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Las faltas de docentes y de alumnos impacta fuerte en el aprendizaje

Por: Alfredo Dillon

La educación argentina está jaqueada por las ausencias: de los alumnos y de los docentes. En el ranking de ausentismo estudiantil, la Argentina quedó última entre los 65 países que participaron de la última edición de la prueba PISA. Aunque no existen cifras oficiales de ausentismo docente, la misma evaluación detectó un impacto fuerte de las ausencias de profesores en el proceso de aprendizaje.

Uno de los cuestionarios de PISA les preguntó a los estudiantes de 15 años cuántas veces se habían salteado clases o habían faltado en las dos semanas previas al examen. De las respuestas surge un diagnóstico alarmante: en Argentina, el 45% de los estudiantes admitió haberse rateado y el 58% dijo haber faltado al menos un día en esas dos semanas. El 7% reconoció que había faltado cinco días en ese período.

“El ausentismo regular representa una oportunidad de aprendizaje perdida y una falta de interés. También tiene consecuencias negativas sobre los compañeros de clase, ya que contribuye a que el ambiente de aprendizaje se vuelva disruptivo”, analiza el informe PISA.

Lo cierto es que los chicos no son los únicos que faltan: según el 59% de los directores, el ausentismo docente también afecta seriamente a los estudiantes, y tiene un impacto negativo en los aprendizajes. Según esta medición, basada en percepciones de los directivos, los docentes argentinos quedan en el puesto 62 sobre 64 países: solo superan a los de Túnez y Uruguay. En las naciones de la OCDE, apenas el 13% de los directores señalan las ausencias docentes como un problema para el aprendizaje.

La situación no afecta a todos los alumnos por igual, sino que tiende más bien a reforzar inequidades preexistentes. Un estudio de CIPPEC encontró que hay grandes diferencias según escuelas: mientras algunas tienen tasas de 30% de ausentismo docente, en muchas otras la proporción es inferior al 10%. En otras palabras, el problema se concentra en algunos educadores y en ciertas instituciones.

Los expertos suelen señalar que las faltas de los maestros se explican por la “creciente complejidad” que estos enfrentan en el aula; los gremios plantean que la noción de ausentismo encubre la cuestión de las condiciones laborales. SADOP, el sindicato que nuclea a los privados, hizo una encuesta a 4.5000 docentes de la que surge que más del 50% se tomó una licencia en el último año. La principal causa: enfermedades de corta duración. Para Gerardo Alzamora, secretario de Comunicación de SADOP, “el docente está sobrecargado, en ambientes muchas veces inapropiados para dar clases. Falta discutir estas condiciones de trabajo”.

Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/docentes-alumnos-impacta-fuerte-aprendizaje_0_1643235824.html

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Libro: Despatriarcalización y chachawarmi

América del Sur/Bolivia/Septiembre 2016/Reseña/http://www.agruco.org

Reseñas:

El Viceministerio de Descolonización de Bolivia ha incorporado una novísima institucionalidad por América Latina: La Jefatura de Unidad de Despatriarcalización, dentro de la Dirección de Administración Pública Plurinacional del Viceministerio de Descolonización, dependiente del Ministerio de Culturas.  Ciertamente el hecho, trasciende diversas fronteras epistemológicas tanto en lo que se denomina como institucionalidad estatal, a la vez que como en el modelo de formulación en las políticas públicas, afectando sin duda el perfil del servicio público.

Este dato, no ha pasado desapercibido para el mundo académico, los operadores políticos y la sociedad civil, aglutinada en oeneges y fundaciones.  Por el contrario, ha puesto en debate, no solo la institucionalidad de la Unidad de Despatriarcalización, sino su existencia misma en tanto forma Estado.

Por ello es que, como Viceministerio se ha venido encarando dos escenarios de construcción, el académico y el estrictamente institucional.  Los resultados al presente son halagüeños, tanto en el debate académico, como en el de la institucionalidad estatal.

De hecho, la despatriarcalización en tanto concepto base, nos ha permitido concentrar la idea de descolonización en su sustancia misma, y no en aquellas heredadas de un abstracto universalizante, sino partiendo de la historia de países panandinos que han decidido caminar su propio th’aquí (en aymara) o camino.

Hasta el presente, el futuro se diseña con un solo ojo, “Ch’ulla nayra”, por ello es que las perspectivas de relación entre Estado y Sociedad, se marcan por una conflictividad ideológica marcada por el unilateralismo euro-anglo-céntrico, harto dramático para nuestros países.

Países además que para el 2015 tenemos el compromiso de lograr los objetivos de desarrollo del milenio (ODM). Y según el mismo PNUD, el cumplimiento de estos objetivos pasa por el objetivo “cero”  la armonía entre Estado y Sociedad, o en términos de René Zavaleta Mercado, la condición inevitable pasa por construir el “optimo social”, una relación fluida entre intereses de sociedad (particularmente los mas desfavorecidos y vulnerables) y los intereses de Estado concretamente al cumplimiento de los Derechos Fundamentales que van de los artículos 15 al 20 de la Nueva Constitución Política del Estado.

  • Título: Despatriarcalización y chachawarmi: Avances y articulaciones posibles.
  • Autor: Felix Cardenas/ Idon Chivi/ Sandro Canqui/ Francisca Alvarado
  • Edición: Ministerio de Culturas y Turismo / AGRUCO-PLURAL
  • Año: 2013

Fuente : http://www.agruco.org/agruco/publicaciones/libros/570-despatriarcalizacion-y-chachawarmi

Fuente Imagen : https://lh3.googleusercontent.com/vKeLhzEaH9Z02gwcGNHhT_vCmMFw1TO5vQdNNeKUPq4RssqNpTBfsMiqMG1ac9BT0oPY4xU=s85

 

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Evaluación: 100 años de devastación.

Por: Hugo Aboites.

La evaluación que hoy se aplica a los maestros nació en Francia hace más de cien años. La  intención era noble, detectar a los niños con alguna deficiencia en el aprendizaje para atenderlos mejor. Pero al llegar a Estados Unidos se transformó en un instrumento de exclusión. Porque se preguntaba a los niños acerca de temas y con palabras que sólo eran conocidos por las familias acomodadas, como “lo que hay en las canchas de tenis”, “las partes de un gramófono”; de ahí que los pobres, los negros, las mujeres, tenían mayores dificultades para responder satisfactoriamente.

Con estos exámenes, cientos de niños que nunca habían visto un juego de tenis fueron declarados débiles mentales y recluidos en internados. Luego este tipo de evaluación se utilizó en el centro de migración de la isla Ellis de Nueva York para detectar a los incapaces mentales e impedirles la entrada como migrantes a los Estados Unidos. Miles de irlandeses, italianos, rusos, judíos fueron devueltos a sus lugares de origen a partir de 1910, reprobados por no saber el nombre de una marca comercial norteamericana o el apellido de un pitcher de beisbol muy famoso,  pero sólo en Estados Unidos.

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En 1914 con la primera guerra mundial los evaluadores se convirtieron en oficiales del Ejército y sus exámenes fueron utilizados para detectar a los cientos de miles de jóvenes que no sabían sumar o no podían completar alguna frase porque no habían ido a la escuela y enviarlos directamente a las trincheras y a la muerte. En los años veinte estos exámenes comenzaron a utilizarse también para identificar a quienes eran considerados con el término técnico de “imbéciles” y se les prohibía tener hijos. Así, por no poner atención y responder bien al examen miles de niñas y niños fueron esterilizados injustamente. Y todavía en los años setenta, los evaluadores con toda frialdad seguían enviando a cientos de niños a ser operados.

Antes de la segunda guerra mundial, los nazis fueron quienes mejor aprovecharon esta tecnología para tecnificar sus procesos de diferenciación racial disfrazándola de baja capacidad mental, y los evaluadores norteamericanos manifestaron su admiración por sus avances.  La locura de la evaluación llegó al extremo de considerar con algún problema mental a grandes sectores de la población americana y eso hizo recapacitar: una nación que se considerara llena de deficientes mentales no podía nunca llegar a ser una potencia mundial. Los evaluadores se refugiaron entonces en la educación, y comenzaron a evaluar a quienes buscaban ingresar a las universidades. Un mercado enorme que generó la industria de la evaluación a cargo de un instituto nacional de evaluación. Estos exámenes servían para diferenciar el acceso a las escuelas superiores. Las mujeres, negros, mexicanos, indígenas, inmigrantes eran rechazados de las mejores instituciones y enviados a escuelas de carreras cortas.

En México, el uso de estos exámenes se convirtió en política nacional en los años noventa al derrumbarse finalmente la idea de la educación gratuita y para todos. Se crea el CENEVAL, para evaluar a millones de jóvenes, para el ingreso a la educación media superior y superior, y logra ingresos por miles de millones de pesos. Y los resultados han sido semejantes, se rechaza a jóvenes indígenas, los de la periferia de las ciudades, los de las clases populares y, sobre todo, a las mujeres. Los suicidios de jovencitas que no lograron ingresar a una “buena escuela” como la UNAM, son sólo una manifestación de la enorme carga de desesperanza que esta nueva industria de la evaluación ha generado en los jóvenes mexicanos.  Sin una posición económica digna, con padres sin trabajo, se acumula un rezago de cientos de miles de muchachos sin perspectivas y, ahora, de manera sistemática y oficial, sin acceso a una buena institución educativa. Por otro lado, movimientos sociales como el de la UNAM en 1999 por la gratuidad y en contra de los exámenes del Ceneval, son en ese sentido, una demostración de que también existen respuestas que, a pesar del alto costo en represión, logran resultados.

Ceneval

Más adelante, al comienzo de los años dos mil, y en nombre de la calidad, se crea en México el INEE, y lo que hasta entonces era una política de medición sólo para los menos de un millón de aspirantes al bachillerato y la universidad. Con la prueba ENLACE se extiende a cerca 15 millones de niños, niñas y jóvenes de primara, secundaria y media superior.  Y, de inmediato, estos exámenes recuperan el espíritu y la nomenclatura de cien años atrás y la gran mayoría de los niños  evaluados resultan con bajos resultados ya no se les clasifica como “débiles mentales”, “imbéciles”, o “incapaces”, sino de manera no muy creativa se les llama “insuficientes”.  Miles de millones de niñas y niños de primaria amanecen a la vida ya cargados  del título oficial de “insuficientes” o “regulares”, sólo por ser víctimas de un examen único que no respeta la diversidad y enorme diferenciación social que sufre el país ni la pluralidad de sus culturas. El examen se convirtió en una farsa y un ritual vacío que el mismo INEE denunció, y ante teles denuncias, fue cancelado.

Con estos exámenes, cientos de niños que nunca habían visto un juego de tenis fueron declarados débiles mentales y recluidos en internados.

Después de 100 años de que una y otra vez estos exámenes estandarizados han reiterado su vocación profundamente hostil para con niños, estudiantes y ciudadanos, no debemos sorprendernos de que a partir del 2013 y a pesar de las promesas de una evaluación integral y contextualizada, finalmente regrese a la idea de un examen único pero esta vez para más de un millón y medio de maestros mexicanos. En toda la historia de cien años, estos exámenes se han presentado siempre como nobles y generosos, son para atender el rezago,  para impedir que nazcan personas que serán infelices por tontos, para asegurar la calidad de las instituciones o, como ahora se dice, supuestamente para ayudar a los maestros a formarse mejor. Pero una y otra vez esta evaluación ha pasado a crear multitudes de afectados, reclutados a la guerra, esterilizados, millones de etiquetados como insuficientes y ahora, miles que dejarán de ser maestros. Todo en nombre de algo que el gobierno no acierta a definir qué es: la calidad.

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Todo este sufrimiento y todo el caudal de víctimas, no acierta a tener resultados. En México, se ha evaluado ya, a casi 120 millones de personas en los últimos veinticinco años.  Y sin embargo, los evaluadores no parecen ser capaces de dar respuesta a dos preguntas fundamentales. Es más, lo más grave es que estas preguntas ni siquiera se plantean:  la primera, ¿qué hemos aprendido en todos estos años de evaluación? ¿Ya sabemos cómo mejorar la escuela? ¿Dónde está el vínculo detallado y preciso entre todas esas evaluaciones y el modelo que  ahora se propone? Tras un cuarto de siglo y más de cien millones de evaluados ¿tenemos alguna evidencia generalizada de que el sistema educativo ha venido mejorando? En realidad la respuesta es negativa, porque ha sido muy fácil evaluar pero no sabemos diagnosticar y mejorar la escuela.

En gran parte porque estos exámenes son hechos para diferenciar, excluir, castigar, no para explicar qué está ocurriendo en la educación. Si sirvieran, hoy sin duda tendríamos evidencias tangibles por montones de esa mejoría. Pero nada se dice, y se sigue proponiendo exactamente lo mismo, que en el futuro, con más evaluaciones se llegará finalmente a un sistema de calidad. Es muy probable que dentro de otros veinticinco años, se nos contará la misma historia.

Esta evaluación no sólo no es un factor de mejora de la educación, sino que contribuye a deteriorarla. Lo fundamental de un proceso educativo, es que es esencialmente colectivo, como la familia. Pero la evaluación busca individualizar, tomar a maestro por maestro, separarlo del resto y colocarlo sólo frente a la evaluación. Enfatiza el individualismo y vuelve indefensos a los maestros y estudiantes. Aprendemos en colectivo, debemos ser evaluados en colectivo.

Debe recordarse además que las grandes transformaciones de la educación nunca han surgido de las estructuras de evaluación. Los cambios y la mejoría de la educación ha sido fruto de colectividades poderosas, de maestros comprometidos y dispuestos a sacrificarse por el trabajo educativo, por contribuir a sus comunidades y regiones. Cualquier mejoría de la educación, cualquier plan, solo puede funcionar apostándole a ese espíritu colectivo y transformador. Como la verdadera evaluación, debe arrancar desde abajo, desde los colectivos escolares, de maestros, estudiantes, en relación con sus comunidades y regiones. De hecho, hasta la Ley General del Servicio Profesional Docente, en el único lugar en que habla expresamente de la mejoría de la escuelas dice que para eso es necesaria una evaluación con la participación colectiva de los  maestros de cada escuela y además dice que, sus resultados no deben implicar sanciones de orden administrativo o laboral.

foroeducativo

La posibilidad de una evaluación distinta fincada en las escuelas, en las regiones, a partir de maestros y estudiantes y en el contexto de comunidades, organizaciones, regiones, es perfectamente posible. Y es posible por algo paradójico. Por un lado, es muy claro que los maestros no aceptarán nunca la reforma educativa actual, y al mismo tiempo, es muy claro que la SEP no está dispuesta a cancelarla. La distancia  entre esas dos posiciones es un tramo tan grande que a mi juicio permite explorar soluciones.

El mismo término “permanencia” que en la Constitución parece obligar a crear exámenes y despedir maestros, en realidad ya existe desde tiempo atrás en el tercero constitucional. Pero nunca nadie ha planteado que se use para expulsar del aula a los maestros.  Y lo más fuerte, es el señalamiento, la persecución, la hostilidad y el enojo contra la existencia misma de un magisterio que resiste.

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El marco legal de la reforma exenta de la evaluación o del despido a los maestros de escuelas particulares, a los de las universidades, a los del Poli, e incluso dice que los trabajadores del INEE estarán protegidos por el artículo 123, pero los maestros no, ¿por qué sólo va contra los maestros de escuelas públicas, los de las regiones del suroeste, los de las periferias delas ciudades, los que han respondido con compromiso a las necesidades y exigencias de las comunidades?

Aplicar este tipo de evaluación y su historia depredadora es una manera de continuar con la política de castigo. El marco legal de la reforma está tan lleno de excepciones, contradicciones y ámbitos de interpretación que, o debe servir para encontrar una solución o debe desecharse.

Ponencia presentada en el Foro “Hacia la construcción del proyecto de educación democrática”. 9 de agosto de 2016.

  • Tomado de: http://vocesnormalistas.org/2016/08/30/evaluacion-100-anos-de-devastacion/
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La muerte nutre al capital

Por. Frei Betto

Para preservar nuestras vidas los gobiernos prohíben fumar en locales públicos. Los paquetes de cigarros exhiben fotos horrorosas de los efectos letales del vicio. “Fumar mata”, advierte el Ministerio de Salud.

Hace poco fue prohibido en los EE.UU. el cigarro electrónico. ¿Por qué, si apenas emite un vapor de agua inodoro y no contiene sustancias químicas? Pero los legisladores entienden que es un mal ejemplo. El cigarro virtual puede llevar al cigarro real…

Sin embargo, el mismo país llena el mercado de filmes con escenas de excesiva violencia, y no por eso la ley entiende que los crímenes virtuales pueden generar crímenes reales…El comercio de armas goza de plena libertad en la mayoría de los estados.

El conducir a alta velocidad mata también. En el Brasil, desde 2013, según el Datasus, 43 mil 780 personas perdieron sus vidas en el tráfico. Sin embargo, el Ministerio de las Ciudades no le exige a la industria automotriz limitar el potencial de velocidad de los vehículos. La ley y el poder Judicial son condescendientes con esta forma de riesgo letal. Conductores que han segado vidas bajo las ruedas de sus autos gozan de buena salud, de plena libertad… y de sus carnets de conductores.

Ingerir alcohol es también perjudicial para la salud. Pero, al contrario del tabaco, las bebidas alcohólicas tienen asegurados tanto la propaganda como el consumo libre  de las mismas.

Sabemos que la agricultura brasileña es la campeona mundial del uso de agrotóxicos, lo cual se refleja en la creciente incidencia de cáncer en nuestra población. A pesar de ello no se prohíbe esta paradoja: regar con veneno el alimento que necesitamos para mantener la vida. Y ciertas sustancias químicas vedadas en otros países no están prohibidas aquí. El Ministerio de Agricultura debiera imprimir en la envoltura de los alimentos: “¡Comer es perjudicial para la salud!”

Todavía no se sabe cuál es el efecto real de los transgénicos en el organismo humano, a pesar de que son utilizados en gran escala. Ni siquiera está mandado por ley indicar al consumidor que tal alimento contiene transgénico.

¿Por qué dialogamos tan descaradamente con la muerte? Primero porque da ganancias, y la acumulación del capital es lo que rige el mercado, que, a su vez, dirige la economía, a la cual está sometida la política. Segundo, porque el peligro de la vida pasó a figurar en la agenda del mercado. Da dinero. Vea la Fórmula 1, la lucha de MMA y ciertos deportes radicales, como base jump, sky surfing y el wing walking. A la adrenalina de los deportistas se suma la del público, excitado como niños en el circo al observar las vueltas que dan los motoristas en el globo de la muerte.

Las drogas son prohibidas porque convierten a sus usuarios en irresponsables. Las bebidas alcohólicas, ingeridas en gran cantidad, producen el mismo efecto.  Detrás del timón el conductor se vuelve un potencial suicida o asesino. O las dos cosas. La Ley Seca intenta reducir el abuso. Sin  embargo no se tiene noticia de conductores que provocaron accidentes por fumar yendo manejando. ¿Por qué esa política de dos pesos y dos medidas?

¿Y las motos? Son 12 mil los muertos en accidentes de moto al año en el Brasil. Según el Ministerio de Salud tales accidentes son los responsables del aumento del 115 por ciento de estancias en hospitales públicos.

Ahora bien, está prohibido prohibir todo cuanto engorda el capital. ¿De qué vivirían las funerarias si no se facilitasen las muertes?

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/08/30/la-muerte-nutre-al-capital/#.V8rtTFvhDIV

Imagen: www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2016/08/muerte-dinero.png

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La escuela y sus orillas

Alberto Sebastián Barragán

En el centro está la escuela, en el centro del discurso. Hay elementos educativos fundamentales que no pudieron acomodar en el centro, y se quedaron en las orillas. En este “año clave” nos prometieron que aterrizaría la reforma en las escuelas y en las aulas, pero parece ser que nos darán lo que falta de la reforma educativa en abonos chiquitos.

Como hemos visto, las prioridades de la secretaría de Nuño parecen tener un orden de importancia. Con la “escuela al centro” se percibe lo que por decreto secretarial se ha considerado como el centro de la atención; y lo demás es de prioridad secundaria, o terciaria. Las líneas de acción, como refiere Carlos Ornelas (Excélsior,  27/01/2016), no tienen mucha novedad, ya que son las recomendaciones que hace la OCDE  a sus países miembros. Recordemos que el 2012 se publicó Revisiones de la OCDE sobre la Evaluación en Educación. México, trabajo coordinado por Paulo Santiago, Isobel McGregor, Deborah Nusche, Pedro Ravela y Diana Toledo.

Dichas revisiones se realizaron de igual forma en varios países. Pero para el caso de México, establecieron que la evaluación opera en cinco niveles clave: (i) el sistema nacional; (ii) subsistemas estatales; (iii) la escuela; (iv) el maestro; y (v) el alumno. En el capítulo dos, se advierte que el marco de la evaluación parece estar fragmentado, debido a que “los componentes individuales se han desarrollado de manera independiente en el tiempo” (Santiago, McGregor, Nusche, Ravela y Toledo, 2014, p. 39).

Pareciera que no se aprende la lección, o que se actúa con negligencia. El sistema educativo mexicano se ha caracterizado por realizar sus reformas a través de diferentes entregas, con tanta distancia temporal que parecieran no estar relacionadas entre sí.

En una orilla, los maestros

Este año “clave”, pudo haber sido la diferencia, pero no. Mucho menos ahora que vemos que la prioridad 3. Desarrollo Profesional Docente, queda congelada. Recordemos que a mitades del 2015 se suspendió la evaluación por parte de la SEP, y semanas después se reactivó. Pues ahora la evaluación del segundo grupo de profesores se posterga para noviembre, si es que no llega la ocurrencia de volver a cambiar la fecha.

Pero en esa misma prioridad 3, está la preparación docente; tanto la formación inicial que se adjudica a programas de universidades y escuelas normales, como la formación continua que realizan los maestros en servicio. Ahora que se publiquen los resultados de los docentes evaluados (si existen áreas de oportunidad en los docentes) también se tendrá que poner en marcha, al mismo tiempo, la estrategia de fortalecimiento de los profesores en servicio.

Desde mitades del 2015 ya se asomaba un nuevo modelo para la formación docente en normales públicas, como acuerdo de la XXXVII Reunión de la CONAEDU, y por poco se presentaba oficialmente en agosto (según su “dinámica general”), pero no fue así. Poco después del cambio de secretario de educación, en septiembre de 2015, el INEE publicó las directrices para la formación docente, y hay oficios al respecto, pero no ha salido todavía el Modelo oficial de formación docente 2016.

Sin embargo, desde octubre de 2015, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación organizó cinco Encuentros Regionales de Escuelas Normales para la Consulta sobre el Modelo Educativo 2016. En dichos foros se presentó la información que ya se ventilaba como acuerdos de la CONAEDU, previos a las directrices del INEE. Pero no se han publicado las relatorías de las propuestas del SNTE a la SEP.

En la otra orilla, los Planes

La Prioridad 4. Revisión de Planes y Programas de estudio, resulta necesaria en la implementación de la reforma, para que pueda ser “educativa”. Si el modelo curricular se ha agotado, o nunca funcionó, o proponen otro mejor, tienen que demostrarlo. Tienen que publicar los resultados de la revisión y evaluación del Plan 2011 para educación básica, y diseñar la gran estrategia que implica su implementación. Si los maestros y los Planes de estudio no están en el centro, es posible que la escuela naufrague. Los resultados esperados requieren la participación de todos los actores educativos. Todos remando para el mismo lado, y al mismo tiempo.

Para acabarla

El plan “la escuela al centro” se monta en los Planes de estudio que no se han validado como pertinentes; y la nueva estructura de personal, supone que los profesores llegarán preparados para la nueva escuela, y que los excomisionados serán excelentes subdirectores. Las líneas de acción de la escuela al centro, parecen estar bien intencionadas, y se anuncian como la panacea que cura todo tipo de padecimiento.

Hace poco Antonio Gershenson publicó “¿Queremos más sexenios PRI-PAN-PRI-PAN?” (La Jornada, 31/01/2016), la nota advierte que a estas alturas la izquierda está dividida. Porque este gobierno anda en su segunda mitad, y ya se acerca el otro sexenio. Pero más que pierda un partido, o que gane otro, los principales afectados son los estudiantes y los docentes. Porque ya sabemos que cada nuevo presidente y su secretario, traen su solución para disolver la educación en México.

Twitter: @pluralidad

Jefe de redacción de Voces Normalistas
Conductor de “Dimensión Educativa”, en Radio Ciudadana, 660 AM.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/la-escuela-y-sus-orillas/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2015/09/conaedu-nu%C3%B1o3-300×200.jp

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Dos modelos de corrupción (Parte 2)

Por Claudio Katz

COIMAS Y LAVADO EN EL UNIVERSO K

Cualquiera sea la utilización oficialista de la corrupción imperante durante la década pasada, los datos de esas malversaciones son abrumadores. Lo que todos sospechaban ahora tiene corroboraciones contundentes. Mediante un sistema de coimas, la crema del funcionariado K acumuló enormes fortunas. Los indicios de esta red salieron primero a flote a través del enriquecimiento de Jaime, que cobraba millonarios retornos desde la secretaría de transporte. El caso de 4 4 Boudou confirmó esa pista. El vicepresidente nunca pudo explicar su intermediación en los cambios de propiedad de la Casa de la Moneda. Esos antecedentes podían tomarse como casos individuales hasta que Báez destapó la existencia de un esquema de robo organizado, con el visto bueno de la presidencia.

El personaje de Santa Cruz mutó en pocos años de simple empleado bancario a principal contratista de la obra pública provincial. Todavía no se ha estimado el monto de sus increíbles propiedades y cuentas bancarias, pero ya se sabe cómo forjó ese imperio. Cobraba enormes sobreprecios por contratos para realizar obras, que en algunos casos ni siquiera empezó. Recibía dinero de proveedores ficticios que le otorgaban facturas truchas. Todos el dinero sustraído del presupuesto nacional era dolarizado y transferido a cuentas de Montevideo, Panamá o Suiza, a nombre de familiares y testaferros. Posteriormente con esas sumas se adquirían bonos del estado que se transformaban en propiedades o activos.

Este mecanismo de lavado ha sido publicitado como la “ruta del dinero K”. Hasta ahora sólo se conocen algunos nombres de los involucrados en la estafa. Los ribetes cinematográficos que rodearon al apresamiento de López hacen olvidar su comando de ese sistema. Cumplía una doble función como otorgante de la obra pública y recaudador de las campañas de Néstor. Es evidente que Báez, López y Fariña integraban una pandilla que está desamparada. Pero falta conocer los estratos superiores de esa red. Muchas investigaciones conducen a De Vido por la financiación de emprendimientos abortados (como el gasoducto del Norte).

El ex super-ministro de la obra pública carga con un centenar de causas y puede perder la protección que le aseguran sus fueros parlamentarios. Si la pesquisa del dinero mal habido continúa, también caería en desgracia el poderoso empresario Cristóbal López, que extendió su actividad de contratista al sospechoso negocio de los Bingos. Como maneja el principal de medios de comunicación opositor (C5N) y mantiene relaciones comerciales con un gran socio-rival de Macri (Tinelli), el oficialismo oscila entre crucificarlo y cooptarlo. El gran problema del kirchnerismo es la estrecha conexión de Cristina con todos los acusados.

Puede fácilmente descartar las maniobras montadas por el juez Bonadío para comprometerla en la causa de dólar futuro. Pero no le resulta sencillo explicar el manejo de sus empresas (Hotesur, Los Sacues) junto a varios personajes caídos en desgracia. Cristina afirma que mantuvo relaciones comerciales usuales con Báez, pero no es normal que una presidenta alquile sus inmuebles al principal contratista de su provincia. Tampoco se entiende como un socio tan próximo acumuló semejante fortuna. CFK niega tajantemente todas las sugerencias de participación en las propiedades de Báez y reclama una auditoría para esclarecer las dudas. Pero durante su mandato desechó 10 informe lapidarios sobre los sobreprecios imperantes en los contratos de Santa Cruz y algunas investigaciones posteriores en el sector de vialidad confirmaron esas estafas.

Lo más problemático es el enriquecimiento de la propia familia Kirchner. Los mismos jueces federales que archivaron las denuncias por el insólito crecimiento de esos bienes, ahora reabren la indagación, allanan propiedades, levantan el secreto fiscal y embargan las cajas de seguridad. Se estima que al cabo de 12 años el patrimonio del grupo se incrementó en 800%, con numerosas propiedades adquiridas a precios muy sospechosos. 5 5 Para colmo, todos los allegados de Néstor fueron agraciados por la misma cadena de la felicidad. Su ex secretario Daniel Muñoz apareció en la lista de empresarios off shore de Panamá con bienes por 65 millones de dólares. El ex chofer de Kirchner -Rudy Ulloa- es un poderoso capitalista con propiedades millonarias. El ex jardinero -Héctor Barreiro- también detenta empresas de gran porte.

Las vacilaciones de Cristina frente a esta catarata de denuncias ilustran el laberinto en que transita. Por momento reacciona asumiendo un alto perfil político, que le permite diluir la investigación de su riqueza. Pero en otras circunstancias opta por tranquilizar las aguas recortando su exposición pública. En cualquier caso afronta un dilema sin solución: el debate sobre la corrupción K ya es un tema insoslayable.

INSÓLITAS JUSTIFICACIONES

Los intelectuales kirchneristas intentan eludir el análisis de las acusaciones en danza. Recurren a los típicos lugares comunes de ese escape, convocando a la “investigación de la justicia” o afirmando que “no se puede condenar a nadie sin sentencia firme”. Son los viejos argumentos que se han utilizado para garantizar la impunidad. Especialmente Menen delegaba el problema en la justicia cuando estaba seguro de la complicidad de los magistrados. Si las causas dormidas se reabrían recurría al complemento de esa cobertura: la crítica a las imputaciones fabricadas por simple “persecución política”. Con esas maniobras sólo los perejiles o los chivos expiatorios (como María Julia Alsogaray) terminaron en la cárcel.

Ciertamente las causas actuales están direccionadas para blanquear al macrismo y ensuciar al kirchnerismo, pero esta manipulación no anula la evidente corrupción de la década anterior, que los dirigentes K intentan disimular. Afirman que no se debe ignorar “los logros de ese periodo”, como si las mejoras democráticas o sociales conquistadas justificaran los desfalcos. Esos avances fueron aceptados por un gobierno que mantuvo todos los vicios tradicionales del robo al estado.

La corrupción no desmiente, ni invalida lo conquistado. Simplemente transitó por otro carril. Algunos dirigentes del kirchnerismo reconocen las estafas, pero entienden que “fueron casos excepcionales” o propios de “cualquier gobierno”. Pero la escala y organización que de esos fraudes no es tan corriente y tampoco su invariable desemboque en la cúspide presidencial. Néstor y Cristina concentran las principales sospechas. Esta peculiaridad torna muy difícil cualquier defensa. A diferencia de otros gobiernos progresistas latinoamericanos contaminados por la corrupción, lo ocurrido bajo el kirchnerismo no se limitó a las segundas líneas, ni tuvo sólo finalidades políticas. No se destaparon desvíos de fondos públicos para solventar campañas electorales o para financiar aparatos partidarios. Abundan los ejemplos de simple enriquecimiento personal.

Cristina ha sugerido la culpabilidad colectiva como justificación. Por eso responde a cada acusación con exigencias de investigación equivalente del macrismo y los contratistas del estado. Su mensaje implícito es que “todos roban” y “nadie es inocente” en el manejo del sector público. Este chantaje ha servido en incontables ocasiones para garantizar pactos de impunidad, pero resulta inadmisible para cualquiera que participe en la vida política por convicción e idealismo. La extorsión es muy corriente entre los adinerados, pero debería ser inadmisible entre militantes populares e intelectuales progresistas. 6 6 El colmo de las justificaciones difundidas por el espectro K presenta a la corrupción como una necesidad del desafío a los poderosos.

Esta tesis proclama que los desfalcos constituyen un ingrediente insoslayable de la construcción de un poder contrapuesto al establishment. Se supone que Cristina tuvo que aceptar esa desventura como un trago amargo de su propia epopeya. Pero en este caso no hubo tolerancia a estafas de los subordinados, sino un sistema de coimas que enriqueció a la jefatura. En lugar de un robo para la corona hubo sustracción para el propio bolsillo. Los justificadores desconocen, además, que la corrupción nunca confronta con los acaudalados. Al contrario, constituye una típica forma de ejercer la dominación. Salta a la vista que un funcionario estafador integra el bando de los saqueadores, cualquiera sea la camiseta que utilice para disfrazar esos fraudes.

El espectáculo de corrupción durante la década pasada genera desengaño entre los seguidores del kirchnerismo. Parte de ese desencanto se expresa en la pérdida de autoridad y capacidad de convocatoria de Cristina. Para la militancia es muy difícil digerir los millones de dólares que aparecen por todos lados. Este impacto se refleja en el vaivén anímico de los intelectuales K, que recibieron con euforia el regreso inicial de CFK y ahora afrontan una aguda depresión. Algunos suponen que ese dolor será transitorio, pero otros registran la diáspora de legisladores, gobernadores e intendentes del comando de Cristina. Lo importante no son esos acomodamientos, ni los debates bizantinos sobre el “fin del kirchnerismo”, sino comprender las razones y peculiaridades de los desfalcos recientes.

VARIEDADES DE CAPITALISMO

La corrupción es intrínseca al capitalismo y se alimenta de la estrecha relación que mantienen las clases dominantes con la alta burocracia. Los poderosos acumulan riquezas utilizando las garantías legales del estado y recurren también a la violación sistemática de esas normas. Un sistema basado en la competencia por maximizar el lucro potencia la codicia y empuja al enriquecimiento por cualquier medio. Esta identidad del capitalismo con la corrupción se verifica en la entidad más representativa delsistema: el FMI. Los tres últimos directores de ese organismo están acusados de incontables irregularidades. Rodrigo Rato carga con imputaciones por manejo ilegal de las tasas de interés, fraude fiscal, blanqueo de capitales y tráfico de influencias. Dominique Strauss-Kahn añade a esas anomalías el acoso sexual. Christine Lagarde es señalada por el fisco francés como inspiradora de una estafa multimillonaria.

Lejos de ser una perversión del Tercer Mundo, la corrupción es una gangrena en todas las economías desarrolladas. Las grandes empresas suelen dictar cátedra de transparencia, mediante la difusión de rankings nacionales de honorabilidad. Pero es evidente que el propósito de esas campañas es la captura de mercados en disputa. El circo de coimas que ha salido a flote en Argentina es la variante local de una enfermedad diseminada por todo el mundo. Ese flagelo asume contornos peculiares en cada país y momento. La corrupción de Macri sintoniza con los fraudes del neoliberalismo y los desfalcos de Kirchner con la cleptomanía que acompaña a la regulación neo-desarrollista. El primer caso es muy afín a la desregulación financiera y a los negociados que incentivan los paraísos fiscales. Todos los funcionarios off-shore del macrismo son activos promotores del des-financiamiento del estado. Buscan aligerar la carga impositiva de las clases dominantes, para descargar todo el peso de la tributación sobre los trabajadores. 7 7 Macri retoma la vieja corrupción institucionalizada, tradicional y de guante blanco del establishment argentino. La Ceocracia que ubicó en todos los ministerios esquilma al estado como nunca.

El responsable oficial del área comercial comparte, por ejemplo, con los dueños de varios supermercados el mismo apellido Braun. Discute con ellos la fijación de precios en un clima de familia. El listado de funcionarios ubicados en los dos costados del mostrador es tan extenso, como ilustrativo de las estafas descaradas que administra el PRO. Ciertamente el kirchnerismo también favoreció a grandes conglomerados y garantizó las pingues ganancias de Rocca, Eurenkian o Britto. Pero otorgó retornos inusuales a muchos grupos recién llegados al saqueo de las cuentas públicas. Mediante ese capitalismo de amigos apuntaló una corrupción berreta de bolsos y joyas, enterrados en bóvedas y cuevas. Las groserías de estos ladronzuelos han sido el blanco fácil de la prensa.

Cada modelo exhibe personajes representativos de sus estafas. López es el símbolo de la corrupción K. Manejaba el dinero en efectivo para proteger su inestable fortuna de las previsibles adversidades. En cambio Melconian es el típico exponente de la inmoralidad macrista. Litigó junto a Griesa contra el estado argentino, para cobrar los bonos que adquirió durante el quebranto del 2001. Es un buitre premiado con la presidencia del Banco Nación, que declara un patrimonio millonario en el exterior. Aranguren es otro exponente de la misma especie. Comanda el ministerio de energía sin desprenderse de 16 millones de pesos en acciones de Shell. Favorece descaradamente a su compañía otorgándole 7 de las 8 licitaciones de compras de gas a Chile, a un precio superior al promedio del mercado. Ninguna acción contra la corrupción puede librarse sin denunciar los distintos modelos de fraude que imperan en el país. Todos son igualmente nefastos y congruentes con las adversidades que genera el capitalismo para las mayorías populares. En este terreno no rige ningún principio de mal menor.

No existen formas tolerables de corrupción del progresismo contrapuestas a las modalidades censurables del establishment. Es tan nocivo justificar a Cristina, como demonizarla para apañar a Mauricio. La izquierda acumula, en este campo, una autoridad moral que ninguno de sus adversarios puede exhibir. Las organizaciones de ese signo se auto-financian y sus dirigentes cobran sueldos semejantes a cualquier trabajador. Estas normas de honestidad están incorporadas a una cultura militante, muy alejada de la codicia imperante entre los servidores del capital. La batalla contra la corrupción exige esa ejemplaridad y un compromiso persistente de lucha contra el capitalismo.

Fuente: http://katz.lahaine.org/b2-img/DOSMODELOSDECORRUPCIN.pdf

Imagen tomada de: https://politikaucab.files.wordpress.com/2016/04/corrupcio.gif

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Las soledades posmodernas y las redes de amor

Por Coral Herrera Gómez

La soledad es una invención moderna.

En el siglo XXI nos juntamos de dos en dos, mejor si es heterosexualmente. Nos unimos en dúos para convivir y para crear familias (o no), en estructuras de dependencia mutua. Dependencia sentimental y económica, dependencia social y afectiva. Cuando estamos sin pareja decimos que estamos solos, pero la soledad es una invención moderna que afecta a los habitantes de las ciudades, lugares donde todos somos personas anónimas y donde nos comportamos como si no tuviéramos nada que ver unos con otros.

Antes la gente vivía en grandes estructuras familiares, en casas amplias donde convivían varias generaciones y parientes sin la misma sangre. La soledad nació en el seno del Romanticismo trágico del XIX, cuando se impuso el individualismo y la gente se encerró en sus nidos de amor para dúos diferentes pero complementarios. Las  calles y las plazas se vaciaron y cada uno miró para lo suyo.

El budismo con su filosofía del desapego no entiende, sin embargo, la soledad como una tragedia: nacemos solos y morimos solos, y los demás nos acompañan en determinadas etapas del camino. En Occidente, sin embargo, la soledad es la gran enfermedad de los posmodernos. Fromm hablaba de la Era de la soledad, de la época en la que necesitamos emociones intensas, necesitamos comunicarnos y compartir, y sin embargo lo hacemos solos desde casa, apretando el dedo sobre las teclas de una realidad virtual.

El derrumbe de las redes de solidaridad en la posmodernidad nos han dejado a todos más solos y solas, especialmente los que no tienen a alguien cerca para compartir su soledad. En lugar de crear nuevas redes, Coca Cola nos dice que en pareja se vive mejor. Por eso buscamos a nuestra “media naranja”, alguien que llene nuestra soledad, que nos acompañe siempre, que no nos abandone.

En un mundo organizado económica, afectiva y socialmente en parejas, la soledad es signo de que algo no va bien. Algunas soledades son elegidas, otras impuestas, pero son pocas las personas que disfrutan del aislamiento. La soledad “obligatoria” nos baja la autoestima, nos produce tristeza, desesperación, miedo, y nos margina socialmente porque vivimos en un mundo de parejas.

Nuestra cultura sigue promocionando el individualismo, el miedo al otro, la desconfianza a los espacios públicos, la xenofobia contra los que vienen de fuera. Pero a la vez nos anima a buscar la felicidad en el amor hacia una sola persona.

Dedicamos demasiado tiempo y recursos en encontrar a la persona ideal, y luego nos encerramos en burbujas de amor, algunos incluso abandonan su vida social. Las separaciones y los divorcios son más duros cuando nos hemos aislado con la pareja; al romper nos quedamos con grandes vacíos, nos sentimos solos “de verdad”. Las parejas de alrededor se vuelcan contigo si eres la víctima, o te alejan si te consideran culpable del divorcio. Nuestras estructuras familiares y sociales caen porque todos los círculos están llenos de parejas. Uno solo desentona y desequilibra la armonía del “dúo”.

Por eso mucha gente busca compañía a cualquier precio y se angustia. Mujeres y hombres cuya pasión absoluta es el amor, la conquista, el sentirse querido, querer al otro, pelearse, reconciliarse. Hay gente a la que se le nota a kilómetros que se encuentra sola y necesita pareja. Gente que necesita ser amada, sentirse acompañada y protegida. Gente que mendiga el amor y se victimiza para parecer más indefensa. Gente que se infantiliza para crear ternura. Gente que se disfraza y se opera el cuerpo para obtener el triunfo social de tener un hombre o una mujer a su lado. Gente que se siente cómoda en la división de roles de género, gente que se encierra en la pareja con candado y echa la llave al Sena en París.

Pese a esta necesidad de “amarrar” al otro, nos atraen de las personas su libertad, su energía,  su poder.  Amamos a las personas en la medida en que son libres; lo curioso es que cuando nos juntamos, tendemos a querer domesticar esa libertad, apoderarnos de ella, aferrarnos con dulzura o desesperación al otro para que no escape de nuestro lado.

La primera herramienta de la que disponemos para fijar las relaciones es la palabra. Cuando el otro me reconoce como compañera o compañero, cuando les decimos a los demás que tenemos una relación, cuando comunicamos nuestro nuevo estado, es cuando sentimos que tenemos pareja. Necesitamos definir las relaciones para sentir que son, que existen. Y además nos comprometemos en público para expresar nuestro deseo de permanecer junto al otro, construir una historia común.

Otros en cambio tienen verdadero terror a la definición y huyen espantados/as cuando oyen palabras que tienen que ver con esa pretensión muy humana de definir y clasificar las cosas, las situaciones, los romances. Necesitan sentirse libres para moverse por el espacio, se horrirzan con las estructuras románticas que suponen rendir cuentas constantemente de donde y con quién estamos. Estas estructuras son más o menos abiertas, más o menos flexibles, pero algunas aprietan demasiado porque están basadas en el control de la otra persona, en la vigilancia de su libertad de movimientos, en el egoísmo y el miedo. Las estructuras más terribles son las que se crean desde los celos, y a menudo significan, para poder permanecer en ellas, chantajes emocionales, llantos y peleas, preguntas y reproches sin fin. Es normal, pues que muchos y muchas defiendan su libertad a capa y espada cuando las estructuras de relación están basadas en luchas de poder y control sobre el otro.

En nuestra época posmoderna, la principal contradicción es, por un lado, el miedo a la soledad y la necesidad de que alguien nos asegure que va a estar con nosotros (firmando contratos matrimoniales si es preciso),  y por otro, una defensa a ultranza de la libertad personal y los espacios propios. Quizás por eso nos divorciamos tanto, y por eso mismo también firmamos hipotecas que nos atan durante más tiempo del que vamos a vivir.

En el caso de las mujeres y los hombres jóvenes, creo que estamos sumidos en la contradicción entre la necesidad de libertad y la necesidad de afecto. Tenemos miedo a la soledad total, pero no queremos atarnos de por vida. Las estructuras de nuestros padres no nos sirven, y por eso estamos probando otras formas de relacionarnos, más flexibles, más cambiantes. A veces buscamos pareja, otras veces buscamos no tenerla; a veces soñamos con príncipes azules, otras veces el principio de realidad se impone y queremos a la gente tal y como es. Nos separamos, nos juntamos, nos chocamos, nos fusionamos, y todo sucede bajo una intensidad y una velocidad que asusta a nuestros abuelos y abuelas.

A pesar de que en el imaginario colectivo la soledad es sinónimo de horror y vacío, la realidad es que a todos nos gusta estar solos de vez en cuando, porque la soledad es un lugar tranquilo en el que nos encontramos con nosotros y nosotras mismas. En ella solemos trabajar nuestras emociones, planear nuestra vida, soñar con retos nuevos, perdernos en los recuerdos, profundizar en ideas que nos vinieron en medio de la vorágine, analizar un acontecimiento reciente, imaginar una conversación, cuestionar la realidad, construir proyectos.

En soledad podemos hacer autocrítica, descubrir por qué nos comportamos de un modo u otro, soñar con un mundo mejor, analizar nuestros sentimientos o perdernos en nuestras fantasías. La soledad es necesaria para la gente que tiene una o varias grandes pasiones. Disfruta de la soledad la gente practica deportes, o la gente que se dedica a crear (escritoras, escultores, bailarines, pintores, videoartistas, diseñadores, cineastas, dibujantes, poetas, cantantes, músicos, coreógrafos, escenógrafos, editoras, artesanas). Disfrutan de la soledad los amantes de los museos, los que aman la lectura,  las viajeras que caminan, los locos del ajedrez o las damas, los coleccionistas de cualquier cosa, los buscadores de setas, los frikis del mundo de los videojuegos, las artes marciales, el Yoga, el Reiki, o la meditación trascendental.

Hay parejas que no toleran las pasiones del otro, hay parejas que las comparten y conservan las suyas propias. Lo que es obvio, según mi punto de vista, es que la pareja no es la solución para la soledad y que todos necesitamos espacios compartidos y espacios propios.  

La soledad depende mucho de cómo nos relacionamos y tejemos redes sociales y afectivas a nuestro alrededor. Por eso si nutrimos con cariño nuestras amistades es más difícil que nos sintamos solos o solos.  Creo que es más difícil sentir la soledad para los activistas que trabajan en colectividad por los derechos humanos, la ciudadanía que se integra en movimientos sociales o políticos, la gente que se une a colectivos espirituales o religiosos, a grupos literarios, a grupos de música o baile, de consumo responsable, de cocina vegetariana, ciclismo urbano, o cooperativas agroecológicas.

Tenemos que trabajar  para cambiar esta sociedad individualista, al fin y al cabo, somos animales gregarios que necesitamos compañía. Sobrevivimos como especie gracias a nuestra capacidad para trabajar en equipo y para construir relaciones bonitas basadas en la cooperación y la ayuda mutua. Si ampliamos nuestros círculos de amistad, si trabajamos en equipo para lograr objetivos comunes y solidarizarnos con los demás,  la vida es menos dura, y tiene más sentido.  Todos necesitamos sentirnos útiles, sentirnos reconocidos por nuestros aportes a la comunidad. Todos necesitamos abrazos, besos, gestos de simpatía y de cariño. Todos necesitamos, en definitiva, querer y sentirnos queridos.

Para evitar las relaciones basadas en la necesidad, la dependencia o el miedo a la soledad, creo que lo importante es fortalecer y mimar nuestras redes sociales. Antes que buscar salvaciones individuales, creo que deberíamos emplear nuestro tiempo y energías en la gente que tenemos alrededor:  vecinos, compañeras de trabajo, amigos, familiares…

Diversificar afectos, querernos mejor, relacionarnos con ternura y empatía, ayudarnos mutuamente, trabajar por el bien común nos ayudará a construir comunidades menos individualistas y más solidarias.

Fuente: http://haikita.blogspot.com/2013/06/las-soledades-posmodernas-y-las-redes.html

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