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ONU: Las escuelas de América Latina deben reanudar un 100% sus clases presenciales de inmediato

Las escuelas de América Latina deben reanudar un 100% sus clases presenciales de inmediato

13 Octubre 2021

La recuperación económica de la región tras la crisis del COVID-19 depende en gran parte de la regularización de las actividades escolares, cuanto más se demoren, más tardará el repunte, coinciden tres agencias de la ONU, que urgen a invertir más en educación para romper los ciclos de pobreza y desigualdad.

La pandemia de COVID-19 ya no es una emergencia, sino una crisis prolongada que requiere de acciones en el corto plazo, dijo este miércoles la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Alicia Bárcena detalló que la primera de esas acciones debe ser el regreso inmediato de los estudiantes a las escuelas.

La titular de la CEPAL hizo estas aseveraciones en la jornada inaugural del Primer Seminario Regional de Desarrollo Social: Educación en América Latina y el Caribe, una reunión de tres días en la que también participan las responsables regionales del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), ministros y otros altos funcionarios gubernamentales, así como especialistas del sector educativo y representantes de la sociedad civil.

Los ponentes en el evento virtual coincidieron en recalcar la importancia de la reapertura de las escuelas y regularización de las clases presenciales no sólo para el repunte económico, sino también para la reconstrucción del tejido social dañado por los confinamientos y la prolongada ausencia de los estudiantes en las aulas.

Los cierres aún perjudican a dos tercios de los estudiantes

La directora regional de UNICEF señaló que hoy, a 20 meses del inicio de la pandemia, el cierre total o parcial de las escuelas sigue afectando a dos de cada tres niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe.

“Esto significa que un total de 86 millones de estudiantes siguen fuera de las aulas”, precisó Jean Gough y agregó que muchos niños ha caído en situación de trabajo infantil o no han continuado su educación por no tener acceso a internet a causa de la pobreza o la falta de infraestructura.

UNICEF y la UNESCO han subrayado la importancia de superar las inequdiades educativas para garantizar la inclusión y reducir la vulnerabilidad de los niños, adolescentes y jóvenes.

La peor crisis educativa

Afirmó que la región atraviesa la peor crisis educativa de su historia.

“El costo de esto es abrumador para los niños y adolescentes, y para la productividad futura de sus países. Más allá del impacto inmediato, las consecuencias financieras de la crisis educativa impactarán las economías de la región en los próximos años”, abundó Gough.

Citó datos del Banco Mundial que indican que el cierre de las escuelas podría traducirse en una caída de 1,7 billones de dólares en los ingresos futuros para la región, lo que equivale al 16% del PIB regional y aseveró que no se puede esperar a que todo el cuerpo docente o los niños estén vacunados contra el coronavirus dada la escasez y distribución inequitativa de las inmunizaciones.

Una escuela móvil visita un campamento de migrantes y refugiados venezolanos en La Paz, Bolivia.

Demorar la reapertura es demorar la recuperación

“Cuanto más tiempo dejemos a los niños, especialmente a los más pobres fuera de las aulas, más lenta será la recuperación económica tras la pandemia. No podemos esperar”, recalcó.

Gough reconoció los esfuerzos de los sistemas educativos por continuar la educación a distancia, pero insistió en que muchos niños, en particular los de los grupos más pobres y vulnerables de la población, no pudieron incorporarse a esa forma de aprender por no tener conexión a internet.

“La reapertura de las escuelas no está siendo priorizada en los procesos de reactivación social y económica de muchos países de la región”, lamentó, añadiendo que los niños y adolescentes pueden acudir hoy a los cines o restaurantes, mientras que sus escuelas siguen cerradas, lo que viola su derecho a una educación inclusiva y de calidad.

Alertó del riesgo, que crece a la par del tiempo fuera de las aulas, de un abandono escolar total y de que los menores caigan en redes de explotación infantil.

Más allá de lo académico

En el mismo tenor, Alicia Bárcena recordó que las escuelas cumplen un papel que va más allá de lo académico ya que tienen una función de protección y monitoreo de la situación de los niños en una región caracterizada por sistemas débiles de protección social.

“Desafortunadamente, la educación no ha estado en el centro del debate de las agendas de política pública para abordar esta crisis prolongada y la recuperación”, reclamó, haciendo notar que el 99% de los estudiantes de la región experimentó una interrupción total o parcial de al menos 40 semanas de clases presenciales, lo que supone un año académico.

Tras resaltar la enorme brecha digital, evidenciada con la pandemia, previó que las condiciones de inequidad ya existentes antes de la crisis del COVID-19 se agudizarán generando una crisis silenciosa.

“Urge promover el regreso gradual y seguro a las escuelas con una amplia coordinación entre los sectores educativo y sanitario”, detalló.

Bárcena sostuvo que el regreso a las escuelas es muy importante, particularmente para los grupos más desfavorecidos, porque también desempeña un rol de socialización que protege a los niños y jóvenes de lacras como la violencia o la desatención de la salud, entre otras.

La regularización de las escuelas significa, además, la posibilidad de regresar al trabajo, sobre todo en el caso de las mujeres, aseguró.

Paquetes de comida para distribuir en escuelas de Venezuela

Bienestar socioemocional

Subrayó, asimismo, el impacto del cierre de las escuelas en la salud mental de los estudiantes y sus familias, tanto por la mayor exposición a internet, como por el aislamiento social, al igual por la pérdida de familiares cercanos ya que el 14% de los niños de la región ha perdido a sus cuidadores.

“Es imperativo que las estrategias de continuidad y retorno educativo prioricen el bienestar socioemocional de toda la comunidad escolar, no sólo de los estudiantes, sino de los docentes y de las familias que han estado sobrecargados con la pandemia”, dijo.

Bárcena abogó por la construcción de nuevos sistemas educativos más inclusivos y resilientes, y llamó a establecer una agenda de recuperación educativa frente a la pandemia y a articular las políticas educativas con otras políticas sociales.

Enfatizó que las estrategias digitales, un área que debe ser prioritaria en la región, precisan ser elaboradas e implementadas desde una perspectiva de derechos y de igualdad de género para beneficiar a todos los estudiantes y a la sociedad en su conjunto.

La ONU respalda  el regreso a la escuela en Costa Rica con asistencia técnica, recursos financieros y material educativo y de protección.

 

Aumentar la inversión

En este sentido, urgió a aumentar las inversiones en el sector educativo para desarrollar las capacidades de los estudiantes, desde las operativas hasta las intelectuales, pasando por las de comportamiento ético.

La jefa de la CEPAL consideró que otorgar recursos a la educación redundará en un fortalecimiento de los mercados de trabajo y, consecuentemente, en la construcción de economías más igualitarias y resilientes, y de sociedades del cuidado.

“La pandemia es un punto de partida hacia esos objetivos, pero se requiere del compromiso de muchos actores, porque tiene que ser un proyecto integral”, apuntó.

Bárcena terminó su exposición conminando a “evitar que la pandemia del COVID-19 se convierta en pandemia silenciosa que afecte a muchos niños, adolescentes y jóvenes que no tienen voz”, e instó a incluirlos para que sean los motores de la transformación.

Fuente de la Información: https://news.un.org/es/story/2021/10/1498332

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Pedagogía de las Primeras Líneas

Por: Hernán Ouviña

Hace dos años, un 18 de octubre de 2019, miles de estudiantes secundarios/as de toda la capital chilena realizaron una jornada masiva de evasión en el Metro de Santiago («evadir, no pagar, otra forma de luchar» fue la consigna de autoconvocatoria en los principales puntos neurálgicos de la línea subterránea), ante un nuevo intento de despojo expresado en el alza de pasajes impuesto por el gobierno derechista de Sebastián Piñera. Lo que comenzó como un repudio y boicot activo contra el aumento de 30 pesos en el costo de este medio de transporte público, desencadenó de manera más profunda y transversal un desacato contra treinta años de neoliberalismo recargado, que hizo crujir el modelo chileno, ayer denominado por gobiernos de la Concertación como el «jaguar latinoamericano» y hasta días antes de la revuelta caracterizado por Piñera como el «oasis» de la región.

Las protestas masivas que se sucedieron resquebrajaron las bases de un sistema que logró continuidad durante los 30 años de “democracia” tutelada, sustentado en una férrea alianza estatal-mercantil al servicio de las clases dominantes locales y el empresariado transnacional, más allá de los vaivenes gubernamentales. Este hastío e irrupción plebeya, si bien tuvo contornos espontáneos indudables, hunde sus raíces en un largo e invisible proceso de erosión de la hegemonía neoliberal, e incluso de cuestionamiento de las lógicas coloniales, heteropatriarcales y capitalistas, protagonizado por una multiplicidad de pueblos, comunidades, organizaciones y movimientos populares, que van desde la resistencia ancestral mapuche a los ciclos de lucha estudiantil de 2001, 2006 y 2011, pasando por las movilizaciones multitudinarias en torno al NO+AFP (fondos de pensión privatizados) y las protestas feministas de 2018 y 2019.

La revuelta en territorio chileno implicó un punto de quiebre a escala continental, ya que, si bien no fue la primera, sí puso en evidencia una común vocación de acuerpamiento colectivo y de beligerancia callejera de enorme radicalidad, que irradió su potencialidad hacia diversas latitudes de América Latina e incluso del sur global, configurando un haz de insubordinación y cuestionamiento del orden dominante de carácter transfronterizo. Tengamos en cuenta que menos de una semana después de culminada la insurrección popular en Quito, donde hicieron aparición las primeras líneas, Santiago de Chile fue sacudida por esta protesta inusitada, cuyos repertorios de acción, desacato y formas de confrontación reenviaban a las vividas en el territorio ecuatoriano. Luego le sucederían las jornadas convulsionadas en Colombia, con una similar huelga política caracterizada por el desborde en las calles. Y, en simultáneo a estos procesos, Haití se veía conmocionada por numerosas movilizaciones callejeras con un idéntico espíritu insumiso y de hartazgo generalizado. En todos estos casos, lo que irrumpieron no fueron tanto movimientos populares como pueblos en movimiento, donde el liderazgo colectivo resultó ser la regla.

Si contemplamos todo este crisol de rebeliones desde un prisma que tome distancia del mero coyunturalismo y pondere la correlación de fuerzas a nivel continental, no hay duda alguna de que la reactivación del ciclo de impugnación al neoliberalismo estuvo motivada por un nuevo ímpetu antagonista, que desde el hartazgo popular logró trastocar un cierto «conformismo» (o sentido de inevitabilidad, propio del realismo capitalista) a nivel regional e involucrar -como rasgo de suma originalidad- un relevo múltiple.

En primer lugar, el más evidente es el generacional, ya que las juventudes fueron las principales impulsoras de estos levantamientos (adolescentes de Liceos y secundaristas en el caso de Chile; juventudes indígenas, precarizadas y urbano-populares en Ecuador; estudiantes universitarios, jóvenes indígenas y de barriadas humildes en Colombia).

Pero también es importante destacar el relevo de género, ya que las mujeres (y disidencias) se destacaron en las primeas líneas, las tareas de autocuidado y reproducción en espacios públicos, refugios y barricadas, así como el sostenimiento de las tramas comunitarias, las ollas comunes y el acuerpamiento colectivo en las calles, algo que se sostuvo más allá de las alzas y reflujos de la lucha confrontacional, en barrios y comunidades donde cumplieron un papel clave en el contexto pandémico.

Por último, el relevo es étnico, en la medida en que las revueltas han asumido un carácter anticolonial y antirracista, de reivindicación de las identidades indígenas, afros, palenqueras y cimarronas, en suma, plurinacionales, exigiendo en numerosas ocasiones un reordenamiento territorial que, de concretarse, dislocaría las fronteras arbitrarias y la juridicidad capitalista impuestas por los Estados liberales colonial-republicanos.

De conjunto, este relevo múltiple se destaca por la emergencia de novedosos liderazgos, menos burocratizados, refractarios a toda política elitista y con altos niveles de combatividad y osadía, que van desde el expresado por las bases de la CONAIE, las comunidades indígenas en Wallmapu y en el Cauca colombiano, al desplegado por el movimiento feminista y LGBT o por el activismo estudiantil y artístico-cultural, teniendo a la recreación del internacionalismo como un rasgo distintivo y a la asamblea como forma transversal de autoorganización y sostén de los procesos de lucha, a partir de un vínculo más estrecho y orgánico entre medios y fines, que apuesta a la prefiguración «aquí y ahora» de los gérmenes de la sociedad futura.

Octubre fungió así de parteaguas a escala continental, inaugurando un período de envalentonamiento de los pueblos y clases subalternas frente al orden dominante. El hartazgo y la ruptura de la relación mando-obediencia se cobró revancha derribando monumentos, evadiendo molinetes, cuestionando fronteras, confrontando con la policía, disolviendo prejuicios y anudando reclamos, estampando consignas insumisas en muros e incendiando edificios emblemáticos. En paralelo, se gestaron instancias de autogobierno territorial, parlamentos populares, ámbitos de democracia comunitaria, asambleas territoriales, mandatos de base y primeras líneas que hicieron de la audacia y el autocuidado colectivo estandartes de lucha.

Las rebeliones populares, luchas de barricadas y huelgas políticas de masas que en los últimos dos años han despuntado en estos países, fungen de enormes escuelas a cielo abierto de las que aprender y nutrirse. Hay en ellas latiendo una pedagogía de las primeras líneas, que brinda hondas enseñanzas para los pueblos de Abya Yala, en la medida en que en estos levantamientos e insurrecciones se reescribe la historia a contrapelo, a partir de unos trazos iniciales y fulgurantes -las primeras letras de aquello novedoso que aún está naciendo-, en los que la palabra ardiente es atizada, contagiando esperanza al calor de la recuperación de lo público-comunitario, el apoyo mutuo y la demostración de que “el cambio es difícil pero posible”.

El confinamiento y la dislocación de la vida cotidiana que impuso la pandemia no desactivó del todo a estos nuevos imaginarios disruptivos que aspiran a revolucionarlo todo. Pero la crisis orgánica que hoy sacude hasta los cimientos a buena parte de Nuestra América y a otros puntos del planeta, jamás debe leerse como garantía de triunfo, aunque tampoco amerita ser interpretada en una clave igualmente derrotista. Más bien cabe pensarla en tanto escuela de conocimiento e instante anómalo en la vida social, que puede deparar diferentes y hasta contrapuestos escenarios posibles.

Por ello es fundamental escamotear el fatalismo inmovilizante y hacer de la indignación un motor colectivo, que contribuya a reanudar la lucha en un doble sentido: por un lado, para relanzar un nuevo ciclo de protestas basado en el antagonismo, las manifestaciones creativas y la presencia organizada en las calles, sin perder radicalidad ni osadía; por el otro, para volver a anudar e hilar articulaciones, construyendo nodos de interseccionalidad que hermanen y potencien desde abajo a estas apuestas emancipatorias tan obstinadas. Son tiempos de ejercitar esa pedagogía de la esperanza que tanto ansió el querido Paulo Freire.

Fuete de la información: https://desinformemonos.org/pedagogia-de-las-primeras-lineas/

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Valoración diagnóstica del regreso a clases

Por: Ángel Santiago Villalobos

Ha iniciado un nuevo ciclo escolar con la identificación del abandono escolar y valoración diagnostica (periodo de evaluación), del lunes 30 de agosto al 10 de septiembre continuando con el periodo extraordinario de recuperación, del 13 de septiembre al 23 de noviembre; esto según el calendario escolar emitido por la SEP para la educación básica (www.gob.mx).

Cabe mencionar que la CNTE también considera otras alternativas para la educación en tiempos de pandemia, al igual que ha venido construyendo sus propuestas anteriormente antes de presentarse esta contingencia, como ejemplo el calendario de la resistencia que se publica desde hace ya unos años en Chiapas, en el cual se proponen diferentes fechas y actividades emanadas desde la comisión estatal pedagógica, de niveles educativos y regionales.

Todo esto en el marco del anunciado regreso a clases presenciales por parte de las autoridades, con el periodo de valoración también se ha identificado que  la realidad de muchos centros escolares es otra, ya que se han encontrado diferentes formas de organización comunitaria con periodos y etapas muy variados, emanados de las reuniones de docentes para valorar los procesos del retorno a las aulas, esto dependiendo de los contextos de cada entidad, región, zona escolar y de las propias escuelas, ya que con la pandemia se han podido reflejar los diferentes escenarios y situaciones que enfrenta cada institución para el desarrollo de su actividad docente, siendo varias las escuelas las que aún no regresan a clases presenciales como se esperaba después de ese anuncio oficial.

Ya con un ciclo escolar en el que se acumularon experiencias y saberes de docentes, alumnos y padres de familia para continuar con las clases, se ha optado por organizarse internamente de muchas maneras, algunos han recorrido las fechas del mencionado calendario escolar, adaptando los periodos de acuerdo a las necesidades de cada escuela, evaluando a distancia con cuadernillos, de manera presencial, virtual o en línea, ya que se tienen que considerar las situaciones en nuestras comunidades, las condiciones diversas por las que se encuentran en los tiempos de pandemia los alumnos y familiares, la infraestructura de nuestros espacios, el material con el que se dispone, etc.

El periodo de recuperación no será la excepción, se han comenzado a modificar las fechas y los métodos para su ejecución, echando mano de la experiencia previa del ciclo escolar anterior en el que la mayoría de profesores tuvieron que ingeniárselas para hacer llegar sus actividades, entre las más variadas estrategias también pudimos observar visitas personalizadas a los domicilios de los alumnos, el uso de tecnologías para asesorías y responder dudas batallando con los problemas de conexión, los horarios de atención; los mencionados cuadernillos para la entrega de actividades y revisión de tareas con la complejidad de asistir periódicamente a entregar y recibir el material para su observación y corrección, aquí también cabe aclarar que no todos vieron conveniente el uso de los programas aprende en casa ya que sus formas de organización comunitaria y la comunicación docente – alumno permiten otros métodos de educación a distancia más flexibles.

Y es que debido a la pandemia han surgido diferentes propuestas educativas surgidas desde las propias aulas y escuelas, pensadas y diseñadas por los actores principales en el ejercicio de la educación en todos los niveles, estos a su vez se han complementado y cobrado fuerza con la colaboración y comunicación entre dichos actores.

Fuente de la información:  https://www.educacionfutura.org

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Elecciones en el SNTE

Por: Abelardo Carro y Sergio Martínez Dunstan

Al margen de la ley, nada; por encima de la ley nadie.

 

El CEN del SNTE vuelve a las andadas. Incumple las leyes mexicanas, desatiende los tratados internacionales, desacata a la autoridad e ignora al Presidente de la República. Así parece ante la insistencia de convocar a elecciones para la renovación de las dirigencias de las Secciones Sindicales en Baja California, Sinaloa, Tlaxcala y Nuevo León. Claro, a menos que el gobierno federal tenga dos caras, un doble discurso y una postura hipócrita. Habíamos escrito sobre el asunto en colaboraciones anteriores. Válgase citar y recomendar los textos de Abelardo Carro Nava, “El irresponsable e ilegal proselitismo en el SNTE”, y Sergio Martínez Dunstan, “Democracia Sindical”. En ellos, se ofrece un panorama con la intención de contextualizar la problemática. Hagamos una síntesis muy apretada de los hechos.

AMLO se comprometió a garantizar la democracia sindical en su campaña electoral en el discurso pronunciado en San Pablo Guelatao (11/mayo/2018). Siendo Presidente en funciones, expresó su deseo por ver a los maestros votando por primera vez en urnas (08/abril/2019) y logró la aprobación de la reforma laboral con las modificaciones a la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado con relación a la organización colectiva de los trabajadores, determinándose la elección de las directivas sindicales mediante voto personal, libre, directo y secreto de los afiliados (01/mayo/2019). Hizo un llamado a los trabajadores para que ellos hicieran lo que les correspondiera, que ya no siguieran tolerando dirigentes que no los representaran, que hicieran valer la democracia: La libertad no se implora, se conquista, sentenció (07/octubre/2019).

Por su parte, el CEN del SNTE, aprobó el Reglamento para la Elección de Directivas Seccionales (01/noviembre/2019). Dado su contenido, la Cámara de Diputados emitió dos proposiciones con puntos de acuerdo:

1.- Exhortó a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) a promover la celebración de los encuentros sindicales, así como al SNTE a expedir la convocatoria correspondiente (19/noviembre/2019).

2.- Al CEN del SNTE, a modificar su estatuto y el reglamento en materia de elección de dirigentes (05/febrero/2020).

No obstante, insistieron en su postura los líderes sindicales que actualmente están al frente de la organización gremial al convocar a la renovación de las directivas seccionales en Tlaxcala y Nuevo León (marzo del 2020) y anunciaron la renovación del del CEN del SNTE hasta el 2024. Aprovecharon la emergencia sanitaria para aplazar las elecciones hasta que existieran las condiciones para evitar contagios por COVID 19.

La Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STyPS) impugnó los requisitos generales de elegibilidad para poder ser votado como integrante de la Directiva Seccional Sindical, porque se exige a los agremiados, contar con al menos 5 años de antigüedad como miembro del sindicato y haberse desempeñado en algún cargo de representación sindical. Ordenó la modificación del referido reglamento porque restringe y condiciona la libertad de los agremiados para ser candidatos.

Abelardo Carro, daba cuenta que ciertos líderes sindicales han dado rienda suelta a un proselitismo, desmesurado, irresponsable e ilegal a través de sus redes sociales y mediante pequeñas reuniones secretas en distintos espacios públicos y no públicos. Ni la pandemia los detuvo. Incluso, ahora con la reapertura de las escuelas a las actividades presenciales, los candidatos institucionales y disidentes institucionales con sus respectivas planillas de trabajo han visitado los centros educativos para ponerse a la orden de sus compañeros. Mientras que Sergio Martínez, sostenía que la democracia sindical resultó una promesa de campaña electoral incumplida, se ha convertido en un problema sin resolver y hasta hoy es una obligación legal vulnerada.

Como se puede constatar, el SNTE no ha modificado ni una coma al reglamento y ya tiene dos elecciones en puerta, sobre todo la de Tlaxcala el 21 de octubre. Es claro que al CEN del SNTE le importa poco el cumplimiento de la ley porque al margen de la misma, pretende imponer a los suyos mediante elecciones fraudulentas. El SNTE simula, miente y viola la ley. Mientras que el gobierno, a través de la STyPS, no ha tenido la voluntad y la fuerza —o ambas— para cumplir y hacer cumplir el Estado de Derecho. Y, aún más, se convierte en cómplice puesto que la ley es muy clara: El Sindicato deberá notificar la convocatoria al Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje el cual podrá verificar el procedimiento de elección. Aunque todavía le queda un recurso jurídico: Las elecciones que no cumplan estos requisitos serán nulas.

En consecuencia, falta saber si se hace válida la frase multicitada por el Presidente de México. “Al margen de la ley, nada; por encima de la ley nadie”. En tanto el magisterio resiste y lucha.

Fuente de la información: https://www.educacionfutura.org

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El origen de la cultura

Por: Carolina Vásquez Araya

 

En el inicio de las comunidades humanas prevaleció una visión de futuro.

En nuestra estrecha perspectiva de las cosas, al hablar de cultura tendemos a enmarcarla en objetos y manifestaciones específicas, la mayoría de ellas ligadas al arte y a sus derivados. Desde la imposición de un marco de valores cuya principal característica es la importancia de lo material por sobre lo social y humano -el capitalismo a la cabeza- hemos perdido la noción de la riqueza implícita en el tejido social, independientemente de su nivel económico o su posición en la pirámide, especialmente en lo referente a su relación con el entorno.

Las sucesivas crisis en donde se han sepultado las esperanzas de progreso de millones de seres humanos alrededor del planeta, han hecho brotar una especie de renacer de las culturas originarias, las cuales básicamente consistían en alimentar, proteger, resguardar y enriquecer a los pequeños núcleos de habitantes en territorios salvajes y de difícil control. De ahí el surgimiento de iniciativas -muy especialmente en grupos de escasos recursos- para volver los ojos a la tierra. En estos días de lecturas variadas, me han llamado la atención aquellas enfocadas sobre esta variante fundamental de nuestras culturas, caracterizadas por su relación con la madre tierra y, como parangón, con la madre humana.

La mujer es fuente de vida. Esta afirmación resulta redundante frente a las evidencias de su papel como protagonista del fenómeno de la reproducción humana, su cuidado y su educación. Pero además, su naturaleza la convierte en un factor fundamental en la protección de su entorno y la continuidad de distintas manifestaciones de su cultura, de su comunidad y, como corolario de esa actuación primigenia, de su capacidad de regresar a la tierra y convertir la azada en su pincel para crear un vergel en un campo yerto. Eso, para mí, es cultura.

En Perú, un grupo de mujeres, la mayoría de ellas en edad de retiro, decidieron cultivar el desierto. En el parque abandonado de uno de esos conglomerados habitacionales en donde el factor común es una pobreza alucinante, han creado un enorme huerto comunitario. Un esfuerzo gigantesco que ha provisto de recursos y alimentos a una comunidad que no los tenía. Un esfuerzo de mujeres capaces de romper la inercia de la costumbre de no tener, para establecer un antes y un ahora distinto y cargado de esperanza.

La mujer -como una característica propia de su condición- también es la guardiana de la naturaleza: de los bosques, de los ríos, de la integridad del territorio; y, por esa elevada misión, ha sido perseguida y eliminada, como si salvaguardar las fuentes de vida fuera un acto de terrorismo. Innumerables vidas de mujeres lideresas han sido segadas en nuestro continente y alrededor del mundo por quienes intentan detener su lucha y evadir a la justicia. Estos actos de extrema crueldad demuestran hasta qué punto la voluntad de esas mujeres puede cambiar la ruta del despojo y hacer prevalecer el derecho del ser humano sobre su ambiente.

La reciente iniciativa de las máximas responsables de los temas de ambiente y derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas -Inger Andersen y Michelle Bachelet- cuyo esfuerzo ha resultado en la declaración oficial de la ONU de que tener un ambiente limpio, saludable y sostenible es un derecho humano, pone en evidencia una vez más el compromiso y la responsabilidad de las mujeres en su lucha por la supervivencia de nuestra y de todas las especies que nos acompañan en la ruta.

Si la cultura es el conjunto de saberes acumulados por la Humanidad en su camino, entonces la protección de la vida en todas sus manifestaciones es un acto reivindicatorio ante los intentos del sistema económico de destruir lo poco que queda de las riquezas naturales del planeta; este afán del capitalismo salvaje tiene un solo propósito: acumular una riqueza que, ante el dantesco escenario de la destrucción de nuestro entorno, no servirá de nada. Los esfuerzos de las comunidades de mujeres, entonces, conjugan en sí mismos los valores de la vida y la cultura. Nuestra obligación es apoyarlas y protegerlas.

La mujer en un factor fundamental en la protección de su entorno.

Fuente de la información:  https://insurgenciamagisterial.com

 

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Educación. ¿Por qué es necesaria la construcción de escuelas?

Por: Sulem Estrada

Una medida tomada en algunas escuelas para el regreso a clases fue dividir los grupos en secciones para evitar el hacinamiento. Con el anuncio del semáforo verde en la CDMX, Sheinbaum planteó que en todos los niveles se considerará un regreso a clases al cien por ciento ¿qué implicaciones tiene esto?

El hacinamiento en las aulas es uno de los problemas históricos del sistema educativo mexicano. Nuestro país ocupa el primer lugar entre los países de la OCDE con más alumnos por grupo en educación básica, lo que repercute directamente en su aprendizaje y en la capacidad de las y los docentes de atender las necesidades de los niños, niñas y adolescentes a su cargo.
Evitar el hacinamiento en tiempos de pandemia se convierte, además, en una condición mínima indispensable para mantener la salud de nuestros alumnos y alumnas.

Con la medida tomada por la SEP de dividir los grupos en dos y hasta tres secciones en el caso de las escuelas con mayor cantidad de alumnos, es la primera vez que las y los maestros podemos atender grupos reducidos. Si bien no en todas las escuelas aplicaron esta medida, en las escuelas donde se aplicó, ha permitido no solo mantener la “sana distancia” sino dar una atención más personalizada a muchos alumnos.

Los grupos reducidos permiten resolver dudas individuales, atender las necesidades de cada uno, considerar sus ritmos y estilos de aprendizaje. Es que la diferencia entre atender entre 10 y 15 alumnos y atender 50 es abismal. Podemos conocerlos mejor, charlar con ellos, saber de sus vidas, sus miedos e identificar de mejor manera sus habilidades.

“Me siento tranquilo, hay mucha calma aquí. Hay algo de silencio. En mi casa vivimos diez, duermo con mis dos hermanos”, me dice un alumno que por primera vez tiene un poco de espacio personal en su salón de clases.
México declara ante la OCDE tener 25 alumnos por grupo en primaria y 27 en secundaria. Todos los docentes sabemos que es mentira, pues hay grupos de hasta 60 alumnos inscritos y aunque ahora acuden 15, esto implica que escalonen su asistencia y acudan una semana a clases presenciales y aguarden en casa otras dos o tres en lo que se atiende al resto de los alumnos inscritos.

Esto genera que el avance académico se dé a cuentagotas, lo que no ayuda a abatir el rezago educativo que los alumnos arrastran producto de no haberlos dotado de herramientas tecnológicas ni haber garantizado que tuvieran acceso a internet para sostener las clases a distancia.

Esta situación les da el pretexto perfecto al gobierno y a las autoridades educativas para exigir un regreso a clases “al cien por ciento”, soslayando que esto implica en muchos casos hacinar a 50 chicos y chicas en condiciones insalubres, con aulas pequeñas y sin la ventilación adecuada.

 

Urge construir escuelas y contratar docentes con plenos derechos laborales
En su documento Panorama de la Educación: Indicadores de la OCDE, este organismo plantea que “se ha comprobado que un bajo número de estudiantes por cada maestro tiene un impacto positivo sobre la relación alumno-maestro en los diferentes tipos de entornos”. Sin embargo, a diferencia de otras recomendaciones que se siguen al pie de la letra, ésta es ignorada, pues reducir significativamente la cantidad de alumnos por grupo implicaría forzosamente invertir en construcción de escuelas y en la contratación de docentes y personal administrativo y manual.

La política de “austeridad republicana” que ha llevado adelante el gobierno de la 4T ha implicado que nuestro país siga invirtiendo menos por estudiante que la mayoría de los demás países de la OCDE, como sucedía en los sexenios anteriores. Mientras el promedio en los demás países es de 11,231 dólares, en México se invirtieron solamente 3,320 dólares, lo que implica que las necesidades de los alumnos no puedan solventarse adecuadamente.

Las y los maestros no podemos permitir que nos obliguen a volver a salones hacinados e insalubres. Para resolver el problema del hacinamiento es necesaria y urgente la construcción de más y mejores escuelas, que puedan estar equipadas con tecnología y materiales didácticos acordes a las necesidades de nuestros alumnos. Con instalaciones deportivas para que puedan cuidar su salud de forma integral. Asimismo, se requiere contratar docentes, personal de apoyo, psicólogos, médicos, orientadores y trabajadores sociales con plenos derechos laborales, pues la precarización de la labor docente avanza a pasos agigantados como mostramos aquí.

Para poder construir más escuelas, es indispensable un aumento al presupuesto educativo, recurso que podría obtenerse de dejar de pagar la deuda pública fraudulenta y de destinar a educación los recursos que se otorgan a la guardia nacional.

Docentes, padres y madres de familia necesitamos unirnos y organizarnos para luchar por una educación pública que responda a nuestras necesidades y las de nuestros niños y niñas. Súmate al Movimiento Nacional por un Regreso Seguro a Clases. Contáctanos aquí.

Fuente de la información e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx

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Objetivo: paliar los efectos mentales y socio-emocionales que ha dejado la pandemia en las aulas

Por: ABC

Por Nora Rodríguez, fundadora y CEO de Happy Schools Institute y creadora de la primera «Red Global de Docentes Neuroeducadores» mediante comunidades de aprendizaje.

Innovar en las aulas en tiempos de pandemia implica incluir con urgencia en el currículum estrategias socioemocionales, de autoconocimiento, así como dinamizar espacios para que los alumnos puedan elaborar las pérdidas. La razón principal no es otra que responder a la necesidad global de humanizar las aulas en tiempos de crisis. El impacto de la pandemia tal como demuestran las investigaciones ha sido para muchos jóvenes similar a haber vivido una catástrofe climática. Por ello, es fundamental proporcionar a los alumnos la posibilidad de que perciban sus recursos internos, y cómo éstos les sirven para afrontar situaciones complejas e imprevistas.

El inicio de las clases, vivido en la actualidad más como un “regreso” a la socialización, no nos viene con el prospecto que indique claramente en qué pantalla de la pandemia estamos. Por lo tanto, la pregunta que hemos de hacernos es: ¿cómo pueden los colegios y las familias ayudar a los más jóvenes a que no arrastren al nuevo ciclo escolar las consecuencias emocionales y mentales producidas por el impacto de lo vivido desde el inicio del Covid-19, así como de qué recursos personales pueden valerse para sentirse menos vulnerables ante las experiencias futuras que les pudieran recordar sensaciones o emociones que les proporcionaron estrés continuado?

Retornar no siempre es fácil

Para quienes tengan la idea de que “regresar” a las actividades escolares durante una crisis sanitaria global es igual para todos los estudiantes, lamento darles la noticia de que mientras para algunos se trata de un acontecimiento positivo y lleno de ilusión, para otros es una situación que implica muchas dificultades y tensión. ¿La razón? Regresan sin saber dónde está el final. Nunca hasta ahora habíamos colocado a las nuevas generaciones frente a un evento que para muchos es realmente positivo mientras que para otros es todo lo contrario. Y no sólo porque “la percepción del regreso” puede sonar desconocida o complicada, sino porque implica mirar las pérdidas desde un lugar en el que tanto la felicidad como los propósitos choca con las restricciones del futuro inmediato, propias de la crisis sanitaria, y por lo tanto sólo se puede encontrar en el interior de cada uno y en una manera cada vez mejor de hacer las cosas.

Los trabajos del neurocientífico David G. Weissman, del departamento de Psicología del Desarrollo de la Universidad de Harvard, junto a un equipo de investigadores, demuestran que la internalización de los problemas de la pandemia ha producido cambios importantes tanto en niños como en adolescentes y un aumento del estrés: «La pandemia de COVID-19 ha producido cambios sociales dramáticos que han resultado en una mayor exposición a numerosos factores estresantes de salud, económicos y sociales para los adolescentes. (…), el grado de exposición a los factores estresantes relacionados con la pandemia varía ampliamente y es poco probable que el riesgo de internalizar los problemas relacionados con estos factores estresantes sea uniforme».

¿No es por lo tanto un excelente primer paso innovar en estrategias de fortalecimiento socioemocional, de modo que a cualquier edad los alumnos puedan salir más fácilmente del lugar mental en el que han estado, con sólo unas estrategias simples? Entre otras cosas, porque dicha investigación ponen el foco en las «dificultades con la regulación de las emociones ,el aumento de la reactividad de la amígdala a la amenaza y el menor volumen del hipocampo», lo que sin duda aumenta la vulnerabilidad en respuesta a eventos estresantes de la vida.

Primer paso: indaga con tus alumnos sobre qué entienden por “nueva normalidad”. Regresar sin un final del Covid-19 previsible, al que según parece hemos de acostumbrarnos durante los próximos años, tiene como implicación inmediata el que los alumnos expresen cómo entienden y sienten que les ha afectado la “nueva normalidad”, devino a que no se trata de algo que vendrá, sino que ya está aquí.

Es el momento de…

¿Entonces? Habrá llegado el momento de ayudarles a:

1- Que elaboren una lista de todo aquello que los seres humanos sabemos que hoy nos funciona para encajar en espacios conocidos las nuevas normas;

2- Darles la opción de que hagan sus propias listas de lo que pueden esperar “del regreso a las aulas” , añadiendo los propósitos personales que tengan para el futuro;

3- Cumplir con los hábitos cotidianos que se propongan por escrito, independientemente de que tengan 7 o 15 años.

Cinco estrategias en esta «vuelta»

Son propuestas para aumentar las fortalezas, el bienestar y el deseo de nuevos propósitos. Como aún se trata de un “volver” con condiciones, estas son las cinco estrategias que todo docente podrá incorporar fácilmente para mejorar la autorregulación emocional de sus alumnos mientras activa en ellos la capacidad natural de pensar como especie.

1- Motivarles con historias con las que sientan que pueden tomar la mejor decisión desde el presente para volver a actividades del pasado. Las historias y las anécdotas amplían la autopercepción.

2- Recordarles que desde que nacemos aprendemos a pensar en términos de grupo, que no es otra cosa que pensar como especie, activando estrategias en el aula de ayuda mutua.

3- Ayudarles a construir un presente con sentido ético. Por ejemplo, si durante la pandemia han dejado de tratarse con personas con las que hubo roces, ¿desde qué lugar interior desean retomar?

4- Dinamizar momentos de conexión social a través de cortos o d películas, para que puedan tener un espacio para compartir el miedo y/o el dolor por las pérdidas.

5- Crear ventanas de oportunidades en el aula que hayan surgido por efecto de la pandemia, y de agradecimiento, por ejemplo creando nuevos pactos, otros compromisos, así como valorar los cambios a los que han estado sujetos, aunque no les hayan gustado, pero que tal ve les han permitido descubr

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-objetivo-paliar-efectos-mentales-y-socio-emocionales-dejado-pandemia-aulas-202110160059_noticia.html

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