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Los puentes de la Educación Media

Por: Jesús Montero Tirado

En la Ley General de Educación (1264/98, Artículo 37) los estudiantes de la Educación Media tienen dos alternativas principales: la Formación Profesional Media y la Educación Media Bachillerato; en ambas alternativas el estudiante puede elegir varias modalidades. El estudiante que acaba sus estudios en ese nivel tiene ante sí diversos puentes de salida. El más simple es el de los que deciden abandonar ahí los estudios y pasar por el puente de cauce seco directamente a iniciar su vida fuera del ámbito académico, entrando ya al espacio de la vida ciudadana. Otro puente es el de la Formación Profesional Media, que pasa a los estudiantes al mundo del trabajo. Y el tercer puente es el de final de bachillerato, que los pone en las puertas de la Educación Superior en Universidades o Institutos Superiores o más sencillo en las puertas de los Institutos Técnicos de Tercer Nivel.

Desgraciadamente el puente más ancho y corto, por el que más estudiantes pasan, es el de los que abandonan los estudios antes de iniciar o de acabar la educación media. Son más del sesenta por ciento de los que iniciaron el primer grado de educación escolar. Por contraste, el puente de los técnicos profesionales de nivel medio lo cruzan muy pocos, porque esta alternativa de la Educación Media está subdesarrollada, poco definida, prácticamente olvidada. Y el puente de los que acaban el bachillerato lo cruzan alrededor del treinta por ciento. De ellos algunos eligen la ruta que les lleva a las universidades e institutos superiores y otros se quedan ya en la ciudadanía equipados solamente con el bachillerato. Golpean las puertas de las empresas y según los empresarios no están preparados para trabajar, no han desarrollado las competencias básicas para confiarles trabajo.

Los bachilleres que eligen entrar en las instituciones educativas de Educación Superior, según los responsables de las universidades e institutos superiores llegan mal o poco equipados, no están preparados para enfrentar los desafíos que provocan hoy las carreras de formación profesional superior y las exigencias de la investigación científica. Algunos rectores o directores, decanos y profesores afirman que muchos estudiantes llegan sin capacidad de lectura comprensiva y menos aún de redacción con ortografía y sintaxis necesarias para comunicarse por escrito.

Cuando los legisladores sancionaron en el 2013 la ley 4995 de Educación Superior, así como cuando el Presidente la promulgó, parece que pensaban que el puente entre el bachillerato y las Universidades e Institutos Superiores está roto, porque en el artículo 9 de dicha ley, le encargan al Consejo Nacional de Educación Superior (CONES) que arregle esa transición. Y efectivamente el puente está roto. Las instituciones y educadores de bachillerato no preparan suficientemente para entrar y permanecer hasta el final en la Educación Superior. ¿Por qué?

Porque la planificación de los diseños curriculares y los sistemas de evaluación de la Educación Media y la Educación Superior se deciden sin diálogo ni coordinación entre los responsables de ambos niveles de Educación. Nadie duda hoy que el actual diseño curricular de la Educación Media es insostenible. Cuando se planificó la reforma de este nivel, los miembros del Consejo Nacional de Educación y Cultura (CONEC) dijimos y publicamos documentos y libros expresando nuestro desacuerdo con el plan propuesto y aprobado para el bachillerato; después cuando en el 2011 se elaboró la “Resignificación de la Educación Media” volvimos a manifestar nuestro desacuerdo con lo presentado, pero una vez más las políticas propuestas por el CONEC, como antes sucedió con el Consejo Asesor de la Reforma Educativa (CARE), no fueron atendidas.

Mientras se arregla el puente no faltan los corruptos que aprovechan la situación de muchos estudiantes, que no tienen capacidad intelectual ni académica para enfrentar las exigencias de las instituciones serias, a quienes se les ofrecen en instituciones “garaje” títulos de carreras profesionales a cambio solamente de cuotas y parodias de clases.

Los que cruzan el puente del bachillerato hacia las universidades e institutos superiores tienen por lo menos dos problemas: pasar un puente mal construido y llegar a la orilla de la Educación Superior con una mochila demasiado pequeña para recorrer la compleja ruta de todas las profesionalizaciones entre incertidumbres y horizontes cargados de sorpresivas e innovadoras demandas.

Fuente: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/opinion/los-puentes-de-la-educacion-media-1504268.html

Fuente de la Imagen : https://www.google.co.ve/search?q=Los+puentes+de+la+Educaci%C3%B3n+Media&biw=1024&bih=485&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwj-tOyymNvOAhUKQiYKHcjTBtoQ_AUIBigB&dpr=1#imgrc=v-gkyfub18u2cM%3A

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Ciencia y conciencia

Por: Julen Rekondo

ALGO más de cien años atrás, lord Kelvin, uno de los científicos más prestigiosos de su tiempo, aconsejaba a los jóvenes con talento que no se dedicaran a la física, pues todo estaba prácticamente descubierto. En su discurso Dos nubes (1900), Kelvin señaló dos pequeños problemas relacionados con la naturaleza de la luz que quedaban por resolver en el sólido edificio de la física. El primero sería pronto resuelto por la teoría de la relatividad; el segundo, por la mecánica cuántica. Pero ambas teorías, lejos de completar el edificio de la física clásica, abrieron una brecha irreparable en sus cimientos, cuyas consecuencias aún estamos lejos de haber plenamente asimilado.

En el cambio de siglo, la física newtoniana era el modelo de conocimiento que las otras ciencias querían imitar. El mundo era un gran mecanismo compuesto por indivisibles átomos que se movían por un espacio y tiempo de coordenadas absolutas, todo ello regido por leyes al alcance de la mente humana. Nada de ello sobreviviría al siglo XX.

Una de las claves de la ciencia moderna es la creencia en elementos fijos, indivisibles e indestructibles que, combinándose, dan lugar a la multitud de seres que encontramos en nuestra experiencia. Átomo significa precisamente indivisible. La creencia en tales elementos indivisibles tomaría fuerza en Europa a partir del siglo XVII y en buena parte es una proyección de la conciencia emergente en aquella época: a medida que los europeos se iban aislando de la naturaleza y se volvían más individualistas, empezaron a entender la realidad como un gran conjunto de elementos independientes. Las transformaciones de la ciencia y las transformaciones de la conciencia son inseparables.

ni indivisible ni absoluto Hace más de un siglo se descubrió que los átomos no son tales: ni indivisibles ni sólidos. El modelo atómico de Rutherford proponía en 1911 la conocida estructura de electrones alrededor de un núcleo central. A su vez, el núcleo se compone de protones y neutrones, que resultan de complicadas combinaciones de numerosas partículas, aunque se las llame elementales, no son los elementos indivisibles que estaba buscando la física: no son objetos microscópicos, sino procesos que emergen de un mar de intrincadas relaciones que se expresan en términos de probabilidades. En realidad, lo que llamamos un electrón no tiene mayor realidad material que el disco que vemos cuando una hélice gira a gran velocidad: ni el disco ni el electrón existen en sí mismos.

La otra gran teoría del siglo, la relatividad, brindó sorpresas no menores. Mostró que la masa es una forma de energía comprimida (como lo evidencian las armas y centrales nucleares) y que el tiempo y el espacio no son entidades separadas, sino relativas e interdependientes. No hay puntos de referencia absolutos: viajando en tren podemos cruzarnos con otro tren que viaja en dirección contraria y no saber si se mueve nuestro tren, el otro o ambos. Del mismo modo, afirmar que A se mueve respecto a B o B respecto a A sólo depende del marco de referencia que convenga (la teoría de la relatividad de 1905 muestra esto para movimientos uniformes en línea recta; la teoría de la relatividad general de 1915 lo amplía a todo tipo de movimientos).

En velocidades cercanas a la de la luz el tiempo se ralentiza, la longitud se acorta y la masa aumenta. La velocidad no finita de la luz (un rayo de sol tarda un poco más de ocho minutos en llegar del astro a nuestro cuerpo) y la falta de un marco de referencia absoluto derriban la idea de que hay un tiempo uniforme que transcurre igual para todos. Podemos estallar simultáneamente dos estrellas, X y Z, pero si hay astrónomos en otras galaxias, para algunos la estrella X habrá estallado primero, mientras que para otros Z habrá explotado antes. Las tres observaciones son correctas en relación a sus respectivos puntos de referencia. No tiene sentido preguntar quién tiene en el fondo razón, pues toda observación y todo conocimiento sólo valen en relación con el contexto concreto.

Pero los rompecabezas creados por las teorías de la relatividad y cuántica no se acaban ahí. Al contrario que lo que suele creerse, la física del siglo XX y lo que llevamos del siglo XXI es profundamente contradictoria y está lejos de ofrecer un modelo coherente de la realidad. De hecho, la relatividad y la mecánica cuántica son sencillamente contradictorias: para la relatividad la realidad es continua (no a saltos), causal (a todo efecto precede una causa), local (no puede haber acción a distancia) y predecible; y para la mecánica cuántica la realidad es discontinua, acausal, no local y a menudo impredecible. Esta situación hizo a decir a Einstein que “es como si la tierra se abriese bajo nuestros pies, sin que haya por ninguna parte una fundamento firme sobre el que construir algo”.

Si la primera mitad del siglo XX quiere decir sobre todo física, en la segunda mitad la biología empieza a tomar la iniciativa. A principios de los años 50, Watson y Crick describen la estructura de doble hélice de la molécula de ADN. Si los físicos buscaban la realidad última en el átomo, los biólogos buscarán la clave de la vida en los genes y en el ADN que lo compone. En este sentido, surge la genética y la ingeniería genética, que contienen numerosos aspectos positivos (entre ellos los fines terapéuticos) con otros que no lo son tanto, aunque un análisis más profundo requeriría de otro artículo y abordar el tema de forma separada y no como un todo.

Si hasta principios del siglo XX la ciencia era sinónimo de progreso con fe ciega, ello cambió a partir de la bomba atómica de Hiroshima lanzada el 6 de agosto de 1945, se acaba de conmemorar el 71º aniversario, seguida tres días después por la de Nagasaki. La ciencia, supuestamente un proyecto democrático y al servicio de todos y todas, se va volviendo más intolerante y cada vez más al servicio de los intereses militares, los gobiernos y las multinacionales.

Las protestas contra la energía nuclear de antes y hoy todavía, y las protestas más recientes contra la manipulación genética, al menos en lo que respecta a los alimentos transgénicos y algunas otras cuestiones, muestran la desviación de la ciencia hacia los intereses anteriormente citados.

No obstante, conocido este peligro de viraje, sería sin embargo suicida adoptar una actitud anticientífica, pues el ser humano no puede ni debe dar marcha atrás en su capacidad para conocer racionalmente la realidad. Ahí está también la mejor posibilidad de respetarla.

Mientras crecen desde hace décadas enfoques científicos que nos llevan a una utilización de la ciencia que supone el incremento de las desigualdades y el deterioro progresivo del planeta, el otro pone rumbo hacia la sociedad sostenible. Es decir, una sociedad que se organiza y se comporta de tal forma que, a través de las generaciones, consigue garantizar la vida de sus ciudadanos y ciudadanas.

Fuente: http://www.deia.com/2016/08/18/opinion/tribuna-abierta/ciencia-y-conciencia

Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=ciencia+y+conciencia&biw=1024&bih=485&noj=1&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjl5KqWxNbOAhVE4SYKHXv_AXAQ_AUICCgB#imgrc=W5d-VpWPcoXDyM%3A

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Sor Innovación, la monja que ha revolucionado la educación española

Por: Noticias La Información

  • Montserrat del Pozo, directora del colegio Montserrrat de Vallvidrera, ha implantado con éxito las teorías de Howard Gardner sobre inteligencias múltiples.

  • Howard Gardner defiende que, así como hay muchos tipos de problemas que resolver, también hay muchos tipos de inteligencias.

    El 11 de mayo de 2011, el psicólogo Howard Gardner recogió en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales. Le acompañaba la madre Montserrat del Pozo, ‘sor Innovación’, directora del colegio Montserrrat de Vallvidrera, un centro que implantó a mediados de los noventa un método educativo basado en sus teorías.

    La teoría de las inteligencias múltiples es un modelo propuesto en 1983 este profesor de la Universidad de Harvard. Para él, la inteligencia no es un conjunto unitario que agrupe diferentes capacidades específicas, sino una red de conjuntos autónomos e interrelacionados.

    Howard Gardner defiende que, así como hay muchos tipos de problemas que resolver, también hay muchos tipos de inteligencias. Hasta la fecha, Howard Gardner y su equipo de la Universidad Harvard han identificado ocho tipos distintos de inteligencia: lingüístico-verbal, lógico-matemática, viso-espacial, musical, corpóreo-cinestésica, intrapersonal, interpersonal y naturalista.

     Aplicada a la educación, la teoría supone reconocer las ‘inteligencias’ que destacan en cada alumno para potenciarlas y, al mismo tiempo, incentivar las menos desarrolladas. En la práctica, este modelo se traduce en que los contenidos curriculares se abordan desde un proyecto diseñado a la medida de cada alumno, con actividades específicas para cada uno, un modelo en el que el profesor se convierte en ‘coach’ (entrenador), guiando el proceso, suscitando preguntas en el alumno y estimulándolo en la adquisición de conocimientos.

    ¿Y cómo se adapta esta teoría a los alumnos de ‘sor innovación’? El alumno que estudia en el colegio Montserrat arranca su jornada con momento de reflexión en los que toma conciencia de que el día ha empezado. Después, desarrolla el plan de la jornada y sus objetivos y lo comenta con su profesor-coach y sus dos compañeros del grupo base. Las clases se desarrollan a lo largo de varias horas y en ellas se llevan a cabo proyectos interdisciplinares.

    Una vez han invertido parte de su mañana en este proyecto, los alumnos se concentran en los de otras materias, como Física y Matemáticas o, por la tarde, de Lengua.

    Preocupada por el fracaso escolar

  • Antes de convertirse en ‘sor Innovación’, un apodo que le puso la prensa española y del que no reniega, Montserrat se formó en Filosofía y Letras, Imagen y Sonido y Psicología y Gestión Familiar, pero fue la preocupación por el fracaso escolar la que le llevó a indagar en la teoría de las Inteligencias Múltiples del psicólogo e investigador estadounidense Howard Gardner, de la Universidad de Harvard.

    Del Pozo no nació en la época del móvil pero hoy no concibe su tarea sin una ‘tablet’. Dice que los alumnos pueden aprender a hacer un examen por Twitter y llevar el teléfono a clases. Asegura que, aunque a muchos adultos les cueste comprenderlo, las tecnologías son hoy un medio «imprescindible» para las relaciones sociales entre los jóvenes.

    «La tecnología ayuda mucho a que se acelere el proceso de cambio escolar, pero no es el cambio en sí mismo. Es una herramienta más. Hoy los alumnos son digitales y no solo porque utilicen esas herramientas sino por la forma que tienen de codificar», señala.

    Admite que en el ámbito educativo muchas veces la tecnología es vista como una «amenaza», pero, asegura, l a clave es educar en la «ciudadanía digital», de tal forma que los alumnos aprendan a utilizar estas herramientas para el desarrollo de sus capacidades.

    «El futuro es la robótica. Si el colegio no enseña la robótica, dónde la van a aprender… Hoy ningún alumno nuestro lleva un reloj, todos están con el móvil y no ven la televisión sino todo lo ven en Internet. Si todo esto lo educamos, es fuente de sabiduría», concluye.

    Fuente: http://noticias.lainformacion.com/educacion/Sor-Innovacion-revolucionado-educacion-espanola_0_946105755.html

 

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Consideraciones esenciales para la construcción de la Política de Financiamiento de la Educación Superior en Latinoamérica

Luis Emilio Torres Núñez (*)

La creciente incapacidad económica que vienen presentando los Estados latinoamericanos para asignar suficientes recursos públicos a sus sistemas de educación superior (SES), cada vez más masificados, han convertido el tema del financiamiento de la Educación Superior (ES) y la responsabilidad que tienen los Estados nacionales para la promoción de la ES como derecho humano, en un debate permanente, presente en todos los niveles de la vida socio-política del país: en la opinión pública, oficinas de los distintos niveles de gobierno, parlamentos nacionales, medios de comunicación, familias y expertos académicos, estudiosos o no del tema (Brunner, 2013).

Cuando nos referimos al financiamiento de la ES en el caso latinoamericano, es necesario precisar la responsabilidad económica -ineludible- que tienen los Estados para la construcción de una política pública que considere varios elementos intervinientes para la asignación de recursos monetarios –público o privado- que deben disponer las Instituciones de Educación Superior (IES) para llevar a cabo sus actividades académicas, en el marco de la políticas públicas aplicables para dicho sector educativo; para ello, se debe conocer el comportamiento de sus elementos fundamentales, como son: 1) el tipo de gestión que se emplean los Estados y las IES para el financiamiento –burocrático, corporativo y mercado-; 2) el origen de los recursos -de carácter público o privado-; 3) la modalidad seleccionada para el destino de los recursos económicos -oferta o demanda-; 4) el modelo utilizado por los Estados para determinar la cuantía o valores monetarios asignados a las IES –negociado incremental, negociado con aplicación de fórmulas, aplicación de fórmulas de rendimiento o resultados, establecimientos de fondos concursables y/o categóricos-; 4) los propósitos de la financiación de la ES –las razones que generan la intencionalidad de los recursos destinados por el ente financiador a las IES-. Por ahora nos proponemos a dar una rápida caracterización de estos elementos para el caso latinoamericano.

En primer lugar, la gestión empleada al igual que el origen de los recursos económicos destinados al financiamiento de los SES, están estrechamente influenciados por la concepción filosófica presente en el Estado; para la región latinoamericana el origen se ha caracterizado históricamente por ser de carácter público, generalmente bajo el tipo de financiamiento burocrático, el cual se fundamenta en que es el Estado quien debe financiar y supervisar a las universidades, toda vez que las considera instituciones que desempeñan una función pública, característica muy propia del modelo “Napoleónico” de universidad, (Schwartzman, 1993).

En segundo lugar, la modalidad mayormente empleada por los Estados para destinar los recursos públicos en la región, es la modalidad de la oferta, es decir, cuando los entes gubernamentales transfieren directamente los recursos económicos a las IES mediante cualquier mecanismo empleado en sus modelos de financiamiento –negociado, formulas y/o establecimientos de fondos-. En la región solo Chile y Puerto Rico emplean la modalidad de la demanda para la transferencia de recursos públicos; es decir, los recursos son asignados a los estudiantes –no a las IES- por diferentes mecanismos contemplados en sus modelos de financiamiento –becas, créditos educativos, prestamos financieros, subsidios de costos, entre otros instrumentos financieros aplicables solo para el concurso estudiantil-. (Brunner y Villalobos, 2014).

En tercer lugar, nos referimos al modelo de financiamiento empleado por los Estados para la determinación de la asignación o cuantía monetaria destinados a los SES, para el caso latinoamericano predomina el enfoque de modelo negociado-incremental, es decir, se mantienen los criterios de la negociación y la misma tendencia incremental económica acordados entre los gobiernos y las universidades; los aportes públicos generalmente no son condicionados para la mayoría de los países de la región, con la excepción de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Puerto Rico y Uruguay, donde se empieza a observar que la distribución financiera -o parte de ella- ya está vinculada en presupuestos por conceptos y/o presupuesto en bloque, (Brunner y Villalobos, 2014).

Se desconoce la relación existente entre los propósitos de la financiación de la ES que plantean los Estados nacionales y las políticas públicas en materia de la ES, no se han desarrollado trabajos empíricos que señalen dichos datos con alcance regional y este elemento si es una consideración fundamental para la construcción de una política de financiamiento en la ES; sin embargo, Brunner y Villalobos (2014) señalan la presencia de nuevos esquemas de financiamiento como: los créditos estudiantiles, el tratamiento de las deudas contraídas por las familias de los estudiantes, las becas gubernamentales de quienes estudian en las IES de carácter privado, los fondos competitivos y de financiación mixta –público-privada-, los programas de estímulos tributarios para la financiación privada y el establecimiento de políticas de control de costos y precios en la ES.

Igualmente, estos autores (op. cit.), nos indican que varios países de la región han acudido a la implementación de “mecanismos de tipo mercado” (MTM) dentro del enfoque de la “nueva gestión pública” (NGP); instrumentos que ha conllevado a generar nuevas tensiones de todo tipo por considerarles excelentes vías para la privatización y mercantilización de la ES, según los planteamientos de Ball (2009) y López-Segrera (2009).

Por otra parte, se debe tener plena conciencia que el tipo de financiamiento “burocrático” está agotado en el sentido estricto de su aplicación, sencillamente porque los Estados no tienen recursos públicos suficientes para financiar en la misma proporción la totalidad del crecimiento de la masificación de la ES y las demás inversión para el resto de las actividades académicas que debe emplear la universidad latinoamericana; sin embargo, los Estados nacionales deben tener en claro que la ES de nuestra región está fuertemente influenciada por la concepción filosófica que tiene el modelo de universidad “Napoleónica” que se instauro en la universidad latinoamericana; razón por la cual, no será pertinente ni sencilla la implementación “pura o exclusiva” de un tipo de financiamiento de mercado para los SES.

La principal consideración en materia de gestión y financiamiento de los SES latinoamericanos, será la determinación que tengan los Estados nacionales, sobre la construcción de un modelo de financiamiento propio y no la aplicación de ningún mecanismo único o estándar, en tal sentido, Schwartzman (1993) expresa que “Los tres tipos de financiamiento y coordinación académica descritos en este texto son tipos «tipos puros», en el sentido weberiano del término, y sólo pueden existir de manera combinada. El buen desempeño de un sistema de educación superior depende menos del predominio de uno de estos modelos, que del tipo de combinación que se consigue establecer en cada caso.” Por tal razón, consideramos que los Estados latinoamericanos deben construir su propia política de financiamiento para la ES, partiendo del estudio de sus experiencias previas, la determinación de la viabilidad socio-política del nuevo modelo de financiamiento y la debida correspondencia o vinculación con las decisiones gubernamentales que configuran los propósitos de lo que deberá ser una nueva estrategia del Estado en materia de políticas públicas del sector y las consideraciones positivas de las IES. La construcción de esta política de financiamiento, podrá facilitar a los Estados nacionales y las IES la implementación de procedimientos de evaluación académica-financiera que permita conocer la suficiencia o insuficiencia de los recursos públicos asignados –por los Estados- y ejecutados –por las IES-.

Referencias

Ball, S. J. (2009), Privatising education, privatising education policy, privatising educational research: Network governance and the “competition state”, Journal of Education Policy, 24 (1), pp. 83-99.

Brunner JJ (2013) Financiamiento de la educación superior en América Latina: Viejas y nuevas prácticas. LASA-FORUM, Volumen XLIV pp 15-17 Disponible en: https://lasa.international.pitt.edu/forum/files/vol44-issue2/Debates6.pdf

Brunner JJ y Villalobos C (2014) Políticas de educación superior en Iberoamérica 2009-2013. Santiago de Chile, Ediciones Universidad Diego Portales. Disponible en: http://www.brunner.cl/?p=10365 [Consulta: 2014, julio, 25]

López-Segrera, F. (2009) La universidad latinoamericana y los procesos de internacionalización: Las estrategias de financiamiento, en Gentilli P; Frigotto; Leher; y Stubrin, (2009) Politicas de privatización, espacio público y educación en América Latina. Homo Sapiens Ediciones. Santa Fé.

Salmi, J. y Hauptmann, A. (2006) Mecanismos de asignación de recursos en la educación superior: Tipología y evaluación, en GUNI (Global University Network for Innovation) (2006) Educación superior en el mundo 2006. La Financiación de las universidades. Ediciones Mundi-Prensa, Madrid

Schwartzman, Simón. (1993) Financiamiento de la Educación Superior. En «Estado y Mercado en el Financiamiento de la Educación Superior», Notas para el Debate 8, Grupo de Estudios Para el Desarrollo – GRADE, Lima, 1993, 75-92

(*) Luis Emilio Torres Núñez 

contacto: letn2210@gmail.com

El autor forma parte del  Doctorado Latinoamericano en Educación Políticas Públicas y Profesión Docente.

El presente es un artículo inedito, publicado con el consentimiento de la autor

Fuente de la imagen: http://www.financiamientoeducativo.com/wp-content/uploads/2016/04/Porqu%C3%A9-invertir-en-educaci%C3%B3n-superior.jpg

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Pobreza y tecnología en México

América del Norte/México/28 de Agosto de 2016/Autor: Manuel Gómez Granados/Fuente: Excelsior

Lejos, como estamos, de haber llegado a un acuerdo sobre qué ocurrirá en el futuro con la medición de la pobreza, tendríamos que prepararnos para una serie de transformaciones tecnológicas que tendrán un impacto terrible, acaso devastador, en la economía tanto de miles de pequeñas comunidades como de cientos de miles de colonias populares del país. Se trata de cambios que —en muchos sentidos— están ya a la vuelta de la esquina.

El más notable de esos cambios es la entrada en uso masivo de los vehículos autónomos. Ya nos hemos acostumbrado en México a la idea de que, más tarde o más temprano, llegarán autos como los que ahora prueba Alphabet, la holding que controla a Google. Todas las grandes armadoras automotrices tienen ya prototipos de autos autónomos. Esos vehículos podrían tener beneficios muy importantes en el ámbito ecológico, pues reducirían conductas estúpidas, como usar el acelerador como claxon o los acelerones innecesarios. Sin embargo, también traerán —con toda probabilidad— el final de una época en términos de empleo.

Basta voltear la vista en casi cualquier ciudad de la República, para ver la gran cantidad de personas empleadas por la industria automotriz, desde la producción y venta de autos nuevos, hasta quienes viven de la chatarra automotriz. Pero no será sólo con los autos. La división de transporte de carga de Mercedes Benz opera, desde mediados de 2015, prototipos del Freightliner Inspiration, un tráiler de cinco ejes y 18 llantas, que ya recorre algunas carreteras de Estados Unidos como parte de la primera generación de camiones de carga autónomos. De acuerdo con estimaciones de la propia Mercedes Benz y otras armadoras de vehículos, en 2018 entraremos en la fase de total autonomía de los autos, luego de lo cual, en 2023, ingresaríamos en la fase de adopción de los vehículos 100 por ciento autónomos.

La teoría económica suele colocar todo tipo de flores en este modelo de desarrollos y los presenta como una oportunidad más en la ruta de la liberación de las personas de tareas miserables y mal pagadas. La vida de una persona no tendría por qué perderse, suelen decir los economistas, tras el pesado volante de un tráiler que desplaza contenedores de México a Canadá y viceversa. El problema de esta línea de razonamiento es que, así como ocurrió con la llegada de las computadoras y otros desarrollos tecnológicos, la popularización de los vehículos autónomos implicará una monumental destrucción de empleos, no sólo de choferes, sino también de quienes prestan servicios a éstos. Basta recorrer con la mente parajes en la autopista México-Veracruz como Río Frío o Esperanza, que viven de prestar servicios a los transportistas, para imaginarse el impacto que tendrá que los contenedores sean transportados por vehículos autónomos como el Freightliner Inspiration y no por choferes. En otros países donde existen mecanismos más eficaces para atemperar cambios en el comportamiento de los mercados, ya piensan en los posibles efectos de una nueva revolución tecnológica como la descrita. Acá, la Reforma Energética, por citar el caso más cercano, se diseñó sin considerar siquiera la posibilidad de que el barril de petróleo se vendiera a menos de 80 dólares. Todas las decisiones de la reforma se tomaron sobre esa base. Eso explica nuestra actual vulnerabilidad, y deja ver qué podría pasar si ocurre, digamos en 2024, una revolución como la descrita aquí. La idea —popular entre algunos economistas e ideólogos neoliberales— de que todo estará bien y de que el mercado por sí mismo resolverá los problemas que el propio mercado genera, no ha funcionado. Lo que se advierte en México y en muchos otros países es una creciente disociación entre las tasas de crecimiento y las de pobreza. Es decir, la economía en su conjunto crece, pero ello no implica una caída en las tasas de pobreza; más bien lo contrario. Ello es así gracias al modelo de desarrollo vigente en países como México que, incluso sin considerar factores como la corrupción, no distribuyen el crecimiento, lo reconcentran. En países como el nuestro, afectados por la corrupción como estamos, el efecto de concentración del ingreso y el aumento de la pobreza es todavía mayor y es allí donde está el gran riesgo de disparar todavía más las cifras de empleo informal, desempleo y pobreza, gracias a una revolución tecnológica en un contexto tan desigual como el mexicano.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/manuel-gomez-granados/2016/08/13/1110736

Fuente de la imagen: http://www.pantallatech.com.ve/tecnologia/mexico-entre-paises-que-mas-escalan-en-uso-de-tecnologia-2/

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El caso Eton: cómo las escuelas de prestigio forman a las nuevas élites

Europa/España/28 de Agosto de 2016/Autor: Hector G. Barnés/Fuente: El Confidencial

David Cameron, Boris Johnson, el príncipe Harry, el príncipe William, los actores Eddie Redmayne, Dominic West, Hugh Laurie y Tom Hiddleston, John Maynard Keynes, George Orwell, Guy Burgess y otros 18 primeros ministros británicos. Todos ellos pasaron por las aulas de Eton, el internado privado de más rancio abolengo de Inglaterra, a un tiro de piedra de Windsor y relativamente cercano a Londres. Durante más de cinco siglos, Eton College fue el lugar donde había que enviar a tus hijos si querías que su siguiente paso se diese en Oxbridge (Oxford y Cambridge); en definitiva, era una fábrica de políticos, banqueros, arzobispos, actores de primera fila y figuras del mundo de arte.

La cosa es muy distinta ahora, gracias a lo cual, y máxima lampedusiana mediante, todo sigue siendo igual. Un reportaje publicado en el último número de ‘The Economist’ resulta tremendamente revelador de los cambios que este centro ha experimentado durante las últimas décadas, acorde con el ritmo de la sociedad inglesa, y que ha provocado que una élite deje lugar a otra. Ya no se trata de los viejos OE (‘old etonians’) que pertenecían a la aristocracia y que garantizaban que sus hijos siguiesen sus pasos en las aulas del internado, sino los nuevos ricos que han ocupado su lugar. Eso sí, tan solo hombres, puesto que las chicas siguen teniendo vetado su acceso al colegio.

“La escuela tiene como objetivo educar a la élite, como siempre ha hecho, pero se ha transformado con el objetivo de acomodar a una nueva élite definida por el dinero, su cerebro y la ambición, no el pedigrí, los títulos y sus tierras”, explica el periodista Christopher De Bellaigue, que estudió en el centro durante la segunda mitad de los ochenta. Desde entonces, han cambiado multitud de cosas, pero a simple vista todo sigue igual, con la única diferencia de que hay un poco más de diversidad racial en sus aulas. Todo ello a pesar de los esfuerzos de sus dos últimos directores, Tony Little y Simon Henderson, por convertir Eton en lo que nadie pensó nunca que podría ser: un agente de movilidad social en el cual pudiese estudiar “un niño pobre de una escuela pública del norte o de un centro privado del sur”.

Adiós aristocracia, hola riqueza líquida

Los datos hablan, y nos dicen mucho de cuál va a ser el futuro de las grandes universidades. En 1960, los padres del 60% de los alumnos de Eton habían estudiado en el colegio. En 1994, el porcentaje descendía hasta el 33%, y actualmente se encuentra en un 20%. Es, en apariencia, el resultado de un proceso por el cual la sociedad británica empujó a que el centro ayudase a los jóvenes brillantes de entornos más desfavorecidos a estudiar en él, algo que ocurrió especialmente a partir de 1990, cuando desapareció la Lista de Eton, donde los antiguos alumnos apuntaban a sus hijos para estudiar en el colegio cuando fuesen mayores.

Desde entonces, y a pesar de que el precio de la matrícula ha aumentado a unas 34.000 libras al año (también lo han hecho las ayudas a los estudiantes), el criterio de entrada ha sido el rendimiento académico, y las pruebas realizadas por el centro, cada vez más complicadas. Cada año, unos 1.500 estudiantes aspiran a ocupar las 260 plazas ofertadas. Sin embargo, este cambio del criterio de admisión no ha provocado que la configuración del centro refleje exactamente la de la pirámide social británica (obviamente), sino, más bien, que una élite haya sido sustituida por otra. En primer lugar, porque Eton arrastraba una imagen muy particular y negativa tanto entre la izquierda como en las capas inferiores de la sociedad inglesa.

La diferencia fundamental es que, en las últimas décadas, una nueva élite de alumnos ha irrumpido en las aulas de Eton, a la par que lo hacían en la economía global. Ya no se trata de una cuestión de pobres contra ricos, explica, sino de pobres contra dos clases de ricos, la nueva élite y la vieja élite, “descendiente de las clases altas eduardianas”. Pero la diferencia sustancial es que esta nueva clase global de primer nivel “está probablemente mejor situada para preservarse a sí misma que la vieja”.

¿Cómo se ha producido esa sustitución de una élite por otra? Básicamente, a través de una cada vez más dura competición. Como explica De Bellaguie, “la batalla para entrar en Eton es el primer intercambio en una relación entre padres, niños y el colegio que está caracterizada por las altas expectativas”. En esa lucha por hacerse con uno de los contados puestos, los padres ricos “quieren que sus hijos florezcan y vayan a una universidad excelente, preferiblemente Oxford o Cambridge”. Son los que van a gastar su dinero en las matrículas. Por otra parte, los jóvenes becados, que tienen que demostrar que son merecedores de ese dinero. Y, al fondo del todo, la vieja aristocracia, que reza para que las matrículas no se encarezcan aún más.

Guerra de élites

Lo que ha ocurrido en Eton es una ilustración de la guerra que en las últimas décadas se ha librado a un nivel más global entre la vieja élite y la nueva, surgida bajo el amparo de la supuesta meritocracia. En realidad, como sugiere el reportaje, un disfraz para ocultar la realidad que antes era evidente y que ahora se camufla: que los ricos siguen perpetuando a los ricos en las posiciones de poder a través de muy diferentes mecanismos. Como señala el periodista, muchos padres invierten grandes cantidades de dinero para “preparar a sus hijos sin clemencia, contratando tutores, obligando a los niños a realizar incontables test de razonamiento verbal y no verbal, y enviándolos a clases de oratoria para que aprendan a ser empáticos y chispeantes”. Un factor que los diferencia de esos otros niños de las clases bajas que no tienen dichas posibilidades.

“Un pequeño número de etonianos son pobres; algunos viven modestamente bien; pero la mayoría son tremendamente ricos, según los estándares de la mayor parte del mundo”, explica el reportaje. “Una de las consecuencias de la transformación de Eton es garantizar que los hijos de los muy ricos sigan siéndolo”. En parte, por los mismos y tradicionales mecanismos de perpetuación: “Cuanto más te acercas a la gente poderosa y exitosa, más fácil es que te conviertas en uno”, como ocurrió a Cameron y Johnson, compañeros en el centro.

Pero también se debe al replanteamiento que este colegio de élite ha hecho de su programa educativo. “En los años cincuenta, era haber estado en Eton, más que la educación que recibiste ahí, lo que te preparaba para el éxito”, recuerda De Bellaguie. “Ahora es verdad lo opuesto. Los profesores son soberbios, las instalaciones no tienen igual, los resultados son impresionantes”. Cultura del esfuerzo, actividades extraescolares, ética de trabajo son algunas de las cualidades que se intentan transmitir a los alumnos. De ahí que, después de todos los cambios, Eton siga siendo, siglos más tarde, “uno de los mejores empujones que el dinero (o tu cerebro, o tu ambición) puede darte”.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-08-23/nueva-elite-eton-colegio-privado_1248437/

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Expertos: niños refugiados necesitan clases especiales y más apoyos

América del Norte/México/28 de Agosto de 2016/Autor: Isaias Alvarado/Fuente: La Opinión

Clases especiales que aceleren su aprendizaje, asesoría legal, tutoría sobre el sistema judicial y personal calificado que les entienda, son algunas de las estrategias que deben implementar las escuelas públicas de Estados Unidos para que los niños refugiados de Centroamérica y México, cuyo éxodo ha vuelto a repuntar en los últimos meses, logren el cometido que los trajo a este país: tener una vida mejor.

A esta conclusión llegó un panel de expertos luego de analizar los desafíos que se han presentado en los planteles por la llegada de miles de menores y sus familias que han huido de la pobreza y violencia en Centroamérica y México, y que fue uno de los temas analizados durante la tercera conferencia de la Asociación de Escritores de Educación (EWA) que esta semana se realiza en Washington D.C.

La ola de niños migrantes provenientes de El Salvador, Guatemala, Honduras y México, ha sido uno de los retos más grandes a los que se enfrentan los distritos escolares en los últimos años.

De octubre de 2015 a junio de 2016, más de 42,000 jóvenes y sus familias fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza, el segundo periodo más elevado desde 2013, cuando este éxodo alcanzó su pico con 67,338 entradas.

“Los retos más grandes que tienen estos niños es que tienen poco tiempo para graduarse y la falta de conocimiento de cómo funciona el sistema de este país”, dijo Gabriela Uro, directora de política e investigación del Council of the Great City Schools, en la ponencia “Cómo educar niños inmigrantes para que tengan éxito”.

Adolescentes de entre 14 y 17 años conforman el sector más grande de niños refugiados, edades que comprometen las posibilidades para obtener un diploma de secundaria, continuar su educación superior y progresar.

“El mayor porcentaje de estos niños son hombres, pero también hay mujeres embarazadas y madres solteras”, agregó Uro respecto a otro desafío que enfrenta dicho grupo.

Necesidades y recomendaciones

Solo algunos distritos escolares, como los de Los Ángeles, Oakland y Nueva York, han creado programas que tienden la mano a los menores migrantes.

Pero muchos otros, reclamaron los expertos en el evento del EWA, no han hecho esfuerzos importantes para atender su rezago académico, la carencia de representación legal y la falta de apoyo emocional (por la violencia experimentada en sus países y su trayecto hacia EEUU, la separación de sus familias y su situación incierta al estar en un albergue).

Algunas de las estrategias recomendadas en el evento han sido ofrecer clases especiales que aceleren el aprendizaje de estos niños, incorporarlos estratégicamente en clases, formar grupos o programas especiales para ellos, y colaborar con organizaciones sociales para darles ayuda legal y albergue en caso sea necesario.

También se aconsejó contratar a personal calificado para dar servicio psicológico en casos de trauma y entrenar al personal docente y administrativo respecto al trato con jóvenes con experiencias y responsabilidades de adultos.

Algunos de los menores refugiados han llegado con deudas de traficantes de personas y con la obligación de trabajar para ayudar económicamente a sus familias.

“Tenemos muchos estudiantes en esa situación”, afirmó otro ponente del EWA, Luis Duany, director de apoyo escolar del Internacionals Network for Public Schools, con planteles en California y Nueva York.

“Los maestros tienen que entender a estos estudiantes y saber diferenciar qué necesita cada uno”, agregó.

Yolanda Torres, superintendente del Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York y también ponente en la conferencia del EWA, indicó que a pesar de que esta nueva oleada de migrantes está llegando en la adolescencia es posible subirlos al tren del éxito educativo, pero subraya que se necesita de voluntad política.

“Las escuelas deben proveerles servicios diferentes porque no todos estos niños tienen las mismas situaciones”, señaló Torres.

Preparar a los jóvenes refugiados en la transición a un nuevo y complejo sistema estadounidense evitaría que se metan en líos legales, según Uro.

“No deben ser aislados, sino les deben apoyar, brindarles más consejeros”, dijo.

Dada su precaria situación económica, los colegios comunitarios y los programas vocacionales son vistos como una vía apropiada para que los niños migrantes encuentren rumbo hacia una mejor vida.

La EWA reunió a más de 40 periodistas latinos de distintas ciudades de EEUU para escuchar los análisis de educadores, investigadores y expertos sobre temas como segregación, finanzas escolares, exámenes estandarizados, alumnos indocumentados y la preparación hacia la universidad.

Fuente: http://www.laopinion.com/2016/08/02/expertos-ninos-refugiados-necesitan-clases-especiales-y-mas-apoyos/

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