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La configuración emocional de la política

Por: Leonardo Díaz

Nuestro miedo a un futuro donde los valores que constituyeron nuestro mundo ya no existan puede traducirse de manera inconsciente en odio hacia las minorías excluidas de ese mundo; nuestro enojo por la pérdida de la estabilidad económica puede interpretarse en términos de ira hacia quienes interpretamos como “culpables” de nuestra precariedad.

En mis últimos artículos he sintetizado el modelo explicativo del psicólogo Manos Tsakiris sobre el rol de las emociones en la conducta política. Desde esta perspectiva, si nuestras acciones están condicionadas por variables fisiológicas y psicológicas dirigidas a buscar nuestra seguridad, muchas de las elecciones que parecen inexplicables, desde una perspectiva intelectualista, se esclarecen.

Así, en un entorno internacional caracterizado por un proceso económico y político de gran inestabilidad, a inicios de un siglo marcado por la transición de antiguas formas de vida a otras nuevas provocadas por la globalización; ante la emergencia de nuevas sensibilidades que socaban prejuicios ancestrales; en un clima donde se ha producido un socavamiento de referentes epistémicos y éticos acentuado por la revolución digital, nuestros estados fisiológico-psicológicos configuran la radicalización emocional de la política actual.

Las emociones configuran la vida política, porque, como recuerda Tsakiris, no constituyen meras reacciones al mundo, sino que lo constituyen a partir de las experiencias emocionales previas y los conceptos emocionales de los agentes políticos.

Nuestras emociones son constantemente interpretadas. Pero pueden ser entendidas de modo erróneo. Nuestro miedo a un futuro donde los valores que constituyeron nuestro mundo ya no existan puede traducirse de manera inconsciente en odio hacia las minorías excluidas de ese mundo; nuestro enojo por la pérdida de la estabilidad económica puede interpretarse en términos de ira hacia quienes interpretamos como “culpables” de nuestra precariedad.

Estas percepciones dan lugar a interpretaciones sesgadas, especialmente, si nuestro estilo de vida es afectado y, posteriormente, estimulan la construcción de narrativas que justifican nuestras emociones para resignificar el mundo en función de nuestros deseos, prejuicios y expectativas.

Dichas interpretaciones son hoy reforzadas por los “efectos burbujas” de las redes sociales y por la cultura de la posverdad alimentada por líderes políticos sectarios e inescrupulosos.

De este modo, las personas pueden operar en el espacio público ofuscadas sobre sus convicciones epistémicas a partir de una confusión sobre sus estados emocionales.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-configuracion-emocional-de-la-politica-8891339.html

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Códigos culturales africanos y afro descendientes para la comprensión del mundo actual: aportes a la Pedagogía Cimarrona

Ana Isabel Márquez aimarquez2002@yahoo.com

Docente-Investigadora UNESR/ Núcleo Valencia

Puede que todos hayamos llegado en barcos diferentes, pero ahora

estamos en el mismo barco.

Martin Luther King

El pensamiento que resiste y reviene para una época Postpandemia.

El presente ensayo tiene como objetivo proponer una ética-estetica-política, una dialéctica del encuentro relacional convivial, para un mundo postpandemia, fundamentada en los principios de la cosmovisión africana: El Ubuntu, y la Etica Malunga, códigos culturales para una política de identidad, y visualización de un mundo posible. Dichas reflexiones serán aportes que alimentarán los cimientos de la afroepistemología y la pedagogía cimarrona. (García, J: 2018 )

La crisis del Coronavirus nos plantea un instante de suspensión para pensar la vida y resignificar nuestro accionar en ella. Como sistema de protección ante el otro/a que una vez fue tan cercano y ahora lejano, debemos cubrirnos el rostro en un 50% con una variopinta de mascarillas: unas nacientes de retazos de telas olvidados, otras con logos empresariales para aprovechar la promoción, las nacionalista, identificadas con las franjas de la banderas y la adopción o no de 7 u 8 estrellas, elementos para la hermenéutica de la sospecha y otras diseñadas, como para un público infantil, con animales, sonrisas dibujadas, que nos hacen distraer por un momento, para luego centrarnos en la mirada que habla: Aquí estoy¡ . El cubrimiento del rostro anteriormente develado en su totalidad, nos invita a ejercer un rol más crítico, profundo; de hermeneutas del rostro, en ese ejercicio del ver al alter ego, para interpretar en principio, si me es familiar o no y luego observar, si el estado anímico reflejado en sus ojos son de alegría o melancolía, todo esto en cuestión de segundos y recordando que en este ejercicio del ver, se deberá mantener la distancia prudente por la garantía de vida de ambos. Sin embargo, cuando encontramos algún familiar o conocido, nos guiñamos los ojos para saludarnos y subimos el guiño para comunicar es así como debemos saludarnos, sin embargo la emoción del encuentro nos embarga y el lenguaje distorsionado por la máscara, activa uno de los sentidos más olvidados e importantes: el oído, para emprender la aventura de una escucha atenta, a los fines de comprender lo que nos quiere manifestar el otro/a, que está ahí, está vivo/a y es lo importante. Paralelamente conjugo en mi mente una suerte de preguntas que vienen a problematizar la existencia: ¿Cómo volveremos a mirar luego de la pandemia? Tendremos tiempo de mirar-nos a los ojos y mirar al mundo? ¿Cómo nos vincularemos con la alteridad? ¿Cuáles mecanismos activar para resistir y comprender que la situación que vivimos es colectiva, sin caer en la desesperanza?¿Qué referentes historiográficos se pueden consultar en la narrativa de nuestra nación glolocal, para comprender el momento actual y proyectarnos en una vida otra, diferente a la que nos ha tocado vivir?

Con esta última problematización presento algunas aproximaciones historiográficas que nos permitirán leer el pasado, para comprender el presente y proyectarnos en el futuro de la esperanza, en estos tiempos de incertidumbre que transitamos.

De ahí la importancia de reivindicar el cogito de la Supervivencia,(Dussell) de los africanos/as y afrodescendientes en Abya Yala, como un legado ancestral, un deber de memoria (Hargton) de reparación que tributa al Reconocimiento, Justicia y Desarrollo propuesto en el Decenio Internacional para los Afrodescendientes (2015-2024) en la protección de los derechos de las personas de ascendencia africana, reconociendo sus aportaciones y la preservación de su rico patrimonio cultural.

MIRADAS NECESARIAS: Una mirada hacia atrás: La Necropolítica de Muerte, desde el desarraigo, la ruta transatlántica y el encuentro con la tierra desconocida (Abya Yalá)

A los fines de leer el pasado, (aún cuando muchos insistan en que eso es tiempo ya olvidado, la historia es así, o ya nadie recuerda eso) y mantener la memoria viva como proyecto, en su reconocimiento de justicia para comprender y defender las injusticias del presente y proyectarnos hacia el futuro, se emprenderá un viaje hacia el pasado que no es ficticio, ni viene de Disney, para ubicarnos en el momento del destierro de la madre Africa, la travesía trasatlántica y el encuentro con la madrasta desconocida Abya Yalá del Sur Global, a los fines de develar por un lado, el rostro de la inhumanidad, racismo y desprecio hacia el otro/a y el otro rostro humano, de la solidaridad, empatía y acogimiento, valores existencialistas para estos tiempos, presentes en la ética del Malungaje y del Ubuntu; códigos culturales que evocan humanidad y vida.

El secuestro en Africa y el viaje sin retorno transatlántico: Desasosiego y Desesperanza: Un tiempo, Tu tiempo, Nuestro tiempo.

Historizar el Secuestro en Africa y el Viaje Transatlántico, es un deber de memoria para la humanidad, que debiera asumir, la sociedad toda y sus instituciones; a los fines de develar las prácticas de dictadura racial, el empobrecimiento de Africa y el Sur Global y la práctica de la esclavitud mortal, para el mantenimiento de la economía colonial y de otras naciones. No obstante, el tiempo sigue su curso, las injusticias sociales persisten y el neorracismo muta y mata con otras prácticas.

Los africanos/as y su diáspora global como dolientes directos de esta deshumanización, deberán hermanarse en una conjunción de voces para develar dichas injusticias del presente, de ahí la importancia del Reconocimiento, Justicia y Desarrollo y en atención a la categoría de Justicia; condenamos el racismo que no tiene confinamiento, en un país donde se dice garantizar los derechos humanos: la muerte por asfixia de George Floyd, un afroamericano detenido por

la policía, a quien se le aplastó el cuello con la bota de la muerte para no dejarlo vivir. No puedo respirar¡¡¡ fueron sus últimas palabras de aliento y consignas de los miles de hermanos/as que salieron en protestas a las calles. No puedo respirar, pero puedo vivir es la consigna nuestra ante las mascarillas impuestas en esta crisis del Coronavirus, distinta la suerte de nuestro hermano. No puedo respirar ¡¡¡¡ también nos viene desde la colonia.

Fig. 1 Instrumentos de la Esclavitud

Problematizar el sistema racial impuesto por la colonización en la negación ontológica o de la subalternización y la lógica Binaria de la Modernidad: Opresor- Oprimido y su proceso de deshumanización racial en la modernidad, están escritos en los postulados sobre el racismo de Franz Fanon, en los efectos de la Colonialidad en la experiencia vivida. El (Damné) en el análisis desarrollado por Nelson Maldonado Torres en la Colonialidad del Ser (2003).

. El condenado o Damné no es un “Ser ahí” sino un “No Ser” un ente invisible de humanidad negada. Mediante su deshumanización y encubrimiento, para no verlo, negándolo opacándolo y por último hacerlo desaparecer(Dussel)

La deconstrucción del discurso teórico eurocéntrico se sustentó sobre la base del desprecio y la exclusión étnica hacia las personas de origen africano en Las Américas y El Caribe, Durante este lapso de dominación existió interés por establecer una jerarquización de cultura y de raza. Desde la Filosofía Occidental, se entabló la lucha por la razón, los europeos la tenían los otros No. (RACISMO CIENTIFICO) Descartes, Jhon Locke, David Hume, Inmanuel Kant y Hegel Para Grosfoguel con su COGITO, Descartes puso al Yo, donde está Dios, como fundamento del pensamiento “YO IMPERIAL”, Dussel señala que al ego cogito (Yo pienso luego soy) Cartesiano le precede el “Ego Conquiros” (Yo Conquisto, Luego Soy). Kant La razón trascendental la tienen sólo los hombres es Masculina, Blanca, Europea, estableciendo 4 razas un orden jerárquico racial: Blanca, Amarilla, Negra, Roja. Esta racionalidad occidental se vuelve racionalidad universal. El ser humano es blanco, europeo.

En el intento por lograr fijeza, el estereotipo es empleado como estrategia discursiva para comprender los procesos de subjetivación. El estereotipo es su estrategia discursiva mayor, es una forma de conocimiento e identificación que vacila entre lo que siempre está en su lugar, ya conocido y algo que debe ser repetido ansiosamente. (Bhabha, 1994:91) El estereotipo funciona, según Bhabha, como fetiche: al negar la diferencia se instaura una presencia original (pureza racial y superioridad) que niega al sujeto que no la posea (Quince, 1973:5).

En el intricado sistema de castas construido para dar cuenta de las diferencias entre los sectores hegemónicos y periféricos, puede evidenciarse la producción de la alteridad como parte de un dispositivo de poder (Castro-Gómez 2005) El tratamiento de la alteridad durante el proceso de construcción del Estado Nacional como proyecto ideológico, oscilará entre la díada exclusión/asimilación.

La experiencia vivida del/la esclavizado/a y el amo, como un ser cosificado, que no está ahí, un ente invisible. Un condenado (Damné) se ubica en (Colonialidad del ser) Fanon y en la (Colonialidad del poder) en la explotación, dominación y control. Fanon escribe en piel negra, máscaras blancas. Destruir

jerarquías “El mundo colonizado es un mundo cortado en dos. La línea divisoria la frontera está indicada por los cuarteles y las delegaciones de policía. La línea de color (Dubois) “La inferiorización de la diferencia” (Walter Mignolo) “Ser diferenciado negativamente” (Fenotipo) Rita Segato. Los esclavizados como objetos cosificados, eran productos vendibles sujetos a un amo. El racismo contribuiría en gran parte al desconocimiento de estas culturas al negar desvalorizar al hombre negro y su cultura: no había que estudiar la cultura del negro, porque simplemente, el negro no tendría ninguna. Esta construcción de la otredad, instaura diferencias, El negro vive a partir de las construcciones ideológicas del blanco, así como América Latina en general, a partir de los paradigmas occidentales europeos y norteamericanos. No existe aceptación ni reconocimiento de este grupo como pleno sujeto/a africano/a y nuestroamericano.

Barco Negrero Blanco de Confinamiento y el uso de sus instrumentos de desesperanza y opresión en la dictadura racial colonial global y su empresa capitalista.

Fig. 2 Barco Negrero desde una visión interna y externa

Fig. 3 Instrumentos de Opresión del lenguaje

Múltiples formas de anulación del otro, por razones sociales, políticas, étnicas, y culturales asociadas a la construcción del/la otro/a como amenaza, fuente de los miedos y objeto de las violencias. Las diversas formas de anulación del otro/a, parafraseando a Bauman, disuelven toda posibilidad de aprender el arte de acordar sentidos y modos de coexistencia, para vivir con la diferencia. ¿Cómo aniquilar al otro/a que forma parte de nosotros? (Brito Figueroa, 1961).

El racismo y la discriminación racial que ha sufrido históricamente la población de origen africano en las Américas, está en el origen de la situación de marginación, pobreza y exclusión en que se encuentra la mayoría de estos individuos en muchos países del continente y que a pesar de los esfuerzos realizados, esta situación persiste en diversos grados (ONU, 2000)

América Latina o Abya Yalá, como lugar privilegiado de enunciación, es heredera de los múltiples legados de la diáspora africana, basta con revisar las tradiciones y expresiones artísticas, intelectuales, lingüísticas, gastronómicas o políticas de las sociedades de la región. La esclavitud durante la colonia, fue un sistema de producción de mano de obra forzada; los esclavizados y esclavizadas representaban su motor económico, las bases de la economía colonial de la agricultura, la minería y el comercio.

Miguel Acosta Saignes (1984) refiere “En la Colonia todo en último término, dependía de los esclavos”.

Sobre sus hombres recayó el mantenimiento de aquella sociedad, fueron pescadores de perla, descubridores de minas, pescadores, agricultores, ganaderos, fundadores de pueblos, buscadores del Dorado, fundidores, trabajadores especializados de los trapiches y minas, herreros, toreros, cantores, domésticos, músicos, barberos, pulperos, verduleros, pregoneros, soldados, juglares.

Toda la sociedad colonial en Venezuela descrita por el precitado autor, descansó sobre las espaldas poderosas de los africanos y sus descendientes, sobre su valor y su extraordinaria resistencia; también sobre su inteligencia y su endereza, sobre su capacidad inagotable de esperanza y sobre su indoblegable espíritu de rebeldía. Para mostrar todo esto era indispensable una obra inicial, para rescatar del lugar común, del olvido, de los prejuicios y la injusticia, todo el valor constructivo de la existencia de los esclavos negros en la historia de nuestro país”.

El autorreconocimiento y resignificación de las contribuciones de los africanos y sus descendientes en la formación de la diversidad cultural, los aportes políticos y religiosos de Nuestra América y el Caribe, nos permitirá visibilizar y reconocer su rol en la sociedad y su centralidad en el Estado; estrategias de sobrevivencia cultural en ámbitos de represión configurados en estrategias de PODER. “ La dominación es el requisito de la explotación y la raza es el más eficaz instrumento de dominación que asociado a la explotación, sirve como clasificador universal del actual patrón mundial de poder capitalista” ( Quijano 2000;24)

La Historia de las ideas latinoamericanas hace visible esa inversión porque reconstruye el recorrido zigzagueante por los diversos momentos en que ese sujeto, negado en su capacidad histórica y transformadora, emerge, resiste y afirma su valor e identidad, constituyéndose en agente capaz de modificar el presente y proyectarse al futuro. Entendiendo el término sujeto, como el que propone Foucault (2006), el que está atado a su propia identidad por la conciencia, el conocimiento y el cuidado de sí mismo, pues de lo que se trata, para

el historiador de nuestras ideas, es de recorrer el camino por donde transita un esfuerzo práctico de autoafirmación de la identidad latinoamericana. Por tanto, historiar las ideas supondrá siempre interrogarse por lo propio desde nuestra historia. Esta afirmación de sí y de proyección utópica, es la expresión de un/una sujeto/a que se ha afirmado como valioso/a y ha tenido como valioso el conocerse a sí mismo/a.

En este infortunio de viaje sin retorno, en donde se instauró una política de muerte, emergió una política afirmativa de vida, un código cultural intersubjetivo, de reconocimiento mútuo, y solidaridad, expresado en el siguiente poema de nuestro querido poeta comprometido con los desheredados del mundo.

Sin conocernos nos reconoceremos en los ojos cargados de sueños.

Nicolás Guillén

Siento la noche inmensa gravitar Sobre profundas bestias

Sobre inocentes almas castigadas Pero también sobre voces en punta, Que despojan al cielo de sus soles, Los más duros,

Para condecorar la sangre combatiente.

De algún país ardiente, perforado Por la gran flecha ecuatorial,

Se que vendrán lejanos primos, Remota angustia mía disparatada en el viento;

Se que vendrán pedazos de mis venas, Sangre remota mía

Con duro pie aplastando las hierbas asustadas; Sé que vendrán hombres de vidas verdes, Remota selva mía,

Con su dolor abierto en cruz y el pecho rojo en llamas.

Sin conocernos nos reconoceremos en el hambre, En la tuberculosis, y en la sífilis,

En el sudor comprado en bolsa negra, En los fragmentos de cadenas Adheridos todavía a la piel.

Sin conocernos nos reconoceremos en los ojos cargados de sueños Y hasta en los insultos como piedras que nos escupen cada día

Los cuadrumanos de la tinta y el papel

¿Qué ha de importar entonces

¿qué ha de importar ahora¡

¡ay¡ ,mi pequeño nombre De trece letras blancas?

¿Ni el mandiga, bantú, Yoruba, dahomeyano

Nombre del triste abuelo ahogado En tinta de notario?

¿Qué importa, amigos puros?

¡Oh sí, puros amigos, Venid a ver mi nombre¡ Mi nombre interminable,

Hecho de interminables nombres;

El nombre mío, ajeno, libre y mío, ajeno y vuestro, Ajeno y libre como el aire

En este infortunio de viaje sin retorno, en donde se instauró una política de muerte, emergió una política afirmativa de vida, un código cultural intersubjetivo, de reconocimiento mútuo, solidaridad.

Volveremos a Encontrarnos?

El Malungaje: Vínculo estético-filial revelador del rostro del otro/a

En relación al Malungaje, Branche, J (2009), refiere:

Entre los pueblos bantúes de África central y oriental, particularmente entre los hablantes de kikongo, umbundu y kimbundu existe una palabra/ concepto en el/la cual al menos tres ideas se cruzan y combinan dependiendo de las coordenadas de lugar y tiempo. Estas ideas son: i) de parentesco o de hermandad en su sentido más amplio, ii) de una canoa grande y iii) de infortunio… En el Brasil colonial, el término “meu malungo” se refería a “mi camarada-con-quien-yo- compartí-el-infortunio-de-la-canoa-grande-que-cruzó-el-océano” (Slenes, 1995).

Este vínculo malungo, está más vivo que nunca en nuestras comunidades y poblaciones; en mi accionar comprometido con las infancias afro de la Costa de Vargas de la Parroquia Caruao, el encuentro con las infancias y juventudes afro, inicia mediante una discursividad empática de nexo filial: “Mi tía” “Mi tía que bueno que alegría que viniste” . Sobre esta empatía vivencial he escrito y expuesto en jornadas de investigación, tal es el caso de la ponencia presentada en las Jornadas de Investigación de la UNESR, en San Carlos, titulada: Mi tía: Modos de ser de las infancias afrosabaneras, aportes para un currículo de autodeterminación intercultural crítico, en el año 2018.

Este nexo filial, también, lo vivencié de forma consciente, en la experiencia de recibimiento en el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre (Ecuador) 2015, con las hermanas afroecuatorianas, de la Fundación Azúcar , quienes con un abrazo caluroso, acompañada de la expresión:” Hermana te estamos esperando”, es un recibimiento de calidez, de apertura, develador del rostro de la alegría y el encuentro. Sin contar las innumerables experiencias entretejidas de mujeres afro de distintas y distantes nacionalidades que hermanadas en este vínculo afectivo, construimos experiencias de compartir en los territorios ancestrales de Esmeraldas (Costa) y de los Valles del Chota y Mira (Sierra) durante 5 días en el Simposio Internacional sobre mujeres negras en América Latina y El Caribe.”Escucha mi voz y transmite mi sentir” en Ibarra y La Concepción, Ecuador (2015)

Concepción de vida comunitaria en igualdad: Cumbes, Palenques y Quilombos

Este vínculo rizomático de Malungaje de resistencia y subversión trascendió de los barcos hacia otros horizontes de territorios de vida y comunalidad, presentes aún en Nuestraamérica, en la creación de Cumbes (Venezuela) Palenques (Colombia) Quilombos (Brasil) de cimarrones y cimarronas con un impulso liberador.

Figura 4. Cumbes en Territorio Venezolano

 

Fig. 5 Réplica a Escala de la construcción de estos lugares de resistencia.

 

Hacia una comunidad responsable y corresponsable de una tarea común: Rehacer las relaciones a nivel planetario.

Una mirada hacia adelante:

AFROTOPIA: La humanidad como un todo.

El término afrotopía lo desarrolla un pensador senegalés Felwine Sarr,(2018) en su ensayo (Afrotopía) en donde intenta dar materia para que el continente tome sus riendas y no mire hacia los lados, sino hacia su propia ser para encontrar un camino propio y diferente. Tal como lo hiciera nuestro gran pensador Nuestro Americano Simón Rodríguez en su época.

Una mirada hacia adelante, también es entretejida desde el pensamiento de Cheikh Anta Diop Antropólogo y físico nuclear senegalés, ya fallecido, quien construyó la idea de una civilización planetaria donde el ideal sea ver en todo hombre no más que lo humano. Entre los objetivos de su trabajo, propone:

contribuir ” [ … ] al progreso general de la humanidad y el surgimiento de una era de acuerdo universal [ … ] y” Todos aspiramos al triunfo de la idea de humanidad en la mente y en la conciencia, de manera que la historia particular de tal o cual raza de paso a la de cualquier hombre en particular

Esta episteme es una forma de utopía africana activa que se propone la tarea de llevar a la humanidad hacia un verdadero humanismo, fundamentada en el sentido del ser colectivo y del estar juntos/as en un encuentro de racionalidad vital que remite a una estética de seres en relación-haciéndose; para ello el Ubuntu,(Cosmovisión Africana-Bantú) refiere un ethos otro, como forma de ser y estar con/por/para el mundo.

Para Kakozi (2007) Ubuntu, viene del proverbio Xhosa: “Ubuntu ungamuntu ngabanye abantu” “cada humanidad individual se expresa idealmente en la relación con los demás” o “la persona depende de otras personas para ser persona”

En el Ubuntu, se visualiza a la humanidad como un todo. Una manera de estar-ser en el mundo con los otros” Soy porque nosotros somos”, fundamentado en una espiritualidad relacional tridimensional del mundo: Los vivos, los muertos, los que vendrán.(Fuerza Espiritual del Muntu)

Fig. 6 Representación Circular de la Vida en la práctica del Ubuntu

Todos/as juntos/as en una reciprocidad de manos- conciencias que transforman al mundo mediante las palabras que enuncian el nuevo mundo, en un círculo de diálogo cultural, a decir de Freire, es una propuesta para construir colectiva y horizontalmente un nuevo proyecto existencial para el reencuentro postconvid.

Esta práctica de ir haciendo cada vez más manos que trabajen y transformen el mundo, se contextualiza en el primer nivel del sistema educativo Venezolano. El nivel de educación inicial, cuando el niño y la niña en forma circular y con la maestra, como una más, participa en el momento de planificación colectiva (visión proyectiva-utópica) segunda ronda: el periodo de recuento e intercambio. ( contextualización de la proyección) y en un tercer momento: durante el recreo, donde de forma lúdica y espontánea se teje una ronda, donde se pone en juego el ejercicio de la función simbólica para proyectar-nos en mundos otros, más humanos, llenos de gozo y esperanza.

LA RESISTENCIA: UN LEGADO PARA LA RE-EXISTENCIA

Develar y críticamente comprender las caras ocultas del sistema esclavista, y su empresa colonial, las prácticas experimentadas por los/las oprimidos/as del sistema durante la colonia, es una necesidad imperiosa, a los fines de brindar aportes al desarrollo de una historiografía nacional que visibilice la agencia de los/as africanas/os afrodescendientes en nuestros pueblos de Aby Yala, trascendiendo el imaginario construido, de no-existentes; a los fines de mostrar las caras múltiples de la opresión, cuando la misma historia refiere su participación como esclavizados/as, e invisibilizando su poder de agencia transformadora de realidades de rebeldías y re-existencias para otros mundos posibles.

“Y aún así me levanto”

Tú puedes escribirme en la historia con tus amargas, torcidas mentiras, puedes aventarme al fango

y aún así, como el polvo… me levanto.

¿Mi descaro te molesta?

¿Porqué estás ahí quieto, apesadumbrado?

Porque camino

como si fuera dueña de pozos petroleros bombeando en la sala de mi casa…

Como lunas y como soles, con la certeza de las mareas,

como las esperanzas brincando alto, así… yo me levanto.

¿Me quieres ver destrozada? cabeza agachada y ojos bajos, hombros caídos como lágrimas,

debilitados por mi llanto desconsolado.

¿Mi arrogancia te ofende? No lo tomes tan a pecho,

Porque yo río como si tuviera minas de oro excavándose en el mismo patio de mi casa.

Puedes dispararme con tus palabras, puedes herirme con tus ojos, puedes matarme con tu odio,

y aún así, como el aire, me levanto.

¿Mi sensualidad te molesta?

¿Surge como una sorpresa

que yo baile como si tuviera diamantes ahí, donde se encuentran mis muslos?

De las barracas de vergüenza de la historia yo me levanto

desde el pasado enraizado en dolor yo me levanto

soy un negro océano, amplio e inquieto, manando

me extiendo, sobre la marea, dejando atrás noches de temor, de terror,

me levanto,

a un amanecer maravillosamente claro, me levanto,

brindado los regalos legados por mis ancestros.

Yo soy el sueño y la esperanza del esclavo.

Me levanto. Me levanto. Me levanto.»

Maya Angelou, nació el 4 de abril 1928, y murió el 28 de mayo 2014, con la luna negra

Urge revertir el rostro enmascarado, oculto, de los esclavizados/as en la iconografía histórica de los relatos de la nación, por unas imágenes otras

representativas-políticas de sus múltiples agencias devenidas en transformaciones sociales, es también un deber de memoria intergeneracional.

El legado africano y afrodescendiente de colectividad da cuenta de una praxis de solidaridad y colaboración para construir otras formas relacionales en resistencia, una conciencia colectiva pan-bantú para cimarronear en estos tiempos de Covid-19, por cuanto lo que está en juego, es la garantía de vida en el planeta.

Boaventura de Sousa Santos, a partir del análisis de la actual pandemia de Covid-19, considera que la pandemia crea una conciencia de comunión planetaria, problematiza el impacto de la cruel pedagogía del Virus. Si la vida humana continúa cuestionando y destruyendo todas las demás vidas que conforman el planeta Tierra, es de esperar que estas otras vidas se defiendan de la agresión causada por la vida humana y lo hagan de maneras cada vez más letales.

Termina el libro con un mensaje de esperanza, afirmando que es posible superar la cuarentena impuesta por el capitalismo-colonial y patriarcal „cuando seamos capaces de imaginar el planeta como nuestro hogar común y a la naturaleza como nuestra madre original, a quien le debemos amor y respeto. No nos pertenece. Le pertenecemos a ella.

Una comunión de destinos fundamentada en las filosofías de vida ancestrales africanas y afrodescendientes, descritas anteriormente aunada a una Educación Popular Robinsoniana y Pedagogía Liberadora Freiriana, contribuirán a que los sujetos/as portadores y creadores de cultura que somos a conquistarnos reflexivamente en comunidades culturales hermenéuticas políticas transformadoras, complejas de un mundo en devenir, en la creación de nuestro destino histórico. En la medida en que se percibe testigo de su historia, su conciencia se hace reflexivamente más responsables de esa historia, en palabras de Freire, a los fines de crear una sociedad otra.

La epistemología africana parte de la identidad cultural para restablecer la conciencia histórica. Apostar al poder del sueño de Martin Luther King, en la

construcción de una humanidad futura cobijada en un gran cumbe de amor fanoniano, es una responsabilidad Histórica al que estamos convocados/as todos/as.

Fig. 7 Creación de la Autora. Sororidad Mujer Cimarrona Venezolana

Referencias Bibliográficas

Acosta, S.(1967). Vida de los esclavos negros en Venezuela. Caracas: Hespérides

Bhabha, H. (1994). El lugar de la cultura. Buenos Aires: Manantial

Boaventura de Sousa Santos, (2020) La cruel pedagogía del Virus. Ediciones CLACSO.

Branche, J. (2009) Malungaje: hacia una poética de la diáspora africana. Revista Poligramas 31. 23-48

Brito F. (1961) Las insurrecciones de los esclavos negros en la sociedad colonial venezolana. Caracas: Editorial Cantaclaro,.

Castro G. (2003) Ciencias sociales, violencia epistémica y el problema de la “Invención del otro”. In: Lander, E. (Comp.), La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales, perspectivas latinoamericanas, Clacso, Buenos Aires, 145-161.

Cheikh Anta Diop.(2016) Biografía de Cheikh Anta Diop el restaurador de la consciencia histórica de los negros. Disponible en

:https://historiadeafrica.com/biografia-de-cheikh-anta-diop-el-restaurador-de- la-consciencia-historica-de-los-negros/

Dussel, E. (1994) 1492: El encubrimiento del otro: Hacia el origen del ‘mito de la modernidad’. Bolivia: Plural Editores.

Foucault, M., (2006). El nacimiento de la biopolítica, Fondo de Cultura Económica, México.

García, J. (2018) Afroespistemología y Pedagogía Cimarrona. Afrodescendencia, voces en resistencia. Ediciones CLACSO. Disponible en: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20180712070816/Afrodescendencias.pdf

Kakozi, J. (2007). “Ubuntu” como modelo de justicia restaurativa. Un aporte africano al debate sobre la igualdad y la dignidad humana. Asociación latinoamericana de Estudios de Asia y Africa. La ética del Sur. Disponible en: https://ceaa.colmex.mx/aladaa/memoria_xiii_congreso_internacional/images/kakoz i.pdf

Organización de las naciones unidas, ONU. 2000. Declaración de la Conferencia Regional de Santiago de Chile del año 2000, preparatoria a la III Conferencia Mundial contral el racismo celebrada en Durban durante el 2001. ONU. Santiago

Organización de las naciones unidas, (ONU), Asamblea General. 2013. Resolución 68/237 “Proclamación del Decenio Internacional de los Afrodescendientes”. 23 de diciembre de 2013. Nueva York. https://es.unesco.org/decade-people-african-descent

Quijano, A. (2000) Colonialidad del poder: Globalización y democracia.

Torres, N. (2005) Sobre la Colonialidad del ser: contribuciones al desarrollo de un concepto. Disponible en: http://ram-wan.net/restrepo/decolonial/17-maldonado- colonialidad%20del%20ser.pdf

Artículo enviado por su autora a la redacción de OVE

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A mayor nivel educativo, un envejecimiento más saludable

Por: Diana Oliver

La Organización Mundial de la Salud lo definió en 2015 como un proceso continuo de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en la edad avanzada

Hay a quienes les obsesiona el paso del tiempo y quienes, por el contrario, solo encuentran ventajas en poder ir sumando años. Hay también quienes se toman en serio que ese contador de vida siga funcionando en perfectas condiciones, pero también quienes no son conscientes hasta que llegan los primeros achaques. O quienes pueden, obvio, porque los recursos socioeconómicos también tienen su papel en el mantenimiento (o no) de nuestro engranaje vital.

El envejecimiento es un reto importante para los estados: según datos de Naciones Unidas, se espera que la población de más de 60 años se duplique en 2050 y se triplique en 2100. ¿Cómo optimizar el bienestar de esta población? El proyecto ATHLOS nacía con el objetivo de entender mejor el envejecimiento: qué factores influyen en un envejecimiento saludable, cuáles son los puntos críticos que lo amenazan y qué pueden hacer los organismos de salud pública para optimizar la calidad de vida. Precisamente, una de las últimas investigaciones enmarcadas en el proyecto ATHLOS, publicada recientemente en The Lancet, ha analizado si la educación y las desigualdades socioeconómicas influyen en la posibilidad de disfrutar de un envejecimiento saludable y activo. Tras analizar diversos factores relacionados con la salud (enfermedades crónicas, salud mental, condición física, etc.) de una muestra internacional de más de 140.000 adultos mayores, han encontrado una respuesta clara: a mayor nivel educativo, mayores posibilidades de conseguir un envejecimiento saludable.

Educación y preservación de la salud

La Organización Mundial de la Salud definió en 2015 el envejecimiento saludable como un proceso continuo de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en la edad avanzada. Este proceso no es ajeno al entorno, sino que interactúa con él, lo que puede ser positivo o, por el contrario, perjudicial para la salud. También influye el efecto sumatorio de factores que influyen en la calidad de la salud: los riesgos de una mala salud pueden acumularse desde etapas tempranas.

Según los datos arrojados por el estudio, las personas mayores con educación universitaria tendrían hasta 10 puntos más de salud que un coetáneo con un bajo nivel educativo. La cuestión es: ¿se trata más de desigualdades socioeconómicas que de la educación per se? Para Graciela Muniz Terrera, profesora titular de Bioestadística y Epidemiología en el Centro para la Prevención de la Demencia de la Universidad de Edimburgo y una de las autoras del artículo, esa es la pregunta del millón. “Las personas más educadas y con mayor capacidad económica, en general, mantienen estilos de vida más saludables que quienes tienen menores niveles educativos y peor nivel económico –por ejemplo, teniendo mejor acceso a una dieta saludable, mayor capacidad de hacer ejercicio, de mantener el cerebro activo por medio de hobbies o de trabajos más estimulantes, y hasta tienen mayor capacidad para navegar las complejidades de los sistemas de salud que les permiten maximizar las oportunidades de preservar la salud–. Por tanto, no es claro si el efecto de la educación en la preservación de la salud en la edad adulta es un efecto directo o indirecto”, responde.

No obstante, la experta añade que en el contexto de la preservación de la función cognitiva, existen estudios que apuntan a un aislamiento del efecto de la educación enmarcado en una hipótesis que se llama de “reserva cognitiva”, que básicamente propone que a través de la educación, el cerebro es estimulado de tal manera que es capaz de resistir más las patologías y, por tanto, los síntomas de deterioro aparecen más tarde en quienes tienen mejores niveles de educación que en quienes tienen menor educación.

Explica Albert Sánchez-Niubo, doctor en Bioestadística y actualmente Investigador Post-doctoral en la Fundación Sant Joan de Déu, y otro de los autores del estudio, que para saber si es la educación o las mayores rentas lo que mejor protege la salud, “se debería tener información de población con más recorrido de tiempo de vida para poder estudiar el mecanismo causal entre estas variables”. Según Sánchez-Niubo parece evidente, eso sí, que la educación puede estar relacionada con factores conductuales y psicológicos, como el tabaquismo, la dieta y el apoyo social, y a su vez, estos factores también pueden afectar a la salud física y mental y a la facultad de mantener la capacidad funcional en la edad adulta. Por tanto, un nivel educativo alto podría propiciar mejores hábitos saludables a lo largo de la vida (ejercicio físico, actividades lúdicas, no consumo de alcohol y tabaco) y una mejor salud funcional en la vejez. En el caso del nivel de renta (relativo al país) puede estar relacionado con factores materiales, como las dificultades financieras, vivienda pequeña o pobre y el escaso acceso a la atención de la salud y a los seguros (como en los Estados Unidos), que pueden tener efectos directos en la mala salud a lo largo de la vida y afectar a la capacidad funcional en la vejez.

Así, las variables de educación y nivel de renta pueden explicar diferentes dominios de la salud «funcional”: “Podría ser que la educación propicie mejores hábitos saludables y que el nivel de renta facilite mejores condiciones de vida, acceso a mejores medicamentos, apoyo personal, a dispositivos de asistencia, etc., que pueden facilitar la capacidad funcional”. Partiendo siempre de que la variable «salud» que se utiliza en el artículo está basado en una escala de salud sobre funcionamiento físico y cognitivo de las personas, es decir, lo que puede hacer una persona por sí misma en su día a día, quedan fuera las enfermedades –qué tipo de síntomas y anormalidades patológicas pueden tener presentes una persona–.

Sobre si las desigualdades sociales y económicas que tienen un efecto directo en la salud se incrementan con la edad, dados los resultados del artículo, la respuesta es que se mantienen en el tiempo. “Aunque la salud «funcional» disminuya con la edad, la desigualdad se mantiene en paralelo”, sostiene Sánchez-Niubo. Añade Graciela Muniz Terrera que, si bien hay evidencia consistente en cuanto al efecto positivo de la mayor educación y el mejor nivel económico en lo que refiere al nivel de envejecimiento saludable, “no está claro a partir de qué momento de la vida ese efecto comienza a operar” y el estudio tampoco encuentra evidencia de que estos dos factores estén asociados a los cambios del envejecimiento.

Fuente e imagen tomadas: https://elpais.com/elpais/2020/07/30/sesenta_y_tantos/1596114212_567091.html

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América latina y el Caribe: Epidemia de crímenes contra los pueblos

Epidemia de crímenes contra los pueblos

Raúl Zibechi

Fuentes: La Jornada

Los malos gobiernos que administran estados policiales están lanzando una fenomenal ofensiva militar contra los pueblos en toda América Latina. En las favelas de Brasil, en las periferias urbanas de Argentina, en las áreas rurales de Colombia, en territorios en resistencia mapuche y en la Chiapas zapatista.

Allí donde la dignidad de los abajos sigue intacta, donde la fuerza colectiva de los pueblos resiste y construye otros mundos, es donde los de arriba están aprovechando las cuarentenas que se autoimponen aquellos para contener la pandemia, para intentar destruir las resistencias a los megaproyectos extractivos.

El 22 de agosto, paramilitares de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao) saquearon e incendiaron casas y almacenes del Centro de Comercio Nuevo Amanecer del Arcoiris, en el sitio crucero de Cuxuljá, en la comunidad rebelde de Moisés Ghandi, municipio de Ocosingo, Chiapas (https://bit.ly/3lj4qB5).

Como señala el comunicado del Congreso Nacional Indígena-Consejo Indígena de Gobierno, los paramilitares operan junto al partido Morena y al gobierno regional, como parte de la guerra que, desde arriba, se está desplegando en contra de la organización de las comunidades zapatistas.

En Colombia, la ofensiva paramilitar asesinó a 33 personas en apenas 11 días, en cuatro masacres a manos de grupos financiados por el narcotráfico (https://bit.ly/3aWQaJw). Este año se produjeron 33 matanzas. Uno de los departamentos más afectados es el Cauca, donde los pueblos agrupados en el Consejo Regional Indígena del Cauca ofrecen tenaz resistencia al modelo de muerte.

En el Cauca, el Proceso de Liberación de la Madre Tierra recuperó 16 fincas en casi cinco años, donde siembran vida y cuidan 26 mil 200 ojos de agua y 123 lagunas naturales (https://bit.ly/3jfhAgB). En la cuarta parte del Cauca se busca petróleo y en 40 por ciento de la superficie se explora en busca de metales. Además se pretenden construir dos grandes carreteras y un puerto de aguas profundas en el Pacífico.

En Argentina, la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional registró, del 20 de marzo al 6 de agosto, 92 muertes a manos de integrantes de la fuerzas estatales, cuando “no existía situación real de peligro para el ‘matador’ o terceros”. De ese total, 34 fueron fusilamientos de gatillo fácil, 45 muertes bajo custodia en cárceles o comisarías, cuatro fueron feminicidios y tres desapariciones forzadas (https://bit.ly/2QmFmLi).

Además denuncian, en el mismo periodo, alrededor de 100 casos de uso abusivo de la fuerza policial, con golpizas, torturas, asesinatos, violaciones y desapariciones forzadas. Todo esto sucede bajo un gobierno que se autodenomina progresista.

En Brasil, las muertes policiales durante la pandemia crecieron 26 por ciento, a pesar de la reducción de gente en las calles, según una encuesta realizada por el diario O Globo (https://glo.bo/3gvBZvP). Menos personas en las calles, significa menor control social de la actividad policial, lo cual redunda en mayor impunidad, ya que se constata una policía sin control.

Un informe de la Universidad Federal Fluminense señala que “el número de muertes en las favelas de Río de Janeiro cayó 72.5 por ciento en el mes en que fueron suspendidas las operaciones policiales en esas comunidades” (https://bit.ly/31onaH8). El patrullaje militar en favelas fue suspendido en mayo por el Tribunal Supremo Federal, luego de una masacre de 12 personas en el Complexo do Alemão (https://bit.ly/3hnTYpo).

En los territorios mapuche, de Chile, se ha incrementado la represión, con la activación por parte del Estado de grupos paramilitares integrados por agricultores, quienes ocupan tierras usurpadas a las comunidades (https://bit.ly/31njy8w).

Tres consideraciones finales:

La primera es que violencia contra los abajos se incrementó en toda la región, con gobiernos de derecha, como en Colombia, Chile y Brasil, y con gobiernos progresistas, como en Argentina y México. Es, por tanto, una violencia estructural y sistémica.

Las segunda es que las clases dominantes están aprovechando la pandemia para quebrar las resistencias al despojo que representan los pueblos en movimiento. Para conseguir ese objetivo, aceleran la militarización y la guerra contra las comunidades.

La tercera es que sólo la autodefensa colectiva de los pueblos puede frenar esta ofensiva. Debemos tener claro que estamos en las primeras fases de una extensa guerra contra los pueblos originarios destinada a rediseñar el mapa del mundo, expulsando a las comunidades de sus tierras para profundizar el extractivismo.

En esta guerra los de arriba utilizan ejércitos estatales, paramilitares, narcos y una brutal desinformación. Nosotros no resistimos la muerte con la muerte. No actuamos de forma simétrica. La reacción del EZLN ante el asesinato del maestro Galeano, en mayo de 2014, nos inspira: seguir construyendo nuestros mundos, mientras resistimos.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/08/28/opinion/020a1pol

Autor: Raúl Zibechi

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¿Hablamos de escuela o de educación?

Por: Juana M. Sancho

  • Está claro que la educación no se circunscribe únicamente al espacio escolar. Va mucho más allá, y abarca todo lo ancho y profundo de la vida de las personas. Parece un buen momento para plantearse la necesidad y la posibilidad de caminar hacia una sociedad educativa.

Comencé a pergeñar esta columna a finales del curso pasado. ¡No hace ni dos meses y parece que ha pasado una eternidad! (¡Qué diferencia entre el tiempo medido y el tiempo vivido!). No profundicé en la idea (a la que en realidad llevo muchos años dándole vueltas) porque como muchas personas me sentía tocada (y en cierta forma me sigo sintiendo a pesar del descanso estival) por el síndrome de la sobrecarga informativa. Me sentía infoxificada e infobesa. Y, al mismo tiempo, con la desoladora sensación de “no tener ni idea”. Desde mitad de marzo, no solo me inundan las noticias, sino que he sido invitada a participar en paneles, ponencias, entrevistas, monográficos sobre “Covid 19 y educación”, a revisar artículos, etc., etc., etc. Las noticias me llenaban de estupor, no por el panorama desolador que nos ofrecían (y ofrecen) los medios de comunicación, sino por el abordaje que estábamos dando al tema en el campo de la educación. La primera dimensión de mi asombro se vincula con la idea repetida de que “no estábamos preparados para la pandemia” a lo que me preguntaba ¿hemos estado preparados para algo alguna vez? Yo no tengo constancia.

Según la historia a la que he tenido acceso, cuando parecían soplar aires de guerra, en vez de prepararse para evitarla y encontrar formas de convivir, los hombres en el poder (en este caso no me siento inclusiva) aumentaban el armamento y enviaban a otros a luchar. A lo largo de mi vida he visto venir con mis ojos de persona curiosa varias crisis económicas, pero a nadie que se pusiese manos a la obra para prevenirlas y evitarlas. Diferentes organismos internacionales pagan a distintos profesionales para realizar informes que nos advierten del aumento del hambre en el mundo e, incluso, de cómo acabar con esta lacra, y esta particular pandemia sigue para más 900 millones, que, según Oxfam Intermón, tampoco tienen acceso a agua potable u otros servicios básicos como la salud y la educación. Eso a pesar de todo el desarrollo tecnológico, sobre todo digital, de los últimos años. Distintos especialistas vienen advirtiendo de que el destrozo sistemático de los ecosistemas está produciendo y producirá efectos imprevisibles, en general, poco favorables para la vida humana, pero seguimos ahí. Incluso para algunos especialistas es el responsable de la aparición de la Covid-19. El consumo y las ganancias, sobre todo para unos pocos, parecen lo único importante. Pero luego ¡no estamos preparados para lo imprevisto! Cuando lo único de lo que podemos tener certeza en este mundo es de la incertidumbre. Pero ¿quién nos puede ayudar a vivir sin angustia en la incertidumbre si no es la educación? Y aquí viene la reflexión de esta columna. La Educación no es la Escuela.

La segunda dimensión de mi asombro que me ha reavivado mí ya constante deseo de aprender, es la sensación de que todo el mundo sabe todo. Junto al discurso de “no estábamos preparados” está el de “la solución al problema”. Considerando la cantidad de “debes” que aparecen en la mayoría de los textos y discursos en torno a la Covid 19 y la educación, parece que casi todo el mundo tiene claro lo que “se debe” hacer. Y aquí me planteo, acompañada de otros muchos pensadores, la distancia entre lo que “se debe”, lo que “se puede” y lo “se sabe” hacer. Porque, como argumentaba Lawrence Stenhouse, “nadie puede poner en la práctica las ideas de otro”. Todos estos discursos han puesto el foco de la educación y el aprendizaje en la Escuela, olvidando, como argumenté en una columna anterior, que no solo aprendemos en la Escuela sino en todo momento a lo largo, lo ancho y lo profundo de la vida. Y aquí sigue la reflexión que aporta esta columna. La Educación no es la Escuela.

Resulta imposible reseñar o considerar la enorme cantidad de “soluciones” y propuestas a las que he tenido acceso (en diferentes lenguas) durante los últimos meses. En la mayoría, la tecnología digital (para la satisfacción de las multinacionales tecnológicas que están recopilando más datos que nunca) ocupa un papel relevante. Lo que conlleva la necesidad de profundizar en las consecuencias colaterales para nuestros cuerpos y cerebros (no se pueden separar). Ojalá estén sirviendo para retomar el trabajo que venían realizando los centros educativos, pero mi pregunta es (yo siempre suelo hacerme preguntas) ¿el mismo tipo de trabajo? ¿con los mismos pros y contras? Mientras me resuena la frase, atribuida a Albert Einstein y a Rita Mae Brown en Sudden Death, “locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”.

Una pregunta o preguntas que me llevan a otra de más calado ¿hablamos de Escuela o de EDUCACIÓN? No me cabe duda, la historia nos proporciona evidencias, del papel fundamental que puede tener la Escuela en el proceso de formativo (también deformativo) de los individuos que tienen acceso a ella. Pero la Escuela, como han argumentado distintos autores (Foucault, Mecklenburger, etc.) no deja de ser un dispositivo, una tecnología artefactual, organizativa, simbólica e incluso biotecnológica, que podría adoptar formas muy diferentes, pero suele acabar “devorada” por su propia gramática (Tyack y Tobin). Una institución que parece fundamental y a la vez criticada por obsoleta, por estar desbordada en estos momentos por la avalancha de información y experiencias propiciadas por las tecnologías digitales, por incapaz de transformarse y aprender, por lo que para algunos autores (Senge) estaría al borde de la extinción. Aunque resulta difícil de momento encontrar un recambio. Porque organizar el sistema educativo de otro modo requiere un caudal de imaginación, una capacidad de cambio y unos recursos con los que ningún país parece contar.

Lo primero que dilucidar es la diferencia entre Escuela y Educación, entre el aprendizaje escolar y el aprendizaje (orientado o no) de la vida. La noción de aprendizaje escolar sigue demasiado anclada en la idea de “transmitir” unos contenidos, a menudo descontextualizados y ajenos a la vida social y cultural de los estudiantes, “medibles” a través de pruebas de papel y lápiz. De ahí que, en principio, parezca fácil (y para algunos “más efectiva”) la enseñanza a distancia mediada por los dispositivos digitales. Pero la Educación va mucho más allá del consumo de información, comienza mucho antes de que los individuos lleguen a la Escuela e implica mucho más que el “consumo de información”. Empieza en el momento de ser concebido (el estado anímico y físico de los progenitores ya marca la diferencia) y sigue sin solución de continuidad, como he señalado, a lo largo, lo ancho y lo profundo de la vida. Está configurada por todas las vivencias, experiencias, afectos, intercambios, posibilidades, carencias…, que jalonan nuestra vida, una parte de ellas relacionadas con la Escuela. Porque como argumenta Mlodinow (Subliminal. Cómo tu inconsciente gobierna tu comportamiento. Barcelona: Crítica. 2013), asimilamos un buen número de estímulos sin ser conscientes de ello, por eso la importancia del contexto.

De ahí que lo que me ha faltado en prácticamente todo lo que he sido capaz de leer y escuchar durante este tiempo especial, o lo que a mí me gustaría explorar y profundizar, es cómo abordar la Educación de los individuos de forma holística, es decir, con la participación de todos y cada uno de los agentes y organizaciones sociales. Como una gran red colaborativa orientada al desarrollo individual y social. La finalidad: propiciar una Sociedad Educativa, encaminada al bienestar común, en la que, desde luego, la Escuela tenga un papel. Pero una concepción de Escuela que no dé a entender que es “la única que educa”, porque nunca ha sido así.

Este año, por primera vez, para planificar el curso, se han reunido responsables del Ministerio de Sanidad y de Educación. Aunque la finalidad era claramente otra, a mí me ha llevado a pensar y proponer: ¿Por qué no promover comisiones formadas por representantes de todos y cada una de los ministerios, organismos internacionales y sociedad civil para discutir, imaginar y promover una Sociedad Educativa? ¿Una sociedad basada en el cuidado, la cultura, el afecto, el trabajo digno y la calidad de vida para todos?

Dicho así, en frío, se me dirá que es una locura. Sí, no se me escapa que es difícil. Sin embargo, leemos día tras día propuestas interestelares que “compramos” como futuro. Cuando nuestro único futuro es el presente, lo aprendí de un párvulo de cinco años: hoy ya es mañana. Y yo os/me pregunto ¿qué hoy y mañana queremos?

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/09/14/hablamos-de-escuela-o-de-educacion/

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¿Somos o no ciudadanos digitales? La realidad de la conectividad en la pandemia

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Con la llegada de la pandemia por COVID-19 el trabajo, la enseñanza y gran parte de nuestras vidas se han mudado al entorno virtual. ¿Esto nos convierte en ciudadanos digitales?

Ante la situación ocasionada por la pandemia, la mayoría de las personas se han visto con la necesidad de adaptarse a trabajar y estudiar desde sus casas. Este escenario podría implicar que, poco a poco, la gente conectada se está convirtiendo en ciudadanos digitales pero, la realidad es más complicada.

En América Latina, sólo el 23 % de la fuerza laboral puede trabajar a distancia. Esta situación es muy similar en España, donde se estima que tan solo el  22.3 % de los trabajadores pudieron aprovechar esta modalidad. Debido a que actualmente muchas personas pasan su tiempo en línea, la sociedad se ha tenido que digitalizar y los usuarios se han convertido en ciudadanos digitales pero, ¿esto qué significa?

¿Qué implica la “ciudadanía digital”?

Para poder distinguir si por adaptarse al teletrabajo o a la educación en línea significa que alguien es un ciudadano digital, es necesario entender qué significa este concepto, lo cual es complicado porque varía mucho según quien lo defina.

El libro “Digital Citizenship. The Internet, Society, and Participation” define la ciudadanía digital con una simple frase, “la capacidad de participar en la sociedad en línea”. Pero, ¿qué implica esta participación en línea? La profesora Sofia Ranchordas de la Universidad de Groningen, define la ciudadanía digital como “la capacidad de utilizar Internet con regularidad de forma competente, crítica y segura”. Por su parte, Neelie Kroes, ex vicepresidenta de la Comisión Europea, dijo que los ciudadanos digitales son “personas con mayor acceso a la información, personas empoderadas para dar forma al mundo que los rodea. Más capaz de aprender y participar”, durante su participación en la conferencia Science 2.0 de Hamburgo, el 26 de marzo de 2014.

De acuerdo con la UNESCO, “la ciudadanía digital es un conjunto de habilidades que permite a los ciudadanos acceder, recuperar, comprender, evaluar y utilizar, crear y compartir información y medios en todos los formatos, utilizando varias herramientas, de manera crítica, ética y forma eficaz de participar y comprometerse en actividades personales, profesionales y sociales”.

Estos distintos significados demuestran que ser ciudadanos digitales no es solo implica estar conectados, también se requieren habilidades para saber navegar. Lamentablemente, el hecho de que una persona tenga acceso a internet no lo convierte en un experto en su uso, mucho menos un “nativo”. Un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) descubrió que sólo el 39.8 % de los participantes con internet tenían habilidades avanzadas.

De inmigrantes digitales a nativos digitales

Marc Prensky es conocido por “adueñarse” de los términos nativo e inmigrante digital. El primero se refiere a aquellos que están inmersos en la tecnología y que nacieron con ella, y los inmigrantes son aquellas personas a las  que les cuesta más adaptarse al mundo digital.

Incluso antes de la pandemia muchos “inmigrantes digitales” se veían obligados a digitalizarse ya sea para utilizar las redes sociales, los teléfonos inteligentes, la banca electrónica o en su ambiente laboral. Aún así, la adaptación puede ser similar a aprender un nuevo idioma, lo que explica por qué muchos maestros batallan tanto con adaptarse a plataformas de aprendizaje en línea. Pero la llamada brecha generacional va más allá de la edad, también se puede dar por falta de recursos o acceso a internet.

Aunque el acceso a internet es un bien común y se busca que sea reconocido como un derecho básico para los humanos, al igual que en el caso de la ciudadanía de un país, este no siempre es garantizado. El acceso a internet tiene valores como la seguridad, la transparencia, la legalidad, la inclusión, entre otros. En este sentido, la seguridad y legalidad son fundamentales ya que uno de los mayores riesgos que sufren los ciudadanos digitales es la ciberseguridad. Debido a que el usuario sube y almacena información sensible a internet, la protección de datos es sumamente importante, de lo contrario, los pone en situaciones vulnerables y propensas a ser hackeados o chantajeados por cibercriminales.

Para ser ciudadanos digitales hay que estar conectados

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reportó que un 56 % de los latinos y caribeños usan el internet y de estos, un 45 % cuenta con internet en sus hogares, mientras que sólo el 45.5 % tiene acceso a una conexión de banda ancha. El panorama no cambia mucho al hablar de banda ancha móvil ya que sólo el 54 % de la población tiene acceso a esta, aunque la tecnología móvil en sí alcanza al 90 % de las personas.

En un reporte del 2017, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT por sus siglas en inglés) encontró que más de 200 millones de personas en Latinoamérica en edad de trabajar están digitalmente excluidos, demostrando que existe una brecha digital gigante.

En esta época de pandemia, el internet ayuda a que se garantice la continuidad de los trabajos, la educación y vida social, por lo que es urgente que se garantice el acceso a todas las personas. Para lograrlo, la UNESCO sugiere incorporar como reconocer las barreras críticas de accesibilidad, habilidades digitales y su relevancia, y crear normas en la planificación de proyectos de inclusión digital. En este último punto, incluir políticas públicas que promuevan la conectividad en las escuelas, el desarrollo de plataformas para apoyar a aquellos con poco acceso a las nuevas tecnologías, como los adultos mayores y poblaciones indígenas, además de otorgar subsidios de conectividad.

Según el Sistema Económico de Latinoamérica y del Caribe (SELA), el esquema de políticas para atacar este problema consiste en infraestructura tecnológica; infraestructura de conectividad y alfabetización tecnológica o digital. Estos tres puntos aseguran que la población podrá convertirse en una sociedad en la red, además de que promueve el desarrollo individual y social debido a su inclusión digital. De desarrollarse estas políticas, permitiría a los ciudadanos no sólo acceder a internet y contar con conexión, sino a que entiendan el lenguaje digital y dominen las nuevas tecnologías.

El ecosistema digital: ¿está lista Latinoamérica para sus ciudadanos digitales?

El reporte El estado de la digitalización de América Latina frente a la pandemia del COVID-19, de Telecom Advisory Services para el CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), califica a la región en un desarrollo intermedio en cuanto a su ecosistema digital, pero esto no significa que tiene lo que se necesita para mitigar los efectos de la pandemia.

Debido a que a raíz de las medidas de contingencia sanitaria por la pandemia, ahora muchas personas  trabajan desde casa, el tiempo que estas pasan conectadas a internet ha aumentado. Por ejemplo, en el mes de marzo, en pleno inicio de la pandemia, en México el tiempo que una persona pasa en internet incrementó un 7.4 %, en Chile un 19 % y un 11. 8 % en Ecuador.

El reporte del CAF ayuda a entender la importancia de la conectividad, más en tiempos de pandemia. El reporte indica que la velocidad de la banca ancha impacta el PIB 0,73 % cuando la velocidad se incrementa en 100 %, lo que implica una influencia negativa en la economía. Parte del problema viene de que el internet de los hogares no está preparado para el incremento del 80 % del tráfico de subida de datos, ni de las videoconferencias.

Por otra parte, aunque según este reporte el 78.78 % de América Latina está proyectada a digitalizarse este año, esto no significa que la conectividad mejorará ya que esto puede incrementar la brecha digital. Es importante considerar no sólo el acceso al internet sino también el acceso a los dispositivos y tecnología si queremos lograr realmente que la población se convierta en verdaderos ciudadanos digitales. En la región, un 44.89 % de las personas cuenta con una computadora en su hogar, lo cual se puede leer como algo positivo pero, debido a la situación de la pandemia, este porcentaje podría no ser suficiente para garantizar el acceso al teletrabajo y a la educación en línea, especialmente si se trata de familias con hijos en distintos grados escolares.

El uso que se le da al internet en el hogar dice mucho sobre lo preparadas que están las personas para ser ciudadanos digitales. Según datos del reporte del CAF, en promedio, 30.3 % de la población latinoamericana se limita a navegar en redes sociales y utiliza el internet para comunicarse, mostrando resiliencia a herramientas de tipo educativas o de comercio.

Esto no sólo se ve a nivel personal, sino también en las empresas. El 85 % de todos los países en la región tienen acceso a la red, pero este acceso varía mucho cuando se analiza el uso de herramientas para realizar actividades como la  compra de insumos por internet. En Perú, por ejemplo, sólo el 15.20 % lo hace en línea, a diferencia de Brasil donde el 66 % de las personas realizan compras por internet.

¿El COVID-19 nos convierte en ciudadanos digitales?

Ser un ciudadano digital significa tener acceso a internet, contar con una conexión de banda ancha, con el equipo necesario para conectarse y, sobre todo, contar con las habilidades básicas para navegar. Sobre este tema, la profesora Sofia Ranchordas señala que un dispositivo móvil no es suficiente ya que no permite al usuario tomar cursos en línea o trabajar plenamente.

En el caso de los maestros, aunque muchos han logrado adaptar sus clases presenciales al entorno digital, esto no los convierte necesariamente en ciudadanos digitales. Muchas escuelas y universidades no tuvieron el tiempo o los recursos para prepararse para la educación en línea, ni cuentan con una base de datos sobre cuántos de sus empleados o alumnos tienen o no las herramientas necesarias para continuar el ciclo escolar de manera virtual.

La COVID-19 llegó a poner fin a las dudas sobre cómo se vería la educación y el trabajo en un entorno en línea. Aunque muchas escuelas y trabajos buscaban maneras de digitalizarse o ya lo estaban haciendo, nadie estaba preparado para la cuarentena y los cambios que trajo la pandemia. Sin embargo, esta es una situación que sólo beneficia a los verdaderos ciudadanos digitales, aquellos que no sólo tienen acceso a internet, sino también a  las herramientas y el conocimiento necesarios para continuar con sus trabajos, su  educación y sus vidas a pesar de todo. Ojalá esta época sirva de aprendizaje sobre la urgencia de garantizar el acceso a internet como un derecho básico universal y de darle a los ciudadanos las herramientas necesarias para convertirse en verdaderos ciudadanos digitales.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ciudadania-digital-pandemia
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Silencio sobre la Primera infancia

Por: Elisabeth De Puig

La primera infancia ha sido dejada de lado. Sin embargo, en muchos hogares la violencia intrafamiliar ha aumentado, la inseguridad alimentaria por la pérdida de ingresos es una realidad y los consejos virtuales que se ofrecen en la página web de INAIPI llegan solo a los padres conectados y más empoderados.

Cuando en marzo pasado se paralizó la actividad económica y se cerraron las escuelas se clausuraron también los centros del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (INAIPI). Desde esta fecha ningún Gobierno (saliente o entrante) ha hablado sobre esta población que es la base del desarrollo humano.

Incidir en la etapa de la vida de los niños y niñas que va desde la gestación hasta los 5 años aumenta significativamente las probabilidades de mejorar el sistema educativo y nuestro país.

La primera infancia es la etapa donde se edifican los cimientos que sostendrán los aprendizajes a lo largo de los años. Las neurociencias establecen que la gestión emocional y un buen entorno pueden marcar diferencia en las conexiones del cerebro desde el embarazo hasta los primeros años de vida del niño.

Cada cerebro es único, irrepetible. Su proceso de desarrollo es gradual y está vinculado a factores genéticos y ambientales. Además, existen factores de alteración y de potenciación del cerebro: padres y educadores pueden marcar la diferencia.

El INAIPI cuenta con 684 centros; ofrece cobertura a 203,029 niños y niñas y 160,745 familias en situación de riesgo repartidas en las zonas de mayor vulnerabilidad de la República Dominicana y funciona con diferentes mecanismos.

Los Centros de Atención a la Primera Infancia, o CAIPI, ofrecen servicios de educación y atención integral a niños y niñas y trabajan de la mano con las familias, a quienes se les apoya para mejorar sus capacidades para el cuidado integral de sus hijos e hijas.

Por otro lado, los Centros de Atención Integral a la Infancia y la Familia, o CAFI, se basan en el fortalecimiento de los padres madres y tutores para que integran las buenas practicas de crianza en el desarrollo de sus niños y niñas atendiéndolos de manera adecuada. Estos cumplen su cometido a través de convenios con más de 20 ONGs en el país.

Llama la atención que las iniciativas actuales del Ministerio de Educación, que dio comienzo al año escolar a distancia para todo el alumnado de las escuelas públicas dominicanas el pasado 2 de noviembre, no contemplan la proteccion y educación integral de la primera infancia, especialmente los niños de los sectores más vulnerables y desfavorecidos.

La primera infancia ha sido dejada de lado. Sin embargo, en muchos hogares la violencia intrafamiliar ha aumentado, la inseguridad alimentaria por la pérdida de ingresos es una realidad y los consejos virtuales que se ofrecen en la página web de INAIPI llegan solo a los padres conectados y más empoderados.

La situación actual se contrapone con las múltiples teorías y corrientes de la educación que demuestran que los niños requieren materiales concretos, que el aprendizaje debe, entre otros, ser cooperativo, por descubrimiento, manipulativo, exploratorio, y vivencial para captar su atención y motivarlos. Estimular la interacción, la exploración y el conocimiento pueden ser claves para que los más pequeños aprendan de manera efectiva.

El vínculo corporal con las educadoras, educadores y con sus pares es primordial en el modo que tendrá el niño o niña de relacionarse en el futuro. El daño que se está causando en la población de primera infancia y en sus padres puede ser más alto que la protección que estamos buscando darles al tenerlos encerrados en sectores de alta vulnerabilidad.

¿Qué se va a hacer para los más pequeños? ¿Cuándo alguna autoridad dirá algo al respecto?

Fuente: https://acento.com.do/opinion/silencio-sobre-la-primera-infancia-8881386.html

Imagen: Charles Nambasi en Pixabay

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