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La inocencia interrumpida

La inocencia interrumpida

Por Carolina Vásquez Araya

Las consecuencias de un embarazo temprano repercuten por el resto de la vida.

Los embarazos en niñas y adolescentes –de entre 9 y 18 años- cuyas cifras alarmantes se mantienen al alza en todos nuestros países, constituyen una de las más graves patologías sociales y la segunda causa de muerte en ese grupo etario. Dada la visión estrecha y patriarcal de quienes establecen la pertinencia de las políticas públicas, así como de sociedades cuyos marcos valóricos manifiestan una fuerte influencia de doctrinas religiosas, este sector de la población es uno de los más desatendidos y, por lo tanto, carente de palancas políticas para hacer valer sus derechos. Una de las principales causas de la vulnerabilidad en la cual se desarrolla la infancia es la preeminencia de la absoluta autoridad de los adultos en su entorno y, consecuentemente, la total indefensión de la niñez.

La inmensa mayoría de mujeres adultas –si no la totalidad- aun cuando muchas intenten negarlo, hemos sufrido el impacto de un sistema cuyas normas marginan a niñas y mujeres como si fuera una ley de la naturaleza. Los acosos y agresiones sexuales, tanto dentro del hogar como en el vecindario, en las calles o en la escuela, han sido una constante de abrumadora incidencia al punto de transformarse en una especie de maldición inevitable para esta mitad de la población. De tales agresiones, una de las más graves consecuencias son los embarazos en una etapa precoz del desarrollo.

Las instituciones encargadas de salvaguardar la seguridad de este importante segmento, sin embargo, han sido incapaces de protegerlas; ya sea por falta de políticas públicas o, simplemente, nulo interés por la integridad de un sector caracterizado por su escaso poder de incidencia política. Cautivas en un sistema que las castiga por su condición de niñas, las condena a embarazos, partos y maternidades para los cuales no están preparadas física ni psicológicamente, con riesgo de muerte y el desafío de afrontar una marginación familiar y social cuyo impacto les causará aislamiento, pobreza, pérdida de autoestima, patologías físicas y emocionales irreversibles y un sinnúmero de amenazas contra su normal desarrollo de vida.

A pesar del trabajo de algunas organizaciones preocupadas por hacer de este sensible tema un motivo de acción, resulta evidente la ausencia de mecanismos de protección para evitar los abusos y las consecuencias devastadoras de tales agresiones. Las sociedades aún son incapaces de captar las dimensiones de su responsabilidad en un problema de tal trascendencia y se hacen a un lado cuando se plantea la urgente necesidad de establecer parámetros legales –como el derecho al aborto y a la oportuna educación sexual y reproductiva- frente a esta terrible pandemia de embarazos tempranos, todos ellos resultado de violaciones.

Una niña no es un juguete sexual ni un objeto a disposición de los hombres de su entorno, pero miles de ellas terminan por perder su inocencia de golpe en una de las formas más crueles imaginables y sus victimarios –la mayoría de veces personas “de confianza”, como padres, hermanos, tíos, pastores y sacerdotes, maestros y vecinos- las transforman en sus esclavas sexuales bajo amenaza, sin la mínima posibilidad de defenderse. Es de preguntarse ¿en dónde están las instancias supuestas a protegerlas? ¿En dónde la justicia, los sistemas de educación y salud, en dónde sus familias? El drama persiste y las cifras aumentan a diario; las niñas desaparecen en redes de trata o sus cadáveres son desechados como basura en cualquier barranco, sin que a la sociedad eso le sea motivo suficiente para reaccionar.

Los derechos de la niñez continúan como tema pendiente.

elquintopatio@gmail.com

www.carolinavasquezaraya.com

Autora: Carolina Vásquez Araya

Fuente de la Información: https://rebelion.org/la-inocencia-interrumpida

 

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América Latina: Indispensable, educación para un desarrollo sostenible: expertos

Indispensable, educación para un desarrollo sostenible: expertos

La educación para el desarrollo sostenible y el combate al cambio climático debe ser “no sólo una disciplina curricular en las escuelas, sino un llamado a la acción y a la transformación de nuestras sociedad si en verdad queremos un futuro para nuestra especie”, alertaron especialistas en temas educativos de México, Chile, Uruguay y Cuba.

Durante el seminario “Educación para el Desarrollo Sostenible y Cambio Climático. Oportunidades y desafíos para la transformación social hacia estilos de vida sostenibles desde las escuelas y sus comunidades”, convocado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), señalaron que la formación de niños, adolescentes y jóvenes en una nueva visión sobre una forma de vida diferente, con sociedades más sustentables, se hace cada vez más indispensable.

Alexander Leicht, Jefe de la Sección de Educación para el Desarrollo Sostenible de la organización multinacional, llamó a los Estados miembro a trabajar en colaboración con las comunidades escolares y los jóvenes, a fin de “generar ciudadanos conscientes de la necesidad de una transformación de fondo de nuestras sociedades”.

Recordo que la Unesco emitió recientemente un nuevo marco de acción para el desarrollo sostenible que contempla cinco acciones priorirarias. Entre ellas impulsar que las escuelas se conviertan en espacios de formación, conscientización, pero también de práctica de formas de vida más sustentables, y donde los efectos del cambio climático se aborden como parte de su realidad cotidiana.

Al respecto, Amparo Martínez Arroyo, directora general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, presentó los manuales para docentes y alumnos “El cambio climático y mos derechos” que se elaboraron en colaración con la Secretaría de Educación Pública para alumnos de secundaria, en los que se busca “profundizar en el conocimiento de qué es el cambio climático, pero también para incidir en un cambio de actitudes y de prácticas”.

Agregó que en este ciclo escolar 2020-2021 se aplica su pilotaje, ya que se incluirán como parte de los contenidos y materiales que se abordarán en este nivel educativo. Se trata, dijo, de “brindar herramientas para que los estudiantes se apropien del tema del cambio climático, que sepan a qué se refiere, que conozcan el fondo del asunto y sean agentes de cambio”.

Adriana Zacarías, coordinadora regional del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), destacó que el planeta enfrenta un momento crítico para garantizar su sustentabilidad, luego que la explotaciones de la diversidad biológica se ha multiplicado por cuatro en las últimas décadas.

Enfatizó que la escuela es clave para la “formación de nuevos ciudadanos conscientes de su papel en la transformación que se requiere de los estilos de vida para acceder a sociedades sustentables”.

Fuente de la Información: https://www.jornada.com.mx/ultimas/sociedad/2020/10/16/indispensable-educacion-para-un-desarrollo-sostenible-expertos-8728.html
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El Socialismo en la experiencia latinoamericana

El Socialismo en la experiencia latinoamericana

 

Juan J. Paz y Miño Cepeda

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Juan J. Paz y Miño Cepeda

Las teorías sobre el socialismo, que nacieron en Europa durante el siglo XIX, eran prácticamente desconocidas en América Latina, incluyendo al marxismo. Con el avance del siglo XX ingresaron entre inmigrantes, elites políticas e intelectuales y acompañaron al incipiente desarrollo del movimiento obrero. La Revolución Rusa (1917) aceleró la difusión del marxismo, el nacimiento de partidos marxistas en la región y el sueño por el “socialismo”.

Si bien los partidos marxistas idealizaron la necesaria toma del poder, participaron en procesos electorales y cumplieron decisivas labores en la organización de los trabajadores y clases populares, no lograron el control del Estado que hiciera posible el camino al socialismo. A su vez, los -mal llamados- regímenes “populistas”, a partir de la década de 1920 (que también hay que identificar con la izquierda de la época), construyeron economías sociales con modernización capitalista, que fortalecieron capacidades estatales, promovieron educación, salud y seguridad social, y reconocieron amplios derechos laborales. Ocurrió tempranamente con los gobiernos de la Revolución Juliana (1925-1931) en Ecuador; José Batlle y Ordóñez (1903-1907 y, sobre todo, la segunda presidencia, 1911-1915) en Uruguay; Hipólito Yrigoyen (1916-1922 y 1928-1930) en Argentina, o parcialmente con Arturo Alessandri Palma (1920-1925 y 1932-1938) en Chile; pero con mayor claridad y definición con Getulio Vargas (1930-1945; y 1951-1954) en Brasil; Lázaro Cárdenas (1934-1940) en México y Juan Domingo Perón (1946-1955 y 1973-1974) en Argentina. Todos esos gobiernos se ubican en el largo proceso de superación de los regímenes oligárquicos tradicionales.

Pero el camino definitivo al socialismo en América Latina solo se hizo posible a partir de la Revolución Cubana (1959). Se ha escrito miles de páginas sobre ella. En esencia fue el resultado de la eficaz lucha armada guerrillera, con enorme apoyo popular, en el marco del enfrentamiento a Fulgencio Batista y al intervencionismo de los EEUU. Tanto el bloqueo norteamericano, como el cerco latinoamericano impuesto por la guerra fría, explican la larga relación de la isla con la URSS hasta que el derrumbe del socialismo en ese país y en Europa del Este determinó el “período especial” de la década de 1990, durante el cual en Cuba se redefinió la economía para continuar el camino socialista.

Las guerrillas, que se generalizaron en la región a partir de la década de 1960 sobre la imagen de lo ocurrido en Cuba, no tomaron el poder, excepto en Nicaragua, con el triunfo de la Revolución Sandinista (1979); pero no pudo afianzarse la vía al socialismo, impedida por la “Contra” y los EEUU a través de la CIA, y porque el Sandinismo perdió las elecciones en 1990.

El proceso que merece particular atención y estudio, por las experiencias que dejó para la izquierda latinoamericana, es el de Chile.

La primera “República Socialista” se instaló el 4 de junio de 1932, tras el derrocamiento del presidente Juan Esteban Montero. La Junta cívico-militar integrada por el “socialista” Eugenio Matte, el general Arturo Puga y el abogado y político Carlos Dávila, la proclamó. Apenas duró 12 días, porque Dávila logró expulsar a los otros dos miembros y autoproclamarse presidente, aunque duró en el cargo solo hasta el 13 de septiembre, cuando fue derrocado.

Esa “República Socialista”, apoyada por jóvenes seguidores de Matte y de Marmaduke Grove (prestigioso marino y uno de los fundadores del Partido Socialista, que nació al siguiente año), demócratas radicales y un sector de los militares, paradójicamente no tuvo el apoyo del Partido Comunista (por entonces enemistado con los socialistas) ni de una serie de federaciones obreras; pero encendió la oposición de los estudiantes católicos (la Universidad Católica de Santiago tenía una tradición política y conservadora de años), capas medias y empresarios. La Junta y Dávila apenas esbozaron un programa, pero se logró, al menos, la creación del Ministerio de Trabajo y de Salubridad Pública.

El Frente Popular, que ya logró unir a comunistas y socialistas chilenos, junto a sectores democráticos y bases sociales, logró la presidencia de Pedro Aguirre Cerda (1938-1941), bajo la consigna “socialista” de “Pan, Techo y Abrigo”, una idea que entre los ecuatorianos inmediatamente recuerda la propuesta de campaña electoral del socialcristiano y rico empresario León Febres Cordero (1984-1988), quien tuvo éxito con su fórmula “Pan, Techo y Empleo” que, desde luego, no cumplió, pues su gobierno inauguró el modelo empresarial-oligárquico que rigió en el país hasta 2007 y revivió a partir de 2017.

Pero el camino más fundamentado y desarrollado para lograr conducir Chile al socialismo solo se alcanzó con el ascenso presidencial de Salvador Allende (1970-1973). Cabe seguirlo desde la campaña electoral, pues aunque la Unidad Popular (UP) logró la convergencia de sectores importantes de las izquierdas (partidos Socialista y Comunista, MAPU y otros), hubo grupos minoritarios que dudaron o no se unieron. Desde luego, las derechas procuraron impedir el triunfo y contaron con apoyo de la CIA y de un sector militar, a quien estorbó la posicion asumida por el general René Schneider, Comandante en Jefe del Ejército en aquellos días, quien proclamó el respeto institucional a la democracia y a los resultados en las urnas (“doctrina Schneider”). Esa posición explica su asesinato (1970). Instalado el gobierno, Allende debió utilizar la Constitución y los “resquicios legales” para lograr los cambios. A momentos incluso contó con el apoyo de la Democracia Cristiana (por entonces proponía el “socialismo comunitario”), que con el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964-1970) había iniciado la “chilenización del cobre”, la reforma agraria y mantuvo la inclinación política a favor de los trabajadores, acciones coincidentes con lo que haría la UP en el gobierno. Las reformas sociales fueron inéditas; pero la economía, que creció el primer año, empezó a tambalear desde el segundo. En estricto rigor histórico, nunca se instaló una economía “socialista”, pero sí fue desestabilizada la economía “capitalista”. Allende procuró actuar de acuerdo con las circunstancias. El MIR y la VOP demandaron siempre la radicalizacion acelerada. Pero el peligro de una guerra civil frenaba al mismo gobierno. Como el “socialismo” de aquellos tiempos se asociaba a la estatización completa de los medios de producción, Allende se preocupó por extender el sector de “propiedad social” frente a la privada y la mixta; sin embargo, en diversas oportunidades, las tomas de tierras y las de fábricas y otras empresas, para que se transfirieran a la administración de sus trabajadores, rebasaron el control del gobierno y aceleraron las quejas, reacciones y resistencias de las clases propietarias. Las acciones de persecusión, amedrentamiento y agresión derechista crecieron en manos de organizaciones como “Patria y Libertad” (“Tradición, Familia y Propiedad” – TFP-, grupo que también se estableció en Ecuador). Los “camioneros” se convirtieron en la fuerza opositora más efectiva. Las damas de la burguesía lanzaron sus marchas y “cacerolazos”. Los empresarios confabularon para el desabastecimiento general o la subida de precios. La sociedad se polarizó. Se confió demasiado en la institucionalidad chilena de cuatro décadas, en la que los militares siempre se mostraron respetuosos de la democracia y apartados del conflicto político.

La construcción del “socialismo por la vía pacífica” despertó enemigos poderosos en plena guerra fría: ante todo los EEUU, pues el gobierno de Richard Nixon, (1969-1974), asesorado por Henry Kissinger, su Secretario de Estado, y contando con las acciones desestabilizadoras de la CIA, no estuvo dispuesto a permitir una segunda Cuba (incluso se buscó comprometer a los militares anticomunistas brasileños y argentinos); los empresarios hicieron lo suyo para boicotear la economía, incluyendo los paros patronales; sectores de las clases medias acomodadas imaginaban riesgos; los medios de comunicación bombardeaban con su propia labor opositora; y entre los militares incubaba la conspiración definitiva. El sector militar más pervertido por el macartismo dio el golpe final y el 11 de septiembre de 1973 acabó con el gobierno socialista y con toda democracia, imponiendo la dictadura terrorista de Augusto Pinochet (1973-1990).

Años más tarde, el derrumbe del socialismo real iniciado en la URSS, junto con las reformas en la República Popular China (RPCh) y, sobre todo, las que introdujo Cuba a raíz del “período especial”, permitieron comprender mejor que la vía al socialismo puede tener diversas condiciones y caminos, en los que no se descarta la democracia representativa. Ha quedado claro que la estatización total de los medios de producción no es necesariamente inmediata ni forzosa. Incluso V.I. Lenin lo advirtió, al acudir a la Nueva Economía Política (NEP, 1921-1928), bajo la cual en Rusia tuvieron que revivir formas de propiedad privada, un proceso que igualmente merece estudiarse con rigor. En la actual RPCh hay un evidente sector privado y “capitalista” (hay multimillonarios chinos), pero el Estado no ha renunciado al control de la economía, proclama al marxismo como guía, pero asume la construcción de la nueva sociedad como un proceso de más largo plazo, bajo la fórmula de la “vía China al socialismo de mercado”.

Hoy, la vía al socialismo en América Latina está en discusión. La izquierda no es únicamente marxista, sino variada. El progresismo latinoamericano, como nueva tendencia en el siglo XXI, demostró las virtualidades de una economía social de transición, pero igualmente sus propios límites. Nadie puede atribuirse la verdad revolucionaria. Porque si algo debe asimilarse de la experiencia histórica, es que el socialismo constituye un proceso en construcción desde nuestro presente, bajo las particularidades y experiencias diarias de cada país, ya que no es posible reproducir las vías y modelos que han ejercitado otras sociedades.

Pichincha Comunicaciones

Autor: Juan J. Paz y Miño Cepeda

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2020/10/el-socialismo-en-la-experiencia-latinoamericana-por-juan-j-paz-y-mino-cepeda/

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América Latina y el Caribe: Otras lecturas del mundo: Miradas de personas jóvenes y adultas.

MUESTRA ARTÍSTICA LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA
«Otras lecturas del mundo:
miradas de personas jóvenes y adultas»
Iniciativa: CLADE en alianza con CEAAL, REPEM, Federación Internacional de Fe y Alegría
e ICAE, con el apoyo de DVV International
CONVOCATORIA Y BASES DE PARTICIPACIÓN

Lanzada en el marco de celebración del Día Internacional de la Alfabetización 2020, el 8 de setiembre, y más especialmente hacia la conmemoración del centenario del nacimiento de Paulo Freire, el 19 de setiembre de 2021, la muestra multimedia Otras lecturas del mundo: miradas de personas jóvenes y adultas busca ofrecer un espacio para la presentación de experiencias que se desarrollen en este campo de la educación y que pongan de relieve, a través de expresiones artísticas, la importancia de la EPJA como derecho humano fundamental, su potencial transformador y para la promoción de los derechos humanos y de una vida digna.

MUESTRA ARTÍSTICA LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA
«Otras lecturas del mundo:
miradas de personas jóvenes y adultas»
Iniciativa: CLADE en alianza con CEAAL, REPEM, Federación Internacional de Fe y Alegría
e ICAE, con el apoyo de DVV International
CONVOCATORIA Y BASES DE PARTICIPACIÓN

Fuente  e imagen: https://redclade.org/otras-lecturas-del-mundo-miradas-de-personas-jovenes-y-adultas/

 

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Mujeres y niñas latinoamericanas comparten violencias y poca atención de los gobiernos

Miriam González Sánchez/CIMAC Noticias

 

Sin importar el país, mujeres y niñas de la región Latinoamericana comparten violencia, exclusión, pobreza, abusos, deserción escolar, embarazos forzosos, feminicidio, exclusión laboral y nulo acceso a la salud, así lo compartieron mujeres concejalas y la presidenta municipal de México, Colombia, Chile y El Salvador durante el Conversatorio regional “Experiencias de las mujeres en la política en apoyo a la población, acciones y retos”.

En el evento que se llevó a cabo el pasado 29 de agosto y fue convocado por la organización chilena “Desarrollo Sin Fronteras”, la presidenta municipal de Tlaxcala, México, Anabell Avalos Zempoalteca; la concejala del movimiento político “Estamos Listas en Medellín”, Colombia, Dora Cecilia Saldarriaga Grisales; la concejal de la municipalidad de Viña del Mar, Chile, Laura Gianicci Natoli; y Keyla Cáceres de León, especialista en incidencia parlamentaria y organización comunitaria de El Salvador, coincidieron en que la crisis sanitaria por COVID-19 ha evidenciado las múltiples situaciones de vulnerabilidad a las que se enfrentan las mujeres, no obstante las respuestas de los Estados que no han tomado en cuenta el impacto diferenciado entre mujeres y hombres, convirtiéndose en un reto mayúsculo los esfuerzos que realizan desde sus espacios políticos.

En Medellín, la pandemia exacerbó las violencias que viven las mujeres. Incrementaron los casos de feminicidio, la violencia familiar y sexual. De enero a la fecha han desaparecido 15 mujeres. Sin embargo, pese a que existen varias implementaciones gubernamentales en materia de género, no existe voluntad política para enfrentar estas violencias.

Al igual que en México, hubo un aumento en las llamadas a los números de emergencia por violencia, sin embargo, las denuncias no prosperan pues para el sistema judicial éste continúa siendo un tema accesorio. La violencia contra las mujeres es una pandemia poco visibilizada.

En México, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública los casos de feminicidio subieron 40 por ciento. De enero a junio, a nivel nacional, se iniciaron 18 mil 884 carpetas de investigación por violencia familiar, de las cuales 2 mil 824 se abrieron en junio, lo que representó un incremento del 18 por ciento comparado con las registradas en mayo.

“Encerramos de golpe a las mujeres con sus agresores, en medio de una cuarentena estricta, en un estado de excepción, con tanquetas en las calles combatiendo el virus, ¿por qué?, lo único que esta acción desencadenó fueron violaciones y desaparición de niñas”, puntualizo Keyla Cáceres, de El Salvador.

“La violencia contra las mujeres en el contexto de la COVID-19 es un panorama igual en toda la región. En Chile, las mujeres se enfrentan a una diversidad de violencias e incremento del trabajo del hogar”, dijo en su oportunidad, Laura Gianicci.

Trabajo de cuidados

Otro tema que cruza a los cuatro países fue el de cuidados. Ante el confinamiento, el trabajo no remunerado de las mujeres se exacerbó. Para Dora Saldarriaga “si no se reconocía el aporte de las mujeres en los cuidados y cómo ellas son quienes sostienen los sistemas productivos de los países, la crisis sanitaria lo puso en la lupa, sin embargo, se sigue mirando como un deber ser de las mujeres”.

El trabajo no remunerado se ha multiplicado en el confinamiento, a las labores de quehaceres del hogar se han sumado el cuidado de personas adultas mayores, de niñez y adolescencia y la instrucción escolar. A nivel mundial los datos demuestran que con cada 2 horas más de trabajo de cuidados diario que tiene una mujer pierde 10 por ciento de trabajo remunerado.

“Para los hombres el tema del cuidado lo tienen resuelto, siempre es una mujer la que lo resuelve”. Mientras que para las mujeres se multiplicó este trabajo, al trabajo remunerado desde casa, se sumó el trabajo del hogar, el cuidado de la familia, y la atención escolar de hijas e hijos. “En una breve encuesta encontramos que para las mujeres se habían incrementado entre 4 y 6 horas de cuidados a diferencia de los hombres”, puntualizó la Concejala de Medellín.

Empleo

En materia de empleo remunerado, en el caso de El Salvador, una parte importante de su economía sobrevive de la industria textil, las maquilas, donde trabaja un porcentaje alto de mujeres adultas con enfermedades crónicas. Con la pandemia, se incrementó la explotación laboral, a los sueldos bajos, se le sumó el despido masivo y el freno en el acceso a la salud. Muchos de los patrones dejaron de pagar las cuotas de salud, bajo la pasividad del gobierno, desde febrero de 2020. “Las mujeres no han podido acceder a la salud; las han despedido sin un pago correspondiente por su trabajo y antigüedad. El gobierno permanece callado”.

Para Viña del Mar este escenario es familiar. Lejos de los reflectores del Festival de Viña del Mar, esta ciudad es donde existe el mayor número de campamentos de extrema pobreza en el país, y el segundo lugar nacional con personas adultas mayores.

“La pandemia nos tomó en un momento brutal. Actualmente no hay ingresos, están cerradas las fuentes de empleo (casinos, hoteles, servicios) y las que más enfrentan estos despidos son las mujeres. Las trabajadoras del hogar son las más golpeadas, y recién en el Congreso se acordaron de ellas”. La pobreza tiene rostro de mujer, sin embargo, aún en la pandemia están invisibilizadas.

Mientras que las personas adultas mayores viven una violencia estructural implícita y empobrecida. Llegar a una edad adulta también implica el empobrecimiento y el olvido de los familiares, donde las mujeres adultas mayores son las que enfrentan las peores condiciones.

Incremento de embarazos en niñas y adolescentes

Otro de los retos que enfrenta la región son los embarazos de niñas y adolescentes. De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas es posible que 47 millones de mujeres de 114 países de bajos y medianos ingresos no puedan tener acceso a anticonceptivos modernos, por lo que se prevén hasta 7 millones de embarazos no deseados.

En El Salvador, se incrementaron los embarazos en niñas de 10 a 19 años de edad. “Tenemos registrados más de 6 mil embarazos en el contexto de la pandemia. En el segundo trimestre de 2020 hemos registrado un incremento de embarazos de niñas de 10 a 14 años de edad, una violación legitimada por el Estado. Un Estado que se olvidó de poner la mirada de género en cada una de las decisiones que tomó para mitigar esta pandemia”.

En medio del coronavirus, la violencia y la violencia sexual desembocaron en embarazos a una edad muy temprana que limita las posibilidades de las niñas, en medio de Estados que las obligan a tener esas hijas e hijos y que no les dan la libertad de interrumpir un embarazo no deseado que pone en riesgo su salud. Necesitamos garantizar a las niñas un futuro y no la maternidad forzada a la que ahora se están enfrentando. El Instituto Guttmacher calcula que este año se producirán al menos tres millones de abortos en condiciones de riesgo.

Actualmente 90 por ciento de los hospitales en el país son para COVID-19, por lo que no hay monitoreo, seguimiento y, en algunas instituciones, persiste el desabasto de medicamentos. A nivel mundial, se estima que 113 mil mujeres podrían morir por no tener acceso a salud reproductiva durante sus embarazos a raíz de la pandemia.

Acceso a la educación

En materia educativa, las cuatro mujeres coincidieron que en medio de un regreso escolar inminente, la deserción escolar al terminar este año será enorme. En el caso de El Salvador, sólo 17 por ciento de la población tienen acceso a internet, lo que impacta a las niñas y adolescentes de las zonas más marginadas.

“En El salvador a las niñas que no tienen WhatsApp para recibir y enviar tareas, les pidieron ir a la escuela a recoger las guías de trabajo, eso significaba ponerlas en riego porque las calles están llenas de policías y soldados, además que se tenía un control para la salida por lo que su madre, padre o tutor tampoco podían salir todos los días a traer las tareas”, señaló Keyla Cáceres.

Como un acto para romper el aislamiento físico a través de la comunicación virtual, las mujeres coincidieron en que uno de los principales retos que enfrentan en medio de la pandemia es colocar en la agenda pública los retos y necesidades que enfrentan las mujeres de sus países. No puede existir ningún intercambio de ideas, foros, discusiones sin que las mujeres estén presentes. “Ese es nuestro trabajo permanente en estos cargos, que se visibilice dónde están las mujeres, sus retos y necesidades, y con ello construir políticas públicas con perspectiva de género. No se trata sólo de llegar e implementar las agendas que están colocadas sino colocar la agenda de los Derechos Humanos de las mujeres”, coincidieron.

“Estar en el mundo de la política no es fácil, pero sí una oportunidad para hacer un cambio. Un frente común entre mujeres de Latinoamérica. Conocernos más allá de las fronteras. Hay mucho por hacer para cerrar las brechas de género”.

Los Estados necesitan resolver la desigualdad social que nos ha llevado a las mujeres a ser el eslabón más débil en medio de la pandemia. Si no existe una voluntad política para resolver las brechas de género se van a incrementar en los siguientes años, concluyeron.

Fuente e imagen:  CIMAC Noticias

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América Latina: Desafíos de los movimientos sociales en Abya Yala después de la pandemia

Desafíos de los movimientos sociales en Abya Yala después de la pandemia

POR OLLANTAYITZAMNA

En la post pandemia, la disputa por el control del Estado (como ente garante de derechos) debe ser una apuesta esencial para los movimientos sociales. Es decir, los movimientos sociales estamos llamados a transitar de ser sujetos sociales a sujetos sociopolíticos.

tiempo “fecundo” para la emergencia y beligerancia propositiva de diferentes movimientos sociales, en diferentes países de Abya Yala.

Varios de dichos movimientos, incluso cuando el mundo occidental proclamaba el fin de la historia con la cúspide del sistema del libre mercado, se atrevieron, no únicamente posicionar una narrativa contra hegemónica en el imaginario colectivo de Abya Yala, sino mediante los llamados gobiernos “progresistas” lograron que cerca de 70 millones de personas en la región salieran de la situación de pobreza.

La inédita pandemia global del COVID19 encontró a varios de los movimientos sociales contemporáneos desconcertados por los últimos golpes de estado (Honduras, Paraguay, Brasil, Bolivia). Aunque desde Chile y Ecuador, justo al inicio de la pandemia, multitudes de insatisfechos con el sistema neoliberal mostraban su inconformidad con sus gobiernos desde las calles.

La pandemia, y el “obligatorio aislamiento social planetario”, puso un barbijo (tapaboca) obligatorio a todos los movimientos sociales. Aunque incluso con tapabocas, multitudes hambrientas y desempleadas, desafiaron y desafían al COVID19 y a los gobiernos en los EEUU., Bolivia, Honduras, Colombia.

¿Cuáles son los principales desafíos para los movimientos sociales en la post pandemia?

Construcción de un ideario compartido más allá del antropocentrismo. Se asume que los movimientos sociales se constituyen para la búsqueda del bienestar humano centrado en el reconocimiento y garantía de los derechos. En ese sentido, son voluntades centradas en el bienestar humano (antropocéntricos).

La pandemia nos devolvió a nuestra condición de seres dependientes de la comunidad cósmica, del sistema Tierra. Sin salud, sin alimentación, sin agua, sin oxígeno…, por más que tengamos dinero, no podemos subsistir. En este sentido, el horizonte teórico y conceptual de los movimientos sociales que sobrevivan a la pandemia debe cambiar.

Una perspectiva holística que supere la mirada fragmentada y sectorial de la realidad. Una concepción de la vida humana como parte del entramado de las diferentes formas de vida que conformamos la comunidad cósmica. Debemos educarnos que de la salud y derechos de la Madre Tierra dependen la salud y derechos humanos. Urge desoccidentalizar, decolonizar, despatriarcalizar, desbinarizar (izquierda/derecha), dehumanizar (superar el antropocentrismo)

Articulación continental y acciones simultáneas. La pandemia nos constata que las consecuencias nefastas del sistema neoliberal carecen de fronteras nacionales. Después de décadas de las democracias representativas y el libre mercado, los estados de Abya Yala no cuentan con básicos sistemas de salud. El libre mercado no salva vidas.

Además, se visualiza que, la pandemia, lejos de constituirse en un golpe de timón en el modelo hegemónico, será un motivo para recargar los procesos de incursión/saqueo de los territorios, disolución de los derechos, anulación de los Estados de Derecho.

Ante esta realidad, los movimientos sociales con identidad y raigambre territorial debemos conectar entre todos los movimientos a nivel de toda Abya Yala y constituirnos en un actor continental que se mueve de forma simultánea desde diferentes puntos del Continente. Ante enemigos comunes, amenazas simultáneas, y vulneración de derechos compartidos, la acción propositiva de los movimientos sociales debe de ser continental en la post pandemia.

Transitar de sujetos sociales a sujetos sociopolíticos. El sistema neoliberal florece, y el intervencionismo norteamericano es impune, en la medida que los movimientos sociales no logramos superar la protesta como nuestro horizonte beligerante. Urge transitar de la protesta a la propuesta.

En la post pandemia, la disputa por el control del Estado (como ente garante de derechos) debe ser una apuesta esencial para los movimientos sociales. Es decir, los movimientos sociales estamos llamados a transitar de ser sujetos sociales a sujetos sociopolíticos.

La apuesta por constituirnos en sujetos sociopolíticos inevitablemente conlleva la construcción ascendente de organizaciones políticas propias para disputar el poder desde las urnas, y así garantizar el cumplimiento de los derechos. De lo contrario, los agentes del libre mercado seguirán creando las condiciones para las nuevas pandemias letales.

Comunicadores en movimiento desde las calles y en la nube. En la post pandemia debe cambiar el tradicional modelo de organización social, y el modo tradicional de comunicación desde los movimientos sociales.

En las últimas acciones colectivas de los movimientos sociales se constata que todo actor movilizado es al mismo tiempo un comunicador en acción mediante sus dispositivos de telefonía celular. Un actor red que genera y/o distribuye contenidos para las redes socio digitales. Antes, en los movimientos sociales, el rol de la comunicación estaba asignado para una “secretaria/responsable”. Ahora, todos los y las integrantes de movimientos sociales nos constituimos en comunicador@s.

Quizás esta batalla comunicacional por la instalación de una determinada narrativa en el imaginario de los pueblos y sociedades de Abya Yala, desde la nube/internet, sea una de las trincheras más potentes en la guerra desigual entre los hidalgos de la muerte y los “guerreros del arcoíris”.

Consensuar un horizonte de luchas más allá de la modernidad y el desarrollo. Durante la pandemia la disputa por la narrativa post pandemia, a más de uno, hizo creer que la “nueva normalidad” sería un estilo de vida más amigable con el sistema Tierra, más centrado en el ethos del cuidado/cooperación que en la competencia/aniquilación…. Pero, los mensajes oficiales para la reactivación de las economías nos indican que la post pandemia no será más que la reactivación neoliberal con fondos públicos. Es decir, la post pandemia será la apuesta por más desarrollismo/extractivismo, más modernismo (sin ilustración).

En este panorama, los movimientos sociopolíticos en Abya Yala, desde los territorios, las calles y las redes socio digitales estamos llamados a pensar, consensuar y construir un mundo más allá de las ilusiones del desarrollo y de la modernidad, sin renunciar al legado benigno de la modernidad.

El desarrollo, como ese horizonte de acumulación de bienes y explotación de las diferentes formas de vida, no puede ser más un horizonte post pandemia desde los movimientos sociales. En coherencia y fidelidad a nuestra tradición histórica, los movimientos sociales estamos llamados a promover y cultivar un estilo de vida alternativo, centrado en el cuidado y la restauración de los equilibrios rotos en la comunidad cósmica. Y esta apuesta es enminentemente sociopolítica.

Autor: Ollantay Itzamná

Fuente de la Información: https://ollantayitzamna.com/2020/08/25/desafios-de-los-movimientos-sociales-en-abya-yala-despues-de-la-pandemia/

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Entre ovejas te veas…

Entre ovejas te veas…

El “sálvese quien pueda”, la consigna de los corruptos

Por Carolina Vásquez Araya

Nuestros gobiernos hablan de inmunidad de rebaño y nos envían al matadero.

Entre los términos científicos para explicar los diferentes aspectos de la pandemia que nos tiene encerrados y temerosos, se ha comenzado a difundir el concepto de inmunidad de rebaño (o inmunidad de grupo) como una posible solución para detener la expansión del contagio con el virus SARS-CoV-2, nombre técnico del coronavirus responsable de la pandemia. Es la estrategia de emergencia ante la imposibilidad de realizar una campaña masiva de vacunación, dado que esa vacuna aún está lejos en el horizonte, o por lo menos inalcanzable para miles de millones de seres humanos en el planeta.

La inmunidad de rebaño, de acuerdo con un artículo publicado por los doctores Esperanza Gómez-Lucía y José Antonio Ruiz-Santa-Quitería, ambos investigadores del departamento de Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid, “se da cuando un número suficiente de individuos están protegidos frente a una determinada infección y actúan como cortafuegos impidiendo que el agente alcance a los que no están protegidos.”. Es decir, para que la estrategia funcione sin la aplicación de una vacuna –lo cual sería ideal- deben haberse contagiado de la enfermedad suficientes personas. Para más claridad, la mayoría de la población. Esto tendría el efecto de desarrollar una barrera inmunológica capaz de proteger a los más vulnerables; sin embargo para que esto suceda también debe haber transcurrido un largo tiempo, sobre todo en países que han aplicado y mantenido severas medidas de restricción.

Otra de las condiciones indispensables para garantizar el éxito de esta aparente solución de carácter colectivo, es poseer una infraestructura sanitaria sólida y eficiente capaz de atender los numerosos casos que se van a producir a partir de la apertura de las restricciones impuestas desde el inicio de la pandemia. Es decir, cuando todo el mundo comience a recuperar la dinámica normal de escuelas abiertas, restaurantes, bares, cines, centros de trabajo y demás, los contagios se multiplicarán de manera exponencial bajo la consigna de la inmunidad de rebaño, llegando con especial dureza a los segmentos de población susceptibles a sufrir la enfermedad con todos sus devastadores efectos: niñez desnutrida (alrededor del 50 por ciento de la población infantil en algunos países centroamericanos), adultos mayores con enfermedades crónicas, personas carentes de seguridad social y de medios para costear la atención hospitalaria.

En países cuya infraestructura y servicio sanitario han sufrido los embates de sistemas políticos y económicos opuestos a satisfacer las necesidades de la población con el objetivo de privilegiar a sectores empresariales de enorme poder, se carece de los recursos mínimos para aplicar una estrategia de tan elevado riesgo para las mayorías. De acuerdo con el documento mencionado, en el caso del Covid19, la inmunidad de rebaño se alcanza cuando el 70 por ciento de la población está protegida y, como indican sus autores, “la inmunidad de grupo, para ser eficaz, necesita que haya un único hospedador (en este caso las personas), que la infección se transmita de persona a persona (sin intermediación de vectores) y que la transmisión o vacunación induzca una inmunidad sólida. En el caso de SARS-CoV-2 no hay suficientes datos como para entender aún la epidemiología de la infección, y además el grado de inmunidad adquirido tras la infección está por determinar.”

En países como los nuestros, con gobernantes opuestos a apoyarse en la ciencia, no se puede hablar de “inmunidad de rebaño” sino de algo mucho más real y específico: el “sálvese quien pueda” de los incapaces.

Blog de la autora: www.carolinavasquezaraya.com

Fuente de la Información: https://rebelion.org/entre-ovejas-te-veas/

 

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