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Medio Oriente: Estados Unidos necesita la guerra

Medio Oriente: Estados Unidos necesita la guerra

Casi 10.000 palestinos muertos en la Franja de Gaza a causa de los bombardeos israelíes contra el territorio palestino.

Por: Marcelo Colussi

Un Medio Oriente en llamas le es funcional, por eso abiertamente apoya la injustificable e inmoral actual intervención militar israelí en Palestina. Incluso, promete traspasar miles de millones de dólares para apoyar esa aberración.

Se ha dicho que Estados Unidos no tiene 50 estados, sino 51; el quincuagésimo primero es Israel, enclavado en Medio Oriente.

Este país, creado en 1948 como compensación al pueblo judío luego del holocausto causado por el nazismo con seis millones de muertos en los patéticos campos de concentración, en un principio no jugó el papel terrorífico que presenta hoy día. Como producto de negociaciones británico-francesas que buscaban manejar las reservas petroleras de la zona, el nuevo Estado apareció, desplazando ya al pueblo palestino, pero sin presentar el carácter belicista de hoy. Fue luego de la Guerra del Sinaí, en 1956, cuando Estados Unidos -ya en ese entonces potencia global, enfrentada con su archirrival, la Unión Soviética, en la Guerra Fría- entra a jugar en Medio Oriente, intentando dominar las fuentes de oro negro.

A partir de entonces, desplazando definitivamente a Gran Bretaña como gran poder imperial, Washington comienza a entronizarse en la región. Desde 1963, con la presidencia de John Kennedy, la relación de la Casa Blanca con Tel Aviv se vuelve orgánica. Allí, y en forma progresivamente creciente, el Estado de Israel se convierte en la avanzada estadounidense en una zona que considera vital para sus intereses: reserva petrolera, punto donde bloquear la presencia soviética en aquel entonces, y hoy, la posibilidad de entorpecer el desarrollo chino manejando los hidrocarburos.

No es ninguna novedad que Israel recibe una gran ayuda estadounidense en lo militar: 4.000 millones de dólares al año (el 17% de la ayuda externa mundial entregada por Washington). Por complejos anudamientos de intereses el lobby judío de la superpotencia -con gran poder de influencia- consiguió que tanto la administración federal como importantes sectores de la iniciativa privada, destinen ingentes recursos al país medio-oriental. La inversión no es gratuita. Israel, más allá de sectores pacifistas de los que también hay, como Estado nacional cumple a la perfección su mandato, no muy oculto por cierto, de defender intereses extrarregionales: es el gendarme armado hasta los dientes que la geoestrategia estadounidense destina a la región, incluso con armamento nuclear, oficialmente no declarado, pero de hecho existente (hasta 400 armas atómicas).

Desde la década de los 70 del siglo pasado, Estados Unidos ha impuesto al mundo la necesidad de adquirir dólares para, con ellos, poder comprar petróleo. En otros términos, la mayor parte del planeta, salvo en ese entonces la Unión Soviética, se vio obligada a depender de la divisa norteamericana para acceder a un elemento tan vital en el mundo moderno como es este energético, indispensable para todo. Pero ahora las cosas están cambiando.

China, con su particular modelo (“socialismo de mercado”) comienza a disputarle la supremacía económica a Estados Unidos en un trato de igual a igual. En esta perspectiva va de la mano de la otra gran potencia euroasiática, Rusia, inconmensurable poder militar, que también le habla de tú a tú a Washington en el campo bélico. La alianza Beijing-Moscú ha dado lugar al nacimiento de los llamados Brics, ahora ampliados. Es decir: economías emergentes que, sin dejar de ser capitalistas (salvo China), intentan alejarse de la supremacía estadounidense. Ahora el gas y el petróleo ya no lo negocian en petrodólares sino en otras divisas. Esto significa la decadencia final del hasta hoy imperialismo dominante de Estados Unidos. El mundo está dejando de ser unipolar, buscando un equilibrio multipolar.

Las petromonarquías de Medio Oriente, como Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, o una poderosa teocracia como Irán, e igualmente Etiopía, importante productor de petróleo en África, o Rusia, otra gran fuente de hidrocarburos, todas comienzan fijar el precio del petróleo en monedas que no son el dólar. Se va constituyendo así una nueva arquitectura global donde el capitalismo occidental (Estados Unidos y su furgón de cola: la Unión Europea, más el brazo armado de la OTAN) se ve confrontado por un nuevo orden internacional. El Medio Oriente petrolero puede así desembarazarse de Washington. En esa lógica, el Estado israelita híper militarizado queda fuera de juego. Para los países de la región, los BRICS ampliados representan una alternativa más prometedora y tranquila que un Estados Unidos belicista y su sucursal Israel, “un perro rabioso, muy peligroso para ser molestado”, como dijera sin vergüenza el general judío Moshé Dayan.

En medio de esa nueva perspectiva que se va abriendo con los Brics, aparece nuevamente la guerra en la zona. El ataque del grupo Hamas el 7 de octubre reabre el conflicto regional. El Estado de Israel comienza una ofensiva militar sin precedentes, masacrando a la población palestina so pretexto de aniquilar a Hamas. El capitalismo occidental, con su silencio cómplice, termina avalando esa monstruosidad, y las Naciones Unidas, una vez más, se muestran ineficientes para detener el genocidio.

Estados Unidos necesita la guerra. Un Medio Oriente en llamas le es funcional, por eso abiertamente apoya la injustificable e inmoral actual intervención militar israelí en Palestina. Incluso, promete traspasar miles de millones de dólares para apoyar esa aberración (casi 10.000 palestinos muertos en este mes). Israel vuelve a jugar el papel de “perro rabioso, muy peligroso para ser molestado”, como decía el militar citado. Es un mensaje a la región: el genocidio del pueblo palestino en Gaza y Cisjordania muestra que Washington no busca la paz en modo alguno, sino que justifica la guerra. El aniquilamiento de grupos guerrilleros (denominados “terroristas”) es la supuesta razón de las actuales acciones de Tel Aviv, con lo que el Medio Oriente completo arde, y se consuma el mensaje de la Casa Blanca: “¡aléjense de los Brics!”

El mensaje también incluye a Rusia y China, quienes no podrán quedar impávidos viendo cómo se ataca a sus socios y a sus inversiones en la zona, por lo que estamos en el preámbulo de lo que podría ser una nueva guerra mundial. Un imperio en declive como es hoy Estados Unidos puede apelar a lo que sea para no perder su cetro. ¿Es la guerra total su salida?

Fuente de la Información: https://www.telesurtv.net/opinion/Medio-Oriente-Estados-Unidos-necesita-la-guerra-20231106-0031.html

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Holocausto y/o Genocidio

Por Franklin González

«Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia.» (Mahatma Gandhi).

En diversas fuentes de información y por el principal medio de comunicación del mundo de hoy-las redes sociales-, así como en las películas de Hollywood y Netflix, se dice, repite y afirma que ha habido un holocausto, asociado exclusivamente con el genocidio que tuvo lugar en Europa durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial bajo el régimen de la Alemania.
Y, ciertamente, debe decirse que ese fue un acontecimiento horripilante, aborrecible, deleznable, donde murieron, según algunas fuentes, algo así como 9 millones de judíos en la llamada «solución final». Por su puesto, que el holocausto del pueblo judío a manos del ejército nazi fue un episodio histórico terrible.
Al respecto, rescatamos dos expresiones que son importantes.
Una, la de genocidio, que es la destrucción organizada y deliberada, total o en gran parte, de grupos raciales o étnicos por parte de un gobierno o sus agentes, que puede implicar no solamente matanzas masivas sino también deportaciones forzadas (limpieza étnica), violaciones sistemáticas, y el sometimiento económico y biológico. El artículo número dos de la Convención sobre Genocidio de 1948, de la Organización de Naciones Unidas, lo describe como las acciones llevadas a cabo con la intención de «destruir, total o parcialmente, una nación, una etnia, raza o grupo religioso».
Dos, el holocausto se define como «gran matanza de personas, especialmente la que tiene como fin exterminar un grupo social por motivos de etnia, religión o política».
¿Habrá alguna duda que lo anterior está ocurriendo con el pueblo de Palestina?
Veamos
¿Un revanchismo histórico?
El secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró: «Me horroriza la noticia del ataque en Gaza contra un convoy de ambulancias frente al hospital Al Shifa. Las imágenes de cadáveres esparcidos por la calle ante el hospital son estremecedoras». También destacó que: «No llegan alimentos, agua ni medicinas suficientes para satisfacer las necesidades de la población. El combustible para los hospitales y las plantas de agua se está agotando».
Guterres indicó que, desde hace casi un mes, la población civil de Gaza, incluidos niños y mujeres, «ha sido asediada, se le ha negado ayuda, ha sido asesinada y bombardeada para expulsarla de sus hogares».
Siete relatores especiales de las Naciones Unidas alertan que se agota el tiempo para evitar «un genocidio y una catástrofe en Gaza» y «estamos convencidos de que el pueblo palestino está en grave riesgo de sufrir un genocidio».
Además, han dicho que «el tiempo para la acción es ahora» para evitar un genocidio y aseguran que «los aliados de Israel tienen también responsabilidad y deben actuar para evitar este desastroso desarrollo de los acontecimientos».
Los firmantes del comunicado, incluida la relatora de la ONU para Palestina Francesca Albanese, han expresado también su «profunda frustración» por la consigna israelí a «diezmar una Franja de Gaza asediada».
Por último, subrayaron que las recientes imágenes y las noticias alarmantes y preocupantes sobre los palestinos que agarran desesperadamente harina y otros suministros humanitarios en almacenes de la ONU, beben agua del mar en la falta de agua potable o son sometidos a cirugía sin anestesia, «muestran que hemos llegado a un punto de ruptura» en lo que respecta a necesidades humanitarias de los civiles asediados en la Franja de Gaza.
Craig Mokhiber, ex alto funcionario de la ONU, escribió una carta de renuncia el ataque israelí a Gaza al Alto Representante de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, donde denunció:
– Que «estamos viendo cómo se desarrolla un genocidio ante nuestros ojos, y la Organización a la que servimos parece impotente para detenerlo».
– Que la actual matanza masiva del pueblo palestino, está «enraizada en una ideología colonial etnonacionalista de colonos, como continuación de décadas de su persecución y purga sistemáticas, basadas enteramente en su condición de árabes, y unida a declaraciones explícitas de intenciones por parte de dirigentes del gobierno y el ejército israelíes, no deja lugar a dudas ni a debate».
– «En Gaza, se atacan gratuitamente hogares civiles, escuelas, iglesias, mezquitas e instituciones médicas, y se masacra a miles de civiles. En Cisjordania, incluida la Jerusalén ocupada, se confiscan y reasignan viviendas basándose exclusivamente en la raza, y los violentos pogromos de colonos van acompañados de unidades militares israelíes. El apartheid impera en todo el país».
– «El proyecto colonial europeo, etnonacionalista y de colonos en Palestina ha entrado en su fase final, hacia la destrucción acelerada de los últimos restos de vida palestina indígena en Palestina. Es más, los gobiernos de Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de Europa son totalmente cómplices de este horrible asalto. Estos gobiernos no sólo se niegan a cumplir sus obligaciones de garantizar el respeto de los Convenios de Ginebra, sino que, de hecho, están armando activamente el asalto, proporcionando apoyo económico y de inteligencia, y dando cobertura política y diplomática a las atrocidades de Israel».
– «Los medios de comunicación corporativos occidentales, cada vez más capturados y adyacentes al Estado, violan abiertamente el artículo 20 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), deshumanizando continuamente a los palestinos para facilitar el genocidio y difundiendo propaganda de guerra y apología del odio nacional, racial o religioso que constituye incitación a la discriminación, la hostilidad y la violencia. Las empresas de medios sociales con sede en Estados Unidos suprimen las voces de los defensores de los derechos humanos mientras amplifican la propaganda proisraelí».
– «El Consejo de Seguridad, con su poder de protección, ha sido bloqueado de nuevo por la intransigencia de Estados Unidos. Décadas de distracción por las promesas ilusorias y en gran medida falsas de Oslo han desviado a la Organización de su deber fundamental de defender el derecho internacional, los derechos humanos internacionales y la propia Carta».
-«El mantra de la «solución de dos Estados» se ha convertido en una burla abierta en los pasillos de la ONU, tanto por su absoluta imposibilidad de hecho, como por su total incapacidad para dar cuenta de los derechos humanos inalienables del pueblo palestino».
– «En las últimas décadas, partes clave de la ONU se han rendido al poder de Estados Unidos y al miedo del lobby israelí, abandonando estos principios y retirándose del propio derecho internacional. Hemos perdido mucho con este abandono, sobre todo nuestra propia credibilidad mundial. Pero el pueblo palestino ha sufrido las mayores pérdidas como consecuencia de nuestros fracasos».
El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, ha dicho que, aunque Washington y sus aliados dicen exigir el cumplimiento del derecho internacional humanitario en todas las hostilidades, ahora prefieren ignorar «la horrible destrucción en Gaza, muchas veces superior a todo lo que han criticado airadamente en otros contextos regionales».
Nebenzia manifestó que el conflicto palestino-israelí «ha sido y sigue siendo el epicentro» de las crisis de Oriente Medio, y afirmó que la nueva escalada de violencia demuestra que la normalización de las relaciones entre Tel Aviv y los Estados árabes «no puede ni debe producirse a costa de los palestinos».
Es una lástima que nuestros colegas occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU sigan saboteando cualquier esfuerzo para una desescalada sobre el terreno e impidiendo que el Consejo tome medidas urgentes para normalizar la situación lo antes posible.
El alto diplomático también afirmó que el objetivo de Washington «no es sólo desviar la atención del fracaso de su propia política, culpando a Irán, Hezbolá y los palestinos de la Franja de Gaza de todos los problemas», sino también persuadir al Consejo de Seguridad para que legalice la campaña terrestre de Israel en el enclave palestino.
Afirmó que actualmente los países occidentales prefieren ignorar «la horrible destrucción en Gaza, muchas veces superior a todo lo que han criticado airadamente en otros contextos regionales: los ataques contra objetivos civiles, incluidos hospitales, la muerte de miles de niños y el atroz sufrimiento de los civiles sometidos a un bloqueo total».
Finalmente, este diplomático ruso condenó las declaraciones «insultantes» de los funcionarios israelíes con respecto a todos los palestinos, así como sobre la supuesta «responsabilidad colectiva de todo un pueblo por las acciones de Hamás» y «el bloqueo total de la Franja por parte de Israel es inaceptable. Un bloqueo así, además de provocar el pánico entre la ya asustada y desesperada población civil, socava directamente la labor de los servicios médicos y de rescate, lo que provocará más víctimas civiles»
Por su parte, la ministra de Igualdad del Gobierno español, Irene Montero, también se pronunció, condenando, con términos enérgicos, las atrocidades del régimen de Tel Aviv contra el pueblo oprimido palestino en la Franja de Gaza y aseguró que los israelíes son «asesinos» puesto que están bombardeando ambulancias que trasladan heridos, y también bombardean sin escrúpulos y contra toda la legalidad internacional a la población civil en la cárcel al aire libre más grande del mundo, y han cerrado toda la posibilidad de ayuda humanitaria.
Tras resaltar la complicidad de EE.UU., en el genocidio de los palestinos, Montero dijo que «ningún dirigente político ni siquiera Netanyahu se atrevería a hacer este genocidio a plena luz del día si no se supiese protegido por las principales potencias económicas y políticas a nivel internacional, especialmente por parte de EE.UU. y la Unión Europea».
En conclusión
Más claro imposible, porque desde el inicio de la agresión israelí contra Gaza, han muerto miles de palestinos, incluidos niños, mujeres y ancianos, además de miles de heridos.
Y, lo peor de todo, es el silencio y la indolencia de la comunidad internacional ante los delitos graves que comete «un régimen infractor de la ley como Israel», lo cual «hace añicos la santidad del derecho internacional y permite la continuación del genocidio con impunidad».
Y, aunque la Asamblea General de Naciones Unidas ha pedido una «tregua humanitaria inmediata y duradera» y «la entrega de víveres y servicios esenciales a la población de la Franja de Gaza», la pregunta de rigor es: ¿Cuántos han de morir para hablar de sanciones económicas y acabar con ese genocidio y holocausto?
Ha pasado el tiempo y parece que ahora todo es peor, porque el 11 de julio de 2014, el escritor uruguayo, Eduardo Galeano, ya dijo: «La llamada comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?»
«Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declaraciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad».

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Lengua y cultura: las palabras en la lucha por la hegemonía

In ayahuitl, in poctli. Niebla y humo. Fama. (Diccionario del náhuatl en el español de México)

A Enrique Dussel, in memoriam

Una de las fuentes de los impulsos en la formación de Antonio Gramsci para elaborar su concepto de “hegemonía” es su estudio de la lingüística, previo a sus lecturas de Marx y Lenin. Según Diana Fuentes (“Cultura y lenguaje en Antonio Gramsci: apuntes para una hermenéutica de la hegemonía”), Gramsci maduró una serie de ideas sobre cómo una lengua prevalece sobre otras, en una compleja combinación de imposición de la autoridad y de aceptación activa por parte de quien adopta elementos de una lengua y cultura diferentes a la propia. De ahí que la “hegemonía” no sea mera imposición, fuerza y poder vertical, sino que tenga su momento de consenso y haya una aceptación, aquiescencia, activa por parte del hegemonizado.

Así lo dice Diana Fuentes: … “Bartoli destacó que las formas de “competencia”, el “contacto” y los centros de “irradiación” entre dos o más lenguas están relacionadas con el poder cultural, es decir, con la forma en que se impone una cultura, ya sea, dice él, por las armas o por la fascinación y el prestigio –fascino/ prestigio—, provocados por el espíritu de superioridad de otro pueblo. Consideró, además, que esta otra forma de poder cultural –fascino/ prestigio— tiene como rasgo característico la aquiescencia frente al dominio, es decir muestra un carácter activo de parte de aquél que asimila las costumbres y los modos de pensamiento distintos a los propios. Esta es la razón que ha llevado a investigadores actuales, Lo Píparo, De Mauro, y en otro sentido, a Ives y a Boothman, entre otros, a considerar que ésta es la fuente de la que proviene el sentido del concepto de hegemonía en el pensamiento gramsciano más allá de su innegable extracción leninista.”

Gramsci criticó la idea de imponer el toscano como lengua oficial en Italia y de adoptar el esperanto como lengua franca de los socialistas, pues, según él, ambas propuestas desconocen el modo como las lenguas evolucionan realmente, como los seres vivos.

Los elementos tomados por Gramsci de sus lecturas sobre el modo en que los idiomas o las lenguas interactúan, “compiten” y se superponen una por encima de otras, le permiten salir del acartonado marxismo de la “ideología” como “superestructura” y valorar la lengua (palabras, idioma, habla), así como la cultura, como visiones del mundo que permiten una hegemonía, al lograr no sólo por la dominación, sino por la fascinación y el prestigio, la aceptación activa de quien asume lo hegemónico. En la filosofía de la praxis, las palabras, las ideas, producen poder, hegemonía.

Pensemos por ejemplo en el prestigio de lo español o lo francés durante el virreinato o el porfiriato, así como la fascinación y el prestigio de lo estadunidense y la lengua inglesa en el actual periodo industrial, capitalista, hegemonizado por los Estados Unidos. Los pueblos árabes pueden odiar sinceramente a Estados Unidos y su bandera, pero permiten a sus niñas y niños jugar con barbies o con muñecos de Supermán, Batman o la Mujer Maravilla, que parecen inocentes juguetes pero portan el prestigio del “american way of life”.

Sin embargo, la hegemonía no es unilateral, no solamente domina verticalmente de arriba a abajo, sino que las “clases subalternas” aportan elementos que modifican a la lengua y cultura hegemónica: por ejemplo, los nahuatlismos y otras palabras originarias de las lenguas o idiomas de los pueblos nativos americanos en el castellano. O la influencia de la música y la cultura de La India en el grupo originario de la ex metrópoli, Gran Bretaña, The Beatles.

Asimismo, incluso en la dominación sobre lenguas de pueblos conquistados o colonizados puede haber políticas que impongan el sentido de ciertas palabras con fines de dar o restar legitimidad a una idea.

Un ejemplo que aporta Carlos Montemayor es la voz caribe “cacique”, de la cual explica: “Para evitar el uso de Señor o Señores de los pueblos y salvaguardar el sentido de la palabra señor como solamente privativo de la jerarquía de la Corona, la Iglesia, o la religión cristiana, se impuso el nuevo término como resultado no de la vitalidad de la voz sino como política de lenguaje. Esta “distorsión” semántica, esta obligación de incluir una voz indígena por encima de otras, no tuvo origen o motivación “lingüística” propiamente dicha, sino política: mantener como un tipo marginal o inferior de autoridad a los “señores” de los pueblos indígenas, sentido que hasta la fecha tiene la voz [“cacique”] como autoridad ilegítima o de facto, fuera del orden constitucional de las modernas repúblicas.” (“El náhuatl en el español de México, Fundamento métodos y criterio del presente diccionario”, en Montemayor (coord.), Diccionario del náhuatl en el español de México.)

De manera que el conflicto por la hegemonía, siempre en disputa, pasa por toda la cultura, en el más amplio sentido de la palabra, y especialmente por la lengua, el habla, el idioma, palabra por palabra. Nombrar es poder. Como pensaba Ernesto Cardenal, se puede asumir la poesía como el deber de desmentir a las agencias internacionales (imperiales) de prensa. Así como importa definir “cacique” o “señor”, importa definir la belleza, el terrorismo, la paz, la guerra, la autonomía, el derecho, el arte e incluso los nombres de personas, lugares, enseres, plantas y animales, porque están en lucha cosmovisiones enteras.

Que la hegemonía no es un poder cómodamente instalado y sin rivales sino un campo en perenne disputa lo explica muy bien Rhina Roux (“Subalternidad y hegemonía, Gramsci y el proceso estatal”): “Lo que aquí se propone es comprender la hegemonía, usualmente entendida como sinónimo de “ideología dominante” o de “consenso”, en términos menos esencialistas y más procesuales y dinámicos: como un vocablo que permitió a Gramsci conceptualizar el conflictivo proceso político y cultural de conformación de una relación estatal, así como su disputada y frágil reproducción en las prácticas cotidianas, el lenguaje y las mentalidades.”

En las prácticas cotidianas, como dice Slavoj Zizek, sin necesidad de “creer” en una ideología, por ejemplo, la del dinero, basta que lo usemos todos los días “como si creyéramos” y la ideología prevalece. El lenguaje y las mentalidades: basta que nos avergoncemos de las lenguas indígenas o de los “usos y costumbres” (es decir, normatividades, moral, cultura) indígenas para que vayamos sucumbiendo a la fascinación y el prestigio de lo que tiene origen español, francés, inglés, estadunidense, etcétera, por encima de lo nahua, lo maya o lo quechua. Así podemos ir introyectando la “inferioridad” de nuestro color de piel, vestimenta, modo de construir viviendas o de pensar, o bien, recuperar el orgullo de ser, como la comunidad afroamericana (Black is Beautiful) o la chicana (Brown is Beautiful), o la hoy combatiente comunidad otomí en la Ciudad de México.

Pero también está la resistencia soterrada, camuflada, vestida de eclecticismo, sincretismo, aunque sea vista desde arriba como mero folklor. Palabras, metáforas, símbolos, representaciones, imágenes, ideas, giros idiomáticos, bordados, canciones, refranes, adivinanzas, rezos, saberes, leyendas, mitos… cada construcción cultural y lingüística puede tener su peso en la disputa por la hegemonía, desde los casos obvios de cómo se cuenta la historia patria o historia nacional y cómo se enseña la lengua materna o lengua patria hasta las más sutiles distinciones literarias, científicas, filosóficas o teológicas: disputamos cómo es el mundo, cómo lo nombramos, cómo lo conocemos, el lugar y el destino que tenemos en él.

Aceptamos la hegemonía actual, pero también aportamos elementos para una nueva correlación de fuerzas, para una posible futura hegemonía que ya no sea de ellos sobre nosotros, sino, ¿por qué no?, de un nosotros libre.

Una disputa central por la hegemonía hoy es si prevalecerá una cultura de vida, de biofilia, o una cultura de muerte, el necropoder, la necrofilia, el dinero, las armas y la guerra. Negar la legitimidad de la violencia homicida y llamar a los genocidios por su nombre es parte de esa lucha por palabras e imaginarios que significan vida o muerte: futuro o fin y cancelación del futuro.

Fuente de la información e imagen:  https://zapateando.wordpress.com

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La escuela ante la barbarie

Por: Rosa Cañadel

Hay que informar de las protestas que se están haciendo en nuestro país y en muchos más países de todo el mundo, en defensa del pueblo palestino, que es lo que en estos momentos está sufriendo una masacre sin precedentes. Pero, sobre todo, hay que transmitir la idea de que matar a niños y personas inocentes es una barbaridad, las haga quien las haga, y no debería permitirse, que las guerras nunca solucionan nada.

Siempre habíamos pensado que era importante estudiar la historia para no caer en los mismos errores, y así se lo explicábamos a nuestros alumnos. Por eso, siempre explicábamos las atrocidades de los nazis contra el pueblo judío y reclamábamos (y reclamamos) la importancia de que nuestros jóvenes conocieran lo que significó el golpe de estado de Franco, la guerra civil y las barbaridades del franquismo.

También teníamos la idea de que era muy importante hablar de los derechos humanos como cuestión esencial para la humanidad, educar por la paz y enseñar a resolver los conflictos sin violencia.

Ahora, me pregunto cómo transmitir estas ideas, fundamentales para el futuro de nuestra sociedad, si nuestros niños y jóvenes ven en la TV, en las redes, en el TikTok, en YouTube… cómo los conflictos se están resolviendo con guerras y más guerras y, sobre todo, con un ataque a personas inocentes, criaturas incluidas, en Israel y, de forma ostensiblemente desproporcionada y cruel contra el pueblo palestino.

Teníamos la idea de que era muy importante hablar de los derechos humanos como una cuestión esencial para la humanidad, educar por la paz y enseñar a resolver los conflictos sin violencia

Sabemos también que, además, los chicos y chicas reciben todo tipo de información completamente contradictoria y engañosa sobre lo que está pasando. Como en toda guerra (aunque ahora creo que lo que está ocurriendo en Gaza no es una guerra sino un genocidio) la verdad es una de las primeras víctimas.
Las redes sociales y muchas de las cosas que miran nuestros jóvenes, están llenas de análisis realizados por personajes con miles de seguidores que, sin tener información ni capacidad crítica, pontifican sobre el tema.

Y ante todo, ¿qué debería hacerse en las escuelas? Si se toma partido por uno u otro bando, nos acusarán de adoctrinar, de ser islamofóbicos o de ser antisemitas. ¿Debemos no decir nada, por miedo o por pudor? ¿Debemos dejar que todo lo que habíamos deseado que fuera la educación, como herramienta de concienciar a nuestro alumnado y prepararlo para poder mejorar la sociedad, quede aparcado?

Yo creo que la situación es terrible en sí misma, pero además, ahora, es una barbarie totalmente televisada, en uno u otro medio. Los niños y jóvenes pueden ver a criaturas masacradas, mujeres desesperadas, hospitales sin electricidad, viviendas totalmente destrozadas y declaraciones que esto continuará porque una de las partes “tiene el derecho a defenderse”. O sea, les estamos transmitiendo la ideas de que todo es lícito y que se pueden hacer barbaridades de forma totalmente impune. Y, a mí, esto me parece muy terrible.

Quizás no es necesario tomar partido, pero sí es necesario, y yo creo que es imprescindible, dar toda la información, dar información veraz, contar toda la historia de este conflicto, como nace el Estado de Israel, qué pasó con la gente que ya vivía en Palestina, cómo se ha ido agrandando el territorio ocupado por Israel, cómo quedaron asediados los habitantes de Gaza, cómo nació Hamás y qué ha hecho para desencadenar una respuesta tan desorbitada, qué intereses están detrás, quién apoya en Israel y quien apoya a los palestinos, qué dice la ONU, qué dicen las organizaciones humanitarias que están trabajando en Gaza, qué ocurre en los hospitales según Médicos Sin Fronteras… Y a partir de ahí, poder debatir y discutir. Es necesario que les ayudemos a reflexionar, a entender las razones, a buscar argumentos ya intentar imaginar soluciones. Las aulas son un sitio privilegiado.

Cuando yo daba clase en el instituto estalló la guerra de Irak y, junto con otros profesores/as, elaboramos un pequeño dossier sobre el país, historia y la invasión. Con todo esto, los alumnos y alumnas pudieron entender qué estaba pasando, de que estaban hablando en la tele y en la calle y porque tanta gente salía a la calle a protestar con el lema “Paremos la guerra”. Y quienes quisieron (muchos lo hicieron) podían sumarse a las protestas y/u organizar sus propios debates.

Es necesario que les ayudemos a reflexionar, a entender las razones, a buscar argumentos ya intentar imaginar soluciones. Las aulas son un lugar privilegiado

Ahora también hay que informar de las protestas que se están haciendo en nuestro país y en muchos más países de todo el mundo, en defensa del pueblo palestino, que es lo que en estos momentos está sufriendo una masacre sin precedentes. Pero, sobre todo, hay que transmitir la idea de que matar a niños y personas inocentes es una barbaridad, las haga quien las haga, y no debería permitirse, que las guerras nunca solucionan nada y que quien las paga nunca son los dirigentes que las organizan , sino los soldados obligados a matar y destrozar, y la población por lo general que sólo quiere vivir en paz. Es necesario que puedan distinguir entre los dirigentes y los pueblos. En este caso, deben saber que los palestinos no son Hamás ni los israelíes son Netanyahu y su camarilla.

Estamos en un momento muy complicado de la historia, con crisis de todo tipo, y ahora, con una situación humanitaria terrible, y la escuela, el instituto y la Universidad no debería quedarse al margen. No podemos dejar que las futuras generaciones crezcan insensibles a lo que ocurre en nuestro país y en el resto del mundo. Estamos educando a los futuros ciudadanos y ciudadanas y hay que poder inculcarles valores positivos, de empatía, de solidaridad, de justicia, de paz. Hay que darles herramientas para entender el mundo y animarles a participar en aquellos ámbitos, de debate y/o de protesta, en los que se busca la forma de mejorarlo. Que sean conscientes de que todas y cada una de nosotros formamos parte de esta humanidad y si queremos un futuro justo y en paz, será necesario trabajar para conseguirlo.

Es importante que los chicos y chicas salgan del Instituto y la Universidad con la convicción de que es necesario luchar contra todo tipo de violencias y que hay que defender los derechos humanos, que no se acostumbren a que las guerras y las masacres son normales, que no terminen insensibles ante el dolor ajeno y que sean capaces de indignarse ante las injusticias y ante la violencia. Que se sientan solidarios con las personas que sufren y tengan ganas de implicarse en detener todo tipo de agresiones, guerras y violencias.

La escuela ante la barbarie

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“Debemos trabajar por el conocimiento como un bien público y un derecho humano”

Por: Karina Batthyány

El 22 de octubre hubo una reunión muy importante en Chiapas, México, concretamente en Palenque. Fue frente a una docena de presidentes y cancilleres de América Latina y el Caribe para tratar el tema de las Migraciones y los flujos migratorios hacia Estados Unidos.

El encuentro fue encabezado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y se llamó “Por una Vecindad Fraterna con Bienestar”. Contó con la presencia de jefes de Estado de Colombia, Cuba, Haití, Honduras y Venezuela. También estuvieron presentes el vicepresidente de El Salvador y el viceprimer ministro de Belice, así como ministros de Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Panamá. No estuvo, en cambio, Estados Unidos.

Esta cumbre de presidentes y cancilleres latinoamericanos, concluyó con una declaración que rechazó las medidas coercitivas a la migración, sostuvo la promesa de respetar el derecho humano a migrar y la petición de más alternativas legales para la migración. Quiero destacar esta declaración, porque es el enfoque con el que hemos trabajado siempre en CLACSO el tema de Migraciones y Movilidad Humana: entendiéndola como un derecho humano.

La declaración refería: “Acordamos exhortar a que los países de origen, tránsito y destino, implementen políticas migratorias integrales que respeten el derecho humano a migrar, resguardando la vida y dignidad de las personas migrantes y sus familiares, incluyendo la promoción de opciones de regularización permanente”. Este documento fue leido por la actual canciller mexicana, Alicia Bárcena, quién además participó en nuestra última Conferencia CLACSO 2022 en México.

– Sigues en México, ¿nos puedes contar un poco cómo está avanzando esta Cumbre Global sobre Acceso Abierto? Sabemos que es muy importante en el marco de una de las políticas centrales que tiene CLACSO con otras instituciones que también están participando. ¿De qué se trata y cuáles son los avances que hubo en los encuentros de esta jornada?

– Para decirlo en un lenguaje que todos y todas podamos comprender, La Cumbre de Acceso Abierto Diamante, que está sucediendo en Toluca, México desde el día lunes, es la cumbre de acceso abierto no comercial. CLACSO  la organizó junto a otra serie de instituciones, entre las que se destacan Redalyc y AmeliCA.

Esta cumbre reúne a representantes de países del Sur Global, por supuesto de América Latina pero también de África y de la India, junto con países del Norte. Hay personas que están trabajando a nivel institucional en esta temática, que tiene como propósito la defensa de tres elementos: el concepto de ciencia abierta, el conocimiento como bien público y el acceso sin ninguna limitación a los resultados de ese conocimiento o de esa ciencia abierta.

Partimos del entendimiento de que el conocimiento y la ciencia deben poder circular ampliamente, tener impactos a nivel social y mejorar las condiciones de vida de todos y todas. En el caso de América Latina y el Caribe quiero destacar que es una región donde la investigación y la comunicación científica o los resultados de esa investigación se financian con fondos públicos, es decir, se realizan principalmente en universidades públicas o en instituciones financiadas por fondos públicos. Por tanto, está muy presente esta idea de la ciencia como un bien común y como parte también del derecho reconocido y proclamado por la UNESCO: derecho humano a la ciencia.

Me detengo en el punto de que el financiamiento de ese conocimiento es público, como uno de los argumentos principales por los cuales los resultados de ese conocimiento no deben comercializarse o no deben convertirse en una mercancía objeto de comercialización, sino que deben circular abiertamente sin ningún tipo de restricción. Por eso, CLACSO hace más de 20 años apuesta a la política del acceso abierto y la practica directamente por medio de sus repositorios, su librería y su biblioteca virtual, donde hay un amplísimo catálogo de la producción propia de CLACSO. Pero también, a partir de la producción de los Centros Miembros y de otros Centros, que está disponible sin ningún tipo de barrera.

Además, quiero mencionar que en esta región, donde el conocimiento se financia principalmente con fondos públicos, tenemos un importante registro de revistas. En América Latina y el Caribe se producen más de 500 revistas científicas que están en acceso abierto para difundir ese conocimiento. Y ese acceso abierto está promovido y apoyado desde CLACSO y Redalyc, que es quien permite por medio de su generación de indicadores, catálogos, entre otros, que se convierta en una realidad.

Por eso,  estamos planteando con mucha fuerza la necesidad de que lo que en México se llama Acceso Abierto Diamante, o como lo llamamos nosotros, el Acceso Abierto No Comercial, sea una política a nivel mundial. Esta discusión tiene algunas tensiones por las diferentes visiones en función de los lugares geográficos. Además, en el Norte hay muchas instituciones que están a favor de este tipo de políticas, pero también tenemos que tener presente que es allí donde están las principales industrias comerciales que trabajan con el conocimiento ya no con esta idea de bien público, sino como una mercancía, cobrando para publicar, leer o difundir en sus revistas.

Esas revistas, además, se posicionan a nivel internacional y se vuelven una especie de círculo vicioso, porque por medio de los procesos de indexación y prestigio en la comunidad académica, se convierten en los lugares donde quienes hacemos investigación. Muchas veces es una obligación publicar allí si es que queremos estar rankeados correctamente en los índices científicos de nuestros países.

Esto también tiene que ver con la discusión que venimos impulsando desde el 2019 en CLACSO con mucha fuerza y con mucho reconocimiento a nivel regiona). Hace unas semanas, por ejemplo, estuvimos discutiendo en Lima sobre los principios de evaluación científica para las Ciencias Sociales en América Latina y el Caribe.

– Mientras te escuchaba, pensaba en lo potente que es este discurso relacionado con el acceso abierto a la ciencia, en un momento donde muchos países vuelven a tener un embate muy fuerte contra las comunidades científicas, y las ciencias sociales en particular, y en donde algunos sectores están hablando de la reducción de los fondos para la investigación científica. Lo pienso en dos sentidos: por un lado, el acceso abierto, pero por el otro ¿cuántas veces escuchamos la idea de que solo el sector privado tiene que ver con los avances científicos? Qué importante es ver estos datos que estás dando, relacionados con que la mayor parte de la producción científica  se financia con dinero público que termina generando conocimiento científico…

– Absolutamente. Esa es la realidad en nuestros países en términos de investigación científica. La mayoría se realiza con fondos públicos y asociados a los espacios universitarios. En México estamos discutiendo este tema. CLACSO ha traído en ese sentido aportes muy claros por medio de todo el equipo que está participando, que integran Pablo Vommaro, Laura Rovelli, y Fernanda Pampín. Quiero destacar también la participación virtual de Dominique Babini, que es pionera en estos temas para CLACSO y que es una referencia a nivel internacional.

Se están discutiendo varios ejes temáticos que tienen que ver con esta idea del conocimiento como bien público y de su implementación por medio de las políticas de acceso abierto no comercial en las infraestructuras y los sistemas de publicación. Es decir, cómo, dónde, cuándo y cuáles son las condiciones en términos diferenciales para el Norte y el Sur en esas infraestructuras y sistemas de publicación.

Esto está asociado también al multilingüismo. Hoy, el lenguaje impuesto y predominante en el campo de la ciencia es el inglés. En ese sentido, desde CLACSO estamos trabajando por el multilingüismo. Un desafío que se presenta es qué infraestructura y qué sistemas de publicaciones tenemos en los países de América Latina y el Caribe. Otro, corresponde al desarrollo de políticas y a los financiamientos para poder fortalecer este modelo no comercial de difusión del conocimiento y convertir efectivamente al conocimiento en un bien público. Y el siguiente desafío se trata de cómo cooperar internacionalmente en contextos que sabemos que son desiguales, pero garantizando que esa cooperación se dé en condiciones de igualdad. Esto, por lo menos en términos de la participación y representación, donde todas las voces, tanto las del Sur, como las del Norte, sean escuchadas en estos puntos.

También tenemos la necesidad casi imperiosa de avanzar en la implementación de las modificaciones a los sistemas de evaluación científica. Tenemos un círculo vicioso que se da entre la producción de conocimiento y los lugares por los que se canaliza su difusión. Mientras en los sistemas de evaluación de nuestros países perviva esta idea de que hay que publicar en las revistas de mejor ranking, de mejor posicionamiento, que normalmente son revistas comerciales y en inglés, no podremos avanzar en las políticas de acceso abierto.

La discusión es súper interesante y muy intensa. Seguiremos trabajando y apoyando esa convicción profunda que tenemos en CLACSO sobre el conocimiento como un derecho humano, la ciencia como un derecho humano, el conocimiento como un bien público y el acceso abierto sin ningún tipo de restricciones y absolutamente no comercial, como la herramienta y la forma necesaria para todo esto.

https://www.clacso.org/debemos-trabajar-por-el-conocimiento-como-un-bien-publico-y-un-derecho-humano/

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Argentina: Privatizar el mar, socializar el mal

Privatizar el mar, socializar el mal

Por Juan Torres López

La irrupción en la escena política argentina del anarquista de derechas Javier Milei permite comprobar con toda claridad lo que de verdad hay detrás de esta oleada global de nuevos líderes que se presentan a sí mismos como paladines de la libertad.

Hace unas semanas ya comenté el origen y algunas de sus propuestas (aquí). Mencioné cómo su aparición en la escena mediática y política no había sido casual, sino alentada por el dinero. Mostré su mala educación, su violencia verbal y gestual, el desprecio hacia sus oponentes, a quienes insulta y ataca con toda clase de improperios y sobre los que miente sin descanso. Y también comenté algunas de sus medidas estrella, como establecer mercados para comprar y vender órganos humanos.

Ahora que ha pasado a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales es buena oportunidad para comentar brevemente las contradicciones y el cinismo de su ideología, pues la presenta a la opinión pública como lo que no es.

Milei se declara como libertario, un término que, según la Academia de la Lengua, define a quien “defiende la libertad absoluta y, por lo tanto, la supresión de todo gobierno y de toda ley”. Sin embargo, no reconoce y, por tanto, no condena lo que hicieron los militares argentinos: utilizar el Estado para imponer una dictadura que les permitiera acabara con toda disidencia, torturando o incluso quitando la vida a miles de compatriotas. De la misma manera que dice ser enemigo de la deuda, pero oculta que la argentina procede, justamente, de la época de esa dictadura, cuando los militares ladrones la multiplicaron; en ocasiones, mediante créditos corruptos que ni siquiera llegaron a Argentina y que, desde luego, no utilizaron en beneficio general de su pueblo.

Milei no es liberal, como dice, porque no defiende la libertad, sino que es su enemigo pues no la reconoce ni respeta para los que piensan de modo diferente. Y porque no es, en realidad, partidario de la mínima intervención del Estado, sino de su utilización como instrumento contundente para conceder más privilegios a quienes ya de por sí disponen de mayor cantidad de recursos. Tal como hicieron, antes que él, Margaret Thatcher o Ronald Reagan, o como hacen ahora cuando gobiernan los que igualmente se llaman libertarios. Basta ver los datos inequívocos de la distribución de la renta tras sus gobiernos.

Milei y sus seguidores no respetan, como dicen, el derecho de propiedad, porque no lo respeta quien se apropia de lo que no es suyo. Tal y como ocurriría si se llevaran a cabo algunas de las medidas que han propuesto tanto el candidato como sus seguidores. Por ejemplo, privatizar el mar o las ballenas y, en general, los recursos comunes.

Con este tipo de propuestas privatizadoras, es Milei quien se convierte en enemigo de la propiedad porque, de hacer algo así, estaría usurpando recursos muy valiosos a sus auténticos dueños. La propiedad que hay que respetar no es sólo la privada, sino también la común o colectiva. ¿Acaso quien roba el ascensor de un bloque de viviendas, propiedad de todos sus vecinos, no es un ladrón por el hecho de que sea propiedad común de todos ellos?

Plantear que se privaticen los recursos naturales comunes es un robo porque ninguno de ellos nos ha sido dado a ningún ser o grupo humano en singular; es la humanidad en su totalidad -las generaciones actuales y las futuras- quien está llamada a disfrutar de todos ellos, pero como en préstamo, ni siquiera como dueña. Y, por tanto, ningún ser humano tiene capacidad o legitimidad para asignar su propiedad a nadie en particular.

Milei quiere privatizar lo que es común y lo hace haciéndonos creer que sus preferencias inhumanas, como la de poder comerciar con bebés u órganos vitales, sus principios egoístas e insolidarios (acabar con las ayudas a quien nada tiene), su rechazo a la libertad de quien no piensa como él y su sentido privilegiado de la propiedad, son los valores comunes a toda la sociedad. Quiere que el mar que es de todos sea propiedad de unos pocos, y que el mal que defienden unos pocos sea socializado y asumido por todos.

Espero que el pueblo argentino recuerde cuando vote el próximo día 19 lo que decía el sabio Leonardo da Vinci: «Quien no castiga el mal, ordena que se haga».

Fuente: https://juantorreslopez.com/privatizar-el-mar-socializar-el-mal/

Fuente de la Información: https://rebelion.org/privatizar-el-mar-socializar-el-mal/

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Ambiente: El mundo puede ser mejor con energía renovable según estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza

El mundo puede ser mejor con energía renovable según estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza

AMBIENTALISTAS SE MANIFIESTAN CONTRA UNA MINA DE CARBÓN EN ALEMANIA OCCIDENTAL

Un sistema energético impulsado por energías renovables será mucho mejor, entre dos y 16 veces, para las personas, la vida silvestre y el planeta, proyectó un estudio divulgado este viernes 3 por el no gubernamental Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF en inglés).

Marcene Mitchell, vicepresidenta de cambio climático de WWF dijo que “los resultados nos ayudan a centrarnos en el panorama general y dejar claro que las energías renovables son significativamente mejores para la naturaleza y las personas, ahora y en el largo plazo”.

El estudio, “Construyendo una transformación energética positiva para la naturaleza”, fue realizado junto con la firma estadounidense de consultoría Boston Consultin Group (BCG), estima el impacto general de una transición energética a través de 30 métricas clave (valores medibles) en ocho áreas de impacto.

Su primera conclusión es que un sistema energético impulsado por energías renovables tendrá un impacto positivo en una variedad de recursos, incluidos la calidad del aire y el agua, la salud humana, la biodiversidad y los ecosistemas.

Los mejores resultados ocurren en 27 de las 30 métricas de impacto medidas.

Las mayores diferencias se encuentran en las áreas mineras, la calidad del aire y el agua, la pérdida de biodiversidad, la tierra perdida y degradada por los impactos climáticos, el riesgo de pobreza, la exposición a la escasez crónica de agua, los cambios de bioma, el estrés por calor y el riesgo de inundaciones.

Esos mejores resultados son posibles en gran medida gracias al desmantelamiento de las minas de carbón, la reducción de la quema de combustibles fósiles y los menores impactos del cambio climático en un futuro de transición rápida.

El estudio proyecta que una rápida transformación creará el doble de puestos de trabajo, lo que tendrá un impacto positivo en la fuerza laboral.

También, que reducir la frecuencia y la intensidad de los desastres provocados por el cambio climático ahorrará dos billones (millones de millones) de dólares al año en daños a la infraestructura.

Señala que la transición a las energías renovables podría imponer demandas adicionales sobre el uso del agua, la huella de la tierra y los ríos que fluyen libremente, pero el informe describe estrategias para evitar o minimizar drásticamente estos riesgos.

La demanda de metales críticos (litio, níquel, grafito, neodimio, cobre, cobalto, acero, silicio, plata, aluminio) aumentaría entre dos y 15 veces. Sin embargo, solo representarían cinco por ciento de la producción mundial total de metales en 2050.

Para entonces, el escenario de transición rápida tendría 30 % menos de superficie total de tierra dedicada a la minería (76 000 kilómetros cuadrados en vez de 115 000) y de minas activas (2300 en lugar de 3400) en comparación con el de mantener la actividad como ahora, debido principalmente al desmantelamiento del carbón.

El estudio sostiene que en un futuro impulsado por combustibles fósiles, la cantidad de tierra perdida por inundaciones, desertificación e incendios forestales será considerablemente mayor que la huella del desarrollo de energías renovables.

En cuanto a calidad del aire, el escenario de transición rápida implica una quema significativamente menor de combustibles fósiles, lo que se traduce en grandes mejoras en la calidad del aire y la salud humana.

También se proyecta hasta 90% menos de eutrofización de agua dulce (exceso de nutrientes inorgánicos procedentes de la actividad humana), al disminuir la minería del carbón y de los vertidos directos de aguas residuales, y una disminución de hasta 76 % de los riesgos para la biodiversidad.

Con otras métricas, sostiene que la transición rápida puede crear hasta 36 millones de empleos al año en lugar de los 14 millones con la economía como hasta ahora, y los costos en infraestructura y suministro de alimentos bajarían hasta en 50 %.

Los riesgos de pobreza, estrés por calor y de inundaciones disminuirían entre 65 y 70 %, y en general los impactos relacionados con el cambio climático hasta 80 %.

El informe proporciona a los formuladores de políticas, administradores y partes interesadas una “caja de herramientas de soluciones” para facilitar una transición que sea rápida y cuidadosa, y establece un marco para evitar y minimizar los impactos de una transición rápida.

Entre sus advertencias incluye que para construir a la velocidad y escala necesarias, los procesos de planificación deben involucrar a las partes interesadas afectadas desde el principio y con frecuencia, especialmente las comunidades locales, y al mismo tiempo abordar las necesidades ambientales y del sistema energético.
Fuente de la Información: https://www.aporrea.org/internacionales/n387604.html
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