Page 1770 of 2664
1 1.768 1.769 1.770 1.771 1.772 2.664

Necesidad de esclarecer cuestiones de fondo

José Joaquín Brunner 

Mientras el discurso oficial asegura que en la Educación Superior seguirá vigente un régimen mixto, las propuestas y medidas gubernamentales van consistentemente hacia su gradual eliminación. ¿Hacia dónde se desea llevar el sistema? El propio gobierno parece no tener la respuesta.  

Los proyectos de ley para la educación superior (ES) y para el fortalecimiento de las universidades estatales -junto con la discusión de la glosa anual de gratuidad- están creando enorme confusión. Por el momento estamos en el peor de los mundos posibles. No hay una propuesta coherente de reforma, pero de todas maneras se avanza desordenadamente. Los afectados reclaman, pero nadie escucha. El gobierno mismo no sabe hacia dónde desea llevar al sistema.

Para partir por lo más elemental, ¿se busca mantener o sustituir el régimen mixto de provisión (estatal y privada) actualmente existente? En caso de proyectarse su eliminación, ¿cuál es el nuevo régimen al que se aspira? Y si se desea mantenerlo, ¿con cuántas y cuáles correcciones?

El discurso oficial ha sido -y es- que seguirá vigente un régimen mixto. Sin embargo, las propuestas y medidas gubernamentales van consistentemente en dirección contraria; es decir, hacia su gradual eliminación. Apuntan, más bien, hacia un régimen de provisión y control estatal.

Las universidades estatales tendrán un tratamiento preferente con privilegios de acceso al poder, de financiamiento y para su establecimiento y desarrollo. El acceso a las instituciones de ES quedaría en manos del Ministerio de Educación. Se crearía un régimen panóptico de supervisión. Y, lo más importante, mediante el financiamiento de la gratuidad, el gobierno definiría el destino de las universidades y demás instituciones de educación terciaria. En estas condiciones, la provisión privada se volvería cada vez más difícil y tendría que desenvolverse en un ambiente hostil.

En seguida, no se entiende qué esquema institucional desea imponerse al sistema a través de la legislación. Por lo pronto, las universidades tendrían que transformarse todas en organizaciones que realizan investigación académica, además de docencia, convirtiéndose cada una en una organización compleja. Sería el único país de las Américas que intentaría tan costoso -y seguramente inviable- proyecto, a menos que el número actual de universidades disminuyera drásticamente, con la consiguiente concentración o reducción de la matrícula. ¿Es esto lo que se busca? La propia docencia se encarecería, tornándose el sistema en su conjunto aún más dependiente de recursos públicos.

Tampoco se sabe si el gobierno quiere mantener una educación superior con tres niveles institucionales diferenciados verticalmente, compuesto por universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica. Sobre todo, se desconoce cuál es el diseño que la autoridad tiene en mente respecto de la educación vocacional o de ciclo corto, que tan urgentemente necesita mayor atención y estímulo.

El tema de los estándares de calidad esperados del sistema y la forma de administrarlos es otra cuestión incierta. Se pretende que las universidades se acrediten en cinco áreas obligatoriamente: gestión institucional, sistema interno de gestión de la calidad, docencia y formación; investigación, creación e innovación, y vinculación con el medio. Así, por ley, tendremos las mejores universidades del mundo.

Por el contrario, aquellas que no se acrediten serían intervenidas por un administrador provisional, y si este no logra la acreditación, se procedería a su cierre. Este control de calidad podría burocratizarse fácilmente y amenazar la autonomía y diversidad de las instituciones.

Además, la legislación en trámite prevé un cambio drástico del modelo de financiamiento de la ES. Según ha anunciado repetidamente la autoridad, en el largo plazo se aspira a tener un financiamiento única y exclusivamente estatal, canalizado hacia las instituciones mediante subsidios para la gratuidad universal, la investigación académica y la vinculación con el medio. De modo tal que solo habría precios públicos fijados por la autoridad; por ejemplo, el costo por alumno/carrera sería calculado anualmente por el ministerio con ayuda de un panel experto. Se terminaría, asimismo, con el crédito estudiantil, como ya aprobó simbólicamente la bancada de diputados oficialistas.

Esto significa adoptar un diseño opuesto a la tendencia global, la cual se encamina en dirección a esquemas de costos compartidos, diversidad de fuentes públicas y privadas, subsidios tanto a la oferta como a la demanda y modalidades competitivas o condicionadas al desempeño para la asignación de los recursos fiscales.

Por último, continúa abierta la cuestión de cómo el gobierno imagina la gobernanza del sistema. Actualmente proyecta múltiples agencias, organismos e instancias distintas: una Subsecretaría de Educación Superior, con divisiones especializadas para las áreas universitaria y técnica; un Ministerio de Ciencia y Tecnología, una nueva Comisión Nacional de Acreditación, una Superintendencia de Educación Superior, un nuevo Comité de Coordinación del Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad, un Consejo Asesor de Formación Técnico y Profesional, un Consejo de Coordinación de Universidades Estatales, una Comisión de Expertos para la Regulación de Aranceles, y un Sistema Común de Acceso a las Instituciones de ES, dependiente de la Subsecretaría, que contaría, además, con un Comité Técnico. Adicionalmente, se mantienen como partes de esta gobernanza el Consejo Nacional de Educación (CNED) y el CRUCh.

Si ya hoy, con menos de la mitad de entidades en funciones, se observan numerosas fallas de coordinación y una burocracia altamente fragmentada, pueden imaginarse las dificultades que podrían llegar a aquejar a una gobernanza así de inflada y fraccionada.

En breve, la situación descrita reclama del Congreso Nacional una cuidadosa labor. En efecto, necesita primero clarificar las cuestiones de fondo y, en seguida, hacer un completo rediseño y racionalización de los proyectos. Si, en cambio, el Congreso actúa bajo presión del tiempo y tan precipitadamente como acaba de hacerlo la comisión especializada de la Cámara de Diputados, el resultado terminará perjudicando al propio sistema que se desea cambiar.

Actualmente (el gobierno) proyecta múltiples agencias, organismos e instancias distintas: una Subsecretaría de Educación Superior, con divisiones especializadas para las áreas universitaria y técnica; un Ministerio de Ciencia y Tecnología, una nueva Comisión Nacional de Acreditación, una Superintendencia de Educación Superior, un nuevo Comité de Coordinación del Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad, un Consejo Asesor de Formación Técnico y Profesional, un Consejo de Coordinación de Universidades Estatales, una Comisión de Expertos para la Regulación de Aranceles, y un Sistema Común de Acceso a las Instituciones de ES, dependiente de la Subsecretaría, que contaría, además, con un Comité Técnico. Adicionalmente, se mantienen como partes de esta gobernanza el Consejo Nacional de Educación (CNED) y el CRUCh.

Fuente del articulo: http://www.brunner.cl/?p=16108

Fuente de la imagen:

 https://mba.americaeconomia.com/sites/mba.americaeconomia.com/files/styles/article_main_image/public/ombusdperson

Comparte este contenido:

La educación siempre es imperfecta

Salvador Rodríguez Ojaos

«En algunas ocasiones, la verdad se halla no escindiendo el mundo en ‘o … o …’, sino abarcándolo en una actitud de ‘y … y …’. A veces, la verdad es la unión paradójica de aparentes contrarios, y si queremos conocer esa verdad, tenemos que aprender a abrazar ambos opuestos como si constituyesen una unidad.» Parker J. Palmer: El coraje de enseñar

La educación que ofrecemos en nuestras escuelas está basada, excepto contadas excepciones, en una concepción del mundo «o … o …», es decir, en contrarios: o cabeza o corazón, o libertad o disciplina, o hechos o sentimientos, o teoría o práctica, o hablar o escuchar, o correcto o incorrecto, o aprobado o suspendido…

Cuando la educación debería estar llena de matices, como sucede con la vida misma. En vez de excluir y enfrentar deberíamos incluir y ofrecer una imagen del mundo «y … y …», es decir, en equilibrio: y cabeza y corazón, y libertad y disciplina, y hechos y sentimientos, y teoría y práctica, y hablar y escuchar… No hay necesidad de decidirnos por uno u otro extremo, cada uno debe buscar el equilibrio adecuado entre ambos.

Este tipo de educación nos permite elegir de forma razona y coherente, nos permite tener criterio propio, nuestra propia percepción del mundo. Por eso, la educación es inevitablemente imperfecta, ya que requiere de toma de decisiones, de espíritu crítico, de capacidad de elección.

Necesitamos una educación paciente, pues la impaciencia nos conduce a escoger entre un extremo u otro y nos obliga a dejar de lado los matices. Necesitamos una educación colaborativa, pues nos permitirá ir juntos y llegar mucho más lejos. Necesitamos una educación creativa, pues no se trata solamente de reproducir el saber heredado sino de ir más allá.

La educación siempre es imperfecta, pero es que el mundo, la sociedad y las personas también lo son. La imperfección de la educación es la característica que le otorga un papel fundamental en la construcción de un mundo mejor.

Fuente del articulo: http://www.salvarojeducacion.com/2017/07/la-educacion-siempre-es-imperfecta.html

Fuente de la imagen: https://3.bp.blogspot.com/-Ree4ZAgEuJs/WVSwq4jZH8I/AAAAAAAABkE/kFPvH__2RGQGY7horpOEfz7OFDoYxwZwwCLcBGAs/s200/opposites

Comparte este contenido:

La Reforma Educativa, atentado contra México

Raúl Torres Salmerón

La presentación del libro “El Fraude de la Reforma Educativa”, fue exitoso en Puebla. Hubo de todo como botica. Desde porras y aplausos, hasta un claro boicot de las autoridades y del Servicio de Vigilancia de la BUAP, que impidió la entrada a mucha gente al Salón Barroco del Edificio Carolino con el pretexto de que “ya estaba lleno

A decenas de personas no las dejaron entrar, con el sutil pretexto “de que el Salón Barroco estaba lleno”, cuando en otras presentaciones dejan el paso libre a cualquier persona. Vale la pena comentar que los libros llevados para su venta, se agotaron.

El Senador de la República por el PT, don Manuel Bartlett Díaz y el investigador Luis G. Benavides Ilizaliturri presentaron exitosamente el libro donde cuestionan el proyecto educativo en la presente administración que ha trastocado socialmente al país. ”. El evento fue organizado por la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la BUAP.

Este libro, de acuerdo a ambos autores, contempla estudios serios para desenmascarar el fraude de esta reforma, donde los mexicanos “no deben quedarse como espectadores resignados para destruir el tejido social que lesionan la unidad e identidad nacional”.

Con la claridad y contundencia que los caracteriza, ante un repleto Salón Barroco de la máxima casa de estudios, don Manuel Bartlett y don Luis Benavides, han analizado con lujo de información y detalles, cómo el ex Presidente de México, Carlos Salinas de Gortari y quienes fueron sus alfiles de gabinete –entre ellos José Ángel Gurría-, se movieron y se han movido en mafia con grandes capitales transnacionales –agrupados a la OCDE y al Banco Mundial-, para fraguar todo un plan económico para que desde la educación, los mexicanos actuales y sus generaciones subsecuentes, queden reducidos a categoría de peones para los grandes capitales transnacionales.

La traidora y perversa maniobra en que contra México se confabularon PRI, PAN y PRD con Peña, Salinas de Gortari y entre otros José Ángel Gurría, empezó a fraguarse a sólo tres días de que el hoy Presidente Peña asumiera el cargo, y de inmediato cobró su primera “víctima”, Elba Esther Gordillo Morales, a quien se eliminó del camino para que el sindicato magisterial, el SNTE, quedara en manos de un elemento útil y dócil para la conjura contra México y su educación, Juan Díaz de la Torre.

Según los autores del libro, esta conjura no es cualquier cosa; el fin de la susodicha, ilegal y anti patriótica Reforma Educativa, es anti educativa, en primer lugar porque contraviene el ordenamiento del Tercero Constitucional: “La educación que imparta el Estado tenderá al desarrollo armónico de todas las facultades del ser humano”.

¿En qué lo contraviene? En que el objetivo de la OCDE, el Banco Mundial y la mafia que en México integran Carlos Salinas de Gortari, Enrique Peña Nieto, PAN, PRI y PRD, y otro conjunto de alimañas –con perdón de ellas-, pretenden reducir la educación a una mera capacitación para el trabajo.

¿Con qué fin? ¿Cómo lo quieren operar para beneficio económico de capitales transnacionales configurados incluso con los impuestos de todos los mexicanos?

Así, lo que menos les importa es la educación en su verdadera significación y extensión. Es decir, no quieren lo que ordena el Tercero Constitucional: “El desarrollo armónico de todas las facultades humanas –inteligencia, afectividad y voluntad”.

¿Por qué? Porque en la perversidad de quienes están detrás de esta maniobra, hay conciencia de que la era de la tecnología y del conocimiento digital sin educación integral, favorece la formación de una especie de “robots humanos” –así parecen nuestros niños y jóvenes cuando se les abandona al uso irracional de la tecnología digital- a quienes pueden manipular a su antojo.

¿Para qué sirve a esos grandes y perversos capitales una “educación” sin educación integral que abarque todo el ser humano? Les sirve sólo para que las personas vivan para producirles a ellos.

Parece una película de ciencia ficción, pero esa es la realidad de esta conjura que es la susodicha “Reforma Educativa”, que tal y como lo señala Luis Benavides: “No es educativa, sino laboral para que nuestros hijos, niños y jóvenes, queden reducidos a peones de un imperio económico en el que están inmiscuidos Peña Nieto y su séquito, todos al servicio del innombrable: Carlos Salinas de Gortari, y su mafia.

Se trata pues de una traición a la Patria y a los mexicanos. Se trata de todo un atropello al ser humano.

En la presentación participó la investigadora Angélica Mendieta Ramírez, de la Facultad de Comunicación de la UAP y presidenta de la Asociación Mundial de Investigadoras, quien advirtió que el libro es incómodo, pero es sustancial para conocer a profundidad las entrañas y alcances nocivos de la reforma educativa.

También señaló que el libro, además de la denuncia, presenta soluciones al problema educativo, lo cual es sumamente importante.

En fin, como escribió Antonio Machado (España, 1875-1939) en sus Soledades a un Maestro:

No es profesor de energía

Francisco de Icaza,

sino de melancolía.

De su raza vieja

tiene la palabra corta,

honda la sentencia.

 

Como el olivar,

mucho fruto lleva

poca sombra da

En su claro verso

se canta y medita

sin grito ni ceño.

 

Sus cantares llevan

agua de remanso,

que parece quieta.

y que no lo está;

más no tiene prisa

por ir a la mar.

 

Fuente del articulo: http://www.losperiodistas.com.mx/columna/2284/La-Reforma-Educativa-atentado-contra-Mexico#.WXPc14g1_IU

Fuente de la imagen: http://cdn.themexicantimes.mx/wp-content/uploads/2016/06/IL.png

Comparte este contenido:

Autocríticas feministas y movimientos antisistémicos

Raúl Zibechi

La vitalidad  de un movimiento, como la de cualquier ser vivo, se puede palpar en su capacidad para cambiar, modificar el rumbo, ejercer la crítica y la autocrítica, algo tan olvidado por las viejas izquierdas. Una característica de lo avejentado es la repetición, la inercia y la incapacidad de moverse del lugar elegido.

Este 8 de marzo nos ha deparado enormes movilizaciones, que son la doble consecuencia de la violencia sistémica contra las mujeres y de la persistencia de los movimientos feministas que no se arrugan a la hora de ir contra la corriente, aún siendo pocas en cada movilización. Más de 200 mil manifestantes en Montevideo, ciudad que cuenta con poco más de un millón de habitantes, habla de la extensión notable del movimiento que, para llegar a esa cifra, realizó decenas de actividades y concentraciones pequeñas en los últimos años.

Uno de los hechos más notables fue la difusión de un documento titulado Algunas reflexiones sobre metodologías feministas, emitido por un conjunto de referentes y organizaciones que se reivindican del feminismo descolonial. No tengo la menor intención de inmiscuirme en los asuntos internos del movimiento, sólo pretendo destacar lo que los varones antipatriarcales y los movimientos antisistémicos podemos aprender de un texto que, en su subtítulo, anuncia: a propósito del llamado a un paro internacional de mujeres para el 8 de marzo (goo.gl/rpqvH8).

El documento destaca que los espacios de mujer están haciendo un ejercicio de autocrítica al reconocer su raíz eurocéntrica, las limitaciones de sus agendas y lo problemático de sus estrategias cuando entran en contacto con esos otros mundos que existen en nuestro continente. En suma, los mundos negros, indios y mestizos.

El eje del texto gira en torno a los métodos de lucha, destacando que ellos dicen mucho sobre las bases en que se asienta un movimiento social y tienen además la capacidad de regular los mundos. La crítica/autocrítica gira en torno al llamado a realizar un paro del pasado 8 de marzo. Vale la pena citar largo.

“El paro de actividades ha sido una estrategia que surge dentro del contexto particular de la revolución industrial y la lucha de la clase obrera europea. Un método que logró legitimidad dentro del pacto entre clase obrera y burguesía en los años del Estado de bienestar europeo. El paro como estrategia hace parte de una genealogía de resistencia dentro del mundo de lo humano, aquel constituido por el pleno desarrollo del sistema capitalista”.

El texto nos remite a Frantz Fanon, al destacar la diferencia entre el mundo donde se respeta la humanidad de las personas y el mundo de los sótanos, donde la vida humana no vale nada. Entonces, dice, el problema del paro surge cuando se intenta convertirlo en método universal aplicable a cualquier experiencia histórica. Es evidente que las mujeres (y los varones) de ese mundo no pueden hacer paro, por eso cortan rutas, toman edificios, ocupan tierras.

El documento llama a pensar en las compañeras que no pueden parar, las que por necesidad venderán en la marcha, las que el día de huelga convocada estarán sembrando, cultivando o cocinando el alimento que comeremos las que ese día paramos. La lista sigue e incluye las formas de vida autogestionadas (tianguis por ejemplo), las trabajadoras del sexo, aquellas que junto a sus compañeros subalternos serán responsables de que el mundo siga girando y la vida siga siendo posible mientras nosotras paramos. El paro es una estrategia útil, se preguntan, para las personas racializadas y subalternas, para las condenadas del mundo, para las lesbianas y trans antirracistas.

El texto es fuerte. Sobre todo cuando pone el dedo en temas delicados. Es interesante cómo determinados países dentro del sur global, y dentro de América Latina en particular, se convierten en referentes y vanguardias de la lucha feminista¿Qué significa que nuestras luchas políticas sean definidas por un pequeño grupo de feministas blancas y blanco-mestizas privilegiadas asentadas en las capitales de los países hegemónicos de la región?.

Sin duda se refiere a nuestros países, Buenos Aires en primer lugar, donde nació el Ni Una Menos, pero también Montevideo y otros donde predomina un feminismo radical, pero blanco y de clases medias. Es incómodo. Pero es una incomodidad necesaria, imprescindible para no convertirnos, un siglo después, en algo similar a los dirigentes de la socialdemocracia alemana que terminó traicionando al movimiento obrero.

Debo confesar que el documento me remitió directamente a la comunidad que me recibió cuando la escuelita zapatista, a los espacios de las mujeres negras desplazadas por la guerra en Colombia, a las vivencias de nasas y misak del Cauca, a las comunidades mapuche, a favelas como la Maré, en Río de Janeiro, y tantos otros espacio-tiempos donde no rige la lógica en la que me eduqué y formé políticamente. Es muy incómodo cuando una negra favelada o una indígena te reciben como si fueras un conquistador, un opresor blanco.

Sin embargo, creo que esa vivencia es parte de la formación antisistémica, y no por algún empeño masoquista, sino porque es necesario sentir en el cuerpo y en el alma (León Felipe), aunque sea una mínima parte de los dolores humanos que se sufren en el sótano. Algo que no se puede siquiera palpar en la comodidad de la zona de lo humano, por volver a Fanon. En este punto, el documento de las feministas descoloniales provoca esa incomodidad imprescindible.

Desde los movimientos y el pensamiento crítico podemos hacer un esfuerzo por mirarnos en el espejo que nos colocan, sobre todo esa consigna final ¡Que ni una sea menos! El texto citado puede rebatirse en cuando a su oportunidad e, incluso, en su contenido. Es parte del debate que procesan las mujeres en sus colectivos, y no nos corresponde a los varones entrar en esa polémica.

Fuente del articulo: http://www.jornada.unam.mx/2017/03/17/opinion/020a1pol

Fuente de la imagen: http://democraciaglobal.org/wp-content/uploads/feminismos-desde-el-sur-1030×575.jpg

Comparte este contenido:

¿Qué sigue de la auditoría a la nómina docente?

Méxicanos Primero

Pablo Velázquez*

Esta semana el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, anunció en el marco de la Conferencia Nacional de Gobernadores, los resultados de una auditoría a la nómina magisterial federalizada llevada a cabo en coordinación con la SEP y los estados.

A raíz de las reformas al marco legal para la educación en 2013, el gobierno federal se allegó de herramientas que le proporcionaron mayor información sobre la operación de las escuelas como, en este caso, la nómina docente pagada con recursos federalizados.

Sin embargo, los números a nivel nacional nos señalan que las irregularidades conocidas y evidenciadas por la ciudadanía desde hace décadas persisten, aunque en menor medida.

El primer punto a destacar es la burocracia administrativa pagada con recursos que, en teoría, están dedicados al salario de maestros y directivos. La SEP señala que existen 14 mil 00 plazas (plazas, no personas) docentes y directivas en funciones administrativas.

El problema no es nuevo: a partir de la descentralización en 1992 y el incremento en la demanda del servicio educativo, las plazas de administrativos transferidos a los estados resultaron insuficientes –
según las autoridades estatales – y por tanto, a los estados les resultó fácil asignar a tareas administrativas a los maestros. Situación no ilegal, pero irregular a la vista: pagamos a gente para que sean maestros, pero realizan otro trabajo.

El número identificado por este ejercicio de auditoría de la SEP, sin embargo, resulta bajo ante la evidencia de otras fuentes: tan sólo el año pasado la Auditoría Superior de la Federación señaló que existían al menos 44,220 personas en esta condición y nuestros análisis realizados con información de la nómina del primer trimestre de 2017 muestran 33 mil plazas en esta situación.

Este problema en particular debe ser abordado con bisturí. Reubicar a estas personas a las escuelas – la solución más propuesta – puede resultar dañino en dos vías: por un lado, podríamos demandar a personas que hace décadas no son maestros a enseñar en el aula sin formación previa al mismo tiempo que desplumamos oficinas administrativas (algunas de las cuales sí necesitan personal
operativo) de elementos para seguir funcionando. Ojo: es una irregularidad y se debe corregir, pero debe hacerse bien para evitar otro tipo de problemas en el futuro.

La auditoría de la SEP señala otras irregularidades que tampoco son nuevas: 17 mil 262 plazas de comisionados y licencias, 1,361 plazas cuyos titulares ya causaron baja pero se siguen pagando y 10,553 plazas que nadie sabe qué hacen. Estos números pueden sonar desalentadores pero bien vale la pena recordar como era en el pasado.

En 2009, la nómina magisterial era el Triángulo de las Bermudas: no sabíamos quién cobraba, cuánto y la razón. Después de muchos esfuerzos de la sociedad civil y de instancias como la Auditoría Superior
de la Federación, hoy conocemos quiénes son pagados de la nómina magisterial federal así como sus conceptos de pago. Esta situación favoreció que el gasto irregular haya disminuido 84% entre 2009 y 2015.

Todavía falta información, pero la exigencia no la vamos a disminuir. Por ello, hacemos un llamado a los gobiernos estatales a que repliquen estos ejercicios de auditoría en sus nóminas locales, se transparenten y ordenen sus procesos administrativos, y se apliquen sanciones a los responsables.

Las nóminas estatales siguen siendo una oscura neblina donde se replican sin supervisión las viejas prácticas que identificamos a nivel federal. Asimismo, el llamado es a la propia SEP para que: 1) sistematice estos ejercicios y publique sus resultados y; 2) transparente la nómina magisterial de la Ciudad de México. Es tiempo de que el
buen juez empiece por su casa.

Hemos avanzado sí, pero la brega no termina. Un peso malgastado representa mucho en este país tan necesitado de oportunidades.

*El autor es investigador en Mexicanos Primero

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/que-sigue-de-la-auditoria-a-la-nomina-docente.html

Fuente de la imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2016/11/06/581fc386388cb.jpg

Comparte este contenido:

Empezar con la verdad

Blanca Heredia

Últimamente, cada vez que pienso en México, me repiquetea en la cabeza la frase tan conocida de Shakespeare en Hamlet: Something is rotten in the state of Denmark. El enunciado “Algo está podrido en el estado de Dinamarca” se ha convertido en una frase emblemática para referirnos al estado de descomposición por el que atraviesa una determinada comunidad política en un cierto momento en el tiempo. En Hamlet, dicho estado de cosas es un secreto a voces. Le da voz un guardia, lo sabe el guardia, lo saben todos.

En México, hace rato, se respira y se siente por todas partes. En cada conversación, en cada bocanada de aire, en cada silencio y en cada mirada dispuesta a mirar lo que ocurre: algo está podrido, muy podrido. Huele a podrido, sabe a podrido. Algo profundo, algo básico, algo de lo que sostiene el edificio entero está descompuesto, podrido. Nos está faltando, con todo, el guardia que le ponga nombre y lo diga en voz alta.

Se acercan las elecciones del 2018 y ello parece abrirnos una oportunidad de respiro. Como si fuera cuestión de aguantar tan sólo unos meses más para que el entorno se aclare, para que se reacomoden las cosas, para dejar atrás el desbarajuste y poder volver a empezar.

Los cierres de ciclo sirven, simbólicamente, para imaginar y emprender nuevos comienzos. En nuestro caso, me temo que la perspectiva de las elecciones presidenciales del año entrante nos resulta útil, sobre todo, para seguir justificando las ganas de no mirar y de no hacernos cargo de la magnitud de la descomposición social, política y moral en la que estamos inmersos.

Vivir en vivo y en directo u observar a la distancia la sucesión imparable de eventos de violencia, deshonestidad e incompetencia grotescos que se producen en México día con día da para hacerse muchas y variadas elucubraciones. Difícilmente da, sin embargo, para pensar realmente que los problemas que vivimos pueden arreglarse con alguna solución institucional más o menos sencilla e ingeniosa, o con un simple cambio de gobierno.

¿Alguien de veras cree que introducir la segunda vuelta en las presidenciales, reducir el número de diputados plurinominales y/o promulgar o reformar tal o cual ordenamiento legal servirá para que bajen los niveles de violencia, disminuya la corrupción y/o empiece a operar el sistema de justicia? ¿De veras?

¿Un cambio de persona o de estafeta al frente del gobierno federal va a detener la violación no sólo frecuentísima y flagrante, sino sobre todo, sistemática –en particular, para los millones de mexicanas y mexicanas que carecen de “conectes” con el mundo del poder, que no estudiaron en colegios privados, que “escogieron” mal a sus papás y su código postal? ¿Alguien cree en serio que un cambio de gobierno constituye en sí mismo una solución para la podredumbre que nos aqueja y nos asfixia? ¿De veras?

A ver si logro explicar lo que atisbo sobre la naturaleza de nuestra encrucijada. Una, reitero, que no me parece pueda encararse o superarse con éxito a través de soluciones fáciles o indoloras. Permítaseme para intentarlo, referirles la siguiente anécdota. Hace unos días un amigo argentino me contaba que a fin de intentar resolver o, al menos, controlar y administrar el problema de los hooligans en su país, el gobierno y un grupo de empresarios argentinos contrataron a un expertazo inglés sobre el tema.

El experto en cuestión viajó de Gran Bretaña a Argentina, pasó varias semanas en el país entrevistando gente y analizando los datos. Tras largas investigaciones y pesquisas, el experto se reunió con los patrocinadores del proyecto para informarles que, desafortunadamente, no estaba en condiciones de ofrecerles una estrategia para resolver el problema del crecimiento de “fans” violentos en los estadios de futbol argentinos.

“¿Qué? ¿Cómo?” exclamaron sorprendidos y molestos los patrocinadores. El británico, según me cuenta mi amigo, les dijo, más o menos, lo que sigue. “No puedo ayudarlos, pues en Inglaterra los hooligans son grupos que operan afuera del sistema –es decir, de los partidos políticos, del gobierno, de la iniciativa privada, de la sociedad organizada–; aquí en Argentina, en cambio, son parte del sistema.

Los partidos, los gobiernos, todos en Argentina, usan a los hinchas violentos como parte de su modus operandi, esos grupos son parte del establishment. La experiencia británica no es comparable ni útil para diseñar soluciones para el caso argentino.”

En países como México –de forma análoga a lo que ocurre con los hooligans en Argentina– en donde la frontera entre las organizaciones criminales y extralegales por un lado, y el gobierno, los partidos, el sector privado y la sociedad organizada, por otro, es tenue, porosa y borrosa no parece muy probable que un cambio de gobierno (menos aún, un cambio en tal o cual ley o en las reglas electorales) sirva para arreglar el problema.

Hace falta no sólo muchísimo más; hace falta algo distinto. Para empezar, nombrar lo que ocurre, decirlo en voz alta. Un “Estado” que es indistinguible de los grupos criminales que pululan y hacen de las suyas en buena parte del territorio nacional exige no un parchecito o un conjunto de promesas vaporosas.

Demanda ser reconocido y nombrado como algo que no es “normal”. Exige ser encarado como lo que es: una podredumbre en la raíz cuya solución consiste en refundar las bases mismas de la colectividad.

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/empezar-con-la-verdad.html

Fuente de la imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2017/06/21/594a92462bf3d.png

Comparte este contenido:

“Decidir qué se enseña en las escuelas deja en evidencia que cotidianamente disputamos sentidos”, en entrevista a Carnevale

A continuación, transcribimos la exposición de la Prof. Gabriela Carnevale en el tercer encuentro del ciclo de formación sobre la escuela secundaria en la Argentina contemporánea:

“Buenas noches, quiero agradecer a Marcela y a Gabriel por la invitación a este ciclo de conversaciones que tiene el foco en la escuela secundaria y no es casualidad que así sea. La obligatoriedad del nivel conquistada en los últimos años nos llena de interrogantes y de desafíos a quienes estamos en las aulas de la Provincia. Celebro que hoy nos convoque la enseñanza. Seguramente encontremos alguna punta para volver a mirar a un nivel educativo cuya marca de origen fue la exclusión.

Primero me gustaría hacer una aclaración. Estas reflexiones que voy a compartir con Ustedes son fruto de mi convicción -diría casi epistemológica- que ser profesora de historia en el conurbano bonaerense me invita permanentemente a cuestionarme todo lo que investigo y pienso en otros espacios académicos a los cuales pertenezco. Aclaro esto porque me muchas de las ideas que aquí comparto intentan poner en relieve esos haceres ordinarios (Anne Marie Chartier), fruto del día a día escolar.

Marcela y Gabriel nos propusieron algunos interrogantes para organizar este encuentro. Los traté de respetar e intenté tejerlos en una nueva trama que ponga en valor algunas de las preocupaciones genuinas que solemos tener quienes estamos en las aulas y renovar el sentido de la enseñanza en la escuela secundaria.

La primera pregunta fue “¿te ves interpelada a explicitar a tus estudiantes el sentido de la enseñanza de tu asignatura en la escuela secundaria?”. Mi respuesta sería “sí y no”. ¿Por qué? Explicitar el sentido de una clase, de una materia, es un ejercicio que cualquier profesor que esté en la escuela suele hacer con sus alumnos, siempre y cuando él también tenga en claro porque está allí. Voy a decir una obviedad, explicitar el sentido no es presentar el tema diciendo “prestame atención porque lo que te voy a enseñar te va a servir para la universidad o para conseguir un mejor trabajo”. No va por ese lado… Explicitar el sentido de la enseñanza tiene que ver con otra cosa.

Aquí quiero valorar el acto de planificar. Digo valorar porque el diseño de la enseñanza es un acto sumamente político. Si no nos gusta la palabra planificación, pensemos otra. Construyamos otra o robémosnosla y cambiémosle el sentido. Pero insisto, diseñar la enseñanza es un acto político. Es el momento en el que un profesor decide qué quiere que pase con sus alumnos durante el año escolar. Toma decisiones, dialoga con la política curricular y fundamentalmente, legitima su trabajo. Es la oportunidad para construir una hoja de ruta y renovar el sentido de nuestro oficio/profesión: (nos volvemos a preguntar) ¿por qué elegimos ser profesores de historia? Es una escritura pedagógica que tiene un gran valor pocas veces reconocido. En definitiva, un profesor que sabe qué quiere, tiene mayor libertad para improvisar, para dialogar mejor con los intereses de los jóvenes, invitarlos a descubrir aquello que no conocen, regalarles preguntas y proponerles que piensen las propias.

Desde este punto de partida, el sentido de las clases está implícito. Y los jóvenes lo saben. Saben bien quién es el profesor que tiene un plan y que sabe para dónde va el barco. En algunas de las investigaciones en las que participé, cuando a los jóvenes les preguntamos cuál es el mejor profesor, siempre contestan lo mismo, “el que nos enseña”.

Desde la perspectiva teórica de la cultura escolar, que es también desde donde enmarco estas reflexiones, los saberes que circulan en la escuela adquieren un matiz propio, son producciones originales y cobran vida en lo que formalmente llamamos disciplinas escolares, diría André Chervel quien inaugura este campo de investigación. Las ciencias de referencia y la pedagogía son dos ámbitos imbricados pero el saber escolar no es un saber simplificado o de menor valía, sino un saber producto de la cultura escolar. Las disciplinas escolares, dice Chervel, “son creaciones espontáneas y originales del sistema escolar […] son entidades ‘sui generis’ propias de la clase, independientes hasta cierto punto de cualquier realidad cultural ajena a la escuela y dotadas de una organización, una economía propia y una eficacia que sólo parece deberse a sí mismas, es decir, a su propia historia”.

Carnevale: “Diseñar la enseñanza es un acto político. Es el momento en el que un profesor (…) toma decisiones, dialoga con la política curricular y fundamentalmente, legitima su trabajo”

¿Por qué traigo aquí la voz de Chervel? Porque nos permite advertir el carácter inventivo de la escuela, que se expresa en la construcción de un saber autónomo y como tal, nos interpela de otro modo a quienes estamos en las aulas. No somos reproductores de un saber que pasa por otro lado: si bien no desconocemos las ciencias de referencia, el profesor es quien conoce a sus alumnos y decide qué es lo mejor para ellos en diálogo con la política curricular. Por eso, planificar es un acto político. Y es una apuesta al otro, a nuestros alumnos.

La segunda pregunta decía, “¿Qué desafíos específicos asume la enseñanza de tu materia en este nivel?”. Creo que los desafíos están puestos en los modos en los que un profesor lee el currículum. ¿En qué sentido? Si venía presentando a la planificación como un momento de decisiones, esas decisiones atañen a la selección de saberes y, especialmente, a las preguntas que nos hagamos para darle un sentido a las clases. Por ello, me gustaría detenerme en los saberes desde una perspectiva amplia.

Si quienes estamos en las escuelas no simplificamos “temas” que se cocinan en otro lado, más bien construimos propuestas de enseñanza para nuestros estudiantes reales, qué enseñamos no da lo mismo.

Una vez más, la última construcción curricular de la secundaria a partir de la LEN puso en evidencia la arbitrariedad de los saberes que forman el currículum -en términos de Alicia de Alba- pero también de las tensiones que conlleva todo proceso de construcción curricular. Uno de los ejemplos más claro fue, allá por el 2011, cuando estrenábamos en Pcia. de Buenos Aires una materia que además era una conquista histórica: “Política y Ciudadanía”. En febrero, por ejemplo, uno de los diarios más populares salía a la cancha con un rabioso titular:

“El escrache se estudiará desde este año en las escuelas de la Provincia” – “Esta modalidad fascista se iguala con piquetes y pintadas. Se enseñará en 5°año” (Clarín, 16-02-11).

Frente a un sentido común fuertemente instalado donde “nada cambia en las escuelas”, la última reforma curricular ponía en evidencia las nuevas preocupaciones que había que discutir en las aulas. Y si bien todos sabemos que las políticas no generan cambios per se en las escuelas, habilitan un primer marco de acción: Política y ciudadanía, no Educación cívica. No es lo mismo. Por ello, los investigadores también tenemos que hacernos nuevas preguntas: metámonos en las escuelas, los saberes están mutando, “están en movimiento”, como plantea Silvia Finocchio.

Carnevale: “Creo que los desafíos (Ndr: de las ciencias sociales en la escuela secundaria) están puestos en los modos en los que un profesor lee el currículum”

Una lectura atenta del diseño curricular de Política y Ciudadanía nos desafiaba a los profesores a construir una propuesta de clase que se combata especialmente con una herencia que arrastramos con mayor énfasis desde la década de los 90: “a mí la política no me interesa”. ¿Qué preguntas se hace, entonces, un profesor cuando decide qué enseñar? Si como profesora, la primera clase empezaba diciendo “la política es, dos puntos”, el fracaso era cantado. Entonces, debía encontrarle una vuelta. A modo de ejemplo, decidí que la carta de presentación de esta nueva disciplina escolar introduzca a los estudiantes en las formas de gobierno históricas y los sustentos teóricos de la república, analizando la división de poderes y las formas de legitimidad de los gobiernos con un propósito clave, abrir el debate sobre el poder y la política. Si las decisiones del gobierno se expresan en políticas públicas, analizar algunas (por ejemplo la AUH) nos iba a permitir discutir modelos de país. ¿Cómo cerrar entonces esta primera unidad? En el fondo, mis propósitos estaban explícitos: proponerle a los jóvenes entender cómo funciona una estructura democrática liberal y luego invitarlos a pensar proyectos alternativos de sociedad: desde utopías hasta proyectos políticos anarquistas o socialistas.

Agustina Turzi que cursó su 5to año en 2015 a fin de año escribía:

“Los ciudadanos somos una parte intrínseca de la política y hacer oír nuestras voces es tanto nuestro derecho como nuestro deber. Aprender política en el colegio nos permite hacer eso, y es por eso que mucha gente no quiere que se enseñe: saber expresar nuestra opinión con seguridad nos permite formular un argumento y mantener una discusión como ciudadanos activos […] Estudiar la materia en el colegio nos brida herramientas que nos permiten un grado de influencia en la sociedad […] Nos da tanto un escudo como una espada como una lapicera como un martillo. No sólo eso: nos deja saber que podemos empuñarlos”.

Otras preguntas de investigación empiezan a tejerse cuando ponemos el foco en la escuela, en las prácticas. Las planteo, las dejo abierta, no sé las respuestas… ¿Cómo lee un profesor el currículum? ¿De qué modo la prescripción genera condiciones de igualdad en los saberes que circulan en la escuela? ¿Qué pasa cuando esos saberes construyen proyectos de país que no abrazamos? ¿Cuáles son entonces, los espacios de resistencia?

Cuando las discusiones cambian, hay que estar atentos. Claudia Bracchi en este ciclo de conversaciones nos convidaba con una inquietud “me preocupa que en las agendas de prioridades ya no hablemos de la educación como derecho ni de igualdad, ni de inclusión ni de participación”. Digo, la omisión, aquello que no se nombra debe alertarnos. Hablar de “competencias” no es lo mismo que hablar de “saberes”. Qué se enseña en la escuela secundaria es una disputa política que no se sustenta en teorías biológicas. Decidir qué se enseña en las escuelas deja también en evidencia que cotidianamente disputamos sentidos.

En 2012 llegaba a las aulas bonaerenses Trabajo y Ciudadanía, otra “nueva” disciplina escolar del 6to año de la escuela bonaerense, condensa gran parte de los pilares del proyecto de escuela secundaria de la provincia que se abrió con la LEN: la educación para la ciudadanía, el mundo del trabajo y los estudios superiores. Leer con los estudiantes el Manifiesto Liminar, escrito hace casi cien años, es una decisión que deja en evidencia una nueva apuesta a nuestros estudiantes:

“La autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: enseñando”, decían los jóvenes revolucionarios.

Carnevale: “Decidir qué se enseña en las escuelas deja en evidencia que cotidianamente disputamos sentidos”

Casi cien años después está invitación conserva una vigencia casi intacta porque les permite a nuestros jóvenes volver a pensarse como estudiantes, que historicen su camino por la escuela secundaria y que construyan un proyecto de vida colectivo. Buscar en sus ancestros algunas ideas que les ayuden a proyectarse.

El año pasado, en un trabajo que intentó reconstruir la historia de cada uno de los estudiantes, a partir de la Reforma Universitaria y el Mayo Francés, dos jóvenes de dos escuelas distintas:

Ignacio:

“Si tuviese que definir mi paso por la secundaria en una palabra, no podría. La secundaria fue un cambio en mí, un proceso obligatorio que tienen que vivir todos los jóvenes que, a veces, era tedioso, otras divertido y otras triste […] Ya por cuarto año empecé a disfrutar del colegio. Empecé a ver cosas en las materias que me hicieron ver el mundo de otra manera, una cosa muy valiosa que me hizo tener el colegio fue la empatía. Aprendí a ponerme en el lugar de los demás, a entender sus problemas y no juzgar tanto. En ese aspecto podría decirse que crecí como persona. En 5to aprendí a expresarme, a manifestar mi opinión, a no aceptar las cosas porque sí, me volví un estudiante activo que luchaba por sus ideales”;

Leandro:

“El primer período sinceramente no fue un gran cambio, ya que las materias eran muy generales. Así el primer desafío fue cuando naturales se subdividió en biología y Físico-química y sociales en geografía e historia. Me agrada la idea de ver que nunca fui amante de la escuela e incluso por mucho tiempo, no estaba de acuerdo con ella. Sin embargo, hoy, estando en el último año, debo reconocer que mis gustos, mis postura y posiciones no serían lo que son sino hubiesen sido afectadas por el colegio, tanto profesores como compañeros”.

Volviendo al segundo eje que retomaba una de las preguntas que nos hacían Marcela y Gabriel, los desafíos de la enseñanza de las materias de Ciencias sociales pueden sortear la pregunta “esto para qué me sirve” con una propuesta que interpele a los estudiantes desde la propia historia y que les permita construir un proyecto de vida. La escuela tiene la gran oportunidad de construir vocaciones (sabemos que no son innatas) y para ello, no debemos esperar al último año para “orientarla”.

Carnevale: “Pensemos buenas preguntas para diseñar las clases y peleémonos un poco con nuestro propio narcisismo: no siempre todos los estudiantes van a amar la disciplina que enseñamos tanto como nosotros lo hacemos (¡por suerte!)”

Y para cerrar estas reflexiones retomo el último de los interrogantes que nos hacían los compañeros: “es difícil conquistar la atención de los jóvenes, están tan enchufados que no se pueden conectar con lo que enseño en el aula”. ¿Si, no, por qué? Esta pregunta/inquietud es un poco compleja y puede transformarse en una herramienta de poder. Si se me permite, creo yo, deberíamos olvidárnosla; descartarla. Y más en los tiempos que corren…

La atención, la motivación, es una preocupación de la pedagogía desde siempre, aunque hoy existan mayores distractores (celulares, tablet, televisión), no es una novedad. Decía que debíamos descartar esta pregunta porque puede generar una confusión porque, como dice Meirieu, “la motivación no es una condición previa para el aprendizaje ni para el éxito de un alumno”. Tenti Fanfani afirma, “el interés por los contenidos culturales no surge natural y espontáneamente […] muchas veces estamos equipados para ver sólo lo que nuestras categorías de percepción nos permiten ver. Todo lo demás escapa a nuestro campo visual y perceptivo. Si soy profesor de química, sólo es legítimo el interés por la química”. Por ello, continúa Meirieu, la motivación “es un objeto de trabajo para el pedagogo”. Se construye en el mismo proceso de enseñanza (por eso siempre fue una preocupación de la pedagogía) y es ahí donde debemos contribuir a “hacer emerger el deseo de aprender”.

Ahora bien, ¿es difícil conquistar la atención? Creo yo, como dice Tenti, que no hay jóvenes que no les interese nada. Pensemos buenas preguntas para diseñar las clases y peleémonos un poco con nuestro propio narcisismo: no siempre todos los estudiantes van a amar la disciplina que enseñamos tanto como nosotros lo hacemos. Si bien deben existir saberes que no vamos a negociar porque creemos que son los que ayudan a crecer a nuestros estudiantes, también sabemos que los estudiantes se resisten “a ser moldeados a [nuestro] gusto” (Meirieu). Y ahí es donde la enseñanza necesita de la confianza, “una especie de apuesta que consiste en no inquietarse del no-control del otro y del tiempo”, como dice Cornu.

A lo largo de estas reflexiones hice hincapié en el diseño de la enseñanza y en los saberes. Intenté poner el foco en la responsabilidad que tenemos como adultos para que algo del aprendizaje ocurra y que nuestros jóvenes, que ahora conquistaron un lugar en la escuela secundaria, se queden y la elijan. Motivarlos, apostar a que estén y encuentren un lugar en la escuela, valorando lo que enseñamos porque “el esfuerzo intelectual permite accede a la alegría de pensar” (Meirieu).

Muchas gracias”.


Bibliografía de referencia:

  • De Alba, A. (1998) Currículum: crisis, mitos y perspectivas. Miño y Davila editores.
  • Chagas, M.; Hansen, J. “Anne – Marie Chartier. Historiadora das prácticas culturais”. En Revista Pedagogía Contemporánea. Nº 03. Sao Paulo.
  • Chervel, A. (1991). “Historia de las disciplinas escolares. ReAlexiones sobre un campo Reflexiones sobre un campo de investigación”. En: Revista de Educación (295). Selección de fragmentos.
  • Cornu, L. “La conAianza en las relaciones pedagógicas”. En Frigerio G. y otros Construyendo un saber sobre el interior de la escuela. Novedades Educativas;
  • Finocchio, S. (2011) “Una cartografía de saberes escolares en movimiento en América Latina” en Propuesta Educativa Nro. 33.
  • Meirieu, P. (2007) Frankestein Educador. Laertes. Barcelona.
  • ———— (2016) Recuperar la pedagogía. De lugares comunes a conceptos claves. Buenos Aires. Paidós.
  • Tenti Fanfani “La desigualdad como producción social. Modelos analíticos de la interacción profesor –alumno”. Tenti Fanfani, E. En La escuela y la cuestión social. Ensayos de sociología. Siglo XXI.

Fuente entrevista:  http://aulaabierta.unahur.edu.ar/carnevale-decidir-que-se-ensena-en-las-escuelas-deja-tambien-en-evidencia-que-cotidianamente-disputamos-sentidos

Comparte este contenido:
Page 1770 of 2664
1 1.768 1.769 1.770 1.771 1.772 2.664