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Chile: Raúl Figueroa, ministro de Educación: “El regreso a clases no puede transformarse en un gallito político”

Raúl Figueroa, ministro de Educación: “El regreso a clases no puede transformarse en un gallito político”

A 10 días de que reabran los colegios, el ministro pide a los alcaldes que se oponen al retorno presencial no entorpecer el proceso y buscar soluciones para que las escuelas estén disponibles. Advierte que el derecho a la educación “no es negociable” y aclara que «los profesores no son flojos».

El año escolar comienza el 1 de marzo y eso no es negociable. El ministro de Educación, Raúl Figueroa, responde así a los alcaldes que han dicho que no están dadas las condiciones para retornar a clases presenciales, pondiendo en duda si sus colegios abrirán sus aulas. En esta entrevista, Figueroa cuestiona a los ediles que han puesto trabas, subraya que serán los apoderados quienes finalmente decidirán si los alumnos asistirán de manera presencial a las escuelas y detalla el avance de la vacunación a los docentes. Además, cuando está a punto de cumplir un año en el cargo, plantea su agenda legislativa para el 2021.

Varios alcaldes sostienen que no es momento de abrir los colegios, ¿empezará el año escolar el 1 de marzo?

Los efectos de la pandemia en 2020 fueron brutales en el sistema educativo, son conocidos, como el aumento en las brechas de aprendizaje, el perjuicio en el desarrollo socioemocional, el deterioro en la salud física y mental. Y si bien se hicieron esfuerzos para mitigar esas consecuencias, hoy existe un consenso total de lo relevante que es que la presencialidad tenga un rol fundamental en este año, por supuesto, cuidando todas las medidas sanitarias. Los sostenedores, en especial los que tienen en sus manos la educación pública, deben tener conciencia del impacto que tienen sus decisiones; y si sabemos que este año debemos velar por el beneficio de los alumnos, poner dificultades para el retorno de las actividades presenciales es tomar una dirección equivocada. Son algunos alcaldes los que han señalado que no están en condiciones de iniciar el año en marzo. Muchos otros alcaldes, además de los Servicios Locales de Educación y todo el sistema particular subvencionado han señalado que sí están en condiciones de hacerlo. Además, el 100% de los colegios presentaron su plan de funcionamiento para 2021, entre ellos, colegios que dependen de los alcaldes que han puesto trabas. Esos alcaldes saben que los colegios se han preparado y deberían confiar en sus directores y comunidades.

¿Entonces usted confirma que el año escolar comienza el 1 de marzo?

El año escolar parte en marzo, los colegios están preparados para, en una lógica gradual, flexible, segura y mixta, darle a la presencialidad una mayor relevancia. Ahora, esto no significa que los 3,5 millones de alumnos vayan a llegar presencialmente a clases el mismo día al iniciarse el año de clases, esto es gradual, flexible y seguro.

¿Ve en los alcaldes una preocupación legítima por las condiciones sanitarias o cree que le están dando un uso político al tema?

Todos tenemos una preocupación por velar por el cumplimiento de los protocolos sanitarios y por tomar medidas que permitan combinar la seguridad y el darles a los alumnos las mejores oportunidades. La Unicef, la Unesco, la ONU, la OMS, y ahora último la Defensoría de la Niñez, han sido enfáticos en señalar que, para poner el bienestar de los alumnos en primer lugar, debemos recuperar la presencialidad en el sistema escolar, como lo están haciendo otros países, como Argentina y Colombia.

¿Entonces los alcaldes están usando el tema por razones políticas? ¿Por la cercanía de las elecciones municipales?

No quiero juzgar las intenciones de los alcaldes que han puesto trabas en este proceso. Quiero destacar a los alcaldes que sí han asumido el liderazgo que les corresponde y han dicho que, con la adecuada preparación, están en condiciones de abrir los establecimientos.

Entre los alcaldes que se oponen al regreso a clases presenciales están los de Maipú, Talca, La Reina, Ñuñoa y La Florida, y todos ellos son integrantes de Chile Vamos, ¿cree que están entorpeciendo este proceso?

Creo que han identificado ciertas dificultades del proceso, que afortunadamente tienen solución. Algunos han señalado que el hecho de que los colegios estén siendo usados como centros de vacunación, impide que están disponibles para las clases. Pero son pocos los establecimientos que se usan con ese fin, por lo que los esfuerzos tienen que estar en cómo reemplazamos esos locales por otros. Otros alcaldes han señalado que los establecimientos tienen que estar disponibles para las elecciones, pero sabemos que en ese caso el colegio se ocupa solo el fin de semana… no es un problema imposible de solucionar.

¿Este es un conflicto creado, inflado por los alcaldes?

Insisto, cada sostenedor tiene su legítima manera de enfrentar esto, pero es fundamental poner todas las capacidades para que los colegios estén disponibles para los alumnos.

Pero el conflicto ha ido creciendo, ¿cree que le faltó ser más persuasivo para desactivar el conflicto antes?

Este ha sido un tema difícil en todo el mundo. Tenemos que recuperar espacios de confianza, donde las familias se sientan seguras, y ciertamente todos tenemos una responsabilidad. En la manera de comunicar, de llevar el trabajo en cada establecimiento, en el ánimo de escuchar y comprender, poniendo la prioridad en los alumnos. Pero el regreso a clases no puede transformarse en un gallito político, en un atrincheramiento, sino que debemos necesariamente, como lo planteó el Presidente Piñera, hacer de la educación un tema que nos una. Hay que bajar al máximo las tensiones, despolitizar esta situación y trabajar en común.

¿Y hace un mea culpa de algo que le haya faltado a usted para evitar este conflicto?

Siempre se puede mejorar lo que uno realiza. Todos vivimos momentos muy complejos en el 2020 y ciertamente uno siempre puede mejorar, como en la manera de comunicar, identificando ciertas situaciones y darles solución. Pero también destaco el cómo ha evolucionado esto, por ejemplo, hoy hay consenso de que las clases presenciales son irremplazables y que los colegios deben estar a disposición de los alumnos. El desafío que nos queda es cómo entregamos confianza a los padres, porque son las familias quienes determinarán si sus hijos irán o no a clases presenciales, y para que tomen esa decisión, se necesita que los establecimientos estén disponibles para recibirlos y que le transmitamos confianza a los apoderados para que se sientan tranquilos al tomar su decisión.

¿Cree que los apoderados tienen esa confianza hoy, a dos semanas del inicio de las clases?

Este proceso será gradual y evolucionará con los días. Los primeros días, siendo esto voluntario, es probable que los apoderados sean cautelosos al tomar la decisión, como ocurrió el año pasado durante las primeras aperturas de establecimiento, cuando los padres fueron ganando confianza.

¿Se puede negociar el retorno a clases presenciales?

Es clave entender algo muy claro, que hemos ido olvidando, que es que el derecho a la educación de los estudiantes no es negociable. Y las presiones de algunos grupos afectan el derecho a la educación de los estudiantes. No podemos entrar en una negociación sobre ese punto. El derecho a la educación de los estudiantes no es negociable y toda la evidencia indica que tenemos que avanzar en abrir los colegios. Todos los organismos y expertos han dicho que lo último en cerrarse y lo primero en abrirse deben ser las escuelas.

Fuente de la Información: https://www.latercera.com/la-tercera-pm/noticia/raul-figueroa-ministro-de-educacion-el-regreso-a-clases-no-puede-transformarse-en-un-gallito-politico/CY6ZUG4HFNAJHM34UEP37YZR7U/

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Xavier Martínez-Celorrio: «La educación infantil es la mayor igualadora del sistema educativo»

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Entrevista a Rubis Camacho: “Escribo por vocación y destino, siempre con la misma felicidad”

Por: Wilkins Román Samot 

Rubis Marilia Camacho Velázquez (Puerto Rico, 1959-) es una destacada mujer de la palabra divina y también de la escrita, destacándose como poeta, cuentista y novelista. Estudió su bachiller en Artes con concentración en Bienestar Social en la Universidad de Puerto Rico (B.A., 1981), continuando estudios teológicos en Divinidad en el Seminario Evangélico de Puerto Rico (M.D.,1984). Realizó estudios doctorales en Derecho en la Universidad Interamericana de Puerto Rico (J.D.), al cabo de los cuales se desempeñó como Jueza Administrativa. Tiene una maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón (M.A, 2007), y estudios doctorales en Literatura Puertorriqueña y del Caribe del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe (Ph.D.). Camacho Velázquez tiene publicados otros trabajos creativos. Uno de éstos, su primer libro de cuentos intitulado Cuentos traidores (2010) fue premiado por el Pen Club de Puerto Rico y el Instituto de Literatura Puertorriqueña en el 2011. El Ateneo Puertorriqueño le destacó como uno de los mejores libros del 2010. En el 2012, la editorial puertorriqueña Boreales le publicó su novela Sara: La historia cierta en Puerto Rico, y la editorial Letra Negra en Guatemala. Ese mismo 2012 salió también publicado por Letra Negra su segundo libro de relatos, El fraile confabulado. Tiene un poemario de amor en el amor lésbico, intitulado Safo: Ritual de la Tristeza (2015) publicado por Indeleble Editores en Guatemala. Su poesía lesbo-erótica es una muestra de los misterios de su vida pastoral religiosa y de que Dios obra por senderos de amor al prójimo como o desde sí o nosotros entre nosotros acá. Camacho Velázquez ha respondido a mis preguntas, y todas sus respuestas son para compartirles con vosotros.

 Wilkins Román Samot (WRS, en adelante) – Recientemente publicó Tu rostro en la memoria (2018).¿De qué trató o tratas en esa vuestra primera novela?

– Rubis Marilia Camacho Velázquez (RMCV, en adelante) –

“Tu rostro en la memoria” es mi segunda novela. Abordé este género en el 2011 con un texto breve titulado “Sara: La historia cierta”, publicada por Boreales (una segunda edición en el 2012 por Letra Negra Editores/ Guatemala).

“Tu rostro en la memoria” relata la historia de Medrash: celtíbero, mercenario en las filas del ejército cartaginés (año 218), soldado al comando del gran Aníbal, sobrevivió a la fatalidad de la guerra para contar un hecho alucinante que vivió camino a la batalla de Tesino. Ese día, montado en el caballo, armado con espada y escudo, luchó con un hombre pequeñísimo. El hombrecito no tenía armas, pero no lo pudo matar. Otras historias se tejen alrededor de esta narrativa de viaje, mostrando los aspectos más controvertidos de la historia humana.

 WRS – ¿Cómo surgió la oportunidad de trabajarle?

– RMCV – Examinaba algunos textos de Borges, cuando topé con el dato de su interés por la vida de los caballeros y soldados antiguos.  Procuré lecturas de esa naturaleza, y confirmé la riqueza y el gran reto de investigación que planteaba el desarrollo de una novela en semejantes contextos. La lectura de “Salambó”, novela histórica escrita por Gustav Flaubert (publicada en el 1862), cuya acción tiene lugar en el siglo III a. C., también avivó el interés por recrear espacios muy antiguos y construir personajes cuyas vidas bordearan los límites. A esa factura responden los personajes de “Tu rostro en la memoria”. Luego, meses de investigación sobre el mundo bélico (mapas de rutas, armas, estrategias de guerra, etc.) y la cultura cartaginesa (códigos religiosos, gastronomía, música, objetos caseros, costumbres, ritos de iniciación y ritos de tránsito, política, vestimenta, fauna, flora, medicina, arquitectura, etc.).

 WRS – ¿Qué relación tiene su trabajo creativo previo a Tu rostro en la memoria y vuestro trabajo creativo-investigativo entonces y hoy?

– RMCV – Asumo el oficio de escribir como un ejercicio del pensamiento o la razón, un acto de reverencia al lenguaje, es una manera de guardar palabras y emociones en un baúl imaginario para que el tiempo no destroce ni borre las historias o los versos.  Escribo por vocación y destino, siempre con la misma felicidad. Así era, antes de escribir “Tu rostro en la memoria”, y así desarrollo mis nuevos trabajos. Por supuesto, mis trabajos creativos o enfoques temáticos evolucionan, porque la escritora cambia. Cada vez tengo menos certezas, menos claridades, menos teorías, menos conocimiento; cada día confirmo la inutilidad de las fórmulas (piadosas o no) en relación a todo aquello que se vincule con lo humano. El mundo es un caos con algún orden interno (desconocido por mí), sumamente misterioso. Entonces, la pasión al escribir es la misma, pero mi literatura se convierte poco a poco en meras preguntas.

 WRS – ¿Cómo lo hilvana con su experiencia de puertorriqueña-caribeña y su memoria personal o no de lo caribeño dentro de Puerto Rico y el Caribe?

– RMCV – La caribeñidad (ese concepto que apela a la conciencia colectiva de ser hijos e hijas de islas del bello Caribe) es una realidad de luz y color, sonidos y texturas, sabores y aromas, decires y cantares, que inevitablemente intervienen el carácter de sus habitantes. Mi escritura está plagada de esa luz, de esa esencia, de esa cultura natural. No obstante, toma un matiz diferente cuando la realidad me establece que soy escritora caribeña, habitante de una colonia, un país invadido. La zozobra de vivirlo se cuela, también, en cada texto, personaje, verso, aun cuando los lectores no lo adviertan, aun cuando yo no lo advierta. Es una especia de hiedra que subsiste en la pared, a un punto en que pared y hoja resultan un todo indivisible. Creo, sufro, pienso, disfruto y lucho la literatura desde esos contextos.

 WRS – Si comparas vuestro crecimiento y madurez como persona y escritora, con su época actual de escritora en Puerto Rico, ¿qué diferencias observas en vuestro trabajo creativo? ¿Cómo ha madurado su obra? ¿Cómo has madurado?

– RMCV – En esta desembocadura o asomo a eso que llaman “madurez”, persigo modos lúdicos que facilitan mi fluir como mujer plural, como ente real e imaginario que desarrolla un discurso literario. Es una enorme responsabilidad. Se requiere cierto balance para escribir (aunque desarrollemos los temas del caos), pero los tiempos que enfrento son de una abominable corrupción y menosprecio por la vida. Mi trabajo creativo abre puertas y pregunta, cierra puertas y discurre, y termina aislándose para buscar en mis adentros.

 WRS – Rubis, ¿cómo visualizas vuestro trabajo creativo con el de su núcleo generacional de escritores con los que comparte o ha compartido en Puerto Rico? ¿Cómo ha integrado vuestro trabajo creativo e investigativo a su quehacer literario?

 RMCV – Puerto Rico goza en estos momentos de un auge insospechado en el oficio de escribir; gente de todas las edades escribe, publica y participa de certámenes. En ese sentido, no es fácil delinear los perfiles de un núcleo generacional, si pensamos que las generaciones en la literatura se definen por las coincidencias temporales y preocupaciones temáticas, por un uso particular del idioma, por la forma en que enfrentan los mismos eventos, etc. Celebro los proyectos literarios de mis compatriotas, pero no siento pertenecer a una generación o tradición literaria particular, a la manera de la generación del 30 y su enfrentamiento a la dicotomía: España o Estados Unidos (sus definiciones de lo puertorriqueño, el jíbaro como símbolo, los temas del café y el tabaco, etc.), o a la manera de la generación del 40 y 50 y su atención al tema de la Guerra de Corea, la emigración a Estados Unidos, el urbanismo, etc. No me preocupa la inserción, porque las redes de información derribaron las fronteras, de modo que la comunidad temática o generacional; si se quiere, es mucho más amplia. Creo que mis enfoques temáticos tienen que ver con mis constantes cuestionamientos existenciales. Convivo con mis dudas, somos hermanas, pero en silencio, un tipo de clandestinaje o clausura.

 WRS – Ha logrado mantener una línea de creación literaria enfocada en la novela, la poesía y el cuento. ¿Cómo concibes la recepción a vuestro trabajo creativo dentro de Puerto Rico y fuera, y la de sus pares?

– RMCV – Las redes sociales permiten una difusión extraordinaria, así como la concreción de nuevos vínculos con escritores, escritoras, editoriales, gestores culturales, ferias, festivales, etc. En ese sentido, agradezco la recepción que tienen mis trabajos literarios (y los de mis compañeros) en y fuera de Puerto Rico. No obstante, sé que solo la buena literatura prevalece en el tiempo, más allá de los premios (con sus métodos de juicio tan desprestigiados), más allá del ruido mediático, más allá de las ventas. Será el tiempo y la academia quienes determinen algún día quién queda y quién desaparece.

 WRS – Sé que vos es de Puerto Rico. ¿Se considera una escritora puertorriqueña o no? O, más bien, una escritora, sea esta puertorriqueña o no. ¿Por qué? José Luis González se sentía ser un universitario mexicano. ¿Cómo se siente vos?

– RMCV – Soy una escritora puertorriqueña. Cuando me siento a escribir, no puedo dejar en la puerta mi identidad, mi cultura visual, musical, literaria, religiosa, política, gastronómica, espiritual, amorosa… Ejerzo mi oficio desde mi cuna, es decir, mi puertorriqueñidad.

 WRS – ¿Cómo integra vuestra identidad étnica y de género y su ideología política con o en vuestro trabajo creativo y su formación en la Universidad de Puerto Rico?

– RMCV – Me alegra que enciendas mis memorias en la Universidad de Puerto Rico. La sombra de sus arboledas, el viento entre las hojas, los estudiantes descansando sobre la hierba, los discursos fervorosos, los libros ardientes, la poesía de Gibran, de Matos Paoli, de Pura de Hamilton, los cursos con Maldonado Denis, el teatro y sus hechizos, La Biblioteca General, los rincones de Sociales… Fue un tiempo de asombro, desconciertos y valiosas decisiones ideológicas; una jungla tan diferente al patio de mi escuela superior. Durante ese tiempo, nunca me visualicé como escritora, aunque amaba la literatura. Todo me preparaba para ello. Debo a la escuela pública de mi país, a la Universidad de Puerto Rico, y a los ministros que pastorearon la iglesia protestante en la que crecí, mi deslumbramiento por las palabras y mi necesidad de comunicar.

 WRS – ¿Qué diferencia observas, al transcurrir del tiempo, con la recepción del público a vuestro trabajo creativo y a la temática ficcional del mismo? ¿Cómo ha variado?

– RMCV – He publicado seis libros: “Cuentos Traidores”, “El fraile confabulado”, “Sara: La historia cierta”, “Safo: Ritual de la tristeza”, “Tu rostro en la memoria” y “Curriculum Vitae”. Quienes me han leído reconocen mis constantes o manías temáticas. Eso ha permitido la identificación de cierto sector que apoya mi forma de contar.

No escribo pensando en el público (aunque lo recomienden para atrapar a los lectores), detesto la fórmula hollywoodense: violencia, sexo y muerte. Permito que la historia me hable, que me trace el camino, que se vierta y se devele. Luego, el goce de contar. Esto no ha cambiado.

 WRS – ¿Qué otros proyectos creativos tienes pendientes?

– RMCV – Próximamente publicaré dos libros (terminados hace algún tiempo): “Las madreselvas son unas flores” (relatos verídicos) y “Los huesos de la cereza” (novela).

Wilkins Román Samot, Doctor de la Universidad de Salamanca, donde realizó estudios avanzados en Antropología Social y Derecho Constitucional.

Fuente e imagen: https://rebelion.org/escribo-por-vocacion-y-destino-siempre-con-la-misma-felicidad/

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Björn Hassler: «Creo en la tecnología en la escuela pero hemos de poner las necesidades del alumno por delante de los dispositivos»

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Entrevista a Oscar Reina (portavoz del SAT): “Por mucho que las personas de Andalucía queramos trabajo, libertad y dignidad, esas serán imposibles sin soberanía”

Por: Sare Antifaxista

“La pandemia ha venido no solo a afectarnos en términos de salud, sino que está sirviendo como excusa al sistema capitalista y a sus voraces intereses empresariales para ‘dar una vuelta de tuerca’  más en los abusos laborales”.

“La causa jornalera es la causa de Andalucía, Andalucía es la causa jornalera”.

“Ahora hay otra vuelta de tuerca más en el Gobierno andaluz, el fascismo sin careta, también corrupto y además filofranquista, no tiene ningún tapujo en seguir haciendo negocio de lo público, como sus antecesores, […] pero yendo directamente contra cualquier anhelo democrático”.

Juanjo Basterra, kazetaria eta m. soziala * E.H.

Óscar Reina, portavoz Nacional del Sindicato Andaluz de Trabajadoras y Trabajadoras (SAT), está al pie del cañón en la defensa de las personas oprimidas y explotadas de Andalucía. Muy activo en el apoyo a Pablo Hasél y en la lucha de otros pueblos del Estado español para conseguir la independencia. En los 11 meses desde que comenzó la pandemia, el SAT ha redoblado esfuerzos, “poniendo hasta la fecha cerca de 1.000 denuncias a lo largo y ancho de toda Andalucía, por abusos sistemáticos de derechos laborales y fundamentales en la mayoría de sectores productivos”. A su juicio, “la causa jornalera es la causa de Andalucía, Andalucía es la causa jornalera” y a renglón seguido añade que “por mucho que las personas de Andalucía queramos trabajo, libertad y dignidad, esas serán imposibles sin soberanía”.

Antes de nada, ¿en qué situación se encuentra el SAT por las multas, militantes, etc? ¿La pandemia del COVID-19 en qué os está afectando?

Actualmente seguimos siendo el sindicato más represaliado de toda Europa, cerca de 1 millón de euros nos piden en multas, más de 600 de nuestr@s militantes han sido procesad@s, cerca de 400 años de petición de cárcel en nuestro conjunto, donde cabe reseñar que nuestro compañero Francisco Molero continua en prisión por su activismo político y sindical, en mayo cumplirá 3 años entre rejas por defender una Democracia Real, en una Andalucía libre y digna, como antes también sufrió nuestro compañero Andrés Bódalo. No son casos aislados, las detenciones continúan contra dirigentes sindicales, como es mi caso, que he sido detenido en 7 ocasiones, pero también, contra una larga lista de compañer@s, la más reciente, la detención de nuestra compañera Dolores, durante la ocupación de la sede de Endesa que comentaremos más adelante.

Mientras tanto la pandemia ha venido no solo a afectarnos en términos de salud, sino que está sirviendo como excusa al sistema capitalista y a sus voraces intereses empresariales para “dar una vuelta de tuerca” más en los abusos laborales. Concretamente en los 11 meses desde que comenzó esta pesadilla, desde el SAT hemos tenido que redoblar esfuerzos, poniendo hasta la fecha cerca de 1.000 denuncias a lo largo y ancho de toda Andalucía, por abusos sistemáticos de derechos laborales y fundamentales en la mayoría de sectores productivos.

Andalucía, tierra rica, sin embargo concentra los niveles de pobreza y desempleo más altos del Estado español. ¿Qué ocurre? ¿Os están esquilmando la riqueza del pueblo?

Andalucía es una tierra rica habitada por una gran mayoría de personas pobres, empobrecidas, por un sistema de producción al que solo le ha interesado nuestros recursos y servirse de nuestra fuerza de trabajo como mano de obra barata. Esta no es una situación nueva, ni extraordinaria, sino que se viene prolongando década tras década sin importar el gobierno que por aquí pase, sin que ninguno de ellos haya tenido la voluntad de revertir esta situación.

¿Por qué, si sabemos que el capitalismo solo genera desigualdad y concentración de riqueza en pocas manos, los gobiernos de Andalucía o Madrid, en este caso, se apoyan en estos neoliberales en vez de en el Pueblo?

Porque hay una complicidad manifiesta sostenida en el tiempo, sin importar el color político hasta la fecha, para perpetuar este sistema de intereses. Hay una oligarquía minoritaria que para perpetuar e incrementar su riqueza, necesita prolongar en el tiempo la pobreza de una mayoría proletaria y desgraciada que no entiende ni comprende en muchas ocasiones el porqué de su situación. El sistema capitalista necesita devorar, consumir todo, ambiental, ficticio y humano con tal de seguir generando beneficios. No le importa absolutamente nada ni la vida, ni mucho menos los Derechos Humanos, y lo viene demostrando a lo largo de la Historia. Es un sistema condenado a la extinción, lo que está por ver es si seremos capaces de superarlo con nuestra lucha, desobediencia y acción directa (nosotr@s confiamos en que sí, por eso asumimos las consecuencias y con toda la contundencia de nuestra responsabilidad seguimos dando la batalla)o si nos extinguiremos con el mismo. Eso dependerá del compromiso y la implicación de la mayoría que sufrimos de su barbarie tomemos conciencia de que es un problema que hay que solucionar con urgencia, más pronto que tarde.

La tierra para quien la trabaja, pero en Andalucía hay mucha tierra en pocas manos. ¿Vais a continuar con las iniciativas de ocupación de tierras inutilizadas para el bien común de los andaluces?

Por supuesto, cueste lo que cueste, venga lo que venga, asumiendo todas las consecuencias. Como venimos denunciando, no podemos consentir que el 50% de la tierra cultivables siga en manos del 2% de los propietarios. Hace falta una Reforma Agraria, que libere nuestra sociedad, que rompa las cadenas, que revierta el actual sistema de producción que nos ha traído hasta aquí, que genere mano de obra en el sector primario, con la siembra y recolección, pero también en el secundario con la manufactura en el tejido productivo de la industria sostenible y en el terciario con la venta de cercanía y exportación, que deje la plusvalía en manos del Pueblo Andaluz.

A una crisis, le sigue otra y, cada vez, los períodos parece que se acortan más, ¿qué se debería de hacer que no se hace en Andalucía y el Estado español para que deje de ocurrir que quienes sacan tajada (se benefician) de la crisis siempre sean los que más poderosos?

Definitivamente hay que acabar con el Sistema Capitalista de Producción, por un Sistema Comunista, que defienda los Derechos Humanos y que ponga los servicios públicos y todos los medios de producción al servicio del pueblo, que es quien los pone en marcha y los trabaja.

En este sentido, el Gobierno español del PSOE y Unidas Podemos basa su salida en la ayuda multimillonaria que llegará de la UE que, por otra parte, es dinero que ponemos, sobre todo, los ciudadanos, pero a cambio tiene en cartera 120 reformas, ¿nos la van a volver a jugar como con las reformas laborales, desahucios, etc?

Si no estamos alerta, da igual quien gobierne, los cambios siempre vinieron desde abajo y a la izquierda. Si no nos movilizamos seguro que volveremos a pagar la crisis con una nueva estafa contra nuestros Derechos. El “lobbie” económico, que es el poder real y nuestro verdadero enemigo, no deja de presionar a los gobiernos, si el pueblo no nos tomamos la batalla en los mismos términos, asistiremos a muchos recortes y a pocos cumplimientos de Derechos Fundamentales.

Hay diferencia entre los gobiernos del PSOE, que han estado al frente de la Junta de Andalucía durante varias décadas, y el actual con apoyo de los fascistas?

En Andalucía seguramente hemos sufrido al peor y más corrupto de todos los “PSOEs” existentes, que entendió a esta tierra como su cortijo, utilizándola como fábrica de enchufismo, como nicho electoral, intentando comprar voluntades para perpetuarse en el poder. Ahora hay otra vuelta de tuerca más, el fascismo sin careta, también corrupto y además filofranquista, no tiene ningún tapujo en seguir haciendo negocio de lo público, como sus antecesores, pero añadiendo cualquier sentido libertario, cualquier identidad de nuestro Pueblo Andaluz, yendo directamente contra cualquier anhelo democrático. Igualmente, antes y ahora estuvimos de frente y en pie much@s a los que ni pudieron ni podrán doblar ni domesticar. Les daremos batalla.

Oímos SAT y lo relacionamos con los jornaleros y jornaleras, con el campo, con la ocupación de tierras incluso supermercados, pero últimamente también protagonizáis luchas obreras en empresas (Alestis), etc. ¿Ha cambiado la filosofía, los objetivos del sindicato o os habéis acomodado a estos nuevos tiempos difíciles para quienes estamos abajo, pisando barro?

Hemos asistido a una “jornalerización” de todos los sectores laborales, ya no solo hay jornaler@s en el campo, también l@s hay en la hostelería, en la construcción, en la prensa, en la sanidad e incluso en la educación, contratos por días y horas así lo confirman. Ahora más que nunca podemos afirmar categóricamente que “la causa jornalera es la causa de Andalucía, Andalucía es la causa jornalera”. Con estos argumentos extender nuestra lucha y acción directa a otros sectores es una obligación sindical, política y social.

En este sentido, el SAT ocupó pacíficamente la sede central de Endesa en Sevilla alto coste energía y la pobreza energética. ¿Hace falta nacionalizar las eléctricas, los bancos, las farmacéuticas?

Por supuesto, hay que caminar en ese sentido, y obligar con nuestra movilización, con nuestra conquista en las calles a que los distintos gobiernos no tengan más remedio que hacerlo.

¿Se puede lograr la Independencia de Andalucía? ¿Qué se debe hacer? ¿Os habéis marcado un camino, unas etapas para avanzar hacia la Independencia?

No será fácil, pero hay que continuar en ese camino. Por mucho que las personas de Andalucía queramos trabajo, libertad y dignidad, esas serán imposibles sin soberanía, es decir, sin capacidad de decidir sobre nuestros recursos y sobre todo lo que nos afecta, pues no nos lo va a permitir ni el estado español, monárquico y fascista, ni la actual Unión Europea, ambos regímenes mercantiles capitalista necesitan de nuestra subalternidad en todos los sentidos para seguir acrecentando sus beneficios. En ese camino estamos, historia tenemos, una cultura legendaria, una identidad por tesoro, y motivos hay de sobra como para luchar por ello.

Fuente: https://sareantifaxista.blogspot.com/2021/02/oscar-reina-portavoz-del-sat-por-mucho.html

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Entrevista a Simone Pieranni: Red Mirror: ¿qué futuro se escribe en China?

Por: Marc Saint-Upéry

«Il nostro futuro si scrive in Cina» [nuestro futuro se escribe en China], afirma el subtítulo italiano del libro Red Mirror, sobre la realidad de la China contemporáneaCiudades inteligentes, vigilancia, aplicaciones… dibujan un escenario muy comentado pero aún poco conocido.

En 1938, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos gastaba en conjunto alrededor de 0,075% de su pib en investigación científica, una cantidad mínima. En 1944, el gobierno federal y los estados incrementaron ese porcentaje a casi 0,5%, un aumento de siete veces que se utilizó para desarrollar los sistemas de radar, la penicilina y la bomba atómica. En las dos décadas siguientes, los fondos federales para investigación y desarrollo se multiplicaron por 20 y se creó así la base pública de futuras innovaciones privadas en las áreas de los productos farmacéuticos modernos, de la microelectrónica, de los satélites, de internet y mucho más. Sin embargo, a principios del decenio de 1980, se inició un lento descenso: el gasto público en investigación y desarrollo pasó a 1,2% del pib; en 2017 se había reducido a 0,6%. Hoy en día, si utilizamos como base el porcentaje del pib dedicado a la investigación, nueve países superan a eeuu.

Mientras tanto, explica el periodista italiano Simone Pieranni, a finales de la década de 1960 e inicios de la de 1970, del otro lado del Pacífico, la Revolución Cultural en China había sepultado la educación superior. Millones de estudiantes fueron enviados al campo a aprender las habilidades revolucionarias de los campesinos. Solo después de la muerte de Mao Zedong, cuando la dirección al mando de Deng Xiaoping se hizo cargo del país, comenzó a restaurarse el sistema escolar chino. Pieranni escribe:

«El año 1989 marcó el punto de inflexión: tras la supresión de las protestas de estudiantes y trabajadores, la dirección china decidió consolidar la lealtad de los cuadros intelectuales a través de una atención que hasta entonces se había confiado sobre todo a las clases productivas, los trabajadores y, fundamentalmente, los campesinos. (…) Al reservar un papel central a la ciencia, terminó llevando al poder a los llamados tecnócratas en la primera parte de la década de 2000; por otro lado, puso a toda una generación de intelectuales, científicos y profesores universitarios bajo el control ideológico del Partido. Los resultados fueron sorprendentes: de 1990 a 2010, la matrícula china en la enseñanza superior se multiplicó por ocho y el número de graduados pasó de 300.000 a casi tres millones por año. Durante el mismo periodo, la participación de China en la matrícula total de la enseñanza superior aumentó de 6% a 17% del total mundial. (…) En 1990, el número de doctorados en eeuu era 20 veces mayor que en China. Solo dos décadas más tarde, China superó a eeuu en esa medición, con 29.000 nuevos doctores en 2010, en comparación con 25.000 en eeuu.1»

Hoy en día, seis universidades chinas se encuentran entre las 100 mejores del mundo, según la clasificación de Times Higher Education. Con este capital intelectual y científico pacientemente construido desde hace más de dos décadas, China ya no solo es el taller industrial del planeta –de hecho, parte de los segmentos productivos que ocupó en la división internacional del trabajo se trasladan a otros países de Asia y del Sur global–, sino que anhela ser el número uno tecnológico del capitalismo cognitivo, por supuesto siempre bajo la dirección vigilante del Partido Comunista (pcch). El nivel de inversión e innovación planificada de las empresas chinas y de sus padrinos políticos en ámbitos como la inteligencia artificial, el 5g, el big data, las tecnologías de reconocimiento facial o el potencial vertiginoso de la informática cuántica tiene dimensiones de ciencia ficción. Como tal, plantea interrogantes complejos sobre las interacciones y las posibles sinergias entre un sistema tecnológico futurista y un modelo político-civilizacional sui generis, que combina hiperdesarrollo y raíces milenarias.

Hace años que Simone Pieranni, corresponsal y especialista en China del diario de izquierda Il Manifesto y creador de la agencia de prensa China Files, explora este mundo donde, según él, se juega nuestro destino. «Il nostro futuro si scrive in Cina» [Nuestro futuro se escribe en China], afirma el subtítulo italiano de su libro Red Mirror, cuyo título se inspiró por supuesto en Black Mirror, la famosa serie de televisión británica que pone en escena los posibles horizontes distópicos del desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (tic). En ocasión de la próxima publicación de su libro en español2, Pieranni respondió a esta entrevista para Nueva Sociedad.

Su libro empieza con un capítulo dedicado en gran parte a la «aplicación de aplicaciones» WeChat, que describe como «un nuevo pilar de la sociedad china», un verdadero «ecosistema». ¿Podría explicarnos qué es WeChat, qué función experimental o estratégica tiene en el desarrollo de China como potencia de alta tecnología y también por qué es un modelo en el que Facebook está interesado? Y a propósito, ¿qué porcentaje de los 1.400 millones de chinos posee un teléfono inteligente y cuál es el precio promedio de estos aparatos en relación con el salario mínimo y/o medio?

Bueno, en 2019, 872 millones de personas se conectaron a internet a través de un teléfono inteligente. Un iPhone cuesta 439 dólares en China, pero los productos chinos, Huawei o Xiaomi, cuestan mucho menos. Aunque no hay cifras nacionales oficiales, y los salarios y los ingresos cambian mucho de una región a otra, las últimas estimaciones hablan de un ingreso medio de 12.000 dólares anuales, así que da una idea del costo relativo de estos teléfonos.

WeChat se puede utilizar para realizar cualquier actividad de la vida diaria. La última vez que estuve en China para recoger material para el libro, me impresionó mucho la nueva funcionalidad que permite dividir la cuenta en un restaurante, por ejemplo. Pero más allá de este aspecto más secundario, WeChat está involucrado en toda la vida social y pública de las personas, por lo que es realmente difícil prescindir de él. Recientemente WhatsApp lanzó en Brasil un proyecto piloto para permitir a los usuarios pagar mediante la aplicación, que es lo que hace WeChat. Esto se vincula con un modelo de negocio que consiste en ganar dinero con las transacciones, cosa que por el momento Facebook, Instagram y Whatsapp no hacen. Pero efectivamente, lo que también le interesa a Mark Zuckerberg es el aspecto «ecosistema».

En China WeChat es simplemente sinónimo de teléfono móvil. Imaginemos que encendemos el móvil, pulsamos en el Messenger y en lugar de la pantalla que conocemos ahora, encontramos una especie de página de inicio desde la que se accede a la mensajería, redes sociales, Instagram, cuentas bancarias, compras, reservaciones, etc. Eso es lo que fascina a Zuckerberg, que apunta a convertir Facebook en una especie de sistema operativo de aplicaciones: todos los otros sistemas tendrían que «correr» en el suyo, al igual que WeChat. Significa dinero, pero sobre todo una enorme riqueza de datos. Y precisamente, por razones a la vez tecnológicas, políticas y demográficas, China se está volviendo la gran potencia del big data.

Otro tema de tu libro es el desarrollo de las «ciudades inteligentes», ¿de qué se trata exactamente?

Los proyectos de ciudades inteligentes abarcan todas las características de los varios sistemas de vigilancia y permiten a China resolver una serie de problemas, en primer lugar, el control de la población. Esto no es una completa novedad: las ciudades chinas siempre han sido construidas y desarrolladas para poder ser fácilmente controladas. Durante el maoísmo, se subdividían en distritos que correspondían a las categorías sociales, y tanto en los barrios obreros urbanos como en las aldeas, el sistema de control estaba asegurado por numerosas organizaciones formales e informales que dependían del pcch.

Con la apertura económica de Deng Xiaoping, el boom urbanístico condujo a la creación de ciudades centradas en las gated communities, urbanizaciones cerradas, al igual que en varios países de Occidente. Ya se trataba de lugares hipercontrolados y «seguros», pero ahora, con la «internet de las cosas», la gestión informática del tráfico urbano y el control computarizado de la contaminación, entre otras innovaciones, se pasa a otra etapa de la evolución natural de este proceso: las ciudades inteligentes, precisamente.

Se supone que estas «ciudades inteligentes» tendrán un alto nivel de sustentabilidad ambiental. ¿Es una preocupación real y un modelo para el futuro, o solo una forma de greenwashing y de ostentación de virtud ecológica? ¿Qué dicen los planificadores chinos sobre los costos ambientales de tipo extractivista o las nuevas externalidades negativas de la producción de energía supuestamente «limpia» a gran escala?

En la última Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada el 22 de septiembre, el presidente Xi Jinping anunció que China quiere alcanzar la «neutralidad de carbono» (cero emisiones) para 2060, o sea un equilibrio entre las emisiones y la absorción de dióxido de carbono. Un «compromiso histórico» que ayudará a todo el planeta a reducir las emisiones y a emprender un camino energético verdaderamente alternativo. Según los especialistas, significaría bajar la temperatura global entre 0,2 °c y 0,3 °c. Pero hay algunas contradicciones: hoy en día, China consume la mitad del carbón del mundo. Además, sigue construyendo nuevas centrales eléctricas de carbón y quema mucho carbón en sus fábricas de acero y cemento (siendo el principal productor mundial de estos materiales). Luego, hay un aspecto no secundario relacionado con los estilos de vida: China es el principal mercado automovilístico del mundo y el primer país en términos de importación de petróleo.

¿Misión imposible, entonces? No, según los expertos, porque la economía china tiene muchos aspectos y facetas: junto con su dependencia del carbón, es también un líder mundial en tecnologías «limpias» que podrían hacer factibles los planes –por cierto, muy ambiciosos– de Xi. De hecho, China es el principal inversor, productor y consumidor de energía renovable. De cada tres paneles solares en el mundo, uno está hecho en ese país. La misma proporción vale para las turbinas eólicas. En los proyectos de ciudades inteligentes, pero también en muchas metrópolis chinas, 98% del transporte público ya es eléctrico, al igual que 99% de los ciclomotores y los scooters. Además, China es líder mundial en la producción de baterías para alimentar vehículos eléctricos y almacenar energía renovable en las redes eléctricas.

Las ciudades inteligentes chinas podrían albergar a decenas de millones de personas en un futuro próximo, pero nunca acogerán a toda la población de un país tan inmenso. ¿Sobre la base de qué criterios se hará el acceso a estas ciudades y la selección de sus habitantes?

Esto queda por descubrir. Está claro que habrá una selección a través de los precios de la vivienda y del costo de la vida en general. También podría haber una regulación a través del sistema de crédito social, o sea el puntaje computarizado de la reputación, del comportamiento social y de confiabilidad de los ciudadanos. Cuando hablan de ciudades inteligentes, las autoridades piensan sobre todo en la clase media. Se trata no solo de nuevos sistemas de planificación urbana, sino también de auténticos nuevos modelos de ciudadanía. Solo los más ricos podrán vivir en ciudades inteligentes, pero entre los ricos solo tendrán acceso a ellas los que tengan mejor «puntaje».

¿Qué expresa la obsesión por la seguridad y la vigilancia de los espacios urbanos en un país en el que usted mismo afirma que el nivel de crimen y agresión contra las personas es mucho menor que en muchos países occidentales o del Sur global? ¿Es solo un pretexto para el control político de la población, o hay otras explicaciones sociopsicológicas o antropológicas?

El mantra del liderazgo chino es «mantener la estabilidad», todo está regido por esta necesidad. Los proyectos científicos de ingeniería de sistemas nacidos en la década de 1960, cuando Qian Xuesen, el padre del sistema de misiles chino, introdujo la cibernética en China, tenían como objetivo crear un sistema capaz de ser programado, modificado y, en algunos casos, «previsto». Control de la población, seguridad y productividad van todos en la misma dirección, y como lo sostenía Michel Foucault, son una condición imprescindible del desarrollo capitalista. No quiero decir con esto que los chinos estén dispuestos a dejarse domesticar completamente por estos procesos, porque no es así, pero ciertamente hay menos barreras a la invasión tecnológica de la vida cotidiana. Cuando se empezó a utilizar el reconocimiento facial para prácticamente todo (seguridad, salud, actividades bancarias, etc.), casi todo el mundo lo aceptó sin pestañear. Más bien había cierto entusiasmo por una innovación que demostraba el progreso tecnológico chino. Eso se vincula también con algunas concepciones filosóficas antiguamente arraigadas en China que impiden la formación de barreras éticas al impacto de la tecnología en la vida cotidiana. Mientras que en Occidente siempre hemos separado lo humano de lo técnico (religión y ciencia por ejemplo), los chinos han concebido una especie de «cosmotecnia» como la llama el filósofo Yuk Hui, los dos elementos han existido siempre juntos. Hui se refiere a los ritos confucianos: los objetos (la tekné como la llamaríamos en Occidente) son tan parte del proceso ritual como los propios ritos3. Todo esto permite que China avance mucho más rápido que nuestras sociedades en este terreno.

A propósito de las ciudades inteligentes, usted mencionó los sistemas de crédito social. Hay muchas fantasías distópicas al respecto en Occidente, y algunos observadores de China, como el sociólogo francés Jean-Louis Rocca, piensan que son exageraciones orientalistas y afirman que los sistemas de crédito social y de puntaje de la reputación y del comportamiento, por el momento, son más bien experimentales, locales, sectoriales y no están interconectados. Rocca dice que la gran mayoría de los chinos a los que ha interrogado para su investigación no lo ven como un factor importante en su vida cotidiana y están sorprendidos por la importancia que se le da al tema en Occidente4. ¿Qué opina?

Sí, estoy bastante de acuerdo. De hecho, estos sistemas tal como existen ahora no suscitan problemas particulares, al igual que sistemas similares que se encuentran en Occidente. El sistema de crédito social nació con una doble función: se trata de una forma de regulación del ecosistema económico que concierne a las empresas por un lado, y a las personas por otro lado. No existe todavía un sistema unificado y nacional de crédito social, sino muchos experimentos. En resumen, se trata de asignar un puntaje a cada persona en función de su confiabilidad en términos administrativos, penales y cívicos. Por supuesto, en un Estado de partido único, los criterios para juzgar a una persona pueden multiplicarse y llegar a ser mucho más problemáticos. Pero por el momento, aunque existen también en China atisbos de reflexión sobre la protección de la privacidad y el uso de los datos, la idea del crédito social está aceptada porque la población china lo percibe como un sistema realmente capaz de garantizar una mayor seguridad y armonía social. Para nosotros, por supuesto, parece inquietante, pero si pensamos en todas las veces en que somos evaluados y calificamos a los demás con sistemas de clasificación, no estamos tan lejos del modelo chino. Por el momento, en Occidente, nos evaluamos entre ciudadanos; en China, es un proceso que viene de arriba.

Como decía, es un sistema inquietante en perspectiva. En términos más generales, dado que la principal preocupación del pcch es mantener la estabilidad, hay una voluntad de crear un entorno lo más «confiable» posible, poblado por empresas y personas igualmente «confiables». Para la calificación de las empresas, este tipo de sistema existe también en eeuu, se llama fico. Para las personas, no estamos todavía en estos niveles, pero algunos sistemas de rating o de calificación occidentales (para pedir un crédito o alquilar una vivienda, por ejemplo) no están tan alejados de los experimentos chinos. Claro que este tipo de sistema es más impresionante en el contexto político, tecnológico y demográfico chino. En resumen: Beijing pretende crear en un futuro próximo un sistema nacional único, que por el momento no existe, capaz de evaluar la confiabilidad de las personas en función de sus comportamientos administrativos, penales o cívicos; estos comportamientos pueden llevar a una persona a perder o ganar puntos. Por el momento, el verdadero problema es la desproporción entre «delito» y sanción: si no pago una multa, por ejemplo, corro el riesgo de no poder desplazarme, porque me bloquean automáticamente la posibilidad de comprar billetes de tren o de avión.

Sin embargo, en términos de control social integral facilitado por las tecnologías de avanzada, existe el «laboratorio» de Xinjiang, donde parecería que se está llevando a cabo una experimentación sin precedentes históricos con el control y la disciplina de la población uigur, juzgada como desobediente o peligrosa.

En Xinjiang hay una combinación de todos los elementos del arsenal tecnológico chino, una gama de aplicaciones, cámaras de reconocimiento facial y varios modelos predictivos, con formas de represión más tradicionales, como prisiones y campos de reeducación. Además del control tecnológico, miles de personas trabajan para este sistema de represión contra la población musulmana de lengua túrquica de esta provincia, como lo demuestran las recientes filtraciones de documentos internos del pcch5. Cientos de miles de personas han estado encerradas en campos de reeducación sólo por ser juzgadas sospechosas. Como siempre, China experimenta incluso las cosas más horribles, para ver después cómo limitarlas o ampliarlas. Pese a los testimonios de muchos perseguidos que han podido escapar, Beijing niega que se esté llevando este tipo de represión en Xinjiang y afirma que la región se ha enriquecido en los últimos años. Lo que es cierto, pero eso no cambia en nada la ferocidad de esta política represiva.

Ahora bien, en términos de control social, no todo es tecnología y consenso neoconfucianista. Usted menciona también los «ojos vigilantes» de la población misma y las formas de control capilar a través de las organizaciones de base, herencia maoísta, pero no solamente. En apariencia, los comités barriales han jugado un rol muy importante en la pandemia, por ejemplo.

Sí, en la historia de China desde 1949 hasta el presente, el pcch ha movilizado repetidamente a los órganos estatales, las administraciones y la población para optimizar las respuestas en casos de emergencia y crisis repentinas, esos «cisnes negros» sobre los que alertó Xi Jinping en un discurso hace unos meses. La respuesta a la epidemia de sars en 2003 y al terremoto de Sichuan en mayo de 2008 son ejemplos de lo que el Partido entiende por «movilización», considerada fundamental para lo que se denomina «éxito de la reconstrucción». Una crisis o una emergencia pueden crear mecanismos empujados desde arriba capaces de poner al Partido en el centro de la escena social en China, como motor y equilibrador de situaciones complicadas, y también con una voluntad de mitigar y hacernos olvidar las deficiencias iniciales de la maquinaria político-administrativa.

De hecho, como recuerda Li Zhiyu, la noción de «movilización» (dongyuan) es un concepto fundamental en la política china contemporánea. El término «indica el uso de un sistema ideológico por un partido o un régimen político para alentar u obligar a los miembros de la sociedad a participar en determinados objetivos políticos, económicos o sociales a fin de lograr un nivel intenso de centralización y de despliegue de recursos materiales y humanos»6. Se ha visto este despliegue con la crisis del coronavirus. A pesar del –grave– retraso con el que China comenzó a tratar el covid-19 y su propagación, la población china pareció dispuesta a apoyar las decisiones que venían de arriba. Hubo lecturas de temperatura en todas partes, especialmente en las entradas del metro, limpieza constante del transporte público allí donde no fue suspendido. Cada ciudad hizo lo suyo: en algunos lugares se han reducido las horas de trabajo de los supermercados o centros comerciales para evitar el riesgo de contagio, en otros –especialmente en los pueblos rurales–, todos trataron de ayudar como pudieron al personal médico encargado de ir de casa en casa para tomar la fiebre e informar sobre posibles casos de contagio. Con la parálisis de los transportes públicos, muchas personas se han puesto a disposición de los hospitales para llevar materiales de un lugar a otro, dedicando a ello a veces el día entero. Incluso mucha gente que decía que temía el contagio sintió la necesidad de ayudar.

Lo que parece describir es una especie de capitalismo de vigilancia bajo el control del Partido-Estado, con una forma sui generis de sinergia público-privada y un nivel relativamente alto de aceptación social, que tiene incluso profundas raíces históricas en términos de la cultura del «buen gobierno» y las expectativas de los gobernados. ¿Es así?

Sí, exactamente, y la pandemia lo ha demostrado combinando alta tecnología con movilización de masas. En esta ocasión, la potencia de las aplicaciones chinas dedicadas al control estricto de los movimientos de la población, y a menudo acusadas de no ser más que un dispositivo de seguridad y el punto de anclaje de futuras ciudades inteligentes hipervigiladas, ha sido presentada por el gobierno y los operadores privados chinos como un servicio público imprescindible en una situación de emergencia. La agencia Reuters escribió que el coronavirus «sacó de la sombra» el sistema de vigilancia chino. En realidad, se podría decir más bien que el virus permitió un uso ad hoc de herramientas que los chinos están acostumbrados a usar o a «padecer» cada día. De hecho, nos enfrentamos a la primera emergencia sanitaria en la era de la inteligencia artificial, y aunque en medio de una situación dramática y complicada, una vez más, China señaló el camino.

En este sentido, podría decirse que la pandemia ha sido un estímulo y un incentivo para la aceleración y la ampliación de los sistemas de alta tecnología aplicados a la administración sanitaria, demográfica, educativa, policial, etc.

En la China del coronavirus hay nuevas posibilidades para las empresas de alta tecnología. Ahora mismo, aunque nunca lo confesarán, tienen una oportunidad única de maximizar la principal materia prima de sus innovaciones: más datos, muchos más datos. El miedo al contagio y a la enfermedad ha hecho que la ya de por sí débil resistencia a la invasión de la privacidad haya quedado definitivamente enterrada.

Se pueden citar varios ejemplos. La empresa de reconocimiento facial Megvii ha declarado que ha desarrollado «una nueva forma de identificar y localizar a las personas con fiebre, gracias al apoyo del Ministerio de Industria y Ciencia». Su nuevo sistema de medición de la temperatura utiliza datos del cuerpo y del rostro para identificar a las personas, y ya se está probando en un distrito de Beijing. También Baidu, el principal motor de búsqueda chino, anunció que su laboratorio de inteligencia artificial habría creado un dispositivo similar. La compañía de cámaras de vigilancia Zhejiang Dahua anunció hace poco que «puede detectar la fiebre con cámaras de infrarrojos con una precisión de 0,3 °c», lo que puede ser muy útil en lugares muy concurridos, como los trenes. Se trata de empresas privadas que, apoyadas por el Estado, desarrollan nuevos productos «intrusivos» (pero también considerados como muy útiles por la población). Estas empresas pueden entonces comercializar en el exterior sus innovaciones perfeccionadas gracias a la posibilidad de acceder a esta enorme cantidad de datos, posibilidad garantizada y controlada por el Estado.

También las tecnologías de reconocimiento facial han progresado. SenseTime, uno de los principales operadores en este ámbito, afirma ahora ser capaz de identificar incluso a las personas que llevan máscaras. Es un aspecto muy importante, porque en China, además del teléfono inteligente, el reconocimiento facial sirve para muchas cosas: pagar, reservar, hacer trámites en un banco o en las oficinas públicas. Con el uso masivo de máscaras, las tecnologías existentes habían dado señales de imperfección (que fueron subrayadas irónicamente en las mismas redes sociales chinas por personas que no pudieron entrar en su propia casa por llevar una máscara, por ejemplo).

Podemos citar también el uso de drones para avisar a la gente que tiene que usar máscara (hay un vídeo en el que se ve a una anciana de Mongolia Interior que fue visitada por un dron); los robots utilizados dentro de los hospitales para efectuar el control de plagas, la entrega de comidas o la limpieza en las áreas utilizadas para los pacientes infectados con coronavirus; los asistentes de voz que piden información a las personas en su casa, almacenan datos y sugieren un tratamiento o una hospitalización inmediata. En cinco minutos, los asistentes de voz chinos son capaces de hacer 200 llamadas, aliviando el trabajo de los hospitales. Con tecnologías como el reconocimiento de la voz y la comprensión semántica, los robots son capaces de comprender con precisión los lenguajes humanos, obtener información básica y dar respuestas. Existen también perspectivas de poder desarrollar nuevos productos y tratamientos farmacéuticos gracias a la inteligencia artificial y las plataformas de intercambio de macrodatos, aunque en el caso del coronavirus, en la comunidad científica hay bastante unanimidad en subrayar que la vacuna o la cura definitiva no están a la vuelta de la esquina.

Por último, está el aspecto relacionado con las conferencias virtuales y el aprendizaje electrónico, en el que China lleva invirtiendo hace tiempo. Recientemente, debido al cierre de escuelas y oficinas durante la pandemia, ha sido objeto de una atención y experimentación renovadas. En las escuelas, se usaron softwares ya existentes que permiten conectar a varios alumnos al mismo tiempo, proporcionando al profesor todos los datos necesarios, incluidos algunos grabados por cámaras sobre el nivel de atención demostrada por el alumno durante la clase.

Toca concluir que distopía y utopía son difíciles de desenredar en el caso chino. Usted cita al gran autor de ciencia ficción Liu Cixin cuando dice: «Cada época impone cadenas invisibles a quienes la viven. La única oportunidad que nos queda es bailar entre nuestras cadenas». Usted también escribe que, para los ciudadanos de las democracias liberales de tipo europeo, habrá un momento en que solo tendrán la oportunidad de dejar sus datos personales al Estado chino o a las empresas estadounidenses. En este escenario, ¿qué espacio nos queda para «bailar entre las cadenas», y qué espacio les queda a los propios chinos? ¿Existen posibilidades de resistencia, o tal vez contradicciones internas de naturaleza lógica o material dentro de los propios sistemas de control?

Para Occidente, pienso en Europa, es necesario adoptar una política común y única sobre el big data. En mi opinión, los macrodatos deben ser gestionados como un bien común, es decir, de forma transparente y por la colectividad, de lo contrario Europa seguirá siendo un campo de batalla entre eeuu y China. Para los chinos, no lo sé, dependerá de ellos. Como observador externo, creo que estas cuestiones pueden convertirse en fuente de conflicto, incluso político, solo en el momento en que el pacto social que todavía rige el país –te enriqueces, pero renuncias a ciertos derechos– empiece a tambalear. En el quinto plenario del pcch que acaba de terminar, se decidió que China invertirá aún más en tecnología y desarrollo del mercado interno. Lo que hay que observar por el momento, creo, es la dinámica de la clase media china: 400 millones de personas que son las que sustentan este mercado interno y apoyan a los dirigentes del país.

  • 1.Red Mirror. Il nostro futuro si scrive in Cina, Laterza, Bari, 2020.
  • 2.La versión en español será publicada por Edhasa, Buenos Aires, en 2021.
  • 3.Yuk Hui: The Question Concerning Technology in China: An Essay in Cosmotechnics, Urbanomic, Falmouth, 2016.
  • 4.J.-L. Rocca: «Crédit social. Spécificité chinoise ou processus de modernisation?» en Sociétés Politiques Comparées No 51, 5-8/2020.
  • 5.«‘Los cables de China’: los documentos secretos que revelan el sistema de lavado de cerebro del gobierno chino sobre cientos de miles de uigures detenidos» en BBC Mundo, 24/11/2019.
  • 6.Ivan Franceschini, Nicholas Loubere y Christian Sorace (eds.): Afterlives of Chinese Communism: Political Concepts from Mao to Xi, Verso / AUN Press, Londres-Canberra, 2019.
Fuente:  Nueva Sociedad 290, Noviembre – Diciembre 2020, Revista: ISSN: 0251-3552
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OVE entrevista a Guadalupe Mauricio Hernández: “La educación también debe ser diversa y multicultural”.

Entrevista realizada por Luis Miguel Alvarado Dorry en exclusiva para Otras Voces en Educación.

Conocimos a Guadalupe Mauricio Hernández en la actual coyuntura pandémica por medio de conversatorios virtuales desde abril del año pasado en las que participamos juntes. Una mujer aguerrida que ha venido defendiendo el derecho a la educación pública, gratuita, laica, integral y feminista. En los conversatorios virtuales y en otras conversaciones que tuvimos nos demostró una gran humildad intelectual y alteridad emanadas de su humanismo.

Guadalupe es militante feminista y socióloga luchadora por los derechos humanos, exhorta “nos faltan las mujeres de abajo, y que cuando estas mujeres se unan a estas manifestaciones daremos el paso más importante”.

Nuestra camarada Guadalupe es doctora en Filosofía con Orientación en Arquitectura y Asuntos Urbanos, es Socióloga y Licenciada en Artes Visuales por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Fotógrafa e Investigadora. Cursa una maestría en Artes con especialidad en educación en el Arte. Autora del libro: “Artes y Espacio Público en Monterrey: la velocidad y la distancia” Es educadora popular. Actualmente cursa un posdoctorado en Pedagogía Crítica y Educaciones Populares por el Centro Internacional de Pensamiento Crítico Eduardo del Río Ruis y el Instituto Miranda de Venezuela. Trabaja de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Nuevo León.

 

Guadalupe, ¿cómo llegó a la educación crítica y contestataria y, a la lucha gremial y social? Cuéntenos un poco su historia de vida.

La postura crítica llegó por el acercamiento al proyecto zapatista que mantienen las comunidades en Chiapas, como adherente de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. En 2013 tuve la oportunidad de compartir por unos días la vida con una familia tojolabal zapatista en el poblado de San Miguel, en la bella experiencia llamada escuelita zapatista, donde acudieron miles de personas de distintos países y estados de México. Me tocó coincidir con muchas personas, pero me inspiró tremendamente Nora Cortiñas, cofundadora de la Madres de la Plaza de Mayo, con la que platiqué en el caracol de Morelia.

En el poblado de San Miguel tuve la oportunidad de conocer de cerca, en voz de sus pobladores y visitas a la escuela autónoma del poblado, su sistema de educación, ver cómo relacionaban y conectaban la educación con los problemas de vida de las comunidades, conocer que retomaban su historia colectiva en los planes de estudio al tiempo que participaban de una selección crítica de la historia oficial, tomando aquellas experiencias surgidas desde los pueblos y no sólo de personajes heroicos o desde arriba.

Así fue como empecé a mirar críticamente el sistema educativo en el que estoy inmersa como profesora, el modelo de competencias, un sistema rígido, acrítico y elemental, que a muchas maestras y maestros nos hizo ruido desde su inicio, nos parecía ajeno y manteníamos una duda sobre si las y los estudiantes aprenderían con ese sistema.  Dicho modelo nos decía que la maestra o el maestro era un facilitador, nos trataron de convencer de supuestas bondades que contrastaban con los resultados desfavorables en las evaluaciones de PISA y otras.

Con el tiempo, y más ahora, veo el sistema de competencias como un claro sistema de despedagogización, un modelo instruccional preparatorio de lo que ahora tenemos como educación virtual. Sin embargo, la escuela en la que trabajo tiene una tradición de 100 años, es una escuela sabia históricamente, que empezó siendo una primaria exclusiva para mujeres, con un año más de formación técnica en labores femeniles, ahí se daban carreras que pretendían capacitar a la mujer para que desde su casa contribuyera a la economía del hogar. La escuela fue fundadora en septiembre de 1933 de la Universidad Autónoma de Nuevo León, y gracias a que la escuela fue exclusiva de mujeres, las maestras de la escuela fueron las únicas mujeres presentes en la fundación de la UANL. Ahora es una preparatoria del nivel medio superior, mixta, que ha tenido un gran progreso en el área técnica, y en ese sentido estoy en una escuela muy singular que ha desarrollado y socializado ciertas carreras técnicas dentro de la misma universidad y ha creado enlaces a nivel internacional; hoy enfrenta con la pandemia un nuevo reto, quizá el más grande en sus 100 años.

Respecto a la cuestión gremial, cuando se implementó el sistema de evaluación punitiva con la reforma educativa en el sexenio del Presidente Peña Nieto para maestras y maestros, conocí a la CNTE. Aunque nosotros somos una Universidad Autónoma, nos aplicaron el examen por ser educación básica, sin que implicara el hecho, de reprobarlo, ser cesado. La CNTE puso un plantón en la Macroplaza, como protesta en defensa de las y los maestros cesados, mi compañero que en ese tiempo participaba en el entonces Rincón Zapatista de Monterrey, inició un acercamiento para mostrar solidaridad e invitó a la CNTE a platicar con los del Rincón.

El acercamiento no se dio inmediatamente, entonces decidimos hacer una visita. El primer día que visitamos a los de la CNTE, en el plantón, yo salí de mi escuela, que está en el centro de la ciudad, cerca de donde estaban las y los maestros de la CNTE haciendo su protesta. En la escuela nos dimos cita mi compañero y yo para ir a la Macroplaza y acompañar a las y los maestros, llevaba yo la playera del uniforme, cuando llegué me ofrecieron una silla y agua, yo había reprobado el examen, un examen humillante y absurdo, así que me sentí muy identificada con las maestras y maestros y podía entender desde mi condición de profesora a las y los profesores de la CNTE.

Otra vez me pasa que desde una referencia externa miro lo que es mi sindicato, el cual, en otro tiempo, fue un sindicato combativo, de muchas luchas, y gracias a ellas gozo de las prestaciones que ahora tengo. Eso nunca se nos debe olvidar que muchas personas en la defensa de esos derechos fueron despedidas, encarceladas, o perdieron su vida, por lo que debemos buscar los mecanismos para democratizar los gremios y no permitir la entrega de logros sindicales, que son del pueblo, a los intereses neoliberales o de la clase política en el poder. En la Universidad Autónoma de Nuevo León, la lucha por la autonomía fue legendaria, trascendental para democratizar la Universidad, y principalmente, lograr hacerla accesible a las hijas, hijos, de obreras, obreros y demás trabajadoras y trabajadores. Yo soy hija de la educación pública.

 

¿Cuáles considera que son los elementos más significativos de la crisis educativa en su Estado, en México y en toda América Latina?

En mi estado es significativo el alto costo de la educación, aun siendo pública. Eso me hizo saber un estudiante del estado de Michoacán, que egresó de una secundaria pública allá y estaba por entrar a la preparatoria donde trabajo; él me platico de las diferencias, entre su ciudad y Monterrey, me dijo: maestra yo veo que aquí todo lo cobran, los libros, la camiseta, el ingreso, los exámenes, el mantenimiento, todo, en Michoacán no. Los padres lo que hacen es sólo poner a su hijo en la escuela. Aquí, en Monterrey, es diferente. Somos tres hermanos y en mi familia están viendo cómo le van hacer con mis hermanos que van a la secundaria y conmigo.

Creo es uno de los problemas que van a enfrentar algunas instituciones educativas en Monterrey, tanto privadas y públicas, pues al disminuir el costo de la educación por estudiante (en la educación), desde el punto vista de las y los estudiantes y familias, el costo de la educación por familia debe bajar, pues la educación se remite al hogar y a los medios de la familia, es lo que yo veo que expresan constantemente las y los estudiantes y familias en medios y redes sociales. En Monterrey se ha puesto énfasis en esa parte del costo de la educación en esta coyuntura de la pandemia. Y claro, de las familias que dicen no contar con las herramientas didácticas y pedagógicas para apoyar la educación a distancia y por televisión.

En México veo una disputa de la educación entre una concepción neoliberal expresada en el modelo de competencias y un currículum dictado por organismos económicos internacionales y, entre las pedagogías basadas en la emancipación, el pensamiento crítico y la autonomía, que por lo general se encuentran en el sur de México, y que son desconocidos los avances de estas pedagogías relacionadas con las comunidades. Esta disputa por la educación se expresó ya desde hace tiempo en la imposición de los modelos educativos, pero también en las reformas educativas. La cuña para despojar a las y los maestros de sus derechos laborales en México fue el instrumento de la evaluación, a lo que se sumó una responsabilidad sobre las y los maestros por problemas de la calidad de la educación. Sin embargo, vivimos momentos en que afectar los derechos de las y los trabajadores de la educación es afectar el derecho de las niñas y niños, jóvenes y jóvenas por una educación laica, gratuita e integral, como lo establece la Constitución Mexicana.

La teleducación es una educación instruccional, no es una educación integral. Lamentablemente el teletrabajo es algo que tenemos en la puerta pues ya existe una iniciativa de ley en la Cámara de Diputados, aprobada en el Senado en abril del año pasado para fomentar ese tipo de trabajo, del cual no se han hecho estudios sobre los daños y perjuicios económicos y sobre la salud física y cognitiva. Y bueno en América latina vivimos algo similar, pero con diferentes formas concretas en que se suceden estas imposiciones.

 

Cuéntenos sobre ¿cómo ha sido su experiencia en las artes y en el feminismo que usted milita?

Es difícil ya no tener una posición al respecto, los índices de feminicidio en mi estado son de los más altos, ocupamos el primer lugar del país en violencia a las mujeres en la vía pública, eso imagínalo ahora trasladado al hogar. La primera marcha a la que acudí, ya con cierta conciencia feminista  fue “la marcha de las putas” en 2011, que fue una marcha contra el acoso sexual,  que culpa a las mujeres del acoso por la forma de vestir, así que ese día como protesta me fui vestida con escasa ropa, una minifalda muy corta y unos tacones muy altos, yo me presenté a esa marcha pensando irían miles de mujeres universitarias y empleadas, y no fue así, pero fue el inicio de lo que se ha logrado a la fecha, y eso lo pudimos ver en la última marcha del 8 M, que fue la marcha más numerosa en la historia del estado de Nuevo León, hasta la fecha, ahí participé en la organización junto con mujeres de la Asamblea Feminista de Nuevo León y las maestras, mujeres investigadoras, de Académicos 43. En esa histórica marcha del 8M, el contingente más numeroso fue el de las mujeres universitarias, que lograron gracias a las denuncias anónimas, en varias universidades cesarán a maestros denunciados por acoso sexual. El gran número de manifestantes universitarias nos debe decir algo importante, que nos faltan las mujeres de abajo, y que cuando estas mujeres se unan a estas manifestaciones daremos el paso más importante.

Fue clave, para pensarme como feminista, en relación a los distintos feminismos, la visita de Marichuy, (María de Jesús Patricio Martínez) vocera del Consejo Nacional Indígena y del CIG (Consejo Indígena de Gobierno), aspirante a la candidatura presidencial en 2018, donde nos dimos a la tarea de juntarnos mujeres de muy diversas causas y de platicar como mujeres que somos. Otra experiencia importante fue el Segundo Encuentro Internacional de mujeres que luchan en Chiapas, organizado por las zapatistas en 2019.

A raíz de estos acontecimientos me he ido ubicando como feminista. Mi feminismo está más cerca del zapatismo, del ejemplo de la comandanta del EZLN, Ramona, de la comandanta Miriam, quien por casualidad me recibió en el caracol de Morelia en la escuelita zapatista, de Rosalinda, de las milicianas, de las compas tercias, de todas las mujeres zapatistas que solucionaron sus problemas concretos para dar la batalla junto a los compañeros zapatistas. Aquí no había grandes teorías o tratados filosóficos, sólo una declaratoria llamada “Ley Revolucionaria de la Mujeres” un acuerdo para juntos, mujeres y hombres, dar la lucha por la defensa de sus comunidades que se encuentran en peligro de extinción. Y los resultados de ese acuerdo social se expresa en que ellas no padecen de los feminicidios que tenemos nosotras como mujeres civiles. Como declaró la comandanta Amada en el discurso inaugural del Segundo Encuentro Internacional de mujeres que luchan: “AUNQUE DIGAN Y PREDIQUEN QUE HAY MUCHOS AVANCES PARA LAS MUJERES, LA VERDAD ES QUE NUNCA ANTES EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD HA SIDO TAN MORTAL EL SER MUJER”.

Mi arte dentro del feminismo es la fotografía, siempre me ha gustado la fotografía, fui la primera mujer reportera gráfica de un periódico muy conocido a nivel nacional, y eso me sirvió, es difícil no hacerlo, aun y cuando no tengo la juventud de antes y estoy medio ciega, la fotografía es una de las cosas que amo y quiero seguir haciendo. El arte es lo más relacionado a mi ejercicio docente.

Inicié como maestra siendo estudiante de la Facultad de Artes Visuales, dando talleres a niños de dibujo y pintura, así me ganaba una beca para los estudios. En la preparatoria donde trabajo actualmente, inicié dando clases de fotografía en la carrera técnica de Diseño y Comunicación Visual. Ahora imparto la materia de Apreciación a las Artes, aunque también he impartido disciplinas dentro de las humanidades como Ciencias Sociales, Filosofía, Literatura. Como socióloga no puedo ser una maestra acrítica de los contenidos curriculares, así que cuando doy filosofía occidental, les hablo del eurocentrismo, del antropocentrismo cristiano, de la razón instrumental.

 

Guadalupe, ¿la relación entre los gobiernos y los gremios en el estado de Nuevo León y en el país es fluida? ¿Por qué?  

No es fluida cuando se trata de sindicatos combativos como la CNTE, y lo es con los sindicatos llamados charros. Aun así, la CNTE logra detener una reforma educativa punitiva (del gobierno de Peña Nieto) con movilización y denuncias, y ahora, bajo la pandemia, contra una ley de educación que sigue basada en el neoliberalismo, se defiende la educación pública, gratuita, con negociación y movilización, pero también con propuestas pedagógicas.

Como educadora popular, ¿considera que la formación inicial y continua de les docente corresponde a las necesidades del país y los desafíos pedagógicos del siglo XXI? ¿Por qué?

No corresponde a los desafíos, y eso lo puso en evidencia la pandemia. La mayoría de las y los maestros carecíamos de destrezas para usar las plataformas, andábamos todavía en la certificación del office. Recuerdo muy bien que un mes antes de la pandemia se dio la oportunidad de tomar un curso para el manejo de la plataforma Teams, y no lo pude tomar por falta de la habilitación de un correo institucional.

Otro ejemplo fue el criterio dividido antes de la pandemia, entre las y los maestros, de usar (los y las estudiantes) el celular o no usarlo en clase. Y lo es ahora con las capacitaciones masivas y forzadas. El sistema de competencias que fue impuesto como un claro sistema preparatorio de la educación a distancia no fue acompañado de una formación tecnológica docente. La misma educación a distancia es una nueva forma de descapitalización y dependencia.

Mientras unos países generan tecnologías, otros sólo somos consumidores de tecnologías, lo que me recuerda las teorías de la Dependencia de América Latina, que llevé con el historiador Mario Cerutti, donde la tecnología es el motivo de la dependencia en América Latina, pero no vayamos tan lejos, aquí mismo en Monterrey, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey ha puesto en práctica tecno-pedagogías desde hace mucho tiempo, es decir, consumir, usar y gestionar Nuevas Tecnologías en la educación. Tengo amigos que trabajan en este Instituto y sin ningún problema les proporcionan computadoras portátiles que se pueden llevar a su casa para realizar su trabajo. La idea de la educación a distancia aplicado a todos los sectores es peligrosa, pues el país no es homogéneo, es diverso, multicultural. Las necesidades son diversas para distintas zonas del país. La educación también debe ser diversa y multicultural según las necesidades. La educación continua es lo de hoy, pero no todos tienen las mismas oportunidades para acceder a ella.

¿Cuáles serían sus propuestas?

Para la universidad, sería fortalecer la investigación, que constituye una relación crítica con la realidad, aunque reconozco el esfuerzo de maestras y maestros investigadoras en solitario que se esfuerzan por hacerla, incluso con sus propios recursos, falta desarrollar una cultura al respecto, tarea que siempre queda pendiente pues a Nuevo León, siempre se le ha considerado la ciudad industrial, digamos que es una segunda identidad o fundación de la ciudad, y es que las ciudades también se fundan en su urbanismo y en su cultura, no solo en documento histórico,  luego se trató difundir una tercera fundación como ciudad del conocimiento. Mi pregunta sería en qué momento transitamos de ser una ciudad obrera a ser una ciudad del conocimiento sin transitar por ser una ciudad que tenga sociedades de investigadores generadores de conocimientos científicos.

Creo ahí está una de las tareas pendientes de la educación universitaria en general, fomentar y generar investigación. Ahora con la pandemia se puso en evidencia el área médica y de la salud. Otra propuesta importante, es la de vincular a la universidad con las y los trabajadores, las amas de casa, los barrios y colonias, pero no se trata de que las y los estudiantes o la institución realice labor asistencial un día al año o cada tres meses. El vínculo debe construirse desde organizaciones de barrio, sindicales, colectivos urbanos, por ejemplo. Más o menos como hace 8 años, en la UANL, se ofreció la Preparatoria en Centros comunitarios de Zonas marginadas para ofrecerla a la juventud que no logró ingresar a los planteles escolarizados, la sorpresa fue que quienes se inscribieron fueron amas de casa, padres de familia, personas de la tercera edad. Ahí hay una Oportunidad de Educación que debe revisarse, valorarse por parte de la UANL.

 

Querida Guadalupe, ¿qué ha significado el confinamiento por el Coronavirus COVID-19 en lo educativo? ¿Considera que las medidas educativas tomadas en el contexto de la pandemia afectan al derecho a la educación? ¿Por qué?

Por supuesto que la forma en que se ha respondido por el Estado a la emergencia sanitaria (confinamiento) y la consecuencia de pandemia y crisis económica, afecta el derecho a la educación, no sólo por las condiciones económicas en las que se encuentra la mayoría de las y los estudiantes, sino también por las condiciones psicológicas que provoca el temor al contagio, y un confinamiento forzado, aunque el gobierno federal diga que es voluntario.

Como maestra me pude dar cuenta que tuve estudiantes que debían trabajar, afectando sus horas de clase, para poder pagar el internet o los datos de los móviles. Tomar transporte para llegar a un cyber y con la sorpresa de que a veces estaba cerrado; jóvenes que tuvieron que pedir prestada la clave de acceso a internet al vecino o irse a la casa de un familiar para tomar la señal. Familias con hambre porque el papá perdió el empleo.

Tuve estudiantes que compartían por ratos una sola computadora o un sólo celular entre varios integrantes, estudiantes, de la familia. A Monterrey se le puso como ejemplo nacional de conectividad, pero no se dijo o preguntó cómo se logró esa conectividad, y quienes la lograron. Tampoco se nos ha preguntado qué necesitamos para llevar a cabo nuestro trabajo y eso no es justo ni correcto.

Y qué decir de los efectos de la misma pandemia dentro de las familias. Todas estas situaciones representaron una exclusión a la vez que las plataformas mismas y el internet no constituían una enseñanza efectiva, dado que como maestres que somos, nos veíamos en dificultades para cumplir con el trabajo pedagógico.  El derecho a la educación pública, gratuita, laica e integral, se ve vulnerado al no cumplirse las condiciones que aseguren materialmente el aprendizaje; lo mismo sucede cuando se vulneran los derechos laborales de las y los trabajadores de la educación.

 

Desde las cosmovisiones feministas, ¿cuál es la radiografía de las sociedades en especial de las niñas y mujeres en el confinamiento obligatorio y, las ponderaciones de las virtualidades y televisivas en la vida cotidiana?

Quiero empezar por comentarte que en uno de los trabajos que pedí a mis estudiantes, en la materia de filosofía del semestre pasado, fue un diálogo a través del medio que ellos quisieran con sus padres y/o familiares cercanos, y con sus compañeros, sobre el tema del confinamiento y de la educación virtual. El ejercicio se llamó, “diálogos desde la pandemia”. Ahí pude tener una ventana a la situación de las familias y de las mujeres. De esas experiencias, recuerdo mucho a una madre de familia que contó que desde que se casó, hace 18 años, antes del confinamiento, generalmente no salía de su casa.

La diferencia ahora con el confinamiento radicaba en que en la casa estaba su esposo, que en ese momento estaba desempleado, y sus dos hijos. El confinamiento para las mujeres recrudece una práctica histórica patriarcal. En el centro de mi ciudad, llamado “Barrio Antiguo” en las remodelaciones que se le hicieron a ese barrio para hacerlo lugar de turismo,  se encontró a una mujer emparedada, es decir, sepultada en los muros, esa casa cuenta con una placa, una leyenda que suscribe el acontecimiento, es la casa Calicanto,  ese hecho  nos debe decir algo muy importante, uno pensaría que eso ha cambiado mucho y no es así, cuando revisamos las estadísticas de feminicidios, es decir, el homicidio de las mujeres en manos de sus conyugues, novios o familiares, nos damos cuenta que la violencia hacia las mujeres sucede desde la casa.

Otra de las cuestiones, que se proyectaron en estos “diálogos del confinamiento”, fue el hecho repetido de que las mujeres se encuentran al cuidado de las y los hijos respecto a la educación virtual, las mujeres adolescentes de los menores para sentarlos frente a la pantalla, las mujeres de una familia del cuidado de las personas mayores. Esta desigualdad en el trabajo doméstico, combinado ahora, en muchos casos, con el trabajo asalariado y el trabajo de crianza, debe producir en las mujeres un alto grado de estrés, y con ello los problemas derivados del estrés y la violencia doméstica.

En el estado de Nuevo León, se han registrado 11, mil 598 denuncias por violencia familiar, de enero-agosto del 2020, lo que representa un aumento en relación a años anteriores. Monterrey ocupaba antes de la pandemia el primer lugar de violencia hacia la mujer en la vía pública, así que esa violencia se concentra ahora en el hogar, y no podemos olvidar que con el confinamiento el mismo espacio es para el trabajo, la escuela, la familia y es difícil que se pueda lidiar con la interacción de tantas funciones en un mismo tiempo y espacio. No es lo correcto.

Estimada Guadalupe, por último, desde las pedagogías críticas y, a partir de sus experiencias docentes y sociales ¿cuáles serían algunas de las propuestas que considere importantes para iniciar un proceso de transformación radical del sistema educativo?  

Desde el punto de vista docente se requiere la difusión de las pedagogías críticas entre las y los docentes y las y los estudiantes, espacios tanto institucionales como no institucionales para discutir e intercambiar ideas, para proponer; se trata de un verdadero proceso social y político. La tendencia actual, a como vemos está sucediendo en esta pandemia, es educar a una élite, esto parecería increíble en una sociedad que llegó al anhelo democrático de uno de los derechos más importantes de la historia moderna: la educación, gratuita, laica, integral y científica, pero está sucediendo, la televisión es un retroceso a un derecho ganado y construido.

Las tecnologías deben ser un apoyo de la maestra y maestro no a la inversa, ahora sí que como dijo Freire “Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades de su producción o de su construcción” y “Enseñar no existe sin aprender” así como tampoco “No hay enseñanza sin investigación e investigación sin enseñanza” ¿Qué nos queda ante esta exclusión? Ponernos de acuerdo como comunidades, en las ciudades, en los barrios. Cuando las maestras, maestros, estudiantes, cobren conciencia como lo hacen ya otros grupos: las mujeres, las y los indígenas, los que luchan por encontrar a los desparecidos, y tomen en sus manos la educación que quieran para sus comunidades, pondremos la primera piedra.

Muchas gracias.

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