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El mundo de fantasía de Moctezuma y compañía…

 Abelardo Carro Nava

Un país como el nuestro, que forma parte del 25 por ciento de los países más desiguales del mundo, enfrenta retos importantes para cerrar las brechas de desigualdad social y económica existentes. Para pocos es desconocido que hoy día, más de 50 millones de mexicanos se encuentran en condiciones de pobreza y pobreza extrema, y que solamente 10 personas concentran la misma riqueza que el 50 por ciento más pobre del territorio nacional. Y bueno, si de poner un ejemplo se trata, basta con mencionar que el estrato poblacional mexicano con menores ingresos percibe, por día, 101 pesos, mientras que el más alto ingresa, en promedio, 1,853 pesos, es decir, 18 veces más (García, 2020).

Estos datos, números o cifras, nos hacen pensar que no todo es miel sobre hojuelas en nuestro país. Sin entrar a detalles, sabemos que el origen de estos males se halla en los pésimos gobiernos que han dirigido los destinos de la nación desde hace varias décadas, pero también, en las decisiones que, en materia económica y social, se han tomado con la “intención” de favorecer a los sectores más vulnerables. ¿Políticas públicas para los más necesitados? No lo creo. Y no lo creo porque con el paso de tiempo, hemos visto que esos 50 millones de pobres, en números, se ha mantenido y, en ciertos periodos, se ha ensanchado, y que también, esa pequeña élite concentradora de poder y riqueza se ha mantenido, sin variaciones y nuevos miembros. Esto, sin soslayar, los constantes actos de corrupción de funcionarios y/o servidores públicos que han utilizado los diversos programas sociales para su propio beneficio o el de su grupo político. ¿Programas sociales clientelares? En fin, el mundo no es color de rosa y mucho menos lo es en México; eso lo sabemos muy bien porque, indiscutiblemente, quienes a diario transitamos por las calles de alguna comunidad, municipio o entidad federativa, podemos percibirlo.

No obstante, lo anterior, pareciera ser que en el actual gobierno hay quienes en verdad viven en un mundo de fantasía, un mundo donde la desigualdad social y económica es inexistente; donde los sistemas de salud, educación y seguridad pública son inmejorables; donde la pobreza no llama las puertas de sus habitantes; donde las condiciones de vida permiten disfrutar de un descanso, al menos, los fines de semana; donde no hay motivo de que preocuparse porque los funcionarios y servidores públicos que laboran en diversas instituciones públicas, se abocan en cumplir con su función para atender y resolver las necesidades más apremiantes de los ciudadanos; donde caminar por la calle sin temor a ser asaltado o asesinado es, sencillamente, extraordinario; donde la educación es una prioridad para el gobierno y para la Secretaría de Educación; donde las escuelas se encuentran debidamente equipadas y habilitadas para que, con el trabajo de maestros y alumnos, se ofrezca una educación que posibilite un desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes (NNA); donde las instituciones gubernamentales, brinden todas los instrumentos y herramientas necesarias para que el personal docente goce de una capacitación, actualización y profesionalización acorde a sus necesidades; vaya, en un mundo donde todo es felicidad, armonía y bonanza.

Desafortunadamente, tengo que decirlo, ese mundo no existe en México, o bien sí existe, pero en la mente de quiénes desde hace décadas han marcado una enorme distancia con la realidad que viven millones y millones de mexicanos. Para muestra un botón.

En días pasados, con motivo de los dos años de gobierno del Presidente López Obrador, el Secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, publicó en redes sociales algunas “acciones” que se han impulsado durante estos dos años: “a) Reencuentro con docentes: cero paros y huelgas; b) Un espacio de consenso en el Consejo Nacional de Autoridades Educativas; c) Una emergencia atendida con ‘Aprende en Casa’ 1 y 2; d) Un gobierno de la gente: La Escuela es Nuestra; e) Apoyos a estudiantes: 11. 5 millones de becas; f) Una nueva era: digitalización de libros de texto gratuitos; g) Nuevos contenidos: Formación cívica y ética; h) Educación integral; música y vida saludable; i) Una escuela diferente: la nueva escuela mexicana”. Acciones que, de alguna forma, confirman que el actual Secretario vive en un mundo de fantasía, pero que, con base en los hechos, se puede demostrar lo contrario. Veamos.

Si bien es cierto que en 2018 se realizaron en todo el país una serie de foros y consultas con la idea de lograr un gran Acuerdo Educativo Nacional que le diera forma a la reforma de la reforma educativa de 2013, y con ello se reivindicará al magisterio, también es cierto que las propuestas que cientos de actores educativos y no educativos formularon al respecto, no fueron incorporadas a un documento que permitiera observar, con claridad, el rumbo que habría de seguir la política educativa nacional a partir de que López Obrador asumiera el cargo que los mexicanos le confirieron y, por ende, del Secretario que éste designó antes del 1º de diciembre de 2018. No, no hay evidencia ni documento que contradiga mis argumentos. ¿Reencuentro con docentes entonces? Peor aún, ¿a qué tipo de reencuentro se refiere? Porque si sus datos le indican que ha habido cero paros y huelgas en el país, tal vez desconozca que nuestro territorio nacional está bajo una contingencia sanitaria producto de una pandemia mundial y que, por tales razones, las aglomeraciones serían contraproducentes. Ahora bien, si de manifestaciones e inconformidades se trata, habría que voltear la mirada a cientos de maestros de Yucatán, Hidalgo, Guerrero, Tlaxcala, Tabasco, Sinaloa, Tamaulipas, entre otras entidades federativas que, desde hace semanas, se vienen manifestando para exigir el pago que por propio derecho les corresponde por laborar en el Programa de Escuela de Tiempo Completo. Esto es solo por poner un ejemplo, pero las inconformidades son latentes en diversos rubros y programas, ¿le preguntamos a los docentes que laboran en el Programa Nacional de Inglés (Ochoa, 2020) o a los profesores de telebachillerato de Oaxaca que hace unas semanas se manifestaron en Palacio Nacional (Ramírez, 2020)? Insisto, ¿a qué tipo de reencuentro se refiere?

Ahora bien, si del Consejo Nacional de Autoridades Educativas hablamos, habría que recordar que este espacio fue creado en 2004, como resultado de un convenio signado entre autoridades educativas de los estados de la República y la Secretaría de Educación Pública (SEP); esto, con el propósito de atender lo que el Art. 17 de la Ley General de Educación (LGE) establecía: “las autoridades educativas federal y locales, se reunirán periódicamente con el propósito de analizar e intercambiar opiniones sobre el desarrollo del sistema educativo nacional, formular recomendaciones y convenir acciones para apoyar la función social educativa. Estas reuniones serán presididas por la Secretaría” (Gaceta Parlamentaria, 2011). Consecuentemente, a través de los años, este Consejo ha venido sesionando con la “intención” de apoyar a la gobernabilidad del Sistema Educativo Nacional (SEN) y, mediante el cual, colegiadamente – nos guste o no – se han llegado a determinar los principales lineamientos para la aplicación de políticas educativas nacionales. Así ha sido, y en tanto no se elimine ese convenio, así seguirá, ¿a qué se refiere el Secretario cuando habla de un espacio de consenso?

Por lo que se refiere a la mal llamada estrategia “Aprende en Casa 1 y 2” que la SEP puso en marcha para atender la contingencia sanitaria por Covid-19, mucho se ha dicho y mucho se ha escrito sobre este ello; por mi parte tendría que señalar nuevamente, puesto que ya lo he hecho en este y otros espacios, que al ser una estrategia y no parte de un plan educativo nacional que colabore con un proyecto, también educativo, en tiempos de pandemia, ha sido una mala decisión que ha tomado el gobierno federal y las autoridades de la SEP en turno; esto, porque si bien es cierto que en su momento el aislamiento al que recurrimos para cuidar nuestra vida y nuestra salud pudo haber representado un reto para las autoridades educativas, diseñar una estrategia que permitiera la continuación de un proceso formativo conforme a los contextos, escuelas, maestros, alumnos y padres de familia, no fue del todo correcta porque, precisamente, no se tomaron en cuenta por estos aspectos por parte de la Secretaría. En consecuencia, limitarse a proyectar programas televisivos de mala calidad (en aprende en casa 1), y otros, que en las últimas semanas han sufrido una mejora en su realización (aprende en casa 2), no han terminado de apuntalar la concepción misma de aprendizaje puesto que en sus emisiones, siguen presentando serias inconsistencias didácticas y pedagógicas (Alonso, 2020). Esto, además de que considerar a las principales televisoras del país para este propósito fue, desde luego, un desacierto… ¿político y educativo? No hay que olvidar que esas televisoras tienen dueños que, en su momento, se dijo, eran parte de la “mafia del poder”.

Sobre el tema de la Escuela es Nuestra, hace unas semanas publiqué un análisis sobre el posible regreso a clases presenciales que se puede vislumbrar en algunos estados del país; esto, por las declaraciones hechas por el Secretario. En dicho análisis, expuse que si bien es cierto que los datos que presentó la Directora de Evaluación y Monitoreo de los Programas Sociales reflejan que se han entregado recursos económicos a 57 mil 799 centros escolares, también es cierto que el grueso de escuelas de educación básica asciende a 198 mil 731, por lo que 140 mil 932 instituciones educativas del país, a la fecha, no han recibido recursos para su habilitación y rehabilitación dado el posible regreso a clases presenciales que se ha anunciado (Carro, 2020). Sí, es correcto; la manera en que se ha hecho llegar los recursos a las escuelas para que mejoren su infraestructura física ha cambiado (este es uno de los propósitos de la Escuela es Nuestra), pero el programa como tal, adolece de criterios para comprobar que dichos recursos puedan o no ser empleados correctamente. De esto ya he dado cuenta en un análisis que publiqué en junio de 2020 (Carro, 2020).

Por lo que toca a la afirmación denominada “nueva era: digitalización de los libros de texto gratuitos”, habría que recordar que esa “nueva era” comenzó, al menos, jurídicamente, en 2017, cuando el Senado de la República aprobó reformar la Ley General de Educación con la intención de obligar a la SEP, a poner a disposición de la comunidad escolar los libros de texto gratuitos y materiales educativos a través de plataformas digitales de libre acceso (Senado de la República, 2017). No obstante este ordenamiento jurídico, los libros de texto digitalizados ya existían en nuestro país desde hace algunos años. Habría que revisar los estudios de Sandra Faustino, Maricela López, Javier Organista y Katiuska Fernández, titulados “Caracterización de libro de texto gratuito digitalizado en educación primaria en México” y “Análisis del libro de texto digitalizado de educación primaria en español y matemáticas de México”, para comprender que los dichos del Secretario no son del todo ciertos. ¿Alguien se acuerda de Enciclomedia y de los materiales que ahí se podían encontrar? Ciertamente, muchos conocemos el resultado que tuvo ese programa que impulsó el gobierno de Vicente Fox, pero bueno, esta idea, así como fue planteada, no es nueva. De hecho, legalmente, la SEP está obligada a realizar este trabajo porque, de lo contrario, estaría contraviniendo las disposiciones normativas que se desprendieron de las reformas a la Constitución Política Mexicana y a las leyes que de ella emanaron. ¿Nueva era entonces?

Ahora bien, casi para finalizar estas ideas, llamó mi atención la denominada “una escuela diferente: la nueva escuela mexicana” puesto que, hasta el momento en que cierro estas líneas, bien a bien no se sabe qué es eso que la SEP llama “nueva escuela mexicana”. Es cierto, en la reforma a la reforma educativa de 2013 se alude a esta idea; sin embargo, no existe un documento que sea explícito en cuanto a su concepción, misión, visión, modelo educativo, y demás elementos teórico-metodológicos que nos permitan comprender qué es esa cosa extraña que llaman, insisto, “nueva escuela mexicana”. De hecho, dudo mucho que sea “nueva” porque, para acabar pronto, la actual no lo es, por ejemplo, actualmente en educación básica, se sigue trabajando con planes y programas de estudio, tanto del 2011 como del 2018. Entonces, ¿la “nueva escuela mexicana” es un híbrido de lo que se planteaba en esos “posibles” modelos? En fin, me gustaría conocer a qué se refiere con esto el Secretario.

Para finalizar, resta mencionar tres puntos que, por su propia naturaleza, los agrupo en uno mismo, el de “apoyos a estudiantes: 11. 5 millones de becas”, “nuevos contenidos: formación cívica y ética” y “educación integral; música y vida saludable”. El primero, porque ciertamente el gobierno federal amplió el número de becas entregadas a estudiantes; sin embargo, como bien sabemos, recibir un estímulo económico no necesariamente refleja un aprendizaje. Esta acción, aunque brinda un apoyo económico a estos alumnos, no es un indicador de que los chicos estén adquiriendo el aprendizaje que les permita avanzar en su desarrollo. Ello me lleva a los siguientes puntos, por un lado, para quienes se encuentran en el medio educativo, saben que los planes de estudio tienen que actualizarse; de hecho, el maestro tiene la posibilidad de incorporar un tema si es que observa que los materiales de apoyo de los contenidos que debe abordar ya no tienen vigencia, o bien, han sido rebasados por la misma época o por sus circunstancias, de ahí que establecer que se ha impulsado esta acción en esa materia o asignatura en estos dos años, me parece bastante desafortunada. Esta misma situación se observa en cuanto a la concepción señalada “una educación integral a partir de la música y vida saludable”, acciones que solo viven en el imaginario de este funcionario porque, si bien es cierto que la asignatura “vida saludable” se integró al “currículo en este ciclo escolar, también es cierto que hasta el momento no existe un plan y programa de estudio y, mucho menos, evaluaciones. Ahora, por lo que corresponde a la música, ¿alguien sabe qué es lo que se está haciendo en las escuelas públicas del país con relación a esta idea?

En suma, estimado lector, vivir en un mundo de fantasía no es malo, por el contrario, cada quien, en su individualidad, decide vivir en el mundo que mejor considere conveniente; claro, dependiendo de sus posibilidades e imaginarios. Lo malo de este asunto es que, al ser un Secretario de Estado quien emite una serie de puntos con la intención de resaltar los logros de este gobierno a dos años de haber iniciado, provoca que muchos nos preguntemos si en realidad hemos avanzado tanto como para echar campanas al vuelo o bien, para valorar que hace falta mucho por hacer puesto que “fantasías” ya hemos escuchado hasta el hartazgo.


Referencias:

Alonso, R. (2020). Aprende en casa II: ¿mejoraron los programas de televisión?. Blog personal. Recuperado de: https://proferogelio.blogspot.com/2020/12/aprende-en-casa-ii-mejoraron-los.html?m=1&fbclid=IwAR07QUVMwP_9aYo_q9yljud35vtlSJ2MI14A6usQiXpMOJb-l6xR4U5ktyw

Boletín Senado de la República. (2017). Senadores aprueban reforma que obliga a la SEP a digitalizar contenido de libros de texto gratuitos. Senado de la República. Recuperado de: http://comunicacion.senado.gob.mx/index.php/informacion/boletines/34010-senadores-aprueban-reforma-que-obliga-a-la-sep-a-digitalizar-contenido-de-libros-de-texto-gratuitos.html

Carro, A. (2020). Del semáforo en verde a: ¿escuelas en rojo? Profelandia.com. recuperado de: https://profelandia.com/del-semaforo-en-verde-a-escuelas-en-rojo/

Carro, A. (2020). ¿Regreso a clases presenciales a las escuela? ¡Ni pensarlo! Profelandia.com. Recuperado de: https://profelandia.com/regreso-a-clases-presenciales-a-las-escuelas-ni-pensarlo/

Esteban Moctezuma Barragán. (2020). En educación, López Obrador ha impulsado en 2 años. Recuperado de: https://twitter.com/emoctezumab/status/1334198313944559618

Faustino, S., López, M., y Oganista, J. (2017). Caracterización de libro de texto gratuito digitalizado en educación primaria en México. Recuperado de: https://www.researchgate.net/profile/Sandra_Delia_Faustino_Cruz/publication/325478159_Caracterizacion_de_libro_de_texto_gratuito_digitalizado_en_educacion_primaria_en_Mexico/links/5b10681da6fdcc4611d9773b/Caracterizacion-de-libro-de-texto-gratuito-digitalizado-en-educacion-primaria-en-Mexico.pdf

Faustino, S., López, M., Oganista, J., y Fernández, K. (2007). Análisis del libro de texto digitalizado de educación primaria en español y matemáticas de México. Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/pdf/sine/n54/2007-7033-sine-54-e1036.pdf

-Gaceta parlamentaria de la Cámara de Diputados. (2011). Recuperado de: https://www.senado.gob.mx/64/gaceta_comision_permanente/documento/31308#:~:text=2.,de%20Educaci%C3%B3n%20P%C3%BAblica%20(SEP).

García, K. (2020). 5 gráficos sobre la desigualdad en México. El Economista. Recuperado de: https://www.eleconomista.com.mx/economia/5-graficos-sobre-la-desigualdad-en-Mexico-20200223-0001.html

Ochoa, A. (2020). Maestro de inglés de nuevo piden el pago de su quincena atrasada. Recuperado de: https://www.luznoticias.mx/2020-10-21/sinaloa/maestros-de-ingles-de-nuevo-piden-el-pago-de-su-quincena-atrasada/101882

Ramírez, S. Maestros de telebachillerato de Oaxaca protestan en Palacio Nacional. La Razón. Recuperado de: https://www.razon.com.mx/mexico/maestros-de-telebachillerato-de-oaxaca-protestan-en-palacio-nacional-403534

Fuente: https://profelandia.com/el-mundo-de-fantasia-de-moctezuma-y-compania/

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Noche sin estrellas

Por: Luis Hernández Navarro

Cuando los xiñá (sabios y sabias) de la Montaña de Guerrero divisaron los relámpagos en el norte, supieron que 2020 sería funesto, cuenta el Centro de Derechos Humanos Tlachinollan. No sólo visualizaron en el horizonte el incremento de la violencia, sino la fuerza irascible del hambre, acompañada de una nube grisácea, que de momento no pudieron interpretar, pero que, al final de cuentas, resultó ser el anuncio de una enfermedad desconocida.

Sus rezos –explica Tlachi– se intensificaron entonces para calmar a las potencias sagradas y contener los malos vientos, que traen la enfermedad y la guerra. En la cima de los cerros quemaron vela.

Como toda persona asceta –describe el Centro de Derechos Humanos de la Montaña en su 26 Informe de actividades– guardaron para sí estos mensajes y los transmitieron a los mayores y mayoras, y a las autoridades que están en la mesa. Su objetivo fue asirse a su costumbre, como el ancla más segura para las comunidades que se encuentran en extrema vulnerabilidad, ante el olvido gubernamental y el empoderamiento de las fuerzas oscuras del crimen organizado, pudieran enfrentar las adversidades.

Como una noche sin estrellas se llama el informe de Tlachinollan. Su título evoca, como lo dice el poema que lo acompaña, el eclipse del sol de justicia y la forma en que la milpa comunitaria se marchitó en la región. En él, se documenta tanto la etapa de sorda oscuridad que la región y Guerrero vivieron durante el último año, como la capacidad para hacer frente y salir adelante en la adversidad, de pueblos, comunidades y organizaciones indígenas y campesinas en el estado.

La obra es una formidable y vasta (396 páginas) narración, similar a las que los grandes novelistas sociales del siglo XIX (Balzac, Zola, Dickens) produjeron. En ella, la pluma de Tlachinollan traza una visión panorámica de la política, la sociedad y las luchas sociales de la Montaña y el Guerrero de abajo, al tiempo que describe los personajes colectivos que hacen la historia regional: comunidades indígenas, movimientos populares, buscadoras de sus desaparecidos, nuevos defensores de derechos humanos, migrantes.

Al hacerlo, retrata a figuras excepcionales que expresan a los sujetos colectivos y que parecen extraídos de una novela de Gorki, como el dirigente del Frente Popular de la Montaña Arnulfo Cerón Soriano y el líder campesino Ranferí Hernández. Ambos fueron asesinados por su participación política en momentos distintos. O a la migrante doña Amelia, quien en 1980 salió de Ixcateopan, en un viaje sin retorno, a Nueva York, a buscar a su hijo, y a quien ya no le alcanzaron las fuerzas para vencer al coronavirus.

Como si fuera un textil elaborado con los más diversos hilos, el informe de Tlachi entreteje la historia de grupos criminales imbricados con políticos y fuerzas de seguridad, que se dedican a labores de contrainsurgencia; la descomposición de la vida urbana en la ciudad de Tlapa; el avance incontenible del Covid-19; las penurias y el heroísmo de los montañeros migrantes en Tlapayork; el surgimiento de un grupo de buscadores de desaparecidos, la continuidad de la lucha de los familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y muchos acontecimientos más.

Las historias se suceden vertiginosamente unas a otras. El Covid-19 no ha pegado igual a todos. Se ha cebado especialmente con los más pobres, que ya de por sí padecían hambre, marginación y violencia ancestrales. Sin médicos ni medicinas, ni centros de salud en las comunidades, la llegada de la pandemia a la Montaña resultó aciago. Los pueblos han improvisado el cuidado de sí mismos. Como recomendaron los xiñá, echaron mano de la tradición y alrededor de ella se unieron para enfrentar la adversidad.

Guerrero es un enorme camposanto clandestino. Como si vivieran en un país aparte, en los terrenos de los negocios inmobiliarios con los que el narco lava sus ganancias ilícitas, han instalado casas de seguridad y depósitos de restos humanos.

Antes que hospitalizarse, por temor a la migra y las deportaciones, cuando enfermaron los montañeros que partieron a Nueva York a buscar el sueño americano, los que mandaban a los suyos 300 dólares al mes como bálsamo para la penuria familiar, se encerraron hacinados en sus viviendas. Para muchos, contagiarse lejos de la casa resultó más doloroso que la sola afección. Como fue mayor el calvario de los familiares de quienes fallecieron por el mal, que debieron pagar pequeñas fortunas para incinerar los cuerpos y trasladar las cenizas de sus deudos a México, sin ni siquiera poder despedirlos como se debe.

Sin ingresos y sin trabajo, las familias rurales tuvieron que salir a buscarlos en los campos agrícolas del norte. Carentes de la higiene adecuada, en transportes en los que viajan hacinados, se han convertido (más de lo que ya eran) en fácil presa del coronavirus.

Decía Vaclav Havel que a veces se necesita tocar el fondo de la miseria para poder entender la verdad, igual que hay que lanzarse hasta el fondo del pozo para llegar a ver las estrellas. En un mundo sordo, en medio de un mar de dolor, muy cerca de lo más profundo del pozo, en Como una noche sin estrellas se atisban los astros de la esperanza comunitaria que permiten comprender la verdad de los de abajo.

Twitter: @lhan55

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/12/08/opinion/019a2pol

Imagen: https://www.flickr.com/photos/chou2006/649796088/in/photolist-2jwgbFN-2hHAVRp-2jJ5BBK-EUT4Jb-9izMzv-dcxjxb-AptyuM-pFq3CF-eEWdZG-2gSkAT1-69PaC7-ZqnJQ-8U16WL-7ivhYx-6tS5a8-6tWdAs-6tS6r4-6tWebj-6tWdTU-21WgsFi-3VYi4f-bSQiA2-8wkaZF-bfQ88V-cKigmJ

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Zizek: There will be no return to normality after Covid. We are entering a post-human era & will have to invent a new way of life

By: Slavoj Zizek

It’s time to accept that the pandemic has changed the way we exist forever. Now the human race has to embark on the profoundly difficult and painful process of deciding what form the ‘new normality’ is going to take.

The world has lived with the pandemic for most of 2020, but what is our situation with regard to it now, in early December, in the middle of what the European media is terming ‘the second wave’? Firstly, we should not forget that the distinction between the first and second wave is centred on Europe: in Latin America the virus followed a different path. The peak was reached in between the two European waves, and now, as Europe suffers the second of these, the situation in Latin America has marginally improved.

We should also bear in mind the variations in how the pandemic affects different classes (the poor have been hit more badly), different races (in the US, the blacks and Latinos suffer much more) and the different sexes.

And we should be especially mindful of countries where the situation is so bad – because of war, poverty, hunger and violence – that the pandemic is considered one of the minor evils. Consider, for example, Yemen. As the Guardian reported, “In a country stalked by disease, Covid barely registers. War, hunger and devastating aid cuts have made the plight of Yemenis almost unbearable.” Similarly, when the short war erupted between Azerbaijan and Armenia, Covid clearly became less of a priority. However, in spite of these complications, there are some generalisations we can make when comparing the second wave with the peak of the first wave.

What we have discovered about the virus

For a start, some hopes have been dashed. Herd immunity doesn’t appear to work. And deaths are at a record level in Europe, so the hope that we have a milder variation of the virus even though it is spreading more than ever doesn’t hold.

We are also dealing with many unknowns, especially about how the virus is spreading. In some countries, this impenetrability has given birth to a desperate search for guilty parties, such as private home gatherings and work places. The oft-heard phrase that we have to ‘learn to live with the virus’ just expresses our capitulation to it.

While vaccines bring hope, we should not expect they will magically bring an end to all our troubles and the old normality will return. Distribution of the vaccines will be our biggest ethical test: will the principle of universal distribution that covers all of humanity survive, or will it be diluted through opportunist compromises?

It’s also obvious that the limitations of the model which many countries are following – that of striking a balance between fighting the pandemic and keeping the economy alive – are increasingly being demonstrated. The only thing that appears to really work is radical lockdown. Take, for example, the state of Victoria in Australia: in August it had 700 new cases per day, but in late November, Bloomberg reported that it “has gone 28 days with no new cases of the virus, an enviable record as the US and many European countries grapple with surging infections or renewed lockdowns.”

And with regard to mental health, we can now say, in retrospect, that the reaction of people at the peak of the first wave was a normal and healthy response when faced with a threat: their focus was on avoiding infection. It was as if most of them simply didn’t have time for mental problems. Although there is much talk today about mental problems, the predominant way people relate to the epidemic is a strange mix of disparate elements. In spite of the rising number of infections, in most countries the pandemic is still not taken too seriously. In some strange sense, ‘life goes on’. In Western Europe, many people are more concerned if they will be able to celebrate Christmas and do the shopping, or if they will be able to take their usual winter holidays.

Transitioning from fear to depression

However, this ‘life goes on’ stance – indications that we have somehow learned to live with the virus – is quite the opposite of relaxation because the worst is over. It is inextricably mixed with despair, violations of state regulations and protests against them. Since there is no clear perspective offered, there is something deeper than fear at work: we have passed from fear to depression. We feel fear when there is a clear threat, and we feel frustration when obstacles emerge again and again which prevent us from reaching what we strive for. But depression signals that our desire itself is vanishing.

What causes such a sense of disorientation is that the clear order of causality appears to us as perturbed. In Europe, for reasons which remain unclear, the numbers of infections are now falling in France and rising in Germany. Without anyone knowing exactly why, countries which were a couple of months ago held as models of how to deal with the pandemic are now its worst victims. Scientists play with different hypotheses, and this very disunity strengthens a sense of confusion and contributes to a mental crisis.

What further strengthens this disorientation is the mixture of different levels that characterises the pandemic. Christian Drosten, the leading German virologist, pointed out that the pandemic is not just a scientific or health phenomenon, but a natural catastrophe. One should add to this that it is also a social, economic and ideological phenomenon: its actual effect incorporates all these elements.

For example, CNN reports that in Japan, more people died from suicide in October than from Covid during the entirety of 2020, and women were impacted most. But the majority of individuals committed suicide because of the predicament they found themselves in because of the pandemic, so their deaths are collateral damage.

There is also the impact the pandemic is having on the economy. In the Western Balkans, hospitals are pushed over the edge. As a doctor from Bosnia said, “One of us can do the work of three (people), but not of five.” As France24 reported, one cannot understand this crisis without reflecting on the “brain drain crisis, with an exodus of promising young doctors and nurses leaving to seek better wages and training abroad.”  So, again, the catastrophic impact of the pandemic is clearly caused also by the emigration of the workforce.

Accepting the disappearance of our social life

We can therefore safely conclude that one thing is sure: if the pandemic really does proceed in three waves, the general character of each wave will be different. The first wave understandably focused our attention on the health issues, on how to prevent the virus from expanding to an intolerable level. That’s why most countries accepted quarantines, social distancing etc. Although the numbers of infected are much higher in the second wave, the fear of long-term economic consequences is nonetheless growing. And if the vaccines will not prevent the third wave, one can be sure that its focus will be on mental health, on the devastating consequences of the disappearance of what we perceive as normal social life. This is why, even if the vaccines work, mental crises will persist.

The ultimate question we are facing is this: Should we strive for a return to our ‘old’ normality? Or should we accept that the pandemic is one of the signs that we are entering a new ‘post-human’ era (‘post-human’ with regard to our predominant sense of what being human means)? This is clearly not just a choice that concerns our psychic life. It is a choice that is in some sense ‘ontological’, it concerns our entire relation to what we experience as reality.

The conflicts over how best to deal with the pandemic are not conflicts between different medical opinions; they are serious existential ones. Here is how Brenden Dilley, a Texas chat-show host, explained why he is not wearing a mask: “Better to be dead than a dork. Yes, I mean that literally. I’d rather die than look like an idiot right now.” Dilley refuses to wear a mask since, for him, walking around with a mask is incompatible with human dignity at its most basic level.

What is at stake is our basic stance towards human life. Are we – like Dilley – libertarians who reject any encroaching upon our individual freedoms? Are we utilitarians ready to sacrifice thousands of lives for the economic wellbeing of the majority? Are we authoritarians who believe that only a tight state control and regulation can save us? Are we New Age spiritualists who think the epidemic is a warning from nature, a punishment for our exploitation of natural resources? Do we trust that God is just testing us and will ultimately help us to find a way out? Each of these stances relies on a specific vision of what humans are. It concerns the level at which we are, in some sense, all philosophers.

Taking all this into account, Italian philosopher Giorgio Agamben claims that if we accept the measures against the pandemic, we thereby abandon open social space as the core of our being human and turn into isolated survival machines controlled by science and technology, serving the state administration. So even when our house is on fire, we should gather the courage to go on with life as normal and eventually die with dignity. He writes: “Nothing I’m doing makes any sense if the house is on fire. Yet even when the house is on fire it is necessary to continue as before, to do everything with care and precision, perhaps even more so than before – even if no one notices. Perhaps life itself will disappear from the face of the earth, perhaps no memory whatsoever will remain of what has been done, for better or for worse. But you continue as before, it is too late to change, there is no time anymore.

One should note an ambiguity in Agamben’s line of argumentation: is “the house on fire” due to the pandemic, global warming etc? Or is our house on fire because of the way we (over)reacted to the reality of the pandemic? “Today the flame has changed its form and nature, it has become digital, invisible and cold – but precisely for this very reason it is even closer still and surrounds us at every moment.” These lines clearly sound Heideggerian: they locate the basic danger in how the pandemic strengthened the way medical science and digital control regulate our reaction to it.

Why we cannot maintain our old way of life

Does this mean that, if we oppose Agamben, we should resign ourselves to the loss of humanity and forget the social freedoms we were used to? Even if we ignore the fact that these freedoms were actually much more limited than it may appear, the paradox is that only by way of passing through the zero point of this disappearance can we keep the space open for the new freedoms-to-come.

If we stick to our old way of life, we will for sure end in new barbarism. In the US and Europe, the new barbarians are precisely those who violently protest against anti-pandemic measures on behalf of personal freedom and dignity – those like Jared Kushner, Donald Trump’s son-in- law, who, back in April, bragged that Trump was taking the country “back from the doctors” – in short, back from those who only can help us.

However, one should note that in the very last paragraph of his text, Agamben leaves open the possibility that a new form of post-human spirituality will emerge. “Today humankind is disappearing, like a face drawn in the sand and washed away by the waves. But what is taking its place no longer has a world; it is merely a bare and muted life without history, at the mercy of the computations of power and science. Perhaps, however, it is only by beginning from this wreckage that something else can appear, whether slowly or abruptly – certainly not a god, but not another man either – a new animal perhaps, a soul that lives in some other way…

Agamben alludes here to famous lines from Foucault’s Les mot et les choses when he refers to humankind disappearing like a figure drawn on sand being erased by waves on a shore. We are effectively entering what can be called a post-human era. The pandemic, global warming and the digitalisation of our lives – including direct digital access to our psychic life – corrode the basic coordinates of our being human.

So how can (post-)humanity be reinvented? Here is a hint. In his opposition to wearing protective masks, Giorgio Agamben refers to French philosopher Emmanuel Levinas and his claim that the face “speaks to me and thereby invites me to a relation incommensurate with a power exercised.” The face is the part of another’s body through which the abyss of the Other’s imponderable Otherness transpires.

Agamben’s obvious conclusion is that, by rendering the face invisible, the protective mask renders invisible the invisible abyss itself which is echoed by a human face. Really?

There is a clear Freudian answer to this claim: Freud knew well why, in an analytical session – when it gets serious, i.e. after the so-called preliminary encounters – the patient and the analyst are not confronting each other face to face. The face is at its most basic a lie, the ultimate mask, and the analyst only accedes to the abyss of the Other by NOT seeing its face.

Accepting the challenge of post-humanity is our only hope. Instead of dreaming about a ‘return to (old) normality’ we should engage in a difficult and painful process of constructing a new normality. This construction is not a medical or economic problem, it is a profoundly political one: we are compelled to invent a new form of our entire social life.

Source and Image: https://www.rt.com/op-ed/508940-normality-covid-pandemic-return/

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El agua comienza a cotizar en Wall Street

Por: Tercera Información

  • Los futuros del agua comenzarán a comercializarse en Wall Street a partir de esta semana en medio de temores de que el recurso natural pueda escasear.
  • Los contratos serán lanzados por CME Group Inc, que asegura que los futuros ayudarán a los usuarios del agua a gestionar el riesgo y alinear mejor la oferta y la demanda.

Los futuros del agua comenzarán a comercializarse en Wall Street a partir de esta semana en medio de crecientes temores de que este recurso natural pueda escasear en la mayor parte del mundo, según informó este lunes Bloomberg.

Esta semana, la empresa estadounidense CME Group Inc lanzará contratos vinculados al agua al contado de California, un mercado de 1.100 millones de dólares. De acuerdo con la compañía, los futuros ayudarán a los usuarios del agua a gestionar el riesgo y alinear mejor la oferta y la demanda.

Los contratos, los primeros de su tipo en EE.UU., fueron anunciados en septiembre, cuando la costa oeste del país fue devastada por el calor y los incendios forestales. Según Bloomberg, están destinados a «servir como protección para los mayores consumidores de agua de California contra la subida de los precios y como indicador de escasez para los inversores de todo el mundo».

Los futuros se liquidarán financieramente, en lugar de requerir la entrega física real de agua, y se basarán en el Nasdaq Veles California Water (NQH2O), un índice de referencia establecido para los precios del agua en ese estado norteamericano.

CME Group no identificó a los posibles participantes del mercado, pero señaló que la bolsa recibió noticias de  productores agrícolas de California, agencias públicas de agua y servicios públicos, así como de inversores institucionales como gestores de activos y fondos de cobertura.

«2.000 millones de personas viven ahora en naciones plagadas de problemas con el agua, y casi dos tercios del mundo podrían enfrentar escasez de agua en solo cuatro años«, declaró el jefe global de índice de acciones y productos de inversión alternativos de CME Group, Tim McCourt. «La idea de gestionar los riesgos asociados al agua sin duda está cobrando mayor importancia», subrayó.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/08/12/2020/el-agua-comienza-a-cotizar-en-wall-street/

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Los paisajes de aprendizaje: una herramienta didáctica personalizada

Las Inteligencias Múltiples y la Taxonomía de Bloom forman parte de esta herramienta pedagógica de aprendizaje con la que los docentes pueden crear un itinerario digital con actividades y enigmas que resolver por parte de los estudiantes.

¿Cómo se puede personalizar el aprendizaje del alumnado de tal modo que se fomente su autonomía y se adapte a las necesidades de cada estudiante? Una opción interesante es hacer uso de los paisajes de aprendizaje, una herramienta pedagógica con la que se puede representar de forma visual una asignatura o parte de ella y que se puede crear con plataformas digitales de contenidos.

En los paisajes de aprendizaje, el docente puede añadir distintas actividades combinando las Inteligencias Múltiples y la Taxonomía de Bloom, además de otras metodologías como la gamificación, el Visual Thinking, el Design Thinking o el aprendizaje cooperativo, entre otros.

Inteligencias Múltiples paisajes de aprendizaje

Entre los beneficios que proporciona al alumnado hay que destacar que hace efectiva y real la personalización en el aula, tal y como señala el educador Alfredo Hernando: “La personalización se convierte en un objetivo viable para los docentes y con resultados tanto en grupos grandes como pequeños, para todo un trimestre o una sola semana o un día, y para cualquier materia del currículo. Es una excelente pedagogía por la equidad y la inclusión que tiene mucho recorrido”.

La Inteligencias Múltiples y la Taxonomía de Bloom: clave en los paisajes de aprendizaje

Para llevarlo a cabo se tiene en cuenta, por un lado, la teoría de las Inteligencias Múltiples (desarrollada por Howard Gardner y en la que se establecen ocho tipos de inteligencias asociadas a distintas capacidades cognitivas) y, por otro, la Taxonomía de Bloom, una teoría de aprendizaje en la que se establece una jerarquía de distintos elementos cognitivos que los estudiantes tienen como objetivo en las materias facilitando, así, la evaluación por parte del docente. Está dividida en seis niveles (que van de menor a mayor complejidad): recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear.

De este modo, en un paisaje de aprendizaje, el estudiante se encuentra en un ‘escenario’ personalizado, con multitud de elementos y actividades en los que las Inteligencias Múltiples y los aspectos cognitivos de la Taxonomía de Bloom son la base principal para interactuar siguiendo el itinerario creado por el docente.

¿Cómo se hace un paisaje de aprendizaje?

Así, para crear un paisaje de aprendizaje desde cero resulta útil disponer de una matriz formada por 48 casillas en la que se incluyan las tareas que van a formar parte del paisaje de aprendizaje (ya sean obligatorias, opcionales o de refuerzo), estando todas ellas vinculadas a los contenidos del currículo que se quiera trabajar.

Este es un ejemplo de matriz creado en la plataforma Genially. Con ella, se pueden crear actividades que combinen una de las Inteligencias Múltiples con uno de los aspectos cognitivos de la Taxonomía de Bloom. Por ejemplo: ‘Comprender’ (un nivel de la Taxonomía de Bloom) con un elemento de la ‘lingüística’ (una de las Inteligencias Múltiples).

Matriz paisajes de aprendizaje

Después, hay que crear la historia que guiará a los estudiantes por todo el paisaje (puede ser un relato que tengan que resolver con una serie de retos, similar a lo que se hace en un escape room). A lo largo de la historia, también se pueden ir añadiendo insignias o recompensas para el alumnado, además de establecer el método de evaluación (rúbricas, portfolio, con herramientas TIC para evaluar…).

Una vez realizados estos pasos, Genially es la herramienta de contenidos que puede resultar más sencilla para llevarlo a cabo, ya que permite crear los paisajes desde plantillas que se encuentran en la plataforma o hacerlo desde cero. La docente de Secundaria y experta en Metodologías Activas, Raquel Prieto, muestra en esta presentación del ‘Curso tutores en Red’ del INTEF, todos los detalles para llevar a cabo un paisaje de aprendizaje.

Ejemplos de paisajes de aprendizaje

ejemplo de paisaje de aprendizaje

Los siguientes paisajes de aprendizaje han sido creados por docentes de distintos niveles educativos:

  • Infantil: en este ejemplo se trabaja el tema del agua con canciones, dibujos y fomentando la escritura entre los más pequeños a través de ocho apartados que recogen diversas actividades.
  • Primaria: adentra al alumnado en los conocimientos relacionados con el cuerpo humano, la nutrición o la reproducción a través de elementos interactivos en los que se combinan vídeos, imágenes y tareas que realizar.
  • Secundariase trata de resolver un enigma relacionado con la historia y los personajes de Alcalá de Henares, en Madrid, invitando a los estudiantes a buscar pistas en los lugares que se les va indicando en el paisaje de aprendizaje.
  • Bachillerato: basado en la conocida serie ‘Stranger Things’, con este paisaje de aprendizaje se trabaja un contenido de la asignatura de ‘Dibujo Técnico’, los sistemas de representación, teniendo que resolver el enigma que se plantea al comienzo de la historia.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/paisajes-de-aprendizaje/

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Deseo laudable, pero insostenible

Por: Dinorah García Romero

La presencialidad ha de volver a tener vigencia, aunque con modalidades distintas. Este es un proceso que el MINERD debe estar preparando para no improvisar.

El mundo está siendo impactado por diversas pandemias -corrupción, feminicidios, narcotráfico, coronavirus-; este último tiene en estos momentos tal incidencia, que provoca pavor y desolación. En la geografía mundial, se cuenta con más de sesenta millones de personas infectadas y más de un millón de fallecidos. Son cifras que dejan a pocas personas impasibles, por el bloqueo que producen en el desarrollo humano, económico y social del planeta.

La República Dominicana, aunque todavía con ritmo lento, va incrementando el número de personas contagiadas, 140, 922; y 2, 317 de fallecimientos. Este ritmo puede acelerarse por los problemas de educación ciudadana. Hasta el momento hay bastante información sobre la pandemia para que la población comprenda la gravedad de la situación. Pero la ignorancia de unos y la indisciplina de otros hace que diariamente haya personas que irrespeten las medidas que pueden contener el avance de esta enfermedad letal. Estas personas se empeñan en desconocer las orientaciones de los especialistas del campo de la virología y, particularmente, de los que les están dando seguimiento especializado a la COVID-19. Esta pandemia ha permitido constatar con mayor pujanza la importancia de una educación situada y de calidad. La falta de este tipo de educación en la República Dominicana contribuye a que personas de diferentes estratos sociales se burlen diariamente de las orientaciones generales que los ciudadanos hemos de observar para controlar el avance de la pandemia.

A lo planteado en el párrafo anterior se han de añadir las precarias condiciones que tienen muchos centros de educación, tanto del ámbito público como del privado. Generalmente la educación privada se asocia solo con los colegios más suntuosos y de abolengo. No. El sector privado va más allá de aquellos que siempre suenan y van delante. Con esto lo que planteo es que desear educación presencial ahora es un deseo laudable, pero insostenible. El reclamo de la presencialidad, para que se pueda concretar, requiere que el Gobierno honre su promesa de que va a mejorar las condiciones de los centros educativos públicos, que son la mayoría, para que haya condiciones humanas que alienten los aprendizajes de los estudiantes y la motivación de los docentes en su tarea de enseñar.

Las dificultades para volver a la presencialidad no son solo por el problema para mantener la distancia social y las condiciones que requiere la biología humana. No. Es que hay muchos centros educativos que carecen de los servicios básicos.  Los profesores y directivos de esos centros -salvo escasas excepciones-, por miedo a perder el trabajo o por lealtad a su partido político, se han acostumbrado a trabajar en un contexto institucional que niega los derechos fundamentales. Un centro educativo que carece de agua y no cuenta con las condiciones sanitarias necesarias no puede desarrollar clases presenciales. No estoy de acuerdo con que Salud Pública insista solo en la fórmula de la distancia social y la mascarilla. Este Ministerio ha de sugerirle o urgir a su homólogo, el Ministerio de Educación de la República Dominicana, para que le preste atención integral a la diversidad de factores que pueden profundizar la pandemia.

La presencialidad ha de volver a tener vigencia, aunque con modalidades distintas. Este es un proceso que el MINERD debe estar preparando para no improvisar. Esperamos que ya haya un equipo estudiando la nueva configuración de la presencialidad en la educación dominicana. Es recomendable que se aproveche este tiempo para avanzar en la concreción de planes y de acciones que garanticen una presencialidad segura y sostenible.

Este es un tiempo propicio para que el MINERD ponga en acción toda su creatividad y capacidad de gestión inteligente e innovadora. De igual manera, puede avanzar estudios sobre la modalidad de enseñanza híbrida; para que cuando la realidad lo permita, cuente con diversidad de posibilidades que garanticen una educación coherente con las necesidades del país.

Apoyamos todas las medidas que se tomen para crear entornos educativos decentes y robustos; pero, principalmente, humanos. Las razones económicas no han de primar ante las razones de salud y de vida. Necesitamos movilizar la economía, pero no creando contextos de muerte. Reclamar presencialidad educativa es un derecho. Sin negarles este derecho a madres y a padres, les sugiero análisis más consistente de la realidad educativa y de salud del país. Hay una canción que nos recuerda que “esperar es un reto y una tarea”. Mantengamos el deseo de presencialidad; exijámosle al Gobierno, a través del MINERD, que propicie condiciones integrales para ello; y nosotros aportemos todo lo que pueda contribuir a esta causa

Fuente: https://acento.com.do/opinion/deseo-laudable-pero-insostenible-8888308.html

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Hacia un nuevo modelo educativo

 Manuel Alberto Navarro Weckmann

Con los recientes acontecimientos en donde el planeta entero se encuentra sumido en una transformación en prácticamente todos los sectores por el impacto de la llegada del COVID-19, en donde por supuesto, la educación ha sufrido severos cambios, podemos apreciar ante nuestros ojos, el nacimiento de un nuevo modelo educativo.

Los modelos, como representaciones de la realidad, asumen diferentes características en las que se puede apreciar la forma en que una sociedad, en este caso, a través de la educación, intenta formar un tipo específico de ser humano y, por supuesto el futuro de la sociedad.

Pocas dudas podemos tener sobre la manera en que han cambiado las características de la participación de los diferentes sujetos educativos que intervienen en el proceso de enseñanza – aprendizaje.

Por una parte, el propio personal docente, ha tenido que modificar diferentes actividades, como es el caso de la respuesta con sus propios recursos para aportar al sistema educativo sus elementos tecnológicos, la manera de comunicarse con sus estudiantes, la llegada de infinidad de estímulos y distractores en derredor de éstos, el tiempo de capacitación y recursos de conectividad, así como la necesaria y forzada necesidad de adaptar sus prácticas pedagógicas para responder a las nuevas condiciones en que se desarrolla el proceso educativo, situación que le ha traído extenuantes y estresantes jornadas ampliadas de trabajo

Por otra parte, la inmersión de la escuela en cada uno de los hogares, o de los hogares en la escuela, como quiera apreciarse,  ha generado cambios importantes en las familias. En el caso de los padres y madres de familia, su coparticipación en el proceso educativo se ha hecho más vivible y ha representado no solo un reto para ellos, sino para el propio docente, en donde ahora debe de quedar claro no solo para su estudiante, sino para la propia familia o personas de apoyo, la ruta de aprendizaje.

Y por supuesto la complejidad para las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, no solo por el reto que plantea en sí la falta de elementos tecnológicos y conectividad para dar seguimiento a su educación, sino el modelo educativo de la propia educación a distancia que plantea sus propios retos, el aislamiento social de sus compañeros, así como la carga de violencia en el hogar que se ha incrementado, que sin duda todo ello, además de otros factores, han contribuido a la sensible baja de estudiantes que siguen adelante en el Sistema Educativo, misma situación que nos debe de preocupar pero más que todo de ocupar.

Todo lo anterior, debe de generar una profunda reflexión, sobre los aprendizajes que son prioritarios, eliminar la carga enciclopédica, privilegiar el aprendizaje basado en el propio contexto de las y los estudiantes, el rápido desarrollo de metodologías que, basadas en competencias, permitan enfrentar esta nueva realidad que ya supera los nueve meses y cuyo desenlace en el corto y mediano plazos parecen integrar elementos propios de una educación que incorporará elementos del ayer, pero sobre todo, del mañana…


manuelnavarrow@gmail.com

https://manuelnavarrow.com

Fuente: https://profelandia.com/hacia-un-nuevo-modelo-educativo/

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