El análisis de los diálogos de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC ocupó parte de la agenda del foro. Para James Iván Larrea, panelista y vocero departamental de Marcha Patriótica, el proceso de paz enfrenta varios obstáculos, entre ellos, “la escasa apropiación social de los acuerdos”, análisis que coincide con los artistas que manifiestan “la ausencia” de una pedagogía de paz que permita a la sociedad involucrarse de manera activa.
“La ausencia de una pedagogía para la paz construida entre los sectores de la sociedad, el Gobierno y la guerrilla, evidencia una intencionalidad de desinformar sobre lo que se discute en La Habana para evitar el involucramiento de la sociedad civil en la lucha por la paz con justicia social que pondría fin a la guerra y garantizaría su no repetición”, afirmaron los artistas al concluir el foro.
En las conclusiones, la reincorporación de los integrantes de la guerrilla a la vida civil fue un tema que también se discutió. Entre las “zonas de concentración” propuestas por el Gobierno y los “Territorios Especiales para la Paz (Terrepaz)” que propone la guerrilla, los artistas manifestaron apoyar “la implementación de Territorios de Paz para que los excombatientes puedan realizar su vida política, económica, social y cultural”.
Finalmente dijeron estar comprometidos en “construir pedagogías de paz para que excombatientes, comunidades y Fuerza Púbica superen las dificultades que lleguen a existir en la implementación de los Territorios de Paz y puedan trabajar juntos, como hermanos, por un mejor país”.
Conclusiones del Foro Arte y Pedagogía para la Paz con Justicia Social
Los artistas reunidos en el Foro Arte y Pedagogía para la Paz con Justicia Social, convocado por la Red de Artistas Populares del Suroccidente (RAPSO) y realizado en la ciudad de Palmira el 26 de mayo de 2016, dentro del marco del VIII Festival Nacional de Teatro Popular: Teatro y Realidad Social, manifestamos que el arte y la paz son temas que nos conmueven, apasionan y comprometen en lo creativo y social, no como como una obligación sino como un sentir propio de la vida artística que define nuestro presente y nos proyecta hacia el futuro.
Es claro que aunque nuestro quehacer no escapa al soplo de alguna musa, trabajar por ese presente no es una tarea del azar: es producto de lo que soñamos, decidimos y lucha por medio de nuestra obra que vive en sociedad. Por ello no somos ajemos a la guerra que vive el país, como tampoco a sus causas y consecuencias.
Trabajar por la paz con justicia social es un sentir que como artistas y seres humanos nos convoca a resolver el drama de la confrontación entre hermanos, de una misma condición social, que mueren en los campos de batalla.
La guerra en Colombia tiene unos orígenes que requieren atención, divulgación y superación para terminar con el derramamiento de sangre. Y hoy decidimos convocarnos para aportar desde el arte y la pedagogía elementos que permitan la reconciliación del país y pronunciarnos políticamente en favor de la paz que soñamos. Por ello es necesario alzar nuestra voz y expresar que hemos llegado a las siguientes conclusiones:
- Desde el arte se construyen propuestas pedagógicas alternativas a los modelos de educación formal. Sin embargo, en la construcción de una paz estable y duradera los artistas no han tenido participación en los diálogos de paz que adelantan el Gobierno Nacional y las FARC-EP, como reiteradamente lo hemos informado en foros y conversatorios realizados por la RAPSO desde el año 2013.
- No existe una política pública concertada con los distintos sectores de la sociedad y organizaciones sociales para dar a conocer y discutir los acuerdos de paz logrados en La Habana entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC-EP.
- La ausencia de una pedagogía para la paz construida entre los sectores de la sociedad, el Gobierno y la guerrilla, evidencia una intencionalidad de desinformar sobre lo que se discute en La Habana para evitar el involucramiento de la sociedad civil en la lucha por la paz con justicia social que pondría fin a la guerra y garantizaría su no repetición.
- Después de transcurridos casi cuatro años del proceso de paz entre el Gobierno y las FARC-EP, la sociedad, en su mayoría, desconoce el trasfondo de lo que se discute en los diálogos. Equivocadamente se piensa que se está negociando la rendición y desmovilización de la guerrilla y no la solución a las causas sociales, económicas, políticas y culturales que dieron origen al conflicto social y armado que vive el país.
- Como artistas, y seres humanos sensibles a la vida, desde nuestro quehacer artístico y cotidianidad como sujetos políticos continuaremos fomentando la utopía y la lucha por una mejor sociedad, hasta transformarla a través de la paz con justicia social que acabe con la injusticia y la inequidad que, de una vez por todas, permita superar la guerra.
- La implementación de Territorios de Paz para que los excombatientes puedan realizar su vida política, económica, social y cultural, es fundamental para sanar heridas, reconciliar y brindar garantías de participación política a la guerrilla de las FARC-EP luego de la dejación de armas.
- Desde el arte nos comprometemos a construir pedagogías de paz para que excombatientes, comunidades y Fuerza Púbica superen las dificultades que lleguen a existir en la implementación de los Territorios de Paz y puedan trabajar juntos, como hermanos, por un mejor país.
- Mientras el Gobierno se niegue a reconocer el paramilitarismo y desarticular sus estructuras políticas y armadas, no habrá paz estable y duradera ni garantías para la participación política y los procesos pedagógicos para la paz con justicia social.
- Toda salida política y dialogada a la guerra es aplaudida por quienes defendemos la vida y nos oponemos al derramamiento de sangre entre hermanos, por ello nos comprometemos a acompañar los procesos de paz en Colombia entre el Gobierno y demás grupos insurgentes como el ELN que busquen salidas al conflicto social y armado colombiano.
Fuente: Sacúdete
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