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La activista negra que forzó los derechos de autor para luchar contra la esclavitud

Feminista, abolicionista y defensora de los derechos de los afroamericanos, Sojourner Truth usó los derechos de su propia imagen para financiar sus distintas luchas. Adelantada a su tiempo, esta activista del siglo XIX pasó treinta años siendo esclava y, tras huir de su dueño, dedicó su vida a intentar cambiar un sistema con el que no estaba de acuerdo.

Nacida en 1797 como esclava, Sojourner Truth –nombre que adoptó en 1843– pasó gran parte de su vida luchando contra la esclavitud y fue una defensora de los derechos de la mujer y de la igualdad entre blancos y negros. Vendida un total de tres veces, escapó un año antes de que su último dueño se viera obligado a liberarla a causa de las nuevas regulaciones del estado de Nueva York, que avanzaba lentamente hacia la abolición total del esclavismo.

Con su hija pequeña en brazos, abandonó la granja en la que había trabajado los últimos 16 años, dejando atrás a su marido y a otros tres hijos que, ni siquiera con las nuevas leyes, podían obtener aún el derecho a ser libres. “ No salí corriendo, pensando que hacía mal, salí andando, creyendo que todo estaba bien”, explicaría años más tarde.

'Vendo la sombra para proteger la sustancia' era la inscripción de las tarjetas

Desde entonces, su vida se convirtió en una batalla permanente contra lo establecido en la que utilizó todas las herramientas a su alcance para hacer oír su voz. Dotada de una gran espiritualidad, que experimentó a través de su pertenencia a distintas congregaciones, Truth fue una de las primeras afroamericanas que ganó un juicio contra un blanco cuando, en 1928, acudió a los juzgados para conseguir la custodia de su hijo Peter, que había sido vendido a un esclavista de otro estado de forma ilegal. Le dieron la razón. Y no sería la última vez.

En 1832 presentó una demanda por calumnias cuando su nombre se vio envuelto en un escándalo relacionado con el Reino de Matthias –un grupo religioso al que estuvo vinculada durante un tiempo– y obtuvo 125 dólares, lo que equivaldría a unos 2.600 euros en la actualidad. Años más tarde, en 1865, presentó cargos contra un conductor de un tranvía que la había intentado tirar del vehículo y que, debido a su denuncia, fue apartado de su puesto de trabajo.

Sin embargo, puede que uno de los puntos más peculiares de la historia de esta luchadora pionera sea el uso que hizo de su propia imagen, que ha permitido que distintas fotografías en las que aparece hayan llegado hasta nuestros días. En ellas, Truth, una mujer alta y ya en sus sesenta, mira al espectador con una pose digna, ataviada con la vestimenta cuáquera que adoptó en las últimas décadas de su vida. Con un precio de 25 centavos –lo que en la actualidad equivaldría a unos 6 dólares o a unos 5 euros–, aquellos que las adquirían contribuían a la labor de predicación de Truth, que recorrió el este y el medio-oeste de Estados Unidos defendiendo sus ideas.

La sombra para proteger la sustancia

La tarjeta de visita o ‘carte de visite’ fue un formato fotográfico para retratos de estudio nacido en Francia que se convirtió rápidamente en un fenómeno social, expandiéndose por toda Europa y Estados Unidos. Los álbumes para coleccionar y mostrar estas tarjetas de pequeñas dimensiones se volvieron habituales y las personas intercambiaban sus retratos y adquirían otros nuevos, siendo especialmente relevantes los de personajes prominentes de la época.

Truth encontró en estas ‘carte de visite’ un modo de financiación y, a la vez, una forma de reivindicación peculiar. La abolicionista decidió que la propietaria de las imágenes en las que aparecía era ella, y no el fotógrafo que las realizaba. Por ello, ponía en los retratos que el ‘copyright’ le pertenecía.

Tal y como explica el libro ‘Enduring Truths. Sojourner’s Shadows and Substance’, poco después de que la activista empezara a reclamar derechos sobre su imagen, Estados Unidos introdujo una enmienda que clarificaba el ‘copyright’ estableciendo que “los autores que habían creado las fotografías y los negativos de las mismas eran los poseedores de la propiedad intelectual.»

A pesar de que los fotógrafos no se dieron demasiada prisa en ejercer sus derechos legales, las imágenes que incluyen ‘copyright’ mencionan habitualmente a su creador. Por ejemplo, Mathew Brady –el fotógrafo– es el que aparece como poseedor de los derechos en su retrato de Abraham Lincoln, a pesar de la importancia del presidente. No era así en el caso de Truth, que consiguió obtener la propiedad de las imágenes que protagonizaba. De hecho, solo dos de sus cartas de visita, de las primeras realizadas en los años sesenta del siglo XIX, mencionan al fotógrafo. Y aún así también incluyen su nombre.

Cartas de visita de la abolicionista

Cartas de visita de la abolicionista

“En sus cartas de visita, Truth exigía que se imprimiera su nombre tanto en la parte delantera como en la parte trasera de la foto. Esto es muy inusual, pocas cartas de visita incluyen el nombre de la persona que aparece en ella y, hasta donde yo sé, ninguna tiene derechos de imagen asociados a la persona fotografiada, lo que sí sucede en el caso de Truth”, explica en el libro Darcy Grimaldo Grigsby.

El nombre de la activista no es lo único que se grababa en esas fotos: «Vendo la sombra para mantener la sustancia», solía aparecer escrito acompañando a la imagen de Truth. Este lema era su forma de explicar, y reclamar, que después de haber sido vendida en numerosas ocasiones, era ella ahora su única propietaria y la que decidía comercializar una parte de sí misma.

A pesar de que los fotógrafos que realizaban su retratos podrían haber reclamado el ‘copyright’, la mayoría de los autores de sus cartas de visita estuvieron de acuerdo en cederle su derecho sobre las imágenes y ni siquiera aparecer mencionados. En contra de la ley, la convención y la práctica general, Truth poseía incluso la sombra de su imagen.

¿Acaso no soy una mujer?

Este juego con el ‘copyright’ le permitió pasar las últimas décadas de su vida luchando por la abolición total de la esclavitud, por el voto de los afroamericanos y las mujeres –acudió en varias ocasiones a las urnas pero nunca la dejaron votar–, por el derecho a la educación y a la propiedad de terrenos de los esclavos emancipados, por la desegregación de los tranvías y por la eliminación de la pena capital.

Sojourner Truth pasó 30 años como esclava

Adelantada a su tiempo y defensora de las nuevas tecnologías –como dejó patente en cartas que remitió a distintas publicaciones–, Truth no pasó a la historia por su reivindicación original y tan particular de los derechos de imagen, sino por su aclamado discurso ‘ ¿Acaso no soy una mujer? que pronunció en la Convención de Mujeres de Akron (Ohio) en 1851, en el contexto previo a la Guerra de Secesión. Durante su mensaje, según la transcripción que otros realizaron de sus palabras, Truth reivindicó y estableció un paralelismo entre la la lucha por los derechos de las mujeres y los de los afroamericanos.

“Los caballeros dicen que las mujeres necesitan ayuda para subir a las carretas y para pasar sobre los huecos en la calle y que deben tener el mejor puesto en todas partes. Pero a mí nadie nunca me ha ayudado a subir a las carretas o a saltar charcos de lodo o me ha dado el mejor puesto. ¿Y acaso no soy una mujer? ¡Mírenme! ¡Miren mis brazos! ¡He arado y sembrado, y trabajado en los establos y ningún hombre lo hizo nunca mejor que yo! ¿Y acaso no soy una mujer? ¡Puedo trabajar y comer tanto como un hombre, si es que consigo alimento, y puedo aguantar el latigazo también!”

Futura protagonista del reverso del billete de 10 dólares, que homenajeará a las pioneras que lucharon por el sufragio femenino, y con un asteroide nombrado en su honor, los métodos de esta luchadora, que se declaró dueña hasta de su sombra, le ayudaron a combatir las injusticias y le hicieron ganarse un hueco en la historia de sus diferentes luchas y también, de pasada, en la de la propiedad intelectual y el ‘copyright’.

Fuente:http://www.eldiario.es/hojaderouter/Sojourner_Truth-abolicionismo-esclavitud-feminismo-derechos_0_544545763.html

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The Racist Killing Machine in the Age of Anti-Politics

In the Castile case, the police fired into the car with a child in the back seat–a point rarely mentioned in the mainstream press. At the same time, the power of violence as a tool for expending rage and addressing deeply felt injustices has resulted in a young black man mimicking the tools of state violence by deliberately killing five police officers and wounding seven others in Dallas, Texas. This is a horrendous and despicable act of violence but it must be understood in a system in which violence is disproportionately waged against poor blacks, immigrants, Muslims, and others who are now defined as excess and pathologized as disposable. The killings in Dallas speak to a brutal mindset and culture of mistrust and fear in which violence has become the only legitimate form of mediation

In the increasingly violent landscape of anti-politics, mediation disappears, dissent is squelched, repression operates with impunity, the ethical imagination withers, and the power of representation is on the side of spectacularized state violence. Violence both at the level of the state and in the hands of everyday citizens has become a substitute for genuine forms of agency, citizenship, and mutually informed dialogue and community interaction.

Etienne Balibar has pointed out that “as citizenship is emptied of its content,”[i] the right to be represented is ceded to the financial elite and the institutions of repression or what Althusser once called the “repressive state apparatuses.” Under such circumstances, politics is replaced by a form of “antipolitics” in which the representative and repressive machineries of the state combine to objectify, dehumanize, and humiliate through racial profiling, eliminate crucial social provisions, transform poor black neighborhoods into war zones, militarize the police, undermine the system of justice, and all too willingly use violence to both to punish blacks and to signal to them that any form of dissent can cost them their lives. But such apparatuses do more, they willfully exclude and repress the historical memories of racial violence waged by both the police and other racist institutions.[ii] They have no choice since such histories point to the deeply embedded structural nature of such violence as a reproach to the bad cops theory of racist violence.

What we are observing is not simply the overt face of a militarized police culture, the lack of community policing, deeply entrenched anti-democratic tendencies, or the toxic consequences of a culture of violence that saturates every day life. We are in a new historical era, one that is marked a culture of lawlessness, extreme violence, and disposability, fueled, in part, by a culture of fear, a war on terror, and a deeply overt racist culture that is unapologetic in its disciplinary and exclusionary practices. This deep seated racism is reinforced by a culture of cruelty that is the modus operandi of neoliberal capitalism–a cage culture, a culture of combat, a hyper masculine culture that views killing those most vulnerable as sport, entertainment, and policy.

The United States is in the midst of a crisis of of governance, author­ity, and representation and as historical narratives of injustice and resistance fade there emerges a further crisis of individual and collective agency, along with a crisis of the identity and purpose regarding the very meaning of governance. As democratic public spheres disappear and the state increasing turns to violence to address social problems, lawlessness becomes normalized and violence becomes the only form of mediation. This is fueled by a discourse of objectification, and a race-based culture of pathology, which often finds expression not only in police violence but also in scattered mass shootings and a tsunami of everyday violence in America’s major cities, such as Chicago. Politics has been emptied out, lacking any representative substance, and opens the social landscape to the dangerous forces of right-wing populism and ultra-nationalism, both of which are deeply racist in their ideological discourse and their relationship to those excluded others.

Americans are witnessing not simply the breakdown of democracy but the legitimization of a society in the grips of what might be called a politics of domestic terrorism, a kind of anti-politics that rejects the underlying values of a democracy and is unwilling to reclaim its democratic tendencies while deepening its civic principles. The U.S. is deep into the entrails of an updated authoritarianism and until that is recognized under such circumstances violence will escalate, people of color will be killed, whites will claim they are the real victims, and the discourse of racial objectification will become, as it has, a visible if not embraced signpost of an anti-politics that defines the varied landscapes of power and institutions of everyday life.

The ultimate mark of terrorism both domestic and foreign is a hatred of the other, a certainty that defines dialogue, an ignorance that embraces the power of the mob and the redemptive force of the savior. As America moves dangerously close to embracing such an authoritarian social order and the politicians who endorse it, indiscriminate and intolerable violence will assume a kind of legitimacy that allows people to look away, refuse to recognize their own powerlessness, and align them with a barbarism in the making. All of this bears the weight of a history in which such indifference is easily transformed into the worst forms of state violence. The face of white supremacy and state terrorism, with its long legacy of slavery, lynching, and brutality has become normalized, if not supported by one major political party, a large percentage of the public endorsing Donald Trump, and a corporate and financial elite wedded only to increasing their power and profits. We are in a new historical era that is widening the scope and range of violence-an expansive age of disposability that widens the net of those considered expendable if not dangerous.

Some conservatives such as David Brooks have argued that the collapse of character and the rise of a form of political narcissism are producing deeply troubling forms of authoritarianism.[iii] That analysis is too facile, and ignores the underlying social, economic, and political conditions that concentrate power in very few hands, distribute wealth largely to the upper 1 percent, eliminate social services, and destroy those institutions capable of producing a culture of critique, empathy, and engaged citizenship. The old age of the social contract and social democracy is dead; the economic foundations that once supported large segments of the working class have been destroyed by the forces of globalization; and the promise of a collective ethical imagination has given way to the tawdry self-indulgence and self-interest that drives a consumer and celebrity culture. Not only have too many Americans become prisoners of their own experience, they also  have become passive in the face of state violence, a culture of extreme violence, and a web of mainstream cultural apparatuses that trade in violence as sport and entertainment.

Racism is one register of such violence, but in the age of cell phones and video cameras it has become more visible, and its brutalizing imagery contains the possibility for mobilizing social formations such as the Black Lives Matter Movement to both expose and eliminate its underlying ideologies and structures. At the same time, such blatant acts of racism offer a false sense of community to those being organized around hate and anger, resulting in a blind devotion to false prophets, such as Donald Trump, who trade in fear and despair.

Let’s hope that the current crisis we are witnessing as it appears to unfold daily will transform cries of collective outrage into a social movement that is organized around a call for economic and social justice, one less intent on calling for reforms than for eliminating a neoliberal economic order steeped in corruption, racism, and violence.

Notes.

[i] Etienne Balibar, “Uprisings in Banlieues,” Equaliberty, [Durham: Duke University, 2014] pp. 252

[ii] See, for instance, Jerome H. Skolnick, The Politics of Protest: Task Force on Violent Aspects of Protest and Confrontation of the National Commission on the Causes and Prevention of Violence 2nd Revised edition (New York: NYU Press, 2010). Also see Jonathan Simon,Governing Through Crime: How the War on Crime Transformed American Democracy and Created a Culture of Fear (New York: Oxford University Press, 2009).

[iii] David Brooks, “The Governing Cancer of Our Times,” The New York Times, [February 26, 2016] Online: http://www.nytimes.com/2016/02/26/opinion/the-governing-cancer-of-our-time.html?_r=0

  • Articulo tomado de: http://www.counterpunch.org/2016/07/08/the-racist-killing-machine-in-the-age-of-anti-politics/

 

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“El regreso del joven príncipe”: literatura para meritócratas, resilientes y resignados

Por: Ana Belinco

De la mano de Alejandro Roemmers y Esteban Bullrich, la meritocarcia macrista se hizo presente en las escuelas porteñas en formato novela de autoayuda dirigida a estudiantes de séptimo grado.

No se explicita nada novedoso al sostener que todo proyecto político tiene a su vez un proyecto económico definido para el cual se necesita construir, formar, delinear subjetividades que se adapten a los márgenes establecidos por el grupo dominante de turno.

La concepción del ciudadano meritocrático, resiliente y resignado acorde al modelo económico, político y social macrista ya se venía vislumbrando, a paso lento pero firme, desde los primeros tiempos de nuestro actual presidente como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Retomando las visiones elitistas y liberales de fines del SXIX, el Pro convirtió a Sarmiento en canto obligado para todos los actos escolares y en línea interpretativa para sus propios lineamientos pedagógicos.
En este sentido, durante el año 2013, en el marco del Programa Leer para crecer, vigente desde el año 2003, el gobierno del PRO envío, para ser leído y entregado a todos los estudiantes de séptimo grado de la ciudad, el libro ¨El regreso del joven príncipe¨ del autor A.G Roemmers publicado por la editorial Emecé.

La novela en cuestión intenta constituirse en continuación de ¨El Principito¨ de Antoine de Saint-Exupéry. El autor de la pretendida saga es uno de los dueños del reconocido laboratorio e integrante de la familia con la cual Mauricio Macri mantiene una estrecha relación afectiva. Esto último queda demostrado ya que, la familia del presidente, pasó sus últimas vacaciones en la propiedad de Villa La Angostura de los Roemmers.

El regreso de un joven príncipe neoliberal

Que el gobierno de la ciudad haya seleccionado dicha obra no es sorprendente dada su profunda orientación neoliberal, pero sí es muy cuestionable por variadas razones, entre ellas se destacan que no es apropiado para la edad de los niños a los que fue asignado y que viola el carácter laico de la escuela pública ya que reiteradamente refiere a Dios como el principio y el final de todo lo creado.
Un ejemplo de esto lo podemos encontrar en el capítulo XIV -página 78-, “Quiero decir que el hombre ha sido creado por Dios como un ser espiritual, con una chispa de libre albedrío (…) él es lo que es, su propio principio y su propio fin, y por consiguiente el principio y el fin de todo lo que existe”. Cabe destacar que este es un extracto, entre muchos otros que aparecen en el libro, que hacen a esta cuestión infringiendo la constitución porteña sobre el carácter laico de la escuela pública argentina.

Además, no respeta los lineamientos del diseño curricular para el área de Cs. Sociales que dice en su enfoque para la enseñanza que, “a través de su enseñanza, se espera que los alumnos conozcan la complejidad del mundo social, la existencia de identidades compartidas y diversas, y que construyan una visión crítica teniendo en cuenta las posibilidades de transformación de la sociedad”. La falta de adecuación a dicho documento queda evidenciada a lo largo de la obra ya que el texto reproduce y naturaliza la ideología estilo Ravi Shankar del “si sucede conviene”.

Dicho pensamiento filosófico-ideológico es llevado a los niños de la escuela pública a través de un libro de autoayuda con una visión empresarial que busca ciudadanos individualistas, competitivos, sumisos y resignados que no cuestionen ni busquen transformar su realidad. En el capítulo IV -página 30- el empresario devenido escritor lo expresa sin tapujos, “todos aquellos que luchan contra los malos vecinos y familiares, contra la injusticia de sus jefes, contra la sociedad (…) tengan o no razón, están luchando contra sí mismos…aquel que está en conflicto con su ambiente está condenado a la derrota (…) La mayor parte del sufrimiento humano deriva de la resistencia a las circunstancias que nos rodean (…) El hombre sabio está en armonía con todo lo que existe. Contempla la realidad y se da cuenta de que todo cuanto existe, le guste o no, es como debe ser. Sabe además que antes de mejorar algo en el mundo, hay mucho que mejorar dentro de uno mismo”. Así también encontramos otros ejemplos en el capítulo V -página 34- “sea cual fuere tu suerte, deberías estar agradecido a la vida que te da esta oportunidad de evolucionar” o en el XV -página 85- “luego están otras personas…que, cuando se enfrenta a la realidad, incapaz de renunciar a sus ideales…tratan de protegerlos tanto que terminan construyendo un muro a su alrededor”.

Instando a la resignación, a la resiliencia, es decir, el hacerse fuerte y tolerante a las circunstancias adversas de la vida, no se busca más que formar cuerpos y almas funcionales al estado de situación actual que es presentado como el único posible. Si sos Roemmers o Macri seguro que la vida que tuviste te convino, pero es altamente violento decirle si sucede conviene o no te rebeles contra tu situación contextual a un pibe o piba que pasa hambre, frío, que es golpeado o abusado.

Como si fuera poco, literariamente deja mucho que desear. El autor se define a sí mismo como un escritor poco convencional que no asiste a bibliotecas, sino que sólo lee libros que le regalan, aspecto que se nota ampliamente en su paupérrima prosa. Ante semejante auto-descripción, se impone la sospecha de que la mentada amistad del Presidente Macri con la familia Roemmers haya influido en la elección de la novela como parte de un negocio entre amigos del poder porque, como ya se señaló, no es un texto que fuera a enriquecer el acervo cultural o léxico de los estudiantes.

La herencia sarmientina

Sarmiento, padre del aula argentina, le asignó esta tarea formadora de subjetividades a la escuela y sus docentes desde el inicio de la formación del Estado Nacional argentino. El gaucho y el extranjero debían ser formados, por el sistema educativo, en el espíritu nacional dejando de lado sus costumbres, ya que éstas, para la generación de Sarmiento y la posterior generación del 80 que heredaría sus concepciones, impedían el progreso de la nación atascándolo con la vagancia y la barbarie. La sangre era lo único que tenían de humano los gauchos animalizados por Sarmiento y si era necesario que ella corriera para que la Nación prospere no había que resistirse. La sangre gaucha corrió para hacer correr, al mismo tiempo, la sangre de los pueblos originarios a los que ni rastro de humanidad se les concedía. El ciudadano modelo-modelado ocupaba el lugar de los masacrados en el sistema productivo imperante de la época.

Hoy, a más de 150 años de la escuela sarmientina, se busca, desde el gobierno PRO, refritar las concepciones liberales y elitistas del prócer ensalzado. Los docentes de la zona sur de la Ciudad Autónoma de Bs. As. vemos y vivimos junto a nuestros estudiantes muchísimas situaciones de injusticia social que no deben ser naturalizadas ni aceptadas desde el discurso escolar. Desde la escuela, debemos brindarles las herramientas necesarias para que se construyan como ciudadanos críticos de la realidad y activos, es decir, como actores sociales con poder de transformación de la historia colectiva e individual.

La tarea asignada a la educación desde Sarmiento hasta la actualidad no responde más que a un servilismo funcional al sistema capitalista que degrada la condición humana objetivándola, convirtiéndola en valor intercambiable de mercado. Se impone reformular la tarea de la institución educativa que debe constituirse como motor de resistencia, de lucha y de transformación profunda desarrollando una pedagogía liberadora y colectiva, no una pedagogía sujetadora e individualista que salva a título personal según supuestos merecimientos.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/El-regreso-del-joven-principe-literatura-para-meritocratas-resilientes-y-resignados

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Sobre el contrato social

Por: Eduardo Olier

Últimamente son varios los que abogan por la necesidad de un nuevo «contrato social». Un concepto que, al igual que el término «Estado federal», queda sin explicación. Hay que decir, sin embargo, que la unión de ambas palabras suena bien; ya que todo lo que lleve aparejada la idea de lo «social» tiene siempre gran aceptación. Poco importa si al final no significa nada en realidad. Ya habrá tiempo de justificarlo, si llega el caso.

Conviene, sin embargo, ir a las fuentes para saber de qué se está hablando. El contrato social fue un libro escrito por Jean-Jacques Rousseau en 1762. Mucho ha llovido desde entonces. Se dice que fue uno de los escritos que dieron cobertura a la Revolución Francesa, que se inició bastantes años después, en 1789. La Revolución Francesa finalizó con la toma del poder por Napoleón en 1799.

Se suele asegurar también que esta obra de Rousseau es el fundamento de la filosofía política socialista. Un aserto quizás discutible, en tanto que en el libro se asegura que cuanto más crece el Estado más disminuye la libertad. Una idea que parece contradecir los principios socialistas que abogan por una mayor estatalización de la sociedad. También defiende el autor de El contrato social que las crisis políticas, e incluso su prevención, no tienen otra solución que la dictadura; y, por supuesto, aboga por la censura.

Quizás esta forma de pensar tiene que ver con la idea de Rousseau de que el ser humano nace libre, aunque no todos seamos iguales; ya que, según él, unos nacen para gobernar y otros para ser gobernados. Con lo que los primeros tienen una libertad condicionada. Los que gobiernan han de atender, por su parte, a la voluntad general, ya que la base del contrato social está en que la persona se supedita a la voluntad de la mayoría, que puede ser minoritaria.

Querer resolver en pleno siglo XXI los complejos problemas que tenemos en base a criterios del siglo XVIII no parece muy adecuado, aunque siempre haya ideólogos que añoren volver al lejano pasado para solucionar los problemas del futuro. Como también los hay que proponen modelos políticos que, siendo actuales, no generan sino pobreza y dictaduras. Véanse sino a los que proponen importar el modelo venezolano como paradigma del buen gobierno y la redistribución de la riqueza.

Quizás, lo que anima a cierta clase política a buscar soluciones de siglos pasados, o modelos de corte dictatorial, o simplemente usar conceptos vacíos, tiene que ver con la dificultad de comprender cómo se mueve el mundo hoy, cuando no en buscar alternativas de corte demagógico que «venden» en ciertos estratos sociales. Ahí está como ejemplo el caso de Grecia y su Gobierno populista que, una vez llegado al poder, aceptó todas las condiciones que le impusieron desde Bruselas. Todo lo contrario de lo que se suponía que harían. Se entra así en los estratos de la táctica política que no busca un nuevo modelo de sociedad, sino sentar en el poder a una nueva élite; con lo que la discusión política acaba siendo una lucha de élites más que una confrontación de modelos de mayor creación de riqueza y reparto de bienestar entre la población.

De ahí que se utilicen conceptos vacíos como son las inconcretas políticas reformistas o progresistas. Cuando las reformas y el consiguiente progreso no es otra cosa que un mejor reparto de la riqueza. Riqueza que nunca se generará sin el consiguiente crecimiento económico.

Presentar hoy a España como el paradigma de los atrasos y de las desigualdades sociales no casa con la realidad. Los que así presentan la situación, o no han vivido en otros países, o tratan de confundir para alcanzar los intereses de poder de sus élites políticas o económicas. No hace falta ir a un país pobre de África para ver las diferencias. En Europa, dentro de los países más avanzados se pueden ver las diferencias con España. Quien haya vivido en el Reino Unido (y haya tenido que usarla) verá cómo la sanidad pública española es infinitamente superior.

Como también comprobará que hay que vivir a decenas de kilómetros de la City para lograr una vivienda digna. Vean si no quiénes son los que habitan en Kensington, Belgravia o Chelsea. Como podrán también comprobar qué es vivir en la banlieu parisina y los servicios que allí existen. O si lo prefieren, salten el océano y vayan a vivir a Estados Unidos para sufrir la ausencia de un Estado de bienestar como el que aquí se disfruta.

Cierto es que hay mucho por hacer, pero no todos podemos ser ingenieros electrónicos, ni trabajar en tecnologías avanzadas. Lo que hay que proporcionar son trabajos dignos para cada caso y un Estado de bienestar que permita seguir disfrutando de los servicios esenciales.

Servicios que tienen que ver con la prestación universal de una sanidad y servicios sociales de alto nivel, un modelo educativo de calidad para las necesidades del mundo actual, el mantenimiento y revalorización de las pensiones, y unas prestaciones de desempleo suficientes. Todo lo cual no se alcanzará desde un indefinido contrato social, sino desde un modelo de mejor reparto basado en un crecimiento económico con mayores tasas de productividad.

Fuente: http://www.eleconomista.es/firmas/noticias/7748438/08/16/Sobre-el-contrato-social.html

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¿Por qué parecen pelear empresarios y gobierno si se aman? ¿Se unen para golpear a maestros?

Por: Pedro Echeverría V.

1. La Concamin amagó ayer con dejar de invertir en las denominadas Zonas Económicas Especiales –ubicadas en Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz– a consecuencia de los plantones y bloqueos que lleva a cabo la Coordinadora de maestros (CNTE). A decir del organismo cúpula de la industria en el país, las inversiones que pudieran frenarse ascienden a más de 50 mil millones de pesos y cancelarían la creación de 40 mil empleos.

2. Las poderosas organizaciones empresariales del país, después de hacer grandes campañas contra las batallas y bloqueos de los trabajadores de educación, exigiendo que sean reprimidos y encarcelados, ahora han dirigido sus críticas y exigencias al gobierno. Han amenazado en no pagar impuestos y a no realizar inversiones en la economía si el gobierno no logra evita que los maestros sigan en sus paros, plantones y bloqueos.

3. Los grandes, los más poderosos empresarios mexicanos y sus organizaciones dominan la economía y los medios de información; pero frente a ellos –un gobierno a su servicio- maneja la política y no se olvida que hasta 1982, el empresariado era un subordinado de él. ¿Puede olvidarse que la burguesía privada mexicana nació a la sombra, bajo las iniciativas y protección del gobierno que en los años veinte la protegió como un niño?

4. Fueron los políticos de las clases medias quienes a partir de los veintes protegieron y organizaron a la gran burguesía privada, incluso a su contraparte, el proletariado. Así como las organizaciones de los trabajadores (CROM, CTM, Congreso del trabajo) fueron creadas por el gobierno, de la misma manera para los empresarios fueron creadas las Concamín, Concanaco, Canacintra y Confederación Patronal.

5. Por ello cuando veo que se fortalece la lucha de los trabajadores espero de inmediato la estrecha fuerza facha de los explotadores y el gobierno para enfrentarlos y golpearlos. A mí me parece falsa esa confrontación empresarios/gobierno; más bien son presiones para unirse más contra los trabajadores de la CNTE y otros que han comenzado a protestar contra el alza de precios del combustible, la luz y otros aumentos que se provocarán.

6. El fascista empresario Claudio X González no ha dejado de presionar a sus compinches para que se pongan más exigentes hacia el gobierno. El hijo de Kímberly inició la campaña contra los maestros y, al ver que está siendo derrotado, quiere recuperar su poder de convocatoria con Peña Nieto. Por ello los maestros han respondido a los empresarios que le “aumenten sus salarios a los trabajadores para ver si tienen un poco de honestidad”.

7. Las batallas del magisterio en todo el país han crecido en por lo menos 12 estados de la República. Ninguna unidad o presión empresarios/gobierno frenará esa lucha porque los trabajadores de educación han sido muy agraviados. Ningún profesor de la CNTE será engañado después de más de tres años seguidos de estar en las calles, las plazas y plantones. México es del pueblo, de ninguna manera de los empresarios o el gobierno.

Fuente: http://pedroecheverriav.wordpress.com

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¿De qué depende el éxito o fracaso de proyecto de educación dual?

Por: Alfonzo Carro

Costa Rica es un país lleno de profesionales, y falto de técnicos. Es cierto que las empresas que buscan invertir en un país como el nuestro, se interesan por la calidad de nuestra mano de obra, y también por la calidad de nuestros profesionales; pero también requieren de mano de obra calificada a nivel de técnicos y de técnicos calificados, y en esto el país está debiendo. ¿Queremos sí o no más y mejores puestos de trabajo para los costarricenses? Yo sí, y me parece que para lograr que esto suceda, el país debe apostar por incrementar el número de personas con títulos de técnico; no necesariamente de profesionales.

En buena medida los recursos que el país destina a la educación se han concentrado en la educación formal, esa que nos enseña mayoritariamente la teoría en las aulas: médicos, odontólogos, psicólogos, abogados, sociólogos, administradores de empresas, ingenieros, informáticos, educadores; profesiones de las que el mercado nacional está saturado. No hay trabajo para tantos profesionales en un país pequeño como Costa Rica.

Para hablar de educación dual, primero debemos estar claros de qué tipo de país queremos ser. Para los que piensan que así como estamos, estamos bien, no tiene sentido hablar mucho de educación dual. Para quienes como yo pensamos que este país debe incrementar sustancialmente la cantidad y calidad de sus técnicos, entonces sí tiene sentido hablar de educación dual.

En el IV Informe del Estado de la Educación, en el capítulo especial que se realizó sobre la educación técnica (2012) se indica que el porcentaje de la matrícula a nivel nacional de estudiantes en instrucción técnica apenas alcanza el 20% (incluyendo el INA y los Colegios Técnicos del MEP). Es decir, solamente uno de cada cinco estudiantes en edad de secundaria está siendo instruido en un oficio técnico. A mi parecer, esto no corresponde a lo que debería ser, si es que acaso queremos en realidad tener más y mejores puestos de trabajo.

De los más fervientes opositores de la educación dual se escucha decir que esta funciona en Alemania porque culturalmente los alemanes son diferentes, por su disciplina, por cuanto ahí se originó y está hecho para su realidad económica. Bueno, es cierto todo eso, pero también es cierto, -y esto es lo verdaderamente importante de la experiencia alemana-, la educación técnica es tanto, o más relevante, que la educación universitaria.

Alrededor del 55% de la matrícula secundaria en Alemania es técnica; para mí criterio, por eso precisamente la desocupación es de apenas un 4.8% y el desempleo juvenil es de sólo 8.1% (15-24 años). Pero no solo es importante en Alemania: Noruega tiene una fuerza laboral de 2.8 millones de trabajadores, un porcentaje de desempleo de 4.4% (general) y 8.6 juvenil (15-24 años) pero una matrícula de técnicos del 56%; Dinamarca tiene una fuerza laboral también de 2.8 millones de trabajadores, un porcentaje de desempleo de 4.7% (general) y 14.2% juvenil (15-24 años) pero una matrícula de técnicos del 48% del total de sus estudiantes. Costa Rica tiene una fuerza laboral de 2.3 millones de trabajadores, un porcentaje de desempleo de 9% (general) y de 18,5% juvenil (18-24 años) pero como dijimos arriba con una matrícula de técnicos que apenas alcanza el 20% del total de los estudiantes de secundaria.(The World Fact Book, 2015).

Eso, hablando de países cuya fuerza laboral y población son muy parecidas a Costa Rica. Pero también existen ejemplos de países mucho más grandes y desarrollados que nosotros, y cuya matrícula de técnicos evidencia una estrategia de país muy clara; una apuesta por la educación técnica sobre la universitaria tradicional. Bélgica supera el 70% de matrícula en estudios técnicos de sus colegiales, al igual que la República Checa; Finlandia, Holanda y Suiza, superan el 60%; Suecia, Noruega, Australia, Dinamarca, Polonia, Francia y España superan el 40% y muy cerca está Chile. (Datos citados por IV Estado de la Educación, fuente Education at a glance, OCDE).

Soy partidario de la educación dual como una herramienta más de la estrategia que debe tener mi país para la empleabilidad de los jóvenes mayores de 18 años que no terminaron su secundaria. También soy del criterio de que la dirección del tema de la educación dual debe quedarse en el INA. No hace falta crear nuevas instituciones/organizaciones para estas nuevas competencias. El ente rector de la educación técnica es y debe seguir siendo el INA.

El proyecto que está en la Asamblea Legislativa tiene que ser mejorado, introduciendo insumos que han dado actores importantes como el Ministerio de Educación, el Consejo Superior de Educación, el INA y otros.?Introducir la educación dual en Costa Rica tiene que tener un propósito muy claro y bien definido dentro de la estrategia de la educación profesional que hoy imparten el MEP a través de los Colegios Técnicos, y el INA ; pero también debe tener una lógica dentro de un plan nacional de empleo, que acaso tenemos.

Coincido totalmente con el ex Ministro de Educación don Leonardo Garnier en que una mala ley puede echar a perder una buena idea.

La idea de la educación dual merece una mejor ley; tal y como está el proyecto hoy no le conviene al país.

Fuente: http://www.crhoy.com/de-que-depende-el-exito-o-fracaso-de-proyecto-de-educacion-dual/opinion/

Fuente de loa Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=educacion+Dual&biw=1024&bih=485&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwiJocid7qvOAhUIPCYKHVBqDXwQ_AUIBigB&dpr=1#imgrc=iMo0YbUAZr9uFM%3A

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Enfoques cooperativos hoy: Los que muerden su propia concepción liberal

 Por  José Yorg, el cooperario.

 “Todo nuestro problema consiste en empezar a ver las cosas desde el ángulo de nuestra realidad, la individual y la colectiva”. Arturo Jauretche.

 “Los intelectuales argentinos suben al caballo por la izquierda y bajan por la derecha”. Arturo Jauretche.

 Para adentrarnos, sin más, en lo que hemos dado en llamar  “los que muerden su propia concepción liberal”, recurriremos prontamente a las significaciones de Don Arturo.

Arturo Juaretche (1901- 1974) ilustró a varias generaciones de argentinos y latinoamericanos, y aún lo hace a través de sus escritos, sus valiosos aportes, y el testimonio de su existencia terrenal como pensador, escritor y político que transitó primeramente en la filas de la Unión Cívica Radical y luego del peronismo a partir del llamado Día de la Lealtad en el 17 de octubre de 1945.

“En Los profetas del odio esbozaría por primera vez su representación de lo que entendía como la principal oposición al desarrollo nacional, la intelligentsia liberal y cosmopolita, que fascinada con la cultura europea intentaría aplicarla acríticamente a la situación argentina, sin ser consciente de las diferencias históricas y de las distintas posiciones que en la articulación internacional de la economía los continentes ocupan”.(https://www.hcdiputados-ba.gov.ar/proyectos/10-11d10560.doc.)

Esbozó a la tilinguería de la clase media alta argentina (porteña, fundamentalmente).

Pero entre más nos interrelaciones, gracias a la tecnologías, al Internet y todas otras variedades comunicacionales, como también al formidable tránsito de informaciones a nivel global en tiempo real, nos damos cuenta que el problema de la humanidad actual es el desquicio del capitalismo.

Nos hemos y nos han alejado de nuestra esencia humana, de nuestra condición de seres pensantes y solidarios. Esa advertencia fue hecha por el psicoanalista alemán-norteamericano Erich Fromm (1900-1980) autor, entre otros, de «El miedo a la libertad», en la que expone que, a pesar de que la humanidad, el hombre, ha alcanzado un nivel de libertad, no se compadece con una mejor y plena vida, al contrario, el hombre está aislado y su individualismo lo formó temeroso e impotente, lo cual explica ciertas conductas como la  evasión a través de la televisión, el celular y otros que impiden una buena formación política  y así facilita el autoritarismo.

La economía liberal-capitalista es una ciencia rara, ya que habla de “una mano invisible que actúa en el mercado” y por si fuera poco rebautiza al hombre  como una criatura llamada “homo economicus”.

Europa, otrora continente del progreso social y económico, hoy se debate en su propia miseria, claro que la minoría se beneficia y disfruta del capitalismo financiero.

La economía de la oferta y demanda queda hoy más que nunca al desnudo ante quien lo quiera ver,no resuelve el infortunio humano. Pensemos entonces en otra economía.

La financiarización de las relaciones humanas no es viable, y no lo es a ojos vistas del daño corruptor que se constata en políticos, en instituciones desacreditadas, en el orden jurídico que ya es casi una mueca. Es una entelequia la justicia social, la igualdad de oportunidad está mutilada.

La arrogancia intelectual pululan sin acervo popular y  las ciencias sociales, y en especial la economía neo-liberal, tratan cada día de  edificar un relato que se desvanece al cotejarlo con la realidad. Ya lo dijimos anteriormente: el verso de la crisis económica y el sacrificio para salir de ella ya no lo creen ni los niños del coro de  Iglesias.

La política neo-liberal y su rediseño institucional han empujado a las diversas sociedades  hacia el hambre,  la desocupación masiva, el desastre educativo, la destrucción de la naturaleza y la guerra. La concepción liberal se ha agotado en sí mismo y muerde toda su propia filosofía.

La condición humana implicó ayer como hoy cooperación y buen vivir, sin explotadores ni explotados.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

 Artículo enviado por su autor a la redacción de OVE

Imagen tomada de: http://previews.123rf.com/images/scottff72/scottff721412/scottff72141200009/34937954-La-gente-mettendo-insieme-i-pezzi-concetto-Grande-gruppo-di-persone-in-forma-di-due-pezzi-del-puzzle-Archivio-Fotografico.jpg

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