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Mapeando el derecho de las niñas a la educación

Por Rolla Moumne, Sector de Educación de la UNESCO

El Atlas de Derechos Educativos de la UNESCO (HER Atlas) está diseñado para medir el grado de protección de los derechos educativos de las niñas y las mujeres en los marcos legales nacionales. Su Atlas se lanzó en la conferencia internacional G7 Francia / UNESCO sobre la educación de las niñas en julio y forma parte de la Iniciativa de la UNESCO » Su educación, nuestro futuro «. Presentamos algunos de sus hallazgos hoy en el Día Internacional de la Niña. El Atlas proporciona la información más reciente sobre el estado del derecho de las niñas y las mujeres a la educación en las constituciones, la legislación y los reglamentos de los países, y sirve como una sólida herramienta de monitoreo y defensa.

Más de 70 años después de la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el derecho a la educación aún no se realiza para muchas niñas y mujeres en todo el mundo.

Hallazgo 1: solo el 44% de todos los Estados consagran el derecho a la educación dentro de su constitución sin discriminación por sexo o género

blog del día de la niñaA pesar de las numerosas reafirmaciones de la comunidad internacional de su fuerte compromiso para lograr la igualdad de género en la educación y el progreso considerable en las últimas décadas , la pobreza, el embarazo, el matrimonio temprano, la violencia de género y las actitudes tradicionales se encuentran entre los muchos obstáculos que se interponen en el camino de niñas y mujeres que ejercen plenamente su derecho a participar, completar y beneficiarse de la educación.

Resultados 2 a 3 de los 35 Estados analizados completamente para la fase piloto

  • El 29% establece la edad mínima para contraer matrimonio en 18 años para las niñas
  • Solo el 9% protege de todas las formas de violencia en las instituciones educativas, incluidos los castigos corporales y la violencia psicológica, física y sexual.

Los instrumentos normativos como las declaraciones o convenciones internacionales no solo deben ser ratificados sino también implementados. Esto no se puede lograr sin marcos legales nacionales sólidos que estén basados ​​en los derechos, que tengan en cuenta el género y que sean inclusivos.

Hallazgo 4: el 22% de los 35 estados analizados completamente por el equipo consagra el derecho a la educación dentro de su legislación sin discriminación por sexo o género para la primera fase

La Convención de la UNESCO contra la discriminación en la educación establece elementos centrales del derecho a la educación. Prohíbe cualquier forma de discriminación en la educación basada en el sexo, en la ley y de hecho , y brinda igualdad de oportunidades y oportunidades para tener éxito en la educación, independientemente del género. La Convención de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujeres el único texto legalmente vinculante que se enfoca en las necesidades y circunstancias específicas de la educación de niñas y mujeres y adopta una perspectiva explícita de género, asegurando a todos un derecho igual de acceso a la educación, iguales derechos dentro de la educación e iguales derechos a través de la educación. Este compromiso ha sido reafirmado por el ODS 4, en particular el objetivo 4.5, que exige que los Estados «eliminen las disparidades de género en la educación y garanticen el acceso equitativo a todos los niveles de educación y formación profesional para los vulnerables» para 2030.

Hallazgos 5-8 de los 35 estados completamente analizados para la primera fase:

  • El 32% garantiza al menos 9 años de educación obligatoria en el marco legal
  • El 46% no garantiza una educación gratuita, o solo garantiza una educación gratuita progresiva en el marco legal
  • El 17% ha alineado la edad mínima de empleo con el final de la educación obligatoria, y esa edad no cae por debajo de los 15 años.
  • El 20% de los marcos legales contienen una disposición que restringe el derecho a la educación de las niñas embarazadas o en edad de crianza.

Los marcos constitucionales, legislativos y reglamentarios sólidos y completos son el andamiaje para garantizar el derecho de todos a la educación gratuita y obligatoria. Son esenciales para avanzar en la educación de las niñas y la igualdad de género, y para desmantelar las barreras a la educación, incluido el matrimonio infantil, el trabajo infantil y el embarazo precoz y no deseado.

¿Cómo se desarrolló su Atlas?

El Atlas Interactivo ha sido desarrollado por un equipo multidisciplinario en el Sector de Educación de la UNESCO para apoyar la defensa y el monitoreo de los marcos normativos nacionales que regulan el derecho de las niñas y las mujeres a la educación y fomentar el intercambio de conocimientos, experiencias y prácticas a nivel de país. La primera iteración es usar 12 indicadores para medir el estado de los marcos legales nacionales sobre el derecho de las niñas y las mujeres a la educación e incluye información y datos:

  • en todos los Estados para los primeros tres indicadores, y
  • en 35 países para los otros 9, con el objetivo final de abarcar todos los Estados.

Esta herramienta está en progreso y se está desarrollando. Se ampliará y actualizará periódicamente para medir los cambios en el período previo a 2030, la fecha límite establecida para el ODS 4. La UNESCO recopiló y analizó las constituciones, leyes, reglamentos, circulares y decretos disponibles en los marcos legales nacionales. Los 12 indicadores identificados para la primera fase del proyecto capturan factores que han demostrado fortalecer o actuar como una barrera para el derecho a la educación de niñas y mujeres.

El mapeo se basa en el Observatorio del Derecho a la Educación , entre otras fuentes, y se basa en investigaciones realizadas sobre las disposiciones legales y reglamentarias utilizando todas las fuentes disponibles. A cada uno de los indicadores se le ha asignado una puntuación, de 1 (más bajo) a 5 (más alto). Estos puntajes se basaron en el análisis de las disposiciones legales existentes encontradas en la primera fase de la investigación y la existencia confirmada de disposiciones legales que han logrado el puntaje 5. Sobre la base de estos puntajes, Her Atlas tiene como objetivo proporcionar la información de forma cuantitativa, formato visual y de fácil comprensión.

Esperamos que lo encuentre útil.

Únete a nuestra campaña #HerEducationOurFuture en las redes sociales y cuéntanos qué te convierte en una GirlForce.

Fuente: https://gemreportunesco.wordpress.com/2019/10/11/mapping-girls-right-to-an-education/

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Escuela y segmentación social

Angel Pérez Martínez

Señores políticos, felicito a quienes proponen y se comprometen con la educación, eso ya es un liderazgo diferente, pero no olviden, en educación se requieren soluciones estructurales.

La organización del sistema escolar en Colombia conduce a la inmovilidad social, al desencuentro entre sectores sociales y a otros males, que, en tiempos electorales, adquieren visibilidad porque la educación no cumple su rol integrador, no ayuda a consolidar una apuesta común de ciudadanía entre los colombianos y no impacta la tradición clientelar y corrupta de las formas de hacer política, en la mayoría de los casos.

Tampoco los políticos, en campaña, logran trasladar el sueño de un mejor porvenir para la población más necesitada. La evidencia indica que los habitantes con menores ingresos (los estratos 1, 2 y 3 representa más del 90% de la población) optan por excluirse y no participar. Los más pobres no eligen, no votan, para ellos la posibilidad de un mejor futuro no existe. Ellos, a su manera, son los primeros en comprender que una sociedad sin soluciones estructurales y que nos involucre a todos, no puede ofrecer a golpes de gobierno, opinión o engaño, ese mundo mejor que siempre proponen los políticos.

Una solución estructural para lograr que los más pobres sueñen con un mundo mejor, en términos reales, lo constituye la calidad del sistema educativo y su organización. Sin embargo, la realidad es que en Colombia el sistema educativo discrimina y consolida diferencias sociales y de ingresos entre las familias. El país no ha logrado comprender que solo una educación pública de calidad puede ayudar a mejorar la movilidad social y a resolver problemas centrales en la construcción de sociedad, ciudadanía, crecimiento económico y posibilidades de mayor igualdad.

En la sociedad colombiana nunca existió un sistema educativo público de buena calidad, como sucede en Canadá y otros países europeos. En los países desarrollados, que cuentan con sistemas educativos de calidad y más equitativos, los políticos pueden proponer con bases más reales, proyectos de vida para los más jóvenes, quienes, además, tienen ejemplos en sus familias y en entornos escolares cercanos, de cómo la educación contribuyó en las pasadas generaciones al ascenso y a la movilidad social.

Recordemos que los sistemas educativos públicos de países más desarrollados ubican las escuelas públicas de preescolar y primaria, muy cerca al lugar donde viven los niños. Por esta razón, algunas de esas escuelas se encuentran en sectores donde estudiantes y familias comparten ingresos altos, un mayor nivel educativo y riqueza cultural. Igual sucede con las escuelas ubicadas en los barrios pobres o en comunidades marginadas, a donde asisten los niños que provienen de familias con bajos ingresos y menor nivel educativo alcanzado, para no mencionar diferencias en idiomas, religión o cultura.

A partir de este proceso de segmentación inicial, el sistema educativo se organiza en escuelas de bachillerato, middle school (grados sexto a noveno) y escuelas de educación media, high School (grados décimo y once) a donde son trasladados los adolescentes: En estas dos modalidades de escuelas se encontrarán toda clase de estudiantes, ricos, pobres y descendientes de sectores con ingresos medios de la población.

A manera de ejemplo, un municipio o distrito escolar con una población de 100.000 habitantes, que cuenta con el 17% de su población en edad escolar, tiene cerca de 25 escuelas de prescolar y primaria (400 estudiantes en promedio), que se reducen a 8 escuelas de secundaria (600 estudiantes en promedio) y a 3 escuelas de media (800 estudiantes en promedio). Este proceso logra que en la educación media se encuentren adolescentes normales, o con desarraigo familiar, o con problemas de drogas o con atrasos de tipo educativo (el mundo real no es perfecto). Acá lo importante es que el sistema educativo y sus profesores está preparado para afrontar este tipo de dificultades.

Un padre canadiense o finlandés puede presumir que no importa donde esté ubicada la escuela pública o a donde vaya su hijo a estudiar, esta será pública, gratuita y de buena calidad. Además, con seguridad esas escuelas estarán concentradas en trabajar y dedicar más tiempo escolar a los estudiantes con dificultades, a los más pobres y a los que menos soporte familiar tengan; la educación se desarrolla con equidad.

La educación pública organizada de esta manera, en los países desarrollados contribuye a evitar la segmentación de la sociedad. A este hecho de encuentro y de equidad social en la escuela, entre niños de diferentes estratos para educarse, es necesario agregar otras acciones como el transporte público o propuestas culturales, de todo tipo, financiadas por las entidades territoriales locales, que se presentan en diversos escenarios urbanos y rurales. De nuevo, en el transporte público se encuentran ricos, pobres y sectores de ingresos medios de la población. Ojo, no olvidar, estas acciones de desarrollo social se pagan con impuestos.

Las sociedades que valoran la educación como un bien público, igual y de calidad para todos, van más allá del derecho a la educación, esos sistemas educativos logran que su población se odie menos, sus ciudadanos confíen más en los otros y que las personas sean más solidarias. También, desde por lo menos mediados del siglo pasado, varios países desarrollados (por ejemplo Corea del Sur) entendieron que el crecimiento económico, la movilidad social y el desarrollo humano pasan por contar con sistemas educativos de calidad, donde los docentes, los equipamientos escolares y el gasto por estudiante, hacen parte de las prioridades de la sociedad y de sus gobiernos.

En contraste, en Colombia un estudio de la Universidad de los Andes encontró que nacer de una madre sin educación es una condena al estancamiento educativo. especialmente para los más vulnerables: “mientras que el 93 por ciento de los individuos cuyas madres tienen educación superior han logrado alcanzar este nivel educativo, tan solo el 19 por ciento de los individuos cuya madre tiene educación primaria han logrado alcanzar una educación superior”. Otro estudio encontró que Colombia comparado con otros países de América Latina tiene los niveles más bajos de movilidad social.

Señores políticos, felicito a quienes proponen y se comprometen con la educación, eso ya es un liderazgo diferente, pero no olviden, en educación se requieren soluciones estructurales; si como sociedad nos proponemos revertir la pobreza y otros males que han padecido, por generaciones, la mayoría de las familias colombianas.

Fuente: https://www.dinero.com/opinion/articulo/escuela-y-segmentacion-social-por-angel-perez-martinez/277694

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Una agenda educativa renovada

Xavier Besalú

La discusión educativa parece haberse estancado, aunque la educación sigue siendo un elemento clave para el porvenir. Apuntamos algunos de los temas clave sobre los que habría que tratar.

La presión del pensamiento reaccionario –disciplina, contenidos, religión, patriarcado–, por un lado, y el peso de algunas cuestiones de gran calado –como la crisis climática, la desafección política de la ciudadanía o la tecnología digital– han aletargado estos últimos años el debate educativo, al menos en la esfera pública. Por ello, son bienvenidas las iniciativas que tratan de resituar la educación como un elemento clave de un futuro más pleno y más justo para todos, y que se esfuerzan por renovar el guión de la agenda educativa. Estos serían algunos de sus epígrafes.

La innovación. Ante los cambios propiciados por la globalización económica y la digitalización omnipresente, este es un debate ineludible. Los centros educativos tienen la obligación de adaptarse a esas nuevas condiciones, pero la innovación no debería convertirse en una simple estrategia mercantil.

El lugar de lo digital –internet, móvil, redes sociales– en la escuela. La buena pedagogía nunca ha dado la espalda a las posibilidades que brindan las tecnologías disponibles al servicio de la formación y, en este sentido, prescindir de este entorno sería suicida. Pero también es cierto que la escuela debe cumplir una función homoestática, que equilibre los olvidos, los vacíos y los descartes de lo que ocurre fuera de ella.

La descentralización administrativa. Es decir, el papel de las administraciones locales en la educación, más allá de ocuparse de la limpieza y el mantenimiento de las instalaciones escolares o del transporte escolar. No es de recibo que las entidades locales sean casi unos simples espectadores sin competencias ni presupuesto para intervenir en la organización de lo escolar y, tanto o más importante, para extender el tiempo educativo sobre todo para los que cuentan con menos recursos.

El acceso a la función docente, las oposiciones. Al parecer hay dos acuerdos inamovibles al respecto: que es un sistema inadecuado para evaluar la competencia docente de los candidatos y que es el menos malo de los posibles, porque garantiza unas mínimas condiciones de objetividad. Pero si el acceso a la formación inicial fuera exigente, si lo fuera también esa formación inicial, tal vez un buen proceso de inducción –de uno o dos años– supervisado por distintos agentes sería eficaz y más que suficiente…

La carrera profesional del profesorado, íntimamente relacionada con su formación permanente, con su implicación en el centro educativo, con la rendición de cuentas de su labor y también con su retribución, sigue siendo un tema tabú. Pero su abordaje parece ya perentorio: es insostenible que malos profesionales sigan ejerciendo a base de ir cambiándolos de centro y no parece lógico que quines hacen bien su trabajo no lo vean reconocido ni profesionalmente, ni económicamente.

La educación postobligatoria: la formación profesional y el bachillerato. El diseño de la Logse –recordemos: 1990– era meridianamente claro: una vía académica, el bachillerato, con distintas modalidades y muy poco atento a las competencias profesionalizadoras; y una vía para la inserción en la vida profesional, con distintos grados de especialización y sin apenas contacto con lo académico. El modelo, desde luego discutible, se ha ido adulterando con los años, al tiempo que afortunadamente ha ido aumentando el número de jóvenes escolarizados hasta los 18 años. Es hora de repensar esa formación postobligatoria, con un modelo híbrido o con vías diferenciadas pero transitables entre ellas.

El lugar y la función de las familias en los centros educativos. La formación de los hijos es una de las principales preocupaciones de las familias de hoy, integradas por otra parte por personas con un nivel académico sustancialmente más elevado que hace 40 años. No pueden tener la consideración de simples usuarios de un servicio, ni asumir funciones técnicas propias de los docentes. Pero tienen todo el derecho a saber qué, por qué y cómo se organiza y se trabaja en el centro donde escolarizan a sus hijos, a someterlo a la crítica argumentada y a que se tengan en cuenta sus iniciativas y propuestas…

El currículum oficial. Es hasta cierto punto lógico que una sociedad establezca una cultura mínima común para la enseñanza obligatoria, más todavía en un estado pretendidamente plurinacional, con las competencias en educación transferidas a las comunidades autónomas. Pero el actual currículum oficial es un documento excesivo, farragoso, repetitivo y desconfiado. Si estamos de acuerdo en que la educación obligatoria debe garantizar el dominio de unas competencias básicas, casi eso sería suficiente si los poderes públicos confiaran en un profesorado suficientemente preparado para desplegar un proyecto educativo acorde con dichas competencias, sobre todo si además son evaluadas y contrastadas periódicamente como es el caso.

La lucha por la erradicación de la profunda segregación escolar que, a día de hoy, muestra la composición social de los centros escolares de una misma ciudad o área escolar. Si una de las funciones primordiales de la educación obligatoria es promover y garantizar la convivencia entre personas de condiciones socioeconómicas y familiares desiguales, y de orígenes, cosmovisiones y prácticas culturales distintas, de forma que sea posible vivir en una sociedad mínimamente cohesionada y armoniosa, es imprescindible poner coto a la existencia de centros guetizados (donde solo se escolariza alumnado extranjero o gitano o pobre) y de centros blindados (que, a través de métodos diversos impiden la escolarización de aquel alumnado).

Si la ciudad es para todos, si los servicios públicos son para todos, también la escuela debe serlo. Si las personas con alguna discapacidad tienen derecho a la ciudad –que debe garantizar no solo su acceso sino también su uso- no es de recibo que sigan existiendo escuelas especializadas en atender al alumnado con necesidades específicas temporales o permanentes. Por eso, la educación inclusiva es un imperativo moral que exige poner los recursos ya disponibles en estos momentos y los adicionales que sean necesarios, para que todos los niños y jóvenes, sean cuales sean sus condiciones físicas, psicológicas o conductuales, puedan compartir un mismo espacio de formación y relación.

La gratuidad de la enseñanza básica que, en España, no incluye ni la educación infantil de 0 a 2 años, ni el material escolar, ni la comida, ni las actividades complementarias, ni las extraescolares… Ciertamente no hay dinero para todo, pero este es un debate que merece ser abordado con prudencia y decisión, entre otras cosas para sacarlo de la lucha partidista y para ser coherentes con la consideración de la educación como un de los pilares básicos del estado de bienestar.

Y es hora también de abordar la estructura del sistema educativo español, esa triple red que parece inamovible, pero que no debería serlo: una escuela pública mal dotada y mal financiada (los barracones, por ejemplo, deberían ser una medida provisional, pero son miles los alumnos que han vivido toda su etapa escolar en ellos), una escuela privada (nada que decir en una sociedad de libre mercado) y una escuela privada concertada, mayoritariamente religiosa, que ni responde a una sociedad donde la Iglesia católica ya no debería gozar de unos privilegios hoy día inaceptables, ni es asimilable en muchos casos a la educación pública, como rezan teóricamente los conciertos.

Xavier Besalú es profesor de pedagogía de la Universidad de Girona

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/10/una-agenda-educativa-renovada/

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El desarrollo profesional de los docentes rurales. Entre omisiones y propuestas

Por: Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el Campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

El desarrollo profesional de los docentes que laboran en escuelas de educación  básica ha sido tema prioritario en las políticas educativas de las últimas décadas; no obstante, las estrategias y acciones derivadas de tal primacía, encaminadas a tener impacto nacional, no han sido pertinentes para atender de manera cabal a los docentes que trabajan en contextos rurales e indígenas.

Un análisis de las políticas federales desplegadas desde los años 90 hasta nuestros días, realizado recientemente por la Red Temática de Investigación de Educación Rural (RIER) confirma que, a pesar de la relevancia de la educación en los territorios rurales, perviven viejos problemas y algunas inconcebibles omisiones que urge resolver (RIER, 2018). Relato algunos:

El desarrollo profesional del magisterio se ha identificado, principalmente, con la formación continua de los docentes en servicio, sin considerar las condiciones laborales, el estado y organización de las escuelas y las características de los contextos culturales y lingüísticos donde se ubican. La centralidad que la formación ha tenido como vía de mejoramiento profesional, no significa –necesariamente– que los problemas relacionados con la materia de trabajo de los profesores, la enseñanza y el aprendizaje en contextos rurales, hayan sido eje de los esfuerzos gubernamentales.

De manera recurrente, los docentes en servicio han cuestionado los programas de formación continua que la SEP ha implementado, al parecer, sin ser escuchados. Los señalamientos desaprueban la “gran distancia” que estos programas suelen tener respecto de la “realidad” que se enfrenta en las escuelas, tal como sucedió con el Catálogo Nacional de Formación Continua, vigente por más de diez años, y refutan la fuerte asociación que algunos guardan con las reformas educativas en turno, como el caso de los 19 cursos que integraron la Colección de Aprendizajes Clave, ofrecidos en el sexenio 2012-2018 para operar el Modelo para la Educación Obligatoria que entonces se impulsó.

De igual forma, la logística desplegada para operar cursos y talleres ha sido constantemente cuestionada. La trasmisión en “cascada”, la vía más utilizada, desvirtúa los propósitos de la llamada “formación en la escuela” y el acceso virtual autodidacta, en boga actualmente, ignora que muchos docentes no tienen fácil acceso a energía eléctrica, conectividad y equipo de cómputo en buenas condiciones (Cano y Espino, 2019).

Las estrategias de formación continua de mayor envergadura han estado vinculadas a mecanismos de compensación salarial y evaluación del desempeño. El Programa de Carrera Magisterial, supeditó beneficios económicos a la gradual escalada por cursos con temática variada, desarticulados de los contextos de trabajo, y el Servicio Profesional Docente, vigente durante la pasada administración, asoció la formación con temas de evaluación para el ingreso, la permanencia y la promoción en los puestos de trabajo (Cano y Espino 2019, p. 115).

Con estos maridajes, la participación de los docentes en los programas de desarrollo profesional fue más que obligada por preceptos laborales y económicos. Las necesidades de formación para ejercer la profesión en zonas rurales se desdibujaron y, en el mejor de los casos,  pasaron a segundo plano.

Mención aparte merece la estrategia de profesionalización dirigida a los docentes de nuevo ingreso que laboran en zonas rurales e indígenas, particularmente en escuelas multigrado, a través de una modalidad de Tutoría que propone encuentros sistemáticos entre pares para intercambiar experiencias y analizar temas pedagógicos (SEP s/f). El diseño cuidadoso de esta estrategia y el universo que abarca (docentes noveles de primaria, preescolar y telesecundaria) la convierten en una propuesta con gran potencial formativo que valdría la pena fortalecer.

La mayoría de las propuestas de formación han estado basadas en un modelo de escuela unigrado, urbana, integrada por grupos homogéneos y regida por un currículo nacional estandarizado. Un modelo que olvida que, en nuestro país, aproximadamente 50% de las escuelas de educación básica son de organización multigrado, así como las dificultades que los maestros enfrentan para adecuar el currículo, atender la diversidad de los alumnos y trabajar en localidades con alta o muy alta marginación, en condiciones adversas.

La ausencia de programas de formación inicial y continua para trabajar en territorios rurales e indígenas, a fin de cuentas, constituye uno de los problemas más acuciantes del sistema educativo mexicano. Las acciones federales para subsanar este vacío son aún insuficientes y más bien se han dejado en manos de las instancias educativas estatales (Cano, Ibarra y Ortega 2017, p. 33).

En todo el territorio nacional, se identifican cuatro experiencias locales orientadas a la formación para el trabajo en situación multigrado. Me refiero a la Especialidad en Docencia Multigrado que se imparte en la Benemérita Escuela Normal Veracruzana, los diplomados Atención a Grupos Multigrado de la Universidad Pedagógica del Estado de Sinaloa y Formación de Comunidades Docentes Multigrado para la Atención a la Diversidad en Educación Básica de la UPN-241 en San Luis Potosí, así como al Curso-Taller Estrategias Didácticas para Escuelas Multigrado organizado en el año 2016 por el gobierno del Estado de Tlaxcala, cuya memoria quedó en Yoltocah (Rockwell y Rebolledo 2016).

Otros aportes locales son los colectivos de docentes conformados de manera “espontánea” para compartir preocupaciones de trabajo, abordar asuntos pedagógicos y enfrentar juntos las consecuencias de la pobreza y la desigualdad en las aulas. Éstos se encuentran incluso en regiones de muy difícil acceso, como el valle del Uxpanapa en Veracruz, la sierra de Durango o el desierto de Guanajuato, donde reunirse significa vencer grandes escollos geográficos.

Los agrupamientos así constituidos representan una alternativa emergente para resolver problemas profesionales, frente al vacío de programas de atención para las necesidades más sentidas. Sabemos por investigaciones realizadas en otros contextos (Liston y Zeichner, 1997) que, en esta circunstancia, los intercambios entre docentes conllevan una impronta de mejora de las prácticas de enseñanza en situación de vulnerabilidad.

En este panorama, se aprecian algunas propuestas y recomendaciones de política pública que importa mencionar. Están las Directrices para mejorar la atención educativa de niñas, niños y adolescentes indígenas (INEE 2017) y las Directrices para mejorar la educación multigrado (INEE 2019), que si bien perdieron vigencia a partir del 15 de mayo del presente (DOF 15/05/2019), constituyen sin duda un referente de mejora. Se cuenta con la Agenda Intercultural para la Educación Nacional (2019), que tiene  intención de incidir en la política educativa dirigida a contextos multiétnicos y plurilingües, mantenidos hasta ahora en posición marginal y precariedad. Se cuenta también con Propuestas de Atención para la Educación Rural (RIER 2019), con miras a detener el cierre de escuelas que actualmente se verifica en comunidades pequeñas y dispersas de nuestro país.

Estas iniciativas coinciden en puntos clave para repensar el desarrollo profesional de los maestros rurales, tales como:

Parten de una visión holística tanto del problema como de la solución. La formación continua de los docentes no puede estar desligada de una formación inicial volcada a la complejidad del trabajo en contextos rurales; ni al margen del mejoramiento de las condiciones laborales, el equipamiento de las escuelas y el enfoque intercultural de los marcos curriculares existentes, entre otros aspectos.

Fundamentan los planteamientos propositivos en el derecho inalienable de los niños, niñas y jóvenes mexicanos a una educación de calidad e inclusiva; así como en el derecho de los pueblos originarios a la preservación de su lengua materna y diferente cosmovisión.

Entienden la autonomía docente como condición indispensable para dignificar la profesión. Y reconocen el valor de las “pequeñas” acciones emprendidas por muchos maestros para renovar la escuela en zonas rurales e indígenas. Se trata de acciones cotidianas que no siempre tienen beneficio de inventario, pero de gran trascendencia para el futuro de las nuevas generaciones. En educación, como bien advirtió María Zambrano (2007) en sus manuscritos: “Hay acciones minúsculas prometidas a un incalculable porvenir”.

Referencias

Agenda Intercultural para la Educación Nacional. 2019. México.

Cano Amanda, Enrique Ibarra y Juan Carlos Ortega.  2017. “Necesidades de profesionalización de los docentes multigrado de educación primaria”. En Vulnerabilidad, innovación y prácticas docentes en escuelas multigrado, coords. Amanda Cano y Enrique Ibarra, 33-58. México: RIER-UPES- Editora Nómada.

Cano Amanda y Holda Espino. 2019. “Formación Continua”. En Propuestas de Atención para la Educación Rural, coords. Cenobio Popoca y Paola Arteaga, 113-138. México: Red Temática de Investigación de Educación Rural. Documento de trabajo.

Diario Oficial de la Federación. 2019. Decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de los artículos 3º, 31 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia educativa. https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5560457&fecha=15/05/2019&print=true (Consultado el 20 de septiembre de 2019).

INEE. 2017. Directrices para mejorar la atención educativa de niñas, niños y adolescentes indígenas. México: Instituto Nacional de Evaluación Educativa.

INEE. 2019. Directrices para mejorar la educación multigrado. México: Instituto Nacional de Evaluación Educativa.

Liston Daniel y Kenneth Zeichner. 1997. Formación del profesorado y condiciones sociales de la escolarización. Madrid: Ediciones Morata-Fundación Paideia.

Red Temática de Investigación de Educación Rural- RIER. 2018. ”Propuestas de Atención para la Educación Rural”. Revista Pluralidad y Consenso. Número especial monográfico Los retos del nuevo gobierno en materia educativa, núm. 38, año 8, octubre- diciembre, pp.  78-84.

Rockwell Elsie y Valeria Rebolledo, coords. 2016. Yoltocah Estrategias  didácticas multigrado. México.

SEP.s/f. Tutoría en zonas rurales para docentes de nuevo ingresoEducación básica. Guía para tutores. México. http://143.137.111.80/dgpromocion/tutoria/wp-content/uploads/2018/02/Tutoria_Zonas_Rurales.pdf (Consultado el 23 de septiembre de 2019).

Zambrano María. 2007. Filosofía y educación. Manuscritos. Málaga: Ágora.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-desarrollo-profesional-de-los-docentes-rurales-entre-omisiones-y-propuestas/

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La aprobación de Leyes vs. Ideas pedagógicas

Por: Miguel Ángel Pérez

En estos momentos vivimos un debate inédito en educación, en donde se han soltado todos los fantasmas, todas las fuerzas políticas e ideológicas han dejado salir sus demonios para dar lugar a la generación de proyectos, propuestas, a partir de la visión de su realidad educativa.

La reciente aprobación de las leyes secundarias que norman y regulan el artículo tercero en cuestiones de la carrera de maestras y maestros, la ley General de educación y la ley de mejora continua de la educación, en la Cámara de Diputados primero y en la de Senadores mas adelante, termina por enterrar las anteriores leyes de la reforma de 2013 impulsadas por Enrique Peña Nieto.

Para algunos la reciente aprobación de las leyes referidas, es un avance para otros es un regreso al pasado, lo que sí es posible afirmar, es que el debate escinde el tratamiento de los asuntos legales (la generación de leyes) por un lado y por el otro coloca de manera muy distante la generación de propuestas en el terreno propiamente educativo. ¿A quién le interesa separar ambos asuntos? También es posible reconocer que en el centro de las discusiones, el debate no está hecho para buscar coincidencias y generar al final del mismo un amplio proyecto que sirva como marco general de una mejor educación para los niños, niñas y jóvenes mexicanos.

Los actores y los agentes se mueven desde posiciones que van del centro a la izquierda y de la derecha al centro, tanto el SNTE como la CNTE quiere sacar provecho de esta disputa (y lo están haciendo), por el otro lado Mexicanos primero encabeza con su característico oportunismo las posiciones pro empresariales y de derecha que también insisten en hacer avanzar sus posiciones. Al centro del debate se encuentra el Estado, con personajes de gobierno tibios, timoratos y malos mediadores; el problema también es de método porque se trata de derrotar a unos para sacar a otros como supuestamente vencedores.

En el terreno de las ideas se trataría más bien de buscar consensos o de diseñar un proyecto amplio con beneficio nacional, por encima de los intereses partidistas de grupo, de corriente o de tribu. ¿Eso es posible?

Las cosas están muy tironeadas en este momento, en el Congreso se han polarizado las posiciones, a partir del reconocimiento de una fuera que se sabe mayoría sobre las demás, pero considero que no se trata de eso, tampoco de convencer a toda costa, ¿alguien podría derrotar el dogmatismo de Mexicanos primero en este momento de un debate polarizado? Me parece que no se trata de insistir en lo que no nos ha dado resultado, se trata de abrir el debate pedagógico de colocar en el centro las mejores ideas, los mejores proyectos, los nuevos fundamentos para una realidad que cada vez se hace más compleja y demandante. ¿Esto le interesa a MORENA? Y porque no lo intenta.

Nos encontramos ante un punto cero de la política en Pedagogía, estos debates de lodo en nada se parecen a los debates de los Congreso pedagógicos de finales del siglo XIX e inicios del XX. Me parece que entre los legisladores hace falta más pedagogía y menos pasión por la política y porque en dicho debate los asuntos de fondo aún no se tocan:

¿Cómo se organizarán los contenidos de estudio en planes y programas para formar a los nuevos mexicanos y mexicanos en una sociedad global cada vez más demandante? ¿Con las nuevas leyes se garantiza que los docentes que se forman y se incorporen al servicio estarán a la altura, de lo que la nación necesita en este momento? ¿Las recientes leyes aprobadas tendrán una tradición que realmente muestre evidencias de mejoras sustantivas en el corto plazo o pronto estaremos debatiendo las nuevas versiones que las sustituyan muy pronto?

Yo no estoy de acuerdo como afirma Carlos Ornelas que es un regreso al pasado, el Estado deberá estar a la altura de garantizar la rectoría educativa como un servicio publico y gratuito inalienable, pero no basta eso, hay que tener mejores maestros y maestras con ideas pedagógicas frescas, que garanticen un horizonte formativo para los niños y las niñas a su cargo y que la asistencia a las escuelas públicas sirva en garantizar un conjunto de experiencias formativas, lúdicas y placenteras como esta realidad reclama. Desafortunadamente no se les puede pedir tanto a las leyes, se requieren ideas pedagógicas de vanguardia, frescas innovadores y pertinentes para las exigencias del presente que son muchas. Y en ello los agentes y los sujetos deben renunciar a gran parte de sus intereses voraces para contribuir a sumar al lado de los demás.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-aprobacion-de-leyes-vs-ideas-pedagogicas/

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La igualdad allá, en el horizonte

Por: Elena Simón

No es de recibo que la igualdad siga sin aprenderse en la escuela y que, por el contrario, la desigualdad siga patente (en el currículo formal) o latente (en el currículo oculto).

De los tres principios que rigen las democracias modernas –y vigentes aún, en cierto modo– es el de la Libertad el que se enarbola continuamente, para justificar que en las democracias la suerte que corremos cada persona (con derechos y deberes) es producto de la voluntad, habilidad y empeño personales, así es que lo que te vaya bien a ti te lo achacaremos en exclusiva y lo que te vaya mal, también.

Da la impresión de que la falta de recursos y oportunidades nos la hemos buscado. Ello nos convierte en mayorías desempoderadas, mientras las minorías poderosas fomentan el acopio de ganancias, tanto materiales como simbólicas, empobreciendo así a las mayorías. El principio de Igualdad no interesa lo más mínimo a quienes disfrutan del poder, aunque éste sea nimio. En la actualidad tenemos un retrato fehaciente de esta última frase: cuando se vota debemos creer que nuestro voto irá a parar a quien marcamos en la papeleta para que gobierne en nuestro nombre y nos represente con arreglo a lo que votamos. Pero ya sabemos que no es así: que todo depende de los juegos de tronos a donde vayan a parar nuestros votos. Y, puede ser que nuestro propio voto no nos represente a la hora de la verdad.

Pero aquí hablamos de escuela, de sistema educativo universal y obligatorio, de un deber derivado del derecho a la igualdad, que debía ser equitativo, crítico e imparcial, para que el derecho pudiera beneficiar al conjunto y a cada persona en particular.

Pero esto, en realidad, es un relato de igualdad formal: acceso y permanencia en el sistema educativo. Cuando profundizamos un poco y ampliamos la mirada, enseguida podemos ver los vacíos, las contradicciones, los déficits, los obstáculos. No todo el alumnado con derecho a la educación recibe una educación con derechos, equidad y solidaridad. Algunos sectores minoritarios se llevan la parte del león y las mayorías: migajas. Normalmente estos grupos con privilegios provienen de clases sociales acaparadoras de los bienes comunes. Lo que observamos es que el gran pedazo de tarta va desapareciendo engullido por quienes se creen con mayor derecho.

La escuela pública y sostenida con fondos públicos no se pensó para acrisolar desigualdades sino justamente para lo contrario: para neutralizarlas, paliarlas y poder ir superándolas y anulándolas. Durante un corto tiempo fue así: la escuela era lo único que podía igualar a nuestra gente joven, a través de los aprendizajes y la interacción entre personas de distintas procedencias y situaciones personales.

Así es que lo que más está fallando es la igualdad, arrinconada incluso como algo no deseable y que puede esperar, sin consecuencias. La igualdad hay que construirla, porque no venimos de ella y, frecuentemente, hay que construirla con acciones compensatorias que traten diferente a lo desigual, poniendo más esfuerzo en las personas o los grupos que han sido tratados de forma discriminatoria.

Aunque no parezca a simple vista, las niñas y las jóvenes son tratadas de forma desigual a la baja, por aplicación de los principios androcéntricos de igualitarismo: olvidemos la desigualdad y partamos de un punto (inexistente) común y así podemos creer que la carrera empieza en una misma línea de salida, sin rémoras.

Las acciones compensatorias no sólo deben aplicarse a los colectivos o personas con necesidades educativas especiales, ni a quienes proceden de otros lugares del mundo, con lenguas o religiones distintas. Todavía son minorías y constituyen particularismos, merecedores de los mismos derechos educativos.

El caso de las niñas, de las jóvenes y de las mujeres es bien distinto: constituimos la mitad de la población mundial y en todos los lugares del mundo. ¿Será por esto que las políticas de igualdad entre mujeres y hombres están costando tanto en implantarse y generalizarse a nivel formal y real? Este tipo de igualdad le afecta a toda la población –la escolarizada también– y quizás sea esta una de las razones más potentes que nos expliquen su retraso y hechos reaccionarios, que muestran su resistencia por doquier.

La escuela es para todas y todos y debe rediseñarse para que sirva a todas y a todos, sin desigualdad de trato ni de condiciones. Porque hasta ahora los currícula no contemplan la obra humana de las mujeres ni está normalizado un lenguaje de buen trato y justicia, que acabe con el simbólico de que los hombres poseen mayor capital de representación, autoría y presencia hacedora y que, por tanto, son superiores.

Como no es así hasta la fecha, las niñas están derivando cada vez más hacia sectores típicamente “femeninos”, relacionados con la imagen, la estética, la moda, los cuidados, las tareas auxiliares. Donde se ven triunfando gracias a las redes sociales. Se presentan y venden modelos juveniles femeninos supersexualizados y aliñados con raciones de “maldad” y de rivalidad, así como de violencia. Y que nunca falte la exaltación de la maternidad y de la ayuda. Todo esto se vende bien gracias a sofisticadas técnicas de marketing, que crean deseos y expectativas alcanzables o inalcanzables, pero presentados como si fueran una meta coincidente.

Por lo menos en la escuela habrían de tener modelos múltiples de mujeres, presentadas en sus diversos contextos y realizando múltiples tareas, para que puedan mirarse en espejos que las reflejen en positivo.

La coeducación es la fórmula: descubrir el sexismo y el androcentrismo, neutralizarlos, nombrar el mundo de manera justa para así compensar las desigualdades de representación y de reconocimiento. No es de recibo que la igualdad siga sin aprenderse en la escuela y que, por el contrario, la desigualdad siga patente (en el currículo formal) o latente (en el currículo oculto) pero, en cualquier caso, normalizada.

Acerquemos la Igualdad que está esperando en el horizonte como objetivo, seamos agentes activistas de la misma. La mejor herencia educativa que podemos dejar en el presente y para futuras generaciones.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/10/09/la-igualdad-alla-en-el-horizonte/

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La educación pública a debate, la hora de las propuestas alternativas

Por: Jaume Carbonell

El pasado sábado se presentó el Congreso de Educación Pública en Cataluña en el Teatro Nacional de Cataluña, con la asistencia de unos 450 maestros de los 250 centros educativos que participan, representantes de entidades y personas a título individual.

Menudean y cansan los encuentros educativas donde la nota dominante son las quejas y la retahíla de lamentaciones; la publicación de libros y artículos donde no se hace otra cosa que mostrar la degradación de la escuela actual, añorando la de otros tiempos que se califica de idílicos -una fake news, como se dice ahora-; o los debates educativos donde se acusa al neoliberalismo de ser el causante de todos los males de la enseñanza -otra mentira-. Es evidente que hay quejas y, sobre todo, críticas muy bien fundamentadas, y que hay que estar muy atentos a todas las incursiones y efectos de las políticas neoliberales, pero lo que es frustrante es que en estos espacios casi nunca salen propuestas alternativas en el horizonte de una transformación educativa y social que recoja lo más valioso de nuestro patrimonio pedagógico, mejore el presente y proyecte el futuro, con un ojo atento a la realidad y el otro soñando con la utopía.

Este congreso es de carácter muy diferente, y se sitúa en esta última vía constructiva y propositiva, pues trata de definir los principios y líneas de actuación de la educación pública, así como de recoger las experiencias y todo el activo pedagógico, con fin de renovarla, enriquecerla y dignificarla. Cuenta con el apoyo de la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica (FRMP), pero se organiza de manera descentralizada a partir de los centros de cada territorio. A diferencia de otras jornadas y congresos, se parte de unos ejes temáticos de debate, pero sin ponencias previas ni conferencias de expertos: el protagonismo recae en la voz del profesorado. Una segunda característica es su duración: se inicia este mes de octubre de manera descentralizada y concluye en mayo de 2020 con un encuentro final en Barcelona, ​​del que saldrán las conclusiones. Y la tercera característica es que abarca todos los niveles educativos no universitarios. Ahora bien, habrá que hacer un gran esfuerzo, para que el debate llegue con más fuerza a la secundaria o la formación de personas adultas porque, a estas alturas, la participación se centra mayoritariamente en infantil y primaria.

En el acto inaugural, con un tono festivo, rostros optimistas y unas gotas de humor, intervinieron maestros de diferentes territorios, se leyó el manifiesto fundacional y todo el mundo pudo responder, con unas etiquetas adhesivas, la pregunta «¿Cómo te imaginas la educación pública del futuro?», una manera de visualizar el inicio del proceso participativo. Tras una lectura rápida de estas opiniones, podemos extraer estas 50 palabras en forma de deseos: acogedora, alianza de todos los agentes educativos, administraciones públicas comprometidas, menos burocracia, autocrítica, cambio, cohesión social, compartir, comunidad, conciliación laboral y familiar, conversación, crítica, equipo docente, diversidad, derechos humanos, educación emancipadora, equidad, escuela abierta al mundo, escuela verde y ecológica, escuela libre, escuela viva, escuchar, experiencia humana, felicidad, feminismo, financiación pública, formación de maestros de calidad, igualdad de oportunidades, ilusión, innovadora, inclusiva, intereses de los alumnos, justicia, libertad de expresión, optimismo, oportunidades, participación, pensamiento crítico, personalización del aprendizaje, plural, proyecto educativo de zona, reconocimiento de la diferencia, recursos, renovación pedagógica, sin represión, respetuosa, tolerante, tranquila, trabajo en equipo, trabajo en red.

Conceptos que invitan a un debate exigente, amplio y comprometido, donde habrá que encender las luces cortas para ver qué pasa en las aulas y en las escuelas y qué puede hacerse para mejorarlas; y habrá también encender las luces largas para ir más allá y poder leer, comprender e intervenir en el entorno. En resumen: no hay transformación educativa sin transformación social y al revés. Porque es bien sabido que la equidad y la inclusión educativa se resuelven tanto en la escuela como en el territorio. Es la hora, por tanto, de tejer redes y alianzas entre maestros, otros profesionales de la educación, familias, ayuntamientos y otros actores sociales para que, tal como se expresaba en uno de los deseos, la educación pública se convierta con la mejor escuela del mundo.

Este congreso tendrá una réplica en Extramadura el próximo curso, bajo el patrocinio y organización a cargo de la Funfación Juan Uría para la Educación y el desarrollo de Extremadura.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2019/10/08/la-educacion-publica-a-debate-la-hora-de-las-propuestas-alternativas/

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