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Entre el Aula y el “Zoom”: Los modelos híbridos como estrategia educativa para el escenario post-Covid19

Entre el Aula y el “Zoom”: Los modelos híbridos como estrategia educativa para el escenario post-Covid19

Publicado por: Pluma Invitada

Leticia Nayeli Ramírez-Ramírez *

Monserrat Bravo-Delgado **

Los efectos de la pandemia por COVID-19 en los sistemas educativos ha llevado a poner el foco de atención en las brechas al acceso tecnológico y las deserciones escolares. Las cifras del INEGI (2021) muestran que 740 mil personas desertaron durante el ciclo escolar 2019-2020, lo que representa el 2.2% del total de personas entre 3 y 29 años para ese curso. Cerca del 60% lo hicieron por motivos asociados al COVID-19 y 8.9 por falta de dinero o recursos. Adicionalmente, la cifra de inscritos pasó de 33.6 millones en el ciclo escolar 2019-2020 a 32.9 millones para el ciclo escolar siguiente. Los motivos señalados en mayor porcentaje fueron: considerar poco funcionales las clases a distancia, pérdida de trabajo de alguno de sus padres o tutores y carencia de recursos tecnológicos para las actividades escolares.

Es importante señalar que, dentro de la opinión social, las clases a distancia no han logrado posicionarse como un espacio favorable para la construcción de los aprendizajes. Si bien en el 56.6% de las viviendas se reconoce el beneficio que aportan al salvaguardar la salud de los alumnos, únicamente el 22.3% considera que promueven la convivencia familiar y tan solo el 19.4% percibió un ahorro de dinero en gastos asociados a la educación. En cambio 58.3% consideró que en esta modalidad no se aprende o se aprende menos, el 27.1% reportó falta de seguimiento a los aprendizajes y el 23% reconoció falta de capacidad técnica o habilidades pedagógicas de padres o tutores para transmitir conocimientos (INEGI, 2021).

Re-pensar la construcción del espacio áulico más allá de los límites geográficos del aula tradicional ha sido un reto para todos los sistemas educativos. Las estrategias de implementación de modelos híbridos (Hybrid Model Learning) lleva a plantearse muchas interrogantes y brechas por resolver ¿todas las escuelas cuentan con el equipamiento tecnológico y de soporte técnico para su implementación? ¿qué pedagogías pueden involucrarse en la construcción de un sentido de aula más allá de las fronteras físicas?, ¿qué metodologías y aproximaciones pueden responder a las necesidades de un contexto social permeado por la incertidumbre?  Las cifras no son alentadoras hasta 2019 el uso de la tecnología en las escuelas públicas de educación básica era bastante limitado, como reportó en ese año el Instituto Nacional para la Evaluación en México: menos de la mitad de las escuelas contaban con computadoras para estudiantes e internet, al reportarse un 28.4% en nivel preescolar y un 43.91% en nivel primaria.  Esta situación es todavía más grave en las escuelas pertenecientes a CONAFE, donde menos del 10% cuenta con computadores, y en las escuelas rurales donde menos del 10% cuenta con internet. En este sentido, la implementación de un modelo educativo a distancia acentuó la desigualdad en el acceso a los recursos y obligó a docentes, alumnos y familias a migrar las actividades escolares a un entorno para el cual no estaban preparados.

Es importante destacar que, más allá de las clases implementadas en el programa Aprende en casa, los docentes han movilizado diferentes recursos tecnológicos para mantenerse en contacto con los alumnos y sus familias, así como para generar nuevos entornos de aprendizaje. Los resultados de la Encuesta Nacional a Docentes ante el COVID-19. Retos para la educación a distancia muestran que las principales herramientas para la comunicación con los padres de familia han sido distintas por zona geográfica, pero en términos generales se identificó: el uso del correo electrónico, WhatsApp, Facebook, Messenger y llamadas tanto a celulares como a teléfonos fijos. En relación con las actividades, las plataformas que se emplearon también fueron diversas, entre las que se encuentran Classroom, Classdojo, uso de videos, simuladores y plataformas de capacitación.

Cuando hablamos de la implementación de un modelo educativo se tienen que discutir también el enfoque pedagógico, la flexibilidad de los contenidos, las estrategias para el diálogo presencial y virtual, la negociación del espacio, reglas, tiempos, el uso de metodologías adecuadas para el aprendizaje en un contexto de incertidumbre, la gestión de las emociones en el espacio áulico, entre otras.

Por ello, será crucial que en el nuevo tránsito a las aulas y la eventual implementación de los modelos híbridos de enseñanza se consideren las necesidades educativas de todas y todos los involucrados en el proceso educativo; que las instituciones educativas cuenten con un sistema de seguimiento de las y los alumnos, padres de familia y comunidades en las que se encuentran localizados. La implementación de programas de Inteligencia Emocional también son aliados importantes en el regreso a las aulas, así como la planeación de contenidos flexibles que permitan dar respuesta a un contexto social permeado de incertidumbre.

Referencias

Baptista Lucio, P., Almazán Zimerman, A., Loeza Altamirano, C. A, López Alcaraz, V. A. & Cárdenas Domínguez, José Luis (2020). Encuesta Nacional a Docentes ante el Covid-19. Retos para la educación a distancia. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, L, 41-88.  https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27063237021

Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2020). Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020. https://www.inegi.org.mx/investigacion/ecovided/2020/

Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. (2019). La educación obligatoria en México. Informe  2019. Capítulo 2. Computadoras para estudiantes e internet. https://www.inee.edu.mx/medios/informe2019/stage_01/cap_020204.html

*Leticia Nayeli Ramírez-Ramírez 

Doctora en Psicología Educativa y del Desarrollo por la U.N.A.M. Investigadora miembro del SNI-1, asociada titular en el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE). Coordinadora del grupo de investigación “Formación Profesional e Innovación Educativa”.

**Monserrat Bravo-Delgado 

Doctora en Educación por la UDF. Colaboradora destacada del Laboratorio de Formación Profesional e Investigación Educativa. Investigadora en la línea de docentes y comunidades de aprendizaje. Se desempeña como docente de Licenciatura y Posgrado en Universidad ICEL y Universidad UCAD, en del área de Psicología y Pedagogía. A nivel básico, ha ocupado los cargos de Subdirectora Académica y Subdirectora de Gestión en instituciones públicas.

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/entre-el-aula-y-el-zoom-los-modelos-hibridos-como-estrategia-educativa-para-el-escenario-post-covid19/

 

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Brasil: Sufrir con quien sufre: la actualidad de la compasión

Sufrir con quien sufre: la actualidad de la compasión

Un manto de sufrimiento y de dolor cubre toda la humanidad, amenazada por la Covid-19. La cultura del capital, dentro de la cual vivimos, se caracteriza por el individualismo y por una clamorosa falta de cooperación. El Papa, en la isla italiana de Lampedusa, al ver a cientos de africanos que llegaban en barco desde África y eran mal acogidos por la población local, dijo casi entre lágrimas: “nuestra cultura moderna nos ha arrebatado la compasión por nuestros semejantes; nos hemos vuelto incapaces de llorar”.

Parece que la inflación de racionalidad instrumental y analítica nos ha producido una especie de lobotomía: nos hemos hecho insensibles al sufrimiento del otro. El presidente actual de Brasil es la comprobación más trágica de esta indiferencia. Jamás ha visitado un hospital lleno a tope de personas contaminadas de Covid -19, muchas de ellas muriendo asfixiadas. Sin ningún sentimiento, leyó en un discurso público una fría frase que le prepararon, pero se sentía que no venía de un corazón sensibilizado por las casi 600 mil vidas truncadas por su política necrófila.

La pandemia nos está haciendo descubrir nuestra humanidad profunda: la centralidad de la vida, la interdependencia entre todos, la solidaridad y el cuidado necesario. Nos hace más sensibles. Ha traído de vuelta la compasión. Tener compasión no es tener pena de los otros, mirándolos desde arriba. Compasión es la capacidad de sentir y compartir la pasión del otro, decirle al oído palabras de esperanza, ofrecerle un hombro, y decirle que estás ahí, a su lado para lo que sea, es ser capaz de llorar juntos pero también de animarse mutuamente.

La compasión es un sentimiento humano transcultural. Se encuentra en todas las culturas: todos se inclinan sobre el caído y ante la dignidad del sufrimiento del otro.

Tiempo atrás en un ancestral túmulo egipcio se descubrió esta inscripción, llena de compasión: “yo fui alguien que escuchó la queja de la viuda: fui alguien que lloró por una desgracia y consoló al abatido; fui alguien que oyó el sollozo de la niña huérfana y le enjugué las lágrimas; fui alguien que tuvo compasión de una mujer desesperada”.

Hoy los familiares de los muertos y afectados por la Covid-19, que ha dejado en los curados secuelas graves, nos convocan a vivir este lado mejor de nuestra humanidad: la compasión. Santo Tomás de Aquino escribió en su Suma Teológica que la compasión es más excelente que el amor al prójimo. Este se dirige al otro; la compasión se dirige al otro que sufre.

Aprendemos de la física cuántica, de la cosmología contemporánea y de la bioantropología que la ley fundamental de todas las cosas y de todo el universo no es la competición y el triunfo del más capaz de adaptación sino la cooperación y la sinergia de todos con todos. Hasta el más pequeño y débil tiene derecho a vivir pues posee su lugar en el conjunto de los seres, y lleva en sí un mensaje a ser oído por todos. En este campo también vale la compasión entre todos los seres más allá de los humanos.

De San Francisco, que se compadecía especialmente de los leprosos, de la lombriz que no conseguía hacer un hueco en el suelo duro del camino –la sacaba, compasivo, y la llevaba a la tierra húmeda–, o de la rama rota, se cuenta la siguiente leyenda: Una vez encontró a un niño que llevaba una jaula llena de palomas para venderlas en el mercado. Le pidió: “buen niño, dame estas palomas tan humildes e inocentes para que no sean muertas y comidas por las personas”. El niño, tocado por el amor inocente de San Francisco, le dio la jaula con las palomas. San Francisco les dijo susurrando: “mis queridas hermanitas, sencillas y simples, ¿por qué os dejasteis atrapar? Yo voy a liberaros”. Abrió la jaula pero en vez de salir volando, fueron a colocarse en su pecho y en su capucha y no se querían ir. San Francisco las llevó a la ermita y les dijo: “multiplicaos como lo quiere vuestro Creador”. Tuvieron muchos pichoncitos. No salían de la compañía de San Francisco y de los frailes, como si fuesen domésticas. Sólo levantaron el vuelo y salieron volando por los aires cuando San Francisco las bendijo y las dejó ir.

Como se deduce, la compasión, en la línea del budismo y del Fundamento de la moral (1840) de Arthur Schopenhauer, fundada en la ilimitada compasión para con todos los seres, no es sólo importantísima para quien está sufriendo actualmente, sino para toda la creación.

Concluyamos con las palabras inspiradoras del Dalai Lama: “Ya crea o no crea usted en Dios, ya crea en Buda o no… tenemos que participar en los sufrimientos de las otras personas. Aunque uno no pueda ayudarlas con dinero, siempre es válido expresar apoyo moral y empatía. Ésta debe ser la base de nuestro actuar. Que a esto le llamemos religión o no, es lo que menos importa” (Lógica del amor, 1998).

Nuestra conclusión: más allá de cualquier diferencia o singularidad, lo que importa es la compasión.

Fuente de la Información: https://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=1030

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UNESCO: Informe desvela las Medidas de Auxilio Financiero para los Estudiantes de Educación Superior durante la Pandemia

Informe desvela las Medidas de Auxilio Financiero para los Estudiantes de Educación Superior durante la Pandemia

  • En la región, más de 50% de la matrícula de educación superior la financian los hogares. En Chile, Brasil o Perú, estas proporciones son de 84%, 75% y 70%, respectivamente  
  • Mientras Chile dedica 19% de la inversión pública en educación superior a financiar directamente las instituciones de educación superior y 81% al financiamiento directo de los estudiantes, Perú dedica 90% y 10% de sus recursos al financiamiento de la oferta y la demanda, respectivamente  
  • Durante la pandemia más del 60% de las IES públicas y 90% de las privadas anunciaron descuentos en las matrículas  

    La irrupción de COVID-19 ha impactado la educación superior en América Latina. La crisis económica desatada por la pandemia afecta ampliamente la matrícula universitaria en la región. En Colombia, cifras preliminares muestran una caída en la matrícula universitaria de más del 11% en el segundo semestre de 2020, comparado con 2019. Sin herramientas complementarias de subsidio y financiamiento, muchos estudiantes, especialmente de ingresos medios y bajos o en países con alta prevalencia de la matrícula privada, no podrán acceder o desertarán de la educación superior.  

    En este contexto ¿qué políticas y medidas han adoptado los países para ofrecer apoyo financiero a los universitarios de la región en el marco de la pandemia? ¿Cómo difieren estas ayudas en función de la configuración de los esquemas nacionales de financiamiento de la educación superior? ¿Cómo se complementaron las ayudas provenientes del gobierno con instituciones de crédito educativo (ICE) e instituciones de educación superior (IES), para responder a las necesidades financieras de los alumnos?

    Con la finalidad de analizar las medidas especiales que los principales actores del financiamiento de la educación superior adoptaron para apoyar a los estudiantes durante el 2020, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Asociación Panamericana de Instituciones de Crédito Educativo (APICE), y el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC) realizaron el estudio Educación superior y COVID-19 en América Latina y el Caribe: Financiamiento para los estudiantes, presentado oficialmente el 9 de julio de 2021.    

    La publicación se basa en los resultados de una encuesta regional dirigida a los actores públicos y privados encargados del financiamiento de la educación superior en 11 países de la región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Honduras, México, Perú, República Dominicana y Uruguay. De acuerdo a esta, cinco de siete gobiernos participantes tomaron medidas para ayudar a las IES durante el periodo de confinamiento y tres reportaron haber diseñado nuevos programas para su financiamiento o alivio financiero posconfinamiento. Estas medidas comprenden ayudas financieras (transferencias extraordinarias directas y reorientación de recursos financieros) y ayudas no financieras (ayudas en recursos físicos, técnicos y pedagógicos).  

    Entre los principales hallazgos del estudio se cuenta que más del 60% de las IES públicas y 90% de las privadas anunciaron descuentos en las matrículas, y algunas plantearon estrategias de internacionalización virtual con universidades aliadas en el extranjero para incentivar la permanencia de los estudiantes. 

    Por otra parte, ninguno de los países encuestados, con excepción de Chile y Republica Dominicana, cuenta con programas de gobierno de apoyo financiero directo a las IES privadas. Solo las IES públicas recibieron ayudas extraordinarias directas en estos países, aunque, en promedio, más del 50% de la matrícula en educación superior en la región es privada. La encuesta además arroja que las IES públicas presentan alta dependencia financiera de los recursos provenientes del gobierno (61% de los recursos totales, en promedio), mientras que las IES privadas tienen una alta dependencia de los aranceles o matrículas pagados por los estudiantes (84 % en promedio). 

Recomendaciones sostenibles de acción 
A través de ejemplos concretos representados por las iniciativas de los actores objeto de este estudio, el mismo propone recomendaciones basadas en buenas prácticas, referidas a la flexibilidad en el financiamiento, la implementación de instrumentos financieros innovadores y sostenibles, y el fomento y creación de alianzas y programas en bloque.  

En el ámbito del financiamiento, el informe recomienda a los gobiernos: incorporar en los subsidios a las IES ajustes innovadores que viabilicen el acceso a instituciones tanto públicas como privadas; promover líneas de crédito de fomento con menos tasas de interés y mayores plazos para ICE e IES para apoyar la financiación de la educación superior; avalar créditos de fomento a las ICE provenientes de créditos externos de la banca multilateral, como mecanismo de financiamiento directo a los estudiantes.  

A las instituciones de educación superior, recomienda diversificar sus fuentes de ingreso para disminuir el riesgo financiero en el contexto de la crisis, por ejemplo, con la oferta de servicios de consultoría pública y privada; y ampliar la oferta educativa mediante la innovación y la transformación digital, incorporando cursos cortos y certificaciones digitales acordes con las nuevas tendencias y necesidades productivas y de la sociedad.  

Con respecto a la implementación de instrumentos financieros innovadores y sostenibles, el informe recomienda: la implementación de modelos de becas con responsabilidad compartida para incentivar el acceso y la permanencia de los estudiantes; la adopción de estrategias de respaldo a los créditos de estudiantes con modelos solidarios como alternativa para quienes no cuentan con codeudores o avalistas; los préstamos de repago contingente a los ingresos, que permiten cuotas que suben y bajan de acuerdo a los ingresos del prestatario; y mejorar los sistemas de gestión educativa universitaria y de los egresados para contar con información sobre los ingresos, monitoreo estudiantil y alertas tempranas, apoyo académico y sicológico para apoyar a los estudiantes en riesgo, entre otros. 

En cuanto al fomento y creación de alianzas y programas en bloque resalta la importancia de fortalecer el trabajo interinstitucional para el despliegue de estrategias comunes, que ha redundado en modelos de atención a los estudiantes con acciones orientadas a mejorar el acceso y evitar la deserción, con sistemas de crédito que favorecen al estudiante.  


Descargue el informe:  https://www.iesalc.unesco.org/wp-content/uploads/2021/07/financiamiento-09072021.pdf

 

Fuente de la Información: https://www.iesalc.unesco.org/2021/07/08/informe-desvela-las-medidas-de-auxilio-financiero-para-los-estudiantes-de-educacion-superior-en-la-region-durante-la-pandemia/

 

 

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Educar la autonomía: un desafío en la pandemia

Educar la autonomía: un desafío en la pandemia

Publicado por: Pluma invitada

Hilda Ana María Patiño Domínguez *

Uno de los retos más importantes que planteó la pandemia por COVID-19 a la educación de las niñas y los niños fue lograr que desarrollaran su capacidad de autonomía para aprender y tomar decisiones. Este asunto parece paradójico porque por un lado, el hecho de no ir a la escuela abría la oportunidad de la flexibilidad de horarios, de usar otras fuentes que no fueran el libro de texto, de pasar más horas fuera del ojo vigilante de la maestra y sin la interrupción del juego con los compañeros, abría un espacio inédito para que los niños y niñas pusieran en marcha sus capacidades de aprender por sí mismos.

De hecho, en muchas circunstancias, el mensaje del Whatsapp era la única vía de comunicación de una maestra que solicitaba la tarea y que confiaba en que sus alumnos la resolverían por sí mismos, por lo que se vieron expuestos a echar mano de sus propios recursos e ingenio.

Esto, definitivamente, abona a la configuración de la autonomía. Sin embargo, por otro lado, esta misma situación se convirtió en un obstáculo para desarrollar personalidades autónomas, pues las madres y padres, al involucrarse más hondamente en la educación escolar de sus hijos, tomaron el papel de los maestros y ejercieron una vigilancia estrecha sobre la conducta de sus hijos. Hubo madres trabajadoras que sentaron a sus hijos junto a ellas para supervisar que realizaran los ejercicios y tareas.

–“Si no lo hago así se me va de pinta”, me dijo una de ellas. “Ahora es muy fácil hacerlo. Basta con darle un click a la pantalla y te vas de la clase al TikTok o a un videojuego…”. 

Padres, madres y maestros coinciden, seguramente, en que la finalidad de toda educación es lograr que las personas se vuelvan autónomas: piensen por sí mismas, decidan por sí mismas y aprendan por sí mismas. Pero construir la autonomía no es cosa fácil. Requiere de años maduración de los factores cognitivos y socioafectivos  que permiten a la persona tomar las riendas de su propia vida y responsabilizarse por sus decisiones y las consecuencias de las mismas.

Se trata de una competencia socioemocional compleja que implica factores cognitivos, afectivos y sociales y que involucra habilidades intrapersonales como la autoconciencia, el autoconocimiento, la autoeficacia, la autoestima, pero también habilidades emocionales interpersonales como la empatía, la colaboración, y las actitudes prosociales en general.

La finalidad de la educación no sería lograr la formación de personas autonómas si esto no coadyuvara a la construcción de una sociedad mejor para todos. Por tanto, la autonomía no debe confundirse con el individualismo, que es la afirmación del yo y sus necesidades y deseos como criterio único de referencia.

Desde luego que la conciencia de ser un individuo es importante para entender que tomamos decisiones y que somos responsables de nuestros actos, pero es preciso añadir a la conciencia individual la conciencia de la intersubjetividad, de la necesaria relación con los demás para lograr nuestra identidad. Es decir,  que la construcción del concepto del yo como sí mismo implica una narrativa a partir de una dialéctica de identificación y diferenciación con el los otros.

La vivencia de la intersubjetividad nos lleva a la conciencia de la interdependencia: todos necesitamos de todos, y lo que yo hago repercute en otros,  así como lo que otros hacen repercute en mí. Llegar a esta conciencia implica un delicado balance a la que una buena educación debe aspirar. ¿Hasta dónde ayudar a un niño a aprender y hasta dónde dejar que aprenda por sí mismo? ¿Hasta dónde le permitimos que tome sus propias decisiones y hasta dónde debemos poner límites para las mismas? Evidentemente, se trata de un proceso gradual que requiere, en el fondo de una amorosa ética del cuidado.

Los tiempos de pandemia nos dejaron desarmados ante lo incierto y es natural que muchas madres y padres hayan exacerbado su instinto de protección. Pero los niños y niñas necesitan crecer y aprender a afrontar sus propios problemas. He dialogado con varias maestras que me han dicho lo importante que es que los padres de familia no traten de intervenir en las tareas de los hijos o resolverles los problemas matemáticos.

Antes de la pandemia, cuando los niños y niños dejaban su hogar para ir a la escuela, el aprendizaje quizás más importante para su vida futura era valerse por sí mismos y ganarse un lugar en una sociedad más amplia y diversa, fuera de la protección familiar.

De algún modo, la escuela les obligaba a  enfrentar sus problemas y a aprender con la ayuda de los profesores y de sus compañeros. Esa función de socialización necesaria para forjar tanto la autonomía como la vida en común se perdió cuando la escuela se trasladó al hogar y los padres se convirtieron en profesores, de manera intempestiva y sin ninguna preparación pedagógica previa. Hicieron lo que pudieron. Y tal vez, en esa necesidad de hacerlo bien, muchos ejercieron una vigilancia extrema sobre sus hijos.

Ahora las maestras y maestros están solicitando a esos padres que no les hagan la tarea a los niños, que respondan los exámenes por ellos, que, por favor, dejen que se equivoquen. Otra vez la virtud como justo medio entre los dos extremos del exceso y del defecto, de la que Aristoteles habló hace tanto siglos en su Ética a Nicómaco, vuelve a darnos luz,  pues para educar en la autonomía responsable tan malo es no guiar ni supervisar como hacerlo en demasía.

La buena pedagogía desafía a los alumnos a lograr cosas por sí mismos, a descubrir,  a resolver, pero, al mismo tiempo,  sienta las bases necesarias para que puedan dar el salto de lo conocido a lo desconocido. Es el andamiaje del que habla Bruner, siguiendo la idea de la Zona de Desarrollo Próximo de Vigotsky, otra idea del justo medio en la que Aristóteles vuelve a resonar con sentido realista: no poner a los estudiantes retos tan difíciles que se frustren por no resolverlos, ni tan fáciles que no les resulten aburridos.

Darles las armas necesarias para resolver retos emocionantes de manera colaborativa construye, además, el sentido de una comunidad de aprendizaje. Esa es la delicada, loable y muchas veces mal comprendida, labor de los docentes.

La vivencia de ir logrando desafíos forja el carácter de los niños y niñas, y su sentido de autoeficacia, un ingrediente indispensable para construir la autonomía.  El sentirse capaz de lograr algo, además, redunda en la estima que nos tenemos a nosotros mismos.

Educar en la autonomía, por tanto, requiere de promover habilidades como la autoestima, la autoeficacia, la tolerancia a la frustración y la perseverancia, y valores como el respeto, la responsabilidad, la honestidad y la solidaridad.

Desde el punto de vista cognitivo, el ingrediente clave para lograrlo es la reflexión metacognitiva. Pensar antes de decidir, identificar los pros y los contras de una decisión, conocer cuáles son los propios procesos de conocimiento y las propias motivaciones y deseos, solo se logra cuando emprendemos un viaje al interior de nosotros mismos. Es el viaje que Sócrates realizó motivado por la frase inscrita en el Oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”.  No en vano es el padre de la ética. Sus enseñanzas sentaron las bases del pensamiento crítico que se detona en el diálogo con un maestro que sabe hacer las preguntas pertinentes para tomar las decisiones correctas de cara a una comunidad.

Preguntarnos cómo ayudar a nuestras hijas e hijos a construir su autonomía es por ello, una cuestión ética de primera importancia.

…………….

https://www.muxed.mx/post/educar-la-autonom%C3%ADa-un-desaf%C3%ADo-en-la-pandemia

*Hilda Ana María Patiño Domínguez. Integrante de MUxED, Licenciada en  Filosofía y Maestra en Ciencias de Educación por Syracuse University, Nueva York. Es Doctora en Educación por la Universidad Iberoamericana y actualmente es la directora del Departamento de Educación en esa misma universidad. Sus líneas de investigación son la educación humanista, la educación socioemocional y las prácticas docentes a nivel universitario. Linkedin: linkedin.com/in/hilda-patiño-domínguez-15619111

Referencias:

Bandura, A. (1999). Autoeficacia: Cómo afrontamos los cambios de la sociedad actual. Biblioteca de Psicología. Bilbao, España: Desclée De Bower.

Bisquerra, R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Madrid: Síntesis.

Bisquerra, R., & Pérez, N. (2007). Las competencias emocionales. Obtenido de UNED Facultad de Educación: https://casel.org/wp-content/uploads/2019/12/CASEL-wheel-competencies-Spanish.pdf

Vigotsky LS. (2006). “Interacción entre aprendizaje y desarrollo”. En: Segarte AL, compiladora. Psicología del desarrollo escolar. Selección de lecturas. La Habana: Editorial Félix Varela; 2006. p. 45-60.

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/educar-la-autonomia-un-desafio-en-la-pandemia/

 

 

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Más de un 1,5 millones de niños precisan ayuda de emergencia en Haití

Más de un 1,5 millones de niños precisan ayuda de emergencia en Haití

Noticias ONU
9 Julio 2021

El país caribeño vive su peor crisis humanitaria de los últimos años y el deterioro aumenta día tras día debido a la violencia, la falta de acceso a servicios básicos, la pandemia y los huracanes. Haití es el único país de América que no ha recibido ninguna vacuna COVID-19.

El Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) dio la alarma este viernes sobre la situación humanitaria en Haití, donde al menos 1,5 millones de niños necesita ayuda urgente para sobrevivir en un entorno de carencias y violencia creciente.

Según la agencia de la ONU, la suma de factores como el aumento de la violencia, el acceso limitado al agua potable, la salud y la nutrición, los servicios de educación y protección interrumpidos por la pandemia de COVID-19, y los huracanes han sumido al país en su peor crisis humanitaria de los últimos años.

Además, el reciente asesinato del presidente Jovenel Moïse ha generado disturbios que podrían acarrear mayor violencia e inseguridad, dificultando la labor de los trabajadores humanitarios que distribuyen asistencia de emergencia a la población más vulnerable.

La violencia obstruye el trabajo humanitario

“Cuando las pandillas luchan en la calle y las balas vuelan, es difícil llegar a las familias más vulnerables con estos suministros que salvan vidas. A menos que se otorgue un paso seguro a las organizaciones humanitarias, miles de niños afectados seguirán con poca o ninguna asistencia”, dijo el representante de UNICEF en Haití.

Bruno Maes señaló que la vida de muchos niños depende de la ayuda humanitaria y de artículos esenciales, como vacunas, jeringas, medicinas y alimentos terapéuticos.

Agregó que aunque UNICEF cuenta con suministros que pueden salvar vidas en el país, la violencia y la inestabilidad prolongadas podrían impedir la entrega y reposición de artículos esenciales para los niños, incluidas vacunas, medicamentos y suministros médicos, así como tratamientos para la desnutrición.

Desde principios de año, la situación humanitaria de las familias haitianas se ha deteriorado mucho y sólo en el primer trimestre se incrementaron un 26% las hospitalizaciones de niños con desnutrición aguda grave, con respecto al año anterior.

Para empeorar el panorama, en junio estallaron los enfrentamientos entre grupos armados en algunas zonas de Puerto Príncipe, provocando incendios y otros daños en cientos de viviendas.

De acuerdo con los datos de la ONU, desde entonces más de 15.000 mujeres y niños han abandonado sus hogares a causa de la violencia en la capital y la periferia.

Al menos 1,5 millones de niños precisan asistencia humanitaria urgente en Haití

Sin vacunas COVID-19

Además, los casos de COVID-19 van en aumento y para fines de junio se habían registrado más de 18.500 infecciones y 425 muertes.

UNICEF reportó que los hospitales dedicados para pacientes con COVID-19 están saturados y enfrentan una escasez de oxígeno. Asimismo, algunos pacientes mueren porque la violencia impide que las ambulancias lleguen a auxiliarlos.

El representante del organismo para la infancia recordó que Haití es el único país de América al que no ha llegado una sola dosis de la vacuna COVID-19.

Es inaceptable. (…) En medio del aumento de los casos de coronavirus en Haití, cualquier día adicional sin vacuna pone en peligro la vida de cientos de personas”, recalcó Maes.

El trabajo de UNICEF

UNICEF solicitó este año 48,9 millones de dólares para aliviar las necesidades humanitarias de 1,5 millones de personas en Haití, incluidos más de 700.000 niños, pero hasta ahora sólo ha recibido el 31% de los fondos requeridos.

El Fondo para la Infancia apoyará la distribución, transporte y almacenamiento de vacunas COVID-19 a la temperatura adecuada.

En los últimos tres años, UNICEF ha instalado más de 920 refrigeradores solares en Haití para fortalecer la cadena de frío, principalmente en áreas remotas donde la electricidad no es confiable. En total, la agencia ha equipado al 96% de las instituciones de salud del país con refrigeradores solares.

UNICEF instó a poner fin a la violencia de las pandillas en Haití y pidió que se garantice el movimiento seguro del personal humanitario para llegar con asistencia a las familias en las zonas más afectadas de Puerto Príncipe.

Fuente de la Información: https://news.un.org/es/story/2021/07/1494192

 

 

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América Latina: Lanzamiento informe: La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe

Lanzamiento informe: La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe

 

Persisten los problemas en América Latina: Desigualdades sociales, altos niveles estructurales de pobreza, poca inversión por parte de los estados, la productividad escasa.

Descargue este video de la CEPAL y obtendrá esta interesante información que desnuda la problemática de América Latina y el Caribe.

Fuente de la Información: https://www.cepal.org/es/videos/lanzamiento-informe-la-paradoja-la-recuperacion-america-latina-caribe

 

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Descubren cómo el cerebro nos proyecta la realidad

Una región de la corteza visual comúnmente asociada con el procesamiento de escenas espaciales funciona como un proyector de la realidad: relaciona y enlaza con increíble velocidad los objetos y situaciones que permiten crear la realidad que percibimos y establecer expectativas sobre el mundo.

Un estudio desarrollado en la Universidad Johns Hopkins ha identificado la región del cerebro que cumple la función de «proyectar» la realidad: un área de la corteza visual crea relaciones a toda velocidad entre elementos percibidos y situaciones vividas, conformando la imagen del mundo que nos sirve de referencia.

Por ejemplo, si observamos un avión genera inmediatamente imágenes del cielo, nubes o nos sitúa en algún aeropuerto que hemos visitado previamente, construyendo así una escena general correspondiente a cada situación. La investigación ha sido publicada recientemente en la revista Nature Communications.

Según una nota de prensa, los científicos emplearon el aprendizaje automático y las imágenes cerebrales para identificar y describir el fenómeno de «co-ocurrencia», a través del cual se vinculan automáticamente los objetos en nuestras mentes. El mecanismo cerebral hace posible crear un contexto para el entorno.

Relaciones que crean la percepción de la realidad

Las redes de «co-ocurrencia» sirven para proporcionar una visualización gráfica de las relaciones potenciales entre objetos, situaciones y conceptos. En ellas, las limitaciones de tiempo y espacio se suprimen: de esta forma, podemos enlazar aspectos del pasado con el presente o proyectar a futuro a partir de información actual.

Aunque se trata de un concepto de las ciencias del lenguaje que explica cómo se articulan las relaciones entre términos dentro de una unidad de texto, se aplica directamente al campo cognitivo: es sabido que las estructuras lingüísticas y de pensamiento poseen mecanismos y lógicas muy similares.

En la investigación, los especialistas realizaron en principio una serie de pruebas con un grupo de voluntarios, a los cuales se les presentaron diversos objetos y conceptos. El objetivo era cuantificar las relaciones establecidas, para posteriormente analizarlas mediante un algoritmo de aprendizaje automático.

Gracias a esa información y su tratamiento, lograron establecer las características y la frecuencia de las redes de «co-ocurrencia», o sea las principales relaciones que establecían los participantes y que les permitían vincular, por ejemplo, un bolígrafo con un teclado de ordenador a partir del concepto de escritura o comunicación.

El rol de la corteza visual

Una vez identificadas estas relaciones, el segundo paso fue intentar rastrearlas en la actividad cerebral, concretamente mediante imágenes de resonancia magnética funcional, o fMRI. Fue entonces cuando descubrieron que un sector de la corteza visual se activaba especialmente al momento de establecer las relaciones que construyen la realidad que percibimos.

Según los investigadores, el estudio demuestra por qué las personas tienen más inconvenientes para relacionar objetos o elementos fuera de contexto. Es que el sector identificado en el cerebro funciona como una «reserva» de asociaciones contextuales: si pensamos en la rueda de un vehículo, de forma casi inmediata nos trae a la mente la imagen completa del coche.

Todas las posibles asociaciones y relaciones contextuales para un concepto o situación parecen estar «latentes» en esta parte de la corteza visual, que es la zona cerebral encargada de decodificar la percepción y convertirla en visión, entre otras funciones. El subsector concreto que pudo identificarse se denomina corteza parahipocampal.

Por otro lado, cuando el cerebro no encuentra una asociación inmediata entre dos conceptos porque los mismos están descontextualizados, se pone en marcha otro proceso diferente y más lento. No es lo mismo relacionar «arena» con «mar» que «arena» con «nevera». En el segundo caso, el cerebro debe buscar relaciones ilógicas o irracionales para encontrar algún tipo de significado.

Este descubrimiento deja en claro que existe un doble mecanismo que construye la realidad que percibimos: el cerebro capta la información del entorno, pero al mismo tiempo la procesa y decodifica a partir de mecanismos que reciben la influencia de situaciones previas, expectativas, subjetividades y vivencias personales. Esto determina que cada uno de nosotros siempre vea algo diferente, aunque estemos apreciando la misma escena.

Referencia

Object representations in the human brain reflect the co-occurrence statistics of vision and language. Heather Bonner, M.F., Epstein, R.A. Nature Communications (2021).DOI:https://doi.org/10.1038/s41467-021-24368-2

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/descubren-como-el-cerebro-nos-proyecta-la-realidad.html

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