Page 1301 of 2424
1 1.299 1.300 1.301 1.302 1.303 2.424

Así se elige un rector

Por: Ignacio Mantilla

Las universidades en el mundo entero han adoptado diversos mecanismos para designar a su rector. Asimismo, haciendo uso de su autonomía, han definido períodos para el cargo o limitado su reelección. En la Universidad Nacional de Colombia, por ejemplo, el estatuto general estableció el período del rector de tres años, con la posibilidad de reelegirse por una única vez, limitando así a seis años, como máximo, el tiempo para que una misma persona ocupe el cargo de rector en forma continua.

Justamente en el próximo mes de abril termina el actual período rectoral, mi segundo período consecutivo en ejercicio del cargo. La elección de mi sucesor la hará el Consejo Superior Universitario a finales del mes de marzo. El plazo para la inscripción de los aspirantes terminó esta semana y se presentaron 11.

Ahora empieza el proceso de socialización ante la comunidad universitaria de los programas propuestos. Esta etapa terminará con la realización de una consulta electrónica a estudiantes, profesores y egresados. Los resultados de esa consulta son ponderados, dando a la opinión de los profesores el mayor peso, del 60 %, a la opinión de los estudiantes la mitad de este peso y a la opinión de los egresados un peso del 10 %.

Los cinco candidatos que obtengan el mayor respaldo en la consulta son los únicos nombres que puede considerar el Consejo Superior, salvo que quien tenga el mayor respaldo de los estudiantes no llegare a estar entre estos cinco. Si así fuere, se reemplaza al quinto por el ganador entre los estudiantes para conformar el grupo final de los cinco candidatos.

Es claro que la consulta como mecanismo no contempla una elección directa por parte de la comunidad académica y que tiene como única finalidad seleccionar un grupo de cinco candidatos para que el Consejo Superior Universitario elija al rector.

La exigencia de una elección directa de las directivas universitarias, en contra de métodos colegiados, es un recurrente campo de controversia en muchas de nuestras universidades latinoamericanas.

Al llevar a cabo una rápida revisión de los métodos de designación de rector en otras latitudes y, en especial, en universidades de alto reconocimiento académico, nos encontramos con que, en contra de lo que pueda pensarse, son más numerosas las universidades que, en uso de su autonomía, optan por métodos de designación de sus directivas concentrando la responsabilidad de la decisión en unos pocos integrantes de la comunidad académica que conforman estamentos colegiados de amplia respetabilidad y profundo conocimiento de la universidad, de su entorno y de sus proyecciones.

Por ejemplo, en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), una de las universidades más importantes de América Latina, es la Junta de Gobierno de la universidad la que efectivamente designa a sus rectores desde 1947, fundamentada en el conocimiento de la universidad, en consultas a los entes universitarios y en entrevistas con los candidatos y personalidades del medio académico.

La Universidad de Harvard cuenta con dos juntas de gobierno: la Corporación y la Junta de Supervisores. La corporación se encarga de elegir al rector o presidente de la universidad después de que un comité de búsqueda le entrega, para su consideración, los nombres de los candidatos. Algo similar sucede en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), otra de las instituciones de educación superior de gran reconocimiento internacional.

Los comités de búsqueda o fichaje para la posterior decisión de órganos de gobierno es un elemento común en la mayoría de universidades norteamericanas y europeas, excluyendo, tal vez, a las italianas y algunas españolas.

En nuestra región, además del caso de la UNAM, la Universidad de São Paulo, en Brasil —otra de las más importantes del mundo—, presenta un método en el que los estamentos universitarios llevan a cabo una votación ponderada que da a la opinión de los profesores el mayor peso, para depurar una terna de la cual el gobernador del estado de São Paulo designa al rector.

En la Universidad de Chile el rector es nombrado por el presidente de la República, de una terna que se conforma a partir de la votación de los profesores pertenecientes a las tres más altas jerarquías de la universidad y que tengan cierto tiempo de antigüedad.

Entre las universidades de más alta calidad de América Latina, tal vez lo más cercano a una elección directa con participación universal es la llevada a cabo en la Universidad de Buenos Aires, en donde el rector es elegido por la Asamblea Universitaria, un ente colegiado numeroso que tiene representación de todos los estamentos universitarios y de sectores sociales externos a la universidad.

En España se ha venido adoptando la elección directa. Por ejemplo, en la Universidad de Salamanca, que este año cumple 800 años de existencia, se pondera la opinión de los miembros de la comunidad, dando un peso de más del 50 % a la opinión de los profesores de mayor categoría y realizando una segunda vuelta cuando ningún candidato obtiene la mayoría absoluta. Allí la opinión de los estudiantes tiene un peso cercano a un tercio del que tiene la opinión de los profesores de todas las categorías.

Las universidades de más amplio reconocimiento académico en el mundo son en su mayoría ejemplares en su estabilidad institucional y un factor de gran importancia para lograrla ha sido el uso de métodos de selección de sus directivas que privilegian la búsqueda de los mejores y los más preparados, y que no caen en la tentación de elegir a los más populares dentro de un solo estamento, en unas elecciones internas, evitando así la introducción de los vicios de la política en las universidades.

Ante la expectativa que despierta en la Universidad Nacional de Colombia la elección de mi sucesor, tengo la tranquilidad que me da la certeza de saber que el Consejo Superior Universitario, en su sabiduría, tomará la mejor decisión para designar al próximo rector para el período 2018-2021 de la Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos.

Fuente artículo: https://www.elespectador.com/opinion/asi-se-elige-un-rector-columna-736961

Comparte este contenido:

¿Un futuro para las escuelas?

Por Pablo Imen.

“El Consejo Federal de Educación, reunido en Purmamarca, afirma la unánime voluntad de construir sobre lo construido a lo largo de estos años, en pos de concretar los desafíos pendientes…” Así se iniciaba el texto de una declaración del órgano que reúne a las y los ministros provinciales y al Ministro de Educación Nacional el 12 febrero de 2016: se reconocían expresamente avances valiosos en materia de política educativa durante el período anterior y se asumía un compromiso en su sostenimiento.

¿Cuáles fueron los rasgos de la “herencia kirchnerista” en esta materia? La política educacional 2003-2015 contiene[1] como elementos centrales: i. la producción de una legislación abundante con una fuerte orientación a la ampliación de derechos[2] ; ii. Creación de nuevos programas y dispositivos tendientes a democratizar y enriquecer la vida de la institución escolar (especialmente los programas socioeducativos como orquestas, clubes juveniles y radios, etc.); iii. Mejoramiento de las condiciones laborales docentes; iv. Una tendencia a la reunificación del sistema educativo nacional; v. Un incremento sostenido del financiamiento educativo; vi. La definición de mecanismos compensatorios de financiamiento para las provincias más pobres; vii. Una intensificación de la inversión en infraestructura y equipamiento escolar; viii. La generación de modelos de construcción de la política pública en diálogo con otros actores, especialmente los sindicatos docentes[3] y las universidades públicas.  Es importante recordar que el proceso se inició en 2003, y fue un modo de salida de una crisis orgánica del orden neoliberal-conservador aplicado, con más o menos represión, entre el golpe de Estado de 1976 hasta su estallido, los días 19 y 20 de diciembre de 2001.[4]

El triunfo de Cambiemos puede ser explicado por muchas razones, pero sin duda su eficacia comunicacional fue un factor relevante en el balance. El discurso de campaña tuvo vaivenes contradictorios pero hay una serie de afirmaciones que no pueden ser obviadas en este análisis: la promesa de no quitar derechos y proteger a los más vulnerables o de conservar lo que se había hecho bien. En un spot, por ejemplo, el entonces candidato afirmaba que los maestros “son un ejemplo para los chicos” y agregaba: “Todos los maestros van a ser respetados, cuidados y bien remunerados: ese es mi compromiso”.

Si bien en la Declaración de Purmamarca se formulaba la inminente implantación de una “revolución educativa”, el primer párrafo transcripto al inicio de esta columna parecía reconocer y respetar avances de los gobiernos anteriores. A pesar de esta promesa comenzó un proceso de desmantelamiento del orden educativo heredado para dar lugar a una reconfiguración novedosa que combinaba en dosis variables decires y (des)haceres.

Un discurso brutal

A mediados de septiembre de 2016, en Choele-Choel Bullrich dijo que: “Hace muy poquito cumplimos 200 años de nuestra independencia y planteábamos con el presidente que no puede haber independencia sin educación, y tratando de pensar en el futuro, esta es la nueva Campaña del Desierto, pero no con la espada sino con la educación”.

Al mes siguiente, en octubre, el ministro vino a proponer una hipótesis que declaraba fuera de todo reconocimiento el legado político educativo de Julio Argentino Roca y Domingo Faustino. En un encuentro ante empresarios, Bullrich afirmó que: “No tenemos que dormirnos en la leyenda del sistema educativo argentino, hay que cambiarlo, no sirve más…no sirve más…está diseñado para hacer chorizos, una máquina de hacer chorizos, todos iguales. ¿Por qué? Porque así se diseñó el sistema educativo, se diseñó para hacer empleados en empresas que tenían que repetir una tarea todo el día, que usaban el músculo, no el cerebro. Y nunca lo cambiamos”. Esto lo dijo en el marco del 52° coloquio empresarial de IDEA.

En noviembre el ministro intervino en la 22° Conferencia de la Unión Industrial Argentina y dijo: “Queremos que la educación argentina sea una de las mejores del mundo. Si tenemos la mejor educación tendremos las mejores empresas del mundo. Para eso debemos preparar recursos humanos de excelencia. Debemos recorrer juntos el camino. Estoy agradecido de estar parado acá. Me paro ante ustedes como gerente de recursos humanos, no como Ministro de Educación”.

Estas intervenciones dejan entrever algunas claves del proyecto político educativo y pedagógico que se propone desplegar Cambiemos, cuya inspiración, contenido y método están lejos de las promesas de campaña del Presidente y también de las promesas de la Declaración de Purmamarca acerca de construir sobre lo construido. En orden de anuncios, y de hechos comprobables, la primera cuestión es su decisión de barrer – campaña del desierto educativo mediante- con todo lo que la propuesta oficial considera “bárbaro” (para ponerlo en términos de la dicotomía justificatoria contenida en el dilema “civilización o barbarie”). Veamos algunas acciones.

El despido masivo de equipos del Ministerio de Educación tuvo como uno de los efectos el virtual desmantelamiento de programas enteros que tenían una cobertura nacional pero no a través de su cierre formal sino  por vaciamiento, conservando un lugar en el organigrama ministerial. Desde julio de 2016 se procedió de modo sostenido a la reducción de las plantillas de los programas de Memoria, Coordinación de Publicaciones, Educación Sexual Integral, Educación y Prevención de Adicciones, Comunidad y convivencia escolar y Plan de Lectura y las modalidades educativas de Educación Intercultural Bilingüe, Educación Artística, Contextos de Encierro y Educación de Jóvenes y Adultos, entre otras líneas de acción.

La descalificación del sistema educativo tradicional, vigente hasta la gestión del propio Bullrich según la visión del propio Ministro, se reflejó en más acciones concretas, entre otras la restricción presupuestaria: ni actualizó la inflación desbocada en 2016 (se proyectó un 23 y fue más del 40%) y, adicionalmente, se subjecutaron 12.000 millones de pesos sobre un presupuesto de algo más de 100.000 millones.

Las jurisdicciones provinciales fueron depositarias de la decisión sobre qué programas sostener o cerrar tras la combinación de descentralización y desfinanciamiento. Hay un elemento importante más, que aunque no sea enteramente novedoso pasa a tomar relevancia en el marco de la actual política educativa: se trata de la introducción del mercado en la vida de los sistemas educativos. Programas como Junior Achievement – tendiente a la formación de emprendedorxs – o Enseñá por Argentina – un voluntariado docente que acompaña a educadores reconocidos en las aulas a un tercio del salario formal- son  expresiones claras de la orientación pro-mercado. En un mismo sentido se registraron reuniones del propio presidente Macri con los dueños de Microsoft, de Google, de Facebook – entre otros- para abrir nuevas oportunidades de negocios en el muy rentable campo de la educación.

¿Un gobierno dialoguista?

Otra de las promesas de Macri fue la de superar la “grieta” que divide a las y los argentinos a través de una actitud de diálogo frente a las diferencias. La desaparición de Santiago Maldonado no es un rayo en un día de sol sino un momento de la escalada creciente en la violencia estatal como recurso para administrar el conflicto social y político.

En el campo de la educación y de la política educativa ocurrió un mismo fenómeno: en lugar de diálogo hubo acciones de una violencia inusitada: despidos, descalificaciones públicas junto al incumplimiento de normas vigentes, el ingreso armado a Universidades Públicas en actitud amenazante e incluso la represión violenta como ocurrió con la instalación de la Escuela Itinerante.

Tampoco se plasmó el diálogo prometido en (inexistentes) paritarias nacionales  están establecidas en la Ley de Educación Nacional y en la Ley de Financiamiento Educativo. Tal definición abrió una serie de conflictos, dado que la paritaria: i. tiene elementos de alcance nacional, como los fondos provistos a provincias con mayores dificultades o inversiones que se realizan desde el propio ministerio; ii. Además de discutir un piso salarial se han planteado y acordado políticas de formación docente; iii. La no realización de la paritaria generó profundos conflictos en las provincias, que carecían de parámetros para negociar las respectivas condiciones en cada lugar.  La negativa del Ministro a entablar negociaciones establecidas por ley agudizó el conflicto que ya venía marcado por un techo salarial inaceptable de 18%. El año pasado las paritarias rondaron el 30% y la inflación fue de más del 41%, generando una pérdida de alrededor del 10% del poder adquisitivo del salario. Este año se prevé una inflación que puede llegar al 30% pese que el gobierno ha definido metas de inflación que varía entre un 12 y un 17%.

La síntesis de toda esta política es evidente: se avanzó en el desmantelamiento de lo construido en los últimos doce años. No es que la política educativa realizada entre 2003 y 2015 haya resuelto todos los problemas de la educación entendida como derecho humano, social y ciudadano. Tampoco se logró avanzar en un modelo pedagógico propio, endógeno, liberador tal como requiere la segunda emancipación americana. Pero se dieron pasos en esa dirección. Lo que se hizo fue insuficiente pero marcaba un rumbo que privilegió a los sectores más vulnerables e interpeló a la sociedad –y a los y las docentes- para ampliar de modo persistente la ampliación de los derechos y una transformación política y cultural que plasmara una democracia protagónica y participativa.

El camino emprendido por Cambiemos ha decidido volver sobre la marcha restauradora del neoliberalismo pero en un lenguaje contradictorio que oscurece mensajes y lecturas. El Plan Maestro – un documento contradictorio que el Ejecutivo presenta para su tratamiento parlamentario como norte de la política educativa- define a la educación como “derecho humano fundamental”. Tales palabras nunca hubiesen salido de la boca de los neoliberal-conservadores que gobernaron este país en el último cuarto del siglo XX. El uso de palabras seductoras para políticas con efectos contrarios parece ser un recurso de gran eficacia de Cambiemos. Las Escuelas del Futuro como reforma del nivel secundario en CABA atraviesan una misma modalidad esquizofrénica.

CABA como caballo de Troya: ¿qué escuelas para qué futuro?

En un sólido artículo publicado en Revista Anfibia, Naimid Cirelli advierte que hubo una mesa de trabajo conjunta en diciembre de 2016 para algunos puntos centrales planteados por los estudiantes: la situación edilicia, la aplicación de la Ley  de Educación Sexual Integral, problemas de becas y viandas así como problemáticas de género. En esta nota titulada “Los pibes se plantan” Cirelli advierte que tales encuentros “se repitieron cada tres semanas, las galletitas dejaron de estar en la mesa y las discusiones se pusieron tensas con actas sin firmar. La ministra Soledad Acuña no participaba de los encuentros y los asesores no daban respuestas concretas. Desde que se filtró el documento de la reforma en julio hubo dos reuniones. En ambas los jóvenes pidieron información.”  La respuesta de los asesores fue “es un proyecto que está muy verde”. Pero los medios se enteraron antes que la comunidad educativa, y circuló un PDF en el que se afirmaba: “El 50% del tiempo escolar destinado a la aplicación de los aprendizajes en empresas y organizaciones según talentos e intereses de cada alumno y 50% de tiempo escolar destinado a desarrollar habilidades y proyectos relacionados al emprendedurismo”.

Como reguero de pólvora, sonaron las alarmas que desataron las primeras respuestas del movimiento estudiantil. Frente al silencio ministerial se optó por la alternativa de la movilización y las tomas de establecimientos educativos. Ciertamente, no era un recurso novedoso: en 2008 tales acciones lograron frenar el recorte de becas escolares; en 2010 que la justicia emplace al gobierno a realizar impostergables reformas edilicias; en 2012 hizo retroceder una imposición de reforma curricular inconsulta. Las de 2017 se inscribían así en un método que había sido el único modo de frenar avances de inspiración neoliberal-conservadora con un gobierno que, lejos de  practicar el diálogo, ha entablado más bien relaciones de persecución y represión frente a la emergencia del conflicto.

Las causas de la movilización estudiantil expresaron un rechazo rotundo a su carácter inconsulto, a su estilo ciertamente improvisado y a la existencia de definiciones controvertidas como la formación en emprendedurismo.  La discusión sobre el emprendedurismo remite a la idea – traducida en el término “emprendizaje” – que el sistema educativo debe dar herramientas para que cada quién resuelva, según una mezcla de suerte, audacia, tesón y resignación, sus propias condiciones de existencia. En esta teoría, el problema del empleo no responde a unas definiciones establecidas por la política pública económica sino al empeño de cada quién en forjar su destino. Neoliberalismo en estado puro.

Más allá del carácter inconsulto, improvisado, autoritario y mercantilista de esta reforma hay un rasgo más que lamentar en un proceso de final abierto. Es que hay una cantidad de conceptos vertidos en sus páginas que aciertan en la crítica a la secundaria tradicional. Y junto a la crítica –y al reconocimiento de la legislación existente- emergen interesantes propuestas orientadas a la reformulación en el uso del tiempo y del espacio, al uso de dispositivos pedagógicos innovadores, al trabajo docente colectivo, a una epistemología que supere la fragmentación del conocimiento. La enumeración no es exhaustiva, pero el texto se desborda de ideas de gran calado transformador aunque existe un silencio estruendoso alrededor de temas sustantivos. ¿Con qué recursos se hará esa propuesta? ¿qué mecanismos de formación docente permitirá reconfigurar el modelo de trabajo individualista y más bien teoricista?¿en qué espacios de han de inventar las formulaciones que se sugieren allí? Nada de esto está en el documento, que se legitima en investigaciones de intelectuales de claro posicionamiento crítico, progresista, emancipatorio. Entonces hay un juego de formulaciones aspiracionales profundas y ningún recurso, proceso ni tiempo que hagan posible avanzar en esa dirección.

Cabe consignar que el modelo de trabajo docente promovido no tiene previsto en La Escuela que Queremos los más elementales recaudos para impulsar las novedades que propone el Ministerio. Por el contrario, muchos de los cambios promovidos impactarán negativamente en las seguridades laborales que otorga el Estatuto del Docente. La propuesta, tal como está, pone en riesgo las propias condiciones laborales de los y las educadoras. Entre promesas evanescentes y riesgos muy ciertos discurre un futuro difícil para el profesorado. Los sindicatos lo ven y lo denuncian.

Todos estos elementos revelan un modo de construcción de la política pública: el ministerio diseñó una reforma de gran calado, con aspectos muy controvertidos que se fueron modificando conforme aumentaba el descontento en la comunidad educativa. Se difundió a los medios antes que en el sistema educativo, se lo realizó a través de un power point que fue mutando en sucesivos documentos con cambios importantes entre una y otra versión. El carácter improvisado del texto no estimuló a convocar a la participación, más bien al contrario. Con la elevación de la oposición a la reforma se intentó judicializar el conflicto – estrategia impugnada por la jueza Elena Liberatori- y acallar las cada vez más masivas oposiciones.

Se pronunciaron en contra los sindicatos docentes, pedagogxs, el Consejo Superior de la Facultad de Filosofía y Letras donde está la carrera de Ciencias de la Educación, asociaciones de padres, organizaciones sociales y nada de esto fue tenido en cuenta por el gobierno que hasta el día de hoy – octubre de 2017- se sigue amenazando con la aplicación a partir de marzo del año próximo.

Este modelo de imposición se da de bruces con el documento ministerial titulado, paradójicamente, “La escuela que queremos” en el cual se plantea que “la propuesta de cambio organizacional debe hacerse con la participación de las instituciones y los actores que la conforman”. La formulación no puede ser más contradictoria con los hechos y decisiones que impone autocráticamente el Poder Ejecutivo de la Ciudad, avalado por el Gobierno Nacional.

Las principales espadas oficialistas –funcionarios, periodistas, académicos- han defendido la propuesta detrás de  la crítica furibunda a la vieja escuela, la exigencia de una renovación imperiosa y la idea de que tal renovación sólo puede ser una: la sugerida por los expertos de Cambiemos. Toda otra definición es errónea, y, peor aún, es “política”. Es lógico, el modelo neoliberal, neoconservador y neocolonial que sostiene el programa de gobierno de Cambiemos se funda en una perspectiva tecnocrática que niega -en nombre de una política incuestionable y necesariamente verdadera- el lugar de la política y del conflicto. Es sabido que las fórmulas neoliberales aplicadas en los años noventa han despreciado y obturado cualquier objeción a unas políticas que llevaron al país y a la región a una catástrofe social, política y productiva sin precedentes. En los primeros años de este siglo XXI en Argentina, como en toda la región, aquella perspectiva presuntamente neutral fue impugnada de hecho por la instalación de la política como sustancia de una democracia verdadera. En los gobiernos progresistas, la política era y es parte de una educación  verdaderamente emancipadora, es requisito para una sociedad que se potencia con la formación de ciudadanos-gobernantes capaces de defender sus derechos y un proyecto colectivo. Entre los jóvenes ese espíritu se revive en la resistencia a esta reforma. Al decir de Abru – protagonista del artículo de Cirelli arriba citado: “En las aulas se habla de política y ahora hay una idea de que las pibas y los pibes no sabemos nada o que cualquiera puede meternos ideas en la cabeza. Cuando desapareció Santiago Maldonado lo hablamos todos los días, porque era un joven y eso a nosotros nos toca de cerca. Nosotros tenemos debates, paneles, reuniones y asambleas como espacios donde informarnos y discutir, no siempre estamos de acuerdo. Pero sabemos que cualquier colegio que este organizado y tenga un centro de estudiantes va generar un pensamiento crítico”. De eso se trata, para nosotros, la escuela del futuro: de una institución que forme para la libertad y la participación.

 

* Centro Cultural de Cooperación (CCC) – Universidad de Buenos Aires (UBA).


[1] Aquí nos remitimos a una mera enunciación de lineamientos y propuestas principales, sin ahondar en el análisis de la política educativa del período 2003-2015. Más bien es un diálogo con la afirmación del Consejo Federal de Educación del respeto a lo construido y, en tal sentido, aportamos algunos de los aspectos de la política educativa que fue objeto de reconocimiento discursivo.

[2] Son las regulación más importantes: Ley25.864 de fijación de un ciclo lectivo de 180 días de clase anuales; Ley 26.058 de Educación Técnico Profesional; Ley 26.075 de Financiamiento Educativo; Ley 25.150, Programa de Educación Sexual Integral; Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes; la Ley 26.206 de Educación Nacional y la Ley 27.204 de Implementación Efectiva de la Responsabilidad del Estado en el nivel de Educación Superior.

[3] El caso más relevante es la  compleja negociación paritaria docente que fue trascendiendo la negociación por los salarios y se proyectó a iniciativas conjuntas, como las propuestas de formación docente. El Plan Nacional de Formación Docente se desplegó en este marco y promovió interesantes creaciones que iban constituyendo una modalidad diferente de construcción de la política pública.

[4] Algunos indicadores nos eximen de mayores comentarios: 24% de desocupación; 53% de hogares por debajo de la línea de pobreza (y si el foco se ceñía al universo de niños y jóvenes, la pobreza trepaba a más del 70% de niños, niñas, adolescentes y jóvenes); un aparato productivo destruido, un Estado vaciado, la subordinación explícita a los poderes internacionales, etc. Tal mapa permite comprender que los límites de una política pública antipopular sólo pueden ser impuestos por la decidida resistencia de las mayorías populares, como ocurrió a fines de 2001.

Fuente artículo: http://www.iade.org.ar/noticias/un-futuro-para-las-escuelas.

Comparte este contenido:

La educación: Reto de país hacia la paz

POR CECILIA DIMATÉ RODRÍGUEZ* 

Cuando una nación pone fin a una guerra interna, la educación se constituye en uno de los ejes –si no el principal– para dinamizar los ámbitos sociales y políticos que permitan superar la violencia, la discriminación y la inequidad que han campeado a lo largo de su historia.

En estas condiciones, y próximos a elegir el Congreso que legislará para un país que avanza hacia la paz, son múltiples los retos que le plantea la educación. Aquí nos detendremos en los que –a nuestro juicio– requieren una respuesta inmediata y adecuada a las exigencias sociales del posconflicto.

Reforma educación superior

Se trata de un deuda histórica que arrastra el cuerpo legislativo con el país, en tanto la Ley 30 de 1992 se ha quedado corta para ofrecer alternativas coherentes para el desarrollo de la Educación Superior, en especial, frente a las necesidades de formación técnica, tecnológica y profesional para ser más competitivo a nivel mundial y, fundamentalmente, para poder responder al desafío de superar el conflicto, proteger nuestros recursos naturales y aprovechar la riqueza nacional en función de la productividad y el mejoramiento de las condiciones de vida de los colombianos.

La educación superior y, ante todo la educación pública, sobrellevan una crisis que parece insalvable, referida a la definición de políticas claras y duraderas para el sector. Esto ha llevado a que gobierno tras gobierno se ofrezcan paliativos coyunturales y no soluciones esenciales a las dificultades de acceso a la educación superior y a las condiciones de pertinencia de la formación que requiere un país como el nuestro, aspecto éste que ha ahondado las diferencias entre lo público y lo privado, limitando la posibilidad de aunar esfuerzos y lograr conjuntamente el fortalecimiento educativo en beneficio del desarrollo de un país más justo e igualitario.

Investigación e innovación

En concordancia con el reto anterior, ciencia, investigación e innovación configuran un tema que debe ser atendido con excelencia por el nuevo Congreso. Este aspecto, de capital importancia para el desarrollo de un país, ha llegado a exhibir las peores condiciones de la historia de nuestro país, por cuestiones burocráticas y de recorte presupuestal.

Como lo plantea Moisés Wasserman, exrector de la Universidad Nacional, se hace indispensable devolverle la institucionalidad a Colciencias y garantizarle la posibilidad de definir y aplicar políticas públicas sobre el tema sin injerencias de los gobernantes de turno. Y para ello será fundamental la labor legislativa.

Ley estatutaria de educación

Un tercer reclamo para los nuevos congresistas lo constituye la reforma de nuestra Ley General de Educación (Ley 115 de 1994), con miras a fortalecerla en sus aspectos más importantes: derecho a la educación, gratuidad, calidad, autonomía curricular, profesión docente, y a convertirla en una verdadera Ley Estatutaria que integre la educación en un solo sistema y que garantice la permanencia de las decisiones que al respecto tomen los gobiernos de turno, de cara a una educación centrada en la construcción de la paz con justicia social.

Estatuto docente único

En la mira de lograr una educación que cada vez exhiba una mejor calidad, la profesionalización de los maestros constituye un factor determinante, razón por la cual se hace indispensable que el Congreso se apersone de las condiciones en que hoy se encuentran y que, en especial, atienda las inconsistencias generadas por la coexistencia de dos estatutos docentes que, de entrada, conciben de manera contradictoria la profesión magisterial.

Atender este reto implica diseñar caminos que no desmejoren las condiciones laborales y salariales de los maestros y que, por el contrario, les reconozca el lugar que les corresponde a quienes están a cargo de formar los ciudadanos de un país que quiere vivir en paz y que, para el efecto, requiere de sus maestros un compromiso absoluto con la construcción de las condiciones favorables al desarrollo.

Financiación de educación

Este reto se torna transversal a todos los anteriores, en la medida en que una reforma a la educación –en cualquiera de sus niveles– requiere de una alta inversión que garantice: acceso a la educación, infraestructura adecuada, formación y calidad de vida de los maestros, condiciones de vida saludable para los estudiantes (en especial en educación básica) y recursos para la ciencia, la investigación y la innovación, entre otros aspectos que hacen de la educación el motor de desarrollo de un país.

Asumir este reto implicará una reforma al Sistema General de Participaciones, una inversión en educación superior acorde con las necesidades de un país de cara al siglo XXI y, adicionalmente, la creación de rigurosos mecanismos de control y erradicación de la corrupción, que eviten el desangre que aqueja al sector y, con ello, garanticen que los recursos propiciarán el advenimiento de un mejor país, ilustrado y en paz

Fuente del artículo: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/los-pilares-de-la-educacion-1674262.html .

 

 

Comparte este contenido:

Los modelos extranjeros en educación parvularia que realmente inspiran

Por: María Victoria Peralta

Frecuentemente las columnas de opinión y diversos rankings educacionales, dan cuenta de apreciados países extranjeros que son “modelos en educación”, resaltando sus logros e invitando a reproducirlos para obtener resultados exitosos.

De esta manera personeros de centros de investigación de Singapur, Corea del Sur, Australia, E.E.U.U. (Harvard en especial) y hasta ciertos países europeos, desfilan con sus modelos o programas, dándolos a conocer y – en muchos casos- acompañándolos de asesoramiento, capacitación y materiales específicos, para alcanzar los deseados resultados.

Estos casos dan cuenta -por lo general -de modelos muy estructurados, hechos en contextos y realidades diversas a las nuestras. En este sistema a los educadores sólo les cabe aceptar y adoptar, no dando espacio al pensamiento propio, ni al desarrollo de la creatividad nacional, ni a diferenciaciones culturales y personales de las comunidades y de los niños.

Sin desconocer que de todo conocimiento o experiencia siempre se aprende y se sacan lecciones, cabe revisar la validez de esta actitud acrítica ya tradicional en Chile.

Ello, porque una premisa básica de la educación en períodos de “posmodernidad”, época en que se supone estamos, plantea la relevancia de la contextualización de los proyectos educativos y el desarrollo de currículos “situados”.

Este criterio es básico en la educación en general, porque en el fondo lo que se señala es que se debe responder a los contextos humanos y culturales, considerando las características, necesidades, fortalezas e intereses de las comunidades educativas.

En lo que se refiere a la educación parvularia es esencial, porque los niños y niñas en su primera etapa de vida están estrechamente vinculados -mediante sus familias-a sus culturas de pertenencia, las que les ofrecen recursos y sentidos que son cruciales en esta fase.

Importantes autores extranjeros como Peter Moss, Helen Penn, GunillaDahlberg- quien estuvo en enero en Chile- y latinoaméricanos, como el gran Pablo Freire, Vital Didonet, nuestra Premio Nacional de Educación, Viola Soto, Orlando Mella, Rolando Pinto o Juan Casassus, señalan que la calidad educacional es relativa y que no puede trasplantarse indiscriminadamente de un contexto a otro. Los principios o criterios generales aportan, pero el currículo debe construirse asumiendo lo que somos y lo que aspiramos a ser, a partir de los propios actores o sujetos educativos involucrados.

Recientemente la ministra de Educación de Finlandia señaló en la Casa Central de la Universidad de Chile, que lo medular de su propuesta es la confianza en sus profesores y niños, conceptualizando a los primeros como profesionales de la educación capaces de saber qué es lo más adecuado para sus comunidades educativas, a partir de un currículo oficial amplio, flexible que deja muchos espacios de libertad y decisión a los educadores.

Acorde con ello, las propuestas más avanzadas en este campo-de tipo posmodernas- son las de los municipios europeos tales como Reggio Emilia y Pistoia en Italia, o Barcelona en España, los cuales hacen currículos a partir de sus maravillosas ciudades, en los que toda la comunidad educativa, empezando por sus niños y niñas, observan, crean e inventan desde sus contextos e intereses.

Si quisiéramos considerar modelos extranjeros para orientar nuestros trabajos, los principios y criterios de estas experiencias serían las adecuadas, pero habría que recordar que Chile ha sido referente en la región en propuestas educativas interesantes y pertinentes, potencial que se ha perdido en gran parte por esta desvalorización del saber y de la experiencia nacional.

Ojalá que en esta Reforma Educacional que se pretende, se vuelva la dignidad a nuestros educadores y valoremos la construcción de currículos autodeterminados, como se ha estado trabajando en educación parvularia en la Municipalidad de Santiago y más recientemente en la comuna de Castro.

Hacer diagnósticos, propuestas pertinentes y desafiantes, debe ser nuestro gran modelo si queremos llegar a ser un país verdaderamente desarrollado.

Fuente: http://blogs.cooperativa.cl/opinion/educacion/20140528073223/los-modelos-extranjeros-en-educacion-parvularia-que-realmente-inspiran/

Comparte este contenido:

Opinión: La Didáctica de la Matemática. Una Ciencia Joven

Chile / 18 de febrero de 2018 / Autor: Ismenia Guzmán Retamal / Fuente: Universia

En la obra “Veinte años de Didáctica de las Matemáticas en Francia”, se da cuenta del Coloquio realizado en homenaje a Guy Brousseau en junio de 1993 y de la fundación de la Asociación para la Investigación en Didáctica de la Matemáticas ARDM.

Veinte años en una vida marca la entrada a la madurez, la Didáctica de la Matemática trata de instalarse como una disciplina científica, cuyo objeto de estudio son los fenómenos que ocurren en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Hay acuerdo entre los investigadores que su nacimiento ocurre durante los años 60, debido a las consecuencias de la llamada reforma de las matemáticas modernas. Entre los cambios de los programas escolares, está la introducción de la lógica y la teoría de conjuntos, éstos ocurrieron en varios países y produjo un fracaso total en el aprendizaje de los alumnos. Una problemática llevó a profesores y académicos a espontáneamente buscar razones y medios para mejorar la enseñanza.

Estados Unidos desarrolla la Educación Matemática (Mathematics Education) y Europa, la Didáctica de las Matemáticas. Se organizan Jornadas, Coloquios y Congresos, con el fin de intercambiar experiencias, en general centradas en los problemas de aprendizaje de los alumnos y en los métodos y acciones de profesores en clases.

En Chile, en 1982, se crea la Sociedad Chilena de Educación Matemática (SOCHIEM), integrada principalmente por académicos universitarios encargados de la formación de profesores de matemáticas para la Enseñanza Básica y Media. La actividad principal de la SOCHIEM es la realización de las Jornadas Nacionales organizadas por la Sociedad en conjunto con alguna Universidad que ofrezca la sede. Los hallazgos o fenómenos emergentes de esas experiencias necesitaban ser analizados en profundidad. Surge así la necesidad de contar con marcos teóricos que permitan realizar análisis en profundidad que puedan dar una significación científica a esos fenómenos didácticos.

La enseñanza y aprendizaje de las matemáticas son procesos complejos que convierten a La Didáctica de las Matemáticas (o Educación Matemática) en un campo de problemas de distinta naturaleza, relacionados con: el aprendizaje de un saber matemático, la enseñanza, las instituciones donde se realiza el proceso, los diferentes niveles de estudio, la realidad sociocultural de la institución y de los alumnos, etc.  Existen así, fenómenos de dimensión micro didáctica relacionados con la clase, mezo didáctica con los programas y textos, macro didáctica relacionada con la institución.

Debido a la complejidad del objeto de estudio, la Educación Matemática se presenta como un campo interdisciplinario que integra otros dominios, como las Ciencias Cognitivas, la Pedagogía, la Sociología, Filosofía, Epistemología y, claro está, la Matemática. De esta manera, la Educación Matemática (EM) tiene características de ciencia social y también de ciencia experimental. En este sentido, los métodos de investigación de la EM son compartidos con tales ciencias, pudiendo ser así cualitativa, estudio de casos, observaciones clínicas, u observaciones directas de clases, etc., y los datos se recogen mediante, encuestas, entrevistas entre otros. También puede ser cuantitativos con uso de Programas tales como por ejemplo el CHIC.

El Marco Teórico de la EM está compuesto por diferentes teorías debido a su interdisciplinariedad y complejidad de su objeto de estudio. Entre ellas se distingue la Teoría de Situaciones, la Teoría de la Transposición Didáctica, la Teoría de Registros de Representación Semiótica, el Enfoque Antropológico de lo Didáctico, el Juego de Marcos Matemáticos, el Enfoque Onto-Semiótico, la Etnomatemática, el Espacio de Trabajo Matemático, entre otros.

Guy Brousseau, uno de los principales didactas franceses reconocido internacionalmente, desde los años 70 planteaba la necesidad de modelizar científicamente los fenómenos didácticos del proceso de enseñanza y aprendizaje, por ejemplo en 1986 escribe Fondements et Méthode de la Didactiques des Mathématiques publicado en el volumen 7.2 de la revista Recherches en Didactique des Mathématiques (RDM).

En Chile, todavía en los años 1990, en las Jornadas de la SOCHIEM, las exposiciones no contemplaban investigaciones propiamente tales, sino experiencias puntuales sobre rendimientos o diagnósticos. Un ejemplo es el del proyecto de las 900 escuelas que se realizó en ese tiempo en todo el país, liderado por el MINEDUC. Se refería a la solución de problemas matemáticos planteados a alumnos de 1° a 4° año básico.  La gran cantidad de material recogido ha quedado guardado sin analizar.

Yo regresaba con mi doctorado en Didáctica de las Matemáticas y organizamos en el Instituto de Matemáticas (IMA) de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), el primer seminario de formación en Didáctica de las Matemáticas para colegas que dictaban los talleres de educación matemática en el IMA y abierto a colegas del de la Universidad de Playa Ancha. En ese Seminario se echaron las bases del Magíster en Enseñanza de las Ciencias con mención en Didáctica de las Matemáticas (el primer postgrado en el área), creado en julio de 1995, y dentro de los dos años siguientes  se graduaron los primeros estudiantes como magister en enseñanza de las ciencias con mención en didáctica de la matemática. A partir de entonces empezó a crecer la masa crítica en el área.

Por otra parte, a finales de los 90 académicos chilenos comenzaban a llegar con sus doctorados obtenidos en el extranjero, y la SOCHIEM en 2004 publicaba el primer número de la Revista RECHIEM. Siguieron los números de 2006 y 2008. Publicación que ha sido interrumpida, publicándose posteriormente los Anuarios que recopilan las presentaciones de las Jornadas.

Actualmente la masa crítica en el área de la Educación Matemática va en crecimiento debido a la creación de los Magíster en el área creados por la Universidad Católica del Maule en 2008, en la Universidad de Los Lagos en 2011, Universidad Alberto Hurtado en el 2013, entre otros. Pero sin duda, los Programas de Doctorado en Didáctica/Educación Matemática, son los que han potenciado el crecimiento de la masa crítica en la disciplina; en Chile son dos, el Doctorado en Didáctica de la Matemática de la PUCV y el Doctorado en Educación Matemática de la Universidad de Los Lagos, ambos inician 2011. Se sabe que la Universidad Católica del Maule iniciará el Doctorado en Didáctica de la Matemática en marzo del 2018.

A la fecha, la Didáctica de la Matemática o Educación Matemática como disciplina científica tendría 45 años, contados desde la celebración de los veinte años de la Didáctica de la Matemática en Francia en 1993, y se espera que siga creciendo y consolidándose a nivel internacional y sobre todo nacional.

Fuente del Artículo:

https://cl.universianews.net/2018/01/29/opinion-la-didactica-de-la-matematica-una-ciencia-joven/

Comparte este contenido:

Del #MeToo al poder del NO: qué nos dice Kenia sobre educar en la igualdad de género

Kenia / 18 de febrero de 2018 / Autor: Liliana Arroyo / Fuente: El Diario de la Educación

La prevención, mediante la formación de niñas y niños sobre abusos y violencia de género, es una clave que podríamos aprender de lugares como Kenia.

Por suerte, en 2017 las violencias y desigualdades de género se han instalado en el debate social permanente. Casos como la “manada” de los San Fermines o el movimiento #MeToo (yo también) nacido desde el universo hollywoodiense sirven para visibilizar y denunciar. Siendo una cuestión silenciada, menospreciada e infravalorada desde siempre, eso es para celebrarlo. No obstante, esas acciones de reconocimiento y confesión llegan tarde, porque contarlo es lo mejor cuando ya ha sucedido, pero lo ideal es poder evitarlo.

La prevención radica en la educación desde el respeto y la igualdad, así que cualquier pieza del engranaje educativo está invitada a sumarse. El momento de empezar es siempre y, de hecho, cuanto antes, mejor. Los abusos ocurren cuando una parte de la historia se siente más fuerte, más poderosa o con derechos superiores a la otra. La parte que lo recibe se percibe como débil e incapaz de rebelarse. Ambas partes creen que eso tiene sentido: la primera porque se siente impune, lo ve normal. La segunda porque cree que la situación es culpa suya. Después tenemos al entorno, las miradas –cómplices o ciegas– que son las que podrían identificar cuándo se pierde el respeto. Ahí hablamos del resto de alumnos y también del personal docente. Save the Children ya alertó de lo importante que es que los docentes reciban formación para prevenir abusos.

Existen muchos ejemplos y proyectos para educar en el respeto y la igualdad, pero hoy os invito a mirar hacia Kenia, donde se ha desarrollado una metodología llamada No Means No Worldwide (No significa No en todo el mundo). No olvidemos el contexto: en Kenia, los abusos sexuales se cuentan por violaciones.

El programa, desarrollado por un matrimonio estadounidense afincado en Nairiobi, consiste en un conjunto de intervenciones educativas orientadas al empoderamiento, la autodefensa y la generación de relaciones sanas. Son módulos de 12h que tres años después (comenzaron en 2015) han conseguido disminuir la tasa de violaciones a la mitad, las propias chicas han evitado el 50% de las violaciones después de recibir la formación y en 3 de cada 4 casos han sido los propios chicos los que han intervenido para prevenir el asalto. Os podéis imaginar las implicaciones personales y sociales. Sólo diremos que el embarazo no deseado tras el abuso es una de las principales razones para que las chicas abandonen la escuela.

¿Qué podemos aprender de este ejemplo inspirador y respaldado por resultados? El modelo del “No significa No” tiene tres lecciones universales:

  1. Que los módulos de sensibilización tienen que ser para niños y niñas: no tiene ningún sentido abordar sólo a una parte, cuando el acoso no es cosa de mujeres únicamente. Utilizan muchos recursos de habilidades verbales y juegos de rol para generar empatía.
  2. Se trabaja la autodefensa: pero la solución no es enseñar claves de artes marciales. La autodefensa comienza por la asertividad y el reclamo de los límites del propio espacio físico. Antes de llegar al contacto físico hay una invasión de ese terreno propio que nos rodea y reivindicarlo es también un derecho.
  3. Se dan herramientas para romper el silencio: eso pasa por denunciar, pero también se trata de prevenir o intervenir. En el caso de Kenia es muy revelador el hecho de que son los propios chicos y jóvenes los que más asaltos evitan.

Hay una cuarta lección quizá menos evidente pero igualmente necesaria: ofrecer a los chicos referentes de masculinidades positivas. Es decir, a la vez que se rompen los prejuicios, se empodera a las chicas para que el “no” sea rotundo, ellas pasan a tener voz y desencajan la sumisión. Ellos, construidos sobre la superioridad y el poder sobre otras, necesitan otros fundamentos sobre los que forjar su identidad. Y cuanto más masculinidades diferentes existan, más habrá calado el respeto.

Fuente del Artículo:

Del #MeToo al poder del NO: qué nos dice Kenia sobre educar en la igualdad de género

Fuente de la Imagen:

https://www.thedailybeast.com/the-metoo-movement-shows-its-more-than-just-a-hashtag

Comparte este contenido:

Pactos, 4 por ciento y reforma de la educación -1 de 3-

República Dominicana / 18 de febrero de 2018 / Autor: Jesús de la Rosa / Fuente: Hoy Digital

Los años de la década del 80 del pasado siglo 20 fueron trágicos para el desarrollo de la América Española y el Caribe. La tasa de crecimiento económico fue persistentemente negativa, a tal punto que el nivel de vida de sus habitantes estuvo por debajo de la de los años 70. Por eso, dicha década se denomina la “década pérdida” para el desarrollo social y económico de los países de la región.

El endeudamiento externo acumulado durante años, la recesión de los países industrializados, las altas tasas de interés internacional predominante, y la imposibilidad de adaptarse oportunamente a los cambios globales, fueron las razones para que los países latinoamericanos y caribeños se encontraran al final de la década perdida con la pesada carga de una deuda externa que superaba los 435 mil millones de dólares.

La República Dominicana no fue la excepción. Hacia finales de la década de los 80, nuestro país se encontraba con una deuda externa de más de 4 mil millones de dólares; los precios internacionales de los productos tradicionales en baja y sin expectativas de aumento; y con una tasa de inflación que sobrepasaba los tres dígitos. La sociedad dominicana se encontraba en un periodo crucial de su historia en momentos en que las grandes transformaciones en el orden económico, político y social que se estaban produciendo en el mundo obligaban a todos las naciones a redefinir sus políticas económicas y a trazarse nuevas estrategias para afrontar con éxito los problemas que las afectaban.

La situación de deterioro en que se encontraba el sistema dominicano de instrucción pública era una de las manifestaciones de esta crisis y uno de los factores que contribuían a agravarla. Parecía que no estábamos en condiciones de afrontar la difícil tarea de sacar el país del atolladero en que se encontraba y de conducirlo por el camino del progreso.

La certeza de parte de educadores y de algunos que otros funcionarios públicos, dirigentes empresariales, sindicales y comunitarios, de que la educación es una condición fundamental e imprescindible para el desarrollo y bienestar de la sociedad fue lo que dio origen al Plan Decenal de Educación 1993-2003. Dicha iniciativa contemplaba la eliminación total del analfabetismo; el establecimiento del nivel preescolar; la generalización de la educación primaria; la expansión de la educación técnica; la ampliación de la educación media; la reorganización de la educación superior; la revalorización de la profesión docente; la elevación de las partidas presupuestarias dedicadas al sector educativo; y, la implementación de una nueva ley orgánica de educación en sustitución de la vigente desde los tiempos de la Intervención Norteamericana de 1916.

El Plan Decenal no despertó, en principio, interés alguno de parte del gobernante de turno. Afortunadamente, dicho Plan, como bien lo expresara en su oportunidad el entonces rector del INTEC, Rafael Toribio, “fue capaz de reunir a representantes de distintos grupos sociales, políticos y económicos, en la tarea de elaborar, de manera conjunta, un plan de desarrollo educativo”.

En resumen, el Plan Decenal 1993-2003 se constituyó en todo un modelo de planificación colectiva, concebido y desarrollado por cientos de personas bajo las sabias orientaciones del educador costarriqueño Lorenzo Guadamúz. Del mismo cabe afirmarse que fue el de mejores resultados entre todos los planes de reformas de la educación implementados aquí desde la llegada de Eugenio Marías de Hostos al país hasta nuestros días.

Fuente del Artículo:

Pactos, 4 por ciento y reforma de la educación

Fuente de la Imagen:

http://crees.org.do/es/gr%C3%A1fica-del-d%C3%ADa-calidad-de-la-educaci%C3%B3n-en-centroam%C3%A9rica-y-rep%C3%BAblica-dominicana

Comparte este contenido:
Page 1301 of 2424
1 1.299 1.300 1.301 1.302 1.303 2.424