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Saberes Pedagógicos y Relatos de experiencias: La mediación áulica como herramienta educativa-formativa.

 “El mediador debe crear un contexto cooperativo y revelar las decisiones de cambio.”

Florencia Brandoni

La verdad es que los y las colegas docentes, en especial las maestras presentan ciertas renuencias a escribir o narrar sus propias experiencias áulicas y esto obedece a muchas causales, entre las de mayor incidencia conspirativa encontramos la falta de tiempo necesario para tal labor, pues las planificaciones, completar informes y planillas administrativas, etc., etc., no constituyen precisamente elementos motivadores.

Por lo tanto, para los pedagogos, investigadores académicos, esos informes estadísticos y otros datos administrativos y documentos no ofrecen materia prima para conocer y elaborar experiencias replicables en tanto sus resultados sean positivos.

Ahora, cabe preguntar: ¿Qué hay de la producción pedagógica de las maestras?

Como maestro e investigador pedagógico valoro y rescato las experiencias que vivenciamos los y las maestras en conjunción con los educandos, y ésta es una de ellas, constituyen acervos de saberes pedagógicos y relatos de experiencias, tal como lo es la mediación áulica como herramienta educativa-formativa.

Hablamos, entonces de experiencias que pueden y deben  ser acogidos y difundidos porque evidencian tantas potencialidades inéditas que a su vez deben  ser guarecidas para la Memoria pedagógica de la escuela porque ponen de manifiesto iniciativas que buscan mejorar la calidad educativa en bien de nuestros niños/as, y es, además, una parte importante del patrimonio provincial del saber pedagógico originado cuando encuentran un ambiente positivo para ello.

 Mediación escolar.

“La mediación, como proceso de abordaje cooperativo para la resolución de conflictos, se ha implementado en el ámbito educativo con diferentes modalidades e involucrando a diversos actores de la comunidad educativa”. “Así, se ha utilizado la mediación para abordar la resolución de conflictos entre docentes, entre docentes y alumnos, entre padres y personal de las escuelas, entre alumnos”. Programa Nacional de Mediación escolar.

Proyectos de Mediación entre pares estudiantes

“El propósito fundamental de introducir la mediación en el ámbito escolar es de carácter pedagógico, fuertemente vinculado a la enseñanza, orientado a la formación de los estudiantes para la vidaen democracia, en el marco de la educación en la paz y los derechos humanos”. (http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL000189.pdf)

La mediación en el aula.

La investigación que se presenta tiene como objetivo reflexionar y analizar  los resultados de un proyecto de Mediación áulica como herramienta educativa-formativa de los 30 educandos para conducirlos al nivel de educables en “Cooperación escolar”, en desarrollo en el primer ciclo.

La docente Ana María Ramírez Zarza, impulsora del proyecto señaló al respecto: “Al inicio escolar me encontré con un grupo indisciplinado, con poco lapso de atención, no asumían responsabilidades en situaciones de conflictos” (siempre es culpa de otros)

“Iniciar el proceso del proyecto implicó mucho diálogo y explicaciones repetidas sobre el propósito del mismo y también aspectos tales como “ayuda mutua”, “muestra de respeto, “esfuerzo propio”, “sinceridad”, “compañerismo”, etc. Luego la elección del rol del “Mediador” propuesto y aceptado por los propios niños”, comentó.

“Hasta el presente los indicadores y mediciones del proyecto arrojan resultados muy positivos en su ejecución, la experiencia indica indiscutiblemente, desde sus numerosas actuaciones de mediaciones, lo efectivo del método en el cambio actitudinal de mejoría apreciable”.

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: Postgrados UNAB

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Educación intercultural y desafíos de la mujer indígena

 

Vivimos en la era de la comunicación y la visibilización, pero muchas voces, como la de las mujeres indígenas, siguen silenciadas en muchos países. Estas mujeres, que habitan principalmente en zonas marginales de la costa, sierra y selva, enfrentan graves desafíos sociales que limitan su progreso. A pesar de esto, como guardianas de nuestra cultura, aportan un valor inconmensurable como el fomento del turismo, que pone al Perú en la vitrina mundial.

La identidad de la mujer indígena es compleja y sensible, vinculada tanto a su cultura y costumbres como a su color de piel. Según los informes mundiales, Perú es el tercer país de América Latina con el mayor porcentaje de mujeres indígenas. Muchas de ellas, exhiben altas tasas de analfabetismo, restricciones en el acceso a salud, educación y enfrentan violencia doméstica, discriminación étnica y social.

Con el ánimo de erradicar esta desigualdad, cada 5 de septiembre, desde 1983, se rinde homenaje a las mujeres indígenas en honor a la guerrera aimara Bartolina Sisa, con el objetivo de visibilizar su contribución al desarrollo del país. Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas, (ONU) recuerda que el 80 % de la biodiversidad se encuentra en manos de los pueblos indígenas, subrayando la importancia de preservar y aprender el conocimiento ancestral y fusionar con los conocimientos occidentales para proteger mejor a nuestro medioambiente.

En la búsqueda de un mundo más sostenible, la CEDAW, o Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, adoptada por la ONU en 1979 y en vigor desde 1981, es el instrumento internacional más completo en derechos humanos para mujeres y niñas. Integrar este documento en el currículo educativo a nivel nacional, contribuirá a que las mujeres indígenas, aprendan sus derechos y cultiven un liderazgo y protagonismo social, así como el ineludible emprendimiento.

Romper las injusticias y desigualdades, construyendo puentes de equidad y oportunidad en todos los ámbitos sociales, es nuestra deuda social con las mujeres originarias. Como dijo, Rigoberta Menchú, premio Nobel de la paz, “una mujer con imaginación es una mujer que no solo sabe proyectar la vida de una familia, la de una sociedad, sino también el futuro de un milenio”.

La educación intercultural, al integrar lenguas y prácticas indígenas en el currículo, va más allá del origen o el color de la piel; se centra en brindar a todas las mujeres la oportunidad de desarrollarse plenamente y contribuir al progreso de nuestra nación.

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

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La comunicación (mentirosa) al servicio de la dominación

“¿A quién debe dirigirse la propaganda: a los intelectuales o a la masa menos instruida? ¡Debe dirigirse siempre y únicamente a la masa! (…) Toda propaganda debe ser popular y situar su nivel en el límite de las facultades de asimilación del más corto de los alcances de entre aquellos a quienes se dirige. (…) La facultad de asimilación de la masa es muy restringida, su entendimiento limitado; por el contrario, su falta de memoria es muy grande. Por lo tanto, toda propaganda eficaz debe limitarse a algunos puntos fuertes poco numerosos, e imponerlos a fuerza de fórmulas repetidas por tanto tiempo como sea necesario, para que el último de los oyentes sea también capaz de captar la idea”. (Joseph Goebbels)

Según el punto de vista que se tome, lo que distingue al ser humano de otros animales pueden ser distintos elementos: por ejemplo, el “ser racional”, de acuerdo a la visión clásica de Aristóteles, que aún sigue rigiendo en nuestro pensamiento occidental. O el ser un “animal político”, en tanto que somos forzosamente miembros de la polis, la ciudad-Estado, que es lo mismo que decir: parte de la sociedad. Otro abordaje nos mostrará que ese ser humano es el único ser vivo que modifica su entorno según un proyecto propio, el cual va variando con el tiempo. En tal sentido “el trabajo es la esencia probatoria del ser humano”, dirá Hegel, frase retomada por los fundadores del socialismo científico: Marx y Engels (véase al respecto: “El papel del trabajo en la humanización del mono”, de Federico Engels).

Otra forma posible de concebirlo está dada por la comunicación, y más exactamente, por aquello que la posibilita: el lenguaje (lo cual es una forma de articular todas las anteriores visiones). Los animales también tienen sistemas de comunicación, pero nunca en el sentido humano. Existen complejos códigos comunicacionales según las muy diversas especies zoológicas; hay diferentes sistemas de emisión de mensajes, utilizando sus sentidos del olfato, la vista, el tacto, oído y gusto, empleando a veces complicados movimientos, bailes rituales, gestos faciales, actitudes posturales. Pero hay una constante: el lenguaje animal no miente. Puede haber mecanismos de “engaño” (el mimetismo, cambio de color o camuflaje, determinadas posiciones amenazadoras, olores “mentirosos” para engañar a la presa o al depredador, etc.), pero siempre en el orden de lo puramente instintivo, como mecanismos al servicio de la sobrevivencia. Nunca hay “intención” de mentir, de falsear; en el lenguaje humano, por el contrario, mentimos. Pensemos rápidamente, como primeros ejemplos, en el discurso político, o en la publicidad: reinos absolutos de la mentira, del engaño y la manipulación descarada. O en las promesas de amor eterno. ¿Nos podemos tomar en serio todo eso? Suenan a chiste, ¿no? Pues bien: el lenguaje humano es el único que posibilita realizar chistes, que son, en definitiva, juegos de palabra.

La mentira es constitutiva de la especie humana. Siempre hay una posibilidad de equívoco en nuestra comunicación, consciente y racional, o no consciente. Los humanos nos comunicamos de diferentes maneras: en modo oral, escrito, gestual, con signos y símbolos varios. Siempre está presupuesto un código universal que nos constituye: el lenguaje. De acuerdo a la definición clásica -la que da la Real Academia Española de la Lengua- el lenguaje posibilita esa comunicación, la cual sería la “acción consciente de intercambiar información entre dos o más participantes con el fin de transmitir o recibir información u opiniones distintas.” Quizá la definición queda corta, porque en la comunicación, además de informar, hacemos otras cosas; de ahí que se habla de las distintas funciones del lenguaje: conativa, poética, fática, metalingüística, emotiva, mágica.

No es cierto, contrariando la tradición aristotélico-tomista que nos domina al día de hoy, que pensamos, y luego transmitimos lo pensado por medio de ese supuesto instrumento que sería el lenguaje. Las ciencias sociales modernas (la semiótica, el psicoanálisis, la lingüística) ven el proceso exactamente al revés: el lenguaje nos constituye, nos arma como sujetos humanos. Como dice Paola Valderrama “Lo que el psicoanálisis descubre es que el lenguaje tiene efectos sobre aquellos que lo ‘habitan’, que el lenguaje no es una herramienta o un objeto a disposición de la voluntad de cada cual, sino que cada sujeto es determinado por el lenguaje, que el lenguaje es tan determinante sobre aquellos que hablan como las relaciones de producción pueden ser determinantes sobre aquellos que trabajan. Este habitar el lenguaje es a lo que Freud llamaba el inconsciente”. De ahí que la comunicación entre seres humanos de ningún modo responde a meros mecanismos instintivos -como sucede en el reino animal-. Siempre hay equívoco, mentira (si no, no existiría el polígrafo: valga este simpático video para evidenciarlo), transmisión de algo más -o algo menos- de lo que queremos decir. “Usted podrá saber lo que dijo, pero nunca lo que el otro escuchó”, expresa Lacan. Hay lapsus, por ejemplo, cosa que no les sucede a los animales. En tal sentido, la comunicación humana siempre debe ser tomada con pinzas. Irremediablemente mentimos.

Ahora bien: en el ámbito de la comunicación de masas, la situación se magnifica a grados superlativos. En ese espacio, el de lo social, de lo público, lo masivo dirigido a grandes colectivos humanos -de ahí que se hable, en forma creciente, de “medios masivos de comunicación”, mass media– lo que menos hay es información objetiva. Hay vil y descarada mentira, apelando siempre a la emotividad. Para graficarlo, quizá de un modo altamente patético, valga lo dicho por el sobrino de Freud, Edward Bernays quien, a partir de la formulación del concepto de inconsciente que hiciera su tío, llevó esa idea a Estados Unidos, dando lugar así a la psicología de la manipulación. Solo el título de su libro principal lo dice todo: “Propaganda. Cómo manipular la opinión pública en democracia”. Allí nos dice, sin ninguna vergüenza, que “El estudio sistemático de la psicología de masas reveló a sus estudiosos las posibilidades de un gobierno invisible de la sociedad mediante la manipulación de los motivos que impulsan las acciones del ser humano en el seno de un grupo.

Pues bien: la comunicación de masas, que ha ido cobrando creciente importancia en el mundo moderno, capitalista, hoy totalmente globalizado, desde la imprenta de Gutenberg hasta las redes sociales de internet omnipresentes que actualmente parecen llevar la verdad revelada (más “verdadera” que la Biblia que imprimía aquel tipógrafo teutón), hoy día decide todo.

Si bien la gran masa humana no decide democráticamente nada -eso nunca fue así, en ninguna sociedad: solo quizá en los socialismos del siglo XX hubo unos primeros balbuceos al respecto-, hoy día el poder de manipulación comunicativa que detentan los megacapitales no tiene parangón. Lo que la gente hace, piensa, consume, aparentemente decide y lo que disfruta, es producto de monumentales, gigantescas y muy bien orquestadas políticas comunicacionales. Hoy ya no es solo la prensa escrita, el “cuarto poder”, como se le llamó. Es la parafernalia de recursos técnicos existentes, cada cual más atractivo, hipnotizador, envolvente. Ahí están, además de la otrora omnipoderosa prensa escrita (hoy ya alicaída), la radio, la televisión, el internet (nueva deidad incuestionable) y un etcétera que no para de crecer, influencers por ejemplo (actores, simples operadores de esos grandes poderes, quizá sin saberlo). Cada vez más, nuestros hábitos de vida están digitados por estos grandes centros decisorios.

En la sociedad tecnotrónica, el rumbo lo marcará la suma de apoyo individual de millones de ciudadanos descoordinados que caerán fácilmente en el radio de acción de personalidades magnéticas y atractivas, quienes explotarán de modo efectivo las técnicas más eficientes para manipular las emociones y controlar la razón”, pudo decir sin ningún tapujo Zbigniew Brzezinsky, uno de los intelectuales orgánicos más importantes de los últimos años en Estados Unidos.

La “verdad” ya no importa (en realidad, a los poderes nunca le importó); lo único que se busca, ahora con medios de manipulación cada vez más finos y eficientes, hechos a la alta escuela, pretendidamente con estatus científico -no pasan de burdas tecnologías empíricas- es el manejo de las grandes masas. Para muestra, ahí está la publicidad, el “arte del engaño”, como se la ha nombrado.

Una agencia de publicidad próspera manipula los motivos y deseos humanos y engendra una necesidad de bienes desconocidos o inclusive rechazados hasta entonces entre el público”, reconoce un pope del mercadeo, el estadounidense Ernest Dichter.

En otros términos, esta comunicación de masas, absolutamente unidireccional (del emisor al receptor, sin la más mínima posibilidad de retorno en sentido contrario) no solo moldea sino que, en todo caso, oficia como impiadosa dictadura. Miente, falsea las cosas, obliga a determinadas conductas (las que desean los emisores). “Para sofocar cualquier revuelta por adelantado (…) métodos arcaicos como los de Hitler son anticuados. Basta con crear un condicionamiento colectivo reduciendo drásticamente el nivel y la calidad de la educación. (…) Que la información destinada al público en general sea anestesiada de cualquier contenido subversivo. Transmitiremos masivamente, vía televisión [hoy día deberían agregarse redes sociales y aplicaciones de internet], estúpidos entretenimientos, siempre halagando el instinto emocional”, decía en 1956 el pensador austro-germano Günther Anders. “Estúpidos entretenimientos” … Más claro: imposible.

La gente no es estúpida, sino que la vuelven estúpida. ¿Cómo entender, si no, que una gran masa de población, eternamente sojuzgada, vea como el principal motivo de sus penurias a un otro diferente? (el extranjero que “viene a robar puestos de trabajo”, el de otra etnia, el de otra orientación sexual, el que no es igual que yo), y no a quien le explota. ¿Cómo entender, si no, que vote en las urnas por su propio verdugo? (Milei en Argentina, la andanada de ultraderecha en Europa, Bolsonaro en Brasil, etc.). ¿Cómo entender que las poblaciones, cada vez más, consuman sin parar cosas innecesarias? Se prefiere comprar el teléfono inteligente de moda antes que alimentarse nutritivamente. “Lo que hace grande a este país [Estados Unidos] es la creación de necesidades y deseos, la creación de la insatisfacción por lo viejo y fuera de moda”, expresó un publicista de la agencia estadounidense BBDO.

El poder de la prensa es primordial. [Hoy debería agregarse toda la parafernalia de los más variados y sofisticados mass media, pues la prensa escrita va de salida] Establece la agenda de discusión pública. Es un avasallador poder político que no puede ser controlado por ninguna ley. Determina lo que la gente habla y piensa con una autoridad reservada en algunas partes del mundo solo a los tiranos, sumos sacerdotes y mandarines”, decía un connotado periodista como Theodore White. Definitivamente la comunicación de masas, la creación de la opinión pública y la inducción de “necesidades” para comprar y comprar hasta el hartazgo, no las decide el receptor. La idea de “libertad”, tan cara a las modernas democracias de mercado que se llenan la boca entronizándola, sin dudas queda herida de muerte al analizar estos mecanismos comunicacionales. Como los perros de experimentación de Pavlov, somos condicionados a hacer lo que otros quieren que hagamos. Tal es el grado inmisericorde de manejo de nuestras voluntades que se llega a hablar de la barbaridad teórica de “post verdad”. Ya no hay verdad: estamos en el reino de la emotividad creada -magistralmente- por estas tecnologías modernas.

Entonces ¿estamos condenados a vivir en esta suerte de hipnosis colectiva? Los grandes capitales que manejan buena parte del mundo lo intentan. ¡Impidámoslo! Solo el pensamiento crítico, y las acciones que se deriven de él, podrán forjar otra cosa.

La comunicación (mentirosa) al servicio de la dominación

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La pedagogía crítica y la lucha anti-fascista

Por Peter McLaren

Cuando la Fox News y otras organizaciones noticiosas en la extrema derecha en EEUU acusan a los maestros de la escuela pública de “sexualizar” a los niños para prepararlos presuntamente para pensar la posibilidad de su cambio de género o de transformarse en seres aparentemente humanos pero con rasgos animales –mediante cursos para demostrar la fluidez de las identidades de género– están jugando peligrosamente, porque ellos saben que esa acusación en realidad no tiene fundamentos, pero que, no obstante posee, el potencial para atraer a las audiencias enfurecidas a sus redes noticiosas como a las moscas son atraídas por la miel.

En nuestro universo digital de las tácticas para formar enjambres, como el “trolleo” y la creación de plataformas para fomentar estructuras auto-organizadas de odio, temor y furia, la extrema derecha tiene ventajas, aunque todavía no ha logrado ganar del todo. La sociedad civil contemporánea está siendo redefinida por tecnologías digitales elaboradas como redes; muchas de las cuales ponen vertiginosamente en movimiento remolinos de posiciones políticas y manifiestos de la extrema derecha sobre la raza, el etno-nacionalismo, el antiglobalismo y la supremacía blanca. Esto exige que adoptemos con mayor seriedad acciones online si queremos defender nuestra democracia, cada vez más frágil. Los grupos ultraderechistas oficiales y extraoficiales han vuelto a presentarse como héroes post digitales, guerreros culturales contra la izquierda, y están ganando muchas de las batallas que se libran online por los corazones y las mentes de nuestra juventud. El odio online tiene consecuencias laterales, una de estas el fascismo, y el entrelazamiento con los grupos de odio de la extrema derecha y estos acontecimientos en las redes no pueden ser ignorados.

Stephen Albrecht, Maik Fielitz y Nick Thurston, nos dicen que cada vez es más alarmante el hecho de que: “Nuestra era técnica está siendo dirigida en una forma intermedia y digital, en la que interactúan lo nuevo y lo viejo, y nuestro software permite muchas interacciones usuario-herramienta y un alcance ‘glocal’ (local y global). Esta conectividad hace a lo online y lo offline responsables entre sí. Y su crecimiento los hace cada vez más interdependientes. Para aquellos actores post-digitales de la extrema derecha que dirigen el resurgimiento actual, los sistemas intermedios no son herramientas de comunicación neutrales. Sino que son un catalizador para procesos y foros altamente sociales donde son creadas, expresadas y practicadas las opiniones públicas. Estos medios son mediadores políticos. Ellos relacionan a audiencias crecientes con mayor rapidez y amplitud, permiten una difusión autónoma, eluden las fronteras regionales y nacionales, pueden albergar canales paralelos que recorren desde los accesos abiertos hasta los encriptados, y usan las estructuras, como puertas y ventanas para mantener a la política, a la ciudadanía digital y a las vidas personales de los usuarios en un contacto permanente.”

En los algoritmos confiables puede ser hábilmente utilizada una mezcla de temor, narrativas sexuales y cólera, sobre la cual puede apoyarse para atraer a los espectadores. Y en las manos post-digitales de los actores políticos tecno-conocedores de la extrema derecha, estos algoritmos del odio pueden hacer estragos sobre las inseguridades de sus espectadores, creando “públicos emotivos” online, cuya afectividad digital es una garantía de que creará un caos en el espacio digital abierto de la “economía de la atención” que controla cuánto tiempo estamos probablemente enfocados sobre una situación o evento particular. En un universo social de alta densidad informativa, estos públicos ahora están enfocados en la demonización de los maestros y consideran como algo normal el odio dirigido hacia ellos por gente como Mike Pompeo, quien recientemente ha sido descrito por el dirigente sindical Randi Wengartein, presidente de la Federación Americana de Maestros como “la persona más peligrosa del mundo”.

Debido a la infraestructura social y técnica de los medios de información sociales, puede parecer normal las actitudes y expresiones que antes eran inaceptables hacia los maestros, empleando estrategias similares a las que se usaban para fomentar los prejuicios contra los inmigrantes en la frontera entre México y Estados Unidos, tales como la creación de prejuicios anti-maestros mediante historias en los medios de comunicación sociales, creando una victimización grupal y estereotipos extragrupales, mediante la manipulación selectiva de información, agrupando en forma algorítmica de contenidos sociales de los medios sociales, cambiando los contextos y reconstruyendo narraciones de noticias de los principales medios, a menudo distorsionados, con comentarios sensacionalistas que amplifican y acrecientan la xenofobia y mediante un impulso en la arquitectura comercial de los medios de información sociales para la creación de otros imaginarios tan repugnantes que pueden ser considerados así como blancos del oprobio y la violencia.

Combatir las formas más tóxicas del fascismo digital tomará su tiempo, de modo que necesitamos actuar rápidamente para hallar los medios para contrarrestar a ese fenómeno, dado que la persecución a las víctimas propiciatorias es lo que ayudó a crear al Partido Nazi en la Alemania de la década de 1930 y que ese poder singularmente destructivo fue creado sin tener la ayuda de los actuales medios de comunicación sociales con sus recursos financieros y su poder para destruir las vidas de individuos, grupos y, como lo probó la Segunda Guerra Mundial, la muerte de seis millones de judíos y la destrucción de naciones enteras.

Estoy usando el término “post-digital”, siguiendo lo que dijo Maik Fielitz en 2019 para identificar “la borrosa línea que hay entre lo digital y la vida real. Es una condición técnica que siguió a la así llamada ‘revolución digital’ y está constituida por la naturalización de los procesos de computación penetrantes y relacionados, y los resultados de la vida cotidiana, de modo que la digitalidad es ahora intrincada, aunque sus formas, funciones y efectos ya no son más necesariamente perceptibles. Esta ‘naturalización’ ha sido acelerada por el crecimiento en el poder de la computación y los artefactos móviles capacitados para la internet, las bajas barreras a la participación en la cultura de la internet.”

El fascismo post-digital es un movimiento que nació digitalmente y que ha sido utilizado por líderes populares autoritarios que están excepcionalmente preparados para una sociedad estratégicamente permeada a sus expresiones tóxicas (racistas, y supremacistas blancos) y las expresiones de la post-verdad que han reemplazado a las comprensiones intersubjetivas de la verdad a través de un amplio espectro de foros, comunidades y portales en la internet. Las sociedades abiertas que operan en las corrientes mediadas existencialmente de nuestra condición digital, masas encadenadas más vulnerables a las culturas digitales del odio y tendencias en Twitter que facilitan la transferencia de mensajes entre plataformas diferentes, sus falsos perfiles, Todos estos factores están impactados por las desigualdades que garantizan su laboriosidad y disposición a la manipulación perceptiva por parte de los activistas sociales de la extrema derecha, especialmente en el caso de la “variante altamente influida y ambivalente del fascismo digital” iluminado tan brillantemente por Maik Fielitz y Holger Marcks. Estos dos teóricos perceptivos e iconoclastas pintan un nuevo cuadro del fascismo extraído directamente de las estructuras sociales de nuestro mundo digital, afirmando que las masas no son diferentes a los proletarios de Marx, sino solo digitadas, que llevan con ellos los medios potenciales para destruir los fundamentos digitales del fascismo en el que están aprisionados. Por ejemplo, el nacionalismo cristiano blanco que estamos viendo hoy exige una arquitectura digitalizada de plataformas de medios sociales que pueden dialécticamente difundir un temor racializado y crear, modificar y difundir conspiraciones salvajes.

La raza como una forma de la tecnología se ha desarrollado a partir de un racismo de tribuna, atento a la economía de la atención de internet, utilizando marcadores de identidad tales como la negritud y la pobreza o la negritud y la hipersexualidad. Aquí, los autoproclamados “guerreros de los memes”, utilizando memes de internet luchan entre sí mediante un racismo “tras el telón”, perpetuando las poderosas jerarquías raciales, diseñadas para satisfacer a los activistas blancos en los foros neonazis que amplifican sus mensajes de odio y violencia.

Las ideas ahora son comercializadas en un mercado con una dinámica racial, clasista y de género mediante los efectos, provistas por movilizaciones cruzadas y la creciente velocidad del intercambio transaccional que hace que las mismas parezcan tan inefectivas como utilizar el código Morse para debatir sobre la filosofía existencial. De pronto, el antisemitismo de Kayne West entra en el mercado de ideas, arrastrando el apoyo de su vasta red de seguidores que abandonan la lógica impulsada por los sentimientos amplificados de lealtad hacia su ídolo “genial”. De pronto, las conversaciones durante la cena en las reuniones familiares giran hacia el tema de George Soros y sobre quién controla a Hollywood.

Bajo el impacto de los relatos dramáticos, la manipulación psicológica, las masas son asaltadas por unos medios sociales que “catalizan la amplificación de los temores, la difusión de la post verdad y la lógica de los números” en una “cámara de eco” de ofuscación e invectivas. La creación de los nuevos órdenes de percepción fabricados por nuevas especies de proscripción post-digital que reemplazan a las perspectivas liberales y un clima digital ventajoso ayuda a las perspectivas autoritarias (según Turner). Fielitz y Marcks identifican al “ultranacionalismo palingenésico” (según Griffin) como un principio esencial del fascismo digital que relaciona a la percepción de una comunidad en peligro, que busca el renacimiento “mediante medios extraordinarios” y necesita un líder fuerte cuyos sentimientos populistas autoritarios penetran profundamente en las cabezas de sus cándidos seguidores. En segundo lugar, Fielitz y Marcks examinan estos temores amenazantes que identifican a las políticas autoritarias y antidemocráticas mientras se desarrollan en nuestro universo digital. A la acción y la estructura se las puede ver aquí como estrategias que contrastan y que sirven para crear las percepciones de peligro (por ejemplo, los relatos que alertan contra el reemplazo de los ciudadanos europeos blancos por los inmigrantes). Aquí, se calibran las redes virtuales para canalizar los temores; se asemejan a un “nuevo tribalismo”, e ilustran los rasgos emergentes de lo que Fielitz y Marcks describen como un fascismo “post-organizativo”.  A este nuevo fascismo se lo comprende mejor como un fenómeno cultural que exige la libertad de expresión; un rasgo que, paradójicamente, ha sido comprendido tradicionalmente como un principio liberal. Basando su enfoque sobre las percepciones del riesgo, Fielitz y Marcks examinan el impacto social de la internet como un marco del análisis sobre cómo las expresiones de hoy del fascismo están condicionadas por un mundo digitalizado. Ellos también examinan la investigación sobre las características de la construcción de la identidad de las comunidades de odio virtual y la “virtualización a nivel mundial del pensamiento fascista” que ha pasado a ser conocido como el “ciber-fascismo” (Griffin) y el “terrorismo de banda amplia”, Para Fielitz y Marcks “no está centrado en el actor, sino que más bien opera como un fenómeno social. En otras palabras, el fascismo opera discursivamente como una cierta racionalidad política que los individuos y los grupos pueden expresar mediante prácticas culturales”. Más aún, ellos “distinguen entre el fascismo como un tipo ideal y fenómenos similares a la familia, y  de esta manera lo comprenden así como un concepto cuyo tipo ideal está compuesto de ciertos rasgos, pero puede manifestarse en variedades que tienen otros rasgos aberrantes”, los que les impide juntarse con toda la extrema derecha como fascistas. Siguen el argumento de Acker de que el nuevo fascismo digitalizado se caracteriza por “la circunstancia de que las masas están se están manipulando a sí mismas a través de los medios sociales y están menos (mal)guiados por las técnicas propagandísticas de las organizaciones jerárquicas de la extrema derecha”. Esto revela que los medios de comunicación sociales “son particularmente beneficiosos para los movimientos de masa comunes”. Esto también sugiere que “los acontecimientos fascistas hoy son menos un resultado de las acciones estratégicas de organizaciones de la extrema derecha, que de nuevas estructuras de comunicación que cambian la percepción de la sociedad hacia una racionalidad fascista.”

Fielitz y Marcks emplean la descripción de Robert Paxton del fascismo como una “conducta política marcada por la obsesiva preocupación con la declinación de la comunidad, la humillación o la victimización y por los cultos compensatorios de la unidad, la energía y la pureza”. Ellos consideran compatible esta idea con la de Griffin del “ultranacionalismo palingenésico”: el mito de una nación que se va extinguiendo y que debe imponer su renacimiento mediante esfuerzos extraordinarios. La definición minimalista del fascismo que estipula Griffin tiene que ver con la movilización de las energías populistas para la renovación. Ellos también toman seriamente la idea de Paxton de un pragmatismo radical que se siente libre de “restricciones éticas o legales” para imponer los objetivos de los actores, especialmente cuando los cambios discursivos en la cultura pueden crear las justificaciones para la violencia sin compromisos como aceptable y necesaria. Los fascistas entonces se describen a sí mismos como el grupo en peligro, cuyos enemigos deben ser erradicados. Fielitz y Marcks escriben: “creando una identificación translocal con las víctimas de incidentes locales, ellos difunden la noción de una nación permanentemente atacada. Sus mensajes están particularmente construidos para alentar a las personas a identificarse con los personajes de sus historias.”

“Esto te podría suceder” es un mensaje central cuando ellos, por ejemplo, llaman a las mujeres a armarse para defenderse. Sugiriendo que ya nada es seguro, los actores llaman a la vigilancia y a la exclusión, mientras sus discípulos en línea crean mensajes y memes profundamente racistas, desatando las percepciones del peligro y preparando el terreno para justificar medidas políticas extraordinarias para salvar y fortalecer sus comunidades. El relato ha evolucionado hasta convertirse en la orden del día. Envolviendo sus mensajes políticos en comentarios aparentemente casuales, los videoclips y memes se han convertido en armas centrales de una “guerra de la información” que busca subvertir los valores liberales.

De este modo, los medios sociales ponen a las personas en una relación directa con los demás, proporcionando un ambiente estructural para las referencias mutuas y una guía oculta tras el tratamiento algorítmico de la interacción. Fielitz y Marcks concluyen que: “con el fascismo digital, se podría decir que el fascismo se acerca a su centro. Ya no depende más exclusivamente de un partido jerarquizado como el partido provocador del miedo y la movilización,  dirigiendo el temor y las prácticas movilizadoras, el fascismo extrae nuevas dinámicas directamente de las emociones y prácticas culturales que son engendrados por y en las estructuras de los medios sociales. Este fenómeno no puede ser captado con enfoques centrados en el actor o en la ideología. Más que nunca antes, el fascismo tiene que ser analizado como un fenómeno emergente a través de las acciones de sus discípulos. En la misma línea, tiene que ser contrarrestado como tal. Y esto significa: en ausencia de un centro tangible de actores políticos, hay que centrarse principalmente en las estructuras que constituyen su dinámica.”

La estructura post-digital de Fox News está diseñada para camuflar una ontología fascista calibrada para servir como una defensa ideológica para la contemporaneidad de Trump con el fascismo, que no es imaginaria sino inexplicablemente real. Trump ha sacado del tiempo a los Estados Unidos, haciéndose atemporal, celestial y eterno –el elegido– que sigue un camino mesiánico que lleva por la misma senda ensimismada como Putin y Victor Orbán. Muchos de los seguidores de Trump admiran a Putin y a Orbán. Ellos celebran la admiración de Trump a Putin y acompañan la decisión de Putin de invadir a Ucrania, una posición facilitada por los comentaristas de Fox News, como Tucken Carlson, quien defiende explícita y temáticamente al fascismo sin nombrarlo como tal, y lo re-asimila a través de sus deseos etno-nacionalistas en un paisaje onírico estadounidense, anulando implacablemente a la democracia por fantasías de ensalzamiento y su identificación con la guerra premeditada e injustificada contra Ucrania.

La eficacia causal de la maquinaria propagandística de Fox que muestra los estallidos triunfalistas de Carlson sobre el excepcionalismo estadounidense, moldeado y modelado en la idea de Estados Unidos como una nación cristiana que los ha convencido a los estadounidenses y den la espalda en el apoyo a Ucrania favoreciendo al belicismo rabioso del patriarca Kirill y los gurúes desinformadores de Putin. Fox News tampoco ha criticado las maquinaciones de la OTAN y el rol del imperialismo de Estados Unidos. La extrema izquierda también ha ayudado a apoyar al fascismo rehusándose en reconocer Rusia como un estado proto-fascista dirigiendo a sus plataformas de internet hacia las posiciones tomadas por los “campistas” y “tanquistas” que describen a Rusia como la víctima del designio de la OTAN y el imperialismo de EEUU, mientras al mismo tiempo se rehúsan a dirigir críticas hacia Putin y su guerra imperialista. Sus tergiversaciones incluso han publicado palabras de Stalin como si ellos vivieran en un universo atemporal y ahistórico, impoluto por la sangrienta historia de Stalin del totalitarismo y de los gulags. Así, ellos conservan una noción hueca de lo que significa la solidaridad internacional, redactando la historia del fascismo demostrando muy poca indignación por la violación de los derechos de los oprimidos de Ucrania. Es posible tomar una posición contra la OTAN, el imperialismo estadounidense y el imperialismo ruso y todavía apoyar el derecho de Ucrania a perseguir su propio destino como nación.

¿Entonces cómo cambiamos al ecosistema fascista? ¿Cómo transformamos la internet que le ha dado al fascismo la ventaja en la competencia con la democracia? Si acallamos a los fascistas, estaremos, en algunos casos importantes, yendo contra nuestros principios liberales de la libertad de palabra y la libertad de expresión. Tenemos que enfocarnos en las estructuras de la percepción creadas por el nuevo fascismo post-digital, más que en los actores individuales. ¿Pero cómo atacamos al fascismo post-digital si está construido sobre la misma estructura post-digital de nuestro sistema nervioso central a través de la cosmología de la internet? ¿Cómo asignamos la responsabilidad a quienes crean los algoritmos fundamentales que proveen las estructuras que benefician a la dinámica fascista? ¿Ponemos a los proveedores de medios sociales bajo la amenaza de los delitos de odio? ¿Cómo restringimos los casos de manipulación psicológica? ¿Cómo intervenimos en las estructuras permiten esos efectos de sinergia que amplifican el odio? ¿Hacemos que quienes ofrecen plataformas digitales sean responsables por el contenido compartido a través de su infraestructura o sistemas de registros de usuarios que permiten falsos relatos? Todas estas sugerencias de Fielitz y Marcks son buenas y debemos reconocer el hecho de que algunos pueden estar en desacuerdo con las normas de libertad que prevalecen en la internet y pueden socavar los propios principios liberales. ¿Podemos asumir ese riesgo? Yo diría que no tenemos otra opción si queremos evitar las botas digitales del terror que con toda seguridad saltarán desde las plataformas de la internet en nuestras computadoras sobre los remansos, las calles y las instituciones que dirigen nuestras ciudades y nuestro gobierno. Y la perspectiva aterradora de todo esto es que, a pesar de nuestra facilidad para la deconstrucción, el desentrañamiento y la desambiguación, y nuestra capacidad para descifrar significados, y a pesar de nuestra aptitud adquirida para comprender la simbología e iconografía de las culturas de la extrema derecha y nuestra capacidad para atravesar los cortafuegos de ofuscación de la extrema derecha adquiridos durante años de lectura de teóricos críticos, podemos llegar a estar tan emocionalmente alineados con sus provocaciones manipuladoras digitalmente armadas que damos la bienvenida a la comodidad y la cohesión de su ira y su rabia.

Mike Pompeo, ex secretario de estado de los Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump y potencial candidato republicano presidencial, respondió a su propia pregunta de la manera más ominosa posible culpando a los maestros cuando señaló que: «si preguntas quiénes tienen más posibilidades de derribar esta república, son los sindicatos docentes y la inmundicia que están enseñando a nuestros niños y el hecho de que ellos no saben matemáticas ni leer ni escribir.” Kenny Stancil informa que “el ataque de Pompeo a los sindicatos de profesores y al plan de estudios inclusivo se produce en medio de una campaña de censura de la derecha y un ataque más amplio contra los estudiantes y empleados de la escuela pública. Un análisis reciente de PEN América detalló cómo 138 distritos escolares en 32 estados han prohibido más de 1.600 títulos en las aulas y bibliotecas desde julio de 2021. La vasta mayoría de los libros prohibidos tratan sobre temas de LGBTQ, aborda el racismo, tienen contenido sexual o están relacionados con el activismo. Además, de acuerdo a PEN América, los legisladores republicanos en 42 estados han introducido más de 190 proyectos de ley desde enero de 2021 que buscan limitar la capacidad de los educadores y estudiantes para discutir sobre el género, la desigualdad racial y otros temas, incluyendo el creciente número de propuestas para establecer las llamadas ‘líneas de denuncia’ que permitirían a los padres disciplinar a los profesores. Ya se han promulgado cerca de dos docenas de órdenes de mordaza educativas en más de una docena de estados.”

En el costado religioso de la división digital, han aparecido en línea iglesias basadas digitalmente a un ritmo cada vez mayor. Hay una subcultura cristiana creciente con ministerios digitales que operan en espacios digitales asíncronos. TikTok y otros espacios virtuales se utilizan para ofrecer experiencias eclesiásticas a los jóvenes cristianos que han migrado a la red con la ayuda de herramientas digitales y metaversos. Algunos pueden facilitar interacciones interculturales en línea más efectivas, Otros caen presa de las subcorrientes fascistas de nacionalistas cristianos. El contenido de videos relacionados con el cristianismo acuñado en las catacumbas del Techno Verso fascista nos ha traído figuras aterradoras como Jenna Ellis, una de los abogados derechistas que representaron al ex presidente Donald Trump en su fracasado intento de anular las elecciones de 2020, que recientemente difundió un video entre sus leales internautas de extrema derecha en el que afirmaba que las cinco víctimas recientemente asesinadas en la masacre del Club Q de Colorado Springs están ardiendo en el infierno, “ya que no hay indicios de que aceptaran a Jesucristo como su señor y salvador”. Este es el fascismo cristiano en su peor momento. Esto proviene de armar las reglas fundamentalistas de los nacionalistas cristianos que apoyan a la teocracia por un decreto judicial.

Claramente, las fuerzas del fascismo están colándose en nuestros cerebros con la ayuda del multiverso de fascismos digitales que Fikelitz y Marcks nos han advertido que ahora están operando mediante el metaverso de la internet. Necesitamos una defensa múltiple contra sus más horribles encarnaciones post digitales e instancias de odio que nos han aislado de nuestro yo protagonista, capaz de tomar decisiones independientes. Y debemos defender los bienes comunes ante el riesgo de debilitar algunos de los principios más básicos de la libertad de palabra y de la expresión que nos define como una democracia liberal. Pues aquellos de nosotros que estamos luchando por una alternativa socialista a la ley del valor de la democracia neoliberal, el fascismo post-digital plantea una amenaza urgente a la supervivencia de la libertad misma, en los modos en que las tecnologías de la información están siendo usadas por el capital para crear su movilidad a través de las fronteras nacionales, que han culminado en el estado de la seguridad nacional de la vigilancia social generalizada, ayudando a los Estados Unidos para alcanzar el dominio de todo el espectro como una potencia militar.

Esto significa que debemos luchar para crear un proyecto revolucionario antifascista  que intente cambiar el mundo en uno de  ayuda mutua sin límites y desinterés ineludible para crear un universo social, ajeno a la producción de valor y al valor monetizado, donde compartimos en comunión con los demás, donde el poder esté concentrado en la comunidad, donde las relaciones sociales estén humanizadas y las diferencias respetadas, donde evitamos el totalitarismo en la política, el autoritarismo en la religión, el paternalismo en nuestras relaciones sociales, el patriarcado en nuestras familias, el ecocidio en nuestra relación con la naturaleza y el epistemicidio en nuestra relación con otros grupos, comunidades y países, donde ya no moriremos con armas en nuestras manos, donde podamos curarnos de modo que podamos ver claramente y con compasión a los otros y donde nos desenvolvamos en las posibilidades de un futuro socialista.

Para quienes, como nosotros, se preocupan por la tecnología transformada en un arma mortal ideológica, necesitamos crear estrategias para combatir el fascismo del poder blando, un fascismo que termina en la muerte por un millar de cortes a través del cerebro digitalizado, un cambio de mentalidad que nos ha dado la muerte por lobotomía digital, cortando nuestras defensas a nuestros propios dispositivos fascistas involuntarios. Para quienes han visto la tecnología al servicio del imperialismo de alta tecnología y como medio para remodelar geopolíticamente el mundo, debemos hacer algo más que comprender cómo la cadena mundial de suministro de información está siendo secuestrada por las superpotencias mundiales y la ha pregonado como una democracia abierta. Tenemos que encontrar la manera de salir de la cámara de eco digital que convierte nuestras vidas en la búsqueda de más y más objetos de odio a través de nuevas formas de manipulaciones.

Necesitamos seguir con el desafío desarrollando una pedagogía crítica antifascista post-digital. Peter Jandric y otros han estado trabajando en esta área y debemos aportar un sentido de urgencia para esta tarea, si queremos sobrevivir no sólo como educadores críticos, sino como seres humanos. Porque estamos siendo creados de una manera desconocida para nuestras capacidades de comprensión. Para ello habrá que crear nuevas sensibilidades y hábitos.

Como los proletarios de Marx, que poseen los medios para convertirse en los sepultureros del capitalismo, podemos rehusarnos a participar en el fascismo digital, no retirándose a una región interior de un futuro menos post-digital, sino creando un universo social donde quienes contribuyen a la creación del fascismo no sólo son identificados sino que serán responsabilizados. Como los proletarios de Marx, que poseen los medios para convertirse en los sepultureros del capitalismo, podemos rehusarnos a participar en el fascismo digital, no retirándonos en la región interior de un futuro menos post-digital sino creando un universo social donde quienes contribuyen a la creación del fascismo no sólo son identificados sino responsabilizados. Si nos preocupa la democracia, necesitamos movernos sobre esto ahora. No tenemos tiempo que perder.

* Uno de los principales representantes de la pedagogía crítica revolucionaria. “Bachelor of Arts” en Literatura Inglesa en la Universidad de Waterloo; Bachelor of Education en la Universidad de Toronto. Fue Director del Centro de Educación y Estudios Culturales de la Universidad de Miami. Entre sus libros más importantes figuran: Pedagogía crítica y cultura depredadora (1995). Políticas de oposición en la era posmoderna”; La escuela como un performance ritual. Hacia una economía política de los símbolos y los gestos educativos (1986); La vida en las escuelas. Una introducción a la pedagogía crítica en los fundamentos de la educación (1986); Multiculturalismo revolucionario. Pedagogías de disensión para el nuevo milenio (1997); El Che Guevara, Paulo Freire y la pedagogía de la revolución (1999)

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Historia Universal: Revisionismo histórico sobre imperios y naciones liberadas

Revisionismo histórico sobre imperios y naciones liberadas

Juan José Paz y Miño Cepeda

Entre el 2 y 6 de septiembre (2024) se realiza en Nápoles, Italia, el XX Congreso de AHILA (Asociación de Historiadores Latinoamericanistas – www.ahila2024.it), bajo el título general “Entre América y Mediterráneo: actores, ideas, circulaciones en los mundos ibéricos”. En ese marco se inscribe el simposio “La cuestión imperial en América Latina: crisis y transformación hegemónica en la Era de las Revoluciones (1776-1848)”. Mi ponencia trata el tema: “Imperios vs. Estados liberados: el nacimiento de América Latina”. Destaco algunos lineamientos.

Por Juan J. Paz-y-Miño Cepeda*

Colaborador de Prensa Latina

Es generalizada la división de la “Historia Universal” en cinco grandes períodos: Prehistoria y las Edades Antigua, Media, Moderna y Contemporánea; pero América no tiene la misma historia y mucho menos América Latina y el Caribe. La Época Aborigen atravesó varias fases y desembocó en los imperios Maya, Azteca e Inca. Europa había pasado por las Edades Antigua y Media. Con el “descubrimiento” europeo de América (1492) se inició la Edad Moderna, que significó mercantilismo para las potencias monárquicas y coloniaje en América. Esa relación sentó las bases del subdesarrollo latinoamericano y de la enorme brecha social entre élites ricas y propietarias frente al conjunto de la población, mayoritariamente campesina e indígena.

Revolución Francesa

Si bien la Revolución Francesa (1789) marca el inicio de la Edad Contemporánea, para América ésta se inicia con la independencia de los Estados Unidos (1776) e inmediatamente con los procesos independentistas en la región que hoy llamamos América Latina. Se trató de un proceso complejo y contradictorio, que duró por lo menos dos décadas. Arrancó con la Revolución e independencia de Haití (1804), un movimiento popular de esclavos y mulatos. En México la revolución de 1810 también fue popular, con campesinos e indígenas. Pero, finalmente, la clase criolla encabezó las luchas independentistas, expresadas inicialmente por las Juntas soberanas entre 1809-1812 (La Paz, Quito, Bogotá, Caracas, Buenos Aires, Santiago de Chile), que buscaban autonomía, al mismo tiempo que revistieron sus intereses con la proclama de fidelidad al rey.

Pero Caracas proclamó su independencia (1811) y prosiguieron las distintas batallas hasta que, en Sudamérica, con las batallas de Pichincha, Junín y Ayacucho, se logró la independencia definitiva. En Brasil el proceso luce como lucha palaciega, pero finalmente se conseguirá un Estado Nacional. Exceptuando los temporales imperios en México (Iturbide y luego Maximiliano) y el largo en Brasil (Pedro II, 1822-1889), en todos los países latinoamericanos se instaurarán Estados nacionales y regímenes presidenciales basados en la tripartición de funciones.

Las revoluciones independentistas de América Latina no fueron “burguesas” y tampoco se propusieron instalar un nuevo modo de producción, el capitalismo, sobre la derrota del feudalismo, que no existió en la región. Las independencias se ubican en la “Era de las Revoluciones” con su propio contenido: terminaron con el colonialismo. Se trata de un proceso de significación mundial en la era del capitalismo. Los países de Asia y África conquistarán sus respectivas independencias solo en el siglo XX.

Desde luego, en los procesos independentistas latinoamericanos se incrustan los intereses de los imperios europeos y los nacientes de los Estados Unidos. El Caribe se convirtió en la “frontera imperial”, pues allí disputaron siempre las potencias europeas que frenaron su plena libertad, como ocurrió en Cuba, que alcanzó la suya en 1898, para ser inmediatamente frustrada e intervenida por los Estados Unidos. En el conjunto de nuevos países latinoamericanos, la amenaza intervencionista de los imperios y monarquías europeas parecía impedirse con la Doctrina Monroe proclamada en 1823. Sin embargo, prosiguieron las intervenciones en distintos países, al mismo tiempo que los Estados Unidos aseguraban su creciente expansionismo en el continente.

América Latina

Esta situación fue determinante para que América Latina se transformara en región pionera en proclamar y exigir el respeto a la soberanía e independencia de los pueblos, claramente expresada por el célebre Benito Juárez (1858-1872). El ecuatoriano Eloy Alfaro retomó esos principios para convocar al Congreso Continental en 1896 que se realizó en México. El boicot de los Estados Unidos impidió la asistencia de la mayoría de los países, aunque el Congreso aprobó un contundente documento que exigía la independencia de Cuba, reivindicaba los derechos de Venezuela sobre la Guayana Esequiva y, sobre todo, planteó la necesidad de sujetar la Doctrina Monroe a un Derecho Público acordado por todos los países del continente. Una posición desafiante que hasta hoy tampoco ha podido concretarse, pues la OEA pasó a ser un instrumento de ese mismo americanismo.

Las potencias imperiales pretendieron subordinar la América Latina libre a sus intereses, al mismo tiempo que entre ellas buscaban imponer la hegemonía. Por eso nuestra región ha debido afrontar intervencionismos e injerencias a lo largo de toda su vida republicana. Y no solo frente a las potencias europeas, sino ante los Estados Unidos, que como primera potencia mundial imperialista en el siglo XX también tiene larga historia de intervenciones en los países latinoamericanos y sigue buscando cómo imponer la Doctrina Monroe en el presente.

En la actualidad existe un fuerte proceso revisionista de la historia nacida en las potencias centrales. Particularmente el “hispanismo” de derechas (patrocinado por el partido VOX) ha buscado éxito en sus concepciones y extendido sus estudios y argumentos en los círculos académicos a los que llega. Desde su visión, América Latina no fue “conquistada”, ya que los conquistadores fueron “libertadores” de pueblos sometidos por Aztecas e Incas, a tal punto que al puñado de hombres que llegaron desde España se unieron miles de nativos deseosos de su “libertad”. La monarquía nunca estableció colonias, sino provincias pertenecientes a un solo Estado, administrado por la Corona a través de una serie de funcionarios en América.

La “leyenda negra” sobre la conquista y la colonia fue obra de las potencias enemigas de España y particularmente de Gran Bretaña. España ejerció una misión civilizatoria y mantuvo tres siglos de paz. Las independencias fueron obra de agentes criollos relacionados con Gran Bretaña, Francia y la masonería. Líderes como Simón Bolívar son traidores que buscaban beneficios personales o grupales.

Marx

Hay quienes tratan a Bolívar como “miserable y vil” y en su respaldo dicen que hasta Karl Marx se refirió así contra el “Libertador”, lo cual es cierto, pues Marx tiene una biografía de Bolívar que demuestra un aislado desconocimiento del tema, que no afecta la genialidad de su pensamiento y sus estudios sobre el capitalismo.

Por todos estos medios, a los latinoamericanos se nos trata de convencer que la conquista no fue tal, que la colonia es un invento pues no existió, que las independencias son el peor error cometido, que sus líderes eran canallas y perversos y que, a fin de cuentas, América Latina no tiene historia propia, sino que debe sujetarse a las interpretaciones y criterios que vienen de los países “civilizados” del Occidente. Son ideas que recuerdan a G.W.F. Hegel, para quien América no es más que “eco de vida ajena”.

Pero felizmente las ciencias sociales latinoamericanas son sólidas y tienen un amplio desarrollo propio. A estas alturas conocemos bien la historia de la región, por lo cual los latinoamericanos consideramos a las independencias como el punto de nacimiento de lo que hoy es la América Latina libre, soberana e independiente. Desde luego, estos son principios que nos guían. Porque nuestra lucha por afirmarlos continúa, ya que las injerencias siguen tan activas como en el pasado.

Fuente de la Información: https://firmas.prensa-latina.cu/2024/09/05/revisionismo-historico-sobre-imperios-y-naciones-liberadas/

 

 

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Universo: No te pierdas la próxima superluna de septiembre

No te pierdas la próxima superluna de septiembre

El cielo nocturno siempre ha sido un escenario de maravillas celestiales que nos conectan con el vasto universo. Uno de estos espectáculos es la superluna llena, y en septiembre de 2024, no solo tendremos la oportunidad de admirarla en todo su esplendor, sino que también será una superluna. Este fenómeno especial, que ocurre cuando la Luna está en su punto más cercano a la Tierra, nos permitirá verla más grande y brillante que de costumbre. Además, este evento celestial estará acompañado de un eclipse lunar parcial, haciendo que la noche del 18 de septiembre sea una cita obligada para los amantes de la astronomía.

¿Qué es una Superluna?

El término “superluna” se refiere a una luna llena que coincide con el perigeo, es decir, el punto en la órbita de la Luna en el que está más cerca de la Tierra. Debido a esta cercanía, la Luna puede parecer hasta un 14% más grande y un 30% más brillante que una luna llena promedio. En esta ocasión, la Luna estará a aproximadamente 350.000 kilómetros de la Tierra, en comparación con los 400.000 kilómetros de distancia que alcanza en su punto más alejado, conocido como apogeo.

Eclipse lunar parcial de septiembre 2024

La luna llena de septiembre no solo será una superluna, sino que también estará acompañada de un eclipse lunar parcial. Un eclipse lunar ocurre cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, proyectando una sombra sobre la Luna. En un eclipse total, la Luna se sumerge completamente en la sombra más oscura de la Tierra, conocida como umbra, adquiriendo un tono rojizo característico, a menudo llamado “luna de sangre”. Sin embargo, en este caso, solo una parte de la Luna pasará a través de la umbra, lo que significa que solo una fracción de su superficie se oscurecerá.

¿Dónde será visible el eclipse?

Según la NASA, el eclipse lunar parcial del 18 de septiembre será visible en gran parte del mundo, incluyendo América del Norte, América Central, América del Sur, Europa, y África. Sin embargo, este eclipse no será visible en Asia, Australia, o Japón.

La Luna de Cosecha: historia y significado

La luna llena de septiembre también es conocida como la “Luna de la Cosecha”. Este nombre proviene de su proximidad al equinoccio de septiembre, que marca el inicio del otoño en el hemisferio norte. Durante esta época, las tribus nativas americanas dependían de la luz de la Luna de Cosecha para recoger sus cultivos, especialmente el maíz. En la tradición celta, esta luna llena también es conocida como la “Luna del Canto” o la “Luna del Vino”, reflejando la cosecha de uvas y el carácter festivo de la temporada.

Cómo disfrutar de la Superluna y el Eclipse Lunar

Para disfrutar al máximo de este evento celestial, es importante encontrar un lugar con mínima contaminación lumínica y un horizonte despejado. La mejor hora para observar la superluna será poco después del atardecer, cuando la Luna comienza a elevarse en el cielo. Aunque no es necesario contar con binoculares o un telescopio para admirar la superluna, estos instrumentos pueden ayudarte a observar con mayor detalle los cráteres y otros rasgos de la superficie lunar.

Si deseas hacer de esta experiencia algo memorable, considera acampar en un lugar alejado de las luces de la ciudad. Lleva contigo una manta, una bebida caliente, y disfruta de la majestuosidad del cielo nocturno. También puedes aprovechar para realizar fotografías de la Luna, capturando su tamaño y brillo extraordinarios.

superluna

Las Cuatro Superlunas de 2024

Este año es especial en cuanto a superlunas se refiere. En agosto, fuimos testigos de la superluna de Esturión. Ahora, en septiembre, disfrutaremos de la superluna de la Cosecha. Pero esto no acaba aquí: aún quedan dos superlunas por venir en 2024. La superluna del Cazador, el 17 de octubre, y la superluna del Castor, el 15 de noviembre, completarán un ciclo de cuatro superlunas consecutivas.

Estas cuatro superlunas son un fenómeno poco común, lo que hace de 2024 un año excepcional para los observadores del cielo. El próximo año, 2025, nos regalará tres superlunas, pero habrá que esperar hasta el último trimestre del año para verlas: el 7 de octubre, el 5 de noviembre y el 4 de diciembre de 2025.

Curiosidades

La superluna de septiembre es la luna llena más cercana al equinoccio de otoño, que en 2024 ocurrirá el 22 de septiembre. Este equinoccio marca el inicio del otoño en el hemisferio norte y es considerado por muchos como el primer día de esta estación, caracterizada por su frescura y el cambio de color en la naturaleza.

Además, el 18 de septiembre de 2024 no solo será una noche para contemplar la belleza de la Luna, sino también una oportunidad para reflexionar sobre nuestra conexión con los ciclos naturales de la Tierra. La luna llena ha sido un símbolo de renovación y plenitud en muchas culturas, y su observación puede servir como un recordatorio de la importancia de mantenernos en armonía con el mundo natural.

La superluna de septiembre 2024 será un evento astronómico que no querrás perderte. Ya sea que te apasione la astronomía, la fotografía o simplemente disfrutes de la belleza del cielo nocturno, este fenómeno te ofrecerá una experiencia visual y emocional única. Asegúrate de marcar la fecha en tu calendario, buscar un buen lugar de observación, y prepararte para una noche mágica bajo la luz de una superluna que, además, vendrá acompañada de un eclipse lunar parcial. ¡No olvides compartir esta experiencia con amigos y familiares, para que juntos puedan disfrutar de este espectáculo celestial inolvidable!

Referencias:

  • Sociedad Española de Astronomía
  • NASA
  • Center for Aerospace Education
  • Royal Museums Greenwich
  • Cantiello, M. (2021). Moonlight Shadow. . DOI: https://doi.org/10.22541/au.148762927.73541341.
  • Banno, M., & Kuriyama, Y. (2020). Supermoon Drives Beach Morphological Changes in the Swash Zone. Geophysical Research Letters, 47. DPOOI https://doi.org/10.1029/2020GL089745.

Ecoportal.net

Fuente  de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/superluna/

 

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¿Son posibles las mejoras en la educación básica en México?

¿Son posibles las mejoras en la educación básica en México?

En los momentos de cambio de gobierno se expresan esperanzas o pesimismos según se interpreten los acontecimientos del día a día. Estas interpretaciones necesitan ponderarse por las posibilidades de cambio a profundidad en la centralización que es una de las constantes del sistema educativo, siendo la otra constante el corporativismo.

Los cambios significativos en la política educativa desde 1993 se dieron en el enfoque curricular cuyos efectos se pueden rastrear en la enseñanza, el funcionamiento de las escuelas y en diversos programas educativos. Los planes curriculares de 1973 cambiaron en 1993, éstos últimos se mantuvieron con modificaciones de grado en 2011 y 2017. Un cambio curricular mayor es el de 2022. La relativa continuidad de la política desde 1993 hasta 2017 fue resultado de la semejanza en los enfoques de política y no tanto de una planeación de largo plazo que trascendiera a las administraciones de gobierno, es decir no se trata de una continuidad producto de una política de Estado; el intento más destacado por elaborar un política de largo plazo fue en la década de 1960 con el plan de 11 años de Torres Bodet. En 1993 se esperaba que en 25 años se observarían resultados; mientras que el modelo educativo de 2017 estimó que sus bondades se observarían en 10 años; y el cambio de 2022, considerando el programa sectorial, señaló un horizonte de 20 años.

El plan de estudios de 2022 visto con relación a los cambios de 2017, 2011 y 1993, representa periodos de 5, 11 y 29 años ¿Qué señalan las experiencias de estos casi 30 años?, ¿Cómo valorar el cambio de política educativa en 2022?, ¿Cómo las dos constantes de la política educativa condicionan los resultados educativos del país?

Las respuestas a estas interrogantes dependen de las perspectivas. La primera es una perspectiva gradualista que enfatizaría la creación y sustitución de programas, y la evolución de indicadores como: alfabetización, escolarización, rezago escolar y cobertura educativa. Una segunda perspectiva centraría la atención en las deficiencias de los aprendizajes de los estudiantes y, una tercera perspectiva, destacaría la forma en la que los gobiernos en turno introducen cambios. Coloquialmente se señala que si siempre se hace lo mismo no se pueden esperar resultados diferentes. Este aforismo describe muy bien los efectos de la centralización educativa en nuestro país.

El estilo de gobierno

Desde 1993 la SEP sigue una pauta con algunas variaciones. Se definen los cambios curriculares los cuales se introducen en el sistema educativo a través de diversos niveles de gobierno hasta llegar a los supervisores, directores y docentes en las escuelas. Además, el presupuesto educativo se asigna de acuerdo con prioridades de los gobiernos en turno y no necesariamente con base en un diagnóstico de la situación educativa. No pretendo señalar que las reformas educativas sólo se elaboran en los escritorios de los funcionarios de la SEP pues en esos cambios se toman en cuenta estudios y análisis de profesionales y expertos en educación. El problema es que esas propuestas se convierten en políticas sin pasar por el tamiz de un proceso de valoración de las comunidades escolares y de su conocimiento de primera mano sobre la situación de los alumnos en las escuelas y las aulas.

Podemos recordar lo sucedido con el plan de estudios de 2011 que introdujo el concepto de competencias el cual viene acompañado de un enfoque de enseñanza y aprendizaje activo basado en el desarrollo de proyectos. La pregunta importante en ese momento fue ¿cómo se modificarían las prácticas en el aula para introducir una enseñanza activa? La solución propuesta por la SEP fue la impartición de diplomados y cursos que fueron tomados por más de un millón de docentes y directores según el informe final de gobierno en 2012. Sin embargo, la SEP no organizó ningún proceso sistemático de revisión de las prácticas en el aula y su modificación de acuerdo con los propósitos de la enseñanza activa. Tampoco se abrieron espacios para que las comunidades escolares pudieran valorar y ajustar el enfoque propuesto por la SEP y que permitiera, al mismo tiempo, valorar los recursos que necesitarían esos cambios curriculares. Por recursos me refiero al tiempo, asesoría, acompañamiento, materiales pedagógicos para docentes, entre otros.

Una historia similar se repitió con la reforma curricular de 2022. La SEP elaboró los planes de estudio y de igual manera se reportó la participación de miles o bien más del millón de docentes y directores en asambleas. En este caso el cambio curricular se introdujo a través de los Consejos Técnicos Escolares y a sus sesiones se les denominó de formación continua.

Para introducir los planes de estudio de 2011, 2017 y 2022 la SEP adoptó la estrategia de un cambio gradual, donde los nuevos enfoques se supone que serían asimilados y adoptados poco a poco en las escuelas. Esta estrategia supone que gradualmente desaparezcan las desigualdades previsibles debido a las diferencias en el tamaño y condiciones de las escuelas, y la diferente experiencia y formación profesional de docentes y directores, y las diferentes condiciones sociales y culturales de los alumnos.

Los obstáculos creados por la centralización

En 2014 la SEP publicó el acuerdo 717 donde señaló criterios que abrieron la puerta para que las escuelas les dieran un significado propio:

“Todos los alumnos deben consolidar, conforme a su ritmo de aprendizaje, su dominio de la lectura, la escritura y las matemáticas, de acuerdo con su grado educativo”….. “Dar seguimiento puntual a los educandos que presenten bajos logros educativos para brindarles una atención focalizada…”
En 2024 los lineamientos de los Consejos Técnicos Escolares (SEP, 2024) señalan de manera general, pero con el mismo significado, que se requiere un diagnóstico socioeducativo donde se valoren los aprendizajes de los alumnos en el contexto escolar, cultural y familiar, tomando en cuenta las evaluaciones internas y externas de aprendizajes.

Las escuelas pueden cumplir con los propósitos establecidos por la SEP sobre los aprendizajes de los alumnos; la evaluación diagnóstica organizada por Mejoredu y las evaluaciones bimestrales en las aulas proporcionan esa información y, además, los docentes conocen a sus alumnos, pero la pregunta es ¿Qué más pueden hacer las escuelas una vez que se identifican ritmos de aprendizaje y desempeño de los alumnos tomando en cuenta las diferencias en su contexto social, cultural y familiar? El factor relevante es determinar el monto de recursos necesarios para introducir métodos de enseñanza activa que permitan ajustar las prácticas en el aula de acuerdo con el plan de estudios y, principalmente, con el estado de aprendizajes señalados en las evaluaciones diagnósticas de Mejoredu.

Cabe anotar que es necesario distinguir dos situaciones en las escuelas. Por un lado, el propósito de la política educativa es que los programas analíticos se adecuen al contexto de las escuelas y la situación de los alumnos. Por otro lado, esos programas analíticos se aplican de acuerdo con las experiencias profesionales de docentes y directores. Los docentes tienen diferentes experiencias y formación lo que causaría una desigual aplicación del plan de estudios en las escuelas, tal y como sucedió en 2011 y 2017.
La enseñanza activa requerida por el plan de estudios necesita un cambio profundo en las prácticas de enseñanza en el aula. En el medio educativo hay suficiente conocimiento sobre métodos de enseñanza que pueden innovar las prácticas en el aula. Luna (2022) analiza una escuela que desarrolló un proyecto de Comunidades de Aprendizaje con resultados no solo en calificaciones sino en el desarrollo y participación de los alumnos. Gómez (2018) analiza escuelas donde se desarrollan comunidades de práctica entre docentes. MEJOREDU cita un proyecto de contextualización del currículo respecto de la contaminación del río Atoyac donde participaron dos escuelas de la zona e investigadores de la UAM y UNAM (Red Comunidad, Ciencia y Educación, 2022). Las múltiples experiencias de escuelas y docentes con proyectos y propuestas creativas, agrupadas como Buenas Prácticas, se documentan en diversos trabajos (Ibero y otras organizaciones, 2022; Ornelas y otros autores, 2021). Estas experiencias de escuelas y docentes se desarrollan en gran parte como esfuerzos individuales, pero falta que esas experiencias sean consideradas en políticas y programas de gobierno.

La formación continua de docentes y directores no se desarrolla con sólo dar ese título a las sesiones del Consejo Técnico Escolar. El proceso de formación continua se aleja del concepto de capacitación. Los métodos de formación continua se pueden basar en las experiencias documentadas como comunidades de aprendizajes y comunidades de práctica, pero estas prácticas no surgen de manera espontánea. Son dinámicas que requieren técnicas de trabajo en equipo y diseño de contenidos, donde además participan docentes y padres de familia con el acompañamiento de expertos.

La formación continua no se puede dejar al esfuerzo particular de directores y docentes; las escuelas enfrentan carencias y existen grandes diferencias en las condiciones laborales, materiales y de experiencia. La formación continua requiere un esfuerzo organizado y sistemático través de un programa que abra espacios a las múltiples experiencias que se desarrollan en el país.

Algunos comentarios expresan que con el plan de estudios de 2022 ya se inició un cambio; es un buen deseo pero no hay condiciones para un cambio real en el sector. Para ello se requieren al menos dos componentes: a) que las comunidades escolares realicen una valoración de los recursos que necesitan para introducir mejoras en el proceso educativo en las aulas considerando la situación social y cultural de los alumnos y, b) que la SEP establezca programas de formación continua a gran escala con el propósito de introducir y acelerar las mejoras en los métodos de enseñanza en el aula.

Referencias

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Luna Guzmán, Alejandra. (2022). El Consejo Técnico Escolar hacia la construcción de una educación pertinente. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 27 (94), 855-882.

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SEP (2014). Acuerdo 717 por el que se emiten los lineamientos para formular los Programas de Gestión Escolar, Secretaría de Educación Pública. DOF, 7 de marzo de 2014.
SEP (2024). ACUERDO número 05/04/24 por el que se emiten los Lineamientos para la integración, operación y funcionamiento de los Consejos Técnicos Escolares de Educación Básica. DOF 8 abril 2024. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5722476&fecha=08/04/2024#gsc.tab=0

*Profesora-investigadora en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Cuajimalpa

 

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/son-posibles-las-mejoras-en-la-educacion-basica-en-mexico/

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