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Ecuador: La lucha política y el “otro bando”

La lucha política y el “otro bando”

Por Juan J. Paz y Miño Cepeda

Para Firmas Selectas de Prensa Latina

Los conflictos políticos entre liberales y conservadores, que caracterizaron el primer siglo de vida republicana en América Latina, no estuvieron ajenos a la intolerancia e incluso a la guerra civil. A mediados del siglo XIX, en Argentina y México lograron implantarse las primeras reformas liberales; en Colombia, en cambio, el bipartidismo, que no descartó la lucha armada en sus enfrentamientos, se extendió hasta el siglo XX; y en Ecuador el triunfo liberal solo fue posible por la revolución armada, en 1895.

La violencia, la persecución a los contrarios, la arbitrariedad procesal, la cárcel y la imposición de gobiernos autoritarios o de dictaduras han formado parte de las disputas políticas latinoamericanas del siglo XX, incluso una vez que el viejo bipartidismo fuera superado y que en su lugar surgiera la pluralidad de partidos políticos y se lograran progresos significativos en la democracia representativa.

Pero el avance de fuerzas sociales y políticas, capaces de cuestionar seriamente los poderes tradicionales, siempre fue visto como el peligro mayor. Colombia ofrece uno de los ejemplos históricos más significativos: la explosión social y el apoyo popular a Jorge Eliécer Gaitán (1903-1948) lucían como un riesgo al poder.

La solución fue doble: no solo el asesinato del carismático líder, sino la creación, una década más tarde, del “Frente Nacional”, por el cual conservadores y liberales se turnarían en el gobierno durante los próximos 16 años (1958-1974). Sin embargo, con ello excluyeron la posibilidad de acceso al poder de otros sectores, y especialmente de las izquierdas, lo cual explica el agravamiento de la violencia en el país, que desde la década de 1960 experimentó el indetenible fortalecimiento de distintos grupos guerrilleros.

La guerra fría, instalada en América Latina desde el triunfo de la Revolución Cubana (1959), sirvió para marginar todo intento de toma del poder por parte de las fuerzas de izquierda, y los gobiernos militares terroristas inaugurados por Augusto Pinochet en Chile en 1973 (en Brasil había dictaduras militares desde 1964), inspirados en el irracional anticomunismo de la época, se propusieron exterminar el marxismo y liquidar a toda izquierda, para lo cual despreciaron la vida, privilegiando las torturas, asesinatos, desapariciones y violaciones a los derechos humanos, que se convirtieron en fenómenos inéditos en la historia contemporánea de la región.

Por cierto, en los países donde no se establecieron semejantes regímenes, las derechas empresariales y políticas, normalmente en forma privada pero también en forma pública, solían argumentar que era necesario “un Pinochet” en su respectivo país (en Ecuador ese ideal formaba parte de las conversaciones y reuniones cotidianas) para acabar con tanto “comunismo”, que para esos sectores comúnmente representaban las luchas obreras y campesinas, la movilizaciones de las clases medias, las reivindicaciones por los derechos laborales y sociales, la demanda por mejora en las condiciones de vida e incluso la protección al medio ambiente.

Pero también es posible hallar momentos históricos en los cuales el odio político se despliega sin control. El ejemplo contemporáneo para América Latina se halla en Argentina, y tuvo como protagonista central a Juan Domingo Perón (1895-1974), quien ejerció la presidencia del país entre 1946-1952 y 1952-1955 (administraciones destacables, porque no fue igual su tercera presidencia entre 1973-1974).

Perón fortaleció una economía social, un poder con base popular y una orientación nacionalista. Amplió los servicios públicos, la protección a los trabajadores y la sindicalización, las reformas para mejorar la calidad de vida de las masas, la industrialización, la afectación a grandes intereses económicos tradicionales.

El papel de Eva Duarte, “Evita”, fue fundamental en el apoyo a la obra social. El “populismo” demostró sus virtudes para superar el régimen oligárquico y construir un modelo capitalista regulado por el Estado. Pero el peronismo ha merecido innumerables estudios y las polémicas persisten entre los mismos académicos, dependiendo de que se acentúe la visión sobre los indudables progresos sociales o la forma autoritaria que se atribuye a su gobierno. En todo caso, las élites del poder (para utilizar un concepto de Charles Wright Mills) no perdonaron al régimen de Perón, por la ruptura histórica que representaba. En septiembre de 1955 un golpe de Estado lo derrocó e instauró la dictadura del general Eugenio Aramburu (1955-1958).

Se definió como “Revolución Libertadora”  pero, al mismo tiempo que se volcaba a favor de la oligarquía liberal y a los intereses del gran capital interno y de los norteamericanos, intervino en los sindicatos y la Confederación General de Trabajadores, así como pasó a implementar la “desperonización” de la sociedad, que incluyó fusilamientos y cárcel.

El 5 de marzo de 1956 promulgó el famoso decreto-ley 4161 (complemento de otro, el 3855), que declaró fuera de la ley el peronismo, con disposiciones de alcances inusitados, como las de prohibir que se utilice el nombre del general Perón, el uso de fotografías, retratos o esculturas relacionados con funcionarios peronistas o sus parientes (fueron destruidas obras de arte y estatuas), el empleo de otras fórmulas relacionadas como “peronismo”, “peronista”, “justicialismo”, o “tercera posición”, la prohibición de las fechas exaltadas por el anterior régimen, las composiciones musicales o fragmentos de “Marcha de los muchachos peronistas” o también “Evita Capitana”.

Las propias fuerzas armadas fueron depuradas. Resultó imposible pensar en la participación electoral de los peronistas, pues quedó bloqueada. Y se llegó al extremo de secuestrar el cadáver de Evita, que pasó de un reparto a otro, hasta su paradero final en un cementerio de Milán, en Italia y con un nombre falso, donde permaneció largo tiempo. La proscripción oficial del peronismo duró hasta 1964.

La política empresarial, antilaboral y antisocial ocasionó la “Resistencia Peronista”, que expresó a múltiples sectores, con acciones populares, huelgas, boicot productivo, manifestaciones y también acciones clandestinas, explotación de bombas y otros atentados, que antecedieron a la conformación de grupos guerrilleros. Paradójicamente, a despecho de lo que creían sus enemigos, el peronismo se convirtió en una fuerza política e histórica de Argentina, que tiene vigencia hasta el presente, pues fue la base de respaldo del kirchnerismo y, sin duda, del triunfo presidencial de Alberto Fernández el año pasado.

Esta, que parece una historia del pasado, tiene suficientes elementos para comparar con el presente, porque el ensañamiento y la persecución política siguen caracterizando la vida latinoamericana, a pesar de los avances modernizantes. El ejemplo más significativo está en Brasil.

Los estudios que se han realizado en Latinoamérica, no han podido soslayar el hecho de que el lawfare, el contubernio de los medios de comunicación más influyentes, la judicialización forzada y selectiva, el afán por desmontar lo construido en cuanto a beneficios sociales, el deseo por recuperar la vía neoliberal-empresarial de desarrollo, a fin de garantizar el dominio de la élite económica tradicional, fueron cuidadosamente empleados para perseguir a Luiz Inácio Lula da Silva (presidente entre 2003-2010), desmontar sus logros y proscribir su figura política.

Argentina del pasado o Brasil en la historia más reciente, han sido el punto de referencia para que el camino de la política del odio contra el otro se convierta en modelo, atropellando leyes y derechos. Pero las condiciones históricas no son las mismas que tuvo la época de Aramburu.

De modo que ya no es posible ocultar las políticas de revanchismo selectivo ante el mundo y mucho menos ante las poblaciones nacionales. Tampoco es posible burlar las institucionalidades nacionales e internacionales sin consecuencias jurídicas y políticas. Como lo demostró el peronismo, los pueblos forjan ideales que los golpes no logran destruir.

Autor: Juan J. Paz y Miño Cepeda

Fuente de la Información: https://firmas.prensa-latina.cu/index.php?opcion=ver-article&cat=P&authorID=129&articleID=2846&SEO=paz-y-mino-cepeda-juan-jose-la-lucha-politica-y-el-otro-bando

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¿Crímenes de lesa humanidad?

Por: Elisabeth de Puig

El derecho al aborto en las tres causales que se debate en nuestro país es una deuda democrática de respeto hacia la autonomía y libertad de las mujeres que no deben verse forzadas a llevar a término un embarazo de alto riesgo físico o psicológico o producto de una violación.

Leí en el periódico El Caribe la semana pasada el artículo de un eminente periodista y escritor que tacha el aborto de crimen de lesa humanidad, como lo han venido haciendo grupos opositores al aborto en varios países, usando una falsa asimilación de contextos y hechos para radicalizar sus posturas. Con estas tergiversaciones dejan entender que el aborto es un crimen como los que cometían los nazis para asegurar la pureza de la raza aria durante la segunda guerra mundial.

Esta práctica de confundir con el vocabulario deja evidencia de cómo las palabras adquieren valores diferentes según las posiciones desde las que se las enuncia. La misma produce una peligrosa y malévola amalgama, chocante para todos aquellos que -de una u otra manera- han sido víctimas o descienden de víctimas de crímenes de lesa humanidad como el holocausto, genocidios, crímenes de guerra, o los crímenes ejecutados por las dictaduras chilenas y argentinas.

Molesta sobremanera que se use tal retórica cuando la definición de los crímenes de lesa humanidad es inequívoca, “sonaquellos delitos, especialmente atroces y de carácter inhumano, que forman parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil, cometidos para aplicar las políticas de un Estado o una organización”.

Los detractores del aborto salen de los fundamentos que les han servido de base hasta ahora, basados en creencias o ideologías vinculadas a la religión, recurriendo de manera consciente a conceptos que no corresponden a la especificidad del aborto usando desviaciones discursivas para desvirtuar el debate.

Reivindican el derecho a la vida del feto olvidando, de plano, que la mujer embarazada sería detentadora del mismo derecho. En la República Dominicana enarbolanel artículo 37 de la Constitución, el cual establece que “El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte”.

Empero, no se trata de un principio universal sino de una convención establecida por los legisladores como es el caso, por ejemplo, del Código Civil Español, que indica en su artículo 29 “[e]l nacimiento determina la personalidad”.

Se debe tomar en cuenta que una constitución es un conjunto de normas que no se pueden dividir y que garantiza otros derechos, como el derecho a la dignidad, establecido en el artículo 38 de la constitución dominicana, o el derecho a la integridad física, psíquica, y moral, y a vivir sin violencia fijado en el artículo 42.

Es dentro de esta línea que se pretende, a partir de una interpretación restrictiva de la Constitución, ignorar la existencia de otros derechos impidiéndole, por ejemplo, a una mujer que ha sido violada optar por poner fin a un embarazo fruto de este acto de violencia, sustentando su derecho en la Carta Magna.

El derecho al aborto en las tres causales que se debate en nuestro país es una deuda democrática derespeto hacia la autonomía y libertad de las mujeres que no deben verse forzadas a llevar a término un embarazo de alto riesgo físico o psicológico o producto de una violación o recurrir a un aborto en situación de clandestinidad en entornos insalubres.

Esa opción forma parte de los derechos humanos de las mujeres, niñas y adolescentes que figuran en los acuerdos internacionales suscritos por República Dominicana, además de estar prevista en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

La mujer del siglo XXI no es un mero objeto reproductor, sin permiso para tomar decisiones sobre su cuerpo y sexualidad, sin capacidad de resolución de conflictos, sin posibilidad de vida ni pensamiento autónomo, subyugada a diversos poderes religiosos, parlamentarios, médicos y jurídicos fundados sobre una idea de dominio masculino.

Los defensores de las tres causales defienden la restitución de la autonomía de las mujeres mientras los opositores a éstas consideran que el feto es un sujeto de derechos que prevalecen sobre la mujer que lo porta en su vientre.

Los derechos son universales e innegociables, las ideologias o creencias son individuales.

Fuente: http://otrasvoceseneducacion.org/wp-admin/post-new.php

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Continuar respondiendo ante la crisis alimentaria

Por: Roberto Patiño

La crisis alimentaria sigue siendo una de las principales emergencias que vivimos los venezolanos, ahora profundizada en la coyuntura inédita de la pandemia del covid-19.

Todos los vectores del problema del acceso a alimentos se han agravado. La crisis hiperinflacionaria, la escasez de combustible, el colapso de servicios, además del decrecimiento en la producción agrícola, convergen para continuar poniendo a un número cada vez mayor de venezolanos en situaciones de riesgo y emergencia alimentaria. Se afectan de manera significativa poblaciones tan vulnerables como la infantil y la de la tercera edad.

El Banco Central de Venezuela reconoce variación de precios acumulada en 7 meses (enero-julio) de 505,74% y en un año 2.239%, mientras que Fedeagro señala que esta es la peor situación de la agroindustria en 50 años. Esto significa que en medio de una brutal crisis económica (ahora global a causa de la pandemia) los venezolanos tienen menos dinero con el que comprar alimentos en una oferta aún más limitada.

Esta situación es más extrema en el interior del país, como reportan líderes de Alimenta la Solidaridad en estados como Falcón y Zulia, en los que el acceso a alimentos se ha restringido sustancialmente en mercados y cadenas de distribución. De igual forma, la crisis de combustible y servicios básicos dificultan el transporte, preparación y preservación de la comida. En las comunidades del país se está cocinando con leña ante la falta de gas y los constantes cortes y fallos del sistema eléctrico afectan el uso de refrigeradores y neveras.

En el movimiento Caracas Mi Convive hemos estado enfocados en enfrentar la crisis alimentaria desde sus primeros momentos, a través de iniciativas como Alimenta la Solidaridad, en la que los más afectados tiene un rol protagónico en el funcionamiento y sostenibilidad de las soluciones a la emergencia.

Estos emprendimientos cobran una nueva dimensión ante el contexto de imposición de un régimen dictatorial que estamos viviendo. El Estado no genera soluciones para la crisis, sino que por el contrario la instrumentaliza para fortalecer sistemas de control y represión, o la manipula con fines propagandísticos. Sin el apoyo de instituciones, y muchas veces bajo hostigamiento oficial, los ciudadanos buscan formas de vinculación y encuentro que les permitan dar respuesta a la emergencia diaria.

En el contexto del agravamiento de la crisis alimentaria que estamos viviendo en el país, el fortalecimiento y la ampliación de las redes de apoyo y de iniciativas autogestionadas desde la sociedad civil es de una importancia vital. En muchos casos, representan la única opción de acceso a comida para grupos familiares, así como la posibilidad de vinculación a agrupaciones y organizaciones de apoyo.

Nuestros comedores de Alimenta la Solidaridad Petare, por ejemplo, se han mantenido en funcionamiento no solo bajo las difíciles condiciones de la pandemia y la cuarentena general, sino también lidiando con la grave situación de violencia desbordada que vive la comunidad petareña desde hace varios meses.

Hace pocos días, Alimenta la Solidaridad Petare celebró 3 años de funcionamiento. Esta es solo una muestra de las difíciles condiciones que estamos viviendo, pero, también, de los logros y esfuerzos que las personas están realizando para continuar respondiendo a la crisis nacional desde el encuentro y la convivencia.

robertopatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/continuar-respondiendo-ante-la-crisis-alimentaria/

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La ética, una tarea de todos y de todas

Por: Dinorah García Romero

La educación ética no sobra en este país en ninguno de los sectores ni en ninguno de los actores. Las diferentes instituciones y cada ciudadano hemos de hacer un esfuerzo para  analizar qué tanto estamos contribuyendo para que este país avance en materia de ética.

Diversos países del mundo atraviesan situaciones difíciles, provocadas por múltiples causas. Uno de estos factores causales está vinculado al comportamiento ético. Si miramos más allá de nuestras fronteras, nos encontramos con el caso de Perú, de Israel, de Líbano, de Brasil y otros. En España, Italia, Bielorrusia y Polonia también se viven momentos complejos, provocados por actuaciones apartadas de los requerimientos de la ética.  Al fijar la vista en el ámbito local, nos damos cuenta de que el debate está en un momento de ebullición, particularmente con respecto al comportamiento de instituciones y de funcionarios del gobierno que ha concluido su trabajo. La sociedad dominicana fortalece su sensibilidad con respecto a las acciones y a los discursos que marginan la ética. Han adquirido fuerza los grupos y las acciones orientadas a restablecer una ciencia tan importante como la ética, tanto en las instituciones del país como en las personas que prestan servicio en el sector público. Las manifestaciones de la sociedad dan señales del interés y de los medios que se han de disponer para mejorar significativamente el funcionamiento ético en las instituciones del Estado y en los servidores públicos. Es necesario que el foco de atención tenga una perspectiva integral. La ética en el sector privado es tan urgente e importante como en el sector público.

El sector privado ha mostrado más capacidad  de control y de creatividad para gestionar en silencio sus problemas éticos. Esta gestión inteligente pone en acción un sistema de control que crea dificultades para que se conozca y se analice a fondo cómo opera en el sector privado el rigor ético. En ambos sectores hay instituciones y personas que actúan con apego a la ética. En sendos sectores, hay instituciones y personas que se separan de esta ciencia. Pero es necesario indicar que el comportamiento ético no solo ha de afectar la dimensión institucional en cualquiera de los sectores, público y privado; también ha de tenerse en cuenta en la práctica individual y colectiva. Especialmente, ha de construirse una cultura ética desde la vida cotidiana. Es en el día a día cuando debemos tener en cuenta cuánto nos acercamos o nos alejamos de una actuación ética que evidencie respeto a la propia dignidad y a la de los demás. Es en los hechos más comunes y sencillos donde debemos tratar de identificar qué capacidad tenemos para forjar transparencia y respeto a los bienes individuales y colectivos. Los desafueros éticos se están convirtiendo en hechos naturales; y esta situación afecta profundamente el desarrollo de las personas y de la sociedad.

La educación ética no sobra en este país en ninguno de los sectores ni en ninguno de los actores. Las diferentes instituciones y cada ciudadano hemos de hacer un esfuerzo para  analizar qué tanto estamos contribuyendo para que este país avance en materia de ética. Esta realidad obliga a pasar del análisis a la identificación de prácticas concretas que están bloqueando un funcionamiento social y personal digno y nítido. En este campo no vamos a progresar si solo esperamos que los otros cambien sus actitudes y prácticas ante la confrontación ética que viven.

En las raíces de la constante violación a los principios éticos que norman la sociedad, las instituciones y la práctica de las personas, están la carencia de educación social y ética; la crisis de corresponsabilidad institucional y ciudadana, así como la debilidad del sentido de pertenencia a una nación que requiere de nuestro empeño para fraguar una institucionalidad sólida, justa y al servicio de todos. La actuación ética no es coyuntural; obliga en la vida cotidiana a todos los ciudadanos, grupos e instituciones. Desde esta perspectiva, no es posible exigirle a otro lo que estoy violentando en la vida diaria, aunque sea un detalle. En esto la coherencia tiene un rol protagónico. El país espera nuestra contribución personal, institucional y como colectivo, para avanzar en el campo de la ética política, económica, cultural y social. La ética ha de ser una tarea de todos y de todas en la vida diaria.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/la-etica-una-tarea-de-todos-y-de-todas-8860500.html

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Horizonte común

Por: Manuel Gil Antón

Y, sin embargo, la educación se mueve. Dejemos a un lado consideraciones críticas. Más allá de cualquier debate, en todas las circunstancias imaginables de la diversidad inmensa del país, el primer día de clase millones de personas inauguraron, otra vez, un sendero al horizonte compartido: el camino a la escuela como condición y expectativa de un futuro mejor. Ha de hacerse, es lo esperado, natural y recurrente: iniciar el nuevo año escolar.

Con independencia de las consideraciones en torno a la idoneidad de lo propuesto por la SEP, miles de miles de niñas, niños y adolescentes retornaron al intento de aprender. Cientos de miles de maestras y maestros al proceso posible para conseguirlo, y millones de madres y padres, abuelos, tías y vecinas, en algún lugar de la casa, tomaron la cazuela por el mango sin saber cómo se hace esa extraña sopa de letras, dispuestas, eso sí, a acompañar a las criaturas lo más y mejor posible. De muchos modos: disfrazada la sala de salón, o un rincón de la recámara como remedo del aula; la parte más alta del ropero con los cuadernos recargados en el burro de planchar, sin olvidar la mesa chaparrita al lado del puesto en el mercado donde varias personas, menores en talla al metro y veinte, miran una pantalla compartida mientras la madre de una despacha.

Una proporción enorme de la sociedad se dispuso a iniciar, otra vez, senda a la escuela, a esa extraña manera de decir presente desde la casa, sin poder evitar salir algunos pues la necesidad aprieta y otros en un galerón abierto.

Visto así, como un movimiento social cuyo caudal es enorme, apreciamos la importancia de la educación para nosotros, sea como sea la manera de ocurrir y suceder. Conmueve la cuota de esperanza invertida en su posibilidad aún en las peores condiciones. Una cubeta volteada sostiene un pedazo de madera y ya está el pupitre listo, pues un banquito de ordeñar de altura baja lo completa.

¿Ya me toca a mí? Chispas, creo le puse la clase de tercero al de primero y no anotó nada. No le hace, algo se les pegará. La cosa es atinarle a sus preguntas. Si no acabalé hasta sexto, cómo le hago si me pide ayuda con eso del núcleo del sujeto. Pues ya veremos, el chiste es que no dejen de estudiar para ser alguien en la vida.

Pese a todo, siguió viva la convicción: es mi herencia, no te puedo dar otra cosa. Será tu haber mientras hoy es mi deber sentarte frente a la tele. Y muchísimas maestras, junto a montones de profesores se las ingenian para no perder contacto con “sus niños”: ¿cuántas vimos que descolgaron la Última Cena para poner, en esa pared, la más grande, con letras coloreadas a manera de fondo del salón, el maravilloso mensaje de bienvenido 6º. A. Y el profe que da asesoría a media noche a madres angustiadas. También esos mensajes: “maestra, luego le mando la tarea, cuando junte los centavos para hacer una recarga. Sí la hice, de veras, pero no tenía ya datos”.

Alguien presta la cochera donde llega su internet para quien ocupe. Van el lunes en “la pasajera” cartas de docentes para entregar en las casas con algunos ejercicios y actividades. Y en papel mal doblado a veces, regresan el jueves.

Un país con esperanza. Una tierra confiada en el vínculo, cual sea, proveedor de aprendizajes o al menos de algo parecido para no dejar caer esa tozuda confianza en el estudio. ¿Tendrá éxito la estrategia del gobierno? ¿Las inventadas por los colectivos docentes en su contexto? No sabemos. Tratar de hacerlo es lo más educativo en estos días.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/horizonte-comun/

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La entelequia educativa

 Mauro Jarquín

Un camión de la policía estatal embiste a estudiantes de la escuela normal rural Francisco de Quiroga en Michoacán, durante una protesta para solicitar apoyos del gobierno con el fin de realizar actividades culturales; como resultado, varios estudiantes heridos, uno de ellos en condición grave. En el Presupuesto de Egresos de la Federación se propone un recorte de más del 90% del presupuesto destinado a las escuelas normales, formadoras de docentes. Se presenta también una Iniciativa de la Ley General de Educación Superior, en la cual se consideran elementos que abren la puerta a la exclusión educativa y docentes del Estado de México y Veracruz viajan a la Ciudad de México para exigir la resolución a distintas demandas pendientes. Todo esto prácticamente en la misma semana. Al parecer, el panorama educativo nacional no ha cambiado mucho a dos años de gobierno de la 4T,    salvo por la legitimidad de la cual goza el gobierno federal en amplios sectores del magisterio.

Más allá de las vicisitudes multinivel (federal, estatal, municipal) y partidista que desarrolla toda política, y el recurrente asedio directo a las instituciones formadoras de docentes por parte de autoridades estatales -entre las cuales el gobernador Silvano Aureoles ocupa un lugar importantísimo- lo cierto es que ha terminado por aclararse algo que muchos no esperaban y otras voces se han negado a aceptar: la continuidad del neoliberalismo en rubros importantes de la política educativa nacional, el cual, declarado en algún momento muerto, sigue vivito y coleando. Muestra de ello es el recorte presupuestal a programas docentes y escolares, la proliferación de alianzas público-privadas con grandes consorcios empresariales para la provisión del servicio educativo público, la creación de mercados educativos con el pretexto de la imperativa digitalización en tiempos de pandemia y post pandemia y el continuo golpeteo a la profesión docente, por la vía del des-financiamiento federal o de la represión física a nivel estatal.

Los elementos mencionados son herencia directa del neoliberalismo en educación, entendido este tanto en clave de política económica (ampliación de espacios de inversión al capital, contención del gasto público en servicios sociales) como de políticas de gestión de las poblaciones y colectivos (generación de lógicas disciplinarias y subjetivaciones específicas) solo que ahora recubierto de una retórica de cambio y primacía de los intereses populares.  Algo que no resulta precisamente novedoso en el contexto latinoamericano si tomamos en cuenta la experiencia en años recientes de Ecuador y Brasil, por ejemplo.

Si partirnos de la máxima cristiana por sus frutos los conoceréis, podemos afirmar con seguridad que la gran transformación educativa de la 4T es realmente una entelequia; es decir, una cosa irreal que habita en la imaginación de la burocracia educativa, de algunos cuadros del lopezobradorismo y del propio Presidente. Dicha idea ha generado cierto arraigo en distintos sectores de la población mexicana, lo cual responde parcialmente a que para la opinión pública ha resultado cuando menos nebuloso el proceso de diseño y ejecución de la política educativa en el sexenio en curso, con todo y el desfase entre el discurso público con el cual se han justificado las decisiones oficiales, los elementos clave plasmados en los documentos rectores de política educativa y los hechos concretos de su actuación.

Basta dar un vistazo tanto al Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 como al Programa Sectorial de Educación 2020-2024, en los cuales se hacen afirmaciones como: “el proyecto educativo de la presente administración garantizará el respeto a los derechos del magisterio, el fortalecimiento de las escuelas normales publicas, la creación de un sistema de promoción vertical y horizontal justo, y el reconocimiento del esfuerzo que realiza el personal docente en el aula” o “ningún joven que desee cursas estudios de licenciatura se quedará fuera de la educación superior” para comprender el desarrollo de una grandes expectativas que siguen vigentes en el el magisterio y las comunidades educativas.

En el Plan se afirma que durante el periodo neoliberal “se pretendió acabar con la gratuidad de la educación superior”, que “los ciclos básico, medio y medio superior fueron vistos como oportunidades de negocio para venderle al gobierno insumos educativos” y que “se emprendió una ofensiva brutal en contra de las normales rurales”. Ante ello, afirma, el gobierno federal se comprometió a “mejorar las condiciones materiales de las escuelas del país, a garantizar el acceso a todos los jóvenes a la educación y a revertir la mal llamada reforma educativa”.

Por su parte, el Programa matiza la retórica de ruptura total al recordar el compromiso adquirido por el Estado mexicano respecto a la realización del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, enfocado a “garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje”, lo cual plantea una continuidad tácita en ciertos rubros de política pública. Aún así, el documento afirma un cambio profundo en el proyecto educativo a través del desarrollo de seis objetivos prioritarios: a) educación equitativa, inclusiva, intercultural e integral; b) educación de excelencia; c) revalorizar a las maestras y los maestros; d) entornos favorables para el proceso de enseñanza-aprendizaje; e) derecho a la cultura física y f) fortalecer la rectoría del Estado en la educación. Todos articulados en 30 estrategias prioritarias y 274 acciones puntuales.

El preocupante desfase entre retórica y acción resulta cada vez más claro. Es curioso ver cómo a escasos dos meses de la publicación del Programa, sus contenidos parecen ya quedar inoperantes. Como muestra, dos cuestiones:

La acción puntual 1.6.4, perteneciente a la Estrategia Prioritaria 1.6, respecto a la obligatoriedad y gratuidad de la educación media superior y superior consiste en: “promover la revisión de los mecanismos de selección y admisión de estudiantes para la inclusión de grupos sociales desfavorecidos en las oportunidades de acceso al sistema, respetando, en su caso, la autonomía de las universidades. No obstante, en la Iniciativa de Ley General de Educación Superior se mantiene una política de exclusión educativa fundada en los “requisitos” de las instituciones de educación superior, lo cual permite pensar que “estamos frente a una inaudita cesión de una función del Estado (garantizar la educación) a lo que decidan establecer las autoridades de las instituciones públicas y también las de las privadas” (https://www.jornada.com.mx/2020/09/12/opinion/016a2pol). ¿Hasta qué punto dicha sesión fue producto de un acuerdo cupular entre burocracias universitarias y élites empresariales del CCE y la COPARMEX? Aún no lo sabemos.

Por otro lado, la acción puntual 4.1.4, de la Estrategia Prioritaria 4.1 respecto a asegurar las condiciones de infraestructura física educativa, considera: “fortalecer la infraestructura y el equipamiento de las escuelas normales y de las instituciones de educación superior formadoras de maestras y maestros”. Algo prácticamente impensable tras las proyecciones de gasto destinadas a las necesidades de las escuelas normales así como programas de formación docente.

En un contexto de confusión respecto a la práctica concreta de la política educativa lopezobradorista, el presupuesto y la unidireccionalidad de la toma de decisiones han resultado clarificadores. Y es que es importante preguntarnos que, sin fortalecimiento a la profesión docente, sin acciones afirmativas del Estado por extender la educación superior a un número cada vez mayor de jóvenes (más allá del proyecto de Universidades para el Bienestar Benito Juárez García), sin inversión considerable en educación de primera infancia, sin un criterio novedoso para evaluar el sistema educativo nacional (dada la primacía acrítica por la prueba PISA, establecida también en el Programa), sin una participación real de las distintas expresiones magisteriales en las discusiones sobre el desarrollo de su trabajo, etc.,  resulta muy complicado aceptar la narrativa de la transformación.

Es verdad que la reforma constitucional de la 4T desvinculó la evaluación docente de su permanencia en el empleo, y con ello puso fin a la terapia de choque a la cual había sido sometido el sistema educativo nacional. Sin embargo, dado el apoyo electoral brindado por el magisterio en la campaña electoral de López Obrador, así como su entrega constante en el trabajo en el aula, ya sea física, virtual o inexistente, tal medida debería ser el inicio de un sistemático cambio educativo de largo aliento, y no un dispositivo de control sobre la crítica y la movilización. Alguien podrá decir que de poco sirve señalar las inconsistencias de la política educativa en curso. Sin embargo, vale la pena reconocer que la educación es esencialmente, un campo en disputa. Una disputa que se construye con las luchas cotidianas y que en términos concretos, no está definida a priori. Y ante el contexto de un gobierno que pese a ciertas definiciones aún se construye, resulta fundamental identificar las los claroscuros, para llamar a caminar en un sentido distinto.

Twitter: @MaurroJarquin

Fuente: https://profelandia.com/la-entelequia-educativa/

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Consejos para hacer un buen uso de la mascarilla en el aula

Por: Educación 3.0

Debe cubrir la boca y la nariz, si se manipula deberá ser desde las gomas laterales y, si se guarda, tendrá que ser en un lugar seco y ventilado. Estas son algunas de las indicaciones sobre cómo deberían usar las mascarillas en la vuelta al cole para evitar la propagación del virus entre los más pequeños que ofrece el virólogo Estanislao Nistal.

Junto con el material escolar tradicional, este año los niños mayores de 6 años deben llevar además una mascarilla durante toda la jornada escolar. En muchos colegios solo se admiten las mascarillas quirúrgicas, una decisión muy meditada que busca la seguridad y comodidad de los más pequeños durante el día.

El virólogo y profesor de Microbiología de la Universidad CEU San Pablo, Estanislao Nistal, señala que “el uso de mascarillas quirúrgicas es el más recomendado en los niños que acuden a los colegios porque el tamaño del poro permite respirar con facilidad y al mismo tiempo retener una gran cantidad de partículas que posiblemente contengan el virus y que este no salga al ambiente”.

En este sentido añade que “el no recomendar otro tipo de mascarillas, por ejemplo, las sanitarias o higiénicas, tiene que ver con que esas mascarillas tienen una menor capacidad de retener el virus o las gotas que salgan de nuestra boca. Tienen un tamaño de poro mucho mayor y eso permite que respiremos mejor, pero al mismo tiempo que estemos con la posibilidad de propagar el virus de una manera mucho más fácil”.

Por el contrario, “el no recomendar mascarillas FFP2 o N95 se debe a que estas mascarillas tienen un tamaño de poro mucho más pequeño y son mascarillas que dificultan la respiración de los niños y esto hace que cualquier actividad física o que suponga un esfuerzo se vea dificultada”.

Cómo usar la mascarilla en el aula

Padre e hijo con la mascarilla puesta

El virólogo insiste en la importancia de usar correctamente la mascarilla para mantener la higiene y contener la propagación del virus y, para ello, señala las claves para hacerlo:

  1. Debe cubrir tanto la boca como la nariz, pero también los posibles espacios laterales por donde pueda salir el aire, es decir, que esté totalmente cerrada alrededor de boca y nariz. En este sentido, recomienda usar el alambre de la parte superior que permite asegurar, fijar y cerrar los espacios que pueda haber entre la nariz y la mascarilla.
  2. En el caso de manipularlas, siempre hay que hacerlo desde las gomas de los laterales.
  3. A la hora de guardar las mascarillas o mantenerlas en un lugar durante un tiempo, deben estar en unas condiciones que permitan que estén aireadas y limpias, preferentemente en un lugar seco. Así, se podrán reutilizar. Se recomienda guardar las mascarillas en sobres de papel o materiales desecantes, en un espacio en el que se pueda colgar la mascarilla, siempre que podamos identificar cuál es la de cada uno, ya que su uso es personal.
  4. Se recomienda usar una mascarilla quirúrgica al día; se trata de un uso que permite mantener las condiciones de higiene y prevenir complicaciones que puedan tener los niños a la hora de concentrar bacterias y suciedad que puedan afectar a su salud.

Otras medidas de higiene

En cuanto al lavado de manos, “es una de las medidas higiénicas más eficaces a la hora de contener las infecciones causadas por virus respiratorios o por virus que causan enfermedades gastrointestinales”. Añade que es especialmente importante en niños ya que, en las clases, los pequeños pueden compartir juguetes y desarrollan actividades que suponen contacto físico. A su vez, el uso de algo que desinfecte las manos va a contener la posible transmisión de esos virus a otros compañeros en clase.

Por eso, para él “las tres medidas principales que van a contribuir a la contención de un virus: el uso de mascarillas, el lavado de manos reiterado y la distancia interpersonal”. En ese sentido recuerda que “si todos somos capaces de mantener estas tres premisas en mente, vamos a ser capaces juntos de combatir y de contener la epidemia”.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/consejos-para-hacer-un-buen-uso-de-la-mascarilla-en-el-aula/

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