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Planificación estratégica como proceso de integración en el sector salud venezolano

Autor: Félix Eduardo Camejo Sánchez

Correo electrónico: felixcamejo92@gmail.com

Médico en Medicina Integral Comunitaria

Esp en Medicina Integral Comunitaria

MSc en Gerencia en Salud Pública

Doctorante en Gerencia Avanzada

Teléfono de contacto: 0424-3423511

RESUMEN

 

En la actualidad se vive en un mundo de complejidades, enmarcado en cambios e incertidumbres en donde la administración constituye una de las áreas mas importantes de la actividad humana, la cual esta dirigida hacia la producción de bienes y servicios, en donde los gerentes estan en la necesidad de aplicar un conjunto  de funciones en forma metódica como son: Planificar, organizar, dirigir y controlar, lo cual producirá a la solución de situaciones previamente determinadas y jerarquizadas dentro de una organización, por lo tanto, la Planificación Estratégica se conceptualiza como un sistema gerencial mediante el cual quienes toman las decisiones en una organización obtienen, procesan y analizan la información pertinente interna y externa, con el fin de evaluar la situación presente de una empresa, así como su nivel de competitividad, con el propósito de anticipar y decidir sobre el direccionamiento de la institución hacia el futuro lo que conduce al capital humano a establecer metas organizacionales, definir estrategias y políticas para el logro de esas metas, asimismo,  desarrollar planes para asegurar la implantación de las estrategias y así obtener los fines buscados.

 

Descriptores: Planificación Estratégica,  Proceso de Integración, Sector Salud Venezolano

STRATEGIC PLANNING AS AN INTEGRATION PROCESS IN THE VENEZUELAN HEALTH SECTOR

 

ABSTRACT

 

Currently we live in a world of complexities, framed in changes and uncertainties where administration constitutes one of the most important areas of human activity, which is directed towards the production of goods and services, where managers are in the need to apply a set of functions in a methodical manner such as: Planning, organizing, directing and controlling, which will result in the solution of previously determined and hierarchical situations within an organization, therefore, Strategic Planning is conceptualized as a management system through which decision makers in an organization obtain, process and analyze relevant internal and external information, in order to evaluate the present situation of a company, as well as its level of competitiveness, with the purpose of anticipating and deciding on the direction of the institution towards the future, which leads human capital to establish organizational goals, define strategies and policies to achieve these goals, and also develop plans to ensure the implementation of the strategies and thus obtain the desired ends.

 

Descriptors: Strategic Planning, Integration Process, Venezuelan Health Sector

 

INTRODUCCIÓN

 

La  planificación estratégica es solo una etapa de la dirección estratégica, es una forma especifica de la toma de decisiones que aborda el futuro determinado que los directivos desean para su organización; es el elemento clave del ciclo administrativo, en donde  Ibarra (2004), la define como  «es esencialmente la creación de un sistema dúctil e integral de objetivos, así como el planteamiento de las alternativas que permitan a la empresa y sus ejecutivos lograrlos” (s/p),  en resumen, la planificación estratégica es un proceso que parte de la explicación y descripción de una realidad determinada por parte de diferentes actores sociales y que logra, a través de acciones de intervención, transformar la realidad y obtener la visión que estos deseen.  En tal sentido, la planificación en salud es un proceso administrativo y no puramente epidemiológico cuyo propósito es decidir lo que se quiere, a dónde se quiere llegar en un tiempo determinado, las acciones que se tomarán, los medios que se utilizarán y los individuos que serán los responsables de llegar hasta donde se desea y alcanzar en una forma más efectiva los objetivos organizacionales del futuro.

 

Es por ello, que se hace insistencia en la necesidad de actualizar constantemente los planes estratégicos, además lograr la participación de los médicos y el gabinete administrativo de la organización, e integrar los planes estratégicos con otros planes de la organización, utilizando elementos protocolares que corresponden al “deber ser” así como elementos estratégicos como el “poder ser”, en una actitud expectativa y anticipativa que permitan la creación de situaciones futuras, intermedias y finales que corresponderían con los objetivos deseables para la organización. (González D, Suárez C, Columbié M  2016). Cabe señalar, en tal planificación se hace indispensable crear estrategias de mejoramiento, tales como programas, proyectos, planes y actividades de salud encaminadas a mejorar las condiciones en salud de las comunidades, mejorar la calidad de la atención y dignificar la función de los profesionales y los centros de salud.

 

Por lo tanto, se planifica con el optimismo  de reducir la fluctuación sobre la base de un mejor conocimiento de la realidad y la perspectiva de lo que puede acontecer de mantenerse algunas situaciones. En este sentido,  la planificación tiene que ver mucho con la realidad, e involucra una permanente adopción de decisiones y, después de ejecutados, se realiza el seguimiento, creando compromiso con el mejoramiento, esta debe ser valorada por gerentes y administradores para el funcionamiento eficaz de la organización, incluidas las organizaciones de atención de salud. Existe una amplia variación en la forma de planificar estratégicamente por parte de las organizaciones de salud, algunos integran la función de planificación estratégica con mercadeo, otras le asignan la responsabilidad a un planificador, y otros difunden la responsabilidad de la planificación estratégica entre el equipo de alta gerencia. Cabe considerar, que muchos autores consideran el Análisis DAFO o FODA, como la  herramienta estratégica por excelencia más utilizada para conocer las características internas y externas de la organización e impulsar la adopción de prácticas exitosas en la organización hospitalaria. Esta metodología de la planificación estratégica se conoce como “gerencia estratégica” y permite centrarse en los aspectos más críticos o relevantes de la situación analizada, a modo de evaluación. (Serna, H. 2002).

 

Desde esa  perspectiva, la planificación estratégica sanitaria debe ser a partir de las necesidades de salud, tanto si se trata de servicios, como los programas de prevención y asistencia, ya que la salud puede definirse como la capacidad del individuo para mantener un estado de necesidades sociales, en el que él está razonablemente estable, indemne de profundas incomodidades, insatisfacciones, enfermedad o incapacidad y de comportarse de tal forma que asegure la supervivencia de su especie tan bien como su propia realización personal.  (Pineault, M. 1990).  De este modo, los indicadores negativos de la salud como (mortalidad y morbilidad) es y serán el principal objeto de preocupación para el planificador de salud; de allí que la función esencial de un planificador (Director / Gerente), consiste en establecer planes y prever para el futuro a partir de la situación actual que representa la diferencia entre lo que existe y lo que es deseable en términos de salud, servicios y recursos.

 

Por lo tanto, la  integración y eficacia del Equipo de Salud, constituyen uno de los elementos más efectivos para exaltar la eficiencia organizacional, además la integración del trabajo en equipo, el cual incita al individuo en su sentido de pertenencia a la empresa, ya que un equipo eficaz es aquel que logra obtener sus metas con ideas transformadoras, se adapta al cambio cuando es necesario y sus miembros están altamente comprometidos, es valiosamente estimado por los gerentes que reconocen y recompensan su desempeño. Bajo esta concepto el equipo de Salud debe desempeñarse como promotor a la integración y participación, además  debe saber cuáles son sus necesidades para poder entender la de sus clientes, usuarios y pacientes, todo ello en vía de integrar y optimizar la atención en salud.

 

La Planificación Estratégica como proceso de Integración

 

La planificación, como actividad discutible, es un producto del siglo XX, aunque hay autores que especifican su inicio antes de este siglo. Su área de competitividad fue la económica, desde allí, se abrió camino hacia todos los demás sectores, estos escenarios no fueron exiguos pues han tenido predominios en los diversos modelos de gestión de planificación, que aún siguen vigentes,  la planificación, en general, siempre ha tenido como centro de interés el cambio, del mismo modo, por ser una herramienta develada para la gestión de procesos, su orientación es la de organizarlos de manera tal que sea posible concretar múltiples fines.  (Gutiérrez D Damarys E. 2019).

 

Es por ello, que el progreso del proceso de planificación estratégica en las instituciones de la salud cobra gran importancia, en tanto los trabajadores participen activamente en la elaboración conjunta de las acciones para lograr avances en la planificación, organización, ejecución y control del trabajo, en función de la misión asignada. Por  eso, una  planificación estratégica eficiente en el Sector de la Salud, puede propiciar un mayor equilibrio de esta y su entorno; un mayor desarrollo y más calidad en el desempeño de sus profesionales; pero ello requiere de una adecuada relación entre los propósitos o aspiraciones de cada entidad, las actividades que se planifiquen y las posibilidades reales existentes, a partir de los recursos disponibles, dirigido hacia un futuro deseado y posible, y con ello contribuir a la excelencia en la calidad de los servicios de salud que se brindan a la población. Por lo tanto en Venezuela, la progresiva complejidad de los sistemas de salud y de las organizaciones que participan en ellos exigen el desarrollo de nuevas visiones, sapiencias y destrezas en el desempeño administrativo del capital humano, desde una perspectiva más  global y estratégica para establecer metas y objetivos y por consiguiente en el proceso de la toma de decisiones de las organizaciones de salud a la que pertenecen. (Malavé,  2015).

 

Por consiguiente el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS 2014), representa la primera y mayor institución pública dedicada a la salud del país, cuenta con un plataforma calificada de personal de todas las instituciones relacionadas con la salud, y con una estructura organizacional de cuatro niveles jerárquicos, del cual emanan todas las decisiones en los centros de salud, produciéndose asincronía y lentitud en todos los procesos, lo cual redunda en la planificación y ejecución de acciones y programas destinados a mejorar la atención a los usuarios que asisten a los diferentes centros de salud, obteniendo como resultado incumplimiento de los mismos. (Leal, D.,  Bolívar, M. y Castillo , C. s/a).

 

De igual forma, otra institución pública prestadora de salud es el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), el cual tiene una cobertura de mas del 70% en  país, a través de Centros Ambulatorios, Hospitales y Servicios Odontológicos, con personalidad jurídica propia y cuya misión es brindar protección de la seguridad social a todos los beneficiarios en las contingencias de maternidad, vejez, sobre vivencia, enfermedad, accidentes, incapacidad, invalidez, nupcias, muerte, retiro y cesantía o perdida de empleo, de manera oportuna y con calidad de excelencia en el servicio prestado, dentro del marco legal que lo regula y evidentemente con un modo de atención diferente (Oficina Central de Información y Estadística (OCEI). Caracas. Venezuela. s/a), habitualmente, las instituciones reflejan un patrón de comportamiento similar, ya que poseen una concentración de recursos en los grandes Hospitales con una planificación inadecuada a las necesidades reales de salud de la población asistida. En este sentido, la capacidad de las organizaciones e instituciones para observar y anticiparse a los desafíos y oportunidades que se generan, se desarrolla y agudiza a través de la planificación estratégica, considerando tanto las condiciones externas de la organización como su realidad interna, las cuales constituyen fuentes de cambios dinámicos y hacen que el proceso de planificación estratégica sea también dinámico.

 

Sino que se requiere de poseer la capacidad para determinar un objetivo, vinculando los recursos y las acciones necesarias para su alcance y valorando los resultados y consecuencias de esas decisiones.  Por lo tanto, la Planificación Estratégica contiene dos elementos de análisis: planificación y estrategia, la planificación es un concepto que nunca se despojará de dos factores que le son inherentes en la exploración o construcción del futuro: la dirección y el control. Cuando se agrega lo estratégico para formar el término en discusión, significado, para incluir, en la definición, la dirección y el control en conflicto y de las fuerzas que lo utilizan con medio para lograr sus objetivos, de esta manera, conviene mencionar a  Pérez, (2016), quien señala que existe diferentes razones para llevara cabo  una planificación estratégicas en el sector Salud las cuales  son:

  • Establecer objetivos claros y medibles: lo que les permite enfocarse en lo que realmente importa. Esto puede incluir objetivos como mejorar la calidad de la atención al paciente, reducir los costos o aumentar la satisfacción del personal.
  • Identificar Recursos: esto puede incluir recursos financieros, humanos y tecnológicos. Al identificar estos recursos con anticipación,  las organizaciones de salud pueden asegurarse de que tienen lo que necesitan para lograr sus objetivos.
  • Desarrolla estrategias efectiva: Esto puede incluir estrategias como la mejora de los procesos de atención al paciente, la implementación de nuevas tecnologías o la formación del personal, porque al desarrollar estrategias efectivas, las organizaciones de salud pueden mejorar la calidad de la atención al paciente y aumentar la eficiencia.

Significa entonces, que tomando en cuenta los aspectos antes señalados, para el funcionamiento de una planificación estratégica de calidad en el sector de la salud, se necesita que todos el personal de salud debe estar integrado  en la organización con la finalidad de lograr  una vision universal y compartida, así como de la capacidad de toma de decisiones en equipo que vayan en beneficio de la institución, en donde  los empleados se benefician de la orientación y la dirección que proporciona una vision hacia el éxito centralizada y unificada. Además, una excelente planificación estratégica también es útil para aumentar la financiación de las organizaciones de salud publica y de la industria sanitaria.

 

Por lo tanto, cuando los profesionales de la gestión saben exactamente lo que se espera de ellos, son mas capaces de liderar a otros, además, cuando las responsabilidades de gestión no estan claras, toda la organización sufre de una falta de liderazgo y dirección, en donde las iniciativas de planificación estratégica fomentan el liderazgo transformacional, y este  liderazgo transformacional no solo aumenta las capacidades de administración, sino que también alienta a los miembros individuales del equipo a rendir de manera optima. Asimismo, un elemento básico del liderazgo transformacional es la creencia que los gerentes tienen en las capacidades de los empleados que se desarrollen planes estratégicos de manera optima, beneficiaría enormemente a los procesos de planificación estratégica de integración  institucional.

 

Políticas del Sector  Salud en Venezuela

 

La formulación de las políticas públicas, incluyendo las de salud, puede ser a través de dos vías: bien sea, por medio de la representación política de los colectivos o “democracia representativa”, o por la participación directa de la población o “democracia participativa”. Esta última es la que constitucionalmente se ha adoptado en Venezuela y está declarada como principio de integración social para el sistema de salud de la población. Sin embargo, Jaime (2016) expone que en el caso de sistemas de salud fragmentados, “por el contrario, la heterogeneidad de valores y principios impide esta integración, y si bien pueden existir niveles altos de participación, se coexiste en una sensación de conflicto e inseguridad latente” (p.47).  En función a ello,  lo cual se manifiesta en la incongruencia o debilidad entre el aporte del conocimiento y la voluntad de la población en el proceso de construcción y puesta en práctica de las políticas.

 

En este contexto, el proceso de gestación y gestión de políticas de salud en Venezuela carece de una participación social real; en consecuencia, se impone una visión utilitaria que favorece la reproducción de la enfermedad a través de las políticas, dejando el campo a las corrientes hegemónicas centradas en el enfoque de riesgo y el gasto, con un invariable curso que deja de lado la concepción de inversión sostenible de la salud como un bien público, ético y como un derecho humano. Es por ello, que hay que asumir responsablemente, que las políticas púbicas en el sistema de salud fragmentado de Venezuela no han podido construir conductas sociales sostenibles que impongan la concepción de la salud como sinónimo de felicidad.

 

Por el contrario, se ha acentuado exageradamente a la prestación de servicios para curar o prevenir afecciones, que se traduce en una representación construida sobre un sistema de salud centrado en atender la enfermedad como un proceso social. Este supuesto no excluye los esfuerzos realizados por el Estado, con la política de Barrio Adentro, que promueve una mirada integral del proceso de atención pero denota una fuerte medicalización para la atención a la salud, la necesidad de tecnologías apropiadas y suministros médicos básicos para su funcionamiento. Asimismo, existe la percepción, por parte de los decisores, que el sistema de Salud Venezolano debe dar solución a la morbimortalidad epidemiológica prioritariamente, promoviendo la biomedicina y la infraestructura sanitaria de alta complejidad, como formas favoritas de aplicar políticas para asegurar la salud a la población.

Por tal razón, desde esa mirada pareciera que existen  brechas entre la subjetividad y las  necesidades en salud que tiene  la población, se necesita  construir políticas de salud que faciliten la integración de los servicios; estos son retos que aun estan pendientes por parte del Estado,  porque  la salud desde sus postulados filosóficos y conceptuales del buen vivir se conceptualiza como el arte de reproducir la vida y preservarla como un derecho fundamental de los ciudadanos, el cual esta consagrado en los preceptos de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela,  porque, la salud debe interpretarse y asumirse como responsabilidad colectiva más que individual, donde es fundamental la distribución justa de condiciones de vida, bienes y servicios ajustados a un modelo económico sostenible fundamentado por la Nación.

 

Es por ello, que para consolidar la idea de un sistema de Salud integrado en Venezuela, la sociedad y el Estado deben estar convencidos que la Salud ofrece el rescate de acciones que abordan el enfoque histórico-social alrededor de los problemas de salud que afecta a la población, de allí surgen una nueva lógica de diseño, gestión y control social de políticas de salud, por lo tanto, la realización de todas estas propuestas teóricas requiere urgentes cambios políticos, económicos y culturales; en donde se implementen estrategias que obligue a la alta gerencia a tomar decisiones  importantes que faciliten el cumplimiento   de una planificación estratégica integrada en el marco de una gestión loable de la institución en beneficio de todo el personal que la integra y en especial a los usuarios o pacientes que mayoritariamente son los beneficiarios directo del Sistema de salud en el País.

 

Desde esta visión, se necesita en el Sector Salud Venezolano de una  Planificación Estratégica integrada  que se conceptualice  como un sistema gerencial mediante el cual quienes toman las decisiones en la organización procesen  y analicen  la información pertinente interna y externa, con el fin de valorar la situación presente de la institución, así como su nivel de idoneidad, con el propósito de anticipar y decidir sobre el direccionamiento de la institución hacia el futuro.

Por lo tanto, en Venezuela, la creciente complejidad del Sistema de Salud y de las organizaciones que participan en él,  demandan el desarrollo de nuevas visiones, conocimientos y habilidades en el desempeño administrativo del capital humano, desde una perspectiva mas global y estratégica para establecer metas y objetivos  para  la toma de decisiones, en los diferentes nivelas de atención, además  se hace necesario pensar en la política de salud, no solamente desde el Estado, sino también con la participación de la gente, para garantizar que esas políticas van a responder a sus necesidades; por tanto es importante el fortalecimiento de la organización y la participación social de la población.

 

Cabe señalar, que lo que se busca con ello, es la  garantía del derecho a la salud pasa por brindarle a la población políticas sociales que garanticen la inclusión social; en tal sentido es necesario articular la política de salud con el conjunto de políticas sociales, y que  exista el fortalecimiento de la rectoría del Ministerio  del Poder Popular para la Salud,  para formular, evaluar y hacer seguimiento de estas políticas, lo que contribuye en la construcción de un Estado mas comprometido con los problemas de la gente y garante del derecho a la salud.

 

Es por esta razón que las personas responsables de gestionar cambios significativos en el contexto de los centros de salud deben emprender un liderazgo enmarcado en mejores practicas orientadas a la excelencia, haciendo uso y aplicación de nuevas formas de actuar y motivar en el recurso humano, tanto del centro como a quienes sirve, a lograr los objetivos comunes que dan sentido a su razón meramente social centrada en el derecho universal de la salud, para lo cual se requiere organizar los recursos en los sistemas administrativos de los centros de salud, así como el conocimiento individual para proporcionar la esperanza de alcanzar el éxito; en este sentido es clave incorporar a todas las instituciones del país que realizan formación para que la misma responda a las necesidades del país, a su vez el sistema de salud debería garantizar que culminada su formación puedan insertarse dentro del sector con políticas de protección Social.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Certo, S. (2001), Administración Moderna. Octava Edición. Bogotá. D.C.

 

González D, Suárez C, Columbié M.(2016), La función de planificación en las instituciones universitarias: precisiones metodológicas para la formulación de objetivos. Congreso Internacional: Ministerio de Educación Superior.

 

Gutiérrez D, y  Damarys, E. (2019), Fundamentos teóricos de la gestión estratégica. Disponible en: www.monografías.com .

 

Ibarra (2004), Dirección y planificación estratégicas en las empresas y organizaciones Madrid, Díaz de Santos.

 

Leal, D.,  Bolívar, M. y Castillo , C. (s/a) esperanza activa en la planificación estratégica para la administración de la salud pública. Venezuela.

 

Malavé, J. (2015),Gerencia en Salud, un modelo innovador. Ediciones IESA. Fundación Cisneros Benavides. Caracas. Venezuela.

 

Ministerio del Poder Popular para la Salud (2014), Políticas Gerenciales en materia de Salud. Caracas Venezuela.

 

Pérez, M (2018), Planeación estratégica. Centro Editorial. Universidad del Valle Cali.

 

Pérez, A. (2016),  Descentralización del sector salud, transferencia de servicios y reestructuración del MSAS: Propuestas y escenarios. Informe 4. Papel de Trabajo Inédito. PNUD-Copre. Caracas. Venezuela.

Pineault, M. (1990)La planificación sanitaria: conceptos, métodos, estrategias. Ediciones Masson. S.A. Barcelona. España.

 

Serna, H. (2002), Gerencia Estratégica. Planeación y Gestión -Teoría-Metodología. 7ma. edición. 3R Editores. Bogotá, Colombia.

 

 

 

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El recreo y el aprendizaje

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

“El juego permite a los niños usar su creatividad mientras desarrollan su imaginación, destreza y fuerza física, cognitiva y emocional”. Asociación Americana de Pediatría.

El recreo no es simplemente un tiempo para que las niñas, niños y adolescentes se desahoguen o un espacio para que sus maestros tomen un respiro. Es, en realidad, una parte crucial del día escolar que beneficia a los niños tanto a nivel físico como psicológico y social. Aquí, los niños exploran, crean, resuelven problemas, construyen relaciones y, en última instancia, aprenden.

En primer lugar, debemos entender que el recreo contribuye al desarrollo físico esencial de las niñas, niños y adolescentes. En una época en la que la obesidad infantil es un problema de salud pública, el recreo ofrece la oportunidad de que se muevan, quemen calorías y fortalezcan músculos y huesos. Más allá de esto, también fomenta la coordinación motora y el equilibrio, habilidades necesarias para la vida diaria.

En términos de salud mental, el recreo es una oportunidad para que los estudiantes reduzcan el estrés y la ansiedad que a veces pueden acumularse en el aula. Este tiempo libre también puede mejorar el estado de ánimo y la autoestima, aliviando la presión de las tareas académicas y permitiendo a estudiantes volver a las aulas con una mente renovada y lista para aprender.

El recreo también es un espacio vital para el desarrollo social. Aquí, en un entorno menos formal y estructurado, los estudiantes aprenden a compartir, a resolver conflictos, a negociar y a cooperar con otros. Estas son habilidades esenciales para la vida que a menudo no se enseñan de manera explícita en el aula, pero son igualmente importantes para su futuro.

Es en el recreo que los niños tienen la oportunidad de explorar y aprender a través del juego. Este tipo de aprendizaje lúdico, lleno de estrategia, memoria y habilidades motoras, complementa el aprendizaje formal que ocurre en el aula, ofreciendo a los niños un contexto práctico y agradable para aplicar y desarrollar nuevas habilidades.

Es importante destacar que el recreo fomenta la creatividad y la autonomía. Los niños son libres de inventar sus propios juegos, crear historias, practicar la toma de decisiones y asumir responsabilidades. Estos son factores esenciales para el desarrollo de la creatividad, la resiliencia y la capacidad para manejar situaciones nuevas.

Por todo lo anterior, es vital entender que eliminar o reducir el recreo, ya sea por castigo, por trabajo o por presiones de cualquier tipo contraproducente. En lugar de mejorar el rendimiento académico, puede terminar perjudicándolo. Los niños necesitan descansos para recargar energías, renovar su concentración y absorber la información que se les enseña.

Así, es fundamental comprender la importancia del recreo y defender su lugar en el día escolar. El recreo no es un lujo, es una necesidad para el desarrollo integral y saludable de nuestras niñas, niños y adolescentes. Juntos, podemos trabajar para asegurar que el recreo sea valorado como una parte esencial de la educación de nuestros hijos. Porque la educación es el camino…

https://manuelnavarrow.com

manuelnavarrow@gmail.com

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Educación y nuevas generaciones: un reto importante

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

¿Hacia dónde conduce una educación que solo se centra en la enseñanza de lo útil en función del mercado?

Las últimas décadas han significado grandes cambios en todos los órdenes. Los que pasamos de “cierta edad” dichos cambios en muchas ocasiones nos abruman, con la tendencia a pensar que “antes la situación era mejor”. Prefiero pensar que “eran distintas”.

En el terreno del conocimiento y la tecnología, dichos cambios han sido abrumadores, a veces, casi increíbles. Ideas que antes podían permanecer por 100, 200 y hasta 300 años, hoy cambian en un abrir y cerrar de ojos. El desarrollo en esos campos nos obliga a estar continuamente evaluando muchas de nuestras ideas como incluso la manera cómo encaramos y resolvemos las cosas. Pero, como se ha de suponer, no solo el conocimiento y sus aplicaciones tecnológicas mueven los hilos del mundo, muchos otros aspectos de la vida humana van conformando nuestras estructuras mentales y con ello nuestros comportamientos.

Un simple ejemplo de la vida cotidiana sería la irrupción del teléfono móvil, y algo más reciente, el teléfono inteligente, como se le suele llamar. Llegué a tener la experiencia de ser consultado por algunos amigos indagando sobre el número de teléfono de alguna persona en particular. Tenía esa habilidad de memorizar y recordar con facilidad números telefónicos. Hoy, sin embargo, nadie se siente en la necesidad de preservar en la memoria ese asunto, pues el móvil o celular los tiene almacenados, como también las agendas, las notas escritas o de voz, y un sinnúmero de cosas que definitivamente nos facilitan, relativamente, la vida. La cuestión es tal que algunas personas experimentan cierta angustia cuando dicho aparatito se les queda en casa o sencillamente, deja de funcionar. El teléfono celular se ha constituido en una parte refractaria de nuestro brazo. Pero lo más importante es como ciertas facultades cognitivas parecen entrar en desuso como consecuencia del uso de dicho aparatito. En definitiva, la velocidad a la que se viene moviendo el mundo y con él quienes lo habitamos, es increíble.

Esos cambios son más complejos cuando se trata actitudes, formas de pensar y actuar frente a la vida, pero, sobre todo, cuando de relaciones humanas estamos hablando. Hoy los cambios intergeneracionales son más abruptos y traen consigo una serie de ingredientes que nos obliga a repensar cosas tan importantes como lo es la educación. Y no me refiero a la enseñanza de la lengua, como tampoco de principios elementales de la matemática y otros temas. Hago referencia más bien a la manera de enfrentar, comprender y actuar ante la realidad y la vida. ¿Qué es lo importante que debemos enseñar? ¿Cuáles valores y desde cuales perspectivas hacerlo? No son preguntas sencillas y simples.

Todos acuñamos generalmente el concepto de crisis al abordar estos temas.  Margaret Mead, en su obra Cultura y compromiso. Estudios sobre la ruptura generacional[1], inicia su tercer capítulo titulado El futuro. Culturas prefigurativas e hijos desconocidos, de la manera siguiente:

“Nuestra crisis actual ha sido atribuida tanto a la abrumadora celeridad del cambio, como al derrumbe de la familia, a la decadencia del capitalismo, al triunfo de la tecnología sin alma y, en términos de repudio total, a la quiebra definitiva del Sistema (Establishment).” Y continúa diciendo: “Detrás de estos asertos se observa un conflicto más fundamental entre aquéllos para quienes el presente sólo encarna una intensificación de nuestra cultura cofigurativa (ella hace referencia a niños y adultos que aprenden de sus pares y la creencia de que el futuro está anclado en el presente) ya existente, en la que los pares están reemplazando cada vez más a los padres (y a los adultos, en sentido general) como modelo significativos de conducta, y aquellos que alegan que en verdad estamos ingresando en una etapa totalmente nueva de la evolución cultural”.

Dos ideas importantes: los cambios relativos a quiénes son mis referentes, para los jóvenes de hoy principalmente sus pares y, en segundo lugar, lo de una nueva evolución cultural. En lo primero, es decir, en quienes son los referentes, los modelos para los niños y la juventud, la evidencia apunta hacia una figura desconocida en su acepción antes: los influencer. Esos sujetos que tienen un dominio significativo de la comunicación por las redes y las usan para instalar ideas, actitudes y comportamientos, generalmente, inesperados para los adultos, son seguidos por niños y jóvenes. Lo segundo pudiera ser una causa o quizás una consecuencia de lo primero, según se mire, una nueva evolución cultural, es decir, nuevas maneras de enfrentar, comprender y actuar, por lo tanto, generar productos culturales nuevos.

Las nuevas generaciones tienen la expectativa de que las situaciones como los problemas se solucionan con un simple “clic”, tal y como ha sido su experiencia desde que iniciaron la vida con el uso de las tecnologías. Y todavía más, vivir la vida intensamente en el presente, pues el pasado ya es historia muerta, y el futuro no es, a lo sumo , el futuro es ahora.

Las redes sociales que, a decir de Manuel Castells, son una nueva forma del ejercicio del poder social, han ido ampliando y complejizando el concepto de hombre-masa que nos planteara el filósofo español Ortega y Gasset, para referirse a “ese hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas «internacionales». Más que un hombre, es sólo un caparazón de hombre constituido por meras idola fori (fórmulas o ideas que más bien son supersticiones políticas); carece de un «dentro», de una intimidad suya, inexorable e inalienable, de un yo que no se pueda revocar. De aquí que esté siempre en disponibilidad para fingir ser cualquier cosa”. Sigue argumentando el filósofo: “El hombre-masa es el hombre cuya vida carece de proyectos y va a la deriva. Por eso no construye nada, aunque sus posibilidades, sus poderes, sean enormes”. “Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo -en bien o en mal- por razones especiales, sino que se siente «como todo el mundo» y, sin embargo, no se angustia, se siente a saber al sentirse idéntico a los demás”.

Hay quienes señalan incluso, como es el caso de Francois-Xavier Bellany en su obra Los desheredados: por qué es urgente transmitir la cultura, “hemos perdido el sentido de la cultura”. Para finalmente plantear: “… el proyecto que se nos propone: no cargar sobre las espaldas de nuestros sucesores (las nuevas generaciones) este fardo caduco que el pasado deja caer sobre sus libertades nuevas. A partir de ahora, hay que actuar de modo que cada niño pueda, para crear un camino personal, producir su propio saber”.

El tema se torna un tanto más complejo ante niños y jóvenes de hoy, que tal y como hemos planteado antes, el futuro es ahora. Es la generación del “clic”, que desdeña de lo que pudiera ser complicado si es posible hacerlo fácil, con atajos incluidos.

¿Qué puede significar entonces abominar de lo que hemos construido históricamente como humanidad en aras de un presentismo inmediato? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias de una educación vacía de un contenido histórico y un pensamiento filosófico? ¿Cuáles serían las consecuencias ante la inexistencia de referentes o situaciones históricos interpretadas antes como decisivas para entender el presente? Por otro lado, ¿cuáles han sido las consecuencias de centrarnos en enfoques educativos que dejan de lado los saberes humanísticos, como ocurre actualmente? ¿Hacia dónde conduce una educación que solo se centra en la enseñanza de lo útil en función del mercado?

Como estas son muchas otras las preguntas que debemos hacernos desde la educación y, por supuesto, buscarles sus respuestas. A esta tarea, y con el debido respecto, invito a los amigos y amigas del campo de la filosofía a sumarse, para que juntos todos podamos ir comprendiendo y actuando en un sentido que preservemos lo mejor de lo construido a lo largo de la historia.

[1] Mead, M. (1970-2019). Cultura y compromiso. Estudios sobre la ruptura generacional. Editorial Gedisa, S.A. España.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/educacion-y-nuevas-generaciones-un-reto-importante-9268891.html

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Cuatro consejos para fomentar la lectura de los más pequeños

Por: ABC

El último informe PIRLS reveló que los alumnos españoles de 4º de Primaria han sufrido un retroceso de siete puntos en comprensión lectora respecto a la de 2016.

A pesar de que la lectura está estrechamente vinculada a numerosos beneficios académicos y sociales como la capacidad de expresarse, la gestión de la información, el pensamiento crítico o el aprendizaje de nuevos conocimientos, el último informe PIRLS 1 reveló que los alumnos españoles han sufrido un retroceso de siete puntos en comprensión lectora. De hecho, este descenso en los resultados está significativamente por debajo de la media de la UE y de la OCDE.

En este contexto, comenzar a leer y tener un hábito de lecturadesde las edades más tempranas es uno de los factores fundamentales para desarrollar la habilidad para extraer el significado de un texto. Por ello, Meira Koponen, desarrolladora de aprendizaje y experta en Pedagogía en Kahoot!, ofrece algunos consejos para fomentar la lectura en la edad en la que los menores pasan de aprender a leer a aprender leyendo.

La nueva ley LOMLOE sigue apostando para que se fomente la lectura en los centros educativos y se desarrollen hábitos que perduren en el tiempo, introduciendo la obligación de un tiempo diario de lectura en el aula. De tal forma, desde las administraciones se invierten grandes esfuerzos en mejorar la capacidad lectora de los alumnos pero, también hay que hacerlo fuera de las escuelas.
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¿Quién teme a la calculadora? Su uso divide a parte del profesorado de Matemáticas

Por: 

Hace unas semanas, Castilla-La Mancha anunciaba la prohibición del uso de ciertas calculadoras en la prueba de acceso a la universidad: gráficas y de cálculo simbólico. Era la última comunidad autónoma que las permitía en todo el Estado. Desde la Federación Española de Profesores de Matemáticas insisten en la necesidad de permitirlas, así como de renovar la EBAU para que sea más competencial.

Cada cierto tiempo vuelve a saltar a la palestra la discusión sobre si ciertas calculadoras pueden y deben utilizarse en las clases y, sobre todo, en los exámenes de Matemáticas en los cursos superiores. En el horizonte, como siempre, la prueba de acceso a la universidad, la EBAU. Su ejemplo empuja buena parte de las prácticas que se producen a lo largo de la secundaria, obligatoria y postobligatoria.

Hasta ahora, todas las autonomías prohibían el uso de determinadas calculadoras en la EBAU, como las gráficas o las que permiten el cálculo simbólico, salvo Castilla-La Mancha. Desde hace ya meses, como confirman diferentes fuentes, se sabía que esta galia acabaría cediendo y, finalmente, lo hizo hace unas semanas, según fuentes de la FESPM (Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas). Es complicado saber dónde, cómo y con qué criterios se toma la decisión de aceptar o no el uso de estos dispositivos en esta prueba.

Lluis Bonet es docente secundaria en Alicante. Trabajó hace algún tiempo en las propuestas para la modificación del modelo de prueba de acceso a la universidad de tal manera que se acercara al competencial propuesto por la Lomloe. Él lo tiene claro, las cosas deben cambiar en esta prueba, de arriba abajo, para que la calculadora tenga cabida.

Desde su punto de vista es una herramienta, como lo es también GeoGebra, y el alumnado debe aprender a utilizarla correctamente. Más allá de eso, es firme defensor de que se utilice incluso en exámenes como la EBAU, puesto que, cree, lo importante es que el alumnado tenga el conocimiento. La calculadora solo debería ser un instrumento para hacer cálculos complejos de manera rápida y sencilla.

“El problema está cuando sustituyen la labor del alumno”, sostiene, por contra, José Rodolfo Das. A este docente de Matemáticas en Valencia, le preocupa más que lo que pase en la EBAU, lo que pasa en las clases previas, a lo largo del bachillerato. Para él, “hay centros y profesores que le dan a la calculadora protagonismo en sí misma”, cuando solo deberían estar para la “realización de tareas rutinarias para centrarnos en el procedimiento”.

Desde la Federación Española de Profesores de Matemáticas elaboraron, ya hace un lustro, un informe sobre el uso de estos dispositivos en el bachillerato y la EBAU, así como un breve análisis de la situación en otros países más o menos cercanos.

Razones para una restricción anunciada

Este es el quid de la cuestión, parece, para la prohibición del uso de ciertas calculadoras en la prueba de acceso a la universidad. Para Das es una buena noticia que se haya igualado la normativa, al menos en parte, en todas las comunidades autónomas, en referencia a la prohibición del uso de ciertos dispositivos en la EBAU.

Hasta fechas recientes, Castilla-La Mancha era la única comunidad autónoma que permitía cualquier tipo de calculadora en las pruebas de acceso a la universidad, entre ellas, las gráficas y las que pueden realizar cálculo simbólico, es decir, las que pueden trabajar con incógnitas, no solo con números. Estas, al igual que las programables (en las que es posible introducir documentos de texto) “darían una ventaja enorme”, asegura Das.

Para Serapio García, profesor jubilado de Matemáticas de aquella comunidad y en su día presidente de la Asociación de profesores de matemáticas castellano-manchegos, la situación se ha debido a presiones de otros departamentos diferentes a los de matemáticas y han tenido que ver con la posibilidad de que en las calculadoras gráficas y de cálculo simbólico el estudiantado pueda meter chuletas para copiar en las pruebas. “Pero las calculadoras se pueden poner en modo examen”, sostiene.

Además de este motivo está el de la homologación de las pruebas de esta comunidad con el resto del país, en donde, a pesar de haber diferencias, tampoco están permitidas las calculadoras gráficas ni de cálculo simbólico. Explica García que en territorios como Andalucía, Cantabria, Galicia, Comunidad valenciana, Cataluña, Baleares o Canarias se permiten calculadoras científicas de última generación (que permiten realizar derivadas, ecuaciones y matrices), mientras que, por ejemplo en Madrid, tan solo pueden usarse las científicas más básicas.

Más allá de que Das no esté de acuerdo con el uso de este tipo de herramientas en los exámenes, es de la opinión de que no son esencialmente necesarias en las matemáticas de secundaria o bachillerato. “De hecho, no suelo utilizarla”, asegura. Dice que con la manera en la que él explica su materia, no hace necesario su uso, y que, además, se ha encontrado con que el alumnado “es muy inseguro a la hora de hacer cuentas”.

Saber pensar, para este docente, es la parte importante, no tanto el uso de la herramientas. Coinciden con él todos los profesores consultados, pero con matices. Para Bonet es importante que se usen calculadoras. Más allá de que en la Ley se hable de la necesidad de que el alumnado sea capaz de usar nuevas tecnologías en esta asignatura, este docente señala que la prohibición de las calculadoras en la EBAU responde a “que el profesor tenga la excusa de no hacer uso de esas herramientas en el aula, como herramientas didácticas”.

Para Bonet, las calculadoras sirven para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje y tienen un impacto positivo en el alumnado hacia la materia. Para él, las calculadoras, como GeoGebra, sirven para que el alumnado “aprenda más y mejor y comprenda los conceptos matemáticos muchas veces abstractos y complejos”.

A esto se suma que tanto Bonet como García señalan que el currículo de bachillerato incluye, entre los aprendizajes necesarios, el de las tecnologías y la competencia digital, donde encajan perfectamente el uso de las calculadoras (así como su evaluación en la EBAU).

De hecho, García hace hincapié en que la prueba de acceso a la universidad se llama Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad, señalando que, efectivamente, las pruebas deben tener como referente el currículo de esa etapa postobligatoria, pero secundaria.

Pensamiento crítico

Estos dispositivos pueden empujar hacia una nueva manera de enseñar las matemáticas y de evaluarlas, para que no sean solo vistas como “la ejecución de algoritmos, de ejercicios repetitivos, la memorización”, afirma Bonet, quien aclara que “no digo que no haya que trabajar estos aspectos, que lo hacemos”.

José Rodrigo Das insiste en que las prohibiciones de ciertos utensilios tienen más que ver con lenguaje algebraico que con el numérico. “Que yo no haga una cuenta, no es un problema”, sí lo es cuando se trata de una derivada, por ejemplo: “Yo examino al chaval de si sabe hacerla o no”. Es verdad, asume, que este tipo de cálculos puede hacerlos un ordenador, “pero se pretende que el alumno sea crítico y sepa hacerlo”.

Y para Das, el problema de la calculadora es “la actitud acrítica al resultado” que tiene el alumnado. “Si la calculadora dice una cosa, será esa cosa”. De esta manera, si se permitiese, a su entender, el uso de las calculadoras de cálculo simbólico “sería un destrozo: lo copio, aunque no entiendo nada”, sostiene. Por eso le parece bien la igualación de todas las pruebas de acceso.

Das se muestra muy crítico con la legislación vigente (“estamos en una época de engaño al alumno”, dice) puesto que es cada vez más laxa en cuanto a la evaluación. “No se exige que el alumno sepa multiplicar, sino que sea capaz de establecer una estrategia para resolver problemas”, asegura y lo ejemplifica: “Si tienes 15 caramelos para 3 personas deberías ser capaz de hacer la división. Pero se puntuaría bien que se repartieran los caramelos uno a uno para, al final, ver cuántos les tocan a cada uno”.

Lluis Bonet entiende que para mejorar la didáctica de la materia, además de usar dispositivos, hay que generar situaciones “más realistas”, que obliguen al alumnado “a reflexionar, investigar, a ver si el problema puedo trocearlo, intentar interpretar y comprobar los resultados, analizarlos, ser crítico, dar una respuesta argumentada, reflexionada… todo eso forma parte de las matemáticas”.

“Esto requiere un esfuerzo por parte del profesorado”, afirma, también para las personas que hacen las pruebas de acceso a la universidad. “Y no sé si realmente, se quiere realizar ese esfuerzo”, asegura. En opinión de este docente, decisiones como la que se ha tomado en Castilla-La Macha suponen un problema a la innovación educativa que se realiza en muchas clases de matemáticas que hablan de un “inmovilismo total”.

Según cuenta Serapio García “la calculadora es máquina tonta, no sabe qué hacer, tienes que decírselo tú y esto enseña”. Para ello hay que hacer un análisis de las operaciones que deben realizarse, en qué orden hay que realizarlas y, finalmente, llevar a cabo una evaluación del resultado obtenido.

Eso sí, en su opinión, “en manos de un profesor experimentado y con una finalidad clara, (la calculadora) hace que el aprendizaje sea significativo”.

Las diferencias, finalmente, parecen irreconciliables, a pesar de que que quienes sostienen los pros y los contras del uso de las calculadoras coinciden en la necesidad de que el alumnado aprenda a ser crítico y venza las dificultades del pensamiento más abstracto al que debe empezar a enfrentarse ya desde los primeros años de la secundaria obligatoria.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2023/11/28/quien-teme-a-la-calculadora-su-uso-divide-a-parte-del-profesorado-de-matematicas/

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Metamorfosis de la víctima en verdugo

Por: Raúl Prada Alcoreza

¿Cómo la víctima se convierte en verdugo? La violencia cristalizada en sus huesos se proyecta y retorna contra sus anteriores verdugos. Este es un aspecto de la inversión de la violencia, después de haberla recibido se la devuelve. Hay otros aspectos que tienen que ser tomados en cuenta. Pero, antes, es indispensable entender lo que pasa en la psiquis humana, la que ha sufrido y termina convirtiendo su comportamiento en revancha, en venganza. En esas condiciones se puede decir que la relación social se convirtió en una relación de violencia, o la violencia se convierte en la única relación social.

La violencia, desplegada en el círculo vicioso, recurrente, repitiéndose, en espiral, desbocada, no sale de lo que es, de su torbellino de violencia; una vez que se ingresa al círculo vicioso, atrapado en su interioridad perversa, el hundimiento en el magma de violencia es irreversible. Se han hecho notorios reflexiones sobre la violencia, son conocidas las que hemos mencionado en anteriores escritos, al respecto es sobresaliente la reflexión de Walter Benjamin, posteriormente, también lo son las reflexiones de Hannah Arendt, sobre la violencia y el totalitarismo. No vamos a citar otras reflexiones y críticas respecto a la violencia, como las de Jacques Derrida, en Ley y fuerza. Nosotros mismos hemos desarrollado nuestras reflexiones sobre la violencia, desde el estallido de la movilización prolongada en Bolivia (2000-2005) hasta después, incluyendo las violencias desatadas, configurando espirales puntuales de violencias, que se han dado en las gestiones del gobierno neopopulista.

El acontecimiento de la guerra y el acontecimiento de la violencia están asociados, forman parte de lo mismo, el acontecimiento feroz de las dominaciones y del poder; también el terror está asociado a la violencia, como recurso extremo para anular a la voluntad de resistencia. Los hechos desplegados corroboran estos decursos concomitantes y cómplices, son muestras espantosas de la condena, de la fatalidad de encontrarse atrapados en el círculo vicioso del poder. Las víctimas son como las reminiscencias convertidas en curva del indicador espantoso de la violencia. Como ensañándose contra la tesis, apresurada y provisional, de Francis Fukuyama del fin de la historia, se han vuelto desatar las guerras, las dos guerras del Golfo, la guerra en Yugoeslavia, las guerras de la Federación Rusa; estas guerras se han vuelto paradigmáticas, contradiciendo la hipótesis de Francis Fukuyama. La historia continua serpenteando territorios plagados de batallas sangrientas.

En la contemporaneidad reciente, en la guerra de Ucrania, la contrastación es evidente de la tesis del fin de la historia; no solamente ha perdido su credibilidad, sino que se ha trocado en una tesis infeliz. Antes de la guerra de Ucrania, la Federación Rusa desata implacables guerras en Chechenia y en Georgia. En el continente del África aparecen escenarios de guerras, que los medios de comunicación consideran tribales, sin entender la complejidad del continente, sobre todo en las regiones subsaharianas. En la actualidad asistimos a la reiterada guerra de Israel-Palestina, que también contiene, en su contexto, la guerra israelí-árabe. Aunque después de la guerra de 1973, del Yom Kipur, se haya firmado la paz con Egipto, Jordania haya reconocido al Estado de Israel, recientemente Arabia Saudita está apunto de firmar un convenio a largo plazo con el Estado de Israel. A pesar de estos avances para el Estado de Israel, la guerra ha recomenzado con la última incursión de la organización paramilitar Hamás, que ha invadido territorios aledaños a la Franja de Gaza, desplegando una furiosa revancha, que ha derivado en una masacre. Sin quedarse corto ante la espiral de violencia y el hilo del círculo vicioso de la violencia, el gobierno de Benjamín Netanyahu declara la guerra a Hamás y manda a demoler la ciudad de Gaza con bombardeos sistemáticos. Las víctimas civiles de Gaza superan ya los 2750 muertos, sobre todo de niños. Por eso es conveniente volver a preguntar sobre esta metamorfosis de víctima en verdugo.

Cuando se tiene a la vista la Franja de Gaza, cuando se tiene una población de alrededor dos millones y medio de habitantes poblando esta franja, habitantes que no pueden moverse de la Franja de Gaza, inclusive no pueden ir a pescar al mar, estamos asistiendo a una remembranza, en otro contexto, de lo que fueron los guetos judíos en Alemania y en Polonia, durante la ocupación nacional socialista. ¿Por qué suceden estas analogías? ¿Por qué el pueblo que fue perseguido durante siglos, obligado a una diáspora judía, que tuvo que soportar, en todos los países donde se asentó, el antisemitismo intermitente, termina obligando a la población palestina a salir de su territorio en 1948, condenándola a vivir en campamentos de refugiados en los países aledaños, repitiendo la misma situación en 1967, durante la guerra de los seis días, cuando prácticamente los palestinos pierden casi la totalidad de su territorio, hasta el punto de ser reducidos a Cisjordania y a la franja de Gaza?

Una violencia no justifica otra violencia, la violencia es eso, violencia, destrucción de cuerpos, destrucción de subjetividades, inhumanización. Cuando se usa la violencia como recurso se pierde el derecho a la posibilidad de exigir derechos. La violencia impone su lógica perversa y demoledora, arrasa territorios, masacra pueblos, siembra muerte por doquier. Lo que queda después de la violencia no es más que muerte, víctimas desoladas, por un lado y vencedores convertidos en monstruos, por otro lado.

Viendo retrospectivamente los horrores desatados en la historia, recorrer el pasado por sus huellas macabras, como los relativos al holocausto, uno se pregunta: ¿Como pudo haber ocurrido? Teniendo en cuenta los análisis y los estudios que se realizaron después, teniendo en cuenta la información de los contextos en los que se dieron estos horrores, el exterminio del holocausto, aparece como dato sobrecogedor la “normalización” y la “naturalización”, de la violencia, inclusive podríamos decir la rutina de la violencia, incluso la administración racional de la violencia, tal como lo lo describió Sygmunt Baumann en su libro sobre el holocausto. Hoy también asistimos a la “normalización” y “naturalización” de la violencia, a su racionalización administrativa y, lo peor, a su difusión mediática, a su pretendida legitimación mediática, a través de la propaganda y las narrativas en concurrencia. Las narrativas no pueden cambiar la realidad, la realidad es que hay miles de víctimas de un lado y de otro, mas en un lado que en el otro. El costo de las víctimas no justifica, de ninguna manera, las acciones de un lado y de otro, que podemos catalogar de desmesurada violencia. Recordando el enunciado, atribuido a Nicolas Maquiavelo, de que el fin justifica los medios, los medios que se usan en la perpetración de la violencia terminan diseminando el fin, convirtiéndolo en una ausencia total de horizontes.

De manera concreta, podemos decir que lo que sorprende es que se “normalice” el genocidio; esto es precisamente lo que hicieron los nazis durante el holocausto, otorgándole el nombre de la solución final. Lo que llama la atención es que hasta hoy, hasta la tercera década del siglo XXI, esta inclinación de “normalización” del crimen, de la violencia, del genocidio, persiste, mediante diferentes figuras, con distintas singularidades y en el diferentes contextos. Esto es lo que ocurre con la “cárcel al aire libre más grande del mundo”, que es la Franja de Gaza, convertida en un gueto gigantesco. Ahora, sobre todo considerando los implacables bombardeos sistemáticos, aplastantes y demoledores, estamos asistiendo a un nuevo genocidio. El pedir que un millón y medio de personas se desplacen del norte al sur de la Franja de Gaza, es pedirle que cabe su tumba, que marche hacia la muerte. Lo sorprendente nuevamente es que se vuelve a “normalizar”, a “naturalizar”, este accionar implacable de violencia desmoledora, supuestamente en defensa, cuando es patentemente de ataque a una densa población civil. También podemos decir que se “normaliza” y se “naturaliza” la otra violencia yihadista, la violencia denominada por el orden mundial “terrorismo”, así como por las narrativas de los Estados, de los organismos internacionales y de los medios de comunicación. Esta violencia desencadenada se “normaliza” y se “naturaliza” a través de la narrativa religiosa fundamentalista. Se pretende que la religión justifique el desborde demoledor de la violencia, que justifique el asesinato masivo. Este uso de la narrativa religiosa fundamentalista no hace otra cosa que buscar la legitimidad de actos atroces. Ciertamente no lo consigue, a pesar de que, en determinados ámbitos, plagados de seguidores, de convencidos, aparente lo ha lograrlo.

Hemos dicho que una vez que se ingresa al círculo vicioso de la violencia no se sale del mismo. Las espirales de violencia se desencadenan. Adquieren su propio ritmo, desarrollan sus propias secuencias, atraviesan umbrales. De este modo se llega al genocidio, sin inmutarse, por parte de los actores de la tragedia. Esto sucede en un contexto mundial donde el resto de los actores, no involucrados, participan del espectáculo del horror con una concomitacia silenciosa, con un adormecimiento mediático y acostumbrado, al observar desde palco lo que acontece.

La sociedades humanas pueden desencadenar violencias descomunales, masacres, sin inmutarse, en el momento que las perpetran. Lo que ocurre, en estos casos, es que están atrapadas en los engranajes de maquinarias fabulosas de poder, atrapadas en maquinarias de guerra, en maquinarias económicas, que no se detienen ante nada. Puesto que las maquinarias, en sí mismas, no tienen escrúpulos, son como una fatalidad o una condena, el destino está atrapado en esta mecánica de las máquinas; el destino ya no pertenece a los humanos, la tragedia está escrita.

En lo que respecta a las subjetividades, a las predisposiciones subjetivas, las pasiones cultivadas se vuelven incontrolables. El odio cultivado se vuelve incontrolable, se apodera de los sujetos y éstos se convierten en marionetas de la trama del odio. En estas condiciones no se puede pedir objetividad, es un enunciado que está fuera de juego. La única objetividad que aparece, es decir, el único objetivo que se plantea, es la de la aniquilación del enemigo, convertido en un endemoniado. El justificativo del crimen ya está dado, el enemigo es el demonio, es el mal que hay que extirpar.

Si se escucha atentamente los discursos fundamentalistas, vamos a darnos cuenta de que éstos discursos expresan el atolladero sin salida del círculo vicioso de la violencia, en la inclinación desborda y compulsiva del odio. No sólo pasa con las organizaciones irregulares, sino con los mismos Estados, que son organizaciones legales institucionalizadas, que, en situaciones de crisis, se vuelven dispositivos efectivos para perpetrar violencias desmedidas. Todo a nombre de las causas supuestamente justas, la defensa del Estado, la razón del Estado, por la seguridad del Estado, por el destino y el porvenir de la nación. Las organizaciones irregulares son ya protoestados, aunque pequeños, asumen para sí el monopolio de la violencia. Consideran que pueden ejecutar acciones desmedidas sólo por el hecho de que son la representación y la vocería legítima del pueblo oprimido.

En realidad, los Estado nación y las organizaciones irregulares comparten la espiral de la violencia, en el mismo círculo vicioso del poder y el mismo círculo vicioso de la violencia. El problema es que no sólo los actores directamente involucrados en la espiral de violencias están atrapados en el círculo vicioso de poder, de violencia y de odio, sino que, en el contexto llamado mundo, se asume con “normalidad”, con “naturalidad”, lo que acaece, como si la violencia, los hechos desbocados de la violencia, sean parte de la vida cotidiana. Concretamente, los organismos internacionales y, en entre ellos, Naciones Unidas, son cómplices de lo que ocurre. Los hechos se desbordan amenazadoramente. A pesar de la existencia y el reconocimiento de estas organizaciones internacionales, a pesar de las resoluciones de Naciones Unidas, éstas no se cumplen; no se cumplen los declarados derechos humanos, son, mas bien, desacatados por los Estados. A los funcionarios internacionales sólo les basta con haber declarado, enunciado, esos derechos y pare de contar, puesto que no pueden, no quieren, no tienen la voluntad de hacer cumplir sus propias resoluciones, ni, mucho menos, garantizar su cumplimiento, en todas partes, de los derechos humanos. Es más, el comportamiento de Naciones Unidas ha sido, en todo caso, sesgado; en unos casos interviene más que en otros, inclusive en unos casos interviene y no interviene en otros. Todo depende de lo que vamos a llamar la correlación de fuerzas en el orden mundial. Por ejemplo, en la guerra de Corea se ha puesto de un lado y ha declarado la guerra a Corea del Norte, es decir a justificado una guerra de intervención cuando su tarea era buscar la paz, evitar la guerra. Algo parecido, aunque en otro contexto y de manera diferente, ha ocurrido durante la guerra de Vietnam. Respecto al bloqueo de Cuba, que ya de por sí, es un atentado a los derechos humanos, independientemente de la posición que se tome respecto a la revolución cubana, Naciones Unidas no ha hecho cumplir las resoluciones del organismo internacional. Ya lo hemos dicho antes, que en el caso de la conformación del Estado de Israel no ha hecho cumplir sus resoluciones, en lo que respecta a la conformación de dos Estados, el Estado de Israel y el Estado de Palestina; tampoco ha hecho cumplir la resolución sobre el retorno de los refugiados en los campamentos a su territorio.

La pregunta que se viene de inmediato es si Naciones Unidas es realmente una organización de Naciones Unidas, de todas las naciones, de todos los pueblos, claro está, de todos los Estados. Hablamos de pueblos porque hay pueblos sin Estado, a los que no se les ha permitido conformar sus Estados, a pesar del derecho a la autodeterminación. Uno de esos pueblos es el ancestral, antiguo, y presente pueblo kurdo. Otro de esos pueblos es el pueblo del Sahara Occidental, el pueblo saharaui. Indudablemente el pueblo palestino es el pueblo ocupado, expulsado de su territorio, que hasta ahora no cuenta con su propio Estado, a pesar de las resoluciones de Naciones Unidas. La lista puede seguir, pero la dejamos ahí como muestra de la incompetencia internacional y del despotismo del orden mundial de las dominaciones.

Podemos arriesgarnos con alguna hipótesis al respecto: Naciones Unidas más parece un gran espectáculo, donde se hacen declaraciones rimbombantes sobre derechos humanos y los derechos internacionales, también sobre otros derechos, como, por ejemplo, los recientes emitidos debido a la crisis climática, que tiene que ver con la vida y el planeta. Así mismo se emiten discursos rimbombantes, incluso se transmiten informes detallados, llenos de datos y estadísticas, asombrosos por la objetividad sobre el peligro en el que se encuentran la sociedades humanas. Sin embaro, hay quedan, archivados o en folletos de difusión, como en el caso del Acuerdo de París, el mismo que no se ha cumplido hasta ahora.

Considerando esta situación de impotencia, como consecuencia de lo que acabamos de decir, podemos interpretar lo que ocurre, la frustración del cumplimiento de los derechos, que se debe, en efecto, a la correlación de fuerzas; la resultante de la correlación de fuerzas es la que determina los alcances del comportamiento y del espectáculo de Naciones Unidas. En otras palabras, son las grandes potencias las que deciden el destino de la humanidad. ¿Bajo qué criterio filosófico? ¿Bajo que legitimidad para hacerlo? Ninguna, puesto que lo que prepondera es el peso de la fuerza, el peso de la correlación de fuerzas, definido en los campos de batalla en los que se ha convertido a los países, a las regiones y al mundo. Son estas potencias, las hilanderas de la luna, las del núcleo de seguridad de Naciones Unidas, definida su jerarquía restrictiva en el orden mundial de las dominaciones, las que tienen en sus manos el destino de la humanidad.

Volviendo al caso del conflicto y la guerra permanente israelí-palestino, en un contexto de conflicto israelí-árabe, también israelí-persa, vemos que el nacimiento del Estado de Israel implicó, en los hechos, el desplazamiento de la población de Palestina, la expulsión de sus tierras, condenándola a un exilio permanente. Sobre este asunto no se reflexionó como corresponde, salvo anotaciones superficiales o, en su caso, denuncias múltiples y proliferantes, que se han hecho sentir a lo largo del historia reciente. ¿Por qué lo decimos? Porque en la historia de la modernidad esto es precisamente lo que ha venido ocurriendo, de manera sistemática e intermitente, por así decirlo. La modernidad comienza con la conquista del continente de Abya Yala. Esto ha implicado la desterritorialización del continente, su despoblamiento, por los efectos devastadores del etnocidio y del genocidio. La modernidad también nace con la esclavización generalizada de parte de la población africana subsahariana. En su momento y en el contexto histórico, político, económico y cultural, que se vivía en aquél entonces, estos acontecimientos trágicos, demoledores, contra la propia humanidad, no solamente hablamos de la humanidad de las víctimas, sino también de la humanidad del victimador, fueron recepcionados por las otras poblaciones, particularmente europeas, con cierta “naturalidad”, aunque también con cierta sorpresa, empero vinculada más a las interpretaciones narrativas delirantes del descubrimiento de otro mundo.

En pocas palabras, podemos decir que los contextos sociales, de donde ocurren estas asombrosas tragedias, vinculadas a los genocidios perpetrados, a la esclavización generalizada, ahora a la destrucción de ecosistemas, son cómplices de estos crímenes, de estos genocidios, de esta violencia consumada en los cuerpos de otros, así como en la propia alma de los verdugos y victimadores, puesto que se vuelven monstruos.

Con respecto al método del terror, del recurso del terror, debemos hacer una reflexión. Este recurso ha sido usado por distintos grupos y tendencias ideológicas y políticas, fue usado, individualmente, por los anarquistas sobre todo en acciones puntuales. Lo han usado populistas, incluso nacionalistas, que luchan, desde antaño, por la liberación nacional. Lo han usado los comunistas, vinculando las acciones que causan estragos puntuales con el despliegue del ejército revolucionario, en su desplazamiento militar. Lo han usado las organizaciones israelitas contra la autoridad británica, mientras ocupaba Palestina. Lo han usado los palestinos, tanto contra los británicos como contra los israelitas, en su dilatada lucha por la liberación nacional. Pero también lo han usado los yihadistas, los fundamentalistas musulmanes, sembrando el terror, como recurso indispensable en la conformación del Califato. Sin embargo, a pesar de la gama variopinta de perfiles distintos, que han recurrido al uso de acciones puntuales, buscando ocasionar efectos de terror, debemos diferenciar cuando el terror es un método y cuando se vuelve fin.

Partiendo del enunciado, atribuido equivocadamente a Nicolás Maquiavelo, de que el fin justifica los medios, sin entrar a discutir la validez de este enunciado, lo que queremos preguntarnos es: ¿Qué pasa cuando los medios se convierten en el fin? En primer lugar, desaparece el fin, los medios se convierten en el fin mismo. Es decir, en el caso que nos ocupa, el terror, el método del terror, los procedimientos del terror, que son los medios para lograr un fin ideológico o religioso propuesto, se convierte en el fin mismo. El fin es el terror mismo, el fin es la muerte misma, el fin son los asesinatos mismos, el fin es siempre el terror. Cuando ocurre esto hay un cambio radical, ya no hay fin, sólo hay el método, el método del terror. En otras palabras, no se persiguen otra cosa que el terror. Entonces desaparecen los horizontes, se esfuma la política, la luchas se han convertido meramente en el instrumentos de la muerte.

Lo que acabamos de decir pasa no solamente con las organizaciones fundamentalistas, de todo tipo, de distintas religiones, de distintas ideologías, sino también ocurre con los Estados. En un momento de crisis múltiple, de crisis política, económica social y cultural, en un momento de crisis gubernamental, el Estado recurre al terror, al terrorismo de Estado, para preservar su dominación, sembrando el miedo, incluso el pánico. Entonces tenemos que hablar de esta distorsión del terror, cuando se convierte en sí mismo en finalidad; esto ocurre no solamente con las organizaciones clandestinas, por así decirlo, sino también con los Estados en crisis.

Mediante el terror se pretende perpetrar una autoridad irracional, la autoridad de una supuesta tradición, la autoridad de la institución instituida, heredada como fatalidad. Emmanuel Kant decía que la única autoridad que hay que reconocer es la razón, a partir Hugo Zemelman Merino podemos decir que la única autoridad que hay que reconocer es el uso crítico de la razón. Estamos en pleno desenvolvimiento de la ilustración y del iluminismo. También estamos en pleno desenvolvimiento de la dialéctica de la iluminismo, de acuerdo a Theodor Adorno y Max Horkheimer. Frente al iluminismo y la razón, evitando la crítica demoledora de la razón, la supuestas tradiciones se defienden imponiendo la autoridad con violencia, reprimiendo la crítica, impidiendo la iluminación y la ilustración. Por eso se habló de oscurantismo.

Estas son las metáforas con las que se presenta el despliegue de la iluminismo y de la ilustración. La luz se opone a la oscuridad, la ilustración se opone a la ignorancia. Siguiendo el decurso del debate, del enfrentamiento ideológico, la corriente positivista, tanto filosófica como epistemológica, ha opuesto la ciencia al mito. Más tarde el debate se ha enriquecido con otras perspectivas epistemológicas y hermenéuticas. Estas apreciaciones han sido retomadas por Adorno y Horkheimer en su Dialéctica del iluminismo. Haciendo un balance del periplo de la ilustración, concluyen, ante la experiencia de la primera y segunda guerra mundial y del holocausto, que los caminos de la razón instrumental pueden llevar al irracionalismo de la guerra y al oscurantismo de una modernidad sin escrúpulos. También dicen que la modernidad no salió de la esfera del mito, sino que inventa otros mitos, uno de ellos es la historia. Asimismo dicen que el pretendido dominio sobre la naturaleza es un gran equivocó, además de ser un mito, puesto que el ser humano pertenece a la naturaleza, no puede salir de ella; en consecuencia, que el desarrollo moderno, al afectarla, cobra consecuencias que redundan, como boomerang, en la sociedad moderna, la que ha desencadenado el desarrollo desbocado. Por eso, propugnan el iluminismo del luminismo, vale decir, la crítica de la crítica. Si el luminismo fue la crítica de la oscurantismo y de las instituciones tradicionales, de los mitos y prejuicios, ahora se requiere de la crítica de la modernidad y de un nuevo iluminismo, de una nueva crítica.

Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo XX, incluso durante las tres primeras décadas del siglo XXI, este iluminismo del iluminismo, esta nueva ilustración, no se ha dado lugar como acontecimiento epistemológico, político y moral, como reforma intelectual y ética, salvo en contadas excepciones puntuales, que buscan seguir la reflexión creativa de la crítica, de la razón crítica y de la crítica de la razón. Los nuevos oscurantismo se han aferrado a sus nuevos mitos, es decir, relativos a la episteme moderna, incluso se han aferrado a las religiones anacrónicas. Se han aferrado a sus instituciones ancladas en el ostracismo de otro tiempo desaparecido. Podemos decir, parafraseando a Vicent van Gogh, que ese tiempo ya no está, pero las máquinas atroces siguen todavía. Por eso, la recurrencia desesperada al terrorismo generalizado, al terrorismo del Estado y al terrorismo de las organizaciones irregulares, al terrorismo fundamentalista, así también, al terrorismo de las mafias y los cárteles por el control territorial.

El recurso al terrorismo se ha generalizado, al punto de que ocasiona paradojas, como la declarada “guerra contra el terrorismo”, de la hiperpotencia norteamericana. La paradoja es que el recurso de la “guerra contra el terrorismo” es, a su vez, terrorismo globalizado. Se suspenden los derechos civiles y políticos, los derechos ciudadanos y los derechos humanos, puesto que el terrorismo es el poder absoluto, por lo menos en pretensión. Como imitación otros Estados han asumido también la “guerra contra el terrorismo” como procedimiento para acallar a los contrincantes, a los opositores y, sobre todo, eso es lo más grave, a la movilización social. La palabra “terrorismo” se ha convertido en un comodín, se la puede usar a gusto, dependiendo de los contextos y las coyunturas, dependiendo de las dificultades de los gobernantes y de las organizaciones políticas.

El problema es que esta generalización del terrorismo termina ocultando la explosión proliferante de las violencias polimorfas contra los pueblos, contra las sociedades, contra los pueblos indígenas, contra las mujeres; esto último sobretodo, mostrándose en la espiral desencadenada de los feminicidios.

Volvamos al problema matricial, el de la violencia. En anteriores escritos habíamos establecido que el poder es relación de fuerzas, habíamos retomado la figura de fuerza activa y fuerza reactiva, mas bien, de la ambivalencia de la fuerza, que en determinadas condiciones se comporta activa, en cambio el cuerpo, en determinadas condiciones, padece la acción de la fuerza. Considerando esta apreciación de la genealogía del poder decíamos que, la violencia supone no solamente el efecto de la fuerza sobre el cuerpo, sino el efecto de la fuerza sobre el sujeto. Por eso, se puede decir que la fuerza, en el sentido de la violencia, daña, ataca al sujeto. Ahora bien, revisando la etimología de la violencia, sabemos que proviene de la raíz indoeuropea wei, qué significa fuerza vital. La palabra violencia, en castellano, deriva del adjetivo violens, en latín, que significa impetuso, furioso. Se puede decir que el origen latino de la palabra es el sustantivo vīs, que quiere decir fuerza, poder, potencia. Los romanos llamaban vīs a la fuerza, al vigor; esto sobre todo cuando la voluntad de unos se impone a la voluntad de otros o anula la voluntad de otros. Vis tempestatis se denomina a la fuerza de la tempestad. En el código de Justiniano se menciona vis magna cui resisti non potest, es decir, se habla de la fuerza mayor que no se puede resistir.

Retomemos el concepto de violencia en sus distintas significaciones, sobre todo en el sentido de imponer una voluntad, anulando otra voluntad. Esta violencia adquiere dimensiones descomunales cuando atraviesa ciertos límites, que tienen que ver tanto con la intensidad de la violencia, así como con la extensidad de la violencia. Por ejemplo, individualmente, con la tortura se llega a la violencia destructiva del propio cuerpo, violencia humillante, descalificadora e inhumana, que padece el cuerpo y el sujeto. Otro ejemplo, pluralmente, con el desencadenamiento del terror de Estado se llega a la violencia demoledora contra el pueblo y la sociedad, buscando la inhibición total de su voluntad. Sin embargo, el terror de Estado se anticipa en organizaciones protoestatales, que se preparan para ser Estado, se adelantan en el implacable despliegue del terror contra el pueblo y la sociedad, para imponer la propia voluntad de dominio.

¿Qué pasa en la subjetividad del que impone su voluntad y anula la voluntad del otro? Desconoce al otro, por lo tanto se anula el reconocimiento, la autoconciencia. Al desconocer el reconocimiento de una autoconciencia en otra autoconciencia, se anula también como sujeto, sujeto devenido autoconciencia, en una relación libre, donde la libertad se realiza en el reconocimiento y en la realización de la demanda de reconocimiento como autoconciencia. Estas consideraciones aparecen en la Fenomenología del espíritu de Hegel. Vamos a recurrir a ellas, a esta ciencia de la experiencia de la conciencia, que es el subtítulo del libro citado. Esto lo hacemos para hacer hincapié, si tomamos en cuenta la dialéctica de la fenomenología del espíritu, que cuando la autoconciencia retrocede a la conciencia, cuando deja de reconocer a sus semejantes, no solamente no hay libertad, se anula la libertad y la relación en libertad, sino que se retrocede a la conciencia limitada a la observación del objeto. En otras palabras, se ha cosificado al sujeto, al otro, al otro sujeto se lo ha vuelto un objeto. Interpretando, desde la fenomenología del espíritu, el otro sujeto se ha convertido en esclavo, esta vez, interpretando desde la dialéctica de la amo y esclavo.

¿Qué pasa cuando se despliega el terrorismo de Estado? Cuando el Estado impone su voluntad y anula la voluntad del pueblo y de la sociedad. El Estado deja de ser la síntesis política de la pluralidad social. Se convierte en algo ajeno a la sociedad, mas bien, se convierte en una máquina contra la sociedad, en una amenaza, más aún, en un artefacto de engranajes de la violencia, que inhibe la potencia social. Está demás decir que la relación entre Estado y sociedad, en este caso, se desenvuelve sin libertad, en las condiciones de abolición de la libertad. Sólo existe el Estado, sólo existe la voluntad del Estado, que ha dejado de ser la voluntad general, convertida en una voluntad maquínica, en la voluntad de la monstruosidad burocrática y funcionaria, en la voluntad de los verdugos uniformados. Todo reconocimiento y autoconciencia han desaparecido socialmente y políticamente. Ya no hay sujetos, sino sólo cosas, objetos, cifras, discursos protocolares emitido desde el poder.

¿Qué pasa cuando son las organizaciones irregulares las que imponen su voluntad, anulando la voluntad de la sociedad y del pueblo? Sin ser Estado estas organizaciones, que usan el terror, no solamente como medio para lograr el cumplimiento de finalidades enunciadas, sino, como hemos dicho, que convierten al terror en el fin mismo, haciendo desaparecer el fin proclamado, sea ideológico o religioso, establecen una relación con la sociedad al margen de la libertad, desconociendo la voluntad misma de la sociedad, el conglomerado de sus subjetividades, convirtiéndola en un recipiente, que recepciona sus discursos estridentes y sus violencias proliferantes. Aquí también desaparecen los sujetos, todo reconocimiento y las autoconciencias. Sólo hay autómatas encargados de perpetrar la violencia desencadenada, solo hay cuerpos que padecen esta violencia.

En los contextos y ámbitos del terrorismo generalizado, el mundo se ha convertido en un infierno. Las mayorías de las sociedades, pueblos y poblaciones padecen las violencias derivadas del terrorismo de Estado y del terrorismo de las organizaciones irregulares. Los horizontes se han clausurado, el porvenir se ha convertido en el abismo donde caen los cuerpos para enterrarse.

La violencia genera violencia, esta es la situación del círculo vicioso de la violencia. La violencia se cristaliza en los huesos y luego se exterioriza en otra violencia. Es violencia someter a un pueblo, desplazarlo, convertirlo en exiliado, arrinconarlo, presionándolo, humillándolo, convirtiéndolo en una acumulación de cosas, incluso nadas, invisibilizándolo. Un pueblo que no tiene porvenir, ni destino, ni territorio, se encuentre una situación desesperada, cuando su población padece la crisis del destierro, que se expresa en la pobreza lapidaria, en la miseria, en la exclusión, llega a un punto en que no tiene nada que perder, se arroja entonces desesperadamente a la violencia, al despliegue de la violencia contra el opresor.

En ambos casos, la violencia del Estado y la violencia de las organizaciones irregulares, la violencia forma parte del círculo vicioso de la violencia. Cuando esta violencia no tiene medida, cuando decide asesinar y perpetra asesinatos, cuando más artroces mejor, se ha llegado a un punto donde se expresa patentemente la pérdida de humanidad. Las monstruosidades se han hecho presentes. En esta situación no hay destino. Es inhumano matar a civiles desarmados, realizar pogrom, buscar la muerte más atroz, prolongarla en torturas, incinerar cuerpos y danzar alrededor de los cadáveres. Es inhumano bombardear ciudades, arrasar manzanos urbanos, matar a gran escala, volver a obligar a la población a un nuevo desplazamiento sin destino. En ambos casos, se ha llegado al desborde de la monstruosidad, en lo que se han convertido los perpetradores de la violencia. Esa no es una violencia “revolucionaria”, tampoco la otra es una violencia civilizada, como se pretende, en una descomunal “guerra contra el terrorismo”. De este modo se llega a asistir a una guerra entre monstruos, mientras los pueblos padecen las consecuencias arrasadoras de la guerra.

Cuándo los enemigos, enfrascados en la guerra, en la lucha muerte, buscan el exterminio del otro, ya no hay salida, es decir, ya no hay historia posible. La historia sólo es posible si hay salidas. Volviendo a la fenomenología del espíritu de Hegel, se puede decir que hay historia cuando los contrincantes buscan una alternativa, fuera del exterminio. Un acuerdo. Entonces se puede dar curso otra vez a la historia o, por primera vez, a la historia plena, completa, dependiendo del comienzo de donde partimos. La historia, se puede reducir a la historia de las dominaciones, cuando el señor enseñorea y el siervo sirve. Cuando el amo domina y el esclavo obedece. Esta es una historia circunscrita, reduccionista, usando las figuras que aparecen en la fenomenología del espíritu, metáfora filosóficas, por cierto. Empero, esta historia reductiva lo que hace es guardar la posibilidad de una nueva confrontación, donde los enemigos vuelvan a enfrascarse en una guerra muerte, buscando el exterminio del otro. Jugando con las figuras filosóficas, podemos decir que esta es una historia a medias, es una historia herida, puesto que guarda la posibilidad de la desaparición de la misma historia, de la memoria social, porque se apuesta por el exterminio.

Siguiendo con el discurso de la interpretación teórica, podemos decir que la historia completa, sana, vital, sin heridas, acaece cuando se llega a un acuerdo mediante el reconocimiento pleno de ambos, el reconocimiento de su humanidad, por lo tanto, la posibilidades de complementariedad. Sin embargo, esto no ha ocurrido hasta ahora, puesto que seguimos en la historia de las civilizaciones, que se han erigido sobre los cimientos y la matriz de la historia herida, donde se llega a un acuerdo provisional, pero con la posibilidad de hacer resurgir otra vez la batalla, la lucha muerte, por lo tanto, la búsqueda del exterminio del otro.

Fuente de la información e imagen:  https://pradaraul.wordpress.com

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