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“Nadie lo ignora todo, nadie lo sabe todo. Por eso aprendemos siempre”

Por: Karina Fuerte

 

El aprendizaje es un proceso que nunca acaba, todas las personas somos aprendices de por vida.

La semana pasada pude finalizar un objetivo que tenía pendiente desde hace mucho tiempo: la publicación del reporte Edu Trends sobre aprendizaje a lo largo de la vida. Inicié el primer borrador del reporte en el 2019, empecé a hacer entrevistas, visité varias universidades (principalmente en España), tuve un sin fín de videollamadas con personas interesantísimas, intercambié información por correo con otras tantas, y leí. Leí mucho. Pero luego llegó el 2020 y con él, la pandemia.

Con la llegada de la pandemia guardamos en una carpeta este reporte para dar prioridad a lo que acontecía en ese momento. Cuando por fin pude retomar el proyecto, habían pasado tantas cosas que no me fue posible simplemente continuar donde me quedé. ¿Cómo retomarlo así nada más, cuando el mundo había cambiado tanto?

Retomar el reporte me costó mucho más trabajo que iniciarlo. Tenía todavía más preguntas que cuando lo empecé a escribir. Pero este proceso de relectura y reescritura, en un mundo pospandemia, me reafirmó la importancia de escribir sobre este tema.

No quiero extenderme mucho más, pues me parece raro escribir sobre algo que yo misma escribí. Si quieren saber más sobre este reporte antes de descargarlo, les recomiendo el artículo que Andrés García Barrios escribió al respecto. Él, mejor que nadie, pudo resumir en un par de cuartillas, de qué va este reporte y su relevancia. Aprovecho para agradecer a Andrés por sus palabras, pero sobre todo, por el acompañamiento durante los últimos meses.

Para quienes quieran echar un vistazo previo a este reporte Edu Trends sobre aprendizaje a lo largo de la vida, a continuación, les comparto el prefacio.


Prefacio

Nadie ignora todo,
nadie sabe todo.
Por eso aprendemos siempre.

Paulo Freire

Inicio este mensaje con palabras del filósofo y educador brasileño Paulo Freire, no solo porque quedan como anillo al dedo al tema que analizaremos en las siguientes páginas, sino para que nos sirvan como humilde recordatorio de que el aprendizaje es un proceso que nunca acaba, que todas las personas somos aprendices de por vida.

El primer esbozo de este reporte nació en 2019, en aquel mundo prepandemia que hoy parece tan lejano, y en el que ignorábamos la crucial experiencia que estábamos por vivir como humanidad. Durante los peores meses de la pandemia de COVID-19 este reporte pasó a modo hibernación, pues había muchas otras prioridades que atender; sin embargo, el tema estuvo siempre rondando en mi cabeza (y creo que nunca saldrá de ella).

Cuando retomé el proyecto y reinicié mis lecturas de investigación, fue agridulce darme cuenta de lo mucho que ignoraba sobre la historia del aprendizaje a lo largo de la vida. Escribir este reporte fue un proceso fascinante e incómodo a la vez, pues advertí que conocía solo una mínima parte de lo que abarca ese concepto, ese nombre de moda que tanto escuchamos últimamente: lifelong learning. Durante este tiempo aprendí mucho y desaprendí todavía más. A cuatro años de aquel primer borrador, les presentamos el resultado de ese proceso intermitente de aprendizaje/desaprendizaje que culmina en este reporte.

El aprendizaje es una necesidad social, nos dice Peter Jarvis; los seres humanos aprendemos a ser y a estar en el mundo. Solo recientemente ―quizás a raíz del alud de información que permite la tecnología― la humanidad empieza a revalorar la sencillez de la vida diaria y de sus lecciones permanentes. Las enseñanzas de la vida, la escuela de la vida, han vuelto a hacer su aparición con gran fuerza. Hoy más que nunca, después de lo vivido desde 2020, necesitamos reaprender todo esto. He ahí la relevancia de la tendencia que esperamos poder reivindicar en el presente reporte. Demostrar que se trata de mucho más que una palabra de moda es el objetivo de las páginas que vienen a continuación.

 

Karina Fuerte
Editora en jefe, Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx

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Yo, tú, nosotros…¡hagamos comunidad!

Por: Filiberto Francisco Mateo Martínez

 

Hacer comunidad requiere la participación de docentes, estudiantes, familias, organizaciones sociales, autoridades educativas y políticas, y de la …

Con la reforma educativa introducida en 2019 y conocida como Nueva Escuela Mexicana (NEM), además de la integración de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), se ha incrementado la relevancia de la comunidad (SEP, 2019) dentro del objetivo de proporcionar una formación integral a niñas, niños, adolescentes y jóvenes (NNAJ) con equidad y excelencia.

Una de las características de la NEM es su estructura abierta, la cual permite conocer y reconocer a las poblaciones históricamente excluidas y discriminadas por razones sociales, culturales, económicas y étnicas. La apuesta es clara: hacer comunidad desde la escuela, un espacio abierto para la construcción de una nueva sociedad con sentido de pertenencia e interdependencia.

Ello demanda de un trabajo conjunto bajo un enfoque de interculturalidad, a fin de reconocer la diversidad de comunidades y contextos donde interactúan las escuelas. Al efecto, resulta necesario incorporar conocimientos, saberes y experiencias de sus habitantes, es decir, concretar la vinculación comunidad escuela, con objeto de enriquecer la labor docente y lograr la formación integral de NNAJ.

Hacer comunidad requiere la participación de docentes, estudiantes, familias, organizaciones sociales, autoridades educativas y políticas, y de la sociedad en general, para la construcción de la NEM que queremos, en el entendido de que la educación es un bien público y común que nos debe importar, independientemente de que nuestros hijos o familiares asistan a la escuela o hayan concluido su formación académica.

Tradicionalmente, se ha dejado a la escuela la tarea de formar a la ciudadanía; sin embargo, de cara a los nuevos retos que tienen México y la humanidad, es necesaria la participación de todas y todos en la búsqueda del bienestar social. La educación es el camino para la transformación de la sociedad y, por ende, todas y todos estamos convocados a la tarea de formar ciudadanos con conocimientos, valores, actitudes y saberes necesarios para propiciar su bienestar personal y el desarrollo de la sociedad de la que son parte.

Yo, tú, nosotros… ¡hagamos comunidad! como un compromiso colectivo para lograr la transformación progresiva de las comunidades y entornos escolares. Incorporemos la diversidad cultural de México a las escuelas; recuperemos y reconozcamos los aportes de la medicina tradicional, los mecanismos de elección de autoridades, la gastronomía, las fiestas, la indumentaria y las lenguas… con la idea de favorecer el acceso al mismo trato, a las mismas oportunidades, a una educación con justicia social.

En este número de Educación en Movimiento, Mejoredu propone a sus lectoras y lectores la oportunidad de seguir reflexionando sobre la importancia de hacer comunidad y reconocer la existencia y la coexistencia del ser humano. ¡Hagamos comunidad! para conocer las opiniones, sugerencias, experiencias y conocimientos de los colaboradores de esta edición.

Editorial publicado en el Boletín Educación en Movimiento núm. 18 (tercera época) de Mejoredu.

Fuente de la información e imagen: https://profelandia.com

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Nou govern, velles polítiques

“El castellà és l’única llengua que té tots els drets garantits, mentre que la llengua minoritzada és el valencià, que és discriminada i atacada, ara també des de les institucions valencianes”

El resultat de les eleccions autonòmiques del passat 28M va configurar unes noves majories a les Corts Valencianes i a molts ajuntaments. Al País Valencià, la suma del Partit Popular i de VOX suposa una majoria suficient per a formar un govern bipartit en la Generalitat. Per afaiçonar el tàndem, només uns dies després de les eleccions van pactar un document que incloïa el repartiment de càrrecs i 50 mesures que abraçaven totes les àrees. El partit d’ultradreta assumirà una vicepresidència primera amb les competències de la Conselleria de Cultura i les conselleries d’Agricultura i Justícia, Interior i Governació, a més de la Presidència de les Corts Valencianes.

Entre les 50 mesures acordades, es dedica un apartat a Educació i Llengua que contempla el vell ideari de la dreta espanyola, resumit en sis punts genèrics que indiquen clarament quina serà la seua acció de govern en aquests dos àmbits. El punt 27 ho deixa ben clar: Garantirem la llibertat d’educació, la lliure elecció de centre i la lliure elecció de la llengua d’ensenyament entre les dues oficials en totes les etapes educatives. Aquest apartat ens retrotrau a la negociació de la Constitució espanyola de 1978 i a la LOECE de 1980, a les mobilitzacions de la dreta educativa, política i sindical dels anys vuitanta, a les diverses lleis educatives que impulsaren a esquena del professorat als darrers quaranta anys o a les seues actuacions al govern espanyol amb Esperanza Aguirre, M. Rajoy, Pilar del Castillo, José Ignacio Wert o Íñigo Méndez de Vigo. Les mostres de poder els serví per a implementar polítiques neoliberals en educació i sanitat durant unes quantes dècades en territoris com la comunitat autònoma de Madrid o el País Valencià. A casa nostra, la dreta espanyola va governar durant vint anys consecutius, des del 1995 al 2015, i hi aplicà, decididament, aquests principis que defensaven i defensen i que defineixen a la perfecció el seu ideari per al futur govern de la Generalitat.

Fet i fet, en l’anterior etapa de govern conservador, un objectiu seu, declarat públicament, fou afavorir l’ensenyament privat per sobre de l’ensenyament públic, d’altra banda, acomodat en un espai allunyat de la subsidiarietat provisional. Llavors parlaven, i continuen parlant, de  complementarietat de les dues xarxes, però el parany estava llançat: van aprovar el Mapa Escolar, l’arranjament escolar per a la planificació educativa, el districte únic en la matriculació, la concertació d’ensenyaments no obligatoris com ara l’Educació Infantil o el Batxillerat, l’ocupació, per part de l’Administració, del Consell Escolar Valencià, la negativa a cedir sòl públic per a la construcció de centres públics, especialment a les grans ciutats i, en canvi, proposaren la creació de centres privats en terrenys públics (CIS), així com el suport a la posada en marxa de diverses universitats privades. Aquestes mesures no afavorien en absolut les famílies i l’alumnat, es va produir, a més, una involució de l’ensenyament en valencià, els centres patiren retallades de prestacions i plantilles i el professorat veié rebaixat el seu salari el 2008.

En l’anterior etapa de govern conservador, un objectiu seu, declarat públicament, fou afavorir l’ensenyament privat per sobre de l’ensenyament públic

Tota aquesta política va afavorir un rebuig immediat de la Comunitat Educativa valenciana mitjançant la convocatòria de nombroses mobilitzacions liderades per la Plataforma per l’Ensenyament Públic, que agrupava associacions de pares i mares, sindicats estudiantils,  moviments de defensa de la llengua, associacions de les direccions dels centres, sindicats de treballadores i treballadors de l’ensenyament… Cada una de les protestes contra la política educativa conservadora del Consell de la Generalitat va ser clau per poder aturar part de les seues pretensions. Cal destacar, a més, que la pressió va possibilitar acords per millorar les plantilles, les condicions laborals i els salaris del personal que treballava als centres educatius.

L’arribada del Botànic al Consell el 2015 va capgirar la política educativa i lingüística al País Valencià. Al llarg dels vuit anys de govern botànic s’han anat revertint una part important de les mesures implementades pel Partit Popular i s’han aplicat de noves per millorar les ferides provocades en l’ensenyament valencià. En alguns casos hi ha hagut consensos entre la Comunitat Educativa i la Conselleria d’Educació i en altres, desacords amb les mesures aprovades. Vegem-ho.

En matèria lingüística s’ha aprovat la Llei de Plurilingüisme que, d’altra banda, no satisfà les expectatives en posar al mateix nivell l’ensenyament d’una llengua estrangera amb la pròpia del País Valencià i que ha fet recular l’ús del valencià en matèries on es feia servir el valencià per a poder acomplir amb els percentatges previstos en la llei. D’altra banda, s’aprovà el decret que regula l’Oficina de Drets Lingüístics i el Decret que regula els usos institucionals i administratius de les llengües oficials en l’Administració de la Generalitat i s’ha constituït el Consell Social de les Llengües.

El nivell d’odi i rebuig a la llengua els fa veure fantasmes

A més, la nova Llei de la Funció Pública Valenciana, aprovada en el 2021, contemplava l’aplicació de la competència lingüística per a l’accés a les administracions públiques valencianes. Una regulació que s’havia de dur a terme mitjançant un reglament, presentat en 2022, però que s’ha quedat sense efectes perquè no es va arribar a aprovar en la passada legislatura. Tot aquest beneplàcit lingüístic incomoda la dreta, la ultradreta i les entitats afines ideològicament, de manera que alçaren la veu i aconseguiren sentències favorables en alguns aspectes en els tribunals de justícia. En tot cas, sempre hi ha hagut una amenaça: la derogació de tots aquests decrets quan governaren. Ara han arribat a l’absurditat de demanar la derogació del requisit lingüístic en les administracions públiques quan no se n’ha aprovat la regulació. El nivell d’odi i rebuig a la llengua els fa veure fantasmes. Per contra, el que sí que està en vigor és el que s’aplica per accedir als cossos docents. Es tracta d’una norma que va ser aprovada pel conseller del Partit Popular Manuel Tarancón, en 2002, que està consolidada i que no ha generat cap problema en els vint-i-un anys de vigència.

Si reprenem la polèmica Llei del Plurilingüisme, hem de dir que el govern de dretes té previst modificar-la per garantir, segons afirmen la lliure elecció de la llengua vehicular per part de les famílies. El que vol dir, reduir la presència del valencià en el sistema educatiu i impedir que siga la llengua vehicular, tal com recomanen totes les persones expertes. Quant a l’Oficina de Drets Lingüístics, els incomoda i tenen previst desfer-se’n per tal de desentendre’s de les vulneracions lingüístiques que patim, més encara en un moment en què les discriminacions a les persones valencianoparlants han augmentat considerablement. Ara per ara, els portaveus dels partits que configuraran el proper Consell de la Generalitat s’han conjurat per deixar sense efectes diverses normes que regulen l’Ús i l’Ensenyament del Valencià (LUEV). Ho fan, segons diuen, per garantir eixa fantasia política que repeteixen constantment en afirmar que el castellà està discriminat al País Valencià, quan la realitat és la contrària. El castellà és l’única llengua que té tots els drets garantits, mentre que la llengua minoritzada és el valencià, que és discriminada i atacada, ara també des de les institucions valencianes. Caldrà, doncs, estar a l’aguait per veure quins són els seus primers passos quan formen govern i actuar-hi.

El que volen realment és retallar les llibertats, tant dels centres educatius com del professorat, i controlar ideològicament i política el sistema educatiu

Les declaracions fetes i l’acord de les 50 mesures són inquietants. El que anuncien és la tornada al passat, a les polítiques dutes a terme durant els vint anys de govern conservador en l’ensenyament. És cert que també han introduït mesures com el Pin Parental, que tanta polseguera propagandística va provocar sense èxit. Hi tornaran encara que no l’esmenten. Efectivament, la mesura 28 diu: els pares triaran lliurement i si escau autoritzaran el contingut de les activitats extracurriculars, i la 29 la complementa: reforçarem la inspecció educativa per preservar la qualitat de l’ensenyament traient la ideologia de les aules i permetent que els pares escullen l’educació dels seus fills. No diuen, encara que ho saben, que totes les activitats que es fan als centres han de ser aprovades pels seus òrgans de govern, en algunes de les quals estan representades les famílies, i que l’Administració educativa les supervisa. A més, ignoren intencionadament que la Constitució espanyola, que diuen defensar, preveu la llibertat de càtedra. El que volen realment és retallar les llibertats, tant dels centres educatius com del professorat, i controlar ideològicament i política el sistema educatiu, com volia fer el ministre José Ignacio Wert amb la seua LOMQE, que els òrgans que els regesquen siguen merament consultius i que lluny d’una inspecció que voldríem pedagògica, siga censora del professorat i impedisca alhora la formació de  persones lliures i crítiques.

En definitiva, la mercantilització de l’ensenyament i la potenciació de la xarxa educativa privada són objectius que volen dur a terme sota l’enganyifa repetició de la paraula “llibertat” que tant usen,  però que practiquen molt poc. Per a acabar-ho d’adobar, pretenen una mesura ben cridanera: establir una ajuda a les famílies per comprar els uniformes escolars que són un element exclusiu de la xarxa privada. Comptat i debatut, és la mesura perfecta per potenciar les classes benestants i per esborrar les diversitats personals i lingüístiques que tant els incomoda. Sí, al País Valencià hem patit la seua política durant vint anys, un reflex semblant als efectes produïts en sanitat i educació a la comunitat autònoma de Madrid. Ara amb les amenaces escopides i prompte esculpides, hem de blindar el dret a l’educació pública valenciana, democràtica, gratuïta, laica, coeducadora, científica, inclusiva i equitativa, en què tots els estaments educatius participen en el disseny de la política educativa, on la gent que hi treballa tinga unes bones condicions laborals i salarials, i que el nou govern complesca amb tots els compromisos acordats amb la Comunitat Educativa i els sindicats, durant les legislatures anteriors. Si s’hi neguen, que és el més probable, caldrà plantar cara a les seues polítiques i tornar a reivindicar que no es toque ni un sol dret humà. Ara i sempre, defensarem també l’educació pública que volem.

Nou govern, velles polítiques

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Noam Chomsky sobre ChatGPT

Noam Chomsky sobre ChatGPT

ENTREVISTA

 

Para qué sirve y por qué no es capaz de replicar el pensamiento humano

La inteligencia artificial (IA) está arrasando en el mundo. Está transformando todos los ámbitos de la vida y planteando importantes problemas éticos para la sociedad y el futuro de la humanidad. ChatGPT, que está dominando las redes sociales, es un chatbot basado en IA desarrollado por OpenAI. Es un subconjunto del aprendizaje automático y se basa en lo que se denomina Large Language Models (grandes modelos lingüísticos), capaces de generar respuestas similares a las humanas. El potencial de aplicación de esta tecnología es enorme, por lo que ya se está pidiendo que se regule la IA como ChatGPT.

¿Puede la IA ser más inteligente que los humanos? ¿Constituye una amenaza pública? De hecho, ¿puede convertirse en una amenaza existencial? Noam Chomsky, el lingüista más eminente del mundo y uno de los intelectuales públicos más estimados de todos los tiempos, cuya estatura intelectual se ha comparado con la de Galileo, Newton y Descartes, aborda estas inquietantes cuestiones en la entrevista que sigue.

C. J. Polychroniou: Como disciplina científica, la inteligencia artificial (IA) se remonta a los años 50, pero en las dos últimas décadas se ha ido abriendo paso en todo tipo de campos, como la banca, los seguros, la fabricación de automóviles, la música y la defensa. De hecho, el uso de técnicas de IA ha demostrado en algunos casos superar las capacidades humanas, como en una partida de ajedrez. ¿Es probable que las máquinas lleguen a ser más inteligentes que los humanos?

Noam Chomsky: Para aclarar la terminología, el término «máquina» significa aquí programa, básicamente una teoría escrita en una notación que puede ser ejecutada por un ordenador, y un tipo de teoría inusual en aspectos interesantes que podemos dejar de lado aquí.

Podemos hacer una distinción aproximada entre ingeniería pura y ciencia. No hay un límite claro, pero es una primera aproximación útil. La ingeniería pura busca producir un producto que pueda ser de alguna utilidad. La ciencia busca la comprensión. Si el tema es la inteligencia humana o las capacidades cognitivas de otros organismos, la ciencia busca comprender estos sistemas biológicos.

Tal y como yo los entiendo, los fundadores de la IA -Alan Turing, Herbert Simon, Marvin Minsky y otros- la consideraban ciencia, parte de las entonces incipientes ciencias cognitivas, que utilizaban las nuevas tecnologías y los descubrimientos en la teoría matemática de la computación para avanzar en la comprensión. Con el paso de los años, estas preocupaciones se han desvanecido y se han visto desplazadas en gran medida por una orientación ingenieril. En la actualidad, las primeras preocupaciones se suelen tachar, a veces con condescendencia, de ‘IA a la antigua usanza’ [en inglés ‘good old-fashioned AI’ o su acrónimo ‘GOFAI’].

Siguiendo con la pregunta, ¿es probable que se conciban programas que superen las capacidades humanas? Hay que tener cuidado con la palabra «capacidades», por razones a las que volveré. Pero si consideramos que el término se refiere a la ejecución1 humana, entonces la respuesta es: definitivamente sí. De hecho, existen desde hace mucho tiempo: la calculadora de un ordenador, por ejemplo. Puede superar con creces lo que hacen los humanos, aunque sólo sea por falta de tiempo y memoria. En el caso de sistemas cerrados como el ajedrez, en los años 50 se comprendió perfectamente que tarde o temprano, con el avance de gigantescas capacidades computacionales y un largo periodo de preparación, se podría idear un programa capaz de derrotar a un gran maestro que juega con un límite de memoria y tiempo. El alcance de ese logro, años más tarde, fue más que nada un reclamo publicitario para IBM. Muchos organismos biológicos superan las capacidades cognitivas humanas en aspectos mucho más profundos. Las hormigas del desierto de mi patio trasero tienen cerebros minúsculos, pero superan con creces las capacidades humanas de navegación, en los principios que subyacen, no sólo en ejecución. No existe tal cosa como una Gran Cadena del Ser en cuya cúspide esté el ser humano.

Los productos de la ingeniería de IA se utilizan en muchos campos, para bien o para mal. Incluso los más sencillos y conocidos pueden ser bastante útiles: en el área lingüística, programas como el autocompletado, la transcripción en directo, el traductor de google, entre otros. Con una potencia de cálculo mucho mayor y una programación más sofisticada, también deberían surgir otras aplicaciones útiles en las ciencias. Ya ha habido algunas: cómo ha asistido en el estudio del plegamiento de proteínas es un caso reciente en el que la tecnología de búsqueda masiva y rápida ha ayudado a los científicos a abordar un problema crítico y difícil.

Los proyectos de ingeniería pueden ser útiles, o perjudiciales. Ambas cuestiones se plantean en el caso de la ingeniería de la IA. El trabajo actual con grandes modelos lingüísticos (LLM por sus siglas en inglés), incluidos los chatbots, proporciona herramientas para desinformar, difamar y engañar a los no informados. Las amenazas aumentan cuando se combinan con imágenes artificiales y réplicas de voz. Con diferentes preocupaciones en mente, decenas de miles de investigadores de IA han pedido recientemente una moratoria en el desarrollo debido a los peligros potenciales que perciben.

Como siempre, hay que sopesar los posibles beneficios de la tecnología frente a los costes potenciales.

Se plantean cuestiones muy distintas cuando nos referimos a la IA y la ciencia. Aquí se impone la cautela debido a las afirmaciones exorbitantes e imprudentes, a menudo amplificadas en los medios de comunicación. Para aclarar las cuestiones, consideremos casos, algunos hipotéticos, otros reales.

He mencionado la navegación de los insectos, que es un logro asombroso. Los científicos especializados en insectos han avanzado mucho en el estudio acerca de cómo este logro se ha alcanzado, si bien la neurofisiología -una materia muy complicada- sigue sin aclararse del todo, al igual que sucede con la evolución de los sistemas. Lo mismo ocurre con las asombrosas proezas de aves y tortugas marinas que recorren miles de kilómetros y regresan infaliblemente al lugar de origen.

Supongamos que Tom Jones, un partidario de la ingeniería de la IA, viene y dice: «Todo tu trabajo ha sido refutado. El problema está resuelto. Los pilotos de líneas aéreas comerciales consiguen siempre los mismos resultados, o incluso mejores».

Si acaso tomáramos la molestia de responder, nos reiríamos.

Tomemos el caso de las hazañas náuticas de los polinesios, que todavía perviven entre las tribus indígenas, que por medio de las estrellas, el viento y las corrientes pueden desembarcar sus canoas en un punto designado a cientos de millas de distancia. También este caso ha sido objeto de muchas investigaciones para averiguar cómo lo hacen. Tom Jones tiene la respuesta: «Deja de perder el tiempo; los buques de guerra lo hacen todo el tiempo».

La misma respuesta.

Pasemos ahora a un caso real: la adquisición del lenguaje. En los últimos años se han llevado a cabo investigaciones exhaustivas y muy esclarecedoras que han demostrado que los bebés tienen un conocimiento muy rico de la lengua (o lenguas) de su entorno, muy superior al que exhiben cuando actúan con ella[s]. Se consigue con pocas pruebas y, en algunos casos cruciales, sin ninguna. En el mejor de los casos, como han demostrado cuidadosos estudios estadísticos, los datos de los que disponen son escasos, sobre todo si se tiene en cuenta la rango-frecuencia («ley de Zipf«).

Entra Tom Jones: «Has sido refutado. Sin prestar atención a tus hallazgos, los LLM que escanean cantidades astronómicas de datos pueden encontrar regularidades estadísticas que permiten simular los datos en los que han sido entrenados, produciendo algo que se parece bastante al comportamiento humano normal. Chatbots».

Este caso difiere de los demás. En primer lugar, es real. Segundo, la gente no se ríe; de hecho, muchos se asombran. Tercero, a diferencia de los casos hipotéticos, los resultados reales distan mucho de lo que se afirma.

Estas consideraciones sacan a relucir un problema menor con respecto al entusiasmo actual por los LLM: su total absurdidad, como en los casos hipotéticos en los que lo hemos reconocido de inmediato. Pero hay problemas mucho más graves que la absurdidad.

Una es que los sistemas LLM están diseñados de tal manera que no pueden decirnos nada sobre el lenguaje, el aprendizaje u otros aspectos de la cognición, una cuestión de principio, irremediable. Duplique los terabytes de datos escaneados, añada otro billón de parámetros, utilice todavía más energía de California, y la simulación del comportamiento mejorará, al tiempo que revelará más claramente el fracaso de principio en el planteamiento sobre cómo producir cualquier forma de comprensión. La razón es elemental: los sistemas funcionan igual de bien con lenguas imposibles, tales que los bebés no pueden adquirir, como con aquellas que estos adquieren rápidamente y casi por reflejo.

Es como si un biólogo dijera: «Tengo una nueva gran teoría de los organismos. Esta teoría enumera muchos que existen y muchos que es imposible que existan, y no puedo decirles nada sobre la distinción».

De nuevo, nos reiríamos. O deberíamos.

No ríe Tom Jones, quien ahora se referirá a casos reales. Persistiendo en su radical alejamiento de la ciencia, Tom Jones responde: «¿Cómo puedes saber nada de esto hasta que no hayas investigado todas las lenguas?». En este punto, el abandono de la ciencia normal resulta aún más claro. Por un argumento análogo podemos desechar la genética y la biología molecular, la teoría de la evolución y el resto de las ciencias biológicas, que no han estudiado más que las muestras de una ínfima fracción de organismos. Y por si fuera poco, podemos desechar toda la física. ¿Por qué creer en las leyes del movimiento? ¿Cuántos objetos se han observado realmente en movimiento?

Existe, además, la pequeña cuestión de la carga de la prueba. Quienes proponen una teoría tienen la responsabilidad de demostrar que tiene algún sentido, en este caso, demostrando que falla para las lenguas imposibles. No es responsabilidad de otros refutar la propuesta, aunque para el caso parece bastante fácil hacerlo.

Pasemos a la ciencia normal, donde las cosas se ponen interesantes. Incluso un solo ejemplo de adquisición del lenguaje puede aportar una rica visión de la distinción entre lenguas posibles e imposibles.

Las razones son claras y conocidas. Todo crecimiento y desarrollo, incluido lo que se denomina «aprendizaje», es un proceso que parte de un estado del organismo y lo transforma paso a paso hacia etapas posteriores.

La adquisición del lenguaje es un proceso de este tipo. El estado inicial es la dotación biológica de la facultad del lenguaje, que obviamente existe, incluso aunque pueda ser, como algunos creen, una combinación particular de otras capacidades. Eso es muy improbable por razones que se comprenden desde hace tiempo, pero no es relevante para lo que nos ocupa aquí, así que podemos dejarlo de lado. Es evidente que existe una dotación biológica para la facultad humana del lenguaje. Una mera obviedad.

La transición avanza hacia un estado relativamente estable, que no cambiará más que superficialmente: el conocimiento lingüístico. Los datos externos desencadenan y configuran parcialmente el proceso. Estudiando el estado alcanzado (conocimiento lingüístico) y los datos externos, podemos sacar conclusiones de gran alcance sobre el estado inicial, la dotación biológica que hace posible la adquisición del lenguaje. Las conclusiones sobre el estado inicial imponen una distinción entre lenguas posibles e imposibles. La distinción es válida para todos los que comparten el estado inicial: todos los humanos, hasta donde sabemos; no parece haber diferencias en la capacidad de adquirir el lenguaje entre los grupos humanos existentes.

Todo esto es ciencia normal, y ha conseguido muchos resultados.

La experimentación ha demostrado que el estado estable se obtiene sustancialmente muy pronto, hacia los tres o cuatro años de edad. También está bien establecido que la facultad del lenguaje tiene propiedades básicas específicas de los humanos, de ahí que sea una verdadera propiedad de especie: común a los grupos humanos y, en aspectos fundamentales, un atributo humano único.

En este relato esquemático se dejan muchas cosas fuera, sobre todo el papel de leyes de la naturaleza en el crecimiento y el desarrollo: en el caso de un sistema computacional como el lenguaje, los principios de eficiencia computacional. Pero ésta es la esencia de la cuestión. De nuevo, ciencia normal.

Es importante tener clara la distinción de Aristóteles entre posesión de conocimiento y uso del conocimiento (en terminología contemporánea, competencia y actuación). En el caso del lenguaje, el estado estable obtenido es la posesión de conocimientos, codificados en el cerebro. El sistema interno determina una serie ilimitada de expresiones estructuradas, cada una de las cuales podemos considerar que formula un pensamiento, cada una externalizable en algún sistema sensomotor, normalmente el sonido, aunque podría ser el signo o incluso (con dificultad) el tacto.

En el uso del conocimiento («actuación») se accede al sistema codificado internamente. La actuación incluye el uso interno del lenguaje en el pensamiento: reflexión, planificación, recuerdo y mucho más. Desde el punto de vista estadístico, éste es, con mucho, el uso abrumador del lenguaje. Es inaccesible a la introspección, aunque podemos aprender mucho sobre él con los métodos normales de la ciencia, desde «fuera», metafóricamente hablando. Lo que se denomina «habla interior» son, de hecho, fragmentos de lenguaje exteriorizado con el aparato articulatorio silenciado. Es sólo un reflejo remoto del uso interno del lenguaje; cuestiones importantes que no puedo tratar aquí.

Otras formas de uso del lenguaje son la percepción (análisis sintáctico) y la producción, esta última entraña propiedades que siguen siendo tan misteriosas como cuando Galileo y sus contemporáneos las contemplaban con asombro en los albores de la ciencia moderna.

El principal objetivo de la ciencia es descubrir el sistema interno, tanto en su estado inicial de la facultad humana del lenguaje como en las formas particulares que adopta en la adquisición. En la medida en que se comprenda este sistema interno, podremos proceder a investigar cómo entra en funcionamiento, interactuando con muchos otros factores que intervienen en el uso del lenguaje.

La obtención de datos acerca de la actuación ofrece evidencias sobre la naturaleza del sistema interno, en especial cuando se refina experimentalmente, algo habitual en los trabajos de campo. Pero incluso la recopilación más masiva de datos es necesariamente engañosa en aspectos cruciales. Se ciñe a lo que se produce normalmente, no al conocimiento del lenguaje codificado en el cerebro, el objeto primario que investigan quienes quieren comprender la naturaleza del lenguaje y su uso. Ese objeto interno determina una clase infinita de posibilidades que no se utilizarán en el comportamiento normal debido a factores irrelevantes para el lenguaje, como las limitaciones de la memoria a corto plazo; temas estudiados hace 60 años. Los datos observados también incluirán buena parte de lo que queda fuera del sistema codificado en el cerebro, a menudo el uso consciente del lenguaje de formas que violan las reglas con fines retóricos. Son obviedades conocidas por todos los investigadores de campo, que recurren a técnicas de recolección directa de datos con sujetos informantes, básicamente experimentos, para obtener un corpus refinado que excluya las restricciones irrelevantes y las expresiones desviadas. Lo mismo ocurre cuando los lingüistas se utilizan a sí mismos como fuentes de información, un procedimiento perfectamente razonable y normal, habitual en la historia de la psicología hasta la actualidad.

Si seguimos avanzando con la ciencia normal, descubrimos que los procesos y elementos internos de la lengua no pueden detectarse mediante la inspección de los fenómenos observados. A menudo, estos elementos ni siquiera aparecen en el habla (o la escritura), aunque sus efectos, a menudo sutiles, pueden detectarse. Esa es otra razón por la que restringirse a los fenómenos observados, como en los enfoques LLM, limita marcadamente la comprensión de los procesos internos que son objeto central de la investigación sobre la naturaleza del lenguaje, su adquisición y su uso. Pero eso no es relevante si se ha abandonado la preocupación por la ciencia y la comprensión en favor de otros objetivos.

Más en general, en las ciencias, durante milenios se ha llegado a conclusiones mediante experimentos -a menudo experimentos mentales-, siendo cada uno de ellos una abstracción radical de los fenómenos. Los experimentos se basan en la teoría y tratan de descartar los innumerables factores irrelevantes que intervienen en los fenómenos observados, como en la actuación lingüística. Todo esto es tan elemental que rara vez se discute. Y familiar. Como se ha señalado, la distinción básica se remonta a la distinción de Aristóteles entre posesión del conocimiento y uso del conocimiento. El primero es el objeto central de estudio. Los estudios secundarios (y bastante serios) investigan cómo sirve a la actuación el sistema de conocimiento almacenado internamente, junto con los muchos factores no lingüísticos que entran en lo que se observa directamente.

También podemos recordar una observación del biólogo evolutivo Theodosius Dobzhansky, famoso sobre todo por su trabajo con la Drosophila: cada especie es única, y los humanos son los más únicos de todos. Si nos interesa comprender qué clase de criaturas somos -siguiendo el mandato del Oráculo de Delfos de hace 2.500 años-, nos ocuparemos sobre todo de lo que hace que los humanos seamos los más únicos de todos, principalmente el lenguaje y el pensamiento, estrechamente entrelazados, como reconoce una rica tradición que se remonta a la Grecia clásica y la India. La mayor parte del comportamiento es bastante rutinario y, por tanto, hasta cierto punto predecible. Lo que realmente nos hace únicos es lo que no es rutinario, y lo encontramos, a veces mediante experimentos, a veces mediante la observación, desde los niños en condiciones normales hasta los grandes artistas y científicos.

Un último comentario al respecto. La sociedad lleva un siglo plagada de campañas masivas por parte de empresas para fomentar el desprecio por la ciencia, temas bien estudiados por Naomi Oreskes entre otros. Comenzó con compañías cuyos productos eran letales: el plomo, el tabaco, el amianto y, más tarde, los combustibles fósiles. Sus motivos son entendibles. El objetivo de una empresa en una sociedad capitalista es el beneficio, no el bienestar humano. Es un hecho institucional: si no sigues el juego, te echan y te sustituye otro que sí lo haga.

Los departamentos de marketing de las empresas reconocieron muy pronto que sería un error negar las crecientes pruebas científicas de los efectos letales de sus productos. Eso sería fácilmente refutable. Mejor sembrar la duda, fomentar la incertidumbre, el desprecio por esos superexpertos de traje y corbata que nunca han pintado una casa, pero vienen de Washington a decirme que no use pintura con plomo, destruyendo mi negocio (un caso real, fácilmente multiplicable). Eso ha funcionado demasiado bien. Ahora mismo nos está llevando por el camino de la destrucción de la vida humana organizada en la Tierra.

En ambientes intelectuales, la crítica posmoderna de la ciencia, desmontada por Jean Bricmont y Alan Sokal, pero aún muy viva en algunos círculos, ha producido efectos similares.

Puede que sea una sugerencia poco amable, pero creo que es justo preguntarse si los Tom Jones y aquellos que repiten acríticamente e incluso amplifican sus descuidadas proclamas están contribuyendo a las mismas tendencias nefastas.

CJP: ChatGPT es un chatbot basado en el lenguaje natural que utiliza la inteligencia artificial para permitir conversaciones similares a las humanas. En un reciente artículo publicado en The New York Times, junto con otros dos autores, usted tachaba de bombo publicitario a los nuevos chatbots porque, sencillamente, no pueden igualar la competencia lingüística de los humanos. ¿No es posible, sin embargo, que las futuras innovaciones en IA produzcan proyectos de ingeniería que igualen y quizá incluso superen las capacidades humanas?

NC: El crédito por el artículo debería atribuirse al autor real, Jeffrey Watumull, un excelente matemático-lingüista-filósofo. Los dos coautores que figuran en la lista son asesores que están de acuerdo con el artículo, pero no lo han escrito.

Es cierto que los chatbots no pueden en principio igualar la competencia lingüística de los humanos, por las razones que hemos repetido antes. Su diseño básico les impide alcanzar la condición mínima de adecuación para una teoría del lenguaje humano: distinguir los lenguajes posibles de los imposibles. Dado que se trata de una propiedad del diseño, no puede ser superada por futuras innovaciones en este tipo de IA. Sin embargo, es muy posible que futuros proyectos de ingeniería igualen e incluso superen las capacidades humanas, si nos referimos a la capacidad humana de actuación [performance] en el uso del lenguaje. Como se ha señalado más arriba, algunos ya lo han hecho desde hace tiempo: las calculadoras automáticas, por ejemplo. Y lo que es más interesante, como ya se ha mencionado, insectos con cerebros minúsculos superan las capacidades humanas entendidas como competencia.

CJP: En el citado artículo también se observaba que los proyectos de IA actuales no poseen una facultad moral humana. ¿Este hecho tan obvio hace que los robots de IA sean una amenaza menor para la raza humana? Creo que se puede argumentar que los hace incluso más peligrosos.

NC: En efecto, es un hecho evidente, entendiendo la «facultad moral» en sentido amplio. A menos que se controle cuidadosamente, la ingeniería de la IA puede plantear graves amenazas. Supongamos, por ejemplo, que se automatizara el cuidado de los pacientes. Los inevitables errores que el juicio humano es capaz de subsanar podrían dar lugar a una historia de terror. O supongamos que se eliminara a los humanos de la evaluación de las amenazas determinadas por los sistemas automatizados de defensa antimisiles. Como nos informa un registro histórico estremecedor, eso sería el fin de la civilización humana.

CJP: Organismos reguladores y fuerzas de seguridad en Europa están mostrando su preocupación por la propagación de ChatGPT, mientras que un texto legislativo de la Unión Europea presentado recientemente intenta hacer frente a la IA clasificando dichas herramientas según su nivel de riesgo percibido. ¿Está de acuerdo con los que temen que ChatGPT suponga una grave amenaza pública? Además, ¿cree realmente que se puede detener el desarrollo de herramientas de IA hasta que se introduzcan salvaguardias?

NC: Puedo simpatizar muy fácilmente con los esfuerzos por intentar controlar las amenazas que plantea la tecnología avanzada, incluido este caso. Sin embargo, soy escéptico sobre la posibilidad de hacerlo. Sospecho que el genio está fuera de la botella. Es probable que los agentes maliciosos -institucionales o individuales- puedan encontrar formas de eludir las salvaguardias. Estas sospechas no son, por supuesto, razón para no intentarlo y para mantener la guardia.

Nota:

1Nota de traducción. El término performance en inglés, aquí traducido en un sentido más transversal como ‘ejecución’, se denomina ‘actuación’ en el campo de la lingüística moderna sobre las aportaciones del propio N.Chomsky.

Texto original: https://www.commondreams.org/opinion/noam-chomsky-on-chatgpt

Traducción: Edgar Manjarín

Fuente: https://sinpermiso.info/textos/noam-chomsky-habla-sobre-chatgpt-para-que-sirve-y-por-que-no-es-capaz-de-replicar-el-pensamiento

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/noam-chomsky-sobre-chatgpt/ (

 

 

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Brasil: Podemos detener el caos climático

Podemos detener el caos climático

Por Silvia Ribeiro *

A fines de marzo se publicó el resumen final del sexto Informe de evaluación global sobre el cambio climático, luego de un proceso de ocho años coordinado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

El mensaje central es claro. La emergencia climática es científicamente innegable y la forma principal de detener la crisis climática es la reducción drástica de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), especialmente las provocadas por la producción y uso de combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón). Es necesario cortar más de 40 por ciento de las emisiones actuales hasta el año 2030, para no causar un aumento de la temperatura global a niveles catastróficos en varias regiones.

Conjuntamente, requiere apoyar el despliegue de energías renovables, las medidas de eficiencia energética y cambios profundos en la matriz global de demanda de energía y recursos, teniendo en cuenta que existen grandes desigualdades en el consumo y en la emisión de GEI entre los países.

Señalan que el cambio climático ya ha causado serias consecuencias negativas ambientales, económicas y en las comunidades. Las personas más pobres, más de 3 mil 500 millones de habitantes del planeta, viven en las regiones más vulnerables al cambio climático. En la última década, el número de víctimas mortales por inundaciones, sequías y tormentas inusuales fue 15 veces más alto en esas regiones (https://tinyurl.com/5n8uev72).

Enfatizan la necesidad de medidas políticas nacionales y globales urgentes, que señalan que hasta ahora no han sido suficientes. Alertan al mismo tiempo del peligro de que gobiernos e industrias confíen en la supuesta disponibilidad futura de tecnologías muy problemáticas y que no han sido probadas a escala como la captura y almacenamiento de carbono (CAC), la remoción tecnológica de dióxido de carbono y otros enfoques de geoingeniería, mientras en el presente justifican no tomar medidas para reducir realmente las emisiones.

El informe de síntesis y el resumen para responsables de políticas de este sexto Informe de evaluación global (6IE) se publicó el 20 de marzo en Suiza, luego de una semana de negociaciones. Es producto de un proceso de 8 años, que elaboró seis informes parciales sobre diferentes aspectos del cambio climático publicados desde 2018. Los informes en este proceso cubrieron las temáticas de los impactos de sobrepasar un aumento de temperatura media global de 1,5 grados, los impactos del cambio climático en suelos, en oceános y criosfera, y los reportes de los tres grupos permanentes del IPCC sobre las bases físicas, los impactos, adaptación y vulnerabilidad y la mitigación del cambio climático (https://www.ipcc.ch/).

El IPCC es un panel de cientos de científicos y científicas de todo el mundo y en la revisión de los reportes intervienen más de 20 mil personas expertas, designadas por gobiernos, instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales que trabajan en cambio climático. También participan expertos de las industrias que causan el cambio climático, incluso entre los autores de algunos capítulos hay empleados de corporaciones petroleras.

Los reportes elaborados son útiles, principalmente en sistematizar datos de la realidad del cambio climático. No obstante, en informes anteriores, los escenarios futuros que plantea el IPCC son problemáticos, porque los modelos que utiliza (modelos de evaluación integrados o IAM, por sus siglas en inglés) se basan en la permanencia del statu quo económico y desigual que causa la crisis climática.

Por ejemplo, el crecimiento económico siempre en aumento, tasas de interés, etcétera. En este marco, en la definición de tres de los cuatro escenarios que plantea el IPCC, las industrias contaminantes y los académicos que promueven la geoingeniería han tenido peso para incluir la consideración de tecnologías riesgosas y especulativas que afirman servirían para remover el carbono de la atmósfera después de emitido. Esto presupone que no se harían las reducciones de gases de efecto invernadero requerido y da la falsa ilusión de que estas tecnologías estarán disponibles.

Es por ello particularmente importante que el IPCC en el resumen final ahora publicado, que recoge la elaboración de todos los informes anteriores, advierta que confiar en esas tecnologías es un peligro, porque no existen o no está probada su viabilidad ambiental, climática ni económica y que, además, no podrán desarrollarse en el tiempo requerido.

Señala que es mucho más efectivo y seguro apoyar las tecnologías que existen, por ejemplo, la energía eólica y solar, sobre las que informa que bajaron en 85 por ciento sus costos desde 2010. También que es mucho más seguro y posible apoyar con políticas los cambios en la producción y demanda de alimentos, ya que la producción industrial de ganado, por ejemplo, tiene un fuerte impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero. Igualmente, la producción industrial y agroquímica utiliza enormes cantidades de agua y combustibles fósiles, tanto para maquinaria como en agroquímicos (que son derivados del petróleo).

Estas medidas y más, si se hacen con y desde las comunidades, respetando sus derechos, territorios y conocimientos, muestran que podemos detener el cambio climático.

* Investigadora del Grupo ETC

Sur y Sur

 

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2023/05/podemos-detener-el-caos-climatico-por-silvia-ribeiro/

 

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República Dominicana: La formación de maestros en la R.D: la clave para enfrentar los desafíos de la educación del siglo XXI

La formación de maestros en la R.D: la clave para enfrentar los desafíos de la educación del siglo XXI

Una de las principales razones por las cuales se necesita una reforma urgente en la formación de maestros es que la educación ha cambiado significativamente en los últimos años.

La formación de maestros en la República Dominicana es un tema de suma importancia que ha sido objeto de debate en la sociedad dominicana durante décadas. La educación es uno de los principales pilares del desarrollo de un país, y los maestros son la piedra angular del sistema educativo. Por lo tanto, la formación de los maestros es esencial para garantizar una educación de calidad en el país.

La formación de maestros en la República Dominicana ha sido objeto de críticas constantes por parte de la sociedad, ya que se ha demostrado que muchos maestros no están preparados para enfrentar los desafíos del sistema educativo actual. La falta de recursos y la falta de capacitación han llevado a que muchos maestros no tengan las habilidades y competencias necesarias para enseñar de manera efectiva.

Una de las principales razones por las cuales se necesita una reforma urgente en la formación de maestros es que la educación ha cambiado significativamente en los últimos años. El acceso a la tecnología y la globalización han transformado la manera en que los estudiantes aprenden y la forma en que los maestros enseñan. Sin embargo, la formación de maestros en la República Dominicana no ha evolucionado a la par de estos cambios, lo que ha llevado a que muchos educadores no estén preparados para enseñar de manera efectiva en un mundo cada vez más globalizado y tecnológico.

Otro problema en la formación de maestros en la República Dominicana es la falta de capacitación continua. Muchos maestros completan su formación inicial y luego no reciben la capacitación adicional necesaria para mantenerse actualizados con los últimos avances en el campo de la educación. Esto significa que muchos maestros no tienen las habilidades necesarias para enseñar de manera efectiva en un mundo cada vez más cambiante.

Además, la formación de maestros en la República Dominicana se enfrenta a un problema de calidad. Muchas facultades de educación no cumplen con los estándares internacionales de calidad en la formación de maestros. Esto significa que los maestros que se gradúan de estas facultades no tienen las habilidades y conocimientos necesarios para enseñar de manera efectiva. Se necesitan medidas para garantizar que las facultades de educación cumplan con los estándares internacionales de calidad y que los maestros que se gradúan de estas instituciones estén preparados para enseñar de manera efectiva.

Así que, en mi opinión, la formación de maestros en la República Dominicana necesita una reforma radical. Los maestros son la piedra angular del sistema educativo, y su formación es esencial para garantizar una educación de calidad para los estudiantes. La formación de maestros debe evolucionar para adaptarse a los cambios en la educación y en la sociedad, y para garantizar que los maestros estén preparados para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Se necesitan medidas para garantizar que los maestros reciban capacitación continua y que las facultades de educación cumplan con los estándares internacionales de calidad. Además, es necesario que se fortalezcan las políticas públicas en materia de formación de maestros y se destinen los recursos necesarios para mejorar la calidad de la educación en el país.

La formación de maestros no es un tema que se pueda abordar de manera aislada, sino que está relacionado con otros problemas estructurales en el sistema educativo de la República Dominicana. Es necesario un enfoque integral para mejorar la calidad de la educación, que incluya la formación de maestros, la infraestructura escolar, los recursos pedagógicos, la participación de los padres y la comunidad, entre otros aspectos.

En este sentido, es importante que la sociedad dominicana tome conciencia de la importancia de la formación de maestros y del papel fundamental que estos juegan en el desarrollo del país. Los maestros son los responsables de formar a las futuras generaciones de líderes, emprendedores y ciudadanos comprometidos con su país. Por lo tanto, es fundamental que se les brinde la formación y el apoyo necesario para que puedan cumplir con esta tarea de manera efectiva.

En conclusión, la formación de maestros en la República Dominicana necesita una reforma urgente para garantizar que los maestros estén preparados para enfrentar los desafíos del siglo XXI y para que los estudiantes puedan recibir una educación de calidad que les permita competir a nivel internacional. Se necesitan medidas para mejorar la calidad de la formación de maestros, incluyendo la capacitación continua y el cumplimiento de los estándares internacionales de calidad. Además, es necesario un enfoque integral para mejorar la calidad de la educación en el país, que incluya aspectos como la infraestructura escolar, los recursos pedagógicos y la participación de la comunidad. La formación de maestros es esencial para el desarrollo del país y para garantizar un futuro mejor para todos los dominicanos.

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La autora de este artículo es estudiante de la carrera de Educación orientada a la enseñanza de la Lengua y la Literatura en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.

Fuente de la Información: https://acento.com.do/cultura/la-formacion-de-maestros-en-la-r-d-la-clave-para-enfrentar-los-desafios-de-la-educacion-del-siglo-xxi-9218631.html

 

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España: Una línea en el horizonte

Una línea en el horizonte

Rodrigo Ayarza

Narrativas noviolentas

 

—Yuna, ¿por qué dibujas esos animales en el espejo? —le pregunta su hermano Endetas.

Yuna no lo escucha, sigue absorta en su mundo cantando una canción en tonos agudos y la voz de su hermano se pierde. Ella borra con un dedo la oreja de uno de los conejos que al parecer quedó deforme. Luego termina de peinarse las puntas rebeldes de su cabello y busca un hueco por donde ver reflejado su rostro en el espejo, pero le es imposible hacerlo. Decenas de animales dibujados con jabón y pasta de dientes ocupan ese mundo. Retrocede medio metro y observa como unos lobos hambrientos persiguen a un bisonte que fue alcanzado por unas flechas y a unos monos que huyen buscando algún tipo de salvación… Mientras intentan escapar, Yuna los sigue con la mirada.

—Por supuesto que no te puedes ver —le dice su hermano Endetas cuando pasa otra vez por la puerta del baño.

—¿Será verdad? No creo que sea así como dicen… sea como sea, yo también lo quiero ver — dice ella.

—¿Qué quieres ver?, ¿de qué hablas? —le pregunta su hermano.

Yuna lo mira a los ojos y le cuenta: «dicen que obligan a unos niños a cazar y golpear con unos palos a unos animales».

—¿Quiénes los obligan? —pregunta Endetas asombrado, revisando que no falte nada en sus mochilas.

—No lo sé, dicen que unos pandilleros. ¿No lo has visto?, está en internet —Yuna comienza a hacerse una larga trenza y vuelve a tararear parte de la canción que estaba cantando.

—Si, sí, esa es la canción, la recuerdo bien. Eso que cantas es una canción de presentación de un videojuego en internet —dice Endetas convencido.

—Unas amigas la cantan y se me pegó —comenta Yuna.

—Es muy violento lo que pasa en ese videojuego, ¿lo sabías?

—No lo sabía, soy la única de mi clase que no ha jugado.

—No es para tu edad —afirma su hermano, mientras dobla una hoja con unas direcciones en su bolsillo: muelle 7, pesca del día, galpón 6, molida de granos y yerba mate.

—Allí a donde vamos me prometiste que tendríamos internet, ¿verdad?

—Para que querés internet si no tenemos donde ver nada de eso —le responde él.

—Ya te lo dije, me da curiosidad, tengo derecho y quiero ver qué pasa en ese juego.

Endetas guarda silencio. Conoce el videojuego en el que unos jóvenes luchan ferozmente con palos y pinchos en las calles de una ciudad en ruinas con el fin de cazar animales del bando contrario.

Después de cazarlos, cada pandilla elige los animales más aptos y los hace competir con el objetivo de ganar territorios rivales.

Endetas comprende bien la situación, el fiel reflejo de la cultura en una atractiva caja de videojuego: la lucha por la supervivencia, subir de nivel, dominar al enemigo…

Y para el final, el plato fuerte, la versión explícita de la cultura verticalista: unos trepan e intentan alcanzar la cima para impedir que otros también lo hagan. Quienes lo logran tienen el privilegio de quedarse con todo, mientras que el resto, animales y jóvenes descartables, caen olvidados al fondo del foso: game over.

Lo cierto es que Endetas había comenzado a ver el videojuego “Lucha feroz”, pero tuvo que dejarlo. Él también hubiese querido formar parte de ese antídoto contra el aburrimiento, pero no fue posible.

Recuerda el griterío ensordecedor que hacían decenas de chicos pegados a las pantallas jugando en esa sala en horario libre, alentando a esos animales, cantando esa canción que ahora también canta Yuna, mientras él limpiaba el lugar.

—Si conseguimos un teléfono podremos ver cosas que ven otros, escuchar música —insiste Yuna—. Sé que te gusta mucho la música.

Endetas no le responde, tan solo cierra las mochilas y le dice que se tienen que ir.

—Dicen que en internet, durante el videojuego, permiten apostar por quiénes cazan más animales, ¿será verdad? —le pregunta ella mientras busca su sombrero.

—Sí, lo sé —le responde su hermano mientras la espera en la puerta de la casa.

—Sé que vos nunca apostarías por algo así —dice Yuna en el momento en que encuentra su sombrero.

Yuna, sabía que su hermano trabajaba en el centro educativo en la sala de computadoras, pero nunca le había dicho que limpiaba las máquinas y los baños de esa sala. Hace unas semanas lo habían acusado junto a otros de robar unas máquinas durante la noche, pero se habían equivocado.

Endetas no había tenido nada que ver en el asunto.

Yuna guarda una botella de agua en su mochila, se pone su sombrero y los dos hermanos salen de la casa.

Los centros educativos continúan cerrados. Y ellos ahí, en una apartada región fuertemente azotada por sequías extremas a las que se sumó el drama de la pandemia.

Hace meses que Yuna nove a sus compañeros de clase ni los volvería a ver por un buen tiempo.

Es así como decidieron ir al otro lado del cerro alto donde se encontraban los ríos de agua dulce y los cultivos. Lo cierto es que al igual que muchos iban en busca de una oportunidad única y sabían que no la podían desperdiciar.

Durante el trayecto pasan al lado de un grupo de mujeres que plantan semillas. Yuna ve cómo  unas enormes gotas de sudor ruedan por la frente y pómulos de una de ellas y le deja su botella.

La joven mujer apenas puede abrir su boca para agradecerle. Yuna creyó que bebería un poco de agua, pero no fue así y ve cómo la mujer vierte el agua sobre un puñado de semillas. La mujer deja ver un halo de esperanza en su mirada bajo la atenta mirada de las otras que aprueban su decisión.

Luego, Yuna ve cómo otras niñas de su edad hacen unas tortas con semillas secas en unas enormes tablas de madera escondidas bajo la sombra y las saluda. Ellas le devuelven el saludo.

A unos metros de ahí, un niño le regala a Yuna un pájaro hecho con las hojas de plantas de los cultivos. Pero sin viento es imposible que vuele, piensa Yuna.

—No vuela —le dice el niño—. Es para que te acompañe. Hazlo volar cuando encuentres al viento.

Su hermano le toca el hombro, le dice que tienen que seguir.

Caminan varias horas y llegan al lugar arrinconado contra la línea del horizonte, donde les habían prometido que los estarían esperando. Sin embargo, allí donde debería agitarse el río de agua dulce hay un hostil vacío transformado en el mismísimo desierto, desnudo.

Endetas le dice a su hermana que lo siga, ambos se lanzan como bólidos persiguiendo el intento de un sendero imposible. Avanzan por ese mundo durante una hora. Yuna se imagina lo peor.

Impacientes, descubren que lo que debería surgir de una vez por todas no surge, no aparece por ningún lado. Tan solo emergen entre la nada unas manchas deformes y espesas. Deciden enfrentar esa dura realidad y descubrir el rostro de quien se está olvidando de ellos. Sin importar nada más, se abalanzan hacia donde se hace más y más denso ese territorio.

A unos cien metros de donde están, alzan la vista y creen ver la línea del horizonte que están buscando; corren desesperados hacia ese lugar donde les habían hecho creer que se chocarían con esa oportunidad única. Endetas cree que va a estar ahí, le dijeron que confiara, que creyera y siguiera adelante, que tendría ante sus ojos el futuro prometido; pero avanza y tan solo ve flotar unas cenizas moribundas que despedazan en forma perversa la línea del horizonte que alguna vez se atrevió a erguirse o tuvo la imaginación de haber existido. Endetas contempla cómo las cenizas con tintes de vacío tupido profanan esa línea del horizonte y lo peor de todo: la mirada de Yuna  languidece, descubre que no existe otra cosa que un mundo sin posibilidades, inservible. La presencia de ese mundo mutilado, reflejado en el rostro de su hermana, le causa horror a Endetas.

Una especie de arena liviana se posa en las manos de Yuna; se mueve entre sus dedos, empiezan a vibrar miles de partículas, giran y colisionan unas con otras en ese aire inverosímil; sus átomos entran en sinergia, responden a billones de impulsos invisibles que no llegan a solidificarse. No lo pueden creer. Descubren lo insoportable: el futuro transformado en cenizas yace ahí, agonizando, ignorándolos. La línea en el horizonte comienza a ocultarse, comienza a escurrirse debajo de la nada y bajo sus pies hay algo más, descubren el rostro desabrido, las manos laceradas, comprueban que aún se mueve y sienten la piel herida de una línea de horizonte, rendida, vencida por las cenizas, el único monstruo capaz de profanar su presencia.

El sol pega en el cenit. Yuna cae fulminada, Endetas escucha en forma de susurro las palabras que se posan en los labios de su hermana: «no hay nadie esperándonos ¿verdad?» Endetas sabe que se repite lo mismo de siempre, tan solo se tienen el uno al otro. Se da cuenta de que no están hechos para esa línea y hay algo más, esta vez descubre que ni siquiera tiene la chance de luchar y decir hice todo lo que pude y no fue. Y es duro reconocerlo. A estas alturas, no sabe si estas heridas algún día las verá cicatrizar.

Yuna, agotada, enseña su frustración bajo su sombrero castigado y deforme; le insiste a su hermano que tienen que regresar, que ya han visto demasiado. «¿Sabes por dónde, verdad?», le pregunta. Pero él no tiene la respuesta. No existen puntos de referencia por donde escapar ni avanzar. «Yo me voy», insiste Yuna. Endetas, un tanto mareado, intenta levantarla pero le es imposible, la niña no está en donde creía él que podría estar. Definitivamente, se convence: la perdió, perdió de vista el rostro de Yuna. El sol languidece, también se rinde, combatido y vencido por el peso de las insoportables cenizas, cede, y esta vez, Endetas cree escuchar a su hermana que grita, pero se gira hacia una dirección equivocada, desesperado estira su mano para tocarla y nada, ya no está ahí.

Endetas vaga solo por el desierto gris, siente que el silencio ensordecedor le dispara a quemarropa, la angustia de no encontrar a Yuna le hace perder el equilibrio y se desploma en el

suelo. Mueve sus labios sin emitir sonido alguno y revive la dura pregunta que se hizo antes: ¿Alguna vez creíste que no estabas en el lugar correcto? Endetas sabe que ese no es el lugar, ¿pero cuál es el lugar correcto?

Una hora después tropieza con el calzado abandonado de Yuna pero no hay rastros de ella y nota que los cordones están deshechos. Piensa que las malditas cenizas los mordisquearon. Continúa con el calzado de su hermana en su mano; frustrado y angustiado, avanza por ese laberinto infernal hasta que los dedos heridos de sus pies chocan con una superficie irreconocible y descubre un puente para escapar de ese territorio.

Al otro día despierto rodeado por unos extraños pobladores, quienes me ofrecen algo de beber. Un niño me pregunta cómo me llamo: «Endetas», le respondo. Bebo y él me enseña el mismo pájaro hecho con hojas de los cultivos que le habían regalado a Yuna. Una anciana se acerca a mí y me dice que Yuna está bien. No se imaginan la alegría que siento cuando veo que mi hermana corre hacia mí y me abraza con fuerza. Luego me enseña cómo el pájaro vuela y me dice que en esta aldea el viento sí existe.

Nos quedamos en la aldea, el trato es bueno, gente solidaria, muy hospitalaria.

Cuando intento incorporarme no puedo hacerlo, quienes me rodean me preguntan sorprendidos observando mis heridas: «¿qué hacíamos allí?, ¿cómo logramos escapar?» No lo sé. Intento elaborar una respuesta: buscábamos un futuro, al menos uno de verdad, uno que no teníamos. Nos habían dicho que lo hallaríamos en la línea del horizonte. Para darme a entender dibujo en el suelo la cicatriz del río mutilado, también la línea del horizonte convertida en cenizas. Ya no está, pero ese era el lugar, ahí se encontraba lo que estábamos buscando.

La anciana interpreta mis respuestas con una sutileza de adivina, se acuclilla, toca con sus dedos el dibujo en el suelo y me dice que lo que estábamos buscando se debe estar moviendo.

—No entiendo a qué te refieres, ¿moviendo?, ¿hacia dónde? —le pregunto en forma impulsiva.

—Debes tener paciencia Endetas. Para conocer el porqué de estas verdades, tenemos que aprender a masticar lentamente cada una de las ideas —responde la anciana y continúa su relato.

La línea en el horizonte no está ahí para ustedes, no en ese lugar, ni tampoco el futuro que buscan. Ambas o la misma cosa se siguen moviendo…

Nosotros también buscábamos algo que nos estimulara a seguir viviendo, pero ni en un lugar ni en otro lo podíamos hallar. «La mujer dice esto mientras mastica unas hierbas que se le meten entre los dientes como espinas».

Al igual que a ustedes, a nosotros también se nos acabó el camino. Justo ahí por donde llegaron había un enorme agujero en la tierra que se tragaba toda esperanza, «me dice ella». Pasaban los días y nos preguntábamos qué hacer. Aunque los vientos del otro lado no hacían otra cosa que golpearnos en la cara y nos dejaban en la piel olor a desesperación y muerte, igual así, propusimos hacer un puente para abrirnos camino y avanzar. Algunos rechazaron la idea y se amotinaron.

Lo cierto es que los puentes que intentábamos hacer eran frágiles y uno a uno se iban cayendo. Hasta que uno logró sostenerse, pero hubo revueltas y quienes se habían sublevado lograron derribarlo. Fue muy duro todo aquello, sentía que nos despedazábamos, que no valíamos nada…

¿Me entiendes hijo? «Me pregunta la anciana y yo sigo escuchando, atentamente, su relato».

Habíamos retrocedido en todo, hasta habíamos olvidado cómo leer lo que tanto nos había costadoaprender a escribir. Aquello era insoportable. Nos habíamos quedado sin alimentos y luego de intensos debates alcanzamos pequeños acuerdos: logramos construir este brazo de cuerdas, por donde llegaste, como prototipo incipiente de puente.

—¿Y fueron hacia el territorio de las cenizas? —le pregunto a la mujer.

—¡No! —responde ella en forma tajante.

Llegaron primero unos pobladores del otro lado. Se adelantaron y nos acusaron de ser los causantes de todos sus males. Nos definieron con desprecio, dijeron que llevábamos en nuestros huesos el germen de la desesperación y la muerte. En sí, reprodujeron las mismas palabras con las que nosotros también los habíamos prejuzgado e imaginado que así serían ellos y su mundo. Nos señalaron como lobos que habían saqueado sus granjas, nos culparon de haber profanado los escritos originales de sus libros e introducido en ellos símbolos que presagiaban tiempos de sufrimiento y castigo. En fin, de perseguir y corromper su cultura con nuestra amenaza de puente.

Pero estaban equivocados, como te dije, no habíamos pisado su territorio. Por supuesto que no nos creyeron. Creían ver en nuestros rostros las mismísimas miradas de los perpetradores que los habían azotado durante las noches anteriores.

«Luego de una breve pausa, la anciana reflexiona y me dice: ‘préstame atención Endetas’».

Ese suelo de cenizas que conocieron con tu hermana está cargado de extrañas palabras y por lo que veo se les meten en la lengua a cada uno que intenta atravesarlo. Ustedes eligieron hablar de futuro, pero estos otros optaron por escupirnos palabras de venganza a nuestros pies. Respondieron con violencia para amedrentarnos y provocaron ira y hambruna. Pasamos un largo invierno resistiendo ese cruel asedio, hasta que se enfocaron en derribar nuestro puente como forma de perpetuar nuestra sumisión. Por supuesto que no lo consiguieron. Lo defendimos como pudimos, era lo último que nos quedaba, lo único que habíamos aprendido a construir con la esperanza de seguir buscando, creo que al igual que vos y Yuna, nuestro futuro. En sí, lo que trajo angustia y desesperación, terminó uniéndonos y encontramos algo en común por lo que luchar. Hasta que alguien alertó a estos usurpadores que habían vuelto a su suelo de cenizas los mismos forajidos de noches pasadas y fueron tras ellos.

El terror se había apoderado de nuestro espíritu. Mirábamos el puente con recelo y nos preguntábamos con temor cada noche quiénes más podrían llegar a venir desde ese otro lado.

Hasta que ocurrió algo que lo cambió todo: algo inesperado. Llegó alguien muy especial, recuerdo bien la mirada de esa chica. Llegó exhausta, liquidada. La pobre no daba más. Deliraba y también hablaba de líneas vencidas y fugadas en el horizonte, y que estas habían sido enterradas vivas. Hasta que sucedió lo inesperado: ahí estaba ante sus ojos. Lo señaló y su señal fue placentera.

Al parecer, había encontrado algo que nosotros teníamos y que por años había estado buscando.

Encontró en nuestra aldea lo que no había hallado en ese otro lado, una alternativa a esa cultura que la había expulsado y que nosotros al parecer sí teníamos. Aunque no sabíamos qué era, ella con su paciencia nos fue enseñando a descubrirlo. Y sucedió. Hizo lo que habíamos olvidado, lo que otros nos habían enseñado a rechazar. En fin, hizo lo que hacía años nadie se atrevía a hacer.

¡Y nos abrazó!

Muchos rechazaron ese abrazo. Recuerdo que se alzaron las voces a la defensiva: “está loca, ¡echémosla!, vendrán más, ¡nos matarán a todos!”, pero no fue así. Se quedó con nosotros. Se adaptó, debo reconocer que era perseverante, enseñó a los más chicos a escribir y llevó la cosecha como nadie. Aprendimos mucho de ella. Recuerdo bien su nombre: Kranzu, sí, así se dio a conocer y poco a poco nos fuimos metiendo en su piel y dejamos que ella se metiera en la nuestra. Con el tiempo ya fue parte viva de nuestra forma de ser, su latido fue una parte profunda de nuestra aldea y nosotros formábamos también parte de su ritmo y energía. Junto a Kranzu vinieron otros supervivientes, arrastrándose por el puente con sus sueños destrozados, con sus preguntas sin respuesta, que nadie jamás había escuchado. Todos anhelaban algo, diferentes cosas y las fueron hallando poco a poco en nuestra aldea.

La mujer hace una pausa, bebe un líquido extraño que nunca antes había visto: «¿quieres un mete?», me pregunta. Yo acepto ese mate amargo. Y continúa con su relato.

Aquí viene lo importante. Comprendimos para qué estábamos en este lugar: descubrimos que este puente no era para que lo cruzáramos nosotros, sino para recibir a otros. ¿Comprendes, hijo?, «me dice la anciana». Nos dio sentido del por qué teníamos que fortalecer el tejido del puente. Como ves, teníamos ante nuestros ojos la alternativa que habíamos buscado durante años. Y lo mejor de todo es que aprendimos que nosotros formábamos parte de esa alternativa. Y fue así como aprendimos a valorar lo que habíamos creado como alternativa a ese territorio mutilado por las cenizas.

Reconocimos en la historia de Kranzu una especie de inspiración. Recuerdo que ella nos contó que en una noche extremadamente inhóspita y pese a que las fuerzas ya no les daban más, entre varios tuvieron que cargar hasta un refugio a una chica muy joven que estaba embarazada. Quien ante las adversidades más extremas había hecho lo imposible por resistir. Kranzu dio a conocer como esta chica, semi desmayada, se acercó al fuego. Luego de tomar algo caliente y recobrar fuerzas, comenzó a cantarle a su bebé en su vientre. Sintió cómo éste comenzaba a moverse y recuperaba la poca energía que aún le quedaba. Luego sintió unas tímidas palpitaciones, continuó cantándole y sintió como aceleraba sus latidos. Notó que su futuro hijo escuchaba esas canciones.

El ritmo de sus pulsaciones crecía y crecía, hasta que la criatura comenzó a bailar en su vientre. «Sí, así como escuchas Endetas, repite la anciana un tanto conmovida»: comenzó a bailar en su vientre.

Kranzu contó que, durante esa noche, había aprendido a abrazar a la chica embarazada para reanimarla. Nunca antes había abrazado a nadie, o no lo recordaba. Lo cierto es que ni siquiera sabía cómo abrazar y tuvo que aprender a hacerlo. Sí, sí, recuerdo que la joven madre dio a luz en nuestra aldea. Y yo he visto con mis propios ojos el hermoso niño que no solo había bailado, sino que también había aprendido a abrazar en el vientre de su madre. Yo le he visto. Nació con las ansias de querer abrazar, al menos su gesto reflejaba esa expresión.

«Veo que la mujer se lleva su mano al corazón y continúa diciendo». Fue un tiempo muy especial, lo recuerdo bien. Kranzu no solo nos contó que había aprendido a abrazar. A medida que avanzaba el relato de Kranzu, yo también sentía, «dice la anciana» como mis palpitaciones, que habían estado adormecidas, renacían. Y después de esa inspiración de saber que, ante las adversidades más arduas, una criatura respondía bailando en el vientre a las canciones que su madre les cantaba, también mis latidos se aceleraban y buscaban un lugar profundo en mi pecho donde refugiarse.

Kranzu nos enseñó a abrazar. En los abrazos hallamos una forma de esperanza. Y a pesar de las divisiones internas que nos habían desgarrado, en el abrazo encontramos esa alternativa al aislamiento. Y al igual que la joven madre con su hijo, reconstruimos los latidos y los abrazos que la aspereza de la vida había borrado.

La anciana hace una pausa, cierra los ojos y en un eterno susurro casi imperceptible, formado por alientos de otros alientos, agradece a la noche y a quienes la rodeábamos. Luego materializa con su mano el contorno de un objeto inexistente e imagina mover con las delicadas puntas de sus dedos las páginas de esa idea fabulosa. Y en ese sitio escogido suspende su mirada y, como si estuviera leyendo en las hojas más íntimas de un libro sagrado, recita en forma emotiva:  Y en los abrazos permitidos, elegimos cómo querer abrazar, elegimos cómo querer ser abrazados…

Al finalizar el poema, vuelve a mirarme y me dice: ‘creo que tejer puentes que abracen es un arte agotador. Un arte que muchos temen, como buscar un futuro en una línea en un horizonte que han enterrado viva. Lo fue para ustedes y lo fue para Kranzu. Pero aun así descubro que existe la energía necesaria para levantarse cada día y seguir buscando.’

—Y ¿qué ha sido de Kranzu? ¿En dónde está? —le pregunto a la anciana.

—¡Se fue! —me responde ella—. Se fue junto a los que siguen buscando…

Pero basta de tanta conversación. Vete de una buena vez a buscar esa línea en el horizonte que tanto quieres encontrar. A tu edad yo también me hubiese ido. No te preocupes por Yuna. Ella

continúa estudiando y estará bien. Cuando regreses en unas semanas, tendrás tu trabajo en la zafra.

¿Qué más podrías pedir?

—Pero ¿por dónde? ¿Por dónde comienzo a buscar? —le pregunto.

—Encontrarás por dónde. Si me preguntas, ¡arriesga! Muévete contra la corriente. Kranzu siguió moviéndose contra la corriente. Pero ten cuidado. Te perseguirán. Existen ciertos sitios en los que han definido que es peligroso hacerlo. Al menos para los que siguen buscando, está prohibido.

Allí encontrarás a Kranzu. Ah, sí, lo olvidaba. Hay otro chico. Lo llaman Pixyad. Te agradará conocerlos. Ese lugar que muchos buscan, por lo que dicen, es increíble. Si mal no recuerdo, ahí crean sus historias en las que pueden elegir ser ellos mismos… tal como quieren ser, sin que nadie les ande definiendo cómo tienen que latir.

Estas fueron las últimas palabras de la anciana. Me despido de ella y salgo a buscar a los que siguen buscando. A intentar hallar a los que quieren crear sus historias. Porque como saben, también quiero crear mi historia. La que aún no he vivido, la que aún no he comenzado a escribir. No al menos en una línea en el horizonte.

 

Fuente de la Información: https://static1.squarespace.com/static/56fc2f0c859fd08c7e52a26f/t/64777e736650d82cb348ee67/1685552756003/Una+l%C3%ADnea+en+el+horizonte.pdf

 

 

 

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