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La CNTE: maximalismo o negociación

Por: Gilberto Guevara Niebla

Existe una confusión no aclarada respecto a los fines que persigue el movimiento que encabeza la CNTE. ¿Quiere eliminar todas las medidas tomadas desde 2012 en el campo de la educación obligatoria? ¿O quiere solamente suprimir el sistema de evaluaciones de los docentes?

Si se trata de lo segundo: eliminar las evaluaciones docentes, se plantea un conflicto real entre sus aspiraciones y el interés de la sociedad que claramente apoya la evaluación periódica de los docentes (en 91.4 por ciento, según la Cesop, junio 2016).

¿Se quiere realmente echar abajo todas las medidas y acciones que han tomado las autoridades educativas desde 2012 a la fecha?

La reforma comprende muchos elementos: la centralidad de la escuela, el nuevo currículum, el programa de escuelas de tiempo completo, la reforma de la formación inicial, el sistema de asistencia técnica a la escuela, el nuevo programa de becas, la política de impulsar la profesionalización de los docentes, el nuevo protagonismo pedagógico del supervisor, la nueva política de financiamiento, los nuevos programas de formación continua, la nueva política de reconocimiento a los docentes destacados, el programa de acceso a estímulos salariales, el programa Escuelas al Cien, etcétera.

¿Se quiere acabar con todo esto? Si es verdad, estamos ante un imperdonable fenómeno de oscurantismo —o ludismo. Si no es así, lo que la CNTE quiere realmente es eliminar solo el sistema de evaluaciones docentes. Si este es el caso, cabe preguntarse: ¿Quieren los líderes de la coordinadora eliminar las evaluaciones de docentes? ¿Se quiere borrar del sistema educativo mexicano cualquier modalidad de evaluación docente? Si se elimina el conjunto de las evaluaciones se estará regresando al viejo molde de gestión de la carrera docente donde privó la corrupción y la arbitrariedad. No todas las evaluaciones son iguales.

La evaluación de ingreso se ha realizado año con año sin problemas. Lo mismo las evaluaciones de promoción a puestos de dirección, supervisión, tutores y asesores técnico pedagógicos. Ambas han tenido aceptación general.

La molestia principal del magisterio gira en torno a la llamada evaluación del desempeño, una evaluación por la cual han de pasar, obligatoriamente, todos los docentes, al menos una vez cada cuatro años. La evaluación de desempeño se aplicó por primera vez en los días finales de noviembre y los iniciales de diciembre de 2015.inee

Fue un primer ejercicio, sin precedente alguno. Hubo en su realización fallas de orden logístico y tropiezos de orden práctico, administrativo, que suscitaron a veces mucha molestia entre los concursantes. Por añadidura, la evaluación de desempeño fue perturbada por la violencia de la coordinadora y las acciones de sabotaje que perpetraron tanto los seguidores de la CNTE como algunos líderes menores del SNTE.

La formulación maximalista es un juego de todo o nada y de rechazo a soluciones parciales. Esta rigidez —aunque parezca lo contrario— es el verdadero punto débil de la coordinadora. Para todos es evidente que una solución parcial es razonable, sin embargo, un desenlace semejante es difícil de asumir por un movimiento que nació asociado a una postura radical y que tiene problemas para disminuir su velocidad o detenerse. De no flexibilizarse, estará en peligro de diluirse.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-cnte-maximalismo-o-negociacion/

Imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2015/06/cnte-5junio2-e1433548725759.jpg

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El duro camino de la innovación Eductiva

Por. Esteban Gabriel Santana

CAMBIAR LA EDUCACIÓN

Cuando el profesorado asiste a un congreso, ponencia o taller educativo sobre innovación,  la sangre nos fluye por las venas como si fuéramos adolescentes recién enamorados, y sin dilación tratamos de cambiar la educación tradicional y apegada al libro de texto y a los contenidos tan arraigada en nuestra sociedad, por otra más innovadora, que atienda a los distintos talentos del alumnado, que le ayude a pensar de manera crítica, que fomente la creatividad, que cambie el ambiente de aula y los métodos de trabajo. Cuántas veces no nos hemos quedado maravillados con ponencias o congresos sobre metodologías emergentes que a la semana o al mes ya se han “diluido” y no queda más que como un recuerdo. Pero,

¿Por qué es tan difícil la innovación educativa?

Ésta es una de las principales preocupaciones  de muchos profesionales de nuestros centros educativos. Pero en todos ellos hay una coincidencia: “el principal problema es el tiempo”. Una buena ponencia, charla, taller, etc., necesita tiempo para la información y para la formación pero también necesita tiempo para la implementación. La “responsabilidad”  de la innovación en las aulas “cae”en la jefatura de estudios, líder pedagógico del centro, pero que está en muchas ocasiones tan saturada por la burocracia y el papeleo, que no tiene tiempo literal para encargarse de su principal competencia, el liderazgo pedagógico y el cambio educativo.

A lo largo de los últimos años hemos visto “morir” muchos proyectos innovadores en centros porque han quedado “difuminados”  por falta de tiempo para la coordinación y una buena implementación, acompañado claro está por unos espacios poco adecuados para el trabajo cooperativo y colaborativo, un ambiente de aula que provoca todo tipo de sentimientos menos ilusión, ganas, imaginación, etc.

¿Y SI SE VA EL DAP?

A mí me gustaría reivindicar desde estas líneas una figura que podría llevar este cambio adelante en la escuela. En Canarias tenemos desde hace varios años en los centros REDICE (‘red de centros por la innovación y la continuidad’) la figura del profesorado DAP (‘docente de actualización pedagógica’), que en docencia compartida trata de implementar toda aquella formación que recibe desde los centros del profesorado. Pero al DAP le pasa lo mismo que al jefe de estudios, tiene una serie de horas estipuladas en su horario para formación, para entrar en dos o tres grupos, y hacer lo que pueda, con ayuda del tutor claro está. Y hay experiencias muy bonitas que se están desarrollando y las hemos visto en Jornadas de Buenas Prácticas, pero… ¿y si se va el DAP? ¿Qué ocurre en el centro? ¿El DAP se ha preocupado de llegar al resto del profesorado utilizando los planes de formación, las CCP o los claustros para formar a sus compañeros? ¿Es un proyecto del DAP o un proyecto del centro? Son muchas cuestiones que a veces se quedan en el aire y que no se valoran porque el propio sistema nos lleva a que el cambio y la innovación se vaya “diluyendo” en el camino.

MENTOR DOCENTE

En los centros debería crearse una figura que es el mentor, un docente experimentado miembro del claustro y que debería ser el responsable de la innovación del centro, en coordinación con la jefatura de estudios, el DAP si lo tuviera, el equipo de orientación y las asesorías de referencia de los centros del profesorado. Consuelo Vélaz de Medrano Ureta, Catedrática en Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) habla en el estudio COMPETENCIAS DEL PROFESOR-MENTOR PARA EL ACOMPAÑAMIENTO AL PROFESORADO PRINCIPIANTE sobre la mentoría, figura que según ella consiste en un proceso de acompañamiento en la tarea y la integración en el grupo e institución de referencia, y no en la mera actuación del mentor con respecto al mentorizado.

Es una relación entre ambos, de reflexión compartida sobre problemas en los que ambos se ven inmersos e interpelados, un proceso de diálogo profesional en el que la mayor experiencia es el principal rasgo que configura el rol de mentor, aunque no solo la experiencia. Resalta un aspecto interesante Consuelo Vélaz y es que el mentorizado tiene un rol mucho mas activo, pues plantea los problemas que le preocupan, las necesidades que tiene, pero los límites del problema no están delimitados o definidos de antemano, ni tampoco su actividad sobre ellos. El mentor no evalúa, acompaña, guía en el proceso de la innovación y del cambio, de esos pequeños cambios que el profesorado va a ir introduciendo poco a poco en su aula y que van a hacer que el proceso de cambio innovador esté más sustentado, con buenos pilares, partiendo de la realidad del centro y del profesorado.

COMPETENCIA PROFESIONAL DOCENTE

Para Consuelo Vélaz un mentor sería aquél que conoce y regula sus propios procesos de construcción del conocimiento, tanto desde el punto de vista cognitivo como emocional, y puede hacer un uso estratégico de los mismos ajustándolos a las circunstancias específicas del problema o situación a la que se enfrenta. En consecuencia, ser competente profesionalmente consistiría en saber sobre (conocimientos); saber cómo intervenir (conjunto de habilidades y destrezas cognitivas, emocionales, sociales y procedimentales que permiten aplicar el conocimiento que se posee); saber relacionarse (disponer de habilidades sociolaborales); saber utilizar estratégicamente el conocimiento y perfeccionarse (disponer de competencias metacognitivas); y saber comportarse (ajuste a valores, principios, creencias y actitudes profesionalmente válidas y colectivamente aceptadas).

Si la educación funcionara como las empresas, a buen seguro que ya habría un mentor en cada centro o por distrito, ya que nos aseguraría un porcentaje de éxito mayor en la implementación de la innovación, y por supuesto que aumentaría el éxito escolar, pero sobre todo, tendríamos un guía preparado para acompañar al centro en el proceso de cambio. Podríamos terminar diciendo:

“Ponga un mentor en su centro”

si no quiere que el cambio educativo sea “flor de un día”

Fuente: http://ined21.com/duro-camino-la-innovacion-educativa/

Imagen: http://www.izaga.org/wp-content/uploads/2014/07/innovacion-educativa.jpg

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Formación en alternancia en la universidad

Por. Laia Mestres

La formación en alternancia tiene como objetivo favorecer la adquisición de las competencias profesionales a través de un proceso que combina empleo y formación. El trabajador compatibiliza el aprendizaje formal con la práctica profesional en el puesto de trabajo.

La utilidad de las prácticas es incuestionable. Las prácticas laborales son el primer contacto entre el alumnado y el mercado laboral, el encuentro que permitirá que los estudiantes adquieran las competencias necesarias para enfrentarse a los problemas reales de su profesión. Las prácticas adecuadas son las que vinculan los conocimientos teóricos impartidos en el aula, con el mercado laboral y las necesidades de las empresas.

¿Cuál es la situación de la formación en alternancia en nuestro país? ¿Debería aplicarse este sistema a la universidad? ¿Cómo son las experiencias piloto que se llevan a cabo? Los expertos opinan sobre el tema.

Ventajas de la formación en alternancia

La formación en alternancia es una metodología didáctica que combina periodos de tiempo en un centro formativo con estancias remuneradas en una empresa, desempeñando un puesto de trabajo. La finalidad de esta iniciativa es lograr la acreditación de la formación adaptada a la práctica concreta de un ámbito profesional.

En el Estado español, la formación en alternancia se enmarca dentro de la Formación Profesional para el Empleo, abarcando diversos tipos de contratación: 1) contratos de formación dirigidos a jóvenes de 16 a 25 años; 2) Formación en escuelas taller y casas de oficios dirigidas a jóvenes de 16 a 25 años; 3) Talleres de empleo para mayores de 25 años.1

Para Laura Rego, Coautora del artículo «La formación en alternancia en la universidad y en los ciclos formativos: aportaciones desde dos investigaciones realizadas en Galicia», una de las principales ventajas de la formación en alternancia es que, en general favorece la empleabilidad de los alumnos/as y futuros técnicos, dado que se incorporan al mundo profesional como parte de un proceso formativo integral, lo que condiciona y amplía sus posibilidades de inserción laboral futura.

Desde el punto de vista de la empresa, la formación en alternancia supone una posibilidad para la empresa de seleccionar personal cualificado y adaptado a la realidad de su entidad (formados en el propio puesto de trabajo). Este aspecto es de vital importancia si la empresa pretende basar su funcionamiento en la mejora de la productividad tomando la calidad y la cualificación profesional como referente.

En cuanto a las desventajas, los expertos destacan las dificultades en cuanto a la gestión y organización de los planes. El hecho de coordinar empresa, centro formativo, organizaciones sindicales, etc. además de administración pública, requiere una flexibilidad que no es fácil de obtener en el sistema educativo actual. Además, todavía no existen suficientes mecanismos de evaluación de resultados que puedan valorar la eficacia de las instituciones implicadas, el trabajo continuo del alumnado y el resultado obtenido.

¿Podemos aplicar la formación en alternancia a la universidad?

Actualmente, el contacto del alumnado universitario con la experiencia profesional se produce durante las prácticas curriculares establecidas en el plan de estudios y de carácter obligatorio. Desde 2014, el Real Decreto 592/2014 se regularon las prácticas extracurriculares, en el marco de los cambios introducidos por el Espacio Europeo de Educación Superior. Estas prácticas tienen carácter voluntario y el estudiante puede desarrollarlas una vez superado el 50% de los créditos de la titulación. La finalidad de ambas es semejante, pero en este caso no están vinculadas a ninguna asignatura y por tanto, no están sujetas a ningún número de convocatorias o calificación final.

En este contexto, ¿es viable aplicar un sistema de formación en alternancia en la universidad? Para Ángels Domingo, investigadora y consultora de la Unesco. Directora de la Plataforma Internacional Práctica Reflexiva y Directora Pedagógica del Instituto Escalae, a pesar del potencial formativo de la experiencia, sobradamente constatado, la formación en alternancia no se ha aplicado suficientemente debido a,por un lado, cierto desconocimiento por parte del cuerpo docente universitario de los fundamentos teóricos del aprendizaje experiencial, y por el otro, como consecuencia del primero, por la dificultad práctica del profesorado para gestionar sistemáticamente este recurso didáctico.

Para Laura Rego, es necesario analizar la situación basándonos en nuestro contexto formativo y laboral. Desde su punto de vista, la aplicación de los contratos de formación en alternancia al sistema universitario sería una decisión que habría que someter a una evaluación completa, tomando en consideración especialmente, si este tipo de contratos favorecen realmente la inserción laboral de los titulados/as universitarios en el contexto español, si el uso que se hace de ellos mayoritariamente se corresponde con esta finalidad o si por el contrario tenderían a precarizar aún más, la situación de los/as universitarios.

Precisamente, la precarización de los jóvenes y las dificultades de coordinación entre los diferentes agentes implicados son los aspectos que más preocupan a los expertos. Otro aspecto primordial es que las empresas deben convertirse en auténticos agentes formativos, para lo cual la cualificación técnica y pedagógica de los tutores es fundamental.

Notas el pie:

1.- Extraído del texto «Formación en alternancia con el empleo» de la Plataforma para la promoción y difusión de la Formación Profesional para el Empleo de la Confederación de Empresarios de Andalucía. http://infofpe.cea.es/fpe.php?section=c15

Fuente: http://www.educaweb.com/noticia/2016/01/13/formacion-alternancia-universidad-9207/

Imagen: http://www.revista-anales.es/web/n_23/img/s_6/imagen_1_1_grande.jpg

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Salud, dinero y cerebro: por qué vale la pena estudiar

Por. Fabricio Ballarini

La formación impacta en la calidad de vida de las personas y de los pueblos. La importancia de acortar las brechas de acceso.

¿Vale la pena estudiar una carrera en la universidad? Disparaba una nota hace un par de días bajo una chorrera de estadísticas que vinculan el grado de estudio y la chances de obtener trabajo. El artículo plantea algo que probablemente sea real, puede que la universidad no esté formando personas para los trabajos que se necesitan hoy o se necesitarán en el futuro. Ocurre que los cambios en los planes de estudio de las carreras universitarias son mucho más lentos que los cambios en la tecnología que afecta a la sociedad y al tipo de capacidades que debería tener un ciudadano que entra al mundo laboral. Será por eso que, en un intento por alcanzar las necesidades sociales, se crean nuevas universidades con nuevas carreras, pero esto, evidentemente no es suficiente. O sea, hay que tener una discusión sobre lo que se enseña en la universidad, de eso no tenemos dudas, pero de ahí a preguntarse si vale la pena estudiar una carrera universitaria (o desaconsejarlo, como una madre estadounidense a sus hijos en una carta que se viralizó) hay un trecho, probablemente tan largo como la muralla china o una manada de 400 elefantes tomados de sus colitas. El problema está en suponer que la educación solamente sirve para conseguir un trabajo. Quizás nos traten de jipis anticapitalistas, pero creemos que la educación va mucho más allá de lo laboral. Pero ¿hay evidencias para sostener esto? Bueno, veamos.

«Querido lector, tu formación educativa influye directamente en el tamaño del cerebro de tu hijo»

Si bien a simple vista la respuesta a si vale la pena estudiar parecería muy obvia, es saludable, en principio, entender que existen correlaciones que vinculan conceptos muy simples y específicos. Conceptos e ideas que si bien parecen lógicas y demasiado obvias, a veces pasan desapercibidas para una parte grande la humanidad. Es por ese motivo que es importante comprender y enseñar el por qué es importante estudiar.

Para comenzar este entramado educativo arrancaremos por uno de los conceptos más estudiados estadísticamente que dice “cuantos más años de estudios tenemos, mejor dicho, cuantos más años de educación tienen los individuos de los países, más ricos son esos países”. O lo que es igual pero más terrible, cuando menor es el acceso a la educación más pobres son los países. Seguramente muchos podrán argumentar que es una simple correlación y probablemente van a tener razón.

Pero qué pasa si a esta mera correlación le sumamos otra que dice que el grado de riqueza varía con la salud de los pueblos. Es lógico y también está muy estudiado, pero está bueno parar un segundo y deducir quemás educación es más riqueza y más riqueza es mejor salud, en ese u en otro orden, así que como mínimo estaría siendo muy copado el hecho de ponerse guardapolvo y aprender.

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Ahora bien, con esta información quizás podamos reformular la pregunta inicial y preguntarnos: ¿está bueno estudiar para vivir mejor? Si vivir mejor es tener más esperanza de vida, salud y dinero. Parecería que sí.

Entonces ¿tener dinero me acerca de alguna u otra forma una mejor calidad de vida? No necesariamente, pero existen evidencias científicas que confirman que poseer un mínimo de dinero nos proporciona la suficiente liberación de carga mental que es necesaria para tomar buenas decisiones. Cobrar un sueldo no solo puede aliviar tu situación financiera, sino también liberar un gasto de «energía mental» que puede ser empleada en resolver otros problemas que tienen que ver con inhibir impulsos que nos llevan a tomar malas decisiones una y otra vez. En otras palabras, cuando el bolsillo te urge y cada día tenés que apretar el cinturón un poco más, la demanda cognitiva por la supervivencia es tan elevada que le quita la posibilidad redistribuir parte de esa «energía o nafta» en resolver otras demandas cognitivas.

Si a esta altura del texto seguís dudando sobre la importancia de la educación te puedo contar que desde hace unos años la humanidad tiene la posibilidad de espiar cómo funciona el cerebro, gracias a un aparato llamado resonador magnético funcional. Este avance tecnológico además de generar miles de datos para mejorar el diagnóstico de enfermedades, nos permite empezar a comprender qué partes de nuestro cerebro son activadas ante determinados estímulos, situaciones o decisiones.

Esta tecnología, por ejemplo, les permite a los científicos medir la superficie de la corteza (o sea la parte externa de nuestro cerebro). Estructura que funcionaría como una posible área del cerebro a ser candidata como indicador sensible sobre las capacidades cognitivas. Es decir que más desarrollo cognitivo correlacionaría con el crecimiento de esta región periférica y fundamental de nuestro cerebro.

Mirá también: Así influye la música en la salud del cerebro

Fue así que a partir del uso de esta tecnología hace muy poco muchos neurocientíficos se preguntaron ¿qué tal si analizamos el nivel educativo de los padres y lo comparamos con el tamaño de las regiones relacionadas con el lenguaje, la lectura y las funciones ejecutivas (razonar, tomar de decisiones) de sus hijos? Quizás de esa forma podremos comprender por qué vale la pena estudiar.

La respuesta fue realmente bastante abrumadora. Cuando los padres no fueron a la universidad (tuvieron 12 años de educación formal) los científicos hallaron que sus hijos tenían la corteza cerebral más pequeña (aproximadamente 3 %) que los hijos de padres que sí habían ido. Así es querido lector, tu formación educativa influye directamente en el tamaño del cerebro de tu hijo.

Pero no termina ahí. Para sumar culpa al desarrollo cerebral de tus hijos, los investigadores hicieron la misma evaluación pero separando a los padres según los ingresos. De nuevo, encontraron una correlación entre el tamaño de la corteza y los recursos económicos. Esta vez, con diferencias cercanas al 6% cuando comparamos las cortezas de los hijos de familias pobres con las de las familias de clase media. Cuanto más pobre sos, más jíbaros son tus hijos. Terrible.

Pero entonces, ¿necesito ser rico para tener más capacidades cognitivas? Definitivamente no. Porque no se observan diferencias entre los cerebros de personas de recursos medios y altos. A partir de la clase media, tener más dinero no mejora tu cognición.

Entender que tener el cerebro más pequeño a causa de la marginalidad está vinculado directamente a déficits cognitivos es comprender una parte importante de la condena social. En simples palabras, justificar científicamente que las deficiencias económicas y sobre todo educativas producen un deterioro intelectual, por el que seguramente se perpetúe infinitamente la pobreza. Tomar malas decisiones, no tener la capacidad para comprender, no poder razonar correctamente o tener problemas de aprendizaje se asocia con los niveles terribles de desigualdad. Acotar esa brecha es brindar la posibilidad de poder crecer.

Por vos, por tu salud, por tu cerebro, por tus hijos, por un mundo mejor definitivamente VALE LA PENA ESTUDIAR.

Fuente: http://www.clarin.com/buena-vida/psico/Salud-dinero-cerebro-pena-estudiar_0_1624037607.html

Imagen:http://images.clarin.com/buena-vida/psico/menor-acceso-educacion-pobres-paises_CLAIMA20160801_0034_28.jpg

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Primero el pavimento

Por: Manuel Gil Antón

La maestra pregunta: “¿no hubiera sido mejor primero el nuevo modelo educativo y después la evaluación docente?”. El funcionario responde: “¡No estamos en Finlandia! Acá primero se pavimenta y después se mete el drenaje”. Impecable. El cartón de @patriciomonero, del que tomo este diálogo, acierta con la precisión que suelen tener los trazos inteligentes en el pequeño espacio para una ilustración. Implacable crítica, certera analogía y genial  fisonomía de los personajes.
modelo_educativoToca ahora a los que saben de pedagogía y desarrollo curricular, a los que han estudiado durante años la experiencia educativa y, sobre todo, a quienes la viven todos los días —las y los maestros— ponderar la coherencia, virtudes y defectos de los documentos que la SEP dio a conocer como propuesta del nuevo modelo educativo para México. Habrá que estar atentos.

En tanto transcurre la consulta, no está por demás señalar que, precisa y paradójicamente, en el momento de enunciar la iniciativa y llamar a la organización de foros para su discusión, la autoridad aportó el argumento más claro que desnuda la ausencia de guía educativa en la reforma que defendió como tal durante años. ¿Cuál fue el parámetro para examinar, calificar y clasificar a los docentes en distintos niveles, si el modelo previo, como dijo el secretario Nuño, ya no es adecuado para nuestros tiempos? ¿Cómo se valoró la planeación argumentada de una sesión de clase, si el proceder pedagógico mismo está siendo revisado al estimarlo inútil en la actualidad? Al parecer, no sólo se pavimentó antes de colocar los ductos subterráneos, sino que el trazo mismo de la vialidad, su orientación, se determinó sin un proyecto que le diese sentido.Monospat-1658

Malo si fue así, peor si no: en el primer caso, se trata de una incoherencia en los procedimientos y, como la forma es fondo, el fondo invalida la reforma; pero si el proyecto educativo ya existía y dirigió la pavimentación, entonces la consulta no va en serio. Es apariencia: demagogia con olor a naftalina. Ya veremos.

Sin horizonte educativo o con él, soterrado, los gerentes que mueven a México no tomaron la decisión de deshacer la madeja de beneficios políticos impresentables, acordados entre los gobiernos y los mandamases sindicales. Los mostraría como fueron, han sido y son: cómplices sin más. Montaron la mentira de ser víctimas de poderes fácticos (cuando el gobierno sin ética que padecemos, aunque pida, hipócrita, perdón, es el más poderoso y ruin de ellos), culparon al profesorado y mediante la mascarada de la evaluación, impusieron los ejes centrales de la reforma laboral que el neoliberalismo (como proyecto político, no como adjetivo hueco) requiere: destrozar lo colectivo e individualizar las relaciones de cada persona con su patrón: en este caso, entre la administración escolar y cada profesora y profesor (aislados), pugnando por aprobar “examinaciones” personales para conservar el empleo y, si la suerte está del buen lado, ganarse pesos extra además de una distinción que lo escinde de los otros: “soy destacado o excelente… no como tú, insatisfactorio. Aléjate”.

El barranco entre los procesos de evaluación y la práctica cotidiana es enorme. Avanzar no implica cambiar y mejorar lo que se hace día con día junto con otros, sino el porcentaje de aciertos de cada quien en complicados crucigramas: procesos que ponen a prueba la confluencia con la idea de instrucción de moda, y sus preceptos, que destrozan al hecho educativo nuevo y necesario.

El cambio es administrativo y laboral, sí, pero con fuerte impacto en la educación. La reforma no es educativa pero limita su posibilidad. Esa es, entonces y en el fondo, su orientación y sentido. Tal perversión es la que pavimentaron. Habrá que poner vereda, adoquines o piedra bola educativa para otro lado. Y pronto.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/primero-el-pavimento/

Imagen: http://static.animalpolitico.com/wp-content/uploads/2015/06/Acapulco_Evaluacion_Magisterial-1-1.jpg

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Más escuela, menos aula

La enseñanza se enfrenta a una nueva era de cambio acelerado y permanente. Los centros deben organizarse de forma diferente para adaptarse

Innovar es la respuesta adaptativa a un entorno cambiante, en sentido amplio y elemental. Suele decir Castells que no vivimos una época de cambio, sino un cambio de época, esto es, hacia un futuro enteramente distinto (en parte ya aquí, pero mal repartido, Gibson dixit). Yo veo otra vuelta de tuerca: no solo es un cambio de época, sino que entramos en una época de cambio; no vamos a un nuevo equilibrio estable, sino a una era transformacional, de cambio acelerado, permanente y multidireccional, con implicaciones profundas para la educación.

En el mundo escolar esto se manifiesta en cómo cambian en pocos años el público y el entorno de un centro y el propio centro; en cómo se diversifican por ello los centros, aun siendo en principio iguales (en particular los públicos), incluso vecinos, tanto entre sí como internamente; en cómo cambia el ecosistema de los medios de información, comunicación y aprendizaje que concurren y compiten con la enseñanza.

Este contexto en ebullición supone que el educador no puede trasladar sin más lo aprendido en su formación inicial, lo observado en otro contexto o lo practicado con anterioridad a la práctica en curso, sino que precisa innovar, si bien esto consiste básicamente en recombinar elementos de su bagaje profesional, de la experiencia propia y ajena y de ámbitos no escolares. Educar es hoy, y será cada vez más, innovar sobre el terreno, a no confundir ni con inventar desde cero en el nicho ni con la esperada reforma desde arriba.

Pero la innovación, además de ser posible y necesaria, ha de parecerlo, y casi todo conspira para que no lo haga. A diferencia de la gran prensa que pierde lectores, las empresas que luchan por la clientela o los partidos que ven desertar a sus votantes, la escuela tiene un público cautivo, retenido por la obligatoriedad y, antes y más allá de esta, por la delegación familiar de la custodia y el credencialismo del mercado de trabajo. En otras palabras, apenas hayfeedback, nada que indique a la institución y la profesión qué poco público tendrían si solo dependiese de su eficacia o su atractivo.

Únanse a esto la formación parca del maestro e inespecífica del profesor de secundaria, la ranciedumbre de las facultades de Educación, el aislamiento del trabajo en el aula, la opacidad de los centros y la asfixiante carga paleopolítica del debate educativo, y se entenderá tanto conservadurismo y tanta inercia pese a la urgencia y la importancia del cambio. Pero el cambio vendrá: la cuestión es cómo, de dónde, a qué coste (social, cultural e institucional, más que económico) y cuándo (para cuántas cohortes llegará tarde). Un provocativo John Hennessy, presidente de la Universidad de Stanford, de las que menos temen al futuro, dijo: “Se acerca un tsunami. No puedo decir con exactitud cómo va a estallar, pero mi intención es intentar navegarlo, no esperarlo ahí parado”.

El cambio vendrá: la cuestión es cuándo, cómo, de dónde, a qué coste (social, cultural, institucional y económico)

Sin duda lo que llama con más fuerza a las puertas de la escuela es la tecnología. Infancia, adolescencia y juventud viven ya de forma cotidiana con ella, los empleos que esperan y los que vendrán requieren competencias digitales, las compañías tecnológicas despliegan su oferta y las editoriales escolares renuevan la suya; last but not least, una porción relevante del profesorado capta la necesidad y la oportunidad y apuesta fuerte por la innovación.

No son solo aparatos y conductos (hardware), ni datos y algoritmos (software),sino tanto o más las nuevas relaciones de comunicación y aprendizaje que se levantan sobre ellos, opuestas a las viejas relaciones pedagógicas escolares: superación de límites espacio-temporales, adaptación a ritmos y estilos personales de aprendizaje, cooperación irrestricta entre iguales, interactividad incorporada a dispositivos y aplicaciones, retroalimentación inmediata de datos y analíticas sobre el aprendizaje mismo… Un entorno bullicioso y fascinante que hace aparecer a la escuela, parafraseando a Marx, como “la tradición de todas las generaciones muertas [que] oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos”.

No va a ser fácil, pues innovar en la escuela no es como hacerlo en la agricultura o la industria. La docencia entraña una elevada porción del tipo de conocimiento que Polanyi llamó tácito y Hippel pegajoso. Tácito, o muy difícil de formalizar, lo que impide transmitirlo en una facultad o con un libro (como montar en bicicleta, algo que todos saben hacer pero no explicar, que todos aprenden sin que nadie estudie). Pegajoso (sticky) porque es difícil separarlo del terreno en que se crea y aplica y se ha de transmitir y adquirir en la colaboración profesional o maestro-aprendiz. Por ello, aunque la presión venga de fuera y actores como universidades, editores, tecnológicas, administraciones y otros deban y puedan aportar, el proceso será de innovación distribuida y difusión horizontal.

La innovación distribuida supone que cada docente, equipo, centro o red de centros harán su propia innovación, aprendiendo unos de otros y ajustando y modificando lo aprendido, en ningún caso importando, trasladando o generalizando fórmulas comunes, llámense buenas prácticas, prácticas de éxito, educación basada en la evidencia o cualquier otro eufemismo. Nótese que no sólo son distintos los contextos y momentos, sino también los actores, como lo son las capacidades y limitaciones de cada profesor, equipo, claustro o comunidad. Supone que no vendrá solo del profesor, ni de la dirección, sino de ambos, así como de grupos intermedios o de otros actores implicados y colaboradores presentes en la comunidad y ajenos al núcleo profesional.

Una visión equivocada de la profesión ha restringido la presencia en el centro a poco más que las horas lectivas

En cuanto a la difusión horizontal, requiere condiciones hoy muy deterioradas. La primera, un contacto fluido y suficiente entre los educadores, lo que no sucede de un aula a otra ni en el breve recreo. Una visión equivocada de la profesión ha restringido la presencia en el centro a poco más que las horas lectivas, convirtiendo la docencia en un trabajo reducible por todos y reducido por muchos a empleo a tiempo parcial (pagado a tiempo completo), y ha eliminado los tiempos y espacios de contacto no planificado — dinamitando de paso la posibilidad de dedicar más tiempo a los alumnos en riesgo—. La solución no es compleja, aunque sí complicada: la jornada (horario y calendario) laboral debe transcurrir en el centro; eso sí, con el equipamiento adecuado y la flexibilidad necesaria, con independencia de que se pueda reducir la carga lectiva. Fuera del centro, administraciones, organizaciones profesionales, empresas proveedoras y otros actores como las fundaciones deben potenciar la horizontalidad a través de encuentros presenciales y redes virtuales.

Es importante considerar que educar no es ya cosa de un docente con un grupo discente, ni siquiera en primaria, donde de un tercio a la mitad del tiempo del alumno no discurre con su maestro-tutor, sino con especialistas, apoyos, monitores, cuidadores y otros, sin contar con que cada año o cada dos cambia de profesor principal, ni con bajas y traslados. Fuera de individuos carismáticos, pequeñas variantes y experiencias efímeras, una educación eficaz, un proyecto consistente o un proceso innovador requieren la escala de centro. Y a veces más: redes de centros que permiten ampliar experiencias, distribuir la experimentación y alcanzar economías de escala.

También, dentro del centro, se beneficia de la agrupación de aulas y la colaboración entre profesores, como en los bien conocidos proyectos interdisciplinares o en la fusión de grupos con un solo docente en grupos más amplios con equipos de dos o tres. La escala de centro, en fin, ampara mejor la innovación individual, al reducir (y aceptar) el riesgo de error e intensificar elfeedback.

Toda organización, como estructura estable al servicio de un fin, tiende a ser conservadora; un centro escolar más, por su función de reproducción cultural, su base en la conscripción obligatoria, la incertidumbre de sus resultados y la asimetría entre profesión y público (a mediados del pasado siglo, P. Mort estimaba para la escuela típica 25 años de retraso en la adopción de buenas prácticas ya establecidas). La innovación necesita el impulso y liderazgo de la dirección y la cooperación de los profesores, pero en la escuela pública (dos tercios del alumnado), la primera tiene pocas competencias que no sean administrativas, el claustro vive atomizado y el funcionario puede desentenderse de todo. Estos problemas no existen en los centros privados, lo que, unido a la necesidad de seducir a su público y a la frecuencia con que son parte de redes más amplias, empresariales o religiosas, les dará, guste o no, una ventaja sustancial en los próximos años.

Algunos problemas no existen en los centros privados y esto les dará una ventaja sustancial en los próximos años

Es justamente la organización lo que ha de cambiar. Lo que cuenta no es el contenido sino las relaciones: entre los alumnos y con los profesores, con contenidos y materiales, con el entorno, la organización de espacio y tiempo… Si se tratara del contenido se resolvería con buenos libros o buenos vídeos. El problema es que los centros son poco más que montones de aulas apiladas y, mientras que estas carecen de futuro (son el residuo de la escuela-fábrica y el profesor-grifo), aquellos, que seguirán y crecerán porque no hay mejor lugar fuera de la familia para los menores, no logran reinventar el suyo. Pero ese es el camino: más escuela y menos aula.

Mariano Fernández-Enguita es sociólogo, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, donde coordina el Doctorado de Educación. Es autor de La educación en la encrucijada (Fundación Santillana). www.enguita.info.

Tomado de: http://politica.elpais.com/politica/2016/05/26/actualidad/1464258460_668916.html

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¿Cuánto tiempo más habrá que esperar?

Agosto  del 2016/ Artículo/www.ecologistasenaccion.org/

El informe titulado ¿Cuánto tiempo más habrá que esperar? [1] repasa los diez últimos años de compromisos internacionales para la conservación de la biodiversidad en las aguas profundas. Dicho informe refleja avances significativos en nuestra capacidad de evitar el daño que producían las prácticas pesqueras destructivas a lo largo de la última década, pero llega a la conclusión de que la aplicación de las resoluciones históricas de la Asamblea General de las Naciones Unidas se queda corta y deja amplias zonas del océano desprotegidas frente a la destrucción causada por la pesca de arrastre.

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El análisis realizado por la Deep Sea Conservation CoalitionVentana nueva (DSCC), en la que participa Ecologistas en Acción, se ha compartido con científicos del Congreso Internacional de Conservación Marina (International Marine Conservation Congress) celebrado en Canadá esta semana. Su publicación coincide con la Revisión formal sobre el progreso en la aplicación de las resoluciones de Naciones Unidas 59/25 (2004), 61/105 (2006), 64/72 (2009) y 66/68 (2011) de la Asamblea General en Nueva York los días 1 y 2 de agosto. Estas Resoluciones cuentan con una serie de acciones concretas que comprometen a las naciones que realizan actividades de pesca en alta mar a evitar dañar los ecosistemas marinos.

El informe, que ofrece un análisis detallado por regiones de las acciones requeridas y de las adoptadas por los Estados, destaca una serie de importantes acontecimientos que, sin lugar a dudas, se han producido gracias a las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas. Se incluirían en este apartado los tres nuevos acuerdos que establecen la creación de organizaciones regionales de ordenación de la pesca (OROP) con la tarea de gestionar las pesquerías en aguas profundas en el Pacífico Norte, Pacífico Sur y en el sur del océano Índico, así como las medidas adoptadas por algunas de estas organizaciones para restringir el uso de algunos aparejos de pesca de fondo especialmente destructivos y/o proteger los ecosistemas marinos vulnerables.

Sin embargo, el análisis también demuestra que existen zonas muy significativas donde los requisitos de las Resoluciones siguen sin cumplirse parcial o totalmente, dejando grandes zonas del océano sin proteger. La mayoría de las evaluaciones de impacto que se han llevado a cabo en las pesquerías de aguas profundas en alta mar no cumplen con los criterios establecidos por la FAO, y no se han llevado a cabo evaluaciones de impacto acumulativas en ninguna región. Es posible realizar pesca de arrastre en zonas donde hay ecosistemas marinos vulnerables, y este tipo de pesca sigue siendo el más utilizado en la pesca de aguas profundas en alta mar. Todo ello a pesar de las preocupaciones manifestadas una y otra vez por la comunidad científica y que hacen referencia al impacto destructivo de estas prácticas en las especies, los ecosistemas, la biodiversidad y, más recientemente, la capacidad de estas especies y ecosistemas sedimentarios de retener y almacenar carbono.

Matthew Gianni, principal autor del informe, afirmó: “se ha progresado en la protección de los ecosistemas de aguas profundas frente a los impactos de la pesca, pero todavía queda mucho por hacer. Hace diez años que se adoptó la primera de las resoluciones históricas de las Naciones Unidas y ocho años que la ONU instó a los Estados y a las organizaciones regionales de ordenación de la pesca (OROP) a que adoptasen y aplicasen las medidas incluidas en dichas resoluciones o a prohibir la pesca de arrastre en aguas profundas de alta mar. Sin embargo, también decimos “no se rindan”, porque tenemos que realizar este trabajo. En la mayoría de los casos, los problemas a la hora de aplicar totalmente estas medidas se deben a que no existe la voluntad política necesaria para aplicar el enfoque conservador requerido por la legislación internacional en la gestión de las pesquerías de aguas profundas frente a la incertidumbre científica. Todos reconocemos que las aguas profundas son un territorio que todavía no se ha estudiado suficientemente pero son una reserva global de biodiversidad y es importante que protejamos los océanos ante esta destrucción innecesaria.

El informe hace una serie de recomendaciones a los Estados y a las OROP, como, por ejemplo, prestar más atención a las evaluaciones de impacto y adoptar un enfoque más cuidadoso en el caso de los ecosistemas marinos vulnerables donde no se han tomado las medidas de protección necesarias.

Según Susanna Fuller, coautora del informe y miembro del Ecology Action Centre, “en la revisión de las acciones adoptadas para proteger los ecosistemas y las pesquerías de aguas profundas de los impactos de la pesca, abogaremos por el compromiso de los Estados para que apliquen totalmente estas resoluciones y establezcan límites claros para el trabajo y su finalización.”

Duncan Currie, asesor jurídico de DSCC y coautor del informe, añade: “todos los Estados, independientemente de que pesquen en alta mar, deben desempeñar un papel importante para garantizar que las Resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas se aplican totalmente, ya que dichas resoluciones representan los intereses de la comunidad internacional en general. Instamos a los delegados a que demuestren que siguen preocupándose por aplicar estas Resoluciones y que están comprometidos con otra Revisión. Pase lo que pase en Nueva York esta semana, necesitamos un acuerdo para acabar con el daño que se está causando a los ecosistemas marinos vulnerables en aguas profundas.”

 

 

 

Fuente http://www.ecologistasenaccion.org/article29765.html

fuente imagen . http://3.bp.blogspot.com/-5EK1oA5tbKs/VfLZ_pC65hI/AAAAAAAAC9o/HF86i_PhBSU/s1600/reloj.jpg

 

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