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Logremos una reforma, no una guerra.

América del Norte/México/Fuente:http://www.excelsior.com.mx/

Por:Vidriana Rios.

Me dirijo al secretario Osorio y al secretario Nuño para reiterar que en Nochixtlán no hubo villanos, sólo víctimas. La reforma debe seguir adelante reconociendo esto. El costo no puede ser sangre. El costo debe ser un paquete compensatorio amplio que atraiga y pacifique a los maestros a costa de sus líderes corruptos. Explico y propongo cuatro puntos.

En Nochixtlán no hubo villanos. En Nochixtlán todos fueron víctimas, policías y maestros lo fueron. Víctimas de una economía precaria y desigual en donde para muchos la única opción para acceder a un salario digno es aferrarse y serle leal a un sindicato docente corrupto. Víctimas de un sistema de justicia pauperizado y débil cuyos miembros sostienen armas con miedo y disparan sin ton ni son, entrenados en el coraje más que en la estrategia. Detrás de los actos vandálicos de los maestros, hay miedo a no poder acceder a un empleo digno y seguro. Detrás de los actos represivos de la policía, hay miedo a no saber cómo reaccionar ante ataques.

Nochixtlán fue el vergonzoso espectáculo de dos ejércitos de trabajadores precarios, maestros y policías, enfrentándose unos a otros bajo las órdenes de funcionarios públicos trajeados y de líderes sindicales enriquecidos. Nochixtlán es el triste espectáculo de las élites que dirigen, la clase media que tuitea y las clases bajas que empuñan las armas.

Es equivocado decir que los maestros luchan por no querer ser evaluados. Luchan porque fueron contratados bajo el entendimiento de que su trabajo era serle leal a un sindicato y ahora tendrán que ser maestros, por primera vez en su vida. Luchan porque no saben si podrán serlo. Luchan por quedarse con cheques de aviadores porque no saben si encontrarán otras formas de obtener ese ingreso. No es coincidencia que las protestas se den en los estados más pobres.

Es equivocado decir que los policías son represores sanguinarios. Reaccionan con violencia porque no conocen otra forma. Son presas de un entrenamiento pobre e inconstante, de turnos de trabajo inhumanos, de salarios condicionados a actos de corrupción, de violencia por parte de sus superiores, y de burlas y faltas al respeto por parte de ciudadanos. El que los policías hayan muerto, perdido dedos y quedado más heridos que los maestros es prueba de que no sabían ni lo que hacían. No es coincidencia que en México los policías siempre mueran más que los ladrones.

La solución, por tanto, tiene que venir de la compasión más que de la fuerza:

1. Se tiene que abrir un canal de comunicación directo con los maestros, sin la mediación conflictiva y perversa de sus líderes. A los maestros se les debe permitir organizarse en sindicatos nuevos y democráticos, que les permitan tener fuerza negociadora en el futuro. Hoy sienten, con justa razón, que la Reforma Educativa los deja vulnerables.

2. Se tiene que crear una salida económica viable para todos los que se verán afectados por la reforma. A los aviadores se les debe capacitar y ayudarlos a colocarse en trabajos nuevos. Es el costo del cambio. A los maestros se les debe permitir organizarse en sindicatos nuevos y democráticos, asegurarles salarios dignos y representación adecuada. El poder de la CNTE es dar seguridad salarial a muchos. Para quitárselo hay que darle oportunidad de empleo a muchos más.

3. Se tiene que crear un cuerpo policial profesional en el manejo de la propuesta. Legislar restricciones a la protesta es retrógrado y autoritario. Las protestas en un país cambiante como México sólo aumentarán, se debe entender a la protesta como una muestra de salud democrática. La policía no debe ser “anti-motines” sino “anti-violencia”.

4. Se tiene que transitar hacia un modelo de más educación pública y menos educación privada. Mientras las clases medias y altas continúen siendo espectadores, y no usuarios, de los servicios públicos, no existirá una presión verdadera para mejorar la calidad de ésta. Quiero ver qué pasaría si se exigiera que los hijos de los políticos y líderes sindicales fueran a la escuela pública. Ese día comenzaría una reforma verdadera.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/viridiana-rios/2016/07/03/1102605

Imagen: http://www.resumenlatinoamericano.org/wp-content/uploads/2016/06/2658-mexicos-maestros-reforma-300×194.jpg

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El fracaso de las políticas educativas en Colombia.

América del Sur/Colombia/Fuente:http://www.las2orillas.co/

Por: Camilo Rincón López.

Nunca antes la educación en Colombia había suscitado tanto interés. La gestión de Gina Parody en el Ministerio de Educación Nacional, a veces más mediática que efectiva, ha despertado la atención de múltiples sectores. Podríamos, entonces, mencionar las publicaciones e intervenciones del Partido Verde y del Polo Democrático Alternativo, así como el rechazo de Fecode frente a estrategias como El Día E (Día de la Excelencia Académica). No es para menos, las políticas educativas implementadas hoy en el país siguen la ruta trazada desde el inicio de la década de los noventa: La declaración mundial sobre educación para todos (Jomtien 1990), luego de reunir a representantes de todo el mundo, redujo las preocupaciones educativas a la preocupación por el desarrollo económico; desde entonces, las políticas en educación de los países de América Latina no han escapado a dicha orientación, por lo que resulta cada vez más fácil desvelar intereses privados en la agenda educativa. Ejemplos de esto los encontramos en documentos como el Informe Nacional de Competitividad o Educar para transformar del Banco Interamericano de Desarrollo, entre muchos otros. Sin embargo, no es la estrecha relación entre educación y economía el único obstáculo de las políticas implementadas en torno a la calidad, sino que podríamos mencionar, asimismo, otros factores que, al no ser considerados, nos conducen inevitablemente al fracaso como sociedad.

Carlos Cantú, de la Universidad de Cuyo, en la investigación presentada bajo el título La calidad educativa en Argentina desde una perspectiva económica (2012), expone una postura más que inquietante; el documento, que apenas alcanza las cincuenta páginas, se sustenta en la idea de que alrededor de la calidad educativa existen variables dependientes e independientes: las primeras, susceptibles de ser manipuladas por la política y,  de manera opuesta, las segundas, que se resisten, por su naturaleza, al control de las políticas vigentes. Nos interesa, en este sentido, señalar cuáles son estas variables independientes y por qué determinan la calidad educativa, sin embargo, es necesario aclarar antes que el estudio en mención parte de los resultados de los estudiantes en los exámenes PISA; así, la variable dependiente, en el marco de la investigación, es el resultado de las pruebas en el área de lenguaje para el año 2009, y las variables independientes son dos: características del estudiante y contexto de la escuela (la investigación expone una variable más).
¿Cómo entender cada variable independiente?, ¿qué implicaciones tiene que tanto las características del estudiante como el contexto de la escuela queden por fuera del control de la autoridad educativa? Pues bien, dentro de las características del estudiante, y basados en investigaciones anteriores, es posible encontrar que el género es un determinante de los resultados: las niñas han mostrado un mejor desempeño en este tipo de pruebas. Asimismo, el nivel educativo de los padres y los refuerzos que reciben los niños fuera del colegio tienen un impacto importante. Por otro lado, el contexto de la escuela, si es privada o pública y su tamaño, también determina la eficacia de la política educativa.
La gestión del Ministerio de Educación se ha centrado en consolidar la fórmula internacional, que establece que a la educación no se accede por derecho sino por mérito. Del mismo modo, la preocupación exacerbada por estandarizar los procesos educativos nos ha impuesto, a los profesores y a toda la comunidad educativa, un lenguaje cada vez más financiero y menos educativo. Eficiencia, eficacia, rendimiento, incentivo, productividad, son los conceptos que se hacen cotidianos en nuestras escuelas y, en consecuencia, nos alejan de la calidad tan pretendida por el Ministerio en representación del gobierno. Las políticas educativas de calidad, entre tanto no reconozcan la educación como un proceso que compromete a la totalidad de la sociedad, no obtendrán los resultados que, por lo menos en el discurso, persiguen. No es posible, de acuerdo con lo expuesto, implementar una política que desconoce el origen familiar del estudiante; no es viable una política que asume la educación como un proceso masivo que nada tiene que ver con el contexto. A este respecto, quizás conviene señalar una de las conclusiones del autor de la investigación que se ha venido mencionando: políticas orientadas a mejorar los ambientes familiares, tendrían, acaso, una mayor repercusión en la calidad educativa.
Fuente: http://www.las2orillas.co/el-fracaso-de-las-politicas-educativas-en-colombia/
Imagen: http://www.las2orillas.co/wp-content/uploads/2016/06/educacion-mercancia.jpg
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¿Educar para qué?

Por. Frei Betto

Hablar de educación es hablar de sociedad. Uno de los reflejos de la educación cartesiana que tenemos de la educación es que las distinciones son más acentuadas que las conexiones. Por eso hoy se habla en concepción holística de la educación, tratando de reunir a los que estamos desunidos por la modernidad cartesiana. Dice la Constitución Brasileña: «La educación es responsabilidad de la familia, de la escuela y de la sociedad». A veces imagino a los promotores, o sea al Ministerio Público entrando con recurso junto a la Unión, penalizando a la sociedad por no cumplir su papel educativo. En naciones indígenas tribalizadas, la educación de un niño depende de toda la comunidad; no es responsabilidad de la escuela, que no existe, ni de los padres, porque toda la comunidad es concebida como la familia de crianza del joven.

Es evidente que esa utopía ya no es realizable en nuestras ciudades, que incluso fueron concebidas no en función de la humanización de las personas sino como burgos. De ahí el nombre de «burgués»: el que vivía en una confluencia, en un cruce de caminos donde se llevaba a cabo el trueque de mercancías. Lo que marca el origen de las ciudades en Occidente, tales como las conocemos hoy, es el interés económico. Todo el planteamiento viario de la ciudad está hecho en función del flujo de la economía y no de la calidad de vida de los ciudadanos. Aunque Brasil tenga hoy más del 80% de su población en ciudades, todavía resisten en el campo casi un 20%. Y es en el campo donde se encuentra el mayor contingente de mano de obra entre los 64 millones de trabajadores brasileños. ¿Cómo es posible que la agricultura represente todavía el sector que absorbe más mano de obra (23%) -siguiendo el sector de servicios (que emplea el 21%)- si hay tan poca gente en el campo? Por desgracia eso es perfectamente explicable si trabajáramos con el factor eventuales. Personas que todas las madrugadas se desplazan desde un centro urbano para trabajar, o personas que pasan períodos en la zona rural en busca del sustento. Lo cual no significa que Brasil tenga un mundo urbano en contraposición al mundo rural, pues hay una progresiva unificación de la mentalidad de los brasileños gracias al avance de los medios de comunicación. En esa red de comunicación el vehículo más poderoso es la televisión. Según el censo del 2000, 86% de los hogares brasileños tienen televisor.

Datos de la UNICEF 2000 revelan que en Brasil los adolescentes pasan como media 4 horas al día en la sala de clase y poco menos de 4 horas ante la televisión. Ambas medias están muy distantes del índice de Cuba, el país más avanzado en educación de toda América Latina, donde los alumnos pasan 12 horas al día en el aula de clase. Ciudadanía versus consumismo. Hay una dicotomía o tensión entre el propósito educativo y el contenido predominante en la televisión brasileña. No tengo nada contra las emisoras; el problema está en el contenido, que, salvo raras excepciones, trata de formar consumidores y no ciudadanos. Por otra parte están la escuela, la familia, las iglesias, que en principio quieren formar ciudadanos. Eso explica nuestro desasosiego como educadores. Con frecuencia me preguntan algunos educadores: «¿Por qué en nuestra época éramos tan disciplinados en el aula y ahora son tan agitados?» La respuesta, según mi modo de ver, es obvia: porque ahora a la muchachada le gustaría cambiar al profesor como cambia de canal. Aguantar durante 40 ó 50 minutos un tono monótono no es fácil, sobre todo cuando el profesor no está dotado de pedagogía para hacer atractiva su presencia en el aula. La TV brasileña es una concesión pública; el Estado debería, en nombre de la sociedad y como proveedor, no sólo de nuestro bienestar sino también de nuestro crecimiento cultural y espiritual, exigir a las emisoras ciertos parámetros educativos; lo cual no sucede. Las emisoras son el mejor regalo que unas pocas familias pueden recibir de ese Estado clientelista que privilegia a determinados segmentos de la sociedad. Ni se exige a esas familias «dueñas» de los canales de TV lo mínimo que se espera en cualquier país decente, o sea la devolución a las arcas públicas de una parte de los fabulosos ingresos de publicidad. Imaginen si el 10% de esos ingresos de esos fueran destinados a la educación fundamental. Sería una revolución, sobre todo considerando que, de los gastos destinados a la enseñanza fundamental, apenas un 8% llega al segmento que representa a los 20% más pobres de la población; y de los gastos destinados a la enseñanza superior, casi la mitad va al 20% de los más ricos. Es un embudo al revés. O se cambia eso, modificando la política de orientación educacional, o continuaremos remando contra corriente y haciendo un trabajo inocuo, porque las fuerzas contrarias son más poderosas que nuestros buenos propósitos.

En el caso de la TV la cuestión es seria porque el contenido es hegemónico. Estoy hablando de la TV abierta, mayoritaria, que llega al 86% de los domicilios del país. No me refiero a la TV de pago, de más calidad. La TV abierta ejerce un papel deseducativo de desinformación y deformación de las nuevas generaciones brasileñas, porque tiene como prioridad fortalecer el mercado. Lo que rige la grada de programación de TV es aquello que da índices de audiencia, porque implica mayor contingente de consumidores. No importa si esa prioridad consumista hiere principios, parámetros y elementos éticos que la familia, la escuela, la iglesia y la sociedad quieren inculcar en los jóvenes. Lo que importa es aumentar el nivel de consumo. Lo cual no sería tan grave si no hubiese un antagonismo. No es una competición, sino que hay un conflicto ético entre la formación y la deformación de una persona. Una persona no puede ser simultáneamente ciudadana y consumista. Hay un momento en que una de esas dimensiones es prioritaria en su vida. La publicidad sabe muy bien que cuanto más culta es una persona -cultura es todo aquello que engrandece nuestro espíritu y nuestra conciencia- tiende a ser menos consumista. Un pequeño ejemplo: quien gusta de la música clásica, será raro que contribuya a enriquecer la industria fonográfica. Quien aumenta la fortuna en esta industria es el consumidor que día a día desea experimentar una nueva banda, un estilo diferente, porque si no fuera así, si sólo le gustaran media docena de compositores clásicos, el consumo sería menor, pues apenas comprará las nuevas interpretaciones de las obras de su preferencia. La TV abierta no trabaja mirando cómo favorecer la cultura, porque la cultura crea discernimiento crítico, sino que trabaja con el entretenimiento que estraga nuestros principios éticos. ¿Qué es el entretenimiento? Es el conjunto de enlatados que vienen de los EE UU, películas violentas, dibujos animados, programas humorísticos, etc., en resumen lo que vemos el domingo, Día Nacional de la Imbecilización General. Imbéciles el presentador, los participantes y el público que permanece en ese siéntate-levántate aplaudiendo.

Todos obedecen a programadores invisibles, que el teleespectador no ve. Imbéciles nosotros que, en lugar de ir a pasear con la familia, quedamos sentados en el sofá, creyendo que estamos absorbiendo alguna cosa útil cuando en realidad estamos rompiendo el diálogo familiar, la diversión de los niños, el contacto con la naturaleza y toda una serie de actividades saludables. Y lo peor es que nos avisan: ¡Sal de abajo! La gente no sale y despierta el lunes con resaca espiritual. O alertan: ¡Cuidado: alta tensión!, pero continuamos insistiendo y marcando puntos en el índice de audiencia. ¿Cuál es el secreto del entretenimiento? Quien trabaja en publicidad o en ambientes de enlatados conoce la alquimia. No es fácil crear entretenimiento, porque no se puede dar sustancia al espíritu y a la conciencia del público; apenas se deben dar unos toques sensibles capaces de hipnotizar al público. La radio por ejemplo es universal; puede ser oída manejando el carro, cocinando, plantando etc.; la TV no. Ésta exige una actitud de sumisión, provoca hipnosis. Tengo que estar frente al aparato. Yo creo que ya es hora de que las escuelas lleven la TV a las aulas, como hacen con los textos; debatiendo el contenido de las imágenes los alumnos educarán su propio mirar con más discernimiento crítico. ¿Cómo se logra la alquimia del entretenimiento? Gracias a los conocimientos del doctor Freud sabemos que nuestro inconsciente gira en el diapasón inicio de la vida/fin de la vida. Somos el único animal que sabe que nació y que va a morir. Ningún otro tiene esa conciencia. Todos los animales son contemporáneos de su presente. Son todos aquí y ahora. Nosotros no sólo oscilamos en el nivel de lo consciente, como tenemos un gran peligro en la vida, que es el de no ser contemporáneos del propio presente, como enseña por ejemplo la tradición budista.

Envejecemos más rápido cuando vivimos con nostalgia de lo que pasó o con ansiedad de lo que vendrá, y no somos capaces de ser presentes en la actualidad. Por eso me gusta mucho un poema que dice: «El pasado pasó / el futuro vendrá / pero eso aquí y ahora / es de hecho un presente». Sin embargo es necesario saber disfrutarlo. El diapasón de la industria del entretenimiento es transformar el comienzo de la vida en sexualidad, pornografía, y el fin de la vida, la muerte, en violencia. Unen ambas cosas y ahí está el éxito, ahí está el crecimiento del índice de audiencia, ésa es la formación de los consumidores. Apreciamos ser espectadores de algo que es incitante en nuestro inconsciente y se mueve con las profundidades de nuestro psiquismo. Pero no podemos estar permanentemente en una actitud de Eros. Todavía no llegamos a la fase de humanización en que las estructuras de nuestro cerebro, tributarias de reptiles y primates, hayan sido totalmente superadas. Suelo ponerme alerta cuando me dicen que necesitamos «escoger políticos que tengan diploma de carrera universitaria», pues las bombas de Hiroshima y Nagasaki fueron construidas por grandes científicos, todos ellos doctorados en física, química, etc.; los hornos crematorios de Auschwitz fueron construidos por ingenieros, las armas biológicas por médicos. O sea el hecho de que alguien tenga alta calificación desde el punto de vista erudito, académico, significa poco. Sentido de la educación Educación es formar personas verdaderamente humanizadas y felices. Eso significa formar personas con mucha ética, principios y proyecto de vida. Sin ello no es posible ser humano y ser feliz.

¿Qué educación es esa que forma un mundo de desigualdad, que forma un mundo en que la competitividad es un valor superior a la solidaridad? ¿Qué educación es esa que, ella misma, es factor de estímulo a la competitividad, en forma de pruebas, premios, humillación de los que no pasaron de curso, de los que no avanzaron, y que son la mayoría? La mayoría no alcanza el primer lugar. Me acuerdo de cuánto sufrí en la secundaria, en la enseñanza fundamental, por no ser premiado, por no estar mi nombre en el cuadro de honor, no recibir medalla, no figurar entre los primeros de la clase, como cuento en mi libro Alfabetto. Autobiografía escolar. Me consideraba un perdedor. La educación me enseñaba a tragar mi humillación de ser un perdedor. Entonces ¿qué educación es esa que no consigue trabajar la formación de principios éticos? Criado en Belo Horizonte, iba al centro de la ciudad a comprar clavos para mis carritos de pasamanos o para las manivelas que yo mismo fabricaba. En aquella época, felizmente no existía la palabra marca, la gente hacía sus propios juguetes. Mi padre me alertaba: «No pases por determinadas calles del centro». Era por donde quedaba la zona bohemia de la ciudad. ¿Cómo un padre va a decir eso hoy a un hijo si al prender la televisión se le mete dentro de casa la zona bohemia y el burdel entero? Uno de los desafíos más difíciles y urgentes que hay que afrontar es la formación sexual y afectiva de los niños y de los jóvenes. Pasé 22 años en las bancas escolares y nunca las escuelas a las que asistí abordaron las situaciones-límite de la vida, por las que todos pasamos o habremos de pasar. La escuela nunca habló de dolor, pérdida, ruptura afectiva, carencia, muerte, espiritualidad. Por suerte sólo estudié cuatro años en colegio religioso; los otros fueron en escuela pública. En los 4 años como alumno de colegio religioso oí hablar de doctrina y de moralismo pero no de la experiencia de Dios, de valores evangélicos ni del amor preferencial a los pobres. La escuela nunca me habló de sexualidad; hoy habla de cuidados higiénicos, para evitar enfermedades de transmisión sexual. ¿Y la educación afectiva? ¿la educación para el amor? La relación afectiva es determinante en la vida de todas las personas. Actualmente la media brasileña de duración del matrimonio es de 7 años. (Quien pasó de esa media puede festejarlo, porque ya es ganancia).

Es curioso que algo tan determinante no tenga un mecanismo educativo que ayude a esa formación. Más curioso es que haya una excepción paradójica: la única escuela de formación afectiva-conyugal que existe en todo el país es la Iglesia Católica, que exige el celibato de sus sacerdotes y religiosos, pero no celebra casamientos sin que la pareja haga un curso de novios. Por suerte la mayoría de los cursos los dan los laicos. Una vez me dijo una amiga: «Betto, no voy a bautizar a mis hijos ni educarlos en ninguna religión. Que ellos cuando tengan 20 años decidan si quieren seguir alguna religión y cuál. Fui alumna de un colegio de hermanas y pagué análisis durante años para que me libraran de tabús y advertencias que me fueron inculcados». Y yo le dije: «Usted como madre y su marido como padre tienen todo el derecho de educar a sus hijos como mejor entiendan, aunque no concuerdo con su punto de vista. Usted no tiene disyuntiva: o educa usted o educa Xuxa, no hay alternativa. Si usted no da educación religiosa a sus hijos -educación entendida aquí como valores evangélicos, principios éticos, apertura a la trascendencia-, será Xuxa quien les enseñe lo que es cierto y lo que es falso, lo que es bueno y malo, quién es sinvergüenza y quién buenagente, cual es el juego ético, aético o antiético de la vida social. Usted no tiene disyuntiva, o sea, la formación de la subjetividad es una cuestión educativa de la mayor importancia». La escuela, en su tradición occidental y brasileña, por razones históricas y cartesianas, olvida la cuestión de la subjetividad, una de las dos dimensiones esenciales del ser humano. * (Traducción de José Luis Burguet)

Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia2.asp?lang=ES&cod=4608

Imagen: http://www.diariolareforma.com.ar/2013/wp-content/uploads/2015/06/educar.jpg

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En la República Centroafricana, las expectativas son altísimas

Por. Banco Mundial.

BANGUI.- Lo primero que se observa al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Bangui M’Poko son kilómetros y kilómetros de refugios improvisados, cubiertos con lonas de plástico, peligrosamente alineados a lo largo de la pista de aterrizaje. “Un desastre inminente, si un avión se desviara de la pista y se incendiara”, dice un oficial de bomberos del aeropuerto. Bienvenidos al campamento M’Poko, refugio de 30 000 desplazados internos que viven en los terrenos de un aeropuerto dilapidado.

En 2014, en la plenitud de la crisis política y sectaria que devastó a la República Centroafricana y desplazó a la cuarta parte de su población, el campamento llegó a albergar a unas 100 000 personas. La ciudad capital de la República Centroafricana, apodada antiguamente Bangui la Coquette (Bangui, ciudad de encanto), se ha ganado el triste apelativo de Bangui la Roquette (Bangui, ciudad de bombas). Aunque las recientes elecciones presidenciales y legislativas han puesto fin a tres años de conmoción y de transición, los cascos azules todavía están por doquier y los brotes de violencia son frecuentes.

Sin embargo, por primera vez en su historia, el país ha elegido democráticamente un presidente y una Asamblea Nacional. “La República Centroafricana está emergiendo de una de las crisis más duras y costosas de su historia, y las nuevas autoridades enfrentan enormes desafíos”, dice Jean-Christophe Carret, gerente del Banco Mundial a cargo de las operaciones en ese país. “Además de reconstruir la nación, el desafío primordial [del Gobierno] será asegurar el restablecimiento de la seguridad en todo el país, promover la reconciliación nacional y ocuparse de los desplazados internos”.

En un extremo del campamento M’Poko, bajo el ala de un avión derruido, encontramos sentado a Roger Arnold Tabassé, de 73 años, exinspector de la policía, un hombre que tuvo un pasado mejor pero que aún conserva su dignidad. “Mis hijos me obligaron a venir aquí por mi propia seguridad”, comenta. “Mi hogar, en el centro de Bangui, fue saqueado completamente —lo único que dejaron fue una cama metálica— y como estoy enfermo y debo usar una sonda, ellos pensaron que este campamento era la mejor opción. Ahora vivo aquí con mis cinco hijos, mis nietos y mi esposa, que tengo la suerte de que sea enfermera”. Pero Roger, como muchas personas que conocimos en el campamento, está optimista acerca del futuro de su país. “Espero de verdad que podamos salir adelante”.

Un alto precio que pagar

La República Centroafricana, famosa en otros tiempos por sus diamantes y su emperador autoproclamado, es hoy uno de los países más pobres del mundo y ha emprendido un largo camino hacia la recuperación con la ayuda del Banco Mundial y otros asociados del ámbito del desarrollo. Durante la crisis, el gasto en la estabilización del país alcanzó los USD 1350 millones anuales (cifra que equivale aproximadamente a todo el producto interno bruto del país), incluidos unos USD 800 millones para apoyar a la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA) y USD 300 millones para las fuerzas francesas de mantenimiento de la paz en el marco de la Operación Sangaris. Durante esos tiempos difíciles, el país también recibió USD 250 millones anuales en asistencia humanitaria, monto sin precedentes en un país tan dependiente de la asistencia externa que a veces lo llaman la “República de las ONG”.

Se estima que a fines de 2015 había unos 450 000 desplazados internos, y cerca de 500 000 refugiados en países vecinos. Alrededor de 2,5 millones de personas —es decir, más de la mitad de la población del país— requieren asistencia humanitaria en forma urgente, y más del 60 % de los habitantes vive en condiciones de pobreza extrema. El Banco Mundial apoyó la respuesta frente a la crisis con una donación por un valor de USD 100 millones financiada por la Asociación Internacional de Fomento (AIF), (i) su fondo para los países más pobres, y actualmente colabora con las Naciones Unidas y la Unión Europea en la organización de una conferencia sobre la reconstrucción de la República Centroafricana. En dicho evento se definirán las prioridades y necesidades del país a fin de apoyar el proceso de recuperación y de paz en los próximos cinco años.

Una de las medidas más eficaces que adoptaron los donantes durante la crisis fue un programa de trabajo a cambio de dinero que dio empleo temporal a las personas más vulnerables, entre ellos excombatientes, en Bangui y sus alrededores. Fuera de Bangui, el Banco Mundial, a través de su proyecto Londo (“Levántate”), facilitó los esfuerzos de consolidación de la paz y estabilización dando ocupaciones temporales a 8500 hombres y mujeres de 17 distritos en una época en que aún prevalecía la falta de seguridad.

“Cuando se recibe ayuda en situaciones tan difíciles como esta, no es fácil medir el grado de alivio que se siente. El proyecto fue sumamente beneficioso para la población en términos de calidad de vida y empleo, lo cual resultó muy alentador para quienes habían quedado abandonados a su suerte tras la gravísima crisis que había atravesado el país”, dice Jeannette Teya, alcaldesa de Bimbo (la capital provincial de Ombella-M’Poko), situada a unos 24 kilómetros de Bangui

En la actualidad, lo primordial para Jean-Christophe Carret es facilitar la reinserción de los excombatientes y el retorno de los desplazados internos a sus lugares de origen. El Banco Mundial está preparando un programa orientado a respaldar las medidas de recuperación y reconstrucción. Como parte del proceso de estabilización y reconciliación nacional, se prestará especial atención a los jóvenes que han sido marginados por la sociedad o movilizados por grupos armados.

En el campamento Beal, en el corazón de Bangui, donde 1500 exrebeldes viven en precarias condiciones bajo la atenta mirada de las fuerzas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, las expectativas son altísimas. Tal como señala un excombatiente: “Primero vinimos a tomar el poder. Luego, dejamos nuestras armas y aceptamos que nos instalaran en este campamento. Ahora estamos a la espera del proceso de desarme, desmovilización y reinserción, para poder seguir adelante con nuestras vidas, porque ya llevamos tres años esperando. Si fuera posible, me gustaría terminar mis estudios, convertirme en un ciudadano libre y digno y, sobre todo, dejar todo esto atrás”.

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2016/07/06/in-the-central-african-republic-expectations-are-sky-high

Imagen: http://www.bancomundial.org/content/dam/photos/780×439/2016/jul/avion-historia-africana.jpg

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Claves para idear un aula creativa y fomentar la participación

Por. Alba Alonso Feijoo

Las personas grandes me aconsejaron que dejara a un lado los dibujos de serpientes boas abiertas o cerradas, y que me interesara un poco más en la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. Así fue como, a la edad de seis años, abandoné una magnífica carrera de pintor […]. (El principito)

Cada día, con cada comentario como el que suscribe nuestro amigo El Principito vamos apagando la creatividad innata que posee nuestro alumnado. La infancia llega al colegio con ganas de aprender, de crear, de compartir, de comerse el mundo. Y lo único que les enseñamos es a obedecer, atender, escuchar, callar, repetir, memorizar, y vomitar contenidos. No importa que no los entiendan, no importa que no sean significativos para ellos en particular. Solo se evalúa que los hayan aprendido de memoria y soltado en la correspondiente prueba de evaluación.

aula creativa

El mundo de hoy en día en poco se parece ya al del siglo pasado. Los últimos 25 años hemos vivido  cambios increíbles en la historia, y el ritmo de avance es cada vez más y más acusado. Esto viene a decirnos que en menos de una década las comunicaciones serán totalmente diferentes, al igual que nuestras necesidades. Los puestos de trabajo no solo no tendrán nada que ver con los actuales, sino que serán variados, múltiples, y delimitados en el tiempo.

Si podemos intuir e incluso llegar a entender esto ¿por qué lo que hacemos en la escuela es seguir preparando empleados de fábricas para que asuman roles, acaten órdenes y las ejecuten sin sublevarse de manera alguna, ni aportar nada nuevo? Una de las competencias fundamentales en ese desconocido futuro es la creatividad, y es evidente que la escuela no está apostando lo suficiente por ella.

Desde aquí os invito a probar distintas prácticas que podemos llevar a cabo desde nuestro centro educativo. Pero antes de nada, hemos de cumplir con dos premisas fundamentales:

-No tener miedo al cambio o a equivocarse.

-No esperar un camino de rosas, ni resultados inmediatos.

Una vez  desterrado el miedo de nuestro día a día, seremos capaces de ir introduciendo de manera paulatina diversas prácticas que nos ayudarán a generar un ambiente de creatividad sano y productivo. Os expondré algunas de las posibilidades fácilmente desarrollables en el centro y/o aula:

Espacios en la escuela:

puede que trabajes en un edificio de lo más moderno, pero tal vez sigas en una “vieja escuela”, esa donde las clases solo se imparten en aulas cerradas con mesas, sillas, pizarra… ¿Por qué no le damos una vuelta a este concepto?

Usemos otros espacios

Pero no solo otras aulas (Tic, Inglés…) sino espacios abiertos, espacios habitualmente “muertos” como el pasillo, las escaleras, el patio, el parque… Hay centros con grandes espacios comunes sin usar, ¿por qué no integrarlos en la enseñanza? No tengamos miedo al ruido y al descontrol en ciertos momentos. Si los niños y niñas están siendo creativos, probablemente no estarán calladitos, sentados y mirando hacia adelante.

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Horarios:

Los horarios nos ayudan a organizarnos, pero también nos limitan en muchas ocasiones. ¿Por qué cortar ese debate tan interesante simplemente porque “toca” matemáticas? Seamos más flexibles, sobre todo en aquellos cursos en los que hay una única tutora o tutor.

Asignaturas:

Ya hay escuelas donde las asignaturas han desaparecido para dar paso al trabajo por proyectos. Por poner un ejemplo, si notamos que hay mucha obesidad en el aula, ese curso escolar podríamos trabajar la nutrición y el ejercicio físico como “asignaturas”. A partir de estas temáticas los contenidos de lengua, matemáticas o ciencias fluirían libremente.

Espacios en las aulas:

Sería genial entrar de vez en cuando en un aula sin mesas y sillas. Un aula con puffs, cojines, alfombras de juego, con diferentes esquinas temáticas, donde una pared fuera de pintura pizarra para que se expresasen como quisieran…

Asambleas:

¿Por qué solo en infantil? Parece que no tenemos tiempo ni interés para escuchar lo que tiene que decir nuestro alumnado: sus preocupaciones, sus desvelos, sus alegrías. No solo es un tiempo maravilloso y nada “perdido” para trabajar la empatía, sino que el hablar en público de manera frecuente mejorará su oratoria, su capacidad de debate y su sentido crítico.

Clubs:

Esto es algo que se lleva mucho en otros países pero nunca se ha valorado en el nuestro. Clubs en los que les encantaría participar, organizados por el propio alumnado, donde poder expresarse y disfrutar de esos mundos que le apasionan; sea el club de ciencias, de robótica, o el de peluquería.

Participación alumnado:

Debería de haber muchos más órganos donde pudieran aportar sus ideas, sus proyectos, sus mejoras, sus propuestas. Sus mentes creativas serían el motor de la “nueva escuela”.

Podríamos seguir enumerando muchos otros puntos, pues existen una gran cantidad de herramientas para llevar la creatividad al aula, pero empecemos por las más sencillas y ¡conseguiremos un mundo más creativo!


Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/como-idear-un-aula-creativa/32634.html

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Niñas y ciencias: 3 formas de apoyar a las ingenieras del futuro

Por. Andrea Monje

Meses atrás realicé una presentación a especialistas de infraestructura sobre la importancia de promover una mayor participación femenina en puestos técnicos del sector. Desde el podio podía notar que me escuchaban con interés, pero todos tenían la misma duda: “¿Y qué pasa si no hay suficientes mujeres ingenieras para llenar estos puestos?”. No es la primera vez que esto ocurre y dudo que sea la última.

Lastimosamente esta pregunta surge frecuentemente porque tenemos un problema: la participación de las mujeres en carreras ligadas a ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM) es extremadamente baja. Por ejemplo, en Chile y Colombia la proporción de mujeres investigadoras en ingeniería y tecnología es del 21% y 19%, respectivamente. Estos datos me llevan a pensar que, si bien es importante seguir fomentando empleos para involucrar a más mujeres en las CTIM, es vital que también hagamos un mayor hincapié en fomentar el amor por las ciencias en las niñas.

Los estereotipos de género y los sesgos inconscientes de nuestras sociedades llevan a que las niñas pierdan el interés por las CTIM desde pequeñas. Además, la falta de modelos femeninos a seguir hace que piensen que estas carreras son solo para hombres. Pero actualmente hay muchas iniciativas que intentan despertar el interés de las niñas en las CTIM. Aquí hay tres:

icon1Juegos de niñas
Es importante involucrar a las niñas en las CTIM desde pequeñas, y qué mejor forma que haciendo de las ciencias un juego. Existen marcas de juguetes que promueven que las niñas desarrollen una pasión por la construcción y las CTIM.

La compañía Goldieblox, que se hizo famosa con un comercial durante el Super Tazón en el que las niñas recolectaban sus juguetes tradicionales para armar un cohete espacial, es una de estas marcas. Sus juguetes no solo ayudan a desarrollar las habilidades motoras y espaciales, sino que vienen acompañados de historias y videos que buscan “inspirar a la futura generación de ingenieras”.

icon2Carreras que marcan la diferencia
Una de las razones por la cual las niñas pierden el interés por las CTIM es por falta de información. A la hora de elegir carrera, las mujeres quieren hacer una diferencias en sus comunidades (no por nada están sobrerrepresentadas en el sector de servicios sociales), pero no saben que las ciencias pueden ayudarlas a alcanzar este objetivo. Exponerlas a los empleos relacionados con las CTIM es una buena forma de involucrarlas en estas carreras desde temprano.

Y existen muchos programas diseñados para que las niñas puedan entender, de primera mano, de qué se tratan las ciencias. Por ejemplo, Microsoft tiene un programa mundial (también en varios países de América Latina) llamado DigiGilrz Day, donde niñas de secundaria realizan ejercicios ligados a la tecnología, interactúan con empleados de la compañía y reciben asistencia para planear sus carreras.

icon3Modelos femeninos
Si bien es cierto que hay menos mujeres que hombres en las CTIM, no se puede negar que sí hay mujeres. Exponer a las niñas a estos modelos femeninos es importante para que se identifiquen con personas que se ven como ellas y sepan que el sector no es solo para hombres.

Por ejemplo, en la escuela muy pocas veces oímos sobre mujeres que han contribuido a las ciencias, y hablar de ellas puede inspirar a nuestras niñas. Asimismo, programas de mentoría como el de NASA emparejan a las jóvenes con ingenieras, científicas o matemáticas para introducirlas a las CTIM.

Espero que gracias a este tipo de iniciativas, en algunos años la falta de mujeres en las CTIM ya no sea un problema. Y, en su lugar, se hable sobre todas las contribuciones que las futuras ingenieras, ahora niñas, habrán aportado a nuestras sociedades

 Fuente:
Imagen:http://blogs.iadb.org/y-si-hablamos-de-igualdad/files/2016/06/BlogCohete_V1.jpg
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El trastorno por déficit de la naturaleza

Por Aurora Lázaro Melero*/ Ecoportal

El contacto directo con la naturaleza favorece la autonomía, la creatividad, el interés por aprender y la salud tanto física como mental en los niños y niñas. La sociedad debería asumir el reto de hacer posible ese contacto.

2005 el periodista y escritor Richard Louv publicó el libro «Last child in the woods» -El último niño en los bosques-, que ya ha sido traducido a 9 idiomas en 13 países y va camino de convertirse en un best seller de educación ambiental, cosa poco común en los tiempos que vivimos. En su libro, Louv arremete contra las sociedades que han dejado de lado la importante relación entre el ser humano y su entorno natural, dificultando que los niños y niñas puedan estar en contacto con la naturaleza tanto en la escuela como en su tiempo de ocio. Este hecho causa, según Louv, problemas de falta de autonomía, creatividad, capacidad para concentrarse, calmar los ánimos e incluso sobre la salud. Denomina a este fenómeno «trastorno por déficit de naturaleza«, un concepto del que se está hablando mucho y que ha generado ya conferencias, artículos en revistas y prensa, grupos de trabajo e incluso organizaciones que buscan promover esa relación perdida entre naturaleza e infancia1.

Desde luego habrá grandes diferencias en este déficit entre las sociedades industrializadas y las que no lo están, y entre los entornos rural y urbano, pero en cualquier caso esta carencia se debe principalmente a dos factores independientemente del lugar donde nos encontremos: el cambio de paradigma en cuanto al juego -qué, cuándo y cómo deben jugar los niños y niñas-, y la pérdida o degradación de espacios naturales.

El cambio de paradigma en cuanto al juego

Cuando los niños y niñas están en un entorno natural, lejos de los juguetes de su habitación y de la enorme lista de posibilidades que les ofrece la sociedad actual para entretenerse, también juegan. Pero el juego es radicalmente distinto. Es desestructurado y autónomo. No hay juegos dirigidos en la naturaleza, la libertad es absoluta. Los palos, ramas, piedras, montículos, tierra, caminos, insectos, huellas, escondrijos y recovecos de un bosque o un parque, no tienen instrucciones de uso. Los espacios naturales además cuentan con una serie de características que favorecen el juego libre, la creatividad y el desarrollo de las emociones, las capacidades físicas y cognitivas: son espacios abiertos en los que correr y poner en marcha los músculos del cuerpo saltando, trepando, agachándose, subiendo y bajando; son espacios saludables donde no llegan o llegan atenuados el polvo, el ruido y el humo del tráfico; son espacios que favorecen el uso de todos los sentidos para comprender y asimilar el entorno, no invitan a que la atención se focalice en un único punto como ocurre por ejemplo cuando los niños y niñas ven la televisión; son espacios de vida, donde todo está interconectado mediante las leyes de la física y la biología en un delicado equilibrio del que el ser humano forma parte; en un espacio natural hay respeto absoluto en cuanto a las necesidades de cada cual. ¿Que lo tuyo es trepar a un árbol? Adelante, ¿Que prefieres entretenerte deshojando una margarita tranquilamente? Muy bien. No hay una pauta para desarrollar la tarde, no se dirige e el juego. Y se juega. Y se aprende. La niña que trepó al árbol puso en marcha su destreza física, pero también sospesó en todo momento los límites de cada rama para sostenerla y se enfrentó a sus propios límites. El niño que prefirió deshojar la margarita pasó un agradable rato consigo mismo y comprendió enseguida las partes de la flor, aunque no las sepa nombrar aún.

Es un hecho que en nuestra sociedad han cambiado muchas pautas en cuanto al juego, desde aquellos tiempos en que jugaban nuestros abuelos. En su época nadie les decía a qué tenían que jugar después de la escuela.  Ahora las familias en muchas ocasiones dirigimos el tiempo de nuestros hijos e hijas cada tarde: los lunes música, los martes piscina, los miércoles inglés, los jueves ballet… y el viernes libre, si el niño tiene un poco de suerte o los padres no pueden permitirse más actividades extraescolares. Por su bien, para facilitarles un futuro prometedor, una inteligencia o habilidad deportiva sobresaliente o simplemente porque tenemos que trabajar.

Las ciudades crecen, los pueblos se despueblan, y las calles no son lo que eran. Ahora muchas personas tienen vehículo propio para poder cubrir la distancia que les separa del trabajo cada día, lo que lleva a un incremento del tráfico y a laordenación de las ciudades en función de las necesidades de los automóviles antes que de las personas. En este sentido es muy interesante el trabajo de Francesco Tonucci2, psicopedagogo italiano que aborda la cuestión de la falta de libertad de los niños y niñas para moverse y hacer uso propio -como parte de la ciudadanía que son- de su ciudad.

Existe una corriente de pensamiento en el ámbito de la pedagogía que se viene desarrollando en los últimos años, pero que en realidad tiene su origen en los inicios de la pedagogía precisamente, que aboga por el juego libre3 para favorecer el desarrollo de los niños y niñas a todos los niveles: cognitivo, emocional y físico. El juego libre es la base del trabajo de María Montessori (1870-1942), Paolo Freire (1921-1997) o Rebeca Wild (1939-).

Los espacios naturales

Las zonas verdes favorecen que los niños y niñas disfruten de espacios naturales, pero también mejoran la calidad de vida de toda la ciudadanía y la habitabilidad de las ciudades4. La lista de funciones que desempeñan las llamadas zonas verdes en la ciudad es muy larga: zona de esparcimiento para pequeños y mayores, gimnasio gratuito al aire libre, espacio de encuentro y comunicación entre las personas del vecindario, control de la contaminación del aire, acústica y visual, sumidero de CO2, o control de avenidas e inundaciones.

Está empezando a ser habitual que en los parques infantiles la tierra se haya sustituido por caucho para suavizar los golpes contra el suelo y facilitar la limpieza. Lo más triste del caso es que las familias prefieren el caucho antes que la tierra para el juego de sus hijos e hijas: basta con que introduzca en un buscador «parques de tierra o de caucho» para que salten 485.000 resultados en los que mayoritariamente las familias que opinan se decantan por un parque aséptico del que los niños puedan volver a casa con la ropa limpia. Un parque de caucho es un parque con menos árboles (o encauchados también), sin piedras, sin arena, sin charcos, sin hormigas, sin arbustos que puedan convertirse en casitas para jugar, sin vida.

La educación ambiental

Además de su tiempo de ocio, los niños y niñas tienen su tiempo de escuela. La educación ambiental se sitúa como material transversal al mismo nivel que la educación para la paz, la educación cívica y moral o la afectivo-sexual.  Aunque nos felicitamos por este avance, la educación ambiental que se hace en la escuela suele ser «de interior»: ocurre a menudo que el profesor no tiene tiempo de sacar a su alumnado al campo, la elevada ratio en las aulas dificulta la realización de excursiones, o incluso es imposible realizar desdobles en las clases de ciencias para las prácticas de laboratorio porque en la escuela pública faltan personal y recursos.

En el ámbito de la escuela la importancia del contacto con la naturaleza comienza a abrirse paso en forma de talleres sobre agua, biodiversidad, energía y reciclaje, o con iniciativas como las de huertos escolares, espacios vivos y compartidos donde los niños y niñas se implican directamente en el cuidado de las plantas, comprenden los ciclos biológicos porque los ven suceder, y se favorece el respeto por la naturaleza que nos alimenta. Hay multitud de documentos e información en las bibiotecas e internet acerca de cómo poner en marcha una iniciativa de este tipo en casa o en la escuela5, y sobre los beneficios que tiene para los niños y niñas ocupar su tiempo en un huerto.

Todas las personas que tenemos la suerte y la responsabilidad de acompañar en su desarrollo a los niños y niñas, deberíamos pararnos un momento a reflexionar sobre la importancia de facilitarles estar en contacto directo y libre con la naturaleza, de pasear por un bosque, buscar huellas en la nieve, pisar charcos, jugar entre los arbustos del parque y llenarse los bolsillos de piedras.

Nada más… y nada menos.

[1] Web de la Asociación Children and Nature http://www.childrenandnature.org/

[2] Proyecto La ciudad de los niños de Francesco Tonucci http://www.lacittadeibambini.org/spagnolo/interna.htm

[3] Algunas lecturas sobre juego libre y educar en libertad son «El método de la pedagogía científica aplicado a la educación de la infancia» de María Montessori, Ed. Biblioteca Nueva (2003); «La educación como práctica de la libertad» de Paolo Freire, Ed. SXXI (2009); «Educar para ser: experiencias de una escuela activa» de Rebeca Wild, Ed.Herder (2011);

[4] Entrevista a José Fariña, catedrático de Urbanismo y Ordenación del Territorio por la Universidad Politécnica de Madrid,http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-escarabajo-verde/jose-farina-zonas-verdes-ciudades/1812554/

[5] Algunas referencias sobre huertos: libros básicos como «Guía del huerto escolar» de Carlos Romon, Ed. Popular (2014); «El huerto escolar ecológico» de Montse Escutia, Ed. Grao (2009), «El huerto familiar ecológico» de Mariano Bueno, Ed.RBA (2004); y una experiencia motivadora en la web http://www.lasonrisadelatierra.org/

*Terrativa S. Coop. Mad.

www.terrativa.net  / www.cursos-medioambiente.com

EcoPortal.net

Fuente: http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/El-trastorno-por-deficit-de-la-naturaleza

Imagen: http://actualidadpedagogica.com/wp-content/uploads/2014/04/r1032209_11818803-604×270.jpg

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