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Puerto Rico: Buscan donativos para salvar educación pública

Puerto Rico/ 27 de Junio de 2016/El Nuevo Día

El Instituto Nueva Escuela (INE), organización sin fines de lucro dedicada a promover la enseñanza con el Método Montessori a través del entrenamiento a maestros, asistentes de maestros y la transformación de escuelas, inició una campaña de recaudación de fondos con el fin de colectar $400,000, “un 60% del total que necesitamos para continuar el proyecto en agosto”.

Creada hace un cuarto de siglo por la comunidad de la escuela Juan Ponce de León, en el barrio Juan Domingo de Guaynabo, la entidad ha logrado que al presente 49 escuelas públicas en 27 municipios tengan ambientes Montessori y sirvan a unos 4,000 alumnos sin que se reporte entre ellos deserción escolar, incidentes de violencia ni de uso de drogas, según se informa. Por el contrario, INE asegura que se ha producido un “aumento significativo en el aprovechamiento académico y participación de familias”.

Ante la reducción en las asignaciones que reciben del Gobierno de Puerto Rico y sus agencias, INE creó una campaña de recaudación en la plataforma de internet antrocket.com para poder cumplir con su misión durante el año escolar 2016-17. Cualquier persona deseosa de colaborar puede hacerlo aportando la cantidad que desee luego de abrir una cuenta en dicha plataforma.

En agradecimiento, según la cantidad de la aportación INE le obsequiará uno o más de los siguientes regalos: un video hecho por estudiantes del proyecto, un arte adaptado a redes sociales para dar a conocer su compromiso social con la entidad, un llavero, una postal con foto emblemática, una serigrafía de una obra hecha por estudiantes y/o un libro de fotos.

La campaña comenzó el 10 de junio y hasta anoche contaba con 49 colaboradores que en conjunto habían aportado $5,085. La meta de INE es recaudar $400,000 para el 8 de agosto de 2016.

“De forma especial queremos agradecerles a todos los que se han unido a nuestra campaña de recaudación de fondos. Hoy más que nunca necesitamos de todos los puertorriqueños para continuar con la misión del Instituto Nueva Escuela. Ayúdanos a llegar más lejos regando la voz sobre este esfuerzo. Dale SHARE al link de la campaña y a nuestra promoción en nuestro fanpage. ¡Y comparte el hermoso video de nuestros estudiantes!”, es la exhortación en la páginawww.antrocket.com/ine.

La página del Instituto en Facebook eswww.facebook.com/instituto.n.escuela.

Fuente: http://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/buscandonativosparasalvareducacionpublica-2215065/

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Cualidades del buen educador

El Salvador/17 de Junio de 2016/ Adital

Por: Carlos Ayala Ramírez

Como se sabe, el éxito de un sistema educativo depende, en gran medida, de la calidad del magisterio. Se estima que, por encima de la infraestructura, la tecnología y el número de estudiantes por aula, un buen profesor es el que garantiza el éxito del proceso de aprendizaje, al igual que uno malo puede asegurar su fracaso. De ahí el por qué las profesoras y profesores son considerados el corazón de la enseñanza. Este énfasis en la calidad docente distingue a Paulo Freire, uno de los pedagogos más brillantes del siglo XX. En uno de sus últimos libros, Cartas a quien pretende enseñar, aborda los temas que fueron recurrentes en su trayectoria pedagógica, entre ellos, las cualidades del buen educador. El libro está dirigido a los maestros y maestras no para alabarlos de forma exagerada, sino para desafiarlos; no para darles orientaciones, sino para dialogar con ellos.

Según Freire, la tarea del enseñante, que también es aprendiz, es placentera y a la vez exigente. Exige seriedad, preparación científica, física, emocional, afectiva. En una de las diez cartas de las que consta el libro, se habla de las cualidades indispensables para el buen desempeño docente en el contexto de lo que denomina «educación progresista”. Pasamos revista, de manera resumida, a algunas de ellas, configuradas por la intuición pedagógica de Freire de que estudiamos, aprendemos, enseñamos y conocemos con nuestro cuerpo entero: con los sentimientos, los deseos, los miedos, las dudas, la pasión y también con la razón crítica (jamás solo con esta última). Veamos el tipo de actitudes y habilidades propuestas.

Humildad. Esta cualidad de ningún modo significa ánimo acomodaticio o cobardía. Al contrario, la humildad exige valentía, respeto y confianza hacia nosotros mismos y hacia los demás. La humildad, afirma Freire, nos ayuda a reconocer esta sentencia obvia: «Nadie lo sabe todo, nadie lo ignora todo. Todos sabemos algo, todos ignoramos algo”. Sin humildad difícilmente escucharemos a alguien al que consideramos demasiado alejado de nuestro nivel de competencia. La humildad es un antídoto contra la soberbia (del que pretende saberlo todo), contra las pretensiones de los iluminados que buscan imponer su visión y contra el autoritarismo al que pueden estar sometidos niños y jóvenes en el sistema escolar. ¿Cómo escuchar al otro, cómo dialogar, si solo me oigo y me veo a mí mismo, si nadie que no sea yo me mueve o me conmueve? La respuesta es mediante la humildad, entendida como la actitud que ayuda a no encerrarse en el circuito de la verdad personal, a estar abierto a aprender y enseñar.

A la humildad con que los docentes deben relacionarse con sus alumnos debe sumarse la amorosidad, o centralidad del amor en lo que se hace, sin la cual el trabajo pierde significado. La actitud de afecto no solo para los estudiantes, sino para el propio proceso de enseñar. Freire creía que sin una especie de «amor luchador” los educadores difícilmente sobrevivirían a las negatividades e injusticias con las que tienen que enfrentarse en su quehacer. Por eso se trata de un amor que lleva a hacerse presente en el derecho de luchar, denunciar y anunciar. Por consiguiente, esta forma de amar exige a su vez otra cualidad: la valentía de luchar.

Freire advierte que al poner en práctica un tipo de educación que provoca de manera crítica la conciencia del educando, necesariamente se desenmascaran algunos mitos que deforman lo real. Al cuestionar esos mitos, también se enfrenta al poder dominante, puesto que ellos son expresiones de ese poder, de su ideología. Y en seguida se es asaltado por miedos concretos: temor a perder el empleo, a no alcanzar cierta promoción. De ahí deviene la necesidad de poner límites a estos temores. Si no se quiere que el miedo paralice, debe controlársele, desarrollando en cada uno el coraje. El miedo sin valentía inmoviliza; en cambio, cuando ella está presente, empodera para encarar la amenaza.

Otra virtud indispensable de los buenos educadores es la tolerancia. Sin ella, según Freire, es imposible realizar un trabajo pedagógico serio, no es viable una experiencia democrática auténtica; sin ella, la práctica educativa progresista se desdice. La tolerancia no es una posición irresponsable, es decir, no significa ponerse en connivencia con lo intolerable, no es encubrir al agresor ni disfrazarlo. La tolerancia es la virtud que nos enseña a convivir, respetar y aprender con lo diferente. El acto de tolerar implica el clima de establecer límites y principios que deben ser respetados. Bajo el régimen autoritario, en el cual se exacerba la autoridad, o bajo el régimen licencioso, en el que la libertad no se limita, difícilmente aprenderemos la tolerancia. La tolerancia requiere respeto, cordialidad, apertura, delicadeza.

La seguridad es otra de las cualidades a cultivar. Implica competencia científica, claridad política e integridad ética. La seguridad exige una forma críticamente disciplinada de actuar con la que los educadores desafían a sus educandos. Tiene que ver, por un lado, con la competencia que la maestra o el maestro posee para enseñar a pensar y para revelar la realidad a sus alumnos, sin alharacas arrogantes. Y por otro, refiere al modo con el que los educadores ejercen su autoridad: creíble, respetuosa y servicial.

El texto de Freire, pues, al proponer estas cualidades, entre otras, contribuye a mantener un irrenunciable utópico en la educación: la excelencia docente. Esta incluye los criterios que se aplican a las comunidades de profesionales, que en este caso serían respeto por los educadores, reclutamiento exigente, salarios competitivos, ascenso por mérito, constante formación y evaluación del desempeño.

Fuente: http://site.adital.com.br/site/noticia.php?lang=ES&cod=89123

Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=cualidades+de+un+educador&biw=1024&bih=623&site=webhp&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwic-PXTgbzNAhXIKx4KHdyYDP8Q_AUIBigB#imgrc=yDG45LWSwREFVM%3A

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El daño ambiental aumenta en todo el planeta, pero aún hay tiempo para revertir el peor impacto si los gobiernos actúan ahora: PNUMA

Fuente: PNUMA / 27 de julio de 2016

El cambio ambiental que afecta al mundo está ocurriendo a una velocidad muchísimo más rápida de lo que antes se pensaba, haciendo imperativo que los gobiernos actúen ahora para revertir el daño que se le ha hecho al planeta, afirma el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, en las evaluaciones regionales sobre el estado del ambiente global publicadas hoy.

Bajo el título Perspectivas del Medio Ambiente Mundial (GEO-6): Evaluaciones Regionales, seis informes separados proveen un estudio altamente detallado de los problemas ambientales que afectan cada una de las seis regiones en el mundo: la región Paneuropea, América del Norte, Asia y el Pacífico, Asia Occidental, América Latina y el Caribe, y África.

Publicado previo al inicio de la segunda sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, UNEA-2 el 23 de mayo en Nairobi, Kenia, las evaluaciones regionales encuentran que a nivel global se comparte una serie de amenazas ambientales comunes que están rápidamente intensificándose en muchas partes del mundo.

En casi todas las regiones, el crecimiento de la población, la rápida urbanización, el aumento en el nivel de consumo, la desertificación, la degradación de la tierra y el cambio climático se han combinado para hacer que los países sufran una escasez de agua más severa. Estas preocupantes tendencias también están haciendo cada vez más difícil que el mundo se alimente, advierten los informes, que involucraron 1.203 científicos, cientos de instituciones científicas y más de 160 gobiernos.

El Director Ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner, afirma: “Hoy en día, gracias a este informe, sabemos mucho más acerca del estado del ambiente en el mundo de lo que sabíamos antes. Con estas evaluaciones, el PNUMA ha presentado al mundo la última evidencia sobre el estado del ambiente en el mundo, dándoles las herramientas que necesitan para anticiparse y evitar el daño que se le está haciendo a nuestro planeta”.

«Si las tendencias actuales continúan y el mundo no hace valer soluciones que mejoren los patrones actuales de producción y consumo, y si no utilizamos los recursos actuales de forma sostenible, entonces el estado del ambiente en el mundo continuará declinando. Es esencial que comprendamos la velocidad del cambio ambiental sobre nosotros y que comencemos a trabajar con la naturaleza en vez de contra ella para abordar una gran variedad de amenazas ambientales frente a nosotros”.

Las evaluaciones, que se basan en datos científicos y literatura revisada por otros científicos, encuentra que aún hay tiempo para abordar muchos de los peores impactos del cambio ambiental, tales como el daño a los ecosistemas marinos y un aumento en el nivel de la contaminación ambiental, que se ha convertido en uno de los riesgos a la salud ambientales con mayor alcance.

En todo el mundo, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la degradación de la tierra y la escasez del agua son problemas que están creciendo y que deben abordarse urgentemente si el mundo quiere alcanzar las metas establecidas en la Agenda para el Desarrollo Sostenible del 2030, indican los informes.

América Latina y el Caribe

América Latina y el Caribe es una región biológicamente rica con complejos contrastes políticos, sociales y naturales. Sin embargo, las economías comparten una fuerte dependencia en productos primarios y recursos naturales, que son responsables de alrededor de 50 por ciento de todos los productos de exportación. Las áreas urbanas continúan creciendo junto con las poblaciones, unido con un mayor consumo en la clase media. Esto ha llevado a una situación en la que la calidad del aire en las ciudades ha bajado, las emisiones crecen y el agua y otros recursos naturales están bajo presión. El futuro de las economías en la región depende en gran medida del capital natural de la región, mitigando y adaptándose al cambio climático, y desvinculando el crecimiento económico del consumo de recursos. El informe GEO-6 analiza el estado de la situación en cinco áreas clave, resalta los motores de los impactos ambientales y busca formas para abordarlos.

Calidad del aire

Las emisiones del gas de efecto invernadero están creciendo en América Latina como resultado de la urbanización, el crecimiento económico, el consumo energético y los cambios en el uso de la tierra, así como otros factores. Estos cambios generan una degradación en la calidad del aire, tanto interno como externo. La mayoría de las ciudades en la región para las cuales hay datos disponibles tienen concentraciones de materia particulada (MP) sobre las directrices de la Organización Mundial de la Salud, OMS. Monterrey en México, por ejemplo, tiene concentraciones medidas de MP2.5 de 85,9, muy sobre el límite recomendado de la OMS de 20. Sin embargo, la región ha hecho progreso en la reducción de sustancias que afectan a la capa de ozono y la eliminación del plomo en la gasolina.

En América Latina un estimado de 100 millones de personas viven en áreas susceptibles a la contaminación del aire, en su mayoría en áreas densamente pobladas en la ciudad. En 2012, un total de 138.000 muertes en las Américas (renta baja y media) fueron atribuidas a la contaminación del aire en el ambiente y a la contaminación del aire doméstico.

Calidad y acceso al agua

Existe una demanda en aumento de agua para la agricultura, industria, generación energética y uso doméstico. Estas demandas, junto con el cambio climático y un aumento en la contaminación, cambian el ciclo hidrológico y los sistemas de recursos de agua. En Meso y Sudamérica ha habido una baja constante en la disponibilidad de agua por persona, debido principalmente al hecho de que la población aumentó de 463 a 606 millones entre 1992 y el 2011. Haití vio caer su disponibilidad de agua fresca de 1.338 metros cúbicos por persona en el año 2007 a 1.297 en el 2014, a la vez que otros países ven una tendencia similar. Aunque el agua superficial es la fuente de agua más común en la región, el uso de agua subterránea ha aumentado. El uso de agua subterránea es especialmente relevante en Argentina, en donde representa un 30 por ciento del total del retiro de agua. Estas tendencias representan una amenaza a los recursos de agua subterránea si no se gestionan apropiadamente.

Salud de los océanos, mares y costas

La región tiene un territorio marítimo de 16 millones de kilómetros cuadrados y 64.000 kilómetros de línea costera. Aunque algunas de las costas están protegidas por arrecifes coralinos, camas de zacate marino y bosques de manglar, son aún así vulnerables a amenazas naturales y hechas por el hombre. Los desarrollos costeros mal gestionados han creado problemas relacionados con la contaminación del agua de fuentes basadas en la tierra, la degradación de hábitats críticos y la escasez de recursos naturales. Estos impactos afectan negativamente la economía y la sociedad a través de la pérdida de empleo y mayores costos debido a problemas con el estilo de vida y la salud. El cambio climático y su impacto han hecho a las zonas costeras más susceptibles a desastres. Más de 8,4 millones de personas viven en la ruta de huracanes, y aproximadamente 29 millones viven en zonas costeras de baja elevación haciéndolos vulnerables a un aumento del nivel del mar, mareas e inundaciones costeras.

Pérdida de hábitat y degradación de la tierra

América Latina y el Caribe contiene 12 de los 14 biomas en el mundo y 191 de las 867 ecorregiones únicas del mundo. Estas regiones proveen servicios de ecosistema valiosos – tales como la regulación del agua, el almacenamiento de carbono, alimento y formas de vida. La pérdida y degradación del hábitat continúan siendo uno de los mayores retos en la región. La deforestación en el Amazonas y en otros ecosistemas forestales, menos tierras de pastizales y biomas montañosos frágiles son ejemplos de estos procesos de degradación. A su vez, la degradación del hábitat baja los servicios en el ecosistema, sus funciones y biodiversidad, amenazando el desarrollo y el bienestar humano.

Del 2001 al 2013, un 17 por ciento de nuevas tierras arables y un 57 por ciento de nuevos pastizales en la región fueron establecidos en áreas forestales deforestadas para este propósito. Para el 2012, la región tenía un estimado de 1,01 millones de kilómetros cuadrados dedicados a la agricultura y 3,59 millones a pastizales. La amplia degradación de los ecosistemas terrestres en la región es en su mayoría el resultado de una insostenible gestión de la tierra. La demanda regional e internacional para cosechas alimentarias, ganado, madera, petróleo y minería, junto con las condiciones socioeconómicas adversas y la necesidad de inversión extranjera, ejerce una presión en los legisladores para priorizar las metas a corto plazo que podrían resultar en una degradación de la tierra.

Biodiversidad

América Latina y el Caribe dan soporte a una rica diversidad biológica, que es responsable de un 60 a un 70 por ciento de toda la vida conocida en la Tierra. La amplia diversidad de ecosistemas provee servicios críticos para dar soporte al desarrollo económico y garantizar una buena calidad de vida. Sin embargo la biodiversidad de la región continúa estando amenazada, poniendo muchos ecosistemas y especies en riesgo. El cambio en el uso de la tierra continúa siendo la mayor amenaza, sin embargo otras presiones como la contaminación, la sobre cosecha, el cambio climático, el turismo insostenible y la invasión de especies extranjeras continúan exacerbando los ecosistemas ya estresados.

Los patrones insostenibles de producción y consumo y una mayor demanda de alimentos y materia prima continúan poniendo mayor presión en los ecosistemas de la región. Aunque la tasa de deforestación regional se ha reducido, la región aún pierde cerca de 2,18 millones de hectáreas de sus bosques en forma anual.

Los datos muestran que aunque la tasa de conversión de los sistemas naturales ha comenzado a ser más lenta, la tasa general de pérdida de los ecosistemas sigue siendo alta. La continua pérdida de biodiversidad en la región está determinada a tener consecuencias de largo alcance. La pérdida de biodiversidad tiene consecuencias directas para el bienestar económico y social de los 630 millones de habitantes de la región, y su impacto se percibirá a nivel global.

Recomendaciones generales para la región

  • Los gobiernos necesitarán encontrar soluciones innovadoras para permitir la desvinculación del crecimiento económico con el consumo de recursos.
  • Reducir la dependencia de combustibles fósiles, y la diversificación de las fuentes energéticas será importante para la región. Un área adonde este tipo de pensamiento será crítica es en el contexto de la urbanización.
  • Los gobiernos necesitan invertir en una resistencia basada en el ecosistema para poder reducir la vulnerabilidad y aumentar la adaptación.
  • Una mayor inversión en investigación, y la creación de la capacidad necesaria para recolectar y aplicar datos para fortalecer la interfaz ciencia-política, deberá ser una prioridad para la región.
  • Una coordinación intergubernamental más fuerte y enfocada a nivel regional y subregional mejorará los temas de gobernabilidad que son de prioridad regional.

Para descargar el informe: http://bit.ly/1TpAuzy

Contacto de prensa:  María Amparo Lasso, jefa regional de Comunicaciones para América Latina y el Caribe, PNUMA. maria.lasso@pnuma.org. 507 3053164. Ciudad de Panamá, Panamá.

Acerca del PNUMA
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) es la voz del medio ambiente dentro del sistema de las Naciones Unidas. Establecido en 1972, la misión del PNUMA es la de proporcionar liderazgo e impulsar las alianzas para el cuidado del medio ambiente a través de inspirar, informar y permitir a las naciones y las personas mejorar su calidad de vida sin comprometer la de las generaciones del futuro.
El PNUMA es defensor, educador, catalizador y facilitador de la promoción del uso responsable de los recursos naturales para el desarrollo sostenible. Trabaja con muchos socios, entidades de la ONU, organizaciones internacionales, gobiernos nacionales, organizaciones no gubernamentales, empresas, industria, sociedad civil y medios de comunicación. El trabajo del PNUMA proporciona apoyo para: la evaluación medio ambiental; el fortalecimiento legal e institucional y las políticas medio ambientales; el uso sostenible y la gestión de los recursos naturales; la integración del desarrollo económico y la protección medio ambiental; y promoviendo la participación pública en la gestión del medio ambiente.

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Aulas viejas con tecnologías nuevas

Por:  Mariano Fernández Enguita

Hace no mucho acudí como conferenciante al encuentro anual de una influyente asociación del mundo educativo, no importa ahora cuál. El encuentro se celebraba bajo el lema de la modernización y en la portada del programa se contraponían gráficamente, mediante las dos imágenes incluidas en esta entrada, el aula del pasado y el aula del futuro –no hace falta explicar con cuál se quería representar qué. Por una vez, y porque voy a escribir precisamente sobre ellas, incluiré estas imágenes al tamaño máximo que permite el blog.

La primera es un óleo de Albert (o Samuel Albrecht) Anker, artista suizo de la segunda mitad del siglo XIX considerado en su país un pintor nacional por su capacidad de retratar la vida común de la época, en particular la Suiza rural. El cuadro, titulado Die Dorfschule von 1848 (La escuela rural de 1848), representa eso, una escuela de aldea. Pintado en realidad en1896, se encuentra hoy en el Museo del Arte de Basilea.

La segunda ilustración es Interactive whiteboard, una fotografía de 2010 hecha y subida a Flickr porEnric Archivell (un profesor de secundaria «madrileny de Barcelona» –genial–, que mantiene un estupendo blog, Memorias de un Tiquis Miquis, dedicado sobre todo al teatro); fotografía con la que lo mismo se ha ilustrado la idea del aula digital (The Centre or Internet & Society, India: «The Digital Classroom in the Time of Wikipedia«, 22/3/2012) que un MOOC sobre la PDI (el blog bonaerenseExperiencias Docentes con PDI: «MOOC: Uso técnico y metodológico de la Pizarra Digital Interactiva«, 23/5/2013).

    Vamos con las imágenes. La de Anker es perfecta para ilustrar el pasado, pues tiene hasta cierto tono sepia propio de las fotografías de la época, aunque deliberado en un óleo (la mayoría de las imágenes que aparecen en la internet agudizan ese tono, sin duda para reforzar el efecto de vetustez). La diferencia más obvia quizá sea la cantidad de alumnos (yo cuento claramente treinta y ocho en el óleo –atención a unos piececitos–, pero podría haber más en la parte trasera, fuera de foco), más del doble que los dieciséis visibles en la fotografía (también podría haber alguno más), pero esa es una historia sabida.
     También tenemos ante nosotros una educación hasta cierto punto diferenciada por sexos: los chicos en el centro y las chicas en el contorno y parece que en la parte trasera; además, no parece que pasen de un tercio del alumnado. Además, sus actitudes son sensiblemente distintas, disciplinadas y laboriosas ellas pero algo alterados y revueltos ellos, mas ese no es hoy el tema.
     Otra diferencia está en la variedad de instrumentos prácticos que el cuadro muestra en la pared, mientras que en la fotografía solo hay soportes o vehículos de información, de mirar y no tocar (pizarras, tablón, carteles, altavoces, reloj, retroproyector). Se diría que la modernización educativa ha ido sustituyendo la realidad por su representación, aunque en el centro escolar de la fotografía probablemente haya algún laboratorio (también podemos apostar a que los del cuadro salían más al entorno).
     Pero la diferencia esencial es, para mí, otra. En el óleo, la mayoría de las chicas leen sus libros o cuadernos, pero algunas parecen más bien reflexionar sobre ello y otras atienden al maestro; los chicos, por su parte, se dividen por mitades entre los que también le atienden y los que interactúan de diversas maneras con sus compañeros. En el aula de la fotografía, en cambio, la mayoría miran a la pizarra digital y algunos, por la posición de cabeza y brazo, parecen estar escribiendo, es decir, tomando apuntes. En otras palabras: hay más autonomía para el alumno y más diversificación por el profesor, más espacio para los diferentes ritmos y estilos de aprendizaje, en la imagen de 1848 que en la de 2010. Hay, sobre todo, más vida.

     ¿Qué preferimos? Al pie de su fotografía en Flickr, el autor escribió como único comentario, por lo demás preclaro: «Mi lugar de trabajo. Los estudiantes están tan excitados con la nueva cosa que ni siquiera se dieron cuenta de que tomé esta fotografía. ¿Durará mucho?» Probablemente no lo haya hecho, o no sea ya lo mismo que en el momento de la instantánea, hace seis años. En una reciente ronda de grupos focales con profesores y con alumnos puedo decir que encontré muy a menudo lo mismo: según los primeros, la tecnología (lo que casi siempre quiere decir la PDI), atrae más y mejor la atención de los alumnos; de acuerdo con los segundos, en cambio, puede llegar a ser más aburrida que la vieja pizarra, sobre todo si se utiliza para proyectar y transmitir un texto. Algunos alumnos incluso explicaban de forma prosaica pero realista ese aumento de su atención: mientras que el texto del libro va a seguir ahí y puedes verlo luego en casa, el del PowerPoint se esfuma si no lo copias a tiempo.

La cuestión se vuelve más preocupante cuando pasamos de la instantánea, sin duda anecdótica, a la ilustración del programa de un evento, que se presenta como contraposición de dos modelos. Cualquiera sabe que una presentación digital puede ser mucho más monótona, aburrida, unidireccional y paralizante que una lección magistral a la antigua usanza, donde al menos siempre habrá algo de improvisación y adaptación. Garber acuñó ya en 2001 la expresión morir de powerpoint; en 2009, unaencuesta a universitarios de Mann y Robinson revelaba que lo más aburrido para ellos eran los ppt; una PDI, por lo demás, ni siquiera garantiza que hayas hecho un ppt.

La tecnología siempre se puede utilizar para hacer más de lo mismo, y no me refiero solo a repetir lo mismo sino a agudizarlo e intensificarlo y, por tanto, a agravarlo.  Aparte de que una pizarra digital se vea mejor que una verde (y mucho mejor que unas transparencias o unas diapositivas de celuloide ajadas), la tecnología solo tiene verdadero valor añadido cuando permite ahorrar trabajo o cuando permite trabajos que antes no eran posibles. Lo primero es fácil, pero ha de tenerse en cuenta que el trabajo que verdaderamente hay que ahorrar es el de aprendizaje, el del alumno; o sea, hacer lo mismo en menos tiempo para poder hacer más en el mismo tiempo. También es deseable ahorrar trabajo al profesor, pero no a costa del tiempo del alumno, como sucede, por ejemplo, poniéndolo a este a copiar un ppt o confiando aquel su exposición al ppt como chuleta, lo que suele derivar en empobrecerla. Lo segundo también res fácil, pues la tecnología actual permite formas de trabajo individualizado y autónomo, actividades en colaboración, acceso a la información, interacción con las aplicaciones, etc., preñadas de posibilidades. Pero también permite burocratizar y rutinizar todavía más el trabajo del estudiante, por ejemplo clavándolo ante la pantalla (la PDI, que básicamente es I, interactiva, solo para el profesor), pautando sus actividades fuera del aula a través de los sistemas de gestión del aprendizajd (EVA/LMS), mecanizando la evaluación, etc.

En definitiva, la tecnología lo mismo puede mejorar que empeorar las cosas. McLuhan escribió que los medios son extensiones de nuestros sentidos. Pensaba en su día, claro está, en los mal llamados medios de comunicación de masas, en realidad de emisión, de broadcast, en los que uno habla a todos o a muchos, y estos, efectivamente, lo reciben, lo ven, lo escuchan, etc. con sus sentidos. En realidad, toda tecnología es una extensión de nuestros órganos y nuestras facultades, sean de consumo (como en los medios de comunicación de masas) o de producción (como en los medios sociales y la web 2.0). Hoy la tecnología no solo está al alcance de los magnates de los medios sino también de cualquiera, en particular de cualquiera con un público cautivo, como es el caso del profesor. ¿Mejorará eso la escuela? Depende. Multiplica sus capacidades, pero en todas las direcciones.

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Una Pedagogía Emancipadora para Nuestra América

Por:  Pablo Imen[1]

El mundo actual está expresando síntomas, para decirlo así, de un agotamiento civilizatorio. Los indicadores son contundentes: las 85 fortunas individuales más ricas son poseedoras del mismo patrimonio que los 3000 millones de seres humanos más pobres. Las principales potencias militares hacen gala de una prepotencia inédita.

EEUU, desconociendo los más elementales principios del derecho, los mandatos de organismos internacionales como la ONU o los pronunciamientos contundentes de Pueblos y Gobiernos exigiendo el cese de las acciones militares inaceptables continúan una barbarie armada que combina genocidio y explotación de países, curiosamente, señalados como guaridas de terroristas, narcotraficantes o cualquier otra calificación que legitime la práctica predatoria del gendarme mundial del orden.

Las fracciones más carroñeras del capital especulativo juegan contra el Estado Argentino una batalla esencial alrededor del derecho privado a ganar dinero sin medir costos y el derecho de los pueblos a definir su destino. La operatoria de los denominados fondos buitres que compran títulos públicos defaulteados a precios ínfimos y  luego litigan en la justicia para percibir la totalidad del valor de dichos bonos es la expresión más clara del capitalismo de casino.

El modelo productivista a destajo está generando incalculables costos ecológicos que ponen en riesgo la supervivencia de la Humanidad, hipotecando el presente de regiones enteras y, obviamente, el futuro de las próximas generaciones por todo el planeta.

La educación, como práctica social e histórica es territorio de disputa entre concepciones antagónicas.

Quienes defienden este modelo de planeta tienen un proyecto político educativo y pedagógico o, cuanto menos, los sectores que gobiernan la educación defienden algunas orientaciones generales que modelan una determinada direccionalidad, contenido y método.

La educación como política pública dentro del capitalismo ha sufrido transformaciones desde la fundación de los Sistemas Educativos Formales que debieron dar la batalla contra los viejos poderes culturales e ideológicos que expresaba la Iglesia Católica, portadora del monopolio del saber en el largo período feudal de Europa y la América colonial. De allí que – especialmente en países como Argentina o Uruguay- se constituyeron sistemas educativos con un fuerte papel del Estado (en confrontación abierta con la Iglesia Católica) concebido como Estado Docente, defensor de una escuela pública, común, gratuita, laica, obligatoria.  La cara antidemocrática y opresiva del modelo fue su autoritarismo, su cienficismo, su clasismo, la exclusión de culturas populares del currículo escolar, la escisión entre la escuela y la vida, el estímulo de unos valores meritocráticos y la formación de ciudadanos conformistas y trabajadores disciplinados en la base social  mientras en los niveles superiores formaba los cuadros dirigentes para un orden social profundamente injusto.

El neoliberal-conservadurismo en desarrollo desde el último cuarto del siglo XX ha exacerbado los aspectos más regresivos del viejo modelo pedagógico, eliminando hasta donde le fue posible, los elementos más democráticos de la vieja educación liberal. El Estado fue reconvertido como Estado Evaluador; la “calidad educativa” definida como los resultados de operativos de evaluación estandarizados; la institución escolar emplazada a funcionar con los parámetros de una empresa y el sistema educativo reconfigurado como un mercado donde escuelas, colegios y universidades compiten entre sí determinando rankings de rendimientos. El ejemplo chileno es el más desarrollado: allí los resultados del aprendizaje inciden en la estabilidad laboral docente, en su salario, en el financiamiento que recibe la institución educativa.

Frente a estas propuestas civilizatorias – políticas, económicas, sociales, culturales, pedagógicas- la América Latina y Caribeña está dando una fuerte batalla por reencontrarse con su historia, con su identidad y con su proyecto de futuro. En tiempos de segunda independencia, cabe recuperar el desafío planteado por Simón Rodríguez en la primera: “El interés general está clamando por una reforma, y la América está llamada por las circunstancias a emprenderla. La América no debe imitar servilmente sino ser original. ¿Dónde iremos a buscar modelos? La  América española es original: originales han de ser sus instituciones y su gobierno, y originales los medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos.”

La pedagogía nuestroamericana, pues, se enfrenta a un gigantesco desafío: denunciar la educación colonial y reproductora que campea de múltiples maneras en nuestra región, y anunciar la nueva pedagogía emancipadora que contribuya a la consolidación del proyecto colectivo en curso que aspira a la emancipación del hombre y la mujer en Nuestra América.

La educación en disputa: la perspectiva neoliberal-conservadora

Vemos como conviven de manera compleja y contradictoria  tres modelos: a) una educación tradicional – liberal, con aspectos democráticos y otros antidemocráticos- ; b) una educación neoliberal-conservadora con sus rasgos tecnocráticos, mercantiles y autoritarios; y c) una educación emancipadora que está en un proceso germinal de creación y que se construye a partir de múltiples fuentes (la recuperación de legados de pedagogos y pedagógicas valiosas, la sistematización de las prácticas democráticas y liberadoras actuales, la comunicación de los obstáculos y las conquistas, los modos de organización de colectivos docentes transformadores y la articulación con los ámbitos estatales que apuestan a estos cambios profundos inspirados en la justicia, la igualdad y la democracia sustantiva).

El proyecto pedagógico hegemónico (y su política educativa correspondiente) resumido en el término “calidad educativa” tiene como un dispositivo privilegiado la evaluación estandarizada de conocimientos.

Podemos situar en los años ochenta la aplicación orgánica de las políticas educativas de clara orientación privatista y tecnocrática.

El Banco Mundial – que puede presentarse como un verdadero Ministerio de Colonias en las dos últimas décadas del siglo XX- propiciaba en primer término una estructuración mercantil de la educación, como se desprende de sus documentos de época. Tanto en lo referido al papel económico de la educación como a la posibilidad de arancelar la escuela y promover la competencia entre las instituciones. Veamos como lo dicen: “La educación es una inversión económica y socialmente productiva. (…) la inversión en educación es insuficiente y no se aprovecha la disposición de las unidades familiares para pagar por la educación. (…) También hay pruebas de que los recursos no se utilizan en las escuelas con la eficacia que cabría esperar.(…) Asimismo, los directores de las escuelas tienen poco margen para adaptar las normas establecidas a nivel central (relativas a los títulos exigidos a los maestros, los planes de estudio, los libros de texto, los horarios, etc.), a las condiciones locales. Ese problema se agudiza debido a la falta de competencia entre las escuelas; como los administradores de éstas responden sólo muy indirectamente ante los estudiantes y sus padres, tienen poco interés en buscar el medio más eficaz en función del costo para suministrar el tipo de educación que las familias desean. (…) La falta de un mercado de  crédito agrava el problema; como los estudiantes más pobres no pueden obtener préstamos a cuenta de sus ingresos futuros para financiar la educación, muchos se ven obligados a abandonar sus estudios.” (Banco Mundial. El financiamiento de la educación en los países en desarrollo. Opciones de política. Washington, 1986)

            Y abunda en el citado documento, avalando medidas de descentralización: La mayor descentralización, incluida una mayor libertad de acción para las escuelas privadas y comunitarias, mejorará la eficacia dentro de las escuelas al fomentar el espíritu de competencia entre ellas. Si aumenta la competencia, se ofrecerán más servicios educacionales, disminuirán los costos y  los estudiantes y sus padres dispondrán de una selección más amplia de escuelas. Dentro de éstas, la eficiencia aumentará al exigirse responsabilidades administrativas.”

            Estos párrafos extraídos revelan, de modo condensado, supuestos y propuestas que nos hablan de la educación como mercancía y del sistema educativo como mercado en un contexto de escasez.  Repasando: la educación será la llave para salir de la crisis en tanto se concibe como inversión, aunque como bien sabemos la riqueza y el empleo dependen, mucho más que de  la política educativa, de la política social, la política económica, la política tributaria y los modelos de desarrollo y producción que se ensayen. El texto da por supuesto insalvables escollos presupuestarios y, dando por sentada esta realidad, induce el pago de aranceles de educación (incluido un mercado de créditos educativos que, según se desprende de otro de los textos del BM, tendría la garantía última del Estado en una curiosa defensa del estatismo como seguro para la ganancia de los prestamistas)

            Si un eje es la privatización, otro gran eje de la propuesta impulsada por el Banco Mundial ha sido su particular concepto de “calidad educativa”. Afirman: “La calidad de la educación puede mejorar cuando las escuelas tienen la autonomía necesaria para usar los insumos educacionales de acuerdo con las condiciones locales y de la comunidad y son responsables ante los padres y las comunidades.”

            Un rasgo de este modelo pedagógico es el estímulo de la “rendición de cuentas” , lo que supone impulsar una gestión “basada en la escuela” reclamando que directores y escuelas sean “responsabilizados por los resultados”. Es preciso, según un documento en 1999, promover un particular tipo de participación que se resume en tres puntos: “(i) una mayor descentralización de responsabilidades reales a la escuela; (ii) el establecimiento de mecanismos que hagan responsable a la escuela de su desempeño; y (iii) la provisión de información y apoyo técnico a los actores escolares para que puedan cumplir con sus papeles eficazmente. El Proyecto Educativo Institucional es un paso válido, pero insuficiente si no se  combina con la implementación de objetivos acordados, el seguimiento de los estándares de desempeño y con otorgar poder a las escuelas para que tomen decisiones respecto a organización, desarrollo profesional, contratación de profesores y uso del presupuesto escolar. Los padres y la comunidad deberían participar más activamente.”

            Cerramos esta columna advirtiendo que estas nociones fueron aplicadas con energía entusiasta por los gobiernos neoliberales en casi toda la región en los años noventa. Las políticas públicas aplicadas asumieron la escasez presupuestaria a partir de una política general de recorte del gasto social (o, por el contrario, su incremento a los fines de contar con recursos para aplicar las políticas públicas neoliberal-conservadoras). Se difundió un nuevo sentido común pedagógico que condensaba esta lógica de Estado Evaluador (y ausente a la hora de garantizar derechos), de descentralización y autonomía escolar fundada en la competencia entre sí con los respectivos premios y castigos; de identidad entre calidad educativa y resultados de los operativos de evaluación; de reformulación del contenido y las condiciones de trabajo docente. En el marco de sociedades cada vez más injustas y desiguales este proyecto político educativo fue la dimensión pedagógica de un modelo de desigualdad con sus dosis de exclusión y exclusivismo.

            El fin de siglo puso en cuestión este modelo social y educativo, que tiene en el caso chileno su expresión más desarrollada. Incluso en el país trasandino las masivas movilizaciones cuestionaron la naturaleza mercantilista del proyecto neoliberal en Chile.

            Lo interesante del período abierto en 1998 (con el triunfo de Chávez en Venezuela) es que la mayoría de nuestros países ha repudiado a esos gobiernos y sus políticas educativas mercantilistas y excluyentes. Pero el rechazo de la faceta mercantil ha sido mucho más fuerte que la creación de alternativas pedagógicas a la dominante noción de “calidad educativa”. ¿Qué significa el derecho a la educación en este contexto? Este interrogante guiará nuestras siguientes reflexiones.

Las conquistas del último período

 Con el triunfo de Hugo Chávez Frías en 1998 la América Morena retomó el proyecto pendiente de Patria Grande y hoy, dieciséis años más tarde, el escenario se presenta radicalmente distinto al de los primeros días de gobierno del gran líder bolivariano.

No es que, desde ya, haya finalizado el proceso de integración continental – aunque se dieron pasos inéditos – , ni siquiera podemos afirmar que el proyecto ha llegado a un punto de no retorno. Podemos afirmar que los pasos dados en los últimos años nos permitieron instalar gobiernos que, parecidos como nunca a sus pueblos, no han cesado en explorar e inventar nuevos procesos de encuentro y construcción nuestroamericana.

En el plano de la educación, se han desplegado una serie de iniciativas, de políticas y de ensayos que permitieron superar algunos de los desafíos planteados para el campo pedagógico.

En estos años, muchos de nuestros países han implementado fuertes inversiones del Estado que apuntaron –y lograron- expandir el acceso a la educación, incorporando a amplios sectores sociales históricamente excluidos de los sistemas educativos formales. Uno de los casos más notables es la Venezuela bolivariana, que en pocos años terminó con el analfabetismo y amplió la base de ingreso a todos los niveles del sistema educativo. En 2005 fue declarado por UNESCO territorio libre de analfabetismo. En el otro vértice del sistema educativo, pasó de una matrícula universitaria de 800.000 estudiantes en 1998 a 2.600.000 en la actualidad. Agreguemos: hoy Venezuela tiene la quinta matrícula mundial de estudiantes de ese nivel educativo y el segundo de América Latina.

En Argentina también se registraron notables avances en la expansión de los niveles medio y superior. Por su historia, este país tenía un sistema educativo generalizado en su base pero se iba achatando en los niveles secundario y terciario. En estos años la Legislación establece la secundaria obligatoria y se ha avanzado notablemente en el ingreso de adolescentes y jóvenes a este nivel, alcanzando al 80% de los destinatarios dentro del nivel. Bien es cierto que hay obstáculos estructurales o culturales – como la matriz históricamente excluyente del nivel, sus rasgos autoritarios y tecnocráticos- que dificultan la continuidad y finalización de los estudios de jóvenes que son primera generación de estudiantes secundarios. En el nivel inicial la Cámara de Diputados dio media sanción a una ley que extiende  la obligatoriedad escolar de la sala de cuatro años. En paralelo, se aprobó el presupuesto para la infraestructura edilicia que viabilice esta nueva extensión del derecho a la educación.

Estos dos ejemplos podrían también advertirse en otros países cuyos gobiernos han hecho de la educación una prioridad concreta como un canal de democratización de la vida social, tras décadas de neoliberalismo y siglos de colonialismo. Los ejemplos de Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador son expresiones de estos nuevos procesos que se proponen superar estas herencias de sometimiento y expoliación.

Pero si una de las materias pendientes ha sido la democratización del acceso a la educación (cosa que, como vimos, está en camino de efectiva realización), otros desafíos pasan por la construcción de un proyecto pedagógico propio que constituya una alternativa a las visiones liberal o neoliberal que hegemonizan el campo de la educación. Cuando hablamos de pedagogía propia presuponemos algunos rasgos que han caracterizado a nuestras mejores expresiones: logro de la soberanía cognitiva y de la comprensión; desarrollo de todos los aspectos de la personalidad; pertinencia cultural, social y territorial; formación para el trabajo liberador y de ciudadanos gobernantes; superación de la fragmentación del saber y de la  división entre el trabajo manual y el intelectual; la alegría, la participación, la crítica y la solidaridad como valores fundantes del acto pedagógico; la desenajenación (tanto de educadores como de educandos) y la vinculación de la educación con el proyecto social y político más amplio.

En tal sentido, se han venido desarrollando distintas iniciativas en esta dirección. Venezuela, a través de las Misiones Educativas y de la concreción – parcial pero muy potente- del Sistema Educativo Bolivariano avanzó tanto en el cuestionamiento al viejo orden educativo como en la gradual creación de nuevas propuestas de transformación de la educación realmente existente[2].

La vinculación de la educación con la vida se expresó en múltiples líneas desplegadas en los primeros quince años de Revolución. Se reformuló la vinculación de la escuela con la comunidad; se reformularon los modos de construcción del currículum, se reconfiguró el proceso de trabajo docente; se revisaron los modos de planificar, los tipos de prácticas pedagógicas (así como los supuestos en que se sostienen y los fines en que se fundan), los modos de evaluación (y sus sentidos). Esta búsqueda ha permitido ir vislumbrando una nueva educación (que desarrollaremos en una próxima columna) que está germinando.

Resulta bien interesante el hecho de que estos ensayos reconocen múltiples antecedentes- comenzando por Simón Rodríguez, siguiendo por Luis Beltrán Prieto Figueroa y el Movimiento Pedagógico de Lara y Aragua- así como valora los aportes que en las propias instituciones escolares van produciendo comunidades – territoriales y educativas- .

En Argentina, por otro lado, van emergiendo – también enriquecidas por tradiciones sustantivamente democráticas y libertarias- ensayos pedagógicos y se resalta con mucha fuerza la enseñanza en la memoria del genocidio y de las luchas por verdad y justicia, contra la impunidad.

En Bolivia emerge la escuela socio-productiva comunitaria, generándose una notable construcción pedagógica contextualizada, culturalmente pertinente, descolonizadora, libertaria y desenajenante.

También hay novedades sustantivas en los ámbitos de gobierno de la educación, produciéndose formas novedosas que trasvasan los principios de la democracia protagónica y participativa desde el Ministerio al aula.

A modo de cierre. Nuestra América ayer, hoy y mañana: debate y combate de proyectos

La persistente – y creciente- hegemonía tecnocrática expresada en el dispositivo de las pruebas PISA (de medición y comparación a través de pruebas estandarizadas)  desafía a los pueblos y gobiernos de la región a promover alternativas pedagógicas o a sucumbir a la ortodoxia que combina con dosis indudables de eficacia el autoritarismo tecnoburocrático, los valores mercantiles de la competencia y procesos de injusticia educativa perfectamente alineados con los postulados del proyecto neoliberal-conservador que aún no termina de morir.

            Los exámenes estandarizados no tienen ninguna utilidad para comprender lo que pasa en las aulas y las escuelas, ni – por lo tanto- para actuar sobre los problemas pedagógicos que se suscitan cada día. Más bien operan como disciplinadores del trabajo docente, como generador de un sentido común que pone en el centro del proceso pedagógico la evaluación.

            Por cierto, el examen como dispositivo de jerarquización, selección, clasificación, exclusión, estigmatización no resulta una novedad neoliberal sino que constituye, más bien,  una constante de los sistemas educativos capitalistas.

            Así nos lo recuerda el texto Cartas a una Profesora de Barbiana, publicada en la década del 60 por niños expulsados del sistema educativo formal italiano que , por la iniciativa del cura de izquierdas Don Milani, fueron convocados a una escuela popular.   Dicha organización , a partir de una metodología democrática, preparaba a los muchachos y muchachas para rendir exámenes de los niveles primario o secundario de modo de obtener el título. Pero aunque el certificado de fin de los estudios era un objetivo central de esa experiencia pedagógica, el camino estaba repleto de otros desafíos: aprehender la realidad, aprender a pensar, ser solidarios, promover un trabajo colectivo con el conocimiento para leer el mundo y actuar en un sentido transformador.  Por el texto de ese libro fundamental creemos que esta escuela logró un equilibrio exitoso entre el objetivo de educar para la autonomía y al mismo tiempo conseguir un certificado del Estado acreditando el fin de un ciclo educativo.  Pero  ellos ya cuestionaban desde entonces la lógica del examen, cuando el neoliberalismo era apenas un discurso de Von Mises, Hayek, Popper…El neoliberalismo era todavía proyecto pero no política pública ni sentido común, como aún hoy ocurre en buena parte del planeta. Decían los educandos y educandas: “También el fin de los muchachos que asisten a la escuela es un misterio. Tal vez no existe o es vulgar. Día tras días los muchachos estudian para el registro, para la libreta de notas y para el diploma. Y mientras tanto no reparan en todo lo bueno que están estudiando. Idiomas, historia, ciencias, todo se convierte en notas y nada más. (…) Para estudiar con ganas en sus escuelas habría que ser arribistas a los doce años. A esa edad hay pocos arribistas. Tan es así que la mayoría de sus alumnos odia la escuela. La invitación vulgar de ustedes no merecía otra respuesta.” Juicio lapidario, y por cierto en muchos casos acertado aunque resulta preciso advertir que esa cultura moldeada en parte del colectivo docente expresa un rasgo estructural de los sistemas educativos. Estas redes institucionales escolares funcionan aplicando en general procesos que conducen exitosamente a fines inconfesables: la selección clasista, la exclusión de otras culturas, la jerarquía en la organización del poder institucional.

            Los sistemas educativos, pues, se despliegan estableciendo unas dinámicas que van moldeando una subjetividad y una cultura de la injusticia.

            La idea de que el fracaso escolar es un problema del educando y su familia; la concepción de que la trayectoria educativa resulta ser un premio a los talentos naturales o  bien al reconocimiento de una curiosa concepción de esfuerzo individual (entre otras justificaciones clasistas, sexistas y racistas) son manifestaciones (presuntamente) racionales y  eficaces de un orden educativo estructurado para la reproducción de relaciones de desigualdad, en este caso en relación a la esfera del conocimiento.

            La escuela capitalista – sin embargo-  ha sido y es terreno de disputa. Dentro de ella se han desplegado experiencias democráticas y liberadoras: desde el precursor y genial Simón Rodríguez, pasando por José Martí, los argentinos Luis Iglesias, Olga y Leticia Cossettini, el uruguayo Jesualdo Sosa, el Movimiento Pedagógico chileno o Gabriela Mistral, la Escuela Rural Mexicana, el gran pedagogo brasileño Paulo Freire entre muchos otros referentes pedagógicos.

            La construcción de esta pedagogía para Nuestra América hoy requiere abrevar en múltiples fuentes.

            Una es la recuperación de los pedagogos del pasado, cuya herencia constituye un acumulado imprescindible para imaginar una educación emancipadora acorde a los tiempos que corren. Hay, si, dos advertencias a tener en cuenta.

            En primer lugar, la recuperación de nuestra historia pedagógica, de nuestras luchas y construcciones, no puede ser trasladada sin más a las actuales realidades ni, menos aún, a nuestras prácticas cotidianas.  Resulta evidente que la lectura de la obra de José Martí no nos ayudará para planificar nuestra clase de matemática ni de historia en un curso del nivel secundario; pero sí nos dará claves, pistas y pautas para pensar nuestra práctica pedagógica, sus fundamentos, sus proyecciones.  La lectura sistemática (más no dogmática ni literal) de nuestros antecesores nos da valiosas herramientas para sentipensar y leer el mundo. No más que esto, pero tampoco menos.

            Segundo aviso: la escritura de los textos de nuestros maestros son producto de muchos años de ensayos y errores. Leer Diario de un Maestro de Luis Iglesias como si fuese una práctica genial de  un ser sobrehumano constituye un error conceptual con potenciales consecuencias prácticas. Los grandes maestros han ensayado y creado a partir de ese ensayo. Cuando Simón Rodríguez sostenía que “inventamos o erramos” su clamor era contra la idea (finalmente triunfante en el siglo XIX) de copiar fórmulas exógenas, inaplicables a nuestros países. Era una crítica a las posiciones neocoloniales que triunfaron – salvo en el caso de Cuba- durante todo el siglo XX en la región. Pero el gran pedagogo caraqueño nunca afirmó que su esforzada creación pedagógica, permanente, era un camino de puro éxito. El riesgo práctico de esta lectura idealizada de los viejos maestros es sostener, de modo paralizante, que no puede haber más que un Paulo Freire, o una Gabriela Mistral, o un Julio Castro. No es así, no debe serlo.

            Y si una fuente de creación de la pedagogía nuestroamericana emancipadora es la recuperación crítica de los maestros que dejaron huellas luminosas de una educación distintas; otra – tan importante como la primera- es el rescate de las experiencias que ahora mismo se dan en todas las latitudes del continente. La educación nueva, democrática, justa surgirá de las entrañas de lo existente, y no puede ser de otro modo.

            Entre las fuerzas que impulsarán esta pedagogía liberadora los y las educadoras tendrán un papel fundamental que jugar. El Departamento de Iriondo , en Santa Fe, será parte de este proyecto en construcción: formar hombres y mujeres libres para un mundo más justo.  Tenemos – desde nuestra historia- una desafiante cita con un porvenir de dignidad sin intolerables exclusivismos ni inadmisibles exclusiones.

[1]      Secretario de Investigaciones CCC Floreal Gorini, Director de Idelcoop. Docente e Investigador UBA. Miembro Movimiento Pedagógico Latinoamericano

[2] Ver “Una Pedagogía Emancipadora para Nuestra América” y “La perspectiva neoliberal conservadora” en esta misma página.

*Fuente de la imagen: http://investigacionesemancipadoras.org.ve/?p=17

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Banco Mundial: Los “Ninis”, la deuda pendiente de la exitosa economía dominicana

Fuente Banco Mundial / 27 de junio de 2016

Abandono escolar y falta de empleo, un círculo vicioso que atrapa a cada vez más jóvenes

Hoy mismo, uno de cada cinco jóvenes dominicanos no irá a clases ni al trabajo. Son los “Ninis”, es decir, personas de entre 15 y 24 años que, por varios factores, se han quedado fuera del sistema educativo y la vida laboral.

Es una situación que Rosa Díaz de Santo Domingo conoce bien, pero de la que logró escapar recientemente.

«Mi vida ha cambiado radicalmente, porque antes nunca había trabajado. Pero ahora [que he conseguido un empleo] mi meta es seguir estudiando y reinscribirme en la universidad. Tengo más esperanza para el futuro, claro que sí», afirmó con orgullo.

Aunque miles de jóvenes en República Dominicana, no han tenido la misma suerte que Rosa, tampoco se trata de una tendencia exclusiva en este país. A pesar de una década de alto crecimiento económico y una reducción significativa en la desigualdad y la pobreza en casi toda América Latina, uno de cada cinco jóvenes abandona el sistema educativo sin las habilidades necesarias para integrarse a la fuerza laboral.

A pesar de que esta proporción se ha mantenido constante desde 2003, representa cada vez un mayor número de jóvenes Ninis, alcanzando hoy 434 mil en República Dominicana.

Es paradójico que siendo una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina, la proporción de jóvenes excluidos del sistema educativo y laboral en República Dominicana haya mostrado tal persistencia.

¿Quiénes son estos jóvenes? A continuación detallamos cuatro características que quizás no conocías sobre los Ninis en República Dominicana:


1. La mayoría son mujeres

Tres de cada cinco Ninis en la República Dominicana son mujeres – una proporción menor al resto de la región. Para las mujeres latinoamericanas, el factor más importante detrás de la probabilidad de ser Nini es el matrimonio y el embarazo durante la adolescencia. Según un reporte del Banco Mundial, entre 2010 y 2013 la tasa de fertilidad entre adolescentes dominicanas bajó de 103 a 98 por cada 1,000 mujeres entre los 15 y 19 años de edad. Aunque la tendencia es a la baja, la tasa de fertilidad entre adolescentes sigue siendo substancialmente mayor a la media regional de 72 por cada 1,000 mujeres adolescentes.

2. Hombres, el grupo que más crece

En 2013, un 21,4% de la población entre 15 y 24 años en República Dominicana no estudiaba ni trabajaba – una tasa ligeramente superior al promedio regional. Sin embargo, esta cifra esconde una tendencia preocupante: el aumento en el número de Ninis se explica, casi en su totalidad, por el incremento en hombres fuera del sistema educativo y laboral. Hace dos décadas, eran unos 88 mil jóvenes, varones. En 2013 este número se había casi duplicado a unos 164 mil. Este aumento general de Ninis hombres es particularmente preocupante ya que de acuerdo con el Banco Mundial una mayor incidencia de Ninis varones, en contextos de debilidad institucional, está relacionada con un aumento en la criminalidad.

3. Más ingresos no significa menos “Ninis”

En América Latina, la incidencia de Ninis es mayor en hogares pobres, disminuyendo sistemáticamente a medida que aumenta el ingreso. Pero este no es el caso en la República Dominicana, pues la tasa más elevada de Ninis se encuentra en hogares de ingreso medio-bajo. Esto sugiere que el fenómeno de los Ninis en República Dominicana no necesariamente está determinado por la falta de ingreso. Más bien podría estar vinculado a restricciones en la oferta educativa como baja calidad de los servicios escolares o poca pertinencia para satisfacer las necesidades del mercado laboral.

4. Los quince años; un momento crucial

Según datos del 2013, la gran mayoría de los jóvenes a los 15 años estaban dentro del sistema educativo en República Dominicana. El problema de los ninis surge entre los 15 y 19 años, cuando cerca del 40% de los jóvenes abandona el sistema educativo y sólo una fracción de ellos encuentra oportunidades en el mercado laboral.

Para jóvenes latinoamericanos y caribeños el abandono escolar a temprana edad es el camino más común para convertirse en Nini, particularmente para los hombres. Sin las habilidades  necesarias para obtener un trabajo, se ven obligados ir al  mercado laboral informal, donde el empleo es por naturaleza inestable y temporal.

Una vez que pierden ese trabajo, nunca regresan a la escuela. Ahora, ¿cuales son las políticas para reducir el abandono y el desempleo entre jóvenes Ninis en la República Dominicana?

La prevención, la política más efectiva

Las intervenciones de desarrollo infantil temprano, especialmente entre los niños de hogares pobres o vulnerables, son las más eficientes para generar competencias cognitivas básicas y socioemocionales, reduciendo así el abandono escolar y el desempleo entre jóvenes. La forma más efectiva de incrementar los aprendizajes esmejorar la calidad de la docencia.

A pesar de que los programas de transferencias condicionadas han disminuido el abandono escolar en primaria y en el primer ciclo de secundaria, su efectividad es limitada en el nivel medio superior. Para remediar las imperfecciones de toda una trayectoria escolar deficiente se requiere más que una beca.

Evaluaciones recientes en Estados Unidos muestran que para retener a este tipo de estudiantes en riesgo es necesario combinar una estrategia para subsanar parte de las deficiencias en habilidades cognitivas básicas —en particular las matemáticas, con acompañamiento psicológico para generar o fortalecer las habilidades socioemocionales.

Este tipo de intervenciones han probado su efectividad, pero no son baratas y por eso es importante implementarlas junto con una estrategia de focalización que dirija los esfuerzos a los jóvenes con mayor riesgo de abandonar el sistema educativo.

La capacitación, clave para proveer oportunidades

Una iniciativa apoyada por el Banco Mundial ofrece a los jóvenes más vulnerables oportunidades para desarrollar habilidades en sectores claves con el propósito de mejor facilitarles el ingreso al mercado laboral.

“Aprendí mucho”, explica Francis, un joven de Santo Domingo. “Aprendí a perder el miedo, a relacionarme con personas diferentes, a tener la capacidad, a tener más conocimientos y a tener mejor desempeño en las cosas que yo hago hoy en día”.

Al cerrarse, la iniciativa había alcanzado a 38,000 jóvenes, el 95% de los cuales son de las comunidades más pobres de República Dominicana y el 60% eran mujeres. A los seis meses de graduarse, el 71% ya habían conseguido trabajo.

“La iniciativa ha tenido impactos positivos, incluidos el aumento de los ingresos y la obtención de trabajos de mejor calidad por parte de los participantes”, afirma McDonald Benjamin, representante del Banco Mundial en el país. “Se han visto impactos también en la autoestima y confianza de los jóvenes y en la satisfacción de los empleadores.  El Proyecto fue un complemento clave para los esfuerzos del Gobierno dominicano de ampliar la protección social para los jóvenes y ayudarles a prepararse para un futuro más promisorio”.

El programa consiste en capacitaciones cortas, de tres a seis meses, diseñadas e implementadas por el sector privado con subsidios gubernamentales. Estas capacitaciones incluyen no sólo módulos técnicos sino también acompañamiento a los estudiantes para la generación de habilidades socioemocionales, y son complementadas por pasantías que facilitan la inserción en el mercado laboral. Este tipo de programas mejoran la empleabilidad y los salarios de los jóvenes, inclusive en el largo plazo.

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