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Guatemala: Mi romance con la Tierra

Mi romance con la Tierra

Carolina Vásquez Araya

Como cualquier hija de vecino, tengo un origen mezclado de raíces europeas con ramajes indios, cultura cosmopolita, arrestos de diletante, gustos caros pero necesidades de poca monta. Y así como yo hay miles, millones de seres humanos que se creen únicos e irrepetibles y actúan en consecuencia como si el sol les alumbrara en exclusiva.

Lo que resulta difícil de aceptar es la realidad simple y cruda de ser un número más entre los miles de millones de entes contaminadores en este planeta pequeño y frágil que nos tocó para nacer, vivir y reciclarnos. Desde la cuna hemos recibido el mensaje falso del dominio humano sobre los elementos, sobre la tierra, el mar y el firmamento, sobre la luna y los planetas; de hecho, nos repitieron hasta la saciedad la escena del alunizaje para grabar en nuestra mente esa noción de superioridad divina que gobierna la conciencia.

Y nos lo hemos creído a pies juntilla, rechazando todo cuanto limite nuestro indiscutible poder sobre el espacio que ocupamos y del cual nos creemos los dueños absolutos. Y así, haciendo gala de nuestro derecho de propiedad, hemos sembrado de basura los mares, convertido vergeles en desiertos áridos e inhóspitos, coronado de laureles y honores a los peores depredadores de las riquezas naturales adjudicándoles el dudoso mérito de generar desarrollo económico, agotado las reservas de agua, talado los bosques y exterminado a insectos, aves, peces, reptiles y mamíferos —por deporte, con saña y porque sí— como si en ello nos fuera la vida.

Hoy vemos con desolación que las advertencias apocalípticas sobre el deterioro ambiental, a las cuales tachamos de exageraciones sin fundamento o pura histeria de unos pocos idealistas, se han transformado en huracanes e inundaciones, sequías, hambre, miseria, epidemias y un futuro cargado de incertidumbre.

Hoy hacemos desfiles para celebrar el Día de la Tierra sobre ciudades contaminadas y contaminantes, sin reparar en nuestro aporte personal a la muerte segura de un mundo que ofreció tanto que, sin nosotros saber apreciar su maravilloso y sutil equilibrio, decidimos explotar hasta su extinción en un afán arrogante por transformarlo todo en objetos desechables. Mi romance con la Tierra -y también el suyo- consiste en manifestaciones carentes de fuerza, en pensamientos idealistas de cómo deberíamos actuar, pero sin la convicción suficiente para hacerlos realidad y aportar al gigantesco desafío de salvar todo esto que nos rodea y en cuya creación ninguno de nosotros ha tenido la menor influencia.

Así como yo, muchos nos hemos alejado de la sagrada regla de la egolatría humana. Por ello, personalmente no creo ni un ápice en el cuento de la superioridad humana por sobre las demás especies, pero tampoco tengo el poder de cambiar ese pensamiento antropocéntrico entre quienes me rodean. A lo largo de los años me he convencido, con pruebas en mano, de que el ser humano en su versión actual y en su promedio más común, no es más que una enfermedad capaz de amenazar y extinguir la supervivencia de otras muchas especies maravillosas y no el motor de desarrollo que la industria del pensamiento nos ha vendido tan caro. La única especie considerada inteligente, es también la única capaz de destruir su propio hábitat y, de ese modo, negar la vida a su propia progenie. Mi romance con la Tierra, por lo tanto, huele a falso cada vez que aporto un gramo de contaminantes.

Somos una especie destructiva, contaminante e incapaz de asumirlo.

Fuente de la Información: https://www.telesurtv.net/bloggers/Miromance-con-la-Tierra-20220424-0001.html

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Guatemala: ¿Cómo reaccionaron algunos sectores frente al paro plurinacional indocampesino?

Guatemala: ¿Cómo reaccionaron algunos sectores frente al paro plurinacional indocampesino?

En este contexto, las comunidades campesinas e indígenas organizadas en el movimiento CODECA avanzan como hormigas, venciendo incluso el racismo estructural y estructurante instalado en las instituciones del país, con su propuesta de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional para reconstituir los buenos vivires para todos los pueblos de Guatemala.

Los días 25 y 26 de abril recientes, comunidades campesinas y colectivos urbanos articulados en el movimiento sociopolítico Comité de Desarrollo Campesino CODECA, junto a otras organizaciones locales del país, paralizaron las principales vías camineras de Guatemala (en 34 puntos) protestando contra el incremento del costo de la canasta básica, los combustibles, insumos agrícolas, la corrupción en el sistema judicial y la criminalización de defensores de derechos y comunicadores.

El paro plurinacional (así denominado por las y los movilizados) de dos días, aparte de ser una protesta, también reiteraba la propuesta de la necesidad de una consulta popular para avanzar hacia un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional en Guatemala, para construir un Estado plurinacional, indicaban las comunidades en paro.

La idea de la necesidad de ir a un proceso de Asamblea Constituyente Plurinacional para resolver los males estructurales del país y diseñar un nuevo marco constitucional e institucional, no es reciente.

 

Desde el año 2012, el movimiento CODECA viene trabajando en ello desde las comunidades rurales, avanzando hacia los núcleos urbanos.

En 2018, con la finalidad de posibilitar el proceso constituyente mediante las urnas, CODECA creó su propia organización política Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), y obtuvo un histórico cuarto lugar en las elecciones generales del 2019.

Reacción de las élites económicas y políticas del país frente al paro plurinacional

Para la élite conservadora en el país, CODECA es el “cáncer social que debe ser destruido”. “Es un enemigo interno para Guatemala”. Por ello, desde sus medios corporativos de comunicación, construyeron e instalaron la idea de: “CODECA son delincuentes que el Estado debe castigar y aniquilar”.

Pero, también está el grupo de la oligarquía liberal, actualmente en “disputa intraoligárquica” con el grupo de los conservadores, que observa a CODECA como la “indiada que busca emanciparse sin mayor probabilidad de éxito”, y en consecuencia, en aras del multiculturalismo folclórico, se los debe permitir existir bajo control.

Los primeros, atacan a CODECA abiertamente como si estarían golpeando a una organización criminal (desde el 2019 a la fecha, 24 defensores de CODECA fueron asesinados).

Los segundos, detestan a este movimiento sociopolítico sin prestarle mayor atención. Los medios de comunicación de la élite liberal (del grupo de Dionicio Gutiérrez), en los últimos tiempos, desprestigian menos a CODECA (aceptan su protesta social) pero no abordan, ni mencionan su propuesta de la necesidad de cambios estructurales para el país, mediante un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional.

Reacciones de la empobrecida/endeudada “clase media” frente al paro plurinacional

Los paros y manifestaciones realizados por CODECA eran y son fustigados/desprestigiados duramente por la generalidad de la ciudadanía/citadinidad de Guatemala.  Esta actitud, configurada por el racismo/clasismo, continúa incólume.

En la coyuntura actual, un mínimo porcentaje de la clase media (indignada frente al caos estatal), muy a pesar de su racismo, mira en las y los codecas a un potencial “actor social a educar”.

Aunque aún se resisten a reconocer en las y los codecas a los “nuevos sujetos sociopolíticos” llamados a instaurar un nuevo ordenamiento jurídico, nueva institucionalidad para el país. Este nicho social clasemediera aún se identifica o guarda esperanzas en la atrofiada institucionalidad criolla/colonial bicentenaria.

Actitudes de las izquierdas tradicionales frente al paro plurinacional

La izquierda social y política post firma de los Acuerdos de Paz (1996) no sabe cómo actuar frente al actor CODECA que emerge como un sujeto constituyente plurinacional.

Hasta hace años recientes, las y los “revolucionarios cualificados” atacaban a CODECA acusándolos de “insolentes ante la jerarquía revolucionaria del país”. CODECA fue parte de las bases de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG)

Ahora que CODECA, con sus falencias, se constituye en el “sujeto sociopolítico” generadora y portadora de la propuesta de cambios estructurales para el país, desde las calles, las comunidades, y desde las urnas, con su propia organización, guiados por el “horizonte del Buen Vivir”, entonces las izquierdas sociales y políticas tradicionales no saben cómo tratar a este movimiento.

Un sector de la izquierda guarda silencio ante el paro plurinacional. Otro, acepta el paro plurinacional como protesta social, pero no oye, ni escucha la propuesta constituyente. Más de alguno se suma o apoya la idea de la propuesta de Asamblea Constituyente.

La “vanguardia revolucionaria”, mira en CODECA y en el paro plurinacional una “protesta de masas (sin horizonte teórico)”. Para esta vanguardia, indígenas y campesinos no pueden ser cualificados como sujetos políticos o sujetos revolucionarios. Mucho menos sujetos generadores/portadores de un proyecto de Estado plurinacional para Guatemala.

Este espectro de reacciones/actitudes se constata en las redes sociodigitales institucionales (tanto de las ONG, como de los partidos) y personales. Incluso la programación o publicaciones de la llamada prensa o periodismo “alternativo” dirigido por ex juventudes revolucionarias de su época, ahora, en función de periodistas, externalizan esas concepciones o prejuicios de la “vanguardia revolucionaria”.

En este contexto, las comunidades campesinas e indígenas organizadas en el movimiento CODECA avanzan como hormigas, venciendo incluso el racismo estructural y estructurante instalado en las instituciones del país, con su propuesta de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional para reconstituir los buenos vivires para todos los pueblos de Guatemala. Y lo hacen, desde el campo hacia las ciudades. Por momentos aceleran el paso, por momentos se detienen en su empuje. Pero, allí van intentando ser luz en la oscuridad radiante de la Guatemala sin horizontes.

Fuente de la Información: https://ollantayitzamna.com/2022/04/29/como-reaccionaron-algunos-sectores-frente-al-paro-plurinacional-indocampesina/

 

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Embarazos forzados de niñas y jóvenes, una epidemia normalizada en Guatemala

Los embarazos forzados de niñas y adolescentes se han convertido en una epidemia normalizada que no se ha logrado combatir en Guatemala, pese a ser uno de los países de América Latina con las tasas más altas de fecundidad en adolescentes.

Según datos del Observatorio en Salud Sexual y Reproductiva de Guatemala (OSAR), solo en los dos primeros meses de 2022, 12.379 niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años dieron a luz en todo el país. Una cifra que se elevó hasta 72.077 en 2021.

«La situación de embarazos forzados en Guatemala es escalofriante, especialmente en el caso de las niñas. No lo digo yo, lo dicen las estadísticas. Las políticas no están del lado de las niñas, así que este flagelo trunca sus proyectos de vida y no hay acciones concretas de parte del Estado para frenarlo. Más bien, esto se vuelve un factor fabricador de pobreza», explica a Efe el oficial senior de programas de Planned Parenthood Global en Guatemala, José Ros Silvestre.

El especialista señala que la mayoría de estos embarazos, empezando por los de las niñas de 10 a 14 años, son producto de la violencia sexual que sufren, especialmente dentro de su hogar o comunidad. «En 2018 hubo 5.680 denuncias de violencia sexual contra niñas y adolescentes, 16 por día, y en 2019 se registraron 7.365 niñas que se habían convertido en madres», agrega.

Mirna Montenegro, directora de OSAR, cree que los casos de violencia sexual pueden ser mucho mayores. «Los promedios a veces esconden las realidades de algunos departamentos. Al año hay 2.400 nacimientos de niñas o niños cuyas madres tienen menos de 14 años. Y la covid, la violencia, el hacinamiento, menos acceso a servicios y menos acceso a denuncias también ha hecho que la violencia sexual se incremente», subraya.

«EPIDEMIA» DE EMBARAZOS FORZADOS

Montenegro sostiene que los embarazos forzados se han convertido en una «epidemia» tal y como refleja el «incremento desmedido» que ha habido en los 14 años que OSAR lleva realizando estos monitoreos en el país.

Solo entre 2015 y 2019, las cifras de embarazos en niñas y adolescentes aumentaron de 103.937 a 114.858, según datos recopilados por la organización.

Estos embarazos, explica Ros Silvestre, se registran «tanto en niñas que viven en áreas urbanas como en las áreas rurales». «Esto es porque hay patrones culturales, sociales, religiosos y económicos que hacen que se perpetúe la violencia hacia ellas», agrega.

Ambos especialistas coinciden en que, pese a avances legislativos y normativos, los problemas se centran en el nulo acceso a la Justicia y a la educación sexual integral.

«Aún es un tabú hablar sobre la sexualidad con los niños, las niñas y las adolescentes. Hay comunidades en donde es considerado pecado hablar sobre sexualidad, entonces no conocen su cuerpo, cómo funciona y tampoco tienen herramientas para reconocer si alguien está vulnerando sus derechos», dice el representante de Planned Parenthood Global.

Además, «los servicios integrales de salud sexual y reproductiva están ausentes sobre todo en el área rural. Estas barreras de acceso a la educación y a la salud forman un caldo de cultivo peligrosísimo para la violencia contra las mujeres y las niñas y limitan su posibilidad de acceder a una reparación digna», agrega.

Según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), las niñas y mujeres son aún más vulnerables a la violencia sexual cuando los espacios en los que viven están controlados y disputados por las pandillas y el narcotráfico.

Con respecto al acceso a la Justicia, la directora de OSAR asegura que solo el 2 % de los casos llegan a una sentencia: «Y no es que todo sea condenatorio, muchas veces los dejan en libertad». Con el otro 98 % «es como si no pasara nada. No cambia la vida de la niña, no hay un proceso de investigación», añade.

EL CASO DE FÁTIMA

La normalización de la violencia y los obstáculos antes expuestos han impedido que supervivientes como Fátima, violada por un profesor cercano a su familia cuando tenía 12 años y obligada a tener al bebé, puedan conseguir justicia y acceder a un aborto para no convertirse en madres cuando aún son niñas.

«Ha sido un proceso muy difícil porque el sistema de justicia está muy sucio. Desde que puse la denuncia siempre tuve una respuesta negativa porque ¿cómo una niña iba a denunciar a su profesor? Todo surge de la desconfianza que se le tiene a la palabra de una niña porque es niña», explica a Efe Fátima.

La joven, que gracias al apoyo de organizaciones no gubernamentales ha logrado rehacer su vida, vivió en carne propia la discriminación que existe hacia las menores que quedan embarazadas, pese a ser víctimas de violencia sexual.

«Cuando utilicé el servicio público de salud (los médicos) me hicieron comentarios que atentaban contra mi integridad. En el sistema educativo también sufrí bullying. Yo no podía estudiar porque no estaba casada y porque iba a ser madre», recuerda.

Rememora que, además, dentro de la Fiscalía se perdía la evidencia que llevaban sus abogadas y que la información se filtraba para favorecer al agresor, que nunca fue detenido.

«Fue un proceso que marcó mi vida porque a una corta edad tuve que ser madre y no lo pedí. Me costó mucho comprender que (el bebé) era parte de mí, a pesar de que no lo quise desde un inicio. No me gustaría que más niñas pasen por esto y por eso he decidido alzar la voz», afirma.

Su caso, que es el de miles de niñas que son abusadas y quedan embarazadas cada año en la región, ha llevado a Guatemala ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU.

LOS SUEÑOS SE ROMPEN

Los embarazos forzados «rompen los sueños» de las niñas y adolescentes y muchas veces hasta sus vidas, remarca Fátima.

«Muchas de estas niñas y adolescentes que quedan embarazadas toman la decisión de suicidarse, pero no es una decisión individual, es colectiva porque implica ir cerrándoles la posibilidad de llevar a cabo sus proyectos de vida», confirma Ana Lucía Ramazzini, investigadora de Flacso Guatemala, que lideró un estudio denominado «Vidas silenciadas».

Entre los hallazgos más importantes del informe se encuentra el «continuum de violencia» que sufren las mujeres a lo largo de su vida. «La mayoría de ellas vivió violencia con las parejas con las que estuvieron involucradas o con familiares cercanos. Las violan desde los cuñados hasta los padrastros», dice Ramazzini.

No obstante, la ausencia de datos concretos sobre los suicidios de embarazadas ha impedido que se conozca el panorama real. «La última información que tuvimos del Ministerio de Salud es que entre 2020 y 2021 hubo 14 casos de muerte materna por suicidio, la misma cantidad de casos que nosotras documentamos en una década, entre 2009 y 2019. Esto sigue dándose y no podemos dejar de verlo», agrega la investigadora.

Según el estudio, los embarazos derivados de la violencia sexual provocan ansiedad, desesperación, y la sensación de estar «encerradas sin salida», ante la imposibilidad de poder acceder al aborto.

En Guatemala, la ley permite una interrupción del embarazo por razones terapéuticas, para evitar un riesgo a la vida de la mujer. A pesar de eso, las niñas siguen arriesgando sus vidas con embarazos forzados, sin una respuesta adecuada del Estado.

UN FUTURO DE RESISTENCIA

Montenegro cree que la situación no va a cambiar en los próximos años ya que, asegura, «los antiderechos han encontrado tierra fértil» en Guatemala.

Un ejemplo de ello, dice, es su reciente declaración como «Capital Iberoamericana Provida» dentro de un congreso cristiano en el que participó el presidente Alejandro Giammattei, y la aprobación de una polémica ley denominada «Para la Protección de la Vida y la Familia», que días después fue archivada por el Congreso. La normativa buscaba combatir el aborto y prohibir el matrimonio igualitario.

Pero, aunque ya está archivada, José Ros cree que la sociedad civil «tendrá que mantener la atención y la vigilancia para evitar cualquier retroceso o intento de reactivar» la iniciativa.

«Ahora lo que nos toca es resistir. No habrá avances, pero tampoco retrocesos. Tenemos que seguir con los marcos legales que tenemos y siempre señalando el tema de la prevención de la violencia y de las situaciones que viven las niñas que ponen en riesgo su vida», concluye Montenegro.

(Este reportaje forma parte de una serie que cuenta con el apoyo de Planned Parenthood Global. El contenido editorial de Efe es independiente de las posiciones de esta organización.)

Fuente: https://www.swissinfo.ch/spa/guatemala-embarazos–reportaje-_embarazos-forzados-de-ni%C3%B1as-y-j%C3%B3venes–una-epidemia-normalizada-en-guatemala/47548934

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Guatemala: Hoy, cumpleaños nuestra Madre Tierra

Hoy, cumpleaños nuestra Madre Tierra

OLLANTAY ITZAMNA

Artículo escrito el 22 de abril 2022 con motivo del Día de la Tierra

 

Celebrar el cumpleaños de la Madre Tierra significa pensar y celebrar la difícil existencia propia de la Madre Tierra, con identidad, dignidad, derechos, historias propias. Si seguimos recordando el 22 de abril con la única finalidad de sensibilizar o buscar el bienestar humano en el Planeta, seguimos en el autodestructivo camino del antropocentrismo.

Desde 1970, la comunidad internacional recuerda cada 22 de abril como el Día de la Tierra. Pero, en 2009, la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas, estableció dicha fecha como el Día Internacional de la Madre Tierra, a pedido del gobierno de Bolivia.

El Día de la Madre Tierra, aparte de motivarnos a disminuir nuestra huella ecológica por los daños que generamos al sistema Tierra, debe de ser una oportunidad para pensar y sentir a la Tierra como un superorganismo vivo/sensible, con dignidad propia. Como la generadora de Vida en sus diferentes formas. Es decir, pensar y sentir a la Tierra como el origen, sustento y destino de la Vida, y actuar en consecuencia.

La observación cotidiana básica de la realidad nos evidencia que todos los seres que convivimos en la Tierra estamos hechos de los mismos elementos químicos que conforman a la Tierra (sólo que configurados en nuestros genomas de manera diferente). Es más, todos y todas, al cumplir el “ciclo vital” volvemos al vientre de la Tierra, al igual que los árboles, el resto de los animales, etc. En otros términos, los humanos no somos más que Tierra con un grado de conciencia y libertad diferente al resto de los otros seres que también tienen identidad Tierra.

Esto nos lleva a la constatación que todos los seres que cohabitamos en el sistema Tierra y en el pluriverso somos hermanos y hermanas hechos de Tierra y nuestro destino es la Tierra. En ese sentido todos y todas somos hijas e hijos de la Tierra. Y aquí cobra sentido asumir a la Tierra como Madre. La Tierra nos originó, nos concibió (en su vientre) por millones de años, nos sostiene/alimenta, y nos acoge en su vientre al final de este “ciclo vital” para seguir coexistiendo en otra forma de Vida. En y con la Madre Tierra nos hacemos comunidad. Nos hacemos un todo en equilibrio.

Nuestra Madre Tierra para generar/crear las condiciones ecosistémicas, atmosféricas, climáticas adecuadas, … que posibilitaron el nacimiento de las diversas formas de Vida tuvo que vivir miles de millones de años, sobrevivir a millones de catástrofes. Desde su nacimiento la Madre Tierra tiene una historia aún inefable para los humanos.

No sabemos, con exactitud, cuándo nació la Madre Tierra. Pero, convencionalmente, el 22 de abril de cada año debería ser concebido y asumido con gratitud como el “cumpleaños de nuestra Madre Tierra”. Esto implica que cada 22 de abril deberíamos pensar más en la que cumple años, y no sólo en el bienestar de los invitados a dicha fiesta que somos nosotros los humanos.

Celebrar el cumpleaños de la Madre Tierra significa pensar y celebrar la difícil existencia propia de la Madre Tierra, con identidad, dignidad, derechos, historias propias. Si seguimos recordando el 22 de abril con la única finalidad de sensibilizar o buscar el bienestar humano en el Planeta, seguimos en el autodestructivo camino del antropocentrismo.

Las abuelas dicen que si la Madre Tierra está bien de salud, los humanos (que somos una parte de sus hijos/as) también estaremos bien. Pero, si seguimos buscando el “desarrollo/confort” de los humanos sacrificando el bienestar de la Madre Tierra, con seguridad que nuestro libre albedrío consumará nuestra desaparición como especie.

 

Fuente de la Información:https://ollantayitzamna.com/2022/04/22/hoy-cumpleanos-nuestra-madre-tierra/

 

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Guatemala: Cristianismo y pueblos indígenas, entre el suplicio y la memoria

Cristianismo y pueblos indígenas, entre el suplicio y la memoria

El colonizador, para instaurar su supremacía racial y cultural sobre los pueblos originarios, mañosamente esculpió y pintó la imagen de Dios semejantes a él. Por eso Dios es oficialmente representado como varón (macho), blanco, barbudo. Jesucristo (judío de tez trigueño, pómulos pronunciados y nariz achatada) es pintado y esculpido con el mismo rostro, porte, contextura muscular y cabello de los colonizadores europeos. De igual modo, las imágenes de la virgen María, santos/as, ángeles, etc. Todos/as, blancos, con nariz respingada…

Los pueblos originarios de Abya Yala y el cristianismo tienen históricos “asuntos inconclusos” por redimir.

El colonialismo continuado (y la colonialidad sobrevenida) contra nuestros pueblos fue posible, en buena medida, gracias a la eficiencia de doctrineros/misioneros que lograron “extirpar” nuestros espíritus e espiritualidades, y nos “implantaron” su doctrina monoteísta hasta en las estructuras psicológicas colectivas más profundas de nuestros pueblos.

Aprovechando sus marcadas diferencias fenotípicas, y procedencia desde tierras lejanas, hicieron creer a los aborígenes de Abya Yala que los cristianos (europeos) eran los hijos predilectos y enviados del Dios desconocido. Así fue cómo naturalizaron su supremacía cultural (modernidad) y genética (blancos) sobre los cobrizos y los negros.

No nos vencieron en el campo de batalla, fue en el confesionario

No fue la espada del invasor la que nos colonizó. Fue el auscultamiento espiritual/moral en los confesionarios de los doctrineros cristianos el que nos “vació espiritualmente”, anulándonos en nuestras capacidades de agencia y de resistencias, al grado que terminamos “repudiando lo nuestro” y aprendimos a amar y a cargar en andas efigies del patrón cristiano blanco, barbudo y con pelo rizado.

Relatos de cronistas de la época de la invasión narran que los “secretos indígenas” que los suplicios y las armas no pudieron arrancar, fueron confesados en confesionarios a doctrineros, bajo la promesa de “secreto de confesión”. Así dieron no sólo con los escondidos yacimientos de oro, sino con los “cabecillas indígenas” a quienes dieron muerte.

Es más, los territorios de los pueblos originarios que los invasores militares no lograban “tomar o controlar”, eran encomendados a las órdenes o congregaciones religiosas. Así nacieron, en muchos casos, las encomiendas, los pueblos indios, las reducciones indígenas a cargo de doctrineros y/o misioneros, siempre bajo la nominación y “protección” de algún santo patrono con facciones europeas

El colonizador cristiano esculpió la imagen del Dios desconocido a su imagen y semejanza: blanco, barbudo, nariz respingada, crespos.

Uno de los principales logros de las encomiendas y/o de las reducciones fue el haber instalado en el imaginario individual y colectivo del colonizado la certeza de: Así como hay un solo Dios en el cielo, hay un solo Rey en la tierra. Todo colonizado converso o no debe obediencia ciega a la voluntad del Rey y/o a las de sus lugartenientes. Y quien desobedeciere o levantare la cerviz ante los colonizadores sería castigado con el suplicio hasta morir, y una vez muerto, condenado al fuego eterno.

El colonizador, para instaurar su supremacía racial y cultural sobre los pueblos originarios, mañosamente esculpió y pintó la imagen de Dios semejantes a él. Por eso Dios es oficialmente representado como varón (macho), blanco, barbudo. Jesucristo (judío de tez trigueño, pómulos pronunciados y nariz achatada) es pintado y esculpido con el mismo rostro, porte, contextura muscular y cabello de los colonizadores europeos. De igual modo, las imágenes de la virgen María, santos/as, ángeles, etc. Todos/as, blancos, con nariz respingada…

Hicieron esta mañosería antropomórfica con la finalidad de ser reconocidos y reverenciados como hijos predilectos del mismísimo Dios desconocido. Y, ¡Pobre de quien se atreviese a desobedecer o rebelarse contra los colonizadores, predilectos de Dios! Sería severamente castigado por sacrilegio (pecado contra el mismo Dios).

Este proceso de la colonización continuada, que en los primeros siglos generó procesos de resistencia, consistentes incluso en suicidios colectivos de originarios, en el transcurso del tiempo configuró la conducta, el ser, el sentir y el pensar del colonizado.

La colonialidad se convirtió en una cultura hegemónica orgullosamente reproducida y defendida por las y los originarios colonizados. Al grado incluso de corporizarse. Por eso el originario o la originaria colonizada se hinca o se encorva ante la presencia del colonizador. Y cualquier presencia real o simbólica del colonizador será motivo de ritualidades o cuasi litúrgicas.

Indígenas cargando en andas estatuas con fenotipos del patrón colonizador

Cinco siglos después del inicio de la colonización cristiana, las y los originarios colonizados continúan reproduciendo y/o ansiando los vicios del colonizador como virtudes loables. Muy a pesar de las evidencias históricas de lo brutal que fue y es la colonización cristiana, sobrevivientes/as del mega holocausto indígena continúan cargando en andas, sobre alfombras de flores, las esculturas e imágenes de varones y mujeres blancas, con cabello rizado y nariz respingada. Son las imágenes sagradas impuestas por el colonizador genocida, hechas a su imagen y semejanza.

Sobrevivientes al holocausto indígena continúan cargando las estatuas del colonizador creyendo que son estatuas del Dios desconocido, sólo porque el colonizador los adoctrinó/configuró sus creencias de esa manera. ¡Pobre del originario despierto que se atreva a cuestionar las procesiones o reverencias cristiano coloniales. Es lapidado socialmente por los mismos originarios colonizados.

Fuente de la Información: https://ollantayitzamna.com/2022/04/17/cristianismo-y-pueblos-indigenas-entre-el-suplicio-y-la-memoria/

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Guatemala: Una Guatemala joven que no cuida a su juventud

Una Guatemala joven que no cuida a su juventud

Carolina Escobar

Ella tiene 23 años y un hijo de 10, producto de una violación en su entorno cercano. Antes de la pandemia estaba a un año de graduarse de diversificado, esfuerzo que le requería trabajar en un local de comida durante toda la semana para pagarse los estudios de los días sábados y mantener a su hijo, a quien veía solo los domingos. Le pagaban Q75 diarios, de los cuales le descontaban el producto que no vendía durante el día. Además pagaba Q20 diarios de transporte. Cuando llegó el encierro dejó de trabajar y, por lo tanto, de estudiar. Hoy solo consigue trabajos temporales mal pagados y sin prestaciones de ningún tipo, debido a que le exigen el título, algún “conecte” o un mínimo de años de experiencia.

Historias como la de ella hay millones en Guatemala. ¿Desde cuándo creyó la clase gobernante que se podía levantar un país sin invertir en la niñez, adolescencia y juventud? La deuda del Estado de Guatemala con estos sectores de la población es histórica. ¿Algunas cifras del censo 2018 que podrían ilustrar más esta afirmación? Entre las y los jóvenes de 13 a 30 años, el promedio de escolaridad es de 7.3 años, y generalmente no se termina el nivel de Educación Básica. De las y los jóvenes de 25-30 años, solo el 15.8% termina la Educación Media Diversificada y un 10.1% tiene algún nivel de Educación Superior. Estos niveles son inferiores para mujeres respecto de hombres y muy inferiores para población indígena respecto del resto de población.

Del total de jóvenes jefes o jefas de hogar, el 2% reportó tener entre 13 y 18 años. Un 95.2% de la población económicamente activa corresponde a hombres jóvenes de entre 25 y 30 años; solo un 44.5% corresponde a mujeres jóvenes. Ni hablamos de si la mayoría de ellos trabaja en la formalidad o informalidad, porque desde el punto de vista del empleo, el sector informal rebasa el 70%. Esto quiere decir que la mayoría tiene pocos o ningunos derechos laborales y se confirma con el dato de la Encuesta Nacional de Empleo 2019, donde se dice que de la población ocupada, solo siete de cada 10 reciben un salario. De la juventud asalariada, tres de cada cuatro trabajan sin contrato, prestaciones o seguridad social.

Hablemos sobre los embarazos adolescentes (según censo 2018): el 44.1% de las mujeres jóvenes entrevistadas que hoy tienen entre 25 y 30 años fue madre entre los 15 y los 19 años, y un 1.9% entre los 10 y los 14 años. Casi la mitad de una generación de mujeres jóvenes embarazadas tempranamente, con proyectos de vida cancelados o demorados. Será interesante contar con datos pospandemia, ya que vimos una reducción en las edades de embarazos tempranos forzados. A pesar de esto, la educación integral en sexualidad y el acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva integrados y de alta calidad siguen sin llegar a millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que no aprenden una sexualidad responsable, sino morbosa y prejuiciosa. El 27% de los hombres y el 10% de las mujeres entrevistadas creen aún que decir no al sexo realmente quiere decir sí. Y siguen siendo las mujeres jóvenes las más afectadas por delitos de violencia sexual o violencia física.

Según las proyecciones nacionales de población del INE para el año 2022, el total de hombres y mujeres en Guatemala entre las edades de 13 a 30 años es de más de seis millones de personas. Este grupo representa el 31% de la población nacional y casi la mitad de ellos y ellas se identifican como indígenas.
Esto nos vuelve a encender el “sospechómetro”, porque seguimos siendo el país que menos invertimos en niñez, adolescencia y juventud de América Latina y uno de los que aún no ha sido capaz de ofrecerles entornos seguros, pacíficos y protectores para su desarrollo. Por ello coincido con lo que dice el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa): hay más de seis millones de razones para invertir en juventud. Y no hablamos solo de dinero.

Fuente de la Información: https://www.prensalibre.com/opinion/columnasdiarias/una-guatemala-joven-que-no-cuida-a-su-juventud/

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Guatemala: Cinco mandamientos tecnológicos para una vida digital más segura

Cinco mandamientos tecnológicos para una vida digital más segura

La tecnología y su uso cambian casi a diario y siempre hay alguien que quiere espiar nuestros datos, por lo que no debemos bajar la guardia.

¿Recuerdas cuando compartiste tu lista de contactos con aquella nueva aplicación popular? ¿O cuando publicaste fotografías en las redes sociales? Todas esas acciones podrían tener consecuencias que debilitan tu seguridad y la de las personas que te importan.

Vijay Balasubramaniyan, director ejecutivo de Pindrop, una firma de seguridad que desarrolla tecnología para detectar llamadas telefónicas fraudulentas afirmó que siempre debemos recordar que cualquier parte de nuestra identidad que publiquemos en internet podría con el tiempo ser utilizada por estafadores para intentar apoderarse de nuestras cuentas en línea.

“Tu identidad digital, que incluye todas tus imágenes, videos y audio, les permitirá en esencia a los hackers crear una identidad completa de ti, que se ve exactamente como tú, en la que no estarás involucrado”, dijo.

Por lo tanto, te presento algunas de las directrices más importantes —como fortalecer contraseñas y minimizar los datos compartidos por la cámara de tu teléfono— para que tanto tú como tus seres queridos, permanezcan a salvo en el futuro previsible. Me referiré a estos como los cinco mandamientos tecnológicos, con la esperanza de que los recuerdes como si fueran el Evangelio.

1.    No utilizarás contraseñas débiles

Hablemos de los malos hábitos de las contraseñas. Cerca del 45% de los estadounidenses utilizan contraseñas débiles de 8 caracteres o menos, según una encuesta realizada por security.org, una compañía de investigación (el 14% usó “COVID” en sus contraseñas el año pasado). La mayoría también reconoció reutilizar la misma contraseña para sitios web diferentes.

Esto abre las puertas a muchos problemas de seguridad. Los ciberdelincuentes que intenten obtener acceso a tu cuenta pueden adivinar con facilidad las contraseñas débiles. Además, si utilizas la misma contraseña para varios sitios, como, por ejemplo, la de tu cuenta bancaria o la de compras en Target y Facebook, entonces lo único que se necesita es que uno de esos sitios sea hackeado para que todas esas cuentas queden vulnerables.

Para la mayoría de las personas, la solución más simple es un administrador de contraseñas, un software que ayuda a generar de manera automática contraseñas largas y complejas para las cuentas. Todas las contraseñas se almacenan en una bóveda a la que solo se puede acceder con una contraseña maestra. Mi herramienta favorita es 1Password, que cuesta US$36 al año. Sin embargo, existen administradores de contraseñas gratuitos como Bitwarden.

La otra opción es anotar las contraseñas en una hoja de papel que esté almacenada en un lugar seguro. Solo confirma que las contraseñas sean largas y complejas, con algunas letras, números y caracteres especiales.

2.    Utilizarás autenticación multifactor

No importa cuán fuerte sea tu contraseña, los hackers de todos modos podrán obtenerla, si logran vulnerar los servidores de una compañía que contiene tu información. Es por eso que los expertos en seguridad recomiendan la autenticación multifactor, también conocida como la verificación en dos pasos.

Ha funcionado por lo general de la siguiente manera: digamos, por ejemplo, que ingresas tu nombre de usuario y contraseña en tu cuenta bancaria en línea. Ese es el paso uno. El banco procede a enviar un mensaje de texto a tu teléfono con un código temporal que debe ser ingresado en el sitio para permitirte el acceso. Ese es el paso dos. De esta manera, demuestras tu identidad con el acceso a tu teléfono y a ese código.

3.    No compartirás en exceso

Muchos de nosotros utilizamos nuestros teléfonos como cámaras diarias. Pero nuestros celulares recopilan muchos datos sobre nosotros y el software de la cámara puede registrar de manera automática nuestra ubicación cuando tomamos una fotografía. Esto, con mayor frecuencia es un riesgo potencial de seguridad antes que un beneficio.

Comencemos por la parte positiva. Cuando permites que tu cámara etiquete tu ubicación, las aplicaciones de gestión de fotografías como Apple Fotos y Google Fotos pueden organizar de forma automática las imágenes en álbumes según la ubicación. Eso es útil cuando sales de vacaciones y quieres recordar dónde estuviste cuando tomaste esa foto.

Pero cuando no estás de viaje, tener tu ubicación etiquetada en las fotografías no es precisamente ideal. Supongamos que acabas de conectar con alguien en una aplicación de citas y le enviaste un mensaje de texto con una fotografía de tu perro. Si tenías activa la función de localización cuando tomaste la foto, esa persona podría analizar los datos para identificar dónde vives.

Para estar protegido, asegúrate de que la función de localización de fotografías esté desactivada de forma predeterminada: En los iPhones, abre la aplicación Configuración, selecciona la opción Privacidad, luego Servicios de ubicación y, finalmente, Cámara. En “Permitir acceso a la ubicación”, selecciona “Nunca”.

En móviles con sistema Android, dentro de la aplicación Cámara, toca el ícono de Configuración / Ajustes que parece un engranaje. Busca la opción de Ubicación (Etiquetas de ubicación o Guardar ubicación dependiendo de la marca del teléfono) y desactívala.

4.    No compartirás datos de amigos

Esta es una lección que debemos aprender una y otra vez: por lo general no es buena idea dar información sobre tus amigos cuando utilizas sitios web y aplicaciones, en especial con marcas desconocidas.

Cuando, por ejemplo, compartes tu lista de contactos con una aplicación, estás potencialmente proporcionando los nombres, números de teléfono, domicilios e información de correo electrónico de todos tus conocidos a esa compañía. Cuando compartes tu lista de contactos con una aplicación para invitar a otros a unirse, estás cediendo la información de los demás, incluso si deciden no aceptar la invitación.

Por lo general, cuando compartes tu lista de contactos con una aplicación, es con el propósito de encontrar a otros amigos que también estén utilizando ese servicio. Pero Clubhouse, una aplicación de redes sociales que se ha popularizado durante la pandemia fue criticada recientemente por su agresiva recolección de listas de contactos.

Al registrarse en Clubhouse, los usuarios pueden negarse a compartir sus listas de contactos. Pero incluso si lo hicieran, otros usuarios de la aplicación que sí las subieron podrían ver que esos nuevos usuarios se han unido al servicio. Esto no es un escenario ideal para las personas que intentan evitar contacto con exparejas abusivas o acosadores.

5.    Recordarás permanecer escéptico

Todos los expertos en seguridad están de acuerdo en una regla básica: no confíes en nadie. Cuando recibas un correo electrónico de alguien pidiéndote tu información personal, no hagas clic en ningún enlace y comunícate con el remitente para preguntarle si el mensaje es auténtico.

Los estafadores pueden incrustar con facilidad correos electrónicos con programa malicioso y hacerse pasar por tu banco, aseguró Adam Kujawa, director de la firma de seguridad Malwarebytes. En caso de duda, opta por no compartir datos.

Las empresas y los bancos han experimentado con tecnologías de detección de fraude que escuchan tu voz para verificar tu identidad. En algún momento, incluso podrías interactuar con representantes del departamento de servicio al cliente a través de videollamadas.

Los estafadores más sofisticados podrían, con el tiempo, utilizar los componentes audiovisuales que publicas en línea para crear un ultrafalso, un clip de audio o video generado por computadora haciéndose pasar por ti, afirmó Balasubramaniyan.

Si bien esto puede sonar alarmista —los ultrafalsos no son todavía una preocupación inmediata— una buena dosis de escepticismo nos ayudará a sobrevivir el futuro. “Piensa en todas las diferentes formas en las que estás dejando identidad biométrica en tu mundo en línea”, dijo Balasubramaniyan.

Fuente de la Información:  https://www.prensalibre.com/pl-plus/economia/cinco-mandamientos-tecnologicos-para-una-vida-digital-mas-segura/

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