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El Día de la Tierra: Entre el ambientalismo keynesiano y la ecología revolucionaria

 

Carmelo Ruiz Marrero

 

ALAI AMLATINA, 22/04/2016

El 22 de abril de 1970 unas 20 millones de personas en Estados Unidos participaron de un evento educativo nacional para el ambiente. Salieron a las calles, parques y auditorios para manifestarse en favor de la protección ambiental.

En ese día, el primer Día de la Tierra, “Miles de universidades organizaron protestas contra la destrucción del ambiente. Grupos que habían peleado contra derrames petroleros, fábricas y generadoras de electricidad contaminantes, aguas usadas sin tratamiento, basureros tóxicos, pesticidas, autopistas, la pérdida de áreas naturales, y la extinción de la vida silvestre de repente se dieron cuenta que compartían valores comunes”, según la página web EarthDay punto org. (http://sfenvironment.org/news/update/the-history-of-earth-day)

En la ciudad de Nueva York, el Día de la Tierra de 1970 fue nada menos que sensacional. “En una movida sin precedente, el entonces alcalde John V. Lindsay cerró la quinta avenida al tráfico vehicular desde el Parque Union Square hasta el Parque Central por dos horas, básicamente dejando el Midtown (parte central de Manhattan) con el tráfico paralizado. Un ‘carnaval ecológico’ tomó lugar en la calle 14 entre las avenidas tercera y séptima. Nelson Rockefeller, gobernador del estado de Nueva York, fue en bicicleta a la manifestación en Union Square y luego firmó legislación que creó el Departamento Estatal de Nueva York para la Conservación Ambiental. Se consideraba que la feria fue la mayor demostración en Union Square desde las manifestaciones socialistas de la década de 1930”, dijo el activista ambiental y autor Brian Tokar. (https://indypendent.org/2010/04/21/reclaiming-earth-day-climate-chaos-horizon-environmental-movement-needs-traction)

Este evento masivo marcó un punto de maduración y transformación del ambientalismo estadounidense y fue el nacimiento del movimiento ambientalista moderno como lo conocemos hoy. Antes del Día de la Tierra el ambiente no tenía un alto lugar entre las preocupaciones de la población. Según EarthDay punto org, “El auge de la cultura hippie y ‘flower-child’ en Estados Unidos, 1970 trajo la muerte de Jimi Hendrix, el último disco de los Beatles, y (la canción) ‘Bridge Over Troubled Water’ de Simon & Garfunkel. La protesta era la orden del día, pero salvar el planeta no era la causa. Había guerra en Vietnam y estudiantes de todo el país se oponían cada vez más. Para entonces, los estadounidenses tragaban gasolina con plomo a través de masivos vehículos sedan V8. La industria eructaba humo y cieno con poco temor a consecuencias legales o mala prensa. La contaminación del aire era aceptada comúnmente como el olor de la prosperidad. ‘Ambiente’ era una palabra que aparecía con más frecuencia en concursos de gramática que en las noticias de la tarde.”

Sin embargo, en la década de 1960 una conciencia ambiental se desarrollaba paulatinamente. En 1962 se publicó “Primavera Silenciosa” de Rachel Carson, un libro que abrió los ojos de millones de lectores a los peligros de los agrotóxicos para la salud humana y la vida silvestre. La industria química desató una sañosa campaña para desacreditar a Carson y su libro. Pero para el tiempo de su muerte en 1964 ella había sido ampliamente vindicada y “Primavera Silenciosa” se convirtió en uno de los textos ambientalistas más importantes de todos los tiempos. El activismo e investigación de Carson inspiró y movilizó a muchos de los académicos y activistas que luego organizaron el Día de la Tierra de 1970.

La idea de un día nacional en Estados Unidos dedicado a la educación ambiental a menudo se le atribuye al activista por la paz John McConnell, quien lo propuso en una conferencia de la UNESCO en San Francisco en marzo de 1969. Pero fue Gaylord Nelson, senador por el estado de Wisconsin, quien fue la fuerza motriz del Día de la Tierra de 1970. Hasta 1962 Nelson había sido “el gobernador de la conservación” de su estado, conocido así por sus medidas populares para limpiar ríos, proteger recursos naturales, crear empleos verdes y mejorar la infraestructura de recreación del estado. Según Nelson, una vez fue electo senador, “Seis años pasarían antes de que la idea del Día de la Tierra se me ocurriera mientras estaba en una gira de charlas sobre conservación en el verano de 1969. Para entonces las demostraciones contra la guerra de Vietnam, conocidas como ‘teach-ins’, se habían extendido a recintos universitarios por toda la nación. De repente se me ocurrió la idea – ¿por qué no organizar una gran protesta de base por lo que le estaba pasando al ambiente? Estuve satisfecho de que si pudiéramos conectarnos a las preocupaciones ambientales del público general e inyectarle la energía estudiantil anti-guerra a la causa ambiental, podríamos generar una demostración que forzaría la entrada de este asunto a la agenda política. Era una apuesta grande, pero valía un intento.” (http://earthday.envirolink.org/history.html)

El primer Día de la Tierra tomó lugar en un tiempo lleno de energía y efervescencia en el desarrollo del ambientalismo. Al principio de la década de los ‘70 comenzaron a verse los primeros esfuerzos por usar el derecho para proteger el ambiente. Inspirados por el ejemplo dado por las agrupaciones de derechos civiles ACLU y NAACP, abogados con conciencia ambiental formaron organizaciones que se valían de la ley y el peritaje técnico para adelantar la protección del ambiente, como Natural Resources Defense Council y Environmental Defense Fund. El científico y activista ambiental Barry Commoner salió en la portada de la revista Time en febrero de 1970. La prestigiosa e influyente organización ambientalista Sierra Club fue transformada de un grupo elite de excursionistas a una agrupación activista que no temía meterse con el gobierno o con corporaciones contaminadoras, gracias al liderato de su director ejecutivo David Brower, un pensador adelantado a su tiempo. El crítico social Murray Bookchin combinaba conceptos ecológicos de avanzada con el anarquismo y la militancia anti-capitalista para crear una nueva filosofía llamada ecología social. Y los ecólogos Herman Daly, Kenneth Boulding, Nicolás Georgescu-Roegen y Howard T. Odum estaban publicando sus trabajos más trascendentes en esos años.

Y gracias al Día de la Tierra Ralph Nader, destacado progresista y defensor del interés público, comenzó a apreciar y entender la importancia de la ecología y a incorporarla a su activismo. “En 1970 el despertar ambiental se enfocó sobre los pesticidas y contaminación del aire y el agua, con atención a sustancias tóxicas en talleres de trabajo que contribuían a enfermedades ocupacionales”, rememoró Nader sobre esos días. “Ampliamente publicitadas fueron las inversiones (atmosféricas) en el área de Los Ángeles, sofocada con vehículos, y el río Cuyahoga cerca de Cleveland donde el petróleo derramado a veces se encendía- ¡sobre el río! Las metas de acción eran autoridad legislativa para dirigir las agencias federales a regular y reducir la contaminación permisible. En comparación con hoy, se aprobó legislación en el Congreso a paso vertiginoso. Los cabilderos corporativos que objetaron fueron barridos a un lado.” (http://www.counterpunch.org/2007/04/24/the-corporate-debasement-of-earth-day/)

Dice mucho del poder del movimiento ambiental en el periodo posterior a 1970 que la administración Nixon, recordada por sus políticas derechistas y escándalos políticos, fue la que aprobó más legislación ambiental en toda la historia de EEUU. “Entre los proyectos de ley aprobados (después del Día de la Tierra) estaban los estatutos de contaminación de agua y aire, la ley de agua potable segura, el establecimiento de la Agencia de Protección Ambiental y la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional”, dijo Nader. “Tan prevalentes y visibles eran millones de estadounidenses que pedían acción que los presidentes Richard M. Nixon y Gerald Ford firmaron las leyes con fuertes declaraciones de apoyo a sus propósitos declarados.”

Pero algunas voces en la izquierda veían el Día de la Tierra con escepticismo. “Resulta que el Día de la Tierra original el 22 de abril de 1970 fue inicialmente un evento montado”, dijo Tokar, quien es profesor del Instituto de Ecología Social y de la Universidad de Vermont. “Políticos como el senador Gaylord Nelson y el representante Pete McCloskey tomaron liderato en poner en pie la primera celebración del Día de la Tierra que inesperadamente atrajo millones de personas de todo el país. Los eventos, sin embargo, fueron apoyados por instituciones del establishment como la Conservation Foundation, un tanque de pensamiento corporativo fundado por Laurance Rockefeller en 1948. Nixon hasta comenzó el año con una proclama presidencial que decía que los años ‘70 serían la ‘década ambiental’”.

Los activistas por la paz opuestos a la guerra de Vietnam argumentaron que el Día de la Tierra estaba distrayendo la atención del público de la guerra, de la campaña Ofensiva de Primavera que planificaba el movimiento anti-guerra, y de esfuerzos para educar sobre las causas claves de la guerra, pobreza y destrucción del ambiente. Un editorial en Ramparts, importante publicación activista del periodo, describió el Día de la Tierra como “el primer paso en un juego de engaños que hará poco más que abusar del ambiente aún más.”

El ejemplar de Ramparts de abril de 1970 tenía un artículo titulado “el eco-establishment”, que exponía los tanques de pensamiento corporativos que influían sobre la nueva legislación ambiental. “La conservación de las grandes empresas de hoy no le interesa preservar la tierra; está racionalmente reorganizando para un más eficiente saqueo de recursos … y la producción de un producto nacional aún más bruto … Las contradicciones aparentes son alucinantes: las industrias están combatiendo el desperdicio para que así pueda desperdiciar más… Ecológicamente, podría ser el fin.” (http://www.counterpunch.org/2010/04/22/40-years-of-earth-days/)

De hecho, el impulso del primer Día de la Tierra no fue revolucionario sino de capitalismo reformista inclinado hacia el keynesianismo. Las nuevas leyes y agencias de gobierno que resultaron del entusiasmo generado por el Día de la Tierra marcaron el comienzo de lo que se podría considerar un ambientalismo keynesiano, la idea de que el estado es el garante del desarrollo sustentable y la protección del ambiente y los recursos naturales. En la década de 1990 esta doctrina fue empujada a un lado por el ambientalismo neoliberal, el cual postula que el estado no es más que un estorbo y que sólo la empresa privada y mercados libres pueden proteger el ambiente.

El Día de la Tierra fue lentamente olvidado en las dos décadas que siguieron hasta que fue revivido en 1990, cuando regresó con revancha, movilizando diez veces más gente que en 1970. Dijo Tokar: “Esta vez el Día de la Tierra se tornó global, movilizando 200 millones de personas en 141 países y subiendo los asuntos ambientales al escenario mundial. El Día de la Tierra de 1990 dio un gran impulso a los esfuerzos de reciclaje por el mundo entero y ayudó a pavimentar el camino hacia la Cumbre de la Tierra de Naciones Unidas en Río de Janeiro en 1992. También motivó al presidente Bill Clinton a otorgarle al senador Nelson la Medalla Presidencial de la Libertad (en 1995)- el más alto honor dado a civiles en Estados Unidos- por su rol como fundador del Día de la Tierra.”

El Día de la Tierra de 1990 incluyó una acción directa para paralizar a Wall Street, acto precursor del movimiento Occupy Wall Street de dos décadas después. En 1990 el movimiento ambiental era mucho más maduro social y políticamente que veinte años antes. Según Tokar, “La acción de Wall Street en el Día de la Tierra de 1990 reflejó el florecer de una actividad ambiental de base que emergió en la década de 1980, parcialmente en respuesta a las componendas de los grupos ambientalistas grandes. La respuesta popular a la contaminación química tóxica – inaugurada por las madres de niños enfermos que vivían cerca del severamente contaminado Love Canal en Nueva York- creció hasta ser un movimiento nacional de justicia ambiental que desencubrió la exposición desproporcionada de comunidades de color a los peligros tóxicos. El grupo Earth First! creció como una red descentralizada de defensores de base de los bosques, usando acción directa teatral, combinada con actos de sabotaje industrial para obstruir la ola de destrucción de bosques. Otros se unieron en solidaridad con los movimientos de pueblos indígenas del mundo entero que se habían levantado en defensa de sus tierras tradicionales, respondiendo a la nueva ofensiva de las políticas de desarrollo neoliberales. Durante el preámbulo al Día de la Tierra de 1990, cien activistas de justicia ambiental firmaron una carta a las ocho mayores organizaciones ambientalistas nacionales criticando la falta de gente de color en las nóminas y juntas directivas de estos grupos, y también su creciente dependencia de financiamiento corporativo.”

Pero Tokar nota que las maniobras políticas de Washington en torno a los asuntos ambientales también se tornaron más astutas y escurridizas. “La administración Clinton-Gore de la década de los 90 perfeccionó el arte de canalizar la retórica ambiental mientras simultáneamente apoyaba un aumento en la extracción de recursos – precediendo así los recientes acercamientos de la administración Obama a las industrias de energía nuclear, petróleo y carbón.”

Hoy día el movimiento ambiental en Estados Unidos combate la doble amenaza de políticas republicanas anti-ambientales y de negación del cambio climático, y la cooptación por parte de ingeniosas campañas corporativas de “lavado en verde”. Mucho depende de la capacidad del movimiento para extenderle la mano a otros sectores, como el sindicalismo y los movimientos anti-imperialistas y anti-patriarcales para así formar un frente coherente que pueda atender los vínculos entre el capitalismo y la destrucción ambiental. Como dijo sabiamente el presidente de Bolivia, Evo Morales, “O muere el capitalismo o muere la Madre Tierra”.

Fuente del Artículo:

http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article102253

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Los pezones de Rihanna. El coito sin fin del capitalismo

Jon E. Illescas

Comencemos al menos por preguntarnos en voz alta qué hacer o los de siempre, desde sus grandes altavoces, nos seguirán dictando el ritmo y la melodía de nuestras vidas. Y mientras tanto, desde el altar del poder secular de la burguesía,  los pezones de Rihanna o quien la substituya serán el opio de un futuro repleto de cadáveres. Los nuestros, masacrados por lacerantes ritmos de trabajo, por la constante burla política y por el exterminio de toda cultura impregnada de humanismo.

 

 

Jon E. Illescas

 

 

Rihanna es la Reina absoluta del videoclip mainstream. Si analizamos los 500 vídeos musicales más vistos de la primera década de YouTube, en nada menos que en 26 aparece la célebre cantante.1 La barbadense más internacional, apadrinada por el extraficante, rapero y multimillonario ejecutivo estadounidense Jay-Z, supera ampliamente a otras estrellas del pop como Justin Bieber, Katy Perry o Shakira. Sin embargo, la cantante tiene otro hito en su poder. El año pasado apareció por primera vez haciendo topless en su vídeo Bitch Better Have My Money (“Zorra, mejor que tengas mi dinero”). Nunca antes se había producido un topless de una reina del pop en un videoclip dominante. La Madonna negra del siglo XXI superó a la caduca Madonna blanca del XX.2 Desde entonces, Rihanna no ha cesado en su empeño de mostrarnos los senos en cada uno de sus nuevos vídeos. Y ya llevamos tres.3

 

Así es, porque posteriormente al citado siguió con su estrategia de seducción,  tanto en su videoclip Work(“Trabaja”) en compañía del rapero Drake, como en Kiss It Better (“Bésalo mejor”). En todos, la célebre intérprete decidió mostrar sus otrora privadas areolas al conjunto de la juventud mundial. ¿Exagerado? Los tres vídeos suman en pocos meses más de 350 millones de visualizaciones, una población que multiplica por tres la suma de todos los jóvenes de la Unión Europea y Estados Unidos.4 Pero, ¿cuál es la razón de esta aparente obsesión de Rihanna con sus pechos?

 

En realidad no se trata de la voluntad de la cantante, aunque en última instancia, tenga que dar su consentimiento (faltaría más). Se trata del modo de producción que marca la lógica que determina la forma y el contenido de estos videoclips más comerciales: el capitalismo. En este sistema socioeconómico la mayoría de los productos se realizan con la “interacción” de dos clases sociales: los empresarios, que son los dueños de los medios de producción (empresas, medios de trabajo, materias primas, etc.) y los asalariados, que como no tienen aquellos han de trabajar para los primeros a cambio de un salario con el que sobrevivir. El problema es que, pese a las apariencias,  no es un trato justo entre ciudadanos libres porque el salario tiene un valor inferior al trabajo realizado por los “currantes”.5 ¿De lo contrario, de dónde saldría el beneficio? El salario no paga el trabajo de más contenido en las mercancías propiedad del empresario. Por esa razón, una vez vendidas, los empresarios transforman ese plustrabajo/plusvalor en suculentas ganancias.

¿Y qué tiene que ver todo este anticuado “rollo marxista”? ¿No era más adecuado para los explotados obreros de las fábricas de algodón de Mánchester en siglo XIX que para los provocadores videoclips de la musa caribeña en el XXI? En realidad no, porque la explotación capitalista se da en todos los sectores donde interaccionan económicamente estas dos clases sociales que todavía hoy escinden a la humanidad en dos partes enfrentadas. Poco importa si fabrican coches, helados, misiles, videoclips, condones o rosarios del Papa Francisco. El videoclip es así un producto audiovisual que en nuestro sistema adopta la forma social de mercancía capitalista, es decir, se fabrica mediante la inversión de capital de empresarios que contratan a trabajadores para producir un vídeo de su propiedad con el fin de venderlo en el mercado al mejor precio posible.

 

¿Y en qué momento entran en acción los pechos de Rihanna? En la lucha frente a la competencia. Pues resulta que el ojo humano, sea masculino o femenino, observa un 20% más rápido que cualquier otra imagen aquellas que poseen contenido sexual.6 Por esa razón otra famosa estrella del pop, Miley Cyrus, sentenció sabiamente aquello de: “Eres más famosa cuanto más enseñas las tetas”.Por ello en un mercado audiovisual (pongamos YouTube) repleto de videoclips en durísima competencia, es funcional para los empresarios que los financian utilizar el reclamo visual para congregar las atenciones de los espectadores.8 Una vez reunidas serán vendidas como nuevas mercancías a los anunciantes que pagarán por esos videoclips. Es decir, cuando millones de jóvenes queden atrapados/as observando la artísticamente realzada sexualidad de Rihanna o los pectorales de Justin Bieber, los anunciantes de turno tendrán que pagar al canal YouTube y a los propietarios del vídeo (Universal, Vevo, etc.) por haber construido un excelente cebo capaz de transformar esas atenciones en mercancía. De este modo, las empresas anunciantes podrán bombardear a los seguidores de Rihanna y Bieber con esa desarrollada forma de lavado cerebral llamada publicidad. Y todos contentos, ¿verdad?

 

En realidad, hay muchos que salen perdiendo. No sólo los trabajadores que cada vez son más pobres en relación con los empresarios,9 sino también los amantes de la música y el arte del videoclip. Debido a los condicionamientos capitalistas que encorsetan la música dirigida a las mayorías, ésta es cada vez más pobre musical y semánticamente hablando. Paralelamente, los videoclips que la ilustran tienen una forma y un contenido crecientemente homogéneos. La oligarquía mediática que personifica la lógica capitalista y de clase de la industria cultural impide que la música de masas sea más variada y de mayor calidad de lo que es.10

 

Además, con los videoclips mainstream se produce lo que denomino la “estrategia del coito sin fin”.11Ésta basa su poder de atracción en la continua excitación sexual del espectador. Así retiene su mirada en una zozobra interminable que continuamente contiene la promesa del orgasmo que su mismo flujo comunicacional debe negar para que la atención sea constantemente (re) mercantilizada y desviada hacia la oferta mercantil representada en el contenido audiovisual. En el videoclip dominante, la maldición del coito sin fin alcanza su expresión más elevada y sus agotados voyeurs forman su castigado público fiel.

Como la oligarquía mediática que controla/censura la música de masas desde la cima de la industria impide que la música destinada a las mayorías verse sobre  otros temas diferentes al sexo, la riqueza, la competitividad, la agresividad o el amor/desamor, hay decenas de temas importantes para la juventud que enmudecen o directamente desaparecen del flujo del videoclip mainstream. Entre ellos están aquellos que tienen que ver con la crítica al sistema: a las desigualdades sociales, las guerras, el hambre o el cambio climático. Pero tampoco encontraremos otros alejados de la política como la amistad, la solidaridad, la espiritualidad o el amor entendido más allá del unidimensional atractivo físico.   Por eso cada vez veremos más vídeos de Rihanna enseñando sus intimidades y menos de aquellos que no versen sobre el reclamo sexual. Habrá más videoclips como Work y menos como el políticamente comprometido y parcialmente censurado They Don’t Care About Us de Michael Jackson.12 En la actualidad, la libertad artística de los cantantes más populares es de la más bajas que se recuerdan debido a la concentración y centralización del capital que ha permitido que la luz verde sobre los vídeos más comerciales que verán la luz se tome cada vez por menos manos.

 

La existencia de algún grupo crítico como Calle 13 o Rise Against en el flujo audiovisual proporcionado por la gran industria (con sólo tres grandes discográficas controlando la distribución de más del 92% de los videoclips más populares) no cambiará el hecho de que el flujo sea aplastantemente mayoritario en favor de ideologías y valores (o contravalores) funcionales para el empresariado.13 Un par de célebres amigos lo apuntaron hace mucho tiempo: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época […] La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan […] las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente”.14

 

Quizás en la huida sin fin a la que está abocado el capitalismo (económico, político y cultural) lleguemos a una situación que hoy todavía puede parecernos sorprendente. Así es porque quizás dentro de unos años, en los videoclips dominantes, las estrellas de la canción deberán realizar escenas de sexo explícito para llamar la atención de los espectadores.15 No en vano, no pueden reclamarla de otro modo ajeno a la sexualidad y si ya están mostrando pezones, no se puede disminuir la temperatura de la provocación. No enseñarlos a partir de ahora será un riesgo empresarial de primer orden. Al menos para Rihanna y similares. Y esto que parece una broma de mal gusto en realidad nos ilustra sobre el sinsentido (social) de nuestro sistema.

 

Llegados al final de esta reflexión, tres preguntas me rondan. De lo micro a lo macro: primera, ¿cuántos videoclips interpretará a partir de ahora Rihanna sin mostrar sus pezones? Segunda, ¿cuándo se realizará la primera penetración o felación de una celebridad en un videoclip dominante? Tercera, ¿cuándo la mayoría social se percatará que no hay otro presente cultural posible bajo el capitalismo? Añado una cuarta con ansias constructivas: ¿Cuándo los que deseamos lograr un mundo mejor nos daremos cuenta que con este “alimento cultural” no habrá futuro alternativo posible sin crear una cultura contrahegemónica que seduzca a las mayorías?

 

El tiempo pasa inexorable, se acelera y en manos de otros nos oprime sin que apenas se oigan respuestas. Comencemos al menos por preguntarnos en voz alta qué hacer o los de siempre, desde sus grandes altavoces, nos seguirán dictando el ritmo y la melodía de nuestras vidas. Y mientras tanto, desde el altar del poder secular de la burguesía,  los pezones de Rihanna o quien la substituya serán el opio de un futuro repleto de cadáveres. Los nuestros, masacrados por lacerantes ritmos de trabajo, por la constante burla política y por el exterminio de toda cultura impregnada de humanismo.

 

No es cuestión de censurar el contenido sexual de ningún producto cultural, ni mucho menos, sino de entender que los seres humanos somos algo más que falos y pechos ansiosos de ser consumidos. Algo que, dicho sea de paso, contradice la función que el capitalismo nos tiene asignada. Por eso Rihanna es prisionera de sus propios pezones, convertidos en punta de lanza de las ubres del capitalismo internacional.

 

 

El autor es Doctor en Sociología y Comunicación y Licenciado en Bellas Artes. Recientemente publicó La Dictadura del Videoclip. Industria musical y sueños prefabricados (El Viejo Topo, 2015).

 

El presente artículo fue finalizado el 19 de abril de 2016 y publicado en el Topo Express. Tiene licencia Creative Commons y puede compartirse libre, respetando autoría y formato, sin ánimo de lucro.

 

 

Notas:

 

 

1. ILLESCAS, Jon E. (2015), La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados. Barcelona: El Viejo Topo, p. 65.

 

2. Madonna mostró un pezón durante unas fracciones de segundo casi imperceptibles de un plano general de su videoclip Papa Don’t Preach (1986), donde ya era una estrella. En concreto en diferentes momentos del metraje  entre el 1:36 y el 1:39.

 

3. Algunas veces sin ninguna prenda por encima (Bitche Better Have My Money) y en otras con alguna transparente (Work).

 

4. EUROPEAN COMISSION (2015), Situation of Young People in the UE, Bruselas: European Comission, p. 7. Datos para Estados Unidos: Indexmundi [Consultado el 19/04/2016].

 

5. MARX, Karl (2010), El Capital (3 tomos). Madrid: Siglo XXI [1872, (segunda edición en alemán con notas de la 3ª y 4ª )].

 

6. ANOKHIN, Andrey P. y otros (2008), «Rapid discrimination of visual scene content in the human brain». En National Institute of Health, [en línea], 4 de junio.

 

7. GÓMEZ, Lourdes (2014), «Miley Cyrus: ‘Eres más famosa cuanto más enseñas las tetas’». En El Mundo, [en línea], 6 de mayo.

 

8. El primero en descubrir la mercantilización del público fue el comunicólogo Dallas W. Smythe. Posteriormente, el que precisó que en realidad no era el público el que se transformaba en mercancía sino sus atenciones fue Tanner Mirrlees.

 

9. FARIZA, Ignacio (2015), «El 1% más rico tiene tanto patrimonio como todo el resto del mundo juntos». En El País, [en línea], 13 de octubre.

 

10. ILLESCAS, Jon E. (2015), La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados. Barcelona: El Viejo Topo, capítulo

 

11. Ibíd., p. 283.

 

12. Nos referimos a su versión censurada Prision, pero también a la que obtuvo una censura menor y conocen casi todos sus fans, grabada en Brasil. Ibíd., pp. 400-402.

 

13. Ibíd., p. 138.

 

14. MARX, Karl y ENGELS, Friedrich (1846), La ideología alemana. Barcelona: Grijalbo [1972], p.50.

 

15. En los conciertos, varios cantantes de primera fila ya simulan tener sexo con sus seguidores. Véase: ILLESCAS, Jon E. (2015),La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados. Barcelona: El Viejo Topo, p. 287.

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Liberad las semillas

La privatización de la vida es una de las consecuencias más salvajes del capitalismo. Si las semillas están patentadas no se pueden guardar de un año para otro para plantarlas. Es un delito. La capacidad de reproducción de la vida se ha privatizado gracias a la presión de las Corporaciones Transnacionales y a la connivencia de los gobiernos. Esta situación no sólo tiene graves consecuencias que se desencadenan sobre la soberanía alimentaria de países enteros, sino por la penalización de aquello que los campesinos y campesinas de todo el mundo llevan haciendo desde el año 7.000 a.C.

Las semillas no entienden de ratios de producción, ni de ahorro de costes, ni de optimización de insumos. Las semillas simplemente se reproducen y esto pone muy nerviosas a las grandes corporaciones. Tres han sido los mecanismos que han utilizado para conseguir la mercantilización y privatización de la vida: uno biológico (la hibridación), uno genético (los organismos genéticamente modificados) y uno legal (las patentes). Gracias a estos tres mecanismos, los agricultores y agricultoras de todo el mundo han dejado de poder realizar esa tradición milenaria que supone recoger la cosecha, secar las semillas y guardarlas para los próximos años. La mejora de las semillas mediante técnicas tradicionales es un proceso eminentemente colaborativo, cuanta más gente implicada, mejor. Baggett, un agricultor de Estados Unidos, consiguió un brócoli cuyo tallo era más largo y por tanto la cabeza de la planta estaba más alejada del suelo y era más fácil de cosechar. Usó el método tradicional: cruzó un brócoli con otro, identificó la mejor variedad y guardó las semillas para el año siguiente. Esto fue repetido durante décadas y Bagget consiguió un brócoli tan «separado» que los gorriones usaban sus ramas para posarse. Bagget utilizó una planta que había sido cultivada en los años 50 por la Universidad de Massachusetts. Inició su proceso de mejora de la planta en 1966 y fue ayudado y seguido por Myers, otro agricultor de la zona de Oregón.

 

Bagget and Myers compartieron su conocimiento con otros agricultores y agricultoras a lo largo de los Estados Unidos. El problema apareció cuando su versión mejorada del brócoli llegó a manos del departamento de brócoli de la Royal Sluis, una empresa holandesa que tenía granjas de investigación en California. Gracias a los tentáculos de distintas consolidaciones corporativas su semilla acabó en la corporación de de semillas vegetales más grande del mundo, Seminis, la cual en 2005 fue absorbida por la corporación de tecnología agrícola más grande del mundo, Monsanto. En el año 2011 Seminis recibió la Patente US 8.030.549 «Brócoli adaptado para facilitar la cosecha» cuya principal característica identificativa era tener una cabeza lo suficientemente separada del suelo como para facilitar su cosecha. Más de un tercio del material de la planta patentada venía de las mejoras realizadas por Bagget.

 

Los abogados de Seminis comenzaron a llamar a Myers, pidiendo más ejemplos de semilla de brócoli. La Patente US 8.030.549 cubría sólo unas pocas variedades de la planta y la corporación quería patentar la «característica», es decir, todos los brócolis adaptados para facilitar la cosecha. Seminis necesitaba otras plantas para comprar y probar que su invención era absolutamente novedosa. La petición de patente fue denegada, pero Seminis ha recurrido y el proceso puede estar abierto durante años.

 

El amparo de la ley y la connivencia de los gobiernos

 

En Estados Unidos, la Ley de Protección de Variedad de Semillas (PVPA en su acrónimo inglés) de 1970 permitió a los y las agricultoras guardar las semillas y replantarlas (pero no intercambiarlas y venderlas). Las patentes de uso, son sin embargo, absolutas, sin excepciones, no se pueden guardar las semillas ni cruzarlas. Las patentes empezaron con los granos, sobre todo con maíz y trigo, pero en la actualidad abracan a gran variedad de lechugas y están llegando a las zanahorias, cebollas, brócoli, coliflores y otros vegetales.

 

En los 80 la ingeniería genética superó todas las expectativas. La industria se consolidó y las grandes corporaciones compraron pequeños agricultores que no podían competir. En Estados Unidos empezó a ser legal patentar semillas como si fueran invenciones privadas y se extendieron las patentes a todas las formas de vida desarrolladas a través de la ingeniería genética. En el año 2001 la corte extendió estos derechos al cultivo tradicional, por lo cual, una planta obtenida a través de un cruce de semillas, podía ser patentada.

 

Guardar semillas se vuele un crimen con las patentes. La consolidación de la industria genética y las restricciones impuestas por la propiedad intelectual, han llevado a que los y las agricultoras cada vez tengan menos opciones y trabajen de manera más aislada, además de a una reducción de la riqueza natural del mundo vegetal. En el corto plazo puede que las consecuencias sean tener menos variedades de tomate en la mesa, pero en el largo plazo, las consecuencias pueden ser devastadoras, atacando a la propia resiliencia de la agricultura. El tener acceso a una amplia gama de semillas es para los agricultores fundamental. Cada vez que la protección de los derechos intelectuales de las corporaciones se ponen encima de la mesa, una línea genética se reduce.

 

En torno a los años 90 las grandes corporaciones empezaron a utilizar la metáfora del software para aplicarlo a las semillas. Las consideraban un bien comercializable, cuyo código pertenecía a un sistema de mayor envergadura perteneciente a la corporación y que incluía pesticidas, herbicidas, etc. Se calculó que por aquella época, el negocio de las semillas a nivel global estaba en torno a los 14.5 mil millones de dólares. En torno a 2013 había crecido un 250%, a los 39.5 mil millones de dólares y hay estimaciones de que para 2018 serán 52 mil millones.

 

La Iniciativa de Semillas de Código Abierto

 

Volviendo a Myers, harto del acoso de Seminis para patentar su brócoli fácil de cosechar, fundó junto con otros colegas, la OSSI, la Open Source Seeds Initiative, o lo que es lo mismo, la Iniciativa de Semillas de Código Abierto, en el año 2012. Su finalidad era restablecer el intercambio libre de semillas creando una reserva de semillas que no pueden ser patentadas, «un parque nacional de germoplasma» [1] lo llama uno de sus fundadores.

 

Precisamente utilizando la metáfora del software utilizado por las corporaciones, OSSI decide inspirarse en el software de código abierto. La idea es utilizar la misma herramienta que las corporaciones pero con la finalidad contraria: crear y reforzar el intercambio y la creación conjunta. El objetivo práctico de OSSI es crear una reserva de germoplasma, pero en realidad estamos hablando de redistribuir el poder en el mundo. Estamos hablando de luchas de base y de reconocimiento del derecho natural de la vida a reproducirse a sí misma sin pertenecer a nadie.

 

Jack Kloppegurg, otra de las personas implicadas, reconoce que las semillas es uno de los recursos que siempre ha pertenecido al área de los bienes comunes, los recursos naturales que son públicos de manera inherente, como el aire, el sol o la lluvia, pero gracias a las patentes, esta riqueza cultural, estos recursos que pertenecen a todos, han entrado en la lógica mercantilista para el beneficio privado. El problema de las patentes no es sólo éste, sino que también tienen un efecto disuasorio: las personas ya no intercambian semillas por miedo a las multas, aunque sus plantas no hayan sido genéticamente modificadas. Si una corporación consigue demostrar que el material genético de su maíz patentado y el maíz de un agricultor privado es muy similar, este último puede ser acusado de cometer un delito contra la propiedad intelectual.

 

Lo que distingue a las semillas OSSI es su etiqueta, la cual reza: «Tienes la libertad de utilizar las semillas OSSI de la manera que desees. A cambio, te comprometes a no restringir el uso de estas semillas o sus derivados mediante patentes u otros medios. Asimismo debes incluir esta etiqueta en cualquier intercambio que realices con estas semillas o sus derivados».

 

En la actualidad hay más de 20 compañías de semillas que promueven semillas de código abierto. La página web de OSSI conecta a compradores y empresas de variedades OSSI tratando de crear una red de intercambio de semillas que proteja los bienes comunes, y en última instancia, la vida.

 

 

Notas

 

[1] El germoplasma es el conjunto de genes que se transmite por la reproducción a la descendencia.

20-04-2016

 

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El chupete del milenio, un smartphone

El niño sentado con sus padres en la mesa de un restaurant comenzó a aburrirse. Inició la manifestación que todo niño de 2 años tiene bien practicada: tirar los cubiertos de la mesa, bajarse de la silla y querer acostarse en el piso. El padre miró a la madre, ella aprobó con la mirada y el padre entregó al niño su Smartphone. El niño sonrió feliz y segundos después, silencio absoluto.

Seguro todos han presenciado una escena similar a esta. Lo que todos nos preguntamos es ¿Soy realmente mala madre o mal padre si utilizo este hipnotizador del nuevo milenio? 

Existe mucho escepticismo en el uso de nuevas tecnologías, por ejemplo, en la educación. Todos los expertos están de acuerdo en que son mucho más efectivas las interacciones cara a cara para el desarrollo de los niños tanto en las habilidades duras como en las blandas. Los experimentos han demostrado que un niño de 2 años de edad que ve un video de su madre explicándole cómo encontrar un objeto oculto, tendrá mayor dificultad siguiendo sus instrucciones que si la mamá está en la habitación con él. Hay estudios que determinan que los niños menores de 2 años y medio en realidad no entienden muy bien las pantallas en formato bidimensional. A su vez, la posición de la Academia Americana de Pediatría es bastante firme en contra de la TV para los menores de 2 años.

En esta misma línea de investigación, un estudio realizado por Patricia K. Kuhl experimentó cómo los bebés adquieren el lenguaje. El experimento consistió en exponer a los niños de 6 y 12 meses de edad, a una lengua extranjera. En el primer experimento, bebés estadounidenses fueron expuestos en 12 sesiones de laboratorio a personas que les hablaban en chino mandarín, situación similar a tener parientes orientales de visita durante unas semanas. En un segundo experimento, los niños fueron expuestos a los mismos hablantes de lengua extranjera y materiales a través de audiovisuales y grabaciones de sólo audio. Los resultados demostraron que la exposición al idioma mandarín sí tuvo efecto en los bebés que interactuaron en forma personal pero al utilizar grabaciones y videos no se registró efecto alguno. Esto sugiere que el proceso de aprendizaje requiere interacción social.

Investigaciones como estas nos llevan a pensar que las tecnologías no ayudan en los procesos de desarrollo de un niño, sin embargo, el año pasado el British Medical Journalpublicó una interesante investigación donde reveló que los niños de entre 5 y 7 años que jugaron con videojuegos, adecuados para su edad a lo largo de su vida, no mostraron ningún cambio de comportamiento negativo. Por otro lado, se encontró que los niños de la misma edad que veían más de 3 horas de televisión o videos al día tenían una mayor probabilidad de tener problemas de conducta. Estos resultados se obtuvieron a partir de un estudio de largo plazo, Millennium Cohort Study, desarrollado por un grupo de investigadores ingleses que ha estado siguiendo a 19.000 niños nacidos entre el 2000 y 2001.

Aunque existe suficiente investigación sobre el bajo efecto de la televisión  para el desarrollo cognitivo de los niños, los videos y otras herramientas de comunicación unidireccionales, aún no hay pruebas suficientes de los beneficios de las tecnologías bidireccionales o interactivas. Es decir, pocos estudios han examinado la televisión y los juegos electrónicos por separado para ver si tienen efectos similares. Cada tecnología permite diferentes interacciones con los usuarios y por tanto las evaluaciones tienen que realizarse para las diferentes opciones.

Con todos los datos anteriores podemos  volver  a nuestra pregunta inicial. El Smartphone es tan “smart” que sirve como un medio de comunicación interactivo y a su vez pasivo. Entonces, si tu hijo o hija mira más de 3 horas diarias en el youtube de tu teléfono el  mismo video de Frozen, sólo va a desarrollar rabia en ti por hacerte escuchar la misma canción una y otra vez. Ahora, si el aparato en cuestión es utilizado como un medio de comunicación interactivo, y el/la menor juega con las aplicaciones apropiadas para su edad, no hay ninguna evidencia de que esto se vuelva un problema.  Claro, que como nos indica la racionalidad, todo en su justa medida, y a su vez, entendiendo que ninguna tecnología puede suplir la interacción humana.

Todavía no hay suficiente investigación sobre el efecto de las tecnologías interactivas utilizadas para el aprendizaje y el desarrollo de los niños menores de 3 años. Si eres investigador, comparte este artículo, quizás alguno de tus colegas se anime, investigue y comparta con nosotros los resultados.

Fuente: http://blogs.iadb.org/desarrollo-infantil/2014/02/25/el-chupete-del-milenio-un-smartphone/

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Proyecto Denamic: Los tóxicos cotidianos influyen en el desarrollo mental de la infancia

Por: Miguel Jara

El proyecto Denamic concluyó cuando terminó 2015. Han sido cuatro años en los que varios grupos de científicos de centros de investigación europeos (tres de ellos de Valencia) han estudiado cómo influyen las sustancias tóxicas cotidianas a bajas dosis en el sistema nervioso infantil. Los resultados advierten sobre la neurotoxidad y efectos permanentes en el cerebro de niños y confirman que existe una “pandemia silenciosa”.

Los resultados del proyecto Denamic (Developmental Neurotoxicity Assessment of Mixtures in Children) pueden consultarse en la web de la Comisión Europea, el Gobierno de la UE. Yo he tenido conocimiento del asunto gracias al blog de María José Moya, afectada por Sensibilidad Química Múltiple (SQM) que ofrece toda la información.

Las conclusiones de este gran estudio vienen a constatar lo que ya sabíamos, que la exposición a productos químicos contaminantes, incluso a bajos niveles, puede afectar al desarrollo cerebral de los niños. Ello se produce durante la gestación, la lactancia y en edades tempranas y puede influir en su desarrollo cognitivo y motor.

Tóxicos tdah autismoEsto es clave para entender la aparición de trastornos como el déficit de atención, autismo o ansiedad.

El objetivo del trabajo Denamic ha sido crear métodos y herramientas para analizar las consecuencias de esta exposición a productos químicos contaminantes en las fases donde se produce la parte principal del desarrollo cerebral.

El cerebro en desarrollo es, en muchos casos, la diana más sensible a los efectos de estas sustancias.

Uno de los particnates españoles en el estudio euroepeo ha sido el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia, liderado por Vicente Felipo.

Su laboratorio se ha encargado de caracterizar los efectos de la exposición a diferentes tipos de pesticidas y otros contaminantes sobre distintos aspectos de la función cognitiva y sobre la actividad y coordinación motoras.

También ha analizado los mecanismos moleculares por los que los contaminantes inducen estos efectos. Además, ha identificado el papel de la neuroinflamación en hipocampo y de alteraciones en la neurotransmisión del cerebelo sobre las alteraciones en el aprendizaje y la coordinación motoras inducidas por pesticidas.

Distintos pesticidas inducen efectos diferentes y estos efectos son también distintos según el género dependiendo de la función neurológica evaluada. Él ha sido quien ha advertido de que la exposición a este tipo de contaminantes es una “pandemia silenciosa”.

¿La razón? Pues porque aunque este problema afecta a millones de niños en todo el mundo, como los niveles de exposición son muy bajos es difícil relacionar estas afecciones con hechos como que la madre haya ingerido mercurio durante la gestación, por ejemplo a través del pescado.

Como escribo, el proyecto ha tenido una duración de cuatro años, desde enero de 2012 hasta el 31 de diciembre del 2015 y ha dado lugar a numerosas publicaciones. Sus resultados proporcionarán a la Unión Europea y a la Organización Mundial de la Salud (OMS) resultados, metodología y recomendaciones para gestionar los riesgos de la exposición a contaminantes químicos.

El equipo investigador ha producido un reportaje (en inglés) titulado Young Minds at Risk?, que advierte sobre la neurotoxicidad de contaminantes presentes en alimentos, en el agua y en otros productos como insecticidas y cómo afecta a los niños la exposición a estos contaminantes:
No puedo evitar recordar que mientras se desarrolla la epidemia por el virus zika en países como Brasil. Allí hay asociaciones de médicos que apuntan al uso de insecticidas en el agua potable como posible causa de los casos de microcefalia. Pesticidas como el piriproxifen dañan el sistema nervioso de los mosquitos que transportan el dengue o el zika.

La OMS avala el producto y el Gobierno de Brasil desmiente a los médicos diciendo que hay localidades donde hay microcefalia pero no se usa ese tóxico. Dicen las autoridade sanitarias que no hay estudios epidemiológicos que verifiquen esa relación de causalidad. Razón de más para hacerlos con urgencia pues trabajos como el Denamic lo que hacen es apuntar en una dirección similar.

Estos datos ayudarán a la Unión Europea en la legislación sobre potenciales neurotóxicos y a marcar los niveles tolerables de estas sustancias, han indicado las mismas fuentes. Yo parto de la base de que no hay niveles tolerables para todas las personas por igual, unas aguantan mejor que otras según qué niveles.

Hay personas que no metilan, desintoxican, bien determinadas sustancias, como metales pesados, porque su cnstitución genética no es la idónea. Esas personas pueden desarrollar intoxicaciones crónicas por ello a niveles muy bajos de exposición.

Tampoco puedo evitar recordar al leer las citadas conclusiones de este estudio la “epidemia” de diagnósticos de autismo y Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad en la infancia de los países occidentales.

Polémicas “modas farmacéuticas” aparte sobre el concepto TDAH, el estudio viene a demostrar que es cierto lo que ya se conocía también, que los niños/as pueden padecer falta de atención, por ejemplo en la escuela, propiciada por intoxicación crónica con productos tóxicos cotidianos. Éstos llegan a su organismo a muy bajas dosis pero durante mucho tiempo (desde la propia gestación) y provenientes de muchas y diferentes sustancias y fuentes.

Fuente: http://www.migueljara.com/2016/02/17/proyecto-denamic-los-toxicos-cotidianos-influyen-en-el-desarrollo-mental-de-la-infancia/

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América Latina: desigual entre millonarios

Juan J. Paz y Miño Cepeda

En enero de 2016, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) puso en circulación el libro “Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2015”; en febrero difundió otro estudio: “Evasión tributaria en América Latina: nuevos y antiguos desafíos en la cuantificación del fenómeno en los países de la Latina 2015. Documento informativo”, “Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2016: las finanzas públicas ante el desafío de conciliar austeridad con crecimiento e igualdad” y “Tributación para un crecimiento inclusivo”.

Esos recientes estudios de la CEPAL deben ser atendidos con sumo interés porque el retrato que ofrecen de la América Latina del presente permite extraer una gama de reflexiones y conclusiones para trazar nuevos caminos de acción ciudadana en la lucha por la construcción de una nueva economía y una nueva sociedad que garanticen el buen vivir en toda la región.

Expongo algunas ideas al respecto.

Está claro que la crisis económica que golpea a Latinoamérica, sobre todo desde 2015,  continuará agravándose en el presente año y probablemente hasta 2017, lo cual se ha reflejado sobre todo en la caída del PIB considerado un índice clave para determinar si hay crecimiento o derrumbe. Bajo esta coyuntura, los gobiernos que se han colocado en la mira de la crítica política y de la propaganda interesada en ello, son precisamente los que se identifican como progresistas y de nueva izquierda. Casi no importan los “otros” gobiernos.

De manera que un formidable caudal de editoriales de prensa y artículos académicos -en los que hay que incluir autores y escritos provenientes de la socialdemocracia, de los marxistas ortodoxos y las izquierdas tradicionales- apuntan a convencer al mundo que se ha cerrado o  acabado el ciclo de tales gobiernos, que su “modelo económico” ha fracasado  e, incluso, se ha producido un abandono del progresismo para retornar al camino neoliberal y  las viejas prácticas políticas de aquello que en Ecuador el presidente Rafael Correa bautizó como “partidocracia”.

Para las derechas intelectuales (y políticas, evidentemente) se ha demostrado que todo gobierno izquierdista es, más tarde o más temprano, un fracaso y, por tanto, hay que retornar a lo que es obvio: retirar al Estado, reducir el gasto público y entronizar nuevamente la competencia capitalista, el mercado libre y la empresa privada como motores naturales de la economía.

De acuerdo con los estudios de la CEPAL, puede inferirse que los gobiernos progresistas y de nueva izquierda gozaron de condiciones económicas muy favorables cuando estuvieron altos los precios de los commodities, pero entraron en dificultades cuando llegó la crisis. El gran afectado resultó el mismo Estado, que ha sido el instrumento central para las inversiones sociales y el proveedor de los servicios públicos en educación, salud, seguridad social, vivienda, que la CEPAL destaca igualmente como los logros más significativos de los gobiernos progresistas en la región.

Es que a la reducción del gasto público, especialmente de capital, se ha unido el aumento del déficit fiscal por la caída de los ingresos; además, se ha incrementado la deuda pública y se mantiene una baja carga tributaria, sobre todo frente al decil más rico de la población; persiste la “insuficiencia crónica” de la imposición patrimonial y hasta los avances en la lucha contra la evasión se han detenido. Ecuador está entre los países con mayores caídas en la inversión pública. (Panorama Fiscal).

Los problemas económicos han debilitado ciertas capacidades estatales para continuar entregando a la sociedad aquellos servicios ya logrados; y los riesgos del desencanto ciudadano se han incrementado por el hecho de que no hay más medicinas urgentes para aquellos sectores vulnerables que las necesitan, la atención médica y  la seguridad social igualmente se estancan o burocratizan, se posterga el pago a empresas medianas y pequeñas que proveyeron con bienes al Estado, se liquida a trabajadores estatales bajo contrato, se descuida la atención al sector de economía social y solidaria, o incluso se retrasa el pago de salarios y hasta de pensiones.

En Ecuador, a partir de 2015, pueden advertirse algunos giros contradictorios, pues al mismo tiempo que se ha acudido a ciertas flexibilizaciones laborales, se inclinan acciones a favor de altos sectores empresariales privados (lo he señalado en varios artículos del diario “El Telégrafo”).

Puede comprenderse que esas son las circunstancias que han permitido el resurgir de unas derechas agresivas, que ahora se lanzan al ataque directo para terminar con todo, como ocurre en Venezuela; buscan la desestabilización gubernamental como en Brasil o acentúan sus propósitos de “restauración conservadora” para llegar al poder en las elecciones de 2017, como ocurre en Ecuador, con el firme propósito de “des-correizar” a la sociedad; y todo ello acicateado por el triunfo de su “causa” al lograr la presidencia en Argentina, ganar la mayoría legislativa en Venezuela o la derrota de la reelección presidencial en el referéndum de Bolivia. Se experimentará como nuevo triunfo la reciente votación en el congreso a favor del juicio político a la presidenta Dilma Rousseff en Brasil.

La contracción económica, de acuerdo con la CEPAL, es particularmente visible en Suramérica, que en 2016 tendrá un decrecimiento del -0.8%, sobre todo por los ritmos del -2% en Brasil y -7% en Venezuela. (Balance). Pero las culpas son magnificadas y atribuidas específicamente a los gobiernos progresistas de la región.

Sin embargo, no dejan de inquietar seriamente algunos resultados sociales porque, de acuerdo con la CEPAL (2013 y 2014), Venezuela proyectó un incremento de la pobreza al igual que Guatemala y México, en tanto disminuyó la pobreza en Brasil, Colombia y Ecuador; la tasa de pobreza cayó en la mayoría de países entre 2010-2014, pero se elevó a un ritmo anual de entre 2% y casi un 5% en Honduras, México y Venezuela, países a los que también acompañó un incremento de la brecha y la intensidad de la pobreza, debido a un decrecimiento de los ingresos.

Por otra parte, la tasa de inflación (2014) se aceleró al 68.5% en Venezuela y al 23.9% en Argentina, en tanto el promedio inflacionario en 20 países de la región fue del 8.4%. Sin embargo, las reducciones más importantes en el coeficiente de Gini (desigualdad del ingreso) entre 2010-2014 se registraron en Uruguay (-2.7% anual), Argentina (-2.3%) y Ecuador (-2.2%) (Panorama Social: 9-13).

Frente a ese panorama, el contraste persiste con respecto a la concentración de la riqueza y a la capacidad de los gobiernos para cobrar impuestos a quienes más concentran la riqueza.

De acuerdo con la CEPAL, “entre 2002 y 2015 las fortunas de los millonarios de América Latina crecieron en promedio un 21% anual, es decir, un aumento superior al del PIB de la región”; y en 2014, el 10% más rico de la población había amasado el 71% de la riqueza, de modo que si esta tendencia continúa “dentro de seis años el 1% más rico de la región tendría más riqueza que el 99% restante”, a lo cual hay que añadir que la tasa impositiva media efectiva para el 10% más rico “solo equivale al 5% de su ingreso disponible”. (Tributación)

Por tanto, América Latina continúa como la región más inequitativa del mundo y las fortunas se sienten protegidas con tasas impositivas bajas.

No hay duda que, mientras no se altere en su raíz el sistema capitalista, en el cual se ha legalizado la apropiación económica privada del valor socialmente generado, una de las formas más efectivas para la redistribución de la riqueza es el cobro de impuestos directos y proporcionales, de manera que quien más posee, más pague.

Pero los estudios de la CEPAL han comprobado una serie de realidades: aunque la recaudación tributaria ha mejorado en la última década y entre 2000-2013 la tasa impositiva media subió del 16% del PIB al 20.6%, todavía  un nivel inferior con respecto al promedio de los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que llega al 34.1%; la evasión y la elusión de impuestos se impone a tal punto que es significativamente mayor que el total del gasto público de inversión que realiza toda Latinoamérica; la región tiene bajas tasas impositivas efectivas, pues en promedio llegan apenas al 2.3%, mientras en la Unión Europea es de 13.3% (Tributación).

Adicionalmente, cabe señalar que en América Latina es difícil -quizás imposible- encontrar millonarios capaces de solicitar que les cobren impuestos, como lo han hecho recientemente en los EE.UU. más de 200 “millonarios patriotas” (entre ellos Morris Pearl, Eric Schoenberg, Scott Nash), que en noviembre de 2015 acudieron al Congreso de los EE.UU. para solicitar que se creen mayores impuestos para los ricos y, al propio tiempo, se eleven los salarios de los trabajadores (http://goo.gl/oN1twr).

A ello se suma el hecho de que las fortunas latinoamericanas, que tienen baja carga tributaria, también huyen de la región o se refugian en otros lugares para evadir impuestos. Es el marco de escándalo evidenciado a propósito de los “Papeles de Panamá”, cuya intención inicial fue, al parecer, la de lograr el desprestigio selectivo de algunos gobiernos progresistas.

El estudio de la CEPAL, publicado antes de que aparecieran los “Panama papers”, ya señalaba: “los paraísos fiscales y los abusos en relación con los impuestos corporativos están destruyendo el contrato social entre el gobierno y el ciudadano, al permitir que los que podrían aportar más a la sociedad no paguen los impuestos que les corresponden en justicia.

El llamado escándalo de las cuentas secretas en Suiza o Swissleaks reveló 52.600 millones de dólares de fondos de residentes de América Latina en cuentas del banco HSBC en Suiza en 2006 y 2007, el equivalente a un 26% del total de la inversión pública en salud en toda la región” (Tributación). Una referencia que me ha recordado, de inmediato, el libro “Una Suiza por encima de toda sospecha” (1977), de Jean Ziegler, (parlamentario suizo y funcionario de la ONU, que en 1964 sirvió como chofer al Che Guevara en su visita a Ginebra), quien calificó como “nación de encubridores” a la Suiza de los bancos y el secreto bancario al servicio de la oligarquía mundial.

Desde luego, los paraísos fiscales tienen sus defensores. Daniel Lacalle, economista, gestor de fondos y autor de varios “best sellers”, se refiere al tema en “Diez mitos sobre los paraísos fiscales” (http://goo.gl/QZ8VG1) y sus razonamientos sirven como modelo. Todo es “legal”, aunque el contraste resulte paradójico, pues a Dilma Rousseff se le puede seguir más rápido un juicio parlamentario a todas luces ilegal y amañado, mientras se libra de culpas a políticos de alto nivel abierta y claramente identificados en los “Papeles de Panamá”.

De otra parte, la CEPAL reconoce que lo tradicional ha sido aumentar impuestos al consumo, así como otorgar un trato excesivamente generoso en exoneraciones a las corporaciones extranjeras; pero añade que lo esencial es incrementar los impuestos directos sobre las rentas, rendimientos del capital, patrimonios y herencias.

Precisamente entre sus recomendaciones está la de lograr al menos una relación del 20% entre los impuestos y el PIB, así como elaborar una hoja de ruta de incrementos de un 5% anual; y, además,“otorgar prioridad a la erradicación de la evasión y la elusión de impuestos, mediante el compromiso de lograr una reducción del 50% en un plazo de cinco años y una reducción del 75% en diez años”, con un plan regional de acciones agresivas, con nuevas leyes tributarias y también el combate al uso de paraísos fiscales.

La media de la recaudación tributaria en América Latina entre 2000-2013 representa el 20% sobre el PIB; Brasil la sobrepasa con el 36% y le siguen Argentina (31%), Bolivia (28%), Uruguay (27%), Costa Rica (22%), Chile y Colombia (20%), porque los otros 11 países tienen recaudaciones menores.

Además, en conjunto, 18 países latinoamericanos no llegan al promedio de la recaudación de los 34 países de la OCDE, que asciende al 34% del PIB. Por tanto, llama la atención que Ecuador (19%), Nicaragua (19%) y Venezuela (14%), considerados entre los países con gobiernos de nueva izquierda, tengan promedios de recaudaciones tributarias que no llegan a la media latinoamericana sobre el PIB.

Esta situación induce a considerar que los gobiernos progresistas y de nueva izquierda en América Latina han podido controlar el poder del Estado con apoyo ciudadano, y a través de él, lograr importantes transformaciones sociales, extendiendo servicios de salud, educación, seguridad social, vivienda -de un amplio beneficio social-, así como obras públicas y de infraestructura a favor de toda la nación.

Pero, al momento de destaparse la crisis económica, los gobiernos progresistas demuestran que todavía no han topado a las clases ricas, que falta una decisiva acción para imponer fuertes impuestos a quienes concentran en exceso los ingresos y que la redistribución de la riqueza merece radicalizar las políticas estatales.

Fuentes Citadas:
– Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2015, http://goo.gl/J9a48P
– Evasión tributaria en América Latina: nuevos y antiguos desafíos en la cuantificación del fenómeno en los países de la región, http://goo.gl/0zaUG2
– Panorama social de América Latina 2015. Documento Informativo, http://goo.gl/NCvf7v
– Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2016: las finanzas públicas ante el desafío de conciliar austeridad con crecimiento e igualdad, http://goo.gl/8jR9Ju
– Tributación para un crecimiento inclusivo, http://goo.gl/zRwLEs

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La madre ataja el caos

Aurora Lacueva

En la formación del carácter de una persona se parte siempre de una base innata: hay infantes “por naturaleza” nerviosos y otros tranquilos, se encuentran unos muy activos y otros más bien pasivos, y mientras ciertos pequeños se lanzan de inmediato a explorar lo nuevo los hay que prefieren ir poco a poco. Esa base temperamental, de origen genético y ya modificada durante el embarazo, favorece ciertas tendencias sobre otras pero no dice la palabra definitiva. En efecto, las influencias del entorno van modulando y hasta cambiando las respuestas innatas, participando así en la definición del carácter. La variedad que apreciamos entre las personas en este sentido es enriquecedora, siempre que todas y todos compartamos una deseable firmeza y una buena disposición, que nos permitan relacionarnos en forma adecuada con el mundo y desarrollar nuestro proyecto de vida sobre la base de positivas emociones.

Muchos factores pueden contribuir a formar el carácter de un niño o una niña, entre ellos por cierto la escuela; mas el principal es la familia y especialmente la madre. Las primeras relaciones de apego son cruciales: ser amado y no ignorado o rechazado. También lo son las creencias aprendidas de los padres sobre el mundo y sobre uno mismo. En su libro El cerebro infantil: la gran oportunidad, José Antonio Marina habla sobre este tema y explica cómo el niño o la niña aprenden por sus experiencias en los primeros años a ver el mundo como previsible o imprevisible, controlable o incontrolable, seguro o inseguro. Agrega que un mundo imprevisible, incontrolable e inseguro resulta aterrador. Y cita a Rainer Maria Rilke, quien en un poema le dice a la madre de un pequeño: “Inclinaste sobre los ojos nuevos el mundo amigo, apartando el extraño”. Y luego pregunta con nostalgia: “¿Dónde, ay, quedaron los años cuando tú, sencilla, con tu figura esbelta atajabas el caos bullente?”. No se trata de sobreproteger, sino de proveer estabilidad, espacios de iniciativa sin riesgos, y creencia en las posibilidades de las y los pequeños.

Le dedico este artículo a mi madre, Aurora Teruel, hoy con problemas de salud, y quien con la ayuda de mi padre y abuelos me ofreció el tesoro de una infancia feliz, llena de amor, alegría y confianza. (lacuevat@hotmail.com).

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