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Lecciones de Chernobil

Se cumplen 30 años desde la catastrofe nuclear de Chernóbil. Sin duda la más grave tragedia nuclear conocida en la Unión Soviética y en el mundo entero, con importantes impactos socio-políticos en Ucrania. Corrían los años del glasnost –transparencia– y de la perestroika– re-estructuración- promovidos por el gobierno de Mijail Gorbachov y el accidente de Chernóbil supuso un punto de inflexión en la caída y desaparición del “socialismo real”.

El mito de la seguridad de la energía nuclear tenía mucha fuerza en la Unión Soviética. El académico Anatoli Alexandrov afirmaba: «Nuestras centrales nucleares no presentan ningún riesgo. Se podrían construir hasta en la Plaza Roja. Son más seguras que nuestros samovares [recipiente metálico que sirve para hervir el agua]». No obstante, los accidentes ocurrían con mucha frecuencia. Según el Ingeniero Griegori Medvédev, «Ocultar a la opinión pública las averías en las centrales nucleares se convirtió en una norma durante el periodo en el que P. S. Neporozhni fue ministro de Energía y Electrificación. Las averías se ocultaban no sólo a la opinión pública y al gobierno, sino incluso a los mismos trabajadores, lo que era más peligroso aún, pues la falta de información sobre las experiencias negativas siempre trae consecuencias desastrosas. Crea una actitud de despreocupación y de descuido del personal. El sucesor de Neporozhni en el puesto de ministro, A. I. Mayorets, continuo con la tradición del silencio.»

Según Griegori Medvédev el experimento que causó la explosión de la unidad cuatro de la central de Chernóbil se llevó a cabo siguiendo un programa elaborado por el ingeniero jefe, Nikolai Fomín. El programa contemplaba la desactivación de los sistemas de defensa del reactor, necesarios para garantizar la seguridad del mismo. Esto lo convertía en un experimento altamente peligroso, pero nadie intervino. Para Medvédev la razón era la falta de transparencia en cuanto a las experiencias negativas. Parecía que esas averías no habían existido nunca. Todo era seguro, no había ningún peligro. A pesar de adoptar medidas que comprometían aun más la seguridad, el grupo que preparó el reactor y realizó el experimento pensaba que la probabilidad de sufrir un grave accidente era despreciable. La acumulación de todos estos factores causó la explosión del cuarto reactor el 26 de abril de 1986, a la una, veintitrés minutos cincuenta y ocho segundos de la madrugada.

Pocas horas después los funcionarios de Moscú ya estaban en el lugar del accidente. Gorbachov y otros altos cargos tuvieron noticias de lo ocurrido para las primeras horas la mañana. Se creó un grupo dentro del Politburó bajo la dirección de Nikolái Ryzhkov, Presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética, para hacer frente a la situación. Además, esa misma mañana se formó una comisión especial del gobierno encabezada por Boris Shcherbina, Vicepresidente del Consejo de Ministros, para investigar las causas del accidente. Esta comisión tomó inmediatamente la dirección de la respuesta a la emergencia y de los trabajos de recuperación.

Se cometieron errores de extrema gravedad en la gestión de la crisis. No fueron alertadas las 47 000 personas que vivían en Pripyat, a tres kilómetros del reactor siniestrado. Tampoco se les proporcionó ninguna protección ante la lluvia radioactiva. El 26 de abril fue un día como otro cualquiera. Los niños disfrutaban del día, jugaban en el parque a pesar de que el nivel de radioactividad era muy alto. La evacuación de la ciudad fue ordenada 36 horas después de la explosión del reactor, pero para muchos era demasiado tarde. Los 2,5 millones de personas que vivían en Kiev, a 103 kilómetros del reactor, fueron alertadas públicamente nueve días después del accidente. Se celebró con toda normalidad la fiesta del 1 de Mayo. Como relata Igor Kostin, desfilaron un millón de personas por las calles de la capital ucraniana bajo el mandato de las autoridades, mientras la polución radioactiva alcanzaba su nivel máximo. Anular la fiesta habría podido sembrar el pánico, según la autoridades. La ciudad de Chernóbil, a 15 kilómetros de la central, fue evacuada el 5 de mayo, cuando el nivel de radioactividad ya era muy elevado. También allí se había celebrado la fiesta de 1 de Mayo. En total el gobierno ordenó la evacuación de 335 000 personas. No obstante, fueron miles los que quedaron en territorios con un elevado grado de contaminación radioactiva.

Se han dado muchos datos, altamente contradictorios, sobre la catastrofe de Chernóbil. Mientras que para algunos sólo murieron algunas decenas de personas, la Academia de las Ciencias de Rusia cifra en más de 200 000 el número de muertos generados por la explosión nuclear, número semejante al de las víctimas del bombardeo de Hiroshima y Nagasaky. Lo que resulta evidente es la falta de información y de transparencia. Como demuestra la experiencia de Chernóbil, el secretismo es la regla de oro que rodea a las centrales nucleares.

Empero, tras el 26 de Abril del 1986 muchas cosas cambiaron en el mundo. La nube radioactiva surgida en Ucrania no necesitó pasaporte para atravesar las fronteras políticas viajar por toda Europa. Tres días más tarde, los altos niveles de radioactividad detectados en las ropas de los trabajadores y trabajadoras de la central nuclear sueca de Forsmark, destapó el origen del problema. El gobierno de Moscú no pudo tapar el grave asunto por más tiempo.

Chernóbil aumentó fuertemente las opiniones en contra de la energía nuclear en el planeta, legitimando las críticas de movimiento ecologista y antinuclear y produjo grandes cambios en la Unión Soviética que desapareció como tal 5 años después. La relaciones entre Rusia y Ucrania se complicaron. La ordenes de Moscú ya no serán recibidas de la misma manera hasta el punto que las tensiones generadas por los proyectos capitalistas de Rusia y la Unión Europea han llevado a la propia división y ruptura de Ucrania.

Dijeron, bien alto, que lo ocurrido en Chernóbil sólo era posible en un sistema socialista obsoleto y roñado. Sin embargo; los accidentes ocurridos en Tokaimura (Japón) en 1997, en KasHiwaZaki-Kawiran (Japón) en 2007, en Tricastin (Francia) en el 2008 y el último y más grave en Fukushima-Daiichi en Marzo del 2011 han marcado la decadencia y la falta de futuro de las centrales nucleares. En el futuro, además de tener que gestionar los sarcófagos de Chernóbil y Fukushima, a nuestra descendencia le hemos dejado la pesada herencia de ocuparse de los residuos nucleares.

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Pedagogía Maldita: En la Cultura de Oriente (IV)

(Otra Forma de Entender algunos Fenómenos Educativos del Siglo XXI)

 

(CUARTA DE SEIS PARTES)

Como me he referido en artículos anteriores, la Pedagogía Maldita no hace solamente alusión a la época actual, sino por el contrario ha estado presente por siglos, determinados en dos ámbitos, en el mundo terrenal y el divino, por el cual en muchas ocasiones fundamenta los actos de amor y de violencia de los hombres.

En esta ocasión, hablo de algunas manifestaciones que representan la Cultura Oriental en relación a la hipótesis presentada, tomando en cuenta tres libros fundamentales:

  1. El Bhagavad-guitá, de la cultura Hindú, escrito entre 5000 o 7000 años atrás.
  2. El Corán, relacionado a la cultura árabe.
  3. El Hagakure, la cual es una obra literaria japonesa perteneciente al s. XVIII.

 

El Bhagavad-guitá, nos narra una historia épica sánscrita del mundo antiguo, relatando los sucesos que condujeron a la presente era de Kali, por la cual, unos cincuenta siglos atrás, cuando Sri Krisna explicó este poema a Arjuna. Su conversación tuvo lugar ante el comienzo de una guerra, un conflicto fratricida entre los cien hijos de Dhrtarastra contra sus primos, los Pandavas, hijos de Pandu. De igual forma el libro de El Bhagavad-gita. La Ciencia Suprema hace referencia a lo siguiente:

Según las escrituras védicas, esta Era se denomina Kali-yuga, Era de Hierro, de riñas y de hipocresía. Debido a que las entidades vivientes estamos condicionadas por las modalidades de la naturaleza material, sufrimos aflicción proveniente de nuestra falsa identificación con el cuerpo. Los apegos materiales son causantes de nuestras frustraciones; por lo tanto, permanecemos en conflicto interno, lo que se manifiesta externamente como proliferación de guerras, terrorismo, inseguridad social y angustia, causando enfermedadesmentales, pánico y descontento (ParamadvaitiSwami y PrabhuAtulananda, s. f.).

 

El poema nos narra la historia deDhrtarastra y Pandu, quienes eran dos hermanos pertenecientes a la dinastía kuru, pero como el primero (el hijo mayor) nació ciego, el trono pasó a ser de su hermano menor. Sin embargo, Pandu muere joven y su hermano debe ser rey, quedando a cargo de éste los cinco hijos de Pandu, quienes crecieron en la casa real y tuvieron entrenamiento de las artes militares.

Pero los hijos de Dhrtarastra, sobre todo el mayor, odiaban y envidiaban a los Pandavas, por lo que con la anuencia del rey, los planearon matar para quedarse con el reino. Fue gracias a la protección de un tío (Vidura), que los cinco jóvenes pudieron escapar. Pero esto no terminó ya que ambos clanes querían el poder, conduciéndonos a situaciones caóticas predominadas por la pasión y la ignorancia de todos ellos, que como lo indican ParamadvaitiSwami y PrabhuAtulananda:

Carecen del control de sí mismos y de la pureza (que es la fuerza), debido a que protegen las actividades más pecaminosas, como son la matanza de animales, la intoxicación, los juegos de azar y la prostitución generalizada, que sólo traen mayor degradación, explotación y competencia, y por consiguiente, reacciones que afectan a todas las entidades vivientes en mayor o menor grado.

Los mismos autores nos indican, que este libro es entendido como una alternativa de la esperanza; puesto que demuestra “cómo salir victorioso de cualquier conflicto; que nos enseña a levantarnos, no importa que tan abominables o caídos estemos”.

Por otro lado el Corán, es el libro sagrado del Islam, que regula, a través de un marco normativo,  la moral del creyente, centrándose en la fe hacia Alá y, reconociéndolo como único dios, recordándoles a los hombre lo pequeños que son frente a las maravillas de la naturaleza, las cuales son obras de dios, cuya grandeza y magnanimidad debe ser reconocida (Enciclopedia Biografías y Vidas, s. f.).

Al igual que la Biblia, el Corán tiene muchos personajes del mundo hebreo, así como cristianos (Adán, Noé, Abraham. Jesús…), describiendo varios pasajes y aceptando la existencia de ángeles, demonios, así como suponiendo o dando las advertencias sobre la llegada del último día y el juicio final. He aquí las primeras líneas de dicho libro, de acuerdo a Voltaire:

Tributemos elogios a Dios, que es el Soberano de todos los mundos, al Dios de misericordia, al Soberano del día de la justicia; a Ti es a quien adoramos, sólo de Ti esperamos protección. Guíanos por caminos rectos, por los caminos que recorren los que TÚ colmas de Gracia, no por los caminos que siguen los que dan motivo a tu cólera y andan extraviados.

Continúa escribiendo Mahoma, y Dios es el que habla. He aquí sus propias palabras:

Este libro no permite que se dude de él, y sirve para dirigir a los justos que creen en las profundidades de la fe, que observan todas las horas de los rezos, que reparten como limosnas lo que no nos hemos dignado concederles, que están convencidos de que la revelación descendió hasta Ti, y que envió profetas que te precedieran. Los fieles deben tener firme seguridad en la vida del porvenir, y dirigidos por su Señor, serán dichosos.

En cuanto a los incrédulos, les es igual que les aconsejes como que no les aconsejes; nada creen: el sello de la infidelidad tienen grabado en el corazón y en los oídos; sus ojos ven tinieblas y les espera terrible castigo (Voltaire, Diccionario Filosófico, 2015).

El Corán, es considerado un texto sagrado, un texto que guía a los pueblos musulmanes para la “liberación”, para la “salvación”. Sin embargo, aunque las leyes civiles del Corán son buenas y su doctrina suele considerarse admirable los medios que emplea son horribles: se vale del engaño y del asesinato (Voltaire, Diccionario Filosófico, 2015).

Finalmente, tenemos el Hagakure, el cual es un antiguo breviario que significa “oculto bajo las hojas”. Fue escrito en el s. XVIII por YamamotoTsunetomo y tiene la intención de recopilar una filosofía  basada en las enseñanzas del bushido, que literalmente significa “el camino del guerrero”. El cual constituía un código de conducta y un modo de vida para los samuráis (2005).

El Hagakure nos muestra que los principios fundamentales para todo samurái eran la lealtad, el deber y el valor, transcendiendo el concepto de guerrero a través de los principios que llevan a un hombre o una mujer a “pelearsin perder la humanidad”, e incluso a “dirigir un equipo sin perder los valores básicos”, como apunta Omar El-Kashef (2013).

Se trata de una filosofía se fundamenta en cuatro fuentes principales:

  1. Confucianismo, con el culto y adoración a los antepasados.
  2. Budismo, con el estoicismo que lleva al samurái a aceptar la muerte como una realidad inevitable.
  3. La práctica Zen,que les llevaba a perseguir la perfección en todas las cosas.
  4. El sintoísmo, con el amor por los seres vivos y la lealtad hacia sus señores.

Siendo la intención de este texto el hacer del guerrero un hombre noble, el samurái que obedece a sus amos y que está preparado a la muerte, leamos dos párrafos del libro:

(…) La servidumbre no es otra cosa que apoyar a nuestro señor, confiarle lo bueno y lo malo y renunciar al propio interés. Basta con uno o dos hombres así para que el feudo esté a salvo

(…) Se dice que la lealtad es un elemento capital en el compromiso que vincula al señor con su siervo. Aunque muchas veces parezca imposible de obtener, siempre está delante de uno. Si te abandonas a ella, te convertirás en un excelente siervo en ese mismo instante (Omar El-Kashef,2013, p. 16 y 17).

Como se puede observar en ambas culturas (Occidental y Oriental), existen libros doctrinales que son utilizados para la educación moral de sus adeptos, remitiendo a prácticas fundamentadas en la obediencia, en la lucha de poderes que sólo llevan a la deshumanización aunque estén justificadas por el fanatismo divino. De igual forma, se nos presentan preceptos que aceptan a dioses que aunque suelan presentarse como misericordiosos, tienden a ser vengativos, coléricos y en muchas ocasiones irracionales ante la desobediencia de los hombres.

En estas culturas, al fin las culturas del hombre, se nos presentan ciertos valores que en muchas ocasiones caen en la sinrazón del humanismo, educando al hombre en función de una educación primitiva que conlleva a la práctica injustificada de pedagogías que lo único que buscan es la construcción de sociedades ideales. Pero si éstas, son guiadas por hombres egoístas, hombres ignorantes que sólo buscan su fuerza a través de la sumisión de un pueblo, y no la búsqueda de la libertad ética, de la razón y por lo tanto de la humanización, entonces,  estamos fracasando en la construcción de la persona, y estamos apostando por una pedagogía maldita que a lo único que nos lleva es a la destrucción del hombre mismo y por lo tanto a la destrucción de la sociedad.

FIN DE LA CUARTAPARTE

Referencias

Enciclopedia biografía y vidas. (s. f. ). Recuperado de: http://www.biografiasyvidas.com/monografia/mahoma/coran.htm

Omar El-Kashef. (3013). Hagakure, el camino del samurái. Recuperado de: http://www.prisaediciones.com/uploads/ficheros/libro/primeras-paginas/201302/primeras-paginas-hagakure-sendero-samurai.pdf

ParamadvaitiSwami y PrabhuAtulananda. (s. f.) El Bhagavad-gita, La Ciencia Suprema. Servicio Editorial De Los VaisnavasAcharyas: Recuperado de: http://biblio3.url.edu.gt/Libros/cien_sup.pdf

Voltaire. (2015).Diccionario filosófico.Recuperado de: http://www.e-torredebabel.com/Biblioteca/Voltaire/Alcoran-Diccionario-Filosofico.htm

YamamotoTsunetomo. (2005.  Hagakure. Book of theSamurai. Recuperado de: http://judoinfo.com/pdf/hagakure.pdf

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El efecto halo

Hugo Aboites

En el alterado contexto de la educación en México no debe extrañar la aparentemente inexplicable protesta de los jóvenes estudiantes de los Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos de nivel medio superior (las vocas) del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Como tampoco que el tema de la reforma de la educación continúe trasladándose al campo de las elecciones presidenciales de 2018, y que, encima, comiencen a darse señales de que también las propuestas de modificación a las políticas en la educación superior generarán una importante controversia.

El efecto halo, identificado casualmente hace ya cerca de un siglo por investigadores –por cierto– poco interesados en asuntos políticos, mostró que los fenómenos sociales no se explican sólo por factores que actúan linealmente (causa-efecto), sino también y sobre todo por la manera en que los conjuntos humanos construyen visiones de la realidad que pueden superar e incluso cambiar radicalmente el poder de variables lógicamente inmediatas y directas. Es decir, la Secretaría de Educación Pública (SEP) podrá repetir las veces que quiera que los cambios en el organigrama no implican modificaciones y deterioro para el IPN, pero eso, viniendo de donde viene, incluso puede confirmar que hay una maniobra oscura precisamente en esa dirección.

Después de tres años de impulsar la aprobación a cualquier costo de un nuevo marco legal en abierto deterioro de los maestros, la SEP ha perdido legitimidad como una dependencia confiable y justa. Especialmente entre recién egresados de la secundaria, quienes sienten que su única certidumbre de futuro (un título politécnico), por razones y maniobras burocráticas, puede estar ahora en peligro. Y esto porque se sienten profundamente vulnerables. Algo que les confirman cada día los asaltos que sufren en el transporte o en la calle, la persecución policiaca, la falta de empleo, la enorme dificultad para ingresar y permanecer en la escuela y el clima general de violencia, incertidumbre y represión en el país. Eso explica también la reacción ante los 43, porque en un país de más de 20 mil desaparecidos, nada garantiza que serán exentos.

En un contexto donde ellos y la sociedad miran cómo han muerto algunos maestros, otros ya son presos políticos, miles reprimidos con gas lacrimógeno y golpes, otros más despedidos o amenazados con quedarse sin trabajo, sin que todo esto inmute a la Secretaría de Educación, no es extraño que desconfíen profundamente de su capacidad de perjudicarlos también a ellos.

Por otro lado, el mismo efecto halo parece estar ocurriendo en el terreno electoral. Los 43, Atenco, la respuesta a las protestas de los maestros y hasta las denuncias en foros internacionales de personalidades como Fernando del Paso están dándole un sesgo de profundo cuestionamiento al actual gobierno y a cualquier cosa que parezca un intento de continuación de la misma política. El costo político se eleva cada día más y todo indica que seguirá aumentando en los siguientes meses.

Por lo pronto, sigue avanzando el preocupante (para el régimen) escenario de una posible alianza magisterio-López Obrador. En Durango y Zacatecas ya se confirman acercamientos ( La Jornada, 22/4/16, pág.16) semejantes al establecido en Oaxaca y, además de resultarle una molestia, el gobierno no parece tener claro cómo responder a este desbordamiento que ha generado el aplicar una presión tan intensa en el ámbito educativo. Por algún lado tenía que salir.

En este cada vez más complicado escenario de la educación, la intención de la Comisión de Educación del Senado de revisar la vigente Ley de Coordinación de la Educación Superior cuando es evidente la inquietud universitaria por el financiamiento –apenas en noviembre 2015, la Anuies Centro-Sur (rectores de Morelos, Chapingo, Querétaro, Tlaxcala, Guerrero, Estado de México y Puebla) decía: manifestamos nuestro más enérgico rechazo a la reducción de fondos federales de apoyo a la educación superior pues se estaba incumpliendo este compromiso (de no hacer recortes) (La Jornada, 2/11/15, pág. 14). Si además se tiene en cuenta el proceso en IPN, y otros casos más de intranquilidad, es claro que, ante una SEP cuyo espacio de negociación y legitimidad se ve cada vez más reducido, el factor nueva ley de educación superior puede abrir las puertas a un nuevo territorio de protesta.

Todo esto en un cronograma cada vez más apretado porque, en realidad, sólo queda un año para tranquilizar al sector educativo antes de que arranquen las campañas presidenciales. Si sigue habiendo evaluaciones, protestas y represión en 2017-18, esto obligará a las y los candidatos a pronunciarse sobre qué piensan hacer en ese terreno, y hoy es perfectamente claro que ya no hay consenso en la idea de perseguir a los maestros. Llevar a cabo campañas y elecciones presidenciales en este álgido escenario de la educación no parece ser una perspectiva deseable para el poder. Y el gobierno actual, encerrado en el callejón sin salida de la línea dura, si continúa en esa dirección sólo contribuirá a introducir el riesgo de repercusiones insospechadas para las elecciones de 2018. El efecto halo era apenas perceptible hace tres años, pero, como lo ha venido haciendo, tenderá a ampliarse cada vez más y a conectarse con otros núcleos de intranquilidad y conflicto.

Fuente del artículo: http://www.jornada.unam.mx/2016/04/30/opinion/014a2pol

Fuente de la imagen: http://www.budismocancun.org/wp-content/uploads/2012/05/causa-efecto.jpg

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Los desconciertos del profesor Obstfeld

PERSPECTIVAS DE LA ECONOMÍA MUNDIAL

Se pueden encontrar, incluso dentro del FMI y la OCDE, economistas inquietos que denuncian al capitalismo. El abismo entre su diagnóstico y sus recomendaciones es otro síntoma de la profundidad de la crisis actual.

Maurice Obstfeld es director de investigaciones en el FMI. Su reciente presentación a la prensa de las últimas Perspectivas de la Economía Mundial del FMI/1 se produjo bajo el signo del pesimismo y el desconcierto. Ciertamente, afirmó que “no estamos en crisis”. Pero su fórmula, tomada de su presidenta Christine Lagarde, de que “no estamos en estado de alarma, sino en estado de alerta”, no resulta en el fondo nada tranquilizadora. Ya que el diagnóstico de conjunto es: “el crecimiento mundial continúa, pero a un ritmo cada vez más decepcionante, exponiendo a amenazas a la economía mundial. El crecimiento ha sido demasiado débil desde hace demasiado tiempo”.

Por “amenazas” hay que entender acontecimientos financieros, económicos o políticos que desestabilizarían aún más la economía mundial. Para hacerlas frente, la FMI recomienda una política con tres ejes: monetario, presupuestario y sin olvidar las inevitables “reformas estructurales”. Uno de los periodistas presentes reaccionó con algo de impertinencia ante el enunciado de este programa: “Hace ya 20 años que asisto a estas reuniones. Y siempre oigo las mismas cosas, una y otra vez. Usted ha dicho financiero, estructural y monetario. Pero como usted ya sabe, el monetario está casi agotado, el presupuestario está fuera de alcance para muchos. En cuanto al estructural, requiere un tiempo muy largo. En estas condiciones, ¿qué hay que hacer para mejorar la situación a corto plazo?”

Christine Lagarde:

“no estamos en estado de alarma”

Respuestas equivocadas de medio a medio

Excelente pregunta, que describe muy bien las angustias del FMI: se ven las amenazas, pero sus repetitivas propuestas están completamente equivocadas. Así, Obstfeld cita la salida de capitales de los mercados emergentes como ejemplo de los “episodios de turbulencias” que tanto teme. En lugar de hablar de los instrumentos que permiten regular el tipo de cambio –que es en teoría una de las principales misiones del FMI– se remite al capítulo 2 de las Perspectivas/2 que, en su opinión, demuestra que la mayor parte de los países emergentes “han conseguido hacer frente”. Es bastante alucinante, si se piensa por ejemplo en el impacto que ha provocado en Brasil la brutal retirada de capitales.

El gráfico adjunto permite recordar la historia. Muestra cómo el real brasileño se revalorizó considerablemente desde comienzos de 2003: el tipo de cambio del real pasó de 0,28 dólares a 0,62 dólares a comienzos de 2011. Es cierto que la crisis lo había hecho caer en 2009, pero la resistencia de los BRICS tranquilizó a los inversores, atraídos por una elevada rentabilidad. Pero a mediados de 2011 se retiraron: fue el sudden stop, la interrupción brutal de las entradas de capitales, que desencadenó una caída continua del real, equivalente a una devaluación del 60 % respecto al dólar. Se puede discutir cuál debería ser el tipo de cambio adecuado, pero una cosa es segura: no es gestionable una economía tan expuesta a la volatibilidad de los capitales.

Gráfico

Tipo de cambio del real respecto al dólar

Sólo es economía: Obstfeld se ha dado cuenta también de que “ en muchos países, la débil progresión de los salarios y las crecientes desigualdades han conducido a la extendida idea de que el crecimiento económico ha beneficiado sobre todo a las élites económicas”. No se sabe si comparte este punto de vista, pero la única consecuencia que deduce es que avanzan las actitudes nacionalistas y hay menos “derecho al error”.

En cuanto a las famosas reformas estructurales, el capítulo 3 de las Perspectivas/3, dedicado a ellas, lanza un mensaje prudentemente equilibrado: aunque “aumentan la producción y el empleo a medio plazo” (como todo el mundo sabe), tienen sin embargo que ir acompañadas de “políticas macroeconómicas complementarias para maximizar su efecto a corto plazo, dada la situación de subempleo en la mayor parte de las economías avanzadas”. Algunas reformas incluso pueden “volverse recesionistas en período de ralentización”. La recomendación del FMI es por tanto “establecer con cuidado el orden de prioridades y el calendario de puesta en marcha de las reformas”. Traducción: las reformas estructurales son seguramente una excelente idea, aunque tal vez no en una coyuntura recesiva.

El mismo “estado de alerta” se encuentra en el Monitor de las Finanzas Públicas (Fiscal Monitor), publicado al mismo tiempo/4. El cuadro que presenta es también inquietante: “los ratios de deuda pública se han deteriorado en casi todas partes y las finanzas públicas se han vuelto más vulnerables”. Según el FMI, es el resultado de la “debilidad persistente de la actividad económica”, que evidentemente no tiene nada que ver con las políticas de austeridad (o mejor dicho de saneamiento presupuestario, según la jerga neoliberal), cuya eficacia es elogiada en el propio informe. De este panorama, el director del Departamento de Finanzas Públicas del FMI, Vitor Gaspar, deduce este resplandeciente principio: “todos los países deben adaptarse a estas nuevas realidades, pero no hay solución única”. ¿Qué política presupuestaria hay que llevar a cabo en estas condiciones? Debe ser “favorable al crecimiento, sobre todo con medidas que estimulen el crecimiento a corto y a medio plazo”. ¿También en Grecia?

Todo ello revela un profundo desconcierto, que es fácil de explicar: el FMI señala con lucidez los disfuncionamientos del capitalismo mundial, pero las eventuales soluciones que podrían pensarse se escapan a su radar neoliberal.

Inversión: el sector privado no quiere, el público no puede

Hace un año, en sus anteriores Perspectivas de la Economía Mundial/5, el FMI ya se mostraba pesimista y se preguntaba por las razones del débil dinamismo de la inversión. Como en el caso del aumento de la deuda, lo explicaba de forma bastante tautológica, por la “debilidad general de la actividad económica”. Es verdad que la debilidad de la acumulación de capital es una característica esencial del actual período. Pero se merece un examen menos superficial.

Un estudio del Banco Internacional de Pagos/6 aporta a esta cuestión un punto de vista mucho más interesante. Sus autores comienzan por recusar la teoría de que la inversión estaría frenada por un crédito demasiado caro o forzado. Citan también la incertidumbre, pero le dan un contenido concreto: “podría ocurrir que las empresas prevean un retorno de la inversión inferior al coste del capital ajustado por el riesgo y comparado con las rentas que podrían obtener de activos financieros más líquidos”. Y aún cuando las empresas están relativamente confiadas sobre las perspectivas de la demanda, pueden “tener reticencias en invertir si piensan que la rentabilidad del capital adicional será débil”. La cuestión clave es por tanto “la falta de ocasiones de inversión rentables”.

Otro factor que pesa sobre la recuperación de la inversión es la lentitud del proceso de desendeudamiento (deleveraging). Entre 2007 y 2014, la suma total de las deudas, públicas o privadas, ha aumentado en 57 billones de dólares a escala mundial, y el ratio deuda/PIB en 17 puntos/7. Esta progresión afecta también a la deuda de las empresas que sigue creciendo rápidamente en algunos países: ha aumentado en 18 billones de dólares, pasando del 72,5 % del PIB mundial al 80,5 %, entre 2007 y 2014. Y el Global Institute McKinsey subraya que esto “implica nuevos riesgos para la estabilidad financiera y podría afectar al crecimiento económico mundial”.

Si la iniciativa privada ha perdido confianza porque escasean las ocasiones de inversión rentable, la inversión pública podría tomar el relevo. Esta idea ha dado lugar a múltiples propuestas, procedentes sobre todo de sindicatos o de economistas heterodoxos. Todas ellas insisten en el papel de la intervención pública en el desarrollo de las infraestructuras y en dirigir la transición ecológica. Sería la vía a seguir y todas estas contribuciones tienen gran utilidad para revalorizar la intervención pública en estrecha relación con el paso a un nuevo modelo de desarrollo.

Pero todas ellas chocan con esta contradicción fundamental: ¿cómo conciliar un relanzamiento de la inversión pública con las políticas de ajuste presupuestario? Esta contradicción es particularmente flagrante en el caso de la Unión Europea que ha “constitucionalizado” en la práctica la prohibición de cualquier nuevo endeudamiento y ha insistido en reducir al mínimo el presupuesto europeo.

Esto da lugar a diversas contorsiones retóricas. Por ejemplo, France Stratégie/8 identifica tres sectores prioritarios (transportes, energía e informática) pero añade a continuación esta cláusula de estilo: “dadas las actuales obligaciones presupuestarias, es imperativo seleccionar con cuidado las inversiones estudiadas, validando su utilidad social”. El FMI cree que ha llegado la hora de un esfuerzo (push) en materia de infraestructuras/9, y asegura que “proyectos financiados con deuda podrían tener grandes impactos sin aumentar el ratio deuda/PIB”, pero añade esta condición: “si es una inversión eficaz que responde a necesidades en infraestructuras claramente identificadas”.

En cuanto a la Comisión Europea/10, reconoce que “inversiones públicas en infraestructuras bien enfocadas pueden ser útiles en algunos casos”, pero añade a contunuación que “deben tenerse en cuenta las condiciones macroeconómicas, incluidas las obligaciones presupuestarias y la necesidad de aumentar la financiación privada”. No se podría subrayar mejor la prioridad dada de forma más o menos explícita a la iniciativa privada, y el creciente divorcio entre los criterios de rentabilidad y los que dan prioridad a la eficacia social y medioambiental.

Los salarios: ganancias contra mercados

Una idea se está abriendo camino: una revalorización de los salarios podría relanzar la actividad económica y reducir las desigualdades. Podría decirse incluso que el salario mínimo está de moda. En enero de 2015, se instituyó en Alemania un salario mínimo de 8,50 € la hora, sin que ello provocase la destrucción de 200 000 empleos como anunciaron los economistas neoliberales. Como lo demuestra Ronald Jansenn/11, consejero de la Comisión sindical consultiva ante la OCDE, el salario mínimo ha tenido en cambio el efecto de “forzar a los empleadores a ofrecer empleos ‘normales’, cubiertos por la seguridad social”. Una interesante lección que muestra a contrario que la flexibilidad no crea empleos sino que “permite a los empleadores transformar empleos regulares en empleos precarios o mal pagados”.

El pasado 1 de abril, David Cameron, primer ministro británico, decidió aumentar el salario mínimo en un 7,5 %. Pasaría a 9,10 € la hora (frente a 9,67 € en Francia), y debería aumentar un 40 % de aquí a 2020. En los Estados Unidos, el salario mínimo federal está bloqueado en 7,25 $ desde 2009. Barack Obama querría hacerlo subir a 10,10 $ antes de su marcha, Hillary Clinton duda entre 12 $ y 15 $, y Bernie Sanders reivindica claramente los 15 $. El Estado de Nueva York y California ya han decidido subirlo a 15 $, de aquí a 2018 y 2022. En Rusia, el salario mensual mínimo va a aumentar un 20 % y pasará a 7500 rublos (unos 98 €). Y se sabe que en China los salarios han aumentado a un ritmo de más del 10 % anual desde hace algunos años/12.

Hay una enorme contradicción con las llamadas políticas de competitividad que pretenden hacer bajar el “coste del trabajo”. Es la contradicción clásica entre ganancias y mercados, que Patrick Artus ha sabido resumir con mucha ingenuidad: las “políticas económicas de recuperación salarial, de reducción de las desigualdades salariales, pueden ser peligrosas si no van asociadas a la aceptación por parte de las empresas de una menor rentabilidad del capital«/13.

Las deudas: ¿nunca reembolsadas?

Otro motivo de inquietud preocupa a William White, el presidente del Comité examinador (Economic Development and Review Committee) de la OCDE/14. Cuando era economista jefe del Banco Internacional de Pagos, advirtió, junto con su colega Claudio Borio, de los riesgos de una crisis antes de que ésta estallase en 2008. Hoy piensa que la situación “es peor de lo que era en 2007” y que “hemos agotado todas las municiones macroeconómicas de que disponemos para hacer frente a los cambios de coyuntura”. La razón es la acumulación de deudas, propulsadas sobre todo por las políticas monetarias: “siempre ha sido peligroso confiar a los bancos centrales la tarea de resolver un problema de solvencia (…) Eso sólo puede llevar al desorden, y hay día alcanzamos el límite”.

“En el Banco Internacional de Pagos hemos dirigido

muchos buenos consejos a los bancos centrales,

pero por desgracia nadie nos ha escuchado”

Según White, la próxima recesión debería mostrar que una gran parte de las deudas acumuladas, públicas o privadas, “nunca podrán ser liquidadas ni reembolsadas”. Los gobiernos deberían adoptar “un enfoque más sistemático de reducción de deudas”. Y White no duda en incitar a los responsables públicos a “prestar más atención al crecimiento de los salarios, que se mantiene demasiado débil”. Aunque dicho en lenguaje diplomático, es un mensaje al que la OCDE no nos tenía acostumbrados.

Wwite resume bien el desconcierto de los más lúcidos economistas dominantes cuando declara que “los economistas han cometido un profundo error ontológico, postulando que la economía es comprensible. Y han inferido de ello que la podían comprender, y también la podían controlar”.

Se comprende este desconcierto ante un capitalismo manifiestamente trastornado al que nadie parece querer atajar: “dinero en todas partes, crecimiento en ninguna”, nos dicen tanto Le Monde como Le Figaro. Y esta vez es el lector quien queda perplejo cuando descubre que el propio The Economist se pregunta si no habrá “demasiadas ganancias/15 y llega a reconocer que Hillary Clinton y Bernie Sander tienen razón cuando dicen que la economía está “trucada” (rigged), porque ganancias demasiado elevadas “puede significar que hay empresas más aptas para engullir riqueza que para crearla”.

William White: La macroeconomía moderna se funda

en una creencia errónea

Esta conclusión aclara y matiza la oposición entre keynesianos y marxistas sobre el análisis del período. A riesgo de caricatura, podría resumirse el debate de esta manera: los keynesianos dicen que es una política absurda no relanzar la demanda; y los marxistas replican: no es verdad, se trata de una política racional, porque pretende sostener la tasa de ganancia. Las políticas neoliberales tienen en el fondo dos objetivos: restablecer la tasa de ganancia y garantizar el capital ficticio, o dicho de otra manera los derechos de emisión del “1 %” sobre la plusvalía. Pero continuar estos objetivos, que sería lo racional desde el punto de vista de los intereses de los dominadores, engendra toda una serie de “turbulencias” en el funcionamiento del capitalismo: la acumulación del capital no llega a despegar, los mercados se frenan, y las deudas privadas o públicas conducen a una presión insostenible sobre la actividad económica. Retomando la fórmula de Artus, haría falta que las empresas “acepten una menor rentabilidad del capital” y, como subraya White, adoptar “un enfoque más sistemático de reducción de deudas”. Pero estas dos reivindicaciones son con toda evidencia totalmente extrañas a la lógica profunda del capitalismo.

20/04/2016

http://alencontre.org/laune/les-des…

Notas:

1/ «Press Conference on the Release of the April 2016 World Economic Outlook», 12 de abril de 2016.

2/ «Understanding The Slowdown In Capital Flows To Emerging Markets», FMI, World Economic Outlook, capítulo 2, abril 2016.

3/ «Time for a supply-side boost? Macroeconomic effects of labor and product market reforms in advanced economies», FMI, World Economic Outlook, capítulo 3, abril 2016.

4/ «Faire face à une nouvelle réalité», Boletin del FMI, 13 de abril de 2016.

5/ FMI, «Uneven Growth: Short- and Long-Term Factors«,World Economic Outlook, abril 2015.

6/ «(Why) Is investment weak?«, BIS Quarterly Review, marzo 2015.

7/ «Debt and (not much) deleveraging», McKinsey Global Institute, febrero 2015.

8/ «Trois secteurs cibles pour une stratégie européenne d’investissement» France Stratégie, noviembre 2014.

9/ «Is it time for an infrastructure push? The macroeconomic effects of public investment«, FMI, World Economic Outlook, capítulo 3, octubre 2014.

10/ «Infrastructure in the EU: Developments and Impact on Growth», European Economy Occasional Papersn°203, 2014.

11/ «The German Minimum Wage Is Not A Job Killer«, Ronald Janssen, Social Europe Jounal, 9 de septiembre de 2015.

12/ «Dernière innovation de la Silicon Valley : le salaire minimum le plus haut du monde«, Gilles Raveaud,AlterEcoPlus, 6 de abril de 2016.

13/ «Hausse des salaires versus exigence de rentabilité du capital», Patrick Artus, 8 avril 2016.

14/ «World faces wave of epic debt defaults«, William White, Enero-febrero 2016; ver también este video: «Today’s Central Banks Policy Risks Ending Unhappily«, Bloomberg, 9 de febrero de 2016.

15/ «Too Much of a Good Thing» The Economist, 26 de marzo de 2016.

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Sobre los Impeachement: Nos toca aprender y enseñar

Alejandra Laprea

Nos hemos dado la constitución más progresista que hemos soñado, ahora nos toca otra lección dura con la recolección de firmas y aprender que la democracia venezolana, esa participativa y protagónica, nos la tenemos que ganar y defender a pulso, en la calle.

El revocatorio es un mecanismo constitucional que da el poder al pueblo venezolano de evaluar un gobierno a mitad de período, un mecanismo mucho más maduro que los impeachement o juicios políticos, como el que se está escenificando actualmente en Brasil. Los impeachement (y seguimos usando el término en inglés porque ahora está en la boca de todas y todos) es una figura jurídica que proviene del derecho anglosajón y que delega en los parlamentos, órganos legislativos, el poder de acusar y juzgar un alto cargo.

En el caso de Brasil su constitución delega en 594 personas presentes en las cámara de diputados y senado el derogar lo que más de 55 millones de brasileros y brasileras decidieron cuando le dieron sus votos a la compañera Dilma.

Nuestro compromiso es con la defensa de la Constitución y podemos estar seguras y seguros que el primer acto de gobierno de un hipotético presidente de oposición es la reforma o derogación de nuestra amada constitución, sobre todo por la necesidad que tiene la ideología de derecha de usurpar, apoderarse y expropiar los derechos de los pueblos. Así, y por muy contradictorio que suene, lo primero que aboliría un gobierno de derecha es el mecanismos de referendo.

Venezuela es un ejemplo en el mundo de una nueva forma de democracia y en su defensa tenemos que ser grandes educadoras y educadores populares y tomar las calles para debatir sobre el por qué debemos seguir en revolución, por qué debemos conservar el gobierno de Nicolás Maduro, argumentos tenemos de sobra para el debate. Dando así un mensaje claro y contundente a todas las fuerzas políticasque sirva de aliento y respaldo al presidente y de disuasión a quienes creen en salidas alternativas a la democrática y a quienes hacen la contra revolución dentro de las instituciones.

__________

La Araña Feminista teje la red de colectivos de mujeres socialistas de Venezuela. Este es un espacio reflexivo e informativo sobre nuestras luchas y conquistas. La unión de nuestras voces construye el socialismo feminista.

http://encuentrofeminista.weebly.comwebfeminista@gmail.com

Fuente del artículo: http://ciudadccs.info/alejandra-lapreala-arana-feministanos-toca-aprender-y-ensenar/

Fuente de la imagen: http://sumamente.com.mx/wp-content/uploads/2016/03/im-jpg.jpg

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La sociedad civil: ¿una causa para los ciudadanos o para el Estado?

Fausto Segovia

Nuevas lecturas sobre la sociedad civil frente al ocaso de los partidos políticos, y la influencia notoria de las redes sociales en una sociedad conectada.

El discurso oficial y las supuestas contradicciones entre una revolución ciudadana y el ejercicio de una ciudadanía plural que intenta participar sin la tutela estatal. Elementos para un debate abierto. La pregunta es pertinente, cuando los vientos de las reformas se cuecen no tanto en las ‘cúpulas’ como antaño –hoy casi desaparecidas-, sino en las calles donde se manifiesta la gente, gracias a un adminículo súper moderno –el celular- que es la ‘estrella’ de las redes sociales.

• El desarrollo humano: el contexto

La sociedad civil – ahora cuestionada en foros internacionales por el oficialismo – no nació de la nada. Fue en la década de los setenta, gracias a Manfred Max-Neff, un científico sueco que lideró un grupo de especialistas patrocinado por las Naciones Unidas, cuando el concepto y praxis de un nuevo modelo de desarrollo, tomó fuerza en nombre de la denominada tercera vía, ante el supuesto fracaso del socialismo y el capitalismo. Su trabajo se expresó en el libro ‘El desarrollo a escala humana’, que es un verdadero referente para el diseño de las políticas públicas de desarrollo hasta nuestros días, especialmente en el Tercer Mundo.

Asumida por las Naciones Unidas esta teoría se expresa en los Índices de Desarrollo Humano –IDH- que ubica a los países según tres variables fundamentales: la escolaridad (educación); la esperanza de vida (salud y nutrición); y el empleo (trabajo), que se complementa con algunos indicadores. La satisfacción de las necesidades básicas de las personas constituye la calidad de vida, que es el propósito central del desarrollo humano sustentable.

En este escenario, la sociedad civil organizada asume un papel importante, no tanto como contrapoder frente al Estado tradicional, sino como una instancia visible de la organización popular, antes liderada exclusivamente por los gremios de artesanos, comités de empresa y sindicatos. Y comenzó a hablarse de tres sectores plenamente definidos: el público, representado por el Estado; el privado, con sus cámaras y gremios instalados en la lógica del mercado; y la sociedad civil, abierta y plural que, en principio, halló un desfogue en las llamadas organizaciones no gubernamentales o ONG y en otras expresiones de militancia, cuyo eje articulador es algo difuso todavía, pero de gran significación social y política: la ciudadanía.

• Democracia y ciudadanía

Y con la ciudadanía –más allá de un eslogan electoral- surge una nueva expresión de concebir y hacer política, dentro de los parámetros democráticos. Veamos por qué: la ortodoxia consideraba que la democracia era el conjunto de procedimientos para elegir gobernantes. Esta teoría elitista de la política fue cuestionada por la teoría participativa que, sin salirse del enfoque institucional, intentó recuperar la acción política para los ciudadanos, pero dentro del ámbito del Estado y sus instituciones.

El resultado ha sido exitoso para el oficialismo, y un fiasco para el pensamiento alternativo. El supuesto éxito del modelo estriba en que los ciudadanos ahora ejercen el poder, con énfasis en una nueva institucionalidad derivada de la Constitución de 2008, mientras la otra concepción plantea lo contrario: desestatizar la política, en el sentido que los asuntos públicos, en esencia, conciernen no solo exclusiva y excluyentemente al Estado, como plantea la teoría tradicional, sino al pueblo (ciudadanos y ciudadanas conscientes y libres). De ahí la interrogante de este ensayo: La sociedad civil, ¿una causa para los ciudadanos o para el Estado?

• Una mirada académica

Ángel Sermeño en el ensayo ‘Democracia y participación política: los retos del presente’ sostiene que ‘como sabemos, la exitosa y oportuna invocación de la noción de sociedad civil a lo largo de los ochenta y noventa estuvo acompañada de evidentes desventajas analíticas y conceptuales en razón de la extraordinaria y laberíntica polisemia del término y por el abuso de su instrumentalización, así como de su usualmente pésima operativación (Honnet, 1999; Giner, 1996: 117–146; Olvera, 2003)’. ‘Sin embargo, más allá de esos usos erróneos, la categoría de sociedad civil, con su indiscutible riqueza normativa, posibilitó fundamentar el principio antiautoritario de autonomía de la esfera de lo social, sin el cual es impensable concebir un nuevo tipo de orden político genuinamente democrático.

En consecuencia, diferenciar la sociedad del Estado y del mercado permitió, por una parte, teorizar el rol de las redes de asociaciones independientes del Estado que, no obstante, persiguen influir en la definición de las políticas públicas; pero, por otra parte, también permitió caer en la cuenta de la importancia estratégica del espacio público y de la opinión pública para la ampliación del discurso democrático. Es decir, hizo posible tomar conciencia de la importancia para la democracia y la ciudadanía de una esfera pública asentada sobre la sociedad civil’, concluye Sermeño.

• La opción por la solidaridad E

En esa perspectiva, Agapito Maestre, investigador de renombre, siguiendo a Hannah Arendt, visualiza dos grandes corrientes: las democracias liberables que padecen una grave crisis de representatividad, y la sociedad civil, que busca denodadamente espacios que intentan resolver el dilema de los que creen -y hay muchas razones para ello- que la política equivale a corrupción, es decir, a una perversión de lo político.

Si la política es ‘materialmente de nadie y potencialmente de todos’, en la feliz expresión de Dubiel, está en los sujetos concretos y no en algunas instituciones -virtualmente desacreditadas- la construcción de una democracia posible. ¿Qué hacer entonces para lograr que ese ‘privatismo apolítico’, esto es, aquel en el que el individuo se refugia en lo privado, sin ningún contacto con lo social ni con lo político, tenga una salida hacia una participación real en las cuestiones que interesan a todos?

La respuesta no es fácil, porque este tipo de individuo -ensimismado y sin proyección histórico-social- está, en cierto modo, favorecido por el sistema que sacraliza el voto (El voto es igual a democracia, lo cual es un sofisma, porque el sufragio no pasa de ser para muchos un mero ejercicio formal de elección a cambio de un certificado).

Otra razón es que los llamados políticos profesionales nos tratan en época de elecciones como infantes o clientes, donde las demandas de los ciudadanos no aparecen. La alternativa es, según Maestre, a contrapelo de las tendencias privatistas, proponer la solidaridad como esencia de la democracia, sobre la base de animar la participación efectiva; no la manifestación ni el griterío, sino la generación de propuestas y acciones que ayuden a creer y crear oportunidades para construir una sociedad mejor.

• Cultura política

Pero la solidaridad no basta, según Jesús Martín Barbero: ‘Tenemos una cultura política trasplantada que se condensó en instituciones formales necesarísimas, pero profundamente ajenas, distanciadas de los modos de ver, de sentir, de decir, de estos países’. Así, los partidos tradicionales no sintonizaron con la cultura política del pueblo y se produjo una especie de simulación, que dio origen a los populismos puramente gestuales, sin contenidos y definitivamente antidemocráticos y antisociales. El resultado no pudo ser más cruel: la democracia se volvió insignificante, en términos de participación de los bienes sociales. Y el populismo -que sigue vivo- tuvo la ventaja de ‘conectarse’ con la cultura política del pueblo, mientras en la otra orilla, la hegemonía del discurso ortodoxo e intelectual, convirtió a los ciudadanos en audiencias y públicos. En ambos casos la participación ciudadana quedó en el limbo.

 El despertar de la sociedad civil

La expresión sociedad civil tiene diversas connotaciones. En lo conceptual es un grupo humano constituido por ciudadanos y ciudadanas, libres e iguales, que participan, asumiendo derechos y obligaciones, en la construcción del bien común, que actúa –debe actuar- en espacios propios, no estatales ni centrados en la empresa o el mercado. A diferencia de la sociedad armada, la sociedad civil es deliberante y actúa dentro de espacios plurales, diferentes o divergentes al discurso oficial, donde la no violencia activa y la resistencia son estrategias reales, incluso garantizadas por la Constitución. La participación ciudadana es entonces una respuesta creativa frente al desgaste de los mecanismos de representación formal, porque intenta una acción directa sobre la base del reconocimiento de las diversidades políticas, económicas, sociales y culturales.

En ese despertar de la sociedad civil, las redes sociales ocupan un lugar protagónico. Pero ese es otro tema. Hasta pronto.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/blogs/la-silla-ElComercio.com

Fuente de la imagen: http://laboratoriosdepaz.org/wp-content/uploads/2013/10/sociedad_civil.jpg

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La educación y el cuidado de la casa común

Ángela Escallón Emiliani

Las problemáticas ambientales del siglo XXI plantean grandes retos para que las sociedades puedan avanzar hacia imaginar alternativas al desarrollo en el que hoy estamos inmersos. Es insostenible seguir creyendo en el “mito del desarrollo”, en esa carrera por conseguir el progreso y la felicidad, a expensas de la naturaleza y, poniendo en riesgo la viabilidad de la vida en la tierra.

Estamos viviendo un momento crítico en la historia del planeta que nos compete a todos. Han existido a lo largo de la historia otros momentos atribuibles a eventos naturales (glaciaciones, meteoritos), pero la diferencia es que éste lo ha causado el ser humano en muy corto tiempo, y la solución está en nuestras manos.

Las reacciones frente al clima actual reflejan que no hemos alcanzado aún la suficiente conciencia sobre la gravedad del cambio climático. Nos quejamos y sorprendemos por el calor, por la escasez de agua y por el racionamiento de energía, como si el problema fuera causado por otros o se lo atribuimos al Fenómeno del Niño, que es pasajero. No se ha logrado dimensionar que lo que está ocurriendo con el clima es estructural y en gran medida irreversible: descongelamiento de los nevados y glaciares, pérdida a gran escala de la biodiversidad, desertificación, plagas, elevación del nivel de los océanos…

Creemos que para ello se requieren varios cambios que tenemos que promover, desde distintos ángulos y obviamente todos pasan por ser procesos educativos, veamos algunos de ellos:

  • Una educación que reivindique el valor fundamental de la vida misma y el derecho de todas las especies a existir, y que desarrolle en el ser humano las dimensiones del saber, del ser, del saber hacer y del saber estar en el mundo para transformar el modo en que hoy percibimos, pensamos, valoramos y hacemos, que está asociado con una visión de la realidad que no es la única posible.
  • El reto de construir estilos de vida que sean realmente sostenibles exige una educación que promueva la creatividad, el pensamiento crítico y transformador del entorno, que motive y genere autonomía en las personas y que permita adquirir los conocimientos, las competencias, las actitudes y los valores necesarios para desarrollar la capacidad en los individuos y colectivos de imaginar y construir sociedades justas, colaborativas y ecológicamente equilibradas.
  • Una educación más incisiva e ilustrativa. No basta con hablar del calentamiento global y sus graves consecuencias, como un fenómeno que sentimos fuera de nuestro alcance. Es crucial entender la interconexión de los fenómenos biológicos y los sociales y la interdependencia entre la especie humana con todo lo que existe en este maravilloso planeta, así como también, el lugar que ocupamos en el universo y lo efímero de nuestra existencia.

Estamos enfrentando diversas crisis en la sociedad actual, que llevan a la turbulencia que vivimos, lo que evidencia la necesidad de un cambio de paradigmas. Para entender lo que ocurre no es suficiente contar con información, es fundamental desarrollar la capacidad de análisis sistémico y la educación no está formando para abordar este desafío. Cada vez es más evidente que lo que se necesita es una educación para el cambio, para la incertidumbre, con un enfoque de aprendizajes contextualizados en las realidades que vivimos, que incluya nuevos elementos en las comprensiones de los problemas, que reoriente la dirección y cambie las reglas de juego.

Son las nuevas generaciones las que nos han mostrado cómo romper con esos imaginarios y paradigmas que nos tienen atados sin hacer nada. Así como las llamadas generaciones X y Y trajeron grandes cambios en la sociedad, hoy estamos ante una generación que está rompiendo todos los esquemas. Estos niños y jóvenes nos dan ejemplo de cómo asumir desde ya la responsabilidad del mundo que dejamos, con verdaderos compromisos y tomando acciones reales que generen cambios. La nueva generación ya está creciendo con ese chip en su formación, su crecimiento junto al mundo digital, y la inmediatez de este, ha hecho que sean personas que no pueden esperar a que otros tomen decisiones y realicen acciones por ellos.

Casos como el movimiento “Generation Zero” de Nueva Zelanda, que fue fundado con el objetivo principal de proporcionar soluciones para para reducir la contaminación de carbono a través del transporte inteligente, ciudades habitables y la independencia de los combustibles fósiles; o el movimiento “Truth” de Estados Unidos, que busca consolidar la primera generación que decide no fumar por su salud y por la protección del medio ambiente; son muestra de que es hora de acabar con el imaginario que teníamos anteriormente, donde creíamos que la crisis ambiental era un tema que sólo les concernía a activistas o hippies.

Desde los líderes espirituales hasta los políticos, desde los jóvenes hasta los parlamentarios, desde los niños hasta los padres, no sólo tenemos que tener consciencia de las problemáticas, debemos tomar acciones que empiecen a generar verdaderos cambios. Hoy más que nunca se necesita un ser humano consciente de sus responsabilidades individuales y como colectivo, que se reconozca como agente del cambio y que entienda que las decisiones que toma día a día, relacionadas con su estilo de vida, son determinantes para profundizar estas crisis o para aportar a su solución.

La educación, como la serpiente, debe soltar su vieja piel y transformarse para responder adecuadamente a estos desafíos. Tiene el gran reto de abrir nuevos caminos para que el homo sapiens repiense su ser y estar en el mundo.


Este Post,  elaborado en colaboración con el equipo técnico de profesionales de la Fundación Corona, se publicó originalmente en la Silla Llena en abril de 2016, o puede consultarse enFundaciónCorona.org.c

Fuente del articulo: http://pcnpost.com/angela-escallon-la-educacion-y-el-cuidado-de-la-casa-comun/

Fuente de la imagen: http://images.forwallpaper.com/files/images/d/dc92/dc92b041/1029140/%C3%B6kobirne.jpg

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