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Posibles causas (condiciones de producción) de la violencia de, hacia y en la escuela

Andrés Marcelo Sarlengo

Desde hace bastante tiempo, incluso antes de la conocida “Masacre de Carmen de Patagones” en el 2004, la violencia en, hacia y de la escuela (Daniel Lemme) preocupa a docentes, alumnos, directivos, funcionarios, gobernantes y padres de los estudiantes, más allá de las diversas miradas que tienen sobre la problemática.

Lo que tratamos con este trabajo monográfico es aproximarnos a este fenómeno de un modo crítico, articulando la bibliografía leída, los audiovisuales vistos y escuchados y una experiencia docente de más de diecisiete años que nos permite comprender desde la práctica educativa una temática urgente que precisa “alumbrarse” también desde las teorías. De ahí, que al decir de Norberto Boggino en Cómo prevenir la violencia en la Escuela recurrimos al paradigma de la “racionalidad compleja”, cuyos referentes conceptuales relevantes son “la idea de relación” y que “pensar desde la complejidad supone apelar a formas de conocer e intervenir que no mutilen ni atomicen lo real, que no reduzcan el todo a las partes”. En las propias palabras de Boggino se afirma: “Para comprender y plantear cualquier estrategia preventiva o propuesta de resolución de escenas de violencia en el aula y en la escuela hay que conocer los procesos estructurales que impactan y atraviesan la institución educativa y el modo en que es percibido por los actores; aun cuando la resolución de los procesos estructurales escapen a las posibilidades de los directivos y docentes”.

A modo de resumen de nuestras primeras intenciones queremos pensar e indagar sobre las posibles condiciones de producción de la violencia en esa triple relación con la escuela: en ella, hacia ella y desde ella. Esa es nuestra unidad de análisis e intervención y desde el enfoque de la racionalidad compleja nos remitimos “siempre a lo multidimensional, a lo complejo, a los procesos, a las interretroacciones entre los componentes y entre lo nuclear y lo general” (Cómo prevenir la violencia en la Escuela. Norberto Boggino).

¿Cuáles son las posibles condiciones de producción de la violencia escolar? Precisamente debemos pensar en relaciones: qué sucede en los grupos, las instituciones escolares, el orden escolar y social…para que desde el bullying, el ataque y roturas a edificios y el aburrimiento acontezcan cotidianamente y resulten puntos ciegos en muchos casos. Tomando a Ana Quiroga y Josefina Racedo debemos examinar lo real concreto, las relaciones entre los individuos, los grupos, las clases sociales y el orden sociohistórico que atraviesa lo escolar.

En Venado Tuerto y su región aledaña, sur de Santa Fe, predomina el modelo extractivista sojero biotecnológico que se refleja en los medios masivos locales con sus noticias e imaginario social, al mismo tiempo que coexiste una estigmatización y barbarización de ciertos barrios populosos y sus escuelas donde concurren niños, adolescentes y adultos. He ahí un ejemplo de lo abordado por Daniel Lemme: las escuelas del “sojalismo” como frontera entre la inclusión y la exclusión social. “Los parias urbanos”- en efecto, diría Loic Wacquant- producto del orden socioeconómico.

En un artículo que escribiésemos en junio de 2020 sostenemos: “La pedagoga Ana Campelo se preguntaba: ¿cómo promover vínculos solidarios, pluralistas y basados en el respeto mutuo? Y nosotros nos preguntamos –complementando esa inquietud-: ¿cómo promover el aprendizaje social para que las palabras y el diálogo desplacen al accionar violento? Antes que nada vale traer nuevamente las reflexiones de Campelo: “La consecuente desigualdad económica y social tuvo como correlato el desmantelamiento de los mecanismos solidarios de protección social, lo cual provocó la ruptura de los lazos sociales indispensables para hacer comunidad”.

Y tras leer el material “Convivencia y conflicto en los centros educativos” del libro Debates y propuestas sobre la problemática educativa de Ezequiel Ander-Egg sus reflexiones van en la misma dirección: “Si bien la violencia en la escuela es un problema específico de las instituciones educativas, esta situación expresa también la violencia que se genera fuera de la escuela, es decir, la violencia que existe en la sociedad (…) A todo esto debemos añadir las situaciones de violencia estructural: una sociedad injusta con grandes desigualdades sociales y desigualdades entre hombres y mujeres que son también causa de violencia. No se puede comprender de manera clara lo que acontece en la escuela sin tener en cuenta lo que acontece en la sociedad”.

¿Cómo se cuela la desigualdad social y emerge como acto, drama, movimiento o discurso violento en las escuelas? Aún nos debemos la tarea de profundizar en estos interrogantes. Si los educandos son sujetos relacionados, también lo son producidos: Inés Rosbaco en El desnutrido escolar cita a Piera Aulagnier: “La realidad de la opresión social sobre la pareja desempeñara un papel en el modo en que el niño elaborará sus enunciados identificatorios”. En palabras de Ezequiel Ander-Egg resulta contundente: “Estas circunstancias de violencia estructural que se viven en el ámbito social penetran en la vida escolar. Cuando los centros educativos están en sectores muy empobrecidos, los que se sienten frustrados y marginados no tienen reparos ni escrúpulos de cometer actos de venganza contra la sociedad. El vandalismo que sufren ciertos locales escolares es prueba de ello”.

A nuestro entender no vale (y científicamente menos) mirar el “acto violento” por fuera del proceso socioecónomico y sus implicancias subjetivas. Si creemos que los “delincuentes u negros chorros” (como le dicen) eligieron ser eso y no otro cosa: es un enfoque que  termina en la pura represión, castigo y hasta la supresión de las personas. Se termina cayendo en un enfoque individualista y defensivo: los otros son nuestros enemigos. Otra vez Ana Campelo nos enseña a pensar: “Así, los dispositivos que se crean para abordar la violencia – en las escuelas y también en la sociedad- parten de una lógica de defensa. Sin embargo, nos encontramos ante una paradoja, la paradoja de la seguridad, ya que lejos de defendernos, estos dispositivos aumentan el circuito de la violencia”. Aquí lo social se combina con lo institucional en un orden trágico que recae en la pedagogía de la “seguridad”:  los funcionarios que hoy se preocupan por las “balas y los disparos” y “la delincuencia” en los barrios, como de la violencia escolar, con su decir y políticas refuerzan este esquema: desigualdad socioeconómica=fragmentación del lazo social= violencia=miedo y desconfianza en los otros=dispositivos de represión que fragmentan más aún los lazos= más violencia y miedo= más dispositivos de represión (y en muchos casos de supresión).

Para reafirmar lo anterior y que no quede como pura opinión nuestra deseamos destacar el importante párrafo que cita Daniel Lemme de Parias Urbanos (Loic Wacquant): «Mientras que antaño, en las metrópolis occidentales, la pobreza era en gran medida residual o cíclica, estaba fijada en comunidades de clase obrera, era geográficamente difusa y se la consideraba remediable mediante una mayor expansión del mercado, hoy parece ser cada vez de más largo plazo si no permanente, y está desconectada de las tendencias macroeconómicas y establecida en barrios relegados de mala fama en los que el aislamiento y la alienación sociales se alimentan uno al otro, a medida que se profundiza el abismo entre las personas allí confinadas y el resto de la sociedad….».

¿Dónde está la violencia cuando es el Estado (en crisis o no) quien con sus dos herramientas (el monopolio legítimo de la fuerza-M.Weber; el monopolio legítimo de la violencia simbólica-P. Bourdieu) establece y garantiza un orden y reglas de juego donde el mercado tiene las de ganar y caemos bajo su designios e intereses?

Hasta aquí podríamos sostener que nos centramos en cómo el orden social genera violencias en las escuelas: una relación dialéctica, compleja, que no vale simplificarla. Y a modo de indagar cómo la escuela misma (su organización institucional) produce y reproduce violencias sobre los sujetos (provocando respuestas que a la vez se naturalizan) vamos a tomar una definición de Norberto Boggino como guía y referencia de estudio: “En el marco de la complejidad y del entramado de los componentes de producción de escenas de violencia, proponemos como unidad de análisis para las intervenciones en el aula y la escuela, a las escenas que protagonizan los sujetos singulares en el seno del microsistema institucional donde se manifiestan, considerando conjuntamente, los atravesamientos contextuales y, específicamente, las relaciones vinculares entre los actores inmersos en dichas escenas”. Boggino propone estudiar desde esa perspectiva escenas y fenómenos como los siguientes: la violencia, la indisciplina, la formación de valores, la construcción de normas sociales, la convivencia escolar.

¿Cómo y por qué emerge la violencia en la escuela? ¿Acaso la escuela como institución no debe ser analizada (un analizador) en el proceso de producción de esos acontecimientos? Daniel Lemme pareciera tomar a Fernando Ulloa cuando plantea “los aspectos institucionales implicados en la emergencia de la violencia escolar”; si bien Ulloa no hizo análisis institucionales aplicados puramente a lo escolar, si aporta a pensar esos “aspectos institucionales” como la distribución de tiempo, espacio, roles/funciones/responsabilidades/normativas que se mueven generando fracturas o articulaciones. De ahí, como afirma Lemme, que la estructura normativa, su aplicación rígida, situacional o vaga pueden favorecer “las situaciones de violencia escolar”. Aun así, la escuela debería además de establecer normativas (jurídicas, sociales o éticas) promover espacios para un “insight” de los sujetos que la habitan, dicho de otro modo, espacios de aprendizajes que tomen a la convivencia, las normativas y la ley simbólica como objeto de estudio, abierto y enriquecedor. Asimismo, Lemme subraya que una inadecuada propuesta de enseñanza a los alumnos también puede producir comportamientos agresivos, autoagresivos, desvalorización subjetiva y violencia simbólica. ¿Qué es sino el aburrimiento y la indiferencia de los alumnos frente a las clases ofrecidas? Fastidiar con una perorata y cansar con un currículo arbitrario también es violencia, violencia materializada por el rol docente y la institución. Lemme especifica así las causas de la “indiferencia” de los estudiantes: – los contenidos –las acciones que realiza el docente para facilitar la actividad de aprendizaje – el tipo de actividad a resolver, en forma individual o grupal. Es decir, en esa dialéctica entre la estructura del contenido y la estructura de participación surge el aburrimiento o lo que la farmacología llama déficit de atención cuando uno niño o adolescente no deja de moverse. La interacción en el aula, en el grupo, puede dar lugar a la adaptación pasiva al mismo, la puesta en acto de malestares internos no reconocidos, o bien- promover la autoría de la palabra/pensamiento (Isabel Requejo). En definitiva, podríamos sintetizarlo así: o se construye en el aula un marco de referencia compartido, un universo de significados compartidos; o los malentendidos, el desprecio del capital cultural traído por los alumnos, la no escucha del otro…puede que cierre un momento de orden en la clase (y de clase) pero de alguna manera emergerá lo subyacente: calificado de violencia por la institución; pero según Silvia Bleichmar podría ser agresividad en respuesta a un intento simbólico de supresión. Por supuesto que la institución escuela es una frontera entre el derecho social de educarse o la exclusión. Pero en esta región- como en varias del país- el extractivismo sojero hace lo propio –mediante las relaciones sociales que genera- en nuestras escuelas. La biotecnología parece extraer toda la savia y nutrientes de vegetales y la tierra, al mismo tiempo que extrae nuestra sabia/sabiduría clivando nuestros conocimientos a un simple estar pasivo, a mirar el mundo desde una tecné que nos embrutece y nos hace más violentos. ¿No es violencia acaso poner el sistema educativo al servicio de la formación de recursos humanos que la concentración empresarial requiere? ¿Hay allí un marco referencial pedagógico compartido o es un corpus que se baja con la excusa de la teoría del capital humano y la modernización? Hay que readmirar que se excluye y que se incluye en los contenidos curriculares.

Asimismo, Lemme señala cómo se dan ciertos procesos de exclusión en las escuelas: “La exclusión como movimiento o acción de la institución escolar, «representante» de la sociedad, impulsa movimientos de inclusión (y pertenencia) en otros grupos – en general «marginales/dos»- que responden desde la agresión o violencia correlativa a esta acción de ser excluidos de la circulación de ciertos bienes, servicios o posiciones en las redes sociales y comunitaria”. O sea, la escuela que excluye motoriza que los excluidos se incluyan en otros grupos donde la violencia hace sincretismo con el sobrevivir. El investigador describe dos procesos importantes de tener en cuenta al respecto: 1) Se produce la exclusión social, hay una crisis de pertenencia e identidad y de ahí provienen las actuaciones agresivas. 2) El proceso es similar pero la crisis de pertenencia se “elabora” perteneciendo a grupos de riesgos (pandillas, patotas, etc) que actúan agresivamente hasta de modo delictivo.

Ana Quiroga resume –en efecto- esa relación entre escuela, orden social, marginación y subjetividad: “Fracasada la supuesta utopía del nuevo orden, los hechos devastan a los sujetos y la vida social. A la vez que el discurso, como hemos dicho, sentencia: “éste es el único mundo posible”. La máscara cae, desnudando la crueldad de las relaciones de poder y su presencia en el plano de lo interpersonal. La situación de desamparo que esto genera, daría lugar a diversas respuestas. Una de ellas es la sobre-adaptación, que lleva a la construcción de un falso self, una falsa identidad, en la que el sujeto se aliena, se desconoce en sus necesidades. Asume entonces, como conducta espontánea, lo que es mandato y discurso de otro, en una relación de sumisión. Otra forma de respuesta es la personalidad light, en la que el sujeto pareciera dispersarse en la superficie de las cosas, en una relación de exterioridad y banalización, hacia sí mismo y hacia los otros. La vivencia de futilidad y vacío, que subyace a esa conducta puede ser signo de una depresión silenciosamente instalada. Otros, ante la imposibilidad de simbolizar y elaborar su angustia, de dar la respuesta supuestamente adecuada, descargan la frustración e ira que les invade, en la acción destructiva, buscando aniquilar la fuente de ansiedad en el mundo externo, situación en la que fracasan una y otra vez, pero que no cesarán de repetir, yendo de víctima en víctima. En tanto han registrado y asumido, desde los inicios de su vida, la desvalorización social de su existencia, de su condición humana, buscarán hacer experimentar a otros su propio pánico, en un fallido intento de desprendimiento del mismo. Su refugio es la droga y la banda, que acompañan y potencian esta conducta de daño hacia sí y el otro. La violencia sin sentido, cruel, criminal, presente en nuestra cotidianidad, tiene una de sus causas en este proceso”.

Resta para terminar esta breve monografía el reflexionar sobre nuestra tarea e implicancia. Como docente, apostar al diálogo, a la creación de espacios donde la palabra y el sentido compartido disminuya la violencia puesta en acto (Proyectos de consejos de convivencia, asambleas de alumnos, talleres creativos, formación en resolución de conflictos grupales e institucionales, articulación de redes escuela-comunidad, talleres de educadores), conseguir demorarse, escuchar al otro y producir un curriculum cada día menos arbitrario. Y en lo personal, saber y apropiarnos de la idea que los proyectos siempre van de la mano de la esperanza colectiva. Enrique Pichon Riviere se repetía: “tirar de la sano”. Y seguir aprendiendo, por eso realicé este esclarecedor seminario.

Bibliografía:

• Convivencia y conflicto en los centros educativos. Ezequiel Ander-Egg. 2005. Debates y propuestas sobre la problemática educativa. Rosario. Homo Sapiens.
• Convivencia escolar. Construcción de un modelo para su análisis. Daniel Lemme. 2004. Convivencia escolar. Ensayos y experiencias. Horacio Maldonado Compilador. Buenos Aires. Lugar Editorial.
• Complejidad de escenas de violencias y construcción de la convivencia. Norberto Boggino. 2007. Cómo prevenir la violencia en la escuela. Rosario. Homo Sapiens.
• Los grupos y las quejas. Ana Quiroga. Marzo 2009. Primera Escuela Privada de Psicología Social A-1245. Buenos Aires.
• Inseguridad en Venado Tuerto: aprendizaje social o supresión. Andrés Sarlengo. Venado 24. 11-06-2020

Fuente: https://rebelion.org/posibles-causas-condiciones-de-produccion-de-la-violencia-de-hacia-y-en-la-escuela/
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Argentina: La UBA celebró sus 200 años

América del Sur/Argentina/15-08-2021/Autor(a) y Fuente: www.pagina12.com.ar

Se entregaron distinciones a 200 personalidades destacadas de la universidad pública, entre ellas, Alberto Fernández.

«Toda mi vida estaré agradecido a lo que esta universidad me ha dado, toda la vida. Porque si algo soy, en gran medida se lo debo a esta universidad», señaló el presidente Alberto Fernández. Fue al cerrar el acto de conmemoración por los 200 años de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que se llevó a cabo en la Facultad de Derecho y contó con la presencia de 200 personalidades destacadas ligadas a la UBA que, por su trayectoria en el campo profesional, académico, científico, cultural y empresarial y/o de gestión, recibieron una distinción simbólica de la universidad. Fernández compartió escenario con el rector de la institución, Alberto Barbieri, y el presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires, Ramiro Fernández Sarraf. “Hicimos 200 años de historia. Sigamos formando el futuro que nuestro país necesita”, dijo el rector en el acto.

En el Salón de Actos de la Facultad de Derecho, doscientas personalidades egresadas de la UBA, representantes de los docentes, no docentes y estudiantes, también funcionarios de distintas áreas, se reunieron para celebrar el bicentenario de la Universidad de Buenos Airesfundada el 12 de agosto de 1821 en la Manzana de las Luces por el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Martín Rodríguez, y su ministro de gobierno, Bernardino Rivadavia.

La ceremonia fue conducida por les periodistas Luciana Rubinska y Marcelo Bonelli, y fue transmitida en vivo a través de las redes sociales oficiales de la UBA. Incluyó un show artístico, en el que Elena Roger interpretó el Himno Nacional acompañada por su orquesta Escalandrum. Como cierre del acto, cantó «Yo vengo a ofrecer mi corazón».

Egresado y docente de la Facultad de Derecho, Alberto Fernández definió a la Universidad de Buenos Aires como la «prueba ejemplar de cómo se puede construir una sociedad con una escala social ascendente«, y consideró a la institución un «lugar magnífico donde se puede encontrar respeto en la diversidad y pluralidad en grado extremo».

Fernández recordó que recién durante el gobierno de Juan Domingo Perón se garantizó la gratuidad de los estudios superiores. “La gratuidad fue central para el desarrollo del conocimiento argentino porque permitió que los hijos de los obreros pudieran estudiar”, subrayó. Asimismo valoró que el ex presidente Raúl Alfonsín “hizo irrestricto el ingreso a la universidad y así se amplió el espacio de libertad para acceder al estudio universitario”.

«Estoy orgullo de poder estar en los 200 años de la universidad a la que más amo, a la que todo le debo«, expresó conmovido el Presidente. Y agregó: «Aquí conocí a mis amigos, a mis mentores, aquí me eduqué. Toda mi vida estaré agradecido a lo que esta universidad me ha dado».

«Felices 200 años mi querida Universidad de Buenos Aires», concluyó el presidente Fernández.

Alberto Barbieri, quien ejerce como rector de la UBA desde el 2014, dijo no encontrar “ningún ejemplo de desarrollo sostenido en el tiempo en donde la universidad no haya tenido un rol central. Es por eso que hoy, a 200 años de nuestra fundación, vengo a proponerles que construyamos una sociedad más justa e inclusiva”, dijo.

Participó también de la ceremonia, en representación de los alumnos, el presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires, Ramiro Fernández Sarraf. “Hoy me toca ser la voz de miles de estudiantes, y me pone muy contento y me llena de emoción estar delante de toda esta gente tan importante por lo que representan dentro de la universidad. La UBA es patrimonio de la humanidad. ¿Qué duda puede caber?».

La distinción

Durante la ceremonia, se entregó una distinción a 200 personalidades destacadas de la universidad pública, en reconocimiento a su trayectoria y compromiso con los valores de la casa de altos estudios. El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, subió al escenario en representación del conjunto a recibir una medalla, que le fue entregada por el Presidente y el rector Alberto Barbieri.

«Hemos elegido a los que evidencian la pluralidad y la diversidad que conforman el mosaico de nuestra comunidad, la UBA forma profesionales con espíritu y pensamiento crítico y queremos una universidad que no deje de mirar las necesidades de su pueblo», enfatizó Barbieri.

Enter los distinguidos se cuentan el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof; el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; la cofundadora de Madres de Plaza de Mayo y psicóloga social Nora Cortiñas; el exjuez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni; el expresidente Eduardo Duhalde y la pedagoga Adriana Puiggrós. También fueron reconocidos el médico infectólogo Pedro Cahn;  el abogado y periodista de Página/12 Mario Wainfeld; la viróloga Andrea Gamarnik y el ex rector Guillermo Jaim Etcheverryentre muchos otros.

Además, en el acto estuvieron presentes acompañando al Presidente, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; los ministros de Educación, Nicolás Trotta; del Interior, Eduardo de Pedro, el canciller Felipe Solá; y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

Los festejos de la UBA por sus 200 años continuarán. Este sábado 14 se inaugurará una muestra fotográfica con un recorrido por los dos siglos de la UBA, que se exhibirá al aire libre y para toda la comunidad en Plaza Houssay, ubicada en avenida Córdoba 2100, en la Ciudad de Buenos Aires.

El acto en la Facultad de Derecho

El listado completo de las 200 personalidades distinguidas

Fuente e Imagen: https://www.pagina12.com.ar/361213-la-uba-celebro-sus-200-anos
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Argentina: Mauricio Macri sostuvo que la educación pública “es un simulacro”

Mauricio Macri se refirió a la polémica de Toyota y la calificó como “una tragedia educativa”.

“La dificultad de Toyota para reclutar personal con secundario completo que pueda entender textos mostró nuevamente la tragedia educativa. La valiente columna que publicó Tiramonti analiza por qué el sistema público es un simulacro donde unos hacen que enseñan y otros que aprenden”, sostuvo a través de su cuenta de Twitter.

Allí hizo referencia a una nota publicada en La Nación sobre la polémica que se armó por la dificultad de la automotriz Toyota para conseguir empleados que hayan terminado sus estudios secundarios.

Luego de que trascendiera esta información, el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) señaló que en la Argentina el 31% de los jóvenes de hasta 24 años no pudo completar ese nivel educativo.

A partir de datos del ministerio de Educación, remarcó que entre los jóvenes de más bajos ingresos (la mayoría, pobres) sólo el 52% terminó la secundaria, mientras que los de ingresos más altos alcanzan el 88%.

Por otro lado, según información de la cartera educativa de 2019, el 47%de los estudiantes no alcanzan nivel satisfactorio en lengua y matemática: el mismo porcentaje se eleva al 81% en caso de los alumnos de establecimientos públicos.

Fuente: https://eleconomista.com.ar/2021-08-mauricio-macri-sobre-educacion-publica/

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Argentina: Alumnos coparon la pista del autódromo y aprendieron mecánica

América del Sur/Argentina/13-08-2021/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Desde la Dirección de Educación Técnica y de Formación Profesional, informaron que trasladaron a 40 estudiantes y profesores de la especialidad a una jornada de actualización y capacitación. Durante esa jornada pudieron conocer el trabajo, mantenimiento y preparación de autos de competición, en la previa del Turismo Carretera que se corrió ayer en San Juan, en el autódromo del Villicum, en Albardón.

Sentados en la pista, en bancos como si estudiaran dentro de un aula, los alumnos de las escuelas secundarias que estudian esta especialidad tuvieron una jornada atípica. Estuvieron en contacto con mecánicos de las escuderías que compitieron en la provincia. Los alumnos que participaron de esta jornada pertenecen a la escuela EPET Nº1 Ingeniero Rogelio Boero, la Misión Monotécnica Nº44 y Escuela Técnica de Capacitación Laboral Obreros del Provenir.

Además de recibir una charla, los jóvenes visitaron boxes, compartiendo con los equipos de competición quienes les brindaron un pormenorizado detalle de cómo se preparan y mantienen los automóviles, motores, neumáticos, entre otros. Esta tarea fue organizada en conjunto entre el Ministerio de Educación y la Secretaría de Deportes que fue la encargada de permitir el ingreso de los alumnos y el traslado.

Fuente e Imagen: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Alumnos-coparon-la-pista-del-autodromo-y-aprendieron-mecanica-20210808-0059.html

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Cromañón pedagógico

Por: Miguel Andrés Brenner

El relato con el que inicio el presente texto no puedo fundamentarlo en alguien que me lo haya contado, tampoco en documentos de cualquier especie. Simplemente, lo viví yo.

En un momento de su mandato como directora de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Adriana Puiggrós -equivalente a ministra de Educación- (años 2005 a 2007), convocó a representantes de alumnos de escuelas secundarias, zona sur del Gran Buenos Aires. Yo acompañaba a un grupo de estudiantes del último año del colegio donde trabajaba, la Escuela de Educación Técnica nº 5 (el Palaá) de la ciudad de Avellaneda, para tener un encuentro multitudinario, de diferentes escuelas, con la ministra en el todavía Teatro Colonial. Temario de la fecha: el diseño para la nueva escuela secundaria.

Luego de las alocuciones de rigor de algunos funcionarios de turno y de Adriana Puiggrós, se conformaron grupos de alumnos por escuelas a fin de responder algunas preguntas que ya estaban preestablecidas. El grupo de alumnos del Palaá presentó, en una hoja que se le entregó, una pregunta supuestamente incómoda para la ministra, ¡tanto! que quien pasaba por los equipos, designado a fin de retirar los comentarios realizados en la hoja citada, tuvo temor de aceptarla y llevarla a la mesa central. Le dije, “si tenés algún inconveniente puedo acercarla yo”.

Pero, de pronto, un alumno de mi escuela, fuera de todo protocolo, se pone de pie, y en voz alta y firme “pide la palabra”. Se produce un silencio significativo. La Ministra le pregunta acerca de su inquietud. El alumno le responde que conoce una escuela que se encuentra en franco deterioro edilicio con todos los avatares que pudieran producirse al respecto. Adriana Puiggrós le contesta que “no sabía de la situación”. Y públicamente invitó a ese alumno, sin conocer su nombre y apellido, de entre 17 ó 18 años, a acudir a la Dirección General de Cultura y Educación, sita en La Plata, cuando él quisiera, así “irían juntos a visitar a dicha escuela”.

Podemos imaginarnos, fantasiosamente, a dicho alumno llegar al edificio del ministerio, y decir al empleado de seguridad que la ministra lo había invitado, y cuál podría haber sido la respuesta de ese empleado. Obviamente, el alumno no fue a La Plata. La chicana o artimaña de Puiggrós se resumía en “salir por la tangente y dejar las cosas como están”.

Valga dicho relato como metáfora de la situación edilicia de “todas” las escuelas públicas del país, más allá del gobierno de turno (aunque hay que reconocer que en la “gestión empresarial” del país de Juntos por el Cambio el presupuesto educativo disminuyó). Situación que pudiera cualificarse como una especie de posible “Cromañón” en cualquier tiempo y espacio de la presente época. Con un aditamento, que ese “todas” equivale en particular a las escuelas donde concurren alumnos de sectores populares. O sea, hay una constante: las desgracias son para los pobres.

La pregunta que podríamos hacernos es si la explosión edilicia resulta un fenómeno que hace solamente a la materialidad de la escuela, con sus consecuencias trágicas, o sea, como un hecho puntual, o bien como una problemática que la excede y que apunta al corazón de la praxis pedagógica en el aula de la escuela pública.

Hay docentes que merecen ser valorados infinitamente por la dedicación de sus propias vidas a la dignidad de los alumnos, aunque su dedicación amorosa lo hagan en el anonimato y como algo personal-individual, pero no en tanto a las condiciones de posibilidad que ofrece el sistema educativo. Hay otros que dejan mucho que desear, mientras se dedican a criticar al sistema, como si ellos no formaran parte del mismo.

Desde que se creó la CETERA – Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina-, en el año 1973, fue una constante la “defensa de la escuela pública”. A través de toda su historia, salvo excepciones, dicha defensa se resumió en la del “salario”. Esa “defensa” se constituyó casi como un síndrome paranoico, tendiendo siempre a la retaguardia, sin anticipar propuestas reales y efectivas, ni desde el poder político, ni desde el poder académico, ni desde el poder sindical. Hasta que, de pronto, en el poder del neoliberalismo capitalista se presentan alternativas según las normas del mercado. Y, nuevamente, aparece la resistencia, aunque escasamente crítica y sin un potencial creativo para las aulas de nuestras escuelas.

El “Cromañón pedagógico” explota cada vez que alumnos y maestros son abandonados a su suerte, mientras un posicionamiento crítico/activo comunitario, que nace del sentido de la indignidad, desde el punto de vista ético político, es sumamente débil.

Quizá haya alguna imprecisión en la metáfora “Cromañón pedagógico”, pues la explosión de una infraestructura material que mata es un estallido incierto empero posible en cualquier momento, mientras que la explosión pedagógica es previsible en todo momento cual especie de múltiples y constantes estallidos, que por permanentes ni se perciben como tales, aunque también matan vidas de otra manera. En ambos casos hay políticas de Estado a través del tiempo, más allá del gobierno de turno y su ideología, en tanto no existan modificaciones reales y no proclamadas meramente, que hagan efectiva la dignidad en las condiciones de vida de los pueblos.

Para concluir, difícilmente el presente texto sea dado a publicidad en el ámbito del poder político, del poder académico o sindical. ¿Será ello consecuente, acaso, con la crítica que se le hace al pensamiento único, propio de la derecha política?

Fuente de la información e imagen: https://contrahegemoniaweb.com.ar/2021/08/03/cromanon-pedagogico/

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Experimento sojero con niños wichí

Por: Silvana Melo

A casi veinte años de la super sopa sojera del derrumbe, el agronegocio propone, una vez más, intervenir en los cuerpos de los niños más frágiles. Y experimentar en la vulnerabilidad extrema de la desnutrición wichí. La creación, desde el Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, de una madalena con sabor a dulce de leche y corazón de trigo y soja, es un salvavidas para la desnutrición de la infancia. Un muffin (en el idioma también colonizado) transgénico, veteado de agroquímicos, testeado en 30 chiquitos wichí salteños. En Santa Victoria Este, donde la infancia está condenada por origen, la agroindustria ensaya su alimento para engorde. Que a la vez es una llave más para producir ganancia con la alimentación no saludable, esta vez a través del estado. En un tiempo sombrío, de hambre y desaliento, el círculo del agronegocio vuelve a 2002, como si nada hubiera sucedido en este extenso camino que se cargó la vida de tantos niños. De pequeñas historias con nombres, caritas y porvenires talados.

Este riñón del capitalismo más feroz ha sido un pauperizador y generador de éxodos, en su ampliación de la frontera agraria para la siembra de commodities exportables. Miles de familias campesinas fueron desterradas y buscaron refugio en los conurbanos de las grandes ciudades. Las villas y asentamientos exhibieron un crecimiento exponencial en dos décadas de transgénesis y divisas aseguradas para un estado que –sin grietas- se sostuvo y se sostiene con la lógica extractiva. La lógica perversa de un sistema productivo que afecta la salud de la gente, que excluye y vulnera.

Los niños wichí se mueren cada veranode a racimos por desnutrición y deshidratación. El agronegocio los dejó sin el monte –el Chaco salteño es la zona más desmontada del país-, los desnudó frente a un mundo que no es el propio, les quitó la farmacia y el almacén (1), los dejó sin aguadas y los confinó a los terrenos más yermos cuando fueron los propietarios de unatierra sin mal. Su cultura no fue de acopio, sino de caza y recolección. Sin el habitat que les arrancaron, la supervivencia es una quimera. Lo más cercano a la salud es un hospital donde nadie habla su lengua. Y donde no se comprende la estrategia sanitaria que bajaba de los árboles y tejían los espíritus.

En Santa Victoria Este “las estadísticas relevadas indicaron una tasa de mortalidad infantil de 17,19 por mil y de menores de 5 años llega al 31,94 por mil, con los niños y las niñas indígenas como principales afectados”, dice la Agencia Tierra Viva.

Los niños no comen y beben agua mala. Se mueren al año de vida, a los dos años, brotecitos apenas de una planta que no crecerá. Hojitas al viento.

El gobierno de Salta los ofrece y los dispone para testear el nuevo juguete alimentario del agronegocio: un muffin super proteico –así lo publicitan los voceros mediáticos- con trigo y soja. Y un regreso al 2002, cuando el reparto de la leguminosa en los comedores populares creó una generación de niños pobres con graves problemas hormonales y de nutrición. Más allá del contenido fatal de agrotóxicos, parte del paquete tecnológico que había introducido Monsanto seis años antes en el país. Con la firma a ciegas de Felipe Solá (2).

El problema nutricional de los niños argentinos no se soluciona con soja. Ni con los delirios de Abel Albino en Salta. Sino con una alimentación saludable y variada, con acceso a las frutas y verduras sin veneno, a distancia del ultraprocesamiento industrial. Los ingredientes cambian: en el lugar de la soja, soberanía alimentaria.

Cuando la presidencia de Eduardo Duhalde, jaqueada por el poder de la agroindustria y una situación social dramática con una pobreza que superaba largamente el 60%, lanzó la soja solidaria, las consecuencias de disponerla en el centro de la alimentación no eran todavía públicas. Sin embargo la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) consideró que no debían consumirla los niños de entre 2 y 5 años porque “generaba alteraciones hormonales”.

El médico entrerriano Darío Gianfelici, en su consultorio del gran Paraná, observó una mudanza en el perfil sanitario de sus pacientes, coincidente con la profusión sojera en los comedores, como respuesta a la pauperización explosiva. “Noté problemas en los nacimientos, cáncer en personas de menos de 40 años, esterilidad, labio leporino, malformaciones”. Y no sólo: “en los primeros años, cuando los productores llevaban soja a los comedores escolares, la cantidad de hormonas hacía que los nenes tuvieran desarrollo mamario y las nenas comenzaran a menstruar aceleradamente”. En 2003 estaba asistiendo a las consecuencias del plan “soja solidaria”, que alimentaba a los pobres creados por la perversidad sistémica con una experimentación transgénica de resultados inciertos.

Luis Sabini escribió en enero de 2003: “el 99% de la soja que se produce en el país se exporta. Justamente porque no está incorporada socialmente a la dieta nacional. Una mitad aproximadamente va a los mercados de consumo del este y sudeste asiático, para humanos. Otra mitad va primordialmente a Europa, como forraje. La soja que se ofrece a los indigentes y pobres del país es la más barata. Es la forrajera. La que se exporta para cerdos y vacas europeas. Esa soja puede contener legalmente, hasta cien veces más restos agroquímicos que la destinada al consumo humano”. Gianfelici y Sabini formaban parte de las voces solitarias de esos tiempos.

“Son datos oficiales en Argentina que el 99,86 % de la soja que se produce en el país es transgénica y fumigada con agrotóxicos, principalmente con glifosato”, dice la organización Naturaleza de Derechos. Y es contundente: “en los 49 controles realizados por el SENASA, entre los años 2017 y 2019, sobre residuos de agrotóxicos en los cultivos de soja, se detectaron 5 principios activos (2.4-D, Glifosato, Pirimifos-metil, Malation, Ditiocabamatos). El 60 % de las sustancias peligrosas encontradas son posibles o probables agentes cancerígenos, el 80 % alteradores hormonales y el 40 % afectan el sistema nervioso”.

Casi veinte años después, resolviendo el círculo fatal del agronegocio como meta-poder en el corazón del estado, regresa la experimentación sojera con el hambre de la infancia confinada, expulsada de los brillos del sistema. Con treinta niños wichí que, se habrá considerado, poco tenían que perder.

Y es política pública, es decisión estatal. Desde la oficina de dios en la mismísima provincia de Buenos Aires.

(1) Las medicinas para todos los males surgió ancestralmente de la naturaleza. Y los alimentos, de la caza, de la pesca, de los frutos y de los vegetales.
(2) 108 de los 136 folios del expediente fueron los informes de Monsanto, nunca traducidos del inglés.

Fuente de la información e imagen:  Pelota de Trapo

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Argentina – El regreso a clases 2021: un análisis de los protocolos provinciales

El regreso a clases 2021: un análisis de los protocolos provinciales

CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento)

Cada año, el inicio del ciclo lectivo marca el momento en el que docentes, equipos directivos y personal no docente se reencuentran en sus escuelas para planificar el año escolar. Los grupos de WhatsApp de las familias vuelven a activarse para repasar fechas importantes del calendario escolar y los estudiantes que adeudan materias se acercan a la escuela para anotarse en mesas de examen.  

Este inicio es distinto a los anteriores. Las conversaciones en los pasillos – cuando son posibles -, o redes sociales giran alrededor de las características que tendrá un ciclo lectivo que comienza atravesado por una pandemia que todavía no llegó a su fin. Entre distintos interrogantes, asoma una certeza: la presencialidad será el criterio ordenador del regreso a clases. Esta es una buena noticia. Ya no se trata de cuántos y cuántas estudiantes están habilitados para volver a clases presenciales, sino de cómo será el retorno en un contexto de presencialidad extendida. Así, la política educativa se enfrenta al desafío de diseñar respuestas para un regreso inmediato y planificar un abordaje integral de largo plazo   

El Consejo Federal de Educación (CFE) aprobó en febrero las resoluciones N°386 y 387 que definen las pautas y lineamientos generales para el regreso presencial a las escuelas para el ciclo escolar 2021. Dentro de ese marco, los gobiernos provinciales están avanzando en la definición de las características que asumirá la escolaridad en sus territorios. En este sentido, la política cuenta con los protocolos como una herramienta clave para orientar a la comunidad educativa sobre cómo organizar una nueva presencialidad. 

La respuesta inmediata: Los protocolos provinciales para un regreso presencial seguro

El mapa que acompaña este texto presenta cuatro dimensiones reguladas por los protocolos y otros documentos oficiales de las 24 jurisdicciones. Estos documentos varían en su extensión y en el alcance de sus lineamientos, establecen las medidas de seguridad sanitaria. También ofrecen distintas sugerencias en torno a las características de la modalidad combinada, como la obligatoriedad de la asistencia, la organización del tiempo y el espacio escolar y, eventualmente, el régimen de alternancia y la duración de la jornada escolar. 

A diferencia de un ciclo lectivo regular en el que la asistencia era una condición para acreditar un año de estudio, el contexto de excepcionalidad dictado por el aislamiento social, preventivo y obligatorio abre la discusión sobre la obligatoriedad de la asistencia a las clases presencialesEn sus protocolos, Misiones y Chubut sostienen una presencialidad voluntaria; San Juan, Corrientes y Formosa habilitan la no asistencia por motivos familiares o personales; mientras que en las restantes jurisdicciones los únicos estudiantes exceptuados para asistir presencialmente son aquellos que pertenecen a grupos de riesgo. Tanto la asunción de obligatoriedad, como las nuevas condiciones de excepcionalidad ofrecen alternativas para una adaptación paulatina. Al mismo tiempo, estos empujan a repensar aspectos clásicos del sistema educativo como la asistencia a clase y su relación con la aprobación y la promoción de los estudiantes. ¿Cómo se adecua el régimen de asistencia frente a la posibilidad de asistencia presencial y virtual? ¿Es lo mismo la inasistencia a una clase presencial que a una clase virtual? ¿Qué motivos justifican una ausencia? 

Otra dimensión se vincula a la organización del tiempo y el espacio escolar. Frente a sus diferentes posibilidades de estructuración, los protocolos pueden entenderse a la luz de tres dimensiones principales 

  1. El esquema de asistencia escolar.Todas las jurisdicciones provinciales habilitanlas tres formas de escolarización definidas en la Resolución CFE N°266. La escolaridad puede seguir un modelo puramente presencial, un modelo combinado con asistencia alternada (bimodal) o tomar una forma no presencial. Este último esquema se reserva para los estudiantes que forman parte de grupos de riesgo. La presencialidad completa a las aulas será posible únicamente donde, considerando las medidas de distanciamiento físico, la relación entre la matrícula y el espacio de la escuela así lo permita. Teniendo en cuenta la política sanitaria y el horizonte de garantizar la máxima presencialidad posible, cada escuela definirá que estrategia implementará a partir de tres componentes: agrupamiento de estudiantes, espacio físico y tiempo escolar que pueda habilitar garantizando las medidas de seguridadEn una misma escuela puede coexistir más de un modelo según las características de estos componentes. Por ejemplo, podrían convivir secciones de pocos estudiantes con presencialidad plena y otras con burbujas con asistencia alternada. Un plan jurisdiccional flexible debería habilitar esta posibilidad en aquellas escuelas que cumplan las condiciones, por ejemplo, en establecimientos educativos rurales o cursos/divisiones con baja matrícula. 

El esquema bimodal, que empezó a ser ensayado en Argentina sobre el cierre del ciclo lectivo 2020, parece ser el más adecuado para las realidades de nuestras escuelas. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ilustra que, en un aula promedio del país, los grupos de estudiantes deberían reducirse a un tercio de su tamaño habitual para cumplir con el distanciamiento propuesto. En un ejercicio rápido, si se quisiera garantizar la presencialidad plena en el horario habitual habría que triplicar las aulas y la cantidad de docentes. Por supuesto, las escuelas pueden implementar medidas creativas en la organización del tiempo y el espacio, y las provincias hacer una inversión significativa en infraestructura y en la contratación de docentes adicionales; en algunas escuelas, dicha inversión proviene del apoyo de municipios y actores no estatales locales Estas medidas son necesarias y permitirían aumentar la presencialidad. Se revela, sin embargo, poco viable y sustentable impulsar políticas de este tipo en la magnitud suficiente para alcanzar la restitución plena de la educación presencial. En consecuencia, en la medida en la que se sostengan las normas de distanciamiento, es probable que el modelo bimodal sea el más adecuado. 

  1. La segunda dimensión -asociada al esquema combinado- es el criterio de agrupamiento y el régimen de alternanciaCuando las aulas no cuenten con espacio suficiente para asegurar el distanciamiento y cumplimiento del protocolo la sección se divide en burbujas. Buenos Aires, Salta, San Juan y Chubut establecen un máximo de estudiantes por burbuja, mientras que las restantes jurisdicciones no definen parámetros específicos por lo que la decisión queda a cargo de cada institución educativa. El régimen de alternancia en la asistencia presencial puede bien plantearse por días (un día sí, un día no; o cierta cantidad de días a la semana), así avanzaron Jujuy, Salta, San Luis y Tucumán; o bien por semana (una semana sí, una semana no; determinada cantidad de semanas al mes)este es el caso de Buenos Aires, CABA, Catamarca, Entre Ríos, Mendoza, Misiones y Neuquén. En cualquier caso, el tipo de alternancia indicaría la cantidad de días que se espera que los y las estudiantes asistan a la escuela en un modelo combinado. Las clases presenciales se pueden organizar por día o por semana, de esta manera al interior de cada curso las burbujas se alternarían, mientras uno está en presencial, el otro está a distancia. Bajo este esquema de alternancia, la presencialidad podría reducirse hasta la mitad del tiempo de una asistencia regular.  
  1. Una tercera dimensión asociada también al esquema combinado esel desarrollo de la jornada escolar que prevé cada jurisdicción para los días en que los y las estudiantes asistan a la escuela. En los casos que sea posible, el CFE recomendó sostener la jornada con horario regular en aquellos casos donde la matrícula y la infraestructura lo permita; Chaco, JujuyNeuquén y Tierra del Fuego sostuvieron la jornada regular. En los casos de Buenos Aires, CABA, Córdoba y Entre Ríos la jornada escolar será reducida y no podrá superar las 4 (cuatro) horas; eLa Pampa la jornada tendrá una duración máxima de 3 (tres) horas. La provincia de Salta utilizó diferentes criterios según el nivel educativo. En los restantes protocolos provinciales no se hace referencia a la duración de la jornada escolar. No obstante, estas decisiones deben ser contextualizadas y dependen, en última instancia, de la decisión de cada institución. 

Los protocolos son una herramienta clave para delinear el regreso a clases presenciales en cada provincia porque definen lexpectativa de presencialidad. Existen, sin embargo, distintos aspectos organizativos y variables pedagógicas que no están incluidas en los protocolos, y sobre los cuales las autoridades provinciales, directivos escolares y docentes toman decisiones que impactan las características de la vuelta a clases presenciales. La distribución de responsabilidades y la heterogeneidad de escenarios demandan una política educativa con fuerte anclaje territorial que contemple y acompañe todas y cada una de las realidades educativas. Responder a esta diversidad en esta nueva etapa podría ser de vital importancia para implementar medidas urgentes orientadas al retorno a la presencialidad, pero también para afrontar problemas vinculados a proteger las trayectorias educativas, recuperar los aprendizajes y mitigar las desigualdades producidas por la pandemia. 

La respuesta al mediano y largo plazo: fortalecer el enfoque territorial de la política educativa 

Avanzar en políticas que puedan contemplar estas diferentes temporalidades y necesidades particulares requiere incorporar en la planificación y gestión de las políticas educativas elementos del territorio. Un primer paso, es fortalecer la asignación de recursos orientados especialmente a escuelas y sectores con mayores niveles de vulnerabilidadExiste una tensión entre las medidas sanitarias recomendadas más las condiciones mínimas de reapertura de escuelas y las condiciones materiales preexistentes y los recursos que las escuelas tienen para afrontar esa adaptación. Las deficiencias de infraestructura suelen concentrarse en escuelas en las que asisten estudiantes de hogares de nivel socioeconómico bajo. Una asignación de los recursos que no contemple criterios de justicia educativa puede redundar en un acceso desigual a la presencialidad, privando de ella justamente a quienes más la necesitan.  

Por otra parte, combinar el regreso a las escuelas con medidas que contemplen los efectos particulares de la pandemia conlleva nuevos desafíos de articulación para el sistema educativo. Los protocolos asumen que acciones como campañas de prevención, concientización y seguimiento de casos se realizarán de manera conjunta con las autoridades sanitarias locales, pero ofrecen pocas precisiones para hacer efectivas las propuestas. El escenario epidemiológico y socioeconómico obliga a la política educativa a articular con los sectores de salud y desarrollo social para que la presencialidad responda a las condiciones sanitarias y al impacto de la pandemia especialmente en los sectores más vulnerables. Gran parte de este tipo de trabajo requiere de un enfoque territorial, canales fluidos de comunicación facilitados por los niveles medios de la gestión (por ejemplo, supervisores y direcciones de nivel) y una toma de decisiones que necesita de una revisión escuela por escuela. Apoyar el fortalecimiento de estos actores y capacidades del sistema puede ser un eje clave para, además, afrontar desafíos educativos de mediano y largo plazo. 

Por últimola imprevisibilidad epidemiológica y los efectos de mediano y largo plazo de la pandemia requieren nuevos esfuerzos de planificación educativa. En este sentido, existen evidencias sobre la reducción del impacto de este tipo de crisis al determinar planes de acción de manera anticipada con lineamientos claros para todos los actores. Dicha planificación debe contemplar, además, un enfoque de equidad capaz de mitigar la profundización de las desigualdades para reducir las brechas en el acceso y la calidad educativa y sus implicancias en futuras posibilidades de desarrollo a nivel individual y social.  

Los avances hacia un retorno a la presencialidad son indudablemente una buena noticia para toda la comunidad educativa. Las disposiciones del CFE y los protocolos provinciales marcan los primeros pasos hacia una necesaria reorganización del espacio y los tiempos de la presencialidad, como también lineamientos sanitarios para acondicionar las escuelas.  

El sistema educativo enfrenta el desafío de gestionar la presencialidad en medio de la incertidumbre. El cumplimiento de estas primeras medidas requiere de un gran esfuerzo y marcan una nueva etapa. Este proceso necesita que la política educativa considere cuanto antes nuevas medidas que no solo estén orientadas al urgente retorno a las aulas, sino también a responder de forma activa a los evidentes efectos de mediano y largo plazo que la pandemia tendrá en el acceso y calidad educativa para niños, niñas y jóvenes.

Autores


Iván Matovich

Coordinador de Educación

María Eugenia Bucciarelli

Analista de Educación

Fuente de la Información: https://www.cippec.org/textual/el-regreso-a-clases-2021-un-analisis-de-los-protocolos-provinciales/

 

 

 

 

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