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Guatemala: Una Guatemala joven que no cuida a su juventud

Una Guatemala joven que no cuida a su juventud

Carolina Escobar

Ella tiene 23 años y un hijo de 10, producto de una violación en su entorno cercano. Antes de la pandemia estaba a un año de graduarse de diversificado, esfuerzo que le requería trabajar en un local de comida durante toda la semana para pagarse los estudios de los días sábados y mantener a su hijo, a quien veía solo los domingos. Le pagaban Q75 diarios, de los cuales le descontaban el producto que no vendía durante el día. Además pagaba Q20 diarios de transporte. Cuando llegó el encierro dejó de trabajar y, por lo tanto, de estudiar. Hoy solo consigue trabajos temporales mal pagados y sin prestaciones de ningún tipo, debido a que le exigen el título, algún “conecte” o un mínimo de años de experiencia.

Historias como la de ella hay millones en Guatemala. ¿Desde cuándo creyó la clase gobernante que se podía levantar un país sin invertir en la niñez, adolescencia y juventud? La deuda del Estado de Guatemala con estos sectores de la población es histórica. ¿Algunas cifras del censo 2018 que podrían ilustrar más esta afirmación? Entre las y los jóvenes de 13 a 30 años, el promedio de escolaridad es de 7.3 años, y generalmente no se termina el nivel de Educación Básica. De las y los jóvenes de 25-30 años, solo el 15.8% termina la Educación Media Diversificada y un 10.1% tiene algún nivel de Educación Superior. Estos niveles son inferiores para mujeres respecto de hombres y muy inferiores para población indígena respecto del resto de población.

Del total de jóvenes jefes o jefas de hogar, el 2% reportó tener entre 13 y 18 años. Un 95.2% de la población económicamente activa corresponde a hombres jóvenes de entre 25 y 30 años; solo un 44.5% corresponde a mujeres jóvenes. Ni hablamos de si la mayoría de ellos trabaja en la formalidad o informalidad, porque desde el punto de vista del empleo, el sector informal rebasa el 70%. Esto quiere decir que la mayoría tiene pocos o ningunos derechos laborales y se confirma con el dato de la Encuesta Nacional de Empleo 2019, donde se dice que de la población ocupada, solo siete de cada 10 reciben un salario. De la juventud asalariada, tres de cada cuatro trabajan sin contrato, prestaciones o seguridad social.

Hablemos sobre los embarazos adolescentes (según censo 2018): el 44.1% de las mujeres jóvenes entrevistadas que hoy tienen entre 25 y 30 años fue madre entre los 15 y los 19 años, y un 1.9% entre los 10 y los 14 años. Casi la mitad de una generación de mujeres jóvenes embarazadas tempranamente, con proyectos de vida cancelados o demorados. Será interesante contar con datos pospandemia, ya que vimos una reducción en las edades de embarazos tempranos forzados. A pesar de esto, la educación integral en sexualidad y el acceso universal a servicios de salud sexual y reproductiva integrados y de alta calidad siguen sin llegar a millones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que no aprenden una sexualidad responsable, sino morbosa y prejuiciosa. El 27% de los hombres y el 10% de las mujeres entrevistadas creen aún que decir no al sexo realmente quiere decir sí. Y siguen siendo las mujeres jóvenes las más afectadas por delitos de violencia sexual o violencia física.

Según las proyecciones nacionales de población del INE para el año 2022, el total de hombres y mujeres en Guatemala entre las edades de 13 a 30 años es de más de seis millones de personas. Este grupo representa el 31% de la población nacional y casi la mitad de ellos y ellas se identifican como indígenas.
Esto nos vuelve a encender el “sospechómetro”, porque seguimos siendo el país que menos invertimos en niñez, adolescencia y juventud de América Latina y uno de los que aún no ha sido capaz de ofrecerles entornos seguros, pacíficos y protectores para su desarrollo. Por ello coincido con lo que dice el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa): hay más de seis millones de razones para invertir en juventud. Y no hablamos solo de dinero.

Fuente de la Información: https://www.prensalibre.com/opinion/columnasdiarias/una-guatemala-joven-que-no-cuida-a-su-juventud/

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LA GUERRA QUE EMPOBRECERÁ EL MUNDO

Por: Andreu Missé

Las espantosas imágenes de aniquilación masiva de vidas humanas y destrucción entera de Ucrania, que vemos a diario, están conmocionando a los europeos y a todos los pueblos que anhelan vivir en libertad y democracia. La agresión injustificada de la Rusia de Putin contra la pacífica Ucrania significa un cambio radical para este país y para toda la humanidad. La posibilidad de resolver las diferencias entre los países por la vía del diálogo se ha liquidado abruptamente. La implacable lógica de la guerra se ha impuesto y, junto con la pérdida de derechos, la pobreza se ha convertido en la peor amenaza para millones de personas.

La guerra de Putin no es solo una criminal agresión contra los 44 millones de ucranianos. Supone también un ataque frontal contra el sistema político europeo que aspira a que hombres y mujeres puedan vivir en libertad y con respeto a la dignidad humana. La respuesta heroica de los ucranianos, con su presidente Volodímir Zelenski a la cabeza, se ha convertido en un referente para su país, los europeos y millones de demócratas de todo el mundo. La resistencia ucraniana ha sacudido a la Unión Europea, que se ha visto empujada a tomar decisiones históricas. En apoyo de Ucrania se han adoptado medidas sin precedentes: duras sanciones económicas contra Rusia, acogida ilimitada de refugiados, que ya superan los 3,5 millones, y el envío de armas a los resistentes por más de 1.000 millones de euros. Paralelamente, la mayoría de países, con Alemania a la cabeza, han tomado conciencia de la necesidad de reforzar sus presupuestos de defensa. Y la UE ha adoptado medidas para acabar lo antes posible con la dependencia energética de Rusia.

Defender las libertades

La defensa de las libertades europeas se ha convertido en una prioridad. Los europeos conocen su historia y saben que su actual marco de derechos no existiría si no hubieran luchado y derrotado a Hitler. Exigió una trágica contienda que costó más de 70 millones de vidas humanas, casi la mitad rusos. Se incluyen los 17 millones de víctimas del holocausto, como recordó el historiador Josep Fontana.

La guerra de Ucrania tendrá un terrible coste humano y económico en todo el mundo, especialmente dramático para los más pobres. La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) estima que el crecimiento de la economía mundial se reducirá en un punto. Es decir, el 25% menos del 4,4 % previsto. Al mismo tiempo, la guerra provocará un fuerte aumento de precios. La OCDE insta a los países a reforzar las medidas de apoyo a los ciudadanos más pobres de la Europa del Este y países bálticos, para quienes los gastos de alimentación y energía representan el 40% de total.

La ONU ha alertado de un riesgo de hambruna en África por la guerra

Europa ha de apuntalar sus mecanismos de justicia y solidaridad

El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas ha alertado del “riesgo inminente” de una hambruna en África a consecuencia de la guerra. Los países africanos producen 23 millones de toneladas de trigo e importan 40 millones cada año de Rusia y Ucrania. La invasión rusa ha bloqueado 15 millones de toneladas de cereales en el puerto de Odesa. Especialmente dependientes son Egipto, Argelia, Nigeria, Marruecos, Sudán y Etiopía. Los precios de los cereales se han disparado y han puesto en situación de riesgo alimentario a 38 millones de africanos. También son grandes importadores de estos cereales países muy poblados como Indonesia y Bangladesh.

En España, la guerra ha agravado las difíciles condiciones de vida de la población más vulnerable, que no se había recuperado todavía de las crisis anteriores. Especialmente dramática es la situación de agricultores, transportistas y pescadores. La escalada del coste del carburante ha llevado a que muchos autónomos y pequeños empresarios tengan que trabajar a pérdidas. La falta de respuesta del Gobierno ha provocado paros masivos de los transportistas que impiden la distribución de productos básicos.

Los costes de reparación de la guerra y protección de las empresas más golpeadas y los ciudadanos más pobres superarán los cientos de miles de millones de euros en Europa. En la UE se vuelve a plantear la necesidad de una nueva emisión de deuda común para financiar las ayudas necesarias. No sabemos todavía las dimensiones humanitarias y económicas de esta catástrofe. Lo que resulta evidente es que Europa precisa mayor unidad, apuntalar sus instrumentos de solidaridad y justicia y fortalecer el mayor espacio del mundo gobernado por el derecho, que es un referente para todos pueblos que aspiran a una mayor libertad y democracia.

Fuente de la información e imagen: https://alternativaseconomicas.coop/articulo/editorial/la-guerra-que-empobrecera-el-mundohttps://alternativaseconomicas.coop

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La educación por la paz vs. las amenazas de guerra.

Por: Miguel Ángel Pérez Reynoso

En solidaridad con toda la afición del club Atlas

Por los incidentes en Estadio La Corregidora de Querétaro

y a favor de la paz tanto dentro

como afuera de los estadios deportivos.

La guerra siempre ha sido letal y destructiva, es una de las acciones más in-humanas que hacemos las y los humanos. Hoy la humanidad de nueva cuenta está ante la amenaza latente de un entorno de guerra. La guerra (cualquiera que esta sea) está asociada a la destrucción, a la amenaza, a la intimidación, a partir de las disputas por expansión territorial, por ganar un mercado por imponer medidas sobre todo de tipo económico o imponer un bloqueo o restricciones de un país a otro, o por cualquier cosa absurda.

El siglo XX, también referido como el siglo pasado, ha sido testigo de dos guerras mundiales, hay una generación llamada entre guerras, las personas nacidas después de la década de los 20 y antes de los 40 (por decir algo muy genérico); dicha generación vivió -y sufrió- en carne propia lo que se le lama el trauma de guerra.

Pero la guerra no es nueva, es decir el afán de dominio, de expansión de hegemonizar y controlar territorios o mercados, viene desde mucho tiempo atrás, nos remitimos al imperio romano, (tal vez desde mucho antes), pero ahí puede ser fecha de referencia. En el siglo XV asociado a los llamados grandes descubrimientos, se vive fuertemente desde occidente un deseo de expansión, por dominar el mundo nuevo, (España y Portugal primero y más adelante Francia Inglaterra y Holanda) se encargarían de conquistar, colonizar e imponer su visión sobre los pueblos recién “descubiertos”.

La historia nos ha enseñado que la guerra está asociada al abuso de los imperios, a partir de la creencia de que existen países mas poderosos que otros que tienen el derecho (dado por ellos mismos), y que pueden y deben hacer valer su supremacía.

El siglo XXI ha llegado con esta nueva edición entre vínculo conquistadores y conquistados, los imperios ahora ejercen su dominio a partir del control financiero, ejerciendo bloqueos económicos, o en última instancia a partir de la invasión y el control militar.

La reciente amenaza de guerra entre Rusia en conta de Ucrania no es solo un conflicto territorial. No, ahora en un mundo globalizado la amenaza de guerra es para todas y para todos. Efectivamente Rusia y Ucrania nos quedan distantes en términos de lejanía geográfica y cultural pero la amenaza cada vez está más acerca, porque al norte de nuestro país tenemos a otro imperio, igualmente sanguinario y devastador.

Rusia es un imperio (nunca ha dejado de serlo), pero también lo son los EU, y China, es paradójico que los 5 países más poderosos del mundo y que están encargados de salvaguardar la paz y la seguridad mundial, son los países mejor armados y con el terrible deseo de apostarle a la guerra cuando se habla de paz o hasta firman tratados al respeto. Y porque ahí hay un componente adicional, el negocio de la guerra, la producción masiva y el armamento que deberá venderse es otra de las aristas del mundo de la guerra. En la contraparte la paz no vende, no es rentable, no genera ganancias a las grandes empresas multinacionales, ¿Entonces?

Aspirar a la paz es desplazar a la guerra de otra manera. La paz edifica, armoniza, humaniza los entornos, el mundo ya fue repartido y dividido muchas veces a lo largo de una larga historia; la geografía y sus divisiones políticas se suponen ya han sido actualizadas. Entonces ¿por qué este afán de guerra para seguir invadiendo territorio y dominar a pueblos distintos al que invade? Porque la tendencia de muerte y el afán y poder no tiene límites.

Educar en y para la paz no es un asunto idílico, conlleva cruzar las dimensiones del individuo, las relaciones con el entorno y llegar hasta la aldea global. Una amenaza de guerra no solo sirve para derrotar a las y los otros a los supuestos enemigos, también hay una garantía de destrucción propia. Todas y todos salimos perdiendo con un entorno de guerra, de ahí que la educación por la paz sea una más de las alternativas. El problema es complejo porque además no existe una mediación mundial que sirva para poner orden y para garantizar (como sucedió después de la segunda guerra mundial) un alto al fuego, entrega de las armas y desmantelamiento de las bases militares. Hoy parece que los imperios y los poderosos no aprenden las lecciones de la historia o más aprenden en sentido contrario, su afán es continuar haciendo más grande su poderío. El problema es el choque de trenes cuando dos imperios se confrontan entonces la humanidad corre peligro y esto sí, es de pronóstico reservado.

Firmemos, por la paz, actuemos por la paz, manifestémonos por la paz, con congruencia, desde la escuela. A partir del deseo de paz, de las y los niños pequeños debemos hacer que los grandes aprenden. Todas y todos los ciudadanos el mundo no queremos un entorno de guerra entonces ¿Por qué la paz no se impone de una vez y para siempre?

Fuente de la información: http://www.educacionfutura.org

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Opinión | ¿Qué está faltando en la enseñanza de la lectura?

Por: Sofía García-Bullé

En Estados Unidos, el 80 % de niños y jóvenes consume contenido en redes sociales, reporta la Asociación Americana de Psicología.

Los niños no están leyendo. Esa es una de las mayores preocupaciones que familias y docentes han externado desde que tenemos memoria. ¿Qué tan cierta es esta aseveración? ¿Qué grietas podemos encontrar en este argumento que a estas alturas se asemeja más a un mantra? En Estados Unidos, solo el 20 % de los adolescentes reporta leer libros, revistas o periódicos diariamente por entretenimiento, pero el otro 80 % consume contenido de redes sociales, según sostiene la Asociación Americana de Psicología.

En Inglaterra, 65 % de los niños de 5 a 15 años usan sitios o aplicaciones de redes sociales. En Colombia, de acuerdo a una encuesta publicada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), el 70.4 % de los colombianos mayores de cinco años leyeron en plataformas digitales en el último año, y el 64 % lo hicieron a través de redes sociales o servicios de mensajería.

No es si leen o no, es lo que están leyendo

Podríamos argumentar entonces que los niños y jóvenes sí están leyendo, ¿pero cuál es la calidad de lo que leen? ¿Están desarrollando las habilidades y herramientas cognitivas que se supone que la lectura otorga? Entre los beneficios de la lectura están el entendimiento del lenguaje, el vocabulario, la construcción de oraciones, la coherencia, el pensamiento crítico, la comprensión, la memoria, la imaginación, la apertura y tolerancia a puntos de vista e ideas diferentes, entre muchas otras más que necesitaríamos otro texto completo para abordar. ¿Qué tantas de estas facultades se entrenan leyendo publicaciones de Facebook y Twitter, o blogs e historias en Reddit?

Si bien, este es un tema altamente infra-estudiado, vale la pena abrir conversación sobre el valor de este tipo de lectura además de la manera en la que el Internet y el contenido digital está cambiando la forma en que niños y jóvenes aprenden y leen. En un contexto en el que todo tipo de información circula en todo momento y es de fácil acceso, podemos hablar de una democratización de contenidos, pero también de una sobreexposición a los mismos. Lo anterior dificulta la lectura profunda, que es de donde se desprende el aprendizaje de las habilidades recién mencionadas. En artículos anteriores, hemos hablado también sobre el manejo de información en redes sociales, las cámaras de eco y otras prácticas comunicativas que lastiman la calidad de la lectura y disminuyen significativamente su función como recurso didáctico.

Una cuestión de formatos

Las redes sociales son un espacio muy diverso, se pueden encontrar aprendizajes muy valiosos en subforos de Reddit o hilos de Twitter, o material completamente inútil y polarizante en los mismos foros. Un flujo de información tan variante debería verse caso por caso. Obviamente no sería posible cubrirlos todos, pero sí sería plausible realizar un trabajo de curaduría. Tomar una muestra pequeña de lo que vemos en la red, usarlo como material de estudio, hacer las preguntas correctas dependiendo del tema que se quiera tratar en clase: ¿Está bien escrita esta publicación? ¿Qué fallas de ortografía podrían detectarse? ¿Cómo se compara con un pasaje de un libro que trate el mismo tema? ¿La información es falsa, verdadera, tendenciosa, incompleta? ¿Qué pensamientos y emociones evoca?

Si hablamos de literatura, valioso y útil no es lo mismo. El Quijote es, sin duda, una de las obras literarias definitivas del idioma español, pero fallaríamos como docentes si no entendiéramos que su valor es más apreciativo que funcional. Es necesario tener una conversación sobre la diferencia entre los libros que nos muestran lo mejor del español, y los que nos enseñan a pensar y comunicar efectivamente dentro del español cotidiano. Son estos últimos los que pertenecen a los programas escolares de nivel básico, medio y medio superior.

En España, 88 estudiantes fueron encuestados sobre su conformidad con el material de lectura escogido por sus escuelas y su utilidad para inculcarles el hábito de la lectura. Jóvenes entre 15 y 18 años mostraron una seria desconexión entre las obras escogidas para sus institutos (la mayoría escritas en la época medieval) y su capacidad de relacionarse con estos contenidos para aprender de estos. “[…] La selección de los textos con que se pretende enseñar a leer literatura, aquellos prescritos en los currículos, no suelen ser adecuados a la experiencia vital, lectora y cultural de los adolescentes. Seguimos siendo rehenes del índice de la historia literaria nacional, en vez de abrirnos a los clásicos universales y a la literatura juvenil actual de calidad”, comentaron Guadalupe Jover y Rosa Linares, profesoras de lengua y coautoras del nuevo currículo de Lengua Castellana y Literatura, que es la norma que regula cómo se aprende y se evalúa la materia.

Para inculcar en niños y jóvenes el hábito de la lectura, no basta con escoger libros con contenido rico en estructura lingüística, vocabulario, ideas, posturas y todos los demás elementos que hacen una obra aplicable al material didáctico. También es necesario que conecte con el alumnado, que la comunicación que incluye no esté tan lejos de la que usan ellos, que las experiencias que narra o temas que maneja sean relacionables. Si a final de cuentas la lectura es una herramienta para entender mejor el mundo, comunicarse y navegarlo, tiene más sentido que el currículo esté compuesto de obras que reflejen el mundo en el que los estudiantes viven.

¿Qué piensas del hábito de la lectura en niños y jóvenes? ¿Piensas que va en declive? ¿Qué estrategias has usado para incentivar la lectura en los alumnos? Si eres estudiante ¿Cuáles libros preferirías leer en clase? ¿Te gustaría que se incluyeran medios digitales? ¿Cómo preferirías que se abordara la materia en el aula para motivar la lectura? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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Debate en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual: Conocimiento indígena y recursos genéticos, apropiados indebidamente por grandes corporaciones y Estados

Por Genaro Bautista

Necesario nombrar Custodios Indígenas de Recursos Genéticos. Conocimientos tangibles e intangibles indígenas representan un soporte vital social. Pandemia y falta de conectividad obstáculos para avanzar en negociaciones.

Después de dos décadas de negociaciones, este año se espera acelerar los acuerdos del Instrumento Jurídico Internacional sobre Conocimientos Tradicionales, Propiedad Intelectual y Recursos Genéticos en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

Durante la 42 sesión del Comité Intergubernamental sobre Propiedad Intelectual y Recursos Genéticos, Conocimientos Tradicionales y Folclore, celebrada del 28 de febrero al 4 de marzo de 2022, la representación indígena, manifestó su confianza para que, después de dos décadas de negociación, ahora sobre Recursos Genéticos, se tenga un instrumento final vinculante y piden revivir el espíritu de compromiso que embargó la CIG 36, para que cualquier compromiso sea respetuoso con los derechos de los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales.

Los representantes de pueblos indígenas recordaron que el motivo de estas negociaciones se centra en la apropiación indebida del conocimiento tradicional indígena por parte del capital global y a expensas de los pueblos indígenas.

Por ello, afirman, “cualquier instrumento que surja de estas negociaciones debe tener como objetivo la protección de los derechos indígenas, y no limitarlos en función de los intereses de Corporaciones y Estados que han violado persistentemente los derechos de las sociedades originarias”.

Fue una Jornada intensa, donde la habilidad del Caucus Indígena, permitió pequeños pero significativos avances del Instrumento, con el respaldo de países de Abya Yala, África, Asia, Suiza y otros países de la Unión Europea.

Aunque las negociaciones fueron complejas, se tiene la simpatía de nombrar a los Custodios Indígenas de los Recursos Genéticos, buscando que exista el observatorio permanente para identificar los riesgos y saqueos de que sean objeto.

Durante la inauguración, Cacique Phillips, representante indígena de Canadá, en nombre del Caucus indígena fue muy claro al afirmar que no aceptarán nada por debajo de lo ya establecido, tanto en el Convenio 169 de la OIT, como en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI).

Así, señalaron que el texto presentado por el Presidente del CIG Ian Goss, debe incluir protecciones más fuertes de los derechos de los pueblos indígenas.

“Nos referimos, indicaron, en las reparaciones para el robo y la apropiación indebida de Recursos Genéticos (RR.GG) y Conocimientos Tradicionales (CC.TT) tanto pasados como actuales”.

De igual forma respaldaron la incorporación en el Instrumento Jurídico Internacional, del requisito obligatorio de divulgación del origen, con bases de datos como medida complementaria. Y sostuvieron que la publicación o inclusión de conocimientos tradicionales asociados a RR.GG. en las bases de datos “no coloca dichos conocimientos en el dominio público”.

La divulgación obligatoria contó con el apoyo de la mayoría de los Estados, con la excepción de Estados Unidos y Japón.

Los pueblos indígenas han dejado claro que los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales conexos son instrumentos técnicos, tangibles e intangibles cuya existencia y uso representan un soporte vital social, económico y cultural para los portadores. Con este fin, las medidas de protección y participación en los beneficios en caso de divulgación obligatoria y necesaria en aras del interés público sólo deben autorizarse en el marco de una nueva instancia internacional y vinculante que respeten los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales.

Estas disposiciones, señalaron, son fundamentales para evitar las apropiaciones indebidas y las violaciones de los derechos.

El Caucus Indígena afirma que sus pueblos se ven gravemente afectados por las múltiples crisis complejas, como las derivadas del cambio climático a las que ahora se suma el COVID-19, mientras que la bancada indígena recuerda que el Desarrollo Sostenible se define como «desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas propias «.

Como tal, y en el marco de los compromisos de los Estados para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, la satisfacción de los derechos culturales, económicos, religiosos y políticos de los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales es una obligación como todas las demás cuestiones de derechos humanos.

Durante este período de sesiones, nos hemos acercado a un acuerdo sobre cuestiones fundamentales para la protección de los derechos de los pueblos indígenas, en particular la inclusión en el texto de requisitos obligatorios de divulgación del origen.

Un aspecto fundamental y que exige atención es que parte de la dificultad para incidir en las negociaciones en la OMPI se dio con las restricciones de COVID y la posibilidad de participar en línea por la escasez de tecnologías en sus pueblos y comunidades.

Por ejemplo, para este CIG 42 algunos representantes indígenas se vieron obligados a viajar más de 1,000 kilómetros para obtener una conexión estable a Internet.

En diferentes momentos, las delegaciones, informaron que las numerosas consecuencias negativas que han sufrido los Pueblos Indígenas por la pandemia están documentadas en el Informe del Relator Especial de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de julio de 2020 [1].  Y en ese punto expusieron que debido a la pandemia y la falta de infraestructura de banda ancha en sus comunidades, entre otros obstáculos, se enfrentan a limitaciones graves al momento de participar en estas negociaciones.

Y remarcaron que, si bien estas negociaciones se interrumpieron por el COVID 19, la apropiación indebida y la explotación de los CC.TT., las ECT y los RR.GG. han continuado y se ha ignorado el requisito de consentimiento libre, previo e informado de los Pueblos Indígenas.

Reafirmaron la responsabilidad de los Pueblos Indígenas, tal como “nos lo ha concedido el Creador”, de proteger la herencia cultural, tierras tradicionales y recursos. Esto incluye proteger la biodiversidad del mundo y la protección de los recursos genéticos y conocimientos tradicionales asociados de los Pueblos Indígenas.

Esto mismo fue subrayado en la Clausura del CIG 42 el pasado 4 de marzo y que será parte de los avances en las negociaciones del CIG 43 prevista para finales de mayo de 2022.

Nota:

[1] Disponible en A/75/185 – E – A/75/185 -Desktop (undocs.org).

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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De huelgas y currículos. Cataluña

Ante todo, quiero expresar mi satisfacción por el éxito de las huelgas y manifestaciones en la enseñanza que se han llevado a cabo estos días. Creo que ya era hora de que salga a la luz el abandono de nuestros gobiernos en cuanto a la educación. Y, como decía uno de los eslóganes más gritados: “No son 5 días de vacaciones. Son 10 años de carencias”.

Da un poco de vergüenza que, después de 13 años de la aprobación de nuestra gran Ley de Educación (LEC) no nos hayamos ni aproximado al 6% del PIB de inversión en educación, tal y como mandaba dicha ley y sea el profesorado quién de nuevo tenga que salir a reivindicarlo. Por no hablar cómo, además, se ha aumentado año tras año el dinero dedicado a la educación privada concertada: por encima de 179 millones de euros en los tres últimos años. Y, además, el Departamento ha cerrado más de 5.200 plazas públicas en todo el territorio catalán, mientras que los conciertos se han mantenido intactos.

La falta de presupuestos implica que los recortes que se hicieron con la crisis del 2008 todavía no se han revertido y, por tanto, la demanda de menos alumnos por aula, menos horas lectivas para poder tener tiempo para reunirse y debatir, no se está tampoco resolviendo. Ni la estabilidad del personal interino y laboral, ni el aumento de las plazas públicas de FP, ni la retirada del decreto de plantillas que tan malestar está creando en los centros… Pero, además, nuestro hiperactivo consejero pretende (pretendía), sin consensuar con nadie, cambiar también el calendario escolar, el comienzo de curso, los horarios escolares, la obligación del C2 de catalán… ¿después alguien se extraña de que haya protestas y huelgas?

Y, por si fuera poco, el Departamento ha presentado un borrador de currículum que ha generado un gran rechazo entre el profesorado. Ahora parece que el Conseller está dispuesto a que los centros que deseen puedan aplazar la aplicación de estos currículos. Pero ésta no es la cuestión. El problema importante es que estos currículos son una imposición más y unos cambios que en absoluto favorecen el aumento de la calidad de nuestro sistema educativo y, sobre todo, hacen pensar que aumentarán las desigualdades ya muy grandes y empobrecerán el nivel cultural y de conocimientos del nuestro alumnado.

Y es que los nuevos currículos son una copia de las propuestas de la fallida Escola Nova21 (que, por cierto, nadie ha presentado una evaluación de sus resultados) y siguen una línea definida por patronales, bancos, grandes empresas y fundaciones privadas (vía OCDE). Propuestas que no son progresistas, sino que van en línea contraria a los intereses de la mayoría de la población. Son una renuncia a la democratización de los saberes, gracias a los cuales se puede estructurar el pensamiento y ampliar horizontes tanto individuales como colectivos. La apuesta por «la educación competencial y el aprendizaje por proyectos» es «un sistema que profundiza las desigualdades y abandona por completo su misión ilustrada de elevar el nivel cultural e intelectual de la población» (Carlos Fernandez Liria, 2017).

Resumiendo, las medidas planteadas por estos currículos, podemos apuntar algunos aspectos que, en mi opinión, van en la dirección completamente equivocada:

1.El desprecio del conocimiento que comporta el enfoque «competencial» y que hace tiempo venimos denunciando y que ahora queda bien explicitado. Textualmente se dice: «La meta no es la mera adquisición de contenidos, sino aprender a utilizarlos para solucionar necesidades encarnadas en la realidad». La pregunta es, si no se adquieren los contenidos, ¿cómo se pueden utilizar? Pero aún parece más grave lo que dice el sr. Ramón Grau (jefe del equipo que ha diseñado estos currículos): “Muchos contenidos están ahí porque serán útiles para continuar estudiando. A un sector del alumnado le funciona muy bien, porque sigue estudiando, pero a otro, no. ¿Para qué te ha servido prepararte para lo que vendrá después, si no hay después?”. O sea, ¿al alumnado que está destinado a no seguir estudiando, se le deben negar los conocimientos qde los que sí “tienen un contexto que les ayuda a salir adelante” podrán obtener?

Está claro que alejar a los alumnos del acceso al conocimiento implica tener ciudadanos sin capacidad crítica, lo que les convierte en ciudadanos dóciles y fáciles de manipular. Y los más perjudicados son precisamente los que más lo necesitan, los más desfavorecidos socialmente, porque se les tima los contenidos culturales a los que no tendrán acceso fuera de la escuela y que les permitirían comprender las causas, políticas y económicas, que los han llevado a su situación.

La supresión de horas de casi todas las materias y el desprecio de las clases magistrales, de la utilización de la memoria, de los libros de texto (convertidos en digitales) y de todo lo que se hacía, son también elementos que dificultan la transmisión del conocimiento. La memoria es absolutamente necesaria para retener los conocimientos y sin conocimientos no existe cultura, no hay comprensión de la realidad, no hay posibilidad de tener espíritu crítico, ni hay tampoco posibilidad de ampliar el propio conocimiento.

2.En la misma línea va La introducción de los ámbitos educativos en secundaria, que implican también un desprecio al conocimiento y al profesorado que es especialista en su materia. Una experiencia que se está llevando a cabo en Valencia y que está demostrando que no ayuda en nada a mejorar el aprendizaje.

3.La introducción del mundo emocional como objetivo evaluable, en unos términos que superan lo que yo creo que debe hacer, y que puede hacer, un profesor o profesora en un aula, y que, además, abre la puerta a prácticas derivadas de diversas teorías, algunas de orígenes dudosos y que pueden acabar haciendo más daño que bien a nuestro alumnado. En este sentido, Grau nos viene a decir que la educación debe prepararse “para la frustración en una situación de desamor. Para la soledad. Para el momento en el que fracasa un proyecto y nos encontramos sin trabajo”.

Si bien la llamada «educación emocional» ha calado bastante en una parte del profesorado y de la sociedad, es una cuestión muy controvertida que introduce en la educación técnicas que provienen del mundo empresarial y que pueden acabar en un adiestramiento con el objetivo de desplazar las problemáticas sociales al ámbito de las emociones. En definitiva, lo que importa no es cambiar el contexto (político, económico, laboral), sino variar la reacción emocional para adaptarse a éste.

Por otra parte, parece muy complicado poder realizar una evaluación objetiva de cuestiones como si el alumnado ha logrado “…la experiencia personal de satisfacción con uno mismo para poder hacer frente a las dificultades y superarlas en positivo”. Esto no quita que, como hace la mayoría de profesorado, se cuide del alumnado y se esté atento a sus problemas.

4.La obligatoriedad de realizar un “servicio comunitario”. No está claro que el voluntariado deba ser obligatorio ni que sea la escuela la que tenga que obligar a la participación del alumnado en este tipo de servicios. Una cosa es estimular el espíritu crítico y los valores de solidaridad, y proporcionar herramientas para entender y enfrentar las desigualdades sociales y económicas, las segregaciones por diferentes razones, etc. Y otra es obligar a prestar un «servicio», que muchas veces está más ligado a la caridad que a la solidaridad.

5.Un aumento de la “autonomía de centro” que, mientras no se derogue el Decreto de Plantillas, cada vez más acaba siendo una imposición de la dirección. Si consideramos que la educación es una tarea colectiva, no es una buena cosa que las decisiones vengan impuestas y que el profesorado las asuma acríticamente por miedo a perder la plaza.

Por otra parte, dejar el 20% del currículo a decisión del centro puede acabar con un aumento de la competitividad y de las desigualdades, dependiendo del tipo de alumnado o de las decisiones de la dirección. Por no decir que esto rompe con la idea de red de educación pública, que tiene la obligación de ofrecer una educación de igual calidad a todo el alumnado, sea cual sea su status o viva en el barrio que viva. Pretender que cada centro dedique estas horas a las “necesidades propias del centro” es dar por supuestos que los centros concentran un tipo homogéneo de alumnado que tiene necesidades distintas a las del centro de al lado.

Adaptar los currículos y las actividades al alumnado, es algo que siempre hemos hecho el profesorado, pero poner ya materias diferentes es ir un paso más en dirección a la segregación.

6.Toda la complicación que supone la propia estructura del currículo y que, en ningún caso, parece que esto vaya a mejorar los aprendizajes del alumnado, pero sí obliga (al menos teóricamente) a que el profesorado comience de nuevo a re-programar todo lo que hacía en el aula.

Parece que cada cambio de gobierno debe dejar su impronta, y en educación pasa por cambiar cuestiones burocráticas que no hacen más que aumentar las horas de trabajo del profesorado en detrimento de la preparación de las clases. Recuerdo que hasta ahora nos regíamos por la LOGSE, que ya obligaba a programar por conceptos, procedimientos, actitudes y valores. Ahora se cambian todos los nombres, todos los objetivos, introduciendo perfiles competenciales de salida, competencias clave, indicadores operativos, competencias específicas, criterios de evaluación, saberes básicos; y contextos de aprendizaje. En definitiva, parece hecho más para agobiar al profesorado que para facilitarle su labor.

7. Y finalmente, cuando se llega a los contenidos, que ahora se llaman “saberes”, nos encontramos con un caos de conceptos desordenados y mezclados, que no facilitan en absoluto una planificación racional de los conocimientos ni de las actividades a realizar en el aula.

Que debían modificarse los currículos, seguramente todas estamos de acuerdo. Se podía haber estudiado bien la cantidad de conocimientos que había en el anterior currículo, sacar lo que estaba de más, señalar lo fundamental, y añadir lo que no estaba. Se podían haber dado recomendaciones para realizar la enseñanza más activa o más participativa, incluso más competencial, sin que ello implicase menospreciar y devaluar los conocimientos y sin imponer metodologías únicas que, además, se han demostrado ya negativas para la mayoría del alumnado. La experiencia nos demuestra que cada maestro, profesor o profesora sabe encontrar la metodología que mejor le va y que tiene mejores resultados.

Más allá de la pérdida de tiempo y energía que implica para el profesorado programar su tarea diaria en el aula, no parece que unos conocimientos tan poco estructurados puedan ayudar al alumnado a asumirlos.

En definitiva, cambiarlo todo para no mejorar nada.

Creo que es necesario abrir un debate sobre qué queremos de la educación y exigir políticas encaminadas a una educación pública, bien dotada y cohesionada, que dé respuesta a las necesidades reales de nuestro alumnado y no a las necesidades del mundo empresarial.

Fuente: https://vientosur.info/de-huelgas-y-curriculos/#

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Protocolos para la prevención del suicidio en los adolescentes: qué son y cómo funcionan

Por: Laura Román

El suicidio es un problema real que, en ocasiones, también afecta a los estudiantes. Conocer los protocolos de prevención destinados al ámbito educativo es clave para saber cómo actuar ante un caso de intento de suicidio.

Según el informe de UNICEF ‘En mi mente. Promover, proteger, y cuidar la salud mental en la infancia’, el suicidio es la quinta causa de muerte en el mundo entre los adolescentes de edades comprendidas entre los 10 y los 19 años de edad. En España, y según el Observatorio del Suicidio en España, el suicidio es, después de los tumores, la principal causa de muerte entre la juventud española de 15 a 29 años.

Con estos datos sobre la mesa, y teniendo en cuenta el impacto que la pandemia ha tenido sobre la salud mental de la sociedad en su conjunto y de los estudiantes en particular, los centros educativos pueden ser una pieza clave para tratar de prevenir y evitar este problema entre el alumnado. Para ello, es necesario conocer y activar los protocolos para la prevención del suicidio.

La función de los protocolos para la prevención del suicidio en educación

En los centros educativos, este tipo de protocolos funcionan como una herramienta de información para todo el personal docente en torno a un grave problema que puede darse tanto en la infancia como en la adolescencia.

Son directrices que ya funcionan en algunas comunidades autónomas como AragónBalearesComunidad Valenciana o Galicia, y ejercen de guía para que los docentes conozcan las diferentes pautas de actuación si un estudiante se encuentra en esta situación. También promueven mecanismos de protección frente al alumnado y facilitan diferentes actuaciones de carácter preventivo dentro de la comunidad educativa. Es decir, tratan de aportar toda la información necesaria para actuar de forma rápida y eficaz ante un posible caso de intento de suicidio de un estudiante.

Protocolo para la prevención del suicidio en adolescentes

Así, y para entender fácilmente qué tipo de información ofrecen, nos fijamos, por ejemplo, en el caso de Aragón, uno de los más recientes. El documento se divide en diferentes apartados en los que tanto los docentes como el personal educativo pueden profundizar en esta problemática conociendo algunos de los conceptos asociados al suicidio, como ‘riesgo de suicidio’ (posibilidad real de llegar a hacerlo), ‘ideación suicida’ (pensamientos relacionados), ‘tentativa autolítica (acto fallido)’, ‘suicidio consumado’ o ‘autolesiones no suicidas’ (lesiones autoinflingidas sin intención suicida). Estos términos van acompañados de una serie de mitos en torno al suicidio como que no se puede prevenir, que las personas menores de edad no se suicidan o que hablar sobre este tema puede incrementar el riesgo, entre otras. Todos ellos desmontados con argumentos contrapuestos.

De esta manera, y en cuanto a la utilidad en las aulas, Miguel Guerrero, psicólogo y responsable de la Unidad de Prevención e Intervención Intensiva en Conducta Suicida (UPII) Cicerón del Servicio Andaluz de Salud, considera que estos protocolos contribuyen a reconocer explícitamente la magnitud y la importancia del suicidio en las aulas. “Además, es una herramienta de mucha utilidad ya que permite saber en todo momento cómo debemos actuar, qué tenemos que hacer y sobre todo qué no deberíamos hacer ante una situación de este tipo”, señala.

Cómo detectar, prevenir y actuar

La parte principal de estos protocolos se centra en la detección, prevención y actuación. En el caso del protocolo de Aragón, y en el apartado de la detección, se establecen una serie de factores de riesgo (personales, familiares, del entorno escolar y social) y señales de alerta verbales, como sentimientos de desesperación, comentarios relacionados con la muerte o expresiones directas sobre el deseo de quitarse la vida, entre otras, y no verbales como cambios en el comportamiento, descuido en la apariencia personal o dificultades en la concentración, la atención… que pueden ayudar al docente a identificar si algún estudiante está pasando por una situación de riesgo.

Guerrero coincide con las señales expuestas y afirma que la más evidente es “cuando el estudiante explicita sus pensamientos, ideas o intencionalidad suicida”. Aunque también destaca otras: se muestra retraído, triste o excesivamente ansioso, aislado, rechaza ir al centro escolar, abandona sus responsabilidades y baja su rendimiento académico de forma súbita o se percibe una conducta de agresividad, impulsividad u hostilidad desmedida por su parte. Para ello, añade que es importante “estar preparados y educados para poder sostener una conversación con un estudiante que está sufriendo de forma desesperada”.

En segundo lugar y en el apartado de prevención, se pone sobre la mesa la importancia del factor familiar, personal y del entorno social y escolar a través de una serie de estrategias que prevengan el problema. De este modo, adquirir competencias socioemocionales, disponer de relaciones de apego y de referencia dentro del entorno familiar o construir relaciones positivas con el profesorado son algunos de los ejemplos que ofrecen en el protocolo puesto en marcha en Aragón. Asimismo, en el ámbito educativo se considera relevante darle importancia a la educación emocional, la inclusiva o los programas educativos que refuercen la relación entre el estudiante y el docente.

Protocolo para la prevención del suicidio

En tercer lugar, los protocolos de prevención ante el suicidio establecen unas pautas y estrategias de actuación que, en el caso del documento aragonés, se dividen en dos grandes cuestiones: ‘¿qué no hacer?’ y ‘¿qué hacer?’ ante un posible caso de suicidio. En el primer apartado se muestran algunas acciones que no hay que llevar a cabo, como no tomar en serio las amenazas o la información del estudiante, ocultar información a la familia o no tratar de discutir ni criticar al alumnado. En el segundo apartado se establecen las actuaciones inmediatas (dependiendo de si hay un riesgo inminente o no), además de proponer una serie de actuaciones en el propio centro como proteger al menor evitando que se encuentre solo o la posibilidad de encontrar en clase recursos y teléfonos de ayuda, entre otras cuestiones.

Con toda esta información, ¿cuáles son las primeras acciones, y más inmediatas, que debe llevar a cabo un docente que identifica un posible caso de intento de suicidio en el aula? Para el psicólogo Guerrero resultan esenciales tres pasos: “Primero hay que acercarse a la persona y ofrecerle un espacio de seguridad y respeto en el que pueda expresar su dolor y las emociones que le están haciendo sufrir. Después hay que explorar la red familiar de apoyo del estudiante, animándole a que pida ayuda y exprese su situación a sus padres, hermanos, amigos…Y, en tercer lugar, es fundamental conectar al estudiante con la red de salud mental escolar y sanitaria para habilitar un apoyo, seguimiento o intervención especializada, si lo precisa, a la mayor brevedad posible”.

Ayudar a entender lo que ocurre

En definitiva, estos protocolos ayudan al personal educativo a conocer y entender todos los matices de la situación por la que está pasando el estudiante. Algo que puede ayudar, y mucho, a los jóvenes que lo necesiten.

Protocolo para la prevención del suicidio en adolescentes

Asimismo, y además de hacer uso de esta herramienta cuando se precise, también es esencial hablar con todos los estudiantes sobre el suicidio.“No debemos negar esta realidad en las aulas. Hay que hablar normalizando la salud mental, la importancia de la educación socio-emocional y las habilidades para resolver conflictos. Hablar abiertamente no aumenta el riesgo de suicidio sino todo lo contario, permite crear un clima sano en las aulas donde se pueda expresar el malestar emocional sin miedos ni rechazos”, afirma Guerrero.

Sobre la necesidad de hablar sobre ello también coincide Silvia Melero, periodista y creadora del proyecto Luto en Colores, facilitadora de talleres sobre el duelo y la muerte y del espacio ‘¡Conéctate a la Vida!’: “Las aulas son el reflejo de lo que pasa fuera, en las familias, en la sociedad, en el mundo que construimos. El simple hecho de abrir espacios en el aula para nombrar, hablar, visibilizar, tender puentes, caminos, escucha, herramientas de apoyo… ya es mucho. Los tabúes los tenemos los adultos, y se los pasamos a las siguientes generaciones. A los adolescentes les estamos pidiendo que hablen, que no se callen sus emociones y sus problemas, que pidan ayuda… Si al otro lado encuentran adultos que hayan hecho ese trabajo interno, tender esos puentes es más fluido porque hay menos barreras”.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/protocolos-suicidio-adolescentes/

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