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La salud mental en Palestina, una cuestión política

Por: Carmen Diez Salvatierra

Corría el año 2017, yo apenas llevaba un año viviendo en Francia, lo suficiente como para darme cuenta de que Palestina era un tema tabú. En un pequeño cine del barrio latino proyectaban un documental, Tras los frentes: resistencias y resiliencias en Palestina, que había visto anunciado en un cartel de una calle del barrio de Belleville.

Después de dos horas de documental, se abrió frente a mí una realidad hasta entonces desconocida: cómo la ocupación y el apartheid israelí estaban afectando a la salud mental de las y los palestinos. Hasta hace nada, poco se hablaba de salud mental. Menos aún de las consecuencias que tiene este violento sistema capitalista, patriarcal y colonial en ella, en nuestras relaciones afectivas, en nuestro esquema relacional con el mundo. Y ahí estaba Samah Jabr, poniendo el dedo en la llaga, desde su propio contexto, pero abriéndonos las puertas a una situación que en realidad es universal: la de cómo el sistema de opresiones se enzarza en dificultarnos el bienestar.

La verdadera solución para la salud mental en Palestina está en manos de los políticos, no de los psiquiatras. Porque vivimos nuestras vidas, a pesar de nosotras, bajo ocupación militar, tenemos que combatir a nuestro opresor, luchar cada día por liberar nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra tierra.

Al salir de la proyección, vi que se había editado una recopilación de artículos de Samah en francés. No necesité reflexionarlo mucho antes de proponer al comité de la editorial Hojas Monfíes la traducción y publicación al castellano. Y, gracias al paro técnico del covid, que me libró de la insoportable carga del trabajo, pude traducir y coordinar la aparición de este libro que hoy ha podido ver la luz: Tras los frentes, crónicas de una psiquiatra y psicoterapeuta palestina bajo ocupación.

Un abanico andaluz con el estampado de una kufiya palestina. Fatima Azahara
Abanico andaluz con estampado de kufiya palestina. @ftmzzhr1492 (©)

Pero, ¿quién es Samah Jabr? Es una psiquiatra, psicoterapeuta y escritora palestina, que ha recibido varios premios internacionales y hoy es la jefa de la Unidad de Servicios de Salud Mental de Cisjordania. Gran parte de su trabajo se centra en sensibilizar a la opinión pública, tanto a nivel local como internacional, sobre la importancia de la salud mental y el impacto de la ocupación en la integridad mental de los ocupados. El poco tiempo libre que le queda lo dedica a escribir artículos, dar conferencias y participar en emisoras de radio y televisión locales e internacionales.

Tenemos fe en nuestra capacidad colectiva para embellecer la ladera desnuda de la montaña e inspirar una primavera revolucionaria entre los oprimidos de la tierra.

Samah aprendió inglés de forma autodidacta y empezó a publicar sus crónicas a principios de los 2000 en medios como The Middle East Monitor o The Washington Report on Middle East Affairs. Su testimonio, tierno e incisivo a la vez, propone una mirada crítica de la ocupación ahondando en el trauma colectivo, la colonización cultural y psicológica y las estrategias israelíes de deshumanización progresiva del pueblo palestino. Humillación, aislamiento, control y sospecha, torturas, checkpoints, precariedad, marginación… Todos los males posibles se dan en Palestina. Como ella afirma en una de sus crónicas, “Un trauma individual puede dañar el espíritu, un trauma colectivo puede dañar el conjunto de la sociedad”. Ese trauma no dejará de existir mientras Palestina no sea libre.

Esperar que los palestinos no tengan odio o sentimientos negativos hacia Israel es como esperar que una mujer violada empatice con su violador. El activismo contra la opresión es el remedio para nuestro trauma político.

Samah denuncia en estas crónicas las múltiples violencias sistemáticas a las que está expuesto el pueblo palestino, lo que provoca un problema de salud mental generalizado. Para ella, la tierra palestina no podrá liberarse si no se liberan las mentes de su pueblo, si no se pone la vida en el centro. Hacer de la vida un acto de resistencia, hacer de la ternura un lugar de enunciación que nos libere: es lo que nos enseña este libro que, partiendo de un contexto particular, nos regala una mirada universal.

Hoy, cuando nos siguen llegando noticias tan aberrantes como la de Ahmad Manasra, preso desde los 12 años de edad, me digo que ni el dolor ni la rabia bastan. Como diría Samah, “nuestra acción de curación y recuperación es inseparable de nuestra lucha por la liberación. La vida bajo la opresión y la sumisión a la injusticia es incompatible con la salud psicológica”.

El libro de Samah Jabr puede adquirirse aquí.

Una entrevista que me hicieron las amigas de Mujeres por carta Francia, donde hablo de Samah y de su libro:

Fuente de la información e imagen:  El Salto

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ODS5. Afganistán ha perdido 500 millones de dólares en los últimos doce meses por negar a las niñas la educación secundaria

Privar a las niñas del país de su derecho a la educación tendrá un efecto devastador en la economía del país.

Según un nuevo análisis de UNICEF, mantener a las niñas fuera de la escuela secundaria le cuesta a Afganistán el 2,5% de su Producto Interior Bruto (PIB) anual.

Si los tres millones de niñas que conforman el actual grupo de edad de ese tramo educativo pudieran completar su educación secundaria y participar en el mercado laboral, las niñas y mujeres podrían aportar al menos 5.400 millones de dólares (5.261 millones de euros) a la economía afgana.

Las estimaciones de UNICEF no tienen en cuenta el impacto no financiero de negar a las niñas el acceso a la educación, como el futuro déficit de profesoras, doctoras y enfermeras, el consiguiente impacto en la disminución de la asistencia de niñas a la escuela primaria y el aumento de los costes sanitarios relacionados con los embarazos adolescentes. Tampoco tienen en cuenta los beneficios más amplios de la educación, como el éxito educativo general, la reducción del matrimonio infantil y una menor mortalidad infantil.

La decisión tomada el 23 de marzo de no permitir a las niñas volver a la escuela secundaria fue impactante y profundamente decepcionante. No solo viola el derecho fundamental de las niñas a la educación, sino que las expone a una mayor ansiedad y a un mayor riesgo de explotación y abuso, incluyendo la trata infantil y el matrimonio forzoso y temprano”, asegura Mohamed Ayoya, representante de UNICEF en Afganistán. “Ahora, este nuevo análisis explica claramente el terrible impacto económico que esta decisión tiene sobre el PIB del país”.

Consecuencias de la tardía educación de las niñas afganas

Antes de que los talibanes tomaran el poder el 15 de agosto del año pasado, más de 4,2 millones de niños en Afganistán estaban fuera de la escuela, el 60% de ellos niñas. Aunque el potencial coste de no educar a niños y niñas por igual es alto en términos de ganancias perdidas, no educar a las niñas tiene un coste especialmente alto debido a la relación entre el éxito educativo y el retraso del matrimonio y la maternidad por parte de las niñas, su participación en el mercado laboral, la toma de decisiones sobre su propio futuro y la mayor inversión en la salud y la educación de sus propios hijos más adelante.

El análisis muestra que Afganistán será incapaz de recuperar el PIB perdido durante la transición y de alcanzar su verdadera productividad potencial si no cumple el derecho de las niñas a acceder y completar la educación secundaria.

UNICEF quiere ver a cada niña y cada niño de Afganistán en la escuela, aprendiendo”, asegura Ayoya. “No pararemos hasta lograr este objetivo. No es solo que la educación sea un derecho para cada niño y niña, es que es la base del futuro crecimiento de Afganistán”.

El compromiso de UNICEF con los niños y jóvenes de Afganistán

Con las niñas sin poder volver a la escuela secundaria, surgen otros problemas que UNICEF está tratando de paliar: la organización trabaja para llegar a las niñas adolescentes con los servicios que necesitan –como apoyo para prevenir la anemia o higiene y salud menstrual-, que UNICEF solía proporcionar en las escuelas. En los últimos doce meses, los servicios de salud y nutrición en las escuelas han llegado a 272.386 niñas y adolescentes con suplementos de hierro y ácido fólico. Es decir, la imposibilidad de las niñas de continuar su educación compromete su salud.

La desnutrición infantil también está aumentando. En junio de 2021 30.000 niños recibieron tratamiento contra la desnutrición aguda en el país; en junio de 2022 fueron 57.000, es decir, un aumento del 90%. Los niños están siendo obligados a trabajar para apoyar a sus familias en vez de ir a la escuela, el lugar más seguro en el que podrían estar.

La de Afganistán sigue siendo una de las crisis de infancia más complejas y multidimensionales a nivel mundial”, concluye Ayoya. “Se trata de un momento crítico para una generación de niños en el país. Los derechos de las niñas están siendo atacados; sus infancias se ven dañadas por las privaciones. Por eso, a pesar de las dificultades para trabajar en este entorno, UNICEF está ampliando, ayudando y consiguiendo resultados como nunca antes. Y, mientras lo hacemos, queremos decir a la gente de Afganistán: no podríamos hacerlo sin vuestra confianza y apoyo. También queremos agradecer a nuestros donantes y aliados su generosidad hasta la fecha, pero les instamos a mantener su apoyo vital a los niños, especialmente con el invierno a la vuelta de la esquina”.

 Fuente: https://www.corresponsables.com/actualidad/afganistan-perdido-dolares-negar-ninas-educacion-secundaria

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Irán: Descontento generalizado entre las clases trabajadoras y los pobres

Por: Houshang Sepehr

«Cuando Dios-Dinero sustituye a Dios-Divino»

El 17 de junio, en un discurso dirigido a los miembros del poder judicial, Alí Jamenei, el dictador de la República Islámica, dijo: «El Dios de los años ochenta sigue siendo el mismo Dios que hoy». Tras este discurso, el ataque a manifestantes y activistas de todo tipo ha aumentado considerablemente: a sindicalistas, profesores, artistas, escritores, mujeres, estudiantes y defensores de los derechos humanos. La frase de Alí Jamenei se refiere a la masacre de decenas de miles de opositores al régimen, incluidos miles de presos políticos durante la década de 1980. Puede que el Dios del régimen no haya cambiado después de cuarenta años y sea tan sanguinario como antes, pero una cosa es cierta: el pueblo que le obedecía ha cambiado totalmente. Y el Dios-Dinero, que ha sustituido al Dios de los años 80, le ha superado en crueldad.

Pero, ¿cuáles son las razones de este discurso tan amenazador? Desde abril de 2022, no hay ciudad en Irán que no haya visto una escena de ira popular contra el gobierno. Es cierto que se están produciendo diversos movimientos en todo Irán, pero están desconectados y carecen de organizaciones coordinadas a escala nacional. El régimen, incapaz de gestionar las diversas y graves crisis que podrían llevarle al colapso, ha recurrido a una escalada represiva sin precedentes, a amenazas de masacre y a agresiones a las mujeres.

Las huelgas y las manifestaciones están formalmente prohibidas desde la guerra entre Irán e Irak (1980-1988); y las protestas sociales son ferozmente reprimidas. Sin embargo, entre el 1 de mayo de 2021 y el 1 de mayo de 2022, se registraron 4122 huelgas y protestas de trabajadores, profesores, funcionarios, pensionistas, trabajadores de hospitales, etc.

Una de estas huelgas fue la de más de 100.000 trabajadores y ttrabajadoras del sector petrolero y petroquímico. Duró dos meses y sólo terminó cuando se cumplieron la mayoría de sus exigencias. El último ejemplo es la lucha de decenas de miles de profesores y profesoras. Algo inédito en la historia de este régimen desde que tomó el poder en 1979, esta lucha se organizó simultáneamente en cientos de ciudades.

Por otra parte, en varias provincias se han producido numerosas manifestaciones violentas contra la escasez de agua. Fueron iniciadas por cientos de agricultores y a ellas se unieron decenas de miles de residentes locales. Todos las manifestaciones protestaban contra la mala gestión del agua por parte de la mafia del agua creada por el régimen. Irán, con un clima esencialmente árido, sufre actualmente un grave estrés hídrico (falta de agua), tanto para el consumo diario como para los cultivos y el ganado. Y los cortes de electricidad van en aumento.

Las autoridades son conscientes de que los métodos utilizados para reprimir y aterrorizar a la sociedad son ineficaces. Temen la convergencia de los distintos movimientos de protesta y la creciente solidaridad que están generando. Frente a esto, acentúan su habitual comportamiento violento: detenciones, elaboración de expedientes judiciales basadas en falsedades, acusaciones inventadas, difusión de mentiras y calumnias contra los que se atreven a protestar…

Cécile Kohler y Jacques Paris, dos sindicalistas franceses del sector de la educación, encontraron a conocidos sindicalistas iraníes durante un viaje turístico a Irán la pasada primavera. Las autoridades iraníes les detuvieron y acusaron de espionaje. Al mismo tiempo, se lanzaron operaciones de represión a gran escala. Decenas de profesores y sindicalistas conocidos y respetados en sus respectivos sectores de actividad fueron detenidos y acusados de «propaganda y conspiración contra el régimen islámico, en connivencia con una potencia extranjera».

Estas acusaciones, completamente falsas e infundadas, se fabrican únicamente para reprimir el movimiento sindical independiente y las protestas legítimas de las y los trabajadores y oprimidos. Algunas de las personas detenidas se han puesto en huelga de hambre. En solidaridad con ellas, más de sesenta presos se unieron a la huelga.

Las acciones de apoyo a los activistas encarcelados llegan de todo el mundo. El «Colectivo Sindical Francés para la Defensa de los Trabajadores en Irán», con el apoyo de dos estructuras sindicales ginebrinas y de componentes de la diáspora iraní, organizó una concentración el 10 de junio en Ginebra frente a la sede de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). A petición de su sindicato, de su familia y del Colectivo Sindical Francés, Reza Shahabi, activista de renombre mundial, suspendió su huelga de hambre ¡después de ¡42 días! Algunos presos siguen en huelga de hambre.

Cambio en la geografía de la protesta política. Cambio en el discurso del régimen

Está claro que desde 2017, la geografía de la protesta política ha cambiado. En la historia del Irán moderno, las principales protestas que suponían una amenaza para el poder del Estado tenían lugar principalmente en Teherán y otros centros urbanos importantes. Pero en 2017 y 2019 se produjeron movilizaciones significativas en ciudades y pueblos de la periferia. Este cambio ejerce una presión considerable sobre el aparato de seguridad del Estado, lo que le lleva a ser cada vez más violento y represivo en su intento por mantener el orden.

Sin embargo, los acontecimientos de los últimos cinco años ponen de manifiesto que las y los manifestantes están ahora dispuestos a emprender acciones más radicales y a pagar un precio más alto para conseguir lo que quieren. La naturaleza cambiante de las protestas, y de la resistencia en general, está modificando rápidamente el clima sociopolítico en Irán.

Una de las principales características de 2022 es la aceleración de los acontecimientos sociopolíticos y el incremento de la confrontación entre el régimen iraní y el pueblo en los ámbitos económico, político, social y cultural. Esto se refleja en las palabras del presidente Ebrahim Raissi [cuyo mandato comenzó el 3 de agosto de 2021] y en la eliminación de la llamada facción reformista.

El nuevo presidente Raissi es tildado de duro y apodado el verdugo. Es uno de los responsables de la masacre de miles de presos y presas políticos en 1988. El líder supremo del régimen, Alí Jamenei, esperaba que Raissi pudiera frenar las crecientes protestas, que se iniciaron durante la presidencia reformista de Hasán Rohaní [de agosto de 2013 a agosto de 2021].. Tras un año de presidencia de Raissi, el joven gobierno hezbolá de Jamenei [es decir, comprometido con los valores de Hezbolá, el partido de Dios] no ha logrado ninguno de sus objetivos.

En diciembre de 2017 y noviembre de 2019 se produjeron dos grandes oleadas de protestas. También hubo protestas después de que el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) derribara el vuelo 752 de Ukraine International Airlines sobre Teherán, tras el asesinato [el 3 de enero de 2020] por el ejército estadounidense del general Qassem Soleimani, hombre fuerte de Jamenei.

Todo esto sugiere que la dinámica de la protesta política en Irán está cambiando. Está surgiendo una creciente dinámica de radicalización entre las y los manifestantes, mientras que el Estado está dispuesto a utilizar la violencia extrema para mantener el control de la situación.

Las protestas generalizadas de noviembre de 2019 pueden considerarse el capítulo más sangriento de la historia reciente de la República Islámica de Irán. En un intento de justificar la respuesta violenta sin precedentes del Estado, el Líder Supremo hizo ajustes en su discurso. Esto puede interpretarse como un repudio a uno de los principios del jomeinismo (Estado islámico = gobierno de los desposeídos en la tierra) al redefinir la interpretación de los desposeídos (mostaz’afin):

La idea de los desamparados está mal interpretada, se ha identificado con los estratos sociales más bajos y, en los últimos años, económicamente vulnerables. ¡No! El Corán no los identifica como desamparados… Los desamparados hace referencia a los Imames [chiíes], los mentores y gobernantes de la humanidad; los que heredarán la tierra y todos sus recursos… el desvalido es el heredero temporal del mundo y el sucesor de Dios en la tierra.

Parece que en la interpretación moderna y neoliberal del concepto de los desamparado, Jamenei ha sido un buen discípulo del Fondo Monetario Internacional (FMI). La redefinición de los desamparados no es sólo una cuestión económica, sino también una legitimación de facto de futuras masacres, llevadas a cabo bajo las órdenes de Jamenei.

Estancamiento interno y cerco externo
A partir de enero de 2020, la República Islámica se enfrentó a una crisis a gran escala derivada del estancamiento político interno, el aislamiento internacional y unas condiciones económicas agobiantes. El régimen responsabiliza de esta situación a las potencias extranjeras y a los designados como su quinta columna dentro de Irán, como ha hecho durante los últimos 40 años. La República Islámica tiene enemigos externos, sobre todo Arabia Saudí, que ha estado librando una guerra de desgaste por delegación con Irán desde el comienzo de la guerra civil siria en 2011. Además de Arabia Saudí y sus aliados regionales, la República Islámica considera a Israel su archienemigo, una enemistad que se ha extendido al principal aliado internacional de Israel, Estados Unidos de América.

La implacable búsqueda de una política exterior de confrontación con Occidente por parte de la República Islámica ha tenido consecuencias negativas para la economía iraní: las restricciones económicas internacionales han reconfigurado la economía iraní. En los últimos años, Irán ha sufrido diversas y crecientes sanciones y medidas punitivas de EE UU. Éstas alcanzaron su punto álgido cuando la agresiva retórica de Teherán unió a Europa con EE UU contra el programa nuclear iraní.

No se puede negar que estos enemigos externos han desempeñado un papel considerable en la precaria situación actual de Irán. Esto es especialmente cierto en el caso de Estados Unidos, que bajo el mandato del presidente Donald Trump canceló unilateralmente el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) de 2015, que fue ganado con mucho esfuerzo por Irán y Occidente. La administración estadounidense lanzó entonces la política de máxima presión que está estrangulando la economía iraní. Sin embargo, la mayoría de los males de Irán son el resultado directo de las políticas económicas aplicadas: 1° el capitalismo desenfrenado, 2° la gestión mafiosa.

En cuanto a la segunda patología de la economía iraní, es el resultado de una compleja gama de causas internas, siendo las principales las inadecuadas decisiones de las autoridades y los problemas estructurales de la economía iraní.

Las causas externas incluyen la política de máxima presión de Trump y el empeoramiento de las malas relaciones de Irán con sus vecinos.

En definitiva, la economía iraní ha pasado por muchos periodos difíciles en las últimas cuatro décadas, marcados por la inflación, las frecuentes crisis monetarias y las repentinas subidas de precios de los productos esenciales y del combustible.

A esto se añade la corrupción endémica y los cárteles político-económicos semiestatales, que amplían aún más esta corrupción. En resumen, la economía iraní ha sido calificada repetidamente como una economía enferma. La corrupción, el clientelismo y el amiguismo se convirtieron en una de las principales características de la economía bajo la presidencia de Hashemi Rafsanjani (1989-1997) y en el sello distintivo de su administración. Es cierto que la época de Mohammad Jatamí (1997-2005) tuvo su cuota de escándalos y corrupción, pero su magnitud fue infinitamente menor que los innumerables fraudes que proliferaron durante la presidencia de Mahmud Ahmadineyad (2005-2013). Actualmente, Irán es uno de los países más corruptos del mundo.

Los principales beneficiarios de esta situación son las organizaciones cuasi-estatales y los cárteles, que tienen una larga historia en la República Islámica, pero que ahora están eclipsados por el complejo militar-industrial-financiero del CGRI (Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica). El poder político-económico del CGRI, que comenzó sus operaciones económicas con el presidente Rafsanjani, alcanzó su punto álgido con el presidente Ahmadinejad y ha seguido siendo dominante hasta hoy. Además de sus actividades en la construcción, la industria y las finanzas, la IRGC se beneficia de lucrativos contratos públicos y de una gran parte del presupuesto gubernamental. La participación del CGRI en el lucrativo contrabando de mercancías a través de los numerosos puertos y astilleros que controla es un secreto a voces.

La mala gestión de la economía es otra característica persistente de la República Islámica de Irán. Comenzó con la gran agitación de la revolución de 1979. Luego persistió (en diversos grados) durante la guerra Irán-Irak (1980-1988), y después bajo las presidencias de Rafsanjani y Jatamí. Pero de 2005 a 2013, el problema de la mala gestión se convirtió en antigestión. El presidente Ahmadineyad despreciaba a las élites tecnocráticas y le gustaba decir «deshazte de estas élites y todos los problemas del régimen se resolverán». Ahmadineyad mantuvo esta postura antielitista hasta el final y casi consiguió desmantelar las instituciones tecnocráticas de la República Islámica, expulsando quizás a miles de tecnócratas y directivos de nivel medio y alto. Esto sigue afectando a la economía iraní hasta el día de hoy.

El desastroso estado de la economía: ni reformable ni sostenible

Desde el estallido de la guerra civil siria en 2011, los extremistas del régimen han advertido repetidamente del peligro de una sirianización de Irán. Pero se puede argumentar que, de ser así, la responsabilidad recaería en los dirigentes de la República Islámica.

En la actualidad, la determinación de la República Islámica de conservar el poder es mayor que nunca y continuará con sus políticas y tácticas actuales con ese fin. En el plano económico, el régimen no puede esperar introducir nuevas innovaciones. De 2010 a 2013, en respuesta a las sanciones internacionales, Jamenei había lanzado un discurso de economía de resistencia para reforzar la capacidad interna de Irán y permitir que el país funcionara sin depender de los ingresos del petróleo o del comercio con Occidente. Este discurso ha seguido siendo la política económica oficial de la República Islámica, pero el régimen está muy lejos de lograr un objetivo tan ambicioso. Entre 2010 y 2013, el régimen utilizó diversas tácticas para luchar contra las sanciones y mantener el comercio. Pero, a petición del FMI, también tuvo que recortar el gasto reduciendo las subvenciones estatales y revirtiendo políticas como el apoyo a los precios de productos básicos como el pan, el combustible y otros bienes de consumo.

La política de reducción y supresión de subvenciones continuó incluso después del acuerdo nuclear de 2015, y el régimen no tuvo más remedio que seguir esta línea de actuación. Las consecuencias de esta política, que aviva la ira de la clase trabajadora y de las personas empobrecidas, fueron plenamente visibles en las protestas de noviembre de 2019. Desde entonces, son muy frecuentes las nuevas manifestaciones de este tipo.

En la actualidad, el sistema económico de la República Islámica es una mezcla de capitalismo salvaje del sector privado y de capitalismo estatal amiguista altamente corrupto. La estructura del régimen y los cárteles político-económicos intensifican los defectos de la defectuosa economía del país y fomentan la corrupción. Los problemas económicos han sido una fuente constante de preocupación para la República Islámica. Diversas acusaciones de mala gestión, incompetencia y corrupción han sido el sello de todas las facciones del régimen durante las distintas administraciones. Sus consecuencias han socavado a largo plazo la legitimidad del régimen en su conjunto.

Ante la catastrófica situación económica, el aumento de las movilizaciones populares y ante el hecho de que la única respuesta del régimen es la represión, los economistas iraníes dan la voz de alarma y advierten del caos.

En un audaz desafío al autocrático gobierno iraní, varias docenas de economistas de alto nivel publicaron el 10 de junio una mordaz «carta abierta al pueblo iraní», de 10 páginas y muy detallada, en la que advertían de que el país había alcanzado una «fase explosiva» de malestar social debido a la mala gestión económica y al descontento popular. «Nuestra advertencia a los funcionarios del gobierno es que la situación del país es extremadamente precaria», dijeron los 61 economistas y profesores universitarios. Continuaron: «Insistir en la eliminación de los subsidios durante este periodo de miseria agotará la paciencia de la población y la volverá contra el sistema actual y el gobierno. Este enfrentamiento puede ser muy costoso para ambas partes».

La carta se publicó en medio de protestas esporádicas contra la subida de precios, los bajos salarios y las malas condiciones de trabajo en los primeros seis meses de 2022. «En la situación actual del país, donde las políticas económicas y sociales están envueltas en el secreto, cualquier crítica al gobierno se interpreta como parte de un complot malicioso contra el régimen y el gobierno, lo que dificulta que los expertos o los círculos académicos planteen abiertamente estas cuestiones», advirtieron los economistas.

Los propios datos del gobierno reflejan «una historia desgarradora de desesperación», así como una pobreza creciente y un entorno desfavorable tanto para la producción como para los negocios, escribieron. La carta señalaba:

  • Irán ocupa el puesto 150 de 180 países en una encuesta de Transparencia Internacional sobre políticas anticorrupción;
  • Irán ocupa el puesto 127 de unos 200 países en el Índice de Buena Gobernanza;
  • Irán ocupa el puesto 127 de unos 200 países en el Índice de Buena Gobernanza;
  • El índice de confianza social, una medida del capital social, había alcanzado casi el 70% en 1981, dos años después de la revolución. En 2022 se había reducido a cerca del 20%;
  • La renta per cápita del país creció menos del 1% entre la revolución de 1979 y 2022;
  • El crecimiento medio del PIB de Irán entre 1980 y 2018 fue sólo del 1,6%, mientras que China, India, Turquía, Malasia, los Emiratos Árabes Unidos y Pakistán crecieron de media entre el 4% y el 10% durante el mismo periodo;
    El 40% de los hogares iraníes vivían por debajo del umbral de la pobreza en 2021;
  • Con una tasa de crecimiento económico cercana a cero y un crecimiento de la población de alrededor del 13%, el iraní medio se ha empobrecido un 13% en la última década;
  • En la última década, la economía iraní ha experimentado el estancamiento más profundo de los últimos 70 años debido a las sanciones opresivas sin precedentes y a la pandemia de Covid-19;
  • La tasa de inflación media ha sido del 20% en las últimas cuatro décadas; ha superado el 35% en los últimos tres años;
  • Las importaciones de Irán han caído de 70.000 millones de dólares en 2011 a unos 35.000 millones en 2021, debido a las sanciones y a la reducción de los ingresos por exportación de petróleo;
  • Entre 2011 y 2018, el 1% de la población iraní, incluidos los segmentos más ricos de la sociedad, disponía de una media del 16,3% de los ingresos totales del país; esta riqueza equivale a la cuota del 40% de los segmentos más pobres.

La carta afirmaba que la «corrupción» y la «incompetencia» del gobierno, así como las políticas «disfuncionales», habían destruido la confianza de la población. Cualquier intento de criticar al gobierno se consideraba oficialmente como el fomento de complots «maliciosos», señalaron. Concluyeron: «Nuestra crisis económica y social, así como la destrucción y el deterioro del medio ambiente, la corrupción institucionalizada, la demolición del capital social, la fuga masiva de cerebros, el déficit presupuestario e incluso las sanciones, se deben generalmente a la débil gobernanza del Estado y a la ignorancia de las bases científicas de las políticas públicas».

Cuando se publicó, la carta fue ferozmente criticada en los medios de comunicación controlados por el régimen, pero fue ampliamente difundida en las redes sociales. Una semana después de la publicación de la carta, Jamenei, en su discurso, invocó la espada de Dios.

Es justo decir que el estado de la economía de la República Islámica de Irán nunca ha sido tan grave como ahora.

Conclusión

La legitimidad destrozada de la República Islámica, junto con la guerra económica de EE UU y el aislamiento internacional de Irán, han colocado a los dirigentes en un posición más débil de su historia. Pero esto no significa que el régimen vaya a derrumbarse pronto.

A nivel nacional, sigue siendo todopoderoso. Puede confiar en las modernas capacidades tecnológicas de vigilancia, en un eficiente aparato de seguridad y en la lealtad ideológica del CGRI. Por otro lado, el nivel de organización de la sociedad iraní sigue siendo dramáticamente bajo. Privada de liderazgo político, está sometida a una represión constante. Atravesado por divisiones culturales, étnicas y políticas, el país es actualmente incapaz de dar lugar a contrapoderes.

Sin embargo, el conflicto actual entre el Estado y la sociedad es una guerra de desgaste cuyo resultado es imprevisible. La República Islámica ha perdido el apoyo de gran parte de su base social tradicional en el Irán rural y entre las capas sociales empobrecidas. Es razonable suponer que muchos de los soldados rasos del CGRI y de la milicia paramilitar Bassijis [fuerza creada por Jomeini en noviembre de 1979] proceden de pequeñas ciudades y zonas rurales cuya población salió a la calle en masa entre 2017 y 2019 y fue brutalmente reprimida. Si estos soldados de a pie seguirán siendo leales a sus señores o no, es una cuestión a debate. Especialmente si la situación económica de Irán sigue deteriorándose y el régimen tiene problemas para mantener el bienestar y los privilegios de su aparato estatal, incluidas las fuerzas militares y de seguridad. Ante la política de tierra quemada del régimen, la amenaza de su autoimplosión y del país es una posibilidad real.

Las movilizaciones políticas están descentralizadas y ya no son monopolio de las grandes ciudades, donde el Estado concentra los medios para hacerles frente. A diferencia de las últimas tres décadas, las clases medias ya no están al frente de las protestas políticas en Irán. Los sectores mucho más pobres de la sociedad, que se han visto especialmente afectados por la actual crisis económica, están ahora dispuestos a mostrar su músculo en la arena política. La respuesta de mano dura del Estado a las protestas de 2019 demuestra que la élite política teme profundamente las protestas que, en el actual clima político iraní, están destinadas a repetirse.

En un artículo que analizaba la protesta masiva de 2017, escribí lo siguiente:

…El régimen ha demostrado que no tiene ninguna dificultad en imponer una represión aún más salvaje. El régimen iraní no es sólo un régimen capitalista, sino también un régimen ideológico, organizado de forma fascista, y luchará por sobrevivir. Dispone de una poderosa fuerza militar, así como de una milicia paramilitar bien organizada y con grandes intereses financieros propios.

Es difícil predecir lo que ocurrirá a partir de ahora. Sin embargo, podemos estar seguros de que nada será igual que antes. Por lo tanto, es una confrontación muy importante, delicada y larga. Es esencial que los que luchan en Irán obtengan un apoyo amplio y efectivo de las fuerzas de la izquierda, así como de los progresistas. La lucha por la democracia y las libertades civiles debe ser una de las dimensiones de nuestra lucha común.

Desde entonces, los acontecimientos en Irán confirman nuestro análisis y, por tanto, nuestras tareas, en esencia, siguen siendo las mismas:

…defender los intereses de los trabajadores de Irán, manteniendo una posición firme y constante, tanto antiimperialista como de oposición al régimen, hacer todo lo posible para extender y retransmitir una gran campaña de apoyo a las luchas del pueblo iraní… actuar con todas las fuerzas iraníes e internacionales que compartan estos principios. Sin embargo, no podemos unirnos a los defensores de una u otra facción del régimen, ni a los que quieren la guerra o las sanciones extranjeras, con la esperanza de evitar el cambio desde abajo. No suspenderemos nuestras críticas a quienes toleran la guerra imperialista o las sanciones económicas, porque son medidas que perjudican en primer lugar a los trabajadores, a las masas de Irán.

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Afganistán: La escuela secreta de Nafeesa

La escuela secreta de Nafeesa

Pese al riesgo que implica llevar la contraria a los fundamentalistas islámicos, cientos de miles de niñas, adolescentes y mujeres jóvenes de Afganistán acuden a escuelas clandestinas, entusiasmadas por labrase un mejor futuro.

Nafeesa encontró el lugar ideal para esconder sus libros escolares en la cocina, donde los hombres raramente se aventuran y están a cobijo de la mirada recriminadora de su hermano talibán.

“Los chicos no tienen nada que hacer en la cocina, así que allí acomodo mis libros”, explicó Nafeesa, de 20 años, quien frecuenta una escuela clandestina en su aldea rural en el este de Afganistán.

“Si mi hermano lo supiera, me pegaría”, aseguró.

Cientos de miles de niñas, adolescentes y jóvenes mujeres afganas como ella se han visto privadas de escolaridad desde el regreso al poder de los talibanes hace un año. Los fundamentalistas islamistas impusieron severas restricciones a las mujeres de cualquier edad para someterlas a su concepción integrista del islam.

Se han visto excluidas de la mayoría de empleos públicos y no pueden realizar largos trayectos sin la compañía de un familiar hombre.

También deben cubrirse enteramente en público, incluido el rostro, idealmente con el burka, un velo integral con una rejilla a nivel de los ojos, usada ampliamente en las regiones más aisladas y conservadoras del país.

Incluso antes del regreso de los talibanes al poder, la inmensa mayoría de las afganas ya usaban velo, aunque fuera con un pañuelo suelto.

Para los talibanes, como norma general, las mujeres no deben dejar su domicilio salvo absoluta necesidad.

Pero la privación más brutal fue el cierre en marzo de los colegios de secundaria para mujeres en numerosas regiones, justo después de su reapertura anunciada desde hacía tiempo.

A pesar de los riesgos y por la sed de aprender de las niñas, los colegios clandestinos han proliferado por el país, a menudo en las habitaciones de los hogares.

Periodistas de la AFP pudieron acudir a tres de ellas, a conocer a sus alumnas y profesoras, cuyos nombres fueron modificados para preservar su seguridad.

Vale la pena el riesgo

Nafeesa tiene 20 años pero todavía estudia las asignaturas del colegio de secundaria dado los retrasos de un sistema educativo golpeado por décadas de guerras en el país.

Solo su madre y su hermana mayor saben que sigue sus clases. Pero no su hermano, que durante años luchó con los talibanes en las montañas contra el antiguo gobierno y las fuerzas extranjeras y no volvió a casa hasta la victoria de los islamistas el pasado agosto.

Por la mañana le permite acudir a una madrasa para estudiar el corán, pero por la tarde, sin que él lo sepa, se cuela en una clase clandestina organizada por la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA, por sus siglas en inglés).

“Hemos aceptado este riesgo, sino nos quedaríamos sin educación”, explicó Nafeesa.

“Quiero ser médica (…) Queremos hacer algo para nosotros mismas, queremos tener libertad, ser útiles a la sociedad y construir nuestro futuro”, dijo la joven.

Cuando la AFP acudió a su clase, Nafeesa y las otras nueve alumnas discutían de la libertad de expresión con su profesora, sentadas lado a lado sobre una alfombra y leyendo por turnos un libro en voz alta.

Para llegar al curso, suelen salir de casa horas antes y tomar itinerarios distintos para no llamar la atención en una región dominada por los pastunes, un pueblo de tradición patriarcal y conservadora que es mayoritario dentro del movimiento talibán.

Si un combatiente talibán les pregunta dónde van, ellas responden que están inscritas a un taller de costura y esconden sus libros escolares en bolsas de la compra o bajo su vestimenta.

Corren riesgos, pero a veces también se sacrifican, como la hermana de Nafeesa, quien abandonó la escuela para despejar las sospechas que pudiera tener su hermano talibán.

¿Tradición religiosa?

Según los eruditos religiosos, nada en el islam justifica prohibir la educación secundaria a las mujeres. Un año después de su llegada al poder, los talibanes insisten que permitirán la reanudación de las clases, pero sin ofrecer un calendario.

La cuestión divide al movimiento. Según varias fuentes entrevistadas por la AFP, una facción radical que aconseja al jefe supremo, Hibatullah Akhundzada, se opone a la escolarización femenina o pretende que se limite a estudios religiosos y clases prácticas de cocina o costura.

Desde el inicio, los talibanes justifican la interrupción de la educación secundaria a una simple cuestión “técnica” y aseguran que las chicas volverán a clase una vez se establezca un programa educativo con base en las reglas islámicas.

En cambio, las niñas pueden seguir la escuela primaria y las estudiantes pueden acudir a la universidad, aunque en clases segregadas por sexo.

Pero sin diploma de estudios secundarios, las adolescentes no podrán pasar a la universidad. Las actuales promociones de mujeres en educación superior pueden ser las últimas del país en un futuro cercano.

Asunto de derechos

Para el investigador Abdul Bari Madani, “la educación es un derecho inalienable en el islam, tanto para los hombres como para las mujeres”.

“Si esta prohibición continúa, Afganistán volverá a la época medieval (…) Una generación entera de chicas será sacrificada”, señaló en conversación con la AFP.

Es este miedo a perder una generación el que llevó a la profesora Tamkin a transformar su casa de Kabul en una escuela.

La cuarentañera ya se negó a perder su educación cuando tuvo que parar sus estudios durante el primer mandato talibán (1996-2001), cuando prohibieron la escolarización de todas las mujeres.

Le llevó años formarse ella sola, de forma autodidacta, y convertirse en profesora. Ahora, se quedó sin su trabajo en el ministerio de Educación cuando los talibanes volvieron al poder en agosto de 2021 y reenviaron a su casa a casi todas las mujeres con un empleo público.

“No quería que estas chicas fuera como yo”, explicó Tamkin a la AFP, con lágrimas en los ojos. “Deben tener un futuro mejor”, dijo.

Con el respaldo de su marido, ha transformado un trastero en aula. Después vendió una vaca familiar para comprar libros escolares, porque la mayoría de sus alumnas proceden de familias pobres y no pueden permitírselos.

Hoy en día, enseña inglés y ciencias a unas 25 alumnas entusiastas.

Recientemente, en un día lluvioso en Kabul, las chicas llegaron para una clase de biología.

“Yo solo quiero aprender. Poco importa el aspecto del lugar de estudio”, declaró Narwan, sentada con compañeras de todas las edades y que teóricamente debería estar terminando la educación secundaria.

Detrás suyo, un cartel colgado en un muro anima a las alumnas a ser buenas: “La lengua no tiene hueso, pero es tan fuerte que puede romper el corazón, así que prestad atención a vuestras palabras”, dice.

Es la bondad de sus vecinos que ha permitido a Tamkin poder disimular el nuevo objetivo de su trastero. “Los talibanes han preguntado varias veces: ‘¿Qué hay aquí?’ Dije a los vecinos que dijeran que era una madrasa”, explicó.

Maliha, alumna de 17 años, está convencida de que algún día los talibanes no estarán en el poder. “Entonces, haremos buen uso de nuestro conocimiento”, aseguró.

Inspiración

En la periferia de Kabul, en un laberinto de casas de adobe, Laila dirige otra clase clandestina.

Cuando vio el rostro de su hija tras la repentina anulación de la educación secundaria en marzo pasado, supo que debía hacer algo.

“Si mi hija lloraba, entonces las hijas de los otros padres también deberían llorar”, recordó la profesora de 38 años.

Una decena de chicas se encuentra dos días por semana en casa de Laila, que tiene un patio y un jardín donde cultiva verduras.

En el aula, una larga ventana se asoma al jardín. Sus alumnas, con libros y libretas forradas de plástico azul, están sentadas en la alfombra, implicadas y estudiosas. Al principio, toca corregir los deberes hechos en casa.

“No tenemos miedo a los talibanes”, afirmó Kawsar, de 18 años. “Si dicen lo que sea, nos pelearemos pero seguiremos estudiando”, dijo.

Estudiar no es el único propósito de las chicas y mujeres afganas, a menudo casadas en relaciones abusivas o restrictivas. Algunas buscan un poco de libertad.

Zahra, que frecuenta la escuela clandestina en un pueblo rural del este de Afganistán, se casó a los 14 años y vive actualmente con sus suegros que se oponen a la idea de que siga sus clases.

Debe tomar somníferos para luchar contra la ansiedad y teme que la familia de su marido la fuerce a quedarse en casa.

“Les digo que voy al bazar local y vengo aquí”, explicó Zahra en la escuela, el único medio que tiene para hacer amigas.

Agence France-Presse (AFP)

 

Fuente de la Información: https://www.prensa.com/vivir/la-escuela-secreta-de-nafeesa/

 

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China: Y cuando despertó, China todavía estaba ahí

Y cuando despertó, China todavía estaba ahí 

Aram Aharonian

Y cuando despertó, China todavía estaba ahí

Aram Aharonian*

La guerra en Ucrania ha puesto fin a la ilusión de la posguerra fría de que el peligro de otra gran guerra ya no existe. Al comienzo de la guerra en Ucrania, el presidente estadounidense Joseph Biden cometió un error al expresar sus temores –o amenazas- sobre la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial, con lo que acrecentó el temor del fin de la humanidad. Y ahora provocó a China enviando a Nancy Pelosi a Taiwán

Las sanciones impuestas a Rusia por EEUU y sus repetidoras en una dividida OTAN causaron un aumento en los precios del petróleo que, paradójicamente, aumentó los ingresos de Rusia, lo que le permitió duplicar su esfuerzo de guerra. Estas preocupaciones finalmente llevaron al primer ministro francés, Emanuel Macron, a apoyar una solución diplomática inmediata e incluso sugirió evitar humillar a Rusia.

Las principales economías occidentales se están acercando a la recesión, si es que ya no lo están; y, sin embargo, las tasas de inflación continúan aumentando, alerta Michael Roberts. Las últimas encuestas de actividad empresarial, denominadas índices de gerentes de compras (PMI), muestran que tanto la zona del euro como EEUU se encuentran ahora en territorio de contracción.

A principios de junio, la subsecretaria de Asuntos Europeos y Eurasiáticos de EEUU, Karen Donfried, describió la política y los motivos de su gobierno: “Ucrania es la víctima de la agresión, Rusia el agresor. Lo que está en juego para ellos no es simplemente la independencia de Ucrania, sino también la voluntad del mundo democrático de proteger el orden internacional basado en reglas diseñadas por Estados Unidos de las garras del presidente ruso Vladimir Putin, un autoritario sin disculpas”.

El mensaje pareciera dirigido no solo a Rusia sino también a China. A medida que China asciende económica y políticamente, su disputa con Estados Unidos se vuelve más feroz. La capacidad de EEUU de confrontar a China es limitada y restringida.

A fines de julio, los presidentes Joe Biden y Xi Jinping sostuvieron una conversación telefónica de dos horas en la que el chino advirtió que Washington no debe jugar con fuego en Taiwán ante la anunciada visita a esa isla de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

Poco antes, el subsecretario adjunto para Asia Oriental del Departamento de Estado, Jung Pak, acusó a Pekín de provocaciones contra rivales en el mar de China Meridional, y fue tan lejos como para sostener que, dado su comportamiento agresivo e irresponsable, es cuestión de tiempo que ocurra un incidente o un accidente grave entre las fuerzas armadas que recorren la zona.

La situación de Taiwán, independiente de facto desde 1949 y a la que Pekín considera parte indivisible de su territorio, es uno de los asuntos más espinosos en la agenda mundial: aunque Estados Unidos y sus aliados no le reconocen estatus de país independiente, Occidente mantiene unas relaciones más que cordiales con Taipéi, le proporciona constante ayuda militar y, en general, la usa para hostigar a una China que miran con recelo y animadversión, pero del cual dependen en gran medida sus economías.

La región marítima del sudeste asiático reviste una importancia estratégica clave por ser zona de tránsito de 30 por ciento de las mercancías a nivel global y es objeto de reclamaciones entre los estados que ocupan sus costas. Es difícil obviar la arbitrariedad imperialista detrás de las potencias obstinadas en patrullar con embarcaciones y aviones militares un área ubicada a decenas de miles de kilómetros de sus costas.

Si se involucrara en un conflicto militar contra China, los costos relacionados serían astronómicos. La guerra podría generar un colapso de los mercados financieros estadounidenses. Al final, a menos que haya un conflicto nuclear, Estados Unidos no podría vencer a China militarmente.

El estratega chino Huang Renwei, vicepresidente ejecutivo del Instituto de la Franja y la Ruta y Gobernanza Global de la Universidad de Fudan señala la debilidad inherente de la estructura de poder estadounidense y argumenta que, desde el 2020, China y Estados Unidos entraron en una fase de estancamiento estratégico que posiblemente continúe con altibajos por 30 años.

El concepto de “fase de enfrentamiento estratégico” fue acuñado por Mao Zedong en el texto “Sobre la guerra prolongada”. La teoría de Mao era que la guerra contra Japón consistía en tres fases: la ofensiva japonesa, el estancamiento sino-japonés estratégico y la contraofensiva china.

Sin embargo, la fase de estancamiento actual entre China y Estados Unidos es de diferente naturaleza: la competencia estratégica entre las dos potencias aún no ha entrado a un enfrentamiento militar directo y China aún no ha establecido como un objetivo estratégico la derrota militar de EEUU. En cambio, el objetivo chino es luchar por un nuevo orden mundial justo y equitativo con prosperidad para todos los países.

La razón por la que esta relación entró en un estancamiento estratégico es la llamada “dualidad” de las estructuras de poder en Estados Unidos, caracterizada por el hecho de que, por un lado, el país se encuentra en un proceso de caída económica y política, pero por el otro aún es una potencia militar relativamente fuerte. La dualidad de China es lo opuesto: se encuentra en un proceso de ascenso pero también muestra muchas debilidades. La “dualidad” evoluciona gradualmente con el tiempo.

La hegemonía del dólar estadounidense ha beneficiado enormemente, en términos históricos, a los intereses estratégicos de Estados Unidos. Sin embargo se extralimitó en el uso de este poder y su credibilidad ha sido puesta en duda.

En los próximos 30 años, China enfrentará la dura realidad de que los países occidentales, liderados por Washington, rechazarán y difamarán el rol y la participación de China en el viejo orden mundial. Para Huang Renwei, China debe tomar la iniciativa y cambiar el panorama internacional existente para crear un nuevo orden mundial. Admite que pueden pasar generaciones hasta que este nuevo sistema sea establecido.

La duración del estancamiento estratégico dependerá de la velocidad con la que cambie la correlación de fuerzas: en la década de 2030 se dará un cambio decisivo en la correlación de fuerzas global, cuando la economía de China, medida por su PIB, supere a la de Estados Unidos. Huang cree que en la década de 2040, China se pondrá a la altura de Estados Unidos en las áreas de ciencia y tecnología.

Huang considera que en esta etapa de estancamiento estratégico, Estados Unidos hará un gran uso de sus ventajas en poder blando, cuyo costo-beneficio excede ampliamente al de un enfrentamiento directo. Así, la intensidad de la competencia de poder blando entre ambas potencias tomaría el centro de la escena.

El final incierto

Serguei Lavrov, el canciller ruso, señaló que estadounidenses y británicos extienden la guerra en Ucrania porque “están lejos” y “la Unión Europea asume el 40 por ciento de los daños económicos derivados de las sanciones”. A su entender, “no cabe duda de que a los ucranianos no les permitirán seguir con las negociaciones hasta que los estadounidenses decidan que ya han hecho un alboroto y han sembrado suficiente caos y ahora se les puede dejar solos”.

El objetivo del bloque anglosajón, dijo,  es “volver a Europa contra Rusia”. Como las guerras poseen un comienzo detectable pero un final incierto, añadió que el actual alcance geográfico del operativo ruso  ya es diferente al que estaba sobre la mesa durante la ronda negociadora celebrada entre las delegaciones ucraniana y rusa en Estambul (Turquía) en marzo pasado.

“Ahora la geografía es otra. No se trata solo de la República Popular de Donetsk y de Lugansk, sino también la provincia de Jerson y de Zaporozhie y algunos otros territorios, y este proceso continúa de forma constante y persistente”, aunque lo que nos vende la televisión hegemónica es otra cosa.

“Con ira impotente”, siguen llenando Ucrania con armas de cada vez más largo alcance: “Los objetivos geográficos se alejarán de la línea actual más allá”. Entonces, “no podemos permitir que en la parte ucraniana que va a controlar el presidente Vladímir Zelenski o alguien, quien lo releve, se esté desplegado un armamento que represente una amenaza directa para nuestro territorio y el de las repúblicas que declararon su independencia y quieren determinar su futuro”.

Mientras, sigue la campaña de terror sobre una eventual guerra entre potencias nucleares, puesta en escena por el casi octogenario Joe Biden. No es una amenaza a ningún país en particular, sino a la humanidad, ya que terminaría el ciclo de la vida –al menos humana- en la Tierra. Lavrov afirmó que que Rusia sigue comprometida con el principio de que en una guerra nuclear no puede haber un ganador y que nunca debe librarse-

El canciller precisó que los países occidentales saben en qué casos Rusia se vería obligada a emplear armas nucleares; la doctrina rusa habla de una “amenaza existencial” para usarlas. La consideración no tranquiliza, pues los adversarios que se ha ganado Rusia  incluyen, dentro de sus hipótesis, lanzar misiles sobre ese país

Pero héte aquí que los historiadores nos recuerdan que jamás se produjo una transición hegemónica sin guerra, mientras queda en claro la decadencia de Estado Unidos como hegemón y el ascenso de China, en un proceso que no será inmediato, pero que hoy parece inevitable.

Mientras hablamos de transición hegemónica, ya ni contamos los días de guerra en Ucrania ni los muertos que produce la conflagración, ni las masacres, muertes, bombardeos, exhibición obscena de armamentos bélicos, repetición de vaticinios de los seudoanalistas geopolíticos en diarios, revistas, radios y, sobre todo, en televisión y redes sociales.

El mundo ha cambiado, aunque las grandes usinaw de la información y comunicación en manos de pocas grandes empresas, nos hagan creer que no es así y hoy destaca el dominio de China de las tecnologías de la actual revolución industrial ( la inteligencia artificial, redes 5G y la computación cuántica, entre otras). Esta situación es similar al dominio por EU, un siglo atrás, de la organización científica del trabajo, la adopción de los avances tecnológicos de la época y su aplicación al arte de la guerra.

Pero esta transición será diferente a las anteriores, señala Raúl Zibechi, porque la potencia decadente depende de la ascendente (sus economías están entrelazadas), porque involucra regiones y naciones cuya población tiene diferentes colores de piel, que involucra una historia de colonialismo y racismo de Occidente contra Oriente, del Norte contra el Sur, y porque no habrá un mundo hegemonizado por China, ni por EEUU, ni por ninguna otra potencia, sino un mundo fracturado en dos grandes bloques, con varias regiones y hasta continentes oscilando entre uno y otro.

Como la transición se resolverá mediante guerras, es importante tener en cuenta que el sector de defensa de China está desarrollando nuevas armas de manera más eficiente y entre cinco y seis veces más rápido que EU, según un alto mando de la fuerza aérea. La ventaja china radica en su base industrial y la escala de su investigación, mientras las principales exportaciones de EU son commodities agrícolas y armas.

China se presenta como un miembro constructivo de la comunidad internacional: neutral, comprometido con la paz y parece estar siempre dispuesta a defender la integridad territorial y el derecho de los pueblos a la libre determinación. La integridad territorial es un capítulo importante en su política exterior, al igual que la no injerencia en los asuntos internos. Claro: China tiene su flanco frágil en los conflictos en Tibet, Xinjiang, Hong Kong y Taiwán.

La política de cerco establecida en Europa frente a Rusia guarda grandes similitudes con la que está trazando EEUU en su entorno inmediato mediante la promoción del AUKUS, la alianza estratégica militar entre Australia, el Reino Unido y EEUU;  el reflote del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (QUAD), un foro estratégico informal entre EEUU, Japón, Australia e India, además del fortalecimiento de las alianzas antiChina de todo tipo en el Pacífico Occidental, entre otros.

Lo cierto es que aunque parecía distraída, la onda expansiva de la guerra en Ucrania obligó a China a una moderación activa que puede permitirle incrementar su influencia y su respetabilidad entre los países africanos, asiáticos o latinoamericanos. El conflicto la obligó a posicionarse ante dos países enfrentados con los que mantenía importantes relaciones, pero a vez dejar sentado que su principio de no injerencia no debe deteriorar más sus relaciones con Estados Unidos y sus socios del oeste europeo.

La crisis de Ucrania “no es algo que queramos ver”dijo Xi Jinping a Joe Biden en su cumbre virtual de marzo pasado. Para China, las principales economías debieran estar centradas en la recuperación pospandémica, en la recomposición de las cadenas industrial y de suministro mundiales. Hoy los principales temas de conflicto con EEUU y sus socios europeos son los temas de derechos humanos y de las minorías, el estado de vigilancia y sus dudas sobre la democracia declamativa occidental como sistema de gobierno.

Lo cierto es que Biden se ve constreñido por un margen de maniobra mucho menor de lo que admite e incluso contempló levantar algunos de los aranceles a productos chinos establecidos durante la era Trump para reducir la hasta ahora imparable inflación que genera un enorme malestar entre los estadounidense y que ya se ve como factor principal de la anticipada derrota electoral de su partido en noviembre.

En el nuevo concepto estratégico de la OTAN aprobado el pasado 29 de junio se definía a China como “un desafío” y se denunciaban sus métodos para “subvertir el orden internacional basado en las normas”, de Occidente. El documento subrayaba que China “busca el control de sectores tecnológicos e industriales clave” abusando de su ventaja económica. Estados Unidos responde, pues, al desafío chino con las amenazas de su brazo armado internacional, una OTAN con sus tentáculos expandidos a Oriente.

Al contrario que Rusia, incapaz de lastimar a EEUU pero sí a una Unión Europea empecinada en su guerra de sanciones contra Moscú, China sí puede afectar y mucho a la economía estadounidense. Como Rusia, China puede resistir una guerra económica mejor que Estados Unidos o Europa. Ya lo está ensayando con su larguísimo confinamiento.

La visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, la octogenaria Nancy Pelosi, tercera en la cadena de mando civil estadounidense, fue de una clarísima provocación a Pekín. Duró menos de 24 horas, pero tendrá consecuencias profundas que se harán sentir en el mediano plazo. Es poco probable un enfrentamiento militar, pero desató la tormenta que se está gestando en el Mar de la China meridional. Para Beijing, EEUU usó el disfraz de la democracia para violar la soberanía china.

Tampoco se sabe hasta dónde puede llegar su respaldo a Taiwan, cuando EEUU y sus socios europeos realizan envíos masivos de dinero y armas a Kiev para frenar la invasión rusa. Ni se sabe hasta dónde llegaría en realidad la promesa de defender militarmente a la isla, esbozada por Biden un par de meses atrás..

Los analistas advierten, pero pocos los escuchan: cuanto más se presione a Pekín a acatar las directrices occidentales, mayor es la probabilidad de una escalada bélica y una internacionalización del diferendo ucraniano.

Augusto Monterroso, un escritor guatemalteco-mexicano, escribió el cuento más corto de la historia, de siete palabras: Cuando despertó el dinosaurio todavía estaba ahí.  Cuando termine la guerra en Ucrania, China todavía estará allí.

*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2022/08/y-cuando-desperto-china-todavia-estaba-ahi-por-aram-aharonian/

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Azerbaiyán: Jóvenes azerbaiyanos prefieren estudiar en Turquía, Reino Unido, Estados Unidos, Bélgica e Italia

Jóvenes azerbaiyanos prefieren estudiar en Turquía, Reino Unido, Estados Unidos, Bélgica e Italia

Bakú AZERTAC

El mayor número de solicitudes para participar en el Programa Estatal de Formación de Jóvenes en las prestigiosas universidades de países extranjeros para 2022-2026 se presentó en universidades de Turquía, Reino Unido, Estados Unidos, Bélgica e Italia.

Turan Topalova, jefa del equipo de gestión del programa estatal para 2019-2023, lo manifestó en una entrevista con los periodistas, informa AZERTAC. Señaló que la mayoría de las solicitudes están relacionadas con las especialidades de ingeniería, finanzas, economía y tecnología de la información.

El 28 de febrero de 2022, el presidente Ilham Aliyev firmó una orden por la que se aprobaba el Programa Estatal para la educación de los jóvenes en las universidades de prestigio del mundo para el período 2022-2026. El objetivo del programa estatal es proporcionar hasta 400 estudiantes anuales que estudien en prestigiosas instituciones de educación superior en el extranjero en 2022-2026, y en total hasta 2 000 ciudadanos de la República de Azerbaiyán. Al menos el 80% de las plazas de estudio en centros de enseñanza superior extranjeros cubrirán programas de máster.

Fuente de la Información: https://azertag.az/es/xeber/Jovenes_azerbaiyanos_prefieren_estudiar_en_Turqua_Reino_Unido_Estados_Unidos_Belgica_e_Italia-2248637

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41 palestinos, incluyendo 15 niños, muertos por los bombardeos israelíes en Gaza

AL MANAR • INTERNACIONAL

Al menos cinco personas, la mayoría niños, fueron martirizados y 10 resultaron heridos como resultado de un ataque aéreo israelí contra el campamento de Jabaliya, aumentando a 41 el número de mártires desde el comienzo de la agresión israelí, incluidos quince niños y cuatro mujeres, y elevando el número de heridos a 311.

El sábado por la noche, equipos de la Defensa Civil Palestina lograron recuperar los cuerpos de una mujer y su hijo del interior de una casa que fue bombardeada por aviones de combate de ocupación israelíes en el campamento Al-Shaut en Rafah, al sur de la Franja de Gaza.

Al amanecer, la Defensa Civil de Gaza anunció que otro mártir no identificado había sido sacado de debajo de los escombros en el oeste de Rafah.

El Ministerio del Interior palestino confirmó que los equipos de Defensa Civil recuperaron los cuerpos de ocho mártires, incluido un niño de 14 años y tres mujeres.

Entre los mártires se encontraba un miembro del Consejo Militar del Yihad Islámico y comandante de la región sur, Jaled Mansur.

El movimiento Yihad Islámico anunció el martirio de Ziad Al-Mudallal, hijo del comandante Ahmad Al-Mudallal, después de que aviones de combate israelíes atacaran una casa de tres pisos, lo que provocó la muerte de dos civiles, incluido Al-Mudallal, mientras que unos 40 civiles resultaron heridos.

La sala conjunta de las facciones de la Resistencia palestina prometió que la respuesta de la Resistencia estaba en marcha.

Esto ocurre cuando la Resistencia palestina intensificó el lanzamiento de cohetes hacia los asentamientos israelíes, incluyendo la ciudad de Tel Aviv.

El viernes, la ocupación israelí inició una agresión contra la Franja de Gaza, teniendo como objetivo al comandante de las Brigadas Al-Quds, Taisir Al-Yaabari, un comandante militar en la Franja.

En respuesta, las Brigadas Al-Quds lanzaron una operación en respuesta a la agresión de la ocupación israelí en Gaza lanzando salvas de cohetes hacia los territorios palestinos ocupados.

Fuente de la información e imagen:  https://www.tercerainformacion.es

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