tres carreras que se dictan en Jáchal actualmente (Licenciatura en Enfermería, Música Popular y Licenciatura en Ciencias Políticas) siguieron teniendo clases en la Escuela Manuel Belgrano y enfrentando varios inconvenientes como la falta de espacio cuando coinciden alumnos secundarios y universitarios, o la falta de servicios cuando se tienen que quedar hasta más tarde y el portero debe cerrar parte del edificio. «Es una vergüenza que sigamos en esta situación mientras el edificio de la sede está abandonado y deteriorado por causa del vandalismo. Con un grupo de estudiantes presentamos notas en el Rectorado con nuestro reclamo y pidiendo información sobre qué paso con la obra. Sólo nos respondieron que había algunos expedientes estancados, sin más explicaciones. Por eso quisimos hacer oír nuestra protesta», dijo la estudiante.

El proyecto de la construcción de la sede la UNSJ en Jáchal nació en el 2012 cuando el entonces intendente, Jorge Barifusa, cedió un terreno en comodato para la obra. El convenio que firmó la universidad y el municipio en ese entonces establecía que el edificio debía estar listo y quedar inaugurado en noviembre del 2015, cosa que no sucedió. Recién en ese año, las autoridades provinciales, departamentales y universitarias colocaron la piedra basal donde se construiría la sede. Tres años después se terminó con la obra gruesa que incluyó la construcción de aulas, sanitarios, oficinas administrativas y un SUM. Pero no se avanzó más con los trabajos y la obra quedó inconclusa.

Frente a esta situación y al reclamo popular, el flamante rector de la UNSJ, Tadeo Berenguer, dijo que desconoce los motivos por los cuales esta obra quedó inconclusa. También se comprometió a viajar a Jáchal, junto a un equipo de trabajo, para realizar «una inspección ocular» de la obra y averiguar sobre su estancamiento y los trabajos que restan concluir para, posteriormente, «articular las medidas necesarias» y poder habilitar el edificio para su uso inmediato.

  • Daños estructurales

La falta de mantenimiento y el vandalismo fueron deteriorando la estructura del edificio de la sede de la UNSJ en Jáchal. Los vándalos violentaron puertas y ventanas para intentar ingresar y rompieron algunos vidrios. En tanto que las bajadas de crecientes rompieron parte del terraplén donde se asienta el edificio. A esto se suma el mal estado del Callejón de la Gloria, único camino de acceso al edificio. Actualmente se encuentra intransitable y cubierto de montes.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Estudiantes-reclaman-que-se-retome-la-obra-de-la-sede-de-la-UNSJ-en-Jachal-20210717-0081.html

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Argentina: hay más de un millón de chicos que aún no volvieron a las clases presenciales

Por: Micaela Urdinez

Si bien la mayoría de los chicos está volviendo a sus escuelas, más de un millón de estudiantes no pudieron regresar a las aulas desde el inicio de este ciclo lectivo, según se lee en el informe “Impacto de la pandemia en la educación de niños, niñas y adolescentes”, que elaboró Unicef. El número representa al 9% de las viviendas con niños y adolescentes que no tuvieron clases presenciales. Las cifras se enmarcan en la cuarta encuesta del organismo en hogares con chicos de todo el país, hecha entre el 24 abril y 12 mayo pasados.

“La escolarización de los chicos se está desarrollando en 2021 de manera dispar. La mayoría asiste en modelos de escolarización mixtos, con instancias presenciales y no presenciales. Si consideramos que solo uno de cada dos hogares cuenta con computadora para hacer las tareas, cuando hablamos de educación virtual, sabemos que ello se circunscribe a aquellos chicos y chicas que cuentan con estos recursos”, señala Cora Steinberg, especialista en Educación de Unicef.

Para Nicolás Trotta, ministro de Educación de la Nación, el estudio demuestra todo el compromiso del sistema educativo argentino para garantizar el derecho a la educación en el marco de la excepcionalidad que fue la pandemia. “Pero también visibiliza la responsabilidad que tienen los estados de generar las instancias para buscar a todos los chicos y chicas que no han tenido continuidad educativa. Eso es lo que vendría a ser la columna de lo que hay que seguir trabajando”, señala.

Tiziano Alfaro es un adolescente de 16 años que vive en Pichi Neuquén, un paraje del norte neuquino. El joven no tiene señal de teléfono, ni dispositivo ni computadora. La escuela secundaria en la que está cursa 3° año queda a 17 kilómetros de su hogar. La única manera de poder sostener la virtualidad es caminar a una escuela primaria que queda a media hora de su casa, y para la que debe cruzar un río. Allí logra conectarse a una señal de internet intermitente. “Cuando nevaba o el río estaba muy alto era imposible cruzar y tuve varias materias previas en el año. Ahora me pude acomodar más o menos, algunas las saqué adelante y otras me faltan”, explica.

En cuanto a la conectividad de los alumnos, Trotta anuncia la continuidad del plan Juana Manso que planea distribuir computadoras entre las poblaciones más desfavorecidas. “En la próxima semana, las ocho empresas que están fabricando computadoras en la Argentina, con una inversión de más 20.000 millones de pesos, nos entregan las 80.000 primeras y ahí empezamos un proceso de entrega de entre 100.000 y 120.000 por mes. La priorización de distribución va a ser dar una respuesta universal en las escuelas interculturales bilingües secundarias, al primer ciclo de las escuelas secundarias rurales y al primer año de las escuelas secundarias de gestión estatal de la Argentina”, señala. También planean avanzar en conectar a todas las escuelas del país en los próximos dos años, ya que actualmente solo el 45% tiene conexión a internet.

La escolarización adoptó distintas modalidades. En la mayor parte de las jurisdicciones se implementaron modelos mixtos, que combinan presencialidad y clases remotas; otras priorizaron la presencialidad completa, mediante jornadas reducidas y organización de grupos. En tanto, un tercer grupo solo sostuvo la escolaridad remota.

Trotta afirma que todas las provincias han regresado a algún tipo de presencialidad. “Ha sido un primer semestre con una presencialidad muy intensa hasta la segunda ola que logramos recuperar y superar, proyectamos una segunda parte del año con mayor presencialidad a partir del proceso de consolidación del plan de vacunación. En el 80% de las escuelas se volvió a la presencialidad antes del receso invernal. Ahora Formosa, La Rioja, Catamarca y Santiago del Estero no estaban con presencialidad por sus indicadores sanitarios epidemiológicos“, agrega.

Los datos muestran que más allá de los esfuerzos de las diferentes provincias, en el noroeste y en la Patagonia, por ejemplo, la proporción de hogares donde ninguno de los estudiantes tuvo presencialidad durante el año asciende al 21% y 23%, respectivamente.

Deserción escolar

Otro dato preocupante es el de los chicos que por la pandemia se desvincularon de la escuela y nunca volvieron: del 6% de los hogares que tuvieron algún chico que abandonó en 2020, el 81% regresó este año y el 19% nunca lo hizo. En el noroeste y en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), estos valores ascienden a 29% y 26%, respectivamente. “Sabemos que el 75% de estos chicos dejó porque su escuela estaba cerrada y el otro 25% porque sus padres no querían mandarlos. Y también sabemos que de los que no volvieron, un 25% no tiene conectividad”, explica Steinberg. En el caso de los adolescentes, son 27.000 los que no volvieron a clases este año.

La pandemia también puso a prueba la calidad de los contenidos que recibieron los alumnos en las distintas modalidades. Si bien el estudio de Unicef no indagó en este punto, Steinberg señala: “Efectivamente, los datos del año pasado han mostrado que los chicos que están en condiciones de no poder sostener un intercambio de actividades escolares ni hábitos tecnológicos, han recibido un trabajo de menor intensidad. Por otro lado, un porcentaje muy alto de docentes confesó que no estaba preparado para trabajar con el ámbito tecnológico. Es urgente mejorar el equipamiento y brindar los recursos necesarios para que ese tiempo a distancia asegure la continuidad pedagógica”.

Los especialistas coinciden en que la pandemia profundizó la brecha educativa ya existente porque los chicos de familias de escasos recursos son los menos preparados para enfrentar la enseñanza a distancia. “Los grupos que van quedando en situación de mayor vulnerabilidad son los que tienen peores condiciones y los que necesitan más presencialidad. Hay muy pocos hogares de chicos que solo van a modalidad presencial y eso sucede en ámbitos privados, en donde el tamaño y la infraestructura de la escuela permite que tengan protocolos para volver a la doble jornada hace que todos puedan ir en diferentes turnos. Estas aristas hacen que se generen condiciones dispares en las condiciones de aprendizaje”, dice Steinberg.

Como punto positivo para reducir esta brecha, la especialista aporta que muchas provincias están buscando extender el ciclo lectivo y sumar espacios para acompañar a los alumnos que están más rezagados: “Quizás, el fin de semana o por fuera del espacio escolar. Hay una intención fuerte de acompañar a los chicos en sus dificultades. Sobre todo, esos que estaban empezando a atravesar la transición de los ciclos. Alfabetizar a los chicos requiere de un expertise específico. Los chicos que atravesaron el pasaje de la primaria a la secundaria han sido los más afectados”.

Según el informe, el trabajo entre estudiantes y docentes tuvo muchos impactos positivos: 9 de cada 10 familias destacaron que el regreso a las aulas había mejorado el estado de ánimo de los niños. En la misma proporción, los adolescentes afirmaron que se sintieron contentos al volver a la escuela y de encontrarse con sus pares. Se destaca también, entre los adolescentes, mayor motivación con el estudio y la realización de tareas.

Obstáculos

La pandemia dejó sin trabajo a muchos sostenes de familia, en especial a los que tenían trabajos precarios. En algunos casos, esta situación de emergencia hizo que muchos adolescentes tuvieran que sumarse a conseguir el sustento familiar. Según el relevamiento, el 23% de los adolescentes (464.000) hizo alguna actividad para ganar dinero, ayudó a un familiar o a un amigo en su negocio o trabajo, hizo alguna “changa” o fabricó algo para vender. El dato más revelador es que el 47% lo hizo a partir de la pandemia.

A su vez, también se vislumbra un aumento sostenido en el porcentaje de adolescentes que realiza tareas domésticas y de cuidado de otros familiares en el hogar, lo que pone en jaque su continuidad educativa. “Nosotros lo nombramos como barreras para la escolarización que son la antesala de la interrupción de la escolaridad. Cuando se carga la cotidianeidad de los chicos con estas actividades, hay mayor posibilidad de que dejen la escuela”, sostiene Steinberg.

Sobre sus planes para el próximo semestre, Trotta señala: “El indicador que más queremos resolver es la desigualdad social y sus distintas dimensiones. Primero, creemos que hay que seguir fortaleciendo las trayectorias educativas, robustecer la presencialidad y garantizar los aprendizajes en el marco de la escuela sino también en los espacios extraescolares para poder absorber el impacto educativo que ha implicado la pandemia”, concluye.

Fuente de la información e imagen:  https://es-us.noticias.yahoo.com

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Argentina: ¿La escuela acepta las disidencias de género?

¿La escuela acepta las disidencias de género?

Por Diego Herrera | 19/07/2021 | Argentina

Fue hace unos diez años. Uno de los vicerrectores del Colegio Nº 4 “Nicolás Avellaneda”, ubicado en el barrio porteño de Palermo, quiso prohibirle el ingreso a un estudiante que vestía una pollera con cadenas, larga casi hasta los pies.

No se trataba de una persona trans, sino que tenía una elección estética medieval. A veces llevaba capa y bastón. El alumno sacó el reglamento de convivencia de la mochila, se lo mostró al directivo y, sin decir una sola palabra, señaló donde decía: “No se puede usar polleras cortas”. Nada señalaba sobre las largas.

La anécdota la cuenta Marta Busca, docente jubilada del Avellaneda y pionera en la educación sexual integral (ESI): “Tuve una larga charla con ese vicerrector. Él sostenía que había que agregar al reglamento que no se permitía vestimenta extravagante. ¿Quién define si algo es extravagante? ¿Qué habría hecho esa autoridad si una alumna trans iba a la escuela?”. Lejos está Busca de presentarse como una persona que siempre estuvo por encima de los códigos de vestimenta. De hecho, recuerda otra anécdota que marcó su recorrido docente: “En 1986, en esa misma institución, había chicos que iban con peinados punks que, en ese tiempo, llamaban mucho la atención. No me molestaba la situación, pero no sabía si podían asistir con esos peinados. Lo consulté con el rector de aquel entonces, Raúl Aragón, y él me contestó que a la escuela un estudiante tiene que entrar tal cual es”.

El acto de discriminación sufrido por aquel alumno que quiso vestir pollera es útil para pensar, como mínimo, un par de cuestiones. En primer lugar, permite observar la velocidad con que se produjeron cambios en dirección a la expansión de algunos derechos: hoy, al menos en las escuelas de gestión estatal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), no parecería posible que se pretendiera imponer una prohibición de ese tipo. Pero, sobre todo, deja en evidencia la complejidad de la vivencia de género, que no está determinada ni por el sexo biológico, ni por la vestimenta, ni por los roles que tradicionalmente la sociedad patriarcal quiso imponerles a mujeres y varones. Tal como, desde 2012, establece la Ley Nº 26.743: “Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento”.

La citada Ley de Identidad de Género (2012) Nº 26.743 –y la posterior reglamentación (2015) de su Artículo 11 para garantizar el acceso a intervenciones quirúrgicas y tratamientos hormonales–, la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) Nº 26.150 (2006), la Ley de Matrimonio Igualitario Nº 26.618 (2010), la Ley de Protección Integral a las Mujeres Nº 26.485 (2009), la Ley de Capacitación Obligatoria en Género Nº 27.499 (2018), la Ley de Reparación Económica para las Niñas, Niños y Adolescentes (2018) Nº 27.452 y la reciente Ley de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo Nº 27.610 cristalizan las conquistas de los movimientos de mujeres y del colectivo LGBTIQ+. En ese proceso, y sobre todo a partir de 2015, cuando irrumpe ese #NiUnaMenos que abrió paso a la marea verde, les adolescentes tuvieron un protagonismo notable que sacudió la experiencia cotidiana de las escuelas secundarias. Tal como indica Denise Fridman, referente del Programa de Género y Diversidad Sexual de la UNIPE, estos cambios se expresaron en iniciativas para habilitar baños sin distinción de género en algunas escuelas y universidades y en protestas estudiantiles para acabar con el sexismo de los códigos de vestimenta: “Hay mucha mayor regulación en la vestimenta de las mujeres y de la diversidad sexual. Se regula menos la vestimenta de los varones cis porque se supone que no ‘provocan’. Hay una objetivación del cuerpo de la mujer, también en la escuela”. También hubo varones que acompañaron esas luchas. Por ejemplo, en 2016, un grupo de la Escuela Normal Superior Nº 1 en Lenguas Vivas “Presidente Roque Sáenz Peña”, situada en la CABA, concurrió vestido con pollera en solidaridad con sus compañeras, a quienes se les prohibía el ingreso con shorts, polleras cortas o sin corpiños.

“Estas movidas más políticas que muchas veces se arman en las escuelas son impactantes y envían un mensaje a la sociedad. Pero es necesario considerar que esos chicos no van con pollera todos los días. Estamos muy lejos de vivir en un mundo en el cual cada uno y cada una va como quiere a las escuelas”, observa Gabi Díaz Villa, licenciado en Ciencias de la Educación y activista por los derechos humanos del Colectivo Trava Trans No Binarie (TTNB). Por su parte, Fridman advierte que el mundo adulto tiene “dificultades para entender que existe un movimiento no binario, que hay pibis que no quieren ser mujeres ni varones”.

La constatación de los avances en materia de inclusión de las diversidades de género puede causar la falsa impresión de que ya no queda nada por mejorar. Incluso, hay ejemplos de políticas educativas que apuntaron a favorecer estos avances. Tal es el caso de la Resolución Nº 2.476 (2013) de la Dirección de Educación Secundaria y la Dirección de Educación Física de la Provincia de Buenos Aires, que establece la organización de clases “mixtas”. No obstante, las escuelas todavía son escenarios de disputas en los que conviven docentes y autoridades que defienden los derechos consagrados por distintas leyes nacionales y provinciales con otras y otros que resisten los cambios y hasta vulneran derechos. Al mismo tiempo, la situación en la Ciudad de Buenos Aires y en otras grandes ciudades puede llevar a generalizaciones apresuradas: Argentina presenta un paisaje muy diverso y existen grandes disparidades entre jurisdicciones.

Exclusión estructural

La realidad de la población trans en el sistema educativo no es comprensible sin atender a sus condiciones de vida generales. Alba Rueda, subsecretaria de Políticas de Diversidad del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, advierte sobre la falta de información oficial, relevada a nivel nacional. Aunque también menciona la existencia de alrededor de quince estudios realizados por organizaciones sociales, universidades y áreas de género de algunas provincias. “Es necesario sistematizar toda esa información, pero los indicadores son tremendos. Todos los estudios muestran la exclusión estructural que vive la población trans en nuestro país”. La funcionaria también informa que en el próximo Censo Nacional (que debió realizarse en 2020 y fue suspendido por causa de la pandemia) se incorporará la pregunta por la identidad de género. Como es sabido, contar con datos precisos es fundamental para el diseño de políticas públicas. Mencionaremos datos de algunos estudios que pretendieron mostrar la realidad en todo el país.

El informe Situación de los derechos humanos de las travestis y trans en la Argentina (2016), producido por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y otras organizaciones sociales en el marco de la Evaluación sobre el Cumplimiento de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres (CEDAW, por su sigla en inglés), muestra que la discriminación sufrida por este colectivo tiene su correlato en obstáculos estructurales para el acceso a derechos básicos (educación, salud, trabajo y justicia). El resultado de estas prácticas discriminatorias se expresa dramáticamente en el promedio de vida de la población trans, estimado en 35 años (1). Como explica Florencia Caballer, investigadora y trabajadora social, el término trans “designa las diversas identidades de género–y sus modos de expresión– no coincidentes con el sexo asignado al nacer: travesti, transexual, transgénero y otras como las personas de género fluido” (2).

En el marco de la Primera Encuesta sobre Población Trans (2012), Travestis, Transexuales, Transgéneros y Hombres Trans, se produjo el Informe Técnico de la Prueba Piloto realizado en el Municipio de La Matanza por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, el INADI, el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y el INDEC. El trabajo evidencia la ausencia de “estudios de parte de organismos estatales que tomasen exclusivamente a la población trans como objeto de análisis”. Este primer muestreo abarca a 209 entrevistades.

La encuesta arrojó que un 67% de las personas consultadas se identificaba como travesti; y, al agrupar categorías, se consideró que un 85% podía considerarse como trans femenino. El estudio confirma la vulneración estructural de derechos de este colectivo: el 80% no tenía ninguna cobertura de salud; casi un 70%, por motivos económicos, no había podido realizarse intervenciones quirúrgicas o tratamientos hormonales; sólo el 64% había completado el Nivel Primario o la Escuela General Básica (EGB); el 50% residía en viviendas deficitarias; el 20% no realizaba ninguna actividad por la que obtuviera dinero y el 85% de las trans femeninas declararon estar o haber estado en situación de prostitución.

Otro estudio, realizado en 2014 por la Fundación Huésped y la Asociación Travestis, Transexuales, Transgéneros Argentinas (ATTTA) (3), intentó medir el impacto de la Ley de Identidad de Género en las condiciones de vida de esta población. Con ese fin, durante 2013, se entrevistaron 498 personas trans (452 mujeres y 46 hombres) de CABA, Conurbano Bonaerense, Región Pampeana, Noreste Argentino (NEA), Noroeste Argentino (NOA), Cuyo y Patagonia. Las respuestas fueron comparadas con los resultados de grupos focales realizados en 2011.

Si bien este estudio comparte el diagnóstico hecho por la CEDAW sobre el estigma y la discriminación que pesa sobre este colectivo, también registra mejoras en aspectos que hacen a las condiciones de vida. En lo que respecta al ámbito educativo, el informe concluye que, luego de la promulgación de la ley, “se observa una clara tendencia hacia la reducción de las experiencias de discriminación (de la mitad a menos del 20%), conjuntamente con una incorporación a la educación formal (una de cada 10 mujeres y tres de cada 10 hombres trans retornaron al sistema educativo)”.

Pese al avance evidente que implica la Ley de Identidad de Género, no puede dejarse de lado que su aplicación es dispar en distintos lugares del país y que incluso las formas más habituales de violencia policial contra personas trans encuentran modos indirectos para ejercerse. Así, de acuerdo con el informe de la CEDAW, el 91% de las mujeres trans privadas de la libertad están acusadas de infringir la Ley Nº 23.737 de Estupefacientes, lo que “da cuenta del uso excluyente de la ley como método de criminalización”.

Deserción escolar

De acuerdo con los datos disponibles en el país, se estima que alrededor del 80% de las personas trans manifiestan socialmente su expresión de género antes de los 18 años (4). Esta información es relevante porque las transiciones llevadas adelante en edad escolar muchas veces acaban en el abandono de los estudios, a causa de la discriminación y la incomprensión sufrida de parte de pares y a menudo también de los adultos y adultas de las instituciones.

En 2013, el conocimiento público del caso de Luana –la primera niña trans que a los cinco años accedió a su cambio registral con su identidad autopercibida– fue crucial para que se inaugurara un camino en el reconocimiento de los derechos de las infancias trans. Luana contó con el apoyo decisivo de su madre, Gabriela Mansilla, y de profesionales de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA). El libro Yo nena, yo princesa, publicado en 2014 con autoría de la propia Mansilla por la editorial de la Universidad Nacional de General Sarmiento, relata las dificultades que Luana debió atravesar para que su identidad fuera reconocida y es un testimonio que enriquece el acervo de recursos de los que puede valerse la escuela. Detrás de Luana, empieza a haber niñas y niños trans que, desde muy pequeños, encuentran el acompañamiento de docentes y equipos directivos. En 2018, una maestra de un jardín de infantes porteño recibió en sala de cinco a una niña trans que, hasta ese momento, habían conocido como niño. Un día la niña les manifestó a sus pares que quería que la llamaran con el nombre que hacía poco tiempo había elegido. Una compañera empezó a reírse y la docente intervino casi sin titubear: “Cada cual tiene que sentirse bien con su nombre. A veces las mamás y los papás nos ponen un nombre porque es importante tener una identidad, pero si no nos sentimos a gusto podemos cambiarlo”.  Con respecto a la ESI, es necesario advertir que esta no puede comprenderse como una serie de contenidos estables, definidos de una vez y para siempre. Por el contrario, debe acompañar los avances y la conquista de derechos promovidos por los movimientos de mujeres y LGBTIQ+. De esta manera, los materiales diseñados para abordar la ESI deberían ser revisados para contemplar las experiencias de las infancias trans. Por otro lado, el reconocimiento de estas identidades no puede depender o estar impulsado solo por el hecho de que haya una persona trans dentro de esa comunidad educativa.

Leandra Atenea Levine Hidalgo, egresada del Colegio Carlos Pellegrini de la CABA en 2017, también contribuyó a que se creara conciencia en el interior del sistema educativo. La joven realizó su transición mientras cursaba la escuela secundaria. Sus compañeras y compañeros la eligieron para que diera el discurso de colación en el solemne salón de actos de la Facultad de Derecho de la UBA: “Como verán, estuve realizando mi transición de género. Un año muy difícil, pero por suerte pude transitarlo con orgullo”, expresó en un tramo del discurso de la entrega de diplomas. Levine Hidalgo contó con el apoyo de su familia y de la escuela, pero es consciente de que cuando ese acompañamiento no está presente, el tránsito por el sistema educativo se vuelve casi imposible.

Las historias de estigmatización, discriminación y expulsión del “cis-tema” educativo, como lo denomina Caballer para alertar sobre una impronta que “da por sentado que todo el mundo es o debe ser cisexual” (5), proliferan en la boca de cualquier persona trans que haya pasado por la escuela. Quimey Ramos, profesora de inglés que transicionó en 2017 mientras trabajaba en una primaria de La Plata, relata la escena que presenció cuando visitó una escuela cordobesa hace dos años y medio: “Un docente le preguntó a la directora por una estudiante trans de 15 años que había empezado a ausentarse. Ella le respondió que no estaba yendo más porque ‘estaba con eso de la transición’. La directora estaba naturalizando que transicionar era motivo para la deserción y consideraba que no había nada que la escuela pudiera hacer al respecto”. En su experiencia como docente, Ramos también sufrió insultos y agresiones de estudiantes de nivel secundario que se asomaban a la ventana del aula donde daba clases.

Por su parte, Díaz Villa también advierte que no alcanza con que los cambios se limiten a los contenidos escolares: “Si bien a nivel curricular queda mucho por mejorar, hay experiencias interesantes de inclusión del tema, jornadas, capacitaciones docentes y nuevos recursos didácticos. Sin embargo, no hay que perder de vista otra línea de trabajo de las escuelas vinculada a qué cuestiones administrativas podemos flexibilizar para alojar y abrazar a un o a una estudiante trans”. Y agrega: “Hay un lugar de simple humanidad que tiene que ver con conectar con el otro o con la otra. Antes de preguntarle al Ministerio de Educación qué hacemos, hay que preguntarle al pibe o a la piba qué necesita para sentirse bien en la escuela”.

El bachillerato popular Mocha Celis (6), en el barrio porteño de Chacarita, es la primera escuela trans del mundo. Esta escuela atiende las características específicas de la matrícula que recibe: funciona por la tarde porque muchas de sus estudiantes trabajan por la noche en la prostitución. La necesidad de una institución como esta evidencia que gran parte del sistema educativo aún no contiene o expulsa a las personas trans.

La inclusión de la población trans en el sistema educativo aún está lejos de haberse concretado plenamente. Mientras la implementación de políticas públicas universales hace un lento recorrido, la disparidad de situaciones entre jurisdicciones e incluso entre instituciones de una misma jurisdicción continúa siendo notable y el peso de las iniciativas de actores individuales (familiares, docentes, directivos, supervisores) sigue haciendo la diferencia. De todas formas, es difícil desconocer que comienzan a sumarse historias de aceptación, empatía y respeto en muchas de las escuelas del país. Gabriela Gaspar, supervisora de Nivel Inicial de gestión estatal en la CABA, relata cómo se involucró para lograr que una niña trans fuera debidamente aceptada y respetada en un jardín de infantes. Para ello trabajó un año entero junto a la familia de la niña, el equipo directivo de la institución, la comunidad y, sobre todo, con la docente de aquella sala de 5 años. Cuenta Gaspar que una vez le preguntó “desde cuándo se sentía hombre” a un profesor trans de su distrito. El profesor le respondió que desde siempre, pero que nadie nunca lo había escuchado. “Me sentí muy bien porque pudimos escuchar a la niña del jardín de infantes que nos tocó acompañar y no va a tener que pasar treinta años siendo una persona que no es”, reflexiona la supervisora.

Notas:

1. Lohana Berkins, Cumbia, Copeteo y lágrimas, ALITT, 2007; Fundación Huésped, Buenos Aires y ATTTA, “Ley de identidad de género y acceso al cuidado de la salud de personas trans en Argentina”, ONUSIDA, 2014.

2. Florencia Caballer, Niñez trans en la escuela: La inclusión como paradigma de lo particular, trabajo de investigación final, Carrera de Trabajo Social (UBA), 2017.

3. Op. cit.

4. Lohana Berkins y Josefina Fernández, La gesta del nombre propio, Buenos Aires, Madres de Playa de Mayo, 2005.

5. Op. cit.

6. Ángela Gancedo y Julián Mónaco, “Secundario para todxs”, Revista Tema (uno), Nº 7, septiembre de 2016, Buenos Aires, UNIPE: Editorial Universitaria, pp. 19-23. https://editorial.unipe.edu.ar/revista-tema-uno/numero-7-trans


Alba Rueda, subsecretaria de Políticas de Diversidad de la Nación

La necesidad de actualizar la ESI

“Uno de los grandes temas pendientes es el desarrollo de políticas públicas que acompañen a niñes y adolescentes trans en los ámbitos donde realizan sus actividades”, expresa Alba Rueda,subsecretaria de Políticas de Diversidad del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación. La funcionaria, además, es presidenta de Mujeres Trans Argentina e investigadora del Departamento de Género y Comunicaciones del Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini”.

¿Qué políticas públicas ha puesto en marcha el Estado Nacional para atender a la población trans?

La estructura de la desigualdad que afecta a travestis y trans en el tema de derechos implica ya mismo una agenda política de acciones. El Decreto Nº 721/20 de cupo trans en el sector público nacional garantiza un mínimo del 1% de la totalidad de cargos y contratos para personas travestis, transexuales y transgénero. Si bien faltan datos oficiales, es una respuesta al hecho de que la mayoría de las personas trans no lograron nunca obtener un empleo formal. Entre el 80 y el 90%, dicen los estudios sociales. Son datos alarmantes. Los sistemas de información, como el próximo Censo Nacional, van a colaborar para el diseño de estrategias. También es urgente mejorar la participación de personas travestis y trans en distintas instancias de las instituciones estatales. Una figura muy común es la del travesticidio social, que es la muerte temprana de personas travestis y trans en virtud de situaciones de discriminación que involucran a distintas instituciones. Por ejemplo, la expulsión del ámbito educativo o la falta de oportunidades laborales.

¿Se lanzaron otras líneas de intervención para mejorar la inclusión en esos ámbitos?

Dentro del ámbito de la salud, estamos desarrollando específicamente la atención en consultorios integrales. Las voces autorizadas de las organizaciones en los territorios dan cuenta de que no hubo y no hay un desarrollo de los consultorios integrales en las provincias, tal como establece el Artículo 11 de la Ley de Identidad de Género.

¿Y en materia educativa?

La población trans todavía no ha logrado ingresar al sistema educativo debido a la expulsión que hay en las instituciones. Nuestro trabajo implica no solamente levantar el eje de la educación sexual integral (ESI) en términos de formación y capacitación para toda la comunidad educativa, sino también el desarrollo de otras estrategias específicas, como las becas Progresar que están destinadas para la población trans sin límites de edad. También estamos promoviendo que las personas trans que no completaron sus estudios se inscriban en el plan FinEs.

¿Cuál fue la contribución de la Ley de Identidad de Género para mejorar las condiciones de vida de la población trans? ¿Qué falta para su efectiva aplicación?

La aprobación de la ley trajo en sí misma la instalación del sujeto político trans, como necesario para la conformación de nuestras democracias. Todo lo que el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad desarrolla en torno al eje de la diversidad se basa mucho en ese marco normativo que habla no sólo sobre el reconocimiento de las identidades, sino también de la necesidad de generar acciones específicas. Uno de los aspectos menos abordados es el tema del trato digno hacia las personas trans. El Artículo 12 de la ley indica específicamente que debe respetarse la identidad, se cuente o no con el cambio de DNI. Este es uno de los puntos menos cumplidos. Realmente se necesita trabajar para que las escuelas (por mencionar uno de los ámbitos donde se dan la discriminación y la exclusión) tengan la perspectiva de la diversidad y respeten las identidades trans con o sin cambio de DNI.

¿Hay un cambio generacional positivo que se expresa en luchas estudiantiles?

Una de las grandes protagonistas dentro de la Ley IVE, por ejemplo, son compañeras jóvenes que integran los centros de estudiantes de las escuelas o el movimiento estudiantil de mujeres y diversidad o disidencia. La participación juvenil en ámbitos educativos reclama también políticas en términos de diversidad. Otra fortaleza es el lenguaje inclusivo que se ha instalado entre niñes y adolescentes.

¿Qué límites encuentra la ESI para nombrar las identidades trans en la escuela?

Estamos trabajando con las compañeras de la Dirección de ESI para actualizar contenidos que, por un lado, son responsabilidad del Estado Nacional, pero también de las jurisdicciones. Es necesario atender también a las intersecciones que hacen a las identidades: racialización, clase, territorio y, por supuesto, género.

Parecería que, en la mayoría de las escuelas, la diversidad se convierte en tema solo cuando hay una persona trans en la comunidad educativa. ¿Es así?

Coincido en que el gran desafío es que se tome como un abordaje de agenda y no solo como reacción a un caso que se presente. La federalización de la educación implica un desafío muy grande para desarrollar esa prevención o esa promoción de derechos en articulación con todas las jurisdicciones. Esos desarrollos van a ser asimétricos conforme no solo a los gobiernos, sino también a las comunidades educativas y a la fortaleza que tengan.

D.H.


Quimey Ramos, docente

Entre la discriminación y la solidaridad

“Qué lindo va a ser el día que, en lugar de hacerles jurar la bandera, les pregunten a les estudiantes si les gusta el nombre que tienen”, dice Quimey Ramos, docente de “Educación y Género” en el Bachillerato Popular Mocha Celis y trabajadora del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Ramos es profesora de Inglés y trabajó durante varios años en una escuela primaria de La Plata. En 2017, a los 22 años, se presentó ante sus estudiantes con su identidad autopercibida.

“Cuando hay avances en materia de derechos o en libertades para comunidades vulneradas, siempre se dan a partir de las luchas de las mismas comunidades. Sin duda hubo avances, pero seguimos en una condición muy postergada”, sostiene la docente. A continuación, menciona un episodio más o menos reciente que condensa todo el camino que resta por recorrer en términos de ampliación de derechos.

“En 2015 –relata–, cuando empecé a trabajar en una escuela primaria del barrio Aeropuerto de La Plata, una de mis compañeras docentes sacó una nota que les había –confiscado– a sus estudiantes de quinto grado. Ella estaba divertida con lo ingeniosos que son los niños para hacer daño. El papel decía: ‘Soy Fulanito y ahora les voy a hacer una poesía. Mi mamá quería una mujer y mi papá, un varón. Pero lo único que salió fui yo: un maricón’. En un barrio donde había muchas urgencias, con muchas vulneraciones mediante, eses pibites sabían reconocer que existían otras identidades por fuera de lo mujer y lo varón. El problema es que ese yo estaba negativizado, y que la docente se reía de esa negativización.”

En la vereda opuesta, Ramos también destaca que existen escuelas que alojan trayectorias estudiantiles trans. “Hay escuelas, en Chubut por ejemplo, que son refugios amorosos para les niñes, incluso a pesar de que sus familias vulneren su derecho a la identidad”. En este sentido, rescata el valor de la educación sexual integral (ESI) como herramienta legal que posibilitó el tejido de redes y de comunidades afectivas más involucradas con la defensa de los derechos de las personas trans, travestis y de género no binario.

La exclusión de la población trans, pese a las transformaciones en curso, continúa siendo estructural. Por otra parte, la realidad de este colectivo tiene especificidades que añaden dificultades para desarrollar la vida. Ramos recupera lo que la militante Pía Baudracco dijo en el marco del debate que precedió a la Ley de Identidad de Género: “Cuando un niño o niña de algún otro colectivo sufre una vulneración, usualmente su familia sabe de lo que le está hablando. Hay una experiencia común. Las familias cisheterosexuales, en cambio, no suelen tener la experiencia compartida del mismo lado con nosotres”.

La situación de las pocas personas trans que hasta ahora se desempeñan como docentes también está lejos de ser la ideal. “Un compañero de Córdoba, antes de transicionar, tenía más de veinte módulos semanales de clases. Dos años después, le quedaban menos de cuatro. La gran mayoría de las horas las había tenido que licenciar o abandonar por los padecimientos que le causaba transitar esos espacios”, cuenta Ramos. También ella padeció situaciones de discriminación y maltrato: “Los chicos de la secundaria se colgaban de la ventana del fondo y me gritaban ‘puto de mierda’, ‘travuco del bosque’.(1) No podía acercarme a las ventanas de atrás porque me escupían”. Sin embargo, rescata que luego llegó el apoyo de unas compañeras: “Un día vinieron a buscarme las trabajadoras sociales del equipo de orientación y me hicieron saber que no iban a permitir que pasara eso. Lo trabajaron, y realmente las cosas cambiaron”.

En un contexto histórico muy dinámico, las experiencias escolares de las personas trans parecen presentar matices. La docente recuerda que, cuando informó que empezaría a presentarse en la escuela como Quimey, la primera reacción del director estuvo lejos de ser la adecuada. No obstante, enseguida hubo un cambio de postura: “Cuando vinieron familias a cuestionar que hubiera una travesti dando clases, el director les respondió que no estaba haciendo más que cumplir con la ley. También les dijo que podía darles el pase a otra escuela, pero que no estaba en condiciones de asegurarles que no fueran a encontrarse con otra docente como yo”. Del mismo modo, Ramos recupera el gesto solidario de un grupo de compañeras: “Sabemos que con el sueldo docente se tarda un montón en armar un ropero”, le dijeron. Luego le entregaron cinco bolsas de ropa que habían juntado para ella.

“Hay avances interesantes –insiste la docente–. Pero no voy a regalarle nada a ningún gobierno, ni voy a hacerme la fiesta dionisíaca hasta no ver que las leyes se reflejen en la vida cotidiana de las personas.” También alerta sobre la disparidad en materia de acceso a derechos: “Tenemos una ley nacional, pero se dan casos de violencia administrativa e institucional en las jurisdicciones”.

Nota:

1. La prostitución callejera suele tener lugar en las zonas aledañas al Paseo del Bosque platense. Con ese insulto, los estudiantes manifestaban que el lugar de la docente era el bosque y no la escuela.

D.H.


Sophie Joan Gaelle Salcedo Caporale, estudiante

Preguntas sin respuestas

Sophie Joan Gaelle Salcedo Caporale está feliz: recién se enteró que pronto empezará el tratamiento de hormonización femenino. Relata: “Me di cuenta a mediados o finales de 2019, cuando estaba en cuarto año del Colegio Nacional Buenos Aires (CNBA). Había profesores que abusaban de su autoridad y me ponían mal. Yo tenía la cabeza en otro lado: estaba investigando qué implicaba ser transgénero; si era mujer; si era no binaria; qué pronombres me gustaban”. Este año, la estudiante comenzó a cursar Animación 3D y Dibujos Animados 2D en un instituto terciario.

¿Cómo viviste tu transición de género en la escuela? 

Empecé a pintarme las uñas en segundo año y sabía que iba a ser aceptada porque el CNBA es muy inclusivo. Podía ir en pollera y con zapatillas con ruedas e iban a decirme “que crack que sos”. Esa escuela tiene otros problemas, sobre todo en términos académicos. Mi experiencia fue muy linda, también porque conocí otras personas transgénero binario y no binario. En ese entonces, todavía no sabía que era mujer: pensaba que era un varón cis, pero empecé a jugar con una masculinidad frágil. En cuarto año, en un viaje a Tilcara, ya estaba bastante fuera del clóset y usaba los pronombres femeninos. Me llevé una pollera. Uno de mis primeros vestidos me lo dio un amigo que conocí en el ingreso al CNBA. Él es un hombre trans, un hermano para mí. Cuando salí del clóset, él todavía no lo había hecho. En ese momento, se suponía que éramos dos mujeres. Después, volvimos a ser un chico y una chica. Nos reímos de eso.

¿Tuviste apoyo de tu familia?

Soy afortunada de tener una familia comprensiva. Hasta mi abuela hace todo lo posible para referirse a mí con el pronombre y el nombre que elegí.

¿Cómo ves la realidad cotidiana de las personas trans?

Tengo una amiga trans más chica que tiene una familia homofóbica y transfóbica. Sigue en el clóset, con problemas de depresión. Mirá lo que pasó con Tehuel: fue a una entrevista de trabajo y no volvió. Podríamos decir que estamos en una revolución de la inclusión, pero todavía hay tabúes. Y peligrosos.

¿La ESI aborda suficientemente todas las diversidades?

La ESI debería estar en todos los colegios y desde el jardín. Hay que dejar de separar “chicos” y “chicas” para abordar determinados temas. Tiene que hablarse de los paradores de testosterona (o puberty blockers), que interrumpen la pubertad. Deberían verse cuatro sistemas genitales como mínimo: cisfemenino, cismasculino, transfemenino y transmasculino. ¿Qué pasa con el pene después de la hormonización? ¿Y con la vagina? ¿Qué pasa con las intervenciones quirúrgicas? Más que nada porque en la edad escolar muchas personas trans pueden tomar decisiones. Si quiero saber cómo podrían verse mis genitales luego de comenzar el tratamiento, no hay nada. La única manera es buscar imágenes porno hipersexualizadas y, la mayoría de las veces, transfóbicas: en vez de “mujer transgénero” se encuentra “hombre femenino” o “chica con pene”. No entiendo por qué el gobierno de CABA o nacional no tienen una galería de imágenes. También me da bronca que gran parte de la información esté en inglés.

¿Qué más debería modificar el sistema educativo para acompañar las trayectorias educativas de personas trans? 

Desde el día uno, deberían preguntar: nombre, pronombres y no informar sobre la situación de personas transgénero a familias que no lo sepan y puedan resultar una amenaza. Las listas escolares tienen que tener los nombres y pronombres de cada persona. Si es un hombre cisgénero que se llama Manuel García, tiene que decir “él” como pronombre. No debería pensarse que no es necesario en el caso de las personas cisgénero: también es una manera de ser aliades de las personas que luchan por sus pronombres reales y rechazan los que les asignaron de acuerdo con sus genitales.

D.H.


Gabi Díaz Villa, profesor

Un tiempo de mayor libertad

Gabi Díaz Villa, licenciado en Ciencias de la Educación, se presenta como activista por los Derechos Humanos del Colectivo Trava Trans No Binarie (TTNB), feminista, hombre trans y peronista. Es profesor de Educación Sexual Integral en institutos de formación docente e integrante del equipo de investigación “Mariposas Mirabal” de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. “Después de tener un pibe o una piba trans, la escuela no sale igual, se transforma. Hay cosas que se modifican y, obviamente, para el próximo o la próxima va a ser más fácil. Hay una Ley de Identidad de Género que implica obligaciones que, gusten o no, deben cumplirse”, afirma.

Según Díaz Villa, la inclusión de las personas trans varía según la institución: “Depende de la conducción, de la población que atiende, de la comunidad y de un montón de variables más. Hay un proceso de transformación social y cultural del que las escuelas no escapan, pero, aun así, existen algunas que acompañan y otras incapaces de escuchar y entender”. Y, como feminista militante, agrega: “Hay todavía mucha sobresexualización y control sobre el cuerpo de las mujeres cis. Toda una cultura escolar les dice a las pibas que su cuerpo es tentador, distrayente y que hay que taparlo. Me parece que eso está menos cuestionado que la discriminación por transfobia, por homofobia o lesbofobia”. Aunque aclara: “También es cierto que la posibilidad que tienen las pibas de tomar la palabra dentro del aula es absolutamente mayor respecto de lo que pasaba diez años atrás”.

Si bien el investigador señala que siempre existieron transformaciones generacionales, considera que “en estas últimas décadas, hay una liberalización mayor de las prácticas corporales, de lo que está bien o mal hacer con el cuerpo”. Y agrega: “En los ochenta, por ejemplo, los pibes no podían usar el pelo largo en las escuelas”. Por otra parte, se refiere al temor docente a que las y los alumnos sepan más de diversidad sexual y de género. Por último, advierte sobre la existencia de un ala transexcluyente del feminismo: “Como estudiantes trans, podemos pensar que la profe de pañuelo verde va a tener más apertura, más escucha que otra. Ahí hay una asociación de no necesariedad. No significa que no puedan ejercer violencia transfóbica”.

D.H


“Misión cumplida”

“En 2018, una mamá comentó que su ‘hijo’ de cinco años se inclinaba por todo lo que tenía que ver con el mundo femenino. Al principio hubo bastante resistencia del equipo directivo para aceptar la situación. Pero la mamá tenía otra mirada y se acercó para pedir ayuda. La docente, una chica joven, fue mucho más abierta. Fue acompañando desde el afecto todos los cambios que iba teniendo la niña. Llegó el cumpleaños de la alumna. Quiso la torta con Kitty y le cantaron el cumpleaños con el nombre que había elegido (con la sola manifestación de la niña basta para hacer todos los cambios de filiación en la documentación del jardín). Antes de eso, ella era muy retraída y solitaria. A partir de la aceptación de su identidad, empezó a jugar en ronda y estaba mucho más activa. Me fui entusiasmando con su cambio de humor y con su participación. Me encantó verla como abanderada a fin de año. Estaba con vestidito y vinchita; feliz; saltando con las amigas. ´Misión cumplida´, dije.” (Gabriela Gaspar, supervisora de Nivel Inicial de gestión estatal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires).

Diego Herrera. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y docente; miembro del equipo editorial de UNIPE.

Fuente: https://www.eldiplo.org/265-que-comunismo-es-el-chino/la-escuela-acepta-las-disidencias-de-genero/

Fuente de la Información: https://rebelion.org/la-escuela-acepta-las-disidencias-de-genero/

 

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Argentina: El museo de la Historia Urbana dejará plasmada en libros, la historia de los clubes de barrio

América del Sur/Argentina/18-07-2021/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

El museo de la Historia Urbana comenzó un nuevo proyecto. Empezaron a recopilar información de los clubes de Capital con el objetivo de plasmar en libros la historia de cada una de estas instituciones. Natalia Segurado, la directora del museo comentó que buscan que los 38 clubes que hay en el departamento puedan contar su historia y cómo influyeron en la comunidad que los rodea.

El proyecto surge desde el Museo de la Historia Urbana, cuenta con el apoyo de Cultura de la Nación y se llama «Mi historia, mi club». «La idea surge con la necesidad de fortalecer y revalorizar la identidad de los capitalinos y la sociedad contenida en los clubes. Así como también, generar un material de investigación y archivo. El proyecto fundamentalmente tiene una parte muy importante que es la editorial, cada club que incluirá un barrio, tendrá su propio libro», agregó la funcionaria y dijo que ya comenzaron con Árbol Verde, que hace poco tiempo cumplió los 100 años. «Se busca contar la historia de los clubes barriales, desde los más pequeños a los más grandes, y que todas las personas puedan conocer cómo se fundaron», dijo Segurado y contó que esto lo hacen porque muchos clubes no tienen escrita su historia y los fundadores, con el paso de los años fallecieron y la información comenzó a perderse.

A través de entrevistas a vecinos, autoridades de los clubes y personas que hasta por ejemplo, vivieron en las instituciones empezaron a armar la historia de los clubes. «En Árbol Verde ya entrevistamos a varias personas y tenemos copias de distintos documentos, como el acta fundacional, que cuenta parte de esta historia. Este proyecto, que es editorial tiene además, el objetivo de exponer esos libros en el museo y que también puedan llegar a escuelas y bibliotecas. Hay muchos clubes chicos que tiene una historia muy grande y que se hicieron con el esfuerzo de los mismos vecinos. Está muy bueno contar eso», agregó la directora del museo y contó qué en lo que queda del año harán dos instituciones y que después seguirán de manera paulatina con el resto. «Este año nos tardamos más por la pandemia, pero creemos que después avanzaremos más rápido con los demás clubes», agregó Segurado y dijo que el próximo club será Colón Junior.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/El-museo-de-la-Historia-Urbana-dejara-plasmada-en-libros-la-historia-de-los-clubes-de-barrio-20210712-0122.html

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Argentina: Profesionales de Trabajo Social denuncian el vaciamiento de las políticas sociales y la precarización laboral.

Por: Milagro Mariona

 

Más de 100 trabajadores y trabajadoras sociales publicaron un documento con una serie de denuncias y reclamos contra la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social.

Este pronunciamiento se da frente a la conmoción social que generó el brutal asesinato de Rocío. “Advertimos sobre la campaña en curso a cargo del gobierno y la justicia, con el concurso de ciertos medios de comunicación, para blindarse de impunidad y evadir una vez sus responsabilidades”, señalan.

Ven con preocupación la persecución que viene sucediendo sobre las trabajadoras sociales que intervinieron en el caso de la niña, similar a lo que sucedió en el caso de Érika, otra niña que en 2020 murió a causas de golpes y mal nutrición.

En el comunicado, señalan que “las problemáticas sociales en las que hoy intervenimos se presentan cada vez más complejas. La pandemia COVID-19 y las medidas del ASPO agravaron las ya críticas situaciones y problemas estructurales”. Antes esto, denuncian que nunca hubo mayor presupuesto y que las políticas de protección a la niñez están vaciadas y sus profesionales precarizados.

“El desmantelamiento de las políticas sociales y la precarización laboral ponen en riesgo derechos fundamentales que el Estado debe garantizar a nuestro pueblo. Frente a las campañas de desprestigio hacia nuestro trabajo, y con las que se intenta legitimar las políticas de ajuste, precarización y despidos en el sector público, los y las trabajadores y trabajadoras sociales respondemos denunciando el vaciamiento de las políticas sociales y defendiendo el trabajo que hacemos SIN RECURSOS ADECUADOS Y SUFICIENTES Y CONDICIONES DE TRABAJO DIGNAS y los derechos que con nuestro esfuerzo bregamos se garanticen”, apuntan.

En el escrito, manifiestan la “la responsabilidad estatal, de los gobiernos y del ministro de Desarrollo Social Yedlin quienes sostienen y agravan los mecanismos de precarización del ejercicio profesional y las condiciones de trabajo. También denunciamos la hipocresía de jueces y juezas quienes protegiéndose en resoluciones e intimaciones mantienen el silencio frente a este vaciamiento de las políticas sociales y garantizan impunidad a sus responsables”.

Además, denuncian el ejercicio ilegítimo de la profesión que promueve el propio Ministerio de Desarrollo Social “para precarizar y suplir la falta de profesionales; el uso discrecional de protocolos elaborados para el funcionamiento del sistema de protección; la drástica reducción de recursos materiales y la anulación de dispositivos para el abordaje de situaciones familiares complejas; la precarización de herramientas (movilidad, comunicación, etc.) necesarias para el desarrollo de tareas propias de abordaje y la correspondiente comunicación y registro”.

Las y los profesionales se declararon en “estado de alerta y movilización ante el grado crítico en que se encuentran las políticas sociales, nuestras condiciones laborales, ante la emergencia de la situación de nuestras niñeces y adolescentes, y frente al intento de criminalización a compañeras y compañeros”.

Exigen a las autoridades del Ministerio de Desarrollo Social, de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia y de la DINAyF la designación en planta de profesionales, espacios de formación, supervisión constante, escucha a los equipos técnicos a los fines de realizar una re estructuración acorde a las necesidades de los propios espacios de intervención en función de un marco de derecho reconocido, el re establecimiento de instancias de audiencias administrativas que posibiliten a las familias conocer los alcances legales de las medidas que el órgano consideren pertinentes para la protección de niños, niñas y adolescentes, acompañamiento de Asesoría Letrada a los y las técnicas en las instancias judiciales, garantizar los recursos necesarios mecanismo para la recepción de denuncias, línea 102.

Durante la jornada de ayer los directivos del Colegio de Psicólogos y el Colegio de profesionales de Trabajo Social “se reunieron con autoridades de la DINAyF donde se solicitó la gestión de mayor presupuesto para la implementación de políticas públicas integrales de niñez y adolescencia, la reestructuración y el fortalecimiento de la intervención de la DINAyF asignando recursos que eviten la sobrecarga de trabajo de lxs profesionales; la mejora de sus condiciones laborales y la protección ante situaciones de exposición y riesgo para lxs colegas, evitando la criminalización o estigmatización de lxs mismos. Asimismo se planteó el rechazo firme a toda forma de ejercicio ilegal de las incumbencias profesionales y la necesidad de sostener abordajes interdisciplinarios en las intervenciones, así como también el ingreso laboral a través de concursos.”

Fuente de la información e imagen: lanotatucuman.com

 

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Radio Agustín Tosco: la voz de los y las de abajo en Argentina

Redacción La Tinta

 

En Sebastián Elcano, al norte de la provincia de Córdoba, una radio difunde lo que queda por fuera de la agenda de los medios tradicionales y se escucha donde ninguno llega. Eliana Olivera, integrante del espacio, cuenta sobre estos cinco años de construcción de comunicación alternativa, comunitaria y popular en la región.

El 29 de mayo de 2016, integrantes de la Federación de Organizaciones de Base-Zonal Norte crearon la Radio Agustín Tosco, “la radio de las sin voz, de las mujeres oprimidas cada segundo que el patriarcado respira, será la voz de lxs negros de alma, del campesinado expulsado por ´los sojeros´, los jueces y la policía, la radio de los discriminados, de ´los atrasados´, de los escupidos por el poder, de los humillados y explotadxs”, expresaban en la presentación del espacio.

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Eliana Olivera es una de las integrantes de Radio Agustín Tosco: “Somos compañeres que hacemos radio desde abajo, no tenemos una licenciatura ni trayectoria en comunicación, simplemente estamos dispuestos a hacer lo que nos gusta, a transmitir lo que no se escuchaba, estamos dispuestos a ser escuchados”, relata en conversación con La tinta.

La idea de crear una radio, cuenta Eliana, surgió porque la mayoría de los medios locales estaban vinculados “al poder de turno” o a intereses particulares: “Teníamos la necesidad de mostrar lo que realmente sucede y de escuchar otras voces, las que nunca habíamos escuchado en radio, las que tienen mucho para decir y no tienen un medio para que se difunda”, explicó.

La FM 101.1 cuenta con una amplia programación con diferentes temáticas y géneros musicales. Eliana participa de “NotiFOB”, un espacio matinal de información vinculada a la Federación de Organizaciones de Base y sobre los principales sucesos locales, regionales y del mundo. De 10 a 13 horas, es parte de Té de Brujas, donde tres compañeras comparten las voces de mujeres campesinas, de identidades disidentes y las luchas en torno a los agrotóxicos y los desalojos. La grilla se completa con programas dedicados al folclore, el cuarteto y donde personas de la localidad construyen formas de vincularse con la audiencia, que son sus propixs vecinxs.

Hacer comunicación alternativa, popular y comunitaria en la localidad tiene sus particularidades. Sebastián Elcano es un pueblo de unxs 3.000 habitantes, está rodeado de campos de soja y está en una zona de avance y resistencia al modelo del agronegocio. Una región donde la agricultura es un gran negocio para unos pocos, dejando necesidades, enfermedades por agrotóxicos y despojo para las grandes mayorías.


“En el pueblo, impacta mucho la radio porque muestra realidades que los medios locales ocultan. Además, llegamos a pueblos y parajes muy lejanos, a familias campesinas donde no llega ningún medio”, explica Eliana. “Apostamos a las luchas campesinas por el monte, estamos con quienes salen y enfrentan el modelo de desalojo”.


Desde la Agustín Tosco, acompañaron la situación de Ramona Orellana Bustamante, mujer campesina de 95 años del Paraje Las Maravillas, símbolo de lucha y resistencia frente a un modelo de producción que se traga las tierras campesinas con arrogancia, a punta de pistola y con la complicidad del Poder Judicial y político.

“Estuvimos haciendo entrevistas a doña Ramona, una voz de mujer campesina que luchó durante años por sus propias tierras, que cuidó el monte y tejió la resistencia, el amor y la rebeldía” -expresó Eliana- “Ramona nos dejó la enseñanza de luchar, de cuidar el monte y las tierras campesinas. Nos demostró qué es luchar contra el sistema judicial injusto, contra los desalojos, contra el agronegocio y la sojización. Ella cuidó su campo desde el cuidado de la cabra, el tejido, el trabajo de campo, desde lo que hacía como mujer y murió en sus tierras cuidando lo que más amaba”.

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(Imagen: Radio Agustín Tosco)

Registrando y difundiendo la voz de Ramona, se contactaron con otras familias campesinas que atraviesan la misma situación. “Llegamos donde los otros medios no llegan, pero donde sí llegan los empresarios y terratenientes con la idea de usurpar. Como apoyamos a las familias campesinas en sus luchas para que no se instalen los sistema de muerte y el agronegocio, entonces, se comunican con nosotres para hacernos saber que los quieren desalojar”. Así, cumplen un rol importante en el tejido de redes de resistencia, “desde el amor, poniendo el corazón y creyendo que vamos a cambiar las cosas y que somos transformadores. Es una herramienta para todes les compañeres para transformar realidades”.

Cinco años después de los inicios de la radio, todavía hacen sentido las palabras de la presentación del medio: “La Agustín Tosco será la radio de los envenenados por el Glifosato, de los que comen las migajas de los de arriba y de a poco transformaremos el pan con nuestra harina. Pero también será la radio de la justicia, de nuestros sueños, de los sueños de nuestrxs hijxs, la radio de la gente que habla con el corazón y no de políticos chamulleros, donde el silencio de nuestra lucha tendrá un lugar importante e impondrá el respeto y los derechos que nos deben”.

Fuente de la información e imagen: La tinta

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Argentina: “Si las escuelas no están en condiciones no habrá clases después de las vacaciones”

ADNSUR

Así lo aseguró el secretario general de la Regional Sur de la ATECh, Daniel Murphy. Dijo que las condiciones edilicias de los establecimientos educativos definirán la vuelta o no a la presencialidad.

El secretario general de la Regional Sur de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Chubut (ATECH), Daniel Murphy, advirtió este lunes que si los establecimientos educativos no están en condiciones, no se retomarán las clases tras el receso invernal.

El dirigente indicó que es el “Ministerio de Educación el que tiene que demostrar que las escuelas cumplen con las condiciones edilicias para retornar a la presencialidad de clases después de las vacaciones de invierno”.

En diálogo con FM La Petrolera, Murphy sostuvo que “el sector docente viene siendo protagonista de luchas difíciles. Pero la disconformidad principal es con el Gobierno Provincial: el responsable de los problemas que tenemos es Mariano Arcioni y sus políticas”.

Agregó que otro tema «preocupante es el de la falta de cobertura de cargos» y consideró que es «necesario que la comunidad tome conocimiento de esta lucha porque si no al Gobierno le da lo mismo que haya o no haya clases”.

https://www.adnsur.com.ar/chubut/sociedad/comodoro—si-las-escuelas-no-estan-en-condiciones-no-habra-clases-despues-de-las-vacaciones-_a60ecdfc382102f43cc2afb93

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