Page 506 of 2439
1 504 505 506 507 508 2.439

Ecuador – No Intervención: un tema latinoamericano

No Intervención: un tema latinoamericano

Juan J. Paz y Miño Cepeda

Ecuador, lunes,  14 de Diciembre, 2020

Después de la independencia de los EEUU (1776), América Latina fue la primera región del mundo en romper con el coloniaje europeo en los albores del sistema capitalista, pues en Asia y África la liberación anticolonial solo se logró durante el siglo XX.

Las nacientes repúblicas latinoamericanas del siglo XIX se desarrollaron en una época de nuevos conflictos e intereses entre las potencias occidentales por dominar el mundo y en la cual también los EEUU requirieron de zonas de influencia. Para ello sirvió la “Doctrina Monroe” (1823), orientada en sus orígenes a detener cualquier intento europeo de reconquista colonial en el continente, pero que se transformó en una guía de la conducta exterior de los EEUU frente a Latinoamérica. Por eso, en 1896, convocado por iniciativa del caudillo liberal ecuatoriano Eloy Alfaro, se reunió en México el primer Congreso de naciones del continente -boicoteado por los EEUU-, que apenas pudo reunir a 8 países, pero que emitió un contundente documento en el cual, además de cuestionar el uso del “monroísmo” para la expansión de los intereses norteamericanos, acordó la necesidad de sujetar a esa doctrina a un verdadero orden jurídico continental.

De este modo, la urgencia de preservar la soberanía de cada país y la independencia nacional, hicieron de América Latina la región pionera en impulsar el principio de no intervención como política internacional, precisamente con el avance del siglo XX, en el cual la fase del imperialismo capitalista crecientemente afirmó un nuevo tipo de disputas económicas entre las grandes potencias, que derivó en dos guerras mundiales (1914-1918 y 1939-1945) y en constantes intervenciones sobre los países del “Tercer Mundo”.

Las propuestas contra el intervencionismo de las grandes potencias ya se encuentran en el chileno Andrés Bello, los argentinos Carlos Calvo y, sobre todo, Luis María Drago, quien en 1902 se lanzó contra la incursión armada de Alemania, Gran Bretaña e Italia sobre Venezuela, para cobrar sus deudas (“Doctrina Drago”). También el mexicano Isidro Fabela escribió sobre el intervencionismo, mientras su compatriota, el presidente Venustiano Carranza (1917-1920), al calor de la cultura radical y nacionalista que incubó la Revolución Mexicana y de la Constitución de 1917 -una Carta de enorme importancia mundial, que inauguró el derecho social en América Latina- proclamó la no intervención como política del Estado y como fundamento para respetar la soberanía de los pueblos y sus formas autónomas de gobierno (“Doctrina Carranza”).

Pese a esos iniciales y visionarios conceptos sobre la no intervención, fue la VII Conferencia Internacional Americana, reunida en Uruguay en 1933, la que adoptó la “Convención sobre Derechos y Deberes de los Estados” (https://bit.ly/3qPnEkf), estableciendo: Art. 8- Ningún Estado tiene derecho de intervenir en los asuntos internos ni en los externos de otro. Además, en la Conferencia Interamericana de Consolidación de la Paz, realizada en Buenos Aires en 1936 (a la que asistió Franklin D. Roosevelt, presidente de los EEUU) igualmente se acordó: Art. 1º.—Las Altas Partes Contratantes declaran inadmisible la intervención de cualquiera de ellas, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos interiores o exteriores de cualquiera otra de las Partes. // La violación de las estipulaciones de este artículo dará lugar a una consulta mutua, a fin de cambiar ideas y buscar procedimientos de avenimiento pacífico (https://bit.ly/3nbxJWG).

Todo parecía advertir que el principio de no intervención quedaba históricamente consagrado en América. De modo que al nacer la OEA, su Carta constitutiva, aprobada en Bogotá el 30 de abril de 1948, simplemente se acogió y ratificó lo siguiente: Art. 19- Ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho de intervenir, directa o indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro. El principio anterior excluye no solamente la fuerza armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o de tendencia atentatoria de la personalidad del Estado, de los elementos políticos, económicos y culturales que lo constituyen (https://bit.ly/2IEILoi).

Cuando se creó la ONU (1945) y sobre la experiencia sufrida por la II Guerra Mundial (1939-1945), la idea de la paz pareció un mensaje de valor universal, de modo que el “Proyecto de Declaración de Derechos y Deberes de los Estados” (1949) incluyó varios principios sobre la soberanía e independencia de los Estados y acordó: Art. 3- Todo Estado tiene el deber de abstenerse de inter­venir en los asuntos internos o externos de cualquier otro Estado; y en el Art. 9: Todo Estado tiene el deber de abstenerse de recu­rrir a la guerra como instrumento de política nacio­nal, y de toda amenaza o uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de otro Estado, o en cualquiera otra forma incompatible con el derecho y el orden internacionales (https://bit.ly/33ZlwwL).

Parecía un progreso civilizatorio de la humanidad. Sin embargo, contrariando todos estos marcos históricos y jurídicos, el desate de la guerra fría en el mundo desde la década de 1950 y su introducción en América Latina a raíz de la Revolución Cubana (1959) alentaron nuevos intervencionismo de las grandes potencias. El combate al “comunismo” en nuestra región se convirtió en pretexto y justificación para el intervencionismo norteamericano en todos los países latinoamericanos y mediante diversos mecanismos. Entre tantos casos, podría anotarse la invasión a Guatemala (1954) para derrocar al presidente Jacobo Arbenz y garantizar los intereses de la United Fruit Co.; el ilegítimo bloqueo económico a Cuba (que continúa hasta el presente pese a las condenas mundiales); el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende en Chile (1973) para instaurar la terrorista dictadura de Augusto Pinochet; o el financiamiento y apoyo a los “contras” en Nicaragua para derrocar al Sandinismo, que logró tomar el poder por las armas en 1979 y dar fin a la sanguinaria dinastía de los Somoza. De nada sirvió que la Corte Internacional de Justicia emitiera, en 1986, un inédito y contundente fallo, que dice: La Corte. Por 12 votos contra 3. Decide que los Estados Unidos de América, al entrenar, armar, equipar, financiar y abastecer a las fuerzas contras o al estimular, apoyar y ayudar por otros medios las actividades militares y paramilitares en Nicaragua y contra Nicaragua han actuado, en perjuicio de la República de Nicaragua, infringiendo la obligación que les incumbe con arreglo al derecho internacional consuetudinario de no intervenir en los asuntos de otro Estado (https://bit.ly/3qMKr0c). Imposible dejar de señalar la guerra de las Malvinas en 1982, que enfrentó a Gran Bretaña con Argentina.

Pero el sentido hegemónico y perdurable en el continente ha sido el intervencionismo dirigido exclusivamente contra gobiernos que los EEUU han considerado que perjudican a sus intereses y que no terminó con el derrumbe del socialismo de tipo soviético. Se ha mantenido y revivió específicamente durante el ciclo de los gobiernos progresistas latinoamericanos, siempre sospechosos por “socialistas” o “izquierdistas”. Su mayor expresión ha sido Venezuela, país contra el que se ha instaurado el segundo bloqueo económico norteamericano en el continente, que es la raíz de los enormes problemas que ahora tiene ese Estado.

Lo más grave en América Latina no es solo el hecho de que el principio de la no intervención, que nació aquí, en esta región, se usa en función de la geoestrategia continental, sino que una serie de gobiernos se han inclinado por el desconocimiento o manipulación del mismo con fines exclusivamente de conveniencia política. Así ha ocurrido con los integrantes del “Grupo de Lima” (nació en 2017 y Ecuador se vinculó a él en septiembre de 2018), unilateralmente enfocado contra Venezuela. Se llegó al insólito caso, sui géneris en la historia republicana de Latinoamérica, de reconocer al autoproclamado Juan Guaidó como presidente de un país que solo existía en las mentes y declaraciones de quienes lo reconocieron.

El gobierno del Ecuador, por su parte, tuvo recientemente un doble y paradójico comportamiento. Mientras, por un lado, en un comunicado oficial que se hizo público a través de Twitter el 5 de diciembre (2020), resolvió, como política de Estado (y aún antes de que se realizaran las elecciones): “el gobierno del Ecuador no reconocerá los resultados del proceso electoral venezolano, que violan la Constitución y está viciado de toda legalidad” (https://bit.ly/37Ufv5z); por otra lado, en un nuevo comunicado del siguiente día, 6 de diciembre, la Cancillería se refirió a un Twitt de la vicepresidenta argentina Cristina Fernández (opinaba sobre la ausencia de “democracia” en el país, ante la falta de legalización de la candidatura presidencial de Andrés Aráuz – https://bit.ly/3ncvXEP) y sostuvo que rechazaba esta “inaceptable intervención en los asuntos internos del Ecuador” (https://bit.ly/3a2Lmnt).

 

Fuente de la Información: http://www.historiaypresente.com/no-intervencion-un-tema-latinoamericano/

Comparte este contenido:

Guatemala: La vacuna de la discordia

La vacuna de la discordia

Por Carolina Vásquez Araya |

Fuentes: Rebelión

Una puerta hacia la normalidad, esa es la promesa de la vacuna.

Asumido el hecho de estar todos bajo la amenaza del contagio, surgen otras decisiones.

Entre promesas y dudas, datos comprobados y especulaciones, opiniones científicas y ofertas políticas, la vacuna hace su aparición y abre de pronto la puerta hacia un hipotético regreso a lo que considerábamos “la normalidad”: esto es, un cierto estado de libertad en un ambiente desprovisto de la amenaza viral a la cual estamos expuestos. Los debates sobre la efectividad, los riesgos y la postura ética de laboratorios conocidos por su orientación mercadológica, han rebasado la capacidad de absorción de tanta información contradictoria, y el público permanece a la espera de obtener respuestas claras y garantías mínimas.

El mundo científico está dividido frente a este recurso de emergencia y su incertidumbre comienza a infiltrarse hacia una población lega, ansiosa de creer en el remedio mágico de una vacuna cuyos efectos de mediano y largo plazo aún no han sido probados. Pero las dificultades no paran ahí. Uno de los mayores obstáculos presentados a los países comprometidos a iniciar las vacunaciones entre sus habitantes es la complicada logística en el almacenamiento, distribución y aplicación de la vacuna en forma masiva.

La desarrollada por el laboratorio Pfizer, por ejemplo, requiere de una cadena de frío inexistente en la mayoría de países del mundo. Es decir, para mantener el producto en perfectas condiciones, necesita una infraestructura que le garantice su conservación a -70 grados Celsius, un nivel de frío semejante a la temperatura del ártico. Sin embargo, aseguran los expertos que esta exigencia tampoco es insuperable, ya que en la República Democrática del Congo se pudo inmunizar contra el ébola a más de 300 mil personas con una vacuna que exigía requerimientos de temperaturas semejantes a las de Pfizer contra el Covid19.

Antes de cantar victoria con un recurso de emergencia como las vacunas desarrolladas en tan corto tiempo, es preciso comprender que los obstáculos presentados por las comunidades alejadas de los centros urbanos –los cuales tampoco poseen los recursos necesarios, sobre todo en países en desarrollo- en donde predominan la pobreza, la falta de agua y de infraestructura sanitaria, colocan a sus habitantes en una situación de riesgo extremo. Y es importante señalar que este segmento de población vulnerable es la inmensa mayoría de la población mundial. Por tal motivo, además del tiempo requerido para crear un sistema suficientemente eficaz para inmunizar a un porcentaje mayoritario, las esperanzas de un freno efectivo a la pandemia se reducen a ciertos núcleos urbanos favorecidos por su acceso a los beneficios de un mayor nivel de desarrollo.

Aun cuando la discusión sobre la efectividad y la seguridad de las vacunas desarrolladas por los más importantes laboratorios está planteada -tanto en círculos científicos como políticos- la realidad es que la población está ansiosa por aceptar como buena una solución que le permita retomar sus actividades normales y le prometa brindarle un efectivo parapeto contra el virus. La gente está cansada de vivir una realidad incómoda, limitante y precaria. Está, además, razonablemente temerosa por la pérdida de sus derechos civiles ante decisiones arbitrarias de ciertos gobiernos que se aprovechan de la crisis para adoptar medidas dictatoriales.

Es importante tomar en cuenta, de paso, que los países más ricos se adjudicaron ya la provisión prioritaria de vacunas, por lo cual los más pobres deberán esperar varios meses antes de obtener la cantidad suficiente para asegurar la inmunización de un porcentaje mayoritario de su población.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/la-vacuna-de-la-discordia/

Comparte este contenido:

La Internacional de la Educación lanza una guía sobre la auditoría de la equidad educativa a la luz de la pandemia COVID-19

La Internacional de la Educación lanza una guía sobre la auditoría de la equidad educativa a la luz de la pandemia COVID-19

Para abordar las fuertes preocupaciones que han surgido en todo el mundo sobre las brechas de equidad en la educación como resultado del cierre de escuelas y otros entornos educativos debido a la pandemia de COVID-19, la federación mundial de sindicatos de la educación ha publicado una Guía para sus organizaciones miembros. sobre el proceso de auditoría de la equidad a medida que los entornos educativos se han reabierto o deben reabrirse. La Guía es una herramienta para apoyar a los sindicatos de la educación en su defensa de que se lleven a cabo auditorías de equidad tanto a nivel de instituciones educativas como de sistemas.

La pandemia de COVID-19 ha provocado cierres de escuelas sin precedentes que han afectado a más de 1.500 millones de estudiantes en todo el mundo. Sin embargo, el impacto de la pandemia no ha sido igual, con estudiantes vulnerables y desfavorecidos afectados de manera desproporcionada por la crisis global resultante en la enseñanza y el aprendizaje. COVID-19 no ha causado, sino que ha profundizado las desigualdades estructurales ya existentes en los sistemas educativos de todo el mundo. Las auditorías de equidad son fundamentales para un análisis profundo del impacto de cierres y reaperturas totales y parciales en estudiantes y educadores.

Para ayudar a sus organizaciones miembros a abogar eficazmente por las auditorías de equidad, la Internacional de la Educación ha publicado Auditing Educational Equity in Light of the COVID-19 Pandemic . La Guía para los sindicatos de la educación enfatiza la importancia de las auditorías de equidad para permitir que las instituciones y sistemas educativos se adapten de manera más efectiva a una ‘nueva normalidad’ de COVID-19 y también abordar las estructuras arraigadas de desigualdad que han impedido durante mucho tiempo a los países realizar el derecho universal a la educación.

Los sindicatos de la educación se encuentran en una posición única para evaluar hasta qué punto han aumentado los problemas de equidad dentro de la educación como resultado de la crisis sanitaria. En consecuencia, deben incluirse plenamente en el diseño y procesamiento de las auditorías de equidad en los sistemas e instituciones educativos.

La Guía de la Internacional de la Educación proporciona una lista de áreas que una auditoría de equidad puede explorar, incluidos los pasos tomados para adaptar los sistemas educativos a las condiciones de una pandemia, las medidas de seguridad y protección adoptadas cuando las escuelas reabrieron, el aprendizaje de los estudiantes durante la pandemia, el apoyo a los estudiantes y las familias, formación y apoyo al personal y condiciones laborales de los educadores.

La guía también llama la atención sobre el hecho de que los tipos de discriminación, que conducen a resultados desiguales en la educación, rara vez se basan en un solo factor. Por lo tanto, al auditar la equidad, es imperativo explorar y analizar los múltiples factores que se cruzan en las vidas de personas y grupos individuales que conducen a la discriminación dentro de la educación. Estos incluyen, entre otros, la capacidad / discapacidad, la edad, la etnia, el género, la identidad de género, la ubicación, el estado migratorio, la raza, el estado socioeconómico y la orientación sexual.

Las organizaciones miembros de la Internacional de la Educación debatirán sobre la nueva guía y los temas de equidad en el sector en un seminario web que tendrá lugar hoy.

David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educación, declaró: “Como defensores del derecho humano a la educación y del derecho humano al trabajo decente, los sindicatos de la educación tienen un papel fundamental que desempeñar para exigir que la equidad dentro del sector de la educación sea auditada a la luz de las Pandemia de COVID-19. Este es un primer paso esencial hacia la reconstrucción de nuestros sistemas educativos de una manera que garantice que nadie se quede atrás. Nuestro objetivo no es volver a la normalidad porque la normalidad nunca fue lo suficientemente buena. Necesitamos hacerlo mejor.»

Fuente de la Información: https://www.ei-ie.org/en/detail/17057/education-international-launches-guide-on-auditing-educational-equity-in-light-of-the-covid-19-pandemic

Comparte este contenido:

México: Estados en Semáforo Verde podrán regresar a clases presenciales en 2021

Estados en Semáforo Verde podrán regresar a clases presenciales en 2021

Por: Erick Juárez Pineda

El Titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma Barragán, anunció que, de manera voluntaria, aquellos estados que estén en semáforo amarillo, podrán regresar a actividades presenciales de asesoría pedagógica y socioemocional en enero de 2021, a través de los Centros Comunitarios de Aprendizaje (CCA), lo que garantizará un retorno gradual y seguro de niñas, niños, adolescentes y jóvenes a las escuelas.

 Al encabezar la Quincuagésima Primera Reunión Plenaria Ordinaria del Consejo Nacional de Autoridades Educativas (CONAEDU), que se realizó de manera virtual, Moctezuma Barragán afirmó que estos Centros no representan la reapertura regular de las escuelas, y se instalarán de manera voluntaria.

Agregó que para la asistencia de las y los alumnos se solicitará a madres, padres de familia o tutores, que redacten una carta responsiva en la cual manifiesten que, bajo su propia responsabilidad, tienen interés en participar.  

Comentó que los estados de Chiapas, Campeche y Veracruz, los cuales están en semáforo verde, deberán ya iniciar clases presenciales a partir de enero 2021, a decisión de sus autoridades locales, siguiendo obligatoriamente las nueve medidas establecidas por las autoridades sanitarias y educativas federales.

Moctezuma Barragán aseguró que el retorno mitigará problemas socioemocionales que padecen algunas de las alumnas y alumnos por el aislamiento preventivo. 

Por ello, ante las autoridades educativas de todo el país, el Titular de la SEP presentó el proyecto de los CCA, diseñado junto con el Sector Salud y que se fundamenta en el artículo 14 de la Ley General de Educación, ya que resulta imprescindible construir alternativas para el apoyo y asesoría pedagógica, psicológica y social a los educandos e inclusive a las y los docentes, señaló.

Se debe desarrollar una educación socioemocional acorde a las necesidades de la niñez y juventud, y del magisterio mexicano, una educación de vida saludable, una educación académica sólida, como lo establece la Constitución que busca una educación de excelencia y con equidad.

Señaló que la dirección escolar, podrá instalar un Centro Comunitario de Aprendizaje cuando la comunidad escolar, por consenso, así lo determine, y cumpliendo con los siguientes aspectos para fortalecer y fomentar el proceso educativo:

I. Jornadas contra el rezago escolar;

II. Asesoría pedagógica;

III. Apoyo psicoemocional;

IV. Acciones de limpieza y sanitarias en el plantel educativo;

V. Consulta de libros;

VI. Entrega de Libros de Texto Gratuitos y material didáctico;

VII. Trámites escolares;

VIII. Utilización de equipos y servicios (computadoras, internet, impresoras, TV, etc.);

IX. Uso de infraestructura escolar (auditorios, canchas deportivas);

X. Acciones de construcción y mantenimiento;

XI. Sesiones de órganos colegiados del Plantel Educativo.

XII. Las que determine el Comité de Salud Escolar, previa autorización de la autoridad educativa en el estado.

Además, dijo que cuando se reporte algún caso del virus SARS-CoV2 (COVID-19), el Centro Comunitario de Aprendizaje suspenderá sus actividades.

Se plantean sesiones de 45 minutos en los Centros Comunitarios de Aprendizaje. Y se seguirán las siguientes medidas:

I.- Operar los filtros escolares

II.- Sana distancia (2 metros entre las sillas, mesas, bancos, etc.).

III.- Uso de cubre bocas o pañuelo sobre nariz y boca;

IV.- Asistencia escalonada;

V.- Límite del 40% diario de la población escolar.

VI.- Establecer un máximo de educandos y maestra o maestro, dentro de cada salón de clases;

VII.- Priorizar el uso de espacios abiertos;       

VIII.- Limpiar permanentemente mobiliario y equipo después de cada clase. 

IX.- Evitar asistir a las sesiones del CCA en caso de algún síntoma de sospecha de COVID-19, entre otras.

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/estados-en-semaforo-verde-podran-regresar-a-clases-presenciales-en-2021/

Comparte este contenido:

Guatemala, a dos siglos de la República fallida, Asamblea Constituyente Plurinacional

Guatemala, a dos siglos de la República fallida, Asamblea Constituyente Plurinacional

Por Itzamná Ollantay

El sistema neoliberal atrofió a los bicentenarios estados naciones de Abya Yala a tal grado que en pleno festejo oficial de los “agasajos bicentenario” de éstos, los pueblos y sectores excluidos plantean desde las calles y plazas la urgente necesidad de nuevos procesos de asambleas constituyentes plurinacionales para consensuar y fundar nuevos estados. Ocurre en Perú, Chile, Guatemala… Bolivia tomó la delantera.

¿Cómo y dónde nace la demanda de la Asamblea Constituyente Plurinacional en Guatemala?

En el caso de Guatemala, la propuesta del proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional (ACPP) surgió en 2012, cuando el entonces Presidente Otto Pérez Molina intentó impulsar una reforma constitucional que no prosperó.

En aquella oportunidad, comunidades indígenas y campesinas organizadas en resistencia, y articulados en el movimiento sociopolítico Comité de Desarrollo Campesino (CODECA), salieron a las calles bajo la consigna: “No a la reforma constitucional, Sí a una Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional”.[1]

En ese entonces, incluso opinadores progresistas, dirigentes de las izquierdas políticas y sociales…, con cierto desprecio, catalogaron a CODECA de ilusos, radicales… “No hay condiciones subjetivas, ni objetivas para una Asamblea Constituyente. No tenemos correlación de fuerzas políticas a favor…”, fueron algunos de los “argumentos” en contra de la Constituyente. ¡Ni pensar en una Constituyente Plurinacional![2]

Meses después, CODECA, bajo los árboles de cacao, en Costa Sur, de manera inédita, sorprendió al país con la aprobación, en una multitudinaria asamblea plurinacional, de su propuesta titulada: Vamos hacia un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional.[3]

Como nunca antes en la bicentenaria historia republicana del país, indígenas y campesinos proponían 14 ejes temáticos para el debate en la próxima Asamblea Constituyente Plurinacional. Incluso, con propuestas básicas de metodología y la conformación del sujeto constituyente plurinacional.

En 2015, cuando la “sociedad civil” protestaba en contra de la corrupción, las comunidades de CODECA también salieron a las calles exigiendo y convocando a la ciudadanía movilizada a acuerpar la propuesta del proceso de ACPP.[4] Pero, la “efervescencia ciudadana” se acabó cuando el gobierno norteamericano llamó al “orden democrático electoral” a la sociedad civil movilizada y al país.

Propuestas de reformas al Estado de Guatemala

Las ONG y asociaciones aglutinadas en Waquib’ kej, en 2015, con el apoyo del PNUD, publicaron y presentaron una propuesta de reformas al Estado.[5] El Concejo del Pueblo Maya (CPO), publicó un documento sobre la necesidad de construir un Estado Plurinacional en Guatemala.[6] Si bien estos documentos planteaban reformas al Estado, pero aún no mencionan la Asamblea Constituyente Plurinacional para conseguir dichas reformas.

Para acelerar el proceso constituyente plurinacional indígenas y campesinos crean su propia organización política

Para el 2018, las comunidades y pueblos en resistencia de CODECA, MRRP, CNOC… sorprenden nuevamente al país al crear, por vez primera en la historia de dos siglos de República, una organización política con sello y aroma indocampesina (Movimiento para la Liberación de los Pueblos MLP) con la finalidad de acelerar el proceso de ACPP.[7] Nunca antes, indígenas y campesinos habían logrado constituirse en sujeto sociopolíticos. Apenas, si acaso, se les había permitido como folclóricos sujetos culturales.

Desde el 2012, CODECA, y ahora, con su brazo político MLP, no ha parado en su apuesta por la construcción ascendente y asamblearia del sujeto constituyente plurinacional en diferentes territorios y pueblos del país. Las propuestas para los contenidos de la nueva Constitución Política Plurinacional se ha convertido en el horizonte teórico que moviliza la voluntad colectiva de las comunidades y pueblos en resistencia

Y allí, van, (como les dijera, en 2014, Otto Pérez Molina) como un “cáncer social” contagiando la idea/demanda de la ACPP, ya no únicamente en el área rural del país, sino también en el relato de las organizaciones de la sociedad civil y estudiantes movilizados en estos tiempos.

Está más que claro que Guatemala no necesita únicamente destituir gobernantes para que nuevos administradores perversos asuman el gobierno como si fuese una finca. El país necesita debatir ¿por qué Guatemala debe funcionar como finca? ¿Por qué no consensuar el diseño de un Estado Plurinacional?… Y, este debate se hace en el marco de un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional originario (con poder absoluto).

Fuente: Telesur

Fuente de la Información: https://comandorojosocialista.ga/?p=2643

Comparte este contenido:

Retos de América Latina postneoliberal

Retos de América Latina postneoliberal

Por Luis Britto García

Los primeros resultados del Consejo Nacional Electoral en las Elecciones Parlamentarias 2020 revelan que  sobre 82,35% de las actas escrutadas, el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB), obtuvo 3.558.320 votos, el  67,6 % del total, y la Alternativa Popular Revolucionaria (PCV)  143.917, un 2,73%.

Votó cerca del 31% del padrón electoral, pues en las elecciones parlamentarias la concurrencia históricamente es menor que en las presidenciales.  Estos resultados, no reversibles, suman por lo menos un 70,33% de sufragios para las fuerzas progresistas.

Concluye así un quinquenio de zozobra durante el cual la mayoría opositora de la Asamblea Nacional Legislativa se negó a sancionar  proyectos de Presupuesto, apoyó oleadas terroristas y agresiones de Estados Unidos y sus cómplices; suplantó la Constitución con    manuales para desestabilización de gobiernos  de Eugene Sharp y del jefe del Comando Sur  Kurt Tidd,  presentó  a su presidente interno como Presidente de la República votado por nadie y convalidó su latrocinio de los bienes de Venezuela en el exterior como agente de Estados Unidos y sus gobiernos cómplices.

El significado de este triunfo sólo puede ser apreciado considerando la perspectiva  de América Latina y el Caribe. Victorias electorales y contundentes movimientos sociales ponen en evidencia la caducidad, no sólo económica y social, sino también política del orden neoliberal.

Los gobiernos socialistas de Cuba y Nicaragua siguen su curso, sobreviviendo a todas las agresiones. En Bolivia retorna el gobierno socialista del MAS, después de un golpe de Estado concertado entre la OEA, el ministro de la Defensa y la autoelegida dictadora Jeannine Añez.

En México y Argentina gobiernos progresistas corrigen décadas de errores. En Chile oleadas de protesta  fuerzan la convocatoria a una Constituyente que enterrará al pinochetismo.

En Perú demoledoras manifestaciones o investigaciones por corrupción deponen en rápida sucesión tres Presidentes fondomonetaristas. En Ecuador,  Brasil y Colombia masivas protestas conmocionan los regímenes neoliberales de Lenin Moreno, Bolsonaro y Duque.

Ningún gobierno neoliberal de los impuestos por golpe de Estado, golpe judicial,  engaño o  simple traición ha satisfecho las necesidades de las masas ni consolidado consensos que le permita perpetuarse. El sistema que ha tenido éxito en acumular más de la mitad de la riqueza del mundo en el 1% de la población también ha triunfado en privar de educación, medios de vida y cuidados médicos al resto de la humanidad.

Las cosas no van nada bien en los países que hasta hace poco ejercían la hegemonía.

Estados Unidos perdió hace un quinquenio su estatuto de primera potencia del mundo; demostró  palmaria incapacidad para atender una emergencia sanitaria; enfrenta la peor crisis económica y social desde 1928; alberga movimientos racistas y xenófobos;  y sus autoridades mismas están enfrentadas y divididas sobre los resultados de las elecciones del 3 de noviembre de 2020 y las políticas para atender la emergencia.

Francia está asimismo hundida en la depresión económica y la protesta social y económica de los chalecos amarillos. España presencia otro auge de las protestas sociales. India enfrenta la más grande y prolongada huelga general de la Historia, en la cual 200 millones de campesinos y granjeros protestan contra la pobreza extrema.

El sistema que ha tenido éxito en acumular más de la mitad de la riqueza del mundo en el 1% de la población también ha triunfado en privarla  de educación, medios de vida y cuidados médicos aceptables.

Las mayorías vuelven a favorecer las propuestas socialistas. Como declara Rafael Correa: “Soplan vientos de esperanza”.

Sin embargo, llama la atención en este panorama de insurrecciones sociales casi espontáneas la aparente ausencia de la conducción de organizaciones radicales que deberían dirigir las fuerzas movilizadas hacia objetivos revolucionarios y evitar su dispersión y desarticulación.

Los progresismos deben desechar la tentación de la falta de radicalidad que los incita a estancarse, descuidar las reivindicaciones de las masas que los apoyaron, contrabandear recetas neoliberales con rótulos seudo revolucionarios y resignarse a perder el poder hasta que alguna eventualidad les permita recuperarlo para repetir el ciclo.

Está planteado el reto de una  América Latina postneoliberal.

Ello implica, en lo ecológico, racionalizar el uso de  recursos naturales y preservar la biodiversidad y el equilibrio ecológico planetario. Detener la privatización de las aguas y la destrucción de los pulmones vegetales del mundo. Controlar o vetar la manipulación genética de  organismos vivientes y detener el calentamiento global y la contaminación.

En lo social, comporta eliminar toda barrera de discriminación social, étnica, cultural, de género o de cualquier otra índole.  Garantizar el acceso a todos los niveles de la educación. Traducir  la automatización en disminución de la jornada de trabajo y no en desempleo. Aplicar los excedentes económicos a la eliminación del hambre y la pobreza y no a la acumulación privada.

En lo económico: Colocar bajo control social  los principales medios de producción, y planificar la economía en función de las necesidades sociales. Reivindicar el derecho a proteger las economías nacionales. Reestructurar integralmente sistemas tributarios, con aplicación efectiva de principios de Territorialidad, Progresividad y proscripción de Paraísos Fiscales. Reestructurar los sistemas monetarios en función del efectivo respaldo de las respectivas divisas. Imponer salarios que garanticen la satisfacción de las necesidades básicas. Regular o proscribir la especulación financiera que produce dividendos ficticios. Remitir la Deuda Pública Impagable que devora gran parte de la producción.

En lo político: Reestructurar  modelos electorales para que permitan la efectiva y transparente expresión de la voluntad de las mayorías.  Constituir gobiernos que respondan a las demandas y necesidades del pueblo y no a las del gran capital. Sancionar a funcionarios y representantes que incumplan sus programas y promesas electorales.  Implantar el control previo, concomitante y posterior informatizado en tiempo real de las actividades financieras públicas y privadas.

En lo estratégico: Reducir el gasto armamentista. Instituir la progresiva cooperación de los ejércitos en tareas pacíficas de interés colectivo. Proscribir el uso de mercenarios, paramilitares y asesinatos selectivos. Disolver  alianzas militares como el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y expulsar bases de potencias extrañas a la región que funcionan  como instrumentos de injerencia y ejércitos de ocupación.

En lo internacional: Revitalizar  organizaciones regionales como el Alba, la Celac y Unasur, y crear otras que no sean instrumentos de  unipolaridad imperial. Integrar alianzas de países históricamente agredidos y explotados por imperios. Proscribir bloqueos y mal llamadas sanciones. Culminar la descolonización.

En lo cultural: Garantizar el Derecho Universal a la Educación. Preservar el legado de las culturas autóctonas. Aplicar el aparato mediático de las industrias culturales a la Educación y la difusión de contenidos científicos y estéticos. Invertir recursos ahorrados en la reducción de armamentos y la proscripción de especulaciones,  en  investigación científica, educación y  creación cultural.

Hagamos de Nuestra América la Gran Patria Nuestra.

Blog del autor: https://luisbrittogarcia.blogspot.com/

Fuente de la Información: https://rebelion.org/retos-de-america-latina-postneoliberal/

Comparte este contenido:

Pensamiento crítico y pandemia

Una de las principales características del pensamiento crítico ha sido su incomodidad, su capacidad para perturbar los lugares comunes, cuestionar saberes establecidos y sacudir la modorra de la inercia. Siempre fue un pensamiento a contracorriente, rebelde e insumiso.

Marx se dedicó a poner patas arriba, o boca abajo, la herencia teórica de Hegel. Lenin se empeñó en desobedecer a Marx, quien aseguraba que la revolución vencería primero en los países más avanzados industrialmente. Mao y los vietnamitas rechazaron las insurrecciones urbanas por la guerra campesina prolongada. Fidel y el Che fueron herejes respecto a los partidos comunistas que dominaban el escenario de las izquierdas.

El tan elogiado Walter Benjamin fue implacable con la idea de progreso y, más recientemente, los ecologistas cuestionan el desarrollo, mientras las feministas rehúsan las organizaciones verticales y los caudillos patriarcales.

El EZLN, por su parte, recoge aciertos y evita errores de revoluciones anteriores, por lo que hace a un lado la guerra para seguir transformando el mundo y defendiendo (por todos los medios) los territorios donde el pueblo manda ejerciendo su autonomía.

¿En qué situación se encuentra el pensamiento crítico en plena pandemia? ¿Cuáles deberían ser los puntos centrales de su análisis? ¿Quiénes lo formulan en este periodo?

Intentaré responder en pocas líneas.

La primera es que el pensamiento establecido, enunciado por academias, partidos y autoridades intelectuales, está en plena decadencia, un proceso enlazado con las crisis civilizatoria y sistémica en curso. Quizá por ser parte de una civilización moderna, urbana, occidental, colonial y patriarcal. O sea, por haberse rendido al capitalismo.

El grueso de los llamados intelectuales se dedican a justificar los errores y horrores de los partidos de la izquierda electoral, más que a criticarlos, con el triste argumento de que no quieren favorecer a la derecha. Si criticar a la izquierda fuera eso, Marx y Lenin deberían ser despachados por derechistas, ya que dedicaron algunas de sus mejores obras a cuestionar a sus compañeros de ruta.

La segunda es que el pensamiento crítico debe quitar el velo de las causas estructurales y de larga duración de la situación que vivimos. No entretener audiencias con argumentos falaces. Ser capaces, por ejemplo, de vincular la pandemia con el modelo neoliberal extractivo, la brutal especulación financiera y la cuarta guerra mundial contra los pueblos, en vez de atribuir los fracasos, y los éxitos en el combate al virus, a tal o cual gobierno. A eso le llamo entretener en vez de analizar.

Además, el pensamiento crítico no debe conformarse con diagnósticos. Estamos desbordados de jucios del más diverso tipo, muchos de ellos contradictorios. Años atrás se mentaba el pico del petróleo ( peak oil) como clave de bóveda del fin de la civilización capitalista. Mucho antes, se aseguraba que el sistema caería víctima de inexorables leyes económicas.

Cada día aparecen diagnósticos que colocan los límites del sistema en el medio ambiente, el agotamiento de recursos, y un largo etcétera de supuestas causas objetivas que no hacen más que eludir el conflicto social como única forma de poner freno y derrotar al capitalismo. Ya lo dijo Benjamin: si el sistema cayera por razones objetivas, la lucha no tendría el menor sentido.

La tercera me parece la más importante. Hasta hoy los encargados de emitir pensamiento crítico eran varones, blancos, académicos y de clase media-alta. Por supuesto el tipo de ideas que divulgaron eran eurocéntricas, patriarcales y coloniales, aunque debe reconocerse que no por eso estaban todas erradas. Sólo debemos pasarlas por el tamiz de los pueblos, las mujeres y los jóvenes.

Ahora quienes emiten el pensamiento crítico no son ya personalidades, sino pueblos, colectivos, comunidades, organizaciones y movimientos. ¿Quiénes son los representantes teóricos del pueblo mapuche o de los pueblos indígenas del Cauca colombiano? ¿Quiénes encarnan las ideas de los movimientos feministas y de mujeres antipatriarcales?

Todavía hay quienes creen que el pensamiento zapatista fue obra del subcomandante Marcos y ahora del subcomandante Galeano. Nunca aceptarán que son pensamientos nacidos de experiencias colectivas que son comunicados por voceros elegidos abajo. Nunca aceptarán que el vocero actual es el subcomandante Moisés.

Esta es la realidad del pensamiento crítico actual. Desvaríos arriba, creatividad abajo. Como la vida misma. No hay nada esencialista en esto. El conocimiento vivo surge entre quienes luchan. Sólo quienes están transformando el mundo pueden conocerlo a fondo, entre otras cosas porque les va la vida en ello, porque no pueden hacerse la menor ilusión con los de arriba, mucho más allá del color político y del discurso que emitan.

Benjamin lo dijo con absoluta claridad: El sujeto del conocimiento histórico es la clase oprimida misma, cuando combate.

Fuente: https://www.nodal.am/2020/12/pensamiento-critico-y-pandemia-por-raul-zibechi/

Comparte este contenido:
Page 506 of 2439
1 504 505 506 507 508 2.439