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El dolor de escribir

Por: Carolina Vásquez Araya

Escribir no es más un desafío intelectual. Es un reto moral que me deja exhausta.

Cada semana busco en el abrumador escenario del caos mundial ese tema crucial, esa parte de la realidad sobre la cual debería explorar conceptos, ideas, información relevante con el propósito de llegar a formar un texto suficientemente lúcido y veraz como para compartirlo. Es un parto difícil porque son muchos los monstruos que nos rodean a diario y nos colocan ante la disyuntiva de hincarles el diente o dejarlos pasar. Pero entonces surgen las dudas y las urgencias: ¿la invasión del imperio contra pueblos indefensos; el abuso del sistema económico o el creciente fenómeno de la búsqueda de justicia y libertad? Luego, pienso en cuán relevante es el papel que nos toca en este concierto desafinado de lo mediático, en donde se cruzan los intereses diversos de nuestras sociedades ante una ciudadanía carente de los recursos para separar la paja del grano porque le han enseñado a creer en lo que leen; a dudar de lo que ven y a aceptar el discurso de los poderosos porque de ahí, de esos círculos de un bien aceitado poder, depende su trabajo y, por ende, su supervivencia.

Por lo tanto, ese prurito que a veces nos hace creer en la pertinencia e importancia de nuestro pensamiento se diluye cual nube de verano al sacudir el ego y comprender, en toda su dimensión, el hecho irrebatible de que somos un elemento descartable en el juego de las grandes ligas. Un juego en donde predomina el discurso predeterminado, diseñado con el propósito de controlar la información, definir los temas prioritarios y acallar las voces independientes: ese molesto rumor de la conciencia ciudadana capaz de alterar el orden de un mundo a la medida. De ese modo, las grandes batallas como las emprendidas por la igualdad de género o el derecho al aborto, el respeto por la diversidad sexual o los derechos de los pueblos originarios, el cese de la esclavitud y de la destrucción del hábitat, pueden convertirse en un molesto -pero más o menos tolerado- ruido ambiental.

Escribir una columna de opinión es un ejercicio doloroso si la intención tras ese esfuerzo cotidiano reside en abrir una ventana a la reflexión. Al abordar un tema de actualidad y desmenuzarlo en un texto limitado por cantidad de caracteres es necesario tener muy claro el lugar que nos corresponde en este concierto: no conocemos más detalles que los permitidos; no lo sabemos todo; nuestras fuentes muchas veces tienen el agua turbia y la única herramienta confiable al alcance es nuestra fortaleza moral para elaborar un mensaje coherente, honesto y bien estructurado. Su difusión –amplia o limitada- es, finalmente, un asunto secundario.

¿Por qué esa urgencia de compartir nuestras preocupaciones ante un universo de lectores totalmente desconocido? ¿Qué nos impulsa a lanzar nuestro llamado de protesta por las aberraciones cometidas por los más poderosos contra grupos específicos y pueblos enteros alrededor del mundo pero también aquí, a nuestro lado, en nuestro entorno inmediato? ¿Es que acaso existe la posibilidad de incidir en el proceso de un cambio tan hipotético como remoto? Las inquietudes personales –porque al final de cuentas una escribe sobre sus propias batallas- van engrosando una lista interminable de actos impunes contra los cuales estrellamos las débiles lanzas de otro discurso, otra reflexión y, consecuentemente, otra frustración al comprobar cómo nuestro entorno sigue girando en la dirección equivocada. Esta digresión es solo eso: una pequeña revolución de las neuronas que todavía conservo, un vistazo breve a las dudas existenciales de esta columnista fiel.

INÚTIL TAREA ESA DE INTENTAR INCIDIR EN LA RUTA DEL PENSAMIENTO COLECTIVO.

*Fuente: https://carolinavasquezaraya.com/2019/10/07/el-dolor-de-escribir/

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Una escuela científica y crítica

Por: Soraya Chapinal

En muchas ocasiones hemos leído “aprender a aprender” y, según el prisma con el que se mire, puede tener diferentes interpretaciones y sobre todo diferentes puntos de vista metodológicos que repercute en las aulas y sobre todo en el alumnado.

Bajo el paradigma de instruccionismo intelectualista se busca el aprendizaje memorístico, reproducción de un sistema político y social basado en la segregación, haciendo una selección del alumnado según sus capacidades intelectuales, aprendizajes más homogéneos y lineales sin tener en cuenta la individualidad. Normalmente guiados por un libro de texto dominado por editoriales e intereses comerciales. Una reproducción de un sistema mercantilista que promueve la competencia a través de pruebas externas y haciendo unos ranking tanto en alumnos y alumnas como en centros educativos que en nada benefician a la comunidad educativa.

Si miramos desde el paradigma del holismo educativo nos daremos cuenta que es un proceso más enriquecedor donde se asumen procesos, apasiona aprender por aprender, se fomenta la observación, la escucha, los tiempos y ritmos de la persona.

Me gustaría señalar a varios autores que reflejan metodologías y bases pedagógicas que fomentan el espíritu científico y crítico.

Ovide Decroly (1871-1932) basó su vida pedagógica a observar y a experimentar sobre el aprendizaje natural en los niños y niñas. El interés del niño es la realidad inmediata, todo su alrededor cercano que no se puede clasificar en materias o asignaturas.

Las actividades básicas han de vertebrar todo el aprendizaje escolar en la observación, la asociación y la expresión. Es decir la observación directa como el primer ejercicio para despertar el espíritu científico, una primera toma de contacto para desarrollar el análisis, pasar de lo global a lo específico que ayude a la infancia a desarrollar las posibilidades ante cualquier objeto de aprendizaje. Después se pasaría a la asociación donde las ideas empiezan a relacionarse, se asimilan y se adquieren conceptos más abstractos, abriendo a otras realidades, otras opciones que abran el campo de estudio. Después daría lugar a la expresión, la comunicación, que puede ser a través del lenguaje, la lectura o la escritura como manual, artística y todas sus vertientes creativas.

Decroly defendía una escuela por la vida y para la vida partiendo de los centros de interés del alumnado despertando su curiosidad como pilar en el aprendizaje.

Un ejemplo claro entre los dos paradigmas lo encontramos en la educación artística: el dibujo de una flor.

Desde el paradigma instruccionista toda el aula pintaría la misma flor de un determinado libro de texto o ficha, con los mismos colores (quizás diferentes) en un tiempo determinado y bajo las instrucciones claras del maestro o maestra para que todas sean iguales. Si es así el ejercicio estaría “perfecto”.

Desde el paradigma holístico quizás nos fijemos más en flores naturales o en fotografías de diferentes flores que cada niño o niña pueda elegir según las características de la flor (observación), descubrir diferentes materiales para poder dibujarla, una elección más acertada o no (asociación) y realizar el proceso final en papel o de manera artística (expresión). Cada dibujo sería diferente, con diferentes materiales, personalizado y con sentido. Descubrimiento, toma de decisiones y elaboración. Implica más tiempo por parte del profesorado y de las familias, pero el proceso es más rico y más globalizado.

Otro de los autores que me gustaría destacar es Celestine Freinet (1896-1966), maestro y pedagogo. Desarrolló la Escuela Moderna y Cooperativa. Su concepto de escuela parte del niño y de la niña, con todas sus posibilidades y con su evolución natural. Para Freinet el trabajo del niño, que no juego, no viene impuesto por el adulto, sino que las actividades responden a sus necesidades de curiosidad y crecimiento. Trabaja con ficheros autocorrectivos, libros de vida, el periódico escolar, el cálculo, vivo, todo basado en experiencias vitales.

La escuela se convierte en una cooperativa escolar que gestiona la vida tanto fuera como dentro de ella.

El pensamiento crítico y la investigación experimental se oponen al adoctrinamiento y a la acumulación de conocimientos.

Su gran legado de las técnicas Freinet como son la imprenta escolar, la correspondencia interescolar, el plan de trabajo, el texto, el dibujo libre y los libros de vida, las asambleas cooperativas, los complejos de interés, hacen que se desarrolle la capacidad creadora que permite que, a través de las actividades, los niños y niñas puedan opinar, discutir, manipular objetos, trabajar, investigar, criticar la realidad desde una perspectiva de transformación social.

También me gustaría recordar a Rosa Sensat (1873-1961) que concebía la actividad escolar como una continuación de las actividades de la vida cotidiana, familiar y social.

Rosa Sensat decía “la naturaleza es el ambiente más adecuado a la normal evolución de la infancia, asegurando el derecho que este tiene al aire puro, a la luz del sol, al agua, al ejercicio físico y a la libertad y alegría”.

Actividades que despierten su interés, que estén relacionados con lo que realmente ocurre en su entorno familiar, social y natural involucrando a toda la comunidad educativa en la participación crítica y constructiva de todo lo que les rodea.

Se puede conseguir desde una globalización de los aprendizajes dando sentido a todo lo que se experimenta en la escuela, en el barrio y en la ciudad, o, como fomentaba R. Sensat, en sus escuelas-bosque.

Me gustaría terminar con un trabajo maravilloso que han realizado los Movimientos de Renovación Pedagógica (MRP) junto a Ecologistas en Acción (EeA) 99 Preguntas y 99 experiencias para vivir en un mundo justo y sostenible, donde desarrollan todo un trabajo científico, fomentando un espíritu crítico desde la pregunta. El aprendizaje no es saber las respuestas, sino la capacidad de cuestionar y plantear otros esquemas posibles para transformar aquello que no nos gusta y buscar el bien común, la justicia social.

Fuente: https://revistainnovamos.com/2017/07/28/una-escuela-cientifica-y-critica/

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Many students will be locked out of third-level if costs and supports don’t start to balance

By: Callaghan Commons.

WE LIKE TO think of Ireland as a fair and just society where everyone has equal opportunities. However, numerous barriers are currently in place that prevent young people from accessing third-level education. Budget 2020 could change this, but will it?

Rents have skyrocketed

One of the main issues facing students and young people in Ireland at the moment is accommodation. In a recent study, Dublin was named one of the most expensive cities in the eurozone due to high rents. However, this is far from just an issue faced by students living in the capital, as rents have skyrocketed in other areas of the country such as Cork and Galway.

While the Government has introduced some measures to prevent escalating rents, such as a rent cap of 4%, this has done little to protect students. The cost of purpose-built student accommodation has risen by extortionate percentages in the past year alone. DCU students saw a 27% increase in rent in the Shanowen student accommodation complex in the 2018/2019 academic year. Similarly, Cuirt na Coiribe student accommodation in Galway increased their rent by 18%.

Due to these high rents, students have been forced to couch-surf, sleep in their cars or in some cases drop out of college altogether. Many students are also commuting long distances across the country to attend college everyday.

It’s about time that the Government took action on the current accommodation crisis and invested in building affordable accommodation – and it needs to happen now.

Second-highest college fees in EU

One of the biggest expenses for young people is college fees, which have increased by 275% since 2008 to €3,000. Ireland currently has the second highest fees in the EU and after Brexit, it will be the highest. But it’s unlikely the Government will introduce any measures to reduce this.

In 2016, the Cassells report offered three options for the funding of Irish higher education institutes. The first is the removal of the student contribution fee and introducing a publicly-funded model. The second option is leaving the current student contribution charge in place and increasing state funding of universities and other third-level institutions. The third option is the introduction of an income-contingent loan system – a similar model in Australia has left students in crippling debt.

However, despite the options available, it’s unlikely that any measures will be introduced in Budget 2020 to lower university fees. What we need to see from the Government in this budget is an investment in third-level education, especially at a time when Ireland’s universities are falling in the global rankings.

Little-to-no support

According to the Union of Students in Ireland (USI), the number of students in receipt of the SUSI grant has fallen from a height of over 80,000 in 2015 to 76,000 in 2018. However, the number of students in the Republic of Ireland has hit a high of 235,644 in 2017.

More worryingly, the postgraduate maintenance grant was effectively abolished in the Budget in 2012, leaving postgraduate students facing high-fee barriers and little-to-no support for living costs. This is preventing students across the country from engaging in further studies after their undergraduate degree.

But is it likely that access to education will be a priority for Budget 2020? With Brexit on the horizon, it’s clear that the Government’s priority will again be shifted away from education and students will be left battling high education and accommodation costs. As we can see with students like Greta Thunberg who is inspiring her generation to stand up for climate change, students from across Ireland will be taking to the streets later this year for the ‘Break The Barriers’ protest demanding a better future and accessible education in Ireland.

Young people in Ireland want to be educated and they want to be able to lead their country. Budget 2020 is the place to start, because we as students and as future leaders won’t stop until Ireland is a fair and just society where everyone has equal opportunities to education.

Source of the article: https://www.thejournal.ie/readme/education-key-issue-budget-2020-4832433-Oct2019/

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La filosofía para niños y niñas como propuesta a una educación fragmentada

Por: María Alejandra Vega Molina. 

 

Un niño de 4 años y un adulto están apoyados en la baranda de una piscina mirando su imagen reflejada en el agua. Entonces el niño pregunta:

Niño:-¿Con qué ojos me ves, con los de arriba o con los que están en el agua?

(El adulto no entiende la pregunta y pide una explicación)

Niño: “Lo que te digo es si tú me ves a mí en el agua o con los ojos del agua me ves a mí que estoy afuera”

Adulto: ¿Y tú cómo me ves a mí?

Niño: -Yo te veo en el agua con los ojos de afuera.

Santiago (2006,6)

Este niño desde una interrogante plantea uno de los problemas iniciales del conocimiento, descrito por Barbera, “nadie ha podido, ni puede mirar para afuera, siempre hemos mirado para adentro”, es que el ser humano, necesita conocer, la vida se convierte en una interrogante constante. De esta manera, la búsqueda de la verdad no es un trabajo, es una necesidad vital, no se puede ser neutro ante el mundo que les rodea (Barbera, 2013,6).

Este preguntarse por qué las cosas son como son la hemos perdido los adultos, aceptando las cosas más enigmáticas de la vida como parte de la cotidianidad, muchos ni siquiera han vivido la experiencia de asombrarse o de buscar los significados de su experiencia, convirtiéndose en ejemplos de aceptación pasiva de los niños que aceptan esos modelos como patrones de conducta. En este orden, cabe preguntarnos cómo la escuela aborda estas interrogantes que permiten fortalecer el verdadero sentido de vida de la infancia.

Es que los niños están en constante contemplación de su mundo, siempre quieren saber el propósito de todo, el origen de las cosas y los misterios presentes en cada una de las interrogantes. Tienen una necesidad de comprensión de la totalidad, por eso intentan buscar respuestas totales, es ese sentido de asombro, de maravilla ante la realidad hace que los niños se pregunten “no solamente sobre sí mismos sino sobre el mundo, ¿de dónde vino el mundo? ¿cómo llegó a ser como es? ¿hasta qué punto somos responsables de él?, y si no lo somos ¿quién lo es?” (Lipman, p 90).

Esta disertación es un ejercicio de problematización que he estado realizando como docente,  antes de incursionar en lo que ha sido la filosofía vengo de otras disciplinas relacionadas con el lenguaje, con la cultura. Es que a medida que va pasando el tiempo uno se va dando cuenta que el discurso del lenguaje fragmentado por la ciencia nos va alejando de la totalidad cuando uno va aplicando la práctica de filosofar, está en una constante problematización de la realidad, va ampliando la óptica, además nos hace autoreflexionar sobre las prácticas pedagógicas que uno ha venido realizando y cómo se ha abordado el  pensamiento de ls estudiantes a lo largo de la  experiencia en l salones de clases.

Primeramente, hablaré de la importancia del recorrido que hace un docente en búsqueda de su pensamiento, se cuestiina sobre donde han quedado las preguntas que constantemente nos vemos alcanzados por la razón humana, interrogantes “que no se pueden rechazar por proceder de ella misma (son cotidianas, por así decirlo) pero a las que no puede responder, porque sobrepasan toda sus facultades, porque son extraordinarias”(Kant). Es que la filosofía no nace de un impulso espontáneo, sino es una interrupción de lo cotidiano, en el que se nos imponen cosasque nos llevan a detenernos,a problematizar.

Para la filosofía, ese afán de saber parte de una admiración, un paso previo al conocimiento que mantiene al ser humano en un extrañamiento primero de la “perplejidad” y hace que el asombro, tomé un carácter de arjé para sostener la actividad filosófica. En referencia al asombro, Platón expresó: “Eso que llamamos admiración es muy característico del filosofo. Este y no otro, efectivamente es el origen de la filosofía” (Teeteto, 155d)

Dentro de ese encontrarse, y como resultado de la racionalidad, el ser humano necesita “hacerse” y “realizarse”, tanto en lo personal como en lo social, y esto lo logra desde la educación, por eso es fundamental, un estudiante como sujeto y agente, en el que más que acumular contenidos aprenda a pensar por sí mismo. Pensar en el docente desde laautoreflexión, nos lleva al modo de cómo ha procurado dirigir su razón, ante esto, Descartes (2006) expresa desde su experiencia “mi propósito, no es el de enseñar aquí el método que cada cual ha de seguir para dirigir bien su razón, sino sólo de exponer como por mí mismo he procurado conducir la mía” (p 41).  Este ejercicio del intelecto no requiere de capacidades extraordinarias sino de una práctica ardua, en este caso en Descartes “para pensar es preciso ser” y por eso es importante hallar en sí mismo la certeza de  nuestra razón

El docente debe retomar un método en el que se aprenda en comunidad, un espacio en el que se recobren los sentidos del aprender de sí mismo y de la realidad. Dentro de esta disertación, se retoma el método mayéutico o dialéctico, como un camino racional, en el que la habilidad de las interrogaciones cultivadas por el maestro, hace encontrar en el estudiante lo que ellos mismos tienen en el espíritu, dándolos a la luz de su propio conocimiento, tal como lo expresa Platón (2002)

“Yo soy nada más un luchador por la sabiduría, y ya me suele la gente echar en cara que no hago sino preguntar, sin descubrir nada sabio, porque me dicen que no sé nada. Los que conmigo hablan, al pronto parece que no saben nada; pero en la conversación dan a luz cosas sorprendentes, gracias a un arte la mayéutica en la que yo y algún dios tenemos parte.”

Desde el preguntar bien, se descubre la verdad que está dormida en la mente de cada estudiante y seaproxima a la razón que existe por sí misma. Es una guía parallevar el pensamiento, tal como lo expresa Sócrates,es el emerger a la luz la verdad que se produce en la razón humana, “Yo no sé nada y soy estéril y te estoy sirviendo de partera – le dice a Teeteto- y por eso hago también encantamientos hasta para que des a luz tu idea” (Platón 2003). En comparación con esa partera, el docente debe hacer conciencia de su papel como acompañante en el filosofar de sus estudiantes, hacer de la práctica educativa un constante estímulo para que el “asombro, la curiosidad, el cuestionamiento, la búsqueda de sentido, la reflexión, la creación de conceptos” sean los pilares de su quehacer educativo.

Repensarnos, conducir nuestros pensamientos, el docente debe reflexionar sobre la manera cómo conduce su pensamiento, la manera cómo forma su razón, por eso el docente debe buscar las herramientas necesarias para hacerlo una práctica, y una de estas es el diálogo interno constante, el problematizarnos de lo que nos ocurre y debe comunicarse a los niños en los espacios educativos y que a través del quehacer filosófico permita relacionar todas las disciplinas.

Cabe preguntarnos, si somosreproductores de un modelo de educación bancaria, en el que él se ahoga el pensamiento del estudiante o estamos conscientes de la importancia de hacer emerger el Ser presente en cada uno, ante esto nos preguntamos, ¿cuál es el método que la escuela ha perdido?, ¿cómo estamos educando?,¿qué es estar completamente educado?,  y ¿cómo la filosofía es un aporte en este camino?

La filosofía para niños como aporte a una educación fragmentada

Ciertamente, la escuela es un espacio que ha estado en constante crisis, como reproductora de una visión industrial ha logrado que el ser humano vaya perdiendo esa capacidad de detenerse a lo que sucede en el mundo, a preguntarse, a interrumpir eso que lo ocurre a diario que simplemente es esa rutina que lo aborda, tal como lo expresa (Rubiano, 2013)

“En la cotidianidad de la escuela son muy pocos los contenidos a en que se abordan, además, se deja arrinconada la vida real y concreta que el estudiante lleva a cuesta en su hogar, su comunidad y su propia escuela. Se transmiten los “conocimientos” como un cúmulo de fórmulas vacías que la escuela pretende imponer mediante una educación verbalista y libresca” (p, 150)

Uno de los grandes problemas de la educación es la falta de unidad en la experiencia educativa infantil, los niños sentados en sus pupitres, inundados por una gran cantidad de información  irrelevante y desconectada de su vida. Están frente a una serie de presentaciones especializadas sin conexión, esa parcelación del día escolar refleja la fragmentación de la experiencia, ya sea en la escuela o fuera de ella, que caracteriza la vida moderna.

Las disciplinas se aíslan, perdiendo la pista a sus relaciones con la totalidad del conocimiento humano, la constante imitación a las áreas técnicas ha dejado a un lado los aspectos filosóficos que una vez las integraron, como la ética, la lógica, la estética y la epistemología porque considerarlos  polémicos en muchos casos, es imposible resolver mientras las disciplinas sigan viéndose como un conjunto de materias que hay que aprender en lugar de lenguajes en el que los alumnos deben aprender a pensar.

Pr estas razones, uno de los metds planteados es el de la Filosofía para niños, cm una idea de repensar ese curriculum fragmentado y comenzar a comprender qué significa pensar en una disciplina. Es el ejercicio de sacar a la luz todas las habilidades de razonamiento de las asignaturas, y así convertir el aula en un “espacio para razonar, investigar, autoevaluarse, hasta convertirse en una comunidad, en la que los maestros fomenten la reflexión y se impliquen en ella (21). Precisamente, una de las propuestas desde la filosofía para niños es convertir las aulas de clases en comunidades de investigación, fomentar la práctica de convertirla en “una comunidad reflexiva que piense en las disciplinas que existen sobre el mundo y en el pensamiento sobre el mundo”.  (Lipman,1992 ).

Es fundamental potenciar las actitudes filosóficas espontáneas en los niños para que se desarrollen, no se trata de introducir algo extraño, sino de acompañarlos en el emerger de algo que ellos generan, “Los niños necesitan ver el docente como estímulo para sus propios pensamientos y curiosidad, y no como alguien cuya tarea es revelar los secretos y misterios” (Sharp  y Splitter, 1996).

Por eso es fundamental que el docente crea en las capacidades reflexivas que tiene el estudiante, para así darle la posibilidad de desarrollarla. Desde la propuesta sostenida por Lipman (1992) la educación es atravesada por una determinada perspectiva filosófica que propone que “participen en una actividad dialógica, que filosofen, que puedan plantear de un modo filosófico sus propios problemas”

Desde  la filosofía para niños los niños piensan con inducciones y deducciones mucho antes de que empiecen a utilizar el lenguaje, nos preguntamos ¿cuándo empieza el niño a razonar filosóficamente? La actividad filosófica implica el razonamiento, no todo el que razona está involucrado en la actividad filosófica, por eso desde este método los niños empiezan a preguntar ¿por qué? Desde ahí es que los niños quieran saber constantemente lo que queremos decir, cuando utilizamos este término o aquel otro: le interesa no sólo las palabras en sí misma, sino las creencias que empapan esas palabras.

Otro aspecto, es el desarrollo de la dimensión ética en el aula, un planteamiento filosófico de la ética es aquel que insiste en el método de la investigación ética más que en las reglas morales específicas de un grupo concreto de adultos, razonen lógicamente sobre cuestiones a las que se puede aplicar la lógica sea de gran ayuda para la solución de problemas humanos.

Una de las formas de descubrir el significado son las conexiones. Si se puede ayudar al niño a descubrir las relaciones entre las partes y el todo que se da en su experiencia, se le puede ayudar a encontrarle el significado de las experiencias asiladas. Otra manera es el desarrollo del hábito de tener la posibilidad de que la negación de que lo que está diciendo sea cierta, la negación de jugar es no jugar. Los niños que trabajan estas nociones empiezan a darse cuenta de que cuando se ponen en orden los pensamientos y sus negaciones, empiezan a exhibir un modelo de alternativas.

Otro aspecto para abordar el significado en el aula, es el descubrir las incoherencias, cuando nos damos cuenta de que hemos estado pensado de una manera negligente, nos puede hacer gracia o nos puede avergonzar, pero  no se debería animar a los niños a ser incoherentes en sus razonamientos, como tampoco se les anima a sumar y restar de forma incorrecta. Para estos ejercicios, se propone la lógica porque nos da las reglas que debemos seguir si queremos pensar bien, una de estas es la coherencia, recalcando la importancia de ser coherentes al pensar, hablar y actuar. El pensamiento lógico sólo puede estimular por medio de la actividad creatividad y a la inversa, que la creatividad puede ser explorada con el desarrollo de la capacidad lógica.

Si el día escolar, estuviera lleno de relaciones parte-td significativas y si los profesores en su enseñanza prestaran una atención especial que guardan los fragmentos del conocimiento con el contexto más amplio de la experiencia de un niño, los  niños entre los dos y los siete años continuarían fortaleciendo su habilidad en el manejo de relaciones parte-todo en vez de disminuir por la obsesión por los detalles que conduce a la carencia de la organización global

La aplicación de la filosofía en el aula debe hacerse sin prejuicios sobre la curiosidad y la disponibilidad para la discusión sobre los procesos cosmológicos, éticos, epistemológicos y otros temas. Por eso, es fundamental que los docentes repiensen el orden de las materiales y las disciplinas según la secuenciación racional de las etapas de los niños, es así como la filosofía “forma un ángulo recto con las otras disciplinas, como la trama y la urdimbre, se entregan para producir un tejido sin costuras”.

La filosofía en el aula se debe ver como un contrapeso a la superespecialización pasarle el peso a los docentes que no han recibido una formación adecuada para plantear las preguntas más generales ni para ver las continuidades entre las disciplinas. Si permitiéramos que la filosofía para niños sirviera de paradigma educativo, es demostrando que la adquisición de habilidades y el desarrollo conceptual podrían darse juntos.

Referencias

Descartes, R. (2006). Discurso del Método. Meditaciones Metafísicas. Madrid: Editorial Espasa Caspe, S.A.

Lipman, M; Sharp, A y Oscanyan, F. (1992). Filosofía en el aula. Madrid: Ediciones de la Torre

Platón (2002). Diálogos. Madrid: Gredos

Platón. (2003). Teeteto. Madrid: Editorial Biblioteca Nueva, S.L.

Santiago, G. (2006). Filosofía con los más pequeños. Buenos Aires: Ediciones Novedades Educativas

Sharp, A y Splitter, L. (1996). La otra educación. Buenos Aires: Manantial

 

Fuente del artículo: https://ontoepistemico.blogspot.com/search?q=Maria+Alejandra+Vega

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Libro: Un viaje por la educación ambiental en las entidades locales (PDF)

Por: miteco.gob.es.

Autores: Yolanda Sampedro Ortega y Javier García Fernández

Coordinadores: Francisco Heras Hernández y María Sintes Zamanillo

Edita: Organismo Autónomo Parques Nacionales. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, 2009

Idioma: Español

Formato: PDF y papel

Un viaje por la educación ambiental en las entidades locales

Selección de experiencias o buenas prácticas que, siguiendo las pautas de actuación determinadas por el Libro Blanco en sus Principios Básicos, pueden inspirar la acción para desarrollar programas de educación ambiental en el ámbito local.

Los contenidos de esta publicación están organizados en cinco bloques temáticos:

  • Buenas prácticas y experiencias desarrolladas en el contexto de las Agendas 21 Locales.
  • Redes de entidades locales como instrumentos útiles para la extensión del conocimiento adquirido mediante la experiencia.
  • Programas promovidos y liderados por las entidades locales cuyos destinatarios principales son los escolares.
  • Equipamientos de educación ambiental promovidos desde las entidades locales en los que se han concentrado los programas, servicios y recursos que se dedican a la educación ambiental en los municipios.
  • Abanico de experiencias, programas e iniciativas dispares entre sí y que, por su naturaleza, no tienen cabida en los apartados anteriores.

Fuente del documento: https://www.miteco.gob.es/es/ceneam/recursos/documentos/serieea/viaje_entidades_locales.aspx

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Nuevas tendencias en la educación mundial

Por: Santiago García Álvarez.

Recientemente, se celebró el congreso anual de la Asociación Europea para la Educación Internacional, en que se presentaron líneas generales impulsadas por la OCDE, la Unesco y el Consejo de Europa. Entre otros temas se analizaron algunas tendencias relacionadas con “competencias globales”, que se consideran indispensables en la educación actual.

La OCDE enfatiza sobre la necesidad de entender y apreciar las perspectivas de otros, conseguir interacciones efectivas con personas de otras culturas y actuar colectivamente por el bienestar y desarrollo sustentable. La Unesco, por su parte, hace hincapié en la empatía, el conocimiento propio, la curiosidad y la capacidad de “escuchar para entender”, como cuestiones fundamentales en la materia. Para el Consejo de Europa, en el rubro de habilidades necesarias para un estudiante, debe incluirse la capacidad de escuchar y observar, el conocimiento interior, la empatía, la flexibilidad, la adaptabilidad, la cooperación y la resolución de conflictos.

Al final, en los distintos foros del Congreso se reiteró que la actitud de respeto y apertura a los otros es esencial. Al mismo tiempo, se hizo ver que el conocimiento de uno mismo y del entorno son factores fundamentales en la educación. Una de las conferencias magistrales corrió a cargo de Simon Anholt, famoso por publicar el Good Country Index, quien aseguró que su mensaje principal aquella mañana era la necesidad de generar a good generation. En su opinión, más que enseñar tolerancia, habría que enseñar antropología cultural y así lograr el entendimiento de distintas culturas, lo que automáticamente nos llevaría a la comprensión y a la tolerancia.

En un artículo publicado recientemente en The university world news, un académico del Reino Unido proponía un nuevo modelo curricular basado en valores. Frente a las tendencias de las últimas décadas, orientadas a robustecer los modelos pedagógicos, o la necesidad de responder a las necesidades del mercado, existe una creciente preocupación de volver la mirada hacia temas tan sencillos como profundos: cuidar a la persona y a su entorno.

Da mucho gusto escuchar el enorme interés en el mundo académico por regresar a principios antropológicos fundamentales tales como conocerse, escuchar, comprometerse socialmente, respetar la dignidad humana, abrirse a otros e interesarse por los problemas locales y globales. Se trata, curiosamente, de las “nuevas competencias” indispensables para sobrevivir en un mundo globalizado.

Este casual descubrimiento de muchos académicos y de importantes organizaciones como la OCDE, la Unesco y la EAIE, entre otros, nos deja una importante lección: aunque tengamos sistemas académicos bien elaborados, no tienen sentido si al final no se ordenan a formar personas mejores y un mundo más feliz.

Lo que el discurso público actual suele omitir, se expresó con claridad en este foro: lo realmente importante es poner a la persona en el centro. Verdad tan simple como ignorada. Enhorabuena a los académicos por redescubrir este concepto tan elemental. Si aplicamos ese mismo principio a la economía, a la política, al derecho, a los medios de comunicación, a la tecnología y a tantos otros aspectos de nuestra vida, quizá perderíamos menos tiempo discutiendo posiciones políticas, técnicas o ideológicas y podríamos emplear esas energías para centrarnos de verdad en potenciar a las personas a desarrollarse y a construir un mundo mejor para todos.

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/opinion-del-experto-nacional/nuevas-tendencias-en-la-educacion-mundial/1340241

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Lo que falta para educación

Por: Ricardo Braginski.

En los últimos 10 años casi nunca se llegó al 6% del PBI en educación, como establece la ley. Es una deuda con toda la comunidad educativa.

Esto es como si fuera un enorme container repleto de útiles escolares, pizarrones, dinero para sueldos docentes y para arreglar las escuelas, y otros tantos recursos educativos. Imaginemos que cada año llega al país un nuevo container, pero resulta que trae menos de lo que indica en los registros. Trae menos un año, trae menos el otro… Y así, lo mismo, durante diez años.

La figura hace referencia a las leyes nacionales que obligan al Estado a invertir el 6% de la suma del valor de todos los bienes y servicios que se producen cada 365 días en el país (el famoso PBI) en educación. Un reciente trabajo, realizado por el economista Agustín Claus, mostró que desde 2010 (año desde el que rige esto del 6%) prácticamente nunca se llegó a esa cifra.

Otro economista, Juan José Llach, hizo la cuenta y estimó que en estos 10 años lo que dejó de invertirse en educación fue el equivalente al 4,38% de un PBI. Visto de otro modo, la deuda que tiene el Estado con la comunidad educativa es tres cuartas partes de lo que corresponde a un año. Casi, casi, nos está faltando un container entero.

¿Cómo estaría la calidad educativa argentina hoy si esa “encomienda” hubiera llegado a destino? Difícil saberlo. Está visto, a partir de diferentes experiencias internacionales, que mayor inversión no necesariamente se refleja más adelante en mejores aprendizajes. Pero esa plata, por ley, es para los pibes, para los maestros, para las familias. Y sería bueno que alguien cuide que el destino de ese dinero sea respetado.

Flojos también con las metas

La ley de Financiamiento Educativo –la que estableció el 6% del PBI- ya tiene más de 10 años. Además de inversión hablaba de metas que debían cumplirse con ese dinero.

Desde llegar al 30% de alumnos primarios de escuelas públicas con jornada extendida, hasta la universalización de la secundaria, incorporación creciente de chicos de 3 y 4 al jardín – priorizando los sectores sociales más desfavorecidos-, mejorar la infraestructura de las escuelas y las condiciones laborales y salariales de los docentes.

Parece que no fue sólo en el financiamiento donde nos quedamos cortos.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/falta-educacion_0_cUCCdHRr.html

 

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