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Los márgenes de la formación docente

Por: Miguel Ángel Pérez Reynoso

“En los márgenes se escriben los cambios de todo sistema”. Esta frase con la que inicio puede que sea uno de los principios o de las ideas rectoras de  Tomas Kuhn, en su libro “La estructura de las revoluciones científicas”. En dicho libro Kuhn habla de una disputa entre el paradigma vigente y la pugna en contra del mismo, que viene desde los márgenes del paradigma o modelo en turno.

En el campo de la formación docente existe un paradigma predominante, pero ¿Qué podemos encontrar en los márgenes de dicho campo? Cabe decir, que en la formación de los docentes descansa la mayoría del funcionamiento del sistema educativo, el éxito o el fracaso de las reformas o los proyectos sexenales en educación tienen el sustento en la formación (inicial y continua). Y este mismo campo de la formación, es al que mayor esfuerzo y recursos se les destina de manera pública, debido a que la atención de los cerca de 25 millones de escolares de todos los grados y niveles educativos son atendidos desde están aquí.

En el centro del paradigma tenemos el núcleo del sistema, que para el caso de nuestro país, es un sistema sobradamente centralizado, con políticas normalizadoras para todos los estados del territorio nacional, con disposiciones únicas dictadas desde lo que había sido la DGESPE (Dirección General de Profesionales de la Educación) y que ahora, el nuevo organismo se encarga de lo mismo, centralizar las políticas nacionales y difundir directrices para todos por igual.

¿Qué hay en los márgenes del campo de la formación de docentes? Existen diversas manifestaciones e iniciativas que están en desacuerdo con las políticas nacionales hegemónicas, en donde desacatan en esta ultima su sentido autoritario y piramidal. Desde los márgenes se pugna por crear un sistema (el de la formación), más flexible y sobre todo adaptado a contextos específicos.

En los márgenes del sistema se tejen una serie de prácticas y concepciones pedagógicas que aunque (como su nombre lo dice) son de manera marginal tienden a conformar un modelo y una propuesta alternativa, la cual no está de acuerdo con la propuesta oficial, por su excesivo autoritarismo.

Sin embargo la formación en los márgenes, no es una formación marginal, goza de prestigio, de seguidores y de reconocimiento, por su carácter flexible le apuesta más a las prácticas innovadoras, a las propuestas basadas o sustentadas en la creatividad. No existen aquí autores estelares, debido a su propio carácter alternativo (lo que menos les interesa es el protagonismo de sus autores). Los componentes sólidos de las propuestas marginales o alternativas en formación docente son tres:

  1. Propuestas y acciones basados en la reflexión de las prácticas y en el diálogo informado entre pares o colegas.
  2. Iniciativas educativas basadas en intentos de cambio y de innovación, al lado de la comunidad en donde éstas realizan la tarea de educar.
  3. Se le da privilegio a las propuestas e iniciativas surgidas en colectivo mirando las necesidades de los entornos específicos, sobre todo de los barrios o las comunidades con un alto  nivel de necesidad de educadores y educadoras.

A los educadores que trabajan en los márgenes de la formación se les reivindica por su alto grado de compromiso, por su entrega y mística en el trabajo, por desligarse de los controles institucionales (tanto sindicales como oficiales), por su carácter contestatario, debido al fomento del pensamiento crítico y porque la propuesta que surge de ellos y ellas están basadas en la experiencia más que en textos dogmáticos o autores que trabajaron en contextos ajenos o lejanos al nuestro.

En los márgenes se escribe el cambio en el sistema, comencemos a voltear los ojos hacia allá para darnos cuenta qué es lo que viene.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-margenes-de-la-formacion-docente/

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Delfina Gómez y los desafíos del cambio educativo

Por:  Juan Carlos Miranda

Sobre la designación de la Profesora Delfina Gómez como nueva titular de la SEP.

Algunas líneas que escribí esta mañana en las redes sociales digitales, sobre el nombramiento anunciado, hoy, por el presidente López Obrador, en el sentido de que la Profesora Delfina Gómez Álvarez se convertirá en la nueva titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), son las siguientes:

Sobre la designación de la Secretaria de la SEP @delfinagomeza habría que observar sus acciones, sus intenciones, sus recursos, sus vínculos políticos y sus discursos. Prefiero hacer un análisis sobre los hechos, no pronósticos.

Dos puntos a favor de @delfinagomeza en la SEP, son: Es mujer (y no es Elba Esther); y es profesora de base. Conoce a la escuela pública a ras de tierra. Cabe recordar que una parte muy importante del magisterio mexicano (y quizá en el mundo) se integra por mujeres profesionales de la educación. Así que el nombramiento de la Profesora Delfina representa, también, un toque de doble simbolismo como reivindicaciones gremial y de género.

La designación de la Profesora @delfinagomeza es una oportunidad para que la voz de las maestras y los maestros se escuche en serio; hace falta un movimiento educativo desde abajo en este país. Ojalá que su gestión esté por encima de los discursos vacíos y la retórica del “reformismo educativo” (tan deslegitimado), que ha surgido “desde arriba”, y que no sólo ha derivado en un verdadero fracaso, sino que también, por demagógico, ha terminado en el diseño y ejecución de políticas públicas educativas de simulación.

Son lamentables, por misóginos y clasistas, los comentarios atropellados y prematuros que he leído sobre el nombramiento de la Profesora @delfinagomeza, quien estará al frente de la SEP.

La Profesora Delfina @delfinagomeza es egresada de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). No recuerdo un nombramiento de una profesora de escuela pública, y de la UPN, al frente de altos cargos en el gobierno federal, como lo es éste. No sólo en la SEP. Interesante apuesta, y posibilidad de cambio de fondo, hace el presidente López Obrador.

Veo, de bote pronto, a las élites empresariales; de especialistas (sobre todo académicos que han vivido del poder público); funcionarios de la burocracia dorada y de la aristocracia tecnocrática (dentro y fuera de la SEP); de mujeres y hombres dedicados profesionalmente a la política; de la cúpula sindical burocratizada; y voceros de los medios de comunicación asociados con el “establishment” PRIPANPRDista, entre otros, que levantan la ceja luego de haber escuchado el anuncio del nombramiento de @delfinagomeza

Más allá de las reacciones o los comentarios, expresados durante la mañana, de forma un tanto improvisada, me parece que hay diez puntos, de entrada, que la futura funcionaria pública, integrante del gabinete legal y del equipo de trabajo más cercano al presidente de la república, podría considerar en el corto y mediano plazos.

1. La SEP es la dependencia del gobierno federal con el presupuesto más grande del presupuesto anual que se ejerce. Como sabemos, la mayor parte se destina a salarios del magisterio. Y probablemente es la proporción más grande del presupuesto que aplican las entidades federativas. Ello significa que se habrán de multiplicar las acciones para que esos recursos no se dilapiden ni se desvíen, sino que se apliquen correctamente a favor de la educación de las niñas, los niños, las y los jóvenes y adultos de México.

2. La cantidad de docentes, directivos, escolares, personal de apoyo a la educación y demás personal que labora, directa o indirectamente, para el sistema educativo nacional, rebasa los más de un millón 200 mil trabajadoras y trabajadores. Ello implica poner en marcha un sistema de atención federal y estatal, efectivo, que dé respuesta rápida y desburocratizada al magisterio, y que favorezca las condiciones laborales, generalmente adversas, en que trabaja el magisterio mexicano.

3. Es urgente crear una o varias mesas para atender a los casos específicos y prioritarios que tienen que ver con pagos retrasados o incumplidos sobre trabajos realizados por docentes y directivos escolares. Me refiero a las y los docentes de la Prepa en línea; a los profesores y las profesoras del Programa Nacional de Inglés (PRONI); así como a las maestras y los maestros que han participado en el programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC), a quienes se les adeudan ingresos complementarios o incentivos adicionales por trabajar en jornadas ampliadas.

4. He recibido comentarios en el sentido de que la Profesora Delfina pertenece al grupo político de Higinio (Martínez). Considero que tendrá que cortar cables o reestructurar sus vínculos políticos, en el contexto del cargo que, de ahora en adelante, le confía el presidente AMLO. Aunque, como lo escribí esta mañana, prefiero a ese grupo que al “elbismo” o al grupo “Atlacomulco”, que gobierna el EDOMEX.

5. Por otra parte, una compañera que trabaja en el sector educativo, en programas compensatorios, nos escribió lo siguiente, con respecto al nombramiento: “Será un aparador para la contienda del 2023 e irá por la gubernatura del Edo. de México.”. Mi respuesta fue: Habría que ver el trabajo que realice la Profesora Delfina al frente de la SEP, de ahora en adelante, y hasta ese entonces se podrá valorar qué tan adecuada sería su candidatura para que, por primera vez, gobierne una mujer no priista en Toluca, previa elección constitucional, claro.

6. Otro de los grandes retos de la futura titular de la SEP, será resolver los más añejos y complejos problemas generados por el burocratismo y el centralismo inoperantes que han padecido tanto la SEP como las secretarías de educación en las entidades federativas, así como en los organismos desconcentrados que se encargan de la administración de la educación básica en el país. En especial, sería conveniente emprender cambios en la Unidad del Sistema para Maestras y Maestros, que se creó y que mandata la ley aprobada en septiembre de 2019.

7. Un reto o desafío no menor, será la interlocución que habrá de realizar la Profesora Gómez Álvarez, de manera directa, asertiva y basada en la ley, con las dirigencias del oficialista SNTE y de las fuerzas magisteriales disidentes, agrupadas en la CNTE.

8. Lograr una ruptura ante el discurso hegemónico que se ha distribuido en la escuela pública, sobre todo me refiero al “gerencialismo”, que ha permeado o que ha llegado a ocupar eventualmente el lenguaje y las acciones de docentes y directivos escolares. Menos gerencialismo y más pensamiento pedagógico sería quizá la premisa. Ese será también uno de los más grandes y profundos desafíos que enfrentará, como obstáculo, la futura responsable de la educación nacional.

9. Combatir el rezago educativo, que cada año aumenta en el país (hace dos años se tenía un registro de alrededor de 32 millones de compatriotas en esa condición, fenómeno que incluye al analfabetismo). Obviamente en época de crisis sanitaria y económica, ese será uno de los principales desafíos de la gestión de la Profesora como titular de la SEP.

10. Retomar la discusión, desde abajo, acerca de los contenidos, los métodos, los enfoques y las prácticas educativas-pedagógicas, que habrán de movilizar a la escuela pública en México de ahora en adelante, es quizá otro de las principales prioridades del siguiente tramo de la gestión de la SEP a partir de 2021.

Fuente: https://www.sdpnoticias.com/amp/columnas/delfina-gomez-y-los-desafios-del-cambio-educativo.html?__twitter_impression=true

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“Estás cancelado”. La cultura de la cancelación y sus implicaciones sociales

Por: Paulette Delgado

La cultura de la cancelación promueve retirar el apoyo a personas o empresas como consecuencia de determinados comentarios o acciones, pero, ¿realmente consigue su objetivo?

Con 3.8 billones de usuarios, las redes sociales se han vuelto una parte fundamental en la vida de muchas personas. Han impactado desde la manera en cómo se manejan los negocios, la publicidad, e incluso, la política. Y aunque tienen aspectos y usos positivos, también tienen efectos negativos.

Recientemente ha surgido la “cultura de la cancelación” o cancel culture, un concepto que consiste en retirar el apoyo o “cancelar” a una persona que dijo o hizo algo ofensivo o cuestionable. Es un tipo de bullying grupal ya que son muchas personas que se ponen de acuerdo para atacar o descalificar los puntos de vista de otra persona o de alguna empresa. Esto se ha vuelto aún más popular al delatar actitudes racistas, homofóbicas y machistas. Es un movimiento tan grande que varias personas han perdido sus trabajos por ser canceladas, sin la posibilidad de enmendar o arreglar sus acciones, quedando para siempre encerradas en un charco de odio público.

Uno de los casos más conocidos es el del youtuber enfocado en maquillaje James Charles, quien perdió más de 3 millones de seguidores en cuestión de días después de ser etiquetado como depredador sexual por otros creadores, sin pruebas al respecto, en un drama con su mentora Tati Westbrook, también youtuber y emprendedora de vitaminas. Otro caso famoso es el de la autora de Harry Potter, J.K Rowlings, quien fue cancelada por hacer comentarios transfóbicos en Twitter. Es un fenómeno que se ha vuelto tan común que incluso cancel culture fue la palabra o frase del año 2019 en el Diccionario australiano Macquarie. Este tipo de acciones o eventos se ha amplificado durante la pandemia.

Actualmente, debido a las cuarentenas y otras medidas establecidas para evitar contagios por COVID-19, muchas personas pasan cada vez más tiempo en casa e invierten más tiempo usando las redes sociales, lo que ha resultado en muchas “cancelaciones”. Varias personas creadoras de contenido en YouTube y TikTok han sido atacadas por organizar o atender fiestas durante la pandemia. Este tipo de acusaciones públicas no se limita para aquellas personas que tienen miles de seguidores. En Instagram, por ejemplo, hay un sinfín de perfiles reportados y clasificados como “covidiotas” o personas que rompen la cuarentena.

Aunque la intención es buena, señalar a personas que han hecho “algo malo” se ha llevado a un extremo tóxico. Un ejemplo es el de la creadora número uno de TikTok, Charli D’Amelio, de 16 años. Ella subió a YouTube un video de una cena con sus padres, hermana y el youtuber James Charles, donde la comida fue preparada por el famoso chef Aaron May. Entre los platillos que probaron esa noche estaban los caracoles, los cuales no fueron del agrado de las hermanas D’Amelio, además de que Charli comentó que quería alcanzar los 100 millones de seguidores al año de recibir su primer millón. Estos comentarios molestaron a sus seguidores y en cuestión de días perdió un millón de seguidores en TikTok.

¿Qué opinan los jóvenes de la cultura de la cancelación?

Uno de los mayores retos que enfrentan muchos jóvenes es poder realmente cancelar a alguien. Un ejemplo es Chris Brown, un rapero quien a pesar de que golpeó a su novia, la cantante Rihanna en el 2009, este sigue siendo popular porque muchos disfrutan de su música, pero no están de acuerdo con sus acciones.

En un artículo del New York Times, varios adolescentes fueron entrevistados sobre el tema. Ben, uno de los entrevistados de 17 años, dijo que para él, las personas tienen que rendir cuentas por sus acciones pero apoyar esta cultura evita que aprendan de sus errores.

Uno de los mayores problemas de este movimiento es que, lo que alguien haya hecho o dicho hace 10 años en redes sociales, cualquier persona lo puede tomar fuera de contexto y usar en su contra. Esto le pasó al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, cuando salieron a la luz fotos de él en el 2001 con la cara pintada de negro. Esto se considera racista por la connotación histórica que tiene, ya que por mucho tiempo comediantes blancos se pintaban la cara basados en estereotipos negativos de los negros para burlarse de ellos.  “Todos hacemos cosas vergonzosas y cometemos errores tontos y lo que sea. Pero la existencia de las redes sociales ha llevado eso a un lugar donde la gente puede tomar algo que hiciste en ese entonces y convertirlo en quien eres ahora”, dice L., una de las entrevistadas.

Varios jóvenes ven la cultura de la cancelación como un potencial para crecer y conocer más sobre lo que es políticamente correcto, sin embargo, otras personas argumentan que puede ser una práctica que causa preocupación por su impacto en la sociedad. Otra de las jóvenes entrevistadas comentó que cancelar a alguien es como golpear e insultar a una persona en lugar de educarlo pacientemente y mostrarle lo que hizo mal, sin darle la oportunidad de demostrar que pueden mejorar. Otros jóvenes están de acuerdo con que es importante ayudar a la gente a comprender sus errores en lugar de torturarlos, permitiéndoles tener diálogos abiertos en lugar de desterrar a la gente.

La cultura de la cancelación ha creado una severa censura en Internet y provoca miedo a equivocarse en las redes sociales y ser cancelados. Además, crea una falta de comprensión de las opiniones de otras personas ya que demuestra que sólo importa la opinión de las masas y si alguien piensa diferente o cometió un error hace años, su reputación puede ser destruida.

Combatiendo la cultura de la cancelación en el aula

La profesora Loretta J. Ross propone combatir la cultura de la cancelación por medio de una clase en Smith College. Ella busca desafiar a sus alumnas a identificar características y límites del movimiento. «Lo que realmente me impacienta es llamar a la gente por algo que dijeron cuando eran adolescentes cuando ahora tienen 55 años. Quiero decir, todos en algún momento hicimos cosas increíblemente estúpidas cuando éramos adolescentes, ¿verdad?», comentó en una entrevista para el New York Times.

Para ella, la solución está en llamar la atención en privado en lugar de hacerlo públicamente, “hacerlo con amor”. Si algún conocido hizo algo ofensivo, en lugar de pedir que se cancele por las redes sociales, mandarle un mensaje privado o llamarlo para discutir al respecto. Esto puede llevar a una conversación con contexto y puede convertirse en un momento educativo.

En sus clases, la profesora incluye el ejemplo de Natalie Wynn, una youtuber que elaboró una especie de taxonomía después de ser cancelada varias veces. En su video explica cómo la cultura de cancelación toma una historia y la transforma en una situación distinta. Busca la presunción de la culpa sin hechos, como fue el caso de James Charles. Además explica que parte del movimiento es el esencialismo que sucede cuando la crítica del error convierte a esa persona en “mala persona”, el pseudointelectualismo o la superioridad moral del que acusa y la contaminación o culpa por asociación.

Regresando al ejemplo de J.K Rowlings, varias de las estudiantes de la profesora Ross admitieron que se sentían culpables por ser fanáticas de Harry Potter después de los comentarios que realizó, ejemplificando como la culpa por asociación es algo muy común. Una alumna incluso admitió que se estresa al comprar una sudadera con la foto de una banda que le gusta por temor a que hayan cometido algo ofensivo y ella no sepa y sea cancelada. «No puedes ser responsable de la incapacidad de crecer de otra persona», dijo la profesora Ross. “Así que consuélate con el hecho de que ofreciste una nueva perspectiva de la información y lo hiciste con amor y respeto, y luego te alejas”.

Aunque la cultura de la cancelación parece no irse a ningún lado y su intención es buena, mientras se siga llegando al extremo de no permitir ni aceptar el crecimiento del cancelado, seguirá siendo un movimiento tóxico que no llevará a ningún lado. Clases y maneras de pensar como las de la profesora Ross son necesarias para combatir esta problemática y enseñar a las nuevas generaciones a dialogar de manera privada, más en una época donde todo es público en las redes sociales.

¿Habían escuchado sobre la cultura de la cancelación? ¿Qué necesita hacer alguien para merecer ser cancelado? Una vez que alguien es cancelado, ¿debería ser perdonado? Déjanos tus comentarios abajo.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/cultura-de-la-cancelacion

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Educación e igualdad

La política educativa es un campo de conflicto social. Sólo desde una visión tecnocrática u organicista puede pensarse que es un campo donde es fácil el consenso —al margen de donde una visión social es tan hegemónica que no deja espacio para las alternativas—. Una de las utilidades de los enfoques institucionalistas es que permiten mostrar cómo en cada país existe un modelo educativo que es el reflejo de conflictos y trayectorias económicas y sociales distintas.

I

La gente de izquierdas tiende a pensar que el modelo escolar es un reflejo de la lucha de clases. Y en parte es cierto. La implantación de una escuela pública universal fue en muchos países producto de movimientos sociales igualitarios, enfrentados a poderes capitalistas que preferían una clase obrera analfabeta. En muchos lugares esta pugna capital-trabajo se solapó con una guerra entre religión y ciencia, entre escuela y catequesis. La estructura de muchos sistemas educativos nacionales refleja aún hoy este largo combate y este peso de intereses no enfrentados. No es casualidad que entre los sistemas educativos más fragmentados y clasistas de los países desarrollados figuren Reino Unido, Estados Unidos y España (particularmente en estos dos últimos países la intromisión de las religiones es más evidente).

La conquista de una educación pública universal es una victoria indudable de las luchas por un mundo igualitario. Pero es sólo un paso. Y gran parte de la política de la izquierda ha quedado limitada por esta victoria y ha olvidado las limitaciones y los peligros de confiar en el sistema educativo una buena parte de las políticas igualitarias. Sobre todo, cuando ha aceptado que el papel del sistema educativo es ofrecer igualdad de oportunidades a todo el mundo, olvidando tanto las desigualdades estructurales con las que niños y niñas llegan a la escuela como el discutible igualitarismo de una sociedad meritocrática. De ello se resienten no sólo las políticas igualitarias, sino también la propia capacidad del sistema educativo para generar individuos bien informados y con capacidad reflexiva.

II

El sistema educativo está condicionado por las desigualdades sociales. Y, a la vez, tiende a reproducirlas. Un análisis crítico del sistema educativo debe analizar tanto el contexto social en el que opera como sus propias estructuras internas y funcionamiento.

Las desigualdades más obvias son las que tienen que ver con la distribución de recursos. Tanto de la propia escuela (dotación de equipamientos y profesores, material escolar) como de las familias. Este es el campo donde las propuestas de acción son más fáciles de elaborar, aunque las desigualdades siguen siendo en muchos casos injustificables. Así lo ha puesto en evidencia la pandemia, al haberse querido imponer una enseñanza virtual a la que una parte de la población no podía acceder por falta de medios informáticos y buenas conexiones telefónicas.

Pero las desigualdades están también en las distintas dotaciones culturales de las familias y recursos familiares de todo tipo. Hay buenos estudios que encuentran una fuerte correlación entre el éxito educativo y los hábitos culturales de las familias en aspectos como la cantidad de libros en el hogar, la frecuencia de actividades de ocio cultural e incluso el tiempo que dedican las familias a la conversación intergeneracional. Los dos primeros elementos están claramente ligados a la posición social de las familias, el tercero lo está además a otros elementos: desde el tiempo disponible para el encuentro, hasta la riqueza de las relaciones sociales de cada familia. La importancia de estos aspectos es crucial porque conecta la experiencia educativa con el mundo externo, con la vida cotidiana. No es una cuestión determinista pero sí fuertemente condicionante. Para muchos niños y niñas el mundo de la escuela, lo que allí aprenden, es algo muy diferente a lo que experimentan en su ambiente doméstico y en su entorno de barrio. Para algunos la experiencia puede resultar fascinante pero para otros muchos no tiene mucho sentido. Algo que expresan muy bien las alumnas de un instituto del extrarradio parisino en la película La clase, al recordarle al profesor de lengua que ellas nunca hablan en pluscuamperfecto.

Todo esto es conocido y abre la posibilidad de políticas compensatorias, de un sistema educativo desigual en recursos para favorecer la igualdad: recursos escolares, dotaciones de profesorado especializado, becas… Y de la posibilidad de equilibrar en parte las desigualdades culturales con una buena oferta de actividades en los barrios y pueblos donde vive la gente menos culta, de generar contextos que reduzcan el abismo entre la escuela y la vida. Hasta aquí hay mucho espacio de políticas reformistas por recorrer.

III

Con ser importantes, estas cuestiones no agotan todos los problemas que plantea el sistema escolar. Hay una contradicción evidente entre una educación que en teoría debe fomentar de forma universal un amplio bagaje cultural, una capacidad crítica y reflexiva, y un sistema social jerárquico y tremendamente desigual. Un sistema social que es incapaz de ofrecer a todo el mundo un contexto vital como el que promueve en teoría la escuela. La forma como se salva esta contradicción es diversa. La más cruda es la que ofrecen los sistemas educativos más clasistas: una educación segregada, desigual para distintos colectivos sociales.

Pero hay otras formas más sutiles, igualmente creadoras de desigualdad. Como el establecimiento de un sistema evaluativo en el que unas personas siempre tendrán más ventajas que otras simplemente porque los hábitos sociales desarrollados en sus familias y entornos son más próximos a los estándares con los que son evaluados. Algo a lo que a menudo contribuyen de forma inconsciente los propios profesores cuando tienen que trabajar con criaturas de estratos desfavorecidos.

De hecho, la escuela tiende a evaluar sólo sobre algunas materias, no evalúa sobre todas las formas de actividad social. Y al hacerlo jerarquiza y promueve percepciones desiguales sobre el valor de cada actividad. Yo lo aprendí de joven. Era seguramente el más negado de mis compañeros en actividades manuales y deportivas. Mi memoria en cambio me facilitó ser un buen estudiante y me dio acceso a la educación superior. Los méritos de mucha de la gente de mi entorno en cuestiones como la habilidad manual o su capacidad de desarrollar actividades de cuidados, que requieren dominar un amplio campo de saberes y una elevada capacidad de empatía y tacto social, nunca merecerán la misma evaluación. De ser todo el mundo evaluado en todos los campos, la conclusión seguramente sería que cada cual es más capaz en unas cosas que en otras y que no hay forma de establecer una jerarquía social en función de las mismas capacidades.

Todos nos necesitamos. La imagen social que genera el sistema educativo, en cambio, tiende a jerarquizar saberes, a sobrevalorar las actividades asociadas al conocimiento abstracto y a minusvalorar el resto. Tiende a legitimar las desigualdades sociales y a generar individuos que en el tramo final del sistema educativo sienten que participan en una carrera competitiva en la que pueden triunfar, creen tener méritos que la sociedad les debe reconocer; y, por el contrario, otros que salen ya con el estigma del fracaso para el resto de sus vidas. Después, la cosa es más complicada cuando el sistema productivo no ofrece tanta cantidad de empleos de alto nivel, ni la superación de fases educativas garantiza el éxito. A medida que ha crecido el número de gente educada, se han multiplicado los mecanismos de selección y se han prolongado las carreras educativas, reproduciéndose nuevas jerarquías en las que juega un papel esencial la clase de origen.

IV

Esta contradicción esencial tiene otras consecuencias notables. Gran parte de la experiencia escolar se encuentra dominada por las dinámicas competitivas y evaluativas, lo que, lejos de fomentar un aprendizaje comprensivo y actitudes igualitarias y cooperativas, provoca aprendizajes fragmentados y personalidades inseguras y competitivas.

Provoca también una visión de la educación más como un mecanismo para acceder a privilegios sociales que como un espacio de conocimiento y maduración personal. Y sobre esta percepción se construyen nuevos mecanismos de selección social en el sistema educativo. La demanda de elegir la escuela de los hijos, excepto para grupos muy ideologizados, es menos una demanda sobre la calidad de la escuela —careciendo padres y madres, a menudo, de criterios para evaluarla— que una elección sobre las relaciones sociales que van a tener los niños. Gran parte del éxito de la escuela concertada en nuestro país se asienta en este modelo de elección de un mecanismo de exclusión social. Con el doble efecto de alejar a niños y niñas de colectivos indeseados y de cargar a la escuela pública con una proporción elevadísima de criaturas que necesitan de un soporte especial por motivos diversos (lengua, problemas familiares, discapacidades). Se trata de una demanda que se da especialmente entre las clases medias, pero que es también visible en aquellos barrios obreros donde opera alguna escuela concertada. E incluso es observable cierta diversificación entre las propias escuelas públicas a través de sofisticados mecanismos de exclusión.

Los problemas de la escuela, el racismo implícito que se esconde bajo la capa de excelencia cultural, la humillación que experimentan muchos críos en el sistema escolar, las redes sociales que protegen a unos y desamparan a otros, la mayor o menor capacidad de los enseñantes en desarrollar prácticas inclusivas y enriquecedoras, el impulso competitivo y la seguridad que genera el éxito escolar influyen de forma importante en la construcción de la subjetividad individual. Y constituyen un elemento central en la actual configuración de comportamientos de grupo. No es sin duda el único factor, pero el papel que juega el sistema educativo debe ser evaluado cuidadosamente a la hora de entender los comportamientos sociales que explican las dificultades que atraviesa la cultura igualitaria —visibles incluso en los comportamientos dominantes entre la “nueva izquierda” post-marxista— y el auge de diversas corrientes reaccionarias.

V

A una reforma educativa no le podemos pedir que lo resuelva todo. Ni siquiera que introduzca una reflexión crítica suficiente. La reforma actual aborda sobre todo algunas cuestiones que tienen que ver con la derecha tradicional (el papel de la religión en la escuela, los excesivos privilegios de la concertada en España), pero deja en el aire buena parte del desarrollo de un sistema educativo equilibrador de desigualdades y olvida todo lo demás. Hay un problema de recursos, que no se desarrollan, y de compromiso igualitario, que no existe más allá de los eslóganes electorales. Es un pasito, pero poco más. Para poder hablar de pasos mayores se requiere, antes que nada, generar una reflexión colectiva y un movimiento social: lo habitual para conseguir cambios de gran calado.

Fuente: https://rebelion.org/educacion-e-igualdad/

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Una pedagogía crítica y emancipadora frente a la educación tradicional

“El paseo de un grupo de adolescentes -un viernes por la tarde- por un centro comercial posee mayor mensaje educativo que una teoría, sea del cuerpo, la alimentación, la familia, los viajes o la sexualidad; se trataría, en este caso, de una interpretación crítica del capitalismo de consumo, que puede plantearse mirando un escaparate; pero […]

“El paseo de un grupo de adolescentes -un viernes por la tarde- por un centro comercial posee mayor mensaje educativo que una teoría, sea del cuerpo, la alimentación, la familia, los viajes o la sexualidad; se trataría, en este caso, de una interpretación crítica del capitalismo de consumo, que puede plantearse mirando un escaparate; pero esto no significa, en modo alguno, negar el valor de la escuela”explica en Radio Klara Jaume Martínez Bonafé. Comenzó su carrera docente como maestro de escuela –durante una década- y ha ejercido como profesor en el área de Didáctica y Organización Escolar en la Universitat de València. Es coautor, junto al pedagogo y exdirector de la revista Cuadernos de Pedagogía, Jaume Carbonell Sebarroja, del ensayo Otra educación con cine, literatura y canciones, publicado en septiembre por la editorial Octaedro.

Los autores, actualmente jubilados, se posicionan en la izquierda y adscriben a las corrientes de la Renovación Pedagógica. De hecho, reconocen su deuda con la Escuela Nueva, que surge en Inglaterra a finales del siglo XIX en contraposición a la escuela tradicional; también de la metodología Freinet, la pedagogía del oprimido de Paulo Freire, la Escuela Moderna de Ferrer Guardia y dos experiencias populares de la segunda mitad del siglo XX en Italia: la de Lorenzo Milani en Barbiana, y la promovida por Loris Malaguzzi en Reggio Emilia.

En Otra educación, Martínez Bonafé y Carbonell Sebarroja resumen 50 años de su experiencia en el campo educativo. “En la literatura, el cine o la canción popular hallamos textos y reflexiones que nos ayudan a construir la crítica a la tradición escolástica (la formación entendida como correctora de las imperfecciones humanas) y pensar propuestas emancipadoras”, subrayan.

Secuencias de la película Amarcord (1973), de Federico Fellini, permiten aproximarse a la educación autoritaria de la Italia fascista a través de un adolescente, Titta (Bruno Zanin), que estudia en la ciudad de Rimini en los años 30 del siglo XX. Una formación alternativa es la que propone en Lugares Comunes (2002) el veterano profesor de Literatura, Fernando Robles (Federico Luppi): “Traten de dejar las supersticiones en el pasillo antes de entrar en el aula. No obliguen a sus alumnos a estudiar de memoria, eso no sirve. Lo que se impone por la fuerza es rechazado y en poco tiempo se olvida”, explica el docente porteño a los universitarios en la película de Adolfo Aristarain.

El ensayo apuesta por la divulgación, trata de evitar el sesgo academicista y la densidad del expertismo. Según los autores, “las Matemáticas, la Lengua, la Historia o la Geografía sólo tienen sentido si ayudan a navegar y al crecimiento autónomo del alumno; en la educación emancipadora el conocimiento es una herramienta práctica”. Hay maestros que desarrollan esta labor. Algunos, como el personaje Daniel Lefebvre, en un pueblo minero del norte de Francia castigado por la crisis y el paro, tal como recoge el filme Hoy empieza todo (1999), de Bertrand Tavernier.

O Don Gregorio, maestro republicano en la Galicia rural, víctima de la represión franquista en el cuento La lengua de las mariposas, de Manuel Rivas (Fernando Fernán Gómez encarnó a Don Gregorio en la película titulada como el relato, estrenada en 1999 por el realizador José Luis Cuerda). Al aprendizaje no jerarquizado también hace referencia José Agustín Goytisolo en el poema La mejor escuela: “Desconfía de aquellos que te enseñan / listas de nombres, fórmulas y fechas / y que siempre repiten modelos de cultura / que son la triste herencia que aborreces”.

Una mirada sobre la juventud puede proyectarse a través de la música. The times they are a-changing (1964), de Bob Dylan, se inscribe en la canción protesta contra la discriminación racial en Estados Unidos y la guerra de Vietnam: “Senadores y congresistas, escuchad la llamada. / No os quedéis en la puerta, / no bloqueéis el paso, / porque el que saldrá herido será el que ha quedado atrás. / Fuera hay una batalla y es brutal”. La letra de Dylan recoge asimismo la brecha generacional: “Madres y padres de todo el mundo, / no critiquéis lo que no podéis entender. / Vuestros hijos e hijas están más allá de vuestro control, / vuestro viejo camino envejece rápidamente”.

En 1962 la cantautora chilena Violeta Parra compuso Me gustan los estudiantes. El campo de mira puede ampliarse también con la narrativa, por ejemplo Las tribulaciones del estudiante Törless (1906), de Robert Musil, que retrata la educación opresiva en un colegio militar del Imperio Austro-Húngaro. Pero el listado que comparten los autores no aspira a agotar la cuestión; el pasado 24 de noviembre TVE-2 emitió Los 400 golpes (1959), de François Truffaut, sobre la rebeldía y los sueños de libertad de Antoine Doinel, un joven parisino de 14 años. Kes (1969), de Ken Loach, y El niño de la bicicleta (2011), de los hermanos Dardenne, plantean el caso de muchachos que crecen en ambientes de conflictividad.

Martínez Bonafé y Carbonell Sebarroja abogan por una perspectiva a largo plazo, lo que implica “prescindir de las novedades y las modas –que no tienen nada de nuevo-, y  que se quedan en el vuelo gallináceo de la dictadura del presentismo y la inmediatez”. Los dos investigadores critican el actual diseño de los currículos escolares (planificación de la enseñanza) que hacen posible la reproducción del conocimiento en el sistema capitalista; entre la pluralidad de alternativas, apuntan los trabajos por proyectos que surgen de las asambleas de aula. Además subrayan el fuerte encorsetamiento que impone –a profesores y alumnos- el libro de texto tradicional. En la novela Doktor Faustus (1947), de Thomas Mann, las conferencias del profesor Kretzschmar sobre Beethoven motivan la reflexión y las conversaciones de los alumnos. El teatro también aporta ejemplos; en Diálogos de fugitivos, escribe Bertolt Brecht: “Nosotros aprendimos en la escuela cosas como las diferencias sociales. ¡Aquello era toda una asignatura!”.

El combate por la emancipación de las mujeres puede sugerirse en el aula mediante clásicos como Madame Bovary (1857), de Flaubert, o Ana karenina (1877), de Tolstoi. Si se aterriza en la historia reciente, la cantante y activista chilena Ana Tijoux estrenó en 2014 su cuarto álbum, Vengo; una de las canciones, Antipatriarca, exhortaba a la liberación femenina: “No sumisa ni obediente / mujer fuerte insurgente / independiente y valiente / romper las cadenas de lo indiferente / no pasiva ni oprimida/”. La cinta Te doy mis ojos (2003), de Icíar Bollaín, se centra en la violencia machista.

Los autores de Otra educación rechazan el discurso único y uniformizador que no respeta las diferencias de lenguas, culturas e identidades. Se muestran partidarios de un interculturalismo crítico. Las letras de los cantautores Manu Chao (Clandestino) y Pedro Guerra (Contamíname) asumen esta diversidad: “Cuéntame el cuento del árbol dáctil de los desiertos / de las mezquitas de tus abuelos / dame los ritmos de las darbukas y los secretos / que hay en los libros que yo no leo/”. El supremacismo blanco en Estados Unidos -durante los años 30 del siglo pasado- aparece en Matar a un ruiseñor (1960), de Harper Lee; la novela, éxito de ventas, fue adaptada dos años después al cine, con Gregory Peck en el papel protagonista.

Frente a la barbarie, la impunidad y el auge de la extrema derecha, el ensayo reivindica la memoria. El escritor italiano judío Primo Levi dejó testimonio en Si esto es un hombre (1947) de cómo sobrevivió al holocausto nazi en el campo de Auschwitz. Sobre la represión y el terror en América Latina, los pedagogos proponen títulos cinematográficos como La historia oficial (1985), de Luis Puenzo, que se acerca a las desapariciones y la lucha por la verdad en la dictadura militar argentina. Un motivo similar, para el caso de Chile, puede hallarse en Missing (desaparecido), estrenada en 1982 con la dirección de Costa-Gavras y protagonizada por Jack Lemmon.

Respecto a la guerra española de 1936, dos de las múltiples opciones literarias son La forja de un rebelde, de Arturo Barea, y Réquiem por un campesino español, de Ramón J. Sénder. El texto concluye con una apelación a la esperanza y la resistencia colectiva: Get up, stand up, stand up for your rights! (Levántate, ponte de pie por tus derechos), cantaba Bob Marley en 1973.

Fuente: https://rebelion.org/una-pedagogia-critica-y-emancipadora-frente-a-la-educacion-tradicional/

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Clarice Lispector, fiel a su esencia salvaje

La gran Clarice Lispector cumple 100 años.

La escritora extraordinaria que nunca se lo creyó, demasiada pureza en su alma como para caminar por la vida con el ego de la intelectualidad. Sus textos se abrían paso entre la vida diaria, con la máquina de escribir sobre sus piernas en lo que cuidaba a sus hijos pequeños. La habitación propia de la que habla Virginia Woolf fue para Clarice esa máquina de escribir que la salvó del vacío.

Clarice, que creció en la pobreza, emigrante desde niña que hablaba el portugués con un acento raro, luego pudo viajar por el mundo y probar las mieles de la holgura económica nunca olvidó su origen. Pero, ¿cómo alguien que conoció lugares espectaculares, que se codeaba con personas de alto abolengo en el mundo de la política, la cultura y las artes, le escribió un texto a una gallina? Sí, al sentimiento de una gallina que huía para no convertirse en el caldo del día para una familia.

Que pudo escribir de rascacielos, de vinos caros, de vistas sorprendentes, de casas con alfombras persas, le escribió un texto a un hombre invidente como muchos de los que viven en las calles y son invisibles para la sociedad. Y qué decir de la historia de la niña malvada que se burlaba de la pobreza de su amiga cuando fingía que le prestaría un libro para leer, solo para verla llegar todas las tardes a su casa y tocar la puerta con ilusión para luego arrebatársela diciéndole que ese día no.

Clarice escribía para respirar, eso eran las letras para ella, su oxígeno. Por eso la profundidad y consistencia de las mismas. Alejada del bullicio de la fanfarrea que secunda a muchos escritores gloriosos, Clarice en soledad creó un volumen impresionante de textos, todos importantes, esenciales, con las emociones a flor de piel.

Una sola línea de cualquiera de sus textos deja al lector en un éxtasis, ido, sumergido en las profundidades de su propia alma. Esa capacidad tiene Clarice, un talento extraordinario para traspasar todas las capas de la piel y llegar directo al espíritu humano. Sus textos no caducan son atemporales porque muestran la realidad de la vida en infinidad de circunstancias. Su aplomo para relatar el día a día de una mujer, que será excluida por el mundo de hombres creado para ellos mismos. Eso no ha cambiado o ha cambiado pero muy poco en estos últimos 100 años.

Alejada de las normas lingüísticas, Clarice crea su propio lenguaje, su propia forma de expresión y de escritura. Rompe con todo lo impuesto, navega sin radar lanzándose a las aguas del mar sin salvavidas, camina sin medir los pasos, sin temor, solo avanza y se adentra en las hondonadas del alma. De Clarice Lispector no se vuelve jamás.

También pintora, la niña de origen ruso, Chaya Pinkhasovna Lispector dio a Brasil la mayor de las glorias en literatura. Y a nosotros sus lectores en todas partes del mundo, la alegría de poder disfrutar de su talento sobrenatural y de la esencia salvaje en los mismos.

Por haberse atrevido a ser ella misma, roto con las normas impuestas en literatura, por haber creado su propio lenguaje y mundo, por haber sido fiel a su esencia humana, Clarice Lispector es una insurrecta. Y yo la celebro en el centenario de su nacimiento y siempre. Porque con su ímpetu abrió puertas para generaciones de escritoras no solo en Latinoamérica.

Fuente: https://www.aporrea.org/cultura/a298283.html

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Adolescentes, redes sociales y fotos con contenido sexual: ¿Puede ser eso una forma de feminismo?

Durante la pandemia, las redes sociales pasaron a ser el único espacio de interacción entre miles de adolescentes. Sin embargo, junto a su popularidad, crecen los riesgos para quienes se exponen en ellas compartiendo contenido explícito. Muchas lo hacen bajo la premisa del empoderamiento físico, pero ¿es realmente un empoderamiento o una necesidad de ser validadas por un otro? ¿Cómo protegerlas si no existe una educación sexual integral en los colegios para entregarles herramientas?

Durante la pandemia, las redes sociales pasaron a ser el único espacio de interacción para miles de adolescentes. Según la consultora Criteria, producto del confinamiento el uso promedio semanal de estas plataformas creció de 18 a 22 horas entre los chilenos. Así lo confirma el estudio elaborado por Statista, donde se detalla que el número de publicaciones realizadas en redes sociales en el país creció un 53% en marzo de 2020 con respecto al mismo mes del año pasado y que el país se posicionó en el primer lugar en el uso de redes sociales en América Latina.

Este abrupto crecimiento vuelve inevitable considerar la población adolescente, que se encuentra justo en la etapa crucial de búsqueda de identidad, para lo que es fundamental que compartan con sus pares. “Las redes sociales y las nuevas tecnologías llegaron para quedarse, y cada vez con un desarrollo más rápido. Esto a los adultos nos cuesta seguirlo, pero a los niños, niñas y adolescentes, no. Ellos nacieron con esta modalidad instalada y ahora en pandemia, esta ha sido la única manera para relacionarse con sus pares”, cuenta Carolina Carrera, psicóloga de Corporación Humanas. “Aquí es cuando ocurre una paradoja, sobre todo entre las adolescentes mujeres, quienes, desde el feminismo defienden su derecho a la autonomía del cuerpo; existe una sobre exposición del cuerpo en redes, lo que a veces puede ser muy complejo en términos de salud mental. Todo esto para decir ‘esto es feminismo’, cuando no necesariamente lo es. El feminismo no es solamente exponerse a través de las redes, tiene que ver con las cosas que uno cree, con una acción política y con transformaciones sociales mucho más profundas. Esta paradoja termina devolviéndonos al inicio: aparece el cuerpo de la mujer desde un modelo impuesto por el patriarcado, cosificado por ser mujer”, agrega.

Belén Fonseca es profesora de cuarto medio en un colegio particular subvencionado de Quilicura. Pese a que en reiteradas ocasiones ha manifestado su preocupación por este tema entre sus pares y las autoridades de la institución, es poco lo que la han escuchado. “Esto lo veo entre mis alumnas de Cuarto Medio, pero también trabajé con Séptimos y Octavos Básicos y pasaba lo mismo. Compartían contenido más allá de lo sugerente, en muchos casos muy explícito. Esto es propio de la adolescencia porque es cuando se empieza a ser activo sexualmente, pero lo complejo es que, desde la docencia, no sé desde dónde nos afirmamos para educar si no existe una educación sexual feminista en los colegios. Yo he propuesto talleres, pero no han sido bien recibidos. Hace poco hubo una estudiante que quedó embarazada, pero fue tratado como un caso aislado. Mis estudiantes están activos sexualmente desde muy chicos y no hay ninguna preocupación de eso, ni del uso de las redes, ni de la hipersexualización de los adolescentes”, cuenta.

A mediados de diciembre, Carolina Muga se graduó de cuarto medio. El 3 de noviembre cumplió 18 años, pero tiene redes sociales desde los ocho. “Es muy común ver fotos de niñas en ropa interior, semi desnudas o mostrando partes del cuerpo. Pasa en todos los grupos de amigas. Muchas publicaciones están bordeando la pornografía infantil y creo que no estamos conscientes de los peligros que conlleva el hecho de que todo ese contenido queda en la red”, dice.

En esta misma línea, Carrera señala que “lo que las jóvenes no se dan cuenta es que las redes sociales son como una plaza pública. Muchas veces, tampoco hay sororidad entre ellas mismas o se cae en el discurso de los chicos y en el mismo juego del que se quiere salir. Entonces, construir identidad desde las redes sociales es muy complicado. No hay que estar en contra de ellas porque no se puede, son parte de la cotidianidad. Pero, hay que enseñar a usarlas y proveer herramientas”.

Fue en octubre de este año que la Cámara de Diputados rechazó el proyecto de ley de Educación Sexual Integral que buscaba una profundización de la enseñanza de educación sexual dependiendo de la etapa del y la menor, enmendando así la brecha que existe actualmente en el sistema. Por otra parte, en 2015, el Ministerio de Educación lanzó un plan de “Educación para la igualdad de género”, que contemplaba la promoción de la igualdad y el desarrollo integral de hombres y mujeres en el sistema educacional en un periodo de tres años, estableciendo mecanismos y competencias para propuestas para la inclusión de la perspectiva de género en la reforma educacional.

Sin embargo, según detalla el Informe Anual sobre DD.HH. en Chile, elaborado por la UDP en 2018, si bien en el país se ha superado la desigualdad de acceso a la educación entre mujeres y hombres, “siguen operando patrones que reproducen las representaciones tradicionales de género y de esa forma la desigualdad e inequidad. Esto se evidencia en las trayectorias educativas de las y los estudiantes, sus resultados, las opciones vocacionales marcadas por los estereotipos asociados a funciones femeninas y masculinas, la violencia de género, la discriminación y el embarazo adolescente, entre otros aspectos”.

Se hace urgente abordar temáticas de sexualidad y género en el sistema educativo. Más aún, en tiempos en que las plataformas sociales han permeado por completo en la vida de niños, niñas y adolescentes. Actualmente, de 4.5 mil millones de usuarios en internet en el mundo, 3.8 están es redes sociales. Esto es casi el 50% de la población global, según datos revelados por Hootsuite en 2020. El estudio señala que, en promedio, el usuario de internet pasa seis horas y 43 minutos en línea al día. El equivalente a 100 días al año de conexión. Si restamos las ocho horas en promedio que le dedicamos a dormir, significa que actualmente pasamos más del 40% de nuestro día hábil usando internet. Asimismo, señala que, dentro de las redes sociales más utilizadas, Facebook continúa liderando, seguida por WhatsApp, Messenger e Instagram. Esta última cuenta con más de 1.000 millones de usuarios activos, dentro de los cuales un 6,1% se encuentra en el rango de 13 a 17 años, lo que equivale a 56,6 millones de usuarios.

Más abajo se encuentran otras dos nuevas aplicaciones, ambas creadas en 2016, TikTok y OnlyFans. La primera es una App que nació en China y que se convirtió en la más descargada en Estados Unidos en 2018. Debido a su popularidad, y a que fue foco de una guerra comercial entre China y Estados Unidos, esta plataforma ha sido llamada la “red social de la pandemia”, periodo en el que alcanzó los 2.000 millones de descargas. OnlyFans, por su parte, cuenta con 50 millones de usuarios registrados y 700.000 creadores de contenido. Esta plataforma digital es un modelo de negocio atractivo, en el que la compañía se queda con un 20% de comisión por cada suscripción, y donde los usuarios deben pagar para ver el contenido que se comparte. Es por eso que se ha convertido en la más grande competencia de compañías que distribuyen material pornográfico.

“Solo te venden el falso empoderamiento y la cosificación de los cuerpos femeninos. Seguimos con la dinámica de que la mujer es objeto de deseo para complacer a un hombre. Hay una idea de amor propio que es falsa, es casi una romantización de la pornografía, que se hace aún más grave cuando son menores de edad”, dice Fonseca. “Tengo conversaciones con mis alumnas y ellas reclaman porque a veces reciben comentarios “degenerados”, pero están todo el rato en esta lógica de necesitar ser validadas, y eso no hace más que perpetuar las ideas patriarcales. Lo difícil es cómo abordar el problema, porque sabemos que el colegio es un espacio de reproducción del discurso y de las relaciones de poder. No hay una pedagogía feminista, ni una educación sexual integral clara”, explica.

“Se habla de la censura, pero el feminismo no quiere censurar a nadie. Es cuestionarnos lo que a veces se puede disfrazar de empoderamiento y cómo seguimos cayendo en la cosificación de nuestros mismos cuerpos. Si bien existe la libertad de lo que hacemos y no hacemos con ellos, al final igual estamos contribuyendo al sistema capitalista y al patriarcado”, señala Muga. “Las redes sociales también generan un espacio delicado para la salud mental, por la competencia, por las comparaciones, por el uso de filtros. Esto genera problemas de autoestima”, agrega.

Por su parte, Carrera señala que la falencia es del sistema completo. “Hay que enseñar cuáles son los peligros y cómo cuidarse. Recordar que esto es como una plaza pública, donde puedes subir una foto semidesnuda o incluso desnuda, pero no sabes hasta dónde puede llegar esa foto, porque no hay control. Se cree tener el control porque creemos saber a quiénes aceptamos y a quiénes no, pero eso no es así. Entonces después vienen todos los efectos que podría causar el hecho de que estas fotos circulen o generen burla, bullying o funas. Incluso, hacerlo y luego arrepentirse. Pero ahí ya se perdió el control. Este contexto tiene que ser dado por el colegio, por las familias y por los adultos. También tenemos que dar el ejemplo. Al final el Estado y los privados también son responsables, porque entregamos una tecnología, la pusimos a disposición, pero sin tener en cuenta los alcances que podía tener en los adolescentes”.

Fuente: https://www.latercera.com/paula/adolescentes-redes-sociales-y-fotos-con-contenido-sexual-puede-ser-eso-una-forma-de-feminismo/

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