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“Dogmachismo”

Por: Miguel Lorente Acosta

Sobre la imposición de las ideas machistas a modo de verdad absoluta e incuestionable.
No es cuestión de dogmatismo, sino de “dogmachismo”, es decir, de “proposiciones tenidas como ciertas y como principios innegables” construidos por el machismo, o lo que es lo mismo, al amparo de la normalidad de una cultura levantada sobre las referencias de los hombres y, por tanto, comunes a todos ellos. Por eso la defensa de esta construcción es asumida por todos los hombres, no sólo por los que se benefician de manera directa en un momento dado. Cada hombre sabe que este modelo androcéntrico es bueno para todos, y que con independencia de que haya beneficios que se obtengan de manera directa a través de una acción concreta, los privilegios siempre están presentes en cualquier hombre.

Un dogma, esa especie de verdad incuestionable, sólo se puede definir desde una posición de poder dentro del grupo o comunidad en el que se crea. Si alguien establece un dogma sin contar con ese poder dentro de la sociedad la consecuencia será completamente distinta, y quien lo haga será considerado un extravagante o un loco, y su dogma una tontería o una extravagancia.

Por lo tanto el dogma es un reflejo en sí mismo del poder, y por ello se le reviste y protege con él frente a críticas y posibles ataques. Es lo que hace el machismo con sus “verdades y principios innegables”, que son cubiertas con el valor de la palabra de los hombres que las crean. No por casualidad utilizan como elemento definitorio el hecho de que “no se puedan negar”, podrían haber utilizado otro, como “inalcanzable” o “inescrutable”, pero presentar un dogma como “innegable” tiene un doble sentido.

Uno el concepto en sí alrededor de la idea de verdad, y otro, reducir la posibilidad de la crítica al dejar sin “capacidad ni autoridad” a las personas que pueden hacerlo. El planteamiento es muy sencillo, si el machismo crea “dogmas” basados en la superioridad natural de los hombres y sobre ellos les otorga beneficios y privilegios, quienes podrían cuestionar esa construcción desigual serían aquellas personas que quedan excluidas y sufren las consecuencias negativas de esta injusticia social, es decir, las mujeres, sin embargo, su capacidad crítica queda muy limitada porque la propia cultura que crea los dogmas las ha desprovisto de “la palabra y la verdad”.

El resultado final es una sociedad en la que las referencias masculinas condicionan la realidad para que todo sea como “tiene que ser”, y para que cuando haya algún conflicto o alguna circunstancia que no encaje en lo “esperado”, pueda ser explicada a través de los mitos, estereotipos, principios, costumbres, tradiciones… que mantienen los dogmas de la superioridad masculina. El resultado es muy simple, y al igual que la religión se basa en los “dogmas de la fe”, la cultura se fundamenta en los “dogmas del machismo”.

Y como el dogma es poder y reflejo del poder, su simple cuestionamiento ya desencadena toda una reacción agresiva frente a quien lo hace y a los planteamientos que buscan la Igualdad. Veamos algunos ejemplos de la interpretación que hace el “dogmachismo” de la realidad: La Ley Integral contra la violencia de género se presenta como instrumento “contra los hombres”, porque es un hombre el que puede ser condenado; pero callan el detalle de que si es condenado no es por ser hombre, sino por ser maltratador. A nadie se le ocurre pensar que el Código Penal va contra las personas porque es una persona quien puede ser condenada si comete un delito o una falta. La Igualdad se percibe como un problema, no como un Derecho Humano necesario para la convivencia en sociedad. Ver la Igualdad como un problema y la desigualdad como “normalidad” refleja muy bien esa construcción cultural machista y los dogmas que hacen a los hombres merecedores de los privilegios y a las mujeres de la discriminación y la violencia.

Transmitir los valores de la Igualdad para mejorar las relaciones construidas sobre el respeto y la paz se considera “adoctrinamiento”, y transmitir los valores del machismo que dan lugar a la discriminación y la violencia se considera “educación”. Las cuotas basadas en una representación del 60/40 para corregir la desigualdad se ven como algo injusto y anti-natural, pero cuando los hombres representan el 90% o el 100% se ve como algo consecuente, lógico y natural. En ningún caso se entienden como cuotas del machismo basadas en la discriminación de las mujeres.

La brecha salarial y el mayor salario de los hombres a través de sueldos más altos o de promociones más directas, también se considera como algo propio a la condición y capacidad masculina, no como parte de la desigualdad y discriminación. La lista se haría interminable, pero en cualquier caso, los ejemplos recogidos son suficientes para reflejar la realidad y para ver cómo el “dogmachismo” tiene un doble sentido. Por un lado, defender la posición superior de los hombres; y por otro, situar en quienes lo critican lo que niega para sí mismo, y mientras que el machismo es concebido como “orden natural”, presenta al feminismo, a la Igualdad y a quienes trabajan por ella como personas dogmáticas, rígidas y violentas.

Esa atribución es muy gráfica de lo que en realidad es el machismo, tanto que lo deja en evidencia con una idea similar a lo que dice el refranero con lo de “piensa el ladrón que todos son de su condición”. Todo ello demuestra que se trata de una construcción cerrada e interesada en la defensa de los privilegios masculinos y en la perpetuación de su modelo de sociedad (educación, economía, religiones, política…). Esta es la razón que hace que a pesar de la objetividad de todas las falacias que se han ido desmontando a lo largo de la historia, se continúe con la misma estrategia para que también hoy los hombres sean presentados como superiores y merecedores de sus privilegios.

Da igual que se hayan demostrado falsos los argumentos sobre la inferioridad de las mujeres basados en ideas como que no tenían alma, que su condición las hacía ser esclavas de los hombres, o que su falta de inteligencia y capacidad debían situarlas en las tareas de cuidado y afecto; al final continúan con el mismo razonamiento bajo otras justificaciones, puesto que todo ello no es producto de las circunstancias del momento y del lugar, sino parte de las “verdades” de la cultura.

Es el “dogmachismo”.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=240299
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España: Aprobada por unanimidad la primera Ley aragonesa de Identidad Sexual

España/21 de Abril de 2018/ABC

Prevé visibilizar la realidad homosexual y transexual desde las aulas y multas de hasta 45.000 euros contra la discriminación

Aragón aprobó este jueves su primera Ley regional de protección y no discriminación de homosexuales, bisexuales y transexuales, el colectivo denominado LGTBI. La Ley de Identidad y Expresión de Género -su denominación oficial- apuesta por avanzar en la normalización social de la diversidad sexual y, así, prevenir comportamientos de rechazo o discriminatorios.

Entre otras medidas, prevé incorporar la realidad LGTBI en las aulas, para fomentar actitudes de respeto hacia la diversidad sexual desde la edad escolar. Y la nueva ley también refuerza la lucha contra las actitudes discriminatorias por razón de orientación sexual, con multas que pueden llegar hasta los 45.000 euros.

La Ley regional de Identidad y Expresión de Género quedó aprobada este jueves en las Cortes de Aragón. Salió adelante por unanimidad, con el apoyo de todos los grupos presentes en la Cámara autonómica: PSOE, PP, Podemos, PAR, Ciudadanos, Chunta e IU.

Ha defendido la ampliación de los derechos de ciudadanía como una de las señas de identidad del Gobierno PSOE-CHA y, por ello, plantearon que nadie mejor que las propias personas transexuales y sus familias para redactar el texto, ya que son ellos quienes conocen sus dificultades.

Entre los aspectos que recoge la nueva ley ha resaltado el reconocimiento explícito a la libre expresión del género, el libre desarrollo de la personalidad de acuerdo a dicha elección, el respeto a la identidad física y psíquica a estas personas, una atención integral y adecuada, el ejercicio de su libertad sin discriminación en todos los ámbitos, en especial en el empleo, la educación, la cultura, el deporte o las prestaciones sociales.
La visibilización del colectivo, la creación de espacio educativo de respeto y tolerancia, la inclusión de principios de libre de terminación del género en el ámbito sanitario o el esfuerzo para acabar con las discriminaciones en lo laboral, para lo que se prevé un régimen sancionador, son otros de los puntos principales de la norma, que sitúa a Aragón «a la vanguardia en derechos y libertades».

Esta ley, ha continuado, es la «semilla para generaciones libres de desigualdad», porque «no hay nada más humano que ser quien se quiere ser» y porque «nunca nadie debe renunciar a amar libremente a quien desea amar».

«Nos sentimos orgullosos de que este Parlamento se una hoy en este logro», ha expresado Broto, y ha lamentado que personas a lo largo de la historia hayan sufrido y no hayan podido desarrollarse de acuerdo a su género por «la ignorancia, la moralidad y los prejuicios».

En el turno de los grupos parlamentarios, la diputada Carmen Susín (PP) ha destacado la labor de los padres y madres que han «peleado» por los derechos de sus hijos trans y por dejar atrás «errores del pasado».

A partir de hoy, «sus derechos y los de sus hijos» gozan de una protección extra gracias a una ley que espera que conduzca a una sociedad «integradora, diversa, plural, sin exclusiones» y que «se enriquezca con las diferencias», ha remachado.

Desde Podemos, Amparo Bella ha aprovechado para hacer un reconocimiento a todas las personas transexuales que hoy no están presentes, asesinadas por la transfobia, el miedo a lo diferente o por la mera expresión de su transexualidad. Y ha animado a toda la ciudadanía a leer esta ley, porque «realmente es una ley hermosa».

Lucía Guillén, del PAR, ha alabado que los grupos parlamentarios hayan sido capaces de anteponer las necesidades del colectivo a sus idearios políticos con el objetivo de erradicar la discriminación que sufre y lograr «por fin» la igualdad real.

Por Ciudadanos, Desirée Pescador ha considerado que esta ley es un paso más en la lucha contra la discriminación, un paso más hacia la igualdad, ha pedido que cobre efectividad y ha reivindicado las enmiendas de su grupo, en la línea de defender el derecho a revelar o no revelar la propia identidad sexual, infracciones por prácticas discriminatorias en empresas y otras medidas en el ámbito sanitario.

En representación del Grupo Mixto, Carmen Martínez (CHA) ha dicho que, pese a que el camino ha sido «largo», se aprueba una «buena ley» para «deconstruir la transfobia instalada en la sociedad», sacar a estas personas del ámbito de la enfermedad mental, prohibir terapias de aversión o educar en diversidad, todo ello por una cuestión de «justicia social».

Por su parte, la diputada de IU, Patricia Luquin, ha instado a reflexionar qué ocurre cuando hay que reivindicar «lo evidente», ya que a su juicio ello denota que «no todos somos iguales» y que «se sigue estigmatizando aquello que no entra en la normalidad».

Fuente: http://www.abc.es/espana/aragon/abci-aprobada-unanimidad-primera-ley-aragonesa-identidad-sexual-201804191324_noticia.html

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Un nuevo libro explica a los más pequeños los nuevos modelos de familia

Europa/España/Barcelona, 3 abr (EFE).- La clínica Dexeus Mujer y la Editorial Destino (Planeta) han presentado hoy «Mi familia», un libro que explica a los niños como la reproducción asistida ha dado paso a nuevos modelos de familia.

Según ha explicado hoy la Editorial Destino y la Clínica Dexeus Mujer en un comunicado, el objetivo del libro es facilitar el diálogo entre padres e hijos sobre la utilidad de técnicas «que han hecho posible ampliar la diversidad familiar».

Actualmente, más de un 5 % de los niños que nacen en España «han sido concebidos con la ayuda de la reproducción asistida» y el número de parejas homosexuales y familias monoparentales va en aumento, han avisado.

Es por ese motivo que el libro aborda «con naturalidad» cuestiones de actualidad como la infertilidad, la adopción y la homosexualidad.

«Se trata de una nueva realidad social que cada vez es más visible y que despierta la curiosidad infantil, pero de la que no siempre se habla abiertamente, por lo que muchos padres no saben cómo abordar el tema o cual es la mejor edad o momento para hacerlo», han explicado.

«Pensamos que un material de apoyo como este libro podría resultar muy útil, ya que está pensado para que padres e hijos lo lean juntos», ha comentado el director del Centro Dexeus Mujer.

El libro combina el género de la narrativa infantil -se puede seguir un hilo argumental a través de la historia personal y familiar de los alumnos de una escuela-, con la incorporación de apartados para ampliar conocimientos.

Entre estos apartados destacan la explicación del origen de la vida, nociones básicas de biología, o como se trabaja en un laboratorio, así como un apartado de actividades complementarias y un glosario para ayudarles a entender los términos más complejos.

El libro, cuyo contenido científico se ha desarrollado con el asesoramiento del equipo médico de Dexeus Mujer, lo ha escrito la pedagoga, Noemí Fernández, y las ilustraciones son obra de la reconocida ilustradora Cristina Losantos, galardonada con el Premio Nacional de Ilustración del Ministerio de Cultura.

El libro, editado en catalán y castellano, está previsto que se distribuya en el circuito escolar y la editorial no descarta su traducción a otros idiomas. EFE

Fuente http://www.lavanguardia.com/vida/20180403/442158107809/un-nuevo-libro-explica-a-los-mas-pequenos-los-nuevos-modelos-de-familia.html?utm_campaign=botones_sociales&utm_source=twitter&utm_medium=social

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Presiones para subir notas, cuotas ‘voluntarias’ impuestas y otros amaños que enturbian la vida escolar

Por: Saray Marqués

El caso del máster fraudulento de Cristina Cifuentes ha hecho que emerjan prácticas cuestionables, afortunadamente no generalizadas, en la universidad que conviene limpiar ¿Y si miramos a nuestros colegios e institutos? ¿Damos por naturales comportamientos deshonestos o poco íntegros?

No, la culpa no es de la universidad española, pero el caso del máster fraudulento de Cristina Cifuentes, al que la presidenta madrileña ha tenido que renuciar, destapado por eldiario.es ha hecho que se empiecen a nombrar en voz alta males que, sin ser endémicos, sí que existen en ella, como las dificultades para que el control sea exquisitamente riguroso, para que los desmanes sean inviables, para que los tratos de favor no tengan lugar y no se permita hacer la vista gorda. También, para que la autonomía universitaria sea real y para que tener un contrato como profesor no signifique ningún tipo de pleitesía hacia ningún catedrático benefactor.

Jaume Sureda Negre es catedrático de la Universitat de les Illes Balears, donde dirige el Departamento de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación. Con su grupo de investigación Educación y Ciudadanía ha analizado distintos casos de “deshonestidad académica” ya desde la ESO y ha alumbrado trabajos como El plagio académico en Educación Secundaria, junto con Rubén Comas. Para Sureda, “es evidente que las prácticas deshonestas afectan también a los niveles educativos no universitarios”, y cita como ejemplo “inflar las notas”.

En la amplia bibliografía que, asegura, existe sobre la corrupción en educación, se suele diferenciar entre “pequeña corrupción” (copiar, por ejemplo) y “gran corrupción” (vender o comprar artículos académicos, por ejemplo): “Hay partidarios de restringir el uso del término corrupción académica a aquellos casos en que se han producido cambios o beneficios económicos, y de referirse a los otros casos de malas prácticas como faltas de integridad académica, entendiendo por integridad aquellas conductas y acciones coherentes con una serie de normas y principios morales y éticos. Pero, personalmente, soy partidario de utilizar el concepto de corrupción para hacer referencia tanto al abuso de poder en beneficio propio –la gran corrupción– como a la ausencia de integridad académica –la pequeña corrupción-”.

Chiringuitos en Valdemoro, pero no solo

Si uno piensa en corrupción en las aulas a gran escala le vienen a la cabeza casos sonados como esa suerte de chiringuito en Valdemoro que supuso la trama Púnica, por la que el que fuera número tres del Gobierno de Esperanza Aguirre, Francisco Granados, y su socio, David Marjaliza, se llevaban una mordida de en torno a 900.000 euros por cada colegio concertado que se ponía en marcha, a través de una empresa que lo vendía después a cooperativas de profesores para su gestión.

O, más reciente, en ese puesto creado ad hoc para la hija del inspector jefe de la Delegación de Educación en Sevilla, que desveló el diario El Mundo y obligó al Gobierno de Susana Díaz a abrir una investigación interna sobre el reparto de una serie de destinos de forma discrecional, al margen de los procedimientos ordinarios y sin cumplir los requisitos pertinentes.

Pero, sin llegar a esos extremos, sin copar grandes titulares, muchos consideran que colegios e institutos no están exentos de prácticas que se podrían englobar bajo el paraguas de corrupción.

Una persona con una gran trayectoria en la educación no universitaria, donde ha ocupado cargos de responsabilidad, y que prefiere no dar su nombre, reflexiona: “La educación y sus instituciones están controladas en un porcentaje demasiado alto por la Iglesia, por algunas empresas y por los políticos, en el caso de la pública. No sé cómo podemos sobrevivir a tantos intereses que nada tienen que ver con un niño y su maestra intentando comprender y aprender la división por dos cifras de la mejor manera posible y respetando el ritmo natural de ese niño o esa niña concretos, o con el alumnado que necesita refuerzo sin personal suficiente que se lo proporcione mientras se gastan millones de euros en libros de texto no siempre adecuados. Está todo desequilibrado, la honestidad también”.

En su opinión, “en los colegios e institutos públicos es más difícil comerciar, porque no hay nada que vender. Es un servicio público con funcionarios que no tienen necesidad de engordar las notas. No así en la concertada o privada. Leyendo la lista de los mejores colegios que publica El Mundo hay poco más que hablar”.

El hecho de que los datos sean públicos complica también los tejemanejes en la pública: “Una vez vi una beca concedida a la hija de un profesor de instituto sin que le correspondiese. El alumno perjudicado presentó una reclamación y al final fue a parar a las manos correspondientes”. Sin embargo, sí que ha calado una cierta sensación de impunidad que, a su juicio, empieza a remitir: “Todos llevamos un pequeño Bárcenas dentro, pero también sobreviven esos tipejos porque los demás les damos permiso. Nunca pasa nada… Hasta ahora. Parece que ahora está pasando. Hay cosas moviéndose. No sé si todas a favor de la honradez y la equidad”.

“Me debes el puesto”

Felipe de Vicente Algueró es el presidente de la Asociación Nacional de Catedráticos de Instituto (ANCABA), y hace una clara distinción entre universitaria y preuniversitaria: “Empezando por el modelo de acceso. Las oposiciones son más objetivas. En la universidad muchas veces se logra medrar a base de favores, o prosperan los candidatos con más amigos dentro del tribunal”.

En su caso, asegura que fue uno de los factores que jugó a favor del instituto: “Prefería enfrentarme a una oposición y conseguir el puesto que tirarme años limpiando los zapatos a un catedrático de universidad para que este me apadrinara”. De su presencia en tribunales de oposiciones zanja: “No se puede hacer trampas”.

Y, sin embargo, sí que cuestiona algunas prácticas también en su terreno. Se muestra crítico, por ejemplo, con el decreto de plantillas en vigor en Cataluña: “Una parte de las plazas se reservan, no salen a concurso… Los directores le otorgan a esas plazas un determinado perfil, como en la universidad, pero la verdad es que les falta poner nombre y apellidos, están hechas muy a medida. Hay una comisión, sí, pero se tienen en cuentas puntuaciones subjetivas, como la de la entrevista con el director”. De Vicente cuestiona la independencia de las personas que obtengan la plaza dentro de este cupo: “Yo entiendo que pueden sentir o se les puede hacer sentir que, de alguna manera, se la deben al director”.

Las increíbles notas crecientes

Por lo demás, De Vicente asume que muchas veces el alumno se inicia en el plagio en el instituto: “También a veces se carga al alumnado con demasiadas cosas. Quizá en vez de tantas asignaturas, y un trabajo por cada una de ellas, se podría seguir la estela de Cataluña, que cuenta con un trabajo de investigación al finalizar bachillerato, dirigido por un tutor, con tiempo para ir revisándolo, para ir tutorizando al alumno… Así se hace también en el Reino Unido, pero allí el alumno que más asignaturas tiene en 2º de bachillerato tiene cuatro; aquí, se enfrenta a 11”.

Partidario de una reválida al finalizar la etapa, en la línea de Francia, Alemania e Italia, la reválida Lomce que de momento está paralizada, De Vicente trata de convencer a los críticos de que introduciría criterios de verdad objetivos: “Ahora todo el mundo infla las notas. No solo los privados, también los públicos. Tu entrada en la universidad depende de esa nota, el profesorado se reúne: ‘Solo tiene una asignatura suspensa, pobrecito’, ‘Quiere entrar en Medicina, pobrecito, le falta una décima’, y por querer hacer un favor se infla la media de bachillerato en todas partes”. A su juicio, esto se acabaría con una prueba externa, corregida por profesores externos, con la homologación de una agencia que cada año revisara si se corresponde con el nivel de exigencia requerido en cada una de las comunidades autónomas.

Una profesora de instituto incluso va más allá: “A veces, la dirección o inspección desautoriza al profesorado otorgando al alumno una nota que no merece. Es el caso de aquellos alumnos que cursan 2º de bachillerato y suspenden una materia porque ni siquiera se han presentado a la convocatoria de recuperación esperando que se le apruebe por junta. La junta puede dar por aprobado a un alumno aunque el examen no esté superado. Los padres protestan o bien a dirección o a inspección y vuelven con el aprobado bajo el brazo. Conozco algún caso. Es flagrante que se apruebe al alumno sin haberse ni presentado al examen de recuperación y que se desautorice al docente y a la junta de evaluación, porque ni siquiera esta ha decidido dar el aprobado por junta”.

Cuotas que siguen sin cumplirse

Son muchos los que fijan su mirada en la enseñanza concertada. Para el catedrático de la Universidade da Coruña, Jurjo Torres, en ella existen prácticas que podrían calificarse de corruptas como “recomendar a las familias que hagan donativos a las fundaciones que están detrás de esos colegios religiosos o incluso obligar a pagar una cantidad notable como cuota de entrada que se comprometen a devolver al final de la escolaridad, o sea, obligan a las familias a hacer préstamos sin interés durante seis, 10 o más años; obligar a comprar uniformes, un gasto a mayores que ya es excluyente para familias con escasos recursos; obligar a comprar uniformes en un único centro comercial, con lo cual es previsible pensar que ese centro comercial le dona a dicho colegio una cantidad por uniforme vendido; vender en sus librerías privadas los libros de texto y toda clase de recursos curriculares de carácter individual; ofrecer actividades extraescolares a mayores que cada familia debe financiar y que discriminan a aquellos estudiantes que no pueden cursarlas porque sus familias carecen de dinero para ello; tener un servicio de comedor privado que hay que pagar a mayores pues los alumnos no tienen tiempo para acudir a comer a sus domicilios… y todo esto mientras a los colegios concertados como a una gran parte de los públicos las editoriales les ‘regalan’ pantallas digitales u otros para presionarles a elegir sus libros de texto, con lo que se garantizan ventas de al menos cuatro años en ese centro”.

Muchas de estas prácticas traen de la mano un filtrado del alumnado: “Concertada y privada deben funcionar como una empresa de captación de clientela, así que se las tienen que apañar para que el alumnado con necesidades educativas especiales, pobre o no homogéneo vaya a la pública, ya que las familias, aunque no lo digan, buscan más que sus hijos e hijas tengan roce con alumnado de buena familia que con personas reales con problemas reales”, asevera una directora de colegio.

“Sin duda a mí lo que me parece más grave es la falta de una escolarización equilibrada”, recalca Miguel Soler, secretario de Educación e Investigación en la Comunidad Valenciana. “En el informe del Defensor del Pueblo de 2002 se decía que cuando un centro escolariza a más de un 20% de alumnado de especial dificultad por la razón que sea se hace difícil una buena respuesta, tanto al conjunto del alumnado, como a esos chicos y chicas que necesitan más apoyo que el resto. 16 años después esto sigue siendo verdad, y siguen existiendo prácticas que buscan, por distintas vías, seleccionar al alumnado, que a determinados centros solo acuda un sector del alumnado”.

Soler rescata la anécdota de un amigo con un restaurante de precio medio-alto: “Se le ocurrió bajar el precio del menú y un sector del público le pidió que lo volviera a subir, porque estaba entrando gente que no les gustaba. Esa anécdota, que es grave, en educación es muy grave”.

Con Vicent Marzà como conseller han intentado paliar esta situación, eliminando el distrito único, “que hacía que los centros, tanto los concertados como los públicos con mayor demanda, eligieran a las familias, por la vía del punto del consejo escolar”, o dotando a todos los centros de los apoyos pertinentes, para que se acabe con excusas como: “Tu hijo necesita un PT que no tenemos pero en el público de enfrente sí lo hay”, o reservando en todos los centros un porcentaje de plazas para alumnado de especial dificultad.

“Hay muchas maneras de seleccionar”, apunta Soler, que menciona cómo antes de la llegada de Marzà se veía  natural que un alumno que había estado escolarizado a los dos años en un centro de infantil –pagando su familia unos 400 euros al mes– gozara de un punto más para luego matricularse en tres años en determinado colegio, o cómo incluso se encontraron que, si se concedía un punto en el baremo para deportistas de élite, había 13 alumnos de tres años que contaban con un punto por ese motivo”. Soler señala que las cuotas voluntarias no son la única estrategia en esta dirección, “y en función del importe de esa cuota, no siempre tiene ese efecto de tirar alumnos fuera”.

Al final, los criterios que rigen en su comunidad autónoma son los que marca la ley (hermanos, proximidad, renta…). “Establecimos un baremo único para evitar las corruptelas”, rememora Soler, “Hubo contestación, pero ahora está todo más calmado. Las familias han comprobado que en realidad solo hay un 20% de centros con más demanda que oferta, y que en el resto entran todos los alumnos que lo piden”.

De todas formas, reconoce el secretario que no han logrado esa meta que se proponían, que no se rebase el 20% de alumnos de “especial dificultad” en ningún centro: “Llevamos tres años aplicándolo, y solo a la entrada, cuando en algunos casos no se ha identificado aún esa dificultad. Para que se note en su conjunto, y con la excepción de algunos barrios en que la propia planificación urbanística lo complica, harán falta cinco o seis años más con estos mismos criterios”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/18/presiones-para-subir-notas-cuotas-voluntarias-impuestas-y-otros-amanos-que-enturbian-la-vida-escolar/

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Hazte un Cifu: no hagas exámenes, súmate a la lucha contra las pruebas externas

Por: Enrique Díez

Es necesario un modelo social de universidad pública, que ponga el conocimiento al servicio y al alcance de toda la sociedad frente a los objetivos clasistas, privatizadores y mercantilistas de la ofensiva neoliberal.

Corría este y otros mensajes similares por las redes estos días con motivo del escándalo de la presidenta de la Comunidad de Madrid del Partido Popular, en cuyo currículum figura un Máster de Derecho de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), que a todas luces parece que obtuvo de forma fraudulenta.

Los datos que han salido a la luz muestran que aprobó asignaturas que se habían impartido antes de que Cristina Cifuentes se matriculase en el Máster en que se impartían, cuando además se había matriculado tres meses después del plazo legal para hacerlo. Falsificación de firmas en actas, trabajos de fin de máster que no se presentaron, tribunales que no existieron, no asistencia a clases en un máster presencial, aprobar sin hacer exámenes obligatorios… Algo que hasta la propia presidenta de la Comunidad de Madrid admitió ante el parlamento regional, que ni fue a clase ni hizo los exámenes.

Todo un despropósito, que en cualquier Estado “civilizado” habría supuesto la inmediata dimisión o destitución de un cargo público de este nivel, no solo por el presunto fraude universitario cometido, sino especialmente por su reiterada persistencia en falsear la realidad o dicho más claramente, mentir, y cambiar las versiones de sus declaraciones en función de las nuevas denuncias periodísticas que se iban sucediendo.

Este tipo de actuaciones de algunos dirigentes políticos (aunque no solo políticos, por cierto), se asienta en la impunidad que parece regir en este Estado, donde se encarcela a raperos por cantar estrofas críticas y prescriben delitos de grandes causas de corrupción, se amnistía a las grandes fortunas que defraudan fiscalmente o se rescatan a los bancos con 1,5 billones de euros (no los 60.000 millones que nos suelen decir).

Impunidad cimentada por la cúpula de determinados partidos (los denominados partidos del régimen) y sus connivencias con el poder económico y mediático (véase el listado de dirigentes políticos de estos partidos que ocupan consejos de administración de empresas públicas privatizadas o de grupos de comunicación). Dirigentes políticos que han tratado de convertir la política en un negocio, como manifestaba Vicente Sanz, exsecretario general del PP de Valencia, cuando afirmaba “yo he venido a la política para forrarme” y que el exministro y Portavoz del Gobierno del PP, Eduardo Zaplana, confirmaba diciendo “me tengo que hacer rico” (de ahí buena parte del hastío de la población ante la política en general, y los partidos en particular).

Este clima de impunidad está generando que el humor se convierta en válvula de escape ante una realidad que parece desbordar todas las previsiones. Cada mañana nos desayunamos con nuevos casos de corrupción, sí, pero también de impunidad y vemos cómo Urdangarín celebraba su cumpleaños en Ginebra rodeado de la familia “real”, sin devolver un euro de lo que nos ha robado a todos y todas. Por eso el tuit que circula por las redes “hazte un Cifu: no hagas exámenes, súmate a la lucha contra las pruebas externas” emplea la ironía, casi el cinismo, para señalar quizá lo que se nos pasa por alto, en este espectáculo frenético de noticias de corrupción y escándalos, recordando el dicho: “cuando el sabio señala la luna, el necio mira el dedo”.

Porque mientras se señala la corrupción, la “normativa” del PSOE y del PP legalizan la evasión fiscal a través de las SICAV. Mientras señalamos el rescate de autopistas, han desmantelado la banca pública y quebrado las cajas de ahorro. Mientras denunciamos el brutal aumento de la compra de armamento, han privatizado el sector estratégico de la energía y nos han convencido de que no tiene sentido el artículo 128 de la Constitución que señala que “toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general”.

Lo mismo pasa en este caso con la Universidad. Nos centramos en el escándalo Cifuentes, olvidando que ha sido esta presidenta de la Comunidad de Madrid la abanderada en el intento de aprobar una legislación universitaria, la LEMES, concebida como una avanzadilla de una próxima ley estatal, como denuncia la Coordinadora Universidades Públicas de Madrid.

Ya no se trata de que dos de los partidos del régimen, PSOE y PP, creen universidades a su imagen y semejanza (la Carlos III, el primero o la Rey Juan Carlos, el segundo). O que alguna de éstas parezca estar al servicio del partido (en el caso de la URJC cargada de escándalos como el del rector plagiario, el refugio dado a dirigentes implicados en la Púnica, la contratación ilegal de la hermana de Cristina Cifuentes o ahora el culebrón del master de la propia Cifuentes con la manipulación de un expediente para beneficiar a un cargo público). Ni siquiera de las conexiones con el poder, que amenazan la independencia de uno de los órganos vitales de toda democracia que debe generar progreso científico, humano, social y cultural. Se trata del modelo de Universidad Pública gerencial, elitista y segregadora que pretenden consolidar y que pone en evidencia este reguero de escándalos.

La doctrina neoliberal aplicada a la enseñanza superior en la LEMES, en un contexto de recorte presupuestario continuado, conduce a lo que se ha denominado el “capitalismo académico”: universidades cada vez más comprometidas en una competencia de tipo comercial, en busca de fuentes de financiación complementarias y con una formación y docencia fundamentalmente orientada por las competencias pre-identificadas por el mercado de trabajo. Otras capacidades que podrían promover una sociedad más justa y mejor van quedando “obsoletas” y se las obvia progresivamente. Este modelo pone la universidad al servicio del mercado, recortando la financiación pública, asignando presupuestos en función de la posición en rankings, utilizando los contratos-programa para decidir prioridades (incentivan, por ejemplo, el uso del inglés o la investigación frente a la docencia), y fomentando una lucha competitiva por los escasos recursos entre universidades, en vez de potenciar la cooperación interuniversitaria. Crea figuras de profesor visitante “distinguido” para conseguir la anhelada “flexibilización” en la contratación del profesorado, asegurándose el control del profesorado universitario y creando docentes de “elite” con contratos blindados y otros a 5 euros la hora.

Las universidades han dejado de ser espacios para enseñar, realizar trabajo académico, investigar y debatir sobre la ciencia y el conocimiento a ritmo pausado y profundo, y se están transformando en “universidades corporativas o emprendedoras” que requieren la obtención de resultados cuantificables, que puedan ser patentados, transferidos y explotados, mientras se recortan presupuestos para proyectos “improductivos” de orientación humanística o crítica. Orientándose de manera creciente a la formación para el mercado laboral, con un doble modelo: de élite para quienes se lo pueden pagar y de precariado para quienes no tienen recursos y medios. La universalidad propia del conocimiento universitario ha sucumbido al modelo pragmático e instrumental del saber al servicio de la economía. Parece no encontrar ya más razón de ser legítima que la salida profesional de los estudiantes universitarios y el beneficio que las empresas pueden extraer de las investigaciones y del “entrenamiento” que pueden recibir en ella los futuros trabajadores y trabajadoras de sus empresas, formados a costa del dinero público.

Fruto de ello es la penetración de la lógica del beneficio inmediato, que se va introduciendo progresivamente también en las dinámicas de investigadoras y académicos en que se enmarca este “cifuentesgate”. Lo que se está jugando, en definitiva, es el modelo de Educación Superior que se pretende y que responde a un modelo de sociedad.

Es hora de defender un modelo de universidad pública al servicio de las necesidades sociales reales y prioritarias, que pare los recortes privatizadores y mercantilistas de la ofensiva neoliberal. Es necesario conseguir una Universidad pública y gratuita para asegurar el derecho de toda la ciudadanía a la educación superior, como sucede al menos en diez países europeos. Pero también es necesario profundizar y priorizar la función social de la universidad, consiguiendo un contrato educativo con la sociedad en su conjunto, que entienda la institución académica como un bien público y permita su desarrollo como tal, con una democratización radical de su funcionamiento y contenido.

En definitiva, un modelo social de universidad pública, que ponga el conocimiento al servicio y al alcance de toda la sociedad frente a los objetivos clasistas, privatizadores y mercantilistas de la ofensiva neoliberal, exigiendo una universidad pública de todos y todas y para todos y todas.

Por cierto, mi enhorabuena, desde aquí al equipo de periodistas de eldiario.esque han destapado este “cifuentesgate”, recuperando la tradición de investigación más admirable del periodismo al servicio de la verdad y como vigilancia y denuncia del poder corrupto.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/19/hazte-un-cifu-no-hagas-examenes-sumate-a-la-lucha-contra-las-pruebas-externas/

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“Los niños quieren una escuela que les escuche” Entrevista a Francesco Tonucci.

Europa/España/19 abril 2018/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la Educación

“Los niños quieren una escuela que les escuche”

A principios de los años 90, un pedagogo italiano, padre de tres hijos, soñó con una ciudad en la que los niños pudieran salir solos a la calle, ir a la escuela por su cuenta, comprar en tiendas sin la supervisión de adultos. Si la idea suena quimérica hoy, aunque cada vez un poco menos, en esa época debía parecer la propuesta de un iluminado.

Pero Francesco Tonucci (Fano, 1940) creía en ella. “Lo que proponemos y lo que queremos no es una ciudad de niños, sino una ciudad para niños”, explica el pedagogo durante una reciente visita al colegio Arcadia, en Villanueva de la Cañada, uno de los centros que más ha seguido los postulados de este educador.

Sus postulados han tenido un cierto éxito en España, donde más de 20 ciudades se han adherido a su idea de La ciudad de los niños y cada vez más centros practican (algo parecido a) el camino escolar que propone este pedagogo. Especial es el caso de Pontevedra, que ha peatonalizado todo el centro y abrazado con entusiasmo las propuestas de Tonucci como el camino escolar.

El camino escolar consiste, básicamente, en que los niños vayan solos al colegio en vez de hacerlo con sus padres, ya sea en coche o andando, o en el autobús de ruta del colegio. Se diseñan unas rutas preestablecidas que se consideren óptimas y los niños irán caminando, recogiéndose unos a otros por el camino hasta llegar al colegio.

Esta práctica solo produce ventajas para la ciudad que la propugna, sostiene Tonucci. “Da autonomía a los niños, y corre más peligo un niño sin autonomía y que no conoce el riesgo y sale un día a la calle solo” que otro que está acostumbrado. “Además, favorecer la presencia de los niños en las calles mejora la seguridad de todos” porque los adultos estamos más atentos cuando vemos a pequeños andando solos, añade. Y los niños llegan más espabilados al colegio después del paseo matutino, lo que les sirve para entrar de lleno en la enseñanza desde el primer minuto. Todo ventajas.

En Pontevedra, “el alcalde (Miguel Anxo Fernández) me dijo que aquella era mi ciudad”, sonríe. Le sucede poco. Cuando se implementó la peatonalización que Anxo quería y a Tonucci favorecía, hubo protestas. Hasta que probaron qué es vivir en una urbe sin coches. “Todo cambio genera protestas”, concede Tonucci. “Pero luego empezaron a andar”, añade, y no dice nada más porque su sonrisa lo dice todo.

Una enfermedad moderna

Tonucci cree que los niños están solos y que esta es una enfermedad moderna típica de los países ricos. Una enfermedad forzada por el desarrollo urbanístico de las ciudades y los modos de vida, que han provocado que los pequeños sean hijos únicos y que no salgan a la calle por el temor de sus padres a que les pase algo. Por eso, para combatir esto, ideó su Città dei bambini.

“Es una ciudad de todos, donde todos puedan vivir pacíficamente cumpliendo sus deseos. Una ciudad donde el espacio público se quita de los automóviles y se devuelve a las personas para que podamos caminar, encontrarnos y jugar”, reflexiona.

Hoy, casi 30 años después de su visión, la ciudad de Tonucci está un poco más cerca de ser una realidad. Alcaldes de todo el mundo han aceptado, con más o menos entusiasmo, que las urbes son hostiles para el peatón. Lo son para el adulto, ni hablamos ya de los más pequeños. ¿Alguien ha visto a algún pequeño, de unos 10 años, andando solo por una gran urbe? Probablemente pocos.

¿Tratamos a los niños con condescendencia? ¿Pensamos que son inútiles o realmente las ciudades son territorios hostiles para ellos y hacemos bien en no dejarles funcionar con autonomía? “A menudo tengo el sentimiento de que los adultos piensan que sus hijos son incapaces”, reflexiona Tonucci.

“Esta evaluación, probablemente incorrecta, seguramente se debe a la forma en la que los evaluamos cuando están con adultos”, continúa. “En este caso es cierto que se comportan como irresponsables e incapaces, porque todo el poder está en manos del adulto y por tanto lo único que el niño puede hacer es molestar, escapar, no respetar las reglas. Pero cuando están solos, todos los niños son responsables y atentos”, opina.

Y sostiene que las percepciones de los adultos no se confirman con la realidad y no están justificadas. “El miedo de los padres es excesivo. Continúa creciendo, cada vez hay más, pero el peligro real, según los datos oficiales, tiende a disminuir”. ¿Por qué? “La política y los medios de comunicación probablemente tengan una responsabilidad seria por esta evaluación distorsionada de la realidad”, asevera.

La escuela de los niños

Tonucci es firme defensor de un concepto que a muchos adultos sonará extraño, pero que sin embargo recoge la Convención de la ONU sobre los Derechos de los Niños: hay que escuchar a los niños y, sobre todo, tener en cuenta sus opiniones, no solo escuchar como un ejercicio de condescendencia.

“De esta manera se sabe cómo piensan, qué piensan y qué necesitan esas personas que son diferentes de nosotros, los adultos. La diversidad es el valor agregado de la infancia”, argumenta. Y ofrecen una visión diferente del mundo, no contaminada por el ritmo desenfrenado y el estrés que aqueja a los mayores. “El otro valor es su libertad en comparación con las actitudes modernas de las que los adultos somos esclavos como la prisa, el consumo, las modas o el interés privado. La escucha cuidadosa y competente de los niños podría ayudarnos a comenter menos errores y causar menos desastres”, reflexiona.

Si los escucháramos, continúa Tonucci, descubriríamos que los niños querrían una escuela “donde no se aburran, donde no pasen tanto tiempo haciendo tan poco y de tan poco interés para ellos. Quieren una escuela que los escuche y esté interesada en sus intereses, que no pueden agotarse en el lenguaje y las matemáticas, pero que a la vez puedan extenderse a lo largo del rango de las 100 lenguas que manejan los niños, como dice Loris Malaguzzi (padre y director de las escuelas Reggio Emilia, en Italia) y como se reconoce en el artículo 13 de la Convención de la ONU.

Respecto a la escuela, Tonucci sostiene que su misión principal ya no es “enseñar cosas”. ¿Cuál es, entonces? “La parte de la enseñanza es la menos importante y más trivial, especialmente hoy en día que podemos utilizar la tecnología”, expone. “Lo único que puede hacer la escuela es enseñar a aprender, a amar la lectura, eseñar a escribir para mantener los pensamientos o comunicarse con los demás, desarrollar conocimientos para los que el niño esté especialmente dotado, desde los artístico-manuales hasta los científicos. En la escuela un niño debe aprender a trabajar junto a otros, a ayudarse mutuamente”, enumera.

Porque la escuela, sostiene Tonucci, deja fuera a muchos niños que no tienen tanto interés en los currículums que más se trabajan en los centros, como Lengua o Matemáticas. “Los alumnos que sacan buenas notas en estas asignaturas saldrán adelante, pero ¿qué pasa con los que nacieron músicos, periodistas, artistas? Para ellos la escuela no existe”, se pregunta y se responde.

“Es absurdo que hagamos pasar tantas horas a los niños en un lugar que no quieren y no reconocen como suyo sino que lo ven hostil y de adultos. Así no van a rendir nunca”, sostiene. Para él, la clave de una buena escuela está en los maestros y no en reformas o leyes educativas. “En Italia las leyes no consiguieron cambiar la escuela significativamente para mejor. Cuando los gobernantes decidan que quieren de verdad una buena escuela para todos dejarán de pensar en reformas y se centrarán en la formación de maestros, que es lo necesario. La garantía de una buena escuela son los maestros, no las leyes ni tampoco la tecnología, por cierto”.

¿Qué es un buen maestro? “Uno que escucha a los niños porque saben que tienen cosas que aportar. Que es consciente de que tienen experiencia en algo que él no lo es. ¿Cómo va a proponer contenidos que consideren interesantes de esa manera?”, lanza al aire.

Los espacios y la autonomía

El pedagogo cree que los adultos manejamos erróneamente el concepto del espacio cuando se aplica a los niños. Nos encanta meterlos en uno y que se queden ahí, cuando esa idea va, asegura, contra la naturaleza de lo que es un niño.

En la escuela, por ejemplo, la idea de “aula” es antigua, dice, y en parte responsable de por qué está fracasando la escuela. “Propongo renunciar a las aulas”, suela. “Para mí la escuela debería estar formada por talleres, por laboratorios. Los niños irían de uno a otro (frente al concepto tan español de que son los profesores los que cambian de clase mientras los niños se quedan fijos en una)”.

En la ciudad, sucede algo parecido con los parques. “Hay que renunciar a hacer espacios específicos para ellos”, explica, asumiendo que la ciudad se ha convertido en un lugar amable para los menores. “Cuando inventamos espacios para niños lo que estamos haciendo en realidad es excluir a los niños del resto de espacios, que deberían ser para todos”, argumenta. Además, cohartan la capacidad de inventar de los niños, algo absolutamente necesario para su correcto desarrollo, según el pedagogo.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/04/19/los-ninos-quieren-una-escuela-que-les-escuche/

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España: La Comunidad reduce un 5% el precio de las escuelas infantiles públicas

Europa/España/19 abril 2018/Fuente: El país

Dependiendo de la renta, los usuarios se ahorrarán entre tres y 10 euros mensuales

El Ejecutivo regional ha anunciado hoy una rebaja del precio de las escuelas infantiles públicas del 5%, que sumada a las dos anteriores supone una reducción de un 30% con respecto a lo que se abonaba en el curso 2015/2016. El ahorro acumulado para las familias con los tres bajadas llega hasta los 930 euros anuales. La medida beneficiará a las 41.000 familias escolarizadas en 398 centros públicos y en los sostenidos con fondos públicos del primer ciclo de Educación Infantil. La Comunidad de Madrid comenzó una escalada de precios en las escuelas infantiles en 2008 y las familias con rentas más bajas que no pagaban nada comenzaron a abonar 45 euros mensuales.

La medida anunciada implica que las cuotas mensuales se reducirán entre 3 y 10 euros mensuales dependiendo del nivel de ingresos de las familias con respecto al curso pasado. De esta forma, las rentas de hasta 5.644 pasarán a pagar 57,76 euros mensuales en vez los 60,8 actuales. Las de 5.644 a 7.656 euros abonarán 93,86 euros al mes en lugar de los 98,80 actuales. Las situadas entre 7.656 y 25.725 euros se reducirán de 136,8 a 129,96 euros, mientras que a las superiores a 25.725 euros pasarán a pagar una cuota de 197,6 a 187,72 euros.

Las familias numerosas de tipo general y de tipo especial cuyos hijos asisten a escuelas infantiles y casas de niños se seguirán beneficiando de reducciones del 50% y del 100%, respectivamente, en las cuotas de escolaridad y horario ampliado.

El Ejecutivo de Cristina Cifuentes sostiene en un comunicado que a lo largo de los tres años de legislatura transcurridos ha realizado una inversión de más de 11,5 millones de euros en facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar de los madrileños y en incentivar la escolarización de los niños de 0 a 3 años en centros públicos.

La Comunidad de Madrid también va a destinar 36,6 millones de euros a los cheques guardería; becas destinadas a sufragar los gastos de los alumnos de primera etapa de Educación Infantil en centros privados. Se trata de una cantidad que es un 7,8% más que hace dos años y que llegarán a 33.000 niños de hasta 3 años el próximo curso 2018/2019, 600 más que el presente curso. La cuantía de las becas será de 100 o de 160 euros mensuales en función de la renta y beneficiarán fundamentalmente a las familias en las que trabajen ambos cónyuges, con el objetivo de fomentar la conciliación familiar y laboral.

Fuente: https://elpais.com/ccaa/2018/04/17/madrid/1523979395_514776.html

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